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Entrevista a Laia Costa (Rym en Polseres...)

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sihaymanera87
sihaymanera87
03/03/2013 17:13
La semana pasada salió una entrevista a Laia Costa en EL PERIÓDICO de Cataluña, habla sobre la serie, su personaje, cómo lo preparó y la relación entre Rym y Lleó... me faltan cinco preguntas por copiar, os cuelgo ahora la primera parte y en un rato subo las otras cinco. Aquí va:

"Lo primero que salta a la vista de la actriz Laia Costa -Rym, en la serie de TV-3 Polseres Vermelles- cuando atraviesa la puerta de EL PERIÓDICO es su extremada jovialidad. La sorpresa llega al descubrir su edad ¡28 años! “en teoría, aparentar que eres más joven es una ventaja” dice. Con la producción ideada por Albert Espinosa, la intérprete es finalmente profeta en su tierra. Madrid había sido hasta ahora su centro de operaciones.

-Pau Freixas, director de “Polseres”ha comentado que usted es una bomba...
Me hace feliz que Pau diga esto, porque es una persona a la que admiro muchísimo. Tiene una gran capacidad para liderar equipos y un talento innato para dirigir actores. Cuida de cada uno de nosotros y crea un ambiente de confianza absoluta y una energía tan positiva que todo el mundo acaba sacando lo mejor de sí mismo. Es el máximo responsable de lo que es Polseres...verle trabajar ha sido un regalo.

-¿Era seguidora de la serie?
No la pude ver en la tele, pero me compré el DVD. Me gustó mucho.

-¿Se presentó a las pruebas porque tenía claro que quería estar o porque era un trabajo más?
Al principio me costó decidirme por el tema de la rapada. Estuve hablando con Pau de lo que era la serie y el proyecto, pero en aquel momento para mí era todo muy desconocido. Tuve que coger confianza en que valdría la pena. Ahora que han pasado unos meses estoy totalmente convencida y me hubiera arrepentido mucho si no lo hubiera hecho.

-¿Qué pensó de sus compañeros de rodaje el primer día que les conoció?
Estaba un poco acojonada, porque yo pensé que ellos tenían su grupito y yo era la nueva. Pero te acogen de tal manera que enseguida te haces al grupo. El primer día de rodaje, todos conocían mi nombre. A la hora de comer Joana y Mireia Vilapuig me dijeron “Ven, ven, te hemos guardado sitio porque así hacemos más peso en el equipo de las chicas”. Desde ese momento vi que todo sería muy fácil.

-¿La diferencia de edad con ellos ha sido un problema?
No, porque esto de las edades cuenta muy poco. He podido hablar con ellos de persona a persona, independientemente de la edad. Lo notas mucho si quien tienes delante tiene 7 años, porque está en otro momento. Tengo amigas que me llevan 10 años y tienen el mismo tipo de vida que yo.

-¿Qué hay entre Lleó (Àlex Monner) y Rym?
Son caracteres muy fuertes y la primera escena fue un pique. El momento en el que se rapan les une en la búsqueda de la fuerza. Tienen muchos puntos en común: se afeitan, tienen nombre de animal (Rym es una gacela), han perdido a su madre y la recuerdan en momentos concretos, han tenido que despedir una parte de su cuerpo... Ambos dicen: “Yo solucionaré los problemas”, pero sólo entre ellos admiten que no pueden con todo y que tal vez necesitan la ayuda del otro. Y eso es lo que les une de tal manera que podrían ser hermanos, amigos, amantes, enemigos... lo que quisieran. No dejan de ser dos adolescentes compartiendo cosas que hasta el momento no habían compartido con nadie más y eso hace que tengan una relación muy especial, que se puedan enganchar en un beso o una pelea, sin poner nombre a ese tipo de relación.

-¿El triángulo con Cristina (Joana Vilapuig) se llegará a producir?
No es un triángulo amoroso clásico. Rym y Lleó se quieren por encima de tantas cosas, incluso de un amor convencional, que no habrá ninguna rivalidad.

-¿Cómo evoluciona Rym?
Llega haciéndose la chula y pensando que puede con todo, pero a medida que le van pasando cosas, como perder el pecho, renunciar a sentimientos o ver el estado de su hermano, va creciendo y se da cuenta de que tiene que hacer un camino largo y que no puede estar de culo con el mundo.

-Su carta de presentación fue muy intensa. En sólo dos planos ya conocimos a Rym ¿Cómo vivió ese momento?
Fue muy especial, un momento de decir “Tú no controlas nada como actor”, porque es tan real que está fuera de control. Àlex me ayudó mucho. Cuando acabamos de raparnos y le dije “Ya estoy calva”, él me miró y me contestó: “¡Guapa!” y pensé “Eres un mentiroso, pero gracias, porque ahora mismo necesitaba que me dijeses exactamente eso”. Allí vimos dos caras de Rym que la definen: la fuerte, la de yo puedo con todo, y la de esto es una mierda, pero te quiero ayudar y tú me tienes que ayudar a mí. Esa es la humildad de Rym.
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sihaymanera87
sihaymanera87
03/03/2013 17:14
(Sigue la entrevista. Después de este segundo mensaje, subiré las cinco preguntas que faltan)

-¿Le costó mucho asumir ese corte de pelo?
Mucho. Lo vi muy complicado porque en un primer momento, como le comentaba, fue motivo de aceptar o no el papel. Da miedo quedarse sin pelo, porque piensas que no volverás a trabajar. Estuve un mes pensando si me quería rapar o no. Al final fue una lucha entre corazón y mente. Uno de los consejos que me dio Pau, y al que me voy a coger de por vida en esta profesión, es que tienes que hacer cosas que notes con el corazón y las entrañas te digan que tienes muchas ganas de explicarlas. Si haces las cosas con miedo por lo que le pueda pasar en el futuro, siempre puedes acabar perdiendo, porque el futuro, aunque hayas sido prudente, no juega a tu favor, y si hubieras hecho realmente lo que quieres hacer lo tienes todo a tu favor. Es algo que nunca controlamos y tenía ese miedo. Pau fue quien me dijo que me tirase a la piscina: “No controlarás nunca lo que pueda pasar más allá de lo que hagas tú porque lo quieres hacer”. Después de la lucha entre el corazón y la mente, ganó el corazón. Pau me prometió que Polseres sería un viaje, y ha sido mágico.

-¿Qué sintió cuando se miró por primera vez al espejo?
Pensaba que tendría una cabeza de pepino, a lo Homer Simpson. Y pedí que Rym llevara pañuelo en todas las escenas, porque estaba convencida de que tendría una cabeza llena de bultos y cráteres. Pero al verme pensé: “No es tan grave. Podemos pasar de los pañuelos, si queréis”. Y no me costó adaptarme a la imagen de calva. El único momento en que tuve un bajón fue cuando los montadores nos enseñaron la primera escena tres meses después de empezar el rodaje, donde aún salía con pelo. Recordé de golpe que tenía una melena increíblemente larga y que la había perdido. Y lloré...

-¿El corte le ha impedido hacer otros trabajos?
Sí, ha habido papeles que he perdido porque estaba calva. Aquí en España todavía nos falta camino. Estoy rodando una película rusa y cuando les planteé que quería hacer Polsere... no me pusieron ninguna pega. Ellos acostumbran a utilizar pelucas, porque hay tanto trabajo que los actores están acostumbrados a simultanear varios proyectos. Y como son conscientes de que las chicas no pueden tener la imagen que cada trabajo les exige, usan pelucas.

-¿Y no ha sentido frustración por esa circunstancia?
No me arrepiento, porque Rym ha valido realmente la pena. Tú te tiras a la piscina y no sabes si está vacía o llena. No lo sabes hasta unos meses más tarde y ahora estoy muy contenta de haber perdido algún papel en favor de otro.

-¿Ha grabado más escenas con tanta intensidad?
Sí, hay una a la que le tenía mucho miedo: cuando Rym se mira por primera vez la cicatriz del pecho, sin palabras. Tenía miedo, porque cuando mirase vería mi pecho, no la cicatriz. Mi suegro estaba ingresado en ese mismo momento por un problema en la rodilla. Vi las grapas de la operación dos días más tarde y los médicos me dijeron que son las mismas que utilizan para el pecho. Tenía la imagen de lo que tenía que presenciar muy reciente tanto en fotos como en la vida real. Y dos enfermas que han sobrevivo a un cáncer, Irene y Gemma, me dieron mucha información para interpretar a Rym y fueron muy generosas conmigo. Pero no hablé con ellas de este momento. Y no tenía referentes.

-¿Y qué pasó el día del rodaje?
Pau me dijo “No ensayamos. Lo grabaremos directamente y veremos qué sale”. Para mí fue un momento comparable al de la rapada, porque no controlé lo que hice. Sólo sentí aquello y cuando Pau dijo “¡Corten!” le pedí repetir. Me contestó “No, míralo”. Me lo enseñó y estaba muy contenta del resultado, pero insistí en repetir. A la mitad de la escena pedí que cortaran. Pau me dijo “¿Ves como era la primera? Cuando yo te digo ya está, ya está...”.