Rol | Aulas - Finalizado

Olivia entra en el baño, junto a Sara, y la mira.

Olivia: ¿Estas diciendo que no me preocupo por ti? ¿Que prefiero estar con alguien, ocupada con el trabajo, antes de estar con la persona que más quiero en este mundo?

Dice mientras derrama una lágrima.

Olivia: Puede que tu no te des cuenta de eso. Puede que no te des cuenta de lo mucho que sufro cuando pasas de mi. Cuando te vas, cuando me insultas, cuando no me miras a la cara... Y cuando no me hablas.

Dice mientras mira el rostro de Sara en el espejo. El suyo, también se refleja.

Olivia: Le he tenido que pedir ayuda a un profesor que ni siquiera conozco de nada, pero que a estas alturas es la única persona en la que puedo confiar. Sara, asúmelo. Tu pa... Ese desgraciado me abandono el día en que naciste. Ni siquiera se presento en el parto. ¡Me abandono! Nunca más he hablado con el, es más... Ahora, por mucho que vuelva no quiero hablar con el. ¡Estamos solas en esto, como siempre! Y si tu te alejas de mi, lo único que haces es que me sienta una autentica inútil.

Las dos se quedan en silenció por unos segundos. Olivia, decide continuar.

Olivia: No soy perfecta. He intentado llevar esto lo mejor que he podido. He intentado ser la mejor madre del mundo, pero... ya veo que no ha servido de nada el esfuerzo.

Olivia, da el ultimo vistazo a su hija, mientras reflexiona sobre sus propias palabras, y las pintas que lleva su hija.

Dulce: Muchas gracias mama... muchas gracias, ¡te quiero!

Sonríe, abrazándole fuerte.

-Juan se sienta en el sofá y las mira sonriente-

Madre de Dulce: Bueno, que... he adelantado el viaje, y me voy dentro de nada, asi que tengo que ir ya al aeropuerto. Te he dejado dinero en mi cuarto, en la caja fuerte... te llamaré todos los dias.

Las dos se abrazan fuertemente, se despiden, la madre se despide tambien de Juan y.. se marcha. Dulce, con lágrimas en los ojos, se sienta en el sillón con Juan y le mira a los ojos.

Dulce: Ya.. ya se ha ido... pero.. Juan... ¿quieres venirte a vivir aquí, conmigo?

Dice sonriendo.

Juan: ¿A..Aquí? .. ¡¡Pues claro!!

-Juan sonrie y la abraza fuerte-

Juan: Claro que quiero mi amor..

Sara tiene la cabeza agachada, es incapaz de mirar a su madre, es incapaz de mirar su propio reflejo. Intenta ser fuerte, pero la coraza protectora que siempre se había creado empieza a caer lentamente, dejándola desnuda e indefensa. Una tímida lágrima casi imperceptible acaricia su rosada mejilla. No tiene palabras para contraatacar, pero tantas cosas que decir...

Sara: Yo...

Tartamudéa, incapaz de hablar.

Sara: Yo soy así... No me puedes cambiar. Aunque... aunque no sea lo que esperabas. No lo intentes, de verdad... Déjame. Déjame desaparecer... No soy tú.

Dulce: ¿Si?, ¿en serio?

Sonríe

Dulce: Te quiero.

Dice sonriendo y abrazándole. Deja de abrazarle y le besa tiernamente.

Juan: Yo te amo..

-Sonrie y le devuelve el beso-

Dulce: Y yo... ahora lo tengo claro. No.. no quería enamorarme por que tenía miedo a sufrir.. pero.. me he dado cuenta de que eso no se puede evitar.. te amo.

Sonríe y le besa.

Juan: El enamorarse no se puede evitar..

-Sonrie y la besa-

Sonríe

Dulce: Bueno, pues ahora... tenemos que ir a tu casa, a por tus cosas, ¿no?

Juan: Si..

-Sonrie y se levanta-

Dulce le agarra de la mano y los dos se van a casa de el, para recoger sus cosas y mudarse a casa de Dulce.

Olivia: Ya lo sé... Sé que no eres yo, ni mucho menos. Y me gusta.

Dice con una pequeña sonrisa, y derramando alguna que otra lágrima.

Olivia: Sara... No intento cambiarte. Intento entenderte, comprenderte, e intento que tu me quieras. Porque yo ya lo hago, tal y como eres... te quiero, porque eres especial. Eres diferente a los demás, original, aunque todos saben que eres una chica difícil. Odias mostrar los sentimientos, pero créeme... Eres capaz de cambiar el mundo, de encender un corazón apagado con tan solo una sonrisa que exprese tus labios.

Olivia continua sonriendo, un poco, y derramando lágrimas.

Olivia: Eres capaz de esto y de mucho más Sara... Pero se me rompe el corazón cuando veo lo que estas haciendo contigo misma. No puedo obligarte a que me quieras. Eso es una cosa que tiene que salir de ti misma. Sara... Pasa de tu egoísmo, por favor...

Olivia se acerca a Sara, le coge las manos, y la mira a los ojos.

Olivia: ¡Te quiero y siempre te voy a querer! Y te juro, que no hay y nunca habrá, nada en este mundo que me haga cambiar de opinión.

Dice mientras derrama más lágrimas.

Sara intenta esquivar los ojos de su madre. Finalmente la mira:

Sara: Lo que tú no entiendes es que mi egoismo también forma parte de mí. Al igual que virtudes, tenemos defectos. Y yo creo que no deben ser cambiados, porque entonces yo ya no sería yo.

Vuelve a apartar la mirada.

Sara: Tú quieres que te muestre afecto, pero no soy yo la única que tengo que cambiar algo. Aprende a confiar. Tú no lo haces conmigo. Nunca has confiado ni te has dignado a preguntarme. Simplemente afirmas lo que crees. Y sí, me conoces muy bien, pero no lo suficiente. La confianza es el comienzo de todo, recuerda eso.

Se deshace lentamente de sus manos y se marcha a su habitación, dejándola pensando en esto último.

Sonsoles llama a la puerta de Olivia. Lleva una mascarilla verde por toda la cara, unos rulos por el pelo, las uñas de los pies y de las manos de color rojo, recién pintadas.

Sonsoles: ¡Oli, abre!, ¡que se que estas ahí!

Olivia, desde el baño, oye los gritos de Sonsoles. Olivia, algo cansada de las visitas inesperadas de Sonsoles, decide ir a abrir, y decirle a la cara, que vasta de ser tan pesada.

Olivia sale del baño, se dirige hacia la puerta, y abre.

Olivia: Sonsoles... ¿Se puede saber que...

A Olivia no le da tiempo a terminar la frase, debido al susto que se ha llevado al ver el aspecto de Sonsoles.

Olivia: ¡Coño! Pero... ¿Pero que haces... así... con ese aspecto?

Dice mientras la mira de arriba a abajo.

Sonsoles: ¡Ay hija, es que me estoy preparando para una cita!, bueno a lo que venía.. ¿tienes una maquinilla o algo para depilar?

Olivia: Una ... ¿Una cita?

Dice algo interesada, ya que no se cree que una mujer como Sonsoles vaya a tener una cita.

Sonsoles: ¡Si, estoy nerviosísima! pues eso, ¿tienes o no tienes?