Foro Los hombres de Paco
Blackman y Amaia: recordémosles
#0

22/03/2010 17:41
Edito tema principal del post. Porque debido a la escasez de capítulos en los que aparecieron, ambos fueron capaces de marcarnos durante largo tiempo.
¡Para los corazones blackmaníacos!
¡Para los corazones blackmaníacos!
Vídeos FormulaTV
#81

30/03/2010 23:08
Mañana lo pongo!

#82

31/03/2010 00:10
fnas de blackman no os gustan los pinchos ayudadme con el post de balckman
#83

31/03/2010 09:15
No me seas mala. No pongas el capitulo el dia 1 ya que ese dia hasta el 4 no voy a estar. Estare en un pueblo que no tiene ni siquiera ordenador.
Como el canibal haga algo malo a Blackman lo juro q mato al canibal yo.
Como el canibal haga algo malo a Blackman lo juro q mato al canibal yo.
#84

31/03/2010 15:20
Parte 13!!!!
Los llantos de Amaia eran cada vez más dramáticos y don Lorenzo quedó mirándose la camilla vacía, y luego miró a Decker, con cara de no entender absolutamente nada.
-¿Dónde está Blackman?
Le preguntó don Lorenzo. Decker lo miró un tanto desconcertado, pues tampoco entendía nada.
-No tengo ni idea, don Lorenzo...
Dijo Decker, y volvió a fijarse en la pantalla de su portátil que aún estaba en blanco.
-... eso estaba fuera de mi plan.
Al decir eso, Amaia dejó de llorar y se apartó de Curtis, quien aún la abrazaba. Se quedó cara a cara con Decker, no podía creer lo que este acababa de decir...
-¿Que quiere decir con que esto estaba fuera de su plan?
Dijo Amaia con seriedad, sin quitarle la vista a Decker. Para Amaia las cosas empezaban a encajar:
-¡No me diga que su intención era atraer al Caníbal hacia Blackman para así capturarlo!
Decker no dijo nada. Don Lorenzo se sorprendió con las palabras de Amaia al forense.
-¡No me diga que usted ya sabía desde un principio que el Caníbal pastaba por aquí!
Decker siguió en silencio. Don Lorenzo miró a Decker:
-¿Usted... usted ya lo sabía?
Le preguntó don Lorenzo. Ahora Decker sí respondió:
-Yo sabía que el Caníbal era el causante de todo esto, lo supe mientras terminaba de operar a ese Blackman, porque su piel tenia marcas de dientes, como si alguien le hubiera mordisqueado. Y desde entonces decidí no contar a nadie nada sobre esto y cazar al maldito monstruo por mi cuenta, conectando mi móbil en esa cámara que hay allí...
Y todos se fijaron en una pequeña cámara de seguridad que estaba colocada en un rinconcillo del techo del laboratorio. Decker siguió:
-... Creía que sí el Caníbal oliera la herida de Blackman lo vería por mi móbil y así cazarlo.
Amaia le cortó el rollo, estaba desesperada, en ese momento hubiera matado a Decker:
-¡Por su maldita culpa el Caníbal se ha llevado su cuerpo y probablemente ya esté muerto!
Don Lorenzo fue el siguiente en hablar, y lo hizo con voz tranquila e intentando ocultar su rabia por Decker, pues quería que le contase todo lo que él sabía.
-¿Y usted tenía idea de que el Caníbal desconectaría todas las cámaras de seguridad de la comisaría?
Decker asintió:
-Lo sabía, don Lorenzo, lo sabía: mientras haya interferencias el Caníbal solo nos da un aviso, hasta que la pantalla no vuelva a ponerse tal y como estaba no se dejará ver...
Enseñó su móbil: la pantalla aún estaba en blanco.
-Lo único que nos faltaba era paciencia, pero veo que en esta comisaría la pacienca escasea.
Y hechó un vistazo a Amaia, quien lloraba, llena de furia cpor lo que Decker había hecho. "Blackman se ha ido..." pensó Amaia: "... el Caníbal se lo ha llevado y lo ha asesinado" Sabía que nunca podría perdonar a Decker, nunca en su vida.
De repente, la pantalla del móbil del forense volvió a ponerse como antes, pero algo distinta: en ella aparecía una silueta humana, en algún lugar de la comisaría. En aquel momento todo el mundo fijaba su vista en cada una de las pantallas del vestíbulo... o quizás no todo el mundo...y Amaia, Curtis, don Lorenzo y Decker observaron que aquella silueta humana pertenecía al Caníbal, mirándolos con su típica expresión burlona.
-La siguiente obra habrá empezado.
Dijo con su tétrica voz, sin quitarles ojo. Entonces Amaia pensó que quizás esa "siguiente obra" tenía que ver con Blackman... ¿Y si Blackman aún seguía con vida? ¿Y si el Caníbal lo había raptado para matarle como había hecho con sus anteriores víctimas y estaba a punto de hacerlo?
Amaia, como sie estuviera poseída por un ataque de locura, agarró el móbil de Decker y empezó a hablarle al Caníbal:
-¿Dónde tienes a Blackman?
El Caníbal no dijo nada, mantenía su expresión de burla.
-¿Dónde está?
Amaia perdía los nervios. Se dirigió a Decker:
-¡Usted, pregúntale donde está!
Decker miró a don Lorenzo y a Curtis, preocupados realmente. Don Lorenzo le dijo:
-Decker, hágale caso.
Decker asintió y cogió su móbil, aunque dudaba que el Caníbal respondiera a una simple pregunta:
-¡Tú! ¿Ha quien tienes prisionero?
El Caníbal seguía sin responder.
-¿Cuál es tu siguiente obra?
Dijo Decker. Pero no hubo respuesta. Curtis habló:
-Quizá tengamos que pedírselo en latín...
-No, ese monstruo entiende nuestro idioma a la perfección, lo único que quiere es jugar con nosotros...
Pero entonces, el Caníbal se apartó un poco de la pantalla, dejando ver a alguien detrás de él quien tenía las manos colgadas de una cuerda en el techo de alguna sala que no pudieron identificar...
Era Goyo.
-¡Goyo!
Gritó Amaia. Era imposible, no podía ser Goyo, pues él no se había movido de al lado de sus amigos.
Amaia corrió hacia el vestíbulo, con Decker, Curtis y don Lorenzo detrás de ella. Cuando llegó vio a todo el mundo desconcertado por lo que acababan de ver, como si nadie hubiera visto a Goyo desaparecer entre la multitud.
-¿Habéis visto algo?
Dijo Amaia a sus amigos. Povedilla parecía totalmente desconcertado y avergonzado.
-No sé lo que ha pasado...
Dijo.
-... Tan imbécil he sido de no ver a mi alumno desaparecer...
Amaia le preguntó a Lis y Dani:
-¿Y Goyo?
-No hemos visto nada, Amaia, ha sido algo muy raro, el Caníbal se lo ha llevado... pero no sabemos como ha sido, te lo juro...
Le dijo Lis, y volvieron a mirar en uno de los ordenadores, donde Goyo seguía colgando de una cuerda mirando al Caníbal con desesperación. Probablemente el Caníbal estaba mirando a todo el mundo a través de otra cámara de seguridad. La voz de este tembló a toda la comisaria.
-Quiero que hagan lo siguiente: quiero que la persona que esté más enlazada con su amigo adivine donde estoy y venga a verme de immediato, o la cuenta atrás habrá empezado...
En ese momento, solo alguien de la comisaria tenía una estricta relación con Goyo... Todo el mundo quedó mirándose mútuamente, buscando a ese alguien, pero pronto salió la persona referida por el Caníbal:
-Yo debo ser quien vaya a verle.
Todos tumbaron la cabeza, sorprendidos y asustados, hacia Amaia.
CONTINUARÁ...
Los llantos de Amaia eran cada vez más dramáticos y don Lorenzo quedó mirándose la camilla vacía, y luego miró a Decker, con cara de no entender absolutamente nada.
-¿Dónde está Blackman?
Le preguntó don Lorenzo. Decker lo miró un tanto desconcertado, pues tampoco entendía nada.
-No tengo ni idea, don Lorenzo...
Dijo Decker, y volvió a fijarse en la pantalla de su portátil que aún estaba en blanco.
-... eso estaba fuera de mi plan.
Al decir eso, Amaia dejó de llorar y se apartó de Curtis, quien aún la abrazaba. Se quedó cara a cara con Decker, no podía creer lo que este acababa de decir...
-¿Que quiere decir con que esto estaba fuera de su plan?
Dijo Amaia con seriedad, sin quitarle la vista a Decker. Para Amaia las cosas empezaban a encajar:
-¡No me diga que su intención era atraer al Caníbal hacia Blackman para así capturarlo!
Decker no dijo nada. Don Lorenzo se sorprendió con las palabras de Amaia al forense.
-¡No me diga que usted ya sabía desde un principio que el Caníbal pastaba por aquí!
Decker siguió en silencio. Don Lorenzo miró a Decker:
-¿Usted... usted ya lo sabía?
Le preguntó don Lorenzo. Ahora Decker sí respondió:
-Yo sabía que el Caníbal era el causante de todo esto, lo supe mientras terminaba de operar a ese Blackman, porque su piel tenia marcas de dientes, como si alguien le hubiera mordisqueado. Y desde entonces decidí no contar a nadie nada sobre esto y cazar al maldito monstruo por mi cuenta, conectando mi móbil en esa cámara que hay allí...
Y todos se fijaron en una pequeña cámara de seguridad que estaba colocada en un rinconcillo del techo del laboratorio. Decker siguió:
-... Creía que sí el Caníbal oliera la herida de Blackman lo vería por mi móbil y así cazarlo.
Amaia le cortó el rollo, estaba desesperada, en ese momento hubiera matado a Decker:
-¡Por su maldita culpa el Caníbal se ha llevado su cuerpo y probablemente ya esté muerto!
Don Lorenzo fue el siguiente en hablar, y lo hizo con voz tranquila e intentando ocultar su rabia por Decker, pues quería que le contase todo lo que él sabía.
-¿Y usted tenía idea de que el Caníbal desconectaría todas las cámaras de seguridad de la comisaría?
Decker asintió:
-Lo sabía, don Lorenzo, lo sabía: mientras haya interferencias el Caníbal solo nos da un aviso, hasta que la pantalla no vuelva a ponerse tal y como estaba no se dejará ver...
Enseñó su móbil: la pantalla aún estaba en blanco.
-Lo único que nos faltaba era paciencia, pero veo que en esta comisaría la pacienca escasea.
Y hechó un vistazo a Amaia, quien lloraba, llena de furia cpor lo que Decker había hecho. "Blackman se ha ido..." pensó Amaia: "... el Caníbal se lo ha llevado y lo ha asesinado" Sabía que nunca podría perdonar a Decker, nunca en su vida.
De repente, la pantalla del móbil del forense volvió a ponerse como antes, pero algo distinta: en ella aparecía una silueta humana, en algún lugar de la comisaría. En aquel momento todo el mundo fijaba su vista en cada una de las pantallas del vestíbulo... o quizás no todo el mundo...y Amaia, Curtis, don Lorenzo y Decker observaron que aquella silueta humana pertenecía al Caníbal, mirándolos con su típica expresión burlona.
-La siguiente obra habrá empezado.
Dijo con su tétrica voz, sin quitarles ojo. Entonces Amaia pensó que quizás esa "siguiente obra" tenía que ver con Blackman... ¿Y si Blackman aún seguía con vida? ¿Y si el Caníbal lo había raptado para matarle como había hecho con sus anteriores víctimas y estaba a punto de hacerlo?
Amaia, como sie estuviera poseída por un ataque de locura, agarró el móbil de Decker y empezó a hablarle al Caníbal:
-¿Dónde tienes a Blackman?
El Caníbal no dijo nada, mantenía su expresión de burla.
-¿Dónde está?
Amaia perdía los nervios. Se dirigió a Decker:
-¡Usted, pregúntale donde está!
Decker miró a don Lorenzo y a Curtis, preocupados realmente. Don Lorenzo le dijo:
-Decker, hágale caso.
Decker asintió y cogió su móbil, aunque dudaba que el Caníbal respondiera a una simple pregunta:
-¡Tú! ¿Ha quien tienes prisionero?
El Caníbal seguía sin responder.
-¿Cuál es tu siguiente obra?
Dijo Decker. Pero no hubo respuesta. Curtis habló:
-Quizá tengamos que pedírselo en latín...
-No, ese monstruo entiende nuestro idioma a la perfección, lo único que quiere es jugar con nosotros...
Pero entonces, el Caníbal se apartó un poco de la pantalla, dejando ver a alguien detrás de él quien tenía las manos colgadas de una cuerda en el techo de alguna sala que no pudieron identificar...
Era Goyo.
-¡Goyo!
Gritó Amaia. Era imposible, no podía ser Goyo, pues él no se había movido de al lado de sus amigos.
Amaia corrió hacia el vestíbulo, con Decker, Curtis y don Lorenzo detrás de ella. Cuando llegó vio a todo el mundo desconcertado por lo que acababan de ver, como si nadie hubiera visto a Goyo desaparecer entre la multitud.
-¿Habéis visto algo?
Dijo Amaia a sus amigos. Povedilla parecía totalmente desconcertado y avergonzado.
-No sé lo que ha pasado...
Dijo.
-... Tan imbécil he sido de no ver a mi alumno desaparecer...
Amaia le preguntó a Lis y Dani:
-¿Y Goyo?
-No hemos visto nada, Amaia, ha sido algo muy raro, el Caníbal se lo ha llevado... pero no sabemos como ha sido, te lo juro...
Le dijo Lis, y volvieron a mirar en uno de los ordenadores, donde Goyo seguía colgando de una cuerda mirando al Caníbal con desesperación. Probablemente el Caníbal estaba mirando a todo el mundo a través de otra cámara de seguridad. La voz de este tembló a toda la comisaria.
-Quiero que hagan lo siguiente: quiero que la persona que esté más enlazada con su amigo adivine donde estoy y venga a verme de immediato, o la cuenta atrás habrá empezado...
En ese momento, solo alguien de la comisaria tenía una estricta relación con Goyo... Todo el mundo quedó mirándose mútuamente, buscando a ese alguien, pero pronto salió la persona referida por el Caníbal:
-Yo debo ser quien vaya a verle.
Todos tumbaron la cabeza, sorprendidos y asustados, hacia Amaia.
CONTINUARÁ...
#85

31/03/2010 15:32
Goyo tambien???????!!!!!!!!!!!!!!
hay porfavor cuelga la 14 que esta SUPER INTERESANTE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
hay porfavor cuelga la 14 que esta SUPER INTERESANTE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
#86

31/03/2010 15:34
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espero que os guste3 las promos a quien pueda que me las ponga para que se vean son las nuevas promos
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#87

31/03/2010 15:37
La 14 vendrá prontito!
Si tenéis alguna duda acerca de la historia preguntadme! XD
Si tenéis alguna duda acerca de la historia preguntadme! XD
#88

31/03/2010 20:09
yo tengo una duda:
¡¡¡¡¡¡¡¿CUANDO LA 14????????
¡¡¡¡¡¡¡¿CUANDO LA 14????????
#89

31/03/2010 21:08
Uff, primero necesito un poco de inspiración!

#90

31/03/2010 23:49
Parte 14!!!!
-Yo debo ser quien vaya a ver al Caníbal...
Volvió a decir Amaia, tragando saliva y escrutando los rostros fijos en ella.
-... porque si no lo hago... Goyo morirá...
Todo el mundo estaba completamente alborotado por aquello, y Curtis fue a por ella de immediato. Lis, Dani y Povedilla parecían realmente deprimidos. Lis dijo:
-Amaia, no escuches al Caníbal, lo único que quiere es meterte en un lío tremendo...
-Tiene razón. Cariño, por favor, escúchame, si vas donde está el Caníbal, quizá no regreses...
Dijo Curtis. Pero Amaia ya lo tenía todo pensado: si no iba a ver al Caníbal, entonces ya sería demasiado tarde para todo.
-Tío, escúchame: Goyo es uno de mis mejores amigos, y él lo sabe... Incluso llegó a sentir mucho más que amistad por mi (eso lo dijo sonriendo a Lis y Dani, quienes seguían asustados por ella) y no puedo dejar que el Caníbal le haga daño... Preferiría morir yo misma antes que asesinaran a mis amigos o a la gente que quiero... como tú, por ejemplo... como a todos vosotros (dijo mirando a todas las caras asustadas de la comisaría)... porque yo os quiero y sé que siempre vais a ser mi familia...
Al decir esto, Amaia se soltó con delicadeza de su tío, y no pudo aguantarse las lágrimas, quería, por si todo iba mal, despedirse de sus compañeros, y así lo hizo.
El despido de Amaia fue más largo de lo que esperaba, y ahora temía por la vida de Goyo, aunque tambien pensaba en Blackman: "si Blackman no es el prisionero del Caníbal, ¿dónde está él entonces? ¿Está vivo o muerto?" Eran muchas las preguntas que Amaia se planteaba mútuamente, pero debía ir al grano. Estaba dispuesta a ir a ver al Caníbal cara a cara, pero primero tenía que adivinar donde estaba. Antes de irse, pidió a Decker que le dejase el móbil, aunque aún sentía furia por él.
-Usted, necesito que me deje su móbil. Tengo que averiguar donde se esconde el Caníbal.
Decker no dudó, y le dio su móbil de immediato. Se sentía algo mal por lo que había hecho antes, así que intentó ser más amable esta vez.
-Toma, antes de que te vayas, me gustaría que hiciesemos las paces... siento lo de antes.
Amaia dudó, pero los ojos de Decker expresaban tristeza por Amaia, y realmente era lo que sentía. Así que ella, al final, aunque no muy convencida, decidió perdonarle.
-De acuerdo (y le esbozó una sonrisa) no se preocupe, ahora lo que importa es salvar a Goyo... y debo ser yo quien lo haga.
Amaia observaba con atención la pantalla del portátil de Decker mientras andaba lentamente por el pasillo. Veía a Goyo, aún colgando de la cuerda y con desesperación en sus ojos, y el Caníbal, dándole la espalda a Amaia.
-¿Donde te escondes?
Dijo ella. El Caníbal se dio la vuelta, pero no respondió a su pregunta. Amaia decidió hacerlo de un modo más sencillo:
-¿Goyo, donde estáis?
-Pero Goyo no habló, como si tuviera miedo a hacerlo, quizá porque el Caníbal le había amenazado con matarle si abría la boca. Así que Amaia tuvo que adivinar el lugar por si misma, intentando apartar la vista del cadavérico rostro del Caníbal, quien la seguía mirando con expresión burlona. Amaia se fijó en la pared que Goyo tenía detrás, era lisa y de un color apagado, y observó un poco el suelo, que tambien era liso, exactamente como la pared... ¿Podría ser que aquel lugar fuese...? Amaia le dio muchas vueltas, y llegó a pensar en un cierto lugar de la comisaría, aunque no estaba del todo convencida...
"¿Y si el lugar donde están es... el garaje de San Antonio?" Pensó Amaia. Así que decidió bajar allí, pero algo la hizo dudar, algo misterioso en su mente le decía que no debía ir allí, al menos ella, desprotegida como iba. Amaia se sorprendió un instante por aquella especie de voz misteriosa que cada vez que quería hacer algo valiente le decía que no, y esa ya era la segunda vez que le pasaba. Aun así, no le dio importancia, y bajó decididamente en el garaje.
Efectivamente, no tardó en ver al Caníbal, sonriéndole con malícia, y detrás de él, a Goyo, sufriendo y colgando de esa cuerda del techo, mirándola y suplicándole, probablemente, que se largara de allí...
Amaia avanzó hacia el Caníbal con paso firme. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera para salvar a su amigo.
-Ya estoy aquí, tal y como deseabas, porque soy yo quien deseas ver, ¿verdad? Así que haré lo que sea por salvarle, si es esta tu intención.
El Caníbal la observó con atención, y su sonrisa fue más ancha:
-Sí... Quiero que me hagas un favor que solo tú puedes hacer...
Amaia miraba a Goyo, intentando decirle con los ojos que se calmara, pero el Caníbal ya se había puesto su mano en uno de sus bolsillos y sacó algo... Amaia apartó la vista para ver lo que sacaba el Caníbal: era una pistola. Entonces, ambos temieron lo peor.
-Quiero que agarres esta pistola con firmeza y que tengas buena puntería para disparar a tu amigo en la frente.
El cuerpo de Amaia se paralizó unos segundos. Nunca sería capaz de hacer una cosa así, nunca en su vida, a nadie en el mundo. Así que la vida empezó a parecerle una verdadera injusticia, como si todo aquello hubiera sido pura traición, y así era, pues el Caníbal había jugado con ella: Amaia se había presentado allí para matar a su mejor amigo.
Agarró la pistola que el Caníbal tenía en su mano, y la cargó. Entonces apuntó temblorosamente en la frente de Goyo... La voz se repitió en la mente de Amaia... Le decía que retirara el arma... Amaia sudaba... nunca había sentido tanto miedo como ahora... ¿Que debía hacer? Disparar o desobedecer el órden del Caníbal?... Su mente no paraba... la voz se repetía una y otra vez... le decía que bajara el arma... Pero Amaia no la bajó... Solo podía existir una escapatoria... Sabía que debía disparar, y antes de que el Caníbal diciera algo al respecto Amaia desvió su puntería para dispararle a este en distintas partes de su cuerpo, incluída la cabeza, y vio con sorpresa que Amadeo caía al suelo como si fuera un muñeco de trapo.
CONTINUARÁ...
-Yo debo ser quien vaya a ver al Caníbal...
Volvió a decir Amaia, tragando saliva y escrutando los rostros fijos en ella.
-... porque si no lo hago... Goyo morirá...
Todo el mundo estaba completamente alborotado por aquello, y Curtis fue a por ella de immediato. Lis, Dani y Povedilla parecían realmente deprimidos. Lis dijo:
-Amaia, no escuches al Caníbal, lo único que quiere es meterte en un lío tremendo...
-Tiene razón. Cariño, por favor, escúchame, si vas donde está el Caníbal, quizá no regreses...
Dijo Curtis. Pero Amaia ya lo tenía todo pensado: si no iba a ver al Caníbal, entonces ya sería demasiado tarde para todo.
-Tío, escúchame: Goyo es uno de mis mejores amigos, y él lo sabe... Incluso llegó a sentir mucho más que amistad por mi (eso lo dijo sonriendo a Lis y Dani, quienes seguían asustados por ella) y no puedo dejar que el Caníbal le haga daño... Preferiría morir yo misma antes que asesinaran a mis amigos o a la gente que quiero... como tú, por ejemplo... como a todos vosotros (dijo mirando a todas las caras asustadas de la comisaría)... porque yo os quiero y sé que siempre vais a ser mi familia...
Al decir esto, Amaia se soltó con delicadeza de su tío, y no pudo aguantarse las lágrimas, quería, por si todo iba mal, despedirse de sus compañeros, y así lo hizo.
El despido de Amaia fue más largo de lo que esperaba, y ahora temía por la vida de Goyo, aunque tambien pensaba en Blackman: "si Blackman no es el prisionero del Caníbal, ¿dónde está él entonces? ¿Está vivo o muerto?" Eran muchas las preguntas que Amaia se planteaba mútuamente, pero debía ir al grano. Estaba dispuesta a ir a ver al Caníbal cara a cara, pero primero tenía que adivinar donde estaba. Antes de irse, pidió a Decker que le dejase el móbil, aunque aún sentía furia por él.
-Usted, necesito que me deje su móbil. Tengo que averiguar donde se esconde el Caníbal.
Decker no dudó, y le dio su móbil de immediato. Se sentía algo mal por lo que había hecho antes, así que intentó ser más amable esta vez.
-Toma, antes de que te vayas, me gustaría que hiciesemos las paces... siento lo de antes.
Amaia dudó, pero los ojos de Decker expresaban tristeza por Amaia, y realmente era lo que sentía. Así que ella, al final, aunque no muy convencida, decidió perdonarle.
-De acuerdo (y le esbozó una sonrisa) no se preocupe, ahora lo que importa es salvar a Goyo... y debo ser yo quien lo haga.
Amaia observaba con atención la pantalla del portátil de Decker mientras andaba lentamente por el pasillo. Veía a Goyo, aún colgando de la cuerda y con desesperación en sus ojos, y el Caníbal, dándole la espalda a Amaia.
-¿Donde te escondes?
Dijo ella. El Caníbal se dio la vuelta, pero no respondió a su pregunta. Amaia decidió hacerlo de un modo más sencillo:
-¿Goyo, donde estáis?
-Pero Goyo no habló, como si tuviera miedo a hacerlo, quizá porque el Caníbal le había amenazado con matarle si abría la boca. Así que Amaia tuvo que adivinar el lugar por si misma, intentando apartar la vista del cadavérico rostro del Caníbal, quien la seguía mirando con expresión burlona. Amaia se fijó en la pared que Goyo tenía detrás, era lisa y de un color apagado, y observó un poco el suelo, que tambien era liso, exactamente como la pared... ¿Podría ser que aquel lugar fuese...? Amaia le dio muchas vueltas, y llegó a pensar en un cierto lugar de la comisaría, aunque no estaba del todo convencida...
"¿Y si el lugar donde están es... el garaje de San Antonio?" Pensó Amaia. Así que decidió bajar allí, pero algo la hizo dudar, algo misterioso en su mente le decía que no debía ir allí, al menos ella, desprotegida como iba. Amaia se sorprendió un instante por aquella especie de voz misteriosa que cada vez que quería hacer algo valiente le decía que no, y esa ya era la segunda vez que le pasaba. Aun así, no le dio importancia, y bajó decididamente en el garaje.
Efectivamente, no tardó en ver al Caníbal, sonriéndole con malícia, y detrás de él, a Goyo, sufriendo y colgando de esa cuerda del techo, mirándola y suplicándole, probablemente, que se largara de allí...
Amaia avanzó hacia el Caníbal con paso firme. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera para salvar a su amigo.
-Ya estoy aquí, tal y como deseabas, porque soy yo quien deseas ver, ¿verdad? Así que haré lo que sea por salvarle, si es esta tu intención.
El Caníbal la observó con atención, y su sonrisa fue más ancha:
-Sí... Quiero que me hagas un favor que solo tú puedes hacer...
Amaia miraba a Goyo, intentando decirle con los ojos que se calmara, pero el Caníbal ya se había puesto su mano en uno de sus bolsillos y sacó algo... Amaia apartó la vista para ver lo que sacaba el Caníbal: era una pistola. Entonces, ambos temieron lo peor.
-Quiero que agarres esta pistola con firmeza y que tengas buena puntería para disparar a tu amigo en la frente.
El cuerpo de Amaia se paralizó unos segundos. Nunca sería capaz de hacer una cosa así, nunca en su vida, a nadie en el mundo. Así que la vida empezó a parecerle una verdadera injusticia, como si todo aquello hubiera sido pura traición, y así era, pues el Caníbal había jugado con ella: Amaia se había presentado allí para matar a su mejor amigo.
Agarró la pistola que el Caníbal tenía en su mano, y la cargó. Entonces apuntó temblorosamente en la frente de Goyo... La voz se repitió en la mente de Amaia... Le decía que retirara el arma... Amaia sudaba... nunca había sentido tanto miedo como ahora... ¿Que debía hacer? Disparar o desobedecer el órden del Caníbal?... Su mente no paraba... la voz se repetía una y otra vez... le decía que bajara el arma... Pero Amaia no la bajó... Solo podía existir una escapatoria... Sabía que debía disparar, y antes de que el Caníbal diciera algo al respecto Amaia desvió su puntería para dispararle a este en distintas partes de su cuerpo, incluída la cabeza, y vio con sorpresa que Amadeo caía al suelo como si fuera un muñeco de trapo.
CONTINUARÁ...
#91

01/04/2010 00:14
Por un momento pense que se iva a cargar a Goyito....ufff,que susto.
Ya tengo ganas de leer la siguiente parte,y Blackman?donde esta?
TOMATE TU TIEMPO WAPA,QUE YO ESPERO!!!!!!!!!!!!!!!!
Ya tengo ganas de leer la siguiente parte,y Blackman?donde esta?
TOMATE TU TIEMPO WAPA,QUE YO ESPERO!!!!!!!!!!!!!!!!
#92

01/04/2010 12:47
¿Que dónde está Blackman? A lo largo de las últimas partes he ido dejando alguna pistilla...
#93

01/04/2010 14:31
me encanta tu historia(l) spero k la sigas pronto pork esta muuui bien
tengo dos preguntitas:
la voz k escucha amaia cuando va a acer algo valiente... es blackman verdad???
i vas a poner capi hoy???? porfaaa
tengo dos preguntitas:
la voz k escucha amaia cuando va a acer algo valiente... es blackman verdad???
i vas a poner capi hoy???? porfaaa
#94

01/04/2010 16:31
Parte 15!!!!
Amaia se quedó contemplado con horror el cuerpo supuestamente muerto del Caníbal, tendido en el suelo. Goyo, aún colgado, había contemplado la escena apenas sin aire, y no había abierto boca en todo el rato. Amaia tampoco tenía palabras, nunca en su vida habría hecho algo así, pero sabía que aquello era su única escapatoria... o eso creía. Su cuerpo se había quedado completamente paralizado por culpa del temor, y se sorprendió cuando Goyo habló, aunque lo único que fue capaz de decir fue:
-Guau...
Y Amaia giró la cabeza para ver a su amigo, quien sudaba la gota gorda, y le esbozaba una pequeña sonrisita. Amaia, en cambio, no le devolvió la sonrisa, si no que su rostro seguía con la misma seriedad y horror que antes:
-No sabía que hacer... -dijo - ... no he podido hacer nada más...
Goyo aún sonreía, y Amaia observó que de sus ojos goteaban pequeñas lágrimas.
-¿Sabes porque no he abierto la boca durante todo el rato, Amaia? -le preguntó Goyo.
-¿Porque te había amenazado? -dijo ella.
Goyo negó con la cabeza:
-No. Porque si abría la boca el Caníbal te hubiera matado. Me chantajeó, me tenía como un juguete, igual que a ti.
Entonces, Amaia sintió un fuerte deseo de abrazar a su amigo, pero sabía que atado como estaba le sería muy difícil. Goyo continuó:
-La intención del Caníbal era matarte a ti una vez me hubieras matado, lo que quería era acabar con nosotros.
-Pero yo he acabado con él.
Goyo no parecía muy convencido.
-Lo dudo, ¿acaso ves que sus heridas sangren?
Amaia lo comprobó: efectivamente, ninguna de las heridas provocadas por las balas sangraba, y Amaia tuvo miedo de que el Caníbal aún siguiera con vida... ¿o es que solo era un no-muerto?
-Sigue vivo...
-Sí -dijo Goyo - y no tenemos mucho tiempo, Amaia, porfavor, tienes que quitarme esta cuerda.
-¿Cómo?
-¡Con un disparo! Espero que tengas buena puntería...
Amaia se escandalizó, intentando encontrar otro sistema más eficaz, pero no había tiempo... Apuntó con cautela en el nudo que ataba las manos de su amigo, e intentó hacerlo lo más bien que pudo... Goyo cerró los ojos... Amaia tragó saliva y entonces volvió aquella voz en su mente... le decía algo... y entonces Amaia supo como hacerlo: disparó, y el nudo se partió, cayendo Goyo al suelo y dejándolo en libertad.
-Guau... -dijo este. Amaia aún sudaba, estaba contenta de que su amigo por fin estuviera sano y salvo.
-Eres una crack, Amaia, no sabía que tuvieras tanta puntería con la pistola.
-Ha sido algo muy extraño... -dijo ella - pero ahora tenemos que irnos de aquí y reunirnos con los demás, ven, ¡estan en el vestíbulo!
-¡Amaia! -gritó Goyo. Las puertas se cerraron de golpe, y la poca luz que iluminaba el garaje se apagó, dejándolos a oscuras. Claramente, aquello era obra del propio Caníbal.
-¡Mierda! -dijo Goyo - Nos la tiene jugada...
La tétrica voz de Amadeo sonó por todo el garaje:
-Acabaré mi obra... con vosotros enemigos del Supremo...
-¿El Supremo? -dijo Amaia en voz baja a Goyo - ¿se refiere a Satán?
Ambos intentaron mantenerse quietos donde allí donde estuvieran, casi abrazados, sabían que fuesen donde fuesen el Caníbal les alcanzaría, demás, tampoco sabían por donde ir, no se veía nada. Pero sí sentían al Caníbal cada vez más cerca, acercándose a ellos... Amaia tenía casi un grito en la garganta, y abrazó a Goyo. Este intentaba tranquilizarla, pero sabía que tenía el Caníbal a casi diez centímetros de él... podía sentir su fría respiración... Goyo cerró los ojos y apretó a Amaia con fuerza... Se oyó un fuerte golpe, como si alguien se hubiera golpeado contra la pared, y tanto Goyo como Amaia siguieron abrazados, temblando de miedo, pues creían que el Caníbal les iba a matar... pero fue extraño que no lo hiciera, a esas alturas ya lo hubiera hecho... Ambos abrieron los ojos casi a la misma vez, pero no vieron nada por culpa de la oscuridad.. tampoco vieron al Caníbal, ni siquiera encontraron señales de este... Y, de pronto, volvió la luz, y Amaia y Goyo vieron como un hombre vestido de negro sujetaba a Amadeo por el cuello...
CONTINUARÁ...
Amaia se quedó contemplado con horror el cuerpo supuestamente muerto del Caníbal, tendido en el suelo. Goyo, aún colgado, había contemplado la escena apenas sin aire, y no había abierto boca en todo el rato. Amaia tampoco tenía palabras, nunca en su vida habría hecho algo así, pero sabía que aquello era su única escapatoria... o eso creía. Su cuerpo se había quedado completamente paralizado por culpa del temor, y se sorprendió cuando Goyo habló, aunque lo único que fue capaz de decir fue:
-Guau...
Y Amaia giró la cabeza para ver a su amigo, quien sudaba la gota gorda, y le esbozaba una pequeña sonrisita. Amaia, en cambio, no le devolvió la sonrisa, si no que su rostro seguía con la misma seriedad y horror que antes:
-No sabía que hacer... -dijo - ... no he podido hacer nada más...
Goyo aún sonreía, y Amaia observó que de sus ojos goteaban pequeñas lágrimas.
-¿Sabes porque no he abierto la boca durante todo el rato, Amaia? -le preguntó Goyo.
-¿Porque te había amenazado? -dijo ella.
Goyo negó con la cabeza:
-No. Porque si abría la boca el Caníbal te hubiera matado. Me chantajeó, me tenía como un juguete, igual que a ti.
Entonces, Amaia sintió un fuerte deseo de abrazar a su amigo, pero sabía que atado como estaba le sería muy difícil. Goyo continuó:
-La intención del Caníbal era matarte a ti una vez me hubieras matado, lo que quería era acabar con nosotros.
-Pero yo he acabado con él.
Goyo no parecía muy convencido.
-Lo dudo, ¿acaso ves que sus heridas sangren?
Amaia lo comprobó: efectivamente, ninguna de las heridas provocadas por las balas sangraba, y Amaia tuvo miedo de que el Caníbal aún siguiera con vida... ¿o es que solo era un no-muerto?
-Sigue vivo...
-Sí -dijo Goyo - y no tenemos mucho tiempo, Amaia, porfavor, tienes que quitarme esta cuerda.
-¿Cómo?
-¡Con un disparo! Espero que tengas buena puntería...
Amaia se escandalizó, intentando encontrar otro sistema más eficaz, pero no había tiempo... Apuntó con cautela en el nudo que ataba las manos de su amigo, e intentó hacerlo lo más bien que pudo... Goyo cerró los ojos... Amaia tragó saliva y entonces volvió aquella voz en su mente... le decía algo... y entonces Amaia supo como hacerlo: disparó, y el nudo se partió, cayendo Goyo al suelo y dejándolo en libertad.
-Guau... -dijo este. Amaia aún sudaba, estaba contenta de que su amigo por fin estuviera sano y salvo.
-Eres una crack, Amaia, no sabía que tuvieras tanta puntería con la pistola.
-Ha sido algo muy extraño... -dijo ella - pero ahora tenemos que irnos de aquí y reunirnos con los demás, ven, ¡estan en el vestíbulo!
-¡Amaia! -gritó Goyo. Las puertas se cerraron de golpe, y la poca luz que iluminaba el garaje se apagó, dejándolos a oscuras. Claramente, aquello era obra del propio Caníbal.
-¡Mierda! -dijo Goyo - Nos la tiene jugada...
La tétrica voz de Amadeo sonó por todo el garaje:
-Acabaré mi obra... con vosotros enemigos del Supremo...
-¿El Supremo? -dijo Amaia en voz baja a Goyo - ¿se refiere a Satán?
Ambos intentaron mantenerse quietos donde allí donde estuvieran, casi abrazados, sabían que fuesen donde fuesen el Caníbal les alcanzaría, demás, tampoco sabían por donde ir, no se veía nada. Pero sí sentían al Caníbal cada vez más cerca, acercándose a ellos... Amaia tenía casi un grito en la garganta, y abrazó a Goyo. Este intentaba tranquilizarla, pero sabía que tenía el Caníbal a casi diez centímetros de él... podía sentir su fría respiración... Goyo cerró los ojos y apretó a Amaia con fuerza... Se oyó un fuerte golpe, como si alguien se hubiera golpeado contra la pared, y tanto Goyo como Amaia siguieron abrazados, temblando de miedo, pues creían que el Caníbal les iba a matar... pero fue extraño que no lo hiciera, a esas alturas ya lo hubiera hecho... Ambos abrieron los ojos casi a la misma vez, pero no vieron nada por culpa de la oscuridad.. tampoco vieron al Caníbal, ni siquiera encontraron señales de este... Y, de pronto, volvió la luz, y Amaia y Goyo vieron como un hombre vestido de negro sujetaba a Amadeo por el cuello...
CONTINUARÁ...
#95

01/04/2010 19:00
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
BLACKMAN TE ECHABA DE MENOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
cuando puedas pones la 16 xfa,PEDAZO DE HISTORIA ENHORABUENA!!!!!!!!!!!!!!!!!
BLACKMAN TE ECHABA DE MENOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
cuando puedas pones la 16 xfa,PEDAZO DE HISTORIA ENHORABUENA!!!!!!!!!!!!!!!!!
#96

01/04/2010 19:10
porfiiin!! vuelve blackman (l)
k ganas de ke pongas la siguiente parte te esta kedando mui bien la istoria
suiguela prontito
k ganas de ke pongas la siguiente parte te esta kedando mui bien la istoria
suiguela prontito
#97

01/04/2010 20:02
¿Y que tiene Pepa que ver con esto?

#98

01/04/2010 20:06
jajaja ni idea se abra ekivocao
siguee porfis (yn)
siguee porfis (yn)
#99

01/04/2010 23:18
Parte 16!!!!
Era Blackman, quien se había lanzado encima del Caníbal y lo agarraba fuertemente por el cuello, manteniéndolo contra la pared. Amaia no podía creerlo: Blackman, el hombre que no hacía mucho estaba tumbado en una camilla en un estado gravemente crítico estaba allí, vivo y protegiéndola a ella y a Goyo del propio Caníbal. Pensó como podía ir vestido con su traje negro de siempre si hacía poquísimo estaba en el laboratorio, pero luego supo que Blackman era alguien especial capaz de hacer cosas realmente imposibles para alguien como ella... Casi le dio un ataque de alegría al verle, pero tuvo que contenerse ya que su protector estaba ocupado "desarmando" al Caníbal... A Blackman se le veía algo amargado y su expresión era algo débil, pero sus fuerzas aún perduraban, y Amaia vio como realmente nuestro héroe sentía un profundo rencor hacia Amadeo. Este, en cambio, mantenía su expresión burlona de siempre, mirándole a los ojos y sin quejarse siquiera de la fuerza que Blackman mantenía contra su cuello, como si no le hiciera daño alguno. El Caníbal abrió la boca con intenció de hablar, pero Blackman le apretaba más el cuello, intentando ahogarle...
-Terminaré la obra... con todos vosotros, enemigos del Supremo...
Como si la furia se apoderara cada vez más en él, Blackman le apretó el cuello con las dos manos, y a ese punto podía haber ahogado a una persona cualquiera, pero el Caníbal resistía la agresión, y entonces apartó la mirada en él para fijarse en Amaia, y cuando Blackman se dio cuenta lo sujetó en el aire violentamente con las dos manos.
-¿Quien te envía?
Blackman dijo aquello en latín, y Amaia se sorprendió al oírle hablar esa lengua, pero no le dio importancia, al fin y al cabo, se alegraba de ver a su gran héroe y amor protegiéndola. Por otro lado, Goyo contemplaba la escena con la boca abierta y como si se hubiera quedado sin palabras, commocionado. El Caníbal no respondió a la pregunta, y volvió a poner los ojos en Amaia, y Blackman intentó evitarlo de nuevo:
-¡Amaia, lárgate! ¡Llévate a tu amigo y salid de aquí!
-¿Y que será de ti, Blackman?
-¡LARGAOS!
Amaia obedeció, cogió a Goyo por el brazo (que aún estaba embobado) y corrieron en dirección a la puerta, esperando que estuviese abierta. Pero antes de comprobar si lo estaba, Amaia dio una ojeada a Blackman, quien seguía sujetando al Caníbal, y entonces, de repente, Amaia sintió algo raramente extraño... y violento. Sintió como si se le clavasen cien mil agujas en la pierna y Amaia gritó, asustando a Goyo y a Blackman, quien giró la cabeza para verla.
-Amaia, ¿estás bien? -dijo Goyo.
-Siento como si... me estuvieran apuñalando...
De repente, una mancha de sangre se dejó ver entre el pantalón de Amaia. Blackman sabía perfectamente que su protegida estaba en peligro, y no pudo contenerse:
-¿Que le estás haciendo?
La mancha de sangre era cada vez más grande. Amaia no dejaba de gritar, sentía punzadas por todo el cuerpo, y pronto apareció otra mancha en su pecho. Goyo estaba desesperado, sin saber que hacer. Blackman sabía que aquello era obra del Caníbal, quien estaba torturando a Amaia con su fuerza sobrenatural, y lanzó a este con violencia, golpeándolo contra la pared y persiguiéndolo allí donde fuese. Los gritos de dolor de Amaia eran cada vez más fuertes, y Goyo observaba como la furia dominaba a Blackman y poco a poco, sin saber como, iba derrotando a Amadeo... Amaia sentía la voz de nuevo en su mente... le decía que aguantase y que no se rendiese... y Amaia esbozó una sonrisa, pese al dolor que sentía... Porque sabía que aquella voz que hacía rato que intentaba protegerla del peligro era del hombre que en ese momento estaba luchando contra el Caníbal. Goyo sujetaba a Amaia, e intentaba contenerle las heridas presionándolas con las manos, pero la debilidad se iba apoderando de Amaia... Apenas oía los ánimos de su amigo y los golpes que el furioso Blackman le ocasionaba al Caníbal...y poco después, Amaia cerró los ojos... y todo se volvió negro.
CONTINUARÁ...
Era Blackman, quien se había lanzado encima del Caníbal y lo agarraba fuertemente por el cuello, manteniéndolo contra la pared. Amaia no podía creerlo: Blackman, el hombre que no hacía mucho estaba tumbado en una camilla en un estado gravemente crítico estaba allí, vivo y protegiéndola a ella y a Goyo del propio Caníbal. Pensó como podía ir vestido con su traje negro de siempre si hacía poquísimo estaba en el laboratorio, pero luego supo que Blackman era alguien especial capaz de hacer cosas realmente imposibles para alguien como ella... Casi le dio un ataque de alegría al verle, pero tuvo que contenerse ya que su protector estaba ocupado "desarmando" al Caníbal... A Blackman se le veía algo amargado y su expresión era algo débil, pero sus fuerzas aún perduraban, y Amaia vio como realmente nuestro héroe sentía un profundo rencor hacia Amadeo. Este, en cambio, mantenía su expresión burlona de siempre, mirándole a los ojos y sin quejarse siquiera de la fuerza que Blackman mantenía contra su cuello, como si no le hiciera daño alguno. El Caníbal abrió la boca con intenció de hablar, pero Blackman le apretaba más el cuello, intentando ahogarle...
-Terminaré la obra... con todos vosotros, enemigos del Supremo...
Como si la furia se apoderara cada vez más en él, Blackman le apretó el cuello con las dos manos, y a ese punto podía haber ahogado a una persona cualquiera, pero el Caníbal resistía la agresión, y entonces apartó la mirada en él para fijarse en Amaia, y cuando Blackman se dio cuenta lo sujetó en el aire violentamente con las dos manos.
-¿Quien te envía?
Blackman dijo aquello en latín, y Amaia se sorprendió al oírle hablar esa lengua, pero no le dio importancia, al fin y al cabo, se alegraba de ver a su gran héroe y amor protegiéndola. Por otro lado, Goyo contemplaba la escena con la boca abierta y como si se hubiera quedado sin palabras, commocionado. El Caníbal no respondió a la pregunta, y volvió a poner los ojos en Amaia, y Blackman intentó evitarlo de nuevo:
-¡Amaia, lárgate! ¡Llévate a tu amigo y salid de aquí!
-¿Y que será de ti, Blackman?
-¡LARGAOS!
Amaia obedeció, cogió a Goyo por el brazo (que aún estaba embobado) y corrieron en dirección a la puerta, esperando que estuviese abierta. Pero antes de comprobar si lo estaba, Amaia dio una ojeada a Blackman, quien seguía sujetando al Caníbal, y entonces, de repente, Amaia sintió algo raramente extraño... y violento. Sintió como si se le clavasen cien mil agujas en la pierna y Amaia gritó, asustando a Goyo y a Blackman, quien giró la cabeza para verla.
-Amaia, ¿estás bien? -dijo Goyo.
-Siento como si... me estuvieran apuñalando...
De repente, una mancha de sangre se dejó ver entre el pantalón de Amaia. Blackman sabía perfectamente que su protegida estaba en peligro, y no pudo contenerse:
-¿Que le estás haciendo?
La mancha de sangre era cada vez más grande. Amaia no dejaba de gritar, sentía punzadas por todo el cuerpo, y pronto apareció otra mancha en su pecho. Goyo estaba desesperado, sin saber que hacer. Blackman sabía que aquello era obra del Caníbal, quien estaba torturando a Amaia con su fuerza sobrenatural, y lanzó a este con violencia, golpeándolo contra la pared y persiguiéndolo allí donde fuese. Los gritos de dolor de Amaia eran cada vez más fuertes, y Goyo observaba como la furia dominaba a Blackman y poco a poco, sin saber como, iba derrotando a Amadeo... Amaia sentía la voz de nuevo en su mente... le decía que aguantase y que no se rendiese... y Amaia esbozó una sonrisa, pese al dolor que sentía... Porque sabía que aquella voz que hacía rato que intentaba protegerla del peligro era del hombre que en ese momento estaba luchando contra el Caníbal. Goyo sujetaba a Amaia, e intentaba contenerle las heridas presionándolas con las manos, pero la debilidad se iba apoderando de Amaia... Apenas oía los ánimos de su amigo y los golpes que el furioso Blackman le ocasionaba al Caníbal...y poco después, Amaia cerró los ojos... y todo se volvió negro.
CONTINUARÁ...
#100

01/04/2010 23:29
NOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!AMAIA, BLACKMAN TE NECESITA,NO TE MUERAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No aguanto hasta mañana ponlo ya xfa xfa xfa xfa xfa xfa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No aguanto hasta mañana ponlo ya xfa xfa xfa xfa xfa xfa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!