LHDP - ROL Capítulo 16
La tercera temporada ha sido la más exitosa hasta el momento, cosechando gran número de páginas en los cinco capítulos que la componen y siendo el caso Z-105 y las tramas planteadas éxito en la crítica de roleros y el público.
Ahora inicia el C16, el primer capítulo de la nueva tanda de episodios, que será, sin duda alguna, la más impresionante que se vivirá en el ROL. Las tramas principales de este capítulo han permanecido encerradas bajo llave durante un mes, y es el capítulo con los secretos mejor guardados hasta la fecha.
Tienen a su disposición dos páginas extra además de este post principal y el anuncio.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>Mayyy
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Beuka
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Kike Gallardo)>>Bryan-Derek
• (Nelson Amadú)>>Scarface
• (Carlota Fernández)>>Xispi_lhdp
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Rasputín Verenguer)>>Sauker
• (Álvaro D´Alvade)>>Avataryl
• (Agostino Baladamenti)>>Martinyfelix
• (Antonio Decoco)>>Rubén16
• (Camilla Margaretti)>>Meli-esdm
• (Sr. Crisantos)>>Bryan-Derek
- INTERVIENEN -
• (Los Guiñoles)>>Sauker
-Sandra/El ente
-Fructuoso "Fiti" Bragueta
• (Bruce Willis)>>Avataryl
• (El Químico)>>Bryan-Derek
• (Claude & Charlotte)>>Sauker
• (Felipa)>>Martinyfelix
• (Patricia)>>Sara_93
• (Arcadio Claus)>>Sauker
1er anuncio, realizado por Sauker:
2º anuncio, realizado por Avataryl.
3er anuncio, realizado por Sauker:
4º anuncio, realizado por Avataryl:
SINOPSIS
Ha transcurrido una semana desde el fatídico desenlace del caso Z-105, y los agentes de San Antonio se preparan con cierta reticencia para una ceremonia que preferirían que no se celebrase. Desearían olvidar lo antes posible todo el daño que los Sombrereros les han causado.
Don Lorenzo Castro, definitivamente recuperado de su enajenación mental, volverá a San Antonio para tomar las riendas de la comisaría.
Paco se ha desprendido de la responsabilidad del comisariato, pero aún tiene muchas cosas en las que pensar. La escena del bosque aún le atormenta, y la experiencia tan cercana a la muerte que ha vivido le obligará a replantearse su vida. Para empezar, intentará recuperar a Lola.
Félix también se reconcome por dentro. Algo que sucedió durante el operativo en los laboratorios le ha perseguido desde entonces y le impide conciliar el sueño. Lola, que ya se ha recuperado de la gripe A, retomará los planes de la boda, que cada vez está más cerca. Y el psicólogo pronto recibirá una visita inesperada...
De Gaulle y Salgado viven con pasión los primeros días de su vida conyugal. Pero la felicidad se esfumará súbitamente cuando vuelvan a San Antonio, donde los padres del francés estarán esperando para incordiar todo lo posible a la pareja.
Silvia permanece conmocionada por lo que le sucedió a Aitor. Sus sentimientos hacia el becario por fin han aflorado, pero parece que es demasiado tarde. Para más inri, Montoya reaparecerá en comisaría tras un tiempo ausente.
Por otra parte, el terror seguirá floreciendo en la casa de Rasputín. El doctor y Fiti tomarán todas las medidas necesarias para evitar ser atacados por Sandra, cuya posesión diabólica parece haber llegado a su cénit, y, por supuesto, intentarán que vuelva en sí. A ratos, Sandra es muy recatada, pero el espíritu que en ella alberga ha resultado ser un temible acosador y, cuando se manifiesta, las inhibiciones de la chica se desvanecen y despierta la lascivia que esconde bajo sus encajes.
El periódico El Observador se hace eco de una impactante noticia. Han amenazado de muerte a Álvaro D'Alvade, el famoso tenor italiano que se halla de gira y próximamente actuará en la ópera de París...
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El comisario de San Antonio regresó a la entrada a tiempo para presenciar cómo De Gaulle, Mariano, Silvia y Povedilla escoltaban a Decoco hasta la recepción, donde la Interpol se hacía cargo de la tutela y adentraban al herido inmediatamente en una ambulancia que esperaba a las afueras; al unísono, Aitor apareció empujando a Camilla Margaretti junto a los demás actores. Don Lorenzo llamó al becario e hizo una inclinación de cabeza hacia la detenida, extrañado. Aitor le explicó los hechos, y el comisario asintió, depositando una mirada pensativa en Camilla.
Después, se volvió hacia Aitor y, colocando una mano sobre el hombre del becario, comenzó a apretárselo.
-Carrasco, cuando mañana volvamos a San Antonio, quiero que vaya a su casa y se vista con sus mejores galas...
Habían bajado del automóvil.
El cadáver del padre Jacobo tan sólo señalaba dos parroquias.
Si tuvieran que viajar a alguna otra, carecían de indicaciones, o las encontrarían en la 3ª Iglesia, por la que ahora deambulaban.
Pero Rasputín y los demás sabían que aquel juego se había acabado.
Un insoportable hedor se apoderó de la parroquia, y se taparon la nariz de inmediato.
Parecían escuchar... ¿jadeos...?
El doctor sacó una jeringuilla de su bata, y la puso en alto.
Rasputín Verenguer
¡Si te acercas... Sandra... te lo inyecto...!
Todas las velas de la Iglesia se encendieron a la vez, iluminando débilmente el lugar.
Tragó saliva, no se lo podía creer...
¿Cómo las ha encendido todas a la vez?
Claude
¡Gaspugtín, megluso!
¡Que he metigdo una monegda en la maquinigta esta, que agquí no se ve una legche, capugllo!-gritó junto al altar, efectivamente, había utilizado la máquina de velas con bombilla, que a tantos les sacaba el dinero.
Ante el grito de Claude, una voluminosa masa se movió a toda velocidad por la oscuridad.
Sandra
¡Vamos, marica, quiero ver como salpica!-se lanzó a Rasputín tirándolo al suelo, arrancándole la bata mostrando sus dientes afilados.
Fiti golpeó a Sandra en la nuca con la radio del coche, que había arrancado de cuajo segundos atrás.
El doctor supo que había sido un gran sacrificio por parte de Fiti, con lo cual, asintió sonriéndole, sin prestar la menor atención a Sandra.
Ésta, al borde del infarto, lanzó un grito de guerra al aire con su voz distorsionada, haciendo temblar las cristaleras.
Tras levantarse, comenzó a perseguir a Fiti...
Claude, en el otro extremo de la Iglesia, se desabrochaba el cinturón para bajarse después los pantalones, rebosante de esperanza.
Fiti no podría correr durante mucho más tiempo.
Por suerte para él, Sandra frenó en seco, tenía una jeringuilla clavada en su enorme cintura, la cual miraba, confusa...
El profesor corrió a esconderse en el confesionario, y mientras Sandra reaccionaba ante el suceso, Rasputín hizo lo propio.
Fiti había atravesado las cortinas y cerrado la puerta corredera, y su amigo, que llegó instantes después, comenzó a aporrearla.
Rasputín Verenguer
¡¡¡¡¡Fiti, Fiti, Fiti!!!!!-gritaba desesperado.
¡¡¡¡Por lo que más quieras, ábreme la puerta, corre!!!!
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¿Quién es?-respondió con voz dulce, haciéndose el tonto, y no había sido la primera vez que lo había hecho por miedo a estar expuesto a Sandra si abría a Rasputín.
Rasputín Verenguer
¡¡¡¡¡Déjame entrar, Fiti, te lo suplico!!!!!-golpeaba la puerta llorando.
¡¡Vamos, ábreme!!
¡¡¿A qué esperas, lamembao?!!
¡¡¡¡Oh, vamos, cretino, déjame entrar!!!!-gimoteaba patéticamente antes de que Fiti le abriera la puerta a regañadientes.
Gracias...
Sandra se arrancó la jeringuilla, y al igual que un dinosaurio, pataleó varias veces con un grito interminable.
Centró su mirada en Claude, quien ahora sólo, ya que Charlotte también huía en dirección al confesionario, le hacía un gesto sensual, pidiéndole que se acercara.
Claude
Vengga, que me tiegnes contengto...-dio varias zancadas hacia Sandra.
Ensigma de cualquieg bangco y no se hagble más-Sandra se resistía, histérica, el demonio no parecía tener ganas de mambo.
¡Qué sí, cogño, si te va a gustag!
¡Venga, guagguilla, no te haggas la estgregcha!-comenzó a tirar de ella.
Desde el interior del confesionario, por las voces, nadie sabía quien sodomizaba a quien.
Charlotte preguntaba a Rasputín qué demonios había inyectado a Sandra y por qué no hacía efecto.
El doctor respondió que le había inyectado sidra, "sólo por acojonarla", aunque no había surtido efecto.
Tan sólo se distinguían los gritos de terror del demonio, y las largas risotadas de Claude, quien parecía estar pasándoselo en grande.
Poco después, Claude dejó de reír.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaarrrrrggggghhh, higja de pugta!!!!!!!!!!
¡Higja de pugta cabgrogna!-se tambaleó al recibir un bocado en plena mandíbula por el que no dejaba de sangrar.
El demonio volvió a entrar en cólera, y corrió de nuevo hacia el confesionario.
Sandra
¡¡¡¡¡Por fin os tengo donde yo quería!!!!!-levantaba el confesionario con sus propias manos, haciendo galardón de una fuerza sobrehumana.
¡¡Os he traído aquí, a esta Iglesia, para acabar con vosotros delante de vuestro Dios, a quien rezáis tanto para que me saque del cuerpo de esta puta yegua!!
¡Quiero que muráis sabiendo que no ha hecho nada por vosotros, al igual que no lo ha hecho por esos tres curillas de tres al cuarto, como no lo hizo en su día por los profetas que representaban!-se volvió aún más grave su voz, cargando con el confesionario a cuestas hasta llegar al altar.
¡Cristo! ¿¡Quién es el débil ahora!?-gritó sediento de venganza, alzando el confesionario hasta límites insospechables.
SPOILER (puntero encima para mostrar)El viento comenzó a sonar con fuerza, y varios truenos cayeron alrededor de la Iglesia.
También comenzó a llover...
El rostro de Sandra, iluminado por los relámpagos, no podía ser más maquiavélico, ya que no paraba de reír, mirando al padre Jesús crucificado.
De repente, le fallaron las fuerzas, y comenzó a tambalearse, sus piernas no podían seguir soportando el peso del confesionario, con Rasputín, Fiti y Charlotte gritando desde dentro, pidiéndole por favor que les sacara de inmediato.
El último trueno hizo que soltara el confesionario, que cayó hacia atrás, partiéndose toda la madera.
Rasputín, Fiti, Charlotte y Claude se arrastraron por el suelo hacia un mismo lado, para abrazarse todos juntos, observando tan grandiosa como terrorífica escena.
El enorme crucifijo de la pared comenzó a temblar.
Los clavos que sujetaban al padre Juan se soltaron, y el cuerpo cayó sobre el coche de Rasputín.
Los truenos habían cesado, pero no la lluvia...
El demonio manifestó su temor mediante el rostro de Sandra, quien abrió los ojos hasta quedar desorbitados...
Sandra
¡¡¡¡¡NO...!!!!!
¡¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!!!-gritó al contemplar impotente como el enorme crucifijo se precipitaba sobre ella.
Un gran estruendo se hizo eco en la parroquia y en los alrededores.
Rasputín, Fiti, Claude y Charlotte no hablaron, y observaron atónitos, lo que acababa de ocurrir.
El becario permitió a Camilla vestirse antes de llevarla a la salida , donde el furgón policial estaba esperando , después el comisario le hizo señas para que se acercase y tras llegar a el y escucharle , Aitor sonrio - Jejeje , va... vale , que daremos una... rueda de prensa o alguna historia de esas no? jejeje , jodidos periodistas... , lo quieren saber todo - Exclama el becario mirando hacia sus compañeros , algunos de los cuales estabas bastante contentos por todo lo sucedido aquella noche
Mariano:
¿Éstos...? Si...lo quieres saber todo...pero los endemoniados han sido los que han dado la baza de la actuación con una muerte, madre mia... o... oye Aitor... Camila en paños menores casi...tu que... a lo tuyo no?....que te dan igual 2 que 80...todo lo que sea usar el pirulín...pues q disfrutín no....aisss.... hijo...
Negaba con la cabeza mientras se alejaba y veía de reojo las piernas de Camila
-"Jejeje, jejeje, jejeje" -Se burló el comisario, imitando la risa característica de Aitor-. Que no, Carrasco, que no se entera -Le dijo con una mueca rancia, palmeándole la mejilla-. Quiero que se vista decentemente... porque no puede presentarse con estas pintas... -Comentaba, haciendo un ademán desdeñosa hacia el becario, que aún vestía el disfraz de Angelotti- A la ceremonia de entrega de su placa -Concluyó tras una pausa, y entonces su semblante se transformó radicalmente y asomó una sonrisa. Don Lorenzo acercó a Aitor agarrándole por el cuello, y le abrazó-. Enhorabuena, Carrasco: lo ha conseguido.
Escucha al comisario y se queda atolondrado , durante unos minutos fija la vista en la pared del teatro sin moverse un ápice , finalmente logra mirar a Don Lorenzo - La... l... la... l... l... - Tartamudea haciendo aspavientos con las manos - O... oss... osea lo... l... lo que viene si... siendo u...u... una esta... - Afirma haciendo el simbolo de la placa con las manos - la... la placa , d... de policia y... y eso jejeje - Sonrie nervioso y emocionado unos segundos antes de abalanzarse sobre el comisario y abrazarle fuertemente durante un tiempo , seguidamente se da cuenta de su accion y se echa hacia atrás - Lo... lo siento , gracias , muchas gracias comisario - Agradece colcandole el traje y realizando el saludo militar , a continuación avanza corriendo hacia el hotel , lo bordea y llega al jardin , mira hacia ambos lado y profiere un alarido - Toma!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Después de que Aitor se precipitara hacia la salida, el comisario se despojó del frenetismo de los últimos días y sonrió con aún más razón. Se despidió y felicitó uno por uno a todos sus subalternos, salvo a Félix, al que fue incapaz de localizar. Más tarde, se dirigió antes que los demás hacia el hotel, y en la salida del teatro un agente de la Interpol le interceptó para tomarle declaración, así como un grupo de periodistas hambrientes por la misma razón. Don Lorenzo les apartó de un manotazo, acompañando el empellón con la afirmación de que necesitaba descansar, y prosiguió el trayecto.
Minutos después, introducía su tarjeta particular en la ranura contigua a la puerta y accedía a su habitación. En lugar de iluminar la estancia, don Lorenzo prefirió avanzar a tientas entre tinieblas hasta alcanzar la cama, en cuyo borde se sentó. Mientras se desanudaba la corbata, el comisario comenzó a hacer balance de los últimos días.
A pesar del rotundo fracaso del operativo en París, ya que no habían impedido ni la muerte del señor Crisantos ni la de Álvaro D’Alvade, las dos personas a las que habían de proteger, don Lorenzo se sentía muy satisfecho, e incluso realizado. Paradójicamente, la defunción de ambos hombres le complacía mucho más de lo que lo habría hecho su salvación. Su deber, ideologías aparte, estribaba en impedirlo; pero si tanto él como sus hombres eran incompetentes y esto había ayudado a hacer del mundo un lugar mejor, don Lorenzo se enorgullecía de serlo.
Teniendo en cuenta que era el primer caso en el que se embarcaba desde hacía más de un año, cualquier queja estaba fuera de lugar.
Las cercanas pero a la vez remotas palabras de Félix, estableciendo una similitud entre él mismo y don Lorenzo, habían arraigado en la mente del comisario, que finalmente se había resignado a que el psicólogo tenía razón. Asimismo, había asimilado que ya no era el mismo que antes, y que nunca se recuperaría del todo de su enajenación mental; debería adaptarse a las nuevas circunstancias, y de la misma forma los agentes de San Antonio deberían adaptarse a él.
A la mañana siguiente, tras una noche de sueño ininterrumpido, don Lorenzo madrugaría y descendería hasta el comedor para degustar unos cruasanes con chocolate, a los que Mariano les había aficionado a casi todos, y de camino hacia allí recogería un ejemplar del periódico matutino. Tomaría asiento, doblando una pierna sobre la otra, acercaría la taza de café a su nariz para olfatear el vapor y finalmente desdoblaría el ejemplar por la portada.
Una imagen sin color mostraría a varios altos cargos de la Interpol apretándole la mano a un ministro francés frente a la fachada del teatro.
Junto a la fotografía, traducido al español, el texto de la noticia diría:
L'OBSERVATEUR
La Interpol, con la ayuda de los agentes de San Antonio (Madrid, España), detienen a los asesinos de Álvaro D’Alvade.
Italia declara tres días de luto oficial en memoria del conocido tenor, y el país se viste de negro.
El Papa Hermenegildo XXXVIII lamenta la muerte de un importante miembro de la Conferencia Episcopal y envía saludos a dichos agentes desde el Vaticano y les felicita por su labor.
El comisario negaría con la cabeza y volvería a acercar la taza para sorber el café. Después, comenzaría a pasar las páginas hasta que, finalmente, en la 32, en una esquina inferior, encontraría otra fotografía que había sido tomada la víspera, en la que el comisario identificó a varios de sus agentes y a la que acompañaba una escueta reseña sin importancia.
Más minutos después, con el desayuno asentado en el estómago, don Lorenzo regresó a su alcoba. Ya había preparado la maleta para el viaje de vuelta a casa, por lo que simplemente la aferró por el asa y se dispuso a abandonar aquella habitación para siempre. Sin embargo, se detuvo a medio camino. Retrocedió hasta la cama, y depositó la maleta sobre ella, para acto seguido abrirla. Comenzó a arrancar prendas del montículo de ropa y las arrojó a sus espaldas, escarbando hasta llegar al interior. En el fondo de la maleta reposaba la flamante camisa naranja fluorescente con flores estampadas.
Don Lorenzo miró hacia ambos lados, respiró hondo, se desabotonó su traje actual y, con una sonrisa gamberra, procedió a vestirse con la controvertida prenda.
Mariano:
-Yo veré tu cara mamón...y la vere feliz... por que podré decirte a la cara que hemos regresado todos vivos... ¿Adonde esta ahora tu predicción eh? Me das lástima...
Se decía a si mismo casi en voz alta...antes de quedarse dormido...y finalizar así su día
Tenía ganas de volver cuanto antes a España...su casa....a San Antonio, y tenía unas ganas tremendas de encontrarse de nuevo con el, para decirle a la cara que era un falsante y que solo le esperaba una buena temporada en la carcel
Ya al finalizar de hacer la maleta, se la llevo en su mano derecha mientras que con la izquierda cerraba la habitación y se iba de allí, ya no volvería mas a ese lugar...
El psicólogo contempló su pálido reflejo en el baño del hotel y, sin saber por qué, una lágrima se deslizó por su mejilla.
Ansioso por desprenderse de los vestigios de Álvaro D'Alvade, el psicólogo se había despojado del armazón, recubierta de sangre, de Spoletta -embutido en el cual había abandonado el teatro horas antes- y había abierto el grifo de la bañera.
Antes de sumergirse en ella, introdujo la armadura en la lavadora de la habitación, y al cabo de un rato la máquina y la prenda reventaron estrepitosamente.
Félix se sobresaltó y salió del baño. Se vistió con una bata y caminó sigilosamente entre la chatarra hasta una butaca, sobre la que yacía debidamente doblado su traje marbellí; intentaba no hacer ruido, ya que a escasos metros de él Lola estaba durmiendo en la cama y no quería despertarla. El psicólogo observó con curiosidad que la metralla casi la había alcanzado. De hecho, un trozo de labadora se había incrustado en mitad del cabecero. Félix se encogió de hombros y se acercó a la cama para besar a su futura esposa en la frente.
Y ahora, efectivamente, Félix contemplaba su pálido reflejo en el baño del hotel. Estaba dispuesto a terminar de purgarse.
Y tenía espuma entre la nariz y el labio superior.
Esperó algunos segundos, indeciso, y de repente alargó la mano desatinadamente hacia un tarro y asió una cuchilla. Entonces, con determinación, comenzó a afeitarse el bigote.
Estaba amaneciendo...
A la mañana siguiente , el becario había madrugado y ahora estaba el Hall , acababa de entrar por la puerta , su cara irradiaba Felicidad - Buenos diaaass - Saluda a los recepcionistas antes de enfilar las escaleras hasta llegar al pasillo , una vez allí , camina por la alfombra y se detiene frente a su habitación , introduce la tarjeta en la ranura y abre.
Al entrar , la maleta reposaba sobre la pared , ya estaba echa , por lo que Aitor la agarró por el asa y elevó la cabeza , admirando la lujosa habitación , finalmente , sacó de su bolsillo una foto en la que aparecian el y Silvia , posando frente a la Torre Eiffiel , el becario sonrie y se la vuelve a guardar , a continuación cierra la puerta y se encamina hacia el Hall , donde espera la llegada de sus compañeros para regresar a Madrid...
El psicólogo descendió del taxi y al instante acometió contra él una fuerte ráfaga de viento, que le produjo escozor en la zona comprendida entre la nariz y el labio, desprovista de pelo por primera vez en varias décadas.
Félix resopló. Los conductores franceses de este transporte eran, si cabe, aún más implacables e insoportables que los españoles: el tipo no cesó de parlotear desde que el psicólogo se subió al vehículo hasta que se apeó, comentando las noticias que resonaban en una radio disfuncional, que mayormente versaban sobre la muerte de un miembro de la Conferencia Episcopal y de un célebre tenor italiano. Félix, contrariamente a aquel perfecto insaciable, permaneció en silencio; y para más inri, al final del viaje el taxista le tendió una factura desorbitada, que el psicólogo desmenuzó en sus manos para acto seguido, reacio, pagar. No le importaba el dinero, pero creía que después de un servicio tan pobre el taxista no merecía ninguna recompensa.
Félix volvió al interior del vehículo para recoger, mientras espiaba recelosamente al taxista, una enorme maleta que había llevado consigo. Cuando volvió a la calle se dispuso a cerrar la puerta del taxi, pero primero no pudo resistirse a despedirse del conductor.
El psicólogo deslizó el dedo índice por la consabida zona, retirándole inmediatamente al no presentir el bigote, y lo observó con curiosidad. Después se encogió de hombros y, arrastrando la pesada maleta, comenzó a avanzar, a través de un enjambre de turistas, en dirección a la fachada de Notre Dame.
Una vez en el interior de la catedral, Félix elevó la mirada hacia la lejana cúpula. Boquiabierto y con los ojos desmesuradamente abiertos, volvió a descenderla para reparar en un sacerdote que caminaba en su dirección. Sonriente, brincó hacia él. Entusiasmado, le interceptó y, entre risas nerviosas, le saludó.
-Dígame, padre... ¿a usted le... gustaría casarnos a Lola y a mí? –El cura le miró extrañado y afirmó que naturalmente en esa iglesia no se oficiaban bodas. El psicólogo empalideció bruscamente- Creo que me... ha malinterpretado, señor mío. Le... he dicho a mi novia que iba a... llevarla al altar, y necesito hacerlo. No... podemos esperar más; tiene que... ser ahora. De lo contrario, algo terrible... sucederá –Balbuceó a modo de explicación, recordando todas las vicisitudes que se presentaron hasta que finalmente Lola y él lograron ir a Marbella. Por su parte, el religioso argumentó que debía recibir a un grupo de turistas, y se alejó. Félix chasqueó la lengua, y le alcanzó enseguida. Agarrándole por el alzacuellos, le arrastró hacia una esquina lúgubre, donde le empujó (delicadamente, pues temía daño) contra una columna. Acongojado, el sacerdote entonó una plegaria. Félix aguardó respetuosamente hasta que terminara, y acto seguido emprendió una nueva acometida-. Padre, no... hay tiempo que perder. Tiene que... casarnos, es ahora o nunca. Vaya... preparándolo todo, yo me... encargaré de... avisar a los invitados –Informó mientras hurgaba en su bolsillo en busca del móvil. El sacerdote negó con la cabeza, afirmando que era imposible. Félix se sulfuró, y en lugar del teléfono, lo que desenfundó fue la 9milímetros, que colocó en la cabeza del sacerdote. Tras ellos, una mujer que contemplaba la escena gritó y desapareció corriendo, pero el psicólogo, al borde de la histeria, no le concedió importancia- ¡No me... obligue a repetirlo, malandrín! ¡Cásenos o le... o le... o le... -Tartamudeó, indeciso, hasta que finalmente se iluminó- o le vuelo la tapa de los sesos, eso es! ¡Ja-ja! -Para entonces, el cura se había arrodillado ante Félix y rogaba, no se sabía si a Dios o al psicólogo, que le perdonara la vida, insistiendo en que la petición de su agresor era inviable. El religioso excedió con eso todos los límites, y el psicólogo, histérico, empezó a agitar por encima de la cabeza del sacerdote la mano con la que empuñaba la 9milímetros hasta que finalmente se atrevió a golpearle en la nuca con la culata. El sacerdote se quejó, y reaccionando alejando el arma- ¿Así que te... ha dolido, eh? ¡Pues... toma! –Añadió y, tras unos instantes de indecisión, volvió a golpearle violentamente. El sacerdote volvió a gritar- ¡Ja-ja! –Río al ver convulsionarse al cura, pero su semblante cambió al presenciar cómo perdía el conocimiento- ¡Eh! ¡Eh! –Exclamó, inclinándose junto a él para zarandearle. Al constatar que esto no surtía efecto, el psicólogo probó a invertir el efecto de los culatazos... aplicando más culatazos. Pero el tipo ya no sólo no se movía, sino que además ahora sangraba- ¡Faltaría más! –Resopló Félix, sin saber muy bien por qué, mientras se sentaba junto al sacerdote, exhausto. Estando en esta posición, reparó por primera vez en las pisadas que corrían hacia allí; y cuando quiso darse cuenta, un escuadrón de la policía francesa ya le había rodeado. Y sin mayor recato, se abalanzaron sobre él y, mientras unos conducían al malherido religioso hacia una ambulancia, otros arrebataban el arma a Félix y procedían a esposarle. Al sentir el metal recorriendo sus muñecas, el psicólogo asimiló que en esas condiciones no podría casarse, así que comenzó a revolverse mientras los agentes le escoltaban hacia la salida- ¡Soltadme! ¡Filibusteros; canallas; mentecatos; malandrines; perfectos idiotas! –Chilló en un perfecto español, tratando de zafarse sin ningún éxito. Para entonces, los agentes ya le habían arrastrado hasta el exterior de la iglesia, donde Félix pataleó con aún más virulencia- Señores... ¡son ustedes gilipollas! –Acertó a recriminarles antes de que las puertas del furgón policial se cerraran, impulsándole hacia atrás. Y allí, detenido y preso en una celda portátil, Félix comprendió que la maleta se había quedado en el interior de la catedral y que lo había estropeado todo.
Sin encogerse de hombros, el psicólogo lamentó haberse afeitado el bigote; ahora ya no podría culparle de su comportamiento.
Eran las 5 en punto de la madrugada...
Pronto amanecería, y supondría un respiro para todos, ya que aquella noche había sido la peor en la vida del doctor y sus huéspedes.
Sandra había matado a tres personas, y a punto estuvo de matarles a ellos cuatro, sino llega a ser porque Dios (o cualquier otro poder superior) les había salvado la vida y se había enfrentado al enemigo que cualquier humano pudiera tener, el demonio.
Rasputín y compañía se habían documentado acerca del tema infinidad de veces, y aquella entidad tenía muchos nombres: Satanás, Lucifer, Belcebú, etc.
Hasta ahora, creían que se habían enfrentado a "un demonio" o un espíritu maligno cualquiera, pero en la 3ª Iglesia, Sandra había dicho ser "el demonio"...
Fuera como fuera, nunca obtendrían respuesta a ciertas incógnitas...
SPOILER (puntero encima para mostrar)Lo verdaderamente importante, era que le habían derrotado.
Rasputín subió las escaleras sujetando una bandeja en la que había una enorme jarra de agua, un vaso, cubiertos y un plato de sopa caliente junto a una manzana.
En el descansillo, se topó con Fiti y Charlotte.
Rasputín Verenguer
¿Cómo está?-preguntó agotado por la noche que habían sufrido.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
Todavía no he entrado, estaba viendo un partido por cable de la liga Alemana.
Vaya palizón le hemos metido al contrario-rió a carcajada limpia.
Charlotte dice que ha entrado, y que no recuerda nada de lo que ha pasado...
Igual es lo mejor-balbuceó sin conceder importancia al asunto.
Rasputín Verenguer
Creo que sí-tomó varias cucharadas de la sopa, dejando el plato por la mitad.
Ahora tenemos que preocuparnos por su salud, y porque reponga las fuerzas-lanzó la manzana a Fiti, quien comenzó a dar bocados hambriento, mientras Charlotte llenaba varias veces el vaso de agua, ya que decía tener la garganta seca.
Fíjate tú, que si no llega a ser porque se le cae ese crucifijo encima, creo que hubiera intentado matarnos...
Charlotte
No hombgre, no sea usteg malpensago-rió echándose el último vaso de agua, ya que la jarra se había terminado.
¿Claugde?-llamó la atención a su marido, quien entraba al baño sujetando una ouija y una bolsa de pastillas azules.
¿A dóngde vas con egso?
Claude
E-e-estagba tigagdo en mitag del saglón.
Voy a echaglo al cagnasto de la gogpa sugsia, que agquí nagdie pagese sacag la basuga al contedog, pego si pognéis mugchas lavadogas-se metió a toda prisa en el cuarto de baño, sin dar más explicaciones.
Rasputín Verenguer
Bueno, que me entretenéis...
Voy a llevarle... la cena-miró la bandeja con el plato de sopa vacío, al igual que la jarra y el hueso de la manzana.
No hagáis ruido, cualquier cosa puede perturbarla...
¡¡¡¡¡Y ponéos las gamuzas, coño, no os lo digo más veces!!!!!-gritó mientras abría la puerta del dormitorio, sobresaltando a Sandra.
El doctor entró en la habitación sujetando la bandeja, sin llamar.
Sandra había levantado la cabeza, y sin ni tan siquiera saludarle, volvió a tumbarla sobre la almohada, derrotada.
Rasputín chasqueó la lengua, comprendiendo que, a pesar de que no recordaba nada acerca de su posesión, sí debía estar dolida por la enorme brecha que le había abierto el crucifijo en la cabeza.
Posó la bandeja sobre la mesita de noche, Sandra no le habló, y Rasputín prefirió no molestarla...
Se dirigió a la puerta, a oscuras, pero de repente, escuchó su dulce voz, la voz con la que le alegraba las mañanas antes de que todo aquello hubiera ocurrido.
Sandra
Rasputín...-dijo cargada de tristeza.
Gracias...
El doctor comprendió que si debía recordar en parte lo ocurrido.
Asintió con los ojos lagrimosos, y abandonó la habitación sonándose los mocos en la manga de su bata blanca, provocando un ruido insoportable.
Una vez cerró la puerta, se giró hacia el otro lado, cambiando se posición.
Sentía deseos de sacar un brazo de la cama, y extenderlo para tocar con la mano el suelo y agarrar lo que tanto necesitaba en ese momento.
SPOILER (puntero encima para mostrar)Un crucifijo ensangrentado, que había utilizado para masturbarse minutos atrás, justo hasta que escuchó como se giraba el picaporte de la puerta del dormitorio, tras lo que entró Rasputín.
Dio un largo suspiro en la más profunda oscuridad, que más bien fue un rugido aterrador, simplemente...
...Sonrió...
Paso por calles, diviso distintas direcciones, se metió por atajos, callejones, estuvo sin parar de conducir el coche, con un único cometido… encontrar a Blackman, miro su coche… apenas le quedaba gasolina, se bajo del coche y aparcó en el número 2 del puesto de gasolinera, le hecho 30€, casi lleno el depósito, cuando fue a pagar en caja se dio cuenta de que el dependiente le miro con cara de pánico, al ver su herida… tenía los ojos como platos, al marcharse, casi todo el mundo se le quedaba mirando, se volvió a montar en el coche y reanudó la marcha, en ese instante se llevo la mano a la herida, empezaba a picarle, se arrascaba, se miró al espejo… empezaba a ponerse rojo intenso y con un aspecto bien feo…
Kike:
-Joder… en cuanto encuentre a Blackman y llegue a casa me echaré metadine o algo… no veas que color más raro esta pillando esto y como pica el condenado… menos mal que el dolor casi se fue…
Siguió por su camino, en busca de Blackman, empezó a pensar en todo los sitios que él se lo había encontrado…
Kike:
-Piensa Gallardo piensa… donde son los sitios que sabes que él ha aparecido…¡Claro…!... El día que me tropecé con el… joder… como pude estar tan ciego…¡La comisaria!, ¡tiene que estar dentro de la comisaria!....
Giro su coche 120º en sí, y se fue directo a la comisaria, estaba aun a media hora, así que se lo tomo con calma, ya que las prisas no llevaban a nada bueno, se paró en un semáforo, en ese momento empezó a recordar todos los momentos vividos con el…y con Aitor…
Kike:
-Ahh…que buenos recuerdos con ese mamón de Aitor… ojala estuviera aquí conmigo, ayudándome a buscarlo… a el seguro que se le ocurriría donde ir a buscar… jajaja, fue el único que me siguió al baño cuando salí disparado por lo de Rita…el…el me escuchó…me animó… me contestaba como siempre, pero era el único que estaba allí…después en los operativos…con el… le he visto formarse como policía… ojala le vaya bien… de verdad… me da igual que me haya tratado así la última vez que lo vi… yo… yo se que era un caso imposible…pero… siempre lo tendré en el corazón…y siempre será mi amigo… le apoyaré en todo lo que quiera… y recibirá su placa…yo estaré allí…que mono estará… con chaqueta bien vestido… como me voy a alegrar…
Se puso el semáforo en verde, y de nuevo a escasos minutos otro semáforo en rojo
-Aiss… y ese Blackman… el… el me ha abierto confianza…ha sido capaz de llevarme a su corazón diciéndome lo de Paris… lo de su foto… dios… sin duda… tengo que verle…sea como sea… ¡vamos Gallardo!...¡estás solo a un paso!....¡lo conseguirás!.... Jose… te encontraré…
De nuevo el semáforo en verde, en apenas 10 minutos llegaría a la comisaría, tenía tantas cosas que hacer…tantas cosas que decirle a Blackman… de repente, le vino un picor enorme en el cuello…¡era incontrolable!... le picaba cada vez mas y mas…
-Co…coño…. Su..puta madre como picaa….
Tuvo que soltar el volante, en ese instante… una curva se puso delante de el sin darse cuenta tras el intenso picazón de la herida de Sandra… perdió el control del coche por un instante…pulso el freno ¡pero no funcionaban! y a escasos 20 metros… otro coche se acercaba a él a toda velocidad pitando como un desesperado… … … … … … la colisión fue inminente… todos los cristales de su coche se rompieron en el acto, el sistema de Airbag saltó, no obstante, la brutalidad del golpe fue tal, que hizo que se diera en uno de los costados de metal del coche una media vuelta, apuntado directamente a Kike…atravesando el hierro por su costado derecho…. Broto sangre de sus labios, apenas podía hablar y pedir socorro, a su lado, su pistola quedo a un ligero palmo de su mano derecha que fue uno de los pocos miembros de su cuerpo que quedo libre, en un último suspiro, logro cogerla… y pegar un tiro hacia arriba… en ese instante aparecieron 3 hombres, uno de ellos llamo a la ambulancia mientras los otros dos cortaban el cinturón de seguridad, por desgracia…el palo de hierro no podía quitarse, ya que la pérdida de sangre sería tal… que moriría en el acto… Kike se dirigió a uno de los hombres, sin apenas voz…
-…A…Atrás…en….el….maletero……hay….hay….(Volvió a soltar brotes de sangre, sangre oscura…. sin parar y tosiendo)…. Una…sierra….de metal….corta…corta …..la barra…..no es muy dura….y….sácame de aquí por dios….no…no pu…edoo…..mo…rir….ahora…no…por…favor…
El hombre le hizo caso, saco de su maletero una sierra y empezó a cortar, pero sin apenas resultado… unas muecas en el hierro fue lo único que logró hacer…, el hombre se disculpo y le pidió que aguantara, que la ambulancia llegaría en cualquier momento, el hombre, ante la agonía del agente, se quitó la camiseta y se la puso en la herida que sobresalía del hierro… pero era casi inútil, apenas si podía tapar la sangre, que era negra como la noche que estaba encima de sus cabezas.… los arboles hacían eco con el viento y susurraban… a lo lejos…se escuchaba el ruido de la sirena de la ambulancia…
-No… no te preocupes hijo…(Más brotes de sangre oscura), Es…es el fin…jeje….podrías…¿Hacerme…un….favor….? ver…as….yo…yo…soy….policia…..puede…s….compro…barlo…en…la…plac..a….de mi….car…te…ra……
El hombre se acercó a Kike, con gestos muy amables, a atenderle en todo momento, sin taparle la herida con su camisa, a pesar del frío… estaba medio en cueros por ayudarle…miro su placa, asintió, y le pidió que le dijera de que se trataba
-Por favor… dile…dile cuando….puedas….en una….nota….escríbela….por…fa….vor…(brotes de sangre oscura que apenas le dejaban hablar)
El hombre rápidamente fue a su coche, recordó que en la parte de atrás su hija se dejo una libreta del colegio, la cogió y empezó a escribir lo que le fue señalando el agente Gallardo
-Di…dile…a…Aitor…Carrasco…Que…me…perdone…por….atosigarle…todo……este tiempo…..yo….(mas brotes de sangre oscura)…. Valoré siempre….su….amistad….dile….a todos…los…agentes…de…san Antonio….don….don Lorenzo…Silvia…..Lucas…mariano…..(cof cof cof cof), De Gaulle, Montoya….S…S…s…s…Sara…(cof cof cof cof)…to….todos….Ro..ca…m…o…ra….(cof cof cof cof cof cof)
La tos fue en aumento, en ese momento apareció la ambulancia, apartaron al hombre que tapaba la herida de Gallardo y al mismo tiempo escribía, y le empezaron a atender a Kike…su primera reacción al ver al agente fue de espanto… la forma de ver su herida… y no saber ni por donde tocar, ni que hacer, hizo que la esperanza se fuera con el…al ver el rostro del médico…Kike sacó una medio sonrisilla al mismo tiempo que salían de sus ojos 2 lágrimas, no obstante, su rostro siempre fue leal y de sonrisa puesta
-Es….está fatal verdad….jejeej….tran…tranqui….lo…por favor….deja….que acabe….esa…jodida…carta….por favor….
El médico le hizo caso a su última voluntad, por lo que el hombre se acercó y terminó de poner lo que puede ser los últimos alientos de el agente Enrique Gallardo…
-Que han sido…los mejores…compañeros…y que…me siento…muy orgulloso….de….de….todos….ellos….gra…gracias…y….por…por favor….dile a…..Aitor….que…No se….sienta….mal….Blackman….es….(cof cof), (brotes de sangre oscura…)…Mi ídolo…… y el…(cof cof cof)..t…a…m……bi…én…., lo…. és….y.. se…me…re…ce….la……pla…ca…..x.x
En ese momento, la cabeza de Kike se fue hacia un lado, sus ojos se cerraron, la mano en la que sujetaba aun el arma…cayó lentamente…cogiéndola por la solapa y poniéndosela encima de su pecho…….su muerte…era evidente…pero jamás se borro de su rostro…aquella sonrisa….la sonrisa que a pesar de no encontrar a blackman, denotó que estaba feliz, por ser policía…por ser lo que era….un buen policía….agente Gallardo, policía de San Antonio, con el número de placa 015487A, murió a las 3:23 de la mañana de ese día… en su último pensamiento…la cara de todos sus compañeros unidos y abrazados…mientras una brisa recorría el cuerpo de los médicos y hombres que estaban allí presentes, cayó la última hoja de un árbol hacia el suelo… enfrente de los coches destrozados… el silencio se hizo dueño…y el corazón del agente…dejo de latir
Fin del capítulo 16...