LHDP - ROL Capítulo 16
La tercera temporada ha sido la más exitosa hasta el momento, cosechando gran número de páginas en los cinco capítulos que la componen y siendo el caso Z-105 y las tramas planteadas éxito en la crítica de roleros y el público.
Ahora inicia el C16, el primer capítulo de la nueva tanda de episodios, que será, sin duda alguna, la más impresionante que se vivirá en el ROL. Las tramas principales de este capítulo han permanecido encerradas bajo llave durante un mes, y es el capítulo con los secretos mejor guardados hasta la fecha.
Tienen a su disposición dos páginas extra además de este post principal y el anuncio.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>Mayyy
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Beuka
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Kike Gallardo)>>Bryan-Derek
• (Nelson Amadú)>>Scarface
• (Carlota Fernández)>>Xispi_lhdp
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Rasputín Verenguer)>>Sauker
• (Álvaro D´Alvade)>>Avataryl
• (Agostino Baladamenti)>>Martinyfelix
• (Antonio Decoco)>>Rubén16
• (Camilla Margaretti)>>Meli-esdm
• (Sr. Crisantos)>>Bryan-Derek
- INTERVIENEN -
• (Los Guiñoles)>>Sauker
-Sandra/El ente
-Fructuoso "Fiti" Bragueta
• (Bruce Willis)>>Avataryl
• (El Químico)>>Bryan-Derek
• (Claude & Charlotte)>>Sauker
• (Felipa)>>Martinyfelix
• (Patricia)>>Sara_93
• (Arcadio Claus)>>Sauker
1er anuncio, realizado por Sauker:
2º anuncio, realizado por Avataryl.
3er anuncio, realizado por Sauker:
4º anuncio, realizado por Avataryl:
SINOPSIS
Ha transcurrido una semana desde el fatídico desenlace del caso Z-105, y los agentes de San Antonio se preparan con cierta reticencia para una ceremonia que preferirían que no se celebrase. Desearían olvidar lo antes posible todo el daño que los Sombrereros les han causado.
Don Lorenzo Castro, definitivamente recuperado de su enajenación mental, volverá a San Antonio para tomar las riendas de la comisaría.
Paco se ha desprendido de la responsabilidad del comisariato, pero aún tiene muchas cosas en las que pensar. La escena del bosque aún le atormenta, y la experiencia tan cercana a la muerte que ha vivido le obligará a replantearse su vida. Para empezar, intentará recuperar a Lola.
Félix también se reconcome por dentro. Algo que sucedió durante el operativo en los laboratorios le ha perseguido desde entonces y le impide conciliar el sueño. Lola, que ya se ha recuperado de la gripe A, retomará los planes de la boda, que cada vez está más cerca. Y el psicólogo pronto recibirá una visita inesperada...
De Gaulle y Salgado viven con pasión los primeros días de su vida conyugal. Pero la felicidad se esfumará súbitamente cuando vuelvan a San Antonio, donde los padres del francés estarán esperando para incordiar todo lo posible a la pareja.
Silvia permanece conmocionada por lo que le sucedió a Aitor. Sus sentimientos hacia el becario por fin han aflorado, pero parece que es demasiado tarde. Para más inri, Montoya reaparecerá en comisaría tras un tiempo ausente.
Por otra parte, el terror seguirá floreciendo en la casa de Rasputín. El doctor y Fiti tomarán todas las medidas necesarias para evitar ser atacados por Sandra, cuya posesión diabólica parece haber llegado a su cénit, y, por supuesto, intentarán que vuelva en sí. A ratos, Sandra es muy recatada, pero el espíritu que en ella alberga ha resultado ser un temible acosador y, cuando se manifiesta, las inhibiciones de la chica se desvanecen y despierta la lascivia que esconde bajo sus encajes.
El periódico El Observador se hace eco de una impactante noticia. Han amenazado de muerte a Álvaro D'Alvade, el famoso tenor italiano que se halla de gira y próximamente actuará en la ópera de París...
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A pesar de la agresividad de las toses del señor Crisantos, nadie en las butacas o el escenario se percató de su violenta muerte. Indiferente a esto, el telón se abrió y el segundo acto de 'Tosca' comenzó. Félix Montejo, que había recibido una severa reprimenda por parte del director Badalamenti, caminó malhumorado hacia el escenario, que ahora se había convertido en el despacho del barón Scarpia, interpretado por Paco.
El psicólogo, ataviado con una armadura de soldado, en el papel de Spoletta, se acercó hacia allí andando hacia atrás, pues sabía que un actor nunca debe dar la espalda al público, pero no tropezó con el escritorio del barón cuando llegó hasta allí, sino que se detuvo a tiempo.
Puesto que Badalamenti le había regañado por su exceso de entusiasmo, Félix optó por vengarse actuando con la menor expresividad posible. Y así, con una sonrisa torcida en los labios, en lugar de entonar comenzó a hablar en un tono totalmente impersonal.
-Ey, barón Scarpia -Saludó sin ninguna emoción, pero al instante tuvo que reprimir una risa cuando observó detenidamente a Paco, que sobre la cabeza llevaba un yelmo del siglo XIX-. Seguimos a Angelotti (Aitor) hasta la casa de campo, pero... escapó. Sin embargo, hemos... capturado a Cavaradossi (D'Alvade). Le... encontramos ofreciéndole una piruleta a un niño. ¡Ja-ja! -Explicó, añadiendo a su guión una última frase de cosecha propia. Al hacerlo, giró la cabeza hacia uno de los laterales y le guiñó un ojo de forma exagerada a Álvaro D'Alvade, confiando en que el tenor comprendería la broma y le resultaría igual de graciosa. Sin embargo, el tenor no pareció entenderla, porque en lugar de reírse se estrelló la palma de la mano contra la cara y comenzó a tirarse de los palos de la barba.
Félix se encogió de hombros y, tal como había llegado, se fue.
El comisario se incorporó, sacudiéndose de los pantalones las estampas que se le habían pegado, y se masajeó las sienes, pensativo. Un nuevo estallido de vítores anunció el comienzo del segundo acto, y despertó a don Lorenzo de sus meditaciones.
-Bien, lo primero es lo primero -Murmuró, ordenando sus ideas, mientras recorría el palco y describía filigranas con la mano. Se detuvo, y alzó la cabeza hacia los demás- Si alguien descubre que el señor Crisantos ha sido envenenado, cundirá el pánico. Será mejor que, de momento, nos quedemos aquí -Propuso, mientras se inclinaba otra vez junto al cadáver- y aparentemos que no ha sucedido nada. Ayúdenme a colocar el cadáver sobre la silla. Esperaremos aquí... sujetándole sobre la butaca, hasta que se nos ocurra algo mejor -Concluyó sin demasiada convinción.
Mariano:
-Manda cojones... para eso me hice yo policía para sujetar cadaveres que encima huelene a chorizo caducado, manda huevos...
Enfurecido sujetaba a el individuo en sí para que este no se cayera, sujetandole de vez en cuando la cabeza poniendosela resta y que no le cayera al vacio el sombrero
-Pues nada Don Lorenzo, usted dirá, yo pienso que lo mejor que podemos hacer es desalojar la sala y echar por la fuerza a Álvaro, y que se deje de tonterias la cosa ya antes de que hayan más victimas
Segunda escena del segundo acto. El tenor italiano se atusó la barba como buenamente pudo e, preguntándose si las tonterías de sus compañeros de reparto ensalzarían su trabajo o por el contrario lo empeñarían, reapareció en el escenario, esta vez, a causa de esa desazón, de una forma menos glamurosa, pero siendo recibido igualmente por una explosión de aclamaciones.
Mario Cavaradossi (D'Alvade) se encontraba esposado en las frías mazmorras de la comisaría del barón Scarpia (Paco), mientras el susodicho le anunciaba que iba a torturarle para averiguar dónde ocultaba a Angelotti (Aitor). Cavaradossi lamentaba su trágica desdicha.
♫ Percheeeeé? Io sono solo un humile pinttore dei pinttori enamoratto... Io non merizco questo! Tutto quello che io fatto è ayutatto a un amico... Per favore, tengan pietà! ♫
Entobana entre sollozos.
El barón Scarpia le ordenó silencio, y acto seguido convocó a sus dos esbirros, Spoletta y Sciarrone, para que torturaran al prisionero interpretado por Álvaro D'Alvade.
Félix y De Gaulle, Spoletta y Sciarrone respectivamente, intercambiaron una mirada resplandeciente y, encantados, se adentraron en el escenario...
Seguía sin entender por qué Paco debía interpretar a Scarpia, cuando era un personaje que le iba mucho mejor a él.
De todas formas, daba por sentado que el público se quedaría prendado de su interpretación, fuera protagonista o mero secundario.
Sin embargo, si algo tenía claro era que no iba a hablar en italiano:
"Me encuentro en un examen, y no me gustaría suspender"...
Hablaré para mis paisanos...
Monsieur De Gaulle
¡¡Oh, toi, fils de pute!!
Enfin vais vous gratuitement méritait Caravadossi!
Qui pensez-vous que nous sommes?!
Je suis connu en France et dans le monde entier!
Mon corps, mes yeux, mes lèvres!
Je vais mettre dans une casserole et je vais faire demi-tour comme si vous étiez des crêpes!
Comment j'ai eu cette drôle, Spoletta!
Au soupir avant, je vais obtenir en rut!
Tenir les mâles, coccinelle peintre!
Monsieur
¡Oh, maldigto higjo de la ggran pugta!
¡Pog fin vas a cogbgrag tu megesigdo, Cagavadogssi!
¡¿Quién te has cgreígdo qué sogmos?!-le gritó desesperado al ver que seguía sin soltar prenda.
¡Yo soy conogsigdo en Fgrangsia y en el mungdo entego!
¡Mi cuegpo, mis ogjos, mis lagbios!-señaló su cuerpo meneando la cintura, creyendo estar deleintando a todas las féminas del público y mirando de reojo para encontrar a Salgado.
¡Te voy a megteg en ugna sagtén y te voy a dag vuelta y vuelta cogmo si fuegas ugnas cgreps!
¡Qué gagnas tegnía a este magicón, Spogletta!
¡Al pgimeg ggritigto me voy a pogneg cachongdo!-dio un par de saltos al fin de transmitir su entusiasmo al público.
¡Agággese los magchos, pingtog magiquigta!
Miró al muerto y diriguiendose hacia el comisario constató un hecho. -Yo, no es por nada, Don Lorenzo, pero me da que si quereís hacer pasar por vivo a este---este Señaló al Sr. Crisantos levemente. ¡cadáver! deberías quitarle las esposas o algo... Además, esposar a individuos fallecidos no esta contemplado en el Código Penal. Don Lorenzo le lanzó una mirada asesina, así que Povedilla optó por hacerlo el mismo. Ahora mismo se alegraba de que el perro hubiera huido porque sujetar a un muerto con una sola mano sería muy complicado. Hacer pasar por vivo a un hombre que estaba hasta morado era complicado, pero por suerte Povedilla había comprado un Kit de infiltracciones super secretas en Ebay al enterarse de que tenían que ir a París, previsor por si se veía obligado a infiltrarse como era común. El becario sacó una bolsa y cual "Mario Poppins" empezó a sacar trastos. Al cabo de unos minutos el fallecido Sr. Crisantos yacía en el asiento con unas gafas de sol para tapar los ojos de muerto que tenía y un poco de maquillaje para ocultar el morado del envenenamiento. Povedilla colocó un cúmulo de estampitas en la mano del hombre-cadaver y observó su obra complacido. -Igual debería hacerme artista... Povedilla no había reparado en el enorme "palo" que sobresalía hacia delante a mitad del cuerpo del Sr. Crisantos pero por suerte quedaba por debajo de la barandilla del palco.
El psicólogo profirió un "¡Ja-ja!" por cada frase pronunciada por De Gaulle, a pesar de que el francés se expresó en su idioma natal y Félix no entendió prácticamente nada. El psicólogo, que tenía los brazos doblados y los puños sobre la cadera, se golpeó varias veces el pecho de la armadura y caminó hacia una mesa, sobre la que estaban expuestos diferentes artículos de tortura. Félix paseó una mano de dedos bailarines sobre la mesa, observando cada objeto con ojo experto, y finalmente asió una monstruosa maza medieval.
Silbando una melodía, el psicólogo se acercó a D'Alvade, haciendo girar la maza en su mano, y se inclinó frente a él.
-¿Así que me contrataste por mi bigote, eh? ¡¿Eh?! -Le exclamó, haciendo retumbar su consabido mostacho- ¡Pues no será mi bigote el que te salve hoy, mentecato! -Añadió, alzando y rotando la maza sobre su cabeza para acto seguido acometer contra el tenor y estrellarla contra su cabeza. De no ser porque el objeto pertenecía al decorado y en realidad era de plástico, lo más seguro es que el impacto hubiese abollado la cabeza de D'Alvade, hundiéndole el cráneo; pero el psicólogo constató decepcionado que simplemente le había producido una magulladura en la frente. Frustrado, Félix lanzó la maza hacia atrás, mientras D'Alvade gritaba de dolor.
El público, que creía que todo aquello formaba parte del guión, aplaudía con entusiasmo la actuación de los tres intérpretes.
El psicólogo, resoplando, retrocedió hasta la mesa de nuevo y recogió varios objetos más, comprobando que todos ellos eran reproducciones de plástico de armas reales. Enojado, el psicólogo estiró el brazo y desparramó todo el armamento fictíceo por el escenario. Después, encolerizado, se volvió hacia un lateral y señaló con un dedo índice y acusador a Agostino Badalamenti- ¡Yo no firmé para esto! -Chilló, retirándose malhumorado del escenario...
Los ojos del comisario se tornaron blancos cuando presenció la actuación de De Gaulle y Félix. Ambos actores no intervendrían más hasta el final de la función, por lo que don Lorenzo buscó su móvil y, bufando, marcó el número del psicólogo. Mientras esperaba a que el susodciho respondiera, dirigió la mirada hacia Povedilla, que en esos momentos colocaba unas gafas de sol y demás accesorios al señor Crisantos, mientras lo demás le sostenían.
-Joder, Povedilla... -Masculló, alzando el brazo que no sujetaba el móvil hacia él, y sacando los ojos de órbita por segunda vez en escasos segundos- ¡es un muerto, no un muñeco de nieve... o el Mister Potato que le regaló su tía las pasadas Navidades! -Gruñó, pero no prestó más atención al ejercicio de decoración del becario porque en ese momento Félix respondió (en un tono decididamente hostil) a la llamada- Félix, ha ocurrido algo. Comuníqueselo al inspector De Gaulle y vengan inmediatamente al palco del señor Crisantos. Que Miranda y los demás se queden al cuidado de D'Alvade.
Cuando don Lorenzo colgó, el psicólogo alejó el móvil de su oreja, lo observó durante algunos segundos con curiosidad y finalmente lo devolvió al bolsillo en el que lo había encontrado.
De Gaulle aún permanecía en escena, por lo que Félix, para sorpresa del público, volvió al escenario y se acercó al francés. Al hacerlo, no pudo evitar escuchar a D'Alvade, y no Cavaradossi, que seguía gimoteando por el golpe recibido, maldiciendo en silencio.
-¡Si antes hubieras entendido la broma de la piruleta -Le gritó el psicólogo con una mueca histriónica, señalándole con un dedo índice que se acercaba y alejaba del tenor a un ritmo vertiginoso- esto no habría pasado! -Histérico de nuevo, Félix se agachó para recoger la maza de plástico y la arrojó contra la cabeza del tenor. El objeto reboto y yació a los pies de D'Alvade- ¡Ja-ja! ¡Vamos, De Gaulle! ¡Sígueme, eh!
Rasputín observó el código que había dejado Sandra con la lupa, sin saber muy bien como reaccionar.
Claude no había podido evitar partirse de risa, y Fiti, buscaba una radio para escuchar el fútbol en el interior del despacho del sacerdote.
La frase era la siguiente:
SPOILER (puntero encima para mostrar)La primera es la importante, así te follo con talante...
Era de Sandra, no cabía duda.
Tras unos quince minutos, llegaron a la conclusión de que se trataba de algún tipo de instrucción.
Lo primero que hicieron fue mover el cadáver, que seguía cubierto de vómito.
Bajo el cuerpo, encontraron lo que buscaban.
SPOILER (puntero encima para mostrar)Los brazos ocultaban dos letras escritas con sangre.
El izquierdo una O, y el derecho una E.
Bajo la espalda, había una nueva frase.
Ahora gimo rota y pienso antipatriota
Rasputín, Claude, y Fiti (que había desistido, dando por sentado que se perdería el partido), no entendían nada.
Charlotte, en cambio, apuntaba en una libreta sus impresiones.
Rasputín Verenguer
Tenemos que encontrarla, Charlotte.
Dígame de que se trata, se lo ruego...
Mi pobre Sandrita, con el frío que hace...-sollozaba desconsolado.
Charlotte
Oh, pog favog, es más que evidengte.
Pego yo no gagno nagda con que encontgregmos a esa desquisiagda, es más, pog una nogche dogmigé tgrangquigla-murmuró sonriente.
Claude tragó saliva, y con lentitud, se aproximó a su mujer.
Claude
Cagiño, pog favog.
Gaspugtín tiegne gasón, tenegmos que encontgragla.
Sé que no te he dagdo buegna vigda estas... décagdas-murmuró.
Pego demuéstgragme tu bondag, y que en el fongdo eges aqueglla fgrangsesa con la que me cagsé...
Se hizo el silencio.
Tras unos tensos instantes, Charlotte chasqueó la lengua, y pasó la libreta a Claude, quien se la arrebató de las manos con fuerza, y le señaló entre carcajadas.
¡¡¡JAJAJAJA, picaste, Chaglotte!!!
¡¡Nungca estugve enamogagdo de ti!!-lanzó la libreta a Rasputín, quien, ignorando el guantazo que la madre de De Gaulle dio a su marido, comenzó a leer.
Rasputín Verenguer
Los brazos señalan el Este y Oeste...
La primera es la importante, así te follo con talante.
Ahora Gimo Rota Y Pienso Antipatriota-siguió sin entenderlo.
¡Eh, ha escrito usted una palabra!
AGRYPA...-leyó sin ni tan siquiera entender la solución.
Charlotte
Se gefiege al gey Aggripa, quien ogdenó ejecutag a Jacob, uno de los más impogtangtes pgrofegtas y patgriagca del Antigguo Testamengto-aclaró sin concederle importancia, mirando de reojo a Claude.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
Pero ahí pone Agrypa, con "y" griega, y no "i" latina...-se rascó la nuca maldiciendo la noche que estaban pasando.
Charlotte
Egso tan sóglo configma que su alugmna es gilipogllas-sonrió cruzándose de brazos.
Jacob fue devogagdo pog gusagnos hagse una etegnidag, es una claga gefegengsia a él-contempló el cuerpo del sacerdote, al que le faltaban las piernas.
Fiti se agachó y comenzó a hurgar en el hábito del cura.
Tras varios instantes, sacó su cartera, y trás guardarse los 20 €uros que llevaba en el bolsillo, la puso en alto con media sonrisa.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
Anda, pues el cura se llamaba Jacobo...
Todos intercambiaron miradas, aterrorizados.
Rasputín se acercó a Charlotte, y la zarandeó cargado de nerviosismo.
Rasputín Verenguer
Charlotte...
Dígame donde va a matar, se lo ruego...-la escrutó de arriba abajo con los ojos como platos.
Charlotte miró a Fiti y Claude, quienes también clavaron sus ojos en ella, más intrigados por su respuestas que por saber a dónde iba Sandra (aunque bien era cierto que Claude necesitaba su ración de sexo correspondiente).
Este y Oeste...
Rasputín y compañía salían de la parroquia a todo correr.
Debían de entrar en la primera iglesia que se encontraran en cada una de las dos direcciones.
Rasputín sabía cual era la más cercana.
Tras montar en el coche, lo arrancó, y salieron disparados.
Por el camino, Fiti estaba feliz, ya que escuchaba el final del 2º tiempo por la radio, mientras que Charlotte y Claude no paraban de discutir.
Un golpe descomunal les puso en alerta...
Todos giraron sus cabezas, y tras varios segundos, un cuerpo cayó del cielo precipitándose duramente contra el suelo.
Antes había impactado contra el capó del coche, y había volado varios metros sobre el automóvil.
Se inclinaron hacia Rasputín...
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¿Quién era ese hombre... Rasputín?-tragó saliva temeroso.
Rasputín Verenguer
Alguien con muy poca suerte en la vida-sollozó intentando quitar hierro al asunto, para después dirigirse a la primera Iglesia.
Si no hubiera sido porque había constatado en anteriores ocasiones que el hombrecillo llamado Félix estaba totalmente psicótico, pensaría que era él el atacante de D'Alvade. El director observó el fin del espectaculo y se llevó una mano a la frente dejándola caer por la cara, al tiempo que contralaba sus ganas de coger un hacha de verdad y hacer lo mismo que aquel individuo había echo con D'Alvade segundos antes. Por suerte, la única hacha que quedaba cerca era la de atrezzo, que no le servía para su próposito. Badalamenti agarró de nuevo a Félix y lo arrastro a bastidores. -Ma que cosa è questo? Statte fare cose stupide. Questo non è il circo! Agostino se imagino a Félix vestido de payaso y le entró la risa tonta. -Voi, un clown, tutto divertteto, voi,jajajajajajajajajaja.
El director se expresó en doble idioma y unos cuantos operarios que le oyeron y le vieron esbozaron caras de circunstancia. El director siguío riendose un par de minutos hasta que de repente se pudo firme y le gritó a Félix: -Uscire ora, men---mentecató. Empujó a Félix de vuelta, tratando de hacerle una burla a Félix pero pronunció mal el español. -Naturalmente, egli domina i baffi.
(¿Pero que esta haciendo? Deje de hacer tonterías. Esto no es el circo / Tú, un payaso, que divertido, tú, jajajajajajajaja / Salga ya men---mentecató. / Desde luego, le domina el bigote.)
Mariano:
-Tsss...pues ya veis....aquí estamos aguantando a el folla putas este...que manda huevos...
Miro de reojo al comisario para poder darle a entender lo que estaba sufriendo, deseando que la obra acabara y siguiendo poner al día a los demás compañeros que llegaron ahora
-Y nada ahora se ve que este a sido envenenado y tenemos que estar con los ojos bien abiertos, puede estar en cualquier lado ya que la amenaza era verdadera, por lo que no nos queda más remedio que fingir que este tio esta bien, y yo con unas ganas de fumar....
Miro hacia abajo y le vino de repente a la mente El químico
-Encima...ese mamón me dijo que esto pasaría...que habría muertes... maldición... ¿Y si caemos uno de nosotros...? Esto no me gusta...
Se decía ya en voz baja
El becario se alejó del cadaver y dejó que sus compañeros se encargaran de sujetarle , mientras tanto caminaba al rededor del palco , con la mirada perdida , aunque de vez en cuando se paraba para admirar la extraña aunque muy bien improvisada escena que estaban llevando a cabo Paco , Felix y De Gaulle... , minutos más tarde las dos últimas personas penetran por la entrada del palco - Hombre... , los actorazos de San Antonio... - Exclama acercandose a ellos - Menos mal que habeis venido , aquí tenemos montado otro percal - Informa apartandose y dejando vision directa al cadaver que se encontraba acomodado en la silla
Postrado junto al montículo de estampas, el psicólogo observaba con mirada crítica el purpúreo cadáver del señor Crisantos, mientras a varios metros Mariano y don Lorenzo informaba a De Gaulle de los hechos. Cuando mencionaron el recipiente con el que creían que se había perpetrado el envenenamiento, Félix desvío la mirada en su busca, y finalmente distinguió la copa que se había resbalado de las manos del señor Crisantos durante su agonizante muerte, volcada junto a la butaca donde ahora reposaba el cuerpo del religioso. El psicólogo gateó hasta allí y alargó la mano ágilmente para asirla. Después, se levantó, y la volteó ante sus ojos. Al instante comenzó a parpadear, incrédulo. Se acercó a los demás y se la mostró.
-Que me aspen si esta no... es la famosa copa de oro extraviada -Balbuceó, boquiabierto, mientras contemplaba su reflejo en la superficie dorada del objeto.
Observa las acciones del psicólogo y cuando este expone la conclusión de que se trataba de la copa de oro que tanta polémica había ocasionado en el reparto , el becario se acerca - Que dices... - Susurra fijandose en el objeto , finalmente se echa hacia atrás - Pues... simplemente cojonudo! - Exclama irónicamente el becario - Entramos aqui y vamos , que se estan riendo en nuestra puta cara... , que nos ningunean , desde el chacho hasta el asesino... , se mueven delante de nosotros y ni nos damos cuenta... - Gruñe Aitor apoyandose en el saliente del palco
El psicólogo siguió la trayectoria de la copa con la mirada mientras esta desfilaba de mano en mano. Tenía una extraña sensación, como si supiese algo importante pero no fuera consciente de ello. Pensativo, con los ojos entrecerrados hasta el paroxismo, Félix retrocedió hasta el borde del palco, y se apoyó en la barandilla, frente al cadáver del señor Crisantos, al que observó con una mirada inquisitiva.
-¿Quién diantres le liquidó, señor Crisantos? -Inquirió, acercando su cara a la del muerto, tratando de intimidarle. No obstante, la apartó instantáneamente, pues de las entrañas del difunto brotó una nueva bocanada de hedor insufrible. Félix retrocedió, asqueado, y por poco no tropezó con la barandilla del palco y se despeñó sobre el público. Tras respirar aquel olor pestilente, el psicólogo entrecerró de nuevo los párpados, extrañado, y de repente dio un sonoro respingo. Volvió la cara hacia sus compañeros, y sus ojos adquirieron un tamaño desorbitado- Que me... aspen otra vez. Creo que... creo que... -Murmuraba para sí, mientras un cosquilleo le recorrió el cuerpo y una sonrisa temblorosa intentaba cobrar forma en su rostro- ¡creo que sé quién intenta matar a D'Alvade!
Entonces, sin conceder tiempo a sus compañeros para reaccionar, dio un brinco durante el cual le dio las gracias al señor Crisantos y salió disparado fuera del palco...
Mariano:
-¡Tú!, ¡Montejo!, vamos... ¡hay que seguirle!,
Dejo el cuerpo, quedando solo Don Lroenzo sujetandole, por lo que casi se le cae, y se fue detrás de el para saber a donde les iba a llevar
-Es...¡Espereee!....
Escucha las fugazes palabras del psicólogo y observa como este sale corriendo - Quien? , eyy , Fe... , pero será posible - Dice el becario antes de emprender una carrera detrás de el - Felix! , espera coño - Eleva la voz para que le oyera , pero sin ningún éxito
El coche de Rasputín se dirigía a toda velocidad hacia el Este, en busca de la 2ª Iglesia.
El partido había acabado, y Fiti se había echado a dormir.
Claude, quejoso debido al largo viaje, se inclinó hacia adelante, hablando al oído a Rasputín.
Claude
Miga, la pgróxigma ves no te haggas el logco disiengdo que no llegvas la cagtega ensigma.
Paga mí que este cogche piegde combustigble, hemos pagago a echag gasoligna tgres vegses en pogco más de una hoga-le dio unos golpecitos en el hombro.
No me hagbían estafago tangto desde que mi higjo me obligagba a sobognag al pgrofesog de gimnagsia paga que le apgrobaga pogque no consengtía ig en chángdal y haseg la pgráctigca....
Fiti chistó.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¡Macho, baja la voz!
Estoy intentando dormir...
Pues ála, no pienso ayudaros en la próxima parroquia...
Rasputín Verenguer
¿Menos?
¡Coña, Fiti, que vives como Dios!
¡Que conocías a Sandra desde antes que yo!
Además, vamos a conseguirlo-sonrió- las posesiones diabólicas son como las compresas.
Se te acaban cuando menos te lo esperas...
Sus tres acompañantes le miraron extrañados, pero sus ojos abandonaron a Rasputín y se posaron en la puerta de la nueva Iglesia.
Habían llegado.
Por la puerta salía un señor mayor, con hábito.
El cura estaba a punto de cerrar.
Madre mía, si son cerca de las 2 de la mañana...
Debe ser una parroquia `afterauas´ de esas, que lo he leído en el periódico...
Aparcaron y se bajaron con sigilo.
El padre Arcadio Claus ya caminaba calle abajo, ajeno a lo que estaba a punto de ocurrir en su Iglesia.
Rasputín y compañía corrieron hacia la puerta y la aporrearon con todas sus fuerzas...
Imposible, imposible...
Cerrada con candado...
No podemos entrar...
Claude, Charlotte y Fiti desviaron la mirada hacia el automóvil.
El doctor tragó saliva.
Minutos después, un estruendo se hizo eco en toda la manzana.
La puerta de la parroquia había sido echada abajo, y las cabezas de Rasputín y Fiti reposaban en el airbag.
Claude y Charlotte observaban desde fuera con un rostro de preocupación.
Claude
Madgre mía, que ostia se han dago...
El becario, que no quería quedarse solo, y menos con el muerto, corría tras sus compañeros lo más rápido que podía, aunque el peso de las ediciones del Código Penal que se había traído pesaban en sus bolsillos impiendole coger velocidad. -Desde luego, los criminales ya podían estudiar el Código Penal antes de cometer delitos. Se estaba planteando soltar los preciados ejemplares cuando vió una carrito de la limpieza arrinconado en una esquina.
...
-¡¡¡Yijaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Gritó Povedilla subido a lomos del carro con un cubo de la fregona en la cabeza y la fregona en la mano. -Soy Robin Hoooooood!! Comentó confundiendo personajes históricos.