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Foro Los hombres de Paco

Frases memorables!!!

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Naufraga86
Naufraga86
17/07/2008 14:54
Como estos meses nos tienen sin Los hombres de Paco, yo me dedico a ver todos los capítulos de todas las temporadas y hay muchas frases divertidas ó que significan mucho para ellos.
Propongo que entre todos hagamos una recopilación de todas aquellas frases que más nos gusten.

1ª temporada. Capítulo 7 "El brillo de Oropel"

Cuando Paco se va a infiltrar en el "Caso Polainos"...

Montoya: te ha quedado claro, Paco?
Paco: que si, que yo le doy a este botón y luego a este... anda! Ya me ha salido otra vez el "salvaslip" este...
Montoya: el salvapantallas Paco, el salvapantallas...
#381
carlinter_76
carlinter_76
26/05/2009 04:26

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.96, 6ª PARTE



En comisaría, Paco y Mariano se encontraban trasladando al preso que habían detenido, un mafioso sospechoso de tráfico de sustancias tóxicas. Iban por las escaleras de la sala principal de la comisaría, pero se detuvieron un momento antes de seguir bajando por las escaleras que les quedaban...

Paco: Hay que borrar su ficha de entrada en el registro de la comisaría. Si no Nelson... es hombre muerto (le tenían secuestrado en los Cachis unos mafiosos compañeros del que Paco y Mariano llevaban retenido) Y tú, no quiero ninguna tontería (dirigiéndose al mafioso) ¿Ves esta escalinata? (le señaló las escaleras que iban a descender Te la comes. ¿Está claro?
Mafioso: Yo soy el primero que quiere salir de vuestro gatzo di gasar (o algo así dice al final, ese acento italiano por desgracia no se lo entendí muy bien que digamos)
Paco: Pues directo a la puerta. Y muy tranquilo
Mariano: Vamos (fueron llevando al sospechoso escaleras abajo, poco a poco, sin prisa pero sin pausa) Paco
Paco: ¿Qué?
Mariano: Tu suegro, enfrente de tus ya. Tu suegro enfrente (Don Lorenzo estaba allí abajo en efecto, y avisó a Paco mientras echaba un vistazo a alguna clase de documento)
Paco: Mierda
Mariano: Aligera, vamos, aligera un poquito (empezaron a descender las escaleras a más velocidad...)
Don Lorenzo: Óyeme una cosa. ¿Paco? Paco, ¡Paco, cojones, ¿estás sordo o qué?! (dirigiéndose ya alterado hacia él ya que en vez de acudir a su llamada salía huyendo junto con Mariano con el mafioso italiano en ristre)
Paco: Eh... Sí
Don Lorenzo: ¿Cómo di...?
Paco: Precisamente... esta mañana, que me he dado con-con el bastoncillo... en el oído interno y me he quedao un poco sordera. ¿Me-me llamaba?
Don Lorenzo: Te voceaba, Paco. Silvia ayer... me dijo que tienes un nuevo caso entre manos. Quiero... quiero un informe de inmediato. Y la próxima vez me avisáis. ¿De acuerdo?
Paco: A sus órdenes
Mariano: Sí
Paco: Bueno, bueno... (iban a retirarse cuando Don Lorenzo otra vez les echó el freno)
Don Lorenzo: Eh, eh... ¿Quién es ese?
Paco: ¿Quién?
Don Lorenzo: El que está detrás de tí
Paco: El-el... (el mafioso, que estaba detrás de Paco, salió al frente para darse a conocer)
Mariano: Eh..., Don Lorenzo, le presento a... Fa-Fabriccio... Ca-Carbonare, eh..., inspector jefe del... Corpo...di Caravinieri Stilate Italia
Don Lorenzo: Caravinieri... (sorprendido de oír ese nombre y alegre de ver a aquel hombre de pronto) Caramba, Paco... (aquí dice algo en italiano que no soy capaz de comprender)
Mafioso: Placere (hablando en italiano y estrechándole la mano a Don Lorenzo)
Don Lorenzo: Placere (con una sonrisa en su rostro)
Paco: Es un-un-un inter- un intercambio internacional y está aquí pues en visita express. Y... vamos, visto y no visto. Eh..., y... que ya se va. Bueno (dan la vuelta para volver a intentar marcharse de allí pero Don Lorenzo les retiene una vez más)
Don Lorenzo: Señores, un segundo, y-y... Me acuerdo en el año... el año pasado (haciendo memoria de antiguas experiencias) fue cuando tuvimos... un-un gran... laboro con el... el teniente Farinelli... (dirigiéndose al mafioso) sobre... supra la seguridanza de la Europa
Paco: Bien, pues ya nos vamos, que... (apurando a Mariano y al mafioso, pero una vez más, Don Lorenzo los retuvo)
Don Lorenzo: Eh,eh,eh,eh,eh... Por favor (pidiéndole al mafioso con un gesto de la mano que se le acercara) Considérese en nuestra casa. Bien, en su casa (le ofreció el brazo para guiarle y de esta manera se separó de Paco y Mariano, que observaron atónitos lo que pasaba. Siguieron al mafioso y Don Lorenzo finalmente...)

La siguiente escena tiene lugar entre Povedilla, un arzobispo y la madre superiora que van hasta el lugar de los hechos donde vieron a Sara en la cama, para someterle a un interrogatorio...

Arzobispo: ¿Es cierto que esta madrugada has estado yaciendo con la novicia Miranda?
Povedilla: Hombre... yacer... lo que se dice yacer en el sentido estricto de la palabra pues... pues que quiere usted que le diga... Hemos estado compartiendo lecho, sí
Arzobispo: Y eres consciente de que has violado tus votos (le decía más en un tono de afirmación, consultándole a Povedilla la duda que pudiera tener sobre lo que había hecho, más que preguntándole si lo había hecho)
Povedilla: Lo soy, padre, lo soy, lo soy y lo asumo, y-y acato lo que la santa madre iglesia quiera echarme sobre las espaldas: ayuno, penitencia, silicio, fusta, lo-lo-lo que usted, lo que usted mande, ilustrísima
Arzobispo: ¿Ha ocurrido en más ocasiones?
Madre superiora:(duda de entre que se llame Avadesa o Trinidad) ¿Cómo no va a haber ocurrido en más ocasiones?, que ha tardado menos de 24 horas en profanar nuestra santa casa. Que usted lo vio y escuchó, padre, pero los golpes de la pobre novicia delataban forzamiento
Povedilla: No,no,no,no,no, un momento, un momento, un momento, golpes había, pero no eran golpes de forzamiento, no, no, eran-eran... golpes pos más bien propios de lo que es la... la fogosidad sexual. E-e-e-eso sí (añadió, al ver las caras que ponían aquellos señores) de-de-desde el, desde el poso y el cariño. Como dicen... las santas escrituras (pasando páginas en una biblia que tenía sobre un estrado que había allí) Ama-amarás al prójimo como a tí mismo. Pues eso hice yo, amé a la novicia Miranda como a mí mismo, en una... interpretación... libérrima... de los sagrados textos

Povedilla sigue dando explicaciones al arzobispo y la madre superiora de los hechos acontecidos la noche anterior, cuando descubrieron a Sara recostada en la cama, considerándolo un ultragio...

Povedilla: Vamos-vamos a ver una cosa, vamos a ver un... Que esa chica sabe latín, y no, no me refiero al latín que usted y yo... conocemos, monseñor, nooo, no, no, (dejando bien clara su postura) que se presentó en mi celda a la 1 de la madrugada, hombre, yo a esas horas pos... lo mismo me da novicia que Paris Hilton, yo entro a matar
Arzobispo: ¿Pero estás diciendo que es culpa de la novicia Miranda? ¿Eh?
Povedilla: Culpa... culpa..., ¿me permite? (el arzobispo estaba muy cerca de Povedilla, tanto que prácticamente no le permitía pasar las páginas de la biblia) El que esté libre de culpa que tire la primera piedra, que... ¿Qué quiere usted que le diga, monseñor? (le dijo, ante lo sorprendidos que estaban tanto él como la madre superiora, bastante cabreados con Povedilla) Que hacen falta dos para bailar el tango

Continuación de la escena anterior, con Povedilla manteniendo una conversación con el arzobispo y la madre superiora sobre Sara, que se había infiltrado allí como novicia...

Arzobispo: ¿Pero entonces asumes o no asumes que hubo intimidad en tu celda?
Povedilla: Deje de señalarme con el dedito y deje usted de señalarme con el dedito que me está poniendo nerviosito (la primera vez que dijo lo del dedito miró al dedo que le estaba señalando muy de cerca del arzobispo, y la segunda alzó su mirada a la cara del arzobispo, en un gesto claro de incomodidad) Sí. Sí. Hu-hubo... hubo intimidad. La... muchacha estaba... desasosegada y hubo intimidad, confesión y esparcimiento, ¿y a usted qué más le da, mm? ¿A usted que más le da lo que yo le diga si usted ya me ha juzgado?
Madre superiora: Usted piensa que acostarse con una novicia es un comportamiento normal. ¿Es eso?
#382
carlinter_76
carlinter_76
26/05/2009 04:27
La siguiente conversación tiene tintes más bien dramáticos, pero la pongo aquí en vista de que ha calado bastante entre el público en general y porque también, normalmente, todas las frases que han marcado en esta serie alguna vez, han sido retratadas en este post. Se trata de Povedilla, siguiendo con su declaración, continuando directamente a la escena retratada con anterioridad, ante el arzobispo y la madre superiora...

FRASE DRAMÁTICA DEL FINAL DEL CAPÍTULO 96



Povedilla: ¿Sabe lo que no es normal? ¿Usted quiere que yo le diga lo que no es normal, mm? No es normal pensar que hacer el amor es pecado, eso no es normal. No es normal pensar que Dios no quiera a las lesbianas y los homosexuales, no es normal. No es normal que la iglesia oculte abusos de niños, ni que los sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del vaticano, ni-ni-ni los anillos ni el oro, ni-ni-ni el dinero tirado en campañas de publicidad, y todo ese boato absurdo mientras treinta millones de personas se contagian de SIDA en África por no usar el preservativo. Señores, Dios... Dios nos hizo con dos brazos, ¿mm? Y con dos piernas. Y también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de-de tocarnos, de... de sentir con la... con la yema de los dedos un pecho cegado por la excitación y eso señores, eso... eso no puede ser pecado... Señores..., amar no es fácil. Y-y usted-ustedes... ustedes se-se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado como-como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Señores, porque amar, amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, que vas a llorar, y es entender... que-que las cosas son muy distintas al sacramento de matrimonio. O sea, hoy... hoy te casas... ¿y vives feliz para toda la vida? Falso. Señores... Falso. Por muchos siglos que puedan ustedes seguir proclamándolo... ¿Saben qué creo? Creo que ustedes no saben lo que es el amor. Porque si... si al- si algo he aprendido estos años... es que si apretar... un cuerpo... hasta convertirse en uno... si eso es pecado..., señores, soy-soy un pecador. Porque el único dios en el que creo... es el amor. ¿Entienden? El amor...

Esas son todas las frases cómicas, con una dramática intercalada al final para ir dando entrada, en próximos días, al número restante de frases de este tipo que quedan por exponer, antes o poco después de la emisión del capítulo 97 de “Los Hombres de Paco”, “Amores improbables”.
#383
carlinter_76
carlinter_76
27/05/2009 07:20
Una vez más, aquí vuelven las frases memorables, y, a continuación, aquí llegan las frases dramáticas que ha dado de sí este capítulo 96 de "Los Hombres de Paco", titulado, "Las reglas de los Pacos". Habrá algún pequeño componente cómico mezclado en estas frases, pero predominará el drama. Sin más dilación, se procederá a su exposición.

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.96, 1ª PARTE



El principio del capítulo, retrata a Aitor dando un discurso en voz en off...

Aitor: (en voz en off) He leído en un artículo de Internet... que cuando nos reímos utilizamos quince músculos de la cara. Aunque no nos demos cuenta... quince músculos se mueven a la vez. El mismo artículo decía que cuando gritamos... usamos trece músculos. Y cuando andamos en bicicleta nueve. Al parecer, cuando besamos a alguien es cuando más músculos se mueven: treinta y cuatro músculos. El artículo no lo decía... pero existen muchas clases de besos. Besos de pasión..., besos de amistad..., besos que no dicen nada..., y otros que lo dicen todo. Quizá por eso un beso signifique tantas cosas. Porque después de darlo... no es necesario hablar..., está dicho todo

En la siguiente escena, Sara está regresando de vuelta a su casa, se halla en ese momento en el patio de la corrala y Aitor la intercepta y la llama.

Aitor: Sara. Hola (cuando esta se gira hacia Aitor y va hacia él)
Sara: Hola (y le sonríe)
Aitor: ¿Qué tal, cómo estás? ¿Bien? (se saludan con dos besos) ¿Qué tal? ¿Cómo llevas el... desenganche de la cocaína? (le dice mientras la sonríe) ¿Temblores..., taquicardias...?
Sara: Pues... todo eso... con un acumulado en sangre de 100 miligramos de cocaína. Vamos, que hasta hace un par de horas oía elefantes rosas..., enanitos dando vueltas... y gansos hablando..., pero ya estoy bien. Gracias. Bueno
Aitor: Bueno...
Sara: Pues... (se dispone a marcharse)
Aitor: Oye (Sara se detiene y se gira de cara a Aitor, que irradia un buen aspecto en su rostro) En cuanto a... En cuanto a lo que pasó la otra noche... Ya sabes
Sara: ¿La otra noche? (no sabía a que se refería Aitor)
Aitor: Sí
Sara: Aitor, me metieron la cara en un saco de cocaína. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en un hospital
Aitor: ¿Es que no te acuerdas de nada, mm?
Sara: (negó con la cabeza, sonriendo) Nada, en blanco, reseteado, nada. Bueno, que me tengo que ir,¿vale? (se fue a marchar cuando Aitor la sujetó por el brazo para evitar que se fuera)
Aitor: Sara. ¿Sabes lo que creo yo? Que sí que te acuerdas
Sara: Que no
Aitor: Te acuerdas de todo. Del beso, de lo que sentías, de todo
Sara: Aitor, que no me acuerdo de nada (mostrándose más seria esta vez en sus palabras)
Aitor: Pero prefieres olvidarlo como si nunca hubiera pasado, ¿no? ¿Sabes por qué?
Sara: ¿Por qué?
Aitor: Porque te da miedo
Sara: Aitor (le tenía el brazo sujeto y eso la estaba molestando, dándose cuenta de ello Aitor la soltó)
Aitor: Y te da miedo porque ya no estás tan segura..., porque tu mundo perfecto de mujer casada, con príncipe azul, salvando el mundo a diez mil kilómetros de San Antonio... ya no es tan perfecto. Mira, Sara, yo puede que... puede que yo no sea muy listo..., ¿vale? Pero te conozco. Y sé que algo se ha movido ahí dentro. Y con esto... para nada te quiero decir... que estés dejando de querer a Lucas. No. Pero puede que empieces a quererme a mí también (de pronto, Paco le da una voz desde el balcón de la corrala. Mariano se hallaba a su lado, ambos con trajes de ciclistas y cascos puestos, y con una bicicleta bi-plaza en su poder)
Paco: Aitor, venga sube, que tenemos prisa, cojones
Aitor: Sí, ya voy, ya voy, Paco
Mariano: Joder, Paco, que máquina, has traído de la talla XS y me está estrangulando un huevo
Paco: Eso es así, Mariano, coño, en las bicicletas no se pueden llevar los cojones colgando
Aitor: Oye, una cosa (refiriéndose a Sara, que se había quedado quieta en el sitio, bastante más triste que cuando comenzó la conversación) La próxima vez que te vea..., te voy a besar. Sin drogas, sin un francotirador aputándonos, sin excusas, te voy a besar..., Sara. Y si quieres pegarme un tiro me lo pegas. Pero no podrás decir que no te acuerdas (sonrió a Sara) Estás preciosa (y se fue de allí, dejando a Sara con un mar de dudas...)

Aitor llama a la casa de Paco, donde están este y Mariano esperándole, mientras hacen tiempos con un par de bebidas, con unos zumos concretamente

Aitor: Buenos días, inspector, sub-inspector... (cruzando el umbral de la puerta, que estaba ya abierta)
Mariano: Buenos días, Aitor
Paco: Buenos días
Mariano: Siéntate y desayuna, ¿no?
Aitor: Sí
Paco: Cierra la puerta (Aitor fue hacia la puerta de entrada de la casa y la cerró)
Aitor: ¿Tenéis localizado el camión?
Mariano: Sí, en el GPS (mostrando su móvil a Aitor) Lleva toda la mañana dando vueltas en un área de 10 kilómetros a la redonda. ¿No, Paco?
Paco: Sí,sí, 10 kilómetros a la... (no estaba atento a lo que decía Mariano, andaba pensando en otra cosa) El otro día la cagé. Me pasé. Has salvado la vida de... de lo que más quiero. Mi niña. Y... te lo agradezco (dirigiéndose a Aitor) Gracias (después de un momento de silencio, Mariano carraspeó para intentar romper aquel tenso ambiente y pasar a explicarle un asunto a Aitor que le incumbía directamente...) Y... bueno, que ahora, como... como remamos en el mismo equipo, aquí Ma-Mariano y yo pues... nos gustaría... pues explicarte algunas reglas de... de nuestro funcionamiento
Aitor: ¿Reglas?
Paco: Sí
Aitor: ¿Qué reglas?
#384
carlinter_76
carlinter_76
27/05/2009 07:22

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.96, 2ª PARTE



En el bar de los Cachis, Curtis y Rita mantienen la siguiente conversación, relacionada con sus asuntos sentimentales... Primeramente se halla Curtis pidiéndole a una camarera un plato...

Curtis: Me vas a traer un trío de burritos y dos zumos de naranja (le dice a la camarera)
Rita: Vale
Curtis: Que estoy que crujo. (la camarera se marcha a buscar el pedido de Curtis y este se sienta, frente a frente con Rita) Ándale pues. ¿Quién ha quedado mañana con Pepa para pasear agarraditos de la mano? El tito Curtis, ¿eh? Venga, pregúntame (viendo que Rita no le decía nada), pregúntame, “¿cuál es el secreto?”
Rita: ¿Cuál es el secreto?
Curtis: La paciencia. Yo me podía haber tirado a su cuello a comerle todos los morros, pues no lo voy a hacer hasta que ella no quiera. Así me tenga que levantar cada 5 minutos e irme al baño a machacármela con piedras (de vez en cuando, se iban viendo imágenes en donde aparecían Pepa y Silvia haciendo actos sexuales en uno de los baños del vestuario por un lado, y Montoya y Marga en otro baño de los vestuarios por otro, presumiblemente Pepa y Silvia en el de mujeres y Montoya y Marga en el de hombres) Que yo estoy viendo que ella está en fase de tanteo. Gracias, guapa (le dice a la camarera, tras que les trajera los zumos de naranja que había pedido) ¿Y lo tuyo con Montoya qué? (le pregunta a Rita)
Rita: Lo mio con Montoya paradico. Pero si le preguntas a mi prima te va a decir que lanzao. Van quemando neumáticos. Vamos, que le he visto y yo... unos morreos con toda la boca abierta con toda la lengua ahí para dentro...
Curtis: Que te lo tengo que repetir otra vez, ¿no, Rita? Le está comiendo los morros porque Montoya es un señor. Cojones, en todo momento se va a comportar como un caballero. Le va a hacer la de correos, eh
Rita: ¿Qué correos?
Curtis: Le está poniendo el flanqueo, sello, matasello, al buzón (hace un silbido como diciendo “esto ya está”)..., certificado pa casa. Lo está haciendo por tí, eh. La va a dejar por tí. Lo que le pide el cuerpo es estar contigo, coño. Y Montoya otra cosa no pero es un señor. De los que ya no quedan, un señor (enfatizando especialmente en esas dos últimas palabras: “un señor”) Gracias, guapa (le dice a la camarera tras que le sirvieran los alimentos que había pedido)
Rita: Hombre..., (suelta una risilla) visto así..., pues igual sí que el Montoya está haciendo bien las cosas. Aunque se lo está llevando ella, porque se lo está llevando crudo, eh
Curtis: Porque esas cosas no se terminan de la noche a la mañana. Coño, que es tu prima. No le va a pegar el zapatillazo sin anestesia, ¿no? Tendrá que hacer las cosas bien. No querrás que ese hombre quede como un canalla y un miserable
Rita: Fíjate tú que me está dando pena y todo... Pues no que le está poniendo el matasellos y no se está dando ni cuenta

En el laboratorio de la comisaría tiene lugar la siguiente escena, que presenta a Silvia y Pepa en un estado de ánimo muy alegre, y acarameladitas

Pepa: En la sala de tiro, en el montacargas, en el coche... y ahora en el CSI. ¿Qué pasa, que... lo de enrollarnos a escondidas te pone, no, pelirroja?
Silvia: Pues no, mira, ¿tú sabes lo que me pone realmente? Es imaginarte mañana con Curtis ahí de la manita, en plan romántico (se lo decía en un tono chistoso, mientras se reía)
Pepa: Muy graciosa tú, ehhh. Pues he quedado con él para intentar cortar. (Silvia, que estaba corriendo las cortinas de los laboratorios, se giro en ese momento hacia Pepa, y le dirigió una mirada profunda, cargada de sentimiento) Porque no le quiero hacer daño..., pero no sé como la verdad. Pero cortar tengo que cortar
Silvia: Joder, Curtis (dijo, mientras observaba por la ventana, hacia el pasillo de afuera) Viene Curtis, sí,sí,sí (repetía el “sí” ante oír a Pepa decir “no”, como que no se creía que Curtis estuviera yendo hacia los laboratorios) (Pepa se tuvo que esconder en una cama de forense, tapándose con una sábana todo el cuerpo y Silvia se puso la bata de científica y simuló que estaba trabajando en algo. Curtis en ese momento entró al laboratorio)
Curtis: Silvia, ¿tienes un minuto?
Silvia: Pues es que..., Curtis, me pillas ahora con la autopsia de la monja y...
Curtis: Ya (entró de todos modos al laboratorio y cerró la puerta) Mira, Silvia, probablemente... esto te resulte muy violento pero es que no... es que no sé que hacer. No sé que hacer. Estoy más perdido que un pulpo en un garaje, joder. Mañana he quedado con Pepa y... tú eres quien mejor la conoce, no... no serías capaz de ayudarme, ¿verdad? (Silvia le hace un gesto como aceptando la ayuda de Curtis, que prosiguiera) Yo quiero ir despacio con ella, te lo juro, quiero ir despacio. Tampoco muy despacio, a ver si se va a creer que soy un pamplinas y de pamplinas nada. Pero tampoco quiero ir rápido, coño, ¿si voy rápido qué va a pensar?, que voy a lo que voy, al revolcón
Silvia: Pues no sé, Curtis. Sé tu mismo
Curtis: Sí, que fácil es decirlo, coño, que yo toda la vida he sacado el cimborrio en la primera cita, Silvia, joder, que si hay que sacarlo, se saca, ehhhh. Pero no sé porqué me da que ella está todavía... un tanto benefóbica... (Silvia exhala un suspiro, intentando comprender lo que dice Curtis, calmándose) Me estoy volviendo loco, coño... Mira, Silvia, yo... yo creo que... que todo el mundo tiene una oportunidad en la vida de... de ser feliz, ¿no? De-de-de que le salgan las cosas bien, coño, y... algo aquí dentro me dice que... que esa oportunidad me ha llegado con Pepa. Dime que hago
Silvia: Eh..., a ver, Curtis, (mirándole con una cara un poco triste, al saber los sentimientos que tenía Curtis con Pepa y le sentaba muy mal decirle que ella y Pepa estaban juntas...) ¿sabes qué pasa?, que es que cualquier cosa que yo te diga de Pepa a tí no te va a valer para nada. Porque es que para Pepa no valen ni los test del Cosmopolitan, ni las encuestas ni... la carta astral. No, Pepa se sale de todos los esquemas (Pepa sonrió desde debajo de las sábanas ante estas palabras de Silvia)
Curtis: Ya... (prácticamente en un susurro)
Silvia: No sé... ¿Quieres saber cómo es Pepa? (Curtis asintió con la cabeza) Pues mira. Pepa... es un poco esquizofrénica..., la verdad, lo mismo está contigo bien, como sale corriendo. Bueno, y no la cabrees porque tiene un corche (“corche” o algo parecido dice)que ni el Tyson, eh. Pero bueno, luego cuando está contigo es como si fuera el último día de su vida. Es capaz de chuparse todas las guardias nocturnas con tal de hacerte compañía. Bueno, o de inventarse un operativo... para sorprenderte con una comida romántica... (acordándose de ciertos momentos que había pasado con Pepa) O de llamar a un ex-novio de la adolescencia para embarazarse por tí... (Curtis se quedó algo sorprendido al oír aquello del embarazo)Pues así es Pepa
Curtis: Gracias, Silvia..., gracias (se iba a marchar del laboratorio pero justo antes de hacerlo se acordó de algo y se giró nuevamente hacia Silvia) Me voy sin salir de dudas. ¿Entonces me saco el cimborrio o no me lo saco? (Silvia le dirigió una mirada a Curtis, como diciéndole amistosamente “que preguntas, Curtis, por dios”, y este hizo gestos de negación con la mano, y se marchó del laboratorio)
#385
carlinter_76
carlinter_76
27/05/2009 07:24

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.96, 3ª PARTE



En los vestuarios de la comisaría, Marga hace acto de presencia en los mismos, como en busca de algo, ya que mira a todas partes con perseverancia. Entonces, Marga saca su móvil y llama a alguien, y el móvil de la persona a la que llama suena muy cerca de donde está ella, dentro de alguno de los baños del vestuario. Marga, suponiendo ya quien es, sonríe y mira en la dirección de donde suena el móvil y se ve una mano sacándolo por encima de la puerta de uno de los baños. Esa persona abre la tapa del móvil, y a continuación abre la puerta, se trata de Montoya

Marga: ¿Para esto me has hecho venir otra vez? (Montoya y Marga se abrazan y besan apasionadamente y se meten en el baño de los vestuarios del que acababa de salir Montoya y cierran la puerta, y justo en ese instante entran Curtis y Rita a toda prisa, buscando a la prima de Rita, Marga)
Curtis: ¿A ver, dónde está tu prima, eh, dónde está tu prima?, que vemos fantasmas donde no los hay, coño. ¿Y si hubiera entrado, dónde está el problema?
Rita: Hombre, es más que Gonzalo lleva 15 minutos de reloj aquí dentro y aún no ha salido
Curtis: ¿Ah, sí? (tanto Rita como Curtis oyen ruidos de excitación de la prima de Rita y se quedan observando en la dirección de la que provienen dichos ruidos. Luego también se oyen ruidos de excitación de Montoya y Curtis y Rita se acercan sigilosamente a ver que esta pasando. Llega un momento en el que se acercan tanto a la puerta, que esta, sin previo aviso, pega un estruendo de un golpe que se pega Montoya o Marga contra la puerta cerrada del baño y asusta a Curtis y Rita, haciéndoles retroceder de pronto)
Rita: ¿A tí te parece que la está... que la está metiendo en el buzón? Le está poniendo el matasellos..., eh, pero para hacerle el boquete más grande (observa por debajo de la puerta y ve ropa de Montoya y Marga tirada por los suelos, por lo que deduce que están desnudos)
Curtis: Escúchame, mírame a la cara, coño, mírame a mí. Gonzalo te quiere, (una vez que Rita mira a Curtis) a mí me lo dijo aquí mismo, te quiere, eh, te quiere. Y todo este rollo a ver si no va a ser culpa suya, coño, ¿qué cojones con tu prima, eh, con el tanga fuera y metiéndose en los retretes? Es un mal trago para él, es un mal trago, te lo garantizo. Y le va a quitar de un lado lo que le va a poner de otro. Hay que despacharla (Rita se niega y abandona los vestuarios, triste)

En el convento de monjas, Sara y Povedilla están infiltrados en un caso. Povedilla está durmiendo, cuando está bien entrada la noche, en una habitación habilitada para él. Sara toca en la habitación en ese momento, que se supone que es una habitación individual para hombres, pero a Sara, cuando Povedilla finalmente le abre la puerta, definitivamente le pasaba algo por la cara que traía cuando entró allí...

Povedilla: ¿Qué pasa? ¿Qué pasa, ha ocurrido algo?
Sara: Pues me ha pasado que no puedo dormir, Pove. Que estoy desesperada y necesito hablar
Povedilla: Ha-hablar, hablar, hablar, Sarita, por dios, baja-baja el tono, escúchame, escúchame, esto es una-una zona de celibato, ¿entiendes?, de-de-de uso exclusivo masculino y la clausura pues no-no casa con el visiteo nocturno. ¿Por qué no hablamos mañana? Eh, hablemos mañana, (le dice, mientras intenta acompañar a Sara a la salida, esta última bastante nerviosa) cariño, venga, ahora vete a dormir
Sara: Que no puedo. No puedo dormir, ¿entiendes? Que yo antes tenía una vida feliz. Una vida con Lucas. Y podía dormir y no tenía preocupaciones. Y ahora se ha ido todo a la mierda (Sara coge un cigarro, una cerilla, y lo enciende. Povedilla mientras tanto se pone una chaqueta)
Povedilla: Pe-pe-pero muchacha, ¿pero qué haces, muchacha?,(le dice al verle con el cigarro en la mano) no-no, que-que, pero muchacha, por favor, que aquí no se puede fumar, que nos vamos a meter en un marrón, Sarita (visiblemente preocupado)
Sara: Yo ya estoy en un marrón, Pove. Creo que estoy enamorada de Aitor... Y no-no-no sé que ha pasado, no sé... Ha entrado en-en-en... mi-mi casa, mi vida..., poco a poco. Llamando a la puerta, una vez, y otra, y otra (cada vez que decía “y otra” daba un sonoro golpe en la mesa que pudo alcanzar a oír la madre superiora... Una de las ocasiones en las que pronunció las palabras “y otra”, aparte de dar otro golpe en la mesa, derribó un vaso con agua que había allí encima y se rompió en mil pedazos al impactar contra el suelo)
Povedilla: Ala, ala, ala, ala
Sara: Mierda
Povedilla: ¿Ha-has visto, eh, has visto? Mira, mira como te has puesto (Sara tenia manchado de agua el vestido blanco que llevaba puesto) Voy a buscarte algo (Sara le dio el cigarro a Povedilla)
Sara: ¡Y por quererme me está reventando la vida, lo entiendes?! ¡Que he hecho saltar mi-mi mundo en-en pedazos, que lo ha resquebrajado...! ¡Joder! (decía, mientras daba golpes con la mano, en esta ocasión a la pared, enrabietada)
Povedilla: Sara, Sara, Sara (intentaba calmarla, ya que se encontraba muy alterada y estaba llorando. Intentaba limpiarse la mancha que tenía en el vestido, pero sin paciencia, y acabó tirando una camisa que estaba intentando usar para esta tarea al suelo bruscamente. Povedilla abrazó a Sara para intentar consolarla. Cuando todo parecía haberse calmado, de repente se oyó un tremendo grito de la madre superiora)
Madre superiora: ¡Abra la puerta inmediatamente! ¡Abra! (daba golpes contínuos a la puerta y no eran golpes precisamente suaves...)
Povedilla: ¡Sí, sí, ya! ¡Ya, ya, va! (insistía, en vista de que la madre superiora no paraba de aporrear la puerta. Sara se escondió bajo las sábanas de la cama, para ocultarse de la madre superiora) ¡Va, va, va! ¡Va! (fue corriendo hacia la puerta, con el cigarro de Sara en la mano, y abrió) ¿Sí? Hola (dijo, cuando entró la madre superiora) O sea... pax ubiscum..., su altrinidad (la madre superiora observó atónita el cigarro que Povedilla portaba en la mano. Povedilla carraspeó) Que estaba aquí... echando un piti, eh, ma-malos hábitos que tiene uno, que me gusta siempre echarme uno después de... (viendo que la madre superiora observaba directamente la cama, Povedilla se interrumpió y miró hacia atrás también, preocupado porque pudiera descubrir el escondite de Sara) De-después de cenar le digo, eh, después de cenar. S-su Trinidad, no-no... (se dirigió como una flecha hacia la cama y la destapó, descubriendo a Sara en su interior, encontrándola con la mancha de agua en sus partes bajas, algo que la madre superiora interpretó de un modo incorrecto...)
Madre superiora: Salga de aquí ahora mismo (haciendo caso a la madre superiora, Sara salió de allí sin mediar palabra)
Povedilla: Ma-madre, madre, madre, madre, madre, madre, (haciendo que se detuviera en su marcha, ya que estaba a punto de abandonar la habitación sin haber dicho nada)ma- pero que- no-no es lo que... lo que usted piensa, eh, no, no, e-e-e-era la novicia, que quería que la oyera en confesión, y claro,... Dios está en todas partes
Madre superiora: Mañana por la mañana llamaré al arzobispo de la diócesis... para informarle de su comportamiento. (y una vez dicho esto, abandonó la habitación)
#386
carlinter_76
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27/05/2009 07:25

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.96, 4ª PARTE



Curtis y Pepa, en la cita que habían concretado, se van al bar de los Cachis y allí se encuentran a Nelson comiendo tortilla junto con unos mafiosos, solo que Curtis y Pepa no saben en absoluto quienes son los hombres que están con Nelson, y no se dan cuenta de que algo pasa a pesar de los estados de ánimo tan abatidos que presentan tanto Nelson como la camarera de los Cachis, Leo.

Pepa: Hola, Leo. Nelson (le guiña un ojo para saludarle)
Curtis: Me vas a poner dos cañitas, eh, pero bien tiradas
Pepa: Joder con Nelson (le ve zamparse un trozo grande de tortilla) Se va a comer él solito la tortilla
Curtis: Cuestión cultural. El mundo de la tribu es propicio... (prosigue, al ver que Pepa se queda sumida en la duda) a lo que es el ansia. ¿Por qué? Porque esta gente come un día y a la semana siguiente (hace un silbido como diciendo “para dentro”) a verla venir
Pepa: Que joder... (dice mientras se ríe)
Curtis: Eh, anda que no (dice, mientras le sonríe a Pepa) Sonrisa más bonita tienes (le suena el móvil y se lo saca del bolsillo. La llamada era de Rita pero la colgó) Es Rita, que... que lo suyo con Montoya no acaba de fluir y uf...
Pepa: Mm...
Curtis: Gracias (le dice a Leo, tras que le sirviera las cañas)
Pepa: Gracias. ¿No fluye? (prosiguiendo su conversación con Curtis) Pues de eso mismo quería... quería hablarte yo
Curtis: ¿Mm?
Pepa: Que lo nuestro tampoco fluye, Curtis. Que somos amigos, y... somos compañeros..., y que eres un encanto, joder. Pero que... que no pegamos. Que tú y yo se ve a la legua que somos... de planetas diferentes
Curtis: De planetas diferentes... (repite, en un tono más bajo de lo habitual en él, un tanto abatido) De galaxias diferentes... De sistemas solares diferentes, ¿no? Llevo un alza de 6 centímetros y todavía me sacas un palmo (Pepa se ríe ante este comentario de Curtis) Y por eso mismo vamos a luchar por esto, con dos cojones, Pepa. Yo voy a poner toda la carne en el asador, toda la que haga falta, ríete tú de las barbacoas de quinceañeros de fin de semana, boñadas, coño (recuperando la confianza) Yo voy a poner chuletones..., yo le voy a poner entrecor, costillar..., toda la morcilla y toda la carnaza que haga falta, Pepa, yo lo voy a hacer... Podemos hacerlo (Pepa recibe un SMS. Es de Silvia y pone lo siguiente: “El CSI tiene su punto pero podemos probar los vestuarios ahora..., ¿te parece?”)
Pepa: De comisaría (dice tras dar un suspiro y leer el mensaje de texto) Me tengo que ir, Curtis. Lo siento. Hasta luego, Leo (coge el bolso y se marcha del bar)
Curtis: Bueno... Tenme esto y luego paso (le dice a Leo) Anda, pídete un postre, no te quedes con hambre..., cojones con el negro (dirigiéndose a Nelson esta vez)

En la sala principal de comisaría, Marga acude a Rita, que esta sentada en una de las mesas, con una sonrisa en su rostro

Marga: Pues na, prima, este muchacho tiene que llevar tiempo a dos velas porque sino no me lo explico. Si es que nos pasamos el día haciéndolo. La cama, en el despacho, en el vestuario... Me paso el día en comisaría prima (dice, mientras sonríe de la felicidad que siente a Rita) Míralo, ahí está (dice, cuando ve a Montoya al fondo, justo delante de la escalinata) Ahí está, que bonico. Bueno..., voy al toro
Rita: Ala, adiós, primica (y Marga se va en busca de Montoya)
Marga: Adiós. Gonzalo (llamándole)
Rita: Curtis..., (se hallaba enfrente de Rita en ese momento, acababa de llegar a comisaría) me siento como la tonta del bote, eh. Porque entre el franqueo y el sellado..., está haciendo un traje de babas (vio detrás suya como Montoya y Marga se besaban)
Curtis: Mujer, porque es un caballero, coño, y no la quiere hacer daño
Rita: Pues que se lo haga. Porque yo ya estoy hasta las narices de la mosquita muerta que lleva todo el día el tanga asomando por detrás. Quiero a Gonzalo... y el amor tiene mucho de egoísmo... Y yo ya me canso de compartir... (a Rita le entra una pena bastante grande al decir todo esto y Curtis se ve impotente al ver como sus intentos de ayudarla, por el momento, son en valde)

En el convento de monjas, Aitor va hacia allí por petición de Don Lorenzo para buscar a Sara, a la cual encuentra e inician una conversación sentados en un banco.

Aitor: Te presentaste voluntaria a la infiltración para alejarte de mí. ¿No?
Sara: ¿Por eso has venido?
Aitor: (negó con la cabeza) Me manda tu abuelo. Silvia descubrió algo. Pero primero necesito una respuesta..., (Sara se siente incómoda ante esta cuestión de Aitor) Sara
Sara: Mira, Aitor, estoy en este convento en calidad de infiltrada en un operativo policial. Si quieres que hablemos de algo que ocupe el caso lo haremos..., sino no tengo nada de que hablar contigo (se levantó del banco de piedra y se dispuso a irse del patio)
Aitor: Sara, Sara, Sara, escúchame, (la sujetó por el brazo y entre eso y que la llamaba insistentemente finalmente Sara acabó por escuchar a Aitor) ven aquí, ven aquí. A ver, la meta-anfetamina entró en el organismo de la víctima por ingestión. ¿Vale?, pasó de los dedos a la boca, ni por vía respiratoria ni por sangre. Así que tuvo que ser algo que comió
Sara: Las hermanas comen todas lo mismo. Si hubiese sido por la comida la meta-anfetamina las hubiera afectado a todas por igual

La siguiente escena es una continuación de la anterior, en una conversación entre Sara y Aitor...

Aitor: ¿No guardan comida en las celdas?
Sara: Está prohibido
Aitor: Prohibido (repite en voz baja, mientras él y Sara se vuelven a sentar en el banco de piedra) Caramelos, chicles, kit-kats...
Sara: Prohibido
Aitor: Prohibido. Pues vaya mierda. Prohibido comer..., prohibido hablar, prohibido saltarse la clausura por las noches... Prohibido quererme... (le dice a Sara mirándola directamente a los ojos, algo por lo que se siente ofendida y se levanta de pronto del banco, con intención de alejarse de Aitor...) Eh, eh, eh, Sara, Sara, ven aquí (Sara se detuvo y se giró de cara a Aitor) Lo siento. ¿Vale? Lo siento, ya está

Esto es todo con respecto al capítulo 96, “Las reglas de los Pacos”. En el capítulo 97, “Amores improbables” , si las cosas van bien, se seguirán exponiendo nuevas frases referentes a dicho capítulo, el 97 de “Los Hombres de Paco”. Espero que estas frases hayan sido de su agrado.

Saludos, paqueros/as
#387
edding
edding
30/05/2009 13:51
Alguien podria poner la introducion que hace aitor en este ultimo capitulo, Gracias
#388
carlinter_76
carlinter_76
02/06/2009 01:00
Una semana más, vuelven las frases memorables. A partir de ahora estrenaré un nuevo formato para exponerlas aparte de aquí, en el foro. Y es el blog que hace apenas unos días cree en Formula TV para exponer mayoritariamente cosas de “Los Hombres de Paco”, entre las que, a partir de ahora, también irán expuestas las frases memorables. Les toca el turno a las cómicas del capítulo 97 de “Los Hombres de Paco”, titulado “Amores improbables”. En este capítulo, como en la mayoría de capítulos pasados, se alternarán las cómicas, exponiendo estas primero, y después las dramáticas, yendo estas aparte como se ha realizado casi siempre durante la temporada, siendo este el 17er capítulo de la misma en entrar a formar parte en este recopilatorio de frases cómicas y dramáticas. Procedo a continuación, a exponer las cómicas.

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.97, 1ª PARTE



La siguiente escena tiene lugar en el baño de la casa de Paco, en donde están reunidos este, Mariano, Povedilla y el mafioso italiano, que lo tienen retenido allí a la espera de saber qué hacer con él, ya que ningún policía podía saber que lo tenían detenido o los mafiosos matarían a Nelson... Paco se encontraba dándole cucharadas de puré al mafioso en aquel momento, mientras Mariano taladraba la pared, Povedilla estaba intranquilo observándolo todo...

Povedilla: Ca-caballeros, esto-esto-esto-esto, de verdad, esto es demencial, eh, demen- , tenemos retenido si-sin orden judicial, sin-sin a-a-a-a un-a un-a un mafioso. Con-con perdón, eh (le dice al mafioso, que está sentado en el suelo, mientras Paco está dándole de comer) Y a- y a Nelson secuestrado por sus compinches, si es que-que-que esta gente te arrebanan los... (hizo un gesto con las manos señalándose sus partes íntimas)y te los pone aquí a... (realizó un gesto con la mano como si estuviera comiendo alguna clase de alimento)
Paco: Pa-pa-pa-pa-pa-Povedilla, déjate de gilipolleces, coño con los huevos
Mariano: Joder... (dice cuando deja de taladrar, por culpa de que el hueco que estaba haciendo llegó hasta el otro lado, en una pared de la casa de Sara) Me ha llegado hasta el otro lado
Paco: Córtate, coño, que-que lo va a oír Don Lorenzo, joder
Mariano: Déjame el taco, Povedilla. Tu suegro se ha ido ya fijo, Paco (mira su reloj en la muñeca de su mano), son más de las 9. ¿Y la gente esta por qué no llama? (cuando está a punto de aporrear con un martillo el taco que le dejó Povedilla en el tornillo de la pared) Oye, ¿tu gente por qué no llama? (dirigiéndose al mafioso) ¿Eh? (empieza a dar golpes suaves con el martillo para encajar el tornillo, mientras que a su vez, se oyen unos golpes en la puerta, de alguien llamando. Es Don Lorenzo)
Don Lorenzo: ¡Paco! ¡Paco! (repitió, en vista de que no habló nadie allí dentro)
Paco: ¿Qué?
Don Lorenzo: ¡Que-que-que la- que la otra taza del baño que-que... se ha vuelto a atascar y... está al ras! ¡Que me estoy yendo, chico!
Paco: E-e-e-e... (intentando encontrar las palabras apropiadas en un momento tan tenso como aquel pero no lo conseguía)
Don Lorenzo: ¿M-m-me abres?
Paco: A la bañera, a la bañera (decía en voz susurrante a los demás, evitando que Don Lorenzo le oyera), venga, coño
Don Lorenzo: ¡Paco!
Paco: Pa-pase usted, ya, Don Lorenzo (tras que todos se metieran en la bañera, corrieran la cortina, abrieran el grifo, y Paco se quitara la camiseta para disimular que se estaba bañando), ya puede, es que estaba...
Don Lorenzo: Te alisan los huevos, macho (se fue a sentar inmediatamente a la taza del water a hacer sus necesidades...)

Justo a continuación de la anterior escena tiene lugar la siguiente, con Don Lorenzo en el baño de la casa de Paco, con este, Mariano, Povedilla y el mafioso italiano (al que Mariano tapaba la boca para que no gritara) refugiados en la bañera, estando disimulando Paco una ducha...

Paco: ¿Y..., Don Lorenzo, qué... qué hace usted aún aquí, no se le va a hacer tarde?
Don Lorenzo: No, estoy regular, ¿sabes?, parece que tengo... un poquito de fiebre... Yo creo que... creo que no... no voy a ir hoy a comisaría. No... (desanimado, se levantó de la taza del water y se dirigió a la salida del baño) Me... me parece que me voy a quedar, vamos, me voy a quedar en casita (Don Lorenzo salió del baño y cerró la puerta, hecho por el cual los demás pudieron salir de su escondite)
Paco: Este tío hay que sacarlo de aquí, coño, llevarlo a un-un piso franco
Mariano: Sí, sí, claro, eso, o-o vamos (Mariano le entregó una pistola a Paco para que este mantuviera a raya al mafioso y no intentara hacerse el héroe) a comisaría, eh, entregamos un albarán y decimos que tenemos secuestrado a un rehén y que estamos negociando con la mafia, ¿no, Paco? (cogió una argolla de una caja de herramientas del suelo y la empezó a colocar en la pared en la cual Mariano había metido el tornillo)
Povedilla: ¿Se-se-se ha mojado usted los pies? (dirigiéndose al mafioso) Traiga, traiga, que... le quito los zapatos, que se ha calao usted vivo también. Ahí (dijo tras quitarle uno de los zapatos al mafioso y guardárselo de su mano) El otro (repitió la operación con el otro pie)
Mariano: Dame las llaves (refiriéndose a llaves de una esposa, dirigiéndose a Paco, el cual le entregó las susodichas llaves)
Povedilla: No se preocupe... Señores. Señores, vamos a acabar los tres en la cárcel, los tres, en la cárcel. Bueno, y... (Mariano le puso las esposas al mafioso en las manos, alrededor de la argolla, para que si intentase escapar, no pudiese) Y-y Nelson en-en-en-en un pilar de la M-40. Con uuun-un traje de cemento. Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno y por no hablar de Don Lorenzo, que a Don Lorenzo lo vamos a tener aquí otra vez en 2 minutos, porque la... la diarrea ácida esta que tiene, vamos, no hay más que olerla. 2 minutos.
Mariano: Pues este no caga aquí más. Este no caga más en esta casa. (cogió un martillo de la caja de herramientas) O se va a un hotel de motu propio... o se compra una bacicalga (“bacicalga” o una palabra similar usó, no sé exactamente cuál fue la que dijo)
Povedilla: ¡No,no,no,no,no, sub-inspector...! (en vista de que Mariano levantaba el martillo, tanto él como Paco intentaron frenarle, puesto que iba a destrozar el water a martillazos, pero no se lo pudieron impedir, y acabó cargándoselo)

En el bar de los Cachis, Curtis mantiene una conversación con Pepa y Silvia, en la que les dice que sabe que siguen estando juntas y que lo comprende, al decir esto último, Pepa y Silvia se quedan sorprendidas, puesto que se esperaban una reacción negativa de Curtis, no una positiva como presentó en esta ocasión. De esta manera, Curtis continúa la conversación con la pareja de chicas...

Leo: Ensaladita por aquí... (trayéndoles el pedido que había realizado Curtis) Si necesitas algo más Curtis, ya sabes, ¿vale?
Curtis: Gracias, guapa. Sólo os pido una cosa. (aquí dirigiéndose ya hacia Pepa y Silvia) No me excluyáis. Digo yo... (coge un trozo de comida con el tenedor y se lo lleva a la boca) Si vais a seguir manteniendo relaciones íntimas, joder, permitid que me una. Si es necesario... pasar previamente por una fase... llamésmola mixta..., pues se pasa y punto, coño, pero yo quiero estar ahí, yo quiero estar ahí. Y ahora si no tenéis nada más yo es todo lo que quería deciros (Silvia y Pepa, de lo alucinadas que están ante la proposición de Curtis, no dicen absolutamente nada, y se quedan mirando la una a la otra, perplejas) ¿Nos vemos en comisaría, Pep? (y le da un beso en los morros) Chicas, comeros la ensalada que está de muerte (Silvia sonríe a Curtis, intentando disimular su sorpresa)
#389
carlinter_76
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02/06/2009 01:03

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.97, 2ª PARTE



En casa de Paco, Mariano intenta sacar de la casa el water estropeado por él mismo, arrastrándolo con una toalla por debajo. Paco mientras tanto, mantiene una conversación con Don Lorenzo en el salón, que anda bastante preocupado por su salud, ya que al parecer tiene delirios de fiebre...

Paco: Venga, Don Lorenzo, por dios, no sea usted niño chico, hombre, que no tiene fiebre, que como mucho decimillas, decimillas nada más (Don Lorenzo tiene puesto un termómetro en la boca para tomarse la temperatura corporal, en busca de la prueba que le indique que realmente tiene fiebre)
Don Lorenzo: Paco, ¿cómo decimillas?, escúchame (iba a empezar a hablar cuando Mariano, arrastrando el water, le interrumpió)
Mariano: No se lo va a creer, Don Lorenzo... Mire (mostrándole el estropicio causado en el water) Se ha caído el toallero que está en-encima de la taza... del water y lo ha partido en dos
Don Lorenzo: ¿Cómo va a romper esto un toallero? (en ese momento llamaron a la puerta de la entrada de la casa, o más bien lo disimuló Povedilla, para atraer a Paco y Mariano con un gesto de la mano a que se dirigieran hacia él. Parecía que tenía algo importante que decirles) O eso de decir que tengo decimillas unos cojones, voy a hacer 37 (Paco, Mariano y Povedilla se dirigieron a la cocina para que no les escuchara Don Lorenzo, y acto seguido Povedilla sacó un papel del bolsillo y comentó su contenido a Paco y Mariano)
Povedilla: He sacado esto de-de la web de la Interpol, nu-nuestro rehén, mm, es un asesino, es un-es un- es un... maníaco confeso. In-in-inpalatore, eh (costándole pronunciar esta palabra en italiano), ¿por qué un hombre tiene la-la fea costumbre de meterle una estaca por la escotilla de... popa a sus víctimas? Sí, cui-cuidao , y e-este-este-este es el moderao, eh (se hallaba Mariano inmiscuido en la lectura del documento mencionado por Povedilla y Paco un tanto tenso escuchando las palabras de Povedilla mientras le echaba un vistazo al documento también) Porque... il capo, ¿sabes?, el que tiene a Nelson, es muchísimo más sanguinario. Y además, aquí pone (señalando el docmento) que esos son-son los dos... uña y carne, los dos (haciendo un gesto con los dedos, chocándoselos mútuamente con los de la otra mano)
Mariano: Bueno, pues-pues cojonudo. Cojonudo, o sea que sean uña y carne nos viene de puta madre, Paco, mientras que nosotros le tengamos... a Nelson no le va a pasar nada (Don Lorenzo empezó a toser desaforadamente durante unos instantes) Ese tío es nuestro as en la manga, bueno, nuestro as, es nuestra puta baraja, Paco
Paco: ¿Baraja, pero qué baraja, Mariano, coño? ,que tenemos un empalador ahí puerta... (se vió obligado a interrumpirse ante los tremendos quejidos de Don Lorenzo, que denotaban un claro malestar suyo) puerta con puerta con mi niña, coño. Y Nelson en manos de unos psicópatas, coño, dios... (a punto estuvo de llevarse el pañuelo a la boca en señal de angustia, pero esta vez se contuvo y se llevó las manos a la cabeza. Aitor llegó a la casa en ese momento, con alguna clase de objeto envuelto en un mantel azul)
Aitor: Aquí están, Mariano. (dejando el objeto envuelto en la mesa de la cocina) ¿Hay noticias de Nelson, han llamado ya? (Mariano destapó el mantel y había en su interior una jaula con ratas dentro, ante lo que uno de los presentes profirió un grito, y prácticamente todos muecas de asco, menos Mariano y Aitor, que ya sabían de la existencia de las ratas)
Paco: Joder, ¿ratas, Mariano, ratas para qué?
Mariano: Para, para atar... Venga, Povedilla, cógelas y vámonos para allá
Povedilla: ¿Que la coja yo...?(Povedilla le entregó el documento que contenía la información sobre el mafioso italiano a Aitor, cogió la jaula con las ratas envolviéndola de nuevo en el mantel azul para que Don Lorenzo no se diera cuenta de su existencia, y la trasladaron...) Ay, que asco, que asco, que asco, que asco, que asco (mientras cogía la jaula para su traslado)

Povedilla, Paco y Mariano ponen trampas para ratones por toda la casa, mientras Don Lorenzo anda durmiendo prácticamente al lado suyo, con una protección en los ojos contra la luz. Este plan lo hacían, probablemente, para evitar una posible escapada del mafioso...

Povedilla: Voy corriendo al bar a por... a por grullé, que el elemental se ha terminado (nada más salir Povedilla de la casa, Paco pilló una trampa de ratones en su mano por error, y sintió por un momento un dolor bastante fuerte. Soltó de pronto la trampa que sostenía en su mano y Mariano se alarmó)
Mariano: Cuidado, Paco (con el estruendo que produjo la trampa al clavarse en la mano de Paco, no sé con seguridad lo que dijo Mariano en ese momento desgraciadamente...)
Paco: Se acabó, Mariano, se acabó. Te-tengo un empalador esposado a una argolla en mi bañera y estamos tú y yo como oligofrénicos poniendo cepos, cojones, en vez de estar salvándole el culo a Nelson, que es lo que tendríamos que estar haciendo. Se lo voy a contar a Don Lorenzo ahora mismo (Paco se levantó apresuradamente del suelo en donde estaba arrodillado poniendo trampas para ratones, también llamadas cepos, pero Mariano se puso delante suya para detener su paso hacia Don Lorenzo)
Mariano: S-s-s-sí-sí, ¿qué pasa si se lo cuentas a Don Lorenzo, eh? Ya verás lo pronto que manda un operativo a gran escala. Que esa gente son asesinos, coño, Paco, que no se andan con chiquitas... Que en cuanto vean la cabeza de un GEO, ejecutan a Nelson. Esto hay que hacerlo a pequeña escala, Paco, nosotros lo hemos metido aquí, pues nosotros lo sacamos. Y nuestra llave, está colgada de la argolla del baño (Povedilla regresa a la casa en ese momento portando lo que fue a buscar, el llamado grullé. Don Lorenzo se despierta al llegar Povedila y se levanta, con una mala cara en su rostro)
Don Lorenzo: Me voy... al baño...
Povedilla: Eh, a-a-a-al baño no, al baño no, Don Lorenzo, aquí, en el orinal, eh (y le tendió un urinario a Don Lorenzo, que rechazó con la mano ipsofacto)
Don Lorenzo: A su puñetero padre..., los santos cojones... Anormal, quite de en medio... Me voy... donde Sarita (poniéndose una bata encima del pijama, completamente desilusionado, no parecía de ánimos para nada)
#390
carlinter_76
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02/06/2009 01:06

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.97, 3ª PARTE



En la casa de Paco, el mafioso italiano retenido en el baño andaba desesperado intentando liberarse de la argolla, a la que tenía atadas unas esposas, pero por mucho esfuerzo que hacía no lo conseguía. Por otro lado, parecía que el plan de Mariano de llenar de cepos toda la casa no había dado sus frutos...

Paco: Cojonudo, hemos dejado mi casa como un estercolero, ¿y para qué? Para nada
Mariano: Es que no... No hemos contado con el factor bagaje, Paco, que tu suegro ha pasado una post-guerra y-y claro, cuatro ratas pos pa tu suegro es que le dan igual, claro (Don Lorenzo regresa a casa, más activo de pronto)
Don Lorenzo: Me voy. Que me voy. Después de todo me he puesto bueno, me voy. Me-me-me voy a- me acompañará a comisaría, voy a cambiarme (eso de pedirle que le acompañaran a comisaría se lo decía a Povedilla)
Mariano: Do-Do-Don Lorenzo (frenándole, iba lanzado y casi no alcanza a hablarle a tiempo), eh..., cámbiese en mi habitación, vamos, en el cuarto de Sarita, es que el de Paco está manga por hombro, ¿sabe usted? (Don Lorenzo asintió con la cabeza y fue lo más pronto posible hacia el cuarto de Sara... El móvil de Mariano, en ese instante, empezó a sonar. Miró a ver de quien era la llamada...) Son ellos, Paco. (se refería a los mafiosos, los compañeros del que habían secuestrado) ¿Qué hago?
Paco: Cógelo, cojones, cógelo
Povedilla: Espere, espere, espere, pregúntele por Nelson, si está bien, si necesita algo, mmmm, una muda, una revistilla...
Paco: Sí (interrumpiendo a Povedilla, para permitirle a Mariano que cogiera el teléfono haciéndole un gesto, antes de que los mafiosos le colgaran)
Mariano: ¿Sí? Dígame. Ajá (respondiendo afirmativamente a la persona del otro lado, de la cual no podía oírse nada de lo que decía) Ajá. Ajá. Ajá. Muy bien (haciendo pausas para escuchar lo que le iban diciendo los mafiosos) Adiós. (colgó la llamada)
Paco: ¿Qué?
Mariano: Hemos quedado dentro de una hora y media para negociar
Paco: Mm (respondiéndole a Mariano de esta manera, como diciendo que lo había entendido. En ese momento se dirigió a Povedilla) Microcámaras y las escuchas, venga, vamos, Povedilla. (tras decirle esto, Povedilla marchó a realizar las peticiones que le asignó Paco) Vamos a detener a esos puñeteros mafiosos. Mafias a nosotros, je (se mostró confiado a la hora de decir estas palabras, pero segundos después adoptó una expresión de miedo en su rostro, de inseguridad)

Mariano y Paco acudieron a la reunión que concertaron con los mafiosos italianos, en busca de algún acuerdo para poder acabar con la agonía de Nelson y por lo tanto, rescatarle...

Paco: Y esta es mi mano derecha, el sub-inspector Moreno
Mariano: Mariano... (poniendo un acento italiano) Mariano Moreno (tendiéndole la mano al que parecía el líder de la banda), ¿mm? Como Mario Moreno Cantinflas, el suo compatriota, ¿verdad? Jaja...
Paco: Mariano, (carraspeó) Cantinflas.... era mexicano, no italiano, jejeje (riéndose disimuladamente delante de los mafiosos para que no se le notara un tono demasiado serio en sus palabras y los mafiosos no sospecharan)
Mariano: Ah
Paco: Es graciosi, eh...
Mariano: Un errore. Excusi
Mafioso: ¿Cómo está nuestro amigo Fabriccio?
Mariano: ¿El inpalatore? Bene, bene. ¿Cómo... cómo se dixe...? Perfectamenti, eh. Eh..., un día in pala qüí, otro in pala cosé, eh, esa... tratato a corpo de rexe. Eh..., feliche, feliche. Tan feliche que quiere quedarse... a vivir con nos... (Paco le hace un gesto con la mano como diciendo que espere, que no hable y Mariano le hace caso, no sin antes acabar la palabra...) otros
Paco: ¿Y... y nuestro hombre?
Mafioso: Agacheto... (pidiéndole algo a su hombre de confianza, que se hallaba al lado suyo. Este hombre le entregó una caja negra al mafioso y este, se la entregó a Paco)
Paco: ¿Qué es esto? (el mafioso le insistió mediante un gesto de la mano en que lo abriera para descubrirlo, así que Paco abrió la caja y dentro descubrió que había una especie de papel, papel que Mariano cogió. Resultaba ser una foto de Nelson mostrando un periódico, como reivindicando alguna especie de acto terrorista...)
Mafioso: ¿Corsilia? (o algo así les dice, se encuentra hablando en su idioma en ese momento, en italiano. Paco le hace un gesto con la mano como mostrándose de acuerdo con el mafioso. A continuación, el mafioso, en su idioma, le manda a traer algo a su compañero...)

La escena siguiente continúa directamente a la anterior, con los mafiosos y Mariano y Paco sentados en sendas sillas, negociando

Mafioso: ¿Qué bolete?
Mafioso 2: ¿Qué quieren? (les traduce el compañero del primer mafioso, puesto que Mariano y Paco se quedan sumidos en la incertidumbre)
Paco: Ah. (carraspea, con intención de hablar, pero Mariano se le adelanta)
Mariano: Di capo... a capo. El sueldo de... polisía di Caravinieri... es picoló (haciendo un gesto con la mano como señalando que era muy pequeño) No da para que tuta la familia... pueda comer... tortellini tutos los días... Y tuto... sabemos lo importante que es la familia, ¿verdad? (hizo un gesto con las manos, levantándolas, como resaltando que no podían comer sin dinero, ya que hacía como si estuviera comiendo algo con ambas manos) La famiglia es...
Paco: ...dinero (interrumpiendo a Mariano) Eso es lo que queremos..., dinero
Mafioso: ¿El que yo flitre?
Paco: Vuestro silencio... y nuestra protección. Si llegamos a un acuerdo... ni nosotros (y observó a Mariano buscando su complicidad) ni ningún compañero del cuerpo interferirá en... su negocio (el segundo mafioso, el que estaba al lado del aparente líder, le lanzó a Mariano un sobre, que al abrirlo Mariano, se encontró un buen montón de fajos de billetes de 500€ metidos en el interior)

Paco y Mariano, tras la reunión con los mafiosos, están a punto de llegar de vuelta a la casa del inspector Miranda. Se hallan en el patio de la corrala en aquel momento, mientras van caminando hacia la casa de Paco, subiendo las escaleras y avanzando por la corrala...

Mariano: Lo tenemos, Paco, lo tenemos todo, gra-grabado todo, imagen, sonido, todo
Paco: Por los pelos, porque has estado a punto de mandarlo todo a tomar por culo, coño, con eso del inpalatore, y ten cuidado con los 100.000€ que es prueba pericial (refiriéndose al dinero que había dentro del sobre que Mariano estaba llevando)
Mariano: Estoy llamando a Povedilla para que lo custodie pero no me lo coge, (se hallaba llamando con su móvil a Povedilla) voy a llamar a Rocamora. (marca el número de Rocamora y este sí atiende a la llamada de Mariano) Rocamora, escúchame, cagando leches pa casa de Paco, venga (colgó a Rocamora tras decirle esto)
Paco: Y cuando Nelson esté a salvo hablamos con Don Lorenzo para que proceda a detenerlos. Pero ahora lo más importante es garantizar la seguridad de Nelson hasta que lo canjeemos (saca las llaves y busca la que abre la puerta de entrada de la casa, puesto que ya habían llegado a la casa de Paco) ...por Fabriccio. (al abrir la puerta, Paco y Mariano se quedaron asombrados al ver el panorama, ya que estaba Fabriccio, el mafioso italiano al que tenían que proteger, muerto, ensartado en un trozo puntiagudo que sobresalía de la taza del water que había destrozado Mariano previamente con un martillo...)
#391
carlinter_76
carlinter_76
02/06/2009 01:10

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.97, 4ª PARTE



Tras que Paco y Mariano descubrieran al mafioso muerto, los dos policías andan bastante nerviosos, intentando buscar una solución a aquel problema...

Mariano: Dios, Paco... Hay que llamar a una unidad médica, pero ya. Joder, dios...
Paco: Forense, Mariano, un médico forense es lo que necesitamos (ambos visiblemente preocupados cuando hablaban. Le sonó el móvil a Mariano en esos momentos que se vivían allí de tanta tensión...)
Mariano: El capo... (mirando de quien procedía la llamada en el móvil) Está llamando el capo, Paco... Joder...
Paco: Co-co-cógelo
Mariano: ¿Qué?
Paco: Cógelo, coño, cógelo, coge-cógelo,coge-
Mariano: ¿Pero cómo-cómo quieres que lo coja, Paco, qué quieres que le diga, eh, que el fraterno de la suatona está caput, qué quieres, que maten a Nelson, Paco?
Paco: Vale, tranq-tranquilo, tranquilo. Llaman para darnos una cifra, ¿no? Pues tú colúmpiate. Colúmpiate, tenemos que evitar cerrar el trato, porque si cerramos el trato después viene el intercambio de rehenes. Mariano, tienes que ganar tiempo..., eh, hasta que pensemos que hacer... para salvarle el culo a Nelson, ¿está claro? Ganar tiempo, ganar tiempo, ganar tiempo
Mariano: Vale (cogió el móvil, mostrándose ya más calmado, pero todavía un tanto nervioso) Sí. Ajá (no podía oírse a la persona del otro lado del móvil. Mariano iba respondiendo a lo que esta persona le iba diciendo) Ajá. Ajá. No, no, no, no. No, no, no, no, no, no, no, no. No, no. No, ni un... ni un medio por siento, ni un uno, ni un due (Paco le iba haciendo gestos de aprobación con los dedos pulgares de la mano, dándole su aprobación ante lo que estaba comentando, que iba bien por ese camino), ni un tre, ni un cuatre, ni un sinqüe (Paco le decía mediante gestos que siguiera sumando) Estábamos pensando en un 6 por siento. ¿Po-portutú? Sí, completi, tuto un 6 por siento, sí. No, consulti, consulti,... consulti...

En la siguiente escena, Mariano continúa conversando por móvil con el capo mafioso mediante el cual están pactando un trato. Paco mientras tanto, le observa nervioso, procurando mediante gestos que no cometa errores que le puedan llevar a cerrar el trato, ya que si querían salvar a Nelson, debían de posponer a toda costa el trato, y evitar cerrarlo en aquel momento...

Mariano: Sí. Ajá (no se podía oír a la persona que había al otro lado, y Mariano iba haciendo pausas para escuchar lo que le iban diciendo, para luego contestar en consecuencia) Ajá (se le ilumina el rostro) Bene. Bene, bene. Molto bene, me piache. Ajá, molto bene (hablaba en claro acento italiano)..., muy bien, eh, chao. Chao, arrivederchi (colgó la llamada al capo) Un 6%, Paco
Paco: No-no me lo puedo creer
Mariano: Ni yo (emocionado)
Paco: ¿Tu-tu eres gilipollas? ¿Q-q-q...? ¡Que lo que tenías que hacer es no cerrar el trato, coño, y ganar tiempo! Dios... (bastante alterado, no se esperaba que pudiera pasar algo así, y le entró un nerviosismo enorme) Joder... M... ¿Qué-qué-qué te han dicho más?
Mariano: Que quedamos mañana a las 10 y media de la mañana... Que llamarán antes para... para decirnos el sitio, coño, joder, no me he dado cuenta y he cerrado con un 6 con el buen trato que es... (se le veía intranquilo, no era capaz de calmarse, acababa de darse cuenta de su error)
Paco: Coño, ¿y qué les llevamos al intercambio, eh, un puto madelman, cojones? (se tropezó con el cadáver y estuvo a punto de irse al suelo, pero se equilibró apoyándose ligeramente en una pared a tiempo) En cuanto el capo vea... a su cuñado... a-al empalador empalado pues... Nelson está muerto (el timbre de la puerta sonó en ese instante, alertando a Paco y Mariano)
Mariano: Rocamora, Rocamora que viene a por el dinero... (dijo, dirigiéndose hacia la puerta por la que había tocado)
Paco: Corre, coño
Mariano: Rocamora, por la puerta de la cocina, que esta se ha atascado. Espera, que le doy una bolsa (dirigiéndose a Paco en estas últimas palabras, cogiendo una bolsa colgada en la pared y metiendo el sobre con el dinero en ella...)

Don Lorenzo y Aitor, en los Cachis, mantienen una conversación. Don Lorenzo quiere indagar en la vida de Aitor, al querer este último estar con Sara. Primeramente le pregunta de qué equipo de fútbol es, para ir entrando en calor...

Don Lorenzo: ¿Atletic?, no-no me jodas, no me jodas, ya-ya-ya vamos a empezar a tener problemas familiares, yo soy merengón (haciendo especial énfasis sobre la palabra “merengón”)
Aitor: Joder... (quejándose de esta alusión de Don Lorenzo)
Don Lorenzo: Joder no, pe-pe-pe, y además desde los tiempos de Puskas. Puskas, Gento, Santa María, Amancio... Di Stefano, Don Alfredo, eso eran jugadores, con dos cojones. Con dos cojones, no esa pandilla... de gansos... engominaos. Ahí, todo el día, con... con el marketing metido en el culo. ¿Cómo era ese...,cómo se llama?, eh..., el... el ganso ese portugués, hombre
Aitor: Cristiano Ronaldo
Don Lorenzo: E-e-ese. Parece el-el-el-el puto novio de la barbie. (carraspeó antes de continuar) Escúchame una cosa, chaval (una camarera de los Cachis les sirvió a Don Lorenzo y Aitor lo que seguramente el comisario habría pedido, no se veía a Aitor con mucha ilusión de picar nada en aquel momento) E-e-en mis tiempos,... un jugador de fútbol... a las cinco de la tarde los domingos... se ponía las calzas (la camarera les llevó algo más a la mesa) cortas y se dejaba los huevos en el campo, con dos cojones. Eso es fútbol, con mayúscula (resaltó bastante la palabra “fútbol” al decirla, como hizo anteriormente con “merengón”) Y no cosa de niñatos. Lo que pasa es que... ya... ni-ni-ni el fútbol... es lo que era (cogió un nacho de la mesa y le metió un bocado) Mm (le señaló con una mirada los nachos de la mesa y seguidamente miró a Aitor y le hizo un gesto con la cabeza. Aitor, captando el mensaje, negó con la cabeza, no quería picar nada) ¿Te parece que el fútbol es lo que era o no?
Aitor: No sé, supongo que no
Don Lorenzo: Por ejemplo... (echó la mirada hacia los pies de Aitor y este miró hacia abajo también, preguntándose hacia donde podía estar mirando Don Lorenzo exactamente) ¿cuánto tiempo hace que llevas... esos playeros?
Aitor: (se rió ante esta pregunta de Don Lorenzo) Pues yo que sé..., Don Lorenzo, no lo sé, pues-pues tendrán dos meses, tres meses
Don Lorenzo: Y te las vas a cambiar, claro (dando ya esto por hecho, argumentándolo en forma de afirmación en vez de forma de pregunta como soldría ser habitual en este tipo de casos) Claro, en mis tiempos... (continuó, ante el silencio de Aitor) los zapatos se cambiaban cuando... cuando saltaba la suela. Y si eso pasaba... tirabas de pegamento y medio, lo pegabas y ala, a seguir pa'lante. ¿Que-que se rompían de nuevo? Pues nada, lo remendaban, lo pegaban... y arrea que te pillo (cogió otro nacho y se lo comió, mientras lo masticaba y se lo tragaba continuó hablando, de forma que no pudo vocalizar del todo bien durante unos segundos) Ya nadie lleva zapatos al zapatero. Se los compran nuevos. ¿Sabes lo que te digo? (Aitor hizo un gesto asintiendo tímidamente, sin convicción, pero cambió de opinión y prefirió ser sincero y negó con la cabeza rectificando)
Aitor: No
Don Lorenzo: Aitor... Si mi nieta ahora va contigo es porque... lo de ella y Lucas se está... resquebrajando. Eso no... ya no. Y si ella... ha decidido comprarse unos zapatos... unos zapatos nuevos... no voy a ser yo quien... quien se lo impida. ¿Sabes por qué? Porque pienso que contigo puede empezar a andar... un camino nuevo. ¿Y por qué no? Maravilloso (sonrió a Aitor) ¿Te quedas a cenar?
Aitor: No (en un tono casi imperceptible)
Don Lorenzo: Sí, hombre, a lo mejor
Aitor: No (sonriendo a Don Lorenzo)
Don Lorenzo: Va, hombre. María (llamando a la camarera) Dos tequilitas reposados... (leyendo la carta del bar) y le vas a traer al jovenzano este...
#392
carlinter_76
carlinter_76
02/06/2009 01:14

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.97, 5ª PARTE



En la casa de Paco, se encuentran este y Mariano en la habitación de Sara, intentando dejar al mafioso italiano muerto, Fabriccio, en unas condiciones en las que pensaran que estaba vivo. Le meten un libro en el pecho y le tapan con una camiseta para que el libro no se le note...

Paco: Mira que era fácil, eh, te dije colum-colúmpiate, colúmpiate y bien, y tú no, tu-tu-tuviste que cerrar el trato, ¿manda-manda huevos o no?
Mariano: Perdóname, Paco, ¿qué quieres, qué quieres que haga, eh? O sea, les pedí como-como un 400 % más de lo que me ofertaban y me dicen que sí, ¿pues-pues qué hago? (le pusieron una chaqueta al mafioso para hacerle más bulto, y que pareciera que realmente estaba presentable para salir a la calle sin aparentar que estuviese muerto)
Paco: ¿Qué hago, qué hago..., cojones? (Don Lorenzo llega a la casa en ese momento después de su cena con Aitor. Paco intenta enderezar la cabeza del mafioso pero al soltarla se le cae hacia abajo) Coño, no cuela. No cuela, si (hizo un gesto con la cabeza levantándola y luego dejándola caer de golpe) se-se ve a leguas que esta muerto, coño
Mariano: A-a ver, Paco, cuela. Cuela perfectamente, relájate. Aitor nos va a traer una silla de ruedas, sentamos al difunto en la silla de ruedas, cuando hagamos el intercambio le decimos al cuñao que se encuentra... indispuesto (se ve a Don Lorenzo abriendo la nevera de la cocina buscando algo en su interior, y saca finalmente una cerveza) He hecho un... pequeño montajillo de... de voz con la- con la voz de... del difunto para darle más credibilidad. En el track 1 (refiriéndose a unas grabaciones en un dispositivo que estaba sujetando con la mano en aquel momento) he puesto “va fan culo filio di putana”, en el track 2... “vais a tener que bailar”. Esto lo conectamos a unos altavoces debajo de la silla y ya verás como cuela, Paco (el mafioso estaba a punto de caerse en la cama en la que estaba sentado, pero Paco en el último segundo lo sujetó para evitar esto. Don Lorenzo estaba en el sofá del salón tomándose la cerveza mientras tanto...) Ah, le he dicho a Aitor que traiga un montón de petardos y de mechas que han decomisado de un taller clandestino
Paco: ¿Pe-petardos y mechas para qué?
Mariano: Vamos a ver, nos vamos un rato antes al sitio (el mafioso andaba otra vez cayéndose de la cama, pero en esta ocasión en dirección hacia donde se encontraba Paco, que no tuvo más remedio que equilibrarlo otra vez y ponerlo en su sitio, recostándolo en esta ocasión en la cama, puesto que veía que no era suficiente con que estuviera sentado), sembramos todo aquello con los petardos y las mechas, cuando tengamos a Nelson y antes de que ellos se den cuenta de que este está fiambre, encendemos los petardos, ellos se piensan que es fuego cruzado y nosotros aprovechamos el caos pa darnos a la fuga
Paco: No sé, Mariano, vamos a descansar, que... sólo tenemos 5 horas (Paco se va de la habitación de Sara en ese momento y se dirige a la suya, a dormir)
Mariano: Joder... (observando al mafioso italiano muerto, Fabriccio, tirado sobre la cama. Le tapa con una manta... Don Lorenzo, mientras tanto, va a sacar la cama de debajo del sofá, pero ve que no puede abrir la parte de debajo)
Don Lorenzo: Joder... (se dice a sí mismo)
Paco: ¿Q-q-qué coño haces aquí tú? (le dice a Mariano, que había ido a la habitación de Paco y se estaba empezando a quitar la ropa para acomodarse en la cama)
Mariano: Pues acostarme aquí, Paco, ¿qué quieres que haga?
Paco: No. No
Mariano: Joder, Paco, no-no pretenderás que me acueste al lado de un muerto, ¿no?
Paco: Ya...
Mariano: Coño, mi almohada... Ahora vengo (Mariano marchó rumbo a la habitación de Sara a buscar la almohada con la que habitualmente dormía allí. Cuando llegó y estaba ya cogiendo la almohada, oyó una voz de Don Lorenzo, que se dirigía hacia donde él estaba, y se alarmó. Mariano se sentó al lado del cadáver tapado con la manta, para disimular que no era un muerto quien estaba tumbado en la cama, puesto que se le veían las piernas, que no estaban cubiertas con la manta...)
Don Lorenzo: Si me dejáis la cama anido , que esta mañana con la mierda de la puta rata habéis... dej..., ¿y esto? (pregunta, al ver la manta con el hombre cubierto debajo) ¿Esto qué es?
Mariano: Emm... (da un par de palmadas al mafioso de debajo de la manta, disimulando que era un colega suyo) Está... Está dormidito, Don Lorenzo, está dormido, que... (Don Lorenzo intenta atisbar algo concreto debajo de las mantas agachando un poco la cabeza, pero no logra nada) Pues un... una noche loca que he tenido con un... un antiguo amigo de cuando mi época de... Y... (Don Lorenzo no quiere saber nada más sobre el tema, y se marcha sin preámbulo alguno de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Don Lorenzo, al salir de la habitación de Sara, recibe una llamada en su móvil)
Don Lorenzo: Sí. (se trata de Montoya)
Montoya: Don Lorenzo, tiene que venir inmediatamente. Tenemos un problema
Don Lorenzo: Voy para allá enseguida. Hay que joderse, que nochecita...

Aquí doy fin a las frases cómicas del capítulo 97 de “Los Hombres de Paco”, “Amores improbables”, espero que hayan sido de su agrado. Las frases dramáticas irán expuestas en próximos días, con voz en off incluída, que ha sido solicitada por el forero edding, tanto aquí en el foro, como en mi blog de Formula TV.

Saludos, paqueros/as
#393
carlinter_76
carlinter_76
03/06/2009 03:09
Vuelven las frases memorables, en esta ocasión con la exposición de las dramáticas del capítulo 97 "Amores improbables" de "Los Hombres de Paco". Se procederá a su puesta en escena a continuación.

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.97, 1ª PARTE



La siguiente escena, comienzo del episodio, se trata de una voz en off hecha en conjunto por Curtis, Rita y Aitor, los tres en la sala de tiro preparándose para disparar a la diana, poniéndose sus respectivas gafas protectoras, y cargando sus pistolas...

Aitor: La real academia define la palabra imposible... como algo que no tiene facultad ni medios... para llegar a ser... o suceder. Y define improbable como algo inverosimil... que no se funda en una razón prudente
Rita: Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad... que la imposibilidad... como a todo el mundo supongo
Curtis: La improbabilidad duele menos... y deja un resquicio a la esperanza..., a la ética
Aitor: Que David ganara a Goliat era improbable... pero sucedió
Rita: Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable... pero sucedió
Curtis: Que los barón rojo volvieran a tocar juntos era improbable..., pero también sucedió
Aitor: Nadal desbancando del número 1 a Federer
Rita: Una periodista convertida en princesa
Curtis: El 12-1 contra Malta
Aitor: El amor..., las relaciones..., los sentimientos... no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles... sino de amores improbables. Porque lo improbable es..., por definición..., probable. Lo que es casi seguro que no pase... es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad..., media posibilidad entre mil millones de que pase... vale la pena intentarlo

A la comisaría de San Antonio, llegan unas flores que transporta Rita. Esta, al ver a Povedilla, se dirige hacia él, para hacerle entrega de las flores...

Rita: Jose Luís, las flores estas que son para la Sarita, ¿por qué no se las das tú?
Povedilla: Eh... ¿Por qué-por qué no se las das tú? No, digo es que... (continúa al ver la expresión que adopta Povedilla, que no es precisamente agradable), que tú sabes que yo me acerco un poco a la- a la graminia y empiezo ahí a moquear como un tontolaba y...
Rita: No seas zangüango (interrumpiendo a Povedilla), hombre, que tengo que llevar esto al despacho del Mendez, corre, cariño (entregándole las flores a Povedilla, que las tenía encima de un carro con diversos objetos que debía llevar a los de Asuntos Internos rápidamente, y por eso andaba con tanta prisa...)
Povedilla: Bue-bueno (sin darle tiempo a despedirse de Rita. Kike y Curtis aparecen bajando por las escaleras en ese momento y manteniendo una conversación...)
Kike: Tío, que no tienes que llevarte a las dos cuñadas al campo a hacer un trío, Don Lorenzo te capa, Paco te capa y todo dios te capa
Curtis: Que no se trata de eso compañero
Kike: Sí que se trata de eso, Curtis, llevas derechando ("derechando" o algo parecido dice)fantaseando con un trío, es el puto sueño de tu vida en la academia
Curtis: ¿Tú quieres saber de verdad cuál es mi puto sueño? ¿Te lo cuento? (deja un folleto que había cogido bruscamente de las manos de Kike en la mesa) Pues Pepa, Pepa Miranda es mi puto sueño

La siguiente escena continúa a la anterior, con Curtis conversando con Kike sobre Pepa en la sala principal de la comisaría, ambos sentados, Kike en una mesa, y Curtis en una silla...

Curtis: Me importa tres huevos los tríos, las fantasías o los cuartetos..., que yo lo que quiero es levantarme todas las mañanas media hora antes que ella y ponerle una baladita de Scorpions... y tostaditas recién hechas, eh, zumo de naranja que sé que le gusta, eso es lo que quiero. Si para conseguir todo eso la tengo que compartir con Silvia, con Angelina Jolie o con Esperanza Aguirre pues la comparto. Que ni me apetece ni sé como se hace pero lo hago, coño, que la quiero
Montoya: Curtis (le llama, acercándose a él. Curtis se levanta, ya que estaba sentado en una silla, y se dirige a Montoya)
Curtis: Inspector, que...
Montoya: (interrumpe a Curtis inmediatamente) Tú eres muy amigo de Rita, ¿no?
Curtis: Pues sí..., ya lo sabe usted
Montoya: Tan amigo como para... traicionar mi confianza y contarle lo que te dije de ella hace unos días, ¿no?
Curtis: Hombre, así... dicho así de-de-de pasada yo comenté... algo, sí, pero... (sin saber que mas decir para justificarse)
Montoya: Joder... Curtis, que me la has desbocado..., coño, que-que me ha metido mano delante de la plana mayor de Asuntos Internos. Joder, que me quiere hacer no sé qué con un sujetador colgante. Eh, y se me ofrece por activa y por pasiva
Curtis: ¿Y qué, y qué pasa con eso?, usted me dijo que anda pillao con ella, ¿no? (Montoya, contrariado por las palabras de Curtis, sale de allí sin dirigirle más la palabra a Curtis, pero visiblemente mosqueado)

En la sala de interrogatorios de la comisaría, Sara se halla sujetando una carta que le ha llegado junto con las flores que en ese momento tenía allí, puestas sobre la mesa. Sara abre la carta, y empieza a leerla, es de Lucas. La carta dice lo siguiente: "Hola, mi amor. Tengo dos noticias, una buena y otra mala. La mala: ayer me subieron el sueldo, casi el doble. La buena: renuncié. ¿Por qué es la buena? Porque si no, hubiésemos tenido que estar tres años más separados. Vuelvo contigo, mi niña, en ocho semanas, una por cada rosa del ramo. Lucas". Povedilla ya había leído el contenido de esta carta, y se queda observando apesadumbrado como la lee Sara. Decide entrar en la sala de interrogatorios a charlar del tema con ella...

Povedilla: Hola (cierra la puerta detrás suya para que no les escuche nadie, a no ser que alguien activara en la pre-sala el botón para escuchar lo que decían, pero en ese momento estaban completamente solos) (carraspeó) Mmmm... Bueno, no sé si... si tengo derecho a meterme en esto pero... Verás, cuando... cuando me enamoré de Rita... Eh..., llevaba siete años de relación con una chica de Palencia. ¿Lo sabías? (Sara le negó con la cabeza) Mariluz. Y estuve a punto de renunciar a Rita..., por seguir estando en una relación en la que ya no quería estar. Bueno, ahora... por... Rita y yo ya... ya... ya no estamos juntos pero... pero sé que si no hubiera apostado por ella no me habría perdonado nunca... No hagas algo de lo que te arrepientas toda la vida..., ¿vale? (Sara, bastante triste, le asintió con un gesto muy leve, casi inexistente, de la cabeza) (Povedilla, al salir de la sala de interrogatorios, abrió la puerta tan bruscamente, que se la llevó directamente a la cabeza, dándose un golpe del que se recuperó como bien pudo. Al salir, le estaba esperando Rocamora...)
Rocamora: Povedilla, el sub-inspector Moreno me dio esto para que... , dice que se lo custodies durante unas horas (haciéndole entrega de una bolsa)
Povedilla: De acuerdo. Gracias (le hizo un saludo militar y Rocamora marchó por donde vino) (Povedilla abrió la bolsa y en su interior se encontró un sobre. Abrió dicho sobre y se encontró con un fajo enorme de billetes de 500€. Al ver esto, Povedilla salió de la sala de interrogatorios a toda prisa, alarmado)
#394
carlinter_76
carlinter_76
03/06/2009 03:10

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.97, 2ª PARTE



En la siguiente escena, Povedilla esconde en una taquilla de los vestuarios el sobre con el dinero. Nada más hacerlo, Curtis entra en los vestuarios y Povedilla se gira sobresaltado, pero por suerte no ha visto el sobre con el dinero por poco. Povedilla, girando contínuamente la llave de la taquilla en su dedo, y mirando a Curtis disimulando todo lo posible su nerviosismo, sale poco a poco de los vestuarios, mientras Curtis poco a poco se dirige a las taquillas. Cuando Povedilla sale de los vestuarios, Curtis fuerza la taquilla de Pepa con alguna especie de herramienta, algo como un destornillador, para meter un sobre con algo valioso en su interior, para que cuando Pepa abriera la taquilla, se encontrara con ello en su interior. De pronto oye a Pepa y Silvia hablando, y no tiene más remedio que dirigirse a uno de los baños a esconderse, cerrando la puerta, para que no vieran que no estaba alli en los vestuarios...

Silvia: ¡Pepa, esto es muy serio, y hay que zanjarlo ya! (cuando Pepa y Silvia hacen su entrada en los vestuarios. Silvia está claramente disgustada...)
Pepa: Ahora te parece serio, ¿no? Pues hace un rato te parecía divertido
Silvia: Bueno, me parecía divertido hasta que me metió la lengua hasta la campanilla (Pepa se asegura de cerrar la puerta de los vestuarios para que nadie del exterior de los mismos las oiga) Mira, Pepa, una cosa es que le mintieras (Pepa exhala un suspiro), que le dijeras que le querías porque se estaba muriendo. Y otra cosa es que lo eternizes. Pepa, es que está tan ciego que no se va a dar cuenta de que lo rehuyes. ¿No ves que es como un niño pequeño con un helado de dos bolas? Y lo peor es que no sabe que se le va a caer
Pepa: Joder... (dice, preocupada) Es que no sé como he dejado que las cosas lleguen hasta aquí. Es horrible, pero..., pero es que Curtis me da taanta pena... ¿Qué es eso? (refiriéndose al sobre que Curtis había metido segundos antes en la taquilla, y que Silvia había sacado de la misma) ¿Y ese sobre? (Silvia sacó el contenido del sobre. Le mostró a Pepa el sobre, donde se podía leer en la portada "Fin de semana para 3". Pepa se quedó sorprendida, y Curtis, en medio de una desolación terrible, salió del baño donde se hallaba metido, ahondando valor por unos momentos y quitándole de golpe el sobre y lo que había en su interior a Silvia, que lo hallaba sujetando)
Curtis: Nada, ese sobre no es nada (dijo, en un tono muy serio, mientras le quitaba el sobre a Silvia y salía de los vestuarios. Acabó tirando el sobre a la papelera...)

Mientras tanto, Montoya y Rita se hallan en medio de otra conversación, en la sala de café, tras una petición por parte de Montoya de aclarar sus sentimientos con Rita de una vez por todas, tras que esta se le estuviera insinuando a Montoya de todas las maneras posibles...

Montoya: Quería hablar contigo. De tí y de mí. Y de tu prima
Rita: De mi prima ni se preocupe usted, eh, que yo ya le he puesto los puntos sobre las ies. Hay que ver la zagala lo que me ha llegado a sorprender...
Montoya: Estoy enamorado de ella (interrumpiendo a Rita, soltándole esa noticia por sorpresa y dejando a Rita clavada en el asiento, incapaz de decir nada) No sé, a lo mejor en algún momento he estado... confuso. Y... lo reconozco, que me he sentido atraído por tí. No sé... si confundí el cariño, el afecto..., nuestra soledad. No lo sé, Rita. No lo sé, pero tú siempre estabas ahí. Y de repente se abrió esa puerta en mi cabeza y... cuando decidí cruzarla pues... pues apareció Marga
Rita: Pos que contenta se va a poner mi primica, ¿verdad? (disimulando su tristeza, sonriendo a Montoya) Porque ella también está muy enamorada de usted. Fíjese, que hasta me pidió que ahora cuando estaba de viaje le pusiera a prueba... No se lo tenga usted en cuenta. Es porque ella no ha tenido buenas experiencias con los hombres, sabe lo que le digo, ¿no? (Montoya asintió lentamente con la cabeza) Quería que me insinuara... pa ver... de que pasta estaba hecho usted. Las notitas..., el ovillo de los ojos..., el achuchón... Pero vamos, que ha superado usted la prueba con creces. Ya verá lo que nos vamos a reír... la nochebuena en casa de la Isabel, comiendo arroz con pavo. Porque si usted da a la familia... tendrá que saber que la nochebuena es sagrada, sale cena en casa de la abuela Isabelica (Montoya ve en ese momento a Don Lorenzo salir de su despacho)
Montoya: Bueno... Entonces... todo aclarado, ¿no? (Rita asiente con la cabeza, en un estado de pesadumbre) Pues si me disculpa tengo que ir a hablar con Don Lorenzo (Rita le asiente con la cabeza otra vez, como diciéndole que fuera sin ningún problema. Montoya se levantó y se marchó de allí, dejando a Rita allí, desolada...)
#395
carlinter_76
carlinter_76
03/06/2009 03:11

FRASES DRAMÁTICAS, LHDP CAP.97, 3ª PARTE



En casa de Paco, están este, Mariano y Aitor, intentando dejar al mafioso Fabriccio, que estaba muerto, impoluto para llevarlo a una reunión con sus compañeros de la banda, y que no se notara que Fabriccio estaba muerto...

Mariano: Ya está...Ahí..., niquelao (dice, tras terminar de limpiarle la cara todo lo posible al mafioso con una especie de espumidero que se usa principalmente para quitar polvo y este tipo de cosas) Paco, ándalo ya (o algo parecido dice, no logro entenderle del todo el mensaje de "Paco, ándalo ya" desgraciadamente...) ¿Qué te parece Aitor? Aitor (repitió, ante el silencio de este) Aitor, ¿dónde cojones estás, hombre? (le preguntó, ante la mirada perdida que tenía, mirando al vacío)
Paco: ¿Dónde coño va a estar, Mariano? En una ratonera... está Aitor. Y contigo y conmigo de comparsa. Tenemos que canjear uno de nuestros hombres po-po..., por un muerto, coño. Lo hemos secuestrado..., atado... a una argolla co-co-como si fuera una bestia... y lo hemos matado. Y e- y este hombre pues te-tendrá familia, amigos y-yo que sé
Mariano: Pa-pa-pa-Paco, ya, no-no te martilices más, ¿vale, eh?, ya está bien, cojones. Si hay algún culpable de esto aquí soy yo. (Paco negó con la cabeza, angustiado)Que sí, Paco, coño, que sí, que-que yo he sido el que ha insistido en que no lo llevemos a un piso franco, (Aitor se llevó las manos a la cabeza) el que ha colocado mal la argolla y se ha soltado. El-el que ha soltado las ratas, Paco, el que ha puesto los cepos qu-que le han pillado los pies. Me he cargado a martillazos la taza del water, yo, Paco, yo soy el culpable. Joder, Paco... (viniéndole algo a la cabeza de pronto),soy el actor intelectual de esta muerte. El intelectual y el material, Paco (en ese momento, recibe una llamada a su teléfono móvil. Lo saca de su bolsillo para averiguar quien es...)
Aitor: Tienen que ser ellos para decirnos el sitio del intercambio. ¿No lo vas a coger? (dice, al ver a Mariano sin reaccionar) Mariano, tu no has matado a nadie. Esto ha sido un puto accidente. Paco, Paco, aunque... sea el mayor lío en el que nos hemos metido... (se levanta de donde estaba sentado y mira a Paco, dejando el vacío atrás) vamos a tirar pa'lante. Así que coge el teléfono (Mariano sigue sin reaccionar y no coge el teléfono ni nada, se halla inmóvil en el sitio, ensombrecido por el dolor de la culpa) Paco, Ma-Mariano, escuchad, vamos a salir de esta, ¿sabes por qué? (dirigiéndose a Paco) Por Nelson. Porque Nelson es uno de los nuestros y nosotros lo hemos metido ahí dentro, así que nosotros lo vamos a sacar de ahí dentro, coño. Vamos a ver, yo no-yo-yo no puedo coger el teléfono porque reconoce mi voz. Si no cogéis el teléfono Nelson está muerto. Es así de simple. (Paco avanzó hacia Aitor y le dio una palmadita en la cara a Nelson agradeciéndole sus impulsos porque él y Mariano recuperaran el ánimo. Acto seguido, cogió el teléfono móvil de Mariano, que este se lo estaba prácticamente ya tendiendo a Mariano, y aún seguía sonando, y contestó a la llamada)
Paco: ¿Sí, digame? Buenos días (no podía oírse a la persona que estaba al otro lado, y Paco iba respondiendo a lo que le iba diciendo) De acuerdo. Allí estaremos (respondiendo a todo con un semblante firme) (tras esto último, Paco colgó la llamada) Hemos quedado en... en la cantera (Mariano asintió con la cabeza, preocupado) Mariano..., vamos. Venga (abrazó a Mariano para intentar sacarle el ánimo, para que no se hundiera en la tristeza, para que no tuviera remordimientos de conciencia...)

La siguiente escena se trata del resúmen de 3 minutos y 17 segundos de los tres siguientes episodios de "Los Hombres de Paco". Un discurso en el que entran en juego Sara y Aitor, complementa dicho avance. Dicho discurso es el siguiente...

Sara: Hay momentos en la vida... en que una sola decisión... en un solo instante...
Aitor y Sara al unísono: ...cambia irremediablemente el curso de las cosas
Aitor: Cuando decides disparar a alguien..., cuando decides quererlo...
Aitor y Sara al unísono: ...o no quererlo
Aitor: Cuando decides tirar para delante...
Sara: Cuando decides mentir..., traicionar...
Aitor: ,...ocultar...
Sara: ,... o cruzar la línea
Aitor: Esa décima de segundo... podrá hacer girar todo al lado oscuro...
Aitor y Sara al unísono: ...o inundarlo de luz
Sara: Podrá hacer de tí un héroe...
Aitor: Un héroe...
Sara: ...o un criminal
Aitor: ...o un criminal. Podrá llevarte al cielo o al infierno...
Sara: ...pero siempre será un lugar desde el cual no podrás...
Aitor y Sara al unísono: ...volver atrás

Y por esta semana, esto ha sido todo en las frases dramáticas, y en las frases en general en este episodio, "Amores improbables". Las frases, si todo va bien, volverán como cada semana con el capítulo 98, titulado "El efecto mascletá". Espero que estas frases hayan sido de su agrado.

Saludos, paqueros/as
#396
carlinter_76
carlinter_76
09/06/2009 04:30
Las frases memorables vuelven una semana más con la exposición de las del episodio 98 de "Los Hombres de Paco", "El efecto mascletá", de los mejores episodios que llevamos a lo largo de la temporada. Este capítulo, eso sí, al contar con mucha más tensión que momentos cómicos o dramáticos propiamente dichos, no contará con excesivos momentos de ambas facetas, pero como cada semana, si caerán algunos. Dicho esto, empezemos con las frases cómicas.

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.98, 1ª PARTE



La siguiente escena tiene lugar en la corrala donde están situadas la vivienda de Rita (en el piso inferior) y la de Paco, Don Lorenzo y Mariano (en el piso superior). Paco, Mariano y Aitor son sorprendidos por Asuntos Internos y varios agentes de policía apuntándoles mientras salen de su domicilio, en la terraza del piso superior. Paco, Mariano y Aitor trasladaban una silla de ruedas con el mafioso italiano, Fabriccio, muerto, para llevarlo a un intercambio por Nelson, intentando hacer creer a los mafiosos que su compañero estaba vivo...

Trujillo: ¡Alto, policía! (Trujillo es el nombre del jefe de Asuntos Internos) ¡Asuntos Internos! ¡Quedan detenidos! (estaban apuntándoles desde abajo, desde el patio) No quiero movimientos en falso. ¿¡Está claro?! ¡Abajo! (Aitor asintió con la cabeza a Paco y Mariano, que miraban consternados a los agentes) Coño... (dijo una vez se hallaban bajando Paco, Mariano, Aitor y el mafioso muerto en silla de ruedas las escaleras) Han drogado al rehén (no sabía que estaba muerto, pensaba que estaba narcotizado) Un clásico en sus procedimientos, Miranda. Muy bien hecho, así lo metemos en el maletero y cabemos todos juntos en el coche patrulla para ir a comisaría
Aitor: ¡Lo reviento! (exclamó, sacando su pistola y apuntando directamente al cuello al mafioso Fabriccio. Al pasar esto, los agentes llegaron a apuntar todos a Aitor, alerta en sus posiciones) ¿Y qué tal si me lo cargo..., eh, y os vais solitos a tomar por el culo? Así que ya nos estáis dejando salir de aquí pero cagando ostias, ¡vamos!
Trujillo: Venga, Carrasco, no haga tonterías. Somos 5 agentes, no tiene nada que hacer. ¡Quietos, quietos todos, tranquilos! (gritó, cuando vio que Paco también apuntaba a los policías, y estos no sabían con certeza a quien darle prioridad, algunos apuntaban a Paco y otros a Aitor)
Paco: Mariano..., si Carrasco dice que nos vamos, nos vamos
Mariano: Joder... (viéndose en una terrible encrucijada, captando las palabras de Paco en un contexto de que sacara su pistola, pero no se atrevía a hacerlo)
Paco: Saca la pistola
Mariano: Joder... (estaba asustado, tenía miedo de sacar su arma ante todo aquel conjunto de policías apuntándoles, aproximadamente 6, el doble de los que eran ellos, 3)
Paco: ¡Que saques la pistola, coño! (insistiéndole con premura)
Trujillo: Calma... (les decía a sus hombres cuando vio que Mariano también sacaba su arma reglamentaria y les apuntaba a los de Asuntos Internos, con cierto resentimiento) Calma...
Aitor: Voy a contar hasta tres. Si no tiráis las armas... voy a dejar el patio sembrado de casquería, ¿me oyes? Uno...
Trujillo: ¿Sabes una cosita, Carrasco? Si disparas a ese tío le haces un gran favor a la sociedad..., (refiriéndose al mafioso muerto, Fabriccio, al que Aitor apuntaba en la nuca) y a mí otro, porque te voy a meter en la trena hasta que te salgan canas en los huevos
Aitor: ¿Sí? (Trujillo respondió afirmativamente con un gesto de prepotencia. En base a esto, Aitor le metió un disparo en la pierna al mafioso muerto, para de esta manera intimidar aún más a Asuntos Internos para salir de allí sin ser detenidos, tanto él, como Paco y Mariano. Se oyó un grito en el balcón del segundo piso de la corrala. Sara había salido a observar el alboroto)
Trujillo: ¡No disparéis! No disparéis (les dijo a sus hombres)
Paco: ¡Sara, entra en casa! (dándose cuenta de su presencia al escuchar el grito) Sara, cariño, tranquila, que-que no pasa nada. Que te que..., que todo va bien. Mi vida, hazle caso a papá. ¡Sara, ya! (insistió, viendo que se quedaba clavada en el sitio. Sara, asustada, volvió a entrar en la casa, y cerró la puerta de un portazo. Observó angustiada las flores que le había mandado Lucas...)
Aitor: Mira, voy a seguir contando. La próxima se la enchufo en la puta cabeza. ¡Dos!
Mariano: ¿¡No le habéis oído o qué?! ¿¡No veis que le va a volar la puta sesera, que está muy loco, que habla en serio?! ¡Bajad las armas, coño! (en medio de un frenesí de ira pasando por cada gota de su sangre, apuntó hacia el suelo con la pistola y disparó. La bala rebotó en una rejilla del alcantarillado del suelo, impactando primeramente en una barandilla de la corrala del piso superior, y después, mediante otro rebote desafortunado, en el trasero de Aitor. Este se dolió por el balazo pero resistió valientemente frente a Asuntos Internos, sin dejarse derrumbar tan fácilmente por la herida de la bala perdida. Paco miró a Mariano como recriminándole que le metiera el balazo a Aitor, y Mariano hizo un gesto como diciendo “¿qué querías que hiciera, Paco”?)
Aitor: ¡Tres!
Trujillo: Vale, vale, vale, vale (levantó su arma, gesto con el que el resto de policías se sintieron vulnerables y echaban miradas de confusión a Trujillo) Vale, quietos todos. Bajad las armas
Mariano: Al suelo (dijo a los agentes mientras estos lentamente ponían las armas en el suelo, con delicadeza) Ahí. Eso es. (Paco miró a Mariano inquisitivamente de nuevo y este le hizo otro gesto, más o menos dando a entender que no tenían otra opción. Paco, Mariano y Aitor encerraron a los agentes de policía y a los de Asuntos Internos en el trastero situado en el patio de la corrala. Mariano le puso a Trujillo una venda en la boca y fue a ponérsela a los demás. Trujillo le hizo una negación a Paco como diciendo que esto no les iba a conducir a nada bueno, que estaban cruzando la línea que separaba la ley de la corrupción) Toma (dándole las llaves del trastero a Aitor, tras salir de allí con los agentes encerrados) Joder, Paco... Secuestro de-de-de miembros y fuerzas de seguridad del estado, de esta no nos salva ni Amnistía Internacional, Paco
Paco: ¿Pero qué Amnistía, Mariano? Joder, tenemos hora y media para (eran las 8:46:34 en ese preciso instante) salvar a Nelson, coño
Mariano: Vamos (iban a salir de allí con Fabriccio muerto en silla de ruedas cuando Aitor les detuvo, al empezar a hablar, en un tono un tanto apagado)
Aitor: Oye, Paco... Paco, Mariano... (pasó la mano derecha por su espalda, tirando hacia el contorno de la cintura y se sacó de allí un buen puñado de sangre) Que yo... Yo creo que no... que no voy a ir, eh (enseñándoles la mancha de sangre en su mano a Paco y Mariano. Se pasó la mano izquierda por la cara, en un claro gesto de agotamiento, de fatiga, y poco después, cayó insconsciente al suelo)
Paco y Mariano al unísono: ¡Aitor, Aitor! (eran las 8:47:00...)
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09/06/2009 04:32

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.98, 2ª PARTE



Paco y Mariano se hallan en casa de Rita, tratando a Aitor de una herida de bala provocada por un disparo desafortunado de la pistola de Mariano al intentar intimidar a Asuntos Internos, que se encontraban justo fuera de la casa, buscando desesperadamente a Paco, Mariano y Aitor. La policía científica comandada por Silvia, se encargaba de realizar las pruebas pertinentes, para localizar alguna pista que les permitiera descubrir la ubicación de los prófugos...

Mariano: Aguanta, Aitor... Voy (intentaba meter un utensilio por el orificio por el que le había entrado la bala a Aitor, que era muy pequeño. Aitor profirió tal grito ante esto que Paco tuvo que taparle la boca y pedirle que no vociferara, puesto que los de Asuntos Internos estaban justo detrás de las paredes de la casa...) Paco, coño, que lo vas a asfixiar encima
Paco: Joder, que tenemos... por puerta con puerta a la plana mayor de la policía, coño
Mariano: Y yo aquí..., abriendo una herida de-de bala co-con el rascavidrio de la vitrocerámica, Paco, que esto es peregrino (enseñándole el instrumento en cuestión a Paco)
Aitor: Mariano, Mariano, Mariano (estaba girado de espaldas, tenía la herida de bala en la parte derecha de su trasero), por favor, sácame la bala, por dios. Por favor
Paco: Aprieta, aprieta (le decía a Aitor, refiriéndose a su mano para poder soportar mejor el dolor)
Mariano: No la encuentro, joder, no la encuentro, si es que ha entrado en zona carnosa, aquí na más que hay como hilillos y fibra (Aitor volvió a quejarse de su dolor, que era muy elevado, con un grito que no oyeron los de Asuntos Internos casi de milagro) Joder...
Paco: Muerde, muerde (le decía Paco a Aitor, para que mordiera un objeto que le había dado, y aguantara mejor el dolor, que por momentos era insoportable. Rita llegaba en ese momento al lugar de los hechos, donde estaban reunidos un número considerable de agentes de policía y algún miembro de Asuntos Internos, además de Silvia, que buscaba pistas con métodos rutinarios de la policía científica)
Rita: ¿Y esto qué es lo que es? (dirigiéndose preocupada a Montoya al ver montado allí aquel dispositivo) Si no hace ni una hora que-que he dejado a la Sabinica en la guardería...,¿ qué ha pasao?
Montoya: Parece ser que hay... indicios que relacionan a... Paco, Mariano y Aitor con ciertos hechos delictivos
Trujillo: ¿Indicios? Inspectora Castro..., ¿le importaría hacernos un informe preliminar de... las pruebas?
Silvia: Eh... que, es que no tengo ninguna conclusión (mintiendo a Trujillo)
Don Lorenzo: Silvia...
Silvia: Es que tengo que ir al laboratorio (intentando evadirse)
Don Lorenzo: Silvia..., si sabes algo..., dilo
Mariano: Aguanta, Aitor, ahora, eh, aguanta, echa ahí, aguanta, echa ahí (iba diciendo dirigiéndose a Paco en lo de “echar” y a Aitor en lo de “aguantar”) Échale bien (Paco echó ginebra por donde Aitor tenía la herida, el dolor fue indescriptible, el objeto que tenía Aitor en la boca le ayudó a superarlo mejor, pero desde luego la sensación no era agradable)
Paco: Eh, tranquilo, tranquilo (calmando a Aitor en la medida de lo posible)
Mariano: Tres pares de Dodotis he gastado, Paco, coño..., no la encuentro..., tendremos que llevarlo al hospital, Paco (jadeaba a causa del esfuerzo que estaba haciendo con la herida de Aitor, intentando sacar la bala pero le resultaba imposible)
Paco: ¿Cómo lo vas a llevar al hospital, Mariano, coño, qué salimos, saludando de la manita, así, a las autoridades, cojones? (hizo un gesto similar al que hacía el Rey de España para sus saludos)
Mariano: ¿Y si se me va la mano?
Aitor: La bala me la vas a sacar tú, ¿vale? Con ginebra,... con las pinzas de la barbacoa o con el puto cuchillo del arroz bíf. ¿Y sabes por qué? Porque por tu culpa no voy a poder volver a bailar en la Van Vackard (debía de ser alguna especie de discoteca de baile frenético en la que se hicieran posturas que requirieran de una flexibilidad notoria, de la que no recibí bien su nombre, no sé exactamente si dijo “Van Vackard” o algún término parecido, pero debía ser procedente de Madrid probablemente) Y porque no vamos a dejar a Nelson tirao. ¿Vale?, por un rasguño en el culo, Paco, no vamos a dejar a Nelson tirao..., eh, y aunque tenga que ir a la pata coja le vamos a salvar, por nuestros cojones
Mariano: Vale
Aitor: Vale (ratificando el “vale” de Mariano y otras palabras de confianza que pronunciaron tanto él como Paco cuando Aitor fue terminando de hablar, diciendo que iban a salvar a Nelson. Se mostraron más confiados por ello)
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09/06/2009 04:33

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.98, 3ª PARTE



Las 9:38:02 de la mañana, Curtis y Kike buscaban a Povedilla por toda la comisaría al irse este de incógnito con la ropa de Curtis, intentando resguardarse de Asuntos Internos, que le andaba buscando en ese momento al descubrir un fajo de billetes de 500€ metidos en su taquilla de los vestuarios. Curtis y Kike, tras haber buscado en otras partes de la comisaría, continúan examinando la comisaría, tocándoles en ese momento la sala briefing, en la que entran...

Curtis: ¿Povedilla? Povedilla (cuando pierde la esperanza de encontrar a Povedilla allí, encuentra una chupa de cuero cubriendo algo, que Curtis identificó enseguida como suya) Povedilla, ¿me vas a devolver mi chupa? (quitó la chupa de donde estaba anclada, y descubrió a Povedilla en su interior) ¿Y una vez la tenga me vas a explicar de qué cojones va todo esto?
Povedilla: Te-te-te lo juro por mi santa madre, nada...
Kike: ¿Cómo que nada, Povedilla? Hemos estado en la casa del inspector y parecía el sótano del carretero de Amsterdem
Curtis: ¡Me cago en la puta, coño! (perdiendo la paciencia) He estado cargando un puto cacho de water, con trozos de pulmón de no se sabe quien... ¿y no pasa nada? Mírame a la cara (Povedilla andaba reacio a mirar a la cara a nadie, andaba completamente decaído, nervioso, pero Curtis le propinó una palmada justo enfrente suya para despertarle de su estado de estrés y situarle en la realidad) Mírame a la cara y dime que nadie ha cruzado la línea
Povedilla: ¿Cru-cruzar? (agarrándose las piernas, prácticamente sumido en un trauma) Cruzar no. No. U-u-un poco (rectificó, en vista de que la primera respuesta no convencía para nada a Kike y sobre todo, a Curtis, que no cambió su gesto de la cara) Un poco a lo mejor, sí (Curtis esta vez sí que creyó a Povedilla y cerró los ojos en señal de indignación) Un-un-un nivelín en la línea..., pero ya. Pero Cu... Curtis... qu-, Curtis, por favor (desesperado, suplicándole a sus pies), que-que-que... que aquí-que aquí nadie ha matado a nadie. No,no,no,no,no (repetió, en vista del gesto irónico con el que le respondió Curtis), muchacho, mírame, mírame. Que el inspector no es ningún asesino, que tú lo sabes..., ¿no? (Curtis se llevó las manos a la cara, veía luz en las palabras de Povedilla, él tampoco pensaba que Paco fuese un asesino) Y ahora me están- me están buscando a mí, co-co-como-como si fuera u-u-u-una alimaña, como-como..., yo sólo he guardado un dinero, se lo guardé y ya está, pregúntaselo al inspector (dirigiéndose a Kike), pregúntaselo, yo sólo he guardado un dinero, Curtis, nada más
Kike: Venga, venga, Povedilla, tranquilo, respira, que estamos contigo (aliviando la tensión que tenía Povedilla, que andaba por las nubes)
Curtis: Tranquilo, tranquilo, compañero, tranquilo, tranquilo. En cuanto llegue Paco nos cuenta lo que pasa... y se arregla el asunto. Estoy convencido. Pero el asunto está muy jodido, eh. Para que nos vamos a engañar, el asunto está muy jodido
Povedilla: ¿Mien-mientras-mientras qué hacemos..., eh? Chicos..., chicos, tenéis que sacarme de aquí, tenéis que sacarme de aquí, por favor
Curtis: Reciclaje... (dijo, tras observar a un par de tipos llevando por la comisaría una caja donde se metían objetos reciclados) No te vamos a sacar nosotros, Povedilla, no. A la puta caja (dando un golpe en la parte posterior de la caja de reciclaje con la mano, como diciéndole que se metiera allí cuanto antes)
Kike: Métete, métete, venga (empujándole la cabeza a Povedilla hacia el interior de la caja. Este hizo un gesto de aprobación con los dedos pulgares de ambas manos y terminó de poder encajarse en el hueco que tenía dentro la caja)
Curtis: Operarios, sí... si son tan amables (dando una palmada y sonriendo a los operarios, que iban en busca de la caja que les había pedido Curtis en esos instantes cuando los agentes de Asuntos Internos, comandados por Trujillo, aparecieron en tropel dirigiéndose hacia la posición de Curtis, Kike y Povedilla, mientras Trujillo hablaba por teléfono con alguien...)
Trujillo: Informen de las matrículas de Miranda y Moreno y de la moto de Carrasco a Tráfico y a las patrullas de carretera. (Kike se puso delante del hueco por donde se podía ver la cara de Povedilla en la caja de la papelera para que no le descubrieran los de Asuntos Internos, tras que todos ellos entraran en la sala briefing) Si van con un herido alguien ha tenido que verles, pregunten en tiendas, bancos, cafeterías... Y requisen las tintas de las cámaras de seguridad de la zona
Montoya: Muy bien. Kike, Curtis (iba junto con los de Asuntos Internos a la sala briefing), el inspector Trujillo ocupará la briefing como centro de operaciones mientras dura el dispositivo, así que traedle ordenadores, radio, regletas y un par de teléfonos, para que se puedan organizar, ¿de acuerdo?
Curtis: Estupendo, jefe, ahora mismo, en cuanto se lleven el reciclaje, eh, esta caja, por favor (los operarios estaban allí, a punto de llevarse la caja...)
Montoya: No, esta caja se queda aquí, Curtis
Curtis: Pero si es un minuto... (levantó la caja para empezar a desplazarla a la carretilla que tenían los operarios para moverlas con más facilidad pero Montoya le contestó bruscamente)
Montoya: ¡La caja se queda aquí...!, coño. Y cagando leches a por la logística, venga, vamos (tanto los operarios como Curtis y Kike se marcharon de la sala briefing. Uno de los agentes de Asuntos Internos tiró un vaso de café ardiendo a la caja donde se hallaba Povedilla escondido, y se reprimió un grito de dolor por el ardor que le estaba provocando el café, para que no le delataran los de Asuntos Internos)
Trujillo: Señores, movimiento, vamos contrareloj
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09/06/2009 04:34

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.98, 4ª PARTE



La siguiente escena tiene lugar a las 9 horas 52 minutos, 3 segundos de la mañana... Paco, Mariano y Rita son los responsables del bienestar de Aitor, que ha sido herido en el trasero y por fortuna, salvado de una agonía bastante fuerte al lograr Mariano sustraerle la bala con la que él mismo le había herido, apenas una hora antes...

Rita: Inspector, áteme, por favor, que no se vea que yo he sido cómplice de ustedes..., eh. Y si usted no me quiere atar pos así con la mano hueca me da, que se vea que yo me he resistido. Y si no se atreve a eso tampoco deme usted dos ostias bien fuertes porque yo a usted lo aguanto muy bien
Paco: Vamos a ver, Rita, por el amor de dios, ¿cómo te voy a pegar yo?
Mariano: Pa-Paco, a este hombre hay que cambiarle el pantalón, (se refería al mafioso muerto, sentado en una silla de ruedas, Fabriccio Capriati) es que se le ve todo el agujero de la bala (hacía mención a la bala que le había disparado Aitor una hora y unos minutos antes, para intimidar a Asuntos Internos...) y está suturando cosas de muertos (con su gesto característico de angustia, Paco se llevó su pañuelo a la boca...) Rita, ¿tienes un pantalón?
Rita: ¿Pantalón pal muerto? Eh... (pensativa), sí, el del uniforme (viniéndole la idea a la cabeza)
Paco: No, no, ¿cómo-cómo lo del uniforme, co-co-cómo hacemos un intercambio de un mafioso muerto... disfrazado de policía? Una mantita, una mantita y punto..., joder (Rita va en busca de la manta que le solicita Paco, y este, recibe una llamada a su móvil) Sí (era Povedilla quien estaba al otro lado)
Povedilla: Inspector, inspector, mayday, mayday (hablando con voz prácticamente susurrante para que no le descubrieran refugiado en la caja los de Asuntos Internos)
Paco: ¿Qué-qué estás hablando, Povedilla?, habla más alto que no me entero (puso el altavoz en el móvil para que todo el mundo pudiera escuchar lo que decía, es decir, Paco, Mariano y Aitor. Rita había ido a buscar la manta para cubrir las piernas de Fabriccio, el mafioso muerto...)
Povedilla: No puedo, no puedo, inspector, escuche, escuche, (Rita regresó con las mantas y escuchó la conversación ella también...) los de Asuntos Internos han dado orden de intervenir su teléfono, el-el del sub-inspector Moreno, el de... el de Aitor Carrasco, el-el mío, vamos, el-el-el-el-el de media comisaría. Escuche, han echado al comisario (el gesto de sorpresa de los allí presentes era palpable), i-igual yo estoy aquí escondido como-como-como si fuera un-un-un-un-un fugitivo. Propongo, inspector, yo propongo una-una-una- ¿no deberían ustedes entregarse y aclararlo todo, eh? A-además, que he escuchado que-que uno de ustedes está herido
Paco: Sí,sí,sí, es, ha-ha sido... Aitor, pero... lo hemos operado aquí en plan casero y está bien... Po-Povedilla, resiste, eh, apaga el móvil y-y-y... en una hora lo tenemos solucionado todo
Povedilla: De acuerdo (realizó su típico saludo militar y colgó la llamada)

En la siguiente escena, se desarrolla todo con un ritmo vertiginoso. En el bar de Los Cachis, Don Lorenzo, Pepa, Silvia y Sara escuchaban mediante dispositivos de escucha una llamada de Aitor que realizó al jefe de Asuntos Internos, que operaba en la sala briefing de la comisaría de San Antonio, con tal de aportar lo máximo que pudiera al caso de la camorra italiana y encontrar a Paco y Mariano, que estaban en busca y captura por el presunto asesinato de Fabriccio Capriati, un mafioso italiano...

Trujillo: Avise a los agentes de vigilancia, que no entre nadie en la casa (le dice a uno de sus hombres y este llama por teléfono móvil), hay que desalojar el edificio.
Don Lorenzo: (va a irse a toda prisa del bar cuando se da cuenta de un detalle y se gira hacia Pepa y Silvia, que vio que se levantaban a toda prisa de sus asientos) Quietas, quietas aquí. Conseguid tiempo. ¡Conseguid tiempo, es muy importante! (una vez dicho esto se dirige hacia la casa donde estaban Aitor y Rita en aquel momento)
Trujillo: Venid aquí (guía a sus hombres a una pizarra que tenían allí instalada que muestra en un mapa la comunidad de Madrid al completo)
Montoya: Rocamora, quiero tres coches (hablando por teléfono móvil con el policía Rocamora, en el interior de la sala briefing, donde también estaba situado el inspector Trujillo) en la calle Acuerdo nº3, que desalojen el edificio y establezcan un perímetro de 50 metros
Trujillo: Plaza, que traigan una ambulancia ya (haciendo especial énfasis en la palabra “ya”. El hombre al que se dirigió se levantó de su asiento y fue hacia Trujillo) Llama a los Tedax, quiero una unidad de asalto con dos francotiradores, visores térmicos e inhibidores de frecuencia por si... quieren detonar la bomba por control remoto
Povedilla: Don-Don-Don Lorenzo (estaba refugiado en el interior de una caja de reciclaje, situada en la sala breifing, desde donde Trujillo dirigía el caso), ¿ha escuchado eso? (comunicándose a través de un intercomunicador con Pepa y Silvia, puesto que Don Lorenzo no estaba allí presente, pero esto Povedilla no lo sabía) Los van a matar a todos como si fueran ratas (hablando en voz baja, para que no le delataran los de Asuntos Internos)
Montoya: ¿Y por qué no llamas también al ejército? (dirigiéndose a Trujillo en un tono irónico)
Povedilla: Don Lorenzo, Don Lorenzo, que la orden es matar, repito, la orden es matar
Montoya: Que los que están ahí son policías, no son terroristas
Trujillo: Ahora sí
Pepa: A ver, Povedilla, Don Lorenzo no está. Tienes que detener a Trujillo, ¿me oyes? Tienes que ganar tiempo. Haz lo que sea, ¿de acuerdo?
Povedilla: ¿Pero qué quieres que haga yo, qué voy a hacer yo?, de-desde aquí no puedo hacer nada
Montoya: ¿¡Pero tú te crees que Paco Miranda va a matar a su hija?!
Trujillo: Pues mira, no lo sé, pero yo no me voy a arriesgar
Pepa: Don Lorenzo ha ido a casa de Rita y tienes que darle tiempo a que lo saque de allí (Povedilla podía oír perfectamente de lo que hablaban Montoya y Trujillo y cualquiera que estuviese en la sala briefing) Tienes que hacer lo que sea, aborta el plan, necesitamos tiempo, Jose Luís, por favor, lo que sea
Povedilla: ¡Quieto todo el mundo! (saliendo en un impulso de la caja donde estaba refugiado, poniéndose al descubierto enfrente de 5 agentes de Asuntos Internos y Montoya, haciendo un total de 6 policías. Intentaba abarcar todo el radio de la habitación con dos pistolas que portaba, para no dejar a nadie sin apuntar pero le era complicado identificar correctamente donde estaba todo el mundo, puesto que no tenía sus gafas puestas) ¡Quietos! (intentaba abortar el plan de aquel modo. Silvia y Pepa no pudieron evitar sorprenderse por la reacción de Povedilla, ya que él no era mucho de lanzarse a realizar actos que pudieran conllevar violencia de por medio) ¡Voy... a decir dos cosas! La primera... De aquí no sale nadie. Y la segunda... ¡Sólo papel! (vociferando estas dos palabras) ¿Nadie sabe leer, mm? ¡Sólo papel, coño! (gritando estas dos últimas palabras, furioso de que le tiraran tantos cafés hirviendo)
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09/06/2009 04:48

FRASES CÓMICAS, LHDP CAP.98, 5ª PARTE



Las 10 horas, 24 minutos... Paco y Mariano llegan al puente de hierro de Titulcia, donde se les cala el coche que estaban conduciendo para llevar al mafioso italiano muerto, Fabriccio, al lugar del intercambio, que tendría lugar entre el mafioso y Nelson, entregándoles los agentes a Fabriccio a los mafiosos y estos a Nelson a los policías...

Paco: (dando un golpe al coche, furioso por la situación tan escurridiza en la que se encontraban) No... ¡No me-no-no-no-no me lo puedo creer, cojones, ¿cómo se te ocurre no mirar el depósito antes de coger el coche, Mariano!?
Mariano: Lo he mirao, Paco, coño, lo he mirao, ¿pero qué quieres que haga, que pare en una gasolinera con un fiambre en el asiento de atrás? Además, estamos en busca y captura, Paco, nuestras fotos salen en los telediarios, en los periódicos...
Paco: ¡Si, y en las enciclopedias de (interrumpiendo a Mariano) tonto del culo, allí también salimos! Joder, Mariano, ¿qué-qué-qué hacemos..., eh, llamamos a un teletaxi para hacer el intercambio, te parece?
Mariano: Vale, va-vale, vale, tranquilo, Paco, tranquilo, eh, llamamos al mafiosi por teléfono y le decimos que cambiamos el lugar de la cita y asunto arreglado
Paco: ¡Que no, no (sujetándole el móvil a Mariano, que lo había sacado para llamar a los mafiosos), que no, coño, Mariano, que tenemos el teléfono intervenido
Mariano: Bueno, pues hay que arriesgar, Paco. Hay que arriesgar. Mira, si llamamos por teléfono los de Asuntos Internos por lo menos tardan media hora en venir. Hacemos un intercambio express y salimos de aquí cagando leches. Yo tengo dos cargadores (mostrándole a Paco un cargador de pistola con las balas metidas en la recámara)
Paco: ¿Cagando leches, cómo? ¿Sin gasolina, qué, qué corremos, como dos avestruces por el campo para-para que nos tiroteen, cojones? Joder...
Mariano: (se dirige a los límites del puente, a observar a su alrededor el paisaje, temiendo por lo peor, cuando de pronto, se da cuenta de que hay agua en los laterales del puente, y se gira a Paco...) Paco, ¿tú has visto “Dos hombres y un destino”? (Paco se gira extrañado hacia Mariano y este le asiente con la cabeza, convencido de que pueden lograr salir de aquel incidente con vida. El tiempo seguía corriendo y ya eran las 10:25:30...)

10:33:01 AM, es decir, de la mañana... Paco y Mariano le colocan a Fabriccio Capriati, el mafioso italiano muerto que van a intercambiar por Nelson, un walk-man con un disco con grabaciones de voz metidas en su interior de frases dichas por Fabriccio. Mariano sujeta un mando a distancia en esos instantes, y le va señalando a Paco aspectos a tener en cuenta sobre la funcionalidad del mismo...

Mariano: A ver, Paco, en el- en el número uno dice lo de figlio di putana, en el dos lo de... que baile, si quieres que diga que sí le das al track tres, si... si quieres que-que-que... que diga él que no, pues el cuatro y... y intenta no darle a dos a la vez como has hecho antes que se acoplan los... los subwoofer, que lleva dos (Paco le va respondiendo con “vale” contínuamente, notablemente nervioso, llevándose en un momento dado su famoso pañuelo a la boca, para aspirar con él e intentar calmarse) ¿Vale, lo tienes?
Paco: Me-lo que tengo ganas es... de hacer caca, coño..., joder (Mariano se lleva la mano a la boca, preocupado por su amigo. Los mafiosos acuden al encuentro en ese momento, en tres sendos coches , todos de la marca Mercedes, después de que Mariano los llamara mediante su teléfono móvil, concertándoles el puente como nuevo lugar para el intercambio...)
Mariano: Ahí están (en un tono tan bajo que prácticamente no pudo percibirse. El mafioso que parecía ser el lider, se aproximo a la parte donde empezaba a transcurrir el puente y se dirigió a Paco y Mariano)
Mafioso: ¡¿Qué pasa con Fabriccio?! (preguntó, mosqueado al verle en la silla de ruedas)
Paco: ¡Nada! ¡Nada! ¡La rodilla, que le molestaba un poco esta mañana y lo... eh ,nada!
Mariano: Dale la manita, Paco, dale la manita que se lo de. (Paco alzó la mano izquierda de Fabriccio y e hizo sacudidas con la misma como si estuviera saludando a sus compañeros) Bien, ahí, ahí, jeje
Mafioso: ¡Quiero hablar con él! ¡Abrí, tu tapúe, olio! (hablando en italiano)
Paco: ¡Un momento, primero quiero ver a Nelson! (el mafioso dirigió su mirada a uno de sus compañeros y le hizo un gesto, propiciado en un rápido gesto asentivo con la cabeza. El comapñero al que le dirigió el mafioso el gesto, sacó a Nelson de uno de los coches y lo acercó para que lo pudieran ver Paco y Mariano...) ¡Nelson, ¿cómo estás, hijo, estás bien?!
Nelson: ¡Todo ok! ¡Todo en pie! (o algo similar dice, estas últimas palabras, “todo en pie”,no se las entendí bien por desgracia)
Mafioso: ¡Ahora quiero hablar con mi arrogaratso! (o una palabra similar a “arrogaratso” utiliza, lo que sí está claro es que es una expresión italiana)

El intercambio continúa. Paco y Mariano, y Nelson y los mafiosos, se disponen a comenzar con el pacto alcanzado con anterioridad. Pero no les iba a resultar tan sencillo... Los mafiosos querían verificar que a Fabriccio no le pasaba nada, ni estuviera actuando bajo coacción ni nada por el estilo, así que el líder de la banda exigió hablar con su hombre...

Mariano: Dale. Dale, venga (insistiéndole sin descanso), Paco, dale, dale, ya, dale (refiriéndose al mando a distancia para que se reprodujera la voz de Fabriccio, el mafioso que tenían sentado muerto en silla de ruedas, haciendo creer a los compañeros de la mafia italiana que estaba vivo...)
Fabriccio: (voz grabada) "¿Tú quieres que yo parrrle, que yo cante? Pues para que yo cante ustedes tienen que bailar" (para simular que realmente hablaba Fabriccio, Paco le hizo movimientos en el brazo, moviéndolos de un lado a otro, haciendo ver que no sólo se movían sus labios, sino también su cuerpo) A ver como bailan... Pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa (Paco le fue dando golpes con la mano en su rodilla a Fabriccio a medida que iba pronunciando la expresión de “Pa”. Acto seguido, la reproducción de la voz de Fabriccio tocó a su fin)
Mariano: ¡Bueno, vale ya de cháchara, eh! ¡Que empiece a andar Nelson!
Paco: Mierda... (echó a andar hacia delante, con la mirada clavada en los mafiosos, con la silla de ruedas en la que iba Fabriccio. Mariano le seguía de cerca. Por su parte, los mafiosos hicieron andar a Nelson, siendo previamente autorizados por su líder. El tiempo corría, y en ese momento alcanzó las 10 horas, 38 minutos 0 segundos de la mañana...)

Las frases cómicas, también en mi blog. Blog de Carlinter, Frases cómicas de "Los Hombres de Paco", capítulo 5x19, "El efecto mascletá"

Las frases cómicas de “El efecto mascletá” finalizan aquí. La próxima semana, si las cosas van bien, más frases de este género con el capítulo “Algo tan sencillo como hacerte feliz”, el que equivaldría al número 99 de “Los Hombres de Paco”. En próximos días irán expuestas las frases dramáticas.

Saludos, paqueros/as
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