LHDP - ROL Capítulo 18
El C18 marca el comienzo de la recta final del ROL.
La 4ª temporada pondrá final a una gran historia que lleva desarrollándose más de un año, y a la que aún, le queda mucho (y lo mejor) por contar.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>Carlinter_76
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Lukiando
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Reyes Sánchez Bilbao)>>Marsea
• (Dr. Decker) >>Bryan-Derek
• (Gregorio "Goyo")>>Dain
• (Lis Peñuelas)>>Dain
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Arcadio Claus)>>Sauker
• (Hermenegildo XXXVIII)>>Avataryl
• (Querubina Iluminada)>>Martinyfelix
• (Emiliano Salido)>>Rubén16
• (Dr. Pascual Dapena)>>Avataryl
• (El Maestro)>>Meli-esdm
- INTERVIENEN -
• (Rasputín Verenguer) † >>Sauker
• (El Químico)>>Bryan-Derek
• (Manuel Delgado)>>Rubén16
• (Fiti Bragueta & Sandra Millán)>>Sauker
• (Claude & Charlotte)>>Sauker
• (Inspector Olmo)>>Avataryl
• (Agapito Elano)>>Bryan-Derek
• (Bruce Willis)>>Avataryl
Cortinilla, realizada por Avataryl:
1er Tráiler, realizado por Sauker:
2º Tráiler, realizado por Avataryl:
3er Tráiler, realizado por Sauker:
SINOPSIS
Los agentes de San Antonio retiran el cadáver de Rasputín Verenguer (Sauker) de las escaleras del aparcamiento de la clínica. Según parece, el doctor resbaló y al recibir la caída murió en el acto, pero al comisario le inquieta que tuviera la cabeza completamente del revés.
Fiti, Claude, Charlotte y Sandra (Sauker) regresan de la clínica a su hogar, llorando la muerte del doctor. Fiti tendrá que dividir su tiempo, y junto con ver el Mundial, tendrá que encargarse de ejercer de cabeza de familia para tomar una decisión que cambiará sus vidas para siempre.
Ahora que Aitor Carrasco (ruben16) por fin ha conseguido la placa y conquistado a Silvia (meli-esdm) su prioridad será descubrir qué le pasó a Kike (BryanDeReK). Don Lorenzo (Avataryl) ha desmantelado la investigación y prohibido que nadie siga indagando, por lo que el agente tendrá que realizar sus pesquisas en secreto.
La sospecha de que "El Químico" (BryanDeReK) podría ser la persona que ordenó la ejecución de los policías aterrorizará a Mariano (BryanDeReK), que además se sentirá responsable por haberle permitido escapar de los calabozos. Además, el subinspector deberá hacer frente a las consecuencias del doble asesinato que perpetró durante la estancia en la clínica…
Después de renunciar a las armas y la violencia, Félix (Avataryl) se considera otra vez merecedor de compartir su vida con Lola (martinyfelix). Sin embargo, pronto descubrirá que su futura esposa ha sido secuestrada de nuevo, y cuando comience a buscarla, su compromiso pacifista se pondrá a prueba por primera vez…
El inspector de la Interpol, De Gaulle (Sauker), se ha convertido en un marido soso y aburrido y para colmo, muy a menudo, sufre ataques de ansiedad y amagos de infarto. Pese a los consejos de Marina (Meli-esdm), declinará la posibilidad de encontrar un nuevo médico de cabecera que le trate, avergonzado por los problemas que le aquejan a su temprana edad. De Gaulle sospechará además que Marina tiene un amante. El francés encontrará en Félix (Avataryl) todo el apoyo que necesita para descubrir al posible amante de su mujer y, de paso, superar los baches que le amargan la vida.
Abrumado por los últimos acontecimientos, don Lorenzo (Avataryl) recordará a Félix (Avataryl) lo que acordaron en París, y el comisario se someterá a la terapia del psicólogo. Gracias a esto, el comisario superará poco a poco su pesadumbre y recuperará la fortaleza y energía que le caracterizan. El deseo por Marina Salgado (meli-esdm) aumentará desproporcionalmente, y llegará un momento en el que no logrará refrenar la pasión que siente por la comandante…
Después de presenciar la muerte de su amiga Amaia (mitchie) , Goyo y Lis (Dain) deberán decidir finalmente con quién está su lealtad cuando el inspector Olmo de Asuntos Internos vuelva a contactar con ellos. Antes de reanudar su trabajo en la comisaría, a los dos becarios se les concederá una excedencia para que puedan superar la pérdida.
A la hora de realizar una autopsia, Silvia (meli-esdm) confesará que el trabajo le sobrepasa, y que no podrá seguir encargándose de todo el apartado científico de la comisaría sin ayuda. Pronto contratarán a otro forense, llamado Decker (?), para que trabaje con Silvia (meli-esdm). Probablemente, esto no agradará a Aitor (ruben16)...
Después de una semana de baja, Paco Miranda (?) volverá a la comisaría... La comisaría recibirá la noticia de que han sido hallados dos cadáveres en una cueva. Algunos agentes se desplazarán hasta allí para investigar. Y así es como dará comienzo el caso más difícil al que San Antonio se haya enfrentado jamás...
Cabecera, realizada por Avataryl:
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Mariano:
-¡Tú!, delicadito... ven conmigo y ayúdame anda...
Le dijo dirigiéndose a Aitor, mientras el entraba despacio y ponía uno de los esqueletos encima de la mesa
-Madre mia... a este tio le pesaban los huesos o era un medieval por que no veas como pesaba el tio macho.... jo... jo... ¡JOOODEEEEEEEER!....
Se tiro al sofá y empezó a moverse de un lado para otra, para acabar en el suelo y seguir moviéndose, nadie se daba cuenta de lo que le había pasado hasta que dirigieron la mirada al esqueleto, estaba lleno de gusanos e insectos
Negando con la cabeza, el comisario absorbió los reproches de Marina, la corrección de Arcadio Claus y el anuncio de De Gaulle, que, sin recurrir a la violencia, había contratacado con una dureza incontestable, pero, testarudo y estratega, se negó a conceder que su comportamiento había sido erróneo. El matrimonio se fue, y mientras los agentes emprendían la demolición de la pared, don Lorenzo permaneció en pie en mitad del ajetreo, con las palabras del francés retumbando en su cabeza. Al comisario le sorprendió que los planes de interceder una demanda contra él del francés no le preocupasen lo más mínimo, mientras que no así su intención de alejar a la comandante de él; tal vez esto fuera lo mejor.
Mordiéndose el labio inferior, don Lorenzo recogió el martillo que momentos atrás había empleado el parasicólogo y se acercó arrastrándolo a la pared tras la que se ocultaban los cadáveres, bordeando la mesa en la que Mariano ya había depositado a dos de ellos.
-Gr...
El comisario izó el mazo, emitiendo un gruñido a causa del esfuerzo, y, visualizando el rostro de De Gaulle en el tabique, lo estrelló contra él, resquebrajándolo.
La pared cedió, y una nube de polvo rodeó a don Lorenzo, que se cubrió los ojos con la manga y comenzó a toser. Cuando esta se disipó, descubrieron dos nuevos cadáveres en la oquedad.
El psicólogo abrió despacio la puerta del cuarto de baño, que por supuesto chirrió, y la luz de la ya moribunda vela del interior proyectó una línea naranja en el lóbrego pasillo.
Desde el encuentro con la cabra satánica, había permanecido aislado en el excusado, mordiéndose las uñas y bloqueando la puerta con la espalda mientras escuchaba los ruidos provenientes del exterior. Apoyándose en la lógica, había afirmado que estaba a salvo, pero se había preocupado por Lola; sin embargo, estaba desarmado, y por lo tanto la cobardía le atenazaba. Sin embargo, tras mucho tiempo de indecisión, después de escuchar acercarse y distanciarse unas voces, se había atrevido a abrir la puerta y asomarse al exterior.
Inquieto, caminó de puntillas hasta el salón, descubriendo con alivio que todos, aunque alterados, se econtraban ilesos; no así la habitación, que estaba recubierta de polvo y escombros. Tras aguardar un tiempo en el umbral de la puerta, sin que nadie reparara en su presencia, resolvió no informar a nadie de la aparición y la sentencia de la cabra.
Avanzando tímidamente, estudiando con curiosidad un ambiente que le resultaba inhóspito, llegó hasta el hueco de la pared y, apartando a don Lorenzo y apoyando el dedo índice en una piedra, se asomó a su interior, descubriendo así los dos esqueletos. Enarcando el ceño, Félix desvió una mirada furtiva hacia atrás y se acaricio el mentón, preguntándose si los policías ya los habrían encontrado o si él era el autor del hallazgo; sabedor de que el descubrimiento de los cadáveres sólo alimentaría las teorías esotéricas de los agentes, el psicólogo prefirió lo segundo. Así que, decidido a reivindicar sus ideas científicas, se precipitó junto a los esqueletos, levantando una nueva polvoreda.
-¡Oh, vaya! -chilló, lo bastante agudo como para que todos pudieran oirle- ¡Vengan todos aquí, por favor, he encontrado fósiles prehistóricos! ¡Miren! -exclamó, señalando los despojos macilentos con el dedo índice, muy rápido para marear a los espectadores- ¡Está claro que... son huesos de dinosaurio! ¡Hala! -añadió, formando un cuenco con las manos para empezar a lanzarlos hacia arriba, esparciéndolos por encima de sus cabezas.
Con el pelo recubierto de restos óseos, el psicólogo recogió el craneo de uno de los cadáveres (introduciendo los dedos en sus cuencas) y desandó sus pasos hasta regresar al salón. Una vez en él, movió aviesamente la cabeza de un lado para otro, buscando a Arcadio Claus, y cuando le encontró se acercó a él con el mismo frenetismos y comenzó a agitar la calavera delante de su cara.
-¡Mire, mire! ¿Qué, eh? ¡Después de todo, parece que su iglesia se... equivocaba y estas criaturas sí... existieron! -gritó con socarronería, victorioso- ¡Y no... tiene nada que... ver con fenómenos paranormales!, ¿a que no? -preguntó educadamente, descendiendo el brazo que sujetaba el craneo y confiando en que su número hubiera despejado cualquier duda.
No se sintió cómodo diciendo semejantes tonterías.
Cuando los agentes empezaron a derribar el muro Reyes se acercó a Don Lorenzo y
se presentò:
-Don Lorenzo,soy Reyes Sanchez Bilbao,subinspectora,como sabrá estoy destinada
en su comisaría,me ofrezco para ayudarlo en lo que haga falta,y cuando pueda,con mas
tranquilidad me gustaría tener una conversación con usted.Por cierto,he tenido la "suerte"
dijo con intencionada sorna de conocer al inspector De Gaulle y me puedo hacer
una idea de lo que habrá que tenido que aguantar,sin ninguna duda es un impresentable.
Por cierto,me gustaría que me presentara al resto de compañeros porque con todo esto
de los efectos ¿raros?,no conozco apenas a nadie
Encorvado y apoyando el martillo en el suelo, el comisario presenció el número de Félix con una mueca agria, y optó por no hacer ningún comentario al respecto, aunque hubo de hacer gala de una honorable resistencia para no hundirle el craneo a su psicólogo con el mazo. Le observó durante unos instantes, negando con la cabeza y emitiendo un imperciptible gruñido animal, hasta que Reyes se dirigió a él. Dando un respingo, don Lorenzo se volvió hacia la subinspectora, a la que había visto un par de veces pero cuya identidad ni siquiera se había preguntado, y la escuchó con dificultad, frunciendo el ceño. Debido a sus complicaciones laborales y personales de los últimos días -aunque él lo justificó pensando que Arcadio Claus había invadido su despacho durante unas horas-, había descuidado toda la información y correspondencia, por lo que no tenía la menor idea de que iban a acoger a un nuevo agente, y mucho menos a una subinspectora. El comisario carraspeó.
-Ah, sí, sí, recibí el informe hace unos días. La estábamos esperando -afirmó, recibiéndola con una sonrisa cálida y estrechando su mano-. Disculpe que no la hayamos atendido antes, pero, como ya habrá visto, estamos bastante atareados. Tiene razón, voy a presentarle a mis hombres -dijo con profesionalidad, apoyando el mango del martillo en la pared y conduciendo a Reyes hasta el centro del salón-. El que tendría que encargarse de esto es Povedilla, nuestro becario... y uno de los hombres más veteranos de la comisaría -se disculpó, inconsciente de la paradoja-, pero acaba de salir.
Seguidamente, comenzó a apuntar con la mano extendida a las personas diseminadas por la habitación, pronunciando sus apellidos y rango conforme lo hacía, refiriéndose a Lola como "asesora de la comisaría" y sonrojándose exponencialmente.
Cuando terminó, no obstante, abarcó a todos con un gesto de las manos y declaró con orgullo:
-Son los mejores policías del mundo.
Félix la agitaba y creía que con ello toda teoría paranormal estaba descartada.
El cura se tapó la boca y la nariz, intentando no respirar el mismo aire que rondaba alrededor de aquel cráneo, y, asqueado, retrocedió varios pasos con los ojos en blanco.
Poco después, se giró para toser mirando al suelo, había aguantado la respiración demasiado tiempo.
Pudo ver el reflejo de su rostro en el pequeño charco de sangre que había dejado la serpiente gracias a la luz de la madrugada que se colocaba por la ventana, y parecía más viejo que nunca.
Acarició su frente, su barbilla y posteriormente las dos mejillas.
Tragó saliva, y levantó la mirada.
Ya no llovía, pero un fuerte olor le inundó, poniéndole en alerta.
Arcadio Claus
Comisario, por el amor del cielo, tiene que venir de inmediato-Lorenzo no le escuchaba, presentaba a Reyes.
Comisario, es urgente-Lorenzo seguían sin oírle, y prefirió no volver a importunarle, sino averiguar por sí mismo qué ocurría.
Con movimientos torpes, se aproximó a la ventana, y asomó la cabeza.
¡¡¡OH, SEÑOR!!!
¡¡¡AYUDA, AYUDA AQUÍ!!!-gritó señalando el exterior.
Se muerde la lengua al escuchar la contestación de Povedilla , dandose la vuelta deja el pico y el martillo en una mesa , después escucha los gritos del cura , el cual señalaba al exterior , Aitor se aproxima veloz hasta la ventana y se asoma por ella - Joder... - Articula sin perde de vista el exterior
Agudizó la vista, y observó el nuevo revés del destino, cuyo culpable no podía ser otro que el Mal.
Había parado de llover, pero ahora:
SPOILER (puntero encima para mostrar)El jardín ardía en distintos puntos, y el calor que se colaba por la ventana era insoportable.
Sus rostros eran iluminados con la luz de las llamas, pues el amanecer aún no había llegado, y quizás, nunca llegaría.
Lo que les resultó más espeluznante, era que las llamas parecían dibujar un mensaje.
Por ello, advirtió a Aitor, que estaba a su lado.
Arcadio Claus
¡Dibujan un mensaje!
¡No tenemos nada, ningún hilo del que tirar más allá de esos cadáveres!
¡Es nuestra única esperanza, vamos!-gritó para que se enteraran todos los demás, corriendo así el sacerdote y los policías hacia la escalera para subir al segundo piso.
Desde allí, verían el mensaje con total claridad...
Sube veloz las escaleras tras la estela de Arcadio , el cual era un tanto lento a la hora de ascender los escalones , una vez en el piso de arriba el agente corrió las cortinas que envolvian la habitación en penumbras para que , el fuego se reflejara en sus caras , y con él , el mensaje que ahora ardía en el cesped...
Mariano:
-Interesante...
¿Estaba la comisaría interfiriendo en su matrimonio?
De ser así, y fuera como fuera, lo iban a pagar.
Se percató de que todos subían las escaleras a toda prisa, y él, tras ver fuego a través de una ventana de la 1ª planta, perdió el equilibrio.
Decidió seguirles.
Acababa de desmontar el misterio del Cristo sangrante descubriendo a todos cadáveres emparedados, pero, ¿a qué se enfrentarían ahora?
Una vez arriba, apartó a varios de los policías que estaban asomados por la ventana, hasta llegar junto a Félix, al cual no derribó.
Se asomó sobre el hombro de Arcadio, y se llevó una mano al pecho.
SPOILER (puntero encima para mostrar)Y la vida de otro escéptico Satanás se cobrado.
Hombres de ciencia, temed
Miró a todos ellos, alarmado.
De repente, en la planta baja, junto a las llamas, se escuchó la voz del Mal.
SPOILER (puntero encima para mostrar)?
¡¡¡¡¡Nas Oinotna!!!!!
¡¡¡¡¡Amorem ad Diabolum!!!!!-comenzó otro terremoto.
Con la ayuda del pasamanos, el comisario ascendió las escaleras junto a los demás, corrió hacia el interior del cuarto de Sandra, desvió fugazmente la mirada hacia la cama, donde sólo un día atrás habían hallado el cadáver de Blackman, y se asomó a la ventana junto a De Gaulle, gruñendo. Un incendio se había originado en el jardín de la casa, y las llamas habían forjado un mensaje en el que se informaba de una nueva muerte. La gravedad del descubrimiento imposibilitó cualquier tensión entre don Lorenzo y el francés, que intercambiaron una mirada crucial con el rostro iluminado por las lenguas de fuego, que danzaban e hipnotizaban a sus observadores.
-¡Rápido, llamen a la central! -ordenó con urgencia, retrocediendo- ¡Averiguen si alguien, especialmente miembros de la iglesia, ha desaparecido en las últimas horas! -bramó, y a continuación se volvió y detuvo junto a Arcadio- Padre, tenemos que regresar a comisaría. ¡Tal vez aún estemos a tiempo de salvar a ese inocente! Dígame, rápido, ¿hay algo más que hacer aquí, o podemos irnos? -preguntó, dirigiendo miradas ansiosas hacia las paredes.
Había vuelto a entrar en la casa, aunque se había quedado en la entrada. No quería volver al salón y ver más cadáveres en estado de descomposición. Divagó, absorto de lo que sucedía, hasta que unos gritos le sobresaltaron y mirando al exterior, comprobó como el césped dónde se había tumbado minutos antes, ardía. Povedilla soltó un grito en un tono bastante agudo, y se echó hacia atrás, tropezando consigo mismo y cayendo al suelo de culo. Observó como las llamas devoraban todo, y levantándose a trompicones, corrió escaleras arriba, para poder tener compañía humana.
Echó mano del rosario, y tras balbucear varias menciones al señor, volvió a negar.
Arcadio Claus
Lo único que podemos hacer, comisario, es encontrar el cuerpo y darle cristiana sepultura.
¡Dice que ya se ha cobrado a su víctima!-gritó considerándose culpable en gran parte, y además para evitar oír las palabras del Mal en la planta baja.
Probablemente esté muerto, o esté próximo a ser asesinado.
Y no, no se trata de un miembro de la Iglesia-juzó contemplando el mensaje.
Esta vez, ha matado a un hombre de ciencia, e incluso amenaza con matar a un no creyente una vez más-se llevó una mano a la barbilla, pensativo.
¿Con quién más se ha relacionado la comisaría desde que comenzó el caso?
Su Santidad Hermenegildo, la hermana Querubina, su Ilustrísima Salido...-intentaba recordar, haciendo un terrible esfuerzo.
En la planta de abajo, el Mal seguía gritando.
SPOILER (puntero encima para mostrar)?
¿¡Cómo osáis no escucharme!?
¡San Antonio, yo os he hablado!-gritó con su voz de ultratumba.
¿¡Queréis ver de lo que soy capaz!?
¿¡Queréis probarme!?-desafió antes de guardar un silencio eterno.
Tras varios segundos, De Gaulle se llevó una mano al pecho, y todos se giraron.
El francés no hablaba, tan sólo se movía de un lado a otro, buscando un lugar en el que apoyarse.
Tan sólo encontró la cama, pero tras pensar en Sandra y en el cadáver de Blackman, se le quitaron las ganas de hacerlo.
Caminó hacia ellos, junto a la ventana, con un brazo en alto, pidiendo ayuda.SPOILER (puntero encima para mostrar)Monsieur De Gaulle
Mi cogasón...
Ah...-suspiró enrojecido.
¡Mi cogasón... ah...!
¡Ayúgdenme, se lo gueggo!-comenzó a correr hacia ellos.
Pero todos permanecieron quietos.
El inspector, sin quererlo, empujó a varios policías hacia derecha e izquierda, buscando la pared para dejarse caer sobre ella.
No había pared, sino, como debía haber recordado, la ventana abierta.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAARRRRRRRGGGGGGHHHHH!!!!!!!!!!-gritó antes de precipitarse al vacío.
Tras un instante que pareció una eternidad, un estruendo se apoderó de la casa.
Mariano
-Joder... ¡Ya está bien de tanta tonteria!... ¡He de ser un hombre!....
Lanzó sin pensarlo el rosario hacia la ventana y bajo por las escaleras volando hacia abajo, para cojer a De Gaulle, a pesar de tenerle un odio extremo... era un ser humano y además... sabía que un buen profesional que si no llega a ser por el... estarian todos muertos, ya que los salvó en más de una ocasión
-¡Aguante De Gaulle!... ¡VOY EN SU AYUDA!
Desenfundó el arma, aun sabiendo que era inútil, y bajo volando las escaleras, sin saber lo que se encontraría...
El psicólogo se había metido los dedos en la boca y contemplaba con la tez pálida la inscripción ardiente. Intentó aparentar impasibilidad y explicar a los demás que que las llamas tomasen forma de letras era un fenómeno natural muy común, pero el tapón que suponían sus manos amortiguó las palabras.
Cuando De Gaulle, su mejor amigo, trastabilleó y cayó por la ventana, Félix extrajo los dedos para exclamar:
-¡No! ¡Espera, De Gaulle! ¡Yo te... salvaré!
Alarmado y con la cara desencajada, Félix soltó la calavera, que aún sostenía en una mano como si de una pelota de bolos se tratara, y retrocedió unos pasos para coger carrerilla. A continuación, emprendió una carrera hacia la ventana, decidido a saltar y alcanzar a De Gaulle antes de que llegara al suelo; se detuvo a medio trayecto, fatigado, y a continuación retomó la marcha. Sin embargo, cuando alcanzó su destino frenó en seco: había asimilado que lo que se disponía a hacer era una insensatez.
Contrariado, Félix apretó el labio y, retrocediendo sin retirar la mirada de la ventana, abandonó el cuarto de Sandra y corrió escaleras abajo, como Mariano.
Mientras él yacía inerte con las piernas elevadas por varios arbustos y los brazos totalmente engarrotados, una risa maligna sobrevolaba el salón del doctor.
El Mal no dejaba de reírse, la caída le había parecido digna de mención, pero tan sólo se reía, deseando que todos le escucharan.
Poco después, sus risotadas se fueron evaporando, hasta que el silencio volvió a adueñarse del salón.
Mariano y Félix pronto acudieron a por De Gaulle, pero el inspector mantenía los ojos cerrados.
Los abrió lentamente tras varios minutos de reanimación, con aspecto moribundo, y pronunció las siguientes palabras:
SPOILER (puntero encima para mostrar)Monsieur De Gaulle
¡Aléjegse de mí, gogdo tgraidog!-gritó dándole un guantazo y alejando al subinspector.
¡Ágla, no es usteg tan fiel, pues ya ha cobgrago pog le comissaige!
Suegte que este fuegte agbusto ha amogtiguago mi caígda-se levantó señalando el mismo, que yacía destrozado.
Vengga, vengga, vágmonos de este jagdín echangdo ostias, Féglix-se agarró a los hombros del psicólogo.
Que este sagca kiglo y megdio de pansegta y mongta aquí un festigval del colestegol-aclaró señalando las llamas.
¡Agoniogso!-insultó a Mariano antes de adentrarse con Félix en la morada del doctor.
¡Oh, mi espalda!
No voy a apageseg pog comisagía en vagios días, y si lo haggo, ponggo en mi despagcho una cagma hinchagble de esas que se inflan pog un pitoggito en plan colchonegta de plagya.
Mientgras estás tumbagdo hases ejegsisio soplangdo, es cogmo haseg abdominagles-sonrió animándose al contemplar como a Félix estaba volviéndole a crecer el bigote.
Mariano:
-No sirves para nada... solo eres una escusa que ofrece esperanza...
Se quedó pensativo un buen rato, sin moverse, mientras las llamas el producian en su cuerpo un claro signo de calor en aumento
-Ya estoy arto...
Echó mano de las dos últimas pastillas que había en el bote, y las ingirió.
Vió pasar a Povedilla corriendo escaleras arriba, y segundos después a Félix y Mariano escaleras abajo.
Se asomó a la ventana para ver que ocurría, y contempló como su querido francés soltaba otra serie de sus habituales improperios. A su alrededor, azuzaban las llamas.
En otro momento, habría echado mano de su bolso, empuñado su escopeta y salido al exterior, liándose a tiros. Pero estaba soberanamente harta.
Así que, como debían hacer las damas según lo acordado desde tiempos remotisímos, se llevó la mano a la cara, y haciendo como se desmayaba, dejó que su cuerpo se deslizara hacia abajo. Eso sí, se aseguró de que hubiera un sofá mullido debajo.
Rebotando contra las paredes, el comisario también descendió a la escalera, atravesó con temor los pasillos por los que momentos antes se escuchaban las carcajadas del Mal e irrumpió en el jardín, seguido de todos los demás. Un mero vistazo bastó para constatar que De Gaulle había sobrevivido; la decepción invadió a don Lorenzo, y este sentimiento consiguió que se sintiera miserable. Arrugando el rostro, el comisario contempló embelesado las llamas, que en lugar de menguar crecían de tamaño. Sacudiendo la cabeza, don Lorenzo despertó del hechizo y de nuevo le embriagó la urgencia.
-¡Povedilla, deprisa, llame a los bomberos! ¡Silvia, contacta con la unidad científica para que terminen de extraer los cadáveres, y llevadlos a comisaría! Los demás, nos vamos ahora mismo. ¡Rápido, tenemos que salvar a la víctima! -apremió, negándose a aceptar la nefasta y desesperanzadora certeza de Arcadio Claus y sorteando el fuego en dirección a la furgoneta de Confecciones Puri.