LHDP - ROL Capítulo 18
El C18 marca el comienzo de la recta final del ROL.
La 4ª temporada pondrá final a una gran historia que lleva desarrollándose más de un año, y a la que aún, le queda mucho (y lo mejor) por contar.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>Carlinter_76
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Lukiando
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Reyes Sánchez Bilbao)>>Marsea
• (Dr. Decker) >>Bryan-Derek
• (Gregorio "Goyo")>>Dain
• (Lis Peñuelas)>>Dain
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Arcadio Claus)>>Sauker
• (Hermenegildo XXXVIII)>>Avataryl
• (Querubina Iluminada)>>Martinyfelix
• (Emiliano Salido)>>Rubén16
• (Dr. Pascual Dapena)>>Avataryl
• (El Maestro)>>Meli-esdm
- INTERVIENEN -
• (Rasputín Verenguer) † >>Sauker
• (El Químico)>>Bryan-Derek
• (Manuel Delgado)>>Rubén16
• (Fiti Bragueta & Sandra Millán)>>Sauker
• (Claude & Charlotte)>>Sauker
• (Inspector Olmo)>>Avataryl
• (Agapito Elano)>>Bryan-Derek
• (Bruce Willis)>>Avataryl
Cortinilla, realizada por Avataryl:
1er Tráiler, realizado por Sauker:
2º Tráiler, realizado por Avataryl:
3er Tráiler, realizado por Sauker:
SINOPSIS
Los agentes de San Antonio retiran el cadáver de Rasputín Verenguer (Sauker) de las escaleras del aparcamiento de la clínica. Según parece, el doctor resbaló y al recibir la caída murió en el acto, pero al comisario le inquieta que tuviera la cabeza completamente del revés.
Fiti, Claude, Charlotte y Sandra (Sauker) regresan de la clínica a su hogar, llorando la muerte del doctor. Fiti tendrá que dividir su tiempo, y junto con ver el Mundial, tendrá que encargarse de ejercer de cabeza de familia para tomar una decisión que cambiará sus vidas para siempre.
Ahora que Aitor Carrasco (ruben16) por fin ha conseguido la placa y conquistado a Silvia (meli-esdm) su prioridad será descubrir qué le pasó a Kike (BryanDeReK). Don Lorenzo (Avataryl) ha desmantelado la investigación y prohibido que nadie siga indagando, por lo que el agente tendrá que realizar sus pesquisas en secreto.
La sospecha de que "El Químico" (BryanDeReK) podría ser la persona que ordenó la ejecución de los policías aterrorizará a Mariano (BryanDeReK), que además se sentirá responsable por haberle permitido escapar de los calabozos. Además, el subinspector deberá hacer frente a las consecuencias del doble asesinato que perpetró durante la estancia en la clínica…
Después de renunciar a las armas y la violencia, Félix (Avataryl) se considera otra vez merecedor de compartir su vida con Lola (martinyfelix). Sin embargo, pronto descubrirá que su futura esposa ha sido secuestrada de nuevo, y cuando comience a buscarla, su compromiso pacifista se pondrá a prueba por primera vez…
El inspector de la Interpol, De Gaulle (Sauker), se ha convertido en un marido soso y aburrido y para colmo, muy a menudo, sufre ataques de ansiedad y amagos de infarto. Pese a los consejos de Marina (Meli-esdm), declinará la posibilidad de encontrar un nuevo médico de cabecera que le trate, avergonzado por los problemas que le aquejan a su temprana edad. De Gaulle sospechará además que Marina tiene un amante. El francés encontrará en Félix (Avataryl) todo el apoyo que necesita para descubrir al posible amante de su mujer y, de paso, superar los baches que le amargan la vida.
Abrumado por los últimos acontecimientos, don Lorenzo (Avataryl) recordará a Félix (Avataryl) lo que acordaron en París, y el comisario se someterá a la terapia del psicólogo. Gracias a esto, el comisario superará poco a poco su pesadumbre y recuperará la fortaleza y energía que le caracterizan. El deseo por Marina Salgado (meli-esdm) aumentará desproporcionalmente, y llegará un momento en el que no logrará refrenar la pasión que siente por la comandante…
Después de presenciar la muerte de su amiga Amaia (mitchie) , Goyo y Lis (Dain) deberán decidir finalmente con quién está su lealtad cuando el inspector Olmo de Asuntos Internos vuelva a contactar con ellos. Antes de reanudar su trabajo en la comisaría, a los dos becarios se les concederá una excedencia para que puedan superar la pérdida.
A la hora de realizar una autopsia, Silvia (meli-esdm) confesará que el trabajo le sobrepasa, y que no podrá seguir encargándose de todo el apartado científico de la comisaría sin ayuda. Pronto contratarán a otro forense, llamado Decker (?), para que trabaje con Silvia (meli-esdm). Probablemente, esto no agradará a Aitor (ruben16)...
Después de una semana de baja, Paco Miranda (?) volverá a la comisaría... La comisaría recibirá la noticia de que han sido hallados dos cadáveres en una cueva. Algunos agentes se desplazarán hasta allí para investigar. Y así es como dará comienzo el caso más difícil al que San Antonio se haya enfrentado jamás...
Cabecera, realizada por Avataryl:
-
'Traitors: El debate' Programa 2
-
Tu Cara Me Suena El Debate! Analizamos la gala 6
-
Nos colamos en la grabación de Cifras y Letras
-
Tu Cara Me Suena El Debate! Analizamos la gala 2
-
María Bernardeau y Biel Anton nos hablan de FoQ La nueva generación
-
Promo de La familia de la tele
-
La revuelta salta al prime time
-
Velvet: Yon González protagoniza el remake de Telemundo
Después, tras varios instantes en silencio, habló.
Arcadio Claus
Tranquilícese, Mariano, entraremos todos juntos-susurró al subinspector.
Tarde o temprano tendremos que enfrentarnos a él, y mejor cuanto antes...
Porque créeme, hay algo más que muebles viejos en el interior de esa casa.
Lo sé-se sentía capaz de creer en cualquier cosa impulsado por su fe.
Dentro...-pronunció costosamente alzando un crucifijo por encima de sus cabezas, caminando hacia la cancela con los agentes.
Mariano:
-Cla... claro... pero nosotros nos ocuparemos de las afueras... ¿No le parece que esa... cosa... se puede escapar?... Mejor dejar a dos hombres fuertes y llenos de fé fuera... para que no se pueda ir ... ¿No..?
Le deca mirando de reojo a Aitor y desviando de vez en cuando la mirada a las ventanas de la casa, por lo que le pareció ver moverse una de las cortinas de forma extraña del primer piso, por lo que reaccionó ésta vez más nervioso
-Sisisisisisi eeh... yo... yo creo que es lo mejor no sé...
El Agente avanza lentamente hacia el interior , pega un pequeño tiron de su brazo derecho - Sueltame ya el puto brazo Mariano... , mira si no quieres entrar te quedas ahí en el coche patrulla , escuchando música y punto - Exclama observando como Arcadio elevaba el crucifijo - Hay que joderse... y nosotros no tenemos cruzecitas? - Pregunta retoricamente antes de detenerse en la puerta - Bueno... , chicos... , si vemos a David el Gnomo ahí dentro... , no dispareis , puede sernos útil jejeje - Rie mirando hacia sus compañeros y luego al cura , al ver las caras que ponian negó con la cabeza -Vale... vale... , entremos pues...
Por un momento, juraría que había visto moverse las cortinas.
Quizás había alguna abierta, y hacía corriente en el salón por ello.
Dejó que varios agentes pasaran delante, aunque no contuvo las ganas de advertirles.
Arcadio Claus
Eso aquí no sirve de nada, señores-señaló las pistolas que alzaban, ofendido.
Si de verdad eso valiera contra lo que vamos a enfrentarnos... mi presencia sería innecesaria-dijo al comisario, esperando que le entendiera.
Se paró en seco, frente a la puerta, y levantó aún más el crucifijo.
La Tierra volvió a temblar, y los policías se aterrorizaron, estaba volviendo a pasar.
Arcadio estaba concentrado, luchando por mantenerse en pie, dirigiéndose hacia la desgastada puerta, sujetando con firmeza el crucifijo.
¡¡¡Crux Sancta Sit Mihi Lux!!!
Non Draco Sit Mihi Dux...
¡¡¡¡¡Vade Retro Satana!!!!!-gritó a toda voz, mientras los agentes caían al suelo.
Numquam Suade Mihi Vana
¡¡¡Sunt Mala Quae Libas!!!
Ipse Venena Bibas...
SPOILER (puntero encima para mostrar)La Santa Cruz sea mi luz,
no sea el demonio mi guía.
¡Apártate, Satanás!
Nunca me sugieras cosas vanas,
maldad es lo que brindas,
bebe tú mismo el veneno.
Y el terremoto cesó...
Arcadio seguía con el crucifijo en alto, y, decidido, asintió.
Abran las puertas, agentes.
Mostremos al Mal el coraje de nuestros corazones-aclaró antes de que forzaran la puerta, la cual crujió estremeciéndoles.
Mariano:
-¡Aquí estamos malignos!... ¡Y con el poder de Dios os venzeremos!...
Exaltado y con el corazón a cien logró pronunciar esas palabras, a pesar de que tenía un miedo terrible y su único pesar era que sus piernas temblaban... dentro no se veía nada... todo estaba oscuro
Silvia(Después de quedarse sin poder confesar (para su alivio) y de la llamada de De Gaulle, el cual exponía unos hechos subrealistas, pone rumbo junto con sus compañeros a casa de Rasputín Verenguer. Una vez desembarcan de los vehículos, se aproximan lentamente hacia la entrada, siendo tirados al suelo por otro terremoto. Una vez que cesa el seismo y consigue ponerse en pie, se acerca a Aitor, dandole un toquecito en el hombro) ¿Sabes lo mucho que te aprecia el frances? (comenta de forma irónica antes de percatarse de la nariz rojiza del agente) ¿Y a ti que te ha pasao'?
Horas antes, cuando Arcadio Claus abandonó el improvisado confesonario, el comisario, al que, de la misma forma que le había sucedido durante la audición en el teatro de París y la entrevista en la clínica, sus ágiles agentes se le habían adelantado irrespetuosamente, privándole de la oportunidad de confesarse, se había adentrado refunfuñando en su despacho y había depositado y restregado las posaderas sobre la butaca, que sintió cálida, para borrar la huella que pudiera haber dejado en ella el parasicólogo. Después, con sus dominios reconquistados, regresó gruñendo al pasillo para escuchar al cura, y, bastante inseguro, repetir la orden de este, con mucho más éxito que él.
Ahora, los policías de San Antonio, guiados por Arcadio Claus, se encontraban frente a la morada del difunto doctor Rasputín Verenguer, que entroncaba directamente con la tradicional casa encantada. Tras abrir la cancela, don Lorenzo avanzó prudentemente hacia la puerta, dirigiendo una mirada desafiante hacia los laterales para encubrir su nerviosismo. El comisario se estremeció al asumir que ante ellos se erigía la vivienda que había acogido al responsable de los desquiciantes fenómenos paranormales, sentimiento que se agravó cuando, don Lorenzo creyó que como secuela de su pensamiento, un nuevo terremoto sacudió el suelo.
Acatando las instrucciones del parasicólogo, alguien abrió la puerta de la casa, y don Lorenzo, carraspeando, empujó a los agentes para llegar hasta allí y acceder antes que nadie al hogar, obedeciendo sin ninguna gana su rol de adalid. Cuando posó el primer pie en el interior de la morada y se adentró en ella, escuchó cómo el silencio, muy denso, crujía en su interior. Pestañeó para habituarse a la oscuridad, y alargó una mano sin demasiada firmeza, temiendo tantear algo, que realmente era el fin con el que lo había hecho. Tras él, los demás guardaban silencio.
Ninguna capa de polvo recubría los muebles, que paulatinamente fueron evidenciándose al mirar de don Lorenzo, y todo apuntaba a que la casa había estado habitada apenas unos días atrás; sin embargo, un ambiente ancestral se respiraba en ella, y era muy agobiante. El comisario no movió las piernas, pero estaba seguro de que, de haberlo intentado, las habría descubierto agarrotadas por el temor; permaneció en el umbral, sin atreverse a adentrarse en una noche mucho más profunda que la que tenía tras él. Nadie le apremió a hacerlo, y el tiempo transcurrió.
De pronto, un sonido inclasificable rasgó la tensión, y el comisario dirigió una mirada ansiosa hacia arriba. Don Lorenzo, que no tenía imaginación, fue incapaz de figurarse qué habría motivado el ruido, pero en cualquier caso le inquietó sobremanera.
Se disculpó dirigiendo una mirada cortés a Arcadio Claus y, desoyendo las palabras del parasicólogo, alzó su diminuto revólver, empuñándolo con ambas manos a la altura del rostro. Profesional, hizo un movimiento brusco con el cuello a los agentes para que le siguieran y, tiritando, comenzó a andar...
El Agente avanza con lentitud por la viviendo que se encontraba en penumbras , la Inspectora se pone a su lado y Aitor la escucha - El Francés? , quien De Gaulle? , porque dices eso? - Pregunta mirandola con curiosidad , seguidamente observa al comisario y el agente también desenfunda su arma - Y bueno... , he tenido unos problemillas en el garaje con unos tipos , pero nada grave... , es lo que tiene estar con una forense... , que aprendes cosillas , primeros auxilios... , curarte heridas... , vamos lo que vienen siendo las primeras lecciones de enfermería jejeje - Sonrie mirandola antes de detenerse frente al salón de la casa
En un principio para admirar su belleza, la belleza de su esposa, a la que amaba y por la que sentía devoción, después, intrigado por lo que podía hablar con Arcadio Claus.
Agudizó la vista y el oído, poniendo toda su atención.
Mientras tanto, Arcadio estrechó la mano de la comandante, sonriendo, y la escuchó inclinando la cabeza.
Arcadio Claus
Hija mía, aplaudo su decisión.
No se preocupe, en cuanto sus compañeros registren la casa, si todo va bien, la confesaré en cuanto hagamos un paréntesis-le agitó un hombro sonriente, antes de adentrarse en el hogar de Rasputín junto con Lorenzo.
Una vez el sacerdote se apartó, De Gaulle caminó hacia la comandante, colocándose tras ella.
Se pegó a Marina, el pecho contra su espalda, y le rodeó la cintura, cariñoso.
Tras darle varios besos en el cuello, preguntó.
Monsieur De Gaulle
¿Qué quegía Agcagdio, cagiño?
Silvia(Sonríe, mientras niega ante las palabras del agente) Nada, tonterias suyas. Ya sabes (Escucha la contestación de Aitor, referente a su nariz y enarca las dejas, a modo de interrogante)Unos tipos...(Pronuncia algo extrañada, para despues cambiar el tono de voz a algo más jocoso) ¿Tan mala profesora soy? (Rie, mientras observa el apaño que llevaba el agente en la nariz. Finalmente y, como si de un cambio de mascara se tratase, se pone seria y avanza junto a su padre al interior de la casa. Cuanto antes acabasen con eso, antes estaría en su amado laboratorio)
El psicólogo y Lola cerraban la expedición, cada uno con un brazo rodeando la cadera del otro. Félix, con el rostro aún magullado y el traje marbellí hecho jirones, se sentía cómodo en compañía de su futura esposa.
Cuando arribaron en la que fue la casa de Rasputín, lóbrega y rodeada de un paisaje torturado, la pareja se detuvo junto a la cancela. El escepticismo de Félix le resguardó en un principio de cualquier miedo; el seismo, que alzando el dedo índice intentó justificar durante los ensordecedores temblores, no le inquietó, pero sí lo hizo el hecho de que cesara tras el despliegue religioso de Arcadio Claus.
Mientras los demás avanzaban hacia la puerta, el psicólogo, deseoso de olvidar el terremoto, señaló con el mismo dedo una de las ventanas superiores de la morada, cuya cortina oscilaba, Félix decidió enseguida que debido a la brisa nocturna.
-Mira, Lola: en esa habitación me... batí en duelo contra la ahijada de Rasputín -explicó, sin orgullo; más bien avergonzado. Cabizbajo, añadió:-. Si ahora... tuviera que... enfrentarme con ella otra vez, lo... haría con el poder del diálogo -aseguró, un poco más animado, buscando con la mirada la comprensión de su futura esposa.
El grupo comenzó a introducirse en la casa, y Félix puso los ojos en blanco al descubrir el respeto con el que lo hacían. Él y Lola se quedaron atrás.
De pronto, los goznes de la verja comenzaron a girar, chirriando porque sí. Nervioso, el psicólogo alargó la mano y, con los dedos índice y pulgar, como si de pinzas se trataran, pellizcó la cancela, sujetándola e impidiendo su desplazamiento.
-¿Entramos? -suplicó a Lola, esforzando una sonrisa. La pareja siguió al grupo y se dirigió hacia el interior de la casa.
Tras ellos, una vez Félix la hubo soltado, la cancela reanudó su movimiento, rechinando, hasta que, con un crujido metálico, se cerró.
La necesitaba, quizás más que nunca.
Marina le hacía sentir buena persona, y Marina era la razón por la que su existencia tenía razón de ser.
Para aquellos días de nerviosismo, no había nada mejor que el cariño de su mujer.
Cuando se soltó y le cogió de la mano, sonrió, aunque deseaba haberla sentido más cerca.
Monsieur De Gaulle
Yo ya no sé en qué cgreeg, Magina.
Pego en lo que cgreo es en nosotgros, te siengto muy distangte últimamengte.
Nesesitagmos dedicagnos más a nosotgros, esta gengte nos están volviengdo logcos-le susurró al oído.
Cuangdo esto acagbe, podgríamos ignos de la comisagía, tenegmos una gesponsabilidag mayog en el CNI y la Integpol, y una gesponsabilidag mayog también en cagsa, tenegmos que sentgragnos en nosotgros...
Lorenzo sacó su arma, y Arcadio le siguió temeroso, alzando su crucifijo.
De Gaulle rechinó los dientes, y con un elegante gesto, desenfundó su pistola, adentrándose en las tinieblas.
En voz baja, contestó:
Monsieur De Gaulle
A mí nungca me pasagá nagda, cagigño.
Soy el inspectog De Gaulle-le guiñó un ojo.
Quégagte con egllos, pog favog, es peliggroso e innesesagio que sugbas.
Yo inspecsionagé con el capigtán viaggra y Agcagdio-aclaró de camino a las escaleras por las que, hace no demasiado tiempo, Sandra bajó haciendo el pino puente.
Respirando la pólvora del interior del revólver, que empuñaba apuntando hacia arriba junto a su nariz, el comisario avanzaba prudentemente, zambulliéndose en una oscuridad cada vez más inaccesible y que en vano intentaba apartar con las manos.
Don Lorenzo escuchaba las voces de Marina y De Gaulle tras él, y se volvió para buscar la silueta del francés en la penumbra y fulminarle con una mirada rebosante de inquina, seguro de que la penumbra impediría que el inspector de la Interpol la apreciase.
Después, reanudó la marcha, y él también tropezó con el primer eslabón de las escaleras, que ascendían infinitamente hacia una caverna insondable. El comisario ladeó la cabeza para intercambiar una mirada decisiva con sus compañeros, pero la oscuridad frustró su intención. Sacudiendo la cabeza, elevó un pie y lo colocó sobre el primer escalón, que crujio bajo su peso, y el eco de la estridencia resonó por toda la casa.
Desconocía si ascendía tan lento por estar viejo o por ser un cobarde, pero él pensaba llegar a la segunda planta antes que el comisario costara lo que le costara.
Una vez llegó al nuevo pasillo, tragó saliva.
Probablemente, ahora él era el cobarde.
Pero se convenció, no había nada.
La casa estaba abandonada, nada les esperaba en algún rincón de la morada del doctor.
Sujetó la pistola con aún más fuerza, cuya parte superior estaba vestida de plata, que reflejó en su rostro un destello de luz proveniente de la habitación al frente.
La cortina había ondeado, y un rayo de Sol había cruzado la estancia.
Seguido del comisario, caminó hacia el dormitorio, cuya puerta estaba casi destrozada, con trozos de madera adheridos mediante cinta aislante.
El francés permitió al comisario asomarse primero, y ambos, horrorizados, compartieron la imagen.
SPOILER (puntero encima para mostrar)La tenue luz que atravesaba las cortinas fue suficiente para otorgarles aquel descubrimiento terrible y terrorífico.
La cama tenía un huésped, un huésped varón, de vestimenta oscura.
El hombre estaba atado al cabecero, también a la cama, probablemente no había sido un adversario fácil de abatir.
De su cuello pendía un colgante.
Un largo cordón negro que portaba un pentáculo.
El inspector de la Interpol se acercó al cadáver, y horrorizado, se dirigió a don Lorenzo.
Monsieur De Gaulle
¡¡¡Comissaige, descogga las cogtinas!!!
¡De inmediagto, hágaglo!-ordenó sin ánimo de ofenderle con sus malas formas, sino de apremiarle, asustado.
Y el comisario obedeció.
¿Qué demognios está pasangdo, Logenso?
¿¡Qué es esto!?-preguntó exaltado creyendo que el comisario podría tener la respuesta.
El cadáver...
SPOILER (puntero encima para mostrar)era el de Blackman.
Con el rostro contraído y las aletas de la nariz temblorosas, el comisario observó confuso el cadáver del héroe anónimo, que yacía rígido sobre la misma cama que no mucho antes había recluído a Sandra, y sobre cuyo cuerpo inerte, embutido en un traje azabache, rebotaban los haces de un sol incipiente.
Motivado por un mero sentimiento de rechazo, don Lorenzo apartó la mirada y la dirigió hacia una mesita de noche adyacente al camastro, pero su propio cuerpo obstruyó la iluminación solar e impidió que pudiera ver qué había en ella. Con un presentimiento fatal, el comisario se apartó, y la luz diurna se filtró por la ventana y golpeó radiantemente el único objeto que existía sobre la mesa: una fotografía enmarcada. Don Lorenzo pestañeó al vislumbrarla, mucho más aterrado ahora que al descubrir el cuerpo.
SPOILER (puntero encima para mostrar)La imagen mostraba la cara sonrosada de Kike, que sonreía de oreja a oreja y observaba el cadáver de Blackman con una mirada traviesa.
El comisario negó con la cabeza y el rostro compungido.
-Registren la habitación -acertó a ordenar, distraído, incapaz de retirar sus ojos de los de la fotografía.
No parecía asustado, sino más bien convencido de que era lo menos grave que podía pasar.
Tragó saliva, y colocó su maletín a los pies de la cama.
Se acercó al cadáver, y extendió una mano para presinar a Blackman, sin rozarle con los dedos, temeroso a dejar sus huellas y entorpecer el trabajo de los policías.
Arcadio Claus
Muerto-admitió dolido.
El Mal se ha cobrado una nueva víctima.
Les dije que actuábamos contrarreloj-recordó sin ánimo de echarlo en cara, sino de hacerles comprender que era vital actuar con rapidez.
Arcadio se levantó, mirando a su alrededor.
Acompañado por varios policías, abandonó el dormitorio, y caminó hacia el de Rasputín, intrigado.
Miren, fíjense-señaló las estanterías que les rodeaban.
El sacerdote corrió hacia una de ellas, y tras colocarse las gafas, leía títulos de novelas arrugando el entrecejo.
Todos ellos hacían mención a las ciencias ocultas, al exorcismo y a lo paranormal.
Conozco la mayoría de estos libros, muchos los leí durante mi aprendizaje en la Facultad Libre de Altos Estudios Paracientíficos.
Rasputín estaba informado acerca de la materia-abrió uno de los libros, y comenzó a pasar páginas, interesado en posibles apuntes del doctor.
Con tales conocimientos, la puerta al mundo de los vivos está abierta de par en par.
Conoce el camino de vuelta-informó muy a su pesar.
El francés apenas prestó atención a las palabras del cura, pero una vez guardó silencio, no dudó en intervenir.
Monsieur De Gaulle
No podegmos pegmitignos más muegtes de inosengtes.
¿Qué tenegmos que haseg?-preguntó deseando evitar preámbulos.
Arcadio obvió el poco interés que mostraba el inspector, y contestó tras un largo suspiro.
Arcadio Claus
Vamos a pasar la noche aquí-muchos se quejaron, pero el sacerdote y parapsicólogo alzó un brazo, pidiendo de nuevo la palabra.
Estaremos protegidos, caballeros, nada va a pasarnos... si siguen mis instrucciones.
Tomaremos precauciones-mantenía la mirada clavada en las páginas del libro.
Los espíritus malignos sienten aversión por lo sagrado.
Crucifijos y todo simbolo de la cristiandad tendrán un efecto purificador contra el alma... corrupta... de Rasputín-añadió cerrando el libro de sopetón y girándose a la par, para contemplar el rostro de los boquiabiertos agentes.
Apreció impresionado el cadáver de Blackman tendido en la cama , pero su silueta pasa desapercibida cuando escucha que en la mesilla de al lado reposaba una foto del Agente Gallardo , Aitor se acerca abriendose paso entre sus compañeros y se hace con la foto , mirandola durante varios segundos , en los cuales las palabras del cura se le hacen insonoras - Joder... - Articula arrugando levementa la foto y volviendola a dejar en la mesilla , seguidamente se lleva el puño a la boca , no era capaz de pronunciar ninguna clase de palabra , pues en ese momento no le salía nada , por lo que simplemente se limitó a observar a sus compañeros y seguirles a donde fuera