LHDP - ROL Capítulo 18

El C18 marca el comienzo de la recta final del ROL.
La 4ª temporada pondrá final a una gran historia que lleva desarrollándose más de un año, y a la que aún, le queda mucho (y lo mejor) por contar.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>Carlinter_76
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Lukiando
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Reyes Sánchez Bilbao)>>Marsea
• (Dr. Decker) >>Bryan-Derek
• (Gregorio "Goyo")>>Dain
• (Lis Peñuelas)>>Dain
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Arcadio Claus)>>Sauker
• (Hermenegildo XXXVIII)>>Avataryl
• (Querubina Iluminada)>>Martinyfelix
• (Emiliano Salido)>>Rubén16
• (Dr. Pascual Dapena)>>Avataryl
• (El Maestro)>>Meli-esdm
- INTERVIENEN -
• (Rasputín Verenguer) † >>Sauker
• (El Químico)>>Bryan-Derek
• (Manuel Delgado)>>Rubén16
• (Fiti Bragueta & Sandra Millán)>>Sauker
• (Claude & Charlotte)>>Sauker
• (Inspector Olmo)>>Avataryl
• (Agapito Elano)>>Bryan-Derek
• (Bruce Willis)>>Avataryl
Cortinilla, realizada por Avataryl:
1er Tráiler, realizado por Sauker:
2º Tráiler, realizado por Avataryl:
3er Tráiler, realizado por Sauker:
SINOPSIS
Los agentes de San Antonio retiran el cadáver de Rasputín Verenguer (Sauker) de las escaleras del aparcamiento de la clínica. Según parece, el doctor resbaló y al recibir la caída murió en el acto, pero al comisario le inquieta que tuviera la cabeza completamente del revés.
Fiti, Claude, Charlotte y Sandra (Sauker) regresan de la clínica a su hogar, llorando la muerte del doctor. Fiti tendrá que dividir su tiempo, y junto con ver el Mundial, tendrá que encargarse de ejercer de cabeza de familia para tomar una decisión que cambiará sus vidas para siempre.
Ahora que Aitor Carrasco (ruben16) por fin ha conseguido la placa y conquistado a Silvia (meli-esdm) su prioridad será descubrir qué le pasó a Kike (BryanDeReK). Don Lorenzo (Avataryl) ha desmantelado la investigación y prohibido que nadie siga indagando, por lo que el agente tendrá que realizar sus pesquisas en secreto.
La sospecha de que "El Químico" (BryanDeReK) podría ser la persona que ordenó la ejecución de los policías aterrorizará a Mariano (BryanDeReK), que además se sentirá responsable por haberle permitido escapar de los calabozos. Además, el subinspector deberá hacer frente a las consecuencias del doble asesinato que perpetró durante la estancia en la clínica…
Después de renunciar a las armas y la violencia, Félix (Avataryl) se considera otra vez merecedor de compartir su vida con Lola (martinyfelix). Sin embargo, pronto descubrirá que su futura esposa ha sido secuestrada de nuevo, y cuando comience a buscarla, su compromiso pacifista se pondrá a prueba por primera vez…
El inspector de la Interpol, De Gaulle (Sauker), se ha convertido en un marido soso y aburrido y para colmo, muy a menudo, sufre ataques de ansiedad y amagos de infarto. Pese a los consejos de Marina (Meli-esdm), declinará la posibilidad de encontrar un nuevo médico de cabecera que le trate, avergonzado por los problemas que le aquejan a su temprana edad. De Gaulle sospechará además que Marina tiene un amante. El francés encontrará en Félix (Avataryl) todo el apoyo que necesita para descubrir al posible amante de su mujer y, de paso, superar los baches que le amargan la vida.
Abrumado por los últimos acontecimientos, don Lorenzo (Avataryl) recordará a Félix (Avataryl) lo que acordaron en París, y el comisario se someterá a la terapia del psicólogo. Gracias a esto, el comisario superará poco a poco su pesadumbre y recuperará la fortaleza y energía que le caracterizan. El deseo por Marina Salgado (meli-esdm) aumentará desproporcionalmente, y llegará un momento en el que no logrará refrenar la pasión que siente por la comandante…
Después de presenciar la muerte de su amiga Amaia (mitchie) , Goyo y Lis (Dain) deberán decidir finalmente con quién está su lealtad cuando el inspector Olmo de Asuntos Internos vuelva a contactar con ellos. Antes de reanudar su trabajo en la comisaría, a los dos becarios se les concederá una excedencia para que puedan superar la pérdida.
A la hora de realizar una autopsia, Silvia (meli-esdm) confesará que el trabajo le sobrepasa, y que no podrá seguir encargándose de todo el apartado científico de la comisaría sin ayuda. Pronto contratarán a otro forense, llamado Decker (?), para que trabaje con Silvia (meli-esdm). Probablemente, esto no agradará a Aitor (ruben16)...
Después de una semana de baja, Paco Miranda (?) volverá a la comisaría... La comisaría recibirá la noticia de que han sido hallados dos cadáveres en una cueva. Algunos agentes se desplazarán hasta allí para investigar. Y así es como dará comienzo el caso más difícil al que San Antonio se haya enfrentado jamás...
Cabecera, realizada por Avataryl:

¿Quién demonios se creían?
¿Se habían visto a sí mismos?
Sonrió, aguantándose las ganas de echarle de allí a patadas, y pidió un vaso él también.
Monsieur De Gaulle
Jajaja, qué salagdos sois.
¿Bebiengdo paga olvidag que la hegmana de Fegándes se follagba al neggro en una cuegva y tú que estás gogdo cogmo un sepoggo, vegdag?
Qué felisidag-dio un trago.
Confesagé lo que tengga que confesag y lo que cgrea conveniengte, a mi ese hombgre no me impogne ni dicta el pgrotocoglo en esta comisagía.
Cogmo si no quiego subig-dio un golpe sobre la mesa, levantándose de su silla, y abandonando la sala.
Arcadio escuchó las frases de Félix.
El psicólogo no era muy locuaz, lo que le entristeció.
Necesitaba ayudarle.
Creyó que quizás sería mejor no preguntarle por sus heridas, así que cerró los puños y los puso sobre su regazo.
Arcadio Claus
Así que... es usted pisquiatra-balbuceó en un tomo amistoso.
No quiero ni imaginar que le inspirará el mundo de la parapsicología...

El psicólogo alzó la vista, pero se equivocó de mirada y en lugar de una de agradecimiento fulminó a Arcadio con una desafiante. Por fin alguien estaba dispuesto a escucharle. Félix se sonrojó. Mareado, chasqueó la lengua y adoptó un semblante pensativo.
-La parasicología... -comenzó, alzando el dedo índice y dirigiendo la mirada hacia el techo- es un fraude que... alardea de... ser una ciencia cuando no lo... es. Un engañabobos -resumió, cruzándose automáticamente de brazos, pero a continuación parpadeó, incrédulo-. Pero... ¿por qué le... interesa a usted mi opinión? ¿Es que acaso no se... ha dado cuenta de que... he renunciado a la violencia? -inquirió, recorriéndose con un dedo, suponiendo que ahora que el parasicólogo lo había descubierto le repudiaría.

Abrió los puños, y entrelazó los dedos, nervioso, creyendo que el psicólogo podría hacerle algún daño.
Pero poco después, él mismo se encargó de aclarar que había renunciado a la violencia.
Arcadio Claus
¿En... serio?-sonrió.
Esa es una decisión admirable, hijo.
A menudo, nadie está dispuesto a renunciar a la violencia, y me sorprende además que lo haga un hombre rodeado de peligros...
Debe ser difícil mantener esa decisión... con todo lo que está ocurriéndoles-asintió repetidas veces, logrando evitar un ataque de tos.
Le admiro, Félix.

Las palabras de Arcadio Claus, quien, lejos de detestarle por su decisión, la aplaudió, conmovieron al psicólogo, que apretó los temblorosos labios pero a pesar de ello adquirieron la forma de una sonrisa. El parasicólogo era la única persona que había apoyado y celebrado la renuncia de Félix a la violencia, dotándola por vez primera de sentido.
-Es usted muy amable -profirió, sintiéndose cómodo y liviano-. Yo ya no... sabía si lo que... había hecho estaba bien o mal, porque todos me... tentaban para que... rompiese mi pacto. ¿Sabe lo que... es la tentación, caballero? -preguntó muy seriamente, calzándose las gafas sobre el puente de la nariz para encontrarse en igualdad de situación con el cura. Sin embargo, su ojo amoratado, que palpitaba con vida propia, las empujó, y las lentes se deslizaron sobre sus desgarrados pantalones. Félix no se inmutó: esperaba una respuesta.

Tras decirle que le admiraba, pareció cambiar de actitud.
Ahora se le antojaba más humano, sensible, y sobre todo, educado y por la labor de recibir ayuda.
Arcadio Claus
Claro que sé lo que es la tentación, hijo.
El Mal nos tienta todos los días-aclaró con voz serena.
Usted está tentado por la violencia, está tentado a plantar cara a los problemas de la forma más primaria...
Y yo... siempre estoy tentado a colgar el hábito y salir corriendo-confesó lleno de vergüenza.
Después de todo, no somos tan distintos-sacó una moneda del bolsillo interior de su chaqueta y la colocó de canto sobre la mesa, quedando a la vista sus dos caras.
¿Por qué no se siente verdaderamente capaz de enfrentarse a ese reto?
¿Por qué teme constantemente ser tentado por los demás?


Había dejado la cafetería para dirigirse al despacho de don Lorenzo y acabar con la confesión de Arcadio cuanto antes.
Para su sorpresa, Félix estaba dentro, hablando con el cura.
Entonces, vio a dos empleados de una funeraria llevando una camilla sobre la que reposaba una bolsa negra con la cremallera echada y un cadáver en su interior.
Se acercó a Silvia, y le preguntó.
Monsieur De Gaulle
¿Es Gaspugtín?-dijo antes de que Silvia asintiera.
Se le engarrotaron los dedos de las manos, más temeroso que triste.
Y mientras los de la funeraria pararon para echar una ojeada al papeleo de los trámites para el desplazamiento del cadáver al cementerio, colocó una mano sobre la camilla.
Una lágrima recorrió su rostro.
Lágrima que no tardó en secar, pues Marina ahora, estaba tras él.


Eleva la pistola ignorando el cuerpo de Mariano en el suelo que estaba partiendose de risa , el agente efectua 10 disparos , vaciando con ellos el tambor de la Magnum , su puntuación en la sala de tiro siempre había sido muy buena , su medía rondaba el 9 , pero esta vez , no había dado una - Jo.... joee tronco , lo he bordaoo jejeje - Dice dirigiendose al baúl dando tumbos y sacando una cajita con las balas de su pistola - Bueno , voy... a... , iop que se jajaj - Exclama saliendo de la sala de tiros dando tumbos y se dirigió al vestíbulo donde retirando la silla se acomoda en su mesa.
Su mirada se pierde entre los despachos de la comisaria , los ojos se le humedezen y acto seguido unas lágrimas recorren sus mejillas , todo se le estaba acumulando y por mucho que se esforzaba ya no podía disimular más , ni contener las ganas de llorar que sentía desde hace unos dias , tras recorrer con la mirada las instalaciones y a sus compañeros los cuales se hallaban desperdigados por las mismas , posó la mirada en Silvia y tras varios segundos apoyó el codo en la mesa , se llevó la mano a la frente y se derrumbó...

Mariano:
-¡Eh... ESPERAG AIOTGGG!...
Finalmente se le escapa... y trás 10 minutos intentando levantarse, finalmente lo consigue, y acto seguido trás estar de pie vomita todo lo que se había bebido en toda la sala de tiro
-¡BUAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGGG!.... Dios.... yo.... ufff.... será mejor.... que me vaya a dar una ducha de agua fría...
Se va como puede dando tumbos hasta los vestuarios y allí se desnuda dejando la ropa tirada malamente en el suelo y metiendose de lleno en la ducha, allí se pone sentado mientras el agua fría le caía y se puso a llorar
-Yo... yo solo quería... ver a Paco... (snif)...

El psicólogo asfixió un quejido y esbozó una sonrisa de oreja a oreja al constatar que, en efecto, Arcadio Claus conocía la palabra "tentar", por lo que no sería preciso definírsela; Félix se sintió orgulloso del apacible anciano. Sin embargo, su semblante cobró una tonalidad más seria cuando escuchó las preguntas del parasicólogo, tras lo cual apretó los labios y depositó la yema del dedo índice sobre el escritorio para comenzar a describir círculos, eludiendo la cuestión. Inmediatamente después, se sobresaltó, porque nadie había contestado a Arcadio en su lugar.
-Ah, ¿me... preguntaba a mí? -inquirió, señalándose con el pulgar, aunque sabedor de la respuesta. Félix agachó la cabeza, sonrojado- La verdad... es que... he hecho cosas terribles. He liquidado a dos personas -reveló, removiéndose en la silla-. La razón por la que... estoy inseguro, lo que me... da miedo es que, tal vez, ya... sea demasiado tarde para... redimirme -confesó, abrigado por la calidez del cura.

Hasta ahora, ninguno de los que habían pisado aquel despacho, por su propio pie, habían confesado sus pecados por su propia voluntad, por lo que Arcadio les había ofrecido sencillamente su consejo espiritual, tranquilo además, pues sabía que eran buenas personas.
Pero enseguida supo que Félix necesitaba mucho más, y sus sospechas se confirmaron cuando el psicólogo confesó haber liquidado a dos personas, por la violencia...
Arcadio se llevó una mano al alzacuellos, y se presinó.
Arcadio Claus
No, Félix.
De ninguna manera, eso es una falacia-negó con la cabeza, convencido.
Nunca es tarde para redimirse, nunca.
Yo llevo intentando redimirme más de 20 años por un acto terrible-recordó su último día en las misiones de África- y he tenido tropiezos.
No hace mucho, volví a decepcionarme.
El Mal había vuelto a actuar por despecho contra el mundo y contra Dios.
Y el Bien volvió a elegirme, me colocó en el camino.
Y yo se lo pagué... con la misma moneda que entonces-lanzó de un manotazo la moneda que colocó de canto instantes atrás contra la puerta.
Pero usted no es como yo...
Félix había permanecido en silencio, y Arcadio, intentando no sofocarse, se acomodó en el sillón.
Tras respirar hondo, habló:
He hablado sobre ellos, pero no ha dicho usted nada, y me gustaría conocer sus pensamientos.
¿Cree en el Bien y el Mal?

Su vista y sus pensamientos estaban posados sobre la camilla que se llevaba para siempre a Rasputín.
Agradeció que Marina le pusiera una mano en el hombro, pues salio de su insomnio, y tras colocar su cabeza contra la de su esposa, suspiró.
Monsieur De Gaulle
No, aún no...
Dentgro está Féglix, y adegmás, pagese habeg cogla-asintió triste.
¿Qué te pagsa cagigño?
No te veo buen aspecto...
Ou... esto me suegna-dijo con media sonrisa secando otra lágrima que había caído, pues con el rabillo del ojo, observó como Rasputín se alejaba en la camilla.
Pagese que se han cambiagdo las tognas, ¿estás bien pasteligto?

El psicólogo atendía a Arcadio Claus con los amoratados ojos desorbitados, casi boquiabierto y conmocionado. Las palabras del parasicólogo le estaban insuflando una inesperada energía con la que lidiar contra su desfallecimiento. Félix escuchó la pregunta de Arcadio y chasqueó la lengua.
-¡¿El bien y el mal, eh?! -repitió con cierto rintintín, un tanto molesto- Seguramente usted no lo... sepa, pero todos... -murmuró, entrecerrando los ojos y desviando la mirada hacia más allá del despacho- tienen miedo a un fantasma que no sólo no... sabe contar, sino que, además, ¡no... existe! -exclamó, estampando violentamente las palmas de las manos sobre el escritorio para subrayar la verdad- Yo no... creo ni en el bien, ni en el mal. Ambos... son un invento dañino de las personas -aseguró, lúcido, agitando el dedo índice cerca de la cara del parasicólogo-. ¿Quiere saber para qué... sirven el bien y el mal? Para esto -sentenció tartamudeando, abarcándose con un ademán y señalando así sus múltiples heridas-. Para que una pandilla de filibusteros... crean en ellos y se... pongan accesorios satánicos y... vayan por ahí, pegando a gente como yo, que... ha renunciado a la violencia y no... hace daño a nadie -concluyó. La impotencia que experimentaba se manifestó cuando cruzó los brazos y apretó los labios. Dirigió una mirada desesperada a Arcadio- ¿Por qué me... ha pasado exactamente a mí? ¿Me lo... merecía?

Se disponia a cambiar la ropa de su pequeña cuando descubrió que en su piernecita la piel presentaba una gran erupción entre rojiza y violacea.Vaya-se dijo-¿otro exántema vírico Michelita?
Antes de salir de su casa teléfoneo a la consulta del pediatra de la niña solicitando una hora.El Dr era un viejo conocido de su marido y siempre conseguia poner a punto cualquier pequeño problema que se presentase.Michelle crecia muy sana¡¡
Su llegada a la comisaria la dejó estupefacta.Aquello parecia una casa de locos¡¡¡.Ve como Mariano completamente borracho iba camino de los vestuarios dando tumbos.Iba además asquerosamente cagado de sus propios vómitos ¡¡que asco que asco que asco¡¡-se dijo Sara-
Un poco más allá sentado en una mesa le pareció qué Aitor lloraba desconsoladamente.
Sara avanzó con disimulo tratando de averiguar si la percepción que habia recibido era la correcta.Aitor tenia una cara bastante inexpresiva y a veces no se sabia que queria transmitir ............como para dedicarse al teátro¡¡-se dijo Sara¡¡.
Menos mal que sus posturas corporales lo delataban y...............si, estaba muy abatido

Por fin el grupo de borrachos se había dispersado aunque Povedilla sospechaba que no por su intervención. Iba a volver a su trabajo, cuando una mano la tapo la boca y otras dos la agarraron arrastrándole hacia los vestuarios. Povedilla forcejó contra sus captores, pero estos enseguida le soltaron desvelando sus rostros.
ROCAMORA
Después de asegurarse de que no había nadie en los vestuarios aparte de ellos, colocó un banco delante de la puerta. -Povedilla escucha. ¡Sabemos que hay un fantasma! ¡Y tenemos que derrotarle!
QUINTANILLA
-Exacto Pove. Aquí tenemos el material para derrotarle. -Dijo enseñandole el interior de una bolsa de deporte. -Y tenemos que actuar rápido, porque la última vez nos pilló por tu culpa. Y tú Rocky, ¡ya podias no haberte tropezado con la mesa! Que todavía te sangra la cabeza y los fantasmas huelen la sangre...
ROCAMORA
-Oye, que no es culpa mía. Sin la luz no veía nada, y la mesa se puso en medio. Y anda que tú, ¡que destrozaste el laboratorio! ¡Y ahora Silvia me mira a mí, como si hubiera sido yo!
POVEDILLA
-¡Pero queréis callaros! La culpa es de los dos, y punto. Y además, no existe ningún fantasma. -Les espetó aproximándose a la puerta para marcharse. Justo entonces recibió un golpe en la cabeza que le hizo caer redondo en el suelo.
LOLA
Alegando que había quedado con su futuro esposo, se había librado de Felipa, pero dado que no podía volver a Los Cachis y en su casa se sentía muy sola, se dirigió realmente al edificio policial. Estaba buscando a algún descarado a quién poder dar un bolsazo cuando divisó a su hija Sara, a la se acercó. -¡Hija! ¿Qué tal estás? Aver cuando vuelves, que la comisaría está muy aburrida sin ti. -Miró hacia arriba y observó a De Gaulle parloteando con la frígida. Lola esbozó una mueca de disgusto. Por ahora De Gaulle se había librado, pero solo por ahora...

Mariano:
-Ho...hola Sarita... Buenos días, ¿Qué le pasa a éste?...
Dijo dirigiendose a Aitor, finalmente se da la vuelta para mirar a Lola y darle tambié dos besos
-Buenos días Lola... uff... que dolor de cabeza...
Se sentó al lado de Aitor
-Bueno... ¿A ti que te pasa?

No esperaba un camino de rosas, aquel hombre era un psiquiatra.
De hecho, en un primer momento no esperaba ni que acudiera al despacho, pero así lo hizo.
Por suerte, otra frase volvió a salvarle, y tuvo la oportunidad de intentar llevarle a su terreno.
Arcadio Claus
Por supuesto que no se lo merecía, igual que sus amigos no se merecen ser acosados por un... Ente-pronunció seguro de que Félix estaba en desacuerdo.
Dígame, ¿no cree que... lo que hicieron esos chicos... está mal?-preguntó aún lejos del psicólogo, acomodado en el respaldo del sillón.
¿Y no cree que intentar redimirse por sus pecados está bien?
Dios me libre de discutir con usted, Félix, pero está más que claro que hay actos que están bien, y están mal, y en eso ha de estar usted de acuerdo-se inclinó hacia adelante.
¿Y por qué no creer en el Bien y el Mal?
El cura sacó un crucifijo de su maletín desgastado, y lo puso sobre la mesa.
Usted... puede no creer en esto.
En Dios-aclaró rápidamente.
Y también puede no creer en Satanás, en Lucifer, en quien sea-levantó las manos achinando los ojos, sin querer seguir pronunciando nombres que hicieran referencia a esa otra entidad.
Pero si hay personas que por naturaleza llevan a cabo el Bien... y otras... como esos vándalos, que pueden llevar a cabo el Mal.
El Bien y el Mal lo movemos nosotros mismos, Félix.
Pero nosotros, somos movidos a su vez, como títeres, desde el cielo, por Dios.
Y otros-pronunció con ira y tristeza- son controlados desde el Infierno... por el Mal encarnado.
Para serle sincero... no espero que me crea-negó con la cabeza.
Pero sé que usted cree en las personas, y que independientemente de quien las controle, cometen actos que están bien... y que están Mal.
Creerá, Félix.
Arcadio tomó el crucifijo en sus manos.
Sé que han vivido cosas aparentemente inexplicables.
Pero lo cierto, es que pronto, hoy, mañana, cuando sea...
El Mal volverá a actuar, y no tendremos por qué encontrarnos una puerta cerrada-señaló a la sala Briefing a través de los cristales, donde habían muerto sin ser vistos Querubina y Salido.
Sólo quiero prepararle...
En algún momento actuará, y nos llevará al límite, y allí... no habrá nadie-murmuró atragantándose.
Estará él... invisible a nuestros ojos-dirigió una mirada al suelo, aterrado ante la perspectiva de respirar el mismo aire que el maligno.
Pero todos... podremos sentirle.
Él existe, Félix.
Yo... le he visto.

Habían pasado unos minutos , los primeros de los cuales se le hicieron terribles , después se fue relajando , Mariano apareció a su espalda junto a Sara , el agente se limpió los ojos con las mangas - Que... queg me passsa? - Dice todavía con dificultades al hablar - Pueg nada Mariannno , nada , que no puego más - Saca el tambor de la Magnum y comienza a meter las balas dentro - Que apennas duerrrmo , que esggtoy reventao - Termina de cargar la pistola y se la enfunda en la cintura - Que entre satán , lasg muegtes estas , lo paranorrmial , lo de Kike , lo tuyo y lo del Químico , que casssi nos fulminian y ahoga encima Carlloota y... y el negro.. - Añade a este último , aunque en realidad era el que menos le preocupaba -Y pogría seguir... pero, sabes? , creo que... voy a pedig una excedencia , me viendrá bien desconectarr un tiempo de todo... - Exclama recorriendo la comisaría con una mirada

El psicólogo inclinó la cabeza hacia abajo y vigiló a Arcadio con una mirada de desconfianza mientras reflexionaba sobre sus palabras.
-El mal y el bien... son relativos -respondió, mareado-. Yo no... creo que... sean compatibles. Si... existe el Mal, el Bien no... podría hacerlo, y viceversa. He sido psicólogo muchos años, y en lo que sí... creo es en la ambigüedad de las personas -aseguró, pero su seguridad era tal que le impidió percatarse de que se había contradecido-. Tengo un amigo -reveló-, que se... apellida De Gaulle. Le... conozco desde hace mucho tiempo, y... sé que también... ha hecho cosas horribles, aunque él no se... arrepienta; sin embargo, también nos... ha ayudado y... salvado la vida muchas veces. Él... es la prueba de que ni el Mal ni el Bien existen -sentenció, victorioso, con una sonrisa tímidamente insolente-. Entonces, dígame, caballero: ¿mi amigo... merece ser condenado o salvado?