LHDP - ROL Capítulo 17

La tercera temporada ha sido la más exitosa hasta el momento, cosechando gran número de páginas en los cinco capítulos que la componen y siendo el caso Z-105 y las tramas planteadas éxito en la crítica de roleros y el público.
Ahora inicia el C17, que lógicamente continúa el C16, el cual obtuvo unas muy buenas críticas.
Tienen a su disposición dos páginas extra además de este post principal y el anuncio.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>?
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Lukiando
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (Lis Peñuelas)>>Dain
• (Goyo)>>Dain
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Nelson Amadú)>>Scarface
• (Carlota Fernández)>>Xispi_lhdp
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Ciriaco Delgado)>>Bryan-Derek
• (Manuel Delgado)>>Rubén16
• (Lázaro Orozco)>>Avataryl
• (Toro Encerrado)>>Martinyfelix
• (Virtulinda)>>Avataryl
• (Adonis Angulo)>>Sauker
- INTERVIENEN -
• (Arcadio Claus)>>Sauker
• (Bruce Willis)>>Avataryl
• (El Químico)>>BryanDerek
• (Serafín)>>Meli-esdm
- CASA DEL DR. RASPUTÍN VERENGUER - (Sauker: Creador)
• Rasputín Verenguer
• Los Guiñoles:
-Sandra/El ente
-Fructuoso "Fiti" Bragueta
• `Papá & Mamá´ De Gaulle:
-Claude
-Charlotte
Cortinilla, realizada por Avataryl:
2ª cortinilla, realizada por Sauker:
1er anuncio, elaborado por Avataryl:
3ª cortinilla, realizada por Sauker:
SINOPSIS
Los agentes de San Antonio regresan a su país dispuestos a celebrar el triunfo del operativo en París, pero un truculento descubrimiento empañará su felicidad: Kike Gallardo ha muerto en un fatídico accidente de coche. Desolados, sus amigos acudirán al entierro del agente para despedirle.
Tal como le prometió don Lorenzo, Aitor Carrasco recibirá finalmente la placa. Aunque el becario está entusiasmado con esta perspectiva, también deberá lidiar contra la muerte de Kike, de la que probablemente se sentirá responsable. Pero estos factores sólo aumentarán aún más su determinación, y Aitor intentará conquistar a Silvia de una vez por todas.
Mariano tiene una cuenta pendiente en San Antonio: "El Químico", el traficante de drogas responsable de su adicción y al que encarceló unas semanas antes, continúa en los calabozos. Y pronto recibirá una visita del subinspector, que por fin está dispuesto a hacerle frente...
Después de ser detenido en París, Félix será deportado de vuelta a España. A pesar de que su boda con Lola podría oficiarse en cualquier momento, el psicólogo se sumirá en un estado depresivo, atormentado por las dos muertes de las que ha sido responsable en las últimas semanas: la de la señorita Dafrosia B. y la de Álvaro D'Alvade.
Por otra parte, en la morada del doctor Rasputín Verenguer los inquilinos de la casa respirarán con alivio por primera vez en mucho tiempo, convencidos de que el diabólico mal que les acechó durante los últimos meses había expirado. Los problemas volverán cuando Claude quiera mantener relaciones sexuales con Charlotte, quien no lo tolerará, ya que su relación con Fiti sigue adelante. Pronto se formará un triángulo amoroso entre los tres, que se convertirá en cuadrado cuando se sume Rasputín, quien no deja de desaprobar tal relación y además estará muy preocupado porque Sandra no ha vuelto a ser la misma. Mientras tanto, El Ente que habita en la joven continuará el paripé según el cual Sandra se ha despojado de la posesión, aguardando el mejor momento para volver a la carga, que parece no estar muy lejos...
A pesar del éxito de los agentes en sus últimos casos, Asuntos Internos no aprueba los ortodoxos métodos de la comisaría, y con y el fin de corregirlos y el pretexto de sustituir el puesto de Kike ha decidido trasladar a un grupo de agentes y becarios a San Antonio. El Alto Mando de la comisaría (don Lorenzo, De Gaulle y Salgado), descontento con esta medida y con la intención de demostrar que no es necesaria, se vengará obstaculizando y saboteando el trabajo de los novatos y sometiéndoles a toda suerte de vejaciones.
Coincidiendo con todo esto, la comisaría recibirá un chivatazo: Ciriaco y Fernando Delgado, padre e hijo, regentan unas prestigiosas bodegas de vino a nivel nacional. Sin embargo, la fuente afirma que se trata de dos narcotraficantes que tienen la tapadera en un viñedo.
Los agentes se embarcarán en una nueva investigación...

El comisario cerró los ojos instintivamente y emitió un gruñido cuando los halógenos resplandecieron, cegándoles. Al cabo de unos segundos, escuchó una voz que no identificó como la de ninguno de sus agentes, pero que sin embargo había oído antes. Nervioso, don Lorenzo pestañeó ágilmente para recuperar la visión, y cuando lo hizo, dirigió la mirada directamente a Ciriaco Delgado. Incrédulo, el comisario expulsó un hálito y se desmoronó. ¿Cuánto tiempo habían estado inconscientes? ¡La clínica y la mansión de los Delgado estaban en lugares opuestos de la ciudad!
Este hecho enfureció a don Lorenzo, que comenzó a rechinar los dientes y ladrar a los dos bodegueros. Al contemplar al patriarca de la familia bodeguera, el comisario recordó cómo le había agredido en comisaría y el anciano le inspiró compasión. Se avergonzó de sentirla.
-¡Cabrones! -bramó don Lorenzo, que consideraba que los criminales no merecían ningún respeto- ¡Somos demasiados! ¡No podrán enterrarnos a todos! Escaparemos, y conseguiremos meterles entre rejas de por vida. Porque no sólo vamos a acusarles de tráfico de droga, ¡si no también de asesinato! Sí, cuando sus abogados de mierda les sacaron de comisaría, estuvimos investigándoles, y sabemos lo que le hicieron a Macedonio Delgado. ¡Ciriaco, sabemos que tu hermano no se suicidó, y que le mataste para apoderarte del negocio! ¡Bah! ¡La verdad saldrá a la luz! -aseguró, sin mucho convencimiento.

-¡¿Qué?! -Exclamó incorporándose de la camilla. La revelación de ladrón de su escopeta hizo que Lola recuperara la compostura, lo cuál Povedilla celebró en silencio.
POVEDILLA
-Verás Lola... -Finalmente había empezado a coger confianza para tratarla de tú y llamarla simplemente Lola y no María Dolores. Consciente de que ahora tendría que enfrentarse a uno de los momentos más crudos de su vida, se alegró de que estuvieran atados a las camillas. La entrada en escena de los hermanos Delgado, con los que Povedilla no había tratado directamente en el operativo le produjo una sensación de alivio y miedo al mismo tiempo. Dado el caso, se armó de valor y tomando aire, lo soltó todo. -Sí Lola, yo robé tu escopeta. En realidad no era mi intención robarla sino devolvertela en cuanto pudiera. Yo la encontré en la sala de tiro, ahí abandonada. Y sí, aunque iba a dartela, confieso que me la guardé temporalmente. Pero temporalmente -dijo haciendo incapié en la última palabra -sólo temporalmente. Luego, se acumularon los sucesos, y confieso que la necesitaba para que me protegiera. -Lola escuchaba sus palabras, sin dar crédito a lo que oía. En ningún momento había llegado a sospechar del becario, le consideraba demasiado pánfilo para tramar una operación de ese calibre. Povedilla continuaba hablando. -Y sí, la visión de esta infiltraccion me provocaba pánico, y yo te juro que pensaba devolvertela tras el operativo en la finca de Los Delgado, pero no podía. Esa escopeta era mi único seguro. -Finalizó esperando la reacción de Lola.
LOLA
Esperó unos segundos para administrar toda la informacción, y sin dejar de mirarle, finalmente preguntó. -Y bien... ¿dónde está la escopeta?

Ciriaco Delgado
-¿Escapar dices?... ¡Já!... de aquí no se va a escapar ni las ratas que os acompañaran en vuestra estancia aquí... y no me hables de la cárcel cerda... ese sitio para nosotros no existe... es un sitio fuera de nuestro alcance ¡Jajajajajajajaja!... Panda de gilipollas... os tenemos varias sorpresitas guardada y vais a poder verlas una a una...
Se pone serio por un instante, y continua furioso
-Ese idiota de Macadonio era un peléle... murió por que tenía que morir y punto... era un desgraciado que no merecía estar aqui de ninguna manera... no tenéis pruebas contra mía... así que callarse todos la puta boca de una vez... ¡Jajaja!... ¡O OS MATO!... ¡DE ACUERDO!...
Se acerca a Silvia y empieza a acariciarle el pelo suavemente, y a darle besitos por el cuerpo...
-Dios... eres tan... tan bella...
Mira de reojo a Aitor
-¿Te gusta eh?... siiii... yo sé muy bien que les gusta que le hagan a las cerdas como esta... ¡Jajajaja!... ¡No eres ningún tonto chaval!... ¡Sabes elegirlas bien sexys y cachonditas!...
Decía dirigiéndose a Aitor, finalmente se alejo de ella y volvió al lado de su hijo, con la mirada directa en Don Lorenzo y con una mueca de superioridad y sonrisa dignas de un verdadero criminal

De repente, una puerta metálica giró sobre sus bisagras provocando un chirrido inquietante, y un nuevo haz de luz se filtró en el sótano. Con un movimiento robótico, una pierna irrumpió en la habitación y un zapato se depositó sobre el eslabón superior de unas escaleras que descendían desde la puerta hasta el suelo; después, otro pie hizo aparición, este envuelto en vendas y escayola; por último, un bastón negró con la empuñadura de plata se afianzó en el segundo escalón. Y el tercer socio se adentró en la habitación y descendió las escaleras.
Cojeando, pero aun así caminando con naturalidad, se acercó al centro de la estancia, sorteando prudencialmente de todas las camillas, y se detuvo junto a Ciriaco y Manuel Delgado, a los que observó. Después, dirigió la mirada hacia los agentes, y les contempló uno a uno. La sonrisa torva, que por su incompatibilidad con el director resulaba aberrante, reapareció.
-En efecto -dijo-. Cuando Macedonio Delgado -pronunció el nombre sin la menor dificultad- gestionaba el negocio, y se descubrió que los viñedos "Delgado e Hijos" estaban implicados en tráfico de drogas, Ciriaco y yo convenimos en que, para que el escándolo no salpicara a la empresa, la única solución era hacerle desaparecer. Y así lo hicimos. Macedonio Delgado se suicidó, sólo para convertirse...
SPOILER (puntero encima para mostrar)... en Lázaro Delgado Orozco.
Después de fingir mi muerte, cambié de nombre... pero jamás renuncié al apellido Delgado. Renací -reveló y, al hacerlo, fue consciente de que ahora estaba obligado a matar a todos sus oyentes, ya que de otro modo su identidad correría peligro-. Mi hermano se hizo cargo del negocio, y me situó al frente de una clínica de desintoxicación perteneciente al patrimonio familiar. Seguí resultando útil, y, durante los últimos siete años, les he ayudado desde allí -añadió. A Lázaro, pragmático absoluto, sólo le interesaban las cosas útiles. Y había una por excelencia: el dinero. Enriquecerse había sido siempre su único objetivo vital-. ¿Siguen queriendo denunciar a mi hermano y a mi sobrino... por haberme asesinado?



El comisario había fruncido el ceño y arrugado el rostro, y pestañeaba e intentaba incorporar la cabeza, incrédulo. La revelación de Lázaro le había desalentado, y se esforzaba en vano en no creérsela. Escuchó el murmullo de Silvia, y se detuvo y entrecerró los ojos, pensativo. Separó los labios y se dispuso a decir algo, pero en ese instante, la puerta se abrió estrepitosamente. Nervioso, don Lorenzo ladeó el cuello en sendas direcciones, pero desde ningún ángulo logró atisbar quién había penetrado en el sótano de la mansión. Sin embargo, los gritos que escuchó a continuación se lo revelaron: era su nieta. Angustiado, el comisario comenzó a revolverse y rugir, logrando únicamente que la camilla se tambaleara.
-¡¡¡No!!! ¡Ella no tiene nada que ver! ¡Ella no se infiltró! ¡Ella no sabe quiénes sois! -sollozó con voz ronca el comisario, angustiado, mientras los gritos de auxilio de Sara mientras la aseguraban en otra camilla le apuñalaban- ¡Dejadla ir, por favor! ¡Matadme a mí, pero ella no os ha hecho nada! ¡Liberadla! -gritaba entre lágrimas, pero no en un tono suplicante, sino imperativo. Recordó la conversación que había mantenido con Mariano el día antes.
Lucas no reaccionó de ningún modo, por lo que el comisario dedujo que aún no se habría despertado. Su preocupación ascendió.
Terriblemente afligido, don Lorenzo cerró los ojos y continuó balbuceando con un hilo gutural de voz...

Abrió la boca para responder a Lola, pero el discurso del director le interrumpió. Povedilla escuchó sus palabras pero no tuvo tiempo para decir nada, ya que Lola le chistó para que contestara de una vez. Tomó aire de nuevo y finalmente, soltó las palabras que fueron silenciadas por los chillidos de Sara.
[…]
LOLA
Se quedó muda, mirando a Povedilla, con una mueca indescifrable. La sala recibió a una nueva ocupante bastante alborotadora pero Lola no giró la cabeza para mirar en ese dirección. Finalmente, estalló. -¡CABRÓN, DEJA A MI HIJA! ¡¡SUELTANOS, HIJO DE TU PUTO PADRE!! ¡¡¡Y NO TE ATREVAS A TOCAR A MI HERMANA, JODIDO BASTARDOOOOOO!!! ¡¡¡¡BASTARDOOOOOO!!!!
-Gritó a todo pulmón balanceándose en la cama, que parecía un barco en un mar tempestuoso. Finalmente la cama cedió cayendo de lateral al lado izquierdo, quedándose frente a la de Povedilla, que miraba a Lola con una mueca de preocupación y terror.


El comisario perpetuaba su gimoteo y se maldecía a sí mismo, pero cuando Silvia se dirigió a él, se sobrepuso y, con los ojos empañados, ladeó la cabeza hacia su hija, y al reparar en que tanto ella como Lola estaban allí el estómago se le revolvió. Con dificultades respiratorias, don Lorenzo escuchó lo que Silvia tenía que decirle. Cuando la forense terminó, el comisario elevó las cejas, confuso, e intentó alzar el cuello para buscar con la mirada a Lázaro. No fue capaz de hacerlo.
El ceño descendió, su rostro se contrajo, y el comisario asimiló las palabras de Silvia.
-Hijo... de... puta -acertó a decir, y el insulto sonó como un alarido. Entonces, delante de su familia y sus subalternos, de tres criminales y del presunto asesino de Kike, don Lorenzo Castro, sin ninguna vergüenza, rompió a llorar.

El Agente estuvo atento a todo lo que sucedía en aquella sala , pero no pronunciaba palabra , quizas de la ira que se le iba acumulando a cada minuto que pasaba , la entrada en escena de Ciriaco y Manuel Delgado , asi como sus pitorreos , seguidos del juegecito del primero con la Inspectora Castro , pasando por la aparición de los 2 hombres con los que momentos antes había tenido un encontronazo , Lázaro y Serafin , más adelante averiguó que el director de la clínica era en realidad Macedonio , que había adoptado otra personalidad y otro nombre y había echo creer al mundo que estaba muerto , cada descubrimiento se le hacía bola y en su ser le recorría el pensamiento de que si fuera superhéroe ya se habría liberado de las esposas de un tirón.
Pero podía con todo aquello , salvo con la noticia final que le llegó a los oidos por medio de Silvia , Lázaro era el que había manipulado el coche del Agente Gallardo y con lo cual había provocado su muerte , Aitor respira hondo y comienza a agitar las manos con fuerza - Ahh!!!!!!!!! hijos de puta!!!!!!!!! - Exclama esta vez levantando gran parte del cuerpo de la camilla , quedandose las manos hacia atrás , a pesar de su postura parecía no dolerle - Te voy a reventar!!! me estas escuchando gilipollass!! te voy a reventar!!! - Grita en un ataque de ira que parecía ser prolongado

Ciriaco Delgado:
-¡Jajajajajaja!.... dios... como me lo estoy pasando hoy... ¿Verdad que si hijo?... Esto es un espectáculo divino... ¡Jajajajaja!.... bueno... supongo que como entendereis... no os podemos dejar marchar como tal cosa...
Se acerca a Aitor, al que escucha super tenso, coje un latigo con unas cadenas en la punta, que aguardaba pegado a una de las paredes, y lo chasquea una vez con fuerza, escuchándose y resonando fuertemente por toda la habitación
-¿No te vas a callar verdad come mierda?...
El siguiente latigazo... fue directo al pecho descubierto de Aitor... dejandole una cicatriz sangrienta
-Y la próxima va para tu pelirroja sexy de playboy cacho perro... así que cierra tu puta boca madero...
Mariano estaba tiritando... jamás pensó que una persona podía llegar a ser tan mala... tan solo le venía a la mente El químico... pero ni eso en ese mismo momento le atormentaba... lo único que podía llegar a pensar... era en cuando les llegaría su hora, la hora en que los mataría
Mariano:
-Por favor... matarnos de una vez... o negociemos... ¡¡¡¡pero dejar de hacernos sufrir cabrones!!!!

Observa sin inmutarse lo más minimo lo que está sucediendo en aquella sala , el hijo de Ciriaco simplemente se dedicaba a agitar su copa de vino y pegar pequeños sorbos mientras y exponer pequeñas carcajadas cuando su padre , lázaro o serafin , daban algún buen golpe de efecto y ponian en jaque a los agentes de San Antonio - Eso es padre , duro con el!!
Aitor Carrasco:
Observa la acción de Ciriaco - Golapeame si tienes cojones!! - Exclama todavia enloquecido ante lo que había sucedido , en ese instante el bodeguero levanta el brazo y descarga un tremendo látigazo en el pecho de Aitor , al contácto del hierro con el torso del agente , todo se vuelve negro........
Aitor estaba encima de la fria hierba , el juez le acaba de disparar , el hierro candente de la bala le había perforado la caja torácica y caía hacia atrás , precipitandose contra el suelo...

El tercer socio observaba las acciones de Ciriaco y experimentaba un inconfesable pero inservible placer del que renegaba. Había escuchado las palabras de Silvia, y cómo a consecuencia de ellas los demás agentes habían embravecido. Lázaro no prestó más atención a su díscolo hermano y se acercó a la camilla de Aitor, que era con diferencia el más enfurecido, y depositó sus manos sobre una barra al final del soporte, que apretó con tal firmeza que inmovilizó la camilla.
-No sé quién es Kike -afirmó. De nuevo, su mirada denotativa y su tono impreciso impidieron discernir si mentía o no. Retrocedió hasta sus parientes, y apretó el hombro de Ciriaco con un gesto que ni era cálido ni siquiera familiar. Los tres Delgado se despidieron-. Tenemos que irnos. Serafín, mátales -ordenó, y, como aquel que acaba de encargar un bocadillo, se retiró junto a sus parientes.

Caminaba por los pasillos de la clínica, con su bolsa de viaje en el hombro. Ya había cargado la maletas de Lola y del idiota del gafitas. Había estado buscando a Lola, e incluso al no encontrarla, a Povedilla, pero no había rastro de ninguno de los dos. Finalmente, cargó la bolsa en el asiento del copiloto y arrancó el coche marchándose de la maldita clínica. Había sido fácil escaparse, siempre era fácil...
Zarate tomó la carretera que ya había tomado el día anterior y pisando el acelador, pronto se encontró nuevamente en la cuidad.
FELIPA
-¡Venga Jimmy, pirate ya! -Ordenó al chaval que se fue riéndo y parloteando con sus colegas. Ella se quedó sola en el bar, recogiendo. Los obreros se habían tomado una hora libre para comer, y Felipa había aprovechado para cerrar el bar y descansar. De repente, un individuo irrumpió en el establecimiento atrancando la puerta tras de sí. La anciana salió de la cocina para ver que ocurría.
RAMÓN ZARATE
-No digas ni una palabra, vieja estúpida. -Le dijo a Felipa mientras la apuntaba con la escopeta de Lola. -No digas ni una sola palabra o... te meto un tiro entre ceja y ceja.
FELIPA
Dejó caer la bayeta y tragó saliva. Pensó en que haría Puchi, su pobre pomerania anaranjado si ella moría. Felipa sólo podía pensar en su amado chucho mientras el bastardo del amigo de Lola le apuntaba con la escopeta...

La hora final había llegado.
Fiti, Claude y Charlotte habían esperado a Rasputín en la puerta del dormitorio, necesitaban al doctor en su lucha contra el Ente.
Por suerte, el anciano no tardó en llegar, secándose unas lágrimas.
Nadie le preguntó a qué se debían, realmente, no les interesaba.
Fiti permanecía en silencio, quería colaborar, pero se veía incapacitado para llevar la iniciativa, ya no pensaba en el fútbol, sólo en la que un día fue su alumna en la autoescuela, Sandra.
Charlotte parecía dispuesta a todo, ya fuera por dejar de escuchar los insultos de la chica o porque realmente se preocupaba.
Claude no decía nada, y a Rasputín le sentó como una patada en el estómago, sabía que sólo les seguía para estar vigilante, pues probablemente, él no quería que se curara.
Rasputín Verenguer
Vamos a dejar las cosas claras, el Ente debe saber que vamos a por él-comenzó el doctor, mirándole todos expectantes.
Desplegará sus mejores armas, y probablemente nos responsa con agresiones tanto físicas como psicológicas...
Tenemos que estar preparados para lo peor...-tragó saliva con dificultad.
Poned un ojo en los demás, pero siempre otro clavado en Sandra-sentía que el papel de líder le quedaba grande.
No la dejéis hablar, el demonio es un mentiroso, querrá confundirnos...
Claude
Segá egso-respondió enfadado con Rasputín, de mala gana.
El otgro día me digjo que egas viggen...
El silencio se apoderó del pasillo.
Rasputín cambió de conversación, pero Claude le dio un golpe en el hombro, y le atravesó con la mirada intentando hallar la verdad.
Fiti y Charlotte también le miraban.
Rasputín Verenguer
Eso... eso es cierto.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¡¿Qué?!-ahogó una carcajada.
Espera, Rasputín, ¿y tus difuntas...?
Rasputín Verenguer
Nada, a pan y agua...
Si alguna vez hice un comentario al respecto... era para tirarme el pisto-se rascó el vestido rojo pasión bajo la bata.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¿Y tu novia Carmen?
Dijiste que era la única mujer que se había acostado contigo sobria...-estaba a punto de atragantarse, pues pese a sus preguntas, creía al doctor.
Rasputín Verenguer
Cuando lo dije pensaba en un novillero de mi pueblo.
Nos conocimos por Internet, pero cuando me presenté en la feria y me vio a lo lejos echó a correr.
Me dijo que tenía el coche aparcado en doble fila, pero no volví a saber más de él-susurró quejoso.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
¡Hace un par de meses, una mañana desayunando, me dijiste que Sandra te violó!-Charlotte ahogó un grito, horrorizada, y Claude sintió celos.
Rasputín Verenguer
Se me coló en la habitación y se me echó encima, pero en cuanto la ví de venir yo ya...-señaló sus partes bajas.
El demonio utiliza métodos de seducción inexplicables... me llevó al límite...
Al rato salió descojonándose de la habitación-lamentó su desdicha.
Charlotte
Pog favog, que me está subiengdo el asúcag-giró el picaporte de la puerta.
Segá mejog que pasegmos...
Migagla, pobgresiglla... se ha autolexionagdo...-dijo de camino a la cama tras cerrar la puerta, una vez entraron todos.
Si está llegna de mogatognes...
Sandra
¡Pues me entran hasta los cojones!-les dio la bienvenida.


Todo continuaba negro , el cuepor del agente había comenzado a temblar , pero ni eso desplazaba a Serafin de su misión , ni siquiera le llamaba la atención , absorto en su papel , la mole aplastó el cránero de Amaia , mientras tanto Aitor seguía dando botes en la camilla durante unos segundos , hasta que se detiene y abre desorbitadamente los ojos , exalando aire como si se estuviera ahogando - Que ha... pasado...? - Logra preguntar con dificultades , seguidamente observa el rostro de terror de sus compañeros y desvia la mirada hacia donde todos estaban mirando - Ostias... - Susurra asombrado al vislumbrar a la nueva becaria con pintas de gótica con la cabeza aplastada , encharcada en sangre y restos de sustancia gris recubriendola el rostro...

El psicólogo había escuchado un crujido sórdido, y comenzó a ladear la cabeza repetitivamente de un lado a otro, inquieto y curioso. Advirtió en el colosal Serafín, que se encontraba junto a una camilla, y comenzó a mover la cabeza, en busca de un ángulo que le permitiera atisbar qué estaba haciendo. Sin embargo, no lo logró hasta que el gigante se apartó en dirección a otra camilla, permitiendo a Félix contemplar la masa blandengue y apergaminada a la que Serafín había reducido la cabeza de Amaia. La brutal muerte de la becaria no inspiró ninguna lástima al psicólogo, pero sí preocupación: si Serafín les estaba liquidando, Lola corría peligro.
Intranquilo y desorbitando los ojos, Félix sacudió la mano y, lidiando contra la fricción de la esposa, alcanzó un bolsillo de su pantalón e introdujo la mano en él. Emitió una exclamación de sorpresa: le habían despojado de la 9milímetros. Probablemente, mientras dormían, los Delgado les habrían desarmado a todos, pero el psicólogo sospechaba que sólo se lo habían hecho a él.
Resentido, entrecerró los ojos para desafiar con la mirada a Serafín, pero, cuando tras unos segundos sus miradas coincidieron, Félix descendió la vista velozmente, acobardado...
