LHDP - ROL Capítulo 17

La tercera temporada ha sido la más exitosa hasta el momento, cosechando gran número de páginas en los cinco capítulos que la componen y siendo el caso Z-105 y las tramas planteadas éxito en la crítica de roleros y el público.
Ahora inicia el C17, que lógicamente continúa el C16, el cual obtuvo unas muy buenas críticas.
Tienen a su disposición dos páginas extra además de este post principal y el anuncio.
•Resúmenes
•El Despacho de Don Lorenzo
•REGLAS•
- No interrumpir el juego con comentarios que deban ser tratados en el anuncio. De interrumpirlo, habrá de editar inmediatamente.
-Para adquirir un secundario, se ha de elevar una petición a la cúpula directiva. Sin embargo, obtener un secundario es muy complicado, ya que por lo general suelen estar vinculados al caso que se trata salvo alguna excepción.
- No se pueden alterar bruscamente las tramas generales de la historia ni aquellas que incumben a determinados personajes sin la aprobación de su propietario.
- ELENCO -
• (Paco Miranda) >>?
• (Lola Castro)>>Martinyfelix
• (Mariano Moreno)>>Bryan-Derek
• (Lucas Fernández)>>Lukesita
• (Sara Miranda)>>Lukiando
• (Gonzalo Montoya)>>Sara_93
• (Silvia Castro)>>Meli-esdm
• (Aitor Carrasco)>>Rubén16
• (Félix Montejo)>>Avataryl
• (Monsieur De Gaulle)>>Sauker
• (Marina Salgado)>>Meli-esdm
• (Lis Peñuelas)>>Dain
• (Goyo)>>Dain
• (Blackman)>>Lyonel_19
• (Doña Concha)>>Lukesita
• (José Luis Povedilla)>>Martinyfelix
• (Rita Peláez)>>Sara_93
• (Nelson Amadú)>>Scarface
• (Carlota Fernández)>>Xispi_lhdp
• (Don Lorenzo Castro)>>Avataryl
- CON LA COLABORACIÓN ESPECIAL DE -
• (Ciriaco Delgado)>>Bryan-Derek
• (Manuel Delgado)>>Rubén16
• (Lázaro Orozco)>>Avataryl
• (Toro Encerrado)>>Martinyfelix
• (Virtulinda)>>Avataryl
• (Adonis Angulo)>>Sauker
- INTERVIENEN -
• (Arcadio Claus)>>Sauker
• (Bruce Willis)>>Avataryl
• (El Químico)>>BryanDerek
• (Serafín)>>Meli-esdm
- CASA DEL DR. RASPUTÍN VERENGUER - (Sauker: Creador)
• Rasputín Verenguer
• Los Guiñoles:
-Sandra/El ente
-Fructuoso "Fiti" Bragueta
• `Papá & Mamá´ De Gaulle:
-Claude
-Charlotte
Cortinilla, realizada por Avataryl:
2ª cortinilla, realizada por Sauker:
1er anuncio, elaborado por Avataryl:
3ª cortinilla, realizada por Sauker:
SINOPSIS
Los agentes de San Antonio regresan a su país dispuestos a celebrar el triunfo del operativo en París, pero un truculento descubrimiento empañará su felicidad: Kike Gallardo ha muerto en un fatídico accidente de coche. Desolados, sus amigos acudirán al entierro del agente para despedirle.
Tal como le prometió don Lorenzo, Aitor Carrasco recibirá finalmente la placa. Aunque el becario está entusiasmado con esta perspectiva, también deberá lidiar contra la muerte de Kike, de la que probablemente se sentirá responsable. Pero estos factores sólo aumentarán aún más su determinación, y Aitor intentará conquistar a Silvia de una vez por todas.
Mariano tiene una cuenta pendiente en San Antonio: "El Químico", el traficante de drogas responsable de su adicción y al que encarceló unas semanas antes, continúa en los calabozos. Y pronto recibirá una visita del subinspector, que por fin está dispuesto a hacerle frente...
Después de ser detenido en París, Félix será deportado de vuelta a España. A pesar de que su boda con Lola podría oficiarse en cualquier momento, el psicólogo se sumirá en un estado depresivo, atormentado por las dos muertes de las que ha sido responsable en las últimas semanas: la de la señorita Dafrosia B. y la de Álvaro D'Alvade.
Por otra parte, en la morada del doctor Rasputín Verenguer los inquilinos de la casa respirarán con alivio por primera vez en mucho tiempo, convencidos de que el diabólico mal que les acechó durante los últimos meses había expirado. Los problemas volverán cuando Claude quiera mantener relaciones sexuales con Charlotte, quien no lo tolerará, ya que su relación con Fiti sigue adelante. Pronto se formará un triángulo amoroso entre los tres, que se convertirá en cuadrado cuando se sume Rasputín, quien no deja de desaprobar tal relación y además estará muy preocupado porque Sandra no ha vuelto a ser la misma. Mientras tanto, El Ente que habita en la joven continuará el paripé según el cual Sandra se ha despojado de la posesión, aguardando el mejor momento para volver a la carga, que parece no estar muy lejos...
A pesar del éxito de los agentes en sus últimos casos, Asuntos Internos no aprueba los ortodoxos métodos de la comisaría, y con y el fin de corregirlos y el pretexto de sustituir el puesto de Kike ha decidido trasladar a un grupo de agentes y becarios a San Antonio. El Alto Mando de la comisaría (don Lorenzo, De Gaulle y Salgado), descontento con esta medida y con la intención de demostrar que no es necesaria, se vengará obstaculizando y saboteando el trabajo de los novatos y sometiéndoles a toda suerte de vejaciones.
Coincidiendo con todo esto, la comisaría recibirá un chivatazo: Ciriaco y Fernando Delgado, padre e hijo, regentan unas prestigiosas bodegas de vino a nivel nacional. Sin embargo, la fuente afirma que se trata de dos narcotraficantes que tienen la tapadera en un viñedo.
Los agentes se embarcarán en una nueva investigación...

Era un momento tan mágico, tan especial, tan marravilloso... Parecía que Félix y Lola se habían reinventado, habían recuperado su magia... Pero no, la horrible visión del cádaver descabezado y podrido del Sr. Crisantos había provocado en el psicólogo una reacción conocida por Lola: el vómito.
Lola se echó hacia atrás (y pasando por alto la presencia de Rocamora tras el cádaver, que se había escondido allí pensando en que el Sr. Crisantos era un planta) dejó que Félix acabara de vomitar mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. ¿Que le estaba pasando? ¿Se había acabado la llama?
¿O Félix vomitaba por culpa del plátano?

Un charco de líquido transparente y pastoso se había formado alrededor del psicólogo, que había escupido todo el agua que había absorbido durante la noche en el bar con Bruce Willis.
Jadeando y desmoronándose, Félix alzó la vista hacia Lola, y al descubrir las lágrimas que bañaban la cara de su pareja, un llanto desconsolado también le invadió a él.
La felicidad que le había embriagado tras vengarse de Lucas se diluyó y la depresión le envolvió de nuevo.
Agotado, Félix se resignó a que su situación era irreversible; Lola se merecía algo mejor.
Resoplando, el psicólogo se incorporó torpemente y dirigió una mirada solemne hacia las dianas. Comenzó a caminar ceremoniosamente hacia ellas, goteando. Perpetró exactamente cinco pasos, tras los cuales se detuvo junto al cadáver del señor Crisantos. No alzó la vista para contemplar al religioso, sino al gancho que colgaba en la diana contigua.
Cerró los ojos un instante y, cuando los volvió a abrir, avanzó un paso más para colgarse del garfio por el cuello del traje. Una vez allí, suspendido unos centímetros por encima del suelo, Félix extendió los brazos y sonrió a Lola, encogiéndose de hombros al mismo tiempo.
-¡Vamos, Lola! ¡Acribíllame! ¡Quiero morir haciéndote feliz!

El psicólogo se deslizó hasta un gancho continuo al cadáver del Sr. Crisantos y le ofreció a Lola perder su vida su estilo. -No... tengo escopeta. Músito y comenzó a llorar de nuevo. Sin embargo, se limpio las lágrimas con las manos y se acerco a Félix. -¡Cariño... no digas locuras! ¡Yo te quiero, siempre te he querido y siempre te querré! Dijo, aún con lágrimas en los ojos. Agarró al psicólogo de las manos. -Ahora estamos pasando un mal momento... un momento muy malo... pero lo vamos a superar. ¡Iremos a un psicólgo a que te trate y podras volver a disparar cadáveres en desconposicion! ¡Volveras a empuñar tu 9 milimetros! Volviendo a llorar, Lola se pegó a él y le estampó un apasionado beso que tapó a Félix la visión de la mano del Sr. Crisantos cayendo al suelo.

Pero ahora tenía otra preocupación en la cabeza, algo que tenía que solucionar nada más llegar a su terrible morada, invadida de nuevo por el poderoso Ente que estaba poniendo en hacke a su "familia".
Mientras tanto, De Gaulle bajaba las escaleras aún llorando.
Vio a Rocamora a lo lejos, se paró en seco, y le hizo un corte de mangas, para después, seguir llorando y caminar desolado por la comisaría.
Necesitaba descargar al menos la tensión que tenía contra el agente, para poner los medios necesarios e intentar retrasar su asesinato lo máximo posible, esperando que su estancia en la clínica le hiciera reflexionar, evitando así un crimen insospechable para toda la comisaría.
Sacó su pistola, y empujó la puerta.
Vio a una pareja de espaldas, besándose apasionadamente, ante lo que dio un zapatazo y zarandeó la pistola señalándoles, furioso.
Monsieur De Gaulle
¡Oiggan, eh!
¿¡Qué se cgreen qué es esto!? ¿¡Un pugticlub!?-corrió hacia ellos tembloroso.
¡Sepágengse ahoga mismo o llagmo a Logengso paga que les mangde a tomag pog cuglo!
¡Buegno, mejog no, que lo van a disfgrutag!
Depgredadoges segxuales...-se secó las lágrimas, horrorizado ante la invasión de degenerados por la que se veía asolado el mundo.

El psicólogo, colgado del gancho, se balanceaba cual espantapájaros. Mientras las lágrimas saladas se chamuscaban en sus mejillas, aspavientaba y sellaba los labios fuertemente, tratando de esquivar los besos de Lola al considerarse indigno de merecerlos.
De repente, la puerta de la sala de tiros se abrió y alguien se personó junto a ellos y pronunció algunas palabras con un acento inconfundible. Abriendo los ojos desmesuradamente, Félix torció el cuello para sortear la cabeza de Lola y constató que el recién llegado era su amigo el francés.
-¡De Gaulle! -exclamó, enterneciéndose- Al final... has vuelto para... sacarme de aquí... Has venido a... salvarme...

Había reconocido en primer lugar a Lola, pero no imaginó que se estuviera besando con Félix.
Más bien creía que aprovechaba la muerte del psicólogo para poder copular con sus amantes en plena comisaría, a sus anchas...
Sus pensamientos se desvanecieron cuando reconoció a Félix tras la adultera.
Su pistola cayó al suelo, disparándose en el acto.
Monsieur De Gaulle
¡Ossstia!-se agachó asustado.
Féglix...
Féglix...-le comenzó a temblar la barbilla y los labios, cayéndole dos lagrimones.
¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!-gritaba desesperado, a caballo entre la emoción y un ataque de ansiedad.
¡Sangto demognio...!-se dejó caer al suelo, roto de dolor.
¡¡¡FÉGLIX... FÉGLIX!!!
¡Pog favog...!-daba golpes en el suelo cubriéndose el rostro, despeinado.
¡¡¡Mi amiggo... mi amiggo...!!!-le agarraba de la pierna mirando a Lola, señalando, efectivamente, a su único y gran amigo el psicólogo.
¡¡¡Es mi amiggo... jajaja-lloraba y no reía...!!!
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRGGGGGGGGG!-se tiró al suelo en una posición similar a la del hombre de Vitruvio.

Goyo acababa de darse una ducha, con el fin de dirigirse a casa a descansar para prepararse ante el operativo que se avecinaba. Un operativo que supondría una oportunidad de lujo para acabar de determinar la lealtad de los agentes de San Antonio, y decidir si Olmo estaba en lo cierto. Las chicas estaban acabando de peinarse, pues se habían duchado antes que él. Se vistió rápidamente, y cuando los tres estuvieron listos abandonaron el vestuario.
- Tendremos que pasar por yonkis en una clínica de desintoxicación - murmuró esbozando una media sonrisa - Y convivir con los agentes en ese sitio... de puta madre - se alegró, verbalizando sus pensamientos.
No obstante, se detuvo poco después de que hubieran abandonado el baño. Acababa de ver a Aitor abriendo el laboratorio con unas llaves seguido de Mariano, y la forense no estaba presente. Frunciendo el ceño, hizo una seña a sus amigas y se acercó lentamente a la puerta, sin hacer el más leve ruido.

El Agente comenzaba a caminar por el laboratorio , pues en los primeros cajones no había encontrado nada , seguidamente se acercó a una cámara pequeñita de metal que había sobre la mesa , este la abrió , el archivo que había dentro de dicha cámara provenía de la central - Aquí estas... - Susurra mirando hacia ambos lados , seguidamente se acerca a la ventana y echa los estores , luego se apoya en la mesa y se queda pensativo mirando el sobre - Joder... - Se queja sin dejar de mirar el sobre , pues no sabía si debía abrirlo o esperar a Silvia , finalmente se abalanza sobre el y observa la fecha , perteneciente al mismo día de hoy , por lo que dedujo que acaba de llegar de la central , el agente busco un bisturí y rajó la superficie , dejando a la vista la cantidad de papeles con letras que había en su interior - Vamos a ver que tenemos por aquí... - Dice sacando el dossier con las pruebas y los análisis de las huellas dactilares que la Inspectora encontró en el coche del agente Gallardo y que les envió para que lo investigaran - Sujeto Kike Gallardo... , análisis... , neumáticos en correcto estado... - Aitor leía en susurros frases sueltas a lo largo de la hoja sin encontrar nada trascendente - Choque aparatoso en una autopista cerca del barrio de San Antonio... , tras realizar las pruebas pertinentes y comprobar el registro se llega a la conclusión de que... - El Agente se detiene durante unos segundos antes de seguir leyendo -
SPOILER (puntero encima para mostrar)de que las huellas encontradas en el vehículo no corresponden con las de nadie de la base de datos...
- Finaliza llevandose el puño a la boca y respirando agitadamente , a continuación dej el informe sobre la mesa y pega un puñetazo sobre esta - Mierda! , joder... - Se lamenta acercandose a la puerta y apoyandose en ella - Entonces... de quien cojones son esas huellas...? - Se pregunta a sí mismo , en ese instante escucha un ruido fuera , el agente se asoma echando a un lado un estor y observa a los 3 becarios escondidos tras una pared , por lo que Aitor se dirige rapidamente al mostrador y guarda el informe en el sobre , a continuación se lo esconde debajo de la camiseta y sale del laboratorio , saludando al hacerlo a los becarios - Eey , que pasa , ve... venga vayanse a casa es muy tarde para estar trabajando - Dice en un tono amistoso antes de acercarse solamente a Goyo - Y como os vea haciendo otra vez el garrulo por comisaria... , os meto un puro que os cagais , que yo he sido becario mucho tiempo... y me las se todas - Informa dando un toquecito al becario en el hombro - Buenas noches - Se despide bajando las escaleras a toda prisa y llegando al parking , seguidamente saca el movil y marca el número de Silvia - Ho... hola Silvia , que... voy a ir hacia tu casa vale? , necesito que me ayudes con una cosa , un besito , te quiero - Exclama de un modo acelerado antes de subirse a la moto

- Acaba de mangar un informe forense delante de nuestras narices - susurró. ¿De qué le sonaba el apellido Gallardo...? Se quedó pensativo unos instantes para finalmente caer en la cuenta - ¡Ostia! Es el policía que murió la noche antes de nuestra llegada a la comisaría... Debían de ser amigos - conjeturó, dubitativo - ¿Pensáis que hay que informar a Olmo de esto? No sé... yo creo que hubiera hecho lo mismo con tal de averiguar cómo murió un compañero...

El psicólogo agitaba las manos, intentando descolgarse, pero en su defecto sólo conseguía columpiarse hacia delante y atrás. De Gaulle yacía en el suelo en una posición arcaica, y Félix quería socorrerle y aprovechar la coyuntura para desatender a Lola.
Pero finalmente dejó de aspavientar, y agachó la cabeza, avergonzado, mientras el chirriante garfio se balanceaba y el psicólogo con él.
-¿Y ahora qué? -inquirió con preocupación, recordando que Paco Miranda había preguntado lo mismo durante el operativo en el que acribillaron a su hermana.

Despues de un dia de mucho trabajo,en el cual Curtis sintió pena al acordarse de su amigo Kike,decidió irse a la cama,dispuesto a levantarse con más fuerza que nunca.

Félix se revolvió pero Lola sigió besándolo hasta que De Gaulle entró en la sala de tiro, y comenzó a decir una sarta de incoherencias más incoherentes de lo normal, que apenas de entendían con su acento. Lola miraba a ambos de hito en hito, intentando encontrar sentido a tan surrealista escena, en la que Félix, que había aprovechado la distracción para intentar desembarazarse del gancho, solo había consegido parecer una niña jugando en un columpio; en la que De Gaulle estaba tirado en el suelo como otro niño de cinco años berreando por un juguete y con el Sr. Crisantos se le había caído otra mano. Y para colmo la mano se había echo un revoltijo y rodaba por debajo a los pies de Félix. Lola le dió una patada, no fuera a ser que Félix la pisara al desengancharse y vomitara de nuevo. Decidió encargarse de bajar al psicólogo ella sola, porque a este paso les iban a dar las uvas del año 3000, y De Gaulle no parecía tener intencción de levantarse. El psicólogo por fin sintió los pies sobre la tierra... Lola observó al cura y se preguntó quién su cabeza. Lo que no sabía era que Rocamora, Quintanilla y otros agentes jugaban con ella al hockey.

Se puso en pie, y tras observar a Félix de arriba abajo le agarró de las mejillas y comenzó a sacudirle.
Contento, tras revolverle el pelo y aflojarle el nudo de la corbata, le pegó un pisotón en el zapato izquierdo y un débil tortazo en la frente.
Cuando se dispuso a tirarle del pelo, Lola intervino, por lo que el francés sonrió y se guardó las manos en los bolsillos.
Monsieur De Gaulle
Estás vigvo...
¡¡¡JAJAJAJAJA!!!
Lo sagbía, si ya degsía yo... que egse Gocamoga no tegnía cabegsa paga tangto.
¡Es un idiogta!-agarró a Félix del hombro y le sacó de la sala de tiro, dejando atrás a Lola y cerrándole la puerta en las narices.
Ahoga a descansag, Féglix, a descansag...
Vagmos a convivig en una clínigca de desintog... desingtág... ¡DESINGTOGSICAGSIÓN!... pog un cagso.
Cgreía que no, pego si estás tú.... ya vegás cogmo lo vagmos a pasag, JAJAJAJA-rió dándole una palmada en la espalda de camino al garaje.

Al día siguiente...

El Químico:
-Jajajaja, mi venganza... a sido servida....
RIN RIN RIN RIN, suena el despertador, esta vez si... Mariano se levanta de la cama... horrorizado y sudando, se mete en la ducha y se viste, se dirige de nuevo al garage y cocje el coche directo a la comisaría de San Antonio... de repente un coche le sigue... un hombre calvo y apuntandole con un arma.. empieza a disparar, le da a una de las ruedas del coche de MAriano y lo empotra contra una farola... sale del coche, mal herido, y cae al suelo, este levanta su mirada al cielo con las pocas fuerzas que le quedan, y observa a El Químico apuntandole con el arma
El químico:
-Jajajaja, mi venganza... a sido servida....
De repente suena el despertador de Mariano, esta vez si, se levanta, sudando por todas partes, abre la ventanda, y no ve a nadie... de nuevo se va nervioso al baño y mira al espejo... no ve a nadie... se ducha, desayuna... y mira a todas partes antes de salir de casa... mirando por la rejilla de la puerta... no ve a nadie... sale de su casa, coje el coche, y se dirige hacia la comisaría, por el camino no para de mirar por el retrovisor a ver si alguien le seguía... no había nadie... llega a comisaría, aparca el coche y entra directamente a vestuarios antes de sentarse en mesa, para refrescarse un poco, al acabar, va hacia su mesa, y se sienta a la espera del nuevo operativo que tenían hoy

El psicólogo observaba desde el interior de su despacho al grupo de agentes que se habían aglomerado a la vera de don Lorenzo, que impartía instrucciones atropelladamente.
El día anterior había vuelto a casa andando bajo el cielo crepuscular, pues temía damnificar al conductor si contrataba los servicios de un taxi. Una vez en su hogar, se había acostado en el sofá y había fingido estar dormido de una forma muy poco convicente hasta que Lola llegó, momento tras el cual Félix logró conciliar el sueño. A lo largo de la noche, intranquilo, brincó durante numerosas ocasiones del sofá al suelo, y tal era su nerviosismo que finalmente optó por permanecer en él, desde el que no podría caerse a ningún otro sitio. <<¿Y qué me... dices del infierno, Montejo?>>, se había preguntado con sorna. En cuanto amaneció, se incorporó, desayunó y partió hacia comisaría.
Ahora, mientras se retorcía las manos, espiaba con una mirada presuntamente oscura a los policías, que ultimaban los trámites del nuevo operativo.
-¡Pues tú no... vas a ir, Montejo! ¡Y punto! -sentenció, cruzándose de brazos y sin descuidar ese semblante siniestro.

-Pues lo que te digo, que tengo que ir al operativo a recuperar mi escopeta. No me puedo quedar, es un asunto importantísimo. -La vieja iba sirviendo platos en el bar de Lola, con la dueña detrás. La vieja le propuso ir con ella a la infiltracción y ayudarla a recuperar su escopeta, pero Lola se negó. -No, no. Es mejor que te quedes aquí y supervises esto, que del Jimmy no me fió. -Le dedicó una mirada el jovén, que estaba en la cocina "trabajando".
FELIPA
Dió una voz a Jimmy que autómaticamente devolvió la vista a la cacerola cuadrándose frente a la anciana.-Tienes razón Lola, mejor viglo a esta panda de vagos. Pero debo pedirte un favor... -Lola asintió con la cabeza siguiendo a Felipa que se movía por entre las mesas con una elegancia propia de una artista consagrada. -No me puedo ocupar del perro como debiera, y además Puchi no ha visto apenas mundo. Si te lo llevarás a la clínica se pondría muy contento. Podría conocer a otra gente. ¿Sabes?, los polícias le gustan mucho... es más, todos los días ve una serie de polícias que echan en la tele, creo que se llama Los hombres de Pico... o Raco... algo así. -Lola asintió de nuevo. -Si pudieras llevartelo a la infiltracción... no daría ningún problema, es un perro muy bueno... y sabe hacerse el loco como ningún otro perro... Por favor Lola, no hará nada malo... ¿quién sabe? igual incluso encuentra tu escopeta. Es muy listo, ¿sa...?
LOLA
La vieja estaba convenciendo a Lola, que veía en el perro en un posible compañero de aventuras muy interesante. Cuando Felipa mencionó que podría ayudarlo en la busqueda de la escopeta perdida, Lola acabó de convercerse. -¡Claro! Es una gran idea, me lo llevo ahora mismo. ¡Ven Puchi, ven! -La vieja emitio un "¡ohhh!" al verla tan convencida, pero se alegró. Puchi llevgó corriendo llamado por Lola que lo tomó en brazos. El perrito se acurrucó contra ella fácilmente y empezó a dormirse. Rápidamente Felipa recorrió las cosas del perro y se las tendio a Lola, que se marchó del bar en dirección hacia la clinica. El operativo comenzaba ese mismo día y quería llegar enseguida para hacer balance de sospechosos.
POVEDILLA
Antes de marcharse a la clínica, y básicamente porque no tenía la dirección había ido a comisaría. Allí, una veintena de agentes que no iban al operativo (incluido Rocamora) estaban haciendo una gincana deportiva. Povedilla lo supo por un enorme cartel que lo rezaba, el cual estaba colgado del techo. De repente, se oyó un grito: -¡¡¡GOOOOOLLLL!!! -Gritó Rocamora, que hoy solo se había echado un par de botes de crema anti-quemaduras. Povedilla observó la portería, donde Quintanilla (el portero) se disgustaba por el gol. Rápidamente, un jugador de su equipo recogió el balón de la red y lo colocó en el centro del campo (improvisado con tiza) reanundando el juego. Povedilla vió como la cabeza del Sr. Crisantos era pataleada, empujada y diversas acciones de esa indole tan bruta.
En un cambio, Rocamora le dió la presente dirección y el becario pudo por fin marcharse, más flipado que la propia cabeza.

Los truenos siempre se cernían sobre la casa del doctor.
El único punto en España en que, pese al relativo buen tiempo, seguía lloviendo y padeciendo una terrible tormenta.
De repente, la puerta de la casa se abrió, chirriando, y de la misma salió Rasputín cargado de maletas.
Pero no fue el único en salir, le siguieron Fiti, quien tenía pegada la radio a la oreja y Charlotte.
En último lugar salió Claude, quien llevaba atada a una camilla a Sandra.
La chica se revolvía sin cesar y hablaba en lenguas muertas totalmente desconocidas para ellos.
Una vecina salió de su casa, alarmada, y se llevó una mano a la boca cuando vio a Sandra.
¡¡¡OH!!!
¿¡Eso es... es una poseída!?
Claude
No, señoga, es el helagdo del vegano.
La fggrigodemon.
¡¡Angde, lágguegse de agquí!!-gritó amordazando y esposando a Sandra, ya que iba a desatarla para meterla en el coche.
Rasputín Verenguer
¡Es salir y ya estamos llamando la atención!
¡Oye, que os traigo a la clínica por haceros un favor!
¿Queréis ver cómo os dejo en casa?
Váis a comer a base de congelados y pizzas encargadas...
Fructuoso "Fiti" Bragueta
Coño, ya era hora.
Por fin una vida de verdad, iros vosotros, yo me quedo-se giró y caminó al interior de la casa, siendo detenido por Charlotte, quien tiró de su brazo cariñosamente.
Que en nada empieza el mundial, y ayer estará el típico celador tocapelotas que no me dejará ver el partido....-intentó convencer a su amante.
Sandra
¡Soy como la princesa Amidala!
¡Me abro de patas y ála!-separó las piernas cuando Claude la montó en el coche, haciendo sonreír al padre de De Gaulle, quien le había quitado la mordaza para darle un beso fugaz.
Charlotte
¿No te da veggüensa tigagte a esta guagga y gesfgregagmelo pog las nagigses?
Nungca me has quegigo, siempgre has estago pendiengte de tu caggega-recriminó a Claude cogiendo de la mano a Fiti.
Claude
¡¿Y no es lo qué hagses tú?!
¡A ti te ha impogtago mi caggega tangto cogmo a mí, Charlotte!
No me cuengtes histogias...
Rasputín cerró el maletero tras haber cargado todas las maletas, y alzó la voz.
Rasputín Verenguer
¡A callar ya!
Aquí el que remueve la mierda de todos soy yo...-montó en el asiento de piloto quitándose la pamela.
Fructuoso "Fiti" Bragueta
Y el que la limpia...
JAJAJAJA-soltó varias carcajadas sentándose delante.
Rasputín Verenguer
¡Ála, Fiti!
¡Lo has conseguido!
Te sientas de atrás y te pones a Sandra encima, que si no... no cabe-susurró temeroso a que le oyera.
Claude
No te pgreocugpes, ya la cogjo yo-se bajó los pantalones y los calzoncillos antes de sentarse y coger a Sandra, quien no llevaba bragas bajo el camisón.
Charlotte
Qué assco de hombgre...
Qué assco de vigda-se sentó detrás junto a su marido y Sandra, quien estaba lo suficientemente entretenida como para no poner de vuelta y media a todo el mundo.
Rasputín Verenguer
Despedíos de la casa por la ventanilla-sacó su pamela, agitándola tras arrancar el coche.
Por cierto, se me olvidaba deciros que...
Compartimos habitación en la clínica...-y el silencio se apoderó del coche.

Se había pasado toda la noche en el hospital, cuando estaba cruzando el último paso de peatones hacia su casa, un coche había aparecido de la nada y aún que este intentó frenar, no pudo evitar la colisión, por suerte solo se había roto un brazo y tenía bastantes moratones por todo el cuerpo. Había intentado llamar a comisaría para avisar de esto y para intentar pedir el día libre, pero como no contestaban al final tubo que acercarse, cuando entró por la puerta varios agentes se la quedaban mirando, la verdad es que daba un poco de pena, ella les contó lo ocurrido y después se dirigió como pudo a la sala de reuniones y se sentó allí a descansar.
Gonzalo Montoya:
Estaba tumbado en la cama mirando hacia el techo, había pasado una de las mejores noches de su vida.
Patricia:
Tenía la cabeza apoyada en el pecho de Gonzalo y lo acariciaba con su mano. -Gonzi, tenemos que depilarnos ya ¿eh? Rie -Que sinó te vas a convertir en uno de esos hombres lobo.
Gonzalo Montoya:
Miró a Patricia y la besó -Mañana tengo hora en la esteticien. La coje de la mano -Ah cari... que igual voy a tener que estar unos dias fuera....
Patricia
-¿Donde vas?
Gonzalo Montoya:
-Pues... posiblemente tenga que infiltrarme en un manicomio.... Se quedaron hablando sobre este tema y después se fueron a duchar y a desayunar, acto seguido Gonzalo se fué a trabajar y Patricia de compras.

Iba en un taxi en dirección a la clínica. El taxista era un muchacho que acababa de sacarse la licencia y que iba muy feliz de trabajar en el negocio del taxismo. El perro de Felipa seguía durmiendo en el regazo de Lola, que lo retiró dentro de su cesta (uno de los muchos artículos del perro que le había dado Felipa) y se preparó para practicar la que sería su "enfermedad" y por la cual ingresaría en la clínica. Habia dado al taxista una dirección de parada que se encontraba un poco antes de dónde estaba edificada la clínica, y se estaban acercando. [...]
Cuando por fin hubieron llegado, al muchacho se giró para cobrar. Lola le miró a los ojos con una sonrisa picara, y asi se quedó unos segundos, hasta que el chico volvió a solicitar el pago. Entonces Lola deslizó su brazo por delante de su espalda (dónde lo tenía escondido) y agarrando el paragüas de Felipa le atizó al joven un garratazo en toda la cabeza. Este automáticamente cayó hacia atrás desmayándose a causa del golpe (excelentemente efectruado por Lola). Su cabeza chocó con el volante quedándose girada en un postura muy incómoda. Satisfecha y sin dejar de sonreír, Lola saltó del vehículo y empezó a caminar por la calle con el perro y sus bartúlos para cubrir el trecho que le faltaba hasta la clínica andando.
Así pasaron dos minutos hasta que, cuando Lola estaba esperando a que un semáforo se pusiera verde, el nuevo Porsche rojo de Zarate dió un frenazo delante de sus narices.