¿Que esto no es un error?

Pues eso es lo que a mi me pareció raro, porque no es un sitio para señoritas, se ve claramente que es un garito, por lo tanto es un gazapo y de los gordos.

Hola, creo que no, me explico. Sería efectivamente impensable que una pobre mujer de campo entrase en el Alemán. Como también sería inimaginable ver a una devota integrante de Acción Católica traspasar la puerta de entrada a lo que para ellas sería un infierno de vicio y perversión (a no ser que lo hicieran en misión de rescate de las almas pecadoras, con el corazón de Jesús en una mano y estampitas en la otra). Pero ver a entrar a ALejandra, o a Encarna, o a Mercedes, o, tampoco me extrañaría que lo hiciera, a Isabelita, no me resulta chocante. Estamos hablando de tiempos de explosión social, en el sentido de liberalización de costumbres antes muy encorsetadas, de abrir la espita en un momento de cambio. Y estas mujeres, pertenecen, por una razón o por otra, a un reducido grupo de mujeres que sí accedían a esos nuevos espacios de ocio y libertad. Alejandra, que es un personaje algo extraño, algo desclasado, va allí bien de la mano de su hermano y de Fernando. Mercedes no es ni ñoña ni monjil, y es una mujer de carácter, mundana y cosmopolita, y poco dada escandalizarse. Encarna nunca tuvo prejuicios (como no los tenía a la hora de relacionarse con una "madame" !y en una ciudad de provincias!, como era Alicia) y lo toma con naturalidad. Amparo, por supuesto, es uno de esos personajes de la noche urbana que existió siempre, perfecta para dirigir un negocio que supongo no era del todo ajeno al alterne. Son mujeres que no representan a la inmensa mayoría de las mujeres de la época, pero sí a modelos de mujer que existían y eran creíbles y representativos de una época efervescente de cambios. Además no podemos ver la historia en térrminos lineales, siempre ha habido avances y retrocesos, también en aspectos como el ocio y las moral sexual. Por supuesto, la época de la República fue mucho más abierta que la España de la posguerra. Como también disfrutó de una mayor libertad sexual los EEUU de la II Guerra Mundial que los años 50. O el Madrid de la Movida era en muchos sentidos mucho menos pacato que el actual. Los procesos de crisis y de cambio llevan aparejados también lo que Leocadia llamaría "una relajación de las costumbres" (por cierto, Leocadia, que representa también a una mujer de carácter e inteligente, no llega a escandalizarse, sino que me parece que observa perpleja pero interesada, los cambios). Vaya rollo os he metido...

Puede que tengas razón. A mi me chocó más que nada por Mercedes y Alejandra, porque el alemán es muuucho garito, y hasta por las callejuelas donde está ubicado, estas señoritas yo creo que se movían a nivel de "salones de té" pero bueno, como son tiempos aperturistas...

Creo que acabo de descubir un nuevo gazapazo:

En la escena donde Alejandra se decide a incluir la finca de la familia De la Torre se ve como recuerda las palabras de Agustín, donde el hombre afirma que "No somos iguales y siempre habra diferencias, etc" y ella afirma tajante "Pues van a empezar cambiar muchas cosas...." o algo así.
Pues resulta que esto NO puede ser, es decir Alejandra NO podía recordar estas palabras bajo ningún concepto pues cuando Don Agustín las pronunció, ella no estaba presente. Recuerdo bien cuando la muchacha fue a pedir explicaciones a Leocadia; en cuanto entró el empresario y la corrió de su casa, ella salio inmediatamente (lo tengo bien clarito pues me dio un coraje que ella se fuera así nomás ). De hecho en la escena donde el hombre dice este discurso hay varias imagenes ocurriendo a la vez y Alejandra está muy lejos de la casa, caminando sin rumbo fijo, incluso parece piensa en el suicidio; por lo tanto ¿como hizo para escuchar esas palabras?, ¿acaso tiene el don de la clarividencia? , en definitiva no creo que el alcance del sexto sentido femenino tenga algo que ver ¿o si?




¿Acaso aquí estaba entrando en trance?