|[PANGEA TV]|------ ¡¡¡Nos mudamos de frecuencia!!!


















Familia Meyer-------Protagonista de 'El Pasado Siempre VUELVE'








1x01 “La nueva generación”
Eloy, un joven de pelo oscuro y ojos claros lloraba desconsolado en los baños del local. Miraba su rostro en el espejo, como si sintiera asco de sí mismo. Cerró el puño y lo golpeó tan fuerte que se rompió en afilados trozos que hicieron sangrar sus nudillos. Cuando dejó de sentirse con fuerzas para mantenerse en pie se dejó caer al suelo, se arrastró hasta un rincón y continuó llorando con más intensidad.
12 horas antes…
Tras el largo y caluroso verano, volvió a sonar el timbre que marcaba el comienzo de las clases y una oleada de alumnos comenzaron a entrar por la puerta del Zurbarán. Emocionados por el reencuentro y el comienzo del nuevo curso, los adolescentes comenzaron a saludarse y contar sus batallitas del verano. Un descapotable negro se detuvo frente al instituto y Judith, una preciosa joven con unos enormes ojos verdes, se bajó de él tras despedirse del conductor, su padre. Kevin, que era su novio, se acercó a ella y la besó tiernamente en los labios.
KEVIN: ¿Qué tal preciosa?
JUDITH: (Sonrió irónica) ¿Un lunes y encima empezando un nuevo curso? Genial… ¿A ti qué te parece?
KEVIN: (Avanzaron hacia la entrada) Otro año más en esta mierda de instituto. No sabes las ganas que tengo de acabar.
JUDITH: Pues tranquilo que sólo te queda uno. Y luego ya podrás jugar en la liga que quieras. Como eres tan bueno pues se pegarán por conseguirte… Jeje.
KEVIN: Vaya, dirás que se me da mal el baloncesto.
A pocos metros de ellos, Marina iba acariciando su sedoso pelo mientras hablaba con su novio por el móvil.
MARINA: ¿Me vienes a buscar a la salida? (…) Bueno… como quieras. Pues entonces nos vemos mañana. (…) Un beso. ¡Y que no me entere de que tus amigas tontean contigo! ¿Mateo? ¿Hola?
Dos de sus compañeros del curso pasado, se acercaron a ella.
ELOY: (Bromeó) ¿Otra vez dándole la brasa al pobre Mateo?
MARINA: No sabéis cómo me tienen sus amiguitas… ¡Son unas guarras!
JORGE: ¿Pero es que no confías en él? Marina, que es tu novio…
MARINA: Ya joder, pero si soy celosa qué le voy a hacer. Y vosotros no me toquéis más las narices que no estoy de humor este curso. Andrea y el resto de mis amigas se han cambiado de instituto, así que esta año prácticamente sólo os conozco a vosotros. Más os vale estar majos porque si no, lo llevamos crudo.
JORGE: Jajaja.
ELOY: Anda, vamos para clase que ya llegamos tarde el primer día.
Marina, Eloy y Jorge entraron en clase y se sentaron juntos en la tercera fila. Pocos minutos después, un hombre de unos cincuenta años vestido con un traje muy formal entró en la clase y tras cerrar la puerta escribió su nombre en la pizarra: Manuel Atienza.
MANUEL: Mi nombre es Manuel Atienza y durante este curso seré vuestro director y profesor de literatura. Estáis en lo que yo llamo “El principio del fin”, es decir, el último curso del instituto y casi con un pie en la universidad.
KEVIN: Seguramente no todos acaben en la universidad. (Miró a Ixchel) Alguna se ganará la vida en las esquinas…
TODOS: Jajaja.
IXCHEL: Cada año más gilipollas…
MANUEL: (Se acercó a Kevin) ¿Cuál es tu nombre?
KEVIN: Macario Ferlosio, para servirle.
MANUEL: Vamos, que para que me vaya adaptando ya, ¿tú vas a ser el graciosillo de la clase?
KEVIN: Se hará lo que se pueda.
MANUEL: Pues ándate con cuidado porque puedes meterte en muchos problemas.
Alguien llamó a la puerta y acto seguido entró. Era una joven muy guapa pero con los pelos un poco alborotados por la prisa.
MANUEL: ¿Y usted es…?
RAQUEL: (Miró a sus compañeros) Me llamo Raquel Pérez, y creo que llego un poco tarde… Lo siento.
MANUEL: ¿Llegando tarde el primer día? Pues sí que empezamos bien el curso… Bueno, no se preocupe, siéntese donde quiera.
KEVIN: Me sé de una que va a hacer compañía a Ixchel en la esquina…
MARINA: ¿Tu madre?
TODOS: Jajaja.
MANUEL: A la próxima te expulso.
JUDITH: ¿Pero es que éste no sabe quién eres tú quién es tu padre?
KEVIN: (Sonrió) Está visto que no. Cuando sepa que es el mayor accionista del instituto se le bajarán los humitos conmigo.
MARINA: (Susurró) Hola, siéntate a mi lado si quieres.
RAQUEL: Ah, gracias.
MARINA: Yo soy Marina, encantada Raquel.
RAQUEL: (Tímida) El placer es mío.
MANUEL: Bien, pues sin más dilación, buenos días y bienvenidos al nuevo curso. Abran sus libros de Literatura.
Nuria, la nueva profesora de Filosofía se dirigía con prisa al Zurbarán cuando de pronto, un joven apuesto se cruzó en su camino. Era alto y tenía cierto aire misterioso. Estaba tan pendiente de él que no se dio cuenta de que estaba cruzando la calle y un coche estuvo a punto de atropellarla. Una mujer salió del vehículo muy alarmada y con las manos en la boca.
AURORA: ¡Ay, lo siento! ¿Estás bien?
NURIA: Sí, sí, no te preocupes. (Miró cómo se alejaba aquel joven que la había despistado) Además ha sido culpa mía…
AURORA: Yo también ando un poco despistada, es la primera vez que conduzco en muchos años y la verdad es que he perdido un poco de práctica. (Susurró) No digas nada pero me he saltado dos semáforos en rojo.
NURIA: Jajaja. Pues ten cuidado, ¿eh?
AURORA: Sí, lo que pasa es que voy con prisa porque es mi primer día de trabajo.
NURIA: ¿Ah sí? Yo también, jeje. Me han cogido de profesora en el Zurbarán. Es un instituto que hay por aquí cerca. Creo… La verdad es que no conozco bien la zona.
AURORA: (Sorprendida) Pues mira qué casualidad, yo también iba para allá. Si quieres te acerco.
NURIA: (Miró con miedo el coche) No sé yo si será buena idea…
AURORA: ¡Que sí tonta! Venga, pasa que no llegamos.
Un par de horas después, el timbre volvió a sonar y los alumnos salieron al recreo.
MARINA: Pues no sabes la alegría que me da haberte conocido. Sólo de pensar que iba a tener que pasar un curso entero sola con estos dos…
RAQUEL: Yo también me alegro de haber conocido gente tan maja. Aunque bueno, esos de clase…
MARINA: Tú ni caso. Kevin y Álvaro son dos gilipollas muy creídos y Judith y Ixchel un par de zorrones de no te menees. Se creen los reyes del instituto porque son unos pijos consentidos. Sólo saben follar, irse de fiesta y ponerse hasta arriba de todo. (Miró a sus amigos) Aunque bueno, nosotros también vamos de fiesta y bebemos, jeje. Y sexo. Por lo menos yo, estos no sé.
JORGE: (Irónico) Uy sí, no lo sabes tú muy bien.
RAQUEL: ¿Tienes novio?
MARINA: Sí, se llama Mateo, pero no viene a este instituto.
ELOY: Bueno Jorge, vámonos a la cafetería porque éstas ya tienen tema de conversación para rato.
Jorge le pasó el brazo a su amigo por detrás y ambos se alejaron de Marina y Raquel. Eloy sentía un escalofrío cada vez que Jorge le tocaba, o le miraba o simplemente le sonreía. Esto se debía a que desde hace unos meses, Eloy había comenzado a sentir por su mejor amigo algo más que amistad. Su relación mejoraba día a día y Eloy estaba empezando a creer que él también quería experimentar cosas nuevas. Pero nunca se decidía a contar su secreto, ni a Jorge, ni a nadie.

IXCHEL: Quítate, me tapas el sol.
ÁLVARO: ¿Sabes que tomar el sol produce cáncer de piel?
IXCHEL: Así tienes tú la piel, que parece leche…
JUDITH: ¿Y bien? ¿Se lo habéis dicho a los de 2ºB?
KEVIN: Sí, vendrá la mayoría.
JUDITH: ¿Al final cuántos seremos?
KEVIN: Casi cuarenta. Ya sabes que la gente no se pierde tus fiestas por nada del mundo.
JUDITH: Y con razón.
IXCHEL: ¿A las nueve en la parada de metro?
JUDITH: Sí. Y ser puntuales, por favor.
ÁLVARO: Oye, yo todavía no me he enterado por qué haces una fiesta nada más empezar el curso y sin motivo.
JUDITH: (Se quitó las gafas de sol sensualmente) La pregunta no es “¿por qué?”, sino “¿y por qué no?”
En la sala de profesores, Héctor ordenaba las fichas de los alumnos cuando llegó Raúl, el nuevo profesor de arte. Nuria se quedó mirándole al descubrir que había sido él quien la hizo despistarse cuando iba por la calle.
RAÚL: Hola, soy Raúl Ugarte, el nuevo profesor de arte.
AURORA: ¿La rima la traías ya pensada? Jajaja. (Le dio dos besos) Yo soy Aurora, la de historia.
HÉCTOR: Buenos días, soy Héctor, el jefe de estudios. Acompáñeme a mi despacho y le daré sus carpetas. Por cierto, llega tarde.
RAÚL: ¿No habíamos quedado a las 11?
HÉCTOR: Soy y cinco. En este instituto somos muy exigentes con la puntualidad.
NURIA: (Susurró a su compañera) Sí, él en especial…
AURORA: No disimules que ya me he dado cuenta de cómo mirabas al nuevo.
NURIA: ¿Qué? No, si es por otra cosa…
AURORA: Ya, ya.
Acabó el primer día de curso y los alumnos se marcharon a sus casas. Pasó la tarde y Raquel comenzó a preparase para la fiesta.
MIGUEL: (Entró en su habitación) ¿Has quedado?
RAQUEL: Sí, unos de mi instituto van a dar una fiesta y me han invitado.
MIGUEL: Me alegro de que hayas hecho amigos tan rápido. ¿Qué tal estás?
RAQUEL: Bien, ¿por qué iba a estar mal?
MIGUEL: No sé, es la primera semana que pasas conmigo.
RAQUEL: Ahora tendré que acostumbrarme, una semana con cada uno. Pero no me importa.
MIGUEL: A cualquier persona le importa que sus padres se divorcien.
RAQUEL: No, a mí no. Si vosotros consideráis que es lo mejor para todos… Pues ya está. (Se asomó por la ventana) Me voy que ya han venido a buscarme. (Le dio un beso en la mejilla) Hasta luego.
MIGUEL: Pásalo bien.
Raquel bajó las escaleras pensando en lo que acaba de decir. Estaba claro que sí que la importaba la separación de sus padres, y mucho. Pero no la gustaba admitirlo, prefería hacerse la fuerte y seguir adelante. Salió del chalet, fuera la esperaban Marina y Mateo.
MARINA: Qué guapa te has puesto.
RAQUEL: Gracias, tú también.
MARINA: Os presento. Mateo, mi novio. Raquel, una amiga del insti.
MATEO: Encantado.
MARINA: ¿Nos vamos?
Llegaron al local donde Jorge y Eloy les esperaban en la puerta. Se saludaron y pasaron al interior. Estaba lleno de alumnos del instituto y otros que no lo eran. Judith se acercó a ellos.
JUDITH: ¿Qué tal chicos? Veo que os habéis animado y habéis venido.
MARINA: Sí, pero sólo vamos a estar un rato.
JUDITH: Ya, eso dicen todos siempre y al final nadie encuentra el momento de irse. Jajaja. Pues nada, allí tenéis la barra, podéis beber lo que queráis. Y a pasarlo bien, ¿eh?
MARINA: (Falsa sonrisa) Gracias… Qué asco de niña, no la soporto.
MATEO: Demasiado pija para ti, ¿no? Jajaja.
ELOY: Venga, vamos a pedir algo de beber que estoy seco.
JORGE: Pero sin alcohol, ¿eh?
MARINA: Qué sosos…
RAQUEL: Jeje.
Álvaro se acercó a Ixchel, que estaba sentada en uno de los sofás con un chico que parecía estar tirándola los tejos.
ÁLVARO: ¿Por qué no te vas a dar una vuelta, majete?
CHICO: ¿Por qué no te vas tú?
ÁLVARO: (Le levantó del sofá) ¡Que te pires!
IXCHEL: ¿Qué coño haces? Me lo iba a tirar.
ÁLVARO: (Se sentó con ella) ¿Y qué tiene él que no tenga yo?
IXCHEL: (Sonrió) Prefiero no decirlo, podría herir tus sentimientos.
ÁLVARO: No entiendo por qué te has ligado a medio instituto y conmigo te haces la dura.
IXCHEL: Yo no follo por follar. Yo selecciono, y tú no estás en mi lista.
ÁLVARO: (Le miró a los ojos) ¿Segura?
IXCHEL: Déjame que lo piense… No.
ÁLVARO: (Sonrió) Que te den, preciosa.
Álvaro se levantó del sofá y se marchó a otra parte mientras Ixchel le miraba el culo de reojo. Ella sentía una gran atracción por él, pero disfrutaba ver cómo su amigo se arrastraba día tras día pidiéndole una oportunidad. Aquello la daba morbo, y no podía evitar portarse así con Álvaro.
El coche de Aurora paró frente a una urbanización y Nuria se bajó.
NURIA: Gracias por acercarme.
AURORA: Un placer. Esto de irnos por ahí de cañas va a haber que repetirlo, ¿eh?
NURIA: (Sonrió) Por supuesto.
AURORA: Bueno, hasta mañana.
NURIA: Adiós.
Nuria sacó las llaves del bolso y abrió la puerta de la urbanización. De pronto, vio que el coche de su compañera se detuvo. Extrañada, se acercó a ver qué pasaba. Se asomó y vio a Aurora llorando.
NURIA: ¿Aurora? ¿Qué te pasa?
AURORA: (Se secó las lágrimas) Nada, nada. Tú tranquila.
NURIA: (Entró de nuevo al coche) Seguro que si me lo cuentas te sientes mejor.
AURORA: Es que… Te dije que tenía marido pero en realidad ya no estamos casados. Nos separamos hace un mes. Más bien se separó él…
NURIA: Lo siento.
AURORA: No te preocupes, eso es lo de menos. El problema es que me he separado y no siento nada. Quiero decir, no me da pena haber dejado esta relación. No hicimos viajes… ni salíamos a cenar fuera… Y eso es lo malo, que siento que he tirado más de la mitad de mi vida a la basura.
NURIA: No digas eso, mujer. Ven, pasa a tomarte algo en mi casa y me sigues contando.
AURORA: Vale, gracias.

JORGE: Te acompaño.
ELOY: (Entró en el baño) Echaba de menos estas fiestas.
JORGE: Jajaja. Yo también.
Eloy se mojó la cabeza y se quedó mirando a su amigo através del espejo.
JORGE: ¿Qué pasa?
ELOY: (Le retiró la mirada) Nada…
JORGE: Oye, tú nunca me hablas de ligues. ¿Te gusta alguien?
ELOY: (Con risa nerviosa) No…
JORGE: Qué mentiroso, seguro que hay alguna. Eloy, a mí me lo puedes contar, somos amigos.
ELOY: Puede…
JORGE: Lo sabía. Joder, es que como nunca dices nada. ¿Y quién es?
ELOY: Eso ya no te lo puedo contar.
JORGE: (Le miró a los ojos) ¿Sabes que a mí también me gusta alguien?
ELOY: (Le devolvió la mirada) Ah, ¿sí? ¿Quién?
JORGE: Raquel, la nueva.
Eloy creía que de los labios de la persona a la que más había querido en su corta vida saldría un “tú” o algo así. Pero en lugar de eso, su amigo pronunció otro nombre, y al oírlo sintió una fuerte presión en el pecho. Descubrió que todas sus sospechas no eran más que eso, sospechas. Lo que había entre ellos dos era sólo amistad. Parecía que algo dentro de él se había roto, probablemente fuera su corazón. Los ojos se le llenaron de lágrimas pero se las contuvo y se miró de nuevo en el espejo.
JORGE: ¿Estás bien?
ELOY: (Tomó aire) Sí…
JORGE: Pues eso, que me mola Raquel.
ELOY: Pero si la conoces desde hace unas horas…
JORGE: Ya, pero no se, me gusta. ¿A que es preciosa?
ELOY: Supongo.
JORGE: Bueno Eloy, algún día tendrás que decirme quién te gusta a ti, ¿no?
ELOY: Claro, algún día…
JORGE: ¿Vienes?
ELOY: No, creo que mejor me voy a quedar un rato aquí.
JORGE: (Extrañado) Como quieras…
Cuando su amigo salió del baño, Jorge no pudo contener más la presión y rompió a llorar. Estaba furioso ya que su imaginación le había hecho creer que tenía posibilidades con Jorge, y acababa de descubrir, que no era así. Miraba su rostro en el espejo, como si sintiera asco de sí mismo. Cerró el puño y lo golpeó tan fuerte que se rompió en afilados trozos que hicieron sangrar sus nudillos. Cuando dejó de sentirse con fuerzas para mantenerse en pie se dejó caer al suelo, se arrastró hasta un rincón y continuó llorando con más intensidad.
Nuria escuchaba atenta la historia de Aurora. Sentía tristeza por ella pero no podía hacer que se notara, debía quitarle importancia al asunto y animarla para que siguiera adelante.
NURIA: Eso que me cuentas es bastante triste pero no puedes desanimarte ni perder la esperanza. Si esto no ha salido bien, ya vendrán más relaciones.
AURORA: Pero si voy camino de los cincuenta…
NURIA: ¿Y qué? Pues anda que no hay mujeres que a tu edad se han echado novio. Estoy segura de que encontrarás a alguien. (Sonrió) Yo te voy a ayudar.
AURORA: Me estás empezando a asustar… ¿Tú no serás lesbiana?
NURIA: Jajaja. ¡No!
AURORA: Es verdad, que a ti te hace tilín el profesor de arte… jeje.
NURIA: (Sonrojada) Qué va…
AURORA: Ay madre, mira qué hora es. Me voy a ir ya porque si no…
NURIA: No te preocupes, quédate a dormir aquí, no me importa. Y ya de paso terminamos de hablar de amores.
AURORA: (Sonrió ilusionada) Gracias, de verdad, gracias.
Raquel entró llorando en el baño de los chicos y se encontró con Eloy, que seguía tirando en el suelo.
RAQUEL: Uy, perdón.
ELOY: Creo que te has confundido de baño.
RAQUEL: ¿Estás bien?
ELOY: Sí… bueno, regular.
RAQUEL: (Se sentó junto a él) Si quieres, me lo puedes contar.
ELOY: Es que estoy enamorado de una persona y creía que era correspondido, pero acabo de descubrir que no es así. Me siento como un idiota que se ha hecho falsas ilusiones. Pero da igual, no te preocupes. ¿Y a ti qué te pasa?
RAQUEL: Pues que había salido para hablar con mi madre por teléfono y un gilipollas me ha robado el móvil.
ELOY: Bueno, pero te pueden comprar otro.
RAQUEL: No creo que mi padre esté por la labor. Además, últimamente tengo muchos problemas en casa. Te lo voy a contar porque si no, voy a reventar. Mis padres se han divorciado y por mucho que intente pasar del tema, no puedo.
ELOY: Qué putada…
RAQUEL: Ay dios, la gente está ahí afuera pasándoselo genial y nosotros aquí, llorando como dos tontos.
ELOY: (Sonrió) Jajaja. Ya…
RAQUEL: Venga, vamos a tomar algo.
ELOY: Vamos. Pero tú no digas nada de esto a nadie, ¿eh?
RAQUEL: No, no, te lo prometo. Ni tú tampoco, ¿eh?
ELOY: Tranquila, que no digo nada.
Eloy y Raquel salieron del baño y volvieron a integrarse en la fiesta como si nada hubiera pasado aunque en realidad, estuvieran destrozados por dentro.
El adolescente es un ser extraño, inocente como un ángel, orgulloso como un príncipe, valiente como un héroe, vanidoso como un pavo real, perezoso como un asno, indomable como un toro o irritable como una damisela. ¿Qué tiene esa etapa de la vida que los hace tan diferentes del resto? Es el momento en el que pasan de ser niños a ser adultos, la madurez. Seguramente sea la etapa más difícil de nuestras vidas y en la que nos volvemos más vulnerables ante todo. Un aprobado o una fiesta con los amigos los puede convertir en la persona más feliz del mundo, pero de un segundo a otro, un desengaño amoroso o un complejo por ser diferente a los demás los puede arruinar la vida e inundarnos los ojos y el alma de lágrimas. Se le da más importancia de la necesaria a las cosas y se hace de todo un auténtico drama. Es difícil entender a un adolescente si no eres uno de ellos. Es muy complicado ponerse en su lugar. Pero mucho más difícil es pasar este tramo vital, sin que nos marque para el resto de nuestras vidas.




1x11 “Despertando al ángel negro (2ª Parte)”
Tras recoger las notas de la primera evaluación, todos los alumnos de segundo de bachillerato se dirigieron al parque que estaba junto al instituto.
CRISTIAN: Qué ambientazo, ¿no?
RAQUEL: Qué frío hace, diría yo.
CRISTIAN: (La acurrucó junto a él) Anda, ven.
MARINA: Joder, estaba deseando de acabar las clases ya. ¡Viva el que inventó las vacaciones de navidad!
MATEO: Me tendréis que echar una manilla ahora, ¿no? Hasta que me acostumbre al ritmo de vuestro insti…
MARINA: Claro que sí, estos son todos muy majos. Otros no tanto. Ya te informaré yo.
RAQUEL: Sí, sobre todo Judith y Kevin… Ya lo irás conociendo. Que por cierto, los he visto discutir antes a la salida.
MARINA: Lo que yo no sé es cómo se soportan el uno al otro. Oye, ¿y Eloy dónde está?
CRISTIAN: Yo no le he visto desde que nos dieron las notas.
RAQUEL: Está muy raro, últimamente. Pasó por una mala racha cuando murió Jorge pero parecía que ya estaba bien…
MATEO: No te creas, algo así te deja marcado para siempre.
RAQUEL: Luego le llamaré a ver qué tal. Oye, ¿y si nos vamos a algún bar? Me estoy quedando helada.
MARINA: Es que de verdad, ¿a quién se le ocurre sentarse en un parque a finales de diciembre? Anda, vamos a por un buen chocolate caliente. (El grupo se levantó)
CHICO: (Se acercó a ellos) Ey, chicos. ¿Venís esta noche al botellón?
CRISTIAN: No nos habían dicho nada.
CHICO: Esta noche, aquí en el parque. Ya tenemos comprado todo el alcohol.
CRISTIAN: Ah, pues gracias. Nos lo pensamos y si eso nos pasamos un rato.
MARINA: Mira, por lo menos hay alcohol para entrar en calor…
RAQUEL: Claro Marina, es un botellón, ¿cómo no va a haber alcohol? Jajaja.
MARINA: ¡Bueno, no me hagas pensar ahora que tengo mucho frío.
Dentro de la sala de profesores aún podía notarse la pasión del momento. Álvaro e Ixchel estaban abrazados en el suelo, sobre la alfombra.
IXCHEL: ¿Te ha gustado?
ÁLVARO: Para ser la primera vez no ha estado mal. Pero que nada mal… (La besó)
IXCHEL: Por algo tengo esta fama en el Zurbarán.
ÁLVARO: Tenías, quieres decir. Ahora ya no, ¿verdad?
IXCHEL: ¿Cómo que no?
ÁLVARO: Ahora estamos juntos.
IXCHEL: (Sonrió) Eh… ¿juntos?
ÁLVARO: Juntos.
IXCHEL: Ahora sí. (Se alejó de él) Pero ahora ya no. Te refieres a eso, ¿verdad?
ÁLVARO: Cariño, yo te quiero.
IXCHEL: (Suspiró) ¿Cariño? Vamos a ver, esto ha estado bastante bien. Siempre me dio morbo pensar que lo haría aquí, en la sala de profesores. Pero… ya está…
ÁLVARO: ¿Sólo he sido para ti uno más?
IXCHEL: Como todos, Álvaro, como todos.
ÁLVARO: (Se levantó) ¿Osea que no me quieres como yo a ti?
IXCHEL: Pues no sé. ¿Cuánto me quieres tú?
ÁLVARO: (Se vistió rápidamente) Vete a la mierda.
IXCHEL: Ya estamos. ¿Pero por qué no podemos tener una relación así?
ÁLVARO: Pues porque no quiero besar unos labios que tienen más clientela que una tienda de disfraces en carnaval.
IXCHEL: Pues entonces…
ÁLVARO: Déjalo, ya veo que no lo entiendes. Pásatelo bien en vacaciones. (Se fue cabizbajo)
Aurora y Nuria llegaron a su casa. Se pusieron cómodas y corrieron a tirarse en el sofá del salón. Suspiraron aliviadas pensando en todos los días de vacaciones que tenían por delante.
NURIA: ¡Por fin! Qué ganas de… no hacer nada. Jajaja.
AURORA: No más exámenes… Ni guardias en los recreos… Ni reuniones… ¡Me encanta! ¿Dónde vamos para celebrarlo?
NURIA: ¿A dónde quieres ir con el frío que hace?
AURORA: También es verdad, pues nos ponemos una película que hace mucho que no hacemos juntas una sesión de cine. (Se dirigió a la estantería de películas)
NURIA: Pero que no sea de miedo, que ya sé cómo acabamos… (Pensó en Raúl y se abrazó a un cojín) Alguna romántica.
AURORA: ¿No serás lesbiana?
NURIA: Y dale perico al torno… ¡Pon lo que quieras! Mientras no sea cine español…
AURORA: Qué poco valoramos el cine de nuestro país. Con las buenas películas que hay.
NURIA: ¿Cuál fue la última película española que viste tú?
AURORA: Pues… ¿”Shrek”?
Judith llegó a su casa y antes de que pudiera cerrar la puerta, alguien se lo impidió.
KEVIN: Espera, por favor.
JUDITH: ¡¿Qué quieres?!
KEVIN: Ya te he pedido perdón por lo que pasó. ¿Es que no vas a perdonarme?
JUDITH: ¡No! Kevin, a mí el dinero me da igual. Es el hecho de que me hayas mentido lo que me duele. Me hiciste dudar sobre el verdadero motivo por el que la gente estaba conmigo y cuando me di cuenta de que todo eran suposiciones mías y que podía confiar en ti… ¡Descubro que me has estado engañando todo este tiempo!
KEVIN: Ya te he dicho que lo siento. Fui un cabrón y me arrepiento. Dame una segunda oportunidad, te lo suplico.
JUDITH: (Suspiró) Deja que me lo piense.
KEVIN: De acuerdo. Tómate tu tiempo.
JUDITH: Ahora vete, antes de que vengan mis padres.
KEVIN: (La intentó dar un beso pero ella se apartó) Adiós…
Raúl lanzó furioso su maletín contra la pared del salón de su piso e hizo que todos los papeles se cayeran. No paraba de pensar en la nota que había encontrado hace un rato. Creía que todo había terminado pero se equivocaba. Alguien había descubierto su pasado y estaba dispuesto a desmantelarlo todo. El profesor de arte se dirigió a su habitación y abrió un cajón oculto dentro de su armario. De él sacó una carpeta donde ponía “Lucía”. Estaba llena de fotos de la joven. Con sus amigas, en el instituto, en su casa, en la calle, escuchando música, leyendo, etc. Buscó entre todas las fotografías y cogió una en especial. Era la primera que le había hecho y le traía muchos recuerdos…

2
Raúl se dirigía por el pasillo de un instituto hacia la salida cuando se chocó sin querer con dos alumnas. La carpeta de una de ellas se cayó al suelo junto con el maletín de él. El profesor se agachó para recogerlo.
RAÚL: Lo siento, estoy un poco despistado y no sé ni por dónde ando. (Le dio sus cosas a la joven) ¿Sois de 1º de Bachillerato?
KAREN: (Tímida) Sí… ¿Y tú?
RAÚL: Yo soy Raúl, vuestro nuevo profesor de artes. Encantado.
KAREN: Yo me llamo Karen.
LUCÍA: Y yo Lucía.
RAÚL: (Miró fascinado a Lucía) Me alegra ver que este año voy a tener unas alumnas tan guapas. Jeje.
LUCÍA: (Sonrojada) Nosotras nos vamos ya. Hasta luego.
RAÚL: Adiós, chicas.
Las jóvenes se fueron entre risas y él se quedó mirándolas disimuladamente. En su mirada lasciva podía apreciarse el deseo que había despertado Lucía en Raúl. Aquello era sólo el principio.
Marina y Mateo estaban conectados desde el ordenador de ésta al chat cuando vieron que Eloy estaba disponible.
MARINA: Eloy =) K tal las notas?
ELOY: Bien
MARINA: Te pasa algo?
ELOY: No
MARINA: Seguro?
ELOY: K nooo!
MARINA: Es q como te has ido así del insti…
ELOY: Estaba cansado
MARINA: Esta noche vienes al botellón que van a hacer en el parq?
ELOY: Ya veré…
MARINA: Nosotros 4 vamos a ir. Vnte un rato ;)
ELOY: (Se desconectó)
MARINA: (Salió del chat) No sé qué narices le pasa a Eloy, está rarísimo.
MATEO: A lo mejor se siente mal porque como ahora vosotras tenéis novio y él no…
MARINA: Pues vaya, que nos lo hubiera dicho. No creo que sea eso… El caso es que está muy borde y distante. Esta noche si va al botellón tendremos que hablar con él.
MATEO: Oye Marina, ¿recuerdas que antes que lo dejásemos te dije que estaba buscando un piso para nosotros?
MARINA: Sí, es verdad.
MATEO: ¿Y bien? ¿Qué opinas?
MARINA: No sé… Mateo yo te quiero, pero irnos ahora a vivir juntos… Eso es muy difícil y necesitamos mucho dinero.
MATEO: Pero yo tengo bastante ahorrado y mis padres nos dejarían algo. Además, esto no sería ya mismo.
MARINA: ¿Y si luego no convivimos como esperamos? Mira, mis padres quieren que vayamos estas navidades al pueblo pero yo paso. Así que si quieres te puedes quedar aquí conmigo todos esos días. Y así probamos a ver qué tal nos apañamos juntos.
MATEO: Genial. (La besó) Sabes que te quiero, ¿no?
MARINA: (Bromeó) Sí, algo me habías comentado… Jeje.
Aurora y Nuria se encontraban haciendo las compras de navidad en un centro comercial.
AURORA: ¿Bolas rojas o doradas?
NURIA: Doradas.
AURORA: Pero si las rojas son mucho más bonitas. (Se la enseñó) Mira qué color más intenso.
NURIA: Pero las doradas lucen más, ¿no?
AURORA: Las rojas, tú hazme caso.
NURIA: Bueno, pues nada… ¿Cogemos turrón?
AURORA: ¡Uy, no! Que eso engorda muchísimo.
NURIA: Pues vaya…
AURORA: (Se relamió) Mejor polvorones.
NURIA: Ah, ¿y eso no engorda? Mira, que cada una coja lo que quiera, porque si no… Oye, ¿y qué tal ayer con Manuel? Que no me contaste nada.
AURORA: Es que tampoco pasó nada. Sólo fuimos al cine a ver una película.
NURIA: Pero a ti, Manuel…. ¿verdad?
AURORA: (Cogió un caja con espumillón) ¿A mí qué?
NURIA: Que te pone.
AURORA: (Se la cayó la caja) ¡Ala! ¿Cómo me va a gustar a mí Manuel? Sólo somos amigos que van juntos al cine.
NURIA: Ya…
AURORA: (Se puso nerviosa) ¿Ya qué? A ver, ¿ya qué? Leches, con las indirectas…
NURIA: (Sonrió) No, si yo no digo nada. Jeje.
Pasó el día y la luz del sol se fue haciendo cada vez menos intensa. Marina y Raquel y habían quedado en casa de ésta última para arreglarse.
MARINA: (Pintándose la raya del ojo) Así que si todo sale bien estas vacaciones… Puede que al año que viene nos vayamos a vivir juntos.
RAQUEL: (Sorprendida) Uy, qué rápido vais, ¿no?
MARINA: Yo tampoco estaba muy segura pero como él está tan convencido.
RAQUEL: Qué coño, es verdad. La vida son dos días y nosotras mejor que nadie lo sabemos… (Pensó en Jorge) Si vosotros creéis que es lo mejor, pues ya está.
MARINA: ¡Tía, estoy deseando de pasar un día entero con él!
RAQUEL: (La abrazó) Jajaja. Qué envidia…
MARINA: Oye, que a ti con Cristian también te va muy bien.
RAQUEL: La verdad es que no me puedo quejar. Parece que fue ayer cuando me robó el móvil en la fiesta de Judith y míranos ahora… (Sonrió) Le quiero tanto.
MARINA: Me alegro de que nos vaya tan bien a las dos.
RAQUEL: Sí, la verdad es que sí. (Sonrió mientras terminaba de arreglarse)
Kevin estaba sentado en la cama de su habitación mientras miraba todas las fotos que tenía colgadas en un corcho de su pared. Judith había sido su novia desde que empezaron el instituto y sabía que aquella chica la había marcado para siempre. Por mucho que hubieran discutido o lo hubieran dejado, seguían queriéndose de la misma manera que el primer día. Sentía todo lo que había pasado y sólo quería recuperarla. El sonido del timbre de su casa le hizo volver a la realidad. Bajó las escaleras hasta llegar a la entrada y abrió la puerta.
JUDITH: Hola…
KEVIN: (Sonrió) Has venido…
JUDITH: ¿Puedo pasar?
KEVIN: Oh, claro. Mis padres no están. Ven, vamos al salón, estaremos más cómodos.
JUDITH: (Se sentaron) Lo he estado pensando y si dices que de verdad te arrepientes… Te daré una segunda oportunidad.
KEVIN: ¿De verdad? (Le agarró de las manos) Te prometo que esta vez no habrá ningún problema más. Te quiero y te lo voy a demostrar.
JUDITH: (Se besaron) Yo también te quiero.
Desde la calle, dos hombres vestidos de negro y con gafas de sol les espiaban através de las ventanas.
HOMBRE 1: El hijo de Ortega ha dicho que estaban solos. El cabrón de su padre habrá salido…
HOMBRE 2: Pues nosotros tenemos órdenes de recuperar el dinero. Me da igual si nos lo da él o su hijo.
HOMBRE 1: Entonces… ¿entramos?
HOMBRE 2: (Cargó su pistola) Vamos.
Álvaro y sus amigos llegaron los primeros al parque con todo el alcohol. Uno de los chicos de dio cuenta de que Álvaro estaba extraño y le preguntó qué le pasaba.
CHICO: Ey, Álvaro, ¿qué te pasa?
ÁLVARO: Nada…
CHICO: Si te pasa algo sabes que me lo puedes contar, tío.
ÁLVARO: Son tonterías mías. Pero vamos que ya se me pasan.
CHICO: ¿Es esa chica? ¿Ixchel?
ÁLVARO: ¡Que no, coño! Déjame ya en paz… (Se alejó del grupo)
Álvaro se marchó enfadado y se sentó solo en un banco. No quería reconocer que estaba locamente enamorado de la chica equivocada. Entonces vio cómo empezó a llegar más gente del Zurbarán. Entre ellos estaba Ixchel, que se había puesto muy guapa para la fiesta. Se levantó rápidamente para ir a saludarla pero vio algo que le hizo cambiar de idea. Iba cogida de la mano con otro chico del instituto y parecía que estaban tonteando. Aquello fue la gota que colmó el vaso y Álvaro decidió marcharse de aquel lugar y perder de vista a todo el mundo hasta la vuelta en Enero.
CRISTIAN: (Se chochó con Álvaro) ¡Au! Oye, ten cuidado…
ÁLVARO: Que os follen.
RAQUEL: ¿Y a éste qué le pasa?
MARINA: A saber, vaya panda…

JUDITH: ¿Qué ha sido? ¿No decías que no había nadie en casa?
KEVIN: Y no hay nadie, sólo nosotros dos. Habrá sido cualquier cosa.
JUDITH: Que no, que abajo hay alguien. (Salieron a las escaleras)
KEVIN: ¿Mamá? ¿Papá?
HOMBRE 1: Así que tú eres el hijo de Ortega, ¿eh? Pues siento decirte que nos vas a tener que acompañar a nuestra casa.
KEVIN: ¿Quién coño sois?
HOMBRE 1: Tu padre nos debe dinero y si no solucionamos esto por las buenas será por las malas.
KEVIN: (Le pegó un puñetazo) Y una mierda.
JUDITH: (Asustada) ¡Cuidado, Kevin!
KEVIN: (Se encerraron en el baño) ¿Tienes aquí el móvil? Tenemos que pedir ayuda.
JUDITH: Me lo he dejado abajo… ¡Mierda!
HOMBRE 2: ¡Salid de ahí, niñatos! No me apetece perder mucho tiempo con vosotros. (Pegó un tiro a la puerta) ¡Salid o echo la puerta abajo!
HOMBRE 1: (Dolorido) Cabrón…
HOMBRE 2: A la de 1… a la de 2… ¡y a la de 3!
El hombre se dispuso a disparar a la puerta pero Kevin desde dentro del baño la echó abajo dándola una fuerte patada. Ésta cayó sobre el hombre aplastándolo.
HOMBRE 2: ¡Nooo!
KEVIN: ¡Corre, salgamos de aquí!
HOMBRE 1: (Les apuntó a la cabeza con su arma) De aquí no se mueve nadie. ¡Al suelo o disparo!
La fiesta ya había comenzado en el parque y los chicos parecían estar pasándoselo en grande a pesar del frío.
MARINA: (Borracha) ¡Fiestaaa!
RAQUEL: Bueno… Ésta ya lleva unas copas de más…
MARINA: ¿Yo? Que va. Lo que pasa es que se me sube el alcohol muy rápido a la cabeza. ¿Pero qué más da? ¡Mañana no hay clase! Jajaja.
MATEO: Qué pedo llevas, cariño.
MARINA: ¿Aquel de allí no es Eloy?
CRISTIAN: (Señaló con el dedo índice) ¿Cómo va a ser él si está besándose con otro chico?
MARINA: Que sí, joder, que es él.
RAQUEL: (Asombrada) Es verdad… ¿Pero qué está haciendo?
MARINA: Vamos a verle, a ver qué se cuenta.
RAQUEL: ¿Se está dando el lote con otro tío? ¿Y cómo no nos dice nada?
CRISTIAN: A lo mejor ya ha salido del armario.
MARINA: Pues lo habrá hecho de puntillas porque ni nosotras nos hemos enterado.
RAQUEL: (Se acercaron a él) ¿Eloy?
ELOY: (Al chico) Vete con los demás, ahora voy. (Le guiñó un ojo) Guapo.
MATEO: Anda Eloy, al final has venido.
ELOY: Pues ya veis.
RAQUEL: ¿Quién era ese chico?
ELOY: Un amigo.
RAQUEL: ¿Un amigo? Os estabais comiendo los morros… ¿Has hecho público lo tuyo?
ELOY: No, lo sabe quien lo tiene que saber.
RAQUEL: Pues nosotros no lo sabíamos… ¿Estás fumando?
MARINA: Oye, que rule el cigarrito. Jejeje. (Se abrazó a Mateo mientras sonreía)
RAQUEL: ¿Qué te pasa Eloy? Estás muy… cambiado.
ELOY: Pues que he abierto los ojos de una puta vez.
RAQUEL: (Sin palabras) ¿Cómo?
Kevin no podía seguir oyendo llorar a Judith y se abalanzó sobre el hombre que les estaba apuntando con la pistola. Ambos cayeron rodando por las escaleras.
JUDITH: ¡Kevin! (Bajó tras ellos) ¡Kevin, ¿estás bien?!
HOMBRE: (Dolorido) Te vas a enterar, niñato de mierda…
JUDITH: ¡Kevin, despierta! (Agarró al hombre)
HOMBRE: ¡Suéltame, zorra!
KEVIN: (Se despertó) ¿Judith?
JUDITH: ¡Kevin, coge la pistola antes de que la recupere!
HOMBRE: (Lanzó a la joven contra la pared) ¡Que me sueltes!
JUDITH: (Se golpeó en la cabeza) ¡Ahhh!
Judith contempló la escena desde el suelo. Ambos se abalanzaron a por la pistola que había caído lejos de ellos tras la pelea. Kevin llegó antes y la cogió pero el hombre se lanzó sobre él y no le dejó defenderse. Comenzaron un forcejeo ya que los dos querían tener el arma. La joven intentó levantarse pero estaba demasiado dolorida por el golpe. Se le nubló la vista y justo antes de que perdiera el conocimiento pudo oír un disparo y ver cómo uno de los dos caía al suelo, ya sin vida.
Raquel seguía sin entender qué es lo que estaba pasando con su amigo Eloy.
ELOY: ¿Por qué os preocupáis tanto por mí ahora? Ya tendréis tiempo de hacerlo cuando esté muerto. Qué más da lo que haga mientras esté vivo, me vais a adorar igual que a Jorge, ¿no?
RAQUEL: ¿Qué narices estás diciendo, Eloy?
ELOY: Estoy harto. ¡Harto de vuestras tonterías! ¿Qué coño os ha pasado desde que murió Jorge? ¿Por qué le tratáis como si fuera una grandísima persona? ¿Tengo que recordaros lo que me hizo aquella noche antes de que muriera? He sido un completo idiota todo este tiempo, pero ya está bien. Ha llegado el momento de cambiar.
MARINA: (Borracha) No entiendo nada de lo que está diciendo pero no parece muy contento….
RAQUEL: Eloy, creo que te estás equivocando. Nosotros entendemos que le eches de menos pero ese no es motivo para que…
ELOY: (La interrumpió) ¡Que no! Ya no le echo de menos. Ahora Jorge está muerto y yo sigo aquí. No pienso desperdiciar mi vida lamentándome por alguien así. (Se marchó)
RAQUEL: ¡¿Estás loco o qué te pasa?! ¡No sabes lo que estás diciendo! Jorge era tu amigo, ¿o es que ya no te acuerdas?
ELOY: (Caminando hacia atrás) Jajaja. No, ya no. ¿Sabes una cosa, Raquel? Jorge, es historia.
RAQUEL: ¡Eloy, cuidado!
Eloy intentó reaccionar pero cuando se quiso dar cuenta estaba cruzando la calle y un coche se acercaba a él a toda velocidad. Un segundo después, el joven salió despedido por el gran impacto del vehículo y cayó al suelo sin conocimiento. Sus amigos corrieron a socorrerle y cuando llegaron el joven estaba rodeado de un charco de sangre que salía de su cabeza.
Todos tenemos un lado oscuro. Un ángel negro que vive en nuestro interior y que refleja lo peor de nosotros. Esa mitad que oculta nuestros temores y nuestros más profundos secretos. No podemos dejar que las situaciones se apoderen de lo que realmente somos y nos conviertan en algo distinto. Pero en ocasiones, esto es inevitable y no conseguimos retener a ese ángel negro. Y una vez que éste ha salido a la luz, puede que sea imposible volver a recuperar nuestro otro lado.
Eloy abrió lentamente los ojos, se encontraba demasiado aturdido como para saber dónde estaba. Todo a su alrededor eran sombras oscuras y sin forma. Pero entre todas ellas pudo distinguir a una persona que se acercaba a él. Su rostro le resultaba conocido y a pesar de estar dolorido, no pudo evitar sorprenderse.
JORGE: (Sonrió) Me alegro de volver a verte, amigo.


