Empezando desde cero [FanFic] ¡NUEVO! {Parte 4 del Cap. 4 Subida} ¡¡Pausa momentánea hasta el día 26!!

Jajaj! prometido! Si lo encuentro, te lo paso, igual, temo que me estoy volviendo loco! xD Asi que, no lo tomes muy en cuenta eso! xD jajajaja

Bueno, me retiro con gloria, que me tengo que ir a hacer un trabajo a casa de un amigo! Saludos!

Me ha encantado la aparición de Fer por ahí jejejejeje. Y Fam, que se esconde, jejejeje. Y que cierra los ojos David y cómo siempre Fer le besa, que bonitooooooooooooo. 3 años y medio sin verle. Y Fer mira una de sus fotos. Y dice David qué nunca podrá dejar de quererle, que verdad más grande. MAGISTRAL, INCREIBLE, ALUCINANTE. SIGUE ASÍ ARTISTA GUAPÍSIMA

Muchísimas gracias Peace!!!
Mañana creo que escribiré más, que tengo más tiempo libre que hoy.

Una visita muy deseada y una confusión demasiado embarazosa. [Parte 2]

Llevé las manos hasta la cara de Fam. Era verdad, estaba llorando, cerca de su ojo podía tocar otra lágrima que pretendía bajar. ¿Cómo era posible que un animal llorase? Hasta el momento, y que yo supiera los perros no… Me quedé muy desconcertado con todo eso, pero aquello no me impidió quedarme dormido de nuevo. Aunque me quedasen pocas horas para despertar.

Llegó la mañana siguiente, luminosa, con un sol insoportable. Miré el reloj, eran las siete de la mañana. Arrugué el morro mientras miraba mi reloj negro y grande. Llevé la vista hacia uno de los armarios que había en la habitación que cedí a Fam y luego miré a la perra que no parecía querer levantarse. La toqué con el dedito, empujando un poco su cabeza, hasta que se dignó a mirarme.

-¿Qué? ¡Arriba! – La animé.

El animal se levantó entre sordos gruñidos y bajó de la cama dejándome solo.

-Que libertades se cogen algunas… - Me quejé mientras veía como salía del cuarto. - ¡Bueno, a la ducha! – Dije a la nada.

Cuando terminé de ducharme me enrosqué la toalla alrededor de la cintura, como hacia siempre para poder bajar abajo tapando mis vergüenzas. Tomé algo de leche y comí algo de fruta para afrontar mi primer día de trabajo con ganas. Cuando estuve suficientemente seco me vestí con algunas de las cosas nuevas que me había comprado, vaqueros, una camiseta medianamente ceñida y cómoda, de color negro y con las zapatillas de siempre. Me alboroté un poco el pelo y lo repeiné con algo de laca y diferentes productos para dejarlo decente. Un bostezo salió de mi boca.

Iba de camino a casa de mi vecino, para que me llevase hasta mi lugar de trabajo. Aún no sabía dónde estaba, así que para llegar necesitaba ayuda. Toqué el timbre, y como no, me abrió el hijito de los vecinitos. Ya me había hecho a la idea de que iba a aparecer hasta en la sopa.

-¿Está tu padre? – Le pregunté evitando su imponente mirada.

No me respondió, me miraba por encima con una – tenía que admitirlo – bonita media sonrisa. Levantó uno de sus brazos y lo apoyó sobre la puerta, se dejó caer levemente aguantando su peso con el brazo.

-Supongo. – Respondió al final, sin quitarme la mirada de encima. - ¿Qué quieres de él?
-Pues, en teoría hoy empezaba a trabajar con él, me vendría bien que me dijese donde queda la empresa.
-Ya te llevo yo. – Se ofreció rápidamente.
-¡¡No!! – Me salió de una forma terriblemente histérica. – quiero decir… No hace falta, no quiero molestarte. – Levanté la mirada un poco, el tipo tenía cara de circunstancia.
-Vale, si no quieres que te lleve… ¡Papa! - Llamó - ¡Tienes aquí al nuevo!

Que mal quedaba aquello: “Tienes aquí al nuevo…”

-Voy hijo, voy. – Pude escuchar decir a Ramón. – En fin, - había llegado a la puerta y empujó un poco a su hijo para que se apartase. – vamos.

Comenzamos a caminar hacia nuestro lugar de destino; la empresa. Durante el camino Ramón me fue comentando que era lo que tendría que hacer, y la verdad… No era nada difícil. Mi trabajo se limitaba a repartir, sencillamente repartir. Tendría que salir del pueblo, eso estaba claro, pero al menos era un trabajo movido y se me pasarían las horas en un santiamén. Y además, iba solo, y la soledad me ayudaría a concentrarme en el trabajo.

-Hoy te he traído para que conozcas un poco las cosas, como funciona todo y a quien tienes que acudir para que te de los encargos y todo eso. – Me comentó cuando entrabamos por la puerta de la “empresa”. Y es, no era una cosa excesivamente grande. Sería aproximadamente, una empresita de veinticinco personas. Aunque tampoco podía esperar demasiado de un pueblo.
-¿Y qué reparto? – Pregunté con curiosidad.
-Pues hijo, ¿en un pueblo que esperas repartir? Más que nada, Jamoncito, Salchichón, Chorizo…

Mi cara no era un poema de puro milagro.

-Nos lo traen de Salamanca y luego nosotros nos ocupamos de repartirlo por la zona.
-Bien, bien… - Asentí con la cabeza.
-Desgraciadamente, la persona que te va a dar los recados y las órdenes de reparto no está aquí. Está en casa… - Negó con la cabeza.
-¿En casa? – Pregunté mientras fruncía el ceño al máximo.
-Sí David, es mi hijo… ¿No te lo ha comentado? – Y se quedó tan pancho.

En ese mismo momento, pude sentir como si la tierra se abriese y yo empezase a caer por esa inmensa grieta que se había formado. Aquella última frase, me dejó totalmente bloqueado. Como bien había dicho antes… hasta en la sopa.

Subo.

Una visita muy deseada y una confusión demasiado embarazosa. [Parte 3]

-Pues no. – Le respondí mirándolo de reojo. – Pero vamos, me encanta la idea eeh… - Obviamente, tenía que aparentar que la idea me entusiasmaba porque se trataba del hijo del Jefe, y si el Jefe dice algo… se obedece.
-Me parece bien. – Me dio unos golpecitos en la espalda. – Bueno, te enseño un poco esto y empezamos el lunes, ¿te parece?
-Tu hijo me había dicho que empezaba hoy.
-Técnicamente, hoy sencillamente te haré una visita guiada por aquí y luego te irás a casa.
-Bien…

La visita guiada duró toda la mañana, y es que al final en vez de una visita guiada, fue un cachondeo. En esa empresa no trabajaba ni Dios, estaban todos de fiesta todo el día. Vamos, si tenía que cobrar por no hacer demasiado, por mí perfecto. Cuando salí de la empresa pude respirar tranquilo, y empezar a caminar otra vez hacia casa. Cuando iba de camino a casa me topé con unas personas que andaban poniendo algunas barras metálicas en las calles. Uno de ellos me saludó pero no conseguía reconocer de quien se trataba.

-¡David! – Vino rápidamente hacia mí, con la mano elevada.
-¿Hola? – Le saludé un tanto confundido.
-No te acuerdas de mí ¿verdad?

Pues… la verdad era que no. Le miré durante un tiempo, recorrí su rostro de arriba a abajo. Era muy blanco de piel, con el pelo negro y los ojos claros. Una mezcla impresionante dado que no era muy normal ser muy claro de piel, tener pecas y encima ser moreno… Y para rematar, tener los ojos azules. Por más que lo observaba, no terminaba de saber quién era.

-Llevo mucho tiempo sin venir aquí a veranear… - Me disculpé.
-Lo sé, ya pensaba que no te vería nunca más. – Sus ojos me miraban como si quisiera comerme de un solo bocado. – ¿No te acuerdas de tus locuras de verano?

De pronto caí en la cuenta.

-¡¡No!! – Dije sin apenas creérmelo. - ¿De verdad?
-¡Claro! – Se rió a carcajada limpia. – ¿Que tiempos eh?

Que tiempos, sí. Todo aquello había pasado unos años después de que Fer muriera. Cuando aún no me era posible olvidarlo y tenía que tirarme a cualquier persona que pasase por delante de mí. Supuestamente era mi manera de afrontar las cosas y de evitar el dolor, pero el dolor nunca terminaba de irse. Con Dani tuve un noviazgo veraniego. Cada verano, durante cuatro años nos “divertíamos” juntos. Era un poco triste, porque él era heterosexual solo que le iba el sexo anal. Era una cosa rara, sí, pero ¿Qué podía hacer yo? Tenía que encontrar una medicina para mi dolor…

-Que tiempos… - Le comenté. – Pero ya no soy ese David, he cambiado un poco. – Quise sonreír pero no me salió.
-¡Me parece bien! Yo ya me dejo de esos temas, tengo novia y eso… ¡¡Pero de todas formas!! Si algún día te apetece algo… ya sabes dónde estoy. – Que contradictorio, ya se deja de esos temas pero quiere que le llame… Y no, no sabía dónde estaba.

Endurecí el gesto.

-¡Dani! ¡Me cago en tu padre, ven a ayudarme! – Le gritó el hombre que le estaba ayudando con lo de las barras.
-¡Ya voy, coño! – Gritó mirando hacia atrás. – Bueno, encantado de volver a verte después de tanto tiempo.
-Lo mismo digo.

Me siento abandonadisima T.T

no te sientas asi sorimori!!!!! yo esque he estado fuera toda la mañana y no he venido hasta ahora, y me he dedicado a leerte, me tengo que ir pero en estos minutos que quedan quiero decirte que me encanta tu fic, sigo siendo la misma fan que era antes y siempre te voy a comentar!!! es genial sobre todo lña relacion david-dani jajajajajaj soy fan de el chico este, jajajajaja es heterosexual pero le mola el sexo anal, me meo!!!

jajajja sigue asi guapa1!!!!

Gracias Piluka D: Ya me estaba planteando tirarme por la ventana Okno xD

Esta genial tu fic!! :D y pobre david que tendra que aguantar al hijo del vecino xD

Está genial cielo. QUE PASADA TU FAN-FIC. Es que me quedaré intrigada por cómo se llama el hijo del jefe, jejejejeje. Y que David se encuentra con un noviete veraniego, jejejejejee. Y se llama Dani. Vaya cara habrá puesto David cuando se ha enterado que las ordenes y lo que tiene que repartir se lo va a decir el hijo del jefe, jajajaja, lo dicho, hasta en la sopa. TREMENDO, ESPECTACÚLAR, SUBLIME FAN-FIC. SIGUE, ESTÁ MUY INTERESANTE.

Muchas gracias por comentar :33!! *O* Me alegráis el día otra vez xD

Por partes... me gusta que su jefe sea el raro (lo llamo asi por no llamarlo hijo del vecino todo el rato... xD) Seguro dará trama para rato... mola!
Y has metido a otro chico... Dani. Saldrá más? Me parece muy interesante el personaje.
Sabes que es lo que mas me gusta? Que no tengo ni idea de por donde puede ir ahora! Es genial!

Creo que si que lo voy a sacar más, al Dani este. Y volverá a salir el Veterinario. La de la tienda de ropa y el de la tienda de mascotas xD.

Un pueblo pequeño pero completo e.e
Y creo que pondré más personajes.

Y sí, tengo que buscarle otra manera de llamar al "hijo del vecino" dado que no quiero dar su nombre todavía.

muy muy bueno, me ha gustado mucho, sigue asi, yo soy tu lector silencioso, pero te ire comentando cada vez q subas algo.-

¿Tendré algún lector silencioso más? xD. No os culpo por no comentar, yo también suelo ser lectora silenciosa xD.

Confieso: anoche me lo leí.

*O* Me gusta tu confesión xD

Una visita muy deseada y una confusión demasiado embarazosa. [Parte 4]

Cuando quise darme cuenta estaba frente a la puerta de los vecinos, con las manos metidas en los bolsillos y mirando a la puerta fijamente. Carraspeé antes de decidirme a llamar al timbre. Llamé. Como siempre, me tocaba esperar a que me abriesen. Por fin, la puerta empezó a abrirse.

-Dime… - Dijo alargando la palabra.

No pude responder, me quedé petrificado y totalmente anonadado cuando lo ví aparecer. Lo que apareció frente a mis ojos fue un monumento bronceado, depilado totalmente – de lo que pude ver – y con unos calzoncillos negros simples. Piernas levemente arqueadas y fuertes y por último brazos también fuertes. Se llevó la toalla a la cara y se la secó, que la tenía mojada. Eso me dio a entender que estaba recién levantado.

-Ah… - Falbuceé sin dejar de mirar su cuerpo. – Eh… - Metí la mano en mi bolsillo. – Eh…
-¿Ah? – Preguntó queriendo saber lo que tenía que decirle.
-Eh…

Aquella fue la conversación más idiota que había tenido jamás en la vida: “Ah… Eh… ¿Ah? Eh…” En mis veintiocho años, JAMÁS me había comportado de semejante manera. Ya ni me reconocía, no era el David que era antes…

-No me habías mencionado que… - Elevé la mirada hacia su cara, el tenía una ceja arqueada, y la toalla sujeta en la mano. - ...tú me ibas a dar los encargos.
-No lo veía necesario. ¿Tu si?
-Sí, yo sí.
-¿Quién ha llamado? – Preguntó Dionisia – la madre – desde dentro.
-El vecino…
-¡¡Que pase!! ¡Dile que pase! – Gritó histéricamente la mujer.
-Ya has oído.

Se retiró de la puerta, dejándola abierta para que yo pudiese pasar. Si me lo pedía Dionisia, tendría que entrar. Lo primero que ví al entrar fue el Hall – obviamente -, que tenía una alfombra oscura cubriendo casi todo el suelo. A los costados había armarios con espejos, y sobre los armarios jarrones con plantas artificiales con mucho color. Frente a mis ojos, se podía ver la cocina, con Dionisia sentada en una de las sillas. El color de la cocina era blanco, con el suelo con azulejos grisáceos y electrodomésticos y muebles oscuros. Las otras habitaciones tenían las puertas cerradas, así que no pude ver cómo eran. El anónimo subió por las escaleras, probablemente hacia el baño.

-Ven hijo, ven. – Pegó unos golpecitos en una de las sillas que tenía al lado. Yo tragué saliva antes de ponerme a caminar hacia ella.
-Hola Dionisia, ¿Qué tal está…s? – Rectifiqué la pregunta a tiempo, tras acordarme de que a Dionisia no le gustaba que la tratasen de usted.
-Llámame Dioni, Dionisia me resulta… - Se llevó la mano a la boca y se rió agudamente. – muy ridículo.
-Bien, Dioni pues. – Sonreí. Tras aquello me senté a su lado y puse los brazos sobre la mesa. - ¿Para qué me quieres? - Observé los armarios que estaban colocados sobre la fregadera.
-Para nada ¿no tienes ganas de hablar con tu vecina? – Dio unas palmaditas en mi mano. – Es bueno hacer buenas migas con los vecinos ¿Sabías? Cuéntame entonces… Para ir conociéndonos, ¿qué te trajo a venir aquí?
-Nada en concreto. – Mentí.
-¡¡Pues vaya!! Te vienes a un pueblo relativamente olvidado, ¿por nada en concreto?

Asentí y me quedé en silencio. La mujer me miraba intentando sacar algo de mí solo con la propia mirada, pero no conseguiría que dijese nada. Al final me decidí:

-¿El baño? – Le pregunté, en mi voz se podía notar que tenía prisa por escapar de allí.
-Arriba, según subes pasas la primera habitación y a la derecha. – Se levantó y fue hacia la cafetera.
-Gracias.

Aparté la silla evitando hacer mucho ruido. La escalera estaba recubierta con una especie de alfombra, de apariencia muy suave. De hecho, esa apariencia podía notarse también al pisar, aunque fueses con zapatos. Llegué arriba, y fue entonces cuando me di cuenta de la gran diferencia que había de mi casa a la suya. Además de que mi casa estaba decorada de forma rústica, lo que más me llamó la atención fue que a los dos lados del pasillo había puertas, sin embargo en mi casa en un lado estaba la barandilla de la escalera y en el otro las puertas.

Anduve un poco hasta pasar la primera puerta, cuando llegué a la segunda me giré. Había llegado al baño. Pero la verdad es que no tenía ganas de entrar, me apoyé contra la pared y miré hacia un lado. Frente a mis ojos había una puerta entreabierta. Poco después de mirar pude ver como se reflejaba el cuerpo desnudo del hijo. Dejé apoyada la cabeza contra la pared, tenía derecho a disfrutar un poco… O eso creía hasta que pude observar que sus ojos se dirigían a mí y sonreía de lado, luego me saludó con la cabeza.

Me puse nervioso, muy nervioso, hasta tal punto que entré a toda prisa al baño, sin a pensar acordarme de que no tenía ganas de ello. Cuando miré mi cara reflejada en el espejo pude ver que me había puesto colorado, y de hecho la temperatura del cuerpo no decía lo contrario. Llevé la mirada hacia abajo.

-Mierda… - Me golpeé la frente con la palma de la mano. Cerré los ojos.

¿Cómo salir ahora?

jajaja me meo, ESTA GENIAL, ME ENCNTA en serio, ahora es el anónimo jajajajjaajajajaja me desorino, mola mazo el fic, la verdad es que no se que haces para despertarme tanta intriga como lo haces sori?? en realidad ahora no se por donde iran los tiros, pero de ti me imagino que por donde menos lo esperamos!! sigue asi wapa!!!vas genial, enorabuena, el fic IMPOLUTO VAMOS!!!