El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0
08/06/2011 23:44
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#1881
12/09/2011 20:45
miri,prefiero ver a la Paca borracha
y que sea ella quien confiese!!
a mi Rai no,porque tuvo un problema serio con el alcohol y una recaida...
EDITO: hemos pensado lo mismo Rocio
y que sea ella quien confiese!!a mi Rai no,porque tuvo un problema serio con el alcohol y una recaida...
EDITO: hemos pensado lo mismo Rocio
#1882
12/09/2011 20:46
Jajajajajaja MIRIIII, qué peazo de idea que has teníoooooo, Vengaa, escríbela... antes de que a mi loca cabeza le dé por desvariar y hacer de las suyas, jajaajajajajajajajajajjajaa.
#1883
12/09/2011 20:49
mira lna...de las que nos gustan a nosotras...
#1884
12/09/2011 20:49
Chicas, q bueno es llegar de la Uni y leer vuestros comentarios para alegrarme la tarde!!!!
lna...buenísimo cuando Rai le dice a su suegro que tranquilo que él no lleva escopeta, jajajajaja
Es verdad Miri...no estaría nada, nada mal...pero Raimundo lo tiene prohibido así que estaría mejor que fuera la Paca, que por cierto sus buenas copitas siempre se manda, jaja!!! Aunque yo sigo con la idea que ha aparecido en algunos de vuestros relatos: que se queden encerrados en algún sitio me parece tentador
Rocío hija....precioso tu relato, ese Rai acordándose de ella...ayyyy, me derrito!!!! EScribirás un encuentro de los dos??? anda chica, que se te da muyy bien escribir
EDITO: yo también me uno a esa petición: Miri ya que has tenido la idea y tienes el don de escribir biennnn....aquí te esperamos ansiosas por leer....y a todas las que quieran también (yo es que no se me da muy bien). Ayyyyy omá, qué imágenes que ponéis por aquí....calores me dannnnnn
lna...buenísimo cuando Rai le dice a su suegro que tranquilo que él no lleva escopeta, jajajajaja

Es verdad Miri...no estaría nada, nada mal...pero Raimundo lo tiene prohibido así que estaría mejor que fuera la Paca, que por cierto sus buenas copitas siempre se manda, jaja!!! Aunque yo sigo con la idea que ha aparecido en algunos de vuestros relatos: que se queden encerrados en algún sitio me parece tentador

Rocío hija....precioso tu relato, ese Rai acordándose de ella...ayyyy, me derrito!!!! EScribirás un encuentro de los dos??? anda chica, que se te da muyy bien escribir

EDITO: yo también me uno a esa petición: Miri ya que has tenido la idea y tienes el don de escribir biennnn....aquí te esperamos ansiosas por leer....y a todas las que quieran también (yo es que no se me da muy bien). Ayyyyy omá, qué imágenes que ponéis por aquí....calores me dannnnnn
#1885
12/09/2011 20:51
AY QUE HOMBRE
Le hace eso a la Paca,le lleva el desayuno despues de una noche de pasión y me caigo de espaldas.
Lo del alcohol me mola pero más ver a la Paca que tiene que ser muy graciosa borracha
,que el pobre no quiero que recaiga.
No puedo con la medica ni con Soledad,de verdad, para seca con gracia nuestra Francisca,hombre!!!me vas tu a comparar...
Ruth ya he visto el avance ya en la web,nada de nada =(
Le hace eso a la Paca,le lleva el desayuno despues de una noche de pasión y me caigo de espaldas.
Lo del alcohol me mola pero más ver a la Paca que tiene que ser muy graciosa borracha
,que el pobre no quiero que recaiga.No puedo con la medica ni con Soledad,de verdad, para seca con gracia nuestra Francisca,hombre!!!me vas tu a comparar...
Ruth ya he visto el avance ya en la web,nada de nada =(
#1886
12/09/2011 20:55
Joer, Kera... ya te valeee, niñaaaa....
Mmm, la escenita de Miri me está dando un millón de vueltas en la cabeza... Aiss. ¿Qué tal si empieza más o menos así....?
Francisca sintió que aquel condenado día duraba más que veinticuatro horas. Sí, había sido un día para olvidar. Soledad había cometido un grave error con los riegos y la cosecha de judías se había ido al mismo infierno. Tristán no hacía más que preocuparse, adelgazar y trabajar a destajo para mantener la mente ocupada y no dejarse llevar por la angustia de no tener aún a Martín. La condenada partera parecía haberse vuelto más deslenguada todavía por esa misma preocupación. Y para colmo de males, Mauricio la estaba volviendo a desquiciar, quejándose por enésima vez de Soledad...
Mmm, la escenita de Miri me está dando un millón de vueltas en la cabeza... Aiss. ¿Qué tal si empieza más o menos así....?
Francisca sintió que aquel condenado día duraba más que veinticuatro horas. Sí, había sido un día para olvidar. Soledad había cometido un grave error con los riegos y la cosecha de judías se había ido al mismo infierno. Tristán no hacía más que preocuparse, adelgazar y trabajar a destajo para mantener la mente ocupada y no dejarse llevar por la angustia de no tener aún a Martín. La condenada partera parecía haberse vuelto más deslenguada todavía por esa misma preocupación. Y para colmo de males, Mauricio la estaba volviendo a desquiciar, quejándose por enésima vez de Soledad...
#1887
12/09/2011 20:58
juas juas juas podíamos hacer cada una nuestra propia versión del momento borrachismo paquiano
#1888
12/09/2011 20:59
SIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEE
*tu club de fans te lo implora*




Edito: jajaja Ruth oye si os animais todas pues mejor que mejor,cómo me voy a entretener!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Asi que pa ti tambíen va
EMPIEZAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
*tu club de fans te lo implora*




Edito: jajaja Ruth oye si os animais todas pues mejor que mejor,cómo me voy a entretener!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Asi que pa ti tambíen va
EMPIEZAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
#1889
12/09/2011 21:09
lna!!!!! estupendo...sigue, sigue....de este foro te terminará saliendo un libro eh!!!! y tus fans las primeras en comprarlo, jajaja!!!!
Por mí como si escriben todasss....mejor que mejor....porque me encanta "leeros"
Aquí espero, jeje!!!
Gracias chicas por alegrarme el día
...que hoy no ha estado muy allá
Por mí como si escriben todasss....mejor que mejor....porque me encanta "leeros"
Aquí espero, jeje!!!Gracias chicas por alegrarme el día
...que hoy no ha estado muy allá
#1890
12/09/2011 21:16
Bueno continuo con mi relato.
Era una mañana realmente preciosa. Los pájaros cantaban dulces melodías. El sol ya se encontraba en lo alto del cielo iluminando los verdes campos. Hermosas flores habían brotado llenando los prados de los colores más hermosos. Los colores de la naturaleza.
Francisca paseaba sin prestar atención al maravilloso paisaje. Miraba al suelo. Sin pensar en nada. Sin saber a donde la dirigían sus pies.
Raimundo llego hasta sus tierras, pero lejos de fijarse en el cultivo. Miro fijamente a una silueta. Una sombra que caminaba con un paso no muy ligero, pero si constante. Sintió curiosidad por saber de quien se trataba. Poco a poco aquella silueta fue tomando forma. Se trataba de una mujer. Lo dedujo por los faldones y la indumentaria propia de ellas. Dio un paso al frente, movido por la curiosidad. Cada vez aquella mujer se hacía más visible ante sus ojos. Mantenía la cabeza agachada, pero ya no le cabía la menos duda. “Francisca” susurro. ¿Qué hacía aquí? “Nada bueno” se respondió. Dio otro paso al frente con la espalda totalmente erguida.
-Francisca Montenegro- grito, para que llegase a oídos de esta, con la voz firme y seria.
Francisca salió de su estado de ensimismamiento al escuchar su nombre pronunciado de esa forma. Esa voz… Levantó la cabeza. Sí era él. Pero como…
-Se puede saber a qué has venido- dijo Raimundo visiblemente enfadado. – ya puedes marcharte por dónde has venido si no quieres que…- no pudo terminar la frase, Francisca lo interrumpió.
- Lo siento- dijo sin más.- yo no pretendía molestar, si siquiera sabía que me dirigía hasta aquí- dijo suavemente lanzando una mirada a su alrededor. Sin todavía entender como había llegado hasta las tierras de Raimundo. –No te preocupes, ya me voy. Siento haberte molestado.-
Con esto Francisca se dio media vuelta dejando a un Raimundo tremendamente desconcertado. Como era posible? Esa era Francisca? Porque motivo le había contestado así? sin mostrarse orgullosa, sin hacer gala de su carácter…
-Francisca- la llamo de nuevo, pero esta vez más suavemente.
La aludida se giró.
Raimundo avanzo un par de pasos.- ¿Te encuentras bien?- dijo con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Ella sonrió levemente. – No- contestó mientras se reiteraba con un suave movimiento de cabeza en señal de negación.
Él sintió que la curiosidad se esfumaba ante la respuesta de ella dejando que la preocupación le invadiese por completo.- Pero… ¿Qué te ocurre?, ¿Qué mal te atormenta?, ¿Estas mareada?, ¿Tienes fiebre?...-
-Raimundo- lo interrumpió de nuevo mientras una sonrisa irónica asomaba en el rostro de Francisca.-No cantes victoria todavía, aun no me voy a morir. Es solo cansancio.
Este suspiro aliviado.- No sabes cuánto me alegro- dijo educadamente intentando ocultar sus sentimientos.
-Alegrarte de que, de que no me vaya a morir o de que este cansada- repuso ella irónica.
Raimundo la miró exasperado. Como podía darle la vuelta a un simple acto de cortesía.
Francisca sonrió al ver la mirada que acababa de dedicarle. Si no podía tenerlo al menos disfrutaba haciéndolo rabiar. Eso la hacía sentirse de alguna manera cerca de él.
A él aquella sonrisa se le antojo tan deliciosa que… Meneó la cabeza, apartando con aquel movimiento sus pensamientos más mundanos.- ¿Que te trae por aquí Francisca?- dijo volviendo a la seriedad del principio, pero esta vez sin una pizca de enfado.
-Ya te lo he dicho. Estaba dando uno de los paseos que la doctora me aconsejo y…- no pudo terminar la frase.
-¿Doctora?- la interrumpió Raimundo- para que iba a aconsejarte la doctora paseos, no creo que si según tú el único mal que padeces es el cansancio la galena te recete paseos- dijo Raimundo orgulloso ante su expendida deducción.
- A que ese interés repentino por mi salud Raimundo- dijo ella astuta, sin explicarle nada de lo que él preguntaba.
-Digamos que… me gusta saber cuánto tiempo le queda a mi contrincante- dijo Raimundo disfrutando al ver como de los ojos de esta comenzaban a saltar chispas. Sintió que había ganado aquella lucha. Pero la guerra aún no había acabado.
-Ya te he dicho que no me voy a morir- dijo Francisca elevando el tono mientras se dirigía con pasos firmes hacia él. Estaba tremendamente enfadada. Se paró. Vaya, estaba tan enfadada que ni siquiera se había dado cuenta de que solo medio metro la separaban de Raimundo.
Él estaba quieto, inmóvil. Sin hacer nada. Solo sabía que su corazón había comenzado a palpitar de una manera que hacía tiempo que no lo hacía. Cada vez que ella estaba cerca sus pulsaciones eran irregulares pero ahora. Ahora sabía que su corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. No supo cómo ni que pensamiento había llegado a hacerlo pero respondió.-Y no quiero que lo hagas- su voz sonó suave, un susurro.
Ella buscó sus ojos desesperada ante las palabras que acababa de oír. En qué momento su enfado había desaparecido. Se preguntó sin buscar respuesta. Él estaba tan cerca…
Sus ojos se encontraron. Y sin saber quién había dado el paso se encontraron a solo un par de centímetros de distancia. Sin poder evitarlo sus labios se buscaron el uno al otro. Estaban tan cerca. Y sus corazones palpitaban tan rápido que la única forma de no morir era juntarlos. Quizás morirían al hacerlo pero había que intentarlo. Lo hicieron. Juntaron sus labios. Francisca separó un poco los suyos para que Raimundo pudiese atraparlos. Se besaron lentamente. Pero ambos eran demasiado tercos. Aun besándose seguían luchando. Olvidaron momentáneamente el rencor y el odio que decían sentir. No pensaron en nada. El ritmo del beso se aceleró. Disfrutaban de sus bocas. Dejándolos sin aliento. Definitivamente habían empatado. Se separaron al fin. Y de pronto, como si alguien los hubiese empujado a hacerlo, recuperaron la cordura. Se dieron cuenta de lo que habían hecho.
Francisca quería hablar pero no le salían las palabras de la boca. No podía decir nada. Tampoco quería pedir perdón por lo que había hecho. Ese beso le había devuelto las fuerzas que necesitaba. No quería pedir perdón. No se arrepentía.
-Francisca yo…- dijo Raimundo confuso. Francisca lo miraba deseando que no lo dijese. Si decía que lo sentía no lo perdonaría nunca.-yo…- repitió Raimundo- será mejor que me vaya.-terminó. Y sin más se giró. Dejando a Francisca inmóvil.
Camino con paso rápido. Como si corriese para dejar atrás el problema. Estaba enfadado, y no era con ella. Ese beso le había parecido perfecto. Sus ojos. Su mirada. Sus labios. Ella estaba tan hermosa. Estaba enfadado consigo mismo. Por haber huido. Por haber escapado de ella cuando le hubiese encantado seguir besándola hasta morir entre sus labios. Hasta quedar sin aliento. “Cobarde” se dijo.
Una lágrima cayó sobre la mejilla de Francisca. Lo siguió con la mirada hasta que Raimundo se perdió entre entre la maleza. Observó cómo su amor se iba. Llevandose su corazón con él.
Era una mañana realmente preciosa. Los pájaros cantaban dulces melodías. El sol ya se encontraba en lo alto del cielo iluminando los verdes campos. Hermosas flores habían brotado llenando los prados de los colores más hermosos. Los colores de la naturaleza.
Francisca paseaba sin prestar atención al maravilloso paisaje. Miraba al suelo. Sin pensar en nada. Sin saber a donde la dirigían sus pies.
Raimundo llego hasta sus tierras, pero lejos de fijarse en el cultivo. Miro fijamente a una silueta. Una sombra que caminaba con un paso no muy ligero, pero si constante. Sintió curiosidad por saber de quien se trataba. Poco a poco aquella silueta fue tomando forma. Se trataba de una mujer. Lo dedujo por los faldones y la indumentaria propia de ellas. Dio un paso al frente, movido por la curiosidad. Cada vez aquella mujer se hacía más visible ante sus ojos. Mantenía la cabeza agachada, pero ya no le cabía la menos duda. “Francisca” susurro. ¿Qué hacía aquí? “Nada bueno” se respondió. Dio otro paso al frente con la espalda totalmente erguida.
-Francisca Montenegro- grito, para que llegase a oídos de esta, con la voz firme y seria.
Francisca salió de su estado de ensimismamiento al escuchar su nombre pronunciado de esa forma. Esa voz… Levantó la cabeza. Sí era él. Pero como…
-Se puede saber a qué has venido- dijo Raimundo visiblemente enfadado. – ya puedes marcharte por dónde has venido si no quieres que…- no pudo terminar la frase, Francisca lo interrumpió.
- Lo siento- dijo sin más.- yo no pretendía molestar, si siquiera sabía que me dirigía hasta aquí- dijo suavemente lanzando una mirada a su alrededor. Sin todavía entender como había llegado hasta las tierras de Raimundo. –No te preocupes, ya me voy. Siento haberte molestado.-
Con esto Francisca se dio media vuelta dejando a un Raimundo tremendamente desconcertado. Como era posible? Esa era Francisca? Porque motivo le había contestado así? sin mostrarse orgullosa, sin hacer gala de su carácter…
-Francisca- la llamo de nuevo, pero esta vez más suavemente.
La aludida se giró.
Raimundo avanzo un par de pasos.- ¿Te encuentras bien?- dijo con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Ella sonrió levemente. – No- contestó mientras se reiteraba con un suave movimiento de cabeza en señal de negación.
Él sintió que la curiosidad se esfumaba ante la respuesta de ella dejando que la preocupación le invadiese por completo.- Pero… ¿Qué te ocurre?, ¿Qué mal te atormenta?, ¿Estas mareada?, ¿Tienes fiebre?...-
-Raimundo- lo interrumpió de nuevo mientras una sonrisa irónica asomaba en el rostro de Francisca.-No cantes victoria todavía, aun no me voy a morir. Es solo cansancio.
Este suspiro aliviado.- No sabes cuánto me alegro- dijo educadamente intentando ocultar sus sentimientos.
-Alegrarte de que, de que no me vaya a morir o de que este cansada- repuso ella irónica.
Raimundo la miró exasperado. Como podía darle la vuelta a un simple acto de cortesía.
Francisca sonrió al ver la mirada que acababa de dedicarle. Si no podía tenerlo al menos disfrutaba haciéndolo rabiar. Eso la hacía sentirse de alguna manera cerca de él.
A él aquella sonrisa se le antojo tan deliciosa que… Meneó la cabeza, apartando con aquel movimiento sus pensamientos más mundanos.- ¿Que te trae por aquí Francisca?- dijo volviendo a la seriedad del principio, pero esta vez sin una pizca de enfado.
-Ya te lo he dicho. Estaba dando uno de los paseos que la doctora me aconsejo y…- no pudo terminar la frase.
-¿Doctora?- la interrumpió Raimundo- para que iba a aconsejarte la doctora paseos, no creo que si según tú el único mal que padeces es el cansancio la galena te recete paseos- dijo Raimundo orgulloso ante su expendida deducción.
- A que ese interés repentino por mi salud Raimundo- dijo ella astuta, sin explicarle nada de lo que él preguntaba.
-Digamos que… me gusta saber cuánto tiempo le queda a mi contrincante- dijo Raimundo disfrutando al ver como de los ojos de esta comenzaban a saltar chispas. Sintió que había ganado aquella lucha. Pero la guerra aún no había acabado.
-Ya te he dicho que no me voy a morir- dijo Francisca elevando el tono mientras se dirigía con pasos firmes hacia él. Estaba tremendamente enfadada. Se paró. Vaya, estaba tan enfadada que ni siquiera se había dado cuenta de que solo medio metro la separaban de Raimundo.
Él estaba quieto, inmóvil. Sin hacer nada. Solo sabía que su corazón había comenzado a palpitar de una manera que hacía tiempo que no lo hacía. Cada vez que ella estaba cerca sus pulsaciones eran irregulares pero ahora. Ahora sabía que su corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. No supo cómo ni que pensamiento había llegado a hacerlo pero respondió.-Y no quiero que lo hagas- su voz sonó suave, un susurro.
Ella buscó sus ojos desesperada ante las palabras que acababa de oír. En qué momento su enfado había desaparecido. Se preguntó sin buscar respuesta. Él estaba tan cerca…
Sus ojos se encontraron. Y sin saber quién había dado el paso se encontraron a solo un par de centímetros de distancia. Sin poder evitarlo sus labios se buscaron el uno al otro. Estaban tan cerca. Y sus corazones palpitaban tan rápido que la única forma de no morir era juntarlos. Quizás morirían al hacerlo pero había que intentarlo. Lo hicieron. Juntaron sus labios. Francisca separó un poco los suyos para que Raimundo pudiese atraparlos. Se besaron lentamente. Pero ambos eran demasiado tercos. Aun besándose seguían luchando. Olvidaron momentáneamente el rencor y el odio que decían sentir. No pensaron en nada. El ritmo del beso se aceleró. Disfrutaban de sus bocas. Dejándolos sin aliento. Definitivamente habían empatado. Se separaron al fin. Y de pronto, como si alguien los hubiese empujado a hacerlo, recuperaron la cordura. Se dieron cuenta de lo que habían hecho.
Francisca quería hablar pero no le salían las palabras de la boca. No podía decir nada. Tampoco quería pedir perdón por lo que había hecho. Ese beso le había devuelto las fuerzas que necesitaba. No quería pedir perdón. No se arrepentía.
-Francisca yo…- dijo Raimundo confuso. Francisca lo miraba deseando que no lo dijese. Si decía que lo sentía no lo perdonaría nunca.-yo…- repitió Raimundo- será mejor que me vaya.-terminó. Y sin más se giró. Dejando a Francisca inmóvil.
Camino con paso rápido. Como si corriese para dejar atrás el problema. Estaba enfadado, y no era con ella. Ese beso le había parecido perfecto. Sus ojos. Su mirada. Sus labios. Ella estaba tan hermosa. Estaba enfadado consigo mismo. Por haber huido. Por haber escapado de ella cuando le hubiese encantado seguir besándola hasta morir entre sus labios. Hasta quedar sin aliento. “Cobarde” se dijo.
Una lágrima cayó sobre la mejilla de Francisca. Lo siguió con la mirada hasta que Raimundo se perdió entre entre la maleza. Observó cómo su amor se iba. Llevandose su corazón con él.
#1891
12/09/2011 21:20
Jajajajaja, aay, chicas, es que me estoy riendo yo sola, jajaajajajajajaja.... En seguida subo esta locura que estoy escribiendo jijijijijij
#1892
12/09/2011 21:25
jaja miedo me dan tus ideas :) pero estoy deseando de leer a la paca borracha jaja
#1893
12/09/2011 21:30
jaajajajaja os pongo la primera parte,a ver qué os parece...
"Francisca borracha de amor por Raimundo"
Ya había anochecido y al fin podría tener un poco de paz y tranquilidad. Este había sido un día de locos.Se dirigió a la biblioteca con el único fin de esconderse por unas horas de todo lo que la rodeaba. Se le llevaban los demonios cada vez que veía a esa condenada partera colgada del brazo de su hijo.Tristán ni siquiera había prestado atención a la doctora cuando se la presentó esa misma tarde. Necesitaba olvidarse de la finca,de la conservera,de Soledad,de Tristán y esa muchacha deslenguada. necesitaba olvidarse de ella misma.
Se sirvió una copa de jerez. Dio un sorbo y dejó que el licor bajara quemándole la garganta.No está mal, pensó. Se giró hacia su mesa y abrió el cajón. Allí estaba, oculto de la vista de todos. Lo sacó con sumo cuidado y lo acarició. Maldito Raimundo. Siempre se encontraba presente en sus pensamientos aunque ella no quisiera. Desde la confesión que él le hizo días atrás no había podido dormir.Apenas comía.Solo las palabras retumbaban una y otra vez en su cabeza. Bebió otro sorbo. Empezaba a sentir calor. Abrió el libro por la primera página y leyó la dedicatoria. Todo se quedó en simples palabras, pensó. Me traicionaste. Apuró la copa de Jerez de un solo trago. Se levantó decidida a servirse otra. Eligió de manera aleatoria uno de los poemas:
Te amo…¿Por qué me odias?
Te odio…¿Por qué me amas?
Secreto es este el más triste
Y misterioso del alma
Mas ello es verdad…
¡Verdad dura y atormentadora!
Me odias porque te amo
Te amo porque me odias
Qué apropiado, pensó. Le sangró el corazón. ¿Por qué me odias Raimundo?. Bebió la segunda copa hasta vaciarla. Notaba su cuerpo relajado. Creo que me tomaré otra. Se sirvió otra copa. Tomó el libro y se sentó junto al ventanal. Leyó una y otra vez el mismo poema Secreto es este el más triste…Secreto,porque le amo.Te amo,Raimundo. Y alzó la copa brindando con un público imaginario y bebió de nuevo. Le entraron ganas de reir. Vaya,parece que este Jerez me está sentando de maravilla. Se levantó de la butaca tambaleándose ligeramente. Vaya,se me debió enganchar la falda, pensó. ¿Qué quiso decir Raimundo con que no podía matar los sentimientos que aún le inspiro?. Tal vez debería ir a preguntárselo. Si, era buena idea, e iría ahora mismo. Salió de la biblioteca y se encaminó hacia la salida de la casona. Uy, mi sombrero.Una señora de mi posición,no puede salir por ahí sin un bonito sombrero….Se lo puso de cualquier manera y salió al exterior.
Llegó a la plaza.¡Qué raro! No había nadie.Qué aburridos eran en ese pueblo.Pues tampoco es tan tarde! pensó. Vaya,la casa de comidas está cerrada.No importa,llamaré a la puerta.
"Francisca borracha de amor por Raimundo"
Ya había anochecido y al fin podría tener un poco de paz y tranquilidad. Este había sido un día de locos.Se dirigió a la biblioteca con el único fin de esconderse por unas horas de todo lo que la rodeaba. Se le llevaban los demonios cada vez que veía a esa condenada partera colgada del brazo de su hijo.Tristán ni siquiera había prestado atención a la doctora cuando se la presentó esa misma tarde. Necesitaba olvidarse de la finca,de la conservera,de Soledad,de Tristán y esa muchacha deslenguada. necesitaba olvidarse de ella misma.
Se sirvió una copa de jerez. Dio un sorbo y dejó que el licor bajara quemándole la garganta.No está mal, pensó. Se giró hacia su mesa y abrió el cajón. Allí estaba, oculto de la vista de todos. Lo sacó con sumo cuidado y lo acarició. Maldito Raimundo. Siempre se encontraba presente en sus pensamientos aunque ella no quisiera. Desde la confesión que él le hizo días atrás no había podido dormir.Apenas comía.Solo las palabras retumbaban una y otra vez en su cabeza. Bebió otro sorbo. Empezaba a sentir calor. Abrió el libro por la primera página y leyó la dedicatoria. Todo se quedó en simples palabras, pensó. Me traicionaste. Apuró la copa de Jerez de un solo trago. Se levantó decidida a servirse otra. Eligió de manera aleatoria uno de los poemas:
Te amo…¿Por qué me odias?
Te odio…¿Por qué me amas?
Secreto es este el más triste
Y misterioso del alma
Mas ello es verdad…
¡Verdad dura y atormentadora!
Me odias porque te amo
Te amo porque me odias
Qué apropiado, pensó. Le sangró el corazón. ¿Por qué me odias Raimundo?. Bebió la segunda copa hasta vaciarla. Notaba su cuerpo relajado. Creo que me tomaré otra. Se sirvió otra copa. Tomó el libro y se sentó junto al ventanal. Leyó una y otra vez el mismo poema Secreto es este el más triste…Secreto,porque le amo.Te amo,Raimundo. Y alzó la copa brindando con un público imaginario y bebió de nuevo. Le entraron ganas de reir. Vaya,parece que este Jerez me está sentando de maravilla. Se levantó de la butaca tambaleándose ligeramente. Vaya,se me debió enganchar la falda, pensó. ¿Qué quiso decir Raimundo con que no podía matar los sentimientos que aún le inspiro?. Tal vez debería ir a preguntárselo. Si, era buena idea, e iría ahora mismo. Salió de la biblioteca y se encaminó hacia la salida de la casona. Uy, mi sombrero.Una señora de mi posición,no puede salir por ahí sin un bonito sombrero….Se lo puso de cualquier manera y salió al exterior.
Llegó a la plaza.¡Qué raro! No había nadie.Qué aburridos eran en ese pueblo.Pues tampoco es tan tarde! pensó. Vaya,la casa de comidas está cerrada.No importa,llamaré a la puerta.
#1894
12/09/2011 21:31
Rocío, hija de mi vida!!!!! Me has dejado a mí también con las lágrimas cayendo por mis mejillas!!!!! BRAVO, BRAVO Y BRAVO
Me ha parecido tan real.....gracias. Es que este foro está lleno de talento!!!!!!
Sigue escribiendo porque disfrutamos con ello!!!!! De nuevo, enhorabuena!!!
EDITO: jajajajajjajajaja...Ruth, me parto de risa!!!! ay la Paca que se nos fue a ver al tabernero....tremenda se liará.
Me ha parecido tan real.....gracias. Es que este foro está lleno de talento!!!!!!Sigue escribiendo porque disfrutamos con ello!!!!! De nuevo, enhorabuena!!!
EDITO: jajajajajjajajaja...Ruth, me parto de risa!!!! ay la Paca que se nos fue a ver al tabernero....tremenda se liará.
#1895
12/09/2011 21:41
jajajaaja como se suelta la Doña con las copitas de jerez jaja si ya me gusta no quiero imaginarmela cuando tenga a su tabernero delante. jaja una señora no puede salir sin su sobrero claro que no. jaja
#1896
12/09/2011 21:45
Rocio,por favor BRAVOOO de verdad,me has hecho emocionarme no sabes como, maravilloso,maravilloso,como describes,es que lo estoy viendo y disfrutando y sufriendo cuando él se va..........estan tan en personaje,me encanta de verdad.
Ruth por favor esto promete jajajajaja,ay como se suelta,que si copita para arriba que si copita para abajo,me meo con los pensamientos,ay que llega a la casa de comidas,que jodia que me lo cortas en lo más interesante!!!!!!!!!!!!!!
Ruth por favor esto promete jajajajaja,ay como se suelta,que si copita para arriba que si copita para abajo,me meo con los pensamientos,ay que llega a la casa de comidas,que jodia que me lo cortas en lo más interesante!!!!!!!!!!!!!!
#1897
12/09/2011 21:53
continuo....
Aporreó la puerta. Nada.Silencio.Llamó de nuevo.¿será que no me oyen? Se retiró hacia atrás.Casi se cae. Francisca ¿estás perdiendo equilibrio? Se encogió de hombros. Mañana se lo diré a esa desagradable doctora. Arrugó la nariz.Un momento,yo iba a hacer algo…se daba golpecitos en la frente con el dedo índice mientras fruncía el ceño. Se carcajeo. No lo recuerdo…miro de frente. La casa de comidas.Oh! es cierto. Vine a hablar con Raimundo.
-¡¡Raimundooooooo!! ¡¡Raimundooooooooooooooooooooooooooooo!!
Raimundo se levantó sobresaltado.¿Qué loca estaba gritando su nombre en medio de la plaza?.Aunque esa voz…No,no puede ser.Bajó las escaleras y abrió la puerta de la casa de comidas.Lo que vio a continuación le dejó con los ojos abiertos como platos.
-¡Fra…Francisca…!-
Al oir su nombre,trató de enfocar la mirada.¿Había dos hombres? ¡Dos Raimundos! Rompió en carcajadas.Asi si uno se me cansa,tengo otro de repuesto. La sola idea hizo que se retorciera de la risa.
Raimundo se acercó asustado a ella -Francisca,¿te encuentras bien?
-Prefff…perfffect…Si- concluyó.¿Qué me pasa?. Él la observó. Tenía frente si a una Francisca despeinada,con el sombrero al revés,tambaleándose hasta casi perder el equilibrio y con una sonrisa bobalicona en los labios.
-Al fin te apareces,taberrrnero.Llevo un buen rrrato llamándote- se acercó hacia él dando tumbos. –No se debe hacer esperar así a una dama- levantó la cabeza con tanto ímpetu,que casi se cae de espaldas. Raimundo la alcanzó antes de que ocurriera. Francisca se encontró pegada al cuerpo de Raimundo y sintió aumentar su calor corporal.Aún más.
-Tenemos que habb..hablar,Raimundo- le dijo mientras sus dedos juguetones se enredaban en su barba. –Llevas barba- afirmó extrañada
Raimundo se dio cuenta de que Francisca estaba borracha.Su aliento y su…actitud lo confirmaba.
–Llevo barba desde hace 20 años Francisca- contestó resignado. –Se puede saber qué estás haciendo aquí a estas horas? ¿y en este estado?-
-¿Estoy en estado?- Francisca abrió tanto los ojos que Raimundo no pudo menos que reirse.
-No Francisca.Estás bebida- colocó un mechón de su pelo detrás de la oreja. -¿A qué has venido?- le preguntó suavemente.
Aporreó la puerta. Nada.Silencio.Llamó de nuevo.¿será que no me oyen? Se retiró hacia atrás.Casi se cae. Francisca ¿estás perdiendo equilibrio? Se encogió de hombros. Mañana se lo diré a esa desagradable doctora. Arrugó la nariz.Un momento,yo iba a hacer algo…se daba golpecitos en la frente con el dedo índice mientras fruncía el ceño. Se carcajeo. No lo recuerdo…miro de frente. La casa de comidas.Oh! es cierto. Vine a hablar con Raimundo.
-¡¡Raimundooooooo!! ¡¡Raimundooooooooooooooooooooooooooooo!!
Raimundo se levantó sobresaltado.¿Qué loca estaba gritando su nombre en medio de la plaza?.Aunque esa voz…No,no puede ser.Bajó las escaleras y abrió la puerta de la casa de comidas.Lo que vio a continuación le dejó con los ojos abiertos como platos.
-¡Fra…Francisca…!-
Al oir su nombre,trató de enfocar la mirada.¿Había dos hombres? ¡Dos Raimundos! Rompió en carcajadas.Asi si uno se me cansa,tengo otro de repuesto. La sola idea hizo que se retorciera de la risa.
Raimundo se acercó asustado a ella -Francisca,¿te encuentras bien?
-Prefff…perfffect…Si- concluyó.¿Qué me pasa?. Él la observó. Tenía frente si a una Francisca despeinada,con el sombrero al revés,tambaleándose hasta casi perder el equilibrio y con una sonrisa bobalicona en los labios.
-Al fin te apareces,taberrrnero.Llevo un buen rrrato llamándote- se acercó hacia él dando tumbos. –No se debe hacer esperar así a una dama- levantó la cabeza con tanto ímpetu,que casi se cae de espaldas. Raimundo la alcanzó antes de que ocurriera. Francisca se encontró pegada al cuerpo de Raimundo y sintió aumentar su calor corporal.Aún más.
-Tenemos que habb..hablar,Raimundo- le dijo mientras sus dedos juguetones se enredaban en su barba. –Llevas barba- afirmó extrañada
Raimundo se dio cuenta de que Francisca estaba borracha.Su aliento y su…actitud lo confirmaba.
–Llevo barba desde hace 20 años Francisca- contestó resignado. –Se puede saber qué estás haciendo aquí a estas horas? ¿y en este estado?-
-¿Estoy en estado?- Francisca abrió tanto los ojos que Raimundo no pudo menos que reirse.
-No Francisca.Estás bebida- colocó un mechón de su pelo detrás de la oreja. -¿A qué has venido?- le preguntó suavemente.
#1898
12/09/2011 21:59
Sólo puedo decir:
JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Dioos, que se me saltan las lágrimaas, ajajajajajajajajajaajajjaa.
Estoy en estado???






JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Dioos, que se me saltan las lágrimaas, ajajajajajajajajajaajajjaa.
Estoy en estado???







#1899
12/09/2011 22:02
Ains me tengo que ir. Mañana leere como continuan vuestras historias. Pero estoy segura de que me ire esta noche con una sonrisa de oreja a oreja.
Buenas noches a todas. Un beso.
Buenas noches a todas. Un beso.
#1900
12/09/2011 22:05
jajajajjajaja
QUE GRANDE QUE GRANDE
Mi madre me mira con cara de estas loca xDDDDDDD,en serio me estoy meando sola.
Soy fan de la Paca borracha,he dicho

Que perlas,que perlas, "Estoy en estado" "Tienes barba" jajajajja
Buenas noches Rocío :)
QUE GRANDE QUE GRANDE
Mi madre me mira con cara de estas loca xDDDDDDD,en serio me estoy meando sola.
Soy fan de la Paca borracha,he dicho

Que perlas,que perlas, "Estoy en estado" "Tienes barba" jajajajja
Buenas noches Rocío :)