El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon

Fernando como te pille te repateo los huevos, pegarle a una mujer, eres un cobarde, Alicia, más le tendrías que haber dado, como se entere Alejandro de que el imbecil ese le ha querido pegar a Alicia...no,no quiero ni pensarlo.
Joer, antes triste, ahora de mala leche, no se si esperarme y seguir leyendo por que a la próxima igual hago algo que yo que se QUE YO ESTOY MUUUUUUUUUUUUUUUY LOCA

yo creo que el tema de la Paca y rai lo dejan para la última temporada de la serie.. allá para cuando santiago perdió la cabeza.. En estos momentos estos mataguionistas (como se refiere a ellos masiar) no dan más de si y prefieren tener esa tensión sexual en la que ni coinciden. Hay veces que pienso que si Rai y la Paca se conocen

Veenga, Mariajo, para que te vayas con una sonrisa a la cama, jeje. Este trocito lo colgué en el hilo de acercamiento entre rai y paca, pero creo que también debe estar aquí. Son los pensamientos de Rai cuando su pequeña le acaricia la cara después de lo de Virtudes...

"Estás tan cerca... y a la vez tan lejos, mi pequeña. Apenas unos centímetros nos separan. Siento tu aliento en mi piel. Tus hermosos ojos me miran y lo hacen como cuando teníamos veinte años, llenos de ese amor inquebrantable. Siento que mi corazón se para. Por vez primera en tanto tiempo, no me miras con odio ni con rencor. Pareces otra vez aquella deliciosa muchacha de la que me enamoré perdidamente nada más verla... aquel ángel travieso al que me rendí sin condiciones. Me preguntas que por qué las cosas no fueron de otra manera. Y el dolor de mi alma es tanto que ni me sale la voz. Tu mano acaricia mi mejilla, sembrando mil escalofríos a cada toque. Ese contacto me quema, me mata, me arranca la vida para devolvérmela después. Te miro como el reo torturado que soy. El condenado a muerte de amor que pagará su cadena perpetua amándote hasta el fin de mis días. Sé que ese es mi destino. Lo supe desde que tuve que abandonarte. Supe que jamás podría dejar de quererte, pasase lo que pasase y me hicieras lo que me hicieras. ¿Qué clase de veneno me has dado, Francisca,? Ni siquiera soy capaz de mirarte con rencor por lo que le hiciste a Sebastián, a mi propio hijo. Todo lo que puedo hacer es morir por tí... sabiendo que ni la muerte podrá dar descanso a mi corazón. Desearía arrancarte de mi alma, pero bien sé que es imposible. Desearía borrar la tristeza de tu rostro besándote hasta la locura, pero por primera vez en mi vida soy un cobarde. Este amor es tan inmenso que me asusta. Verte tan cerca lo ha despertado por completo y lo único que puedo hacer es retroceder. Retroceder por cobardía... Retroceder como un animal herido de muerte que sabe que no tiene salvación."

me niego third,que no lo dejen para la última temporada porque me presento en la grabación y les monto un pollo que para qué queremos mas...!!!

Es que pienso como tu,a veces digo: No se deben conocer,porque no se ven nunca,apenas hablan el uno del otro...total para qué!! si solo estuvieron enamorados,a punto de casarse y tienen un hijo!! (porque a mi no me baja nadie del burro de que Tristan es un Ulloa)
Vamos,nada interesante,¿verdad?

Es que si no dan escenas juntos,al menos que les den por separado pero pensando en el otro!!!!! quiero flashbacks de ellos de jóvenes! necesito saber más de esa historia!
Asco de guionistas

lna (ya te lo puse en el otro hilo)

J0OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO que preciosidad, tía que pasada, y lo mejor es que precisamente eso es lo que parecía que estaba pasando por su cabeza, que fuerte.
Bueno guapas me voy a mimir que mañana madrugo, si escribis algo más mañana lo leo cuando me levante
Ina, si quieres reunir a mis chicos no te cortes, después de este disgusto Alicia necesita mimetes
Kera si te apetece casonaencuentro adelante, que la paca necesita a Rai más que nunca
Natalia si necesitas a alguien que mate a la Carmen de las narices, ponme la primera en la lista

Un besooooooooooo y buenas noches

mariajo,todo se andará de momento Rai va hacia la Casona...

chicas,yo también me voy a la cama,que hoy he tenido día movido y mañana también
Besos!

Mariajo preciosooooo preciosooooo.. Con lo feliz que sería yo teniéndote a ti guionizando a la Paca y a rai

kerala yo me temo que estos no tienen el cuajo que hay que tener para desarrollar la historia de Rai y paca en condiciones y como no lo tienen pues alé a dejarlos sin escenas hasta que se les bara la sesera y que parezca que ya ni son amigos, enemigos ni son nada, si te he visto no me acuerdo. ¡Voy a desear que alguna mujer se agencie al rai para ver a la Paca celosa yendo a visitar a nuestro rai y coqueteando con él!

ay!! que no me acordaba yo de esa visión...un trozo del "pechito" de Raimundo



Voy a ver si escribo un ratito y os lo subo antes de irme

¡Relatos, relatos! Que así se entretiene una leyendoos y amenizáis el día. Ina siempre te digo lo mismo pero me encanta tu historia, la forma de desarrollarla.. Kerala esperando los tuyos.

Edito: Ese Rai, que nos tiene enganchadas

Glupss, cómo está este Rai... ¿Os lo imagináis sin la camisa? ¿Y os imagináis la cara de nuestra Paca si lo viese sin camisa? Estoy segurísima de que se le olvidaría discutir con él, jajajaja.

Raimundooo capulloo queremos un hijo tuyooo! Y la Paca... porque ya no puede quedarse embarazada, que si no... Aunque bueno, en Mi destino eres tú... de gemelos, jajajajaa.

En breve subo otro trocito de historia...

La paca se volvería loca al verle sin camisa,y nosotras igual
Me tiene loquita este Raimundo

Bueno chicas,os subo un cachito de mi relato.Espeo que os guste!!


Se refugió en la biblioteca. Necesitaba un poco de paz y tranquilidad. Agradecía los cuidados de Soledad, pero como esa muchacha volviera a decirle lo que podía o no podía hacer iba a volverse loca. Se sentó tras la mesa de su despacho y abrió el cajón. Sacó cuidadosamente el libro que había al fondo y lo abrió por la primera página.

“Que estas rimas sean el principio de una pasión compartida
R.”

Raimundo. Cómo había recordado a ese condenado tabernero todos estos días pasados. Bueno, en realidad, le había recordado cada hora, cada minuto y cada segundo de su triste vida. Acarició cada una de las palabras que él le había escrito con suavidad por miedo a que el roce de sus dedos las hiciera desaparecer. Volvieron a su mente las palabras que cruzó con él no hace tanto tiempo.”Cuán distinto hubiera sido todo si tu…nosotros…”.Ellos.Su amor.Pero solo hubo sufrimiento y dolor por la separación. Y lucha. También rencor. Sentía que sus disputas con él habían conseguido que cada mañana pudiera levantarse de la cama y afrontar un nuevo día solo por el simple hecho de que quizá podrían cruzar sus miradas aunque fuera bajo las duras palabras de una pelea. Sonrió. Realmente Raimundo era un buen contrincante. Pero también era algo mucho más importante para ella. Era su vida. Era su amor.

Se levantó y fue hacia la ventana. Se acomodó en su silla, cerró los ojos y recordó. Volvía a ser una niña de 15 años corriendo despreocupada por el campo. Pero siempre con él a su lado. Los dos riendo, los dos hablando, los dos besándose con pasión, los dos…amándose. Aferró el libro contra su pecho, aquel que él le había regalado hace tanto tiempo y que ella había conservado como su mayor tesoro. Y lloró. Lloró por su amor perdido y por la vida que no había podido disfrutar junto a él.

Raimundo observaba a Francisca desde la puerta de la biblioteca. Se había colado en la Casona sin hacer ruido. Necesita verla y sanar su alma atormentada. La de Francisca y la suya propia. Pero no contaba con verla aferrada a aquel libro que tanto significaba para los dos. Su corazón se paró por un instante, para volver a latir a continuación con más fuerza si cabe. Sin hacer ruido se acercó hasta ella. Una sonrisa llena de ternura y de amor se dibujó en su rostro al contemplarla. ¡Era tan bella! ¡Cómo había podido sobrevivir todo este tiempo sin ella! Pero sobre todo, cómo iba a poder vivir en un mundo sin ella...

Francisca tenía grabado a fuego en su alma cada momento vivido con Raimundo. Sonrió dulcemente y se ruborizó al evocar los momentos de pasión que habían compartido. Recordaba a la perfección cada línea de su cara y cada pliegue de su cuerpo. Su olor. Ese aroma a jabón y madera. Y a hombre. Sus fosas se abrieron para volver a aspirar ese perfume.

Y susurró…-Raimundo…-

-Mi pequeña…-

Francisca abrió suavemente los ojos para volver a perderse en la profundidad de los ojos castaños de Raimundo, que en ese momento estaba arrodillado junto a ella.

Ayyyy Kerala contínualo pronto contínualo.. El final con Francisca despertando mirando los ojos de Raimundo... Que preciosidad!!

Por favor que bonito, tengo los pelos de punta, que romántico, cacho perra me has emocionado SIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

Pasaron varios minutos que a ellos les parecieron segundos.No dejaron de mirarse ni un solo momento, y cada uno encontró en la mirada del otro ese amor que los había unido y que seguía ahí con más fuerza que entonces.

-¿Por qué?- lloró Francisca - ¿Por qué Raimundo?-

Él no pudo controlarse por mas tiempo y tomó su rostro con ambas manos.Bebió cada una de sus lagrimas, que se mezclaban con las suyas propias. Francisca buscó su boca y se fundieron al fin en un demoledor beso cargado de dudas,de rencor,de ansiedad,de miedo. Pero sobre todo,de amor. El tiempo se paró para ellos. No existía nada ni nadie que no fueran ellos dos y ese amor que les consumía.

Separaron sus bocas un instante. Raimundo apoyó su frente en la de Francisca y le dijo:

-No soportaré vivir sin ti amor mio. No puedo perderte otra vez. Nunca he dejado de amarte, y mi corazón seguirá siendo tuyo más allá de la muerte.

Francisca acarició su rostro y solo atinó a decir

-¿Acaso crees que yo deje de ser tuya en algún instante?

Se miraron a los ojos y se besaron apasionadamente. Francisca olvidó los convencionalismos y dejó hablar a su corazón. Sabía que existía la posibilidad de que no le quedara demasiado tiempo y no estaba dispuesta a desperdiciarlo.

-Quédate conmigo esta noche, Raimundo. Necesito sentirte junto a mi, dentro de mi...-

Raimundo se perdió en su mirada. -Mi pequeña...Ni el mismísimo diablo podría arrancarme ahora mismo de tu lado-

La besó suavemente y la alzó en sus brazos. Francisca se apoyó en su pecho mientras el gran y único amor de su vida la subía escaleras arriba camino de su habitación.

POR FAVOR QUE ME MUEROOOOOOOOOOO, tía que preciosidad, cuando la paca se ha echado a llorar casi lloro yo también y Raimundo...¿se puede ser más dulce? de verdad Kera que es precioso, me encanta

que bonitoooo!!!! sigueee por favor...!!pobre francisca...no se puede morir!

He muerto he muerto leyendo esta delicia kerala.. me ha pasado igual que a Mariajo he llegado a la parte en que Francisca se derrumba y estaba yo con lágrimas en los ojos... Definitivamente estoy más enganchada a vuestras historias que a la serie..

Alejandro Montenegro se recostó boca arriba en su lecho. Era inútil. Llevaba tres horas intentando dormir sin lograrlo en absoluto. Giró la cabeza y por vez primera, se preguntó cómo era posible que Elena y él durmieran en habitaciones separadas. ¿Qué clase de matrimonio era el suyo? No era que le importase, desde luego. Su matrimonio había sido todo lo que dictaban las convenientes normas sociales. Nunca hasta ahora había reparado en ello. Elena y él hacían una aristocrática pareja a la que todos envidiaban. Sintió un enorme vacío en su interior. Él nunca había amado a su esposa. A pesar de que tiempo atrás lo había intentado. Pero sencillamente, ese intento había sido un fracaso. Nunca podría amarla siendo como era. Fría, distante, manipuladora, sin un ápice de compasión, incapaz de mostrar amor por nadie, ni siquiera por su propia hija.

Los oscuros ojos de Alejandro se perdieron en el infinito. De pronto, la imagen de Alicia apareció en su pensamiento. Le pareció oír su risa cristalina, ver sus ojos de chocolate brillando traviesos. Sintió un vuelco en el corazón al recordarla empapada por completo y se le dibujó una sonrisa pensando que aún así, no había perdido un ápice de ese orgullo cabezota que parecían tener todos los Ulloa. Tragó saliva al recordar lo que había ocurrido aquella tarde. Sintió de nuevo la deliciosa boca entre sus labios, haciéndole perder la razón. Giró torturado en el lecho. No podía... no podía ser. ¿Por qué se le había ocurrido besarla? No lo sabía. Lo único que acertaba a entender era que en ese momento simplemente no pudo resistir tenerla tan cerca y no atrapar su boca.

Procuró serenarse. Había sido un impulso, cierto. Pero no volvería a ocurrir. -”¿Entonces, por qué no haces otra cosa que rememorar ese beso?”- le preguntó irónica su propia conciencia. Alejandro sacudió la cabeza, desesperado, como si quisiera arrancar de su mente aquel torbellino de pensamientos. Pero otro recuerdo le asaltó. La imagen de una dolida Alicia que se marchaba después de oírle decir que aquello había sido un accidente. Alejandro apartó las sábanas, y se levantó. No podía soportar estar acostado ni un minuto más. Abrió la puerta y sus pies le llevaron hasta la cocina, casi sin proponérselo. Se sentó a la mesa y apoyó su desesperada cabeza entre sus manos.

Francisca bajó silenciosa las escaleras hasta la cocina. Iba a dirigirse a la alacena para coger un vaso cuando se detuvo sorprendida. Su padre estaba sentado a la mesa, sosteniendo su frente con las manos, en un ademán de completa desesperanza. La joven sintió que algo se rompía en su interior al verle así. Se acercó y puso una mano suave en el hombro de él. Alejandro se sobresaltó y alzó la mirada para encontrarse los hermosos ojos de su hija.
- Francisca...- susurró.- ¿Qué haces aquí? No te oí... llegar.
- He venido a por un vaso de agua.- explicó ella mirándole a la vez con pena y cariño.

Alejandro asintió. No pudo seguir sosteniendo la escrutadora y a la vez tierna mirada de su hija. Bajó los ojos sin poder decir nada. Francisca se sentó a su lado.
- Padre, deje de torturarse.- le susurró.
- Yo... no me estoy torturando.- Alejandro intentó recuperar su habitual compostura. Francisca sonrió medio irónica, medio compasiva.
- No, por supuesto.- contestó. La joven sacudió la cabeza.- Padre, cuanto antes acepte la verdad, más tranquilo se quedará. Hágame caso.
- ¿Qué verdad?- preguntó él sintiendo un aguijón en su interior.
- Ésa que usted y yo sabemos.- Francisca le guiñó un ojo.- Que en el fondo está deseando que Alicia se vuelva a “ahogar” para socorrerla.
- ¿¡Qué estás...!?- de pronto pareció recordar que eran las tres de la mañana y bajó la voz.- ¿De qué estás hablando?- preguntó él desquiciado.- Yo no...
- Padre, deje de negarlo.- resopló Francisca ya un poquito harta.- Es más que evidente que Alicia le gusta... y yo diría que bastante. No tiene por qué avergonzarse de ello.

Alejandro miró a su hija perplejo ante la naturalidad con la que hablaba, como si lo hiciera del tiempo en lugar de aquel asunto.
- Pero... ¿cómo puedes hablar de algo así como si tal cosa? ¿Acaso no te importa?
- Lo único que me importa, padre, es que usted sea feliz. Y si Alicia es capaz de lograrlo, pues bienvenida sea.

Él la miró nuevamente atónito mientras Francisca bebía con soltura el agua. Dejó el vaso y le devolvió una sonrisa a su padre. Alejandro sentía que su perplejidad cedía paso a la adoración que sentía por aquella muchacha tan bella como valiente. La miró como si no la hubiese visto antes, advirtiendo por primera vez que su hija ya no era aquella niñita que le robaba el corazón. Era una mujer, una verdadera mujer. La más decidida, valiente, hermosa y noble. Capaz de luchar hasta la muerte sin rendirse. Sólo tenía dieciocho años, pero en aquel momento esa joven le pareció mucho más sabia que él mismo.
- Mi niña... cómo has cambiado... - susurró entre triste y orgulloso.- Qué rápido pasa el tiempo... Ya no volveré a tener aquella niña que se sentaba en mis rodillas cuando le leía un cuento para dormir. Ahora ya no eres mi pequeña.- dijo con un nudo en la garganta.

Francisca sintió que el corazón se le rompía. Se levantó y se sentó en el regazo de su padre.
- Yo siempre seré su niña, padre. Eso nada lo cambiará.

Alejandro sonrió con una lágrima en sus ojos y abrazó a su hija contra su corazón. Francisca apoyó la cabeza feliz en el pecho de su padre. Permanecieron abrazados sin poder separarse. Francisca hizo un mohín gracioso mientras jugueteaba con el encaje de su camisón.
- ¿Ha pensado qué va a decirle a Alicia cuando la vuelva a ver?- preguntó con un peculiar tono de voz.- Aunque a veces... las palabras sobran.- dijo con una risita divertida.
Alejandro resopló y separó a su hija para mirarla.
- Lo dices como si hablase la voz de la experiencia.- le dijo con fingido enfado.
Francisca sonrió.
- Bueno... sólo digo que va a tener que emplearse a fondo si quiere que ella le perdone. Si Raimundo me hubiese hecho algo así...- meneó la cabeza.- Lo que le digo. Va a tener que ensayar una muy buena disculpa.
Alejandro la miró un poco culpable.
- ¿Crees que... podrá perdonarme?
- Yo creo que primero intentará matarle.- dijo ella tan tranquila.- Pero si usted logra hacerla callar antes de que lo consiga, tendrá bastante terreno ganado.
- ¿Hacerla callar?- él la miró desesperado.- Como si eso fuese tan sencillo...
Francisca le miró con una expresión entre cansada y reprobadora.
- Parece mentira que sea yo la que le tenga que decir lo que debe hacer.- dijo irónica.- ¿Por qué no le pregunta a Esteban... o mejor aún, a Raimundo? Estoy segura de que le aconsejarían perfectamente.- terminó burlona.

Sin más, Francisca le besó cariñosa en la mejilla y se levantó de su regazo. Alejandro parecía haberse quedado de piedra tras su última frase.
- ¿Qué... has querido decir?
- Pues... sólo le digo que ese problema de cómo hacer callar no lo tiene Raimundo en absoluto.- añadió ella divertida.

Después de soltar semejante bomba, Francisca se marchó antes de que su padre pudiera reaccionar. Alejandro sintió que se lo llevaban los demonios al pensar en Raimundo Ulloa. Pero después no pudo evitar sonreír. Por vez primera se dio cuenta de que, a pesar de la condenada gracia que le hacía intuir lo que esos dos hacían cuando nadie les vigilaba, Raimundo no sólo había ganado el corazón de Francisca. Sí, debía reconocer que apreciaba sinceramente a ese joven.

Edito: Kerala... dios de mi vida, me has arrancado las lágrimas. No puedes dejar que nuestra Paca se separe de Rai para siempre. NOO

Precioso Ruth!!!! Con las lágrimas me has dejado.....me ha encantado que la Paca le haya pedido que se quedara, que hermoso!!!!

Adoro a Francisca de verdad que sí, de joven y de mayor es la bomba...
yo también quiero saber como se las va a arreglar Alejandro para que Alicia le perdone, va a tener que sudar tinta china je je. Así que le gusta bastante, ya claro, lo que pasa es que estas enamorado, pero no lo quieres reconocer.
Ay Alejandro mio a ver como te las compones por que Alicia entre lo del "accidente" y lo de Fernando debe de estar fina.