El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon

Seguimos con Eres mi verdad...

Raimundo la tomó de la mano y continuaron felices la senda. Estaban acercándose al remanso del río. Francisca seguía lamentándose de no haber podido pillar a su padre y a Alicia en una escena comprometida cuando, de pronto, Raimundo se quedó paralizado.
- ¿Qué te pasa Raimundo?- preguntó ella preocupada.
- Que... me parece que... tus deseos se han convertido en realidad.- dijo casi sin aire mirando al frente.

Ella le observó sin comprender. Siguió su mirada y la mandíbula se le descolgó. A apenas unos metros de distancia se encontraban Alicia y su padre, tirados en el prado y besándose como si el mundo se acabara mañana. Francisca se pellizcó para comprobar que no estaba soñando. Cierto, no estaba soñando. Intentó cerrar la boca sin éxito. ¿Se le habría desencajado la mandíbula? Raimundo meneó la cabeza.
- Creo que... es mejor que nos marchemos.- dijo en voz baja.
Ella por fin pudo cerrar sus labios y miró perpleja al joven.
- ¿Marcharnos? De eso nada.

Sin más preámbulos, la joven se encaminó decidida hacia la feliz pareja que retozaba en el prado. Raimundo la miró con horror. Después la siguió, alcanzándola.
- Francisca, ¿qué diablos vas a hacer?
- Si crees que me voy a quedar cruzada de brazos después de ver eso, estás muy equivocado.- dijo ella firme.
- Pero...- Raimundo la miró. Esa chica le iba a volver loco. Bueno, a decir verdad, eso ya lo había hecho.- Creía que no te importaba. Dijiste que hasta todos saldríamos ganando.- dijo él agitando los brazos casi con desesperación.

Francisca no pudo evitar reírse, pensando lo adorable que parecía Raimundo con esa cara de no entender nada y ese gesto tan típico suyo. Le dedicó una traviesa mirada.
- Y así es. No me importa en absoluto. Al contrario. Celebro que mi padre, por una vez, pueda ser feliz. Se lo merece más que nadie.
- ¿Entonces?
La joven se cruzó de brazos y sonrió maliciosa.
- Eso no quita para que me vengue por... aquella ocasión en la que él nos interrumpió a nosotros, escopeta en ristre.

Le guiñó un ojo a un atónito Raimundo y sin más, se plantó frente a la acaramelada pareja soltando un nada discreto carraspeo. Alejandro pareció volver a la realidad y rompió el beso. Vio que Alicia estaba deliciosamente ruborizada y también aterrada. Él frunció el ceño sin entender. Alzó los ojos y se quedó sin aire. Su hija estaba en pie delante de ellos, con los brazos cruzados y una expresión muy peculiar en la cara.

Jajajajajajajaaaaaaaaa me parto de la risa,muy típico de Francisca
Me muero por saber qué explicación van a dar esos dos

Luego al rato,subo un cachito de mi relato,vale?

Esto no es normal: ¡Me desengancho de la serie y no puedo evitar engancharme a las historias de Ina! No dejes de escribir. Jajaja esta Paca nuestra

La joven se cruzó de brazos y sonrió maliciosa.
- Eso no quita para que me vengue por... aquella ocasión en la que él nos interrumpió a nosotros, escopeta en ristre.

Le guiñó un ojo a un atónito Raimundo y sin más, se plantó frente a la acaramelada pareja soltando un nada discreto carraspeo. Alejandro pareció volver a la realidad y rompió el beso. Vio que Alicia estaba deliciosamente ruborizada y también aterrada. Él frunció el ceño sin entender. Alzó los ojos y se quedó sin aire. Su hija estaba en pie delante de ellos, con los brazos cruzados y una expresión muy peculiar en la cara. Alejandro tragó saliva, deseando que se lo tragara la tierra o que le fulminase un rayo. Estaba tan paralizado y avergonzado que por una vez en su vida, no le salieron las palabras. ¿Qué se suponía que debía decir en esa situación? ¿Y quién diablos podía decir nada al ver a Francisca clavando fijamente sus preciosos ojos castaños en él mientras alzaba una ceja entre acusadora y divertida?
Raimundo vio la cara que estaba poniendo el pobre de su suegro y se apiadó de él. Se colocó al lado de Francisca.
- Buenas... tardes.- saludó cortés, intentando cortar el hielo, mientras le dedicaba una inclinación de cabeza a Alejandro y a su prima.
- Y tan buenas.- dijo Francisca irónica.
Alejandro se puso rápido en pie. Alicia le imitó.
- Buenas tardes.- contestó Alejandro mirando a Raimundo.
- Hace una estupenda tarde.- Raimundo se exprimió el cerebro intentando componer una insustancial conversación.- Francisca y yo aprovechamos para ir a merendar al otro lado del lago.
- Y está visto que no hemos sido los únicos que han aprovechado la tarde.- añadió irónica la joven Montenegro mientras les evaluaba astuta. Frunció el ceño.- Lo que no acabo de entender... es por qué diablos están ustedes empapados.- dijo alzando una ceja.

Raimundo fulminó con la mirada a Francisca. Alejandro tragó saliva y miró su mejor traje hecho un verdadero desastre. Alicia se irguió digna, a pesar de todo.
- Pues... estamos empapados porque... tuve un percance y me caí al río.- dijo sin pensar.
Alejandro la miró como si fuese un bicho raro. Raimundo puso los ojos en blanco y Francisca esbozó una irónica sonrisa.
- Entiendo... y déjeme adivinar. Mi padre la rescató cual caballero andante, ¿cierto?
Alicia la fulminó con la mirada. A esa condenada muchacha no se le escapaba una. Pero no sabía que a una Ulloa no se la vence tan fácilmente.
- Cierto.- dijo ella irguiéndose firme.
- Y claro, tuvo que hacerle el boca a boca.- terminó Francisca haciendo una mueca burlona.
Alejandro sintió que moría de la vergüenza. Raimundo sintió de nuevo compasión por él. Alicia atravesó con la mirada a Francisca.
- Bueno, digamos que el boca a boca que me tuviese que hacer tu padre es un eufemismo parecido al irse “a merendar”.- le soltó Alicia. Miró primero a Raimundo y después clavó su mirada maliciosa en Francisca.- Seguro que esa “merienda” estuvo deliciosa, ¿cierto?

Esta vez fue Francisca la que la fulminó con los ojos. Raimundo y Alejandro miraban a ambas mujeres como si intuyeran la hecatombe.
- Creo que... deberíamos tranquilizarnos todos un poco.- empezó Raimundo.
- No te metas en esto.- le dijeron a la vez Francisca y Alicia.
Raimundo meneó la cabeza desesperado.
- Pues lo siento, pero voy a hacerlo.- dijo resoplando obstinado. Miró a su prima.- Es cierto. Totalmente cierto. Francisca y yo, además de merendar, nos hemos besado. Y ustedes dos, además de nadar en el río, también se han besado. Punto. Tampoco hace falta declarar una guerra por eso.

Alejandro miró sorprendido al joven. Ese Ulloa tenía realmente mucho valor como para enfrentarse a semejantes oponentes. Alicia sonrió al ver la cara que estaba poniendo Francisca.
- Estoy totalmente de acuerdo contigo, primo.
Francisca bufó enfadada y fulminó con los ojos a Raimundo.
- ¿Que no hace falta declarar ninguna guerra? No, claro.- dijo sarcástica.- Sin embargo ahora tú deberías soltarle un perdigonazo a mi padre por propasarse con tu prima, ¿no crees?

Alejandró sintió un pinchazo de culpabilidad. Sí, Francisca tenía bastante razón. Raimundo miró a Alejandro y meneó la cabeza.
- Creo que ya te has vengado bastante. Tu lengua es peor que todos los perdigonazos.- dijo mirando a Francisca con una sonrisa un tanto reprobadora.
- Ya me disculpé con Raimundo por aquel... incidente.- intervino Alejandro, mirando también a su hija. - Y le reitero mis disculpas si es necesario.
- No lo es.- Raimundo le dedicó una sonrisa a su suegro.- No se preocupe.

Francisca soltó otro bufido, cruzándose de brazos. Alejandro intentó decirle algo pero ella fue más rápida.
- Muy bien. No hay guerra que declarar. A mí no me importa en absoluto que bese a Alicia.- dijo ella sagaz.- Pero a cambio, a usted padre, tampoco deberá importarle que yo haga lo propio con Raimundo.
Todos la miraron sorprendidos. Alicia empezó a esbozar una sonrisa. Esa chica era la bomba, desde luego. Una auténtica maestra a la hora de lograr lo que se proponía. Alejandro la miró perplejo.
- ¿Me estás chantajeando?- preguntó con la boca abierta.
- Tampoco hay que definirlo así.- repuso ella, un poquito incómoda.- Digamos que es una especie de trato.
Alejandro clavó sus ojos en los de su hija. Desde luego... esa joven llevaba su sangre. No cabía duda. Se sintió a la vez orgulloso y a la vez enfadado.
- Lamento decirte que ese trato no es posible. Es cierto que... besé a Alicia.- tragó saliva, incómodo.- … pero eso no volverá a ocurrir. Fue un... accidente. Así que ese trato no puede llevarse a cabo.- dijo victorioso.- No tienes nada con qué negociar.
Alicia sintió que algo se rompía en su interior al oír sus palabras. Raimundo pareció advertirlo y dedicó una mirada cariñosa a su prima. Francisca sonrió.
- ¿Está seguro de que no volverá a ocurrir?- preguntó ella sagaz.
- Completamente.- afirmó Alejandro con voz tajante.
Alicia sintió que no podía soportarlo más. Se sentía furiosa con Alejandro y furiosa consigo misma por aquella estupidez. Sí, eso era. Una estupidez. Apretó los puños.
- Si me disculpan, creo que me voy a ir a casa. Estoy empapada y sería ridículo que acabara pillando una pulmonía por un... “accidente”.- dijo con amargo sarcasmo.- Francisca.- la saludó. Se volvió a su primo.- Luego te veo en casa, Raimundo.
Echó a andar como si la persiguieran, sin dirigirle ni una mirada a Alejandro. Él la miró algo angustiado. Francisca intentó contener el impulso de darle un cogotazo a su padre. Raimundo suspiró.
- Es mejor que la acompañe. Está oscureciendo.- tomó a Francisca por la cintura y la besó tierno.- Hasta mañana, mi pequeña.
- Hasta mañana.- le dijo acariciando su mejilla.
Raimundo soltó a Francisca con esfuerzo y se despidió de Alejandro con una cortés inclinación de cabeza. Después salió corriendo tras Alicia. Padre e hija se quedaron inmóviles, contemplándose. Francisca meneó la cabeza.
- Ande padre, vayamos a casa. A ver si usted también pesca una pulmonía por “accidente”.

Los hombres escaqueando el bulto como siempre
Que no le va a volver a besar dice...jajaja,iluso...Y lo q no es besar le vas a hacer!
Me encanta lna

Hola chicas. Reitero lo que decís del capítulo. Ha sido aburrido a más no poder. Los Mirañar cansan de veras. Lo único que destaco es la escena de Paca y el alcalde y el corte que le ha hecho Paca a Mauricio con "tengo que decirle a Rosario que no eche tanta azúcar al café".
Prefiero una y mil veces los relatos que rulan por aquí que la serie en estos momentos. Ina y Kerala, fantásticas. Me ha encantado ver a la Paca regañando. Y Kerala, me encanta la intriga que creas con la enfermedad de la Paca. Ojalá enganchen en la serie con algo así.Sin más dilación os dejo con mi relato. Pero eso sí, si os empieza a aburrir como la novela decídmelo por fa.


Pasaban los días y Francisca no había tenido noticias de Carmen y Raimundo. Eso le sentó bien ya que si en el pueblo no decían nada es que ella no se había acercado a él. Nada más lejos de la realidad.
Francisca estaba en el salón leyendo cuando entró Mauricio.
- Hace horas que te espero para que me des el parte del día. ¿Dónde diablos te habías metido?
- Lo siento señora. Pero una urgencia en los campos me entretuvo.
- Siempre con tus excusas. No sé cómo no me he cansado de ti.
- Señora, los terrenos de las judías siguen arrasados. Estamos trabajando a destajo para sacarlos adelante pero va a estar complicado.
- ¿Algo más? – le dijo Francisca fulminándole con la mirada.
- Nada más señora.
- Bien… puedes irte.
Mauricio dio media vuelta para irse pero en el último momento rectificó. “Ahora voy a devolverte parte de todos esos insultos y maltratos. Sé dónde puedo herirte.”
- Un segundo señora. Me preguntaba si quería que tomara represalias contra el Ulloa.
Francisca levantó la mirada extrañada.
- ¿Por qué iba a querer eso?
- Porque ese gañán ha vuelto despreciarla. Las gentes del pueblo comentan desde hace días que esa tal Carmen y él andan muy juntos. Todos los días él la invita a vino por las noches y la gente les ve hablando muy animadamente. Se rumorea por el pueblo que esos dos andan muy acaramelados.
A Francisca se le heló la sangre. No… no podía pasar por lo mismo que con Natalia. No podría soportarlo otra vez.
- Márchate Mauricio y… asegúrate de que… es cierto eso.- dijo Francisca con dificultad.
- Sí señora.- dijo Mauricio que se marchó con aire triunfador
Francisca se encontraba en el despacho pero no podía trabajar. No podía dejar de pensar en la conversación que tuvo con Carmen. Era una mujer hermosa y trabajadora que se había fijado en Raimundo como era de esperar. Sólo que ella no lo esperaba. Estaba acostumbrada a tenerlo para ella y sus discusiones y no se paró a pensar que se podía fijar en otra mujer. La inquietud invadía su mente y no la dejaba concentrarse. Volvió a maldecirse a sí misma por no haberle dicho a Raimundo lo que sentía por él. Tampoco olvidar lo que le había dicho Mauricio ese día “Se rumorea por el pueblo que esos dos andan muy acaramelados.”
Tristán entró en el despacho en ese momento.
- Madre ¿qué hace despierta a estas horas? Debería de estar descansando.
- No es nada hijo sólo que quería dejar algo terminado antes de acostarme. – dijo Francisca con cara de cansada.
- Madre… ¿se encuentra bien? – dijo Tristán con aire preocupado.
- Sí hijo sí. Nada que no se cure con un buen descanso. Buenas noches hijo.
- Buenas noches madre.- dijo Tristán sin quitar la preocupación de su rostro.
Francisca entró en su habitación con los ojos llenos de lágrimas. Dirigió su mirada hacia una foto que tenía de sus padres. En especial se fijó en su madre Elena.
- Tú… nunca aprobaste mi relación con Raimundo. Nunca quisiste que… - decía Francisca sin dejar de llorar.-… que fuera feliz. Siempre dando órdenes. Siempre diciéndome lo mismo… que una señora decente no mostraba sus sentimientos… que siempre tenía que relacionarse con su gente… que el amor es para necias… un sueño estúpido… Y aprovechaste el momento oportuno para recordármelo… para apartarme de… de él. Me mentiste. Me dijiste que no me amaba. Tú me condenaste a ser desgraciada… por hacerte caso. Por conseguir la paz que prometías… si te hacía caso… me condenaste a una vida… de dolor y miseria.
- ¿De qué sirve? – añadió Francisca mirando a su alrededor.- ¿De qué sirve todo esto… si no le tengo? ¿De qué sirve…tener todo esto… si añoro cada día sus besos,… sus caricias…? ¿De qué sirve… si tengo que ver cómo… está con… otra, si no puedo… tenerle cerca? Por tu culpa… por tu culpa he acabado desgraciada… como tú. Te odio… te odio… ¡TE ODIO! – gritó Francisca lanzando la foto contra la pared haciendo que el cristal acabara hecho mil pedazos.
- Te odio… - dijo Francisca en un susurro mientras se arrodillaba junto al lecho y lloraba amargamente.
Tras el grito y el golpe de la foto rompiéndose Tristán entró como una exhalación. Al ver a su madre llorando amargamente se arrodilló enseguida y la abrazó.
- ¡Madre!, madre ¿qué pasa? ¿por qué llora? Madre por lo que más quiera, hábleme. Dígame algo- dijo Tristán preocupado.- ¡Mariana! ¡Rosario!
- Dígame señor. Señora ¿Qué le pasa?
- Rosario, haz una tisana para mi madre. ¡Vamos!
- Sí señor, enseguida.
Tristán se dirigió entonces a su madre que seguía llorando con los ojos cerrados por el dolor.
- Madre… - dijo con voz dulce abrazándola con más fuerza contra su pecho.- Madre… dígame algo por favor.
- Abrázame Tristán… sólo abrázame… por favor. Y no me sueltes. – dijo Francisca entre sollozos.

Me has dejao con los pelos como escarpias chica... Ufff, pobrecita Paca.

Parece que los padres de Francisca ya son oficialmente Alejandro y Elena, jajajajaa, ;-)
Sigueee que me encantaa

ja ja ja ¿se puede ser más cabrona? Francisca definitivamente te quiero aunque debería matarte por interrumpirnos...digo interrumpirlos.

Me ha encantado Ina, en un día asqueroso como ha sido este me has puesto una sonrisa de oreja a oreja, ahora menuda cagada la de Alejandro diciendo que no se repetiría y que había sido un accidente, para que Alicia pueda perdonarle eso se va a tener que esforzar pero mucho mucho.

Joooooooooooo yo que ya los veía paseando de la manita con mi Alejandro enamorado con esa preciosa sonrisa en la cara pero nada Ina...que te gusta que suframos. En fin, me quedo esperando la continuación

edito: Jo Natalia me has puesto un nudo en la garganta, que pasada, de verdad que se me ha encogido el corazón , si Elena me daba asquito por todo lo que le ha hecho (o mejor no le ha hecho) a mi Alejandro, ahora directamente al saber que fue ella una de las causantes de la separación de Rai y Paca es que le arrancaba la cabeza

Natalia,para nada se hace pesado!! Aburridos son los guionistas que nos dan episodios soporíferos.No ha habido nada destacable en toda la semana.Así que tu sigue con tu relato,que aunque Carmen me caiga fatal por haber osado fijarse en mi Rai,me encanta que la Paca esté que se la lleven los demonios por el miedo a perderle.A ver si así se pone las pilas y reconquista a su hombre,que marque territorio
me ha encantado verla hoy tal y como la has escrito.Me ha dado mucha pena y mucha ternura a la vez
Preciosa escena con Tristan!!

p.d. Gracias,me alegro que te guste lo que escribo :)

Jejeje, noo, Mariajo, no me gusta que sufráis... pero hay que ponerse en el pellejo del pobre y guapísimo Alejandro. Ahora mismo está descolocado. No quiere admitir lo que ya es inevitable y por eso ha reaccionado así. Está acojonao perdío. Pero tranquilas, que va a ser muy divertido hacerle caer por fin, jajajaja.

Chiquitinas,os subo otro cacho mas
por cierto,a ver si pienso un título.En fin,que os guste!

Raimundo limpió la mesa por tercera vez.Hacía ya cinco días que Francisca se había marchado y aún no habían tenido noticias por el pueblo.Desde entonces sentía como si no estuviera en su cuerpo.Estaba siempre ausente,distraido,se le caían las cosas…Solo tenía en mente una sola cosa.A Francisca.A su pequeña.

Emilia observó preocupada a su padre.Desde el día de la partida de la Señora,él no había sido el mismo.”Estoy bien hija,no te preocupes” era la respuesta que le ofrecía cuando ella se interesaba por él.¡Hombre testarudo! Capaz de escuchar las cuitas de todos pero incapaz de soltar prenda sobre su estado.De repente se le ocurrió una cosa.Quizá así,conseguiría que su padre se despejara por un momento.

-¡Padre! Quiero hacer un guiso con berenjenas para la comida de hoy,pero resulta que no me quedan! ¿Sería para usted mucha molestia acercarse a la conservera para encargárselas a Sebastian?-
Raimundo la miró de medio lado -¿Por qué no vas tu Emilia? No tengo demasiadas ganas de salir.Además hay muchos parroquianos por aquí- dijo mientras dirigía su mirada por la casa de comidas
-¿Y entonces qué? ¿se quedará usted encargado de la cocina?- Emilia agarró a su padre del brazo. - Además yo sola me basto y me sobro para atender a toda esta gente- Rió Emilia.- Ande padre,hágame caso.Un poco de aire fresco será bueno para usted-

Raimundo sabía que no podía discutir con Emilia.Era una batalla perdida.Cuando algo se metía en la cabeza de esa condenada muchacha no paraba hasta conseguirlo.Sonrió.”¡Ay mi niña! ¡Qué tozuda eres!” pensó mientras su pecho se henchía lleno de orgullo. -De acuerdo hija,se hará como tú digas- le dijo mientras le daba un toquecito con el dedo en la punta de la nariz. Después se quitó el delantal y salió camino de la conservera.


-Sebastián ¿se puede?- dijo Raimundo mientras abría la puerta del despacho de su hijo.
-Claro padre,pase- Sebastián se levantó y se acercó a recibirlo. -¿Qué le trae por aquí?
-Verás hijo,tu hermana quiere hacer un guiso y me envió para hacerte un encargo de berenjenas-
-Por supuesto,dígame cuántas necesita-

De repente la puerta del despacho se abrió.

-Señor Ulloa quería…¡oh,discúlpeme! No sabía que estaba ocupado.

Sebastian se levantó de su silla,mientras un avergonzado Valeriano estaba a punto de salir de allí como alma que lleva el diablo lamentándose por la interrupción.

-Valeriano,espere hombre- sonrió Sebastián -Solo hablaba con mi padre.Y ya que estás aquí,te agradecería que te acercaras con él almacen y le entregaras unos tarros de conserva que necesita- El jóven se dirigió a su padre –Disculpe padre,pero no puedo ausentarme del despacho.Estoy esperando la visita de un posible inversor
-Claro Señor Ulloa,será un placer acompañar a su padre y ofrecerle lo que necesite

Raimundo miró orgulloso a su muchacho -No te aflijas Sebastián.El deber es lo primero- Se volvió hacia Valeriano. –Vayamos pues a por esos tarros- dijo Raimundo mientras le daba una palmadita en el hombro

“Parece que hoy está mas animado” pensó Sebastian mientras volvía a sus quehaceres.

Kera deja de comentar y ponte ha escribir pero ya ¿no te da pena el pobre Rai y la pobre Francisca separados?, ahí en el hospital solita sin el calor de su chico que le de mimetes. ERES MALAAAAAAAAAAAAAAA

EDITO: Je je te me has adelantdo ¿no te da pena tenerlos separados pobrecicos mios? que las salas de espera de la seguridad social son un coñazo. ERES MALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Para celebrar las 100 páginas que nos regalen un VE con María y Ramón

-En fin,creo que con esto será suficiente.Muchas gracias por su ayuda Valeriano- le dijo Raimundo mientras estrechaba su mano
-A mandar Don Raimundo-
-Apéame el tratamiento hombre.Nada nos diferencia a ti y a mi.Ambos somos personas honestas y trabajadoras- Valeriano sonrió. –Y ahora si me disculpas iré a despedirme de mi hijo Sebastián-

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-Si que eres trabajador amigo,veo que la empresa está en muy buenas manos-

Sebastián asomó la cabeza de entre una pila de papeles. –Tristán amigo! Al fin habeis vuelto.Estaba tan ensimismado mirando unas facturas que no sentí la puerta- Sebastian se acercó a su amigo y ambos se fundieron en un sincero y fraternal abrazo.
-Ya me di cuenta- rió Tristan. –¿Te parece y nos sentamos?

Cuando ya estuvieron sentados,Sebastián se atrevió a hacer la pregunta que le rondaba en la cabeza desde que había visto a Tristán.

-¿Qué tal el viaje? ¿cómo se encuentra tu madre? Espero que las pruebas fueran satisfacto…- No puedo terminar la frase.La mirada apesadumbrada que le estaba ofreciendo Tristán había respondido por él –No es así,verdad amigo?
-No Sebastián,no lo han sido…Mi…madre…tiene un tumor y si no se operá morirá.Y aunque se opere,las posibilidades de éxito son mínimas-

De repente un fortísimo estruendo les sobresaltó.Ambos se levantaron y corrieron hacia la puerta,que se encontraba entreabierta.La visión que tuvieron en ese instante conmocionó a ambos jóvenes.Varios tarros de cristal rotos en el suelo,y un Raimundo con las manos ensangrentadas por los cortes llorando amargas lágrimas.

-Padre!! Se encuentra bien?- Sebastián agarró sus manos –Tenemos que llevarle ahora mismo con la doctora Casas.Ha de curarle estas heridas-
-Mis heridas son mucho mas profundas y no las puede curar ninguna doctora- Raimundo se volvió hacia Tristan –¿Dónde está ahora Francisca?

Tristán estaba estupefacto –Está en la Casona Raimundo.Pero será mejor que vayamos a curarle esos cortes-

Raimundo se zafó de las manos de su hijo –No Tristán,ahora no. Antes debo ir a curar otra herida- Y dando media vuelta,se marchó dejando a un asombrado Tristán y un preocupado Sebastián

-¿Qué ha querido decir? ¿Sabes a dónde puede dirigirse?-
-Me temo que sí amigo- Sebastian puso su brazo en el hombro de Tristan. -Pasa,será mejor que te cuente una historia que ocurrió hace muchos años…-

alaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero casonaencuentro pero ya, esa herida se tiene que cerrar inmediatamente. ¿un tumor? ERES MALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

entre Ina Natalia y tu me estais dejando hecha un asco

lna, q bueno la pillada de Francisca ....después del perdigonazo a Raimundo la verdad que se lo merecía (aunque Mariajo me mate, jajaja).

Natalia por esa escena...me has dejado los pelos de punta....pero sigue porfa que dejaste a la Paca sufriendo y con ella a nosotras.

Ruth ese tumor tiene que desaparecer...una operación y listo, verdad??? que nuestra Francisca no puede morir!!!! Ese Raimundo roto de dolor me ha emocionado.

En definitiva, a todas

Hoy no pude ver el capítulo pero por lo que comentáis por aquí...ni ganas me dan. Dios!!! no me puedo creer que en el avance no salga nada de Rai y Paca juntos!!!! estos guionistas se rien de nosotros!!!!! Muyyy mal

Acabo de ver el avance, madre mi que MIERDAAAAAAAAAA, la Paca 2.0 para matarla, el Juan para matarlo, la doctora para matarla, pero esto que essssssssssssssssssss, como la semana que viene me voy para Madrid no se si pasarme por la productora a hacer una visitica a los guionistas y tener una conversación...de tú a tú con la escopeta de mi Alejandro delante.

Esteban contempló perplejo como una indignadísima y empapadísima Alicia Ulloa atravesaba el umbral del caserón como un torbellino, seguida de Raimundo. Maldecía por lo bajo mientras sus ojos echaban chispas. Fernando también la miró atónito. Se levantó de su asiento, cortándole el paso.
- ¿Se puede saber...- la miró de pies a cabeza.-... qué diablos significa esto?- preguntó sin pizca de broma en la voz.
- Fernando... no estoy para explicaciones. Así que te aconsejo que no me toques las narices en este momento.- dijo ella fulminándolo con la mirada.
- Lo lamento, milady.- dijo hiriente.- Pero yo soy el dueño de esta casa y tendrás que darme esas explicaciones. Ahora.- exigió.
- Fernando...- empezó Esteban.
- No te metas.- le cortó su hermano.- Ya estoy harto de tí y de tu conducta.- fulminó con la mirada a Alicia.- Eres la maldita comidilla de este maldito pueblo. En lugar de conducirte como una Ulloa, más bien pareces una vulgar campesina.- sus fríos ojos azules se clavaron dañinos en ella.- ¿De dónde diablos vienes así? Mas parece que estuvieras retozando en el prado como una vulgar mujerzuela.

Alicia le asesinó con la mirada. La rabia explotó y pudo con ella. Apretó el puño hasta clavarse las uñas en la palma de la mano y sin más, lo descargó con toda su furia y odio en la cara de Fernando. Esteban y Raimundo se quedaron atónitos. Fernando la miró como si estuviera loca, mientras enjugaba la sangre que empezaba a manar por su nariz.
- La próxima vez no me limitaré a darte un puñetazo.- dijo ella con la voz velada por el odio.
Fernando le devolvió el mismo odio en su mirada. Avanzó hacia ella, tomándola fuertemente del brazo.
- Eres una maldita zorra. Te vas a enterar de lo que le ocurre a los que osan amenzarme.
- Suéltala, Fernando.- la voz de Esteban tronó extremadamente seria.- Suéltala o te juro que por una vez olvidaré que eres mi hermano.- le advirtió.

Raimundo vio como la mano de Esteban descendía amenazadora hacia su bolsillo. Apretó algo en él. Sabía que era la navaja que guardaba siempre. Fernando también lo sabía. Miró con odio a su hermano.
- ¿Eres capaz de amenazarme por defender a esta escoria?
- La única escoria que hay aquí eres tú, Fernando.- respondió su hermano.- Ella es la hermana que nunca he tenido y que tú jamás merecerías.

Fernando sintió explotar de rabia. Como una exhalación tomó la fusta olvidada encima del aparador y la descargó contra Alicia. Pero no llegó a tocarla. Raimundo se había interpuesto. El latigazo le cruzó el rostro, abriéndole una brecha en la frente. Alicia y Esteban miraron horrorizados. Fernando miró a su hijo pero éste no retrocedió ni un ápice.
- ¿Qué diablos... ? ¿Tú también te pones de su parte?
Raimundo clavó la mirada en su padre. La sangre resbaló por su frente mientras los ojos castaños se clavaban como dos dagas en los ojos de hielo.
- Apártate o...
- No pienso apartarme.- Raimundo le miró sin pestañear.- Puede matarme si le place, pero no me apartaré hasta que no la deje en paz. Y no creo que eso sea muy adecuado para sus... “intereses”. O... ¿acaso quiere quedarse sin heredero y que sea mi querido tío Esteban el futuro dueño de todo?

Fernando tuvo que apelar a todo su dominio para contener la furia que ardía en su interior.
- Esto... me lo pagarás.- le amenazó.

Fernando soltó a Alicia, dedicándole una mirada de sucio desprecio. Clavó de nuevo sus ojos en su hijo, amenazador. Después abandonó la estancia azotando la puerta tras él. Alicia miró a Raimundo. Sintió que se rompía por dentro. No lo pudo aguantar más y se deshizo en lágrimas. Raimundo la abrazó.
- No se preocupe, prima, que ya pasó.- le dijo con ternura.- No le haga caso.

Alicia negó desesperada mientras se aferraba a Raimundo. Se sintió la peor persona del universo no sólo porque el chico había recibido un latigazo por su culpa, sino porque la causa principal de sus lágrimas era otra distinta. Esteban se acercó.
- Alicia...- ella le miró.- Te juro por lo que más quieras que ese animal no volverá a tocarte.
Ella asintió y se separó de Raimundo para abrazar a Esteban.
- Estoy bien. Sólo... necesito cambiarme y darme un baño.- dijo con un esfuerzo.
- ¿Seguro que estás bien?- le preguntó Esteban preocupado.
Ella sonrió triste.
- Sí, no te preocupes.- miró a Raimundo.- No deberías haberte interpuesto.
- No es nada.- remedó una expresión de divertida fanfarronería.- Un rasguño.

Alicia sonrió enternecida. Esteban meneó la cabeza.
- Será mejor que te des ese baño, Alicia. Y también será mejor que te vea esa herida, sobrino.

Edito: me dejáis sin palabras con los relatos. JOEEEE q PASADAAAA

yo es que os iba a decir que confiáramos,que aunque no salga nada en los avances no significa que luego no den escena...pero claro,es lo mismo que dije la semana pasada,y mirad qué semanita nos han dado

ya no se qué pensar.Si no dan nada entre ellos,pues no se,que Tristan descubra que su madre y Rai tuvieron tema que te quemas,o algo asi.NO PUEDEN OLVIDARLOS

PLATAFORMA FRANCISCA Y RAIMUNDO TAMBIÉN EXISTEN

p.d. Gracias chicas

OLE LOS HUEVOS ULLOA!!!! (excepto los de Fernando )

Rai marcado...es que le daba yo a ese Fernando y no te digo dónde.