El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0

08/06/2011 23:44
Vídeos FormulaTV
#1461

04/09/2011 17:49
está bueno el Rai ¿eh? 
si miri,ya se...es solo de la Doña,pero qué le vamos a hacer! me tiene loquita
y tienes razón.Quiero A Raimundo Ulloa (El único miradadesabrochasostenes)

si miri,ya se...es solo de la Doña,pero qué le vamos a hacer! me tiene loquita
y tienes razón.Quiero A Raimundo Ulloa (El único miradadesabrochasostenes)
#1462

04/09/2011 17:50
Jajajajaaajjajaajajajjajaja, Ruth, qué buenoo. Hay que veer! Sin embargo, lamento decirte que, teniendo en cuenta que la Paca y yo tenemos un lazo empático que nos hace ponernos malas a la vez y que acabemos hablando casi de la misma manera, creo que ya sabemos cuáles serán las preferencias de nuestro Rai jijijiji... Pero bueno, soy lo bastante generosa como para compartirlo con tías tan resaláas como vosotras.
Bueno, voy a divertirme otro ratico a costa de Alejandro, jejejeje.
Bueno, voy a divertirme otro ratico a costa de Alejandro, jejejeje.
#1463

04/09/2011 17:53
venga,deleitaros con otra...(si la anterior en pelotillas la quereis sin la chorradilla que puse,tb la subo
)

miri,las fotos son de un corto que ha hecho Ramón este año
Como Ramón no tiene hilo propio,las pongo aqui


miri,las fotos son de un corto que ha hecho Ramón este año
Como Ramón no tiene hilo propio,las pongo aqui
#1464

04/09/2011 18:07
¿sabeis dónde sale para mi pero guapo guapo de quitar la respiración?, yo no se que capítulo será pero en un vídeo homenaje que hizo una forera a nuestra pareja con la canción por que hablamos de ricardo arjona hay unas escenas en las que Rai sale con traje como de ceremonia hablando con Francisca y ahí si que está...madre mía le sienta el traje como un guante, está simplemente guapísimo, increible, una pasada
#1465

04/09/2011 18:14
dices estas mariajo??



#1466

04/09/2011 18:18
Si, el trocito que sale de cuerpo entero esta guapo de la muerte dios como le sienta el traje, me gustaria saber de que capi son por que la Paca pone una carita de quererselo comer que para que
#1467

04/09/2011 18:20
jejeje ahora mismo no se qué capitulo es,pero están en la conservera...ya lo buscaré
si es que este hombre hasta con un saco que se ponga a mi me parece que está bueno
si es que este hombre hasta con un saco que se ponga a mi me parece que está bueno

#1468

04/09/2011 18:26
Por dioss, chicas, parad yaaa con las fotos que me estoy poniendo mala, jajaajajajaja.
Venga, otro poquito de historia y seguimos babeando, jejejeje.
Alicia sonrió de oreja a oreja tras ponerse el vestido prestado de Francisca. Le sentaba de maravilla. No era especialmente lujoso, pero después de haber estado dos horrorosos años con el horroroso hábito, cualquier otro atuendo le parecía digno de una emperatriz. Se volvió mirándose en el espejo y dio varias vueltas sobre sí misma. ¡Le encantaba! Era un suave vestido de seda color malva, con un pequeño encaje en el cuello, puños y la cintura. Raimundo le había dicho que era de su novia, Francisca Montenegro. Ella se había quedado sorprendida al oír el apellido. Conocía de sobras la trágica historia del pobre Esteban con Esperanza Montenegro. Era algo que casi todos en Puente Viejo sabían. Y resultaba que ahora Raimundo se había enamorado de otra Montenegro. Sintió un leve rastro de temor. Quería a Esteban como si fuese el hermano que nunca tuvo y por el mismo motivo, también quería a Raimundo. Era un chico extraordinario y merecía toda la felicidad. Esperaba que la tal Francisca fuese en verdad su felicidad. Todavía recordaba a un embobado Esteban presentándole a Esperanza. Meneó la cabeza mientras contemplaba su imagen en el espejo. Ella no tenía nada en contra de los Montenegro, pero sencillamente, no permitiría que Raimundo sufriese como lo había hecho Esteban.
- Estúpido amor.- se dijo refunfuñando.- Aunque, he de de admitir que esa Francisca tiene un gusto exquisito para la ropa.
En ese momento se oyó un suave golpeteo en la puerta.
- Adelante.
Esteban y Raimundo entraron. Ella se volvió con una sonrisa radiante.
- Pero bueno, mi querida Alicia.- Esteban la tomó de las manos, haciéndola girar.- Estás preciosa. Mucho mejor que con la camisa de Fernando.- rió burlón.
- Adulador.- rió ella divertida.- ¿De verdad me sienta bien?
- Te sienta de maravilla.- aseguró su primo.- ¿Verdad sobrino?
Raimundo sonrió.
- Sí, muy cierto.
Alicia guiñó un ojo a su primo segundo.
- Qué caballeroso eres, Raimundo. Apuesto a que lo que de verdad estás pensando es que a quien mejor le queda este vestido es a su dueña.- dijo traviesa. Raimundo la miró un poquito avergonzado. Ella se carcajeó.- A decir verdad, tu novia tiene un gusto fantástico. Me encanta este vestido.
- Francisca dijo que no lo necesitaba, que le queda un poquito grande.
- Pues a mí me sienta que ni a la medida.- volvió a mirar en el espejo cómo se ceñía a la perfección a su esbelto talle. – ¿Sabes? Creo que me voy a acercar hasta la Casona para darle las gracias.
- ¿Ahora?- preguntó sorprendido Raimundo.
- ¿Por qué no? Ha sido todo un detalle de su parte y además, ardo en deseos de conocer a esa sorprendente chica que ha sido capaz de robarte el corazón.- dijo burlona.
Sin más, Alicia salió de la habitación. Esteban soltó una risita.
- ¿Vas a dejar que vaya sola? Porque te aseguro que es muy capaz.
Raimundo pareció reponerse ante las palabras de su tío. Se le abrieron los ojos y salió corriendo tras ella.
- ¡Espere!-
Estaba convencido de que esta vez, Alejandro Montenegro sí que lo iba a matar.
Venga, otro poquito de historia y seguimos babeando, jejejeje.
Alicia sonrió de oreja a oreja tras ponerse el vestido prestado de Francisca. Le sentaba de maravilla. No era especialmente lujoso, pero después de haber estado dos horrorosos años con el horroroso hábito, cualquier otro atuendo le parecía digno de una emperatriz. Se volvió mirándose en el espejo y dio varias vueltas sobre sí misma. ¡Le encantaba! Era un suave vestido de seda color malva, con un pequeño encaje en el cuello, puños y la cintura. Raimundo le había dicho que era de su novia, Francisca Montenegro. Ella se había quedado sorprendida al oír el apellido. Conocía de sobras la trágica historia del pobre Esteban con Esperanza Montenegro. Era algo que casi todos en Puente Viejo sabían. Y resultaba que ahora Raimundo se había enamorado de otra Montenegro. Sintió un leve rastro de temor. Quería a Esteban como si fuese el hermano que nunca tuvo y por el mismo motivo, también quería a Raimundo. Era un chico extraordinario y merecía toda la felicidad. Esperaba que la tal Francisca fuese en verdad su felicidad. Todavía recordaba a un embobado Esteban presentándole a Esperanza. Meneó la cabeza mientras contemplaba su imagen en el espejo. Ella no tenía nada en contra de los Montenegro, pero sencillamente, no permitiría que Raimundo sufriese como lo había hecho Esteban.
- Estúpido amor.- se dijo refunfuñando.- Aunque, he de de admitir que esa Francisca tiene un gusto exquisito para la ropa.
En ese momento se oyó un suave golpeteo en la puerta.
- Adelante.
Esteban y Raimundo entraron. Ella se volvió con una sonrisa radiante.
- Pero bueno, mi querida Alicia.- Esteban la tomó de las manos, haciéndola girar.- Estás preciosa. Mucho mejor que con la camisa de Fernando.- rió burlón.
- Adulador.- rió ella divertida.- ¿De verdad me sienta bien?
- Te sienta de maravilla.- aseguró su primo.- ¿Verdad sobrino?
Raimundo sonrió.
- Sí, muy cierto.
Alicia guiñó un ojo a su primo segundo.
- Qué caballeroso eres, Raimundo. Apuesto a que lo que de verdad estás pensando es que a quien mejor le queda este vestido es a su dueña.- dijo traviesa. Raimundo la miró un poquito avergonzado. Ella se carcajeó.- A decir verdad, tu novia tiene un gusto fantástico. Me encanta este vestido.
- Francisca dijo que no lo necesitaba, que le queda un poquito grande.
- Pues a mí me sienta que ni a la medida.- volvió a mirar en el espejo cómo se ceñía a la perfección a su esbelto talle. – ¿Sabes? Creo que me voy a acercar hasta la Casona para darle las gracias.
- ¿Ahora?- preguntó sorprendido Raimundo.
- ¿Por qué no? Ha sido todo un detalle de su parte y además, ardo en deseos de conocer a esa sorprendente chica que ha sido capaz de robarte el corazón.- dijo burlona.
Sin más, Alicia salió de la habitación. Esteban soltó una risita.
- ¿Vas a dejar que vaya sola? Porque te aseguro que es muy capaz.
Raimundo pareció reponerse ante las palabras de su tío. Se le abrieron los ojos y salió corriendo tras ella.
- ¡Espere!-
Estaba convencido de que esta vez, Alejandro Montenegro sí que lo iba a matar.
#1469

04/09/2011 18:30
NO LO DEJES ASÍIIIIIIIIIII, sigue sigue sigue, por Dios que nervios
Por cierto Alicia ¿estúpido amor?, espera que puedas mirar a tus anchas el pedazo de hombre que es Alejandro Montenegro, si no se te hace el idem agua de limón es que no tienes sangre en las venas, te vas a enamorar pequeña y lo peor es que no vas a poder hacer nada para poder evitarlo, te lo digo yo por experiencia
Por cierto Alicia ¿estúpido amor?, espera que puedas mirar a tus anchas el pedazo de hombre que es Alejandro Montenegro, si no se te hace el idem agua de limón es que no tienes sangre en las venas, te vas a enamorar pequeña y lo peor es que no vas a poder hacer nada para poder evitarlo, te lo digo yo por experiencia
#1470

04/09/2011 18:35
ainssss que se van a encontrar al fin,y ella ahora va presentable 
sigue lna,que a mariajo si no le da un jamacuco (a ella y a todas,para qué engañarnos...)

sigue lna,que a mariajo si no le da un jamacuco (a ella y a todas,para qué engañarnos...)
#1471

04/09/2011 19:28
Ina da gusto meterse aquí y leerte
Yo os traigo una cosa que llevo días buscando. Ramón Ibarra en amar en tiempos revueltos


Yo os traigo una cosa que llevo días buscando. Ramón Ibarra en amar en tiempos revueltos



#1472

04/09/2011 19:43
Esta especialmente para Kerala



#1473

04/09/2011 19:45
bueno yo sin duda me quedo con Rai, esa barbita le da un aire que...en fin gracias por las capturas third guapa, oye una duda, tu sabes de que capi son las fotos esas de Raimundo vestido como de ceremonia????
#1474

04/09/2011 19:50
Graciaas Third, Qué chulas las capturaas. X-D
Buenoo, que la cosa está interesante...
Alicia Ulloa caminaba orgullosa mientras la falda del vestido ondeaba tras ella. Contempló el hermoso paisaje. Vaya, sí que había echado de menos aquel familiar entorno. Se sentía tan feliz por ser de nuevo libre que le parecía un milagro poder deleitarse con los árboles, el Sol, el aroma del prado y el canto de los pájaros. Siguió su camino, tarareando una canción. Raimundo al final le dio alcance.
- Vaya, veo que te has decidido a acompañarme.- le sonrió burlona.
- No es algo que haya tenido que meditar demasiado.- repuso irónico Raimundo.- Prima, no es necesario que… le dé las gracias hoy mismo a Francisca. Yo se lo diré.
- Eso sería muy desconsiderado por mi parte.- repuso ella.- Además, como te dije, quiero conocerla. ¿Acaso hay algo de malo en eso?
- No, en absoluto… pero…
Alicia dirigió sus astutos ojos a Raimundo.
- ¿Pero?
- Creo que dos visitas a la Casona por mi parte en el mismo día ya son demasiadas…- resopló el joven.
Alicia empezó a sonreír divertida.
- Vamos hombre, ¿un Ulloa teme a los Montenegro? ¿Dónde se ha visto eso?
- Pues se ha visto cuando un Montenegro es algo así como mi futuro suegro. Y… creo que ya tiene suficientes motivos como para intentar matarme. Si usted aparece allí ahora, no necesitará más.
A decir verdad, que Alicia se presentase en la casona no era nada. Si Alejandro Montenegro supiese toda la verdad… Sí, evidentemente lo mataría. Alicia pareció leer en su mente y rompió en carcajadas.
- Vamos zagal. No te preocupes que yo te defenderé de ese ogro que tienes por suegro.
Llegaron a la puerta de la Casona y por vez primera, Raimundo descubrió con horror que estaba intentando recitar el Padrenuestro. ¡Por todos los…! Alicia llamó sin titubear y la puerta se abrió.
- Buenas tardes.- Rosario miró a la mujer sin comprender. Su rostro pareció aliviarse al ver a Raimundo a su lado.
Raimundo iba a abrir la boca pero Alicia se le adelantó.
- Buenas tardes muchacha. ¿Está la señorita Francisca Montenegro en casa? Soy Alicia Ulloa. Quería agradecerle su amabilidad para conmigo.
Rosario la miró algo sorprendida pero finalmente asintió.
- Pasen, por favor. Ahora mismo la avisaré.
Entraron y se dirigieron al salón. Por fortuna, estaba desierto. Raimundo dejó escapar el aire que había estado reteniendo en los pulmones. Alicia se paseó curiosa por la estancia.
- Vaya, bonita casa.- dijo admirando los muebles y la decoración.
- Gracias.- dijo una voz a su espalda.
Se volvió. Una joven de aproximadamente la misma edad que Raimundo estaba tras ella. Nada más verla, ya supuso que era Francisca. A pesar de su juventud podía intuir una férrea voluntad en sus inteligentes ojos oscuros que la miraban evaluadores. Era ciertamente hermosa, con una belleza peculiar que parecía ser eclipsada por un carácter orgulloso. Alicia esbozó una sonrisa.
- De nada. No es ningún cumplido sino la verdad.
Francisca contempló a la mujer, que llevaba su vestido. Sí, ciertamente se parecía a Esteban. Tenía sus mismos ojos. La diferencia era su cabello mucho más claro. Pero tenía la misma sonrisa que Esteban y Raimundo. Bueno, más bien que Esteban. La sonrisa de Raimundo simplemente era única. Ella le devolvió la mirada.
- Disculpa que me haya presentado tan precipitadamente. Me llamo Alicia Ulloa.- dijo tendiéndole una mano cortés.
- Francisca Montenegro.- dijo ella, estrechando su mano.
- Lo sé.- sonrió Alicia.- Raimundo te ha descrito tan bien que eres exacta a su descripción. He venido para darte las gracias por tu amabilidad al cederme el vestido. Ha sido todo un detalle y es realmente precioso.
Francisca sonrió.
- No tiene por qué darme las gracias. Además, ese vestido apenas lo uso. Puede quedarse con él el tiempo que quiera.
Alicia le devolvió la sonrisa y se volvió a su primo.
- ¿Y tú? ¿Qué diablos haces ahí plantado? ¿No vas a saludar como es debido a tu novia?
Raimundo la fulminó con la mirada. Francisca empezó a darse cuenta de que realmente esa mujer se parecía muchísimo a Esteban. Tuvo que aguantar la carcajada al ver la cara que estaba poniendo Raimundo.
- Prima…- empezó él.
- Vamos hombre.- le apremió empujándole hacia Francisca.- Qué sosa es esta juventud, por Dios…
Esta vez, Francisca soltó una risita que a Raimundo se le antojó deliciosa. Miró a su prima con una ceja arqueada. ¿Sosa? Estaba claro que su querida prima no tenía ni idea de lo “salada” que era su relación con Francisca. Muy bien, ya iba siendo hora de poner los puntos sobre las íes.
- Y ¿tú de qué te ríes, mi pequeña?- le preguntó peligroso.
- De ti.- dijo ella con una risita malvada.
Alicia también soltó una risita. Sí, esa muchacha le caía bien. Raimundo le devolvió la sonrisa y atrapó la boca de Francisca con la suya. Alicia les miraba con una ceja arqueada y los brazos cruzados. Vaya con la parejita. No, no eran nada sosos.
- Pues sí que está la cosa que arde por aquí…- dijo burlona para sus adentros.
El romántico momento se interrumpió cuando Alejandro Montenegro apareció por la puerta. Sus ojos echaron chispas al ver por segunda vez en la misma tarde cómo Raimundo besaba apasionadamente a su hija.
- ¿Se puede saber… qué diablos…es esto?
Buenoo, que la cosa está interesante...
Alicia Ulloa caminaba orgullosa mientras la falda del vestido ondeaba tras ella. Contempló el hermoso paisaje. Vaya, sí que había echado de menos aquel familiar entorno. Se sentía tan feliz por ser de nuevo libre que le parecía un milagro poder deleitarse con los árboles, el Sol, el aroma del prado y el canto de los pájaros. Siguió su camino, tarareando una canción. Raimundo al final le dio alcance.
- Vaya, veo que te has decidido a acompañarme.- le sonrió burlona.
- No es algo que haya tenido que meditar demasiado.- repuso irónico Raimundo.- Prima, no es necesario que… le dé las gracias hoy mismo a Francisca. Yo se lo diré.
- Eso sería muy desconsiderado por mi parte.- repuso ella.- Además, como te dije, quiero conocerla. ¿Acaso hay algo de malo en eso?
- No, en absoluto… pero…
Alicia dirigió sus astutos ojos a Raimundo.
- ¿Pero?
- Creo que dos visitas a la Casona por mi parte en el mismo día ya son demasiadas…- resopló el joven.
Alicia empezó a sonreír divertida.
- Vamos hombre, ¿un Ulloa teme a los Montenegro? ¿Dónde se ha visto eso?
- Pues se ha visto cuando un Montenegro es algo así como mi futuro suegro. Y… creo que ya tiene suficientes motivos como para intentar matarme. Si usted aparece allí ahora, no necesitará más.
A decir verdad, que Alicia se presentase en la casona no era nada. Si Alejandro Montenegro supiese toda la verdad… Sí, evidentemente lo mataría. Alicia pareció leer en su mente y rompió en carcajadas.
- Vamos zagal. No te preocupes que yo te defenderé de ese ogro que tienes por suegro.
Llegaron a la puerta de la Casona y por vez primera, Raimundo descubrió con horror que estaba intentando recitar el Padrenuestro. ¡Por todos los…! Alicia llamó sin titubear y la puerta se abrió.
- Buenas tardes.- Rosario miró a la mujer sin comprender. Su rostro pareció aliviarse al ver a Raimundo a su lado.
Raimundo iba a abrir la boca pero Alicia se le adelantó.
- Buenas tardes muchacha. ¿Está la señorita Francisca Montenegro en casa? Soy Alicia Ulloa. Quería agradecerle su amabilidad para conmigo.
Rosario la miró algo sorprendida pero finalmente asintió.
- Pasen, por favor. Ahora mismo la avisaré.
Entraron y se dirigieron al salón. Por fortuna, estaba desierto. Raimundo dejó escapar el aire que había estado reteniendo en los pulmones. Alicia se paseó curiosa por la estancia.
- Vaya, bonita casa.- dijo admirando los muebles y la decoración.
- Gracias.- dijo una voz a su espalda.
Se volvió. Una joven de aproximadamente la misma edad que Raimundo estaba tras ella. Nada más verla, ya supuso que era Francisca. A pesar de su juventud podía intuir una férrea voluntad en sus inteligentes ojos oscuros que la miraban evaluadores. Era ciertamente hermosa, con una belleza peculiar que parecía ser eclipsada por un carácter orgulloso. Alicia esbozó una sonrisa.
- De nada. No es ningún cumplido sino la verdad.
Francisca contempló a la mujer, que llevaba su vestido. Sí, ciertamente se parecía a Esteban. Tenía sus mismos ojos. La diferencia era su cabello mucho más claro. Pero tenía la misma sonrisa que Esteban y Raimundo. Bueno, más bien que Esteban. La sonrisa de Raimundo simplemente era única. Ella le devolvió la mirada.
- Disculpa que me haya presentado tan precipitadamente. Me llamo Alicia Ulloa.- dijo tendiéndole una mano cortés.
- Francisca Montenegro.- dijo ella, estrechando su mano.
- Lo sé.- sonrió Alicia.- Raimundo te ha descrito tan bien que eres exacta a su descripción. He venido para darte las gracias por tu amabilidad al cederme el vestido. Ha sido todo un detalle y es realmente precioso.
Francisca sonrió.
- No tiene por qué darme las gracias. Además, ese vestido apenas lo uso. Puede quedarse con él el tiempo que quiera.
Alicia le devolvió la sonrisa y se volvió a su primo.
- ¿Y tú? ¿Qué diablos haces ahí plantado? ¿No vas a saludar como es debido a tu novia?
Raimundo la fulminó con la mirada. Francisca empezó a darse cuenta de que realmente esa mujer se parecía muchísimo a Esteban. Tuvo que aguantar la carcajada al ver la cara que estaba poniendo Raimundo.
- Prima…- empezó él.
- Vamos hombre.- le apremió empujándole hacia Francisca.- Qué sosa es esta juventud, por Dios…
Esta vez, Francisca soltó una risita que a Raimundo se le antojó deliciosa. Miró a su prima con una ceja arqueada. ¿Sosa? Estaba claro que su querida prima no tenía ni idea de lo “salada” que era su relación con Francisca. Muy bien, ya iba siendo hora de poner los puntos sobre las íes.
- Y ¿tú de qué te ríes, mi pequeña?- le preguntó peligroso.
- De ti.- dijo ella con una risita malvada.
Alicia también soltó una risita. Sí, esa muchacha le caía bien. Raimundo le devolvió la sonrisa y atrapó la boca de Francisca con la suya. Alicia les miraba con una ceja arqueada y los brazos cruzados. Vaya con la parejita. No, no eran nada sosos.
- Pues sí que está la cosa que arde por aquí…- dijo burlona para sus adentros.
El romántico momento se interrumpió cuando Alejandro Montenegro apareció por la puerta. Sus ojos echaron chispas al ver por segunda vez en la misma tarde cómo Raimundo besaba apasionadamente a su hija.
- ¿Se puede saber… qué diablos…es esto?
#1475

04/09/2011 19:51
Mariajo puede que sean del capítulo del 31 de mayo, me guío por la mini cortinilla de los quien
#1476

04/09/2011 19:55
Hala, qué fuerte, no me acordaba yo de ese guardia civil fuese nuestro condenado tabernero!!
Qué distinto aparece ahí. Gracias por las fotos!
Y edito: Me encantan los relatos de Ina, es que tienen la capacidad de hacerme sonreír, y eso, en un día como hoy, es difícil.
Qué distinto aparece ahí. Gracias por las fotos!
Y edito: Me encantan los relatos de Ina, es que tienen la capacidad de hacerme sonreír, y eso, en un día como hoy, es difícil.
#1477

04/09/2011 19:56
Venga ya Ina, este sufrimiento ya roza lo atroz, que me va a dar algo ¿ogro mi Alejandro?, ay Alicia, espera que te coma enterita y me lo cuentas.
Ala Ina no lo dejes así, quiero que se vean que me va a dar un jamacuco
Ala Ina no lo dejes así, quiero que se vean que me va a dar un jamacuco
#1478

04/09/2011 20:16
Ya va, ya va jajjaa.
Por cierto Arte, guapa, siempre será para mí un honor arrancarte una sonrisa. SONRÍEEE
Raimundo y Francisca se separaron como un resorte. Francisca miró temerosa a su padre. Sin saber por qué, Raimundo se encontró recitando de nuevo el Padrenuestro. Francisca le oyó y lo miró perpleja. Aguantó como pudo las ganas de reír. Era lo único que faltaba, que rompiese en carcajadas justo en ese instante… Estaba a punto de intentar aplacar a su padre cuando alguien más la interrumpió.
- ¿Y usted quién diablos se ha creído que es para entrar aquí como Pedro por su casa e interrumpir a los muchachos?- explotó una indignada Alicia.
Alejandro se quedó paralizado al ver a la desconocida. Era la novicia que había chocado con él en el camino a la Casona. No podía ser cierto. Pero lo era. La diferencia consistía en su atuendo. Llevaba un vestido que se ceñía maravillosamente a su talle y su indomable cabellera rubia caía a su espalda. Sus ojos le fulminaban echando chispas y tenía las mejillas encendidas. Él se acercó un paso.
- Soy Alejandro Montenegro, señorita, y tengo todo el derecho del mundo a entrar como Pedro por su casa porque ésta es mi casa.- repuso con un deje irónico.
La indignación de Alicia se evaporó sustituida por el horror al darse cuenta de que era el mismo desconocido que casi había tirado al suelo en su alocada huida.
- Es… usted…
- Una sabia deducción.- repuso serio y burlón a la vez.- Me alegro de que ya haya logrado deshacerse de ese hábito con el que parecía sentirse tan incómoda corriendo.
Alicia no supo qué contestar, por primera vez. El hombre la miraba con sus penetrantes ojos oscuros. Irradiaba orgullo y atractivo por todo su ser, eso estaba claro. Y eso fue un aliciente para espolear su propio orgullo. Alzó la cabeza y le sostuvo la mirada.
- Así que… Alejandro Montenegro.- dijo con un deje irónico.- Es un honor, excelencia.
Raimundo cerró los ojos.
- Ay, Dios…- susurró.
Francisca, que se encontraba a su lado observando la escena con irresistible interés, miró a Raimundo reprimiendo una risita.
- Últimamente te has vuelto muy religioso, ¿eh?
- No tiene gracia, Francisca. Esto no puede acabar bien…
Francisca soltó finalmente la risita. Sí, esa mujer, Alicia Ulloa, le había caído definitivamente bien. Miró astuta a su padre. Jamás lo había visto con esa expresión tan incrédula. Por una vez, parecía que la seria máscara de Alejandro Montenegro había desaparecido. Raimundo adelantó un paso, previendo la catástrofe.
- Señor… - intervino.- Ella es…
Alicia fulminó con la mirada a su primo. Raimundo puso los ojos en blanco y finalmente cerró la boca.
- Soy Alicia Ulloa.- dijo orgullosa tendiendo la mano.- La prima de Esteban.
Alejandro la miró sorprendido. Ahora entendía esa familiaridad en su rostro. Tomó la mano tras un titubeo y la besó caballeroso. Alicia procuró retirarla casi de inmediato al sentir un pinchazo incómodo en el estómago.
- Es un placer.- dijo cortés, reteniendo su mano a propósito como si percibiese su incomodidad.- Y, ¿a qué debemos el honor de tan inesperada visita?
- He querido agradecerle personalmente a su hija que me prestase este vestido. Mi… traslado fue tan precipitado que no tuve tiempo de… recoger mis pertenencias.
- Entiendo…- los ojos de Alejandro la recorrieron.- No sabía que ese vestido era tuyo, Francisca.
- Tal vez porque no se había fijado en él como ahora.- repuso una maliciosa Francisca.
Raimundo miró boquiabierto a Francisca. Ella le guiñó un ojo divertida. Alejandro no supo que contestar ante la sagaz respuesta de su hija. Aprovechando que había dejado a su padre con la guardia baja, Francisca continuó.
- Padre, tengo que… charlar un momento a solas con Raimundo.- miró a Alicia.- Ha sido un placer conocerla.
Antes de que ninguno de los presentes pudiese contestar, Francisca cogió de la mano a un sorprendido Raimundo y lo arrastró fuera de la estancia. Alejandro apenas reaccionó al ver desaparecer a su hija. Alicia no pudo evitar sentirse un poquito nerviosa al ver que se había quedado completamente sola con el Montenegro.
- Bueno… yo… ya he cumplido con lo que he venido a hacer, así que… buenas tardes.- dijo.
Intentó alcanzar la puerta pero una voz la detuvo.
- Espere. No es conveniente que vague sola por los caminos a estas horas. La acompañaré a su casa.
- Se lo agradezco, pero no es necesario. Sé defenderme perfectamente.- dijo ella orgullosa.
- No lo dudo.- respondió él con un deje de humor.- Pero aún así, insisto. De paso saludaré a su primo.
- No sabía que fuesen tan amigos.- replicó ella un tanto sorprendida.
- En realidad, nuestra amistad es reciente. Pero no por ello menos profunda. Su primo Esteban es un buen hombre.
- En eso estamos de acuerdo.- asintió Alicia.
Alejandro esbozó una leve sonrisa. Abrió la puerta de la Casona y ofreció su brazo a Alicia. Ella le miró con precaución y, finalmente, aceptó su brazo.
Por cierto Arte, guapa, siempre será para mí un honor arrancarte una sonrisa. SONRÍEEE
Raimundo y Francisca se separaron como un resorte. Francisca miró temerosa a su padre. Sin saber por qué, Raimundo se encontró recitando de nuevo el Padrenuestro. Francisca le oyó y lo miró perpleja. Aguantó como pudo las ganas de reír. Era lo único que faltaba, que rompiese en carcajadas justo en ese instante… Estaba a punto de intentar aplacar a su padre cuando alguien más la interrumpió.
- ¿Y usted quién diablos se ha creído que es para entrar aquí como Pedro por su casa e interrumpir a los muchachos?- explotó una indignada Alicia.
Alejandro se quedó paralizado al ver a la desconocida. Era la novicia que había chocado con él en el camino a la Casona. No podía ser cierto. Pero lo era. La diferencia consistía en su atuendo. Llevaba un vestido que se ceñía maravillosamente a su talle y su indomable cabellera rubia caía a su espalda. Sus ojos le fulminaban echando chispas y tenía las mejillas encendidas. Él se acercó un paso.
- Soy Alejandro Montenegro, señorita, y tengo todo el derecho del mundo a entrar como Pedro por su casa porque ésta es mi casa.- repuso con un deje irónico.
La indignación de Alicia se evaporó sustituida por el horror al darse cuenta de que era el mismo desconocido que casi había tirado al suelo en su alocada huida.
- Es… usted…
- Una sabia deducción.- repuso serio y burlón a la vez.- Me alegro de que ya haya logrado deshacerse de ese hábito con el que parecía sentirse tan incómoda corriendo.
Alicia no supo qué contestar, por primera vez. El hombre la miraba con sus penetrantes ojos oscuros. Irradiaba orgullo y atractivo por todo su ser, eso estaba claro. Y eso fue un aliciente para espolear su propio orgullo. Alzó la cabeza y le sostuvo la mirada.
- Así que… Alejandro Montenegro.- dijo con un deje irónico.- Es un honor, excelencia.
Raimundo cerró los ojos.
- Ay, Dios…- susurró.
Francisca, que se encontraba a su lado observando la escena con irresistible interés, miró a Raimundo reprimiendo una risita.
- Últimamente te has vuelto muy religioso, ¿eh?
- No tiene gracia, Francisca. Esto no puede acabar bien…
Francisca soltó finalmente la risita. Sí, esa mujer, Alicia Ulloa, le había caído definitivamente bien. Miró astuta a su padre. Jamás lo había visto con esa expresión tan incrédula. Por una vez, parecía que la seria máscara de Alejandro Montenegro había desaparecido. Raimundo adelantó un paso, previendo la catástrofe.
- Señor… - intervino.- Ella es…
Alicia fulminó con la mirada a su primo. Raimundo puso los ojos en blanco y finalmente cerró la boca.
- Soy Alicia Ulloa.- dijo orgullosa tendiendo la mano.- La prima de Esteban.
Alejandro la miró sorprendido. Ahora entendía esa familiaridad en su rostro. Tomó la mano tras un titubeo y la besó caballeroso. Alicia procuró retirarla casi de inmediato al sentir un pinchazo incómodo en el estómago.
- Es un placer.- dijo cortés, reteniendo su mano a propósito como si percibiese su incomodidad.- Y, ¿a qué debemos el honor de tan inesperada visita?
- He querido agradecerle personalmente a su hija que me prestase este vestido. Mi… traslado fue tan precipitado que no tuve tiempo de… recoger mis pertenencias.
- Entiendo…- los ojos de Alejandro la recorrieron.- No sabía que ese vestido era tuyo, Francisca.
- Tal vez porque no se había fijado en él como ahora.- repuso una maliciosa Francisca.
Raimundo miró boquiabierto a Francisca. Ella le guiñó un ojo divertida. Alejandro no supo que contestar ante la sagaz respuesta de su hija. Aprovechando que había dejado a su padre con la guardia baja, Francisca continuó.
- Padre, tengo que… charlar un momento a solas con Raimundo.- miró a Alicia.- Ha sido un placer conocerla.
Antes de que ninguno de los presentes pudiese contestar, Francisca cogió de la mano a un sorprendido Raimundo y lo arrastró fuera de la estancia. Alejandro apenas reaccionó al ver desaparecer a su hija. Alicia no pudo evitar sentirse un poquito nerviosa al ver que se había quedado completamente sola con el Montenegro.
- Bueno… yo… ya he cumplido con lo que he venido a hacer, así que… buenas tardes.- dijo.
Intentó alcanzar la puerta pero una voz la detuvo.
- Espere. No es conveniente que vague sola por los caminos a estas horas. La acompañaré a su casa.
- Se lo agradezco, pero no es necesario. Sé defenderme perfectamente.- dijo ella orgullosa.
- No lo dudo.- respondió él con un deje de humor.- Pero aún así, insisto. De paso saludaré a su primo.
- No sabía que fuesen tan amigos.- replicó ella un tanto sorprendida.
- En realidad, nuestra amistad es reciente. Pero no por ello menos profunda. Su primo Esteban es un buen hombre.
- En eso estamos de acuerdo.- asintió Alicia.
Alejandro esbozó una leve sonrisa. Abrió la puerta de la Casona y ofreció su brazo a Alicia. Ella le miró con precaución y, finalmente, aceptó su brazo.
#1479

04/09/2011 20:21
Ay gracias third! Justo iba yo a buscar los capitulos de "Amar en tiempos revueltos" para pillar alguna captura de Ramón,mil gracias!!!!
lna por dios,q t haces desear xD
Alejandro hoy le ofrece el brazo y ella acepta...qué será lo próximo q le ofrezca?
o lo próximo que ella coja...
lna por dios,q t haces desear xD
Alejandro hoy le ofrece el brazo y ella acepta...qué será lo próximo q le ofrezca?



#1480

04/09/2011 20:22
Pues sí, sí que me has hecho sonreír. Es que hoy llevo el día torcido, pero escuchar a Raimundo rezando y mentando a Dios, me ha hecho reír tanto, que mi hermano me ha preguntado si de verdad son tan divertidos los apuntes del próximo examen, jajaja.