El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0

08/06/2011 23:44
Vídeos FormulaTV
#1441

04/09/2011 10:44
ja ja me encanta Alicia, menuda es...si ya sabía yo que con Fernando no se iba a llevar nada bien, "mi carácter es imposible de enderazar" je je, esta mujer es la leche, pobre de mi chico ¿perder los papeles?, ja ja y los pantalones y...bueno todo lo demás y ella por él ¿eh? que a las que tenemos el carácter "un poco alocado" nos gusta más un hombre tranquilo que a un tonto mirar una pared, más que nada por que es todo un reto conseguir volverlos locos.
Sigue en cuanto puedas guapa
Sigue en cuanto puedas guapa
#1442

04/09/2011 11:08
Hola RaiPaquistas!
hay que ver con esta Alicia! ha venido pisando fuerte jeje pobre Alejandro,le va a llevar loco
bueno,qué disfrute un poco el hombre,que buena falta le hace un meneo
sigue lna!
hay que ver con esta Alicia! ha venido pisando fuerte jeje pobre Alejandro,le va a llevar loco
bueno,qué disfrute un poco el hombre,que buena falta le hace un meneo
sigue lna!
#1443

04/09/2011 11:40
Bueno chicas comento para despedirme, voy ha estar unos dias fuera y no podre ver la serie pero intentare pasarme de vez en cuando por aqui y ver como ha ido el capitulo :)
Lna me gusta muchisimo ese relato del ataque nervioso de la Paca, ojala pase algun dia algo de eso en la serie, arderan las pantallas seguro.Y esa Alicia va a sembrar el caos en Puente Viejo por lo que veo :) sigue con tus historias que las leere todas a la vuelta.
Gracias por los videos y las capturas que habeis colgado.
Bueno pues lo dicho seguid comentando, que cuando vuelva sera un placer volveros a leer y pasar el rato con vosotras, porque soys todas fantasticas.
Lna me gusta muchisimo ese relato del ataque nervioso de la Paca, ojala pase algun dia algo de eso en la serie, arderan las pantallas seguro.Y esa Alicia va a sembrar el caos en Puente Viejo por lo que veo :) sigue con tus historias que las leere todas a la vuelta.
Gracias por los videos y las capturas que habeis colgado.
Bueno pues lo dicho seguid comentando, que cuando vuelva sera un placer volveros a leer y pasar el rato con vosotras, porque soys todas fantasticas.
#1444

04/09/2011 11:47
Pásalo muy bien Franrai y tranqui que aquí nos quedamos nosotras para comentarlo todo todo.
Un besoooooooo
Un besoooooooo
#1445

04/09/2011 11:51
pásalo bien Rocio!
aquí seguiremos comentando jeje ;-)
aquí seguiremos comentando jeje ;-)
#1446

04/09/2011 12:08
Vayaa, qué penita, otra que se nos va provisionalmente. Sniff. Buenoo, no te preocupes que aquí te mantendremos informada de todo, al igual que a Naryak ;-) Pásalo bien vayas donde vayas y te esperaremos impacientes a tu vuelta.
Chicas, en breve... más ;-)
Chicas, en breve... más ;-)
#1447

04/09/2011 13:33
Mientras Alicia disfrutaba de un relajante baño en una bañera lo suficientemente grande como para casi nadar en ella, Esteban y Raimundo estaban en el salón. Esteban se sirvió una copa de coñac y luego se volvió hacia su sobrino. Apenas pudo contener la risa al ver el irónico gesto que estaba poniendo Raimundo, tan parecido al suyo propio.
- Así que la prima Alicia.- dijo el joven con un deje burlón.- Sí, creo que es lo único que necesitábamos para que a mi querido padre le dé definitivamente un infarto. Podía soportar a dos Ulloa descarriados, pero creo que tres supera su límite.- rió divertido.
- Bueno, Fernando gritará y pataleará todo lo que le venga en gana. Pero al final, la aceptará.
- ¿Cómo está tan seguro?- preguntó Raimundo alzando una ceja.
- Pues porque tanto a tu padre como a mí nos han inculcado desde la cuna que cualquiera que comparta nuestra sangre en sus venas debe ser tratado como le corresponde… Ese es el motivo por el que mi querido hermano soporta mi presencia y también soportará la de Alicia.
- Y ese es el motivo por el que también soporta la mía.- dijo Raimundo con voz triste.
Esteban percibió el cambio en su sobrino. Sentía claramente su dolor. Apoyó una mano en su hombro.
- Raimundo, ya conoces a tu padre. Él es así.
- Lo sé, tío.- sacudió la cabeza.- Sólo que… me gustaría que alguna vez mostrase algo de “interés” no sólo porque lleve su sangre y sea su heredero…- los ojos del joven brillaron cristalinos.- Me pregunto si alguna vez me ha visto como hijo.
Esteban apretó su hombro, mirándole cariñoso. Raimundo pareció darse cuenta de que había dejado traslucir demasiado sus sentimientos y sacudió la cabeza.
- Perdone tío. Soy un estúpido idealista. Conociendo a mi padre como lo conozco y aún guardo esperanzas de que…
No pudo terminar. Sí, era un redomado imbécil por pensar que en el retorcido y duro corazón de su padre pudiera haber un hueco para el amor, aunque fuese hacia su propio hijo. Esteban apoyó su otra mano en el otro hombro de su sobrino.
- No eres ningún estúpido idealista. Eres un joven extraordinario, Raimundo. Alguien que no merece tener como padre a Fernando Ulloa. Y que él lo sea no hace sino aumentar tu mérito. Así que deja de torturarte, que si necesitas a un padre, ya sabes de sobra que aquí me tienes.
Raimundo sonrió a su tío. Esteban le devolvió la sonrisa. Ambos se fundieron en un cariñoso abrazo.
- ¡Espere, señorita!
Tío y sobrino se separaron sorprendidos. Alicia Ulloa acababa de irrumpir en el salón, apenas vestida con una camisa de Fernando mientras una pobre doncella intentaba detenerla sin conseguirlo en absoluto. Esteban y Raimundo la miraron perplejos. Alicia les devolvió un gesto realmente irónico.
- Así que ropa limpia, ¿eh primo?- frunció graciosamente el entrecejo mientras se daba la vuelta, contemplándose a sí misma de perfil.- No es que no me guste el estilo de Fernando, pero… a mi parecer, esta camisa no es de mi talla.
Raimundo tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no estallar en carcajadas. En efecto. La camisa de su padre parecía ser cuatro veces más grande que ella. Apenas asomaba las manos por las mangas. Aunque, afortunadamente, era lo bastante larga como para que la cubriese un poco. Esteban se llevó una mano a la frente. Casi había olvidado que su querida prima tenía un sentido del decoro más bien… nulo y le daba igual estar medio desnuda delante de dos hombres.
- No me extraña que se haya escapado del convento.- dijo Raimundo soltando una risita.
Alicia le oyó y rió divertida ante su comentario a la par que le guiñaba un ojo. Después se volvió hacia Esteban, cruzándose de brazos.
- ¿Y bien? ¿Qué ropa limpia se supone que me voy a poner si aquí no viven más que especímenes del género masculino?
Esteban empezó a abrir la boca. Pero antes de que pudiera hablar, la puerta principal se abrió para dar paso a un elegante Fernando Ulloa.
- Bueno, creo que el asunto del capataz ya está solucionado. Menos mal que me he ocupado personalmente de eso porque tú, Esteban, acabarías pagándole más de…
Las palabras enmudecieron. Sus ojos de hielo se abrieron desmesuradamente. Esteban tragó saliva. Raimundo no podía apartar la mirada. Aquello era muy interesante.
- ¡¿Q…qué demonios?!
No podía creer lo que veían sus ojos. Allí, en medio de su salón, se encontraba nada más y nada menos que su prima, Alicia Ulloa, apenas vestida con… ¡Su camisa favorita! La cólera empezó a hervir en sus venas tanto que una de ellas asomó amenazadora en su frente. Fulminó con la mirada a su hermano, sintiendo por vez primera que no controlaría las ganas de rodear su cuello con sus manos y asfixiarlo. Pero antes de que el pobre Esteban se convirtiera en Abel a manos de Caín, Alicia evaluó todo con una astuta mirada y, sin más ceremonias avanzó directa hacia él.
- ¡Fernando!¡Mi querido primo!!
Esteban y Raimundo abrieron los ojos como platos. Alicia se había abalanzado sobre Fernando, abrazándolo efusivamente. Fernando se quedó paralizado. Estaba claro que esa prima suya nunca había estado muy cuerda, pero su cordura parecía ir disminuyendo progresivamente con el tiempo. Alicia no parecía ser consciente de que estaba abrazando a una estatua y siguió a lo suyo. Después se separó y le miró con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Cuánto me alegro de verte, primo!
Fernando la miró. Cierto, estaba como una cabra y se había puesto su mejor camisa que por cierto, ahora estaba arrugada. Pero aún así reconoció que esa loca tenía valor y que la camisa no le quedaba del todo mal. Sacudió la cabeza furioso.
- ¿Se puede saber qué diablos…? ¿Qué estás haciendo aquí?
- Pues… verás.- ella puso una mueca entre inocente y manipuladora.- Resulta que… me he escapado del convento. Yo… pensé que no te importaría alojarme. Al fin y al cabo soy una pobre huérfana sola en el mundo.
- ¿Huérfana?- Fernando se quedó inmóvil.- ¿El tío Agustín…?
Ella asintió.
- Murió hace dos años.- dijo olvidando su teatro al pensar en su padre.
Fernando pareció cambiar su rostro. Él apreciaba sinceramente a su tío. Era un hombre correcto y firme que había sabido mantener siempre en el lugar que le correspondía el apellido Ulloa. Un hombre que… no merecía tener como única heredera a esa alocada mujer que tenía delante.
- ¿Vas a dejar que vague por los caminos, sola y abandonada?- dijo ella componiendo su mejor cara de pena.- ¿No te vas a apiadar de tu pobre prima?
Fernando bufó.
- Podías haberte quedado en el convento. Allí no estarías “sola y abandonada”- dijo él malvado.
- No podía quedarme más tiempo allí, Fernando.- ella sacudió la cabeza, desesperada.- Soy una Ulloa y los Ulloa no hemos nacido para estar encerrados en ningún sitio.
Fernando resopló. Le llevaban los demonios, pero lo que acababa de decir era muy cierto.
- Está bien. Puedes quedarte. Pero no lo hago por ti, sino por tu padre.- recalcó.- Alguien tiene que ocuparse de que no deshonres ese apellido que no mereces. Y más vale que no lo hagas, porque si no, te juro que te acordarás de mí.- amenazó.
- Eres un encanto, Fernando.- dijo ella con un tono amable y sarcástico a la vez.
Él le devolvió una fría mirada. Esteban intervino.
- Bueno… ahora que todo está solucionado, le diré a una de las doncellas del servicio que te encarguen varios vestidos en la Puebla.
- ¿Y mientras tanto?- ella se miró meneando la cabeza.
Raimundo sonrió como si su mente se hubiese iluminado.
- No se preocupe, prima. Creo haber encontrado una solución.
Fernando, Esteban y Alicia le miraron sin comprender. Él sólo les respondió con una sonrisa enigmática y desapareció por la puerta.
- Así que la prima Alicia.- dijo el joven con un deje burlón.- Sí, creo que es lo único que necesitábamos para que a mi querido padre le dé definitivamente un infarto. Podía soportar a dos Ulloa descarriados, pero creo que tres supera su límite.- rió divertido.
- Bueno, Fernando gritará y pataleará todo lo que le venga en gana. Pero al final, la aceptará.
- ¿Cómo está tan seguro?- preguntó Raimundo alzando una ceja.
- Pues porque tanto a tu padre como a mí nos han inculcado desde la cuna que cualquiera que comparta nuestra sangre en sus venas debe ser tratado como le corresponde… Ese es el motivo por el que mi querido hermano soporta mi presencia y también soportará la de Alicia.
- Y ese es el motivo por el que también soporta la mía.- dijo Raimundo con voz triste.
Esteban percibió el cambio en su sobrino. Sentía claramente su dolor. Apoyó una mano en su hombro.
- Raimundo, ya conoces a tu padre. Él es así.
- Lo sé, tío.- sacudió la cabeza.- Sólo que… me gustaría que alguna vez mostrase algo de “interés” no sólo porque lleve su sangre y sea su heredero…- los ojos del joven brillaron cristalinos.- Me pregunto si alguna vez me ha visto como hijo.
Esteban apretó su hombro, mirándole cariñoso. Raimundo pareció darse cuenta de que había dejado traslucir demasiado sus sentimientos y sacudió la cabeza.
- Perdone tío. Soy un estúpido idealista. Conociendo a mi padre como lo conozco y aún guardo esperanzas de que…
No pudo terminar. Sí, era un redomado imbécil por pensar que en el retorcido y duro corazón de su padre pudiera haber un hueco para el amor, aunque fuese hacia su propio hijo. Esteban apoyó su otra mano en el otro hombro de su sobrino.
- No eres ningún estúpido idealista. Eres un joven extraordinario, Raimundo. Alguien que no merece tener como padre a Fernando Ulloa. Y que él lo sea no hace sino aumentar tu mérito. Así que deja de torturarte, que si necesitas a un padre, ya sabes de sobra que aquí me tienes.
Raimundo sonrió a su tío. Esteban le devolvió la sonrisa. Ambos se fundieron en un cariñoso abrazo.
- ¡Espere, señorita!
Tío y sobrino se separaron sorprendidos. Alicia Ulloa acababa de irrumpir en el salón, apenas vestida con una camisa de Fernando mientras una pobre doncella intentaba detenerla sin conseguirlo en absoluto. Esteban y Raimundo la miraron perplejos. Alicia les devolvió un gesto realmente irónico.
- Así que ropa limpia, ¿eh primo?- frunció graciosamente el entrecejo mientras se daba la vuelta, contemplándose a sí misma de perfil.- No es que no me guste el estilo de Fernando, pero… a mi parecer, esta camisa no es de mi talla.
Raimundo tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no estallar en carcajadas. En efecto. La camisa de su padre parecía ser cuatro veces más grande que ella. Apenas asomaba las manos por las mangas. Aunque, afortunadamente, era lo bastante larga como para que la cubriese un poco. Esteban se llevó una mano a la frente. Casi había olvidado que su querida prima tenía un sentido del decoro más bien… nulo y le daba igual estar medio desnuda delante de dos hombres.
- No me extraña que se haya escapado del convento.- dijo Raimundo soltando una risita.
Alicia le oyó y rió divertida ante su comentario a la par que le guiñaba un ojo. Después se volvió hacia Esteban, cruzándose de brazos.
- ¿Y bien? ¿Qué ropa limpia se supone que me voy a poner si aquí no viven más que especímenes del género masculino?
Esteban empezó a abrir la boca. Pero antes de que pudiera hablar, la puerta principal se abrió para dar paso a un elegante Fernando Ulloa.
- Bueno, creo que el asunto del capataz ya está solucionado. Menos mal que me he ocupado personalmente de eso porque tú, Esteban, acabarías pagándole más de…
Las palabras enmudecieron. Sus ojos de hielo se abrieron desmesuradamente. Esteban tragó saliva. Raimundo no podía apartar la mirada. Aquello era muy interesante.
- ¡¿Q…qué demonios?!
No podía creer lo que veían sus ojos. Allí, en medio de su salón, se encontraba nada más y nada menos que su prima, Alicia Ulloa, apenas vestida con… ¡Su camisa favorita! La cólera empezó a hervir en sus venas tanto que una de ellas asomó amenazadora en su frente. Fulminó con la mirada a su hermano, sintiendo por vez primera que no controlaría las ganas de rodear su cuello con sus manos y asfixiarlo. Pero antes de que el pobre Esteban se convirtiera en Abel a manos de Caín, Alicia evaluó todo con una astuta mirada y, sin más ceremonias avanzó directa hacia él.
- ¡Fernando!¡Mi querido primo!!
Esteban y Raimundo abrieron los ojos como platos. Alicia se había abalanzado sobre Fernando, abrazándolo efusivamente. Fernando se quedó paralizado. Estaba claro que esa prima suya nunca había estado muy cuerda, pero su cordura parecía ir disminuyendo progresivamente con el tiempo. Alicia no parecía ser consciente de que estaba abrazando a una estatua y siguió a lo suyo. Después se separó y le miró con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Cuánto me alegro de verte, primo!
Fernando la miró. Cierto, estaba como una cabra y se había puesto su mejor camisa que por cierto, ahora estaba arrugada. Pero aún así reconoció que esa loca tenía valor y que la camisa no le quedaba del todo mal. Sacudió la cabeza furioso.
- ¿Se puede saber qué diablos…? ¿Qué estás haciendo aquí?
- Pues… verás.- ella puso una mueca entre inocente y manipuladora.- Resulta que… me he escapado del convento. Yo… pensé que no te importaría alojarme. Al fin y al cabo soy una pobre huérfana sola en el mundo.
- ¿Huérfana?- Fernando se quedó inmóvil.- ¿El tío Agustín…?
Ella asintió.
- Murió hace dos años.- dijo olvidando su teatro al pensar en su padre.
Fernando pareció cambiar su rostro. Él apreciaba sinceramente a su tío. Era un hombre correcto y firme que había sabido mantener siempre en el lugar que le correspondía el apellido Ulloa. Un hombre que… no merecía tener como única heredera a esa alocada mujer que tenía delante.
- ¿Vas a dejar que vague por los caminos, sola y abandonada?- dijo ella componiendo su mejor cara de pena.- ¿No te vas a apiadar de tu pobre prima?
Fernando bufó.
- Podías haberte quedado en el convento. Allí no estarías “sola y abandonada”- dijo él malvado.
- No podía quedarme más tiempo allí, Fernando.- ella sacudió la cabeza, desesperada.- Soy una Ulloa y los Ulloa no hemos nacido para estar encerrados en ningún sitio.
Fernando resopló. Le llevaban los demonios, pero lo que acababa de decir era muy cierto.
- Está bien. Puedes quedarte. Pero no lo hago por ti, sino por tu padre.- recalcó.- Alguien tiene que ocuparse de que no deshonres ese apellido que no mereces. Y más vale que no lo hagas, porque si no, te juro que te acordarás de mí.- amenazó.
- Eres un encanto, Fernando.- dijo ella con un tono amable y sarcástico a la vez.
Él le devolvió una fría mirada. Esteban intervino.
- Bueno… ahora que todo está solucionado, le diré a una de las doncellas del servicio que te encarguen varios vestidos en la Puebla.
- ¿Y mientras tanto?- ella se miró meneando la cabeza.
Raimundo sonrió como si su mente se hubiese iluminado.
- No se preocupe, prima. Creo haber encontrado una solución.
Fernando, Esteban y Alicia le miraron sin comprender. Él sólo les respondió con una sonrisa enigmática y desapareció por la puerta.
#1448

04/09/2011 13:59
La adoro, me encanta no, lo siguiente, ja ja, Alicia es la caña, la escena con Fernando no ha tenido precio, tiene más morro que un oso hormiguero, ja ja, más torera que José Tomás, de verdad Ina que este personaje es la leche, gracias gracias, sigue pronto guapa que tengo muchas ganas de que se encuentren ya, joer pobre Alejandro, casi me está dando hasta penica, le va a volver la vida del revés ja ja
#1449

04/09/2011 14:01
Me cae bien Alicia, parece una cachonda mental xDDDD
#1450

04/09/2011 14:15
Jajaja qué torbellino de mujer,al pobre Alejandro le ha caído una buena...aunque será igual de apasionada,así que nos darán buenos chozo encuentros 
Estoy ansiosa porque mañana ocurra el spoiler que puso miri
Ando como loca por escenas entre mis amores.La Doña se va a enfermar fijo,y eso ablandará a Rai
Espero...

Estoy ansiosa porque mañana ocurra el spoiler que puso miri
Ando como loca por escenas entre mis amores.La Doña se va a enfermar fijo,y eso ablandará a Rai
Espero...
#1451

04/09/2011 15:21
Rosario apareció tras la puerta de la Casona y miró con una sonrisa un tanto tímida a Raimundo.
- Buenos días, señorito, pase. ¿Qué se le ofrece?
Raimundo entró y alzó una ceja burlón.
- ¿¿Señorito?? Vamos, Rosario, no me hagas reír, que nos conocemos desde que todos no levantábamos más que unos palmos del suelo.- paseó una mirada ansiosa alrededor.- ¿Está Francisca?
Antes de que la buena Rosario pudiese contestar, la aludida apareció en lo alto de las escaleras. Raimundo la miró con adoración mientras una traviesa sonrisa aparecía en su rostro. Francisca se la devolvió y, tras echar una ligera ojeada al salón para comprobar que su madre no estaba allí, bajó las escaleras de dos en dos y se precipitó en sus brazos. Raimundo la levantó feliz, haciéndola girar mientras ella reía. Rosario sonrió tierna y se retiró discretamente. Por fin, Raimundo la dejó en el suelo.
- Hasta que te dignas en aparecer, condenado Ulloa.- dijo ella dedicándole una graciosa mueca de enfado a la vez que jugueteaba con el lazo de su camisa.
- Mi pequeña… que tampoco ha pasado tanto tiempo.- dijo divertido, haciéndola rabiar a propósito. Sus ojos se clavaron hipnotizados en la deliciosa boca y se inclinó dispuesto a besarla. Pero ella le esquivó maliciosa.
- Entonces… si no ha pasado tanto tiempo, ¿a qué esa prisa?- se burló.
Raimundo la fulminó con la mirada. Ese condenado orgullo Montenegro… siempre tenía que salirse con la suya. Resopló torturado y atrapó su rostro.
- Vale, de acuerdo. Ha pasado una eternidad.
Francisca empezó a dibujar una sonrisa victoriosa, pero antes de que pudiera replicar, Raimundo había atrapado su boca con la suya, besándola con desesperación, absorbiendo su alma. Ella se sintió morir. Sus rodillas de pronto no parecían ser capaz de sostenerla. Por suerte, Raimundo deslizó un brazo por su cintura, aprisionándola contra él. El aire pareció caldearse demasiado pronto. Sin embargo, una súbita presencia y un carraspeo un tanto incómodo y enfadado les hizo volver al mundo real. Se separaron y quedaron paralizados al ver a un serio Alejandro Montenegro que les observaba, apoyado en el marco de la puerta del salón y con los brazos cruzados. Bueno, más que observar, estaba fulminando con los ojos a Raimundo. El joven tragó saliva.
- Buenas… tardes.- -“bravo, Raimundo, lo importante es no perder la educación aunque tu vida corra peligro”- se burló de él su conciencia.
Alejandro alzó una ceja. A pesar del enfado, empezaba a sentirse también un poquito divertido.
- Buenas tardes.- contestó cortés.- Imagino el propósito de tu visita pero… me gustaría oírlo de tu propia boca.
Raimundo volvió a tragar saliva. Alejandro reconoció que aquello empezaba a ser muy divertido. No se proponía aterrorizarlo en serio, pero, a decir verdad, sentía mucha curiosidad por saber cómo iba a librarse de una situación así. Raimundo finalmente inspiró y le miró a los ojos.
- Yo he venido porque…- los ojos oscuros de Alejandro se batían en duelo con los suyos. Raimundo alzó la cabeza, orgulloso.- Como seguramente comprenderá, es difícil estar alejado de alguien a quien se ama con todas las fuerzas.
Alejandro se quedó descolocado ante las palabras de Raimundo. Estaba claro que ese joven tenía coraje para enfrentar lo que fuera. Francisca miró a Raimundo rebosante de amor.
- También he venido porque necesitaba pedirle un favor a Francisca.
- ¿Qué clase de favor?- preguntó Alejandro despacio, intentando no ir a por la escopeta de nuevo.
Raimundo cayó en la cuenta de la interpretación que le había dado Alejandro a su última frase. Francisca miró nerviosa a su padre.
- No es lo que usted imagina.- dijo un tanto asustado, intentando salir de ese lío.- Hemos recibido la inesperada visita de una prima de mi padre y de mi tío. Se alojará con nosotros. Pero como ha venido con lo puesto, no tiene un vestido que ponerse. Me preguntaba si podrías dejarle uno, Francisca.
- Sí, por supuesto.- contestó ella sorprendida.- Pero… ¿Cómo es que ni siquiera ha traído equipaje?
- Es una larga historia.- suspiró Raimundo.- Ella es la única prima de mi padre. Al parecer, sus padres la internaron en un convento para convertirla en una señorita de bien, pero no han tenido mucho éxito.- añadió irónico.- Lo único que ha traído con ella es el hábito de novicia.
Francisca empezó a dibujar una sonrisa en su sorprendido rostro. Alejandro de pronto se quedó paralizado al oír las palabras de Raimundo.
- Espera un momento. ¿Esa… pariente de tu padre llevaba un hábito blanco lleno de barro?
- Así es, señor.- dijo Raimundo, mirándolo sin comprender.
- Y… ¿tiene el cabello rubio, los ojos castaños y un carácter un tanto… peculiar?
- Efectivamente.- Raimundo clavó los ojos en Alejandro.- ¿Cómo lo sabe?
- Me la he tropezado esta mañana. Literalmente.- dijo lacónico Alejandro.
Francisca miró suspicaz a su padre.
- Para haber coincidido con ella una única vez, recuerda a la perfección su descripción, padre.
Alejandro miró a su hija, que le estaba dedicando una inquisidora mirada. No sabía por qué, pero esos sagaces ojos castaños le estaban poniendo un poco nervioso.
- No tiene nada de extraño. Que una novicia se comporte así llama lo suficiente la atención como para recordar su descripción.
Francisca apartó la mirada de su padre no muy convencida para clavarla en Raimundo.
- Y… ¿tu padre ha accedido a que se quede con vosotros?
- Eso parece. No sé cómo terminará esto, pero imagínate. Su querida prima Alicia es como una versión femenina de mi tío Esteban. – dijo Raimundo burlón.
Francisca se rió de buena gana.
- Madre mía… será digno de verse. Bueno, le diré a Rosario que te baje un vestido de los míos. Imagino que le servirá.
- Gracias mi pequeña.- Raimundo la miró embobado conteniendo a duras penas el deseo de besarla.
Alejandro le dedicó una mirada a Raimundo pero no parecía furiosa. Era una mirada llena de curiosidad mal disimulada. El joven lo advirtió. Estuvo tentado a preguntarle si le ocurría algo pero decidió que ya había arriesgado bastante el pellejo por un día.
- Señor.- se inclinó cortés.- He de irme. Gracias por su… amabilidad.
Alejandro esbozó una sonrisa.
- De nada, Raimundo. Y dale un saludo de mi parte a Esteban
- Así lo haré.
Raimundo desapareció tras la puerta de la Casona.
- Buenos días, señorito, pase. ¿Qué se le ofrece?
Raimundo entró y alzó una ceja burlón.
- ¿¿Señorito?? Vamos, Rosario, no me hagas reír, que nos conocemos desde que todos no levantábamos más que unos palmos del suelo.- paseó una mirada ansiosa alrededor.- ¿Está Francisca?
Antes de que la buena Rosario pudiese contestar, la aludida apareció en lo alto de las escaleras. Raimundo la miró con adoración mientras una traviesa sonrisa aparecía en su rostro. Francisca se la devolvió y, tras echar una ligera ojeada al salón para comprobar que su madre no estaba allí, bajó las escaleras de dos en dos y se precipitó en sus brazos. Raimundo la levantó feliz, haciéndola girar mientras ella reía. Rosario sonrió tierna y se retiró discretamente. Por fin, Raimundo la dejó en el suelo.
- Hasta que te dignas en aparecer, condenado Ulloa.- dijo ella dedicándole una graciosa mueca de enfado a la vez que jugueteaba con el lazo de su camisa.
- Mi pequeña… que tampoco ha pasado tanto tiempo.- dijo divertido, haciéndola rabiar a propósito. Sus ojos se clavaron hipnotizados en la deliciosa boca y se inclinó dispuesto a besarla. Pero ella le esquivó maliciosa.
- Entonces… si no ha pasado tanto tiempo, ¿a qué esa prisa?- se burló.
Raimundo la fulminó con la mirada. Ese condenado orgullo Montenegro… siempre tenía que salirse con la suya. Resopló torturado y atrapó su rostro.
- Vale, de acuerdo. Ha pasado una eternidad.
Francisca empezó a dibujar una sonrisa victoriosa, pero antes de que pudiera replicar, Raimundo había atrapado su boca con la suya, besándola con desesperación, absorbiendo su alma. Ella se sintió morir. Sus rodillas de pronto no parecían ser capaz de sostenerla. Por suerte, Raimundo deslizó un brazo por su cintura, aprisionándola contra él. El aire pareció caldearse demasiado pronto. Sin embargo, una súbita presencia y un carraspeo un tanto incómodo y enfadado les hizo volver al mundo real. Se separaron y quedaron paralizados al ver a un serio Alejandro Montenegro que les observaba, apoyado en el marco de la puerta del salón y con los brazos cruzados. Bueno, más que observar, estaba fulminando con los ojos a Raimundo. El joven tragó saliva.
- Buenas… tardes.- -“bravo, Raimundo, lo importante es no perder la educación aunque tu vida corra peligro”- se burló de él su conciencia.
Alejandro alzó una ceja. A pesar del enfado, empezaba a sentirse también un poquito divertido.
- Buenas tardes.- contestó cortés.- Imagino el propósito de tu visita pero… me gustaría oírlo de tu propia boca.
Raimundo volvió a tragar saliva. Alejandro reconoció que aquello empezaba a ser muy divertido. No se proponía aterrorizarlo en serio, pero, a decir verdad, sentía mucha curiosidad por saber cómo iba a librarse de una situación así. Raimundo finalmente inspiró y le miró a los ojos.
- Yo he venido porque…- los ojos oscuros de Alejandro se batían en duelo con los suyos. Raimundo alzó la cabeza, orgulloso.- Como seguramente comprenderá, es difícil estar alejado de alguien a quien se ama con todas las fuerzas.
Alejandro se quedó descolocado ante las palabras de Raimundo. Estaba claro que ese joven tenía coraje para enfrentar lo que fuera. Francisca miró a Raimundo rebosante de amor.
- También he venido porque necesitaba pedirle un favor a Francisca.
- ¿Qué clase de favor?- preguntó Alejandro despacio, intentando no ir a por la escopeta de nuevo.
Raimundo cayó en la cuenta de la interpretación que le había dado Alejandro a su última frase. Francisca miró nerviosa a su padre.
- No es lo que usted imagina.- dijo un tanto asustado, intentando salir de ese lío.- Hemos recibido la inesperada visita de una prima de mi padre y de mi tío. Se alojará con nosotros. Pero como ha venido con lo puesto, no tiene un vestido que ponerse. Me preguntaba si podrías dejarle uno, Francisca.
- Sí, por supuesto.- contestó ella sorprendida.- Pero… ¿Cómo es que ni siquiera ha traído equipaje?
- Es una larga historia.- suspiró Raimundo.- Ella es la única prima de mi padre. Al parecer, sus padres la internaron en un convento para convertirla en una señorita de bien, pero no han tenido mucho éxito.- añadió irónico.- Lo único que ha traído con ella es el hábito de novicia.
Francisca empezó a dibujar una sonrisa en su sorprendido rostro. Alejandro de pronto se quedó paralizado al oír las palabras de Raimundo.
- Espera un momento. ¿Esa… pariente de tu padre llevaba un hábito blanco lleno de barro?
- Así es, señor.- dijo Raimundo, mirándolo sin comprender.
- Y… ¿tiene el cabello rubio, los ojos castaños y un carácter un tanto… peculiar?
- Efectivamente.- Raimundo clavó los ojos en Alejandro.- ¿Cómo lo sabe?
- Me la he tropezado esta mañana. Literalmente.- dijo lacónico Alejandro.
Francisca miró suspicaz a su padre.
- Para haber coincidido con ella una única vez, recuerda a la perfección su descripción, padre.
Alejandro miró a su hija, que le estaba dedicando una inquisidora mirada. No sabía por qué, pero esos sagaces ojos castaños le estaban poniendo un poco nervioso.
- No tiene nada de extraño. Que una novicia se comporte así llama lo suficiente la atención como para recordar su descripción.
Francisca apartó la mirada de su padre no muy convencida para clavarla en Raimundo.
- Y… ¿tu padre ha accedido a que se quede con vosotros?
- Eso parece. No sé cómo terminará esto, pero imagínate. Su querida prima Alicia es como una versión femenina de mi tío Esteban. – dijo Raimundo burlón.
Francisca se rió de buena gana.
- Madre mía… será digno de verse. Bueno, le diré a Rosario que te baje un vestido de los míos. Imagino que le servirá.
- Gracias mi pequeña.- Raimundo la miró embobado conteniendo a duras penas el deseo de besarla.
Alejandro le dedicó una mirada a Raimundo pero no parecía furiosa. Era una mirada llena de curiosidad mal disimulada. El joven lo advirtió. Estuvo tentado a preguntarle si le ocurría algo pero decidió que ya había arriesgado bastante el pellejo por un día.
- Señor.- se inclinó cortés.- He de irme. Gracias por su… amabilidad.
Alejandro esbozó una sonrisa.
- De nada, Raimundo. Y dale un saludo de mi parte a Esteban
- Así lo haré.
Raimundo desapareció tras la puerta de la Casona.
#1452

04/09/2011 16:16
Qué bien la recuerda Alejandro...
Y los otros dos,en serio q me encantan
Gracias por darnos la dosis del fin de semana jeje ya q no tenemos serie,te tenemos a ti.Aunque siempre es mejor leerte a ti,q nos das lo q queremos
Y los otros dos,en serio q me encantan
Gracias por darnos la dosis del fin de semana jeje ya q no tenemos serie,te tenemos a ti.Aunque siempre es mejor leerte a ti,q nos das lo q queremos
#1453

04/09/2011 16:16
Jajajaja me encantan los pensamientos de Raimundo. Es irónico hasta cuando cree que va a morir a manos de su suegro.
Sigue así, Ina!
Sigue así, Ina!
#1454

04/09/2011 16:31
Ayyyyyyyyyy Alejandro, para un ratito que la has visto como se te ha quedado gravada su imagen ¿no?, que encanto de hombre de verdad, aunque él de momento no sepa lo que es estar enamorado se pone en el lugar de nuestra parejita y no puede evitar volverse un bizcochín, ¿ no es maravilloso este hombre?.
Ina sigue que quiero que se encuentren, que ganas tengo de leer la primera vez que estén frente a frente
Ina sigue que quiero que se encuentren, que ganas tengo de leer la primera vez que estén frente a frente
#1455

04/09/2011 17:04
Bueno, chicas, mientras rumio la siguiente escenita de "Eres mi verdad", deleitémonos con esta imagen. ¡Me encanta! Jajajajajaa. Especialmente la pose y la cara de Rai, colmándosele la paciencia por culpa de su Paca 












#1456

04/09/2011 17:17
Totalmente de acuerdo contigo, Miri. Este Rai está de toma pan y moja. La Paca tiene un orgullo y un aguante que pa qué...
Lo dicho. Aiss, qué bueno está el jodío Ulloa. No tiene nada que envidiarle a los guapos oficiales de Puente Viejo, es decir, sus hijos, su yerno Alfonsito y Ramirín. ¿Y dicen que al gilimemo ese del Severiano le apodan el guapo? Vamos hombreee.... Imaginad que es Raimundo el que se despierta sólo con los pantalones puestos y se estira en medio de la plaza. Ya me gustaría ver la cara que ponen la Dolores y el resto de cacatúas, jajaajajajaja. Aunque de seguro que si las ve la Paca, la emprende a leches con todas con la fusta de Mauricio
Venga, sigamos babeando...
Lo dicho. Aiss, qué bueno está el jodío Ulloa. No tiene nada que envidiarle a los guapos oficiales de Puente Viejo, es decir, sus hijos, su yerno Alfonsito y Ramirín. ¿Y dicen que al gilimemo ese del Severiano le apodan el guapo? Vamos hombreee.... Imaginad que es Raimundo el que se despierta sólo con los pantalones puestos y se estira en medio de la plaza. Ya me gustaría ver la cara que ponen la Dolores y el resto de cacatúas, jajaajajajaja. Aunque de seguro que si las ve la Paca, la emprende a leches con todas con la fusta de Mauricio




Venga, sigamos babeando...

#1457

04/09/2011 17:21
Pero si decían que la serie duraba hasta abril del 2012, no fastidieis que estos dos se tiene que reconciliar si o si.
En cuanto a la foto, yo soy Francisca y ya le estaba comiendo el morro ya veriais que pronto cambiaba el gesto, es que de verdad, se quieren, están más cachondos que el mango de una sarten y digo yo que alguien debe de dar el primer paso así que Paca, lánzate
En cuanto a la foto, yo soy Francisca y ya le estaba comiendo el morro ya veriais que pronto cambiaba el gesto, es que de verdad, se quieren, están más cachondos que el mango de una sarten y digo yo que alguien debe de dar el primer paso así que Paca, lánzate
#1458

04/09/2011 17:34
Je, perdona Miri. Fui yo que te entendió mal lo de septiembre, pero ya edité el mensaje... y lo mejoré, hay que decirlo, con otra fotico de Rai, jejejeej.
La verdad, sería un puntazo que la Paca se pusiera celosa, jajajajaa, digno de verseee. Pero debería andarse con ojito y espabilar, que semejante caballero tiene un peligro que no veas. Yo también pensé que lo del Severiano era de chiste. Recuerdo cuando Ramiro se lo presentó a Rai y nuestro Rai (suspiro) le tendió la mano y se presentó orgulloso diciendo su nombre. No sé por qué, pero lo eclipsó por completo. Aiss... ¡Menuda diferencia entre el pazguato ese y nuestro Rai!!
¡Venga Paca... que como sigas con esos sofocos contenidos te va a dar un pasmoo! Déjate de tisanas y... atacaa.
La verdad, sería un puntazo que la Paca se pusiera celosa, jajajajaa, digno de verseee. Pero debería andarse con ojito y espabilar, que semejante caballero tiene un peligro que no veas. Yo también pensé que lo del Severiano era de chiste. Recuerdo cuando Ramiro se lo presentó a Rai y nuestro Rai (suspiro) le tendió la mano y se presentó orgulloso diciendo su nombre. No sé por qué, pero lo eclipsó por completo. Aiss... ¡Menuda diferencia entre el pazguato ese y nuestro Rai!!
¡Venga Paca... que como sigas con esos sofocos contenidos te va a dar un pasmoo! Déjate de tisanas y... atacaa.
#1459

04/09/2011 17:38

Quien es ese hombreeee?? que me mira y me desnuda....
Es Rai,y como dice él,es para mi

#1460

04/09/2011 17:45
Yo misma me presento voluntaria para tranquilitos en una cama y ya que es verano con la menor cantidad de ropa posible, es decir, en pelotas contarle uno a uno los pelitos de la barba y perderme en esos ojazos.
Como de momento Alejandro no me da marcha, voy a atacar a Rai que también tiene su aquel y...menudo aquel
Edito: otia que foto, menudo pavo la leche me he quedado con la boca abierta
Como de momento Alejandro no me da marcha, voy a atacar a Rai que también tiene su aquel y...menudo aquel
Edito: otia que foto, menudo pavo la leche me he quedado con la boca abierta