El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0

08/06/2011 23:44
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#621

13/08/2011 19:53
Si si es que es eso que no cuadra lo de Soledad pero es que lo del Salvador me parece tan atroz que una se pone a pensar y pensé y si es del Ulloa y por fastidiar a Francisca... pero es lo que tu dices Ulloa es un hombre íntegro como Tristán jejeje!!!
#622

13/08/2011 20:16
francisca quiere de tal manera a tristan por que fue el fruto del amor que sintio de raimundo pero soledad le recueda los años con salvador castro y por eso la trata asi espero que se reconcilien rapido y haya escenas de ellos dos por que es una historia muy bonita y me gustaria de que tristan se casase bajo el apellido ulloa
¿pero y si ulloa fuera soledad y la trata asi por que raimundo la repudio?
¿pero y si ulloa fuera soledad y la trata asi por que raimundo la repudio?
#623

13/08/2011 20:29
Yo tengo cada dia mas clro que el hijo de ellos es Tristán, se parece mucho a Raimundo, parece mas un Ulloa que un Castro y la Paca le tiene tanto cariño por que es el hijo del amor de su vida... y sin embargo a Soledad la trataba fatal, probablemente xk fue fruto de una violación.
Estoy deseando que estalle la bomba y esto se sepa, pero conociendo a la Doña seguro que por ella no sale a la luz, asi que espero que otra persona (probablemente Rosario) lo sepa y lo saque a la luz... asi los hermanos (Tristán y los Ulloa) podrán tratarse como tal y ver como se comporta con su verdadero padre...
Estoy deseando que estalle la bomba y esto se sepa, pero conociendo a la Doña seguro que por ella no sale a la luz, asi que espero que otra persona (probablemente Rosario) lo sepa y lo saque a la luz... asi los hermanos (Tristán y los Ulloa) podrán tratarse como tal y ver como se comporta con su verdadero padre...
#624

13/08/2011 20:34
Para que esto sala a la Luz alguien del pasado que pudiera saber algo ha de volver. La Doña no dirá ná y Sebastián y Emilia olvidaron las cartas y ni mu al Tristán y es que ni lo sabe Pepa entonces no hay manera de que el chico se entere de la relación y alguien sospeche... Carlos Castro sabría algo? mmm puff a saber está como una cabra así que ...
#625

13/08/2011 20:51
Raimundo estaba jugando con Martín aquella tarde en el bosque. El chiquillo corría feliz mientras su abuelo le perseguía entre risas. Finalmente, Martín se volvió hacia Raimundo y se abalanzó sobre él. Los dos rodaron por el prado como dos muchachos traviesos. Martín se levantó y quedó de rodillas, procurando recuperar el aliento y dejar de reír. Raimundo le acarició la cabeza.
- Pero mira cómo te has puesto, bribón,- le regañó cariñoso, sacudiéndole el polvo de pies a cabeza- Cuando tu madre te vea rebozado, me va a caer una buena bronca… y a ti también.
El niño sacudió la cabeza, risueño.
- Madre es muy comprensiva. Pero la abuela sí que le va a regañar cuando le vea a usted.- rió el chiquillo.
Raimundo contuvo una carcajada. Se levantó y se sacudió la chaqueta.
- Serás tunante… anda, vamos, que ya se hace tarde.
Martín tomó la mano de su abuelo y comenzaron a caminar de vuelta a Puente Viejo. Por el camino, el muchacho no paraba de charlar.
- Abuelo, ¿y cómo será el niño o la niña que va a tener la abuela?
- Tendrá carácter, eso seguro.- dijo Raimundo, guiñándole un ojo a Martín. – Pero espero que tenga el mío… y no el de tu abuela.- rió.
- Será hermano de padre, ¿verdad abuelo? Como la tía Soledad, la tía Emilia y el tío Sebastián.
- Así es, Martín.
- ¿Y cómo se va a llamar?- preguntó el chiquillo curioso.
Raimundo sonrió ante la avalancha de preguntas de aquel diablillo revoltoso. Le miró con ternura.
- ¿Cómo te gustaría que se llamase?- le preguntó.
El niño meneó la cabeza pensativo.
- Me gustaría que se llamase como el tío Esteban.- dijo risueño.- Es muy divertido. El otro día le llamó Paquita a la abuela. Me reí mucho… pero la abuela casi me atiza con una escoba.- terminó, un tanto avergonzado.
Raimundo hizo verdaderos esfuerzos por no soltar una carcajada.
- Es una buena elección. ¿Y si es niña?
- Pues… ¡Pepa! Como madre.- dijo el niño ilusionado.
- Como te oiga tu abuela… creo que te va a atizar otra vez con la escoba.- rió Raimundo, imaginando la cara de Francisca si tuviese que bautizar a una pequeña Pepa.
Estaban llegando a las inmediaciones del pueblo cuando una desesperada Pepa apareció corriendo hacia ellos.
- ¡Martín!
Raimundo sintió que la preocupación le invadía cuando vio a Pepa abalanzarse hacia su hijo para abrazarlo como si no quisiera soltarlo nunca.
- Dios mío… Temí que… Gracias a Dios que estás bien, mi niño.- dijo apretándolo contra su corazón.
- Pepa, ¿qué ocurre?
La joven alzó la cabeza para mirar a su suegro, sin soltar a su hijo.
- El… desgraciado de Alonso nos dejó esta nota debajo del dintel de la puerta.- explicó atropelladamente, tendiéndosela a Raimundo.- Pone que lamentaríamos mucho todo lo que había ocurrido y que… si no recuperaba lo suyo… nos amenaza con que perderíamos lo que más amábamos.
Raimundo tomó la nota. Los ojos relampaguearon de odio.
- En cuanto la leímos, Tristán y yo salimos desesperados a buscaros. Gracias a Dios que todo ha quedado en un susto.
Raimundo miró a Pepa y luego a Martín. No sabía por qué… pero sentía una horrible sensación en su interior.
- Dices que salisteis juntos a buscarnos…- miró alrededor.- ¿Dónde está Tristán?
Pepa de pronto pareció despertar.
- Nos… nos separamos. Él se fue por el otro camino. – el pánico empezó a aparecer en sus ojos.- Raimundo… Dígame que… lo que estoy pensando no… es cierto.
Raimundo apoyó una mano en el hombro de Pepa. Pero la joven vio la preocupación en sus ojos, tan parecidos a los de Tristán.
- Pepa, llévate a Martín y avisa a la guardia civil. Enséñales la nota.- alzó la mirada, contemplando el otro lado de la colina.- Diles que… Tristán corre peligro. Ese desgraciado no ha podido planear esto él solo.
- ¿Qué… qué quiere decir?
- Tristán es un experimentado soldado. Alonso solo jamás podría con él. Lo que significa que tiene su propia panda de secuaces.
Pepa comprendió que Raimundo tenía mucha razón. Tomó la mano de su hijo y se dispuso a hacer lo que su suegro le había dicho. Pero de pronto, se detuvo.
- Raimundo… ¿acaso no me va a… acompañar?
Él la miró, contestándole en silencio.
- Ah, no, eso sí que no.- Pepa le miró con toda la tozudez reflejada en su rostro.- Acaba de decir que tiene su propia panda de secuaces. No pretenderá ir a enfrentarse a él solo, ¿verdad? Porque entonces, yo voy con usted.
Raimundo sonrió ante el coraje tan típico de la muchacha.
- Pepa, está claro que el objetivo de Alonso no es Tristán, sino yo. Ese desgraciado sabe cuál es mi punto débil. Y quiere a toda costa deshacerse de mí para no tener ya ningún obstáculo ante sus planes.
- Y ¿usted le va a complacer metiéndose en la boca del lobo?- preguntó Pepa desquiciada.
Raimundo miró fijamente a la muchacha.
- Pepa, si la cuestión es qué vida tiene que salvarse a elegir entre la de Tristán o la mía, no me preguntes cuál es mi elección. Tú tampoco dudarías en mi lugar.
Pepa gimió desesperada.
- ¿No puede esperar a que la guardia civil esté sobre aviso? ¿No puede esperar a que los Castañeda o Sebastián vayan con usted?
Raimundo resopló.
- Conozco bien a los de su calaña. Si me ve acercarme con refuerzos, matará a Tristán sin dudarlo. Tengo que ir solo.- aferró a su nuera por los hombros.- Escúchame, Pepa, diles que deben rodear la colina que está sobre el río. Y que no deben mostrarse hasta que Tristán esté libre. Si no lo hacen, esos desgraciados dispararán a matar.
Pepa sintió que se le desgarraba el corazón. No podía imaginar perder a Tristán. Moriría con él. Pero tampoco podía soportar la idea de que Raimundo fuese a entregarse para salvarle. Raimundo la miró, tomándola por los hombros.
- Vamos, muchacha, que no se diga que Pepa Balmes de Ulloa-Montenegro no tiene valor.
Pepa apretó los dientes y finalmente asintió. Tomó a Martín y se marchó a toda prisa.
- Pero mira cómo te has puesto, bribón,- le regañó cariñoso, sacudiéndole el polvo de pies a cabeza- Cuando tu madre te vea rebozado, me va a caer una buena bronca… y a ti también.
El niño sacudió la cabeza, risueño.
- Madre es muy comprensiva. Pero la abuela sí que le va a regañar cuando le vea a usted.- rió el chiquillo.
Raimundo contuvo una carcajada. Se levantó y se sacudió la chaqueta.
- Serás tunante… anda, vamos, que ya se hace tarde.
Martín tomó la mano de su abuelo y comenzaron a caminar de vuelta a Puente Viejo. Por el camino, el muchacho no paraba de charlar.
- Abuelo, ¿y cómo será el niño o la niña que va a tener la abuela?
- Tendrá carácter, eso seguro.- dijo Raimundo, guiñándole un ojo a Martín. – Pero espero que tenga el mío… y no el de tu abuela.- rió.
- Será hermano de padre, ¿verdad abuelo? Como la tía Soledad, la tía Emilia y el tío Sebastián.
- Así es, Martín.
- ¿Y cómo se va a llamar?- preguntó el chiquillo curioso.
Raimundo sonrió ante la avalancha de preguntas de aquel diablillo revoltoso. Le miró con ternura.
- ¿Cómo te gustaría que se llamase?- le preguntó.
El niño meneó la cabeza pensativo.
- Me gustaría que se llamase como el tío Esteban.- dijo risueño.- Es muy divertido. El otro día le llamó Paquita a la abuela. Me reí mucho… pero la abuela casi me atiza con una escoba.- terminó, un tanto avergonzado.
Raimundo hizo verdaderos esfuerzos por no soltar una carcajada.
- Es una buena elección. ¿Y si es niña?
- Pues… ¡Pepa! Como madre.- dijo el niño ilusionado.
- Como te oiga tu abuela… creo que te va a atizar otra vez con la escoba.- rió Raimundo, imaginando la cara de Francisca si tuviese que bautizar a una pequeña Pepa.
Estaban llegando a las inmediaciones del pueblo cuando una desesperada Pepa apareció corriendo hacia ellos.
- ¡Martín!
Raimundo sintió que la preocupación le invadía cuando vio a Pepa abalanzarse hacia su hijo para abrazarlo como si no quisiera soltarlo nunca.
- Dios mío… Temí que… Gracias a Dios que estás bien, mi niño.- dijo apretándolo contra su corazón.
- Pepa, ¿qué ocurre?
La joven alzó la cabeza para mirar a su suegro, sin soltar a su hijo.
- El… desgraciado de Alonso nos dejó esta nota debajo del dintel de la puerta.- explicó atropelladamente, tendiéndosela a Raimundo.- Pone que lamentaríamos mucho todo lo que había ocurrido y que… si no recuperaba lo suyo… nos amenaza con que perderíamos lo que más amábamos.
Raimundo tomó la nota. Los ojos relampaguearon de odio.
- En cuanto la leímos, Tristán y yo salimos desesperados a buscaros. Gracias a Dios que todo ha quedado en un susto.
Raimundo miró a Pepa y luego a Martín. No sabía por qué… pero sentía una horrible sensación en su interior.
- Dices que salisteis juntos a buscarnos…- miró alrededor.- ¿Dónde está Tristán?
Pepa de pronto pareció despertar.
- Nos… nos separamos. Él se fue por el otro camino. – el pánico empezó a aparecer en sus ojos.- Raimundo… Dígame que… lo que estoy pensando no… es cierto.
Raimundo apoyó una mano en el hombro de Pepa. Pero la joven vio la preocupación en sus ojos, tan parecidos a los de Tristán.
- Pepa, llévate a Martín y avisa a la guardia civil. Enséñales la nota.- alzó la mirada, contemplando el otro lado de la colina.- Diles que… Tristán corre peligro. Ese desgraciado no ha podido planear esto él solo.
- ¿Qué… qué quiere decir?
- Tristán es un experimentado soldado. Alonso solo jamás podría con él. Lo que significa que tiene su propia panda de secuaces.
Pepa comprendió que Raimundo tenía mucha razón. Tomó la mano de su hijo y se dispuso a hacer lo que su suegro le había dicho. Pero de pronto, se detuvo.
- Raimundo… ¿acaso no me va a… acompañar?
Él la miró, contestándole en silencio.
- Ah, no, eso sí que no.- Pepa le miró con toda la tozudez reflejada en su rostro.- Acaba de decir que tiene su propia panda de secuaces. No pretenderá ir a enfrentarse a él solo, ¿verdad? Porque entonces, yo voy con usted.
Raimundo sonrió ante el coraje tan típico de la muchacha.
- Pepa, está claro que el objetivo de Alonso no es Tristán, sino yo. Ese desgraciado sabe cuál es mi punto débil. Y quiere a toda costa deshacerse de mí para no tener ya ningún obstáculo ante sus planes.
- Y ¿usted le va a complacer metiéndose en la boca del lobo?- preguntó Pepa desquiciada.
Raimundo miró fijamente a la muchacha.
- Pepa, si la cuestión es qué vida tiene que salvarse a elegir entre la de Tristán o la mía, no me preguntes cuál es mi elección. Tú tampoco dudarías en mi lugar.
Pepa gimió desesperada.
- ¿No puede esperar a que la guardia civil esté sobre aviso? ¿No puede esperar a que los Castañeda o Sebastián vayan con usted?
Raimundo resopló.
- Conozco bien a los de su calaña. Si me ve acercarme con refuerzos, matará a Tristán sin dudarlo. Tengo que ir solo.- aferró a su nuera por los hombros.- Escúchame, Pepa, diles que deben rodear la colina que está sobre el río. Y que no deben mostrarse hasta que Tristán esté libre. Si no lo hacen, esos desgraciados dispararán a matar.
Pepa sintió que se le desgarraba el corazón. No podía imaginar perder a Tristán. Moriría con él. Pero tampoco podía soportar la idea de que Raimundo fuese a entregarse para salvarle. Raimundo la miró, tomándola por los hombros.
- Vamos, muchacha, que no se diga que Pepa Balmes de Ulloa-Montenegro no tiene valor.
Pepa apretó los dientes y finalmente asintió. Tomó a Martín y se marchó a toda prisa.
#626

13/08/2011 22:10
Qué imagen la Paca con barriga y Trabuco colina arriba a lo Bandolera me muero de la risaaaaaaa jajajaja! Madreeeeeeeee!!!
#627

13/08/2011 22:23
Tristán caminaba despacio con las manos levemente alzadas mientras uno de los secuaces de Castro mantenía el cañón de su escopeta apoyado en su sien izquierda. Pudo contar hasta quince hombres armados. Miró desafiante a su supuesto “tío”
- Has perdido definitivamente el juicio, Alonso Castro. Esto es una locura que sabes que fracasará. Aparecerá la guardia civil y acabarán contigo.
Alonso sonrió.
- No lo creas, mi querido “sobrino”. Estoy seguro de que esa nota ha llegado a las manos de quien yo quería que llegase. Y estoy más seguro aún de que tu querido padre no tardará en presentarse en breve, presto a salvarte.- terminó remedando un burlón acento melodramático.
Tristán le miró iracundo.
- Mi padre no es ningún imbécil para hacer eso.
- No lo dudo, pero sí sé que fácilmente pierde su buen juicio si alguien a quien ama está en peligro.- meneó la cabeza, socarrón.- Conozco bien a Raimundo Ulloa. Y, en el extraño caso de que tengas razón, y se presente aquí alguien que no sea él, simplemente ordenaré que te vuelen la cabeza de un tiro. Tampoco tengo nada que perder.
- Eres un cobarde malnacido.- dijo Tristán destilando el más puro desprecio.
Alonso sonrió. De pronto, el ruido de una rama seca al romperse les hizo alzar la mirada. Tristán sintió un zarpazo en el alma. La sonrisa de Alonso se ensanchó más si cabía.
- ¡Padre!- Tristán le miró, desesperado. Raimundo estaba inmóvil, evaluando cuidadosamente la situación. Miró a Castro.
- Vaya, vaya, Raimundo Ulloa, siempre tan puntual.- dijo obsequiándole con una leve inclinación de cabeza.- Gracias por tu diligencia en… acudir a esta cita.
Raimundo miró cuidadosamente a Alonso. Sus sagaces ojos fueron de los secuaces de Castro hasta su hijo. Finalmente, clavó la mirada en Castro.
- Déjale marchar.- dijo.- Es a mí a quién quieres, ¿no es cierto? Entonces, déjale marchar.
Alonso sonrió.
- Siempre he admirado tu valor, Ulloa. Hay que reconocer que tienes cojones. Pero… ¿Sabes? Pensándolo bien, tengo que borrar del mapa no sólo a ti, sino también a tu hijo. Si te mato, él será el heredero de los Ulloa y seguiríamos en las mismas… aunque… también están tus otros hijos, ¿cierto? Así como el que está esperando Francisca. Vaya, la escoria se reproduce como los conejos.- dijo venenoso. Apuntó a Raimundo con su arma.- En fin, tendré que hacerlo poco a poco. Empezaré por vosotros dos.
Tristán y Raimundo se miraron. Antes de que nadie reaccionase, Tristán se liberó del agarre de su captor y se puso delante de su padre.
- Oh, qué bonito gesto.- dijo burlón Alonso.
- ¿Qué demonios estás haciendo, Tristán?
Tristán se volvió hacia su padre. Le guiñó un ojo y después dijo apasionadamente.
- No permitiré que muera por mí, padre.
Durante un segundo, Raimundo creyó que Tristán había enloquecido. Pero después advirtió que tras los secuaces de Castro había un movimiento. Le pareció ver la gorra de Alfonso Castañeda moviéndose entre un matorral cercano. Raimundo le devolvió el guiño.
- Seré yo el que no permita que tú mueras.- le dijo casi enfadado.
- ¿Y qué va a hacer para impedirlo?- preguntó Tristán, igual de alterado que él, siguiéndole el juego.
- ¿Qué qué voy a hacer…? ¿Qué qué voy a hacer…?
Castro estaba tan sorprendido ante lo que estaba presenciando que bajó sin darse cuenta el arma. Raimundo pidió perdón en silencio a su hijo y sin más, le soltó un puñetazo en pleno rostro. Tristán cayó al suelo. Se enzarzaron en una pelea. Alonso no daba crédito. Sus hombres, apostados detrás de él, también miraban atónitos la reyerta. Ese momento de incertidumbre bastó. Alfonso Castañeda saltó de su escondrijo, seguido de Ramiro, Juan, Sebastián, Mauricio y una cuadrilla de la guardia civil. Inmediatamente, Alonso cayó en la cuenta de la emboscada. Todo ocurrió muy rápido. Tristán aún estaba tirado en el suelo cuando Alonso alzó su arma para apuntarle. En ese momento, Raimundo le atacó por la espalda. El arma cayó al suelo y Alonso y Raimundo se enzarzaron en una violenta pelea.
Pepa intentó detener a una desquiciada Francisca que estaba dispuesta a ir al bosque al enterarse de lo ocurrido.
- ¿Ha perdido la cabeza? Escúcheme bien, suegra, no voy a permitir que…
Los nervios pudieron con Francisca. Antes de que Pepa terminase de hablar, la silenció con un tremendo bofetón. La chica quedó completamente muda. Francisca aprovechó y sin más preámbulos, se marchó. Pepa se acarició la enrojecida mejilla.
- ¡Espere!!
Ya no intentó detenerla. Las dos mujeres corrieron a toda prisa hacia el bosque.
- Has perdido definitivamente el juicio, Alonso Castro. Esto es una locura que sabes que fracasará. Aparecerá la guardia civil y acabarán contigo.
Alonso sonrió.
- No lo creas, mi querido “sobrino”. Estoy seguro de que esa nota ha llegado a las manos de quien yo quería que llegase. Y estoy más seguro aún de que tu querido padre no tardará en presentarse en breve, presto a salvarte.- terminó remedando un burlón acento melodramático.
Tristán le miró iracundo.
- Mi padre no es ningún imbécil para hacer eso.
- No lo dudo, pero sí sé que fácilmente pierde su buen juicio si alguien a quien ama está en peligro.- meneó la cabeza, socarrón.- Conozco bien a Raimundo Ulloa. Y, en el extraño caso de que tengas razón, y se presente aquí alguien que no sea él, simplemente ordenaré que te vuelen la cabeza de un tiro. Tampoco tengo nada que perder.
- Eres un cobarde malnacido.- dijo Tristán destilando el más puro desprecio.
Alonso sonrió. De pronto, el ruido de una rama seca al romperse les hizo alzar la mirada. Tristán sintió un zarpazo en el alma. La sonrisa de Alonso se ensanchó más si cabía.
- ¡Padre!- Tristán le miró, desesperado. Raimundo estaba inmóvil, evaluando cuidadosamente la situación. Miró a Castro.
- Vaya, vaya, Raimundo Ulloa, siempre tan puntual.- dijo obsequiándole con una leve inclinación de cabeza.- Gracias por tu diligencia en… acudir a esta cita.
Raimundo miró cuidadosamente a Alonso. Sus sagaces ojos fueron de los secuaces de Castro hasta su hijo. Finalmente, clavó la mirada en Castro.
- Déjale marchar.- dijo.- Es a mí a quién quieres, ¿no es cierto? Entonces, déjale marchar.
Alonso sonrió.
- Siempre he admirado tu valor, Ulloa. Hay que reconocer que tienes cojones. Pero… ¿Sabes? Pensándolo bien, tengo que borrar del mapa no sólo a ti, sino también a tu hijo. Si te mato, él será el heredero de los Ulloa y seguiríamos en las mismas… aunque… también están tus otros hijos, ¿cierto? Así como el que está esperando Francisca. Vaya, la escoria se reproduce como los conejos.- dijo venenoso. Apuntó a Raimundo con su arma.- En fin, tendré que hacerlo poco a poco. Empezaré por vosotros dos.
Tristán y Raimundo se miraron. Antes de que nadie reaccionase, Tristán se liberó del agarre de su captor y se puso delante de su padre.
- Oh, qué bonito gesto.- dijo burlón Alonso.
- ¿Qué demonios estás haciendo, Tristán?
Tristán se volvió hacia su padre. Le guiñó un ojo y después dijo apasionadamente.
- No permitiré que muera por mí, padre.
Durante un segundo, Raimundo creyó que Tristán había enloquecido. Pero después advirtió que tras los secuaces de Castro había un movimiento. Le pareció ver la gorra de Alfonso Castañeda moviéndose entre un matorral cercano. Raimundo le devolvió el guiño.
- Seré yo el que no permita que tú mueras.- le dijo casi enfadado.
- ¿Y qué va a hacer para impedirlo?- preguntó Tristán, igual de alterado que él, siguiéndole el juego.
- ¿Qué qué voy a hacer…? ¿Qué qué voy a hacer…?
Castro estaba tan sorprendido ante lo que estaba presenciando que bajó sin darse cuenta el arma. Raimundo pidió perdón en silencio a su hijo y sin más, le soltó un puñetazo en pleno rostro. Tristán cayó al suelo. Se enzarzaron en una pelea. Alonso no daba crédito. Sus hombres, apostados detrás de él, también miraban atónitos la reyerta. Ese momento de incertidumbre bastó. Alfonso Castañeda saltó de su escondrijo, seguido de Ramiro, Juan, Sebastián, Mauricio y una cuadrilla de la guardia civil. Inmediatamente, Alonso cayó en la cuenta de la emboscada. Todo ocurrió muy rápido. Tristán aún estaba tirado en el suelo cuando Alonso alzó su arma para apuntarle. En ese momento, Raimundo le atacó por la espalda. El arma cayó al suelo y Alonso y Raimundo se enzarzaron en una violenta pelea.
Pepa intentó detener a una desquiciada Francisca que estaba dispuesta a ir al bosque al enterarse de lo ocurrido.
- ¿Ha perdido la cabeza? Escúcheme bien, suegra, no voy a permitir que…
Los nervios pudieron con Francisca. Antes de que Pepa terminase de hablar, la silenció con un tremendo bofetón. La chica quedó completamente muda. Francisca aprovechó y sin más preámbulos, se marchó. Pepa se acarició la enrojecida mejilla.
- ¡Espere!!
Ya no intentó detenerla. Las dos mujeres corrieron a toda prisa hacia el bosque.
#628

13/08/2011 22:59
Madre mía.....que coraje tiene esta mujer!!!! Y junto con Pepa casi na, jaja!!! Graciasss....sigue cuando puedas
#629

13/08/2011 23:49
Por lo visto la Paca le ha cogido el gusto a eso de dar, va repartiendo a diestro y siniestro, pobre Pepa, pero que cojonazos que tiene, la adoro.
Yo me sigo pronunciando por los mellizos, un Esteban para la Paca y una Natalia para que sea la niña de los ojos de su papa y de su hermano.
Sigue que de esta la Paca se nos pone de parto
Yo me sigo pronunciando por los mellizos, un Esteban para la Paca y una Natalia para que sea la niña de los ojos de su papa y de su hermano.
Sigue que de esta la Paca se nos pone de parto
#630

14/08/2011 00:01
De parto? Pero si está no más de 5 meses no? O ha pasado más tiempo y no me he enterao? También son mis cálculos ehhh. Ais esta a parir en el bosque jajaja!
#631

14/08/2011 00:11
Joer Abril que yo tambien pensaba que estaba de 5 meses, será la botella de vino que me acabo de pimplar que me confunde, en fin que este de lo que esté es el momento para que le pegue una patada al Castro en todos los idems, total, ya ha pIllado gusto al mamporreo
#632

14/08/2011 00:21
Jajaja, chicaas, que a la Paca le queda aún para salir de cuentass. Sí, está de 5-6 meses. Buenooo, y en cuanto a la encuesta... ¿Queréis niño, niña o gemelos? jajajjaa
#633

14/08/2011 00:27
Mellizos ESTEBAN Y NATALIA;mellizos ESTEBAN Y NATALIA; mellizos ESTEBAN Y NATALIA;mellizos ESTEBAN Y NATALIA;mellizos ESTEBAN Y NATALIA;mellizos ESTEBAN Y NATALIA; mellizos ESTEBAN Y NATALIA;mellizos ESTEBAN Y NATALIAAAAAAAAAAAAAA por fa
#634

14/08/2011 00:29
Jajajjajajajaja, bueeeeno... mmm, me lo pensaré. Vale, deseo concedido,




#635

14/08/2011 00:31
Inaaaaaaaaaaaaaaa te quiero
por que haces que acabe o empiece el día con una sonrisa
por que me has hecho llorar
por que me has puesto romanticona
por que gracias a tu maravillosa historia el sopor de los argumentos cutres de la serie se llevan mejor
por poner este talentazo que tienes aquí
y en resumen por que eres la os..a
por que haces que acabe o empiece el día con una sonrisa
por que me has hecho llorar
por que me has puesto romanticona
por que gracias a tu maravillosa historia el sopor de los argumentos cutres de la serie se llevan mejor
por poner este talentazo que tienes aquí
y en resumen por que eres la os..a
#636

14/08/2011 00:33
Y no os mola Francisco y Raimunda
??! jajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!
Me muero yo sola se me va al pinza mazo lo sé!

Me muero yo sola se me va al pinza mazo lo sé!
#637

14/08/2011 00:35
Noooooooo Raimunda noooooooooo que me suena al fantasma del Palacio de Linares de Madrid que se llamaba así
#638

14/08/2011 00:36
Fantasma? Ein? A mí me recuerda a la prota de la película Volver de Almodóvar...
#639

14/08/2011 00:37
Joer que si que en el palacio de linares hay un fantasma que se llama Raimunda, te juro que no es el alcohol, que aun no me he tomado mi orujo
#640

14/08/2011 00:47
Jajajajajajajajajajajjajaja, es que me parto con vosotraas.... En finnn, en breve, se resuelve el lío en el que dejé la historia. Un seg...