El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon

No sé sería muy raro porque el Ulloa está detrás de la Barra y si suelta alguna contra Pepa fijo se mete a defenderla por aquello del A ver quién insulta mejor y tocarle las narices a la Doña...

Lo mismo unen las escenas como con la de Alfonso interrumpida por Ramiro jajaja!

Para que estos dos tengan más de una escena en un mismo capi los guionistas tendrían que haber lamido sapos y comido setas alucinógenas ademas de haberse metido algún tripi. Yo me conformo con una buena pelea, y si hay acercamiento mejor, el martes

La verdad que yo también pensé al ver a Francisca en la posada que Rai no estaba....pero si dices que sí que está, mejor que mejor!!!! Dos escenas en la misma semana.....genial!!!!! Se me hará eterno de aquí al martes.......lo bueno se hace esperar, jeje!!!

Francisca Montenegro sintió que la llevaban todos los demonios de la cólera al ver en la puerta de su casa a Alonso Castro, rodado de una panda de chupasangres que decían llamarse sus abogados. También había una pareja de la guardia civil. El muy malnacido era lo bastante cobarde como para presentarse allí con una buena tropa en lugar de enfrentarse directamente.
- ¡Largo de mi casa!- gritó fuera de sí. Caminó como una fiera y sin más preámbulos avanzó hasta situarse a un amenazador paso de Alonso.- ¡Fuera de aquí!
- Francisca, por Dios, no debes alterarte en tu estado.- se mofó Alonso.- Eso puede ser muy malo para la criatura. Además, sólo vengo a por lo que merezco.

Los ojos de Francisca relampaguearon.
- ¿En serio?- respondió desafiante.- Pues será un honor para mí dártelo.

Antes de que nadie pudiese reaccionar, Francisca apretó el puño y, sin pensarlo siquiera, lo descargó con todas sus fuerzas contra la nariz de Alonso Castro. El trastabilló y acabó tirado en las escaleras de la entrada a la Casona. Se llevó una mano a su lastimado rostro y al retirarla vio que estaba cubierta de sangre. Miró a Francisca lleno de odio. Ella le devolvió una mirada todavía peor y le escupió.
- Lamentarás esto, Francisca Montenegro.- se volvió a los civiles.- Echad a esa perra de aquí. Está allanando una propiedad que no le corresponde.

Francisca tragó saliva, enfrentándose con la mirada a la pareja de la guardia civil, que avanzaba hacia ella con evidente precaución.
- Vamos, doña Francisca. No haga las cosas más difíciles.
- Las cosas serán mucho más difíciles si alguien intenta algo contra mi esposa.- sonó una voz a sus espaldas.

Todos se volvieron. Francisca alzó la mirada. Raimundo estaba tras ellos acompañado de Esteban. Se acercaron. Raimundo sonrió a su esposa y después miró a Alonso.
- Bonita cara, Castro.- dijo sarcástico.- Te hace juego con la chaqueta.
Alonso le miró lleno de odio.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Bueno, evidentemente, esta es la casa de mi mujer, así que yo diría que esa pregunta sobra.
- Esta propiedad me pertenece.- se encaró Alonso.
- Esta propiedad es de los Montenegro. Y ahora pertenece tanto a mi esposa como a mí.- dijo Raimundo.- Pero si quieres meterte en pleitos conmigo, será un verdadero placer.

Raimundo se inclinó en una burlona reverencia. Esteban adelantó un paso, colocándose a su lado. Castro le miró.
- ¿Y quién demonios es usted, vejestorio?- preguntó rabioso.
- Soy Esteban Ulloa, tío de Raimundo, dueño del grueso del patrimonio de mi familia y primer conde de Ulloa. Mucho gusto.- dijo burlón.

Todos emitieron un jadeo ahogado. Francisca miró atónita al astuto anciano. ¿Es que ese desquiciante Ulloa había perdido definitivamente el juicio? Tragó saliva mientras sus ojos veían cómo Esteban extraía un portafolios y enseñaba varios documentos al notario presente, a varios abogados y a la guardia civil. Francisca se sentía morir de ansiedad por no entender qué estaba pasando y miró a Raimundo. Él le sonrió. Finalmente, los abogados discutieron brevemente entre ellos. El notario miró a Alonso.
- Es cierto, señor. Este caballero es todo lo que acaba de decir. Toda su documentación es totalmente verídica.

Alonso creyó que el asombro y la rabia lo consumían. ¿Ese vejestorio un conde? No podía ser verdad. Luchó por conservar la cabeza fría. Esteban le miró.
- Parece ser que quiere apropiarse de lo que no le corresponde.- dijo cuidadosamente, disfrutando de la rabia que desprendía el rostro de Castro.- De modo que, si quiere entrar en pleitos con Francisca, sepa que también los tendrá con mi sobrino y, evidentemente, siendo mi sobrino mi único heredero, también los tendrá con mi propia persona.

Castro sintió que le hervía la sangre. Uno de sus abogados le miró nerviosamente.
- Señor, entrar en pleitos con la nobleza… no es lo más inteligente que puede hacer. Nosotros no podemos garantizar… el éxito de esa empresa. Nuestros contactos no son nada, comparados con…

El abogado calló ante la asesina mirada de Alonso. Se volvió hacia Raimundo y Esteban.
- No canten victoria todavía… Esto no quedará así.
Raimundo le miró con desprecio.
- Largo de aquí escoria.

Alonso Castro le echó una última mirada asesina a Raimundo antes de irse con todo su séquito detrás. Al cabo de unos minutos, sólo quedaron en las escaleras Francisca, Raimundo y Esteban. Francisca miraba aún atónita lo acontecido. Clavó sus ojos en su esposo como si todavía estuviese viviendo una experiencia extraterrestre. Raimundo le devolvió la mirada, un tanto avergonzado y risueño. De pronto, Esteban rompió el silencio.
- Bueno, ¿Y qué hacemos aquí plantados? Paquita, niña, me muero por una taza de té caliente y unas de esas deliciosas galletas de Rosario.

Después de soltar semejante frase, Esteban entró en la Casona como si tal cosa, llamando a Mariana. Francisca se quedó mirando la puerta con la boca totalmente abierta mientras Raimundo intentaba aguantar las ganas de echarse a reír.

Si Inaaaaaaaaa te quieroooooooooooooooooo peazo de leche OLE TUS COJONES FRANCISCA, muchas gracias, me marcho feliz a la cama, el chozoencuentro me imagino que quedará para mañana.
un besoooooooooooooooooooo

Tomaaaaaaaaaaaa.......es es doña Francisca Montenegro!!! sí señor!!!!! pedazo de leche le mandó al Castro. Ayyyyy........ese chozoencuentro va a ser espectacular. De nuevo, gracias Ina. :D

Paquita nuestra que estás en Puente Viejo,

temido sea tu nombre,

venga a nosotros tu patrimonio,

hágase tu voluntad, así en el pueblo como en la casona.

Dános hoy el jornal de cada día,

y perdona nuestras cuitas,

así como nosotros perdonamos al caballo de Tristán

no nos dejes caer por el colmado,

mas líbranos de los Mirañar.

Amen.



Olé, olé y olé mi Paca, mi Rai y mi Esteban!!!

Ina, cuando decidas escribir un libro, avísame, que yo te los compro de cinco en cinco!!

Améen, jajajajaja, bravísimo Arte. Eres una peazo artista como la copa de un pinooo


Y muchísimas gracias. Me alegro un montón que disfrutéis con las locas ideas que pueblan mi sesera, jejeje.

¿Locas ideas? Pero si son magníficas!! Lo que es una loca idea es hacerle un Padre Nuestro a la Paca... madre mía qué ida de pinza, pero me alegro de que te gustase :)

Alaaaaaaaaaaa qué buenooooooooooo Adiós Castro jajajaja!!!

El padre nuestro es la Bomba!!!

Francisca Montenegro simplemente no podía creer lo que había visto y había descubierto aquel día. Le habían contado todo. Que Esteban era el conde de Ulloa. Que el patrimonio Ulloa era mucho mayor de lo que jamás pudo imaginarse. Que Raimundo era el legítimo y único heredero y que, por tanto, al imbécil de Alonso Castro no se le ocurriría poner un dedo encima de las propiedades de los Montenegro a menos que quisiera que se lo cortasen. Había oído la historia repetida por Esteban, Raimundo, la guardia civil y hasta el alcalde. Había visto con sus propios ojos el título nobiliario otorgado a aquel personaje que era Esteban Ulloa, por su valor en la batalla y por sus méritos para la Armada Española. Y simplemente, su cerebro se resistía a creerlo. Meneó la cabeza, por enésima vez. Estaba en su alcoba, disponiéndose para dormir. Pero su mente estaba muy lejos de allí.

Raimundo miraba a su mujer conteniendo la risa. Era todo un espectáculo ver su rostro. Francisca se levantó de su asiento frente al espejo.
- No puedo creerlo…- murmuró, por décima vez aquel día.
Raimundo le dedicó una mirada pícara.
- Sí, es curioso. En los cuentos, las ranas se convierten en príncipes… y en la vida real, los condenados taberneros se convierten en futuros condes.- dijo burlón.

Francisca estaba en tal estado de incredulidad que ni siquiera hizo caso a su mordaz ironía. Parecía que su mente se encontraba en otro mundo. Raimundo la miró arqueando una ceja mientras la risa asomaba a su boca.
- Y yo que pensaba que estarías dando saltos de alegría por toda la Casona al saberte condesa consorte...- dijo burlón. Meneó la cabeza.- A ver si en el fondo lo que te gustaba era ser la mujer de un condenado tabernero…

Esta vez, Francisca sí pareció despertar de su mundo. Miró a Raimundo con mal disimulada irritación.
- Muy gracioso “señor conde tabernero”- le contestó con la misma ironía. Meneó la cabeza.- Desde luego que me alegro… pero…
- Pero… en el fondo de tu orgullosa y tozuda cabeza, te llevan los demonios al ver que un Ulloa tiene título nobiliario y un Montenegro no.- terminó él riendo divertido y pinchándola como si fuese un niño pequeño.

Francisca le fulminó con la mirada. Raimundo enmudeció cuando de pronto un cojín se estampó de lleno contra su rostro. Apartó el cojín y vio que ella le miraba con una sonrisa malvada.
- Sigue provocándome, condenado tabernero, y te aseguro que te dejaré la nariz como al idiota de Castro.

Raimundo sonrió. Francisca le dio la espalda mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa que no auguraba nada bueno. Sin más, se llevó una mano a la cabeza y deshizo el peinado. Su abundante cabellera cayó libre por su espalda. Después, con toda naturalidad, empezó a desabrocharse el vestido. La sonrisa de Raimundo desapareció de golpe. El aire de pronto pareció volverse irrespirable. Francisca le miró disimuladamente por el rabillo del ojo, disfrutando de la tortura a la que lo estaba sometiendo. Terminó de desabrocharse el vestido y se lo quitó. Se puso el camisón como si tal cosa mientras Raimundo estaba inmóvil en su sitio intentando respirar. Después, sin más preámbulos se dirigió al lecho.
- Buenas noches, señor conde.- dijo maliciosa, al pasar por su lado.
Raimundo vio como ella pasaba de largo delante de sus narices.
- ¿Se puede… saber a dónde vas?- preguntó con esfuerzo.
- ¿A dónde he de ir a estas horas?- respondió ella, alzando una ceja burlona. Se giró de nuevo con intención de seguir su camino.- Me voy a dormir. Estoy demasiado fatigada.
- Y más que lo vas a estar…- dijo él, acercándose peligroso.
Francisca rió para sus adentros. Puso cara de inocente y se acercó a él.
- Mi querido esposo, hoy ha sido un día muy largo. Y en mi estado, necesito descansar, como tú bien sabes. Así que buenas noches.- le dio un beso en la comisura de los labios y se encaminó al lecho, aguantando las ganas de reír y saboreando su victoria.

Raimundo necesitó todo su autocontrol para no lanzarse a por ella como un depredador desquiciado. De pronto lo entendió todo. De modo que era aquello. El orgullo de Francisca no podía quedar nunca por debajo del suyo. Sonrió y se volvió. Francisca ya estaba acostada.
- Tienes razón. Ha sido un día muy largo.- dijo tranquilamente, empezando a desvestirse.- Y a decir verdad, yo también estoy hecho polvo.- se quitó la camisa y los pantalones. Francisca tragó saliva mientras él se acercaba despreocupadamente y se acostaba a su lado.- Buenas noches, mi pequeña.

Raimundo cerró los ojos aguantando la risa. Francisca estaba inmóvil, maldiciendo en su interior. Los dos estaban fingiendo intentar dormir. Ella giró una y otra vez, dando vueltas en su sitio.
- ¿Te ocurre algo, Francisca? Te mueves más que las anguilas.
- ¿Eh? No, nada.- dijo ella, apresuradamente.- Es que… no encuentro la postura cómoda.
Raimundo rió suavemente, girándose hacia ella, apoyado en un codo.
- Qué curioso…
Ella le devolvió la mirada, algo confusa.
- ¿Qué es curioso?
- Que yo tampoco me encuentro demasiado cómodo.- dijo en un susurro. Sin más, estiró su brazo hacia ella.- Ven, tal vez así estés mejor.

Francisca tomó su mano y tragó saliva mientras él la acomodaba en su pecho. Sentía que le costaba horrores dominar ese maldito temblor mientras apoyaba su cabeza en el pecho de él y sentía el poderoso repiqueteo de su corazón. ¿O era el suyo? Raimundo la rodeó con un brazo. La tensión era tan intensa que les costaba respirar. Aquello era un verdadero duelo de a ver quién aguantaba más. Finalmente, la paciencia de Francisca explotó.
- ¡Está bien, de acuerdo!- se irguió, separándose de él y furiosa consigo mismo.- No tengo ganas de dormir ni estoy cansada.- dijo con un considerable esfuerzo.
Raimundo suspiró aliviado.
- Pues menos mal… porque a mí me pasa exactamente lo mismo.- dijo burlón.

Ella le miró con ganas de querer matarlo. Pero se le olvidó completamente al ver la mirada de deseo que le estaba dedicando él. De nuevo, la fiebre que les consumía les arrastró otra vez. Raimundo la atrajo, besándola desesperadamente mientras intentaba arrancarle el camisón. Francisca le aferraba con fuerza, devolviéndole el beso y sintiendo que enloquecería. Él la acostó y se colocó sobre ella. Le estaba costando una vida contenerse e ir con cuidado, pero debía hacerlo por esa criatura que estaba en su vientre. La acarició y la idolatró hasta que arrancó un gemido de esa deliciosa y peligrosa boca. Francisca sintió morir de placer cuando él la besó mientras la hacía suya con tanto cuidado como si fuese de cristal. El placer era demasiado intenso. Se amaron con la misma desesperación y ansia que les consumía desde que tenían memoria. Y ambos quedaron rendidos uno en brazos del otro.
- ¿Sabes?..- dijo Francisca con un esfuerzo.- Ahora me siento mucho más cómoda.

Raimundo sonrió mientras recuperaba el aliento. Le besó tierno la frente mientras la acunaba contra su corazón.
- Yo también, mi pequeña.- dijo amoroso.

Pero por favor, qué monos!!!

No sé quién me gusta más, si la ilustre cacique o el condenado tabernero... tengo que pensármelo...

Jejeje... son tal para cual. Acabarán los dos en el infierno por pecadores , jajjajajajaja.

Antes de continuar... ¡Me encanta esta foto! Los pelos como escarpias, oigan, cada vez que recuerdo esta escena.

:

Por cierto, chicas, ya veo que os gusta la idea de que la Paca esté embarazada por partida doble, .... mmm, no sé, no sé... Pobrecilla, que a la hora de parir, como sobreviva, matará a Rai, jajajaja. Pero bueno, yo, a diferencia de los guionistas, obedezco los gustos del público... así que, esto irá por mayoría. A quien no le gusten dos Ulloa-Montenegro que levante la manoo...

Ina, es un no parar esta pareja, están aprovechando bien con todo el tiempo perdido.

Me gusta mucho, pero sigue, sigue, que me encantan los diálogos de estos dos con tanta tensión y tan irónicos.

En la serie se supone que son cincuentones o más no? Lo digo porque molaría un embarazo de la Doña en la serie pero yo creo que esto es Imposible!!! Ais a ver si de destapa lo de Tristán joder!!!

Si si esa escena es de las mejores de toda la serie no sé porqué no se aprovechan más de los Dos Actorazos que son María y Ramón y nos dan más de estas. Ais la Pelea en la que ella le suelte que pagó la operación y él le de un muerdo de Pelicula!!!

Jajajjaa, ay madree, que ahora queremos que Rai preñe a la Paca en la serie, jajajajjajajaa la que he liaooo.

Como pa no si cuando en la serie estos dos se vuelvan a catar no se sueltan jajajaja!!!

Yo con que el Tristán se cambie el apellido y todo lo herede Soledad me vale jajaja! Aunque os imagináis que tampoco Soledad es hija del Castro? Esto si que sería un puntazooooooooo!!! Cada uno casado y encuentro furtivo hace 20 años jajaja!! Esto yo lo había pensado que el Salvador abusara de su hija porque sabe que en realidad es del Ulloa... en fin a ver si los guionistas dan pistas que menudo cuentagotas. Pepa ya le dijo a Tristán que siendo hijo de quién es no lo parecía...

Sería la leche que los dos fuesen hijos de Rai, pero... no lo acabo de ver. Por mucho que se murieran por estar juntos, no veo yo a Rai en plan Juan Castañeda, la verdad... No amaba a Natalia pero la respetaba. Al menos, es mi humilde opinión. Además, después de ver el arranque de Soledad en plan Paca 2, me he convencido completamente de que el verdadero Ulloa ahí es Tristán.