El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0
08/06/2011 23:44
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#2361
19/09/2011 21:07
jajajaja lna....no lo sientas chica, si es que nos encanta!!!! tienes tantas ideas y tan buenas que nunca nos cansaremos de leerlas!!!! Y esta escena promete......esa risita de Francisca, a ver qué le suelta
#2362
19/09/2011 21:07
Me ha encantado ese Flasback auditivo ais qué bonito. Se veían en el edificio de la actual conservera!!! Venga quiero más!!! Y mañana roneo del bueno bueno!!!
#2363
19/09/2011 21:12
Abril
Y mañana roneo del bueno bueno!!!
Ja ja nunca había oido esa expresión, como me molaaaaaaaa
#2364
19/09/2011 21:23
Kera, ella no le llega a decir que le ama pero cuando él le salva la vida ella le dice que hubiera hecho lo mismo, sin dudarlo ni por un segundo 
Genial Ina, estos relatos tan maravillosos que nos escribes sirven para aliviar un poco de esa tensión sexual que se VE que tienen y que en la serie se empeñan en enterrar (a lo cabeza de avestruz
) Continuación cuando puedas!!

Genial Ina, estos relatos tan maravillosos que nos escribes sirven para aliviar un poco de esa tensión sexual que se VE que tienen y que en la serie se empeñan en enterrar (a lo cabeza de avestruz
) Continuación cuando puedas!!
#2365
19/09/2011 21:24
muy bueno abril xD pero que se dejen ya de roneos y entren a matar a saco (entiéndase "matar" por posadaencuentro,callenecuentro,casonaencuentro,conserveraencuentro y todos los ETCencuentros que se os ocurran)
#2366
19/09/2011 21:43
Raimundo sintió que perdía la razón.
- Francisca... ¿De qué diablos te estás riendo?- hizo la pregunta como si no tuviese más que dos opciones: hablar o aplastar su orgullo acorralándola contra la pared.
- Oh, perdona, no quise... molestarte.- ella le miró maliciosa.- Sólo estaba admirando tu propiedad. Has hecho un buen trabajo de reparación en el tejado.- soltó venenosa.
Raimundo la atravesó con la mirada. Francisca continuó.
- A decir verdad...- hizo una mueca.- … uno de los cortijos de la Casona tiene el tejado en no muy buenas condiciones. Podrías pasarte por allí.- una burlona sonrisa asomó a sus labios.- Te pagaría generosamente... si haces bien tu trabajo, por supuesto.
Un brillo peligroso bailó en los ojos de él.
- Yo siempre hago bien “mi trabajo”.- Francisca tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por mantener su pose irónica y orgullosa. Él parecía consumirla con esa mirada.- Agradezco tu generoso ofrecimiento, pero entrar en la Casona para mí es casi como entrar en la iglesia.
Ella sintió un escalofrío involuntario. Le miró retomando su expresión de enfado mordaz.
- Es evidente que perdiste tu educación hace mucho tiempo. Siempre fuiste un ateo que jamás respetó las buenas costumbres.
- Creo recordar que hace treinta años no tenías ninguna objeción contra mi ateísmo... ni contra mi desinterés por esas “buenas costumbres”.- replicó él con una peligrosa ironía.
Francisca tragó saliva.
- Cuando uno es joven se cometen muchas... estupideces.- dijo dañina.
- ¿Estupideces?- Raimundo alzó una ceja, retándola, provocándola.- Me parece que tú y yo guardamos recuerdos muy distintos. Y tengo la sensación de que las paredes de la conservera, si pudieran hablar, me darían la razón.
Francisca apretó los puños maldiciéndole y maldiciéndose a sí misma por el incontrolable temblor que estaba sintiendo en todo el cuerpo. Raimundo la miró, sin perder detalle de su reacción. Estaba furiosa, eso estaba claro. Pero también estaba... ¿nerviosa? Se acercó un paso a ella, sin saber muy bien por qué. Francisca se quedó rígida un instante y después le esquivó como si la persiguiera el ángel de la muerte. Raimundo arqueó una ceja.
- Vaya... ¿dónde está tu valor, Francisca? ¿Huyes... de mí?
- Más quisieras, condenado tabernero.- alzó los ojos echando chispas.- Eres un... maldito engreído que no me llega ni a la suela de los zapatos.
- ¿Yo engreído?- sonrió peligroso.- Era lo que me faltaba... recibir lecciones de humildad de nuestra ilustre cacique.
Francisca estaba tan furiosa que apretó los puños. Raimundo sonrió. Vaya... casi había olvidado lo divertido que resultaba hacerla rabiar. La miró, sintiéndose a partes iguales divertido, enfadado... y apasionado. Esa condenada mujer le hacía perder el maldito juicio. Tragó saliva. La parte racional de su mente estaba tocando todas las alarmas al máximo volumen. -”¡Aléjate! ¡Lárgate de ahí!” Pero tanto su parte irracional como su orgullo se aliaron para no obedecer a esa sensata vocecita.
Francisca procuró dominar su furia... y también su temblor.
- Todavía no me has dicho qué haces aquí.- preguntó él en un susurro que le erizó la piel de la espalda.
- Yo... quería saber si... has podido averiguar algo sobre el misterioso comprador que está adquiriendo tierras en Puente Viejo.
- ¿Otra vez con eso?- sus ojos no podían apartarse de ella.
- Sí, otra vez.- Francisca meneó la cabeza enfadada.- El idiota del alcalde me ha dicho que no conoce a la persona en cuestión. Que sólo ha tratado con un intermediario.
- El idiota del alcalde te ha dicho la verdad, Francisca.- Raimundo meneó la cabeza.
Ella le miró.
- Entonces, sí sabes algo.- se acercó a él.- Tienes que decirme quien es... ¿de qué te has enterado?
Él sonrió malicioso.
- Vaya... así que la ilustre cacique necesita que el condenado tabernero le proporcione información a la que, por una vez en su vida, no ha podido acceder con sus retorcidos manejos... Interesante.
- Francisca... ¿De qué diablos te estás riendo?- hizo la pregunta como si no tuviese más que dos opciones: hablar o aplastar su orgullo acorralándola contra la pared.
- Oh, perdona, no quise... molestarte.- ella le miró maliciosa.- Sólo estaba admirando tu propiedad. Has hecho un buen trabajo de reparación en el tejado.- soltó venenosa.
Raimundo la atravesó con la mirada. Francisca continuó.
- A decir verdad...- hizo una mueca.- … uno de los cortijos de la Casona tiene el tejado en no muy buenas condiciones. Podrías pasarte por allí.- una burlona sonrisa asomó a sus labios.- Te pagaría generosamente... si haces bien tu trabajo, por supuesto.
Un brillo peligroso bailó en los ojos de él.
- Yo siempre hago bien “mi trabajo”.- Francisca tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por mantener su pose irónica y orgullosa. Él parecía consumirla con esa mirada.- Agradezco tu generoso ofrecimiento, pero entrar en la Casona para mí es casi como entrar en la iglesia.
Ella sintió un escalofrío involuntario. Le miró retomando su expresión de enfado mordaz.
- Es evidente que perdiste tu educación hace mucho tiempo. Siempre fuiste un ateo que jamás respetó las buenas costumbres.
- Creo recordar que hace treinta años no tenías ninguna objeción contra mi ateísmo... ni contra mi desinterés por esas “buenas costumbres”.- replicó él con una peligrosa ironía.
Francisca tragó saliva.
- Cuando uno es joven se cometen muchas... estupideces.- dijo dañina.
- ¿Estupideces?- Raimundo alzó una ceja, retándola, provocándola.- Me parece que tú y yo guardamos recuerdos muy distintos. Y tengo la sensación de que las paredes de la conservera, si pudieran hablar, me darían la razón.
Francisca apretó los puños maldiciéndole y maldiciéndose a sí misma por el incontrolable temblor que estaba sintiendo en todo el cuerpo. Raimundo la miró, sin perder detalle de su reacción. Estaba furiosa, eso estaba claro. Pero también estaba... ¿nerviosa? Se acercó un paso a ella, sin saber muy bien por qué. Francisca se quedó rígida un instante y después le esquivó como si la persiguiera el ángel de la muerte. Raimundo arqueó una ceja.
- Vaya... ¿dónde está tu valor, Francisca? ¿Huyes... de mí?
- Más quisieras, condenado tabernero.- alzó los ojos echando chispas.- Eres un... maldito engreído que no me llega ni a la suela de los zapatos.
- ¿Yo engreído?- sonrió peligroso.- Era lo que me faltaba... recibir lecciones de humildad de nuestra ilustre cacique.
Francisca estaba tan furiosa que apretó los puños. Raimundo sonrió. Vaya... casi había olvidado lo divertido que resultaba hacerla rabiar. La miró, sintiéndose a partes iguales divertido, enfadado... y apasionado. Esa condenada mujer le hacía perder el maldito juicio. Tragó saliva. La parte racional de su mente estaba tocando todas las alarmas al máximo volumen. -”¡Aléjate! ¡Lárgate de ahí!” Pero tanto su parte irracional como su orgullo se aliaron para no obedecer a esa sensata vocecita.
Francisca procuró dominar su furia... y también su temblor.
- Todavía no me has dicho qué haces aquí.- preguntó él en un susurro que le erizó la piel de la espalda.
- Yo... quería saber si... has podido averiguar algo sobre el misterioso comprador que está adquiriendo tierras en Puente Viejo.
- ¿Otra vez con eso?- sus ojos no podían apartarse de ella.
- Sí, otra vez.- Francisca meneó la cabeza enfadada.- El idiota del alcalde me ha dicho que no conoce a la persona en cuestión. Que sólo ha tratado con un intermediario.
- El idiota del alcalde te ha dicho la verdad, Francisca.- Raimundo meneó la cabeza.
Ella le miró.
- Entonces, sí sabes algo.- se acercó a él.- Tienes que decirme quien es... ¿de qué te has enterado?
Él sonrió malicioso.
- Vaya... así que la ilustre cacique necesita que el condenado tabernero le proporcione información a la que, por una vez en su vida, no ha podido acceder con sus retorcidos manejos... Interesante.
#2367
19/09/2011 21:49
Lourdes por Dios,que me estoy poniendo...tensa...sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeee
definitivamente,ya no escribo el mio
quiero este!!!
definitivamente,ya no escribo el mio
quiero este!!!
#2368
19/09/2011 21:54
¿cómo que no escribes el tuyo?, ya estás tardando
Por cierto, yo también estoy tensa Sigueeeeeeeeeeee
Por cierto, yo también estoy tensa Sigueeeeeeeeeeee
#2369
19/09/2011 22:11
lourdes sigueee...no puedes dejarnos asi tanto tiempooo!!
jejej (no es por meter prisa...pero es que son muchas las ganas de leerte)
jejej (no es por meter prisa...pero es que son muchas las ganas de leerte)
#2370
19/09/2011 22:14
En serio nunca la habíais leído/oído?
Iba a poner coqueteo pero estos dos ya se ronean de forma un tanto descarada y más teniendo en cuenta que se odian de lo lindo jajajajaja!!!
Iba a poner coqueteo pero estos dos ya se ronean de forma un tanto descarada y más teniendo en cuenta que se odian de lo lindo jajajajaja!!!
#2371
19/09/2011 22:18
si lo había oido abril,y me parece muy acertado para estos dos xD
se tienen muchas ganas...
lna,te recuerdo que sigo tensa
se tienen muchas ganas...
lna,te recuerdo que sigo tensa
#2372
19/09/2011 22:18
Jejeje... ayy, qué divertido es estoo...
______________________________-
Francisca sintió que se la llevaban los demonios. Le miró furiosa y al hacerlo, su corazón volvió a latir agónico. La estaba mirando con una sonrisa tan irresistible como maliciosa. ¡Maldición! Procuró dominar los retortijones que bailaban en su estómago y alzó el mentón.
- Te pagaré generosamente por la información.
- ¿De veras?- sus ojos relampaguearon ardientes.- Y... ¿Cuánto es para tí... “generosamente”?
Ella creyó desmayarse al percibir su tono de voz. Sentía que si seguía mirándola así, sus rodillas acabarían por ceder. El aire parecía hervir a su alrededor. Pero su increíble orgullo aún parecía aguantar.
- Te... daré quinientas pesetas.- dijo con esfuerzo.
Raimundo soltó una risita malvada que le produjo millones de escalofríos en la columna vertebral.
- No necesito tu dinero, Francisca.- dijo clavando de nuevo su mirada en ella.
Francisca se sintió morir. -”¿Qué... qué diablos... estaba... insinuando?” Todos los colores se le subieron al rostro.
- ¡Eres un... maldito sinvergüenza!- casi gritó.- ¿Cómo demonios te atreves a... insinuar algo tan... deshonroso?
Raimundo alzó una ceja burlón.
- Yo no he insinuado nada. Sólo he dicho que no necesito tu dinero.- “Oh, sí, estaba disfrutando enormemente de aquella visita”- En realidad, quería decirte que me consideraría suficientemente pagado por esa información si devolvieras íntegramente sus acciones de la conservera a Sebastián.
Francisca le miró con horror. Santo Dios... se había puesto en... evidencia. Raimundo la miró y no pudo aguantar más. Estalló en carcajadas incontrolables. Estaba tan abochornada que ni siquiera pudo moverse. Sólo podía ver aterrorizada como él se desternillaba de risa, sujetándose el estómago. Su risa pareció hacerla despertar. Le miró furiosa.
- ¡Deja de reírte de mí, maldito tabernero!
- Usted perdone, mi ilustre dama.- le repuso burlón, controlando la risa.- Hay que ver... Tanto criticarme a mí por mi reticencia a respetar las “nobles y antiguas costumbres” y mira tú por donde... Nuestra ilustre cacique teniendo pensamientos “indecorosos”. En un tabernero... pase, pero en una distinguida señora...- meneó la cabeza burlón.
- ¡Yo no... he tenido ningún... pensamiento indecoroso!- exclamó furiosa.
- No, por supuesto.- rió irónico. La miró peligroso.- Aunque, bueno, si quieres podemos arreglar el trato con tu... atrayente sugerencia. Yo... no tengo ningún problema.
Ella sintió que el suelo cedía a sus pies al ver esos ojos ardiendo de burla... y de algo más que le causó millones de escalofríos. Pero su orgullo herido todavía pudo más que ella. Tenía que vengarse o cortarse las venas por semejante humillación. El raciocinio se esfumó de su mente. Y antes de que pudiera pensar dos veces, se acercó furiosa a él, tomó su rostro y le atrajo para besarle con toda la rabia que ardía en su interior.
______________________________-
Francisca sintió que se la llevaban los demonios. Le miró furiosa y al hacerlo, su corazón volvió a latir agónico. La estaba mirando con una sonrisa tan irresistible como maliciosa. ¡Maldición! Procuró dominar los retortijones que bailaban en su estómago y alzó el mentón.
- Te pagaré generosamente por la información.
- ¿De veras?- sus ojos relampaguearon ardientes.- Y... ¿Cuánto es para tí... “generosamente”?
Ella creyó desmayarse al percibir su tono de voz. Sentía que si seguía mirándola así, sus rodillas acabarían por ceder. El aire parecía hervir a su alrededor. Pero su increíble orgullo aún parecía aguantar.
- Te... daré quinientas pesetas.- dijo con esfuerzo.
Raimundo soltó una risita malvada que le produjo millones de escalofríos en la columna vertebral.
- No necesito tu dinero, Francisca.- dijo clavando de nuevo su mirada en ella.
Francisca se sintió morir. -”¿Qué... qué diablos... estaba... insinuando?” Todos los colores se le subieron al rostro.
- ¡Eres un... maldito sinvergüenza!- casi gritó.- ¿Cómo demonios te atreves a... insinuar algo tan... deshonroso?
Raimundo alzó una ceja burlón.
- Yo no he insinuado nada. Sólo he dicho que no necesito tu dinero.- “Oh, sí, estaba disfrutando enormemente de aquella visita”- En realidad, quería decirte que me consideraría suficientemente pagado por esa información si devolvieras íntegramente sus acciones de la conservera a Sebastián.
Francisca le miró con horror. Santo Dios... se había puesto en... evidencia. Raimundo la miró y no pudo aguantar más. Estalló en carcajadas incontrolables. Estaba tan abochornada que ni siquiera pudo moverse. Sólo podía ver aterrorizada como él se desternillaba de risa, sujetándose el estómago. Su risa pareció hacerla despertar. Le miró furiosa.
- ¡Deja de reírte de mí, maldito tabernero!
- Usted perdone, mi ilustre dama.- le repuso burlón, controlando la risa.- Hay que ver... Tanto criticarme a mí por mi reticencia a respetar las “nobles y antiguas costumbres” y mira tú por donde... Nuestra ilustre cacique teniendo pensamientos “indecorosos”. En un tabernero... pase, pero en una distinguida señora...- meneó la cabeza burlón.
- ¡Yo no... he tenido ningún... pensamiento indecoroso!- exclamó furiosa.
- No, por supuesto.- rió irónico. La miró peligroso.- Aunque, bueno, si quieres podemos arreglar el trato con tu... atrayente sugerencia. Yo... no tengo ningún problema.
Ella sintió que el suelo cedía a sus pies al ver esos ojos ardiendo de burla... y de algo más que le causó millones de escalofríos. Pero su orgullo herido todavía pudo más que ella. Tenía que vengarse o cortarse las venas por semejante humillación. El raciocinio se esfumó de su mente. Y antes de que pudiera pensar dos veces, se acercó furiosa a él, tomó su rostro y le atrajo para besarle con toda la rabia que ardía en su interior.
#2373
19/09/2011 22:21
págale en carnes Paca!!! así se hace
no lo pensarás dejar ahí verdad?
no lo pensarás dejar ahí verdad?
#2374
19/09/2011 22:22
Eso quiero ver yo en la serie coño ya, perdiendo los papeles y comiendose el morro a mansalva pero así como de mala leche
Pues lo de roneo por Aragón no se usa, pero creo que a partir de ahora la voy a utilizar por que me mola mucho mucho
Pues lo de roneo por Aragón no se usa, pero creo que a partir de ahora la voy a utilizar por que me mola mucho mucho
#2375
19/09/2011 22:25
aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh que fuerteeee!!!! luego esto no pasaaaa!!! estoy flipandoooo!! sigue por dios...rapidito...jejeje
#2376
19/09/2011 22:59
Hala, venga... a ver quien cuando vea la escena de mañana no tiene pensamientos impuros, jajaja...
Que no se diga...
Ella sintió que el suelo cedía a sus pies al ver esos ojos ardiendo de burla... y de algo más que le causó millones de escalofríos. Pero su orgullo herido todavía pudo más que ella. Tenía que vengarse o cortarse las venas por semejante humillación. El raciocinio se esfumó de su mente. Y antes de que pudiera pensar dos veces, se acercó furiosa a él, tomó su rostro y le atrajo para besarle con toda la rabia que ardía en su interior. Raimundo pensó que el corazón se le paraba al sentir esa venenosa y deliciosa boca en la suya. Estaba a punto de atraparla entre sus brazos cuando ella se separó bruscamente. Le miró como si fuese ella la que hubiera salido ganadora de ese asalto y se dio la vuelta, disponiéndose a marcharse con todo su orgullo encima. Pero Raimundo fue más rápido.
- ¿A dónde... demonios te crees que vas?- preguntó peligroso sujetando su brazo con tanta fuerza como delicadeza.
- A mi casa.- contestó ella.- Espero que esto te sirva de lección para aprender que nadie... juega con mi orgullo.- le espetó furiosa.
- Yo también tengo que enseñarte una lección.- murmuró peligroso.
- ¿Cuál..?- Francisca sintió de nuevo millones de escalofríos al ver que él se acercaba.
- Que una vez que siembras el fuego... te consumes en él...
Antes de que ella pudiera replicar, él la acorraló contra la pared, arrancándole un jadeo que silenció al descender su boca sobre la de ella, atrapándola en un enloquecedor beso. Sus peligrosas manos ascendieron por su cuerpo hasta llegar a los botones de su blusa. Los soltó, acariciando la sensible piel de su pecho. Retiró la prenda, casi rompiendo la tela, y su boca sedienta bebió de su piel. Francisca creyó morir. Intentó sujetarse a él, temiendo caerse de cabeza al suelo por su ataque. Pero Raimundo la tenía tan atrapada que era bastante improbable que eso ocurriese. Las manos de ella subieron por el pecho de él, en un intento de devolverle la tortura que le estaba infringiendo a ella. No supo en qué momento le desabrochó la camisa. La prenda cayó al suelo. Raimundo se separó un instante. La miró con tal fuego de deseo que hasta sintió temor. Dios... ¿Cómo podía ser tan... irresistiblemente atractivo? La boca de él descendió de nuevo hasta sus labios, arrancándole la respiración a intervalos.
- Francisca...- pronunció su nombre entre beso y beso.-... ya puedes... ir rezando a tu dios...- de nuevo atrapó sus labios.- porque te juro que....- su boca torturó la delicada piel de su cuello.-... te voy a hacer el amor... hasta perder el sentido.
Francisca ahogó un grito cuando de pronto él se introdujo en ella, haciéndola suya en un movimiento lo bastante apasionado como a la vez cuidadoso. La levantó en sus caderas, acostándola sobre la mesa más cercana que encontró. Ella se sintió morir cuando se retiró despacio para introducirse de nuevo. Raimundo intentó controlar la enorme pasión que le dominaba y no embestirla como si fuese un animal desbocado, pero le estaba costando horrores. Todo su dominio se fue al quinto infierno cuando Francisca se apretó contra él, incitándole a que la poseyera sin miramientos. La pasión les incendió sin control y sus cuerpos se movieron a su desesperado ritmo. El placer les consumió y les hizo explotar en una ola que los dejó agotados y vencidos. Raimundo abrazó a Francisca, sintiendo su temblor. Ella apretó la cabeza contra su pecho. Sólo podían abrazarse, sintiendo que sus corazones latían de nuevo tras renacer.
Que no se diga...
Ella sintió que el suelo cedía a sus pies al ver esos ojos ardiendo de burla... y de algo más que le causó millones de escalofríos. Pero su orgullo herido todavía pudo más que ella. Tenía que vengarse o cortarse las venas por semejante humillación. El raciocinio se esfumó de su mente. Y antes de que pudiera pensar dos veces, se acercó furiosa a él, tomó su rostro y le atrajo para besarle con toda la rabia que ardía en su interior. Raimundo pensó que el corazón se le paraba al sentir esa venenosa y deliciosa boca en la suya. Estaba a punto de atraparla entre sus brazos cuando ella se separó bruscamente. Le miró como si fuese ella la que hubiera salido ganadora de ese asalto y se dio la vuelta, disponiéndose a marcharse con todo su orgullo encima. Pero Raimundo fue más rápido.
- ¿A dónde... demonios te crees que vas?- preguntó peligroso sujetando su brazo con tanta fuerza como delicadeza.
- A mi casa.- contestó ella.- Espero que esto te sirva de lección para aprender que nadie... juega con mi orgullo.- le espetó furiosa.
- Yo también tengo que enseñarte una lección.- murmuró peligroso.
- ¿Cuál..?- Francisca sintió de nuevo millones de escalofríos al ver que él se acercaba.
- Que una vez que siembras el fuego... te consumes en él...
Antes de que ella pudiera replicar, él la acorraló contra la pared, arrancándole un jadeo que silenció al descender su boca sobre la de ella, atrapándola en un enloquecedor beso. Sus peligrosas manos ascendieron por su cuerpo hasta llegar a los botones de su blusa. Los soltó, acariciando la sensible piel de su pecho. Retiró la prenda, casi rompiendo la tela, y su boca sedienta bebió de su piel. Francisca creyó morir. Intentó sujetarse a él, temiendo caerse de cabeza al suelo por su ataque. Pero Raimundo la tenía tan atrapada que era bastante improbable que eso ocurriese. Las manos de ella subieron por el pecho de él, en un intento de devolverle la tortura que le estaba infringiendo a ella. No supo en qué momento le desabrochó la camisa. La prenda cayó al suelo. Raimundo se separó un instante. La miró con tal fuego de deseo que hasta sintió temor. Dios... ¿Cómo podía ser tan... irresistiblemente atractivo? La boca de él descendió de nuevo hasta sus labios, arrancándole la respiración a intervalos.
- Francisca...- pronunció su nombre entre beso y beso.-... ya puedes... ir rezando a tu dios...- de nuevo atrapó sus labios.- porque te juro que....- su boca torturó la delicada piel de su cuello.-... te voy a hacer el amor... hasta perder el sentido.
Francisca ahogó un grito cuando de pronto él se introdujo en ella, haciéndola suya en un movimiento lo bastante apasionado como a la vez cuidadoso. La levantó en sus caderas, acostándola sobre la mesa más cercana que encontró. Ella se sintió morir cuando se retiró despacio para introducirse de nuevo. Raimundo intentó controlar la enorme pasión que le dominaba y no embestirla como si fuese un animal desbocado, pero le estaba costando horrores. Todo su dominio se fue al quinto infierno cuando Francisca se apretó contra él, incitándole a que la poseyera sin miramientos. La pasión les incendió sin control y sus cuerpos se movieron a su desesperado ritmo. El placer les consumió y les hizo explotar en una ola que los dejó agotados y vencidos. Raimundo abrazó a Francisca, sintiendo su temblor. Ella apretó la cabeza contra su pecho. Sólo podían abrazarse, sintiendo que sus corazones latían de nuevo tras renacer.
#2377
19/09/2011 23:04
lnaeowyn
... ¿Cómo podía ser tan... irresistiblemente atractivo?
¡¡¡Eso mismo me pregunto yo todos los días!!
y ahora a lo que vamos...Lourdes...

Tiene mérito la escena,siendo a plena luz del día y con la chiquita que acompaña a Francisca esperándole fuera XDDDDDDD
Quiero que pase eso mañana.Compro tu idea!
#2378
19/09/2011 23:07
por qué, por qué, por qué por qué esto no ocurrirá mañanaaaaaaaaaa.Venga ya, ya se que estamos en horario infantil perooooo....¿tan dificil es un beso apasionado?
no me fastidieis.
Por cierto Ina, echo mucho de menos a mi Alejandro, miralo, si hasta te saluda y todo

¿no es una monada?, casi casi como su futuro ex-yerno
no me fastidieis.
Por cierto Ina, echo mucho de menos a mi Alejandro, miralo, si hasta te saluda y todo

¿no es una monada?, casi casi como su futuro ex-yerno
#2379
19/09/2011 23:09
Jajaja, Ruth, eso son detalles menores, mujer. La dama de compañía la espera fuera... y Emilia está mu ocupada sirviendo en la casa de comidas, jijijijiji,
Y no me compres nada y escribeee, niña, que me encantaría leer tu versióoon. ;-)
Edito: Mariajo, guapaa, no me olvido de Alejandro, jajaja, lo que pasa es que su yerno y su hija me tienen mu ocupada
Y no me compres nada y escribeee, niña, que me encantaría leer tu versióoon. ;-)
Edito: Mariajo, guapaa, no me olvido de Alejandro, jajaja, lo que pasa es que su yerno y su hija me tienen mu ocupada
#2380
19/09/2011 23:27
jajajajajajaj me mataaaa por qué narices esto no pasará mañana!!! Me ha encantado el "beso de honor" de francisca. Algo así tiene que pasar en la serie YA!