El Rincón de Francisca y Raimundo:ESTE AMOR SE MERECE UN YACIMIENTO (TUNDA TUNDA) Gracias María y Ramon
#0
08/06/2011 23:44
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#2161
16/09/2011 23:15
Bravooo Mariajo. Qué chulada. Me encanta ver a Francisca enfrentándose a todos sus demonios. OLÉ los WEBOS de mi PACAAA
En breve... más....
En breve... más....
#2162
16/09/2011 23:23
Mariajo e Ina graciasss gracias por hacer que al entrar aquí me lo pase pipa y tenga ganas de PV porque vuestros relatos son estupendos.. ina gracias por ese ZASSS a Castro
#2163
17/09/2011 00:06
Chicas, esta va por vosotras...
Por vuestra paciente espera.
Por vuestros magníficos relatos.
Por vuestros comentarios.
Porque no perderemos la esperanza
Y por un ZAS en toda la BOCA a los condenados guionistas...
Francisca sintió que toda su paciencia se evaporaba al oír a su madre llamarla mientras la buscaba entre los invitados. Raimundo alzó los ojos al cielo.
- Empiezo a estar muy harto de esta condenada fiesta.- soltó Raimundo, apretando los puños.
- Me has quitado las palabras de la boca.- replicó ella.
Se miraron. No hacía falta hablar más. Raimundo tomó la mano de Francisca y desaparecieron en la multitud. Caminaron a toda prisa hasta que el portón de la entrada a la propiedad de los Castro apareció ante ellos. Miraron levemente por encima de sus hombros y, como si se comunicasen por el pensamiento, echaron a correr hasta que se encontraron en el camino de Puente Viejo. Francisca soltó un suspiro de alivio, sonriendo feliz, como si hubiera escapado de la peor celda imaginable.
- ¡Por fin! Creí que ese horror no iba a terminar nunca.
Rió divertida mientras alzaba los brazos al correr, como si pudiera despegar del suelo y volar, en un gesto que no hacía desde que tenía diez años. Raimundo se echó a reír al verla. Corrieron hasta el prado trasero que comunicaba con la Casona. Francisca llegó exhausta y se dejó caer en la verde hierba, estirándose feliz. Raimundo la imitó y se tumbó a su lado. Se miraron y se rieron como si fuesen dos chiquillos que acababan de salir bien librados de una travesura. De pronto, Francisca se incorporó dejando de reír.
- ¡Oh, no!
Raimundo sintió que una daga se clavaba en su corazón al ver su súbita preocupación.
- ¿Qué pasa, Francisca?
- El vestido...- rodó los ojos.-... me había olvidado... de que este condenado vestido no es apropiado para... rodar por un prado.- terminó bufando con un mohín.
Raimundo alzó una ceja. Francisca resopló de nuevo. Echó un vistazo a la parte de atrás de su vestido... En efecto. Estaba sospechosamente manchada de verde. Dobló el cuello. Sí, toda su espalda estaba teñida con un bonito tono verde que convertía el color crema de su vestido en algo... decididamente poco atractivo.
Francisca bufó derrotada. Raimundo no pudo controlar las carcajadas. La joven le miró enfurruñada. Se cruzó de brazos con un gesto tan obstinado en su rostro que Raimundo sintió que se derretía por ella a la vez que reía. De pronto, Francisca pareció hartarse de todo. Especialmente de su madre. Sus ojos echaron chispas.
- ¿Sabes qué te digo? Que se vaya al diablo ya el vestido, mi madre y todas las estupideces que he tenido que soportar hoy. ¡Ya está bien!
Sin más, Francisca se llevó las manos a su espalda y empezó a desabotonarlo con dificultad. Raimundo se quedó con la boca abierta. Ella retiró bruscamente el vestido hasta que cayó en el prado. Bufó de nuevo furiosa y, sin más indumentaria encima que el delicado corsé y las enaguas, echó a andar hecha una furia hacia la casona, sintiendo que la cólera le hervía al recordar a todos los imbéciles que había conocido en una sola tarde.
Raimundo apenas podía respirar. Se había quedado paralizado. Miró el vestido tirado en el prado. Después contempló a Francisca. Un torrente de sentimientos galopó en su corazón. También sentía una furia infinita al recordar al malnacido de Salvador Castro. Pero por otro lado, notaba que el corazón le estallaría de orgullo y amor por ella. Se incorporó.
- Francisca... espera... ¿A dónde diablos vas así??
- A donde me dé la gana.- respondió ella volviéndose, descargando la rabia acumulada. De pronto advirtió que esa respuesta... no debía habérsela espetado a él. Se detuvo pesarosa.- Lo siento... Raimundo, pero es que... ¡vaya asco de día!
Raimundo se detuvo a su lado y no pudo evitar sonreír.
- Sí... a decir verdad... un asco.- meneó la cabeza.
Francisca frunció la nariz. Raimundo la miró divertido.
- Bueno, mira el lado positivo. Verte dándole un mamporro a Salvador Castro donde más le dolía... no ha tenido precio.- dijo burlón.
Francisca le miró. A decir verdad... sí, había sido bastante gratificante. Recordó a aquel estúpido doblado por el dolor, sin poder hablar y blanco como la cera. Una sonrisa malvada se dibujó en el rostro de la joven.
- Sí, tienes razón. Ha sido lo único positivo en toda la tarde.- meneó la cabeza.- ¿Cómo demonios pudo tener el atrevimiento de... ?- sus ojos echaron chispas al recordarlo otra vez.
- Mi pequeña... a pesar de que le hubiera partido la cara... en el fondo he de reconocer que es normal que tuviera ese atrevimiento.- Raimundo la devoró con la mirada.
Francisca tragó saliva. Empezaba a ser consciente de que estaba frente a él vestida únicamente con su ropa interior. El conocido temblor se apoderó de ella al ver aquellos ojos abrasándola.
- Los... hombres sólo... pensáis con...
Él rió suavemente. Esa risa le arrancó a ella millones de escalofríos. Raimundo se acercó despacio y peligroso. La adoraba con sus ojos, sembrando el caos en ella. Tomó su mano. El simple contacto produjo una descarga eléctrica en la columna vertebral de Francisca.
- No sólo pensamos con... eso que dejaste tan maltrecho al idiota de Castro.- su voz sonaba divertida, acariciadora y tremendamente sensual.- Pero debo reconocer que... en mi caso... dificultas enormemente mis procesos de pensamiento racional. Y eso que mi racionalismo es bastante... intenso.
- ¿E... eh?- ella parpadeó.
Francisca no se había ni enterado de toda aquella parrafada. Él rió de nuevo al advertirlo, arrancándole más escalofríos.
- Veo que no soy el único que solo piensa con... lo que has insinuado.- deslizó un torturador brazo por su cintura, ahogándola con la pasión que se respiraba en el ambiente.- Si te robo un beso... ¿también serás igual de vengativa conmigo?- sonrió amoroso y seductor.
Francisca creyó que iba a desmayarse. ¿Cómo demonios lo hacía? ¿Cómo era capaz de ponerla en ese estado sólo con esa mirada, esas sonrisas, esa voz...? La seducía sin remedio con una maestría espectacular. Parecía que siempre era la primera vez que la iba a besar. El aire entre ellos estaba tan caldeado que Francisca se sintió arder.
Por vuestra paciente espera.
Por vuestros magníficos relatos.
Por vuestros comentarios.
Porque no perderemos la esperanza
Y por un ZAS en toda la BOCA a los condenados guionistas...
Francisca sintió que toda su paciencia se evaporaba al oír a su madre llamarla mientras la buscaba entre los invitados. Raimundo alzó los ojos al cielo.
- Empiezo a estar muy harto de esta condenada fiesta.- soltó Raimundo, apretando los puños.
- Me has quitado las palabras de la boca.- replicó ella.
Se miraron. No hacía falta hablar más. Raimundo tomó la mano de Francisca y desaparecieron en la multitud. Caminaron a toda prisa hasta que el portón de la entrada a la propiedad de los Castro apareció ante ellos. Miraron levemente por encima de sus hombros y, como si se comunicasen por el pensamiento, echaron a correr hasta que se encontraron en el camino de Puente Viejo. Francisca soltó un suspiro de alivio, sonriendo feliz, como si hubiera escapado de la peor celda imaginable.
- ¡Por fin! Creí que ese horror no iba a terminar nunca.
Rió divertida mientras alzaba los brazos al correr, como si pudiera despegar del suelo y volar, en un gesto que no hacía desde que tenía diez años. Raimundo se echó a reír al verla. Corrieron hasta el prado trasero que comunicaba con la Casona. Francisca llegó exhausta y se dejó caer en la verde hierba, estirándose feliz. Raimundo la imitó y se tumbó a su lado. Se miraron y se rieron como si fuesen dos chiquillos que acababan de salir bien librados de una travesura. De pronto, Francisca se incorporó dejando de reír.
- ¡Oh, no!
Raimundo sintió que una daga se clavaba en su corazón al ver su súbita preocupación.
- ¿Qué pasa, Francisca?
- El vestido...- rodó los ojos.-... me había olvidado... de que este condenado vestido no es apropiado para... rodar por un prado.- terminó bufando con un mohín.
Raimundo alzó una ceja. Francisca resopló de nuevo. Echó un vistazo a la parte de atrás de su vestido... En efecto. Estaba sospechosamente manchada de verde. Dobló el cuello. Sí, toda su espalda estaba teñida con un bonito tono verde que convertía el color crema de su vestido en algo... decididamente poco atractivo.
Francisca bufó derrotada. Raimundo no pudo controlar las carcajadas. La joven le miró enfurruñada. Se cruzó de brazos con un gesto tan obstinado en su rostro que Raimundo sintió que se derretía por ella a la vez que reía. De pronto, Francisca pareció hartarse de todo. Especialmente de su madre. Sus ojos echaron chispas.
- ¿Sabes qué te digo? Que se vaya al diablo ya el vestido, mi madre y todas las estupideces que he tenido que soportar hoy. ¡Ya está bien!
Sin más, Francisca se llevó las manos a su espalda y empezó a desabotonarlo con dificultad. Raimundo se quedó con la boca abierta. Ella retiró bruscamente el vestido hasta que cayó en el prado. Bufó de nuevo furiosa y, sin más indumentaria encima que el delicado corsé y las enaguas, echó a andar hecha una furia hacia la casona, sintiendo que la cólera le hervía al recordar a todos los imbéciles que había conocido en una sola tarde.
Raimundo apenas podía respirar. Se había quedado paralizado. Miró el vestido tirado en el prado. Después contempló a Francisca. Un torrente de sentimientos galopó en su corazón. También sentía una furia infinita al recordar al malnacido de Salvador Castro. Pero por otro lado, notaba que el corazón le estallaría de orgullo y amor por ella. Se incorporó.
- Francisca... espera... ¿A dónde diablos vas así??
- A donde me dé la gana.- respondió ella volviéndose, descargando la rabia acumulada. De pronto advirtió que esa respuesta... no debía habérsela espetado a él. Se detuvo pesarosa.- Lo siento... Raimundo, pero es que... ¡vaya asco de día!
Raimundo se detuvo a su lado y no pudo evitar sonreír.
- Sí... a decir verdad... un asco.- meneó la cabeza.
Francisca frunció la nariz. Raimundo la miró divertido.
- Bueno, mira el lado positivo. Verte dándole un mamporro a Salvador Castro donde más le dolía... no ha tenido precio.- dijo burlón.
Francisca le miró. A decir verdad... sí, había sido bastante gratificante. Recordó a aquel estúpido doblado por el dolor, sin poder hablar y blanco como la cera. Una sonrisa malvada se dibujó en el rostro de la joven.
- Sí, tienes razón. Ha sido lo único positivo en toda la tarde.- meneó la cabeza.- ¿Cómo demonios pudo tener el atrevimiento de... ?- sus ojos echaron chispas al recordarlo otra vez.
- Mi pequeña... a pesar de que le hubiera partido la cara... en el fondo he de reconocer que es normal que tuviera ese atrevimiento.- Raimundo la devoró con la mirada.
Francisca tragó saliva. Empezaba a ser consciente de que estaba frente a él vestida únicamente con su ropa interior. El conocido temblor se apoderó de ella al ver aquellos ojos abrasándola.
- Los... hombres sólo... pensáis con...
Él rió suavemente. Esa risa le arrancó a ella millones de escalofríos. Raimundo se acercó despacio y peligroso. La adoraba con sus ojos, sembrando el caos en ella. Tomó su mano. El simple contacto produjo una descarga eléctrica en la columna vertebral de Francisca.
- No sólo pensamos con... eso que dejaste tan maltrecho al idiota de Castro.- su voz sonaba divertida, acariciadora y tremendamente sensual.- Pero debo reconocer que... en mi caso... dificultas enormemente mis procesos de pensamiento racional. Y eso que mi racionalismo es bastante... intenso.
- ¿E... eh?- ella parpadeó.
Francisca no se había ni enterado de toda aquella parrafada. Él rió de nuevo al advertirlo, arrancándole más escalofríos.
- Veo que no soy el único que solo piensa con... lo que has insinuado.- deslizó un torturador brazo por su cintura, ahogándola con la pasión que se respiraba en el ambiente.- Si te robo un beso... ¿también serás igual de vengativa conmigo?- sonrió amoroso y seductor.
Francisca creyó que iba a desmayarse. ¿Cómo demonios lo hacía? ¿Cómo era capaz de ponerla en ese estado sólo con esa mirada, esas sonrisas, esa voz...? La seducía sin remedio con una maestría espectacular. Parecía que siempre era la primera vez que la iba a besar. El aire entre ellos estaba tan caldeado que Francisca se sintió arder.
#2164
17/09/2011 00:37
Francisca creyó que iba a desmayarse. ¿Cómo demonios lo hacía? ¿Cómo era capaz de ponerla en ese estado sólo con esa mirada, esas sonrisas, esa voz...? La seducía sin remedio con una maestría espectacular. Parecía que siempre era la primera vez que la iba a besar. El aire entre ellos estaba tan caldeado que Francisca se sintió arder.
- ¿Sabes?- preguntó acariciador.- Creo que ya va siendo hora de que... terminemos aquella despedida que nos supo a poco...
Ella separó sus labios para decir algo, pero él se adueñó completamente de su boca, haciéndole perder irremediablemente el poco juicio que aún pudiera existir. La besó con locura y pasión incontenibles, abrasando su boca con la suya, marcando su cuello con sus labios. Francisca jadeó ante semejante ataque, tomando su rostro para atraerlo más hacia ella. Él la tomó en brazos, asfixiándola con otro devastador beso para después morder delicadamente su clavícula.
- Raimundo...- gimió ella.
No supieron cómo, pero lograron entrar en el cobertizo. Raimundo se consumía en deseo por ella tan desesperadamente que terminó por romper la delicada prenda interior que la cubría. Las ropas de ambos terminaron en el suelo. Raimundo se sintió morir al verla desnuda, con las mejillas ardiendo y jadeando de pasión. Atacó de nuevo su cuello y descendió sembrando fuego por sus hombros, su pecho y su vientre. Sació su sed en ella, pero cuanto más bebía de su piel, más sediento quedaba.
- Amor...- jadeó.- Mi... pequeña...-
Se introdujo en ella, arrancándole su nombre en un delicioso gemido. Se retiró despacio para volver a poseerla en una sensual acometida. Francisca sintió que moría y trató de aferrarse a él para soportar su enorme pasión. Los jadeos invadieron la ardiente atmósfera mientras sus cuerpos se movían al ritmo de un placer descontrolado.
- Raimundo...- casi gritó ella.
La pasión explotó al fin en una espiral ascendente de placer que les hizo sucumbir. Ambos cayeron rendidos y exhaustos uno en brazos del otro. Francisca se aferró a su pecho, aún temblando. Raimundo la apretó contra su corazón. Ese corazón que jamás volvería a latir con normalidad.
- ¿Sabes?- preguntó acariciador.- Creo que ya va siendo hora de que... terminemos aquella despedida que nos supo a poco...
Ella separó sus labios para decir algo, pero él se adueñó completamente de su boca, haciéndole perder irremediablemente el poco juicio que aún pudiera existir. La besó con locura y pasión incontenibles, abrasando su boca con la suya, marcando su cuello con sus labios. Francisca jadeó ante semejante ataque, tomando su rostro para atraerlo más hacia ella. Él la tomó en brazos, asfixiándola con otro devastador beso para después morder delicadamente su clavícula.
- Raimundo...- gimió ella.
No supieron cómo, pero lograron entrar en el cobertizo. Raimundo se consumía en deseo por ella tan desesperadamente que terminó por romper la delicada prenda interior que la cubría. Las ropas de ambos terminaron en el suelo. Raimundo se sintió morir al verla desnuda, con las mejillas ardiendo y jadeando de pasión. Atacó de nuevo su cuello y descendió sembrando fuego por sus hombros, su pecho y su vientre. Sació su sed en ella, pero cuanto más bebía de su piel, más sediento quedaba.
- Amor...- jadeó.- Mi... pequeña...-
Se introdujo en ella, arrancándole su nombre en un delicioso gemido. Se retiró despacio para volver a poseerla en una sensual acometida. Francisca sintió que moría y trató de aferrarse a él para soportar su enorme pasión. Los jadeos invadieron la ardiente atmósfera mientras sus cuerpos se movían al ritmo de un placer descontrolado.
- Raimundo...- casi gritó ella.
La pasión explotó al fin en una espiral ascendente de placer que les hizo sucumbir. Ambos cayeron rendidos y exhaustos uno en brazos del otro. Francisca se aferró a su pecho, aún temblando. Raimundo la apretó contra su corazón. Ese corazón que jamás volvería a latir con normalidad.
#2165
17/09/2011 00:41
Diossss diossss sigue Ina sigue no lo puedes dejar aquí en el estallido de pasión entre estos dos... ¡Quiero masss quiero mássss!
Graciass
Graciass
#2166
17/09/2011 01:12
Estoy que no estoy, madre del amor hermoso, no se si darme una ducha o ir al cuarto de al lado a desfogarme, que barbaridad Ina, que pasada.
En fin que os dejo otro trocito de mi relato, si me da tiempo lo termino esta noche y sino pues para mañana
Francisca se despertó agotada y miró el reloj, sólo hacía dos horas que se había acostado, le esperaba otra larga noche en vela, se levantó y fue hacia la ventana cuando sintió que unos ojos la observaban fijamente. No necesitó verlo para saber de quien se trataba, recordaba perfectamente esa mirada.
-Raimundo Ulloa, ¿también tú has venido a acompañarme en mi locura?,- dijo cansada- te mentiría si no te dijera que te esperaba.
Raimundo se puso delante de Francisca, iluminados sólo por la luz de la luna únicamente pudieron mirarse a los ojos fijamente.
- ¿Qué te ocurre Francisca?- le preguntó en un susurro
- ¿Y tú me lo preguntas?, eres un producto de mi imaginación desbocada, bien sabes lo que me pasa.
Una mueca extraña apareció en la cara de él y tras un instante de silencio le cogió de la mano. Ella pensó que aquella era la más real de todas sus alucinaciones, acarició la cicatriz que cruzaba el dorso de la mano derecha. Sus manos tenían marcas, como su alma. Con delicadeza se soltó de él.
- Dímelo tú, cuéntame que te atormenta para que estés así- Francisca lo miro dudosa, ni siquiera sabiendo que él no estaba ahí que era producto de su mente cansada quería ceder pero la dulzura de su mirada y la suavidad de su sonrisa le hicieron abrirse.
- Estoy agotada Raimundo, cansada de pelear, me siento como el último peón de una partida de ajedrez que lucha solo en el último cuadro del tablero, quiero descansar pero sois vosotros, malditas elucubraciones de mi cabeza las que no me dais ni un respiro. Ahora me doy cuenta de muchas cosas.
Francisca se sentó en la cama mirando sin ver a un Raimundo perdido en sombras del que sólo adivinaba su presencia.
- ¿Sabes Raimundo? Nunca te odié, ni siquiera cuando me abandonaste. Me odié a mí misma por haber sido una cobarde, por no abrazarme a ti y no soltarte hasta que hubieras cambiado de opinión, por no suplicarte que no me dejaras sola, pero mi maldito orgullo pudo más y te dejé marchar. El orgullo es un pecado mortal pero te juro que llevo treinta años cumpliendo la penitencia que yo misma me impuse.
Raimundo se sentó a su lado en la cama y Francisca pensó que definitivamente estaba trastornada ¿no sentía su peso en el colchón?, para evitar esa sensación se levantó y volvió a mirar aquel sueño que estaba sentado en frente suya mirándola expectante y continuó hablando, necesitaba desahogarse.
- Se piensa que la desesperación es un sentimiento caliente pero no es cierto, es frío y árido como una extensión infinita de hielo, por eso busco un poco de calor y me refugio en las alucinaciones de mi mente. Ahora ya no acierto a distinguir la realidad de los espejismos que se me representan y me persiguen. Me gustaría llorar pero he olvidado como hacerlo.
Las últimas palabras quedaron flotando en el aire mientras que un silencio espeso se instalaba en la habitación sin que ninguno de los dos se atreviera a romperlo. Finalmente Raimundo levantó la cabeza apenado y la miró con los ojos llenos de pesar.
- Tú no fuiste la única que sufriste, yo también me quede con el corazón destrozado.
Francisca levanto una mano para acariciar ese rostro lleno de dolor pero se arrepintió antes de tocar su cara por miedo a que esa visión desapareciera.
- Lo sé, fue el destino cruel el que jugó con nuestras vidas apostándolas a los dados del azar y por desgracia perdimos, hace tiempo que te perdoné, te juro que no te guardo rencor.
Él la miró anhelante y temeroso a la par
-¿Qué sientes ahora por mí?
Ella se quedó pensativa. Raimundo por un instante pensó que no contestaría.
- Te quiero. Como siempre te he querido y para mi desgracia te querré hasta el día de mi muerte que ahora sé que está próxima.
Raimundo se levantó de la cama y fue hacia ella
- ¿Qué quieres decir?
- Sé que me muero por que sólo en mi lecho de muerte podría verte llorar como lo estás haciendo ahora.
Él intentaba tragarse las lágrimas pero era imposible, no podía dejar de llorar, Francisca le sonrío dulcemente, le miró con un amor infinito, se acercó a él y ahora sí le acaricio la cara
- No llores mi amor, no pasa nada, en realidad llevo muerta treinta años desde el día en el que él me hizo esto- Francisca se echó hacía atrás el cuello del camisón dejando la parte superior de su espalda al descubierto, horribles cicatrices de latigazos aparecieron ante los horrorizados ojos de Raimundo- simplemente le dije que me encontraba enferma y que no podía compartir su lecho, esta fue su respuesta. Ese día dejé de vivir.
Raimundo no pudo soportarlo y la abrazó contra su corazón queriendo fundirse en ella y con ella, Francisca pensó que si eso era estar loca, nunca más volvería a estar cuerda, la besó exigente, desesperado durante minutos que para ellos fueron segundos. Con cuidado, como si fuera de cristal la llevó hasta la cama y le quitó el camisón acariciando su cuerpo, admirándolo, deseándolo, recorrió con sus manos y su boca cada centímetro de su piel, la llevó a la locura. Cuando él se desnudó y sintieron el calor de sus cuerpos, los besos dijeron más que cualquier palabra, las lenguas encontraron caminos ya conocidos y cuando él penetró despacio dentro de ella y comenzaron a moverse al compás el tiempo se detuvo y sólo los gemidos y las caricias acompañaron a los amantes. El orgasmo los alcanzó dejando un rastro de fuego en sus almas gritando sus nombres en sus bocas, abrazándose como si no pudieran separarse.
Raimundo le acaricio tierno la frente y clavó sus ojos llenos de amor en los de Francisca
- Prométeme que no te vas a rendir mi pequeña, prométeme que no me vas a dejar solo, te amo demasiado y no podría soportarlo, dime que no te dejaras vencer y que lucharas hasta el final.
Francisca lo miró y le sonrió
-Te lo prometo Raimundo.
Después rodeada por sus brazos se quedó dormida con una sonrisa. Sólo se despertó cuando los rayos del sol la vinieron a rescatar de los brazos de Morfeo. Cuando abrió los ojos descubrió que dónde tenía que estar Raimundo estaba vació, se miró y tenía el camisón puesto. El corazón se le encogió, todo había sido uno de sus sueños.
En fin que os dejo otro trocito de mi relato, si me da tiempo lo termino esta noche y sino pues para mañana
Francisca se despertó agotada y miró el reloj, sólo hacía dos horas que se había acostado, le esperaba otra larga noche en vela, se levantó y fue hacia la ventana cuando sintió que unos ojos la observaban fijamente. No necesitó verlo para saber de quien se trataba, recordaba perfectamente esa mirada.
-Raimundo Ulloa, ¿también tú has venido a acompañarme en mi locura?,- dijo cansada- te mentiría si no te dijera que te esperaba.
Raimundo se puso delante de Francisca, iluminados sólo por la luz de la luna únicamente pudieron mirarse a los ojos fijamente.
- ¿Qué te ocurre Francisca?- le preguntó en un susurro
- ¿Y tú me lo preguntas?, eres un producto de mi imaginación desbocada, bien sabes lo que me pasa.
Una mueca extraña apareció en la cara de él y tras un instante de silencio le cogió de la mano. Ella pensó que aquella era la más real de todas sus alucinaciones, acarició la cicatriz que cruzaba el dorso de la mano derecha. Sus manos tenían marcas, como su alma. Con delicadeza se soltó de él.
- Dímelo tú, cuéntame que te atormenta para que estés así- Francisca lo miro dudosa, ni siquiera sabiendo que él no estaba ahí que era producto de su mente cansada quería ceder pero la dulzura de su mirada y la suavidad de su sonrisa le hicieron abrirse.
- Estoy agotada Raimundo, cansada de pelear, me siento como el último peón de una partida de ajedrez que lucha solo en el último cuadro del tablero, quiero descansar pero sois vosotros, malditas elucubraciones de mi cabeza las que no me dais ni un respiro. Ahora me doy cuenta de muchas cosas.
Francisca se sentó en la cama mirando sin ver a un Raimundo perdido en sombras del que sólo adivinaba su presencia.
- ¿Sabes Raimundo? Nunca te odié, ni siquiera cuando me abandonaste. Me odié a mí misma por haber sido una cobarde, por no abrazarme a ti y no soltarte hasta que hubieras cambiado de opinión, por no suplicarte que no me dejaras sola, pero mi maldito orgullo pudo más y te dejé marchar. El orgullo es un pecado mortal pero te juro que llevo treinta años cumpliendo la penitencia que yo misma me impuse.
Raimundo se sentó a su lado en la cama y Francisca pensó que definitivamente estaba trastornada ¿no sentía su peso en el colchón?, para evitar esa sensación se levantó y volvió a mirar aquel sueño que estaba sentado en frente suya mirándola expectante y continuó hablando, necesitaba desahogarse.
- Se piensa que la desesperación es un sentimiento caliente pero no es cierto, es frío y árido como una extensión infinita de hielo, por eso busco un poco de calor y me refugio en las alucinaciones de mi mente. Ahora ya no acierto a distinguir la realidad de los espejismos que se me representan y me persiguen. Me gustaría llorar pero he olvidado como hacerlo.
Las últimas palabras quedaron flotando en el aire mientras que un silencio espeso se instalaba en la habitación sin que ninguno de los dos se atreviera a romperlo. Finalmente Raimundo levantó la cabeza apenado y la miró con los ojos llenos de pesar.
- Tú no fuiste la única que sufriste, yo también me quede con el corazón destrozado.
Francisca levanto una mano para acariciar ese rostro lleno de dolor pero se arrepintió antes de tocar su cara por miedo a que esa visión desapareciera.
- Lo sé, fue el destino cruel el que jugó con nuestras vidas apostándolas a los dados del azar y por desgracia perdimos, hace tiempo que te perdoné, te juro que no te guardo rencor.
Él la miró anhelante y temeroso a la par
-¿Qué sientes ahora por mí?
Ella se quedó pensativa. Raimundo por un instante pensó que no contestaría.
- Te quiero. Como siempre te he querido y para mi desgracia te querré hasta el día de mi muerte que ahora sé que está próxima.
Raimundo se levantó de la cama y fue hacia ella
- ¿Qué quieres decir?
- Sé que me muero por que sólo en mi lecho de muerte podría verte llorar como lo estás haciendo ahora.
Él intentaba tragarse las lágrimas pero era imposible, no podía dejar de llorar, Francisca le sonrío dulcemente, le miró con un amor infinito, se acercó a él y ahora sí le acaricio la cara
- No llores mi amor, no pasa nada, en realidad llevo muerta treinta años desde el día en el que él me hizo esto- Francisca se echó hacía atrás el cuello del camisón dejando la parte superior de su espalda al descubierto, horribles cicatrices de latigazos aparecieron ante los horrorizados ojos de Raimundo- simplemente le dije que me encontraba enferma y que no podía compartir su lecho, esta fue su respuesta. Ese día dejé de vivir.
Raimundo no pudo soportarlo y la abrazó contra su corazón queriendo fundirse en ella y con ella, Francisca pensó que si eso era estar loca, nunca más volvería a estar cuerda, la besó exigente, desesperado durante minutos que para ellos fueron segundos. Con cuidado, como si fuera de cristal la llevó hasta la cama y le quitó el camisón acariciando su cuerpo, admirándolo, deseándolo, recorrió con sus manos y su boca cada centímetro de su piel, la llevó a la locura. Cuando él se desnudó y sintieron el calor de sus cuerpos, los besos dijeron más que cualquier palabra, las lenguas encontraron caminos ya conocidos y cuando él penetró despacio dentro de ella y comenzaron a moverse al compás el tiempo se detuvo y sólo los gemidos y las caricias acompañaron a los amantes. El orgasmo los alcanzó dejando un rastro de fuego en sus almas gritando sus nombres en sus bocas, abrazándose como si no pudieran separarse.
Raimundo le acaricio tierno la frente y clavó sus ojos llenos de amor en los de Francisca
- Prométeme que no te vas a rendir mi pequeña, prométeme que no me vas a dejar solo, te amo demasiado y no podría soportarlo, dime que no te dejaras vencer y que lucharas hasta el final.
Francisca lo miró y le sonrió
-Te lo prometo Raimundo.
Después rodeada por sus brazos se quedó dormida con una sonrisa. Sólo se despertó cuando los rayos del sol la vinieron a rescatar de los brazos de Morfeo. Cuando abrió los ojos descubrió que dónde tenía que estar Raimundo estaba vació, se miró y tenía el camisón puesto. El corazón se le encogió, todo había sido uno de sus sueños.
#2167
17/09/2011 01:17
Estoy más enganchada a vosotras, a vuestros escritos que a la propia serie.. Ya me paso cada dos por tres por aquí para ver si alguna habéis continuado vuestras historias.. Mariajo ¡tan pronto acaba? Pues ya puedes ir escribiendo otra historia. Soy insaciable
#2168
17/09/2011 01:22
Joee, qué pasada. Precioso Mariajo... la Paca teniendo sueños erótico-festivos con Rai... Demasiado real el sueño, ¿no?, jajajajaja....
Sigueeee
Sigueeee
#2169
17/09/2011 01:26
Voy ambientando esto un poco ¿No?

#2170
17/09/2011 01:45
diez minutos más o menos y os subo el final
#2171
17/09/2011 01:48
Mariajo te esperamos.. yo no me acuesto sin leer el final de tu historia..
Miri ya no sólo eso ¿porqué no sacan provecho y nos dan flashbacks de la historia de Paca rai? Que nos expliquen los entresijos de su historia y no tengamos que estar tirando de imaginación
Miri ya no sólo eso ¿porqué no sacan provecho y nos dan flashbacks de la historia de Paca rai? Que nos expliquen los entresijos de su historia y no tengamos que estar tirando de imaginación
#2172
17/09/2011 01:51
Chicas, me voy a la camita, que me duele el cuello y todo. A ver si Rai me da un masaje, jajajaja. Si es que... creo que la Paca y yo sufrimos las mismas dolencias
Tanto ponerme en su pellejo... jajaja
Bueno... a ver si tengo yo también un sueño erótico festivo con ese condenado tabernero.
PD: por cierto... estaría genial una escenica en la que la Paca hubiera tenido un sueño porno con Rai... y que después se pusiera nerviosita perdía al verlo... y que Rai la mirase sin entender na de lo que pasa,
Ayyss, otra avalancha de imaginación, jajaja
EDITO: JOOO vaale, esperaré, jajaja
Pa hacer más leve la espera....
Tanto ponerme en su pellejo... jajajaBueno... a ver si tengo yo también un sueño erótico festivo con ese condenado tabernero.
PD: por cierto... estaría genial una escenica en la que la Paca hubiera tenido un sueño porno con Rai... y que después se pusiera nerviosita perdía al verlo... y que Rai la mirase sin entender na de lo que pasa,
Ayyss, otra avalancha de imaginación, jajaja
EDITO: JOOO vaale, esperaré, jajaja
Pa hacer más leve la espera....
#2173
17/09/2011 02:11
Por una vez en su vida no había tenido ánimos para discutir, entre Tristán y la doctora la habían convencido para que se fuera a pasar un tiempo a la capital pensaban que un cambio de aires le sentaría bien y ella no había tenido fuerzas para oponerse, durante días esperó que volviera Raimundo pero no lo hizo y eso hizo que su soledad se incrementase, el recuerdo de esa noche que no existió realmente la estaba destrozando, el saber que el verdadero Raimundo nunca sería suyo la estaba matando lentamente, sí decididamente tenía que alejarse…de él
No sabía que impulso la había llevado hasta ahí, quizás el pensar que durante un tiempo no iba a volver a verlo influyó o tal vez que no podía negarle a su estúpido corazón que no latía sino por él ese último capricho. Echó una ojeada dentro de la taberna y no lo vio así que subió las escaleras que llevaban hasta su habitación y abrió la puerta de su cuarto. El corazón se le paró cuando lo vio dormido sentado en la mecedora, le pareció tan guapo con ese gesto de nobleza y paz en su rostro que pensó que no le importaría que esa fuera la última imagen que viera antes de morir. Su mano pareció tener vida propia cuando le acarició amorosa la frente, Raimundo abrió los ojos confuso por la caricia que sentía y la vio.
- ¡Fran..Francisca!, que qué haces aquí- Balbuceó un desconcertado Raimundo Ulloa mientras se levantaba.
- He venido a despedirme de ti, por fin tus deseos se han cumplido, me voy de Puente Viejo.
Raimundo la miró sorprendido
- ¿Te vas?, ¿pero a dónde? ¿cuánto tiempo?
Francisca lo miró triste
- A decir verdad aun no lo sé muy bien, de momento voy a pasar un tiempo largo a la capital después… no lo sé tal vez regrese o tal vez no. No quería irme sin despedirme de ti, es la mínima cortesía que mereces de tu enemiga.
Raimundo la miraba sin reaccionar, ella se iba, lo dejaba sólo, no podía ni respirar, sintió que su corazón se rompía en mil pedazos.
-¿No me das la mano Raimundo, ni siquiera eso vas a concederme?- Le dijo mirándolo suplicante
El alzó la mano como un autómata y ella la agarró como un náufrago el salvavidas, bajó la mirada para verlas unidas por última vez cuando algo la dejó sin respiración, una cicatriz que recorría el dorso de la mano derecha de Raimundo, aquello…aquello no podía ser, había sido una alucinación, sin embargo le había parecido tan real, pero…¿cómo es que él tenía esa cicatriz que ella había acariciado en sus imaginaciones?. Entonces lo comprendió todo ¡había sido real!, ¡él había estado ahí aquella noche!. Raimundo miraba su mano con los ojos bajos, avergonzado, no se atrevía a levantar la vista y cuando lo hizo sus ojos aparecieron llenos de culpa
- Francisca, yo…- sintió que no podía seguir hablando al ver la mirada que ella le estaba dirigiendo.
- Cómo pudiste Raimundo, cómo pudiste hacerme creer que no estabas allí conmigo realmente, como…- Francisca estaba tan enfadada que sentía que no podía ni hablar.
-
No sabía que impulso la había llevado hasta ahí, quizás el pensar que durante un tiempo no iba a volver a verlo influyó o tal vez que no podía negarle a su estúpido corazón que no latía sino por él ese último capricho. Echó una ojeada dentro de la taberna y no lo vio así que subió las escaleras que llevaban hasta su habitación y abrió la puerta de su cuarto. El corazón se le paró cuando lo vio dormido sentado en la mecedora, le pareció tan guapo con ese gesto de nobleza y paz en su rostro que pensó que no le importaría que esa fuera la última imagen que viera antes de morir. Su mano pareció tener vida propia cuando le acarició amorosa la frente, Raimundo abrió los ojos confuso por la caricia que sentía y la vio.
- ¡Fran..Francisca!, que qué haces aquí- Balbuceó un desconcertado Raimundo Ulloa mientras se levantaba.
- He venido a despedirme de ti, por fin tus deseos se han cumplido, me voy de Puente Viejo.
Raimundo la miró sorprendido
- ¿Te vas?, ¿pero a dónde? ¿cuánto tiempo?
Francisca lo miró triste
- A decir verdad aun no lo sé muy bien, de momento voy a pasar un tiempo largo a la capital después… no lo sé tal vez regrese o tal vez no. No quería irme sin despedirme de ti, es la mínima cortesía que mereces de tu enemiga.
Raimundo la miraba sin reaccionar, ella se iba, lo dejaba sólo, no podía ni respirar, sintió que su corazón se rompía en mil pedazos.
-¿No me das la mano Raimundo, ni siquiera eso vas a concederme?- Le dijo mirándolo suplicante
El alzó la mano como un autómata y ella la agarró como un náufrago el salvavidas, bajó la mirada para verlas unidas por última vez cuando algo la dejó sin respiración, una cicatriz que recorría el dorso de la mano derecha de Raimundo, aquello…aquello no podía ser, había sido una alucinación, sin embargo le había parecido tan real, pero…¿cómo es que él tenía esa cicatriz que ella había acariciado en sus imaginaciones?. Entonces lo comprendió todo ¡había sido real!, ¡él había estado ahí aquella noche!. Raimundo miraba su mano con los ojos bajos, avergonzado, no se atrevía a levantar la vista y cuando lo hizo sus ojos aparecieron llenos de culpa
- Francisca, yo…- sintió que no podía seguir hablando al ver la mirada que ella le estaba dirigiendo.
- Cómo pudiste Raimundo, cómo pudiste hacerme creer que no estabas allí conmigo realmente, como…- Francisca estaba tan enfadada que sentía que no podía ni hablar.
-
#2174
17/09/2011 02:12
Raimundo tragó saliva y haciendo acopio de todo su valor la miró, Dios estaba preciosa con el ceño fruncido y echando chispas sin embargo no vio odio en sus ojos y eso le hizo concebir esperanzas
- Tristán nos contó lo que te sucedía, que te estabas dejando morir y yo…simplemente no podía consentirlo, necesitaba ir a verte, ver cómo estabas y esa noche…bueno quería hablar contigo decirte que no estabas sola, yo…mi vida sin la tuya no tiene sentido mi pequeña…y cuando vi que pensabas que no era real…me dio miedo sacarte de tu error, tuve miedo a que me echaras, a que no quisieras hablar conmigo, pensé que así sería más fácil para los dos.
Francisca lo miró indignada.
-¡¡¡¿Más fácil?!!!, ¡¡¡¿Para los dos?!!!, ¡¡¡No sabes el maldito infierno que he vivido pensando que todo lo que ocurrió había sido producto de mi mente enajenada!!! ¡¡¡Me dormí entre tus brazos y cuando desperté no estabas a mi lado, si hasta me pusiste el camisón por Dios Bendito!!!, me hiciste el amor Raimundo ¿eso es lo que querías? ¿Aprovecharte de mí?- terminó ella con lágrimas en los ojos
Raimundo no pudo soportar ver el dolor en aquella mirada la miró con los ojos rebosantes de amor y la abrazó contra su pecho.
- ¿De verdad piensas eso, mi pequeña?, ¿de verdad piensas que podría hacerte daño?- le dijo susurrando- jamás podría Francisca, moriría un millón de veces por ti.
- Entonces por que, por que no me lo dijiste.
- Pensaba hacerlo hasta que me enseñaste tu espalda, ahí mi razón se nublo, solo pude pensar en abrazarte, en besarte en hacer que olvidaras todo ese infierno entre mis brazos, hubiera recibido un millón de latigazos por ti hubiera soportado cualquier cosa por evitarte cualquier dolor.
Ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas, con dulzura le cogió la cara y le besó breve en los labios.
- No dejes que me marche Raimundo, retenme a tú lado y no me dejes marchar, porque sé que sólo a tu lado está mi felicidad.
Él le dedicó una sonrisa amorosa
- ¿De verdad pensabas que te ibas a ir de mi lado así sin más? Ni en un millón de años Francisca Montenegro, mi corazón es tuyo y no puedo vivir sin mi corazón- le dijo mientras la abrazaba fuerte- quiero casarme contigo, pero si no quieres estoy dispuesto a ser tu eterno enamorado hasta que me aceptes a tú lado y quiero ser un egoísta y que cuando llegue mi hora Dios me permita morir antes que tú por que no soportaría vivir en un mundo en el que tú no estuvieras y…
-Raimundo…-intentó interrumpirlo ella
-Y… quiero curar tus heridas con mi amor Francisca hasta que no recuerdes nada más que mis besos y mi cariño, hasta que los fantasmas de tu cabeza desaparezcan para siempre y sólo estés llena de mí…
-¡¡¡RAI-MUN-DOOO!!!- grito por fin desesperada, él la miró sorprendido- cállate- le espetó mientras rodeaba su cuello con los brazos y comía sus labios como si fueran el manjar más delicioso.
Ni un segundo tardó él en responder a ese beso, lamió sus labios y Francisca respondió a la llamada abriendo su boca, dejando paso a la lengua de él, la besó hasta hacerla enloquecer. Se separaron con esfuerzo ante el peligro de morir asfixiados, mirándose a los ojos deseando más, mucho más.
Francisca le desabrochó la camisa mientras acariciaba su pecho, lo lamía lo adoraba, después hizo que se tumbara en la cama y despacio le desabrocho los pantalones notando que la necesidad de él era tan grande como la suya, sin embargo Raimundo no la dejó continuar, se levantó y tras despojarse de la ropa que le quedaba se situó a su espalda.
Lentamente le fue desabrochando los botones del vestido, besando cada una de las cicatrices de su espalda, Francisca sintió que moriría de amor en ese mismo instante y no pudo evitar que lágrimas de felicidad cayeran por sus mejillas. Raimundo se dio cuenta y la giró para tenerla frente a él y con ternura bebió cada una de ellas.
-Ni una lágrima más mi pequeña, ni siquiera de felicidad, nunca más quiero ver tus ojos empañados por el llanto, te juro por mi vida que te voy a hacer la mujer más feliz del universo.
La tomó en brazos y la dejo en la cama, verla desnuda era más de lo que podía soportar, era preciosa. Con delicadeza se introdujo en ella. Francisca pensó que moriría de deseo cuando sintió sus envestidas, lentas al principio y más rápidas conforme la pasión se adueñaba de ellos, ella se aferró a él como si el mundo se abriera a sus pies y él sólo pudo dejarse arrastrar murmurando su nombre en un gemido agónico.
Se besaron y se miraron con infinito amor. Raimundo acomodó a su pequeña entre los brazosy ella lo miró con una sombra de duda que no le pasó desapercibida.
- ¿Qué ocurre mi pequeña?- le preguntó amoroso mientras le acariciaba tierno la mejilla.
- ¿Cómo sé que esto es real y no otra ilusión de mi mente?- preguntó ella con miedo en la voz.
El la miro serio, tomo su mano y la puso en su corazón
- ¿Notas cómo late Francisca?- dijo emocionado- lo hace sólo por ti y esto no se puede soñar ni imaginar, sólo se puede sentir mi pequeña.
Ella lo miró sonriente
-¿Me prometes que mañana cuando despierte estarás a mi lado?
-¿Mañana? Mañana no mi pequeña, todos los días de mi vida- le dijo mientras la volvía a besar con pasión.
- Tristán nos contó lo que te sucedía, que te estabas dejando morir y yo…simplemente no podía consentirlo, necesitaba ir a verte, ver cómo estabas y esa noche…bueno quería hablar contigo decirte que no estabas sola, yo…mi vida sin la tuya no tiene sentido mi pequeña…y cuando vi que pensabas que no era real…me dio miedo sacarte de tu error, tuve miedo a que me echaras, a que no quisieras hablar conmigo, pensé que así sería más fácil para los dos.
Francisca lo miró indignada.
-¡¡¡¿Más fácil?!!!, ¡¡¡¿Para los dos?!!!, ¡¡¡No sabes el maldito infierno que he vivido pensando que todo lo que ocurrió había sido producto de mi mente enajenada!!! ¡¡¡Me dormí entre tus brazos y cuando desperté no estabas a mi lado, si hasta me pusiste el camisón por Dios Bendito!!!, me hiciste el amor Raimundo ¿eso es lo que querías? ¿Aprovecharte de mí?- terminó ella con lágrimas en los ojos
Raimundo no pudo soportar ver el dolor en aquella mirada la miró con los ojos rebosantes de amor y la abrazó contra su pecho.
- ¿De verdad piensas eso, mi pequeña?, ¿de verdad piensas que podría hacerte daño?- le dijo susurrando- jamás podría Francisca, moriría un millón de veces por ti.
- Entonces por que, por que no me lo dijiste.
- Pensaba hacerlo hasta que me enseñaste tu espalda, ahí mi razón se nublo, solo pude pensar en abrazarte, en besarte en hacer que olvidaras todo ese infierno entre mis brazos, hubiera recibido un millón de latigazos por ti hubiera soportado cualquier cosa por evitarte cualquier dolor.
Ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas, con dulzura le cogió la cara y le besó breve en los labios.
- No dejes que me marche Raimundo, retenme a tú lado y no me dejes marchar, porque sé que sólo a tu lado está mi felicidad.
Él le dedicó una sonrisa amorosa
- ¿De verdad pensabas que te ibas a ir de mi lado así sin más? Ni en un millón de años Francisca Montenegro, mi corazón es tuyo y no puedo vivir sin mi corazón- le dijo mientras la abrazaba fuerte- quiero casarme contigo, pero si no quieres estoy dispuesto a ser tu eterno enamorado hasta que me aceptes a tú lado y quiero ser un egoísta y que cuando llegue mi hora Dios me permita morir antes que tú por que no soportaría vivir en un mundo en el que tú no estuvieras y…
-Raimundo…-intentó interrumpirlo ella
-Y… quiero curar tus heridas con mi amor Francisca hasta que no recuerdes nada más que mis besos y mi cariño, hasta que los fantasmas de tu cabeza desaparezcan para siempre y sólo estés llena de mí…
-¡¡¡RAI-MUN-DOOO!!!- grito por fin desesperada, él la miró sorprendido- cállate- le espetó mientras rodeaba su cuello con los brazos y comía sus labios como si fueran el manjar más delicioso.
Ni un segundo tardó él en responder a ese beso, lamió sus labios y Francisca respondió a la llamada abriendo su boca, dejando paso a la lengua de él, la besó hasta hacerla enloquecer. Se separaron con esfuerzo ante el peligro de morir asfixiados, mirándose a los ojos deseando más, mucho más.
Francisca le desabrochó la camisa mientras acariciaba su pecho, lo lamía lo adoraba, después hizo que se tumbara en la cama y despacio le desabrocho los pantalones notando que la necesidad de él era tan grande como la suya, sin embargo Raimundo no la dejó continuar, se levantó y tras despojarse de la ropa que le quedaba se situó a su espalda.
Lentamente le fue desabrochando los botones del vestido, besando cada una de las cicatrices de su espalda, Francisca sintió que moriría de amor en ese mismo instante y no pudo evitar que lágrimas de felicidad cayeran por sus mejillas. Raimundo se dio cuenta y la giró para tenerla frente a él y con ternura bebió cada una de ellas.
-Ni una lágrima más mi pequeña, ni siquiera de felicidad, nunca más quiero ver tus ojos empañados por el llanto, te juro por mi vida que te voy a hacer la mujer más feliz del universo.
La tomó en brazos y la dejo en la cama, verla desnuda era más de lo que podía soportar, era preciosa. Con delicadeza se introdujo en ella. Francisca pensó que moriría de deseo cuando sintió sus envestidas, lentas al principio y más rápidas conforme la pasión se adueñaba de ellos, ella se aferró a él como si el mundo se abriera a sus pies y él sólo pudo dejarse arrastrar murmurando su nombre en un gemido agónico.
Se besaron y se miraron con infinito amor. Raimundo acomodó a su pequeña entre los brazosy ella lo miró con una sombra de duda que no le pasó desapercibida.
- ¿Qué ocurre mi pequeña?- le preguntó amoroso mientras le acariciaba tierno la mejilla.
- ¿Cómo sé que esto es real y no otra ilusión de mi mente?- preguntó ella con miedo en la voz.
El la miro serio, tomo su mano y la puso en su corazón
- ¿Notas cómo late Francisca?- dijo emocionado- lo hace sólo por ti y esto no se puede soñar ni imaginar, sólo se puede sentir mi pequeña.
Ella lo miró sonriente
-¿Me prometes que mañana cuando despierte estarás a mi lado?
-¿Mañana? Mañana no mi pequeña, todos los días de mi vida- le dijo mientras la volvía a besar con pasión.
#2175
17/09/2011 02:26
BRAVO BRAVÍSIMOOOOOOOOOOOO
Pa quitarse el sombrero, Mariajo... Qué pasión, qué ternura, qué... joer, qué dolor de cuello tengo, jajaja. RAAAAI, un masajitooo pleasee...
Bueno... toy muerta. Ahora sí q me voy al catre. Hasta mañana y que vuestras calenturientas mentes sueñen con... evidentemente, con angelitos no, jajajajajaja.
Pa quitarse el sombrero, Mariajo... Qué pasión, qué ternura, qué... joer, qué dolor de cuello tengo, jajaja. RAAAAI, un masajitooo pleasee...
Bueno... toy muerta. Ahora sí q me voy al catre. Hasta mañana y que vuestras calenturientas mentes sueñen con... evidentemente, con angelitos no, jajajajajaja.
#2176
17/09/2011 03:04
¿alguien me peude resumir en dos meses que ha pasado con estos dos? estoy hasta el body de los malditos anarquistas que solo soporto porque el maromo de gerardo es muy ponible, estoy hasta el moño y más allá de sebastián. si me podéis resumir esos dos meses de verano me haríais un favor.
y sobre la serie una absoluta mierda lo que estoy viendo esta semana. no sé que me aburre más si la anti pareja de tristan y pepa, si la trama de la tensión sexual entre mauricio y la niña del exorcismo, si ver a francisca en plan madrastra de blancanieves maquinando como quitarse a la prometida de su hijo, si padecer al insufrible tristan y sus etenras dudas, y sobre todo que no veo ni por asomo una escean entre francisca y raimundo. voy a tener que comprar un radar para encontrarlos
y sobre la serie una absoluta mierda lo que estoy viendo esta semana. no sé que me aburre más si la anti pareja de tristan y pepa, si la trama de la tensión sexual entre mauricio y la niña del exorcismo, si ver a francisca en plan madrastra de blancanieves maquinando como quitarse a la prometida de su hijo, si padecer al insufrible tristan y sus etenras dudas, y sobre todo que no veo ni por asomo una escean entre francisca y raimundo. voy a tener que comprar un radar para encontrarlos
#2177
17/09/2011 08:59
antes de nada,tengo que deciros que en este hilo estamos mas calientes que el palo de un churrero
y ahora,como dijo Jack el Destripador,vamos por partes
mariajo...tan mal te ha dejado mi Paca amnésica? FABULOSOOOOOOOO ese sueño Raierótico que luego resultó no serlo,y esa dulzura y pasión que desprende ese hombre por todos los poros de su piel...me ha dejado Muerta.Me ha encantado niña! precioso
lna...gracias,gracias!!!! ya estaba deseando que estos dos tuvieran su momento "tepilloenelpajar.Increible!
chicas,yo no estoy enganchada a Puente viejo,estoy enganchada al hilo "El rincón de Doña Francisca y Raimundo".Es el mejor hilo del foro,y vosotras las mejores!
y ahora,como dijo Jack el Destripador,vamos por partes

mariajo...tan mal te ha dejado mi Paca amnésica? FABULOSOOOOOOOO ese sueño Raierótico que luego resultó no serlo,y esa dulzura y pasión que desprende ese hombre por todos los poros de su piel...me ha dejado Muerta.Me ha encantado niña! precioso

lna...gracias,gracias!!!! ya estaba deseando que estos dos tuvieran su momento "tepilloenelpajar.Increible!
chicas,yo no estoy enganchada a Puente viejo,estoy enganchada al hilo "El rincón de Doña Francisca y Raimundo".Es el mejor hilo del foro,y vosotras las mejores!
#2178
17/09/2011 10:46
Holaaaaaaaaaaaaa, bua ayer de todo el sueño acumulado me quede frita en el sofa ,a las 10 muy fuerte xDDD y nada hasta hoy,que ayer ni me meti ni nada. Pero que subidón hoy al ver todo lo que habiais escrito!!!!!!!!!!!!!!!;D
Ruth yo también estoy enganchada a este hilo y a vosotras,vamos,sois las mejores.Y a la serie que le den asi de claro....
Samu a este paso vamos a llamar al Paco Lobatón (que deje los anuncios de leche y se venga paqui) para que busque las escenas de estos dos que no se sabe donde estan ¬¬ llevan desaparecidas mucho tiempo...¿Y la semana que viene que?Esto no tiene pinta de cambiar..................ADFKADK&$F$%AKDFL QUE ASCO. Y a destacar entre estos dos, las dos escenas que tienes en la cabecera, nada más....Lo más importante fue eso,que él le salvo la vida a manos de Virtudes, se acercan,impagable ver a Francisca asi,con ese amor por él que la desborda,en la siguiente escena que tienen a los días incluso Rai le dice que la sigue queriendo, que deberia matar esos sentimientos que tiene por ella, luego otro día se encuentran en la plaza,ella va a verlo para hablar de la compra misteriosa tierras (bueno,va a ligar pero con esa excusa xD) pero nada discuten Rai no esta por la labor y luego hace dos semanas se vio a Francisca hablando con el cura que ya no quiere que sigan siendo enemigos que no le ve sentido a tantos años de lucha entre los dos.....y no se sabe nada más.
Bueno,dejando la mala leche a un lado xD porque me van a salir arrugas de tanto cabrearme xD. Deciros que:voy por partes:
Ruth,Ruth,Ruth........................no se donde vives pero voy a ir a buscarte.....¿PERO QUE ES ESTO DE DEJAR A LA PACA AMNESICA?Seras malvada...
Mariajo has vuelto a escribir!!!!!!!!Que alegria!!!Y de que manera tia,de que manera. Sabia que era real!!!!!!!!!!!!!!!!Sabia que era real!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Me has emocionado ufffffffffffffff
Y que interesante lo que estas estudiando ;),animo que ya no te queda nada!
Lna que se me suben los calores por dios,he tenido que abrir la ventana y todo que lo sepas jajajaja
Miri reina, eso te iba a preguntar, lo de Pablo...¿pero no se va de la serie?¿verdad? Dime que no!
Ruth yo también estoy enganchada a este hilo y a vosotras,vamos,sois las mejores.Y a la serie que le den asi de claro....
Samu a este paso vamos a llamar al Paco Lobatón (que deje los anuncios de leche y se venga paqui) para que busque las escenas de estos dos que no se sabe donde estan ¬¬ llevan desaparecidas mucho tiempo...¿Y la semana que viene que?Esto no tiene pinta de cambiar..................ADFKADK&$F$%AKDFL QUE ASCO. Y a destacar entre estos dos, las dos escenas que tienes en la cabecera, nada más....Lo más importante fue eso,que él le salvo la vida a manos de Virtudes, se acercan,impagable ver a Francisca asi,con ese amor por él que la desborda,en la siguiente escena que tienen a los días incluso Rai le dice que la sigue queriendo, que deberia matar esos sentimientos que tiene por ella, luego otro día se encuentran en la plaza,ella va a verlo para hablar de la compra misteriosa tierras (bueno,va a ligar pero con esa excusa xD) pero nada discuten Rai no esta por la labor y luego hace dos semanas se vio a Francisca hablando con el cura que ya no quiere que sigan siendo enemigos que no le ve sentido a tantos años de lucha entre los dos.....y no se sabe nada más.
Bueno,dejando la mala leche a un lado xD porque me van a salir arrugas de tanto cabrearme xD. Deciros que:voy por partes:
Ruth,Ruth,Ruth........................no se donde vives pero voy a ir a buscarte.....¿PERO QUE ES ESTO DE DEJAR A LA PACA AMNESICA?Seras malvada...
Mariajo has vuelto a escribir!!!!!!!!Que alegria!!!Y de que manera tia,de que manera. Sabia que era real!!!!!!!!!!!!!!!!Sabia que era real!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Me has emocionado ufffffffffffffff

Y que interesante lo que estas estudiando ;),animo que ya no te queda nada!
Lna que se me suben los calores por dios,he tenido que abrir la ventana y todo que lo sepas jajajaja
Miri reina, eso te iba a preguntar, lo de Pablo...¿pero no se va de la serie?¿verdad? Dime que no!
#2179
17/09/2011 11:54
Q desilusión!!! Por cuestiones de horarios llevo tres días sin ver los capítulos y anoche entré directamente al foro a ver si había escena de nuestra pareja o si en los avances salían...y NADA DE NADA
....pero esto que es??????????? Me uno a Third: estoy más enganchada a este foro que a la serie!!! Ha bajado la calidad y yo también creo que la están estropeando con tramas insulsas...que manera de arruinar una serie. Aún así confío en que la cosa mejore y pronto veamos cómo se recupera.
lna, esa escapadita de la parejita para amarse en su escondite, genial!!!! Pero esa Salvador Castro es malvado, con esas miradas lascivas y esa lengua asquerosa....ufffffffffffff, como hará sufrir a nuestra Paca.
Ruth...amnésica?????????
no me lo puedo creer!!!!!!!!!!!! por lo que más quieras, que sea momentánea....un tiempito nada más, un tiempito en el que Rai tenga que reconquistarla, jajaja!!! ayyy, que se me va la olla 
Mariajo, fabuloso!!!! No sé por qué dices que lo tuyo no es escribir porque se te da de maravilla hija
En fin, menos mal que nos queda este foro porque si no....
Al resto (Rocío, Natalia....) cuando puedan seguid...que esperamos ansiosas vuestros relatos.
....pero esto que es??????????? Me uno a Third: estoy más enganchada a este foro que a la serie!!! Ha bajado la calidad y yo también creo que la están estropeando con tramas insulsas...que manera de arruinar una serie. Aún así confío en que la cosa mejore y pronto veamos cómo se recupera. lna, esa escapadita de la parejita para amarse en su escondite, genial!!!! Pero esa Salvador Castro es malvado, con esas miradas lascivas y esa lengua asquerosa....ufffffffffffff, como hará sufrir a nuestra Paca.
Ruth...amnésica?????????
no me lo puedo creer!!!!!!!!!!!! por lo que más quieras, que sea momentánea....un tiempito nada más, un tiempito en el que Rai tenga que reconquistarla, jajaja!!! ayyy, que se me va la olla 
Mariajo, fabuloso!!!! No sé por qué dices que lo tuyo no es escribir porque se te da de maravilla hija
En fin, menos mal que nos queda este foro porque si no....

Al resto (Rocío, Natalia....) cuando puedan seguid...que esperamos ansiosas vuestros relatos.
#2180
17/09/2011 12:17
cuando una serie empieza su caída en picado es imparable. ya se están empezando a ver los resultados viendo las audiencias de antaño y las de ahora y tienen que dar gracias a que tiene el colchón de un concurso que engancha a la audiencia porque la stramas de ahora invitan a dejarla desde que he vuelto de mi etapa de trabajo fuera y me estoy poniendo al día se me quitan las ganas de perder el tiempo en encender la pantalla de mi televisor para ver la serie.