Foro El secreto de Puente Viejo
Cuando el pasado nos persigue Parte 2: Una salida Cobarde.
#0

02/07/2012 23:00
Historia ideada a partir de Puente viejo , para las puenteviejeras de FormulaTV.
Parte 1: La búsqueda de Martín.

Páguinas: 1, 2, 3, 4, 5 y 6
Personajes nuevos:
Sara: Es la prima inglesa de Emilia, hija de un general que luchó en Cuba. Se instala en Puente Viejo tras la muerte de su Tío.
Fernando: Teniente compañero de Tristán en Cuba y Filipinas. Presunto cómplice de las intenciones de Carlos Castro para recuperar a su hijo. Tenía relaciones con Angustias en sus visitas a España.
Música de la trama:
Parte 2: Una Salida Cobarde.

Páguinas: 6 ,...
Personajes nuevos:
Miguel: Nuevo teniente del ejército tras la expulsión inmediata de Fernando. Será el fiel compañero de Tristán, y ambos lucharán para que finalmente Cuba pertenezca a los españoles.
General Hernández: Es el encargado de la expulsión y condena de Fernando además de dirigir las tropas en Cuba. No soporta a los cobardes y adora su profesión.
Música de la trama:
_________________________________________________________
*Si alguien pretende leer la historia des de el principio y no encuentra el primer trozo que me envíe un privado y se lo enviaré. Gracias por leerme.
Parte 1: La búsqueda de Martín.

Páguinas: 1, 2, 3, 4, 5 y 6
Personajes nuevos:
Sara: Es la prima inglesa de Emilia, hija de un general que luchó en Cuba. Se instala en Puente Viejo tras la muerte de su Tío.
Fernando: Teniente compañero de Tristán en Cuba y Filipinas. Presunto cómplice de las intenciones de Carlos Castro para recuperar a su hijo. Tenía relaciones con Angustias en sus visitas a España.
Música de la trama:
Parte 2: Una Salida Cobarde.

Páguinas: 6 ,...
Personajes nuevos:
Miguel: Nuevo teniente del ejército tras la expulsión inmediata de Fernando. Será el fiel compañero de Tristán, y ambos lucharán para que finalmente Cuba pertenezca a los españoles.
General Hernández: Es el encargado de la expulsión y condena de Fernando además de dirigir las tropas en Cuba. No soporta a los cobardes y adora su profesión.
Música de la trama:
_________________________________________________________
*Si alguien pretende leer la historia des de el principio y no encuentra el primer trozo que me envíe un privado y se lo enviaré. Gracias por leerme.
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#41

07/07/2012 16:47
cris, no se le ocurrirá al capi dejar a pepa sola con el fuego; verdad??? me encanta tu historia, escribes maravillosamente bien!!!! que edad tienes??
#42

07/07/2012 17:15
Gracias por el halago :) Te adelanto que Tristán está ahí siempre...
Tengo 14 y la semana que viene 15. Mil besos!
Tengo 14 y la semana que viene 15. Mil besos!
#43

07/07/2012 17:17
yo 14, pero 15 para enero; así que eres un año mayor. Pues escribes maravillosamente, me encantas!!!!
#44

07/07/2012 17:27
Y vosotras me encantáis a mi! :)
Seguramente esta noche pongo la continuación , besos!
Seguramente esta noche pongo la continuación , besos!
#45

07/07/2012 23:05
Buenas Noches! Aquí el trocito prometido.
-¡Tengo mucho miedo Tristán , no me dejes aquí , por el amor de dios!
Reaccionó con rapidez. La agarró de la mano con fuerza y cuando abrió la puerta , una nube de humo negro del incendio les abanicó en el rostro. Tosieron durante unos segundos hasta que lograron ver lo que sucedía: Las sirvientas chillaban escandalizadas, lloraban , rezaban y sobretodo huían de la casona. Tristán agarró con más fuerza a Pepa , para hacerle ver que estaba segura junto a él.
-Escuchame bien Pepa: tienes que salir de aquí corriendo , sin mirar atrás ¿Me oyes? , quiero que huyas de aquí cuanto antes y que te asegures de que fuera está la mayoría de la gente , ¡Rápido!
-¡No voy a dejarte solo! , ¿Te has trastornado?
-¡Debo salvar a estas pobres muchachas! Sé que eres valiente mi amor , lo harás , bajarás.
Pepa asintió muy a su contra , solo para complacerle. Antes de marcharse , rozó los labios con los suyos , se deshizo de sus brazos y salió a la carrera , atravesando las nubes de aire contaminado que la golpeaban en el rostro , obligándose a retroceder , es más , caer y perder la conciencia.
Tristán abrió puertas , ayudó a salir por la ventana a algunas mujeres , recorrió con ansiedad cada esquina de la casona , percatándose de que ni un alma había ya dentro. Salió de la casona suspirando y jadeando casi sin respirar.
Tristán buscó a Pepa por entre las criadas , luego junto a Soledad , pero no aparecía. Estaba desesperado , el fuego avanzaba y solo la abundante lluvia podría detenerlo.
Alarmado temiéndose lo peor, entró de nuevo en la casona, ¿Y si permanecía dentro inconsciente? O lo que es peor ¿Quemando?
Entró sin pensarlo gritando su nombre con los nervios a flor de piel. Recorrió cada una de las habitaciones, escuchando tan solo el crujido de la madera y las gotas de agua caer sobre el suelo.
Cuando iba a darse por vencido y aceptar que la había perdido para siempre, vio un cuerpo femenino tirado en el suelo, inconsciente. No le hicieron falta más de tres segundos para reconocerla; corrió hacía ella con los ojos húmedos, mojado debido a la lluvia y impotente al verla inconsciente en medio de una gran nube de humo maligno.
Antes de que el fuego pudiera abrasarla, la puso en sus brazos con rapidez y salió de allí a la carrera. Justo al salir por la puerta , unos jornaleros llegaron con grandes cubos llenos de agua , más de cincuenta hombres colaboraban.
Todos se alarmaron al ver a Pepa inconsciente en brazos de Tristán. Se amontonaron tras ellos cuando Tristán la dejó en el suelo e intentaba reanimarla.
-¡Vamos Pepa despierta por favor! - gritó y le proporcionó aire en su boca.
No respondía , sus nervios ascendían a temor y empezó a temblar desesperado.
-No Pepa...tu también no...no me dejes... - imploró entre lágrimas.
Soledad avanzó de entre la multitud y les mandó irse lejos , para dar intimidad.
La lluvia los mojaba al completo , pero poco le importaba eso a Tristán , que abrazaba a Pepa y lloraba. Ante un arranque de desolación, la apretó fuertemente contra su pecho y gritó enrabiado, soltando la culpabilidad de su pecho y mostrando a los presentes lo mucho que amaba a la mujer que tenía entre sus brazos.
Pepa escuchaba des de lejos unos gritos ahogados, de dolor , resentimiento , culpabilidad...
Entonces vio con claridad el rostro de pánico de Tristán, gritando su nombre con esfuerzo y disculpándose. Tristán ignoraba que permanecía viva y la dio por perdida.
Acarició por última vez su cabello empapado, la besó en la sien y al besarle se percató de la existencia de un pulso acelerado. Con felicidad y sin poder creer que Pepa estuviera viva,
tomó su rostro con las manos , lo acercó al suyo entre lágrimas y susurró:
-No volveré a dejarte sola vida mía , me niego a perderte a ti también.
La besó sin esperar respuesta alguna, sus lenguas volvieron a juntarse ambos felices.
En medio del beso , Pepa agonizó y se echó a toser expulsando el tóxico del humo que había respirado. Tristán dio palmadas en su espalda y la abrazó.
Soledad disfrutó viendo aquella amorosa escena, lloró por descontado. Cuando empezó a llover con más intensidad , Tristán recogió a su amada del suelo y la entró rápidamente en el trozo de casona que quedaba sin abrasar. Como la mansión era grande, solo unas tres habitaciones habían sido quemadas , pero el humo había contaminado toda la casa y se vieron obligados a abrir las ventanas a pesar del frío y el viento que hacía.
La dejó sobre la cama en donde habían dormido con un suspiró. Ella estornudó un par de veces y observó los movimientos rápidos y de ansiedad de Tristán chirrisqueando los dientes.
Tristán la observó con ansiedad , ésta iba aumentando mediante llovía más y Pepa se ponía peor.
-Tristán ¿Qué te sucede? - preguntó Pepa acariciándose los brazos para entrar en calor.
-Estoy nervioso nada más – contestó irritado.
Pepa se levantó sin ningún esfuerzo y caminó hacía él lentamente debido al frío.
Tristán la percibió cuando dio el último paso hacía él , y se volvió a ella con el rostro serio , cargado de intolerancias. Sin decir nada , Pepa se aproximó a él buscando los botones de su camisa.
-Aquí hace bastante frío – susurró excitándolo como nunca antes.
Quiso arrancarle las ropas y hacerle el amor en ese instante , pero le paró las manos cuando le desabrochó por completo la camisa y la miró con desaprobación.
-¡Tengo mucho miedo Tristán , no me dejes aquí , por el amor de dios!
Reaccionó con rapidez. La agarró de la mano con fuerza y cuando abrió la puerta , una nube de humo negro del incendio les abanicó en el rostro. Tosieron durante unos segundos hasta que lograron ver lo que sucedía: Las sirvientas chillaban escandalizadas, lloraban , rezaban y sobretodo huían de la casona. Tristán agarró con más fuerza a Pepa , para hacerle ver que estaba segura junto a él.
-Escuchame bien Pepa: tienes que salir de aquí corriendo , sin mirar atrás ¿Me oyes? , quiero que huyas de aquí cuanto antes y que te asegures de que fuera está la mayoría de la gente , ¡Rápido!
-¡No voy a dejarte solo! , ¿Te has trastornado?
-¡Debo salvar a estas pobres muchachas! Sé que eres valiente mi amor , lo harás , bajarás.
Pepa asintió muy a su contra , solo para complacerle. Antes de marcharse , rozó los labios con los suyos , se deshizo de sus brazos y salió a la carrera , atravesando las nubes de aire contaminado que la golpeaban en el rostro , obligándose a retroceder , es más , caer y perder la conciencia.
Tristán abrió puertas , ayudó a salir por la ventana a algunas mujeres , recorrió con ansiedad cada esquina de la casona , percatándose de que ni un alma había ya dentro. Salió de la casona suspirando y jadeando casi sin respirar.
Tristán buscó a Pepa por entre las criadas , luego junto a Soledad , pero no aparecía. Estaba desesperado , el fuego avanzaba y solo la abundante lluvia podría detenerlo.
Alarmado temiéndose lo peor, entró de nuevo en la casona, ¿Y si permanecía dentro inconsciente? O lo que es peor ¿Quemando?
Entró sin pensarlo gritando su nombre con los nervios a flor de piel. Recorrió cada una de las habitaciones, escuchando tan solo el crujido de la madera y las gotas de agua caer sobre el suelo.
Cuando iba a darse por vencido y aceptar que la había perdido para siempre, vio un cuerpo femenino tirado en el suelo, inconsciente. No le hicieron falta más de tres segundos para reconocerla; corrió hacía ella con los ojos húmedos, mojado debido a la lluvia y impotente al verla inconsciente en medio de una gran nube de humo maligno.
Antes de que el fuego pudiera abrasarla, la puso en sus brazos con rapidez y salió de allí a la carrera. Justo al salir por la puerta , unos jornaleros llegaron con grandes cubos llenos de agua , más de cincuenta hombres colaboraban.
Todos se alarmaron al ver a Pepa inconsciente en brazos de Tristán. Se amontonaron tras ellos cuando Tristán la dejó en el suelo e intentaba reanimarla.
-¡Vamos Pepa despierta por favor! - gritó y le proporcionó aire en su boca.
No respondía , sus nervios ascendían a temor y empezó a temblar desesperado.
-No Pepa...tu también no...no me dejes... - imploró entre lágrimas.
Soledad avanzó de entre la multitud y les mandó irse lejos , para dar intimidad.
La lluvia los mojaba al completo , pero poco le importaba eso a Tristán , que abrazaba a Pepa y lloraba. Ante un arranque de desolación, la apretó fuertemente contra su pecho y gritó enrabiado, soltando la culpabilidad de su pecho y mostrando a los presentes lo mucho que amaba a la mujer que tenía entre sus brazos.
Pepa escuchaba des de lejos unos gritos ahogados, de dolor , resentimiento , culpabilidad...
Entonces vio con claridad el rostro de pánico de Tristán, gritando su nombre con esfuerzo y disculpándose. Tristán ignoraba que permanecía viva y la dio por perdida.
Acarició por última vez su cabello empapado, la besó en la sien y al besarle se percató de la existencia de un pulso acelerado. Con felicidad y sin poder creer que Pepa estuviera viva,
tomó su rostro con las manos , lo acercó al suyo entre lágrimas y susurró:
-No volveré a dejarte sola vida mía , me niego a perderte a ti también.
La besó sin esperar respuesta alguna, sus lenguas volvieron a juntarse ambos felices.
En medio del beso , Pepa agonizó y se echó a toser expulsando el tóxico del humo que había respirado. Tristán dio palmadas en su espalda y la abrazó.
Soledad disfrutó viendo aquella amorosa escena, lloró por descontado. Cuando empezó a llover con más intensidad , Tristán recogió a su amada del suelo y la entró rápidamente en el trozo de casona que quedaba sin abrasar. Como la mansión era grande, solo unas tres habitaciones habían sido quemadas , pero el humo había contaminado toda la casa y se vieron obligados a abrir las ventanas a pesar del frío y el viento que hacía.
La dejó sobre la cama en donde habían dormido con un suspiró. Ella estornudó un par de veces y observó los movimientos rápidos y de ansiedad de Tristán chirrisqueando los dientes.
Tristán la observó con ansiedad , ésta iba aumentando mediante llovía más y Pepa se ponía peor.
-Tristán ¿Qué te sucede? - preguntó Pepa acariciándose los brazos para entrar en calor.
-Estoy nervioso nada más – contestó irritado.
Pepa se levantó sin ningún esfuerzo y caminó hacía él lentamente debido al frío.
Tristán la percibió cuando dio el último paso hacía él , y se volvió a ella con el rostro serio , cargado de intolerancias. Sin decir nada , Pepa se aproximó a él buscando los botones de su camisa.
-Aquí hace bastante frío – susurró excitándolo como nunca antes.
Quiso arrancarle las ropas y hacerle el amor en ese instante , pero le paró las manos cuando le desabrochó por completo la camisa y la miró con desaprobación.
#46

08/07/2012 18:05
Buenas tardes! os pongo la continuación! un besooooo!
-Ahora no Pepa , tengo que adivinar qué a sucedido como para que la casa se incendie y lo más importante , quién lo ha provocado.
Pepa asintió , tenía razón , pero tenía un motivo para estar en esos motivos con él.
-Tengo motivos para permanecer contigo en estos instantes – le explicó tomándole de la mano. Tristán esperó a que hablara -. Cuando huía de aquella espantosa nube de humo negro tuve claro que no saldría de allí , pero tuve presente tus palabras y me bastaron para seguir. Pero cuando empecé a sentirme floja , como si la cabeza me diese vueltas sin cesar y finalmente me desmayé...pensé en que no volvería a sentirte , a verte , ni a ti ni a Martín , que por desgracia puede que jamás lo recupere.
-No digas eso, te prometí que lo encontraría y así será – susurró con una sonrisa.
-¿Pero te piensas que yo soy tan estúpida? Quizás soy analfabeta , pero soy consciente de que con esta lluvia mi niño no estará vivo – una lágrima bajó silenciosa por su rostro -, que Carlos lo habrá llevado bien lejos y en el trayecto habrá muerto...
Tristán apoyó la cabeza sobre la suya y besó cada una de las lágrimas rápidas que nacían de sus ojos.
-Tú no eres estúpida vida mía , eres la mujer más maravillosa sobre la faz de la tierra , y ten por seguro que yo daré mi vida por Martín.
-¿¡Es que no lo entiendes!? - le chilló golpeándole el pecho con rabia - , ¡No quiero perderte , ni a ti ni a Martín , sois mi vida , lo único que me mantiene en pie en esta miserable vida!
La tranquilizó abrazándola , aquellas palabras , cargadas de sentimiento y des de su punto de vista , amor , le llegaron al fondo de su alma. Se prometió a si mismo que no correría peligro , pero si debía entregar su vida por ella , lo haría.
Una hora más tarde , ya tranquilizados mutuamente , bajaron al salón , que empezó a ser restaurado , aun que apenas estaba abrasado. Tristán no soltó a Pepa para nada , la llevó a la cocina , en donde Rosario le preparó una infusión a Pepa.
-Pepa debo marchar a solucionar dos cosas: La desaparición de Martín y el incendio.
-¿Tardarás en tu regreso?
-En absoluto , no quiero que te preocupes por nada preciosa.
Rosario sonrió al verlos tan unidos , disimulando cortar el pan y rociarlo con aceite.
Pepa torció el labio con desaprobación y acarició su mejilla.
-Por vez primera en mi vida , rezaré al altísimo para que me devuelva a mi hijo y al amor de mi vida esta noche – le comentó casi sonriendo.
Tristán la abrazó con desesperación , repitiendo ese amor de mi vida en su interior , mitificando aquellas palabras en su corazón y repitiéndolas sin cesar en su interior.
Disfrutó abrazándola , sabiendo que Rosario estaba presente y sonreía, y que Pepa esperaba que se levantase con dignidad y marchase a por su hijo.
-Y ahora soldado levántese con la cabeza bien alta porque quiero que me traiga a Martín sin ningún rasguño – le dijo con tono de burla , levantándose de la silla.
Tristán asintió con rapidez , y a los pocos segundos la besó de nuevo.
-Mejor rasguñado que no muerto , mi princesa – susurró contra sus labios y continuó besándola esperanzado.
Al poco rato de despedirse , Pepa se abandonó , se echó a llorar sin consuelo. Ahora tenía en el fuego a Tristán , el amor de su vida. Rosario se aproximó a ella con nervios.
-¿Estás bien muchacha?
Pepa sacudió la cabeza.
-Voy a perderle a él también Rosario...
Sin decir ni una palabra , la sirvienta la abrazó como a una hija y la meció en sus brazos. Dentro de ella misma , por primera vez , pidió al señor que protegiera al único hombre al cual había amado por primera vez en su vida y que trajera consigo a el único hijo que compartían.
-Ahora no Pepa , tengo que adivinar qué a sucedido como para que la casa se incendie y lo más importante , quién lo ha provocado.
Pepa asintió , tenía razón , pero tenía un motivo para estar en esos motivos con él.
-Tengo motivos para permanecer contigo en estos instantes – le explicó tomándole de la mano. Tristán esperó a que hablara -. Cuando huía de aquella espantosa nube de humo negro tuve claro que no saldría de allí , pero tuve presente tus palabras y me bastaron para seguir. Pero cuando empecé a sentirme floja , como si la cabeza me diese vueltas sin cesar y finalmente me desmayé...pensé en que no volvería a sentirte , a verte , ni a ti ni a Martín , que por desgracia puede que jamás lo recupere.
-No digas eso, te prometí que lo encontraría y así será – susurró con una sonrisa.
-¿Pero te piensas que yo soy tan estúpida? Quizás soy analfabeta , pero soy consciente de que con esta lluvia mi niño no estará vivo – una lágrima bajó silenciosa por su rostro -, que Carlos lo habrá llevado bien lejos y en el trayecto habrá muerto...
Tristán apoyó la cabeza sobre la suya y besó cada una de las lágrimas rápidas que nacían de sus ojos.
-Tú no eres estúpida vida mía , eres la mujer más maravillosa sobre la faz de la tierra , y ten por seguro que yo daré mi vida por Martín.
-¿¡Es que no lo entiendes!? - le chilló golpeándole el pecho con rabia - , ¡No quiero perderte , ni a ti ni a Martín , sois mi vida , lo único que me mantiene en pie en esta miserable vida!
La tranquilizó abrazándola , aquellas palabras , cargadas de sentimiento y des de su punto de vista , amor , le llegaron al fondo de su alma. Se prometió a si mismo que no correría peligro , pero si debía entregar su vida por ella , lo haría.
Una hora más tarde , ya tranquilizados mutuamente , bajaron al salón , que empezó a ser restaurado , aun que apenas estaba abrasado. Tristán no soltó a Pepa para nada , la llevó a la cocina , en donde Rosario le preparó una infusión a Pepa.
-Pepa debo marchar a solucionar dos cosas: La desaparición de Martín y el incendio.
-¿Tardarás en tu regreso?
-En absoluto , no quiero que te preocupes por nada preciosa.
Rosario sonrió al verlos tan unidos , disimulando cortar el pan y rociarlo con aceite.
Pepa torció el labio con desaprobación y acarició su mejilla.
-Por vez primera en mi vida , rezaré al altísimo para que me devuelva a mi hijo y al amor de mi vida esta noche – le comentó casi sonriendo.
Tristán la abrazó con desesperación , repitiendo ese amor de mi vida en su interior , mitificando aquellas palabras en su corazón y repitiéndolas sin cesar en su interior.
Disfrutó abrazándola , sabiendo que Rosario estaba presente y sonreía, y que Pepa esperaba que se levantase con dignidad y marchase a por su hijo.
-Y ahora soldado levántese con la cabeza bien alta porque quiero que me traiga a Martín sin ningún rasguño – le dijo con tono de burla , levantándose de la silla.
Tristán asintió con rapidez , y a los pocos segundos la besó de nuevo.
-Mejor rasguñado que no muerto , mi princesa – susurró contra sus labios y continuó besándola esperanzado.
Al poco rato de despedirse , Pepa se abandonó , se echó a llorar sin consuelo. Ahora tenía en el fuego a Tristán , el amor de su vida. Rosario se aproximó a ella con nervios.
-¿Estás bien muchacha?
Pepa sacudió la cabeza.
-Voy a perderle a él también Rosario...
Sin decir ni una palabra , la sirvienta la abrazó como a una hija y la meció en sus brazos. Dentro de ella misma , por primera vez , pidió al señor que protegiera al único hombre al cual había amado por primera vez en su vida y que trajera consigo a el único hijo que compartían.
#47

08/07/2012 18:09
¡Comenzamos el capítulo 3! :)
3
No necesitó gran cosa para ir en busca de su hijo. Hizo llamar a sus soldados y les ordenó sin ningún tipo de descanso que empezaran a buscarle con precaución y disimulo.
Los soldados obedecieron , y fueron separándose en grupos: algunos en el bosque , otros en el río , en los caminos...
Tristán se colocó el traje habitual que utilizaba como capitán en misiones como en Cuba , esa misión era sin duda alguna la más delicada. Pensó con orgullo que su hijo estaba vivo y que iba a encontrarle; Sin embargo la lluvia seguía cayendo y dificultó la búsqueda a los soldados. Montó a caballo con agilidad , y se dispuso a ir solo hasta Asturias , sin ningún hombre , cara a cara con Carlos Castro , su hermanastro.
Ninguno de sus hombres sabía de la existencia de aquél plan , Tristán lo ocultaba , él quería encargarse personalmente del bastardo de su hermano. Hacía tiempo que quería acabar con él , pero ése día mas.
Tomó un camino bastante fácil, pero llovía a cántaros y le dificultó el paso entre las piedras.
A medio camino estaba empapado, pero no iba a rendirse , quería recuperar la parte que Pepa añoraba más. Pero por no causarle más sufrimiento tuvo que prometerse a si mismo no cometer ninguna locura que pudiera acabar con su existencia.
El sendero estaba húmedo y resbaladizo, pero llegó a Asturias antes de lo previsto.
A lo lejos se podía apreciar el contorno de una mansión abrasada , sabía con certeza de qué mansión se trataba y a quién le perteneció años atrás. Bajó del caballo y prefirió ir a pie , por si le pillaban con la guardia baja. Se acercó lentamente inconteniendo el pánico y terror que suponía la historia de aquella antigua casona en la cual su hermano , su esposa y Pepa habían dado a resaltar una historia realmente espantosa.
Sin aliento , avanzó hasta los arbustos que cubrían la casona y se protegió allí , por si las moscas. Asomó la cabeza por la banda derecha , pero no vio ni escuchó nada. Ante eso , salió del escondite calmado y caminó sin precaución hasta el camino que daba frente a la casona abandona.
Con los nervios en vilo, observó de más cerca la larga valla que volteaba la casa manifestando un aire misterioso. Sin embargo Tristán avanzó con precaución , observando des de el rabillo del ojo sus espaldas, sabiendo que aquél no era un lugar muy seguro si Martín seguía desaparecido.
Cuando llegó a la base de la casona, se pasmó , observándo y recordando la absurda historia que Angustias le había echo creer. Martín su hijo, ni siquiera habían mantenido más de una relación sexual juntos. De pronto recordó por lo que realmente se estaba poniendo en peligro , ya que sabía con certeza que Carlos y sus cómplices podían aparecer en cualquier momento. Y lo sabía por las huellas de un coche reciente. Quizás de unas tres o cuatro horas. Sin apenas traspasar la puerta que daba con la casona, pudo observar restos que afirmaban lo sucedido seis años atrás. Todo aquello para él supuso una historia interminable , salían teorías de su cabeza entretanto entraba sigilosamente, rozando con los dedos el revólver, que por suerte permanecía cargado.
Finalmente , se decidió a atravesar la puerta que daba con un inquietante umbral. Sin rodeos lo atravesó , pero no pudo evitar sentir una oleada de pánico al observar la vajilla dejada en el suelo, restos de ropa y algún que otro esqueleto.
Entrecerró los ojos al asomarse en una de las habitaciones más extrañas. Indulgente, dejó que el miedo se apoderara de él , cuando , de soslayo , cruzó la habitación y se topó con un cadáver femenino descuartizado. No retrocedió , primero se preguntó de quién se trataba , examinándola. No la reconoció, pero al ver su boca abierta con todas sus fuerzas , supo que había muerto abrasada. Le sorprendió que el cuerpo se mantuviese.
Indignado por no haber encontrado a Martín , salió tras el umbral rechistando consigo mismo , pidiendo a gritos de esperanza encontrar a su hijo.
Al salir por completo de la casona quemada , se topó de frente con quién deseaba encontrarse: Carlos , Fernando , Angustias y , para su esperanza , Martín.
-¡Martín...! - exclamó avanzando hacía él con una sonrisa.
Carlos no permitió que se sobrepasara , así que sacó su revólver y apuntó enorgullecido por tenerle a tiro. Tristán retrocedió con las manos al aire, observando con el cejo fruncido a Martín , que inevitablemente , sufría.
-Así que has decidido por volver a casa... - Carlos sonrió maliciosamente -. Es extraño , a mi hijo no le parece buena idea.
Tristán apretó los dientes ante su comentario, Martín estaba delante. Lo último que deseaba era que Martín se convenciera de que Carlos era su verdadero padre.
-Palabras necias querido hermano – respondió arrugando la nariz -. Sería un verdadero placer ver cómo cuidas de mi hijo.
Sus ironías dejaron carraspeado a Carlos , que dio dos pasos dejando a Matín bajo custodia de Angustias. Ésta sonrió mezquinamente.
-¿Por qué no te limitas a ser obediente y , por una vez en tu miserable vida haces caso de tu hermano mayor?
-¿A qué te refieres con esas sucias palabrerías?
Carlos sacudió la cabeza entretanto sonreía irónico.
-Faltas de sentido común , ¿No te percatas de que Pepa hará lo mismo que hará contigo?.
Si , ya me entiendes , darle un hijo para que luego lo para y... - se aproximó a Tristán para que Martín no escuchara nada , aun que estaba deseoso de hacerle sufrir , ya que según él era una bastardo -...se lo lleve muy lejos , para que jamás lo puedas ver.
Tristán lo apartó de su lado con un empujón. Aprovechó que recomponía la posición para sacar el revólver y apuntarle. Carlos sonrió irónico , Qué imbécil , cree que se saldrá con la suya , pensó. Sabiendo que a su hermano solo le movía la vida de Martín , le agarró del brazo izquierdo y lo puso entremedio de ambos.
-Maldito desvergonzado , Martín no tiene culpa alguna de nuestras riñas.
-Oh , lástima , me apetecía que tu hijo estuviese presente en tu muerte.
Martín empezó a ser presa del pánico. Quiso escupir a aquél hombre loco y correr hacía su padre. Tristán se percató de ello.
-Maldito hijo de... - no fue capaz de continuar , su voz se quebraba -. Morirás , te prometo que morirás.
-No si antes yo acabo contigo.
Fue entonces cuando todo sucedió muy rápido; Angustias sujetó a Martín por las ropas alzándole del suelo y llevándolo consigo. Luego Carlos se lanzó sobre Tristán , empezando asín una lucha verdaderamente peligrosa. Fernando se dispuso a huir junto a Angustias con Martín , que gritaba y lloraba implorando a Tristán que le salvara.
Él , impotente , golpeó con todas sus fuerzas a Carlos , logrando retenerlo en el suelo.
Acto seguido corrió hacía Angustias y Fernando , pero este último iba sin arma alguna , así que lo tuvo fácil para apuntarle.
-Soltadlo o acabo con vuestras vidas.
Tristán no comprendió por qué ambos sonreían. Al escuchar pasos tras él , se volvió con un rápido movimiento, pero fue demasiado tarde para parar el golpe que le había tirado al suelo semiinconsciente. Sus ojos empezaban a cerrarse , pensó en Pepa , ¿Qué iba a hacer , decepcionarla? , luego , a lo lejos observó a Martín lloriquear resentido.
¿Pero qué podía hacer él , si sus ojos empezaban a fallarle y sentía la sangre caliente bajar por sus mejillas?
3
No necesitó gran cosa para ir en busca de su hijo. Hizo llamar a sus soldados y les ordenó sin ningún tipo de descanso que empezaran a buscarle con precaución y disimulo.
Los soldados obedecieron , y fueron separándose en grupos: algunos en el bosque , otros en el río , en los caminos...
Tristán se colocó el traje habitual que utilizaba como capitán en misiones como en Cuba , esa misión era sin duda alguna la más delicada. Pensó con orgullo que su hijo estaba vivo y que iba a encontrarle; Sin embargo la lluvia seguía cayendo y dificultó la búsqueda a los soldados. Montó a caballo con agilidad , y se dispuso a ir solo hasta Asturias , sin ningún hombre , cara a cara con Carlos Castro , su hermanastro.
Ninguno de sus hombres sabía de la existencia de aquél plan , Tristán lo ocultaba , él quería encargarse personalmente del bastardo de su hermano. Hacía tiempo que quería acabar con él , pero ése día mas.
Tomó un camino bastante fácil, pero llovía a cántaros y le dificultó el paso entre las piedras.
A medio camino estaba empapado, pero no iba a rendirse , quería recuperar la parte que Pepa añoraba más. Pero por no causarle más sufrimiento tuvo que prometerse a si mismo no cometer ninguna locura que pudiera acabar con su existencia.
El sendero estaba húmedo y resbaladizo, pero llegó a Asturias antes de lo previsto.
A lo lejos se podía apreciar el contorno de una mansión abrasada , sabía con certeza de qué mansión se trataba y a quién le perteneció años atrás. Bajó del caballo y prefirió ir a pie , por si le pillaban con la guardia baja. Se acercó lentamente inconteniendo el pánico y terror que suponía la historia de aquella antigua casona en la cual su hermano , su esposa y Pepa habían dado a resaltar una historia realmente espantosa.
Sin aliento , avanzó hasta los arbustos que cubrían la casona y se protegió allí , por si las moscas. Asomó la cabeza por la banda derecha , pero no vio ni escuchó nada. Ante eso , salió del escondite calmado y caminó sin precaución hasta el camino que daba frente a la casona abandona.
Con los nervios en vilo, observó de más cerca la larga valla que volteaba la casa manifestando un aire misterioso. Sin embargo Tristán avanzó con precaución , observando des de el rabillo del ojo sus espaldas, sabiendo que aquél no era un lugar muy seguro si Martín seguía desaparecido.
Cuando llegó a la base de la casona, se pasmó , observándo y recordando la absurda historia que Angustias le había echo creer. Martín su hijo, ni siquiera habían mantenido más de una relación sexual juntos. De pronto recordó por lo que realmente se estaba poniendo en peligro , ya que sabía con certeza que Carlos y sus cómplices podían aparecer en cualquier momento. Y lo sabía por las huellas de un coche reciente. Quizás de unas tres o cuatro horas. Sin apenas traspasar la puerta que daba con la casona, pudo observar restos que afirmaban lo sucedido seis años atrás. Todo aquello para él supuso una historia interminable , salían teorías de su cabeza entretanto entraba sigilosamente, rozando con los dedos el revólver, que por suerte permanecía cargado.
Finalmente , se decidió a atravesar la puerta que daba con un inquietante umbral. Sin rodeos lo atravesó , pero no pudo evitar sentir una oleada de pánico al observar la vajilla dejada en el suelo, restos de ropa y algún que otro esqueleto.
Entrecerró los ojos al asomarse en una de las habitaciones más extrañas. Indulgente, dejó que el miedo se apoderara de él , cuando , de soslayo , cruzó la habitación y se topó con un cadáver femenino descuartizado. No retrocedió , primero se preguntó de quién se trataba , examinándola. No la reconoció, pero al ver su boca abierta con todas sus fuerzas , supo que había muerto abrasada. Le sorprendió que el cuerpo se mantuviese.
Indignado por no haber encontrado a Martín , salió tras el umbral rechistando consigo mismo , pidiendo a gritos de esperanza encontrar a su hijo.
Al salir por completo de la casona quemada , se topó de frente con quién deseaba encontrarse: Carlos , Fernando , Angustias y , para su esperanza , Martín.
-¡Martín...! - exclamó avanzando hacía él con una sonrisa.
Carlos no permitió que se sobrepasara , así que sacó su revólver y apuntó enorgullecido por tenerle a tiro. Tristán retrocedió con las manos al aire, observando con el cejo fruncido a Martín , que inevitablemente , sufría.
-Así que has decidido por volver a casa... - Carlos sonrió maliciosamente -. Es extraño , a mi hijo no le parece buena idea.
Tristán apretó los dientes ante su comentario, Martín estaba delante. Lo último que deseaba era que Martín se convenciera de que Carlos era su verdadero padre.
-Palabras necias querido hermano – respondió arrugando la nariz -. Sería un verdadero placer ver cómo cuidas de mi hijo.
Sus ironías dejaron carraspeado a Carlos , que dio dos pasos dejando a Matín bajo custodia de Angustias. Ésta sonrió mezquinamente.
-¿Por qué no te limitas a ser obediente y , por una vez en tu miserable vida haces caso de tu hermano mayor?
-¿A qué te refieres con esas sucias palabrerías?
Carlos sacudió la cabeza entretanto sonreía irónico.
-Faltas de sentido común , ¿No te percatas de que Pepa hará lo mismo que hará contigo?.
Si , ya me entiendes , darle un hijo para que luego lo para y... - se aproximó a Tristán para que Martín no escuchara nada , aun que estaba deseoso de hacerle sufrir , ya que según él era una bastardo -...se lo lleve muy lejos , para que jamás lo puedas ver.
Tristán lo apartó de su lado con un empujón. Aprovechó que recomponía la posición para sacar el revólver y apuntarle. Carlos sonrió irónico , Qué imbécil , cree que se saldrá con la suya , pensó. Sabiendo que a su hermano solo le movía la vida de Martín , le agarró del brazo izquierdo y lo puso entremedio de ambos.
-Maldito desvergonzado , Martín no tiene culpa alguna de nuestras riñas.
-Oh , lástima , me apetecía que tu hijo estuviese presente en tu muerte.
Martín empezó a ser presa del pánico. Quiso escupir a aquél hombre loco y correr hacía su padre. Tristán se percató de ello.
-Maldito hijo de... - no fue capaz de continuar , su voz se quebraba -. Morirás , te prometo que morirás.
-No si antes yo acabo contigo.
Fue entonces cuando todo sucedió muy rápido; Angustias sujetó a Martín por las ropas alzándole del suelo y llevándolo consigo. Luego Carlos se lanzó sobre Tristán , empezando asín una lucha verdaderamente peligrosa. Fernando se dispuso a huir junto a Angustias con Martín , que gritaba y lloraba implorando a Tristán que le salvara.
Él , impotente , golpeó con todas sus fuerzas a Carlos , logrando retenerlo en el suelo.
Acto seguido corrió hacía Angustias y Fernando , pero este último iba sin arma alguna , así que lo tuvo fácil para apuntarle.
-Soltadlo o acabo con vuestras vidas.
Tristán no comprendió por qué ambos sonreían. Al escuchar pasos tras él , se volvió con un rápido movimiento, pero fue demasiado tarde para parar el golpe que le había tirado al suelo semiinconsciente. Sus ojos empezaban a cerrarse , pensó en Pepa , ¿Qué iba a hacer , decepcionarla? , luego , a lo lejos observó a Martín lloriquear resentido.
¿Pero qué podía hacer él , si sus ojos empezaban a fallarle y sentía la sangre caliente bajar por sus mejillas?
#48

08/07/2012 18:19
Genial!! Continua!

#49

08/07/2012 18:30
Cris , estupenda , me has dejado con los nervios a flor de piel pero sobre todo y como siempre con ganas de mas jaajaja nos podras dar hoy otros trocitos de tu maravillosa historia? Gracias y un besiito :)
#50

08/07/2012 19:12
Cristina increible me has dejado con los nervios a flor de piel por favor te ruego que continues porque estoy deseosa de saber que pasaa!!! Enhorabuena por tu historia te felicito de corazon. Continua cuando puedas por favor:):)
#51

08/07/2012 19:56
me encantaa! esto es mejor que la novela ahora mismo!

#52

08/07/2012 20:32
Sigue porfa pon otro cachito pronto que me encanta tu historia
#53

08/07/2012 20:43
¡Gracias por los comentarios positivos que vais dejando , de corazón también! :)
Aquí os dejo un cachito, y si queréis esta noche más (¿Realmente es necesario preguntar?) jejeje.
Después de un trayecto de recuperación psicológica , Pepa y Soledad se dispusieron a hablar sobre sus respectivos amoríos , revueltas y viceversa.
Se sentaron en el salón , en silencio , con el reloj anunciando con ligeros toques los segundos que pasaban. Pepa no dejó de pensar qué estaría haciendo Tristán , si ya le habría encontrado o tan solo estaba perdiendo el tiempo. Si era así estaba dispuesta a buscarlo por sus propios medios. Pero tampoco podía recriminar ni pensar de tal forma de su esfuerzo , estaba siendo demasiado injusta , como de costumbre. Intentó pensar en que lo encontraría , si , sería lo más correcto y saludable para ella en esos instantes.
Soledad observó en su cuñada una distracción muy larga. Demasiado.
-¿Pepa? - salió de la distracción sacudiendo la cabeza.
-Estaba pensando en...
-En Martín – adivinó interrumpiéndola. Dio un sorbo al té que Rosario acababa de preparar y observó con la mirada apagada el desastre causado por el fuego en el salón. Francisca iba a ponerse histérica. Pero ahora lo que más le preocupaba era el regreso de su sobrino.
-Si..no puedo dejar de pensar si Tristán lo habrá encontrado o estará perdiendo el tiempo...
-No te preocupes más de la cuenta Pepa – la calmó colocando la mano sobre su hombro -. Tristán siempre a luchado por lo que quiere , y si es por ti y por Martín dará su vida si es menester.
-Yo no deseo que le ocurra nada , eso es lo último que quiero , no volverlo a ver es...un infierno.
-Comprendo tu reacción – respondió sintiéndose identificada con su caso.
Soledad terminó su té tan buen punto cuando Mauricio entró casi tropezando en el salón.
Su rostro estaba serio, asustado , y para ser más realistas atemorizado. Seguro que trae malas noticias , pensó Pepa , dándole al clavo.
Avanzó hacía ellas sin aliento. Pepa se levantó del sillón antes de que Mauricio pudiera hablar. Pepa se temía lo peor , y Soledad se vio reconcomida por los nervios.
-Señoritas , traigo malas noticias – anunció entre jadeos.
-¿Qué malas noticias? - preguntó Pepa con ansiedad -. ¡Vamos habla!
-Se trata de don Tristán: sus soldados le han encontrado inconsciente frente a la casona de los Castro , en Asturias.
Pepa estuvo a punto de derrumbarse , pero se mantuvo en pie por propia voluntad.
Sin embargo no pudo evitar echarse a llorar , temiendo , sufriendo por él.
-¿Dónde está ahora? , ¿Está consciente? - empezó a preguntar acercándose a Mauricio.
-Se halla de camino, y no , no está consciente. Han intentado por todos los medios despertarlo pero...
-¿Qué estás insinuando? - preguntó Pepa entre dientes , retrocediendo. Soledad , cuando la tuvo cerca , se apresuró a sujetarle por los brazos e impedir que cayera al suelo.
-Tristán despertará Pepa , estoy segura – intentó consolar a Pepa lo más sincera que pudo.
Pero ella no era idiota , no iba a quedarse de brazos cruzados , no , se sentía demasiado implicada.
En cuanto la puerta de la casona se abrió y entraron a Tristán entre dos soldados , Pepa corrió hacía él sin aliento , desconsolada. Esperó a que lo subieran a la cama , y cuando lo hicieron lo primero que hizo fue tirarse encima de él suplicándole que despertara.
Los soldados , Mauricio y Soledad decidieron darles intimidad y marcharon al salón indignados , tristes , desolados tan solo pensar en qué pasaría si no despertaba en menos de una hora.
Pepa acarició su rostro varias veces , apoyó la cabeza en su pecho sin cesar de lágrimas indulgentes , y sacudió su cuerpo tan fuerte como pudo.
-¡Despierta Tristán , no mueras por favor! , ¡No me dejes sola ante todo esto!
Gritaba para la pared , se sentía impotente , no podía hacer nada.
Lo sacudió una vez más , comprobó su pulso , pero no era un ritmo normal. Decidió darle aire , haciéndole el boca a boca.
-¡Amor mío no me abandones , eres fuerte , te quiero , por el amor de dios , no me dejes!
Sabía que sus palabras no iban a devolverle a Tristán. Examinó con gestos rápidos la herida que sangraba de su cabeza y supo que la sangre aún salía. Con esperanzas , saltó de la cama , agarró una compresa mojada , la colocó en la herida con rápidamente pero con cuidado. Luego bajó a la carrera en busca de vinagre , para intentar devolverle la conciencia y subió de nuevo , casi tropezando con las escaleras.
Se sentó de nuevo junto a él , destapó el vinagre , colocó una alta cantidad en otra compresa y finalmente la colocó en frente de su nariz.
No despertó de inmediato , pero abrió los ojos lentamente. Aliviada , Pepa se lanzó a sus brazos llorando.
-¡Creía que te morías , que no volverías a reaccionar!
Tristán hizo un gesto doloroso al intentar moverse , pero pudo agarrar su nítida mano para consolarla.
-Siento hacerte pasar esta...penuria...yo... - no tenía suficientes fuerzas como para hablar.
Pepa le hizo callar con un rápido beso y después se levantó para agarrar otra compresa. Esta vez la mojó con un brebaje de hierbas medicinales y la colocó sobre su herida.
El grito ahogado de Tristán fue calmado con un beso cariñoso en la frente. Lo repitió varias veces , hasta que observó que dejaba de salir sangre. Retiró la compresa por enésima vez y le tendió una infusión preparada por Rosario. Él se sentó en la cama , sin dejar de observar el rostro entristecido de Pepa. Recordó , sin previo aviso , cómo Carlos se llevaba a Martín entre lágrimas , y él le suplicaba que lo rescatara.
Pepa le notó distante , sometido en algún lugar inalcanzable para ella.
-¿Qué te ha pasado? - preguntó para romper el silencio.
Él tensó los músculos y entristeció su mirada.
-Lo siento Pepa , no pude salvar a Martín , Carlos me golpeó con la pistola justo cuando iba a tenerle conmigo...
-Has arriesgado tu vida por mi hijo , ¿Por qué te disculpas?. Sé que no está aquí , más me gustaría poderle abrazar...pero...cuando te he visto desfallecido , al borde de la muerte...
sólo podía pensar en qué sería de mi sin tu existencia , estás haciendo mucho por mi Tristán.
Tristán observó cómo lágrimas incontenibles se deslizaban por las mejillas de Pepa. Su Pepa. Le tomó la mano en manifiesto de todo lo que sentía por ella , si , se había arriesgado por ellos y se sentía orgulloso.
Aquí os dejo un cachito, y si queréis esta noche más (¿Realmente es necesario preguntar?) jejeje.
Después de un trayecto de recuperación psicológica , Pepa y Soledad se dispusieron a hablar sobre sus respectivos amoríos , revueltas y viceversa.
Se sentaron en el salón , en silencio , con el reloj anunciando con ligeros toques los segundos que pasaban. Pepa no dejó de pensar qué estaría haciendo Tristán , si ya le habría encontrado o tan solo estaba perdiendo el tiempo. Si era así estaba dispuesta a buscarlo por sus propios medios. Pero tampoco podía recriminar ni pensar de tal forma de su esfuerzo , estaba siendo demasiado injusta , como de costumbre. Intentó pensar en que lo encontraría , si , sería lo más correcto y saludable para ella en esos instantes.
Soledad observó en su cuñada una distracción muy larga. Demasiado.
-¿Pepa? - salió de la distracción sacudiendo la cabeza.
-Estaba pensando en...
-En Martín – adivinó interrumpiéndola. Dio un sorbo al té que Rosario acababa de preparar y observó con la mirada apagada el desastre causado por el fuego en el salón. Francisca iba a ponerse histérica. Pero ahora lo que más le preocupaba era el regreso de su sobrino.
-Si..no puedo dejar de pensar si Tristán lo habrá encontrado o estará perdiendo el tiempo...
-No te preocupes más de la cuenta Pepa – la calmó colocando la mano sobre su hombro -. Tristán siempre a luchado por lo que quiere , y si es por ti y por Martín dará su vida si es menester.
-Yo no deseo que le ocurra nada , eso es lo último que quiero , no volverlo a ver es...un infierno.
-Comprendo tu reacción – respondió sintiéndose identificada con su caso.
Soledad terminó su té tan buen punto cuando Mauricio entró casi tropezando en el salón.
Su rostro estaba serio, asustado , y para ser más realistas atemorizado. Seguro que trae malas noticias , pensó Pepa , dándole al clavo.
Avanzó hacía ellas sin aliento. Pepa se levantó del sillón antes de que Mauricio pudiera hablar. Pepa se temía lo peor , y Soledad se vio reconcomida por los nervios.
-Señoritas , traigo malas noticias – anunció entre jadeos.
-¿Qué malas noticias? - preguntó Pepa con ansiedad -. ¡Vamos habla!
-Se trata de don Tristán: sus soldados le han encontrado inconsciente frente a la casona de los Castro , en Asturias.
Pepa estuvo a punto de derrumbarse , pero se mantuvo en pie por propia voluntad.
Sin embargo no pudo evitar echarse a llorar , temiendo , sufriendo por él.
-¿Dónde está ahora? , ¿Está consciente? - empezó a preguntar acercándose a Mauricio.
-Se halla de camino, y no , no está consciente. Han intentado por todos los medios despertarlo pero...
-¿Qué estás insinuando? - preguntó Pepa entre dientes , retrocediendo. Soledad , cuando la tuvo cerca , se apresuró a sujetarle por los brazos e impedir que cayera al suelo.
-Tristán despertará Pepa , estoy segura – intentó consolar a Pepa lo más sincera que pudo.
Pero ella no era idiota , no iba a quedarse de brazos cruzados , no , se sentía demasiado implicada.
En cuanto la puerta de la casona se abrió y entraron a Tristán entre dos soldados , Pepa corrió hacía él sin aliento , desconsolada. Esperó a que lo subieran a la cama , y cuando lo hicieron lo primero que hizo fue tirarse encima de él suplicándole que despertara.
Los soldados , Mauricio y Soledad decidieron darles intimidad y marcharon al salón indignados , tristes , desolados tan solo pensar en qué pasaría si no despertaba en menos de una hora.
Pepa acarició su rostro varias veces , apoyó la cabeza en su pecho sin cesar de lágrimas indulgentes , y sacudió su cuerpo tan fuerte como pudo.
-¡Despierta Tristán , no mueras por favor! , ¡No me dejes sola ante todo esto!
Gritaba para la pared , se sentía impotente , no podía hacer nada.
Lo sacudió una vez más , comprobó su pulso , pero no era un ritmo normal. Decidió darle aire , haciéndole el boca a boca.
-¡Amor mío no me abandones , eres fuerte , te quiero , por el amor de dios , no me dejes!
Sabía que sus palabras no iban a devolverle a Tristán. Examinó con gestos rápidos la herida que sangraba de su cabeza y supo que la sangre aún salía. Con esperanzas , saltó de la cama , agarró una compresa mojada , la colocó en la herida con rápidamente pero con cuidado. Luego bajó a la carrera en busca de vinagre , para intentar devolverle la conciencia y subió de nuevo , casi tropezando con las escaleras.
Se sentó de nuevo junto a él , destapó el vinagre , colocó una alta cantidad en otra compresa y finalmente la colocó en frente de su nariz.
No despertó de inmediato , pero abrió los ojos lentamente. Aliviada , Pepa se lanzó a sus brazos llorando.
-¡Creía que te morías , que no volverías a reaccionar!
Tristán hizo un gesto doloroso al intentar moverse , pero pudo agarrar su nítida mano para consolarla.
-Siento hacerte pasar esta...penuria...yo... - no tenía suficientes fuerzas como para hablar.
Pepa le hizo callar con un rápido beso y después se levantó para agarrar otra compresa. Esta vez la mojó con un brebaje de hierbas medicinales y la colocó sobre su herida.
El grito ahogado de Tristán fue calmado con un beso cariñoso en la frente. Lo repitió varias veces , hasta que observó que dejaba de salir sangre. Retiró la compresa por enésima vez y le tendió una infusión preparada por Rosario. Él se sentó en la cama , sin dejar de observar el rostro entristecido de Pepa. Recordó , sin previo aviso , cómo Carlos se llevaba a Martín entre lágrimas , y él le suplicaba que lo rescatara.
Pepa le notó distante , sometido en algún lugar inalcanzable para ella.
-¿Qué te ha pasado? - preguntó para romper el silencio.
Él tensó los músculos y entristeció su mirada.
-Lo siento Pepa , no pude salvar a Martín , Carlos me golpeó con la pistola justo cuando iba a tenerle conmigo...
-Has arriesgado tu vida por mi hijo , ¿Por qué te disculpas?. Sé que no está aquí , más me gustaría poderle abrazar...pero...cuando te he visto desfallecido , al borde de la muerte...
sólo podía pensar en qué sería de mi sin tu existencia , estás haciendo mucho por mi Tristán.
Tristán observó cómo lágrimas incontenibles se deslizaban por las mejillas de Pepa. Su Pepa. Le tomó la mano en manifiesto de todo lo que sentía por ella , si , se había arriesgado por ellos y se sentía orgulloso.
#54

08/07/2012 20:44
El trozo que continúa , que no me cabe.
-Me he arriesgado por los dos porque sois la luz que me guía en esta corpulenta oscuridad.
Sin pensarlo dos veces , y embargada por la felicidad que suponía tenerle junto a ella , lo besó con la pasión más desenfrenada que jamás habría imaginado.
Cuando se alejó , comprendió que aun quedaba mucho para tenerle de vuelta , y más con Tristán en el lecho , descansando.
La observó sometida en sus pensamientos entretanto sufría al verle tan pensativa.
-¿Que barruntas?
-Pienso en como lo haré para localizar a Martín teniéndote en el lecho.
Tristán hizo lo posible por inclinarse. Pepa se lo impidió colocando las manos sobre su pecho.
-Tú de aquí no te mueves – le dijo entornando las cejas.
-Pepa tampoco es nada grave...
Le mandó callar colocando el dedo índice sobre sus labios. No estaba dispuesta a discutir con él , debía guardar reposo. Entretanto , le preparó un baño de agua caliente con hierbas relajantes , pero él permanecía pensando en Martín, en Carlos , la casona...
-Te he preparado un baño para que calmes tu conciencia – anunció con un hilo de voz.
Tristán volvió la vista hacía ella con una pícara sonrisa.
-Gracias , pero no debías molestarte.
-No es molestia alguna , soldado – bromeó entre dientes. Ella también estaba indignada.
Tristán se levantó con mucho esfuerzo ayudado por Pepa. Lo condujo hasta la bañera , le dejó allí de pie e hizo ademán de irse. Tristán quiso ofrecerle que se bañara con él , pero conociéndole se negaría. Pero lo intentó.
-¿Quieres compartir este baño conmigo?
Pepa agachó la mirada sin volverse hacía él. Sonrió silenciosamente , no era capaz de saber de dónde le nacían las ganas de sonreír. Se volvió hacía Tristán lentamente , y cuando le miró a los ojos , descubrió que centelleaban vivamente.
-Creo que deberías relajarte y tomar este baño solo – se excusó.
Tristán avanzó hacía ella tomándole de las manos y acto seguido las besó dulcemente.
Pepa no pudo evitar sentir un escalofrío.
-Vamos Pepa , ni todas las preocupaciones del mundo pueden con las ganas que tengo de acariciarte – se confesó atrayéndola contra su pecho. Pepa colocó las manos sobre su pecho, el pulso se le aceleró precipitadamente.
-No seas pasional , no se si ahora es el mejor momento.
Comprendió su estado de ánimo de inmediatamente. Se alejó de ella lentamente , analizando cada facción de su rostro.
Convencida de que se había comportado mal con su amado , alargó la mano hasta el primer botón de su chaleco y lo desabrochó con tanta lentitud que hacía compadecer a Tristán.
Sabía que aquél no era un buen momento para yacer juntos , para amarse. Le apartó suavemente las manos de su pecho , y las tomó entre las suyas.
-No es menester que hagamos el amor – le susurró observando en sus centelleantes ojos dos lágrimas persistentes -. Ya me tomaré el baño yo solo , no te preocupes.
Pepa soltó las manos de Tristán para aproximarlas hacía su rostro. Él permaneció indeciso , no sabía si tomarla en sus brazos e hacerle el amor como un loco , o penar con ella.
-Tristán tú mismo me dices que no debo inclinarme ante el dolor pero sin embargo tú me implicas a que lo haga.
-¿Qué? - preguntó fuera de lugar - , ¿Por qué dices eso?
-Pues porque primero me galanteas para hacer el amor cuando te preparo un baño y después deseo hacerlo y me rechazas , ¿Le ocurre algo a su mollera , soldado?
Tristán se acercó a ella con una risa burlona entretanto la sujetaba por la cintura. Pepa obtuvo la respuesta a la decisión de librarse por unos minutos de las penurias , aun que era consciente de los problemas estuviese o no compartiendo lecho con Tristán.
-Si – respondió casi en susurro - , que me estás volviendo loco , partera.
Con una lujuria incontenible , Tristán se lanzó sobre ella empujándola contra el lecho , decidido a pasar del dolor por unos minutos , dispuesto a hacer olvidar a Pepa todo dolor existente en ella.
-Me he arriesgado por los dos porque sois la luz que me guía en esta corpulenta oscuridad.
Sin pensarlo dos veces , y embargada por la felicidad que suponía tenerle junto a ella , lo besó con la pasión más desenfrenada que jamás habría imaginado.
Cuando se alejó , comprendió que aun quedaba mucho para tenerle de vuelta , y más con Tristán en el lecho , descansando.
La observó sometida en sus pensamientos entretanto sufría al verle tan pensativa.
-¿Que barruntas?
-Pienso en como lo haré para localizar a Martín teniéndote en el lecho.
Tristán hizo lo posible por inclinarse. Pepa se lo impidió colocando las manos sobre su pecho.
-Tú de aquí no te mueves – le dijo entornando las cejas.
-Pepa tampoco es nada grave...
Le mandó callar colocando el dedo índice sobre sus labios. No estaba dispuesta a discutir con él , debía guardar reposo. Entretanto , le preparó un baño de agua caliente con hierbas relajantes , pero él permanecía pensando en Martín, en Carlos , la casona...
-Te he preparado un baño para que calmes tu conciencia – anunció con un hilo de voz.
Tristán volvió la vista hacía ella con una pícara sonrisa.
-Gracias , pero no debías molestarte.
-No es molestia alguna , soldado – bromeó entre dientes. Ella también estaba indignada.
Tristán se levantó con mucho esfuerzo ayudado por Pepa. Lo condujo hasta la bañera , le dejó allí de pie e hizo ademán de irse. Tristán quiso ofrecerle que se bañara con él , pero conociéndole se negaría. Pero lo intentó.
-¿Quieres compartir este baño conmigo?
Pepa agachó la mirada sin volverse hacía él. Sonrió silenciosamente , no era capaz de saber de dónde le nacían las ganas de sonreír. Se volvió hacía Tristán lentamente , y cuando le miró a los ojos , descubrió que centelleaban vivamente.
-Creo que deberías relajarte y tomar este baño solo – se excusó.
Tristán avanzó hacía ella tomándole de las manos y acto seguido las besó dulcemente.
Pepa no pudo evitar sentir un escalofrío.
-Vamos Pepa , ni todas las preocupaciones del mundo pueden con las ganas que tengo de acariciarte – se confesó atrayéndola contra su pecho. Pepa colocó las manos sobre su pecho, el pulso se le aceleró precipitadamente.
-No seas pasional , no se si ahora es el mejor momento.
Comprendió su estado de ánimo de inmediatamente. Se alejó de ella lentamente , analizando cada facción de su rostro.
Convencida de que se había comportado mal con su amado , alargó la mano hasta el primer botón de su chaleco y lo desabrochó con tanta lentitud que hacía compadecer a Tristán.
Sabía que aquél no era un buen momento para yacer juntos , para amarse. Le apartó suavemente las manos de su pecho , y las tomó entre las suyas.
-No es menester que hagamos el amor – le susurró observando en sus centelleantes ojos dos lágrimas persistentes -. Ya me tomaré el baño yo solo , no te preocupes.
Pepa soltó las manos de Tristán para aproximarlas hacía su rostro. Él permaneció indeciso , no sabía si tomarla en sus brazos e hacerle el amor como un loco , o penar con ella.
-Tristán tú mismo me dices que no debo inclinarme ante el dolor pero sin embargo tú me implicas a que lo haga.
-¿Qué? - preguntó fuera de lugar - , ¿Por qué dices eso?
-Pues porque primero me galanteas para hacer el amor cuando te preparo un baño y después deseo hacerlo y me rechazas , ¿Le ocurre algo a su mollera , soldado?
Tristán se acercó a ella con una risa burlona entretanto la sujetaba por la cintura. Pepa obtuvo la respuesta a la decisión de librarse por unos minutos de las penurias , aun que era consciente de los problemas estuviese o no compartiendo lecho con Tristán.
-Si – respondió casi en susurro - , que me estás volviendo loco , partera.
Con una lujuria incontenible , Tristán se lanzó sobre ella empujándola contra el lecho , decidido a pasar del dolor por unos minutos , dispuesto a hacer olvidar a Pepa todo dolor existente en ella.
#55

08/07/2012 22:55
Cristina eso ni se pregunta jejejeje sigue sigue
#56

08/07/2012 23:12
Buenas noches.... aquí un trocito por petición ehh :)
Implicada a sufrir , Soledad caminó indecisa por el jardín de la casona. ¿Qué le pasaba , se estaba trastornando? , su madre podría llegar en cualquier momento y descubrir su encuentro con Juan Castañeda. ¿Pero qué más daba , si Tristán también sería descubierto en el lecho junto a Pepa? Claro que a su hermano le era indiferente la opinión de Francisca , por lo tanto hacía lo que le venía en gana , fuera o no de su gusto.
Pensó en tener tantos arrestos como él , pero le vino en mente que ella era una mujer , por lo tanto no tenía nada que hacer. Se dejó caer en la silla más próxima y observó con sobresalto cómo Juan se acercaba a ella con un ramo de rosas rojas.
Con una sonrisa de emoción , se levantó de un saltó y Juan la recibió en sus brazos.
-Te he estado esperando una eternidad – le explicó recuperando la compostura.
-Lo lamento, he estado entretenido recogiendo estas hermosas rosas , para una mujer hermosa... - le halagó entregándole el ramo con una sonrisa pícara.
Ambos se besaron con pasión, con la desesperación de meses sin verse. Soledad acarició su cabello entretanto observaba distraída el ramo de rosas.
-¿Para cuando el regreso de Francisca?
-Llegará mañana , o puede que pasado...no lo sé , ¿Por qué debería importarme?
-Pues por qué quería pasar tiempo contigo mi amor – susurró atrayéndole hacía él.
-Tiempo pasaremos , todo el tiempo que nos sea de carencia.
-Carencia de ti tengo – le susurró entre una sonrisa.
-Yo tenía otros planes , Juan. Había pensado en dar un paseo por un sitio muy bonito y de paso cenar por los alrededores en el río.
Juan torció las facciones no muy convencido con la idea. Pero, ¿Cómo iba a oponerse teniendo ante él a una mujer sumamente hermosa?
-Es una muy buena idea – respondió -. ¿Nos vamos ya?
Sonrió con idoneidad , convencido de que allí podría seducirla y pasar mucho tiempo con ella. Sin emplear ninguna palabra, la agarró de la mano con fuerza y salieron del jardín con la esperanza de pasar una noche romántica.
Sin fuerza alguna, Martín intentó buscar el método de escapar de Angustias , pero ésta no se lo ponía fácil , le retenía sobre la falda , aun que él se resistía.
-Hijo mío , has de entender que Tristán no es tu verdadero padre , es Fernando.
-No te creo bruja – respondió.
Angustias agarró a Martín por el brazo izquierdo atrayéndole hacía ella , para tenerle más cerca. Martín sin embargo tuvo un miedo remoto hacía aquella mujer , y a pesar de tener seis años , fue consciente de que no era su madre la que le sujetaba con fuerza por el brazo.
Unos avispados pasos se acercaron a ellos. Al parecer Carlos y Fernando habían llegado a la conclusión de que aquella cueva impregnada de humedad no hacía más que ponerles en peligro y enfermarles.
-¿Noticias nuevas? - preguntó Angustias dejando a Martín en el suelo sin prevención de caída.
-Si, al parecer unos soldados mandados por mi maldito hermanastro están cubriendo todos los caminos posibles para escapar – explicó Carlos tomando entre sus manos una botella de jerez.
-¿Y qué vamos a hacer? - preguntó Angustias con ansiedad - , mientras esa maldita partera siga luchando para conseguir que Tristán entre en razón para ir en busca de este bastardo , seguirán impediéndonos el paso.
-No Angustias , aun que ésa fulana no luchara ni se esforzara mi hermano daría su vida por su hijo .
-Así pues , no nos sirve de nada acabar con esa partera del demonio ¿No es asín? , por qué ya lo intentamos quemando la casona en su presencia y no sirvió de nada.
Fernando y Carlos intercambiaron una mirada de complicidad.
-Paciencia Angustias , hay otro plan más irracional , más directo – dijo Fernando tomándole por la barbilla.
-¿De qué plan me hablas?
-Hablo de secuestrar a la partera, tenerla pegada al maldito niño tal y como desea , pero no a su merced.
-¿A qué te refieres? - Angustias no soportaría que ésa mujer se acercara a ella.
-Me refiero a hacer sufrir de tal manera a Tristán que no le quede otro remedio que elegir entre su propia vida o la de su amada y su supuesto hijo.
Angustias y Carlos sonrieron maliciosamente.
-Es un buen plan , amor mío – confesó deslizando la mano por su pecho - , pero ¿Para qué secuestrarle , sólo deseamos tener a Martín en nuestra posesión , no es cierto?
Carlos apartó a Fernando con lentitud , se aproximó a ella con una sonrisa cómplice y sacudió la cabeza.
-No estás en lo que debes estar querida Angustias , deberías saber que deseo la muerte de mi hermano con intensidad, deseo verle sufriendo , deseo que se rinda a mis pies , cómo un día hice yo y se divirtió mucho , pero la venganza es mi punto fuerte , y soy consciente de que Pepa y Martín son sus debilidades , daría su vida por ello. Resumiendo: deseo humillarle ante nosotros, que se percate de una maldita vez de que mi orgullo está por encima del suyo.
Además , tu querido Fernando tiene a sus soldados bajo chantaje ¿Qué puede ir mal?
Se dispusieron a bajar del dormitorio exhaustos , pero sobretodo complacidos. Sonreían cómo si la noticia de que Martín estaba en regreso les hubiera fulminado , pero en ese caso no era asín. Se arreglaron las ropas con aprisa entretanto se dirigían a Mauricio, que les traía noticias.
Le encontraron recodado en la pared, haciendo movimientos rápidos con el látigo.
-¿Traes noticias? - preguntó Tristán.
-Así es don Tristán.
-Cuente , pues – le dijo atizando las manos en un gesto de suma necesidad. Pepa agarró la mano de Tristán con inquietud e intentó pensar en que serían buenas noticias las que traía.
-Los soldados que tiene vigilando los caminos junto con los jornaleros han avispado un rastro hacía uno de los caminos más rocosos, y al parecer hay señales de paso en coche , mi señor.
Implicada a sufrir , Soledad caminó indecisa por el jardín de la casona. ¿Qué le pasaba , se estaba trastornando? , su madre podría llegar en cualquier momento y descubrir su encuentro con Juan Castañeda. ¿Pero qué más daba , si Tristán también sería descubierto en el lecho junto a Pepa? Claro que a su hermano le era indiferente la opinión de Francisca , por lo tanto hacía lo que le venía en gana , fuera o no de su gusto.
Pensó en tener tantos arrestos como él , pero le vino en mente que ella era una mujer , por lo tanto no tenía nada que hacer. Se dejó caer en la silla más próxima y observó con sobresalto cómo Juan se acercaba a ella con un ramo de rosas rojas.
Con una sonrisa de emoción , se levantó de un saltó y Juan la recibió en sus brazos.
-Te he estado esperando una eternidad – le explicó recuperando la compostura.
-Lo lamento, he estado entretenido recogiendo estas hermosas rosas , para una mujer hermosa... - le halagó entregándole el ramo con una sonrisa pícara.
Ambos se besaron con pasión, con la desesperación de meses sin verse. Soledad acarició su cabello entretanto observaba distraída el ramo de rosas.
-¿Para cuando el regreso de Francisca?
-Llegará mañana , o puede que pasado...no lo sé , ¿Por qué debería importarme?
-Pues por qué quería pasar tiempo contigo mi amor – susurró atrayéndole hacía él.
-Tiempo pasaremos , todo el tiempo que nos sea de carencia.
-Carencia de ti tengo – le susurró entre una sonrisa.
-Yo tenía otros planes , Juan. Había pensado en dar un paseo por un sitio muy bonito y de paso cenar por los alrededores en el río.
Juan torció las facciones no muy convencido con la idea. Pero, ¿Cómo iba a oponerse teniendo ante él a una mujer sumamente hermosa?
-Es una muy buena idea – respondió -. ¿Nos vamos ya?
Sonrió con idoneidad , convencido de que allí podría seducirla y pasar mucho tiempo con ella. Sin emplear ninguna palabra, la agarró de la mano con fuerza y salieron del jardín con la esperanza de pasar una noche romántica.
Sin fuerza alguna, Martín intentó buscar el método de escapar de Angustias , pero ésta no se lo ponía fácil , le retenía sobre la falda , aun que él se resistía.
-Hijo mío , has de entender que Tristán no es tu verdadero padre , es Fernando.
-No te creo bruja – respondió.
Angustias agarró a Martín por el brazo izquierdo atrayéndole hacía ella , para tenerle más cerca. Martín sin embargo tuvo un miedo remoto hacía aquella mujer , y a pesar de tener seis años , fue consciente de que no era su madre la que le sujetaba con fuerza por el brazo.
Unos avispados pasos se acercaron a ellos. Al parecer Carlos y Fernando habían llegado a la conclusión de que aquella cueva impregnada de humedad no hacía más que ponerles en peligro y enfermarles.
-¿Noticias nuevas? - preguntó Angustias dejando a Martín en el suelo sin prevención de caída.
-Si, al parecer unos soldados mandados por mi maldito hermanastro están cubriendo todos los caminos posibles para escapar – explicó Carlos tomando entre sus manos una botella de jerez.
-¿Y qué vamos a hacer? - preguntó Angustias con ansiedad - , mientras esa maldita partera siga luchando para conseguir que Tristán entre en razón para ir en busca de este bastardo , seguirán impediéndonos el paso.
-No Angustias , aun que ésa fulana no luchara ni se esforzara mi hermano daría su vida por su hijo .
-Así pues , no nos sirve de nada acabar con esa partera del demonio ¿No es asín? , por qué ya lo intentamos quemando la casona en su presencia y no sirvió de nada.
Fernando y Carlos intercambiaron una mirada de complicidad.
-Paciencia Angustias , hay otro plan más irracional , más directo – dijo Fernando tomándole por la barbilla.
-¿De qué plan me hablas?
-Hablo de secuestrar a la partera, tenerla pegada al maldito niño tal y como desea , pero no a su merced.
-¿A qué te refieres? - Angustias no soportaría que ésa mujer se acercara a ella.
-Me refiero a hacer sufrir de tal manera a Tristán que no le quede otro remedio que elegir entre su propia vida o la de su amada y su supuesto hijo.
Angustias y Carlos sonrieron maliciosamente.
-Es un buen plan , amor mío – confesó deslizando la mano por su pecho - , pero ¿Para qué secuestrarle , sólo deseamos tener a Martín en nuestra posesión , no es cierto?
Carlos apartó a Fernando con lentitud , se aproximó a ella con una sonrisa cómplice y sacudió la cabeza.
-No estás en lo que debes estar querida Angustias , deberías saber que deseo la muerte de mi hermano con intensidad, deseo verle sufriendo , deseo que se rinda a mis pies , cómo un día hice yo y se divirtió mucho , pero la venganza es mi punto fuerte , y soy consciente de que Pepa y Martín son sus debilidades , daría su vida por ello. Resumiendo: deseo humillarle ante nosotros, que se percate de una maldita vez de que mi orgullo está por encima del suyo.
Además , tu querido Fernando tiene a sus soldados bajo chantaje ¿Qué puede ir mal?
Se dispusieron a bajar del dormitorio exhaustos , pero sobretodo complacidos. Sonreían cómo si la noticia de que Martín estaba en regreso les hubiera fulminado , pero en ese caso no era asín. Se arreglaron las ropas con aprisa entretanto se dirigían a Mauricio, que les traía noticias.
Le encontraron recodado en la pared, haciendo movimientos rápidos con el látigo.
-¿Traes noticias? - preguntó Tristán.
-Así es don Tristán.
-Cuente , pues – le dijo atizando las manos en un gesto de suma necesidad. Pepa agarró la mano de Tristán con inquietud e intentó pensar en que serían buenas noticias las que traía.
-Los soldados que tiene vigilando los caminos junto con los jornaleros han avispado un rastro hacía uno de los caminos más rocosos, y al parecer hay señales de paso en coche , mi señor.
#57

08/07/2012 23:19
Continuación del trozo...
Tristán hizo un paso adelante parpadeando, pensando en el camino del que Mauricio le había hablado.
-¿Qué tipo de rastro?
-Una chaquetilla de niño, seguramente de su hijo Martín – le confesó mostrando la chaqueta desliñada cubierta de barro. Pepa se precipito , sujetó la chaqueta con todas sus fuerzas y la olisqueó sin dejar de pensar negativamente.
-Al parecer han sido tan indiscretos de dejar una pista – concluyó Tristán dejando unos segundos de intimidad a Pepa -. Quiero que todos mis soldados vayan por ese camino , y que no descansen hasta dar con mi hijo.
-Así se hará don Tristán – hizo una reverencia torpe -. Pero permitirme que le diga que sus soldados no actúan como se les manda.
-¿Pero qué estás diciendo? - preguntó sorprendido - , yo mismo di órdenes estrictas de actuar sin ningún tipo de reversión.
-Yo solo me ocupo de observar y informar mi señor. Y le comunico lo que he visto , nada más.
-Buen trabajo Mauricio – terminó con un suspiro golpeándole la espalda.
Pensó sin cesar en la manera de ver con sus propios ojos aquella información , y quería hacerlo cuanto antes. La única manera que vio posible fue sometiéndose en la búsqueda.
-Mauricio – le llamó antes de que saliera del salón. Se volvió lentamente -, voy a someterme en la búsqueda.
-Avisaré a sus soldados de inmediato.
-No, no lo harás.
Pepa frunció el cejo y se acercó a Tristán algo alarmada.
-¿Y por qué no quieres informar a tus soldados de tu presencia? , ¿Es que piensas hacerlo con discreción?
-Lo haré con la mayor discreción posible, me parece que en este asunto hay gato encerrado.
-Intuyo lo mismo , señor.
-Pues entonces no avises de mi partida hacía aquél camino rocoso en donde encontraron la chaqueta de Martín – se acercó a Mauricio decidido -. Y quiero que sepas que arriesgaré mi vida por mi hijo, así que si mañana madre ha regresado de su viaje y no me encuentra: dígale lo sucedido, pero jamás le cuente que lo llevo con discreción.
-Haré todo lo que se me mande , mi señor , pero tenga en cuenta que doña Francisca no es idiota.
-Lo se con certeza, por eso prevengo con discreción.
Mauricio asintió con rapidez y partió del salón dejando un aire de tensión entre Pepa y Tristán. Ella se quedó confundida delante de él, perpleja , sin soltar la chaqueta. Tristán avanzó hacía ella con la intención de tranquilizarla.
-¿Qué piensas hacer con tanta discreción? , Y no te me excuses diciéndome que es similar a una de tus luchas en Cuba porque no me lo trago.
-No voy a excusarme. Pepa , si llevo con tanta discreción este caso es porque Fernando, mi teniente, puede que esté manejando a mis soldados en nuestra contra.
-¿Y qué vas a hacer? , ¿Exponerte ante él para que todos tus soldados acaben con tu vida?
No Tristán , no permitiré que vayas en busca de mi hijo y que ambos no regreséis.
Tristán observó el rostro atemorizado de Pepa, pero adivinó que no era temor a la muerte , si no a quedarse completamente sola.
-Mi amor, debo arriesgarme, es eso o la vida de nuestro hijo – le explicó agarrándole de las manos con ternura -. Ten presente que somos pocos a favor que en contra de que Martín regrese.
-¿Has parado a pensar qué sería de mi si tú desaparecieras antes de tomar una decisión?. Carlos quiere arremeter contra mi, me quiere ver muerta y hacerme sufrir.
Con impotencia y desesperación, Tristán atrajo a Pepa contra su pecho y la apretó con todas sus fuerzas, transmitiéndole seguridad.
-Lo he pensado Pepa , pero imagínate: yo no me arriesgo , no me uno en la búsqueda de manera discreta , ¿Qué pasaría?
-Eso yo no lo sé, tú eres el experto ¿No?
-Pepa no empecemos por dios...
-Ni por dios ni por nadie – se deshizo de él con brusquedad -. Yo quiero a Martín en mis brazos, pero tú también formas parte de mi corazón y si te pasa algo se partirá en dos. ¿Sabes lo que significa eso ,verdad? , Qué tendré que ir yo en busca de Martín , y como bien necia que soy moriré en el intento.
-No eches a perder mi seguridad.
-No puedo evitarlo , no puedo evitar pensar que a los dos hombres que más amo en este mundo vayan a desaparecer , ¿Qué será de mi?
Sin responder, la abrazó calmando su aversión, su llanto acelerado le hacía darse cuenta de que realmente debería ir con prudencia y intentar mantener al margen de todo a Pepa , mal que le pesase. Le acarició suavemente el cabello olisqueándola.
-Pepa no quiero que te abatas tan rápidamente , tu eres una mujer fuerte y debes tener presente que aunque no haya engredado a Martín me arriesgaré por él. Pero por ello necesito que confíes en mi, que me prometas que no te comerás la cabeza en mi ausencia.
-Y yo quiero que tengas presente que eres el padre de mi hijo, olvido por completo mi pasado para adentrarme con los dos en una vida nueva. Pero no podré evitar comerme la sesera , eso es realmente imposible.
Deslizó la mano por el interior de la chaqueta de cuero de Tristán, buscando calor con desesperación. Notó aquél sentimiento de inmediato , y la aferró con más fuerza a él, susurrándole que la amaba con todas sus fuerzas y que regresaría sano y salvo.
-Dios te oiga Tristán , eso si realmente existe – musitó , fundiéndose en un intenso abrazo
Tristán hizo un paso adelante parpadeando, pensando en el camino del que Mauricio le había hablado.
-¿Qué tipo de rastro?
-Una chaquetilla de niño, seguramente de su hijo Martín – le confesó mostrando la chaqueta desliñada cubierta de barro. Pepa se precipito , sujetó la chaqueta con todas sus fuerzas y la olisqueó sin dejar de pensar negativamente.
-Al parecer han sido tan indiscretos de dejar una pista – concluyó Tristán dejando unos segundos de intimidad a Pepa -. Quiero que todos mis soldados vayan por ese camino , y que no descansen hasta dar con mi hijo.
-Así se hará don Tristán – hizo una reverencia torpe -. Pero permitirme que le diga que sus soldados no actúan como se les manda.
-¿Pero qué estás diciendo? - preguntó sorprendido - , yo mismo di órdenes estrictas de actuar sin ningún tipo de reversión.
-Yo solo me ocupo de observar y informar mi señor. Y le comunico lo que he visto , nada más.
-Buen trabajo Mauricio – terminó con un suspiro golpeándole la espalda.
Pensó sin cesar en la manera de ver con sus propios ojos aquella información , y quería hacerlo cuanto antes. La única manera que vio posible fue sometiéndose en la búsqueda.
-Mauricio – le llamó antes de que saliera del salón. Se volvió lentamente -, voy a someterme en la búsqueda.
-Avisaré a sus soldados de inmediato.
-No, no lo harás.
Pepa frunció el cejo y se acercó a Tristán algo alarmada.
-¿Y por qué no quieres informar a tus soldados de tu presencia? , ¿Es que piensas hacerlo con discreción?
-Lo haré con la mayor discreción posible, me parece que en este asunto hay gato encerrado.
-Intuyo lo mismo , señor.
-Pues entonces no avises de mi partida hacía aquél camino rocoso en donde encontraron la chaqueta de Martín – se acercó a Mauricio decidido -. Y quiero que sepas que arriesgaré mi vida por mi hijo, así que si mañana madre ha regresado de su viaje y no me encuentra: dígale lo sucedido, pero jamás le cuente que lo llevo con discreción.
-Haré todo lo que se me mande , mi señor , pero tenga en cuenta que doña Francisca no es idiota.
-Lo se con certeza, por eso prevengo con discreción.
Mauricio asintió con rapidez y partió del salón dejando un aire de tensión entre Pepa y Tristán. Ella se quedó confundida delante de él, perpleja , sin soltar la chaqueta. Tristán avanzó hacía ella con la intención de tranquilizarla.
-¿Qué piensas hacer con tanta discreción? , Y no te me excuses diciéndome que es similar a una de tus luchas en Cuba porque no me lo trago.
-No voy a excusarme. Pepa , si llevo con tanta discreción este caso es porque Fernando, mi teniente, puede que esté manejando a mis soldados en nuestra contra.
-¿Y qué vas a hacer? , ¿Exponerte ante él para que todos tus soldados acaben con tu vida?
No Tristán , no permitiré que vayas en busca de mi hijo y que ambos no regreséis.
Tristán observó el rostro atemorizado de Pepa, pero adivinó que no era temor a la muerte , si no a quedarse completamente sola.
-Mi amor, debo arriesgarme, es eso o la vida de nuestro hijo – le explicó agarrándole de las manos con ternura -. Ten presente que somos pocos a favor que en contra de que Martín regrese.
-¿Has parado a pensar qué sería de mi si tú desaparecieras antes de tomar una decisión?. Carlos quiere arremeter contra mi, me quiere ver muerta y hacerme sufrir.
Con impotencia y desesperación, Tristán atrajo a Pepa contra su pecho y la apretó con todas sus fuerzas, transmitiéndole seguridad.
-Lo he pensado Pepa , pero imagínate: yo no me arriesgo , no me uno en la búsqueda de manera discreta , ¿Qué pasaría?
-Eso yo no lo sé, tú eres el experto ¿No?
-Pepa no empecemos por dios...
-Ni por dios ni por nadie – se deshizo de él con brusquedad -. Yo quiero a Martín en mis brazos, pero tú también formas parte de mi corazón y si te pasa algo se partirá en dos. ¿Sabes lo que significa eso ,verdad? , Qué tendré que ir yo en busca de Martín , y como bien necia que soy moriré en el intento.
-No eches a perder mi seguridad.
-No puedo evitarlo , no puedo evitar pensar que a los dos hombres que más amo en este mundo vayan a desaparecer , ¿Qué será de mi?
Sin responder, la abrazó calmando su aversión, su llanto acelerado le hacía darse cuenta de que realmente debería ir con prudencia y intentar mantener al margen de todo a Pepa , mal que le pesase. Le acarició suavemente el cabello olisqueándola.
-Pepa no quiero que te abatas tan rápidamente , tu eres una mujer fuerte y debes tener presente que aunque no haya engredado a Martín me arriesgaré por él. Pero por ello necesito que confíes en mi, que me prometas que no te comerás la cabeza en mi ausencia.
-Y yo quiero que tengas presente que eres el padre de mi hijo, olvido por completo mi pasado para adentrarme con los dos en una vida nueva. Pero no podré evitar comerme la sesera , eso es realmente imposible.
Deslizó la mano por el interior de la chaqueta de cuero de Tristán, buscando calor con desesperación. Notó aquél sentimiento de inmediato , y la aferró con más fuerza a él, susurrándole que la amaba con todas sus fuerzas y que regresaría sano y salvo.
-Dios te oiga Tristán , eso si realmente existe – musitó , fundiéndose en un intenso abrazo
#58

09/07/2012 09:52
Buenos días foreras... ¿Qué tal? Espero que bien , porque aquí os pongo un trocito.
Empezaba a oscurecer muy temprano y tuvieron que correr del aprisco hacía el río para empezar la velada romántica. Para ello pasaron por varios caminos, algunos de ellos temerosos , por lo que Juan aprovechó para proteger a Soledad y demostrarle que realmente estaba dispuesto a morir por ella.
Pero se vieron interrumpidos cuando se desplazaban por un camino rocoso, pues se escuchaban voces y algún que otro tiro.
-¿Qué sucede ahí , Juan? - se inquietó Soledad amarrándose a su amado.
-No lo sé. Quédate aquí.
-¡No , Juan , no me dejes sola!
Corrió tras él , y ambos comprobaron con sus propios ojos como Martín era maltratado por Angustias. Con desesperación, Juan y Soledad se aprisaron hacía la casona lo más rápido que pudieron , sin dar a crédito a lo que acababan de ver sus ojos.
Entraron agarrados de la mano, sin importarles nada , sólo la vida de su sobrino.
Pepa apareció con el cejo fruncido para abrirles la puerta , y observó como los jóvenes jadeaban sin cesar.
-¿Qué ocurre , estáis bien?
Se intercambiaron una mirada de preocupación fugaz.
-Es Martín , Pepa. Le hemos visto por uno de los caminos en frente del aprisco , lo que más me a impactado es que Angustias le hacía daño – le explicó entre lágrimas.
Pepa desató su locura con la ansiedad , se tamborileó y para evitar caer se sostuvo en la mesita de su derecha.
-Mi Martín... - musitó con falta de aire. Se repuso de nuevo , esta vez en cólera -. ¡Maldita ramera te juro que como me la cruce me la cargo! . ¿Pero por qué no le habéis salvado? , ¿Por qué no habéis hecho nada?
-No podíamos reaccionar ante tal salvajismo – respondió Juan. Pepa empeoró.
-¡Mi hijo , por el amor de dios le va a matar! - exclamó entre gemidos y llantos.
Soledad no daba a crédito a sus palabras. ¿Su hijo?
Justo en ese instante apareció Tristán ante escuchar los chillidos de Pepa.
La vio con exasperación, respirando forzosamente y con el corazón apunto de salirle por la boca. Corrió hacía ella y intentó calmarla entre sus brazos.
-¡¿Qué le sucede Soledad?! - exclamó al ver que no había remedio para su ansiedad.
-No lo sé pero hermano yo y Juan estábamos atravesando un camino cuando escuchemos unos tiros penetrantes. Después Juan se acercó hacía la oscuridad , yo le seguí y ambos observamos aterrados como Angustias apaleaba a Martín de una forma salvaje , inhumana.
Tristán comprendió la desesperación de Pepa. Empezó a perder los nervios de un método instantáneo.
-¡¿Y por qué no hicisteis algo?!
-¡No podíamos acercarnos al mismísimo infierno, porque aparte del acometido de Angustias habían tiroteos y luchas! - gritó Soledad. Juan le agarró la mano , ella retrocedió.
Desconcertado , miró a Pepa llorar como antes lo había echo. Le sostuvo el rostro entre sus manos, su respiración era acelerada y gemía de dolor interior.
-Pepa por dios tranquila – le rogó -. Va a desplomarse , ¡Llama a Rosario , Juan!
Sujetó su caída alzándola del suelo. La subió con rapidez hacía el dormitorio y la tumbó al mismo tiempo. Soledad subió junto con Juan y Rosario , los tres se colocaron al borde de la cama.
Tristán comprendió que no podía esperar a mañana para ir en busca de Martín. Se sentó frente a Pepa.
-Ha sufrido un ataque de ansiedad , nada más. Despertará de aquí unos minutos – supo reconocer Rosario.
Sin embargo Tristán seguía sometido , pensando alguna manera de llegar a tiempo a aquél infierno sobre la faz de la tierra. Miró a Juan , podía servirle.
-Juan , ¿Si te pido que me ayudes a rescatar a mi hijo , lo harías?
Recapacitó unos instantes sobre la propuesta. Haría lo que fuese menester por su sobrino. Soledad le agarró las manos con desesperación.
-Por supuesto – respondió - , cuando quiera.
Tristán se levantó de la cama , se aproximó a él lentamente y pronunció:
-Marchamos ahora mismo , no puedo esperar más.
Miró a Pepa resentido, sintiendo que si no lo hacía esa noche probablemente ir otro día no serviría de nada. Se acercó a ella con rapidez y la observó con precisa atención.
-Volveré pronto amor mío – susurró.
Le dio un ligero beso en los labios y comprobó que estaba helada. Sin dejarse llevar por la lamentación, se acercó a Rosario.
-Rosario , no permitas que salga de la casona cuando despierte. Lo último que quiero es que le pase algo ¿Entendido?
-Si mi señor – respondió - , cuidaré bien de ella.
Juan persiguió a Tristán hasta su despacho, en donde le entregó una escopeta. Él se tomó como arma un revólver.
Bajaron a las caballerizas con rapidez, sin detenerse ante nada. Montaron cada uno en un caballo distinto, y corrieron a galope adentrándose en la oscura noche.
No bajaron la guardia , Tristán iba delante , él conocía los caminos suficientemente.
Ya a lo lejos podía escucharse algún que otro tiroteo , pero si estaban tan cerca ¿Cómo no habían buscado por allí?. Todo encajaba.
Pensó en Pepa mientras galopaba, en su interior se acumulaban las imágenes de su desfallecimiento debido a la ansiedad, el sufrimiento de sus ojos pidiéndole que hiciese algo al respeto , pidiéndole ayuda. No pudo evitar derramar una lágrima al pensar que a su hijo le podrían haber echo algo malo , quizás hasta acabar con él.
Con toda la impotencia del mundo , se adentró en el camino rocoso con Juan tras él, mientras los tiros se escuchaban cada vez más cerca y la rabia aumentaba con cada galope que corría.
Cuando llegaron al final , observó con sus propios ojos como sus soldados mataban a escopetazos a sus jornaleros. Aterrado , levantó el revólver , Juan le imitó y dispararon al cielo, para disipar la matanza.
-¡Paren quietos o les juro que todos acabarán en la cárcel!
Los soldados se detuvieron al percatarse de la presencia de su capitán. Tristán bajó del caballo seguido por Juan. Empezó a mirar a cada uno de los caídos con desesperación , llevándose las manos a la cabeza.
-¡Malditos malnacidos , os habéis cargado a mis jornaleros , me las pagaréis os lo juro por mi vida!
-Sus amenazas no nos asustan , capitán Castro – de entre la oscuridad apareció Fernando con una maliciosa sonrisa - , es más , me exaltan.
-Cuida tus palabras maldito cerdo.
-Si yo fuese tu callaría – le recomendó aproximándose a él -. De lo contrario alguien que quiere muchísimo podría acabar...herido.
Tristán le sujetó por las ropas y le levantó del suelo con rabia.
-Hijo de mala madre ¡Entrégame a mi hijo!
-Eso sería de tu agrado hermano , por lo tanto , no voy a concederte el gusto – Carlos empujó a Tristán y Juan le paró la caída -. Veo que has traído al mejor de tus hombres.
Recuperó la compostura y cuando lo hizo ambos hermanastros se retaron con las miradas.
-Y dime , ¿Has logrado que la fulana de Pepa entre en tu lecho?
-Cállate escoria si no quieres morir.
-Eso es una afirmativa. Por cierto, esa ramera no tardará en estar conmigo de nuevo.
Tristán golpeó a Carlos en el rostro. Él se mantuvo en pie para seguir metiendo cizaña.
-No me tienes mucha estima , qué lástima.
-¿Estima? - se aproximó a él - , cómo toques a Pepa morirás.
Carlos se echó a reír maliciosamente.
-¿De veras? , ¿No me ves capaz de hacerla mía de nuevo y darle otro hijo?
-Sucio bastardo , no la tocarás.
Empezaba a oscurecer muy temprano y tuvieron que correr del aprisco hacía el río para empezar la velada romántica. Para ello pasaron por varios caminos, algunos de ellos temerosos , por lo que Juan aprovechó para proteger a Soledad y demostrarle que realmente estaba dispuesto a morir por ella.
Pero se vieron interrumpidos cuando se desplazaban por un camino rocoso, pues se escuchaban voces y algún que otro tiro.
-¿Qué sucede ahí , Juan? - se inquietó Soledad amarrándose a su amado.
-No lo sé. Quédate aquí.
-¡No , Juan , no me dejes sola!
Corrió tras él , y ambos comprobaron con sus propios ojos como Martín era maltratado por Angustias. Con desesperación, Juan y Soledad se aprisaron hacía la casona lo más rápido que pudieron , sin dar a crédito a lo que acababan de ver sus ojos.
Entraron agarrados de la mano, sin importarles nada , sólo la vida de su sobrino.
Pepa apareció con el cejo fruncido para abrirles la puerta , y observó como los jóvenes jadeaban sin cesar.
-¿Qué ocurre , estáis bien?
Se intercambiaron una mirada de preocupación fugaz.
-Es Martín , Pepa. Le hemos visto por uno de los caminos en frente del aprisco , lo que más me a impactado es que Angustias le hacía daño – le explicó entre lágrimas.
Pepa desató su locura con la ansiedad , se tamborileó y para evitar caer se sostuvo en la mesita de su derecha.
-Mi Martín... - musitó con falta de aire. Se repuso de nuevo , esta vez en cólera -. ¡Maldita ramera te juro que como me la cruce me la cargo! . ¿Pero por qué no le habéis salvado? , ¿Por qué no habéis hecho nada?
-No podíamos reaccionar ante tal salvajismo – respondió Juan. Pepa empeoró.
-¡Mi hijo , por el amor de dios le va a matar! - exclamó entre gemidos y llantos.
Soledad no daba a crédito a sus palabras. ¿Su hijo?
Justo en ese instante apareció Tristán ante escuchar los chillidos de Pepa.
La vio con exasperación, respirando forzosamente y con el corazón apunto de salirle por la boca. Corrió hacía ella y intentó calmarla entre sus brazos.
-¡¿Qué le sucede Soledad?! - exclamó al ver que no había remedio para su ansiedad.
-No lo sé pero hermano yo y Juan estábamos atravesando un camino cuando escuchemos unos tiros penetrantes. Después Juan se acercó hacía la oscuridad , yo le seguí y ambos observamos aterrados como Angustias apaleaba a Martín de una forma salvaje , inhumana.
Tristán comprendió la desesperación de Pepa. Empezó a perder los nervios de un método instantáneo.
-¡¿Y por qué no hicisteis algo?!
-¡No podíamos acercarnos al mismísimo infierno, porque aparte del acometido de Angustias habían tiroteos y luchas! - gritó Soledad. Juan le agarró la mano , ella retrocedió.
Desconcertado , miró a Pepa llorar como antes lo había echo. Le sostuvo el rostro entre sus manos, su respiración era acelerada y gemía de dolor interior.
-Pepa por dios tranquila – le rogó -. Va a desplomarse , ¡Llama a Rosario , Juan!
Sujetó su caída alzándola del suelo. La subió con rapidez hacía el dormitorio y la tumbó al mismo tiempo. Soledad subió junto con Juan y Rosario , los tres se colocaron al borde de la cama.
Tristán comprendió que no podía esperar a mañana para ir en busca de Martín. Se sentó frente a Pepa.
-Ha sufrido un ataque de ansiedad , nada más. Despertará de aquí unos minutos – supo reconocer Rosario.
Sin embargo Tristán seguía sometido , pensando alguna manera de llegar a tiempo a aquél infierno sobre la faz de la tierra. Miró a Juan , podía servirle.
-Juan , ¿Si te pido que me ayudes a rescatar a mi hijo , lo harías?
Recapacitó unos instantes sobre la propuesta. Haría lo que fuese menester por su sobrino. Soledad le agarró las manos con desesperación.
-Por supuesto – respondió - , cuando quiera.
Tristán se levantó de la cama , se aproximó a él lentamente y pronunció:
-Marchamos ahora mismo , no puedo esperar más.
Miró a Pepa resentido, sintiendo que si no lo hacía esa noche probablemente ir otro día no serviría de nada. Se acercó a ella con rapidez y la observó con precisa atención.
-Volveré pronto amor mío – susurró.
Le dio un ligero beso en los labios y comprobó que estaba helada. Sin dejarse llevar por la lamentación, se acercó a Rosario.
-Rosario , no permitas que salga de la casona cuando despierte. Lo último que quiero es que le pase algo ¿Entendido?
-Si mi señor – respondió - , cuidaré bien de ella.
Juan persiguió a Tristán hasta su despacho, en donde le entregó una escopeta. Él se tomó como arma un revólver.
Bajaron a las caballerizas con rapidez, sin detenerse ante nada. Montaron cada uno en un caballo distinto, y corrieron a galope adentrándose en la oscura noche.
No bajaron la guardia , Tristán iba delante , él conocía los caminos suficientemente.
Ya a lo lejos podía escucharse algún que otro tiroteo , pero si estaban tan cerca ¿Cómo no habían buscado por allí?. Todo encajaba.
Pensó en Pepa mientras galopaba, en su interior se acumulaban las imágenes de su desfallecimiento debido a la ansiedad, el sufrimiento de sus ojos pidiéndole que hiciese algo al respeto , pidiéndole ayuda. No pudo evitar derramar una lágrima al pensar que a su hijo le podrían haber echo algo malo , quizás hasta acabar con él.
Con toda la impotencia del mundo , se adentró en el camino rocoso con Juan tras él, mientras los tiros se escuchaban cada vez más cerca y la rabia aumentaba con cada galope que corría.
Cuando llegaron al final , observó con sus propios ojos como sus soldados mataban a escopetazos a sus jornaleros. Aterrado , levantó el revólver , Juan le imitó y dispararon al cielo, para disipar la matanza.
-¡Paren quietos o les juro que todos acabarán en la cárcel!
Los soldados se detuvieron al percatarse de la presencia de su capitán. Tristán bajó del caballo seguido por Juan. Empezó a mirar a cada uno de los caídos con desesperación , llevándose las manos a la cabeza.
-¡Malditos malnacidos , os habéis cargado a mis jornaleros , me las pagaréis os lo juro por mi vida!
-Sus amenazas no nos asustan , capitán Castro – de entre la oscuridad apareció Fernando con una maliciosa sonrisa - , es más , me exaltan.
-Cuida tus palabras maldito cerdo.
-Si yo fuese tu callaría – le recomendó aproximándose a él -. De lo contrario alguien que quiere muchísimo podría acabar...herido.
Tristán le sujetó por las ropas y le levantó del suelo con rabia.
-Hijo de mala madre ¡Entrégame a mi hijo!
-Eso sería de tu agrado hermano , por lo tanto , no voy a concederte el gusto – Carlos empujó a Tristán y Juan le paró la caída -. Veo que has traído al mejor de tus hombres.
Recuperó la compostura y cuando lo hizo ambos hermanastros se retaron con las miradas.
-Y dime , ¿Has logrado que la fulana de Pepa entre en tu lecho?
-Cállate escoria si no quieres morir.
-Eso es una afirmativa. Por cierto, esa ramera no tardará en estar conmigo de nuevo.
Tristán golpeó a Carlos en el rostro. Él se mantuvo en pie para seguir metiendo cizaña.
-No me tienes mucha estima , qué lástima.
-¿Estima? - se aproximó a él - , cómo toques a Pepa morirás.
Carlos se echó a reír maliciosamente.
-¿De veras? , ¿No me ves capaz de hacerla mía de nuevo y darle otro hijo?
-Sucio bastardo , no la tocarás.
#59

09/07/2012 10:00
Continuación del trozo:
Apareció Angustias con Martín del brazo , sonriendo de un método superficial.
Tristán , al verle , intentó derribar a Carlos. Juan , al observar que Tristán no podía solo , agarró la escopeta y disparó a uno de los soldados. Entonces la matanza empezó de nuevo.
Tristán sacó su revólver, y se abrió paso entre los jornaleros que aun sobrevivían. Cada vez observaba a su hijo más lejos. Angustias huía con desesperación, sabiendo que Tristán podría matarla de un tiro sin miramientos. Al llegar al precipicio que terminaba con el camino, Angustias se detuvo y puso a Martín como su defensa.
-Marchate o acabo con la vida de tu hijo – le amenazó.
-No si antes termino yo contigo , desquiciada.
Alzó la pistola en vilo. Sólo un llanto le detuvo. Agachó la mirada y observó los pequeños ojos de Martín soltando lágrimas sin cesar.
-¡Padre ayúdeme!
Con impotencia , cargó la pistola y se aproximó mas a Angustias.
-¡Devuélveme a mi hijo y te prometo que no acabaré contigo!
-¿Acaso me has visto cara de comprensiva? - preguntó con una sonrisa -. Ni por asomo te entregaré a este bastardo y menos para darle el gusto a la ramera de la partera.
-¡Suelte a mi sobrino o morirá por partida doble! - exclamó Juan , apareciendo de la nada.
Tristán se sorprendió de su aparición. Al fin y al cabo para algo había venido.
-Juan Castañeda...¿Quién lo diría?
-Cállese y devolverle a Martín.
Al verse totalmente acorralada , Angustias soltó al niño. Martín corrió hacía Tristán y este soltó el arma para abrazarle.
Sin darse cuenta , Angustias había desaparecido , pues se había tirado por el barranco ante un arranque de locura y había muerto al instante.
Tristán no pudo detenerse a comprobar el estado de Martín.
-Juan , tenemos que volver a pie hasta la casona. Han matado a los caballos.
-¿Podrá andar el niño?
-Lo llevaré en brazos – le explicó con rapidez -. Estemos alerta por si las moscas.
Juan asintió con los nervios a flor de piel. Ambos corrieron sin cruzar el espacio por donde transcurría la matanza, sintiéndose como dos fugitivos. Corrieron con todas sus fuerzas , intentando no desfallecer de cansancio. Martín permanecía aferrado a Tristán, asustado, herido , deseando llegar a la casona.
A lo lejos , ambos pudieron ver las luces de la casona , pero tras ellos iban los soldados , firmando sentencia de muerte contra ellos si no llegaban a la casona a tiempo.
-¡Rápido Juan , no hay tiempo!
No se detuvieron. Las piernas no les permitieron correr más , pero aun así seguían luchando por llegar con Martín a la casona.
Sólo faltaban algunos metros, unos cinco , cuando un soldado disparó sin previa dirección.
Sin embargo el disparo fue recibido por el brazo de Tristán , que agarró con el otro brazo a Martín y prosiguió corriendo. Martín observó como su padre se desangraba mientras corría aterrorizado. Sólo quedaban centímetros y , cuando al fin llegaron , Mauricio y la Guardia Civil empezó a disparar contra los soldados y estos fueron cayendo uno a uno.
Pepa llevaba levantada más de media hora, y por vez primera rezaba. Soledad y Rosario procuraban que no saliera de allí , pues era peligroso para ella. Se sobresaltaron cuando escucharon un tiroteo mismamente en la casona. Pepa se asomó por la ventana con ansiedad, pero no vio a Tristán entre ellos.
Escucharon la puerta de la entrada abrirse y cerrarse , y las tres bajaron casi tropezando por las escaleras.
Apareció Angustias con Martín del brazo , sonriendo de un método superficial.
Tristán , al verle , intentó derribar a Carlos. Juan , al observar que Tristán no podía solo , agarró la escopeta y disparó a uno de los soldados. Entonces la matanza empezó de nuevo.
Tristán sacó su revólver, y se abrió paso entre los jornaleros que aun sobrevivían. Cada vez observaba a su hijo más lejos. Angustias huía con desesperación, sabiendo que Tristán podría matarla de un tiro sin miramientos. Al llegar al precipicio que terminaba con el camino, Angustias se detuvo y puso a Martín como su defensa.
-Marchate o acabo con la vida de tu hijo – le amenazó.
-No si antes termino yo contigo , desquiciada.
Alzó la pistola en vilo. Sólo un llanto le detuvo. Agachó la mirada y observó los pequeños ojos de Martín soltando lágrimas sin cesar.
-¡Padre ayúdeme!
Con impotencia , cargó la pistola y se aproximó mas a Angustias.
-¡Devuélveme a mi hijo y te prometo que no acabaré contigo!
-¿Acaso me has visto cara de comprensiva? - preguntó con una sonrisa -. Ni por asomo te entregaré a este bastardo y menos para darle el gusto a la ramera de la partera.
-¡Suelte a mi sobrino o morirá por partida doble! - exclamó Juan , apareciendo de la nada.
Tristán se sorprendió de su aparición. Al fin y al cabo para algo había venido.
-Juan Castañeda...¿Quién lo diría?
-Cállese y devolverle a Martín.
Al verse totalmente acorralada , Angustias soltó al niño. Martín corrió hacía Tristán y este soltó el arma para abrazarle.
Sin darse cuenta , Angustias había desaparecido , pues se había tirado por el barranco ante un arranque de locura y había muerto al instante.
Tristán no pudo detenerse a comprobar el estado de Martín.
-Juan , tenemos que volver a pie hasta la casona. Han matado a los caballos.
-¿Podrá andar el niño?
-Lo llevaré en brazos – le explicó con rapidez -. Estemos alerta por si las moscas.
Juan asintió con los nervios a flor de piel. Ambos corrieron sin cruzar el espacio por donde transcurría la matanza, sintiéndose como dos fugitivos. Corrieron con todas sus fuerzas , intentando no desfallecer de cansancio. Martín permanecía aferrado a Tristán, asustado, herido , deseando llegar a la casona.
A lo lejos , ambos pudieron ver las luces de la casona , pero tras ellos iban los soldados , firmando sentencia de muerte contra ellos si no llegaban a la casona a tiempo.
-¡Rápido Juan , no hay tiempo!
No se detuvieron. Las piernas no les permitieron correr más , pero aun así seguían luchando por llegar con Martín a la casona.
Sólo faltaban algunos metros, unos cinco , cuando un soldado disparó sin previa dirección.
Sin embargo el disparo fue recibido por el brazo de Tristán , que agarró con el otro brazo a Martín y prosiguió corriendo. Martín observó como su padre se desangraba mientras corría aterrorizado. Sólo quedaban centímetros y , cuando al fin llegaron , Mauricio y la Guardia Civil empezó a disparar contra los soldados y estos fueron cayendo uno a uno.
Pepa llevaba levantada más de media hora, y por vez primera rezaba. Soledad y Rosario procuraban que no saliera de allí , pues era peligroso para ella. Se sobresaltaron cuando escucharon un tiroteo mismamente en la casona. Pepa se asomó por la ventana con ansiedad, pero no vio a Tristán entre ellos.
Escucharon la puerta de la entrada abrirse y cerrarse , y las tres bajaron casi tropezando por las escaleras.
#60

09/07/2012 12:17
Buenos dias Cris , y tan buenos cuando me levanto leyendo tu increible historia pero no nos dejes asiii! Danos el reencuentro y la preocupacion de Pepa por el brazo de Tristan jajajaja por cierto estara Pepita embarazada? Jajaj cuando puedas un poco mas por favor . Gracias :)