Creemos nuestro propio Puente Viejo. ¡TODOS JUNTOS!

ya anochecía,cuando escuche a unos vecinos decir que Salvador,estaba mal herido en el consultorio de don Julian. Sentí el mundo derrumbarse a mis pies y me dirigí al consultorio lo mas rápido que pude,al llegar me encontré a don Julian que me dijo que Salvador estaba en estado de coma y no sabia si iba a despertar.

-¿Quiere decir que puede...?-me costaba un mundo decir aquello-¿morir?-el doctor me miraba desconcertado.me dijo que las próximas horas eran cruciales pero que había que prepararse para lo peor.

-No se va a morir¿me oye?-dije desesperada mientras las lagrimas rodaban por mis mejillas,don Julian me pidió que me calmara.

-¿Me puede dejar un momento a solas con el?-el doctor accedió diciéndome que lo avisara si notaba algún cambio.

-Gracias doctor-le dije acercándome a salvador y cogiendo su mano cuando don Julian se hubo marchado, sentándome junto a el.

-Mi amor-susurre aferrando su mano-No puedes dejarme-deposite un tierno beso en sus labios mojandolos con mis lagrimas y acariciando el vendaje que cubría su herida.

-¿Quien te ha hecho esto?-dije acariciando su mano-yo debería estar ahí y no tu, así dejaría de sufrir -al decir esto pensé en Alfonso.

-Nuestro hijo me odia,desde que le conté que tu eras su padre-le dije pensando que quizás pudiera oírme.

-Merezco su desprecio por haberlo engañado,pero me duele en el alma-Lleve su mano que tenia entrelazada con la mía a mis labios depositando un suave beso.

- Es tan parecido a ti,tienes que despertar para que puedas llamarlo hijo y conocer a nuestro nieto,porque aunque esa criatura no lleve sangre de Alfonso lo vamos a querer como tal. Y demostrar que no eres el monstruo que todos piensan,hazlo por el,por el y por mi-tras decir estas palabras me levante del asiento y me dispuse a marcharme ya que don Julian no tardaría en entrar.

-Te amo-dije apoyando mi frente en la suya y acariciando su rostro-volveré mañana y todos los días hasta que despiertes,te lo prometo-tras decir esto y depositar un suave beso en sus labios salí del consultorio y me encamine a la casona sumida en los mas tristes pensamientos.

-¿Sabes? Quizá te parezca una tonteria, pero siempre qu eme siento sola observo el cielo estrellado. Y pienso que todos aquellos que amamos, pero que se han ido, son cada una de las estrellas del firmamento.-dije señalando al cielo

-Mi madre, tu pequeño Tristán, Efrén... Todos aquellos a los que queremos pero que se han marchado de nuestro lado- le dije con una sonrisa triste

Sonreí ante sus palabras, lo cierto era que no me parecía una tontería, de hecho yo pensaba igual que ella,ambos nos pusimos algo triste al recordar a aquellas personas.

-Yo también lo creo, no me parece ninguna tonteria, sé que desde arriba nos cuidan y velan por nosotros, sobre todo tu madre, que te adoraba, y Efren...-al mencionar ese nombre los ojos se me pusieron llorosos-

-Todos se han marchado de nuestro lado, pero como tu dices, seguro que nos cuidan desde allí arriba, y que se alegran de que por fin podamos estar juntos- le sonreí y me giré observándole

-Mi soldado valiente...-susurré y le di un beso en la mejilla

-Seguro que sí se alegrarian -se giro dandome un beso en la mejilla y me susurró.-

Sonreí al escuchar aquellas palabras, y junte mi frente con la suya, mirándola a los ojos y acariciandole la cara.

-Mi Pepa...

-¿Crees en el amor a primera vista?, Si fueras un hombre te reclutaba ahora mismo, Vivo o muerto te amaré siempre. ¿Recuerdas? Pff Todo lo que hemos vivido- dije mordiendome el labio inferior y acariciando su rostro

Aquellas frases hicieron que el corazón me diera un vuelco de felicidad, de todos los preciosos momentos que habíamos pasado juntos, conforme iba diciéndolas me acordaba de cada momento como si de ayer mismo se tratara.

-Todos los vividos y los que quedan por vivir...mi amor -sonreí besándola-

Sonreí, por fin serenamente, tenía al hombre que amaba junto a mi, a Martín pronto también, y esperabamos un nuevo hijo, que nos iba a colmar de felicidad. Además nos íbamos a casar. ¿Qué mas podía pedir?

En ese instante, solté una leve risita por la que Tristán me preguntó.

-Estoy feliz, y deseo que llegue el momento en encontrarme frente a ti en el altar, mi amor- dije volviéndole a besar.

De repente solto una leve risa, y le pregunté a que venía eso, cuando me dijo que pronto estaríamos ante el altar,sonreí de oreja a oreja.

-Vas a ser la novia más bella de todo el universo, y yo el novio más dichoso.

-De lo que estoy segura es de que seré la persona mas feliz del mundo al escuchar el " Si quiero" salir de tus labios. Tantas veces soñando ese momento...- le m iré a los ojos, enamorada como nunca

Sonreí, feliz.

-Si, quiero. -le dije con una sonrisa- Ya lo has oído.

-Serás tunante...- sonreí de oreja a oreja

-Solo tu consigues sacarme una sonrisa cuando estoy triste, solo tu eres el dueño de mis pensamientos y de mi corazón, el único hombre que ha llegado a leer mi alma. Solo tú, Tristán- le dije acercándome poco a poco a sus labios

Sus palabras me llegaron al fondo del corazón,del alma, no podía hacer más que sonreir.

-Y tu y solo tu has conseguido enseñarme que la vida merece la pena cuando alguien está en ella. -la besé apasionadamente-

Nos besamos, nos separamos y volvimos a mirar al cielo.

-Achiiis- estornudé

Tristán me miró.

Volvimos a mirar el cielo, cuando de repente Pepa estornudó, yo la miré.

-Mi amor, será mejor que nos vayamos, o vamos a coger una neumonia -le dije riendo, hacía bastante frío-

-No, si ya te lo había dicho yo, jajaja- me reí y ambos nos levantamos

Estabamos solamente con la ropa interior puesta.

Reí y fui a coger la ropa, cuando no la ví.

-Ehm...Pepa....nada una tontería...¿y nuestra ropa?! -le dije con los ojos como platos-

Me tapé la boca con las manos al ver que nuestra ropa estaba dentro del río.

-¡Tristán!- grité señalando donde se encontraba la ropa

Me señaló nuestra ropa, apenas se veía ya que era de noche, pero estaba dentro del río.

-¡dios mío! y ahora...¿ahora que hacemos?! -ya se iba notando más el frío, puesto que tumbado estaba abrazado a ella y no se notaba tanto, pero empezaba a recorrer mi cuerpo la brisa helada-

-Tendremos que volver así a la Casona, la ropa de poco nos serviría pues está gélida y empapada. Vayamonos presto o cogeremos una pulmonía, achiiis- volví a estornudar