Foro El secreto de Puente Viejo
Creemos nuestro propio Puente Viejo. ¡TODOS JUNTOS!
#0
07/03/2012 15:08
Fann3 me ha dado la idea de hacer esto, consiste en elaborar nuestra propia historia de Puente Viejo todos juntos. Cada forer@ va a ser un personaje de Puente Viejo.
Espero que os guste esta idea, me parece que lo podemos pasar muy bien.Si teneis alguna duda me lo deciis, y antes que nada si os parece bien, decidme que personaje quereis cada unos y yo los iré poniendo antes de empezar a elaborar la historia. Yo me pido Pepa si no os parece mal, si alguien quiereel personaje de Pepa yo me cojo otro y no pasa nada. Muchas gracias.
PERSONAJES PARA LA HISTORIA:
miri1309- Raimundo
Ruthlovetristan-Pepa
musicintheair13-Emilia
emshdopv-Soledad
Mariaesdpv-Tristán
Fann3-Alfonso
CristinaESDPV- Gregoria Casas
Franrai-Francisca
Triestrellasara-Mariana
Jessicavalido-Rosario
Laury93-Salvador Castro
Nhgsa- Sebastian Ulloa
Esdpvluna- D.Anselmo
¡PODEIS SEGUIR UNIENDOOS AUNQUE YA HAYAMOS EMPEZADO!
Aviso!! Por favor si os comprometeis a hacer un personaje, intentad escribir regularmente para darle continuidad a la historia y no quedar estancados. Muchas Gracias.
Y si quereis participar , informadnos con antelación, sino esto se desmadra y sería un caos. GRACIAS.
Espero que os guste esta idea, me parece que lo podemos pasar muy bien.Si teneis alguna duda me lo deciis, y antes que nada si os parece bien, decidme que personaje quereis cada unos y yo los iré poniendo antes de empezar a elaborar la historia. Yo me pido Pepa si no os parece mal, si alguien quiereel personaje de Pepa yo me cojo otro y no pasa nada. Muchas gracias.
PERSONAJES PARA LA HISTORIA:
miri1309- Raimundo
Ruthlovetristan-Pepa
musicintheair13-Emilia
emshdopv-Soledad
Mariaesdpv-Tristán
Fann3-Alfonso
CristinaESDPV- Gregoria Casas
Franrai-Francisca
Triestrellasara-Mariana
Jessicavalido-Rosario
Laury93-Salvador Castro
Nhgsa- Sebastian Ulloa
Esdpvluna- D.Anselmo
¡PODEIS SEGUIR UNIENDOOS AUNQUE YA HAYAMOS EMPEZADO!
Aviso!! Por favor si os comprometeis a hacer un personaje, intentad escribir regularmente para darle continuidad a la historia y no quedar estancados. Muchas Gracias.
Y si quereis participar , informadnos con antelación, sino esto se desmadra y sería un caos. GRACIAS.
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#441
10/04/2012 11:56
Miré a Tristán a los ojos y le respondí:
-Se que lo harás.
-Se que lo harás.
#442
10/04/2012 12:01
-Le sonrei y puse mi mano sobre su mejilla acariciándola- Espero que no te equivoques, porque te lo mereces mas que nadie mi am...-me corte ante las palabras- Pepa...
#443
10/04/2012 12:17
No podía dejar de sonreir, estaba segura de que intentaría hacerme feliz. Pero de pronto me di cuenta de que no había sido del todo justo. Después de todo Salvador me había salvado la vida, de no ser por él no se lo que hubiera pasado. Así se lo transmití a Tristán:
-Debo volver a la Casona, quiero hablar con Salvador.
Él me miró totalmente asombrado.
-Debo volver a la Casona, quiero hablar con Salvador.
Él me miró totalmente asombrado.
#444
10/04/2012 12:18
-Como? -le dije bastante asombrado- que quieres hablar con Salvador?
#445
10/04/2012 12:23
-No he podido contárte lo que ha ocurrido esta mañana en el río. Me quedé esperando sentado, como me dijiste. Pero de pronto aparecieron 2 hombres, al principio paarecía que solo bromeaban pero se me fueron acercando poco a poco y...-sabía que estas palabras le estaban haciendo daño pero tenía que continuar, era la verdad
-Querían violentarme, Tristán... Intentaron propasarse conmigo. Uno de ellos estaba dispuesto a hacerlo cuando llegó Salvador y les apuntó con su pistola. Les obligó a soltarme, a uno de ellos casi lo mata, pero les dejó huir. Y después fue cuando llegaste tú.
-Querían violentarme, Tristán... Intentaron propasarse conmigo. Uno de ellos estaba dispuesto a hacerlo cuando llegó Salvador y les apuntó con su pistola. Les obligó a soltarme, a uno de ellos casi lo mata, pero les dejó huir. Y después fue cuando llegaste tú.
#446
10/04/2012 12:31
Frunci el ceño, mientras me lo contaba, Salvador la salvo? La persona a la que mas odiaba habia salvado a la que mas amaba? No me lo podia creer.
-Te salvo? y no te hizo nada?
-Te salvo? y no te hizo nada?
#447
10/04/2012 12:32
-No, no me hizo nada. Lo cierto esque una vez ya tuvo oportunidad de matarme y no lo hizo. Ahora también la ha tenido, pero incluso me ha salvado. ¿Te acompañó hasta la Casona?
#448
10/04/2012 12:34
Estaba algo confuso, no estaba acostumbrado a oir cosas buenas de Salvador, de todas maneras yo seguia sin confiar en el para nada, nunca sabes por donde te puede salir.
-A estas horas quieres venir a la casona? a la vuelta sera muy de noche...
-A estas horas quieres venir a la casona? a la vuelta sera muy de noche...
#449
10/04/2012 12:39
-Poco me importa. Necesito hablar con él, y saber el por qué de sus actos. Tengo que saberlo.-le dije
Como pude ver que no estaba muy convencido intenté sacar todo mi caracter, eso si, de chanza.
-Mira soldado que si no me acompañas voy yo sola, que a mi no me detiene nadie-le dije
Como pude ver que no estaba muy convencido intenté sacar todo mi caracter, eso si, de chanza.
-Mira soldado que si no me acompañas voy yo sola, que a mi no me detiene nadie-le dije
#450
10/04/2012 12:44
-Esta bien, esta bien, te acompaño mujer, total tengo poco que hacer ante semejante terca -y le sonrei-
#451
10/04/2012 12:46
Sonreí ante su respuesta y nos encaminamos hacia la Casona. Lo cierto esque a la hora de salir a la plaza tuve un poco de miedo,pero ya no había nadie por allí y agarrada de su brazo, sabía que no tenía nada que temer. Así que poco a poco, llegamos.
#452
10/04/2012 12:52
Salimos a la plaza, note que ella tenia algo de miedo, pero me agarro del brazo, y yo sonrei, poca gente habia por el pueblo, cuando ibamos de camino, comenzaba a hacer bastante fresco,ella se habia olvidado el abrigo, y note que tenia frio.
-Ten Pepa, -me quite la chaqueta y se la puse por encima de los hombros-
-Ten Pepa, -me quite la chaqueta y se la puse por encima de los hombros-
#453
10/04/2012 12:54
El frío se notaba. Vi como Tristán se quitaba la chaqueta para ponermela a mi.
Al fin pudimos ver la Casona y yo estaba decidida a hablar con mi padre.
Al fin pudimos ver la Casona y yo estaba decidida a hablar con mi padre.
#454
10/04/2012 13:01
Estabamos llegando a la casona, cuando le dije.
-Estas segura de que quieres hablar con el?
-Estas segura de que quieres hablar con el?
#455
10/04/2012 15:32
Rosario se marchó sin que pudiera detenerla, sin que me atreviese a hacerlo, pero al verla marcharse, al sentir su piel, solo podía recordar a aquella muchacha que me había hecho creer que podía llegar a tener corazón para después hacerlo pedazos
Al día siguiente volvía a cabalgar por aquellos parajes con la esperanza de verla, no sabía por qué aquella mirada se había empenado en aparecer en mi mente cada vez que cerraba los ojos, ni por qué su sonrisa parecía querer grabarse a fuego en mi alma. No quise preguntarme por qué deseaba tanto verla, solo quería volver a tenerla cerca. A lo lejos pude divisar su figura, era ella, no me cabía la menor duda, pues el viento transportaba su aroma a lavanda nublando mis sentidos. Bajé del caballo y corrí a su lado.
- Hola otra vez- le dije
- ¿Se encuentra mejor? ¿De la herida?
- Sí, sí, quería agradecértelo.
- No tiene por qué
Apenas me prestó atención, seguía andando como si apenas le importase que yo estuviera presente, caminaba con determinación, con una fuerza que nunca había visto y de nuevo, el brillo de aquellso profundos ojos marrones que conseguían hacerme temblar. Sin saber cómo reaccionar ante su falta de interés, volvía a correr, persiguiéndola por el prado.
- Rosario espera mujer
- Tengo prisa
- Seguro que no tanta
- Sí mucha
Al llegar a su altura la agarré fuertemente por la cintura obligándla a mirarme a los ojos, permitiéndome contemplar aquel bello rostro tan suave, tan delicado, tan puro…Pero no, no podía perderme en aquellas contemplaciones, lo que me pasaba era que su belleza me había cegado, tenía que ser eso, me dije. Ella se quedó parada, mirándome sin saber qué hacer y me pareció tan dulce que no lo pude evitar, acerqué mis labios a los suyos buscando fundirme en un apasionado beso, lo que no esperaba era su reacción. Antes si quiera de que pudiera sentir su cálido aliento sobre mi piel, plantó una sonora bofetada en mi mejilla aprovechando mi confusión para escabullirse de mi abrazo.
- No soy de esas- gritó mientras se alejaba
Sonreí, era la primera vez que una mujer me había hecho algo así y, al contrario de lo que pudiera pensar, no me enfadé ni sentí ganas de devolverle el golpe, solo quería volver a besarla aunque a cambio recibiera otro golpe. Me era igual, me había embrujado, me había hechizado con aquel rostro bronceado al sol, sus ojos almendrados y el tierno susurro de su voz. Cogí unas cuantas flores del suelo, a mis pies, y volví a correr tras ella
- ¿Vas a estar haciéndome correr todo el día?- le dije
- Si se empeña en seguirme, sí. No sé qué se ha creído, pero no soy una cualquiera
- Lo sé, y lo siento.- ¿Había dicho lo siento? ¿Qué tenía aquella muchacha que de repente me había hecho olvidar quién era?- Ten para que me disculpes
Ella se paró para inspeccionarme de arriba abajo deteniéndose en la delicada flor que le ofrecía. Al verla reticente a cogerla, coloqué la pequeña flor en su cabella contrastando su blancura con su melena azabache, para volver a deslizar mis dedos tras su oreja, siguiendo la línea de su rostro para encontrar su mentón y obligarla a mirarme a los ojos. Y de nuevo, otro escalofrío que me recorría, de nuevo aquellos ojos, aquellos ojos en los que quería perderme y no volver a salir jamás, aquellos ojos llenos de dulzura, de ternura, de bondad… un brillo, una mirada, un sentimiento que nunca había conocido o que si había conocido había muerto hacía ya mucho tiempo.
- Perdóname- le susurré – no volverá a pasar, ¿pero me permites que te acompañe? Sin que huyas de mí.
- ¿Cómo se llama?
- Me llamo… Abel, Abel Castillo
¿Por qué, por qué aquel nombre que parecía tan lejano, que casi había olvidado? Cómo había aparecido de pronto para escaparse de mis labios. Aquel nombre que me recordaba un tiempo en el que no era lo que soy, un tiempo en el que yo también era inocente.
Al día siguiente volvía a cabalgar por aquellos parajes con la esperanza de verla, no sabía por qué aquella mirada se había empenado en aparecer en mi mente cada vez que cerraba los ojos, ni por qué su sonrisa parecía querer grabarse a fuego en mi alma. No quise preguntarme por qué deseaba tanto verla, solo quería volver a tenerla cerca. A lo lejos pude divisar su figura, era ella, no me cabía la menor duda, pues el viento transportaba su aroma a lavanda nublando mis sentidos. Bajé del caballo y corrí a su lado.
- Hola otra vez- le dije
- ¿Se encuentra mejor? ¿De la herida?
- Sí, sí, quería agradecértelo.
- No tiene por qué
Apenas me prestó atención, seguía andando como si apenas le importase que yo estuviera presente, caminaba con determinación, con una fuerza que nunca había visto y de nuevo, el brillo de aquellso profundos ojos marrones que conseguían hacerme temblar. Sin saber cómo reaccionar ante su falta de interés, volvía a correr, persiguiéndola por el prado.
- Rosario espera mujer
- Tengo prisa
- Seguro que no tanta
- Sí mucha
Al llegar a su altura la agarré fuertemente por la cintura obligándla a mirarme a los ojos, permitiéndome contemplar aquel bello rostro tan suave, tan delicado, tan puro…Pero no, no podía perderme en aquellas contemplaciones, lo que me pasaba era que su belleza me había cegado, tenía que ser eso, me dije. Ella se quedó parada, mirándome sin saber qué hacer y me pareció tan dulce que no lo pude evitar, acerqué mis labios a los suyos buscando fundirme en un apasionado beso, lo que no esperaba era su reacción. Antes si quiera de que pudiera sentir su cálido aliento sobre mi piel, plantó una sonora bofetada en mi mejilla aprovechando mi confusión para escabullirse de mi abrazo.
- No soy de esas- gritó mientras se alejaba
Sonreí, era la primera vez que una mujer me había hecho algo así y, al contrario de lo que pudiera pensar, no me enfadé ni sentí ganas de devolverle el golpe, solo quería volver a besarla aunque a cambio recibiera otro golpe. Me era igual, me había embrujado, me había hechizado con aquel rostro bronceado al sol, sus ojos almendrados y el tierno susurro de su voz. Cogí unas cuantas flores del suelo, a mis pies, y volví a correr tras ella
- ¿Vas a estar haciéndome correr todo el día?- le dije
- Si se empeña en seguirme, sí. No sé qué se ha creído, pero no soy una cualquiera
- Lo sé, y lo siento.- ¿Había dicho lo siento? ¿Qué tenía aquella muchacha que de repente me había hecho olvidar quién era?- Ten para que me disculpes
Ella se paró para inspeccionarme de arriba abajo deteniéndose en la delicada flor que le ofrecía. Al verla reticente a cogerla, coloqué la pequeña flor en su cabella contrastando su blancura con su melena azabache, para volver a deslizar mis dedos tras su oreja, siguiendo la línea de su rostro para encontrar su mentón y obligarla a mirarme a los ojos. Y de nuevo, otro escalofrío que me recorría, de nuevo aquellos ojos, aquellos ojos en los que quería perderme y no volver a salir jamás, aquellos ojos llenos de dulzura, de ternura, de bondad… un brillo, una mirada, un sentimiento que nunca había conocido o que si había conocido había muerto hacía ya mucho tiempo.
- Perdóname- le susurré – no volverá a pasar, ¿pero me permites que te acompañe? Sin que huyas de mí.
- ¿Cómo se llama?
- Me llamo… Abel, Abel Castillo
¿Por qué, por qué aquel nombre que parecía tan lejano, que casi había olvidado? Cómo había aparecido de pronto para escaparse de mis labios. Aquel nombre que me recordaba un tiempo en el que no era lo que soy, un tiempo en el que yo también era inocente.
#456
10/04/2012 18:37
No sé lo que pasó, ni entiendo cómo pasó, había pasado toda mi vida solo, pensando que el amor era un engaño para vender más novelas a mujeres solitarias, y de pronto, ella. Ella, ella y solo ella cambió mi mundo, lo desmontó, lo derrumbó todo. Toda una vida pensando que el hombre era un lobo para el hombre, que no existía la bondad, ni el bien, solo el instinto de supervivencia, pues era todo lo que conocí, lo único que había tenido, pero ella era distinta, distinta de todo cuanto había creído conocer y saber. Cómo podría explicar aquel sentimiento que inundaba mi ser cada vez que la veía, aquella calidez, aquella… felicidad, ¿aquello era la felicidad? Tenía que serlo.
Era tan diferente a mí, tan llena de vida, capaz de inundarme de luz, de una luz, de una dicha que creí perdida, olvidada. Porque solo con ella, solo a su lado dejaba de pensar quién debía ser, cómo debía ser y simplemente era, era yo, era Abel, era un niños sin más pecado que el de querer vivir un sueño, el de estar con la mujer amada. ¿Amada? Sí, la amaba, la necesitaba, la adoraba porque lo era todo, porque a su lado dejaba de pensar en venganzas, se apagaba como una débil llama mi ambición desmedida, porque a su lado todo lo que necesitaba se concentraba en aquella sonrisa, en aquellos ojos en los que había quedado irremediablemtne atrapado para el resto de mi vida.
Pero un día, como todos los demás, fui a su encuentro y al salir a su paso en la pradera, ella no me sonrió, no me quiso mirar, no me quiso ver. Pero yo, infatigable, incansable, en busca del regalo de su voz, la seguí hasta que conseguí retenerla.
- ¿Qué te pasa?
- Sé quién eres, sé lo que les has hecho a todas aquellas muchachas, campesinas… lo que probablemente querrías hacerme a mí
Sus ojos me miraron enrojecidos por el llanto y la pena
- No, no, a ti nunca, Rosario
- ¿Por qué debería creerte? Si me has mentido desde que nos conocimos, Abel… Salvador, todo el mundo sabe quién eres, lo que eres capaz de hacer, eres un monstruo.
No, tú también no. Aquellas palabras se clavaron en mi pecho como un puñal.
- ¡Estás casado! Y con un hijo- me gritó- y querías hacerme creer que sentías algo por ti.
- No, espera, sí estoy casado, pero es un mero acuerdo, el niño ni siquiera es mío. Y sí, soy… he sido un monstruo, pero por favor, déjame que te explique.
- ¿Y cómo sé que esta vez vas a ser sincero?
Sin secir nada, arranqué una pequeña flor del camino y como tantas veces la coloqué decorando su cabello deslizando mi mano por su suave piel. Tomé su mano y la posé sobre mi pecho.
- ¿Lo sientes? ¿Sientes cómo late?- le dije- Antes de conocerte dudo mucho que lo hiciera porque estaba roto, desgarrado, hundido en tinieblas. Pero tú has llenado mi vida de luz, me has hecho pensar que puedo ser diferente. Sé lo que dicen de mí y no les falta razón en todo lo que cuentan, he hecho cosas horribles… pero déjame que te explique el por qué, solo permíteme que te demuestre que esta vez soy sincero.- Comencé a andar en dirección al bosque, buscando algo más de intimidad, pero ella temía seguirme. Le tendí mi mano- Confía en mí, nunca podría hacerte daño.
Con un leve asentimiento, tomó mi mano y me acompañó, perdiéndonos entre el verde follaje.
Era tan diferente a mí, tan llena de vida, capaz de inundarme de luz, de una luz, de una dicha que creí perdida, olvidada. Porque solo con ella, solo a su lado dejaba de pensar quién debía ser, cómo debía ser y simplemente era, era yo, era Abel, era un niños sin más pecado que el de querer vivir un sueño, el de estar con la mujer amada. ¿Amada? Sí, la amaba, la necesitaba, la adoraba porque lo era todo, porque a su lado dejaba de pensar en venganzas, se apagaba como una débil llama mi ambición desmedida, porque a su lado todo lo que necesitaba se concentraba en aquella sonrisa, en aquellos ojos en los que había quedado irremediablemtne atrapado para el resto de mi vida.
Pero un día, como todos los demás, fui a su encuentro y al salir a su paso en la pradera, ella no me sonrió, no me quiso mirar, no me quiso ver. Pero yo, infatigable, incansable, en busca del regalo de su voz, la seguí hasta que conseguí retenerla.
- ¿Qué te pasa?
- Sé quién eres, sé lo que les has hecho a todas aquellas muchachas, campesinas… lo que probablemente querrías hacerme a mí
Sus ojos me miraron enrojecidos por el llanto y la pena
- No, no, a ti nunca, Rosario
- ¿Por qué debería creerte? Si me has mentido desde que nos conocimos, Abel… Salvador, todo el mundo sabe quién eres, lo que eres capaz de hacer, eres un monstruo.
No, tú también no. Aquellas palabras se clavaron en mi pecho como un puñal.
- ¡Estás casado! Y con un hijo- me gritó- y querías hacerme creer que sentías algo por ti.
- No, espera, sí estoy casado, pero es un mero acuerdo, el niño ni siquiera es mío. Y sí, soy… he sido un monstruo, pero por favor, déjame que te explique.
- ¿Y cómo sé que esta vez vas a ser sincero?
Sin secir nada, arranqué una pequeña flor del camino y como tantas veces la coloqué decorando su cabello deslizando mi mano por su suave piel. Tomé su mano y la posé sobre mi pecho.
- ¿Lo sientes? ¿Sientes cómo late?- le dije- Antes de conocerte dudo mucho que lo hiciera porque estaba roto, desgarrado, hundido en tinieblas. Pero tú has llenado mi vida de luz, me has hecho pensar que puedo ser diferente. Sé lo que dicen de mí y no les falta razón en todo lo que cuentan, he hecho cosas horribles… pero déjame que te explique el por qué, solo permíteme que te demuestre que esta vez soy sincero.- Comencé a andar en dirección al bosque, buscando algo más de intimidad, pero ella temía seguirme. Le tendí mi mano- Confía en mí, nunca podría hacerte daño.
Con un leve asentimiento, tomó mi mano y me acompañó, perdiéndonos entre el verde follaje.
#457
10/04/2012 19:56
-Estoy segura-respondí a la pregunta de Tristán
Entramos a la Casona por la puerta de atrás. Lo último que quería era enterarme hoy de que alguien más sabía de mi embarazo.
Lo cierto es que estaba nerviosa. No sabía que sentir ante Salvador. ¿Gratitud? Por haberme salvado ¿Cariño? Como el que se tiene a un padre u ¿Odio? Pues tenía muy presente a todas las personas a las que había matado y maltratado, una de ellas mi madre, y eso nunca se me olvidaría.
En la cocina no había nadie.
-Quizá esté arriba- le dije a Tristán.
Entramos a la Casona por la puerta de atrás. Lo último que quería era enterarme hoy de que alguien más sabía de mi embarazo.
Lo cierto es que estaba nerviosa. No sabía que sentir ante Salvador. ¿Gratitud? Por haberme salvado ¿Cariño? Como el que se tiene a un padre u ¿Odio? Pues tenía muy presente a todas las personas a las que había matado y maltratado, una de ellas mi madre, y eso nunca se me olvidaría.
En la cocina no había nadie.
-Quizá esté arriba- le dije a Tristán.
#458
10/04/2012 20:37
-Quiza -le dije- Pepa que te haya salvado no significa que sea un buen hombre, nose porque lo hizo, de todas maneras yo tambien le agradezco en el alma que te haya salvado, siempre lo voy a hacer, pero no te olvides de todas las fechorias y aberraciones que ha hecho, Salvador Castro no tiene entrañas ni corazon, no los tendra jamas.
#459
10/04/2012 20:40
-Bien yo lo se. Te recuerdo que mató a mi madre. Me la arrebató y no pude apenas conocerla. -le dije.
Me di cuenta de que mi tono había sido demasiado duro, él no se lo merecía y me disculpé.
-Lo siento... Se que solo intentas ayudarme... Pero los últimos acontecimientos... En fin, estoy algo aturdida.- le dije intentando enmendar mi error.
Me di cuenta de que mi tono había sido demasiado duro, él no se lo merecía y me disculpé.
-Lo siento... Se que solo intentas ayudarme... Pero los últimos acontecimientos... En fin, estoy algo aturdida.- le dije intentando enmendar mi error.
#460
10/04/2012 20:44
Cuando dijo aquellas palabras y despues se disculpo, la entendi, entendi el sufrimiento por el que debia de estar pasando, el asesinato de su madre, los malhechores, los pueblerinos...solo pensaba en llevarla lejos de alli, y hacerla feliz.
-Tranquila...-le sonrei de forma tranquilizadora, y le cogi la mano- Sabes que conmigo puedes desahogarte cuanto quieras, mientras no me pegues...-dije en tono de chanza-
-Tranquila...-le sonrei de forma tranquilizadora, y le cogi la mano- Sabes que conmigo puedes desahogarte cuanto quieras, mientras no me pegues...-dije en tono de chanza-