Foro El secreto de Puente Viejo
Creemos nuestro propio Puente Viejo. ¡TODOS JUNTOS!
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07/03/2012 15:08
Fann3 me ha dado la idea de hacer esto, consiste en elaborar nuestra propia historia de Puente Viejo todos juntos. Cada forer@ va a ser un personaje de Puente Viejo.
Espero que os guste esta idea, me parece que lo podemos pasar muy bien.Si teneis alguna duda me lo deciis, y antes que nada si os parece bien, decidme que personaje quereis cada unos y yo los iré poniendo antes de empezar a elaborar la historia. Yo me pido Pepa si no os parece mal, si alguien quiereel personaje de Pepa yo me cojo otro y no pasa nada. Muchas gracias.



PERSONAJES PARA LA HISTORIA:
miri1309- Raimundo
Ruthlovetristan-Pepa
musicintheair13-Emilia
emshdopv-Soledad
Mariaesdpv-Tristán
Fann3-Alfonso
CristinaESDPV- Gregoria Casas
Franrai-Francisca
Triestrellasara-Mariana
Jessicavalido-Rosario
Laury93-Salvador Castro
Nhgsa- Sebastian Ulloa
Esdpvluna- D.Anselmo
¡PODEIS SEGUIR UNIENDOOS AUNQUE YA HAYAMOS EMPEZADO!
Aviso!! Por favor si os comprometeis a hacer un personaje, intentad escribir regularmente para darle continuidad a la historia y no quedar estancados. Muchas Gracias.
Y si quereis participar , informadnos con antelación, sino esto se desmadra y sería un caos. GRACIAS.
Espero que os guste esta idea, me parece que lo podemos pasar muy bien.Si teneis alguna duda me lo deciis, y antes que nada si os parece bien, decidme que personaje quereis cada unos y yo los iré poniendo antes de empezar a elaborar la historia. Yo me pido Pepa si no os parece mal, si alguien quiereel personaje de Pepa yo me cojo otro y no pasa nada. Muchas gracias.



PERSONAJES PARA LA HISTORIA:
miri1309- Raimundo
Ruthlovetristan-Pepa
musicintheair13-Emilia
emshdopv-Soledad
Mariaesdpv-Tristán
Fann3-Alfonso
CristinaESDPV- Gregoria Casas
Franrai-Francisca
Triestrellasara-Mariana
Jessicavalido-Rosario
Laury93-Salvador Castro
Nhgsa- Sebastian Ulloa
Esdpvluna- D.Anselmo
¡PODEIS SEGUIR UNIENDOOS AUNQUE YA HAYAMOS EMPEZADO!
Aviso!! Por favor si os comprometeis a hacer un personaje, intentad escribir regularmente para darle continuidad a la historia y no quedar estancados. Muchas Gracias.
Y si quereis participar , informadnos con antelación, sino esto se desmadra y sería un caos. GRACIAS.
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#281

03/04/2012 00:56
Cedió regresar a la Casona no sin antes agradecerme mi apoyo, dedicarme tiernas palabras de amor y besarme de igual forma.
Lo miré una vez en la Calesa. Y la luna me permitió observar como una lágrima se deslizaba silenciosa por su mejilla. Tomó su mano entre las mías y la acaricié.
-Te quiero, mi corazón.- susurré. Él clavó sus ojos en los míos y sonrió. Haciéndome ver que todo estaba bien. Dejé que mi cabeza se apoyase en su hombro lo que nos restaba de camino, mientras nos sumíamos en un cómodo silencio.
Llegamos a la Casona, la cual permanecía en un silencio sepulcral. Supuse que nos habíamos demorado demasiado en la Conservera y todos debían estar ya dormidos.
Subimos las escaleras despacio. Tratando de no hacer demasiado ruido. Y de ir con el mayor tiento posible debido a la herida de Raimundo. Agarrándolo con fuerza subimos el último escalón. Raimundo miró hacia los lados observando los cambios que aquel pasillo había tenido a lo largo del tiempo.
Solté a Raimundo al decirme este que podía caminar solo. Me coloqué delante guiándolo en un camino que él quizás recordaba demasiado bien.
-¿Te has traído el pijama?- le pregunté risueña mientras entrabamos a mi habitación.
Lo miré una vez en la Calesa. Y la luna me permitió observar como una lágrima se deslizaba silenciosa por su mejilla. Tomó su mano entre las mías y la acaricié.
-Te quiero, mi corazón.- susurré. Él clavó sus ojos en los míos y sonrió. Haciéndome ver que todo estaba bien. Dejé que mi cabeza se apoyase en su hombro lo que nos restaba de camino, mientras nos sumíamos en un cómodo silencio.
Llegamos a la Casona, la cual permanecía en un silencio sepulcral. Supuse que nos habíamos demorado demasiado en la Conservera y todos debían estar ya dormidos.
Subimos las escaleras despacio. Tratando de no hacer demasiado ruido. Y de ir con el mayor tiento posible debido a la herida de Raimundo. Agarrándolo con fuerza subimos el último escalón. Raimundo miró hacia los lados observando los cambios que aquel pasillo había tenido a lo largo del tiempo.
Solté a Raimundo al decirme este que podía caminar solo. Me coloqué delante guiándolo en un camino que él quizás recordaba demasiado bien.
-¿Te has traído el pijama?- le pregunté risueña mientras entrabamos a mi habitación.
#282

03/04/2012 10:56
Comenzó a insinuarse mientras se quitaba la chaqueta y el chaleco. Di un par de pequeños pasos hacia atrás al ver como éstos eran seguidos por su camisa y, tras encontrar como obstáculo para seguir retrocediendo la cama, los pantalones.
Temblé excitada al sentir su cuerpo demasiado próximo al mío. Y con sorprendente destreza desabrochó la hilera de botones de mi vestido. Dejó mis hombros al descubierto y con pequeño empujón éste cayó al suelo por su propio peso.
Besó mis labios con un deseo irrefrenable. Buscando la cuerda para desajustar el corsé. Dejando aquella tarea para después y devorando de nuevo mis labios. Sentí como sus manos subían por mis muslos. Queriendo llegar a mis pechos y, esta vez si, comenzando a desabrochar la femenina prenda. Nos dejamos caer en la cama mientras los besos y las caricias proseguían. Mas, unos segundos después de sentir el colchón bajo mi espalda, Raimundo se apartó. Portando en su rostro una expresión de absoluto dolor.
-¿Qué ocurre, mi amor?- pregunté preocupada mientras intentaba recobrar la normalidad de mi respiración. A modo de respuesta llevó su mirada hacia su abdomen y allí, tras seguirla, pude ver como una pequeña mancha roja iba impregnando cada vez más la venda.
-Héroe.- le espeté reprochadora.
Me levanté si más en busca de un poco de alcohol de curar que había de haber en la cómoda que se situaba al fondo de la habitación. Raimundo me indicó que quizás Pepa hubiese colocado en su equipaje algo para curar su herida, pero no tardé más de un segundo en encontrar lo que yo buscaba. Cogí también unos algodones y regresé junto a él.
-Que sea la última vez que he de curarte por una de tus tonterías.- le advertí. Él respondió de la manera más pícara que pudo y se calló al sentir como la herida dolía aún más a medida que le quitaba la venda. La doblé y la sumergí en un barreño de agua, que tenía para asearme, con la intención de que la sangre no se resecase en ella. Impregné de alcohol un algodón. Llevándolo después con cuidado a su herida. Aunque, por mucho miramiento que puse, la herida escoció provocándole un pequeño respingo a Raimundo.
-Ahora te aguantas.- dije como una madre que resignada cura las heridas que su hijo se ha hecho al caer pues corría demasiado rápido. Acerqué de nuevo el algodón aunque esta vez sin medir la velocidad y presión que ejercía sobre la herida. Raimundo emitió un quejido que me hizo retirar el algodón por completo y empalidecer.
-Lo siento. Lo siento.- me disculpé. – ¿Te duele mucho?- pregunté esta vez cariñosa. Besando del mismo modo su mejilla. Él sonrió haciéndome ver que, ahora, un poco menos.
Terminé de desinfectar la herida. No sin antes agarrar la mano de Raimundo, por consuelo y para que de alguna forma me pudiese avisar si le dolía demasiado.
Esta vez sí, hube de rebuscar en su equipaje en busca de algún vendaje. Y, tal y como él había apuntado, entre sus ropas Pepa había metido lo necesario para curar la herida por si algo pasaba. Aunque recé para que esta situación no hubiese pasado por la mente de la muchacha.
Tomé la venda y la relié en torno a su abdomen. Tapando la herida.
-Ya está. Como nuevo.- pronuncié al terminar. Raimundo me miró con los ojos desbordantes de amor y mis mejillas no hicieron sino ruborizarse. Llevé mi mirada a la ropa interior que me cubría y supuse que no haría falta ponerme el camisón aquella noche. Miré a Raimundo, quien tumbado ya en la cama esperaba que yo hiciese lo propio.
-No.- dije rotundamente. Provocando el desconcierto de él. –Ese es mí- recalqué. -lado.
Raimundo soltó una carcajada mientras meneaba la cabeza dándome por imposible. Se levantó y agarrando el pico de la colcha y la sabana destapó la cama. Se volvió a acostar dejándome, esta vez, un hueco en lo que yo había dicho mi lado.
Un par de te quieros salieron de nuestros labios, mientras unas sonrisas iluminaban nuestros rostros. Apagué el candil y terminé por tumbarme. Girándome hacia él y, bajo la atenta mirada de la luna, comencé a acariciar su pecho desnudo.
-Buenas noches.- pronuncié antes de cerrar los ojos vencida por el sueño.
Temblé excitada al sentir su cuerpo demasiado próximo al mío. Y con sorprendente destreza desabrochó la hilera de botones de mi vestido. Dejó mis hombros al descubierto y con pequeño empujón éste cayó al suelo por su propio peso.
Besó mis labios con un deseo irrefrenable. Buscando la cuerda para desajustar el corsé. Dejando aquella tarea para después y devorando de nuevo mis labios. Sentí como sus manos subían por mis muslos. Queriendo llegar a mis pechos y, esta vez si, comenzando a desabrochar la femenina prenda. Nos dejamos caer en la cama mientras los besos y las caricias proseguían. Mas, unos segundos después de sentir el colchón bajo mi espalda, Raimundo se apartó. Portando en su rostro una expresión de absoluto dolor.
-¿Qué ocurre, mi amor?- pregunté preocupada mientras intentaba recobrar la normalidad de mi respiración. A modo de respuesta llevó su mirada hacia su abdomen y allí, tras seguirla, pude ver como una pequeña mancha roja iba impregnando cada vez más la venda.
-Héroe.- le espeté reprochadora.
Me levanté si más en busca de un poco de alcohol de curar que había de haber en la cómoda que se situaba al fondo de la habitación. Raimundo me indicó que quizás Pepa hubiese colocado en su equipaje algo para curar su herida, pero no tardé más de un segundo en encontrar lo que yo buscaba. Cogí también unos algodones y regresé junto a él.
-Que sea la última vez que he de curarte por una de tus tonterías.- le advertí. Él respondió de la manera más pícara que pudo y se calló al sentir como la herida dolía aún más a medida que le quitaba la venda. La doblé y la sumergí en un barreño de agua, que tenía para asearme, con la intención de que la sangre no se resecase en ella. Impregné de alcohol un algodón. Llevándolo después con cuidado a su herida. Aunque, por mucho miramiento que puse, la herida escoció provocándole un pequeño respingo a Raimundo.
-Ahora te aguantas.- dije como una madre que resignada cura las heridas que su hijo se ha hecho al caer pues corría demasiado rápido. Acerqué de nuevo el algodón aunque esta vez sin medir la velocidad y presión que ejercía sobre la herida. Raimundo emitió un quejido que me hizo retirar el algodón por completo y empalidecer.
-Lo siento. Lo siento.- me disculpé. – ¿Te duele mucho?- pregunté esta vez cariñosa. Besando del mismo modo su mejilla. Él sonrió haciéndome ver que, ahora, un poco menos.
Terminé de desinfectar la herida. No sin antes agarrar la mano de Raimundo, por consuelo y para que de alguna forma me pudiese avisar si le dolía demasiado.
Esta vez sí, hube de rebuscar en su equipaje en busca de algún vendaje. Y, tal y como él había apuntado, entre sus ropas Pepa había metido lo necesario para curar la herida por si algo pasaba. Aunque recé para que esta situación no hubiese pasado por la mente de la muchacha.
Tomé la venda y la relié en torno a su abdomen. Tapando la herida.
-Ya está. Como nuevo.- pronuncié al terminar. Raimundo me miró con los ojos desbordantes de amor y mis mejillas no hicieron sino ruborizarse. Llevé mi mirada a la ropa interior que me cubría y supuse que no haría falta ponerme el camisón aquella noche. Miré a Raimundo, quien tumbado ya en la cama esperaba que yo hiciese lo propio.
-No.- dije rotundamente. Provocando el desconcierto de él. –Ese es mí- recalqué. -lado.
Raimundo soltó una carcajada mientras meneaba la cabeza dándome por imposible. Se levantó y agarrando el pico de la colcha y la sabana destapó la cama. Se volvió a acostar dejándome, esta vez, un hueco en lo que yo había dicho mi lado.
Un par de te quieros salieron de nuestros labios, mientras unas sonrisas iluminaban nuestros rostros. Apagué el candil y terminé por tumbarme. Girándome hacia él y, bajo la atenta mirada de la luna, comencé a acariciar su pecho desnudo.
-Buenas noches.- pronuncié antes de cerrar los ojos vencida por el sueño.
#283

03/04/2012 12:32
Sus palabras, sus reproches me golpearon con una intensidad inesperada, con un dolor desconocido. ¿Por qué me desgarraban de aquella forma sus lágrimas? ¿Por qué no podía reír con su sufrimiento? Yo no soy así, yo no me apiado, yo no siento, yo no pienso en los demás, y por qué con ella no era capaz de ser yo.
Me agarró de las solapas desvaneciéndose entre mis brazos y deseé poder abrazarla y consolar aquel llanto amargo qeu solo yo había provocado, ¿qué me estaba pasando? Pasé mis ásperas manos por su cuello, queriendo, deseando poder acabar no con ella, sino con aquella desesperante sensación que invadía mi cuerpo. Ella cerró los ojos sabiendo lo que le esperaba, sin miedo, sin angustia, sin reproches, un leve temblor recorrió su cuerpo y yo lo sentí como si mi propio cuerpo convulsionase. Comencé a apretar, primero lentamente, después con más fuerza, hasta que abrió los ojos y pudo ver su mirada enrojecida por el llanto y no, no pude...Deshice la presión sobre su cuello para llevar mis manos a sus labios, a aquellos labios que un día se entregaron a mí, ero que pertenecían a otro nombre, aquellos labios que me moría por devorar, y aquel mismo pensamiento, la seguridad de que podría tomarla allí mismo, quisiera ella o no, el saber que la deseaba más que a nada, me asustó más la propia muerte.
Trastabillando, bajo su atónita mirada, la solté y huí, huí de ella queriendo huir de su recuerdo fundiéndome con las sombras de la noche.
Me agarró de las solapas desvaneciéndose entre mis brazos y deseé poder abrazarla y consolar aquel llanto amargo qeu solo yo había provocado, ¿qué me estaba pasando? Pasé mis ásperas manos por su cuello, queriendo, deseando poder acabar no con ella, sino con aquella desesperante sensación que invadía mi cuerpo. Ella cerró los ojos sabiendo lo que le esperaba, sin miedo, sin angustia, sin reproches, un leve temblor recorrió su cuerpo y yo lo sentí como si mi propio cuerpo convulsionase. Comencé a apretar, primero lentamente, después con más fuerza, hasta que abrió los ojos y pudo ver su mirada enrojecida por el llanto y no, no pude...Deshice la presión sobre su cuello para llevar mis manos a sus labios, a aquellos labios que un día se entregaron a mí, ero que pertenecían a otro nombre, aquellos labios que me moría por devorar, y aquel mismo pensamiento, la seguridad de que podría tomarla allí mismo, quisiera ella o no, el saber que la deseaba más que a nada, me asustó más la propia muerte.
Trastabillando, bajo su atónita mirada, la solté y huí, huí de ella queriendo huir de su recuerdo fundiéndome con las sombras de la noche.
#284

03/04/2012 13:31
Soledad estaba decidida a seguir con la investigación aquella noche aprovechando que todos dormían pero me negué.
- Soledad, han sido demasiadas emociones por hoy y además la noche no garantiza nada porque no sabemos dónde está. Podría descubrirlo todo antes siquiera de que empecemos.
Esas palabras hicieron reflexionar a Soledad que acabó sentándose derrotada a mi lado.
- Empezaremos mañana no te preocupes.
Soledad accedió mirándome esperanzada. Como si se sintiera útil a mi lado. Intenté acomodarme mejor y solté un gemido por la herida de la pierna. Soledad se dio cuenta y me dijo que se iría a por ropa de Tristán para que pudiera cambiarme.
Llegó con una palangana con agua, una toalla y algo de ropa. Después me ayudó a quitarme la camisa y el pantalón ensangrentado dejando mi pecho y mis piernas al descubierto. La miré de reojo y vi que sus mejillas se teñían de un color rojo muy dulce. Sonreí interiormente. Después, cogió la toalla y, empapándola un poco en agua, comenzó a pasarla por mi pecho. Yo me quedé paralizado ¿qué me pasaba con Soledad? Mi corazón latía alterado cuando la sentía cerca y de repente tuve el impulso de devorar sus labios. Como si tuviera vida propia mi mano cogió la suya con la toalla y la detuve en mi pecho.
- Gracias por tus cuidados Soledad. - acerté a decir sin apenas voz.
Ella contestó agradecida y a la vez ¿nerviosa? ¿acaso ella sentía lo mismo que yo? Intentó eliminar la tensión del ambiente diciéndome que mañana tendría que cambiar el vendaje y fue a coger la ropa que había traído. Yo me maldije interiormente "La has asustado Sebastián. Haz el favor de controlarte." Me ayudó a ponerme el pantalón pero cuando me puse la camisa la tensión volvió. Su rostro estaba demasiado cerca de mí. Ella me miró anhelante y yo no lo pude soportar más. Me acerqué a ella y la besé con ternura acariciando su rostro. Mi corazón se disparó. Mi cuerpo vibraba de alegría. Suerte que ella no me rechazó porque entonces me hubiera muerto de la vergüenza. Estuvimos besándonos hasta que oímos pisadas subiendo por las escaleras. Soledad se apartó nerviosa y respirando con dificultad. Me dijo con dificultad "buenas noches" y se fue sin que pudiera hablar.
Cuando oí la puerta cerré los ojos enfadado conmigo mismo "Maldita sea Sebastián. Te dije que te controlaras." Pero por lo menos ya sabía lo que pasaba: estaba enamorado de Soledad.
- Soledad, han sido demasiadas emociones por hoy y además la noche no garantiza nada porque no sabemos dónde está. Podría descubrirlo todo antes siquiera de que empecemos.
Esas palabras hicieron reflexionar a Soledad que acabó sentándose derrotada a mi lado.
- Empezaremos mañana no te preocupes.
Soledad accedió mirándome esperanzada. Como si se sintiera útil a mi lado. Intenté acomodarme mejor y solté un gemido por la herida de la pierna. Soledad se dio cuenta y me dijo que se iría a por ropa de Tristán para que pudiera cambiarme.
Llegó con una palangana con agua, una toalla y algo de ropa. Después me ayudó a quitarme la camisa y el pantalón ensangrentado dejando mi pecho y mis piernas al descubierto. La miré de reojo y vi que sus mejillas se teñían de un color rojo muy dulce. Sonreí interiormente. Después, cogió la toalla y, empapándola un poco en agua, comenzó a pasarla por mi pecho. Yo me quedé paralizado ¿qué me pasaba con Soledad? Mi corazón latía alterado cuando la sentía cerca y de repente tuve el impulso de devorar sus labios. Como si tuviera vida propia mi mano cogió la suya con la toalla y la detuve en mi pecho.
- Gracias por tus cuidados Soledad. - acerté a decir sin apenas voz.
Ella contestó agradecida y a la vez ¿nerviosa? ¿acaso ella sentía lo mismo que yo? Intentó eliminar la tensión del ambiente diciéndome que mañana tendría que cambiar el vendaje y fue a coger la ropa que había traído. Yo me maldije interiormente "La has asustado Sebastián. Haz el favor de controlarte." Me ayudó a ponerme el pantalón pero cuando me puse la camisa la tensión volvió. Su rostro estaba demasiado cerca de mí. Ella me miró anhelante y yo no lo pude soportar más. Me acerqué a ella y la besé con ternura acariciando su rostro. Mi corazón se disparó. Mi cuerpo vibraba de alegría. Suerte que ella no me rechazó porque entonces me hubiera muerto de la vergüenza. Estuvimos besándonos hasta que oímos pisadas subiendo por las escaleras. Soledad se apartó nerviosa y respirando con dificultad. Me dijo con dificultad "buenas noches" y se fue sin que pudiera hablar.
Cuando oí la puerta cerré los ojos enfadado conmigo mismo "Maldita sea Sebastián. Te dije que te controlaras." Pero por lo menos ya sabía lo que pasaba: estaba enamorado de Soledad.
#285

03/04/2012 14:26
Sentí sus ásperas manos sobre mi cuello y cerré los ojos segura de que aquello era el final,la presión era cada vez mas fuerte y casi no podía respirar. Pero abrí los ojos para mirarlo y de repente aparto las manos de mi cuello para acariciar mis labios en un gesto que me dejo desconcertada y sin mas despareció corriendo fundiéndose en las sombras de la noche.Sin salir de mi asombro encamine mis pasos hacia la casona ya que pronto amanecería,mientras caminaba pensaba en como darle a mis hijos la triste noticia de la muerte de su hermano.
#286

03/04/2012 14:44
La sensación de malestar que sentía empeoraba. Tristán me ofreció ir con el al río para refrescarme. Sabía que cuanto menos tiempo pasara con él, más fácil sería olvidarle, pero me encontraba realmente mal así que acepté.
-Sí, será lo mejor- dije, y le cogí de la mano.
-Sí, será lo mejor- dije, y le cogí de la mano.
#287

03/04/2012 16:06
La ayude a levantarse, y la apoye en mi, empezamos a caminar hacia el rio, la notaba debil, palida, mi sensacion de preocupacion aumentaba a cada momento, al fin llegamos al rio, le dije que se esperara sentada en una roca y fui a buscar agua.
#288

03/04/2012 16:19
Tristán me acompañó hasta el río y me dejó apoyada suavemente sobre una roca. Se fue a por agua y se alejó de mi unos metros. Me quise levantar para poder coger el agua por mi misma pero me caí, perdía el equilibrio,no me tenía en pie.
#289

03/04/2012 16:38
Cuando estaba recogiendo agua oi un golpe, me gire y vi a Pepa en el suelo, el panico se dibujo en mi rostro.
-PEPA! -Grite con todas mis fuerzas, soltando el bidon con el que iba a recoger el agua, y corriendo hacia ella, me tire al suelo donde ella estaba y la cogi.
-Pepa,pepa! -volvi a gritar-
-PEPA! -Grite con todas mis fuerzas, soltando el bidon con el que iba a recoger el agua, y corriendo hacia ella, me tire al suelo donde ella estaba y la cogi.
-Pepa,pepa! -volvi a gritar-
#290

03/04/2012 16:45
Tristán vino raudo al verme caer.
-Me encuentro muy mal Tristán, estoy muy mareada. Por favor ve a la Casona, coge el caballo y vuelve a por mí. Creo que lo mejor será ir a la casa de comidas. Allí podré descansar. - dije muy despacio
-Me encuentro muy mal Tristán, estoy muy mareada. Por favor ve a la Casona, coge el caballo y vuelve a por mí. Creo que lo mejor será ir a la casa de comidas. Allí podré descansar. - dije muy despacio
#291

03/04/2012 16:46
Llegue a la casona a penas había amanecido así que supuse que todos aun dormirían,entre por la puerta de la cocina,donde me encontré a Mariana faenando.-Deja eso hija yo preparo el desayuno,tu ocúpate de la limpieza-le dije con una sonrisa.ella me la devolvió y me dijo que me notaba cansada-No te preocupes,no es nada,anda ve a ocuparte de lo que te he dicho antes de que baje la señora-.Ella se marcho no sin antes advertirme que prepara desayuno para dos.Entonces entendí que Raimundo también se encontraba en la casona,me alegre por la señora y prepare la bandeja y subí las escaleras al llegar llame a la puerta y espere a que me dieran permiso para entrar.
#292

03/04/2012 16:54
-Pepa, pero dejarte aqui sola...
Lo pense unos instantes y al fin tome la decision de ir, seria lo mejor puesto que ella apenas podia tenerse en pie.
-Esta bien, ire a la casona y volvere raudo con un caballo para llevarte al consultorio
La cogi y la sente de nuevo en la roca, apoyandola en un arbol.
-No te muevas de aqui,vale?
Le di un beso en la frente y marche,a paso rapido.
Lo pense unos instantes y al fin tome la decision de ir, seria lo mejor puesto que ella apenas podia tenerse en pie.
-Esta bien, ire a la casona y volvere raudo con un caballo para llevarte al consultorio
La cogi y la sente de nuevo en la roca, apoyandola en un arbol.
-No te muevas de aqui,vale?
Le di un beso en la frente y marche,a paso rapido.
#293

03/04/2012 16:59
Tristán aceptó, me dejó de nuevo sobre la roca, me dio un tierno beso en la frente y marchó corriendo. Yo cerré los ojos un instante pues mi mareo no disminuía.
Apoyé la cabeza sobre la roca y respiré profundamente.
Pero mi tranquilidad se truncó cuando de pronto oí un ruido
Apoyé la cabeza sobre la roca y respiré profundamente.
Pero mi tranquilidad se truncó cuando de pronto oí un ruido
#294

03/04/2012 18:01
Me incorporé como pude, pero permanecí sentada. De pronto vi aparecer a 2 hombres. Uno más alto que otro. Tenían las caras llenas de suciedad y sus ropas estaban viejas y raídas.
-¿Que haces aquí tan sola, princesa?- me dijo el más alto en tono burlón.
Me alejé de ellos, retrocediendo un poco hacia atrás, no me daban buena espina.
-¿Quiénes sois?- dije confusa
Ellos se iban acercando poco a poco.
-¿Por qué te alejas de nosotros? Si lo podemos pasar muy bien- me gritó el más bajo
-¡Iros! ¡Dejadme en paz!-les grité
-¿Que haces aquí tan sola, princesa?- me dijo el más alto en tono burlón.
Me alejé de ellos, retrocediendo un poco hacia atrás, no me daban buena espina.
-¿Quiénes sois?- dije confusa
Ellos se iban acercando poco a poco.
-¿Por qué te alejas de nosotros? Si lo podemos pasar muy bien- me gritó el más bajo
-¡Iros! ¡Dejadme en paz!-les grité
#295

03/04/2012 18:08
Apenas pegué ojo en toda la noche. No dejaba de pensar en ese beso y en Soledad "¿Cómo has podido ser tan estúpido Sebastián?" No dejaba de decir mi conciencia. Me pasé toda la noche pensando en Soledad y en el futuro teniendo a Salvador acechando. Estaba seguro que no vendría por aquí en muchos días. A esas personas les gusta dejar que a la presa la domine el miedo. Pero entonces ¿qué se podía hacer?
No podía estar más en la alcoba así que me propuse ir a la silla de ruedas como fuera. Tenía que moverme o acabaría por volverme loco. Por desgracia en un movimiento apoyé demasiado la pierna herida y el dolor fue demasiado fuerte. Me caí al suelo. Al mismo tiempo que intentaba recomponerme oía que alguien se acercaba a paso rápido hasta mi cuarto.
No podía estar más en la alcoba así que me propuse ir a la silla de ruedas como fuera. Tenía que moverme o acabaría por volverme loco. Por desgracia en un movimiento apoyé demasiado la pierna herida y el dolor fue demasiado fuerte. Me caí al suelo. Al mismo tiempo que intentaba recomponerme oía que alguien se acercaba a paso rápido hasta mi cuarto.
#296

03/04/2012 18:50
Eché a andar trtando de huir, de escapar, pero yo no huyo, no escapo. ¿Qué me estaba pasando? Me dije, ¿qué me pasa? ¿por qué he dudado, por qué no la he matado? Si cuando pienso que me detesta, si cuando pienso que otro hombre la ha tocado me corro una rabia cegadora, si...
Andaba perdido, sin rumbo, envuelto en mis cavilaciones cuando de pronto escuché una voz que gritaba. Aquella voz... me sonaba familiar, la conocía... Corrí hacia allí, hacia el lugar del qeu provenía la voz, sin saber la razón que me empujaba a hacerlo, solo corrí y al llegar, entre la maleza pude atisbar a aquella muchacha... a mi hija, en el suelo, rodeada por corpulentas figuras.
Sabía demasiado bien lo que querían hacer aquellos hombres, lo sabía porque lo había hecho. Yo no era mucho mejor que aquellas bestias que cargaban contra mi... me costaba decirlo y más pensarlo, hija. En cualquier otro momento, con cualquier otra persona, no hubiera hecho nada, en todo caso me hubiera unido a la diversión, pero estaba demasiado confuso, demasiado perdido... Escribo y escribo y trato de encontrarme una explicación pero ni yo mismo sé que extraña fuerza me empujó a saltar de mi escondite empuñando mi pistola contra aquellos hombres.
- Mejor que os estéis quietecitos... Hoy no estoy teniendo un buen día asi que hacedme el favor y dadme un motivo para que os dispare, seguro que eso me relaja.
Andaba perdido, sin rumbo, envuelto en mis cavilaciones cuando de pronto escuché una voz que gritaba. Aquella voz... me sonaba familiar, la conocía... Corrí hacia allí, hacia el lugar del qeu provenía la voz, sin saber la razón que me empujaba a hacerlo, solo corrí y al llegar, entre la maleza pude atisbar a aquella muchacha... a mi hija, en el suelo, rodeada por corpulentas figuras.
Sabía demasiado bien lo que querían hacer aquellos hombres, lo sabía porque lo había hecho. Yo no era mucho mejor que aquellas bestias que cargaban contra mi... me costaba decirlo y más pensarlo, hija. En cualquier otro momento, con cualquier otra persona, no hubiera hecho nada, en todo caso me hubiera unido a la diversión, pero estaba demasiado confuso, demasiado perdido... Escribo y escribo y trato de encontrarme una explicación pero ni yo mismo sé que extraña fuerza me empujó a saltar de mi escondite empuñando mi pistola contra aquellos hombres.
- Mejor que os estéis quietecitos... Hoy no estoy teniendo un buen día asi que hacedme el favor y dadme un motivo para que os dispare, seguro que eso me relaja.
#297

03/04/2012 18:54
Los rayos del sol se colaron entre las cortinas dando de lleno en mi rostro. Haciéndome removerme sin aun querer abrir los ojos. Me pegué aún más a Raimundo queriendo seguir con aquel dulce sueño. Y justo en ese momento los unos toque en la puerta me hicieron despertar definitivamente.
Suspiré. Separándome de él con extremo cuidado para que Raimundo no se despertase. Acaricié su rostro al observar la expresión relajada que tenía en él.
Me levanté de la cama. Oyendo de nuevo el aporreo de la puerta. Sin querer contestar para que Raimundo no se despertase, me dirigí hacia el armario en busca de algo con lo que cubrirme.
Esta vez me encaminé hacia la entrada mientras me colocaba la bata.
-¡Rosario!- exclamé en un susurro al abrir la puerta. Ella sonrió al verme y rápidamente pude deducir el motivo de su presencia allí. Aunque ella no tardó en aclarármelo, disponiéndose a entrar en la habitación para servirme el desayuno. Mas quedó parada instintivamente al ver como Raimundo dormía placenteramente en mi cama.
-Decidimos que lo mejor sería que pasase su recuperación con nosotros y…- meneé la cabeza al ver como Rosario me miraba comprensiva sin necesidad de que dijese nada más.
Suspiré. Separándome de él con extremo cuidado para que Raimundo no se despertase. Acaricié su rostro al observar la expresión relajada que tenía en él.
Me levanté de la cama. Oyendo de nuevo el aporreo de la puerta. Sin querer contestar para que Raimundo no se despertase, me dirigí hacia el armario en busca de algo con lo que cubrirme.
Esta vez me encaminé hacia la entrada mientras me colocaba la bata.
-¡Rosario!- exclamé en un susurro al abrir la puerta. Ella sonrió al verme y rápidamente pude deducir el motivo de su presencia allí. Aunque ella no tardó en aclarármelo, disponiéndose a entrar en la habitación para servirme el desayuno. Mas quedó parada instintivamente al ver como Raimundo dormía placenteramente en mi cama.
-Decidimos que lo mejor sería que pasase su recuperación con nosotros y…- meneé la cabeza al ver como Rosario me miraba comprensiva sin necesidad de que dijese nada más.
#298

03/04/2012 19:10
La señora acudió a abrirme la puerta,yo le sonreí a modo de saludo-Señora le traigo el desayuno-le dije y me dispuse a dejar la bandeja en la mesita como cada mañana,pero me quede parada al ver a Raimundo que dormía plácidamente.la señora intento explicarme su presencia allí pero no hacia falta.-no necesita explicarme nada,me alegro por usted- le dije dedicándole una sonrisa y le entregue la bandeja-es un buen hombre,uno de los mas honrados y trabajadores que he conocido-dije mirando a Raimundo que continuaba dormido-estoy completamente segura que la va a hacer muy feliz-.La señora dejo la bandeja en la mesita y me miro con un brillo especial en los ojos dispuesta a contestarme
#299

03/04/2012 19:18
Se sentaron a mi lado, no atendían a mis gritos, yo intenté levantarme para irme de allí pero me agarraron de el brazo obligandome a sentarme y cuando uno iba a empezar a desabrocharme los botones de la blusa grite:
-¡Socooorro! ¡Ayuuuda!
Pero ¿Quién iba a venir a socorrerme? Ellos rieron ante mis gritos y siguieron tocandome mientras yo les daba para que no lo hicieran.
-¡Soltadme puercos! -les decía
De pronto, de entre la maleza salió Salvador armado.
Les amenazó con una pistola.
-¡Socooorro! ¡Ayuuuda!
Pero ¿Quién iba a venir a socorrerme? Ellos rieron ante mis gritos y siguieron tocandome mientras yo les daba para que no lo hicieran.
-¡Soltadme puercos! -les decía
De pronto, de entre la maleza salió Salvador armado.
Les amenazó con una pistola.
#300

03/04/2012 19:34
- ¿Tendré que repetirlo?- Les dije al ver que no se marchaban.
Uno de ellos, el más corpulento me miró a lso ojos, dedicándome una sonrisa desdentada. A pesar de los metros que me separaban, su aliento putrefacto podía golpear mi rostro como un mazo, aquel inmundo ser seguía con las manos puestas en el pecho de Pepa, la llamaré así para evitar la palabra...hija, suena tan raro. A lo que iba, aquel puerco la soltó para acercarse a mí, riendo con sus amigotes que rodeaban a la muchacha tirada en el suelo. Por fin una alegria, pensé al verlo venir hacia mí.
- Está claro qeu estos no saben quién soy- dije mirando a los asustados ojos de Pepa
Aquel decrépido y sucio ser se abalanzó sobre mí pensando qeu su fuerza me achantaría, pero no contaba con mi astucia y la experiencia de quien ha sesgado tantas vidas. Pude deshacerme de él en apenas un par de movimientos propinándole un sonoro puñetazo en el rostro, en el estómago, hasta que tuvo qeu arrodillarse, pues aquella mole no podía sostener su propia estupidez, momento que aproveché para rodear su cuello con mis brazos. Comencé a apretar sintiendo las convulsiones de su cuerpo que comenzaba a quedarse sin aire.
- Dile a tus muchachotes que se aparten de ella.
Con un movimiento de cabeza de mi presa, los demás se apartaron.
- Ahora pídele perdón a la señorita- él trataba de hablar pero mi yugo era demasiado poderoso- No te oigo...
Estaba dispuesto a acabar con su vida en aquel mismo momento, pero hubo algo que me lo impidió, la miré a ella, la vi a ella, no a Pepa si no a mi madre, sus ojos en los de mi hija, y sin saber por qué, mis brazos se deshicieron de su mortal abrazo.
- Corre y que no vuelva a ver tu asquerosa cada, ¿entendido?
Y así, todos comenzaron a irse, dejándome solo de nuevo con mis dudas y con ella.
Uno de ellos, el más corpulento me miró a lso ojos, dedicándome una sonrisa desdentada. A pesar de los metros que me separaban, su aliento putrefacto podía golpear mi rostro como un mazo, aquel inmundo ser seguía con las manos puestas en el pecho de Pepa, la llamaré así para evitar la palabra...hija, suena tan raro. A lo que iba, aquel puerco la soltó para acercarse a mí, riendo con sus amigotes que rodeaban a la muchacha tirada en el suelo. Por fin una alegria, pensé al verlo venir hacia mí.
- Está claro qeu estos no saben quién soy- dije mirando a los asustados ojos de Pepa
Aquel decrépido y sucio ser se abalanzó sobre mí pensando qeu su fuerza me achantaría, pero no contaba con mi astucia y la experiencia de quien ha sesgado tantas vidas. Pude deshacerme de él en apenas un par de movimientos propinándole un sonoro puñetazo en el rostro, en el estómago, hasta que tuvo qeu arrodillarse, pues aquella mole no podía sostener su propia estupidez, momento que aproveché para rodear su cuello con mis brazos. Comencé a apretar sintiendo las convulsiones de su cuerpo que comenzaba a quedarse sin aire.
- Dile a tus muchachotes que se aparten de ella.
Con un movimiento de cabeza de mi presa, los demás se apartaron.
- Ahora pídele perdón a la señorita- él trataba de hablar pero mi yugo era demasiado poderoso- No te oigo...
Estaba dispuesto a acabar con su vida en aquel mismo momento, pero hubo algo que me lo impidió, la miré a ella, la vi a ella, no a Pepa si no a mi madre, sus ojos en los de mi hija, y sin saber por qué, mis brazos se deshicieron de su mortal abrazo.
- Corre y que no vuelva a ver tu asquerosa cada, ¿entendido?
Y así, todos comenzaron a irse, dejándome solo de nuevo con mis dudas y con ella.