El secreto de Puente Viejo, el origen de todo... Una historia muy distina... Avance de la 2ª temporada
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14/12/2011 18:19
Comienza el año 1903, un año ha pasado desde que Pepa "Balmes" llegara a Puente Viejo y comenzara a trabajar como partera de Angustias de Castro, Tristán llegara de Cuba, Raimundo comenzara con la taberna... Tantas cosas han cambiado en un año, pero claro, en este pueblo ni una Navidad se puede pasar tranquila, aunque casi todo se ha solucionado aún quedan muchos interrogantes en el aire, sobre todo respecto al pasado conectado por una sola persona, Salvador Castro, padre de Pepa y Soledad.

La historia...
Al pueblo llega Aarón, un joven que dedica su vida a la enseñanza y que pronto se gana la simpatía de todos, desde Pepa a Francisca, a pesar de su tormentosa vida intenta ser feliz y cuida a cada niño como si fuese suyo. Águeda no duda en pedirle la tutela de la hija de su difunto primo, Anelisa, heredera al marquesado de Aguasmansas y de Sanxenxo. Mietras que la partera seguirá intentando olvidar a Tristán y rehacer su vida para lo que Águeda no dudará en ayudarla.

Francisca por otra parte decide que Soledad se case con Olmo y lo amaña todo para que así sea, su salud se reciente y es consciente de lo poco que le queda. Los Castañeda intentan superar la muerte de Juan, ahora con Ramiro y José de vuelta tienen un apoyo mas. Por último alguien sigue de cerca los movimientos de Francisca y Mauricio, parece que el secreto que comparten está a punto de descubrirse.
Personajes
Juana Montesinos

Maestra de Villafranca y amiga de Aarón, le ayuda en la preparación de la función de Navidad y con el asunto de Christian.
Christian Miguel Carlos Luís Castro y Berenguer, marqués de Sanxenxo/ Christian Michel Charles Louis Nielsen Lefebvre/ Christian Miguel Carlos Luís Castro Nielsen

Niño extranjero que aparece por el pueblo. Es adoptado por Aarón. Mas tarde se descubre que es hijo de Evelyn y de Alonso Castro el hermano de Salvador. Por lo tanto primo de Pepa y pretendiente a la fortuna de los Castro. Finalmente resulta ser hijo de Catalina, una amiga de Águeda en su juventud y nieto por ende de Lorenza la marquesa. Quedando como único heredero al título.
Aarón Abrante Anzuga/ Teobaldo Larriñaga Márquez

Sustituto de Gregoria como galeno del pueblo. Inteligente, y muy perfeccionista. Llega a Puente Viejo con un doble motivo, la familia Montenegro.
Valentina Elizalde y Álvarez de San Román, duquesa de Cabanillas y Vinuesa

Se traslada a Puente Viejo junto a su hijo y su marido. Es una mujer muy ambiciosa, cínica, inteligente, despiadada y manipuladora. Para ganarse el aprecio del pueblo, financia la reconstrucción de la vieja escuela donde el maestro imparte clase.
Diana Campra y Elizalde

Hija de los duques de Cabanilla, se traslada junto a ellos a Puente Viejo. Resuelta y rebelde, no tolera que sus padres manejen su vida.
Alejandro Campra y Elizalde

Hijo y heredero de la duquesa, es un niño triste y solitario que nunca ha salido de su casa. Rivaliza con todo el pueblo pero congenia muy bien con el maestro.
Lorenza Carrera y Monchurresco, marquesa de Sanxenxo

Abuela de Anelisa y marquesa, viene a Puente Viejo y Pepa y Águeda intentarán que no descubran la verdad.
Pepa Castro y Molero
Tristán Ulloa Montenegro
Francisca Montenegro Ezquerro
Águeda Molero, Marquesa de Aguasmansas
Raimundo Ulloa Monago
Emilia Ulloa Balboa
Mariana Castañeda Pacheco
Ramiro Castañeda Pacheco
Alfonso Castañeda Pacheco
Soledad Castro Montenegro
Paquillo
Martín Suárez Castro
Hipólito Mirañar Asenjo
Dolores Asenjo de Mirañar
Pedro Mirañar López Regueira Jaca de Togores y Pérez de Pulgar
Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena
Y también...
Salvador Castro
Angustias Osorio de la Iglesia †
Elvira Orellana †
Carlos Suárez/ Carlos Castro †
Ufano Osorio Aguilar
Milagros de la Iglesia de San Cristóbal
Irene Rivillas de Castro
Desdémona Osorio de la Iglesia †
Antiguos
Gregoria Casas
Evelyn Nielsen de Castro †
Don Anselmo †
Olmo Mesía Aldaz †
Calvario Osorio de la Iglesia †
Rosario Pacheco de Castañeda †
José Castañeda Ortiz †
Mauricio Godoy †
Leonor Teófila Martín Hurtado †
Guillermo Castro y Rivillas/ Aarón Abrante Anzuga

Al pueblo llega Aarón Abrante Anzuga, joven de tan solo 21 años que consigue el empleo de maestro en la escuela del pueblo. A pesar de su edad es una persona muy sabia, siendo un recién nacido su madre tuvo que entregarlo en un hospicio, allí vivió hasta los 4 años, cuando por robar algo de pan lo echaron, tras varios días a la intemperie un monje lo acogió y lo instruyó, de ahí su sabiduría y 2 años después se lo entregó a don Gonzalo de Molina, un terrateniente aragonés que en poco tiempo se endeudó y para reunir dinero vendió el niño de tan solo 7 años a un herrero. El herrero lejos de ser una persona buena martirizó al chico encerrándolo por las noches en el oscuro sótano, maltratándolo y demás atrocidades hasta que con 14 años el chico lo mató y huyó, su caracter, formado por las 5 etapas vividas (hospicio, monasterio, señor, "esclavo" y correcaminos) le convierte en una persona de interés para todo el pueblo en especial para Pepa y Soledad con las que entablará una gran amistad. Muere para salvar a Pepa después de saber que es hijo de Salvador Castro y heredero de una cuantiosa fortuna.
Anelisa de Aguasmansas y Sanxenxo †

Hija del primo marqués de Águeda, tras la accidental muerte prematura de sus padres se traslada con la prima de éste. Es una niña despierta que a Pepa le recuerda a Martín y por eso le coge gran afecto. Aarón va al Jaral a darle clases particulares.
Padre Fermín de Pablo Oliva

Amigo de Calvario y nuevo párroco del pueblo. Trató a Salvador en su juventud y se beneficiaba de su fortuna, por lo que e convenía matar a Aarón. Muere asesinado por Alfonso.
Muchas gracias a Silvia por esta fantástica cabecera.
Capítulos.
I La carta con acebo.
II El festival festivo de fiestas festivas de Navidad.
III La cena de Nochebuena.
IV Se alegran las almas.
V Los nómadas beben te.
VI Cientos de historias.
VII Lago de Sangre.
VIII El príncipe escondido.
IX El duelo.
X La epidemia.
XI El secuestro.
XII Recuerdos del corazón.
XIII Desdichada.
XIV La carta de Catalina.
XV La boda.
XVI El heredero.
XVII El secreto de Calvario.
XVIII La confesión.
XIX Erase una boda.
XX El oscuro origen de Salvador Castro.
XXI El nuevo destino.
XXII Crimen y castigo.
XXIII A muerte.

La historia...
Al pueblo llega Aarón, un joven que dedica su vida a la enseñanza y que pronto se gana la simpatía de todos, desde Pepa a Francisca, a pesar de su tormentosa vida intenta ser feliz y cuida a cada niño como si fuese suyo. Águeda no duda en pedirle la tutela de la hija de su difunto primo, Anelisa, heredera al marquesado de Aguasmansas y de Sanxenxo. Mietras que la partera seguirá intentando olvidar a Tristán y rehacer su vida para lo que Águeda no dudará en ayudarla.

Francisca por otra parte decide que Soledad se case con Olmo y lo amaña todo para que así sea, su salud se reciente y es consciente de lo poco que le queda. Los Castañeda intentan superar la muerte de Juan, ahora con Ramiro y José de vuelta tienen un apoyo mas. Por último alguien sigue de cerca los movimientos de Francisca y Mauricio, parece que el secreto que comparten está a punto de descubrirse.
Personajes
Juana Montesinos

Maestra de Villafranca y amiga de Aarón, le ayuda en la preparación de la función de Navidad y con el asunto de Christian.
Christian Miguel Carlos Luís Castro y Berenguer, marqués de Sanxenxo/ Christian Michel Charles Louis Nielsen Lefebvre/ Christian Miguel Carlos Luís Castro Nielsen

Niño extranjero que aparece por el pueblo. Es adoptado por Aarón. Mas tarde se descubre que es hijo de Evelyn y de Alonso Castro el hermano de Salvador. Por lo tanto primo de Pepa y pretendiente a la fortuna de los Castro. Finalmente resulta ser hijo de Catalina, una amiga de Águeda en su juventud y nieto por ende de Lorenza la marquesa. Quedando como único heredero al título.
Aarón Abrante Anzuga/ Teobaldo Larriñaga Márquez

Sustituto de Gregoria como galeno del pueblo. Inteligente, y muy perfeccionista. Llega a Puente Viejo con un doble motivo, la familia Montenegro.
Valentina Elizalde y Álvarez de San Román, duquesa de Cabanillas y Vinuesa

Se traslada a Puente Viejo junto a su hijo y su marido. Es una mujer muy ambiciosa, cínica, inteligente, despiadada y manipuladora. Para ganarse el aprecio del pueblo, financia la reconstrucción de la vieja escuela donde el maestro imparte clase.
Diana Campra y Elizalde

Hija de los duques de Cabanilla, se traslada junto a ellos a Puente Viejo. Resuelta y rebelde, no tolera que sus padres manejen su vida.
Alejandro Campra y Elizalde

Hijo y heredero de la duquesa, es un niño triste y solitario que nunca ha salido de su casa. Rivaliza con todo el pueblo pero congenia muy bien con el maestro.
Lorenza Carrera y Monchurresco, marquesa de Sanxenxo

Abuela de Anelisa y marquesa, viene a Puente Viejo y Pepa y Águeda intentarán que no descubran la verdad.
Pepa Castro y Molero
Tristán Ulloa Montenegro
Francisca Montenegro Ezquerro
Águeda Molero, Marquesa de Aguasmansas
Raimundo Ulloa Monago
Emilia Ulloa Balboa
Mariana Castañeda Pacheco
Ramiro Castañeda Pacheco
Alfonso Castañeda Pacheco
Soledad Castro Montenegro
Paquillo
Martín Suárez Castro
Hipólito Mirañar Asenjo
Dolores Asenjo de Mirañar
Pedro Mirañar López Regueira Jaca de Togores y Pérez de Pulgar
Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena
Y también...
Salvador Castro
Angustias Osorio de la Iglesia †
Elvira Orellana †
Carlos Suárez/ Carlos Castro †
Ufano Osorio Aguilar
Milagros de la Iglesia de San Cristóbal
Irene Rivillas de Castro
Desdémona Osorio de la Iglesia †
Antiguos
Gregoria Casas
Evelyn Nielsen de Castro †
Don Anselmo †
Olmo Mesía Aldaz †
Calvario Osorio de la Iglesia †
Rosario Pacheco de Castañeda †
José Castañeda Ortiz †
Mauricio Godoy †
Leonor Teófila Martín Hurtado †
Guillermo Castro y Rivillas/ Aarón Abrante Anzuga

Al pueblo llega Aarón Abrante Anzuga, joven de tan solo 21 años que consigue el empleo de maestro en la escuela del pueblo. A pesar de su edad es una persona muy sabia, siendo un recién nacido su madre tuvo que entregarlo en un hospicio, allí vivió hasta los 4 años, cuando por robar algo de pan lo echaron, tras varios días a la intemperie un monje lo acogió y lo instruyó, de ahí su sabiduría y 2 años después se lo entregó a don Gonzalo de Molina, un terrateniente aragonés que en poco tiempo se endeudó y para reunir dinero vendió el niño de tan solo 7 años a un herrero. El herrero lejos de ser una persona buena martirizó al chico encerrándolo por las noches en el oscuro sótano, maltratándolo y demás atrocidades hasta que con 14 años el chico lo mató y huyó, su caracter, formado por las 5 etapas vividas (hospicio, monasterio, señor, "esclavo" y correcaminos) le convierte en una persona de interés para todo el pueblo en especial para Pepa y Soledad con las que entablará una gran amistad. Muere para salvar a Pepa después de saber que es hijo de Salvador Castro y heredero de una cuantiosa fortuna.
Anelisa de Aguasmansas y Sanxenxo †

Hija del primo marqués de Águeda, tras la accidental muerte prematura de sus padres se traslada con la prima de éste. Es una niña despierta que a Pepa le recuerda a Martín y por eso le coge gran afecto. Aarón va al Jaral a darle clases particulares.
Padre Fermín de Pablo Oliva

Amigo de Calvario y nuevo párroco del pueblo. Trató a Salvador en su juventud y se beneficiaba de su fortuna, por lo que e convenía matar a Aarón. Muere asesinado por Alfonso.
Muchas gracias a Silvia por esta fantástica cabecera.
Capítulos.
I La carta con acebo.
II El festival festivo de fiestas festivas de Navidad.
III La cena de Nochebuena.
IV Se alegran las almas.
V Los nómadas beben te.
VI Cientos de historias.
VII Lago de Sangre.
VIII El príncipe escondido.
IX El duelo.
X La epidemia.
XI El secuestro.
XII Recuerdos del corazón.
XIII Desdichada.
XIV La carta de Catalina.
XV La boda.
XVI El heredero.
XVII El secreto de Calvario.
XVIII La confesión.
XIX Erase una boda.
XX El oscuro origen de Salvador Castro.
XXI El nuevo destino.
XXII Crimen y castigo.
XXIII A muerte.
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#41

14/01/2012 23:26
Capítulo VI, Cientos de historias.
Música de la escena.
Los días pasaron y así llegó el 31 de diciembre, para muchos sería el mejor día del año, por ejemplo para Francisca Montenegro pues 1902 había sido nefasto. A la Montenegro no se le había escapado que Aarón fuese físicamente igual a Salvador Castro en su juventud y para ello había llamado a Mauricio a su despacho. –Dígame señora –dijo el capataz. Francisca fue hasta él. –¿Mauricio recuerdas los trabajillos que hiciste durante años? -. –Si señora -. –Júrame que los cumpliste todos, júramelo por tu alma –dijo Francisca. –Se- se lo juro señora –respondió él cohibido. Pero en su mente recordaba el único no cumplido…
Mauricio galopaba rápidamente por una calle, persiguiendo a una desprotegida mendiga que corría con un bebé. La mujer pasó por un callejón y llegó a la iglesia. -¡Socorro abridme por piedad! –Gritaba. Mauricio llegó a las puertas de la iglesia y el caballo embistió a la mujer que cayó tiñendo la nieve de rojo. Mauricio bajó del caballo y cogió al bebé, debía de tener pocos días. Le miró la espalda, tenía los tres lunares de Salvador Castro. ¿Qué hacer con él? Decidió arrojarlo al Ebro pero entonces oyó como la iglesia se abría, rápidamente dejó al bebé en el suelo y montó su caballo. El cura que salía se encontraría la escena…
-Le juro señora que no queda ni uno -. Francisca se sentó en el sillón. –Está bien, si alguien se enterara de esto Mauricio, sería nuestro fin. –El capataz la miró. –Se que no era una tarea fácil pero, no me quedaba otra –añadió la Montenegro con tristeza. –Segué la vida de todos esos recién nacidos señora… -Francisca interrumpió a Mauricio. –Lo sé, y me demostraste lealtad absoluta. Pero no somos malos, libramos al mundo de los vástagos bastardos de Salvador Castro y sus múltiples amantes –dijo la terrateniente como si con eso se justificara. Entra Elena. –Señora, la calesa aguarda -. Y Francisca marchó con la doncella.
-Veo que le va de maravilla en su nueva casa –dijo Emilia entrando en casa del maestro. –Si Emilia, perfectamente –respondió él sirviéndole un te. –Es te árabe, no hay otro igual –añadió. Emilia bebió un sorbo. –Ya está cosido –y le entregó un libro al maestro. –A su hijo seguro que le encanta -. –Eso espero, lo gracioso es que los protagonistas son gentes del pueblo, por ejemplo “Pedro Mirañar y las judías mágicas” o “La casita de chocolate de Águeda Mesía” -. Emilia se rio –a mi me ha gustado que yo sea una de las hermanastras de la Cenicienta que en este caso es Mariana -. Aarón también se rio. –Pero mira, lee la introducción, es una canción referente a él, como ya sabes quiero que aprenda español y este libro le servirá. Y quiero que me vea con un buen amigo -. Emilia leyó la canción –la voy a cantar, tengo buena voz –dijo ella.
Llenaré su alma, hay tanto que decir
Dónde hay desdicha, le voy hacer reír.
Al mirar su sombra, sabrá que somos dos
Cuando pueda al fin hablarle, sin decir adiós.
Cientos de historias, con láminas que bello encanto
Magia y luz, cualquier palabra es, un sueño que contar
Cimas de pura miel, dónde duermen lunas llenas
Si voy con él le haré llegar.
Un libro es un reto, profundo como el mar
Viviría en esos versos para hacerlos rimar
Lucharé con monstruos, que aun me siguen sin cesar
Reirá, sí, lo hará, sí, pudiendo al fin soñar.
Cuentos que cuentan, sirenas de un botín perdido
Magia y luz, cualquier palabra es, un sueño que contar
Sé de un lejano hogar, tan pequeño como un nido
Si voy con él le haré llegar.
Cuentos de reyes, que superaron grandes penas
Volverán con ese ejemplo al fin, sus ansias de volar
Un corazón audaz que ahora late sin cadenas
Si hay tantos cuentos que contar
Querrá luchar.
[url=]Música de la escena.[/url]
Calvario se lavaba las heridas de la pierna, su penitencia por todo lo que causó en el pasado… -Tantas vidas destrozadas por mi culpa –pensaba. Lo recordaba como si hubiese sido ayer…
Villaviciosa, Asturias
-Los vi madre –dijo Calvario. Milagros se desplomó en la silla -¿qué hacemos Ufano? –preguntó a su marido. –Ninguna hija mía se revolcará nunca con una rata –dijo don Ufano enfadado. –El caso padre es –dijo Calvario –que mi querida hermana ya se ha revolcado con ese destripaterrones -. Ufano estaba lleno de ira. -¿Y si fuera a la casa de su amiga Elvira? –Añadió Calvario…
Calvario se apretaba más la pierna con el alambre de espino -¿por qué diría yo nada? –se dijo para sí.
Música de la escena.
En la posada Pedro, don Anselmo y Raimundo andaban a la gresca. –Os digo que es de fiar, que me lo ha dicho Pepe, que se lo ha dicho José, que se lo ha dicho la de Ramos, que se lo ha dicho el pastor, que se lo ha dicho la hija de la abuela de la nieta de la novia del sobrino del primo del hermano político del primo hermano de Federico Ruiz Otero el leñador, que han visto a un encapotado siguiendo a Francisca Montenegro y merodeando por sus tierras –dijo Pedro. –Alcalde por favor –dijo Raimundo. –Pues no me creáis, que a veréis el disgusto –dijo asustado el alcalde.
Ramiro iba por la plaza pensando para sí. Llegó hasta la puerta de una casa y volvió a la posada, luego otra vez a la casa y así hasta nueve veces. -¿De qué puedo trabajar? –pensaba. Y entonces la puerta de la casa se abrió y de ella salió el maestro. –Tu cara me suena –dijo Aarón. –Soy el hermano de Alfonso el posadero –respondió Ramiro. –Ah es cierto –dijo el maestro. –Te vi un par de veces -. Y así fue como se conocieron Aarón y Ramiro y como el Castañeda consiguió un empleo trabajando en la nueva casa del maestro.
Música de la escena.
Volvían de casa de los Castañeda con los bártulos de Ramiro junto a Christian. -¿Me estás diciendo que la Francisca Montenegro te ha comprado la casa? –preguntó atónito Ramiro. –Sí, vino a la posada y como no tenía más dinero me la compró, pero a cambio la mitad de mi jornal es para ella -. Entonces escucharon una rama moverse. -¿Quién anda ahí? –Preguntó Aarón. Al paso salió un encapotado. Aarón se puso delante de Christian y el encapotado se quitó la capucha. Era una mujer, cabello rubio y ojos claros. Christian asomó la cabeza y gritó -¡MADRE! –Y salió corriendo soltándose de Aarón hacia ella. La mujer lo abrazó y lo besó, mientras que Aarón se quedaba boquiabierto. –No puede ser –musitó. La mujer miró al maestro –tú has cuidado de mi hijo –dijo. –Llevadnos a un lugar seguro por favor -. Ni Ramiro ni Aarón sabían qué hacer. –Os contaré todo pero por favor, ayuda –repitió. Aarón recordó a Elvira ardiendo y pidiendo auxilio, por un momento le pareció volver al incendio. –Está bien, la ayudaremos, vamos a mi casa. –Muchísimas gracias –dijo la mujer. Al maestro no le fue indiferente que el chiquillo le retirara la mano cuando quiso cogérsela.
Música de la escena.
Pepa estaba con Emilia en la posada. –Emilia he meditado lo que me dijiste y creo que te haré caso -. –Sí, es lo mejor –respondió su amiga. –Aunque no pueda mirarme al espejo luego -. Emilia negó con la cabeza. –No seas tan dura Pepa, es bueno. Tanto tu como ellos serán felices -. Una anciana entró en la posada y Emilia fue a atenderla. Pepa se quedó pensando cuando una voz la sacó del ensimismamiento. No podía ser. Se giró y la vio, la anciana que había entrado no era otra que Teófila. -¡TEO! –Gritó Pepa y fue corriendo a abrazarla. -¿Pepa Balmes? –Preguntó extrañada Teófila. La reconoció al momento y ambas se fundieron en un abrazo.
Música de la escena.
Los días pasaron y así llegó el 31 de diciembre, para muchos sería el mejor día del año, por ejemplo para Francisca Montenegro pues 1902 había sido nefasto. A la Montenegro no se le había escapado que Aarón fuese físicamente igual a Salvador Castro en su juventud y para ello había llamado a Mauricio a su despacho. –Dígame señora –dijo el capataz. Francisca fue hasta él. –¿Mauricio recuerdas los trabajillos que hiciste durante años? -. –Si señora -. –Júrame que los cumpliste todos, júramelo por tu alma –dijo Francisca. –Se- se lo juro señora –respondió él cohibido. Pero en su mente recordaba el único no cumplido…
Mauricio galopaba rápidamente por una calle, persiguiendo a una desprotegida mendiga que corría con un bebé. La mujer pasó por un callejón y llegó a la iglesia. -¡Socorro abridme por piedad! –Gritaba. Mauricio llegó a las puertas de la iglesia y el caballo embistió a la mujer que cayó tiñendo la nieve de rojo. Mauricio bajó del caballo y cogió al bebé, debía de tener pocos días. Le miró la espalda, tenía los tres lunares de Salvador Castro. ¿Qué hacer con él? Decidió arrojarlo al Ebro pero entonces oyó como la iglesia se abría, rápidamente dejó al bebé en el suelo y montó su caballo. El cura que salía se encontraría la escena…
-Le juro señora que no queda ni uno -. Francisca se sentó en el sillón. –Está bien, si alguien se enterara de esto Mauricio, sería nuestro fin. –El capataz la miró. –Se que no era una tarea fácil pero, no me quedaba otra –añadió la Montenegro con tristeza. –Segué la vida de todos esos recién nacidos señora… -Francisca interrumpió a Mauricio. –Lo sé, y me demostraste lealtad absoluta. Pero no somos malos, libramos al mundo de los vástagos bastardos de Salvador Castro y sus múltiples amantes –dijo la terrateniente como si con eso se justificara. Entra Elena. –Señora, la calesa aguarda -. Y Francisca marchó con la doncella.
-Veo que le va de maravilla en su nueva casa –dijo Emilia entrando en casa del maestro. –Si Emilia, perfectamente –respondió él sirviéndole un te. –Es te árabe, no hay otro igual –añadió. Emilia bebió un sorbo. –Ya está cosido –y le entregó un libro al maestro. –A su hijo seguro que le encanta -. –Eso espero, lo gracioso es que los protagonistas son gentes del pueblo, por ejemplo “Pedro Mirañar y las judías mágicas” o “La casita de chocolate de Águeda Mesía” -. Emilia se rio –a mi me ha gustado que yo sea una de las hermanastras de la Cenicienta que en este caso es Mariana -. Aarón también se rio. –Pero mira, lee la introducción, es una canción referente a él, como ya sabes quiero que aprenda español y este libro le servirá. Y quiero que me vea con un buen amigo -. Emilia leyó la canción –la voy a cantar, tengo buena voz –dijo ella.
Llenaré su alma, hay tanto que decir
Dónde hay desdicha, le voy hacer reír.
Al mirar su sombra, sabrá que somos dos
Cuando pueda al fin hablarle, sin decir adiós.
Cientos de historias, con láminas que bello encanto
Magia y luz, cualquier palabra es, un sueño que contar
Cimas de pura miel, dónde duermen lunas llenas
Si voy con él le haré llegar.
Un libro es un reto, profundo como el mar
Viviría en esos versos para hacerlos rimar
Lucharé con monstruos, que aun me siguen sin cesar
Reirá, sí, lo hará, sí, pudiendo al fin soñar.
Cuentos que cuentan, sirenas de un botín perdido
Magia y luz, cualquier palabra es, un sueño que contar
Sé de un lejano hogar, tan pequeño como un nido
Si voy con él le haré llegar.
Cuentos de reyes, que superaron grandes penas
Volverán con ese ejemplo al fin, sus ansias de volar
Un corazón audaz que ahora late sin cadenas
Si hay tantos cuentos que contar
Querrá luchar.
[url=]Música de la escena.[/url]
Calvario se lavaba las heridas de la pierna, su penitencia por todo lo que causó en el pasado… -Tantas vidas destrozadas por mi culpa –pensaba. Lo recordaba como si hubiese sido ayer…
Villaviciosa, Asturias
-Los vi madre –dijo Calvario. Milagros se desplomó en la silla -¿qué hacemos Ufano? –preguntó a su marido. –Ninguna hija mía se revolcará nunca con una rata –dijo don Ufano enfadado. –El caso padre es –dijo Calvario –que mi querida hermana ya se ha revolcado con ese destripaterrones -. Ufano estaba lleno de ira. -¿Y si fuera a la casa de su amiga Elvira? –Añadió Calvario…
Calvario se apretaba más la pierna con el alambre de espino -¿por qué diría yo nada? –se dijo para sí.
Música de la escena.
En la posada Pedro, don Anselmo y Raimundo andaban a la gresca. –Os digo que es de fiar, que me lo ha dicho Pepe, que se lo ha dicho José, que se lo ha dicho la de Ramos, que se lo ha dicho el pastor, que se lo ha dicho la hija de la abuela de la nieta de la novia del sobrino del primo del hermano político del primo hermano de Federico Ruiz Otero el leñador, que han visto a un encapotado siguiendo a Francisca Montenegro y merodeando por sus tierras –dijo Pedro. –Alcalde por favor –dijo Raimundo. –Pues no me creáis, que a veréis el disgusto –dijo asustado el alcalde.
Ramiro iba por la plaza pensando para sí. Llegó hasta la puerta de una casa y volvió a la posada, luego otra vez a la casa y así hasta nueve veces. -¿De qué puedo trabajar? –pensaba. Y entonces la puerta de la casa se abrió y de ella salió el maestro. –Tu cara me suena –dijo Aarón. –Soy el hermano de Alfonso el posadero –respondió Ramiro. –Ah es cierto –dijo el maestro. –Te vi un par de veces -. Y así fue como se conocieron Aarón y Ramiro y como el Castañeda consiguió un empleo trabajando en la nueva casa del maestro.
Música de la escena.
Volvían de casa de los Castañeda con los bártulos de Ramiro junto a Christian. -¿Me estás diciendo que la Francisca Montenegro te ha comprado la casa? –preguntó atónito Ramiro. –Sí, vino a la posada y como no tenía más dinero me la compró, pero a cambio la mitad de mi jornal es para ella -. Entonces escucharon una rama moverse. -¿Quién anda ahí? –Preguntó Aarón. Al paso salió un encapotado. Aarón se puso delante de Christian y el encapotado se quitó la capucha. Era una mujer, cabello rubio y ojos claros. Christian asomó la cabeza y gritó -¡MADRE! –Y salió corriendo soltándose de Aarón hacia ella. La mujer lo abrazó y lo besó, mientras que Aarón se quedaba boquiabierto. –No puede ser –musitó. La mujer miró al maestro –tú has cuidado de mi hijo –dijo. –Llevadnos a un lugar seguro por favor -. Ni Ramiro ni Aarón sabían qué hacer. –Os contaré todo pero por favor, ayuda –repitió. Aarón recordó a Elvira ardiendo y pidiendo auxilio, por un momento le pareció volver al incendio. –Está bien, la ayudaremos, vamos a mi casa. –Muchísimas gracias –dijo la mujer. Al maestro no le fue indiferente que el chiquillo le retirara la mano cuando quiso cogérsela.
Música de la escena.
Pepa estaba con Emilia en la posada. –Emilia he meditado lo que me dijiste y creo que te haré caso -. –Sí, es lo mejor –respondió su amiga. –Aunque no pueda mirarme al espejo luego -. Emilia negó con la cabeza. –No seas tan dura Pepa, es bueno. Tanto tu como ellos serán felices -. Una anciana entró en la posada y Emilia fue a atenderla. Pepa se quedó pensando cuando una voz la sacó del ensimismamiento. No podía ser. Se giró y la vio, la anciana que había entrado no era otra que Teófila. -¡TEO! –Gritó Pepa y fue corriendo a abrazarla. -¿Pepa Balmes? –Preguntó extrañada Teófila. La reconoció al momento y ambas se fundieron en un abrazo.
#42

14/01/2012 23:28
Javier Bódalo será Alfonso XIII
Alfonso de Borbón y de Habsburgo-Lorena mas conocido como Alfonso XIII hará una visita a la casona y tendrá trama con Soledad. ¿Estará Olmo enterado de esto?
Alfonso de Borbón y de Habsburgo-Lorena mas conocido como Alfonso XIII hará una visita a la casona y tendrá trama con Soledad. ¿Estará Olmo enterado de esto?

#43

14/01/2012 23:57
Jajajaja Elvira es la madre de Christian, vaya tela. Y ya tenemos a Teófila!!!
Á qué se referían Pepa y Emilia cuando hablaban antes de que llegase Teo?!?!
Y por cierto, Salvador era un semental?! jajaja cuantos bastarditos se cargaría Mauricio?
Esto está de lujo Álex.
Á qué se referían Pepa y Emilia cuando hablaban antes de que llegase Teo?!?!

Y por cierto, Salvador era un semental?! jajaja cuantos bastarditos se cargaría Mauricio?

Esto está de lujo Álex.
#44

15/01/2012 00:47
Alex!!!!!!! Los tres lunares de Pepa y Martín ES LA SEÑAL DE LOS CASTRO POR ESO EL MAESTRO TAMBIÉN LOS TIENE?!?!?!
Jajajajajajajajajaja!!!!!!!!!! Eres un crack, me encanta, aunque a veces me pierdo de mala manera y lo tengo que releer (y más teniendo en cuenta las horas que son), pero solo puedo decir que tu historia impresiona gratamente.
Jajajajajajajajajaja!!!!!!!!!! Eres un crack, me encanta, aunque a veces me pierdo de mala manera y lo tengo que releer (y más teniendo en cuenta las horas que son), pero solo puedo decir que tu historia impresiona gratamente.
#45

15/01/2012 12:37
Me distraigo un rato ayer y me encuentro que tengo que leer dos tochos. Por partes: ¿Porque Pepa siempre se encuentra relacionada con sus hermanos ¿Cuántos hijos más tendrá ocultos Salvacuchi? Auqneu el tener tantos hijos como dicen en el foro de Masiar es señal de que Tris no es su hijo.. Tris no tiene tanta puntería como Salvacuchi
#46

15/01/2012 15:45
Muchas gracias a Silvia por esta fantástica cabecera.
#47

15/01/2012 15:53
Que preciosidad de cabecera ha realizado monkey.. Esta echa toda una artista del diseño.
#48

15/01/2012 20:21
Capítulo VII, Luna de Sangre.
Música de la escena.
-¡TEO! –Gritó Pepa y fue corriendo a abrazarla. -¿Pepa Balmes? –Preguntó extrañada Teófila. La reconoció al momento y ambas se fundieron en un abrazo. -¿Pero qué haces aquí mi niña? –Preguntó emocionada la mujer. -¿Y esas ropas? –Añadió. –Es una larga historia, pero –Pepa la miró. –Pensé que habías muerto en el incendio -. Teófila negó con la cabeza. –No no no, doña Angustias me dio esa noche libre, cuando volví ya había acabado todo -. Pepa la volvió a abrazar –siéntate que te cuento todo Teo –y así fue. Pepa y Teófila se sentaron y la partera le relató toda su historia. Como llegó a Puente Viejo, que Angustias se suicidó, que Carlos seguía con vida… A cada hecho la incredulidad de la anciana aumentaba. Cuando ya se lo había contado todo con pelos y señales quiso invitarla a su casa pero Teófila se negó y siguió con su camino.
Teófila anduvo recordando muchas cosas, tenía ya 70 años y por fin después de muchísimos años regresaba a Puente Viejo, su tierra natal y volvería a reencontrarse con su vida, su familia…
Música de la escena.
-No sé quien es Salvador Castro fue lo que dije durante años. Muchos iban hasta allí a cobrar cuentas pendientes, y mi marido que murió antes de nacer Christian no me contó mucho -. Evelyn relataba a Aarón y Ramiro la historia de su hijo, mientras que el niño dormía recostado en las piernas de su madre. –Descubrí una carta que mi marido Alonso, había interceptado y en la que se recoge una información terrorífica. Francisca Montenegro mandó matar durante años a todos los bastardos de Salvador, bastaba la mínima sospecha de la mujer para que ese bebé no cumpliera su primer año -. Aarón y Ramiro quedaron impactados por la noticia. –Voy a usar esta carta para hacerle chantaje y con el dinero me iré a la Argentina con mi hijo –miró al chiquillo. –No me parece buena idea –dijo el maestro. –Me da igual, es lo que haré, he descubierto que esta noche Francisca dará una fiesta de Nochevieja será el momento. Cuida de mi hijo hasta mañana maestro –y se fue sin mirar al chiquillo. –Vaya madre mas, bueno no se –dijo Ramiro.
Música de la escena.
-Que ya le he dicho que no puede pasar señora –decía Mariana. Francisca llegó al escuchar el jaleo. -¿Qué ocurre Mariana? –Preguntó. –Esta señora que no puede pasar pero insiste -. –Paquita –dijo la anciana desde fuera. -¿Paquita? Que sepas que a la última persona que me llamó así la… -Francisca se quedó petrificada. -¡LEONOR! –Gritó, y corrió hacia la anciana. –Ay Leonor, pensé que… -Leonor la interrumpió. –Que había muerto en el incendio si si lo sé -. Francisca la miró, estaba más delgada y su pelo era blanco. –Y por cierto no me llames Leonor, que desde que me enviaste a casa de tu hijastro para protegerme de Salvador he usado mi segundo nombre, Teófila -. Francisca sintió y la invitó a contarle toda la historia.
Música de la escena.
El maestro terminaba de envolver el libro de Christian cuando alguien llamó a la puerta. Era Pepa. –Pepa –dijo él contento y sonriente. –Quería verte –dijo ella. –Verás desde Nochebuena –y puso la mano sobre su hombro –he estado pensando mucho en ti y poniendo en orden mi mente –se acercó más a él. Sus respiraciones se volvieron aceleradas y Pepa le condujo a la habitación…
Pepa se vestía, el maestro aún seguía en la cama –con que me miraras una vez igual que a Tristán sería suficiente –dijo.
Pepa salió del dormitorio y se dirigió a la posada a reunirse con Emilia. –Ya está hecho –le dijo. –Me he acostado con él Emilia, pero sigo pensando que no es lo correcto -. Emilia suspiró. –Pepa si no lo hubieras hecho todo el mundo habría sabido que el niño que llevas en la panza es de Tristán y no podrías tener -. La partera se levantó. –Será mejor que me vaya arreglando para la fiesta.
Música de la escena.
-Así que te fuiste a al cortijo de tu sobrino –dijo la Montenegro. –Sí, y ahora he vuelto para verte -. Soledad entró. –Madre los invitados llegarán en una hora y le recuerdo que Olmo y yo anunciaremos nuestro compromiso y la fecha de la boda después de las uvas -. –Si Soledad, te presento a Leonor, fue mi nana de pequeña -. Soledad y Teófila se presentaron y luego la joven se marchó. -¿Y el hijo de Ulloa? –Preguntó la anciana. –Es de Salvador –se limitó a decir la terrateniente antes de marcharse.
[url=]Música de la escena.[/url]
Excepto Aarón, todos fueron a la fiesta de Francisca. Águeda había sido invitada ya que los Montenegro necesitaban ayuda para la nueva tradición de las uvas de la suerte. Aarón jugueteaba con el reloj, recordaba…
Villaviciosa, Asturias…
-Por favor Teófila necesito ver a Angustias –dijo un joven Aarón. –Que no zagal, ¿qué crees que me haría el ama si se enterara? –Respondió ella. Oyeron pasos y Aarón se escondió, pero oyó la voz se Angustias. –Teófila ¿se ha acostado ya mi cuñada? –Preguntó. –Hace más de una hora con el pequeño Martín –respondió la criada. Angustias la miró –has sido como una amiga este tiempo, por eso te doy la noche libre -. Ante eso Teófila lo agradeció y se fue. Angustias entró en el cuarto de la plancha y luego subió aprisa. Aarón la siguió pero no iba a su cuarto. La buscó por la casa y la vio correr por un pasillo con un bebé -¡ANGUSTIAS! –Gritó. Y entonces lo escuchó -¡Socorro, fuego, FUEGO! -. Siguió los gritos y vio como Carlos Castro intentaba entrar en su alcoba –Carlos por favor ayúdame –dijo Elvira. Carlos consiguió entrar pero una viga cayó y le dio en la cabeza dejándolo inconsciente. Elvira entonces fue hacia la ventana y la abrió pero había mucha altura, no podía saltar. Entonces se giró y vio al maestro. -¡POR FAVOR AYÚDAME POR PIEDAD! –Gritó. El fuego la atrapó, gritaba se consumía, y él lo veía impotente, como su carne se abrasaba, como quedaba muda por sus propios gritos, como el fuego se extendía, como salía huyendo de la casa y como mas tarde esta volaba en pedazos…[/i]
-Angustias –musitó Aarón. -¿Por qué? –Se preguntó. Y Christian lo sacó de sus pensamientos. –Disculpe –dijo el joven. Aarón lo miró con los ojos muy abiertos. –Yo solo quería decirle que, le echaré de menos -. Aarón se levantó y se acercó a él. -¿Has hablado en español? –Le preguntó. –Mi madre me enseñó hace mucho -. Y los dos se dieron un abrazo. El chico fue a hacer su maleta y Aarón fue a su dormitorio, había una carta en la cama:
Estimado Aarón,
Muchas gracias por cuidar de Christian, se que serás un padre estupendo, habré muerto antes de que leas esta carta y todo por una estúpida venganza. Pero no dejes que Francisca se salga con la suya, mi hijo es un Castro, y prueba de ello son los tres lunares que heredó de su abuelo, de su padre y de su tío Salvador, y como tal tiene derecho a una parte de la herencia. Él lo superará.
Evelyn.
-No puede ser –dijo.
Música de la escena.
Los invitados se comían las uvas en la cuenta atrás. –Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once y ¡DOCE! ¡FELIZ AÑO NUEVO! –Gritaban todos. Pepa buscó a Tristán con la mirada, no estaba, ni tampoco Francisca ni Soledad. –Madre –le dijo a Águeda. -¿Ha visto a Tristán? -. –Creo que subió arriba –respondió ella. Y entonces Soledad bajó chillando la escalera -¡UN CADÁVER UN CADÁVER! -. Y Pepa se estremeció, que no fuese Tristán.
Música de la escena.
-¡TEO! –Gritó Pepa y fue corriendo a abrazarla. -¿Pepa Balmes? –Preguntó extrañada Teófila. La reconoció al momento y ambas se fundieron en un abrazo. -¿Pero qué haces aquí mi niña? –Preguntó emocionada la mujer. -¿Y esas ropas? –Añadió. –Es una larga historia, pero –Pepa la miró. –Pensé que habías muerto en el incendio -. Teófila negó con la cabeza. –No no no, doña Angustias me dio esa noche libre, cuando volví ya había acabado todo -. Pepa la volvió a abrazar –siéntate que te cuento todo Teo –y así fue. Pepa y Teófila se sentaron y la partera le relató toda su historia. Como llegó a Puente Viejo, que Angustias se suicidó, que Carlos seguía con vida… A cada hecho la incredulidad de la anciana aumentaba. Cuando ya se lo había contado todo con pelos y señales quiso invitarla a su casa pero Teófila se negó y siguió con su camino.
Teófila anduvo recordando muchas cosas, tenía ya 70 años y por fin después de muchísimos años regresaba a Puente Viejo, su tierra natal y volvería a reencontrarse con su vida, su familia…
Música de la escena.
-No sé quien es Salvador Castro fue lo que dije durante años. Muchos iban hasta allí a cobrar cuentas pendientes, y mi marido que murió antes de nacer Christian no me contó mucho -. Evelyn relataba a Aarón y Ramiro la historia de su hijo, mientras que el niño dormía recostado en las piernas de su madre. –Descubrí una carta que mi marido Alonso, había interceptado y en la que se recoge una información terrorífica. Francisca Montenegro mandó matar durante años a todos los bastardos de Salvador, bastaba la mínima sospecha de la mujer para que ese bebé no cumpliera su primer año -. Aarón y Ramiro quedaron impactados por la noticia. –Voy a usar esta carta para hacerle chantaje y con el dinero me iré a la Argentina con mi hijo –miró al chiquillo. –No me parece buena idea –dijo el maestro. –Me da igual, es lo que haré, he descubierto que esta noche Francisca dará una fiesta de Nochevieja será el momento. Cuida de mi hijo hasta mañana maestro –y se fue sin mirar al chiquillo. –Vaya madre mas, bueno no se –dijo Ramiro.
Música de la escena.
-Que ya le he dicho que no puede pasar señora –decía Mariana. Francisca llegó al escuchar el jaleo. -¿Qué ocurre Mariana? –Preguntó. –Esta señora que no puede pasar pero insiste -. –Paquita –dijo la anciana desde fuera. -¿Paquita? Que sepas que a la última persona que me llamó así la… -Francisca se quedó petrificada. -¡LEONOR! –Gritó, y corrió hacia la anciana. –Ay Leonor, pensé que… -Leonor la interrumpió. –Que había muerto en el incendio si si lo sé -. Francisca la miró, estaba más delgada y su pelo era blanco. –Y por cierto no me llames Leonor, que desde que me enviaste a casa de tu hijastro para protegerme de Salvador he usado mi segundo nombre, Teófila -. Francisca sintió y la invitó a contarle toda la historia.
Música de la escena.
El maestro terminaba de envolver el libro de Christian cuando alguien llamó a la puerta. Era Pepa. –Pepa –dijo él contento y sonriente. –Quería verte –dijo ella. –Verás desde Nochebuena –y puso la mano sobre su hombro –he estado pensando mucho en ti y poniendo en orden mi mente –se acercó más a él. Sus respiraciones se volvieron aceleradas y Pepa le condujo a la habitación…
Pepa se vestía, el maestro aún seguía en la cama –con que me miraras una vez igual que a Tristán sería suficiente –dijo.
Pepa salió del dormitorio y se dirigió a la posada a reunirse con Emilia. –Ya está hecho –le dijo. –Me he acostado con él Emilia, pero sigo pensando que no es lo correcto -. Emilia suspiró. –Pepa si no lo hubieras hecho todo el mundo habría sabido que el niño que llevas en la panza es de Tristán y no podrías tener -. La partera se levantó. –Será mejor que me vaya arreglando para la fiesta.
Música de la escena.
-Así que te fuiste a al cortijo de tu sobrino –dijo la Montenegro. –Sí, y ahora he vuelto para verte -. Soledad entró. –Madre los invitados llegarán en una hora y le recuerdo que Olmo y yo anunciaremos nuestro compromiso y la fecha de la boda después de las uvas -. –Si Soledad, te presento a Leonor, fue mi nana de pequeña -. Soledad y Teófila se presentaron y luego la joven se marchó. -¿Y el hijo de Ulloa? –Preguntó la anciana. –Es de Salvador –se limitó a decir la terrateniente antes de marcharse.
[url=]Música de la escena.[/url]
Excepto Aarón, todos fueron a la fiesta de Francisca. Águeda había sido invitada ya que los Montenegro necesitaban ayuda para la nueva tradición de las uvas de la suerte. Aarón jugueteaba con el reloj, recordaba…
Villaviciosa, Asturias…
-Por favor Teófila necesito ver a Angustias –dijo un joven Aarón. –Que no zagal, ¿qué crees que me haría el ama si se enterara? –Respondió ella. Oyeron pasos y Aarón se escondió, pero oyó la voz se Angustias. –Teófila ¿se ha acostado ya mi cuñada? –Preguntó. –Hace más de una hora con el pequeño Martín –respondió la criada. Angustias la miró –has sido como una amiga este tiempo, por eso te doy la noche libre -. Ante eso Teófila lo agradeció y se fue. Angustias entró en el cuarto de la plancha y luego subió aprisa. Aarón la siguió pero no iba a su cuarto. La buscó por la casa y la vio correr por un pasillo con un bebé -¡ANGUSTIAS! –Gritó. Y entonces lo escuchó -¡Socorro, fuego, FUEGO! -. Siguió los gritos y vio como Carlos Castro intentaba entrar en su alcoba –Carlos por favor ayúdame –dijo Elvira. Carlos consiguió entrar pero una viga cayó y le dio en la cabeza dejándolo inconsciente. Elvira entonces fue hacia la ventana y la abrió pero había mucha altura, no podía saltar. Entonces se giró y vio al maestro. -¡POR FAVOR AYÚDAME POR PIEDAD! –Gritó. El fuego la atrapó, gritaba se consumía, y él lo veía impotente, como su carne se abrasaba, como quedaba muda por sus propios gritos, como el fuego se extendía, como salía huyendo de la casa y como mas tarde esta volaba en pedazos…[/i]
-Angustias –musitó Aarón. -¿Por qué? –Se preguntó. Y Christian lo sacó de sus pensamientos. –Disculpe –dijo el joven. Aarón lo miró con los ojos muy abiertos. –Yo solo quería decirle que, le echaré de menos -. Aarón se levantó y se acercó a él. -¿Has hablado en español? –Le preguntó. –Mi madre me enseñó hace mucho -. Y los dos se dieron un abrazo. El chico fue a hacer su maleta y Aarón fue a su dormitorio, había una carta en la cama:
Estimado Aarón,
Muchas gracias por cuidar de Christian, se que serás un padre estupendo, habré muerto antes de que leas esta carta y todo por una estúpida venganza. Pero no dejes que Francisca se salga con la suya, mi hijo es un Castro, y prueba de ello son los tres lunares que heredó de su abuelo, de su padre y de su tío Salvador, y como tal tiene derecho a una parte de la herencia. Él lo superará.
Evelyn.
-No puede ser –dijo.
Música de la escena.
Los invitados se comían las uvas en la cuenta atrás. –Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once y ¡DOCE! ¡FELIZ AÑO NUEVO! –Gritaban todos. Pepa buscó a Tristán con la mirada, no estaba, ni tampoco Francisca ni Soledad. –Madre –le dijo a Águeda. -¿Ha visto a Tristán? -. –Creo que subió arriba –respondió ella. Y entonces Soledad bajó chillando la escalera -¡UN CADÁVER UN CADÁVER! -. Y Pepa se estremeció, que no fuese Tristán.
#49

15/01/2012 20:33
Madre mía Miri que rapidez leyendo... 5 minutos, y sin contar el tiempo de escribir xD. Esta noche pongo otro. Gracias por leer.
#50

15/01/2012 21:09
Porfii k no sea Tris, estoy espectante :D
#51

15/01/2012 21:23
WHAT? Ahora resulta que TEÓFILA, la que se hizo cargo de pepa después de la muerta de la candelaria, no es otra que LEONOR, la que sabía que Tristán es un ULLOA, pero es que además conoce al MAESTRO y el yo me preguntaba: por qué el maestro buscaba con tanto ahínco y desesperanza a Angustias? Acaso estaba enamorado de ella?
El maestro es un Castro,por lo tanto HERMANO DE PEPA, SOLE Y TRISTÁN, que todavía no lo saben (creo) resulta que Pepa, bajo la idea de Emilia, se acuesta CON ÉL PARA TAPAR SU EMBARAZO DE TRISTÁN, bua bua bua bua bua bua!!!!!!
Pero si esta era poco, CHRISTIAN EL CHAVAL SUECO ES UN CASTRO TB, vamos que todos son hermanos de todos PORQUE SALVADOR CASI ENGENDRÓ A TODOS ELLOS.
El maestro es un Castro,por lo tanto HERMANO DE PEPA, SOLE Y TRISTÁN, que todavía no lo saben (creo) resulta que Pepa, bajo la idea de Emilia, se acuesta CON ÉL PARA TAPAR SU EMBARAZO DE TRISTÁN, bua bua bua bua bua bua!!!!!!
Pero si esta era poco, CHRISTIAN EL CHAVAL SUECO ES UN CASTRO TB, vamos que todos son hermanos de todos PORQUE SALVADOR CASI ENGENDRÓ A TODOS ELLOS.
#52

15/01/2012 22:29
Capítulo VIII, El príncipe escondido.
Fueron momentos muy confusos, Soledad bajó atropelladamente la escalera y el capitán de la guardia civil que se encontraba allí subió con ella. Bajaron a la mujer, todos coincidieron en que no la habían visto nunca, pero Aarón sabía que Francisca, Soledad y Tristán mentían pues era Evelyn la muerta y casualmente los tres Montenegro estaban arriba...
Pasó año nuevo y el día de Reyes, Christian abrió ilusionado su regalo. Siguiendo instrucciones de Evelyn, le dijo que su madre se había marchado... Emilia y Alfonso contrajeron nupcias y se fueron a Sevilla de viaje de novios. Las fiestas acabaron y enero se tornó más frío que nunca. Llegaba el momento de afrontar el primer pago y de darle a Francisca Montenegro el dinero. La terrateniente estaba de mejor humor ahora que Leonor o Teófila volvía a estar con ella, pero siempre la rehuía cada vez que preguntaba por Raimundo. Pero esta vez la cogió sola en la biblioteca. –Francisca -. La Montenegro la miró a los ojos, ambas habían envejecido y añoró los momentos de juventud y la compañía de Leonor, recordó como la ayudó junto a Rosario a dar a luz al pequeño Tristán, llamado así en honor a Tristán Montenegro el querido abuelo de Francisca. Y con dolor también recordó como tuvo que enviar a Leonor a casa de Carlos para que Salvador no le hiciera nada. –Dime -. –He hablado con Pepa, ya sabes la historia y me contó que Tristán es su hermano -. Francisca quedó en silencio. –Tú y yo sabemos que no es así –añadió. -¿Por qué no cuentas la verdad? ¿Qué ganas distanciándoles? -. –Leonor, hay cosas que no se deben tocar -. Recordaba como le confesó a Leonor la verdad… Las palabras resonaban en su cabeza… El hijo de mi amor, el hijo de Raimundo Ulloa… –Muy bien –dijo Teófila. –En tal caso, ya sabes mi opinión, es la misma que la de hace veintiséis años, no ha cambiado nada, pero te guardaré el secreto porque sé como eres, lo que has sufrido y se que acabarás confesándolo -. Francisca asintió y la anciana salió y en cuestión de segundo lo hizo Mauricio. –Señora -. Iba mojado y lleno de barro, con heridas y parecía cansado.
Música de la escena.
-¿Lo tienes? –Preguntó la Montenegro. –Si señora –respondió el capataz. Mauricio abrió el paquete que traía, era un cuadro, en él un hombre alto, moreno, con melena, constitución fuerte y que seducía con la mirada, indiscutiblemente Salvador Castro. Y a su lado una mujer, era bellísima, con cabello rubio y ojos castaños que recordaban al fuego confortable del invierno, se la veía muy contenta. Miró arriba, en el marco de oro de leían las iniciales “S.C.” y abajo “I.R.” Mauricio se fue, y Francisca dijo –lamentará el haberme engañado -.
27 años antes…
Salvador tomó la mano de la mujer. –Yo Salvador Castro, duque de Aranda y Huéscar y marqués de Griñón y conde de Magra, te tomo a ti, Irene Rivillas como mi legítima esposa. Para amarte y quererte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida -. La mujer lo miró sonriente. –Yo, Irene Rivillas, duquesa de Fonseca y Solís, marquesa de Haro y condesa de Andorra, te tomo a ti, Salvador Castro como mi legítimo esposo. Para amarte y quererte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida -. –Lo que Diós ha unido, que no lo separe el hombre –dijo el cura, y la pareja se besó.
-Lamentarás el haberme engañado así Salvador Castro –repitió Francisca. Entra Tristán. –Madre -. El joven reparó en el cuadro. -¿No es padre el del cuadro? –Preguntó. –Sí, y Asunción la madre de Carlos –mintió Francisca, -lo ha enviado la familia de Elvira, al parecer creen que es mejor que esté con nosotros -. El Montenegro volvió a mirar el cuadro. –Se me habían asemejado al maestro y Soledad -. Francisca esbozó una sonrisa. –Del maestro quería hablarte Tristán, por el pueblo se dice que ha comenzado una relación con Pepa -. Tristán cambió el rostro, era obvio que se había hundido. -¿Por qué me lo cuenta? –Preguntó él. –Para que veas –se levantó –que esa partera de tres al cuarto no te quería de verdad –y se fue dejando a su hijo enrabietado. Tristán cogió la puerta también y se fue.
Música de la escena.
Soledad presidía en el recibidor a una fila de criados, revisaba las manos de todos. –Asquerosas –dijo al llegar a un joven de unos diecisiete años. –Soy el jardinero señora –respondió él. –Ah, pues perfecto. Quiero que os empleéis a fondo, no todos los días nos visita el rey de España -. En ese momento entraba Olmo, los criados se retiraron. -¿Alfonso XIII va a venir aquí? –Preguntó interesado y besando a Soledad por el cuello. –Está viajando por el camino real y parará aquí a descansar una noche –respondió Soledad contenta y se separó de él. –Ya, te traigo las invitaciones de la boda léelas –le dio una. Soledad leyó:
Se les comunica que han sido cordialmente invitados al enlace matrimonial entre Olmo Mesía Aldaz y Soledad Castro Montenegro, el próximo día 13 de febrero a las doce de la mañana en la iglesia de San Froilán de Puente Viejo.
-Perfecto –dijo Soledad dejando la carta en la mesa.
Fueron momentos muy confusos, Soledad bajó atropelladamente la escalera y el capitán de la guardia civil que se encontraba allí subió con ella. Bajaron a la mujer, todos coincidieron en que no la habían visto nunca, pero Aarón sabía que Francisca, Soledad y Tristán mentían pues era Evelyn la muerta y casualmente los tres Montenegro estaban arriba...
Pasó año nuevo y el día de Reyes, Christian abrió ilusionado su regalo. Siguiendo instrucciones de Evelyn, le dijo que su madre se había marchado... Emilia y Alfonso contrajeron nupcias y se fueron a Sevilla de viaje de novios. Las fiestas acabaron y enero se tornó más frío que nunca. Llegaba el momento de afrontar el primer pago y de darle a Francisca Montenegro el dinero. La terrateniente estaba de mejor humor ahora que Leonor o Teófila volvía a estar con ella, pero siempre la rehuía cada vez que preguntaba por Raimundo. Pero esta vez la cogió sola en la biblioteca. –Francisca -. La Montenegro la miró a los ojos, ambas habían envejecido y añoró los momentos de juventud y la compañía de Leonor, recordó como la ayudó junto a Rosario a dar a luz al pequeño Tristán, llamado así en honor a Tristán Montenegro el querido abuelo de Francisca. Y con dolor también recordó como tuvo que enviar a Leonor a casa de Carlos para que Salvador no le hiciera nada. –Dime -. –He hablado con Pepa, ya sabes la historia y me contó que Tristán es su hermano -. Francisca quedó en silencio. –Tú y yo sabemos que no es así –añadió. -¿Por qué no cuentas la verdad? ¿Qué ganas distanciándoles? -. –Leonor, hay cosas que no se deben tocar -. Recordaba como le confesó a Leonor la verdad… Las palabras resonaban en su cabeza… El hijo de mi amor, el hijo de Raimundo Ulloa… –Muy bien –dijo Teófila. –En tal caso, ya sabes mi opinión, es la misma que la de hace veintiséis años, no ha cambiado nada, pero te guardaré el secreto porque sé como eres, lo que has sufrido y se que acabarás confesándolo -. Francisca asintió y la anciana salió y en cuestión de segundo lo hizo Mauricio. –Señora -. Iba mojado y lleno de barro, con heridas y parecía cansado.
Música de la escena.
-¿Lo tienes? –Preguntó la Montenegro. –Si señora –respondió el capataz. Mauricio abrió el paquete que traía, era un cuadro, en él un hombre alto, moreno, con melena, constitución fuerte y que seducía con la mirada, indiscutiblemente Salvador Castro. Y a su lado una mujer, era bellísima, con cabello rubio y ojos castaños que recordaban al fuego confortable del invierno, se la veía muy contenta. Miró arriba, en el marco de oro de leían las iniciales “S.C.” y abajo “I.R.” Mauricio se fue, y Francisca dijo –lamentará el haberme engañado -.
27 años antes…
Salvador tomó la mano de la mujer. –Yo Salvador Castro, duque de Aranda y Huéscar y marqués de Griñón y conde de Magra, te tomo a ti, Irene Rivillas como mi legítima esposa. Para amarte y quererte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida -. La mujer lo miró sonriente. –Yo, Irene Rivillas, duquesa de Fonseca y Solís, marquesa de Haro y condesa de Andorra, te tomo a ti, Salvador Castro como mi legítimo esposo. Para amarte y quererte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida -. –Lo que Diós ha unido, que no lo separe el hombre –dijo el cura, y la pareja se besó.
-Lamentarás el haberme engañado así Salvador Castro –repitió Francisca. Entra Tristán. –Madre -. El joven reparó en el cuadro. -¿No es padre el del cuadro? –Preguntó. –Sí, y Asunción la madre de Carlos –mintió Francisca, -lo ha enviado la familia de Elvira, al parecer creen que es mejor que esté con nosotros -. El Montenegro volvió a mirar el cuadro. –Se me habían asemejado al maestro y Soledad -. Francisca esbozó una sonrisa. –Del maestro quería hablarte Tristán, por el pueblo se dice que ha comenzado una relación con Pepa -. Tristán cambió el rostro, era obvio que se había hundido. -¿Por qué me lo cuenta? –Preguntó él. –Para que veas –se levantó –que esa partera de tres al cuarto no te quería de verdad –y se fue dejando a su hijo enrabietado. Tristán cogió la puerta también y se fue.
Música de la escena.
Soledad presidía en el recibidor a una fila de criados, revisaba las manos de todos. –Asquerosas –dijo al llegar a un joven de unos diecisiete años. –Soy el jardinero señora –respondió él. –Ah, pues perfecto. Quiero que os empleéis a fondo, no todos los días nos visita el rey de España -. En ese momento entraba Olmo, los criados se retiraron. -¿Alfonso XIII va a venir aquí? –Preguntó interesado y besando a Soledad por el cuello. –Está viajando por el camino real y parará aquí a descansar una noche –respondió Soledad contenta y se separó de él. –Ya, te traigo las invitaciones de la boda léelas –le dio una. Soledad leyó:
Se les comunica que han sido cordialmente invitados al enlace matrimonial entre Olmo Mesía Aldaz y Soledad Castro Montenegro, el próximo día 13 de febrero a las doce de la mañana en la iglesia de San Froilán de Puente Viejo.
-Perfecto –dijo Soledad dejando la carta en la mesa.
#53

15/01/2012 22:29
Música de la escena.
-Me encanta como das las clases Aarón –dijo Juana. –Gracias, pásate por casa, Christian agradecerá tu visita –dijo el maestro. –Claro que sí –. Llega Calvario. –Buenas tardes –dijo la monja. –Yo me marcho –se despidió Juana. –Hace tiempo que quiero hablar contigo Calvario -. Calvario empalideció -¿cómo estás tan seguro de que no te he olvidado? –dijo ella. –Nunca me olvidarás, porque peso en tu conciencia como un mártir, porque yo y tu hermana seremos eso para ti el resto de tu vida Calvario –dijo el maestro. Su mirada dulce se tornó siniestra. Calvario que lo notó no dejó mostrar su miedo. –No fue culpa mía que ella muriera –temblaba –yo no tuve que ver en su muerte en cambio tu si, tú la embaucaste con promesas de amor, la volviste loca, la abandonaste –se paró en seco, Aarón había levantado la mano y estuvo a punto de golpearla. –Nunca vuelvas a decir eso. Amé a tu hermana como no podré amar nunca más a nadie, la separasteis de mí, la alejasteis y lo peor de todo, sabíais que el hijo que esperaba y que por vuestra culpa no superó la semana de vida era mío, de su amante, del amor de su vida. Eres el demonio Calvario –y dicho esto se marchó, dejando a Calvario al borde del llanto.
[url=]Música de la escena.[/url]
Aarón entró en su casa, estaba alterado, le pegó una patada a la mesa y la volcó. –Dele fuerte que es madera provenzal –dijo Ramiro. La ira lo abordaba y ver a Pepa no le relajó, sintió ganas de atacarlos, de herirlos, un deseo imparable de hacer daño, y entonces se apagó todo y cayó al suelo…
7 años antes…
Era una playa algo escarpada, era un agosto horriblemente caluroso, sin un ápice de brisa. Dos adolescentes caminaban por la playa hablando, -¡Es cierto! ¡Lo vi con mis propios ojos! –Dijo uno de ellos, el más joven. -¿Cómo, no dijiste que lo habías oído? –Preguntó le otro. -¿Qué más da? –Contestó el chico joven, de no más de quince o catorce años. –Ahí hay un monstruo enorme, en serio –dijo de nuevo. –Bueno… -dijo el otro algo forzado –supongamos que hay un monstruo de verdad… ¿Crees que le venceremos nosotros solos Aarón? –Los dos chicos portaban espadas de madera. Llegaron hasta una cueva, y se quedaron en la entrada. El chico mayor tenía el cabello rubio, recogido en una coleta y los ojos aguamarina. –Escucha –dijo Aarón. Los dos pusieron la oreja en la entrada. Nada se oyó. Entraron dentro y vieron que había un agujero en el techo. –Es el viento, amigo lo has confundido -. Aarón se puso a la defensiva. –Ojalá fuera un monstruo -. Los dos se marchaban –oye lo de la hija de los Osorio –dijo el chico rubio… [/i]
Y Aarón abrió los ojos, estaba tumbado en su cama, se había desmayado.
-Me encanta como das las clases Aarón –dijo Juana. –Gracias, pásate por casa, Christian agradecerá tu visita –dijo el maestro. –Claro que sí –. Llega Calvario. –Buenas tardes –dijo la monja. –Yo me marcho –se despidió Juana. –Hace tiempo que quiero hablar contigo Calvario -. Calvario empalideció -¿cómo estás tan seguro de que no te he olvidado? –dijo ella. –Nunca me olvidarás, porque peso en tu conciencia como un mártir, porque yo y tu hermana seremos eso para ti el resto de tu vida Calvario –dijo el maestro. Su mirada dulce se tornó siniestra. Calvario que lo notó no dejó mostrar su miedo. –No fue culpa mía que ella muriera –temblaba –yo no tuve que ver en su muerte en cambio tu si, tú la embaucaste con promesas de amor, la volviste loca, la abandonaste –se paró en seco, Aarón había levantado la mano y estuvo a punto de golpearla. –Nunca vuelvas a decir eso. Amé a tu hermana como no podré amar nunca más a nadie, la separasteis de mí, la alejasteis y lo peor de todo, sabíais que el hijo que esperaba y que por vuestra culpa no superó la semana de vida era mío, de su amante, del amor de su vida. Eres el demonio Calvario –y dicho esto se marchó, dejando a Calvario al borde del llanto.
[url=]Música de la escena.[/url]
Aarón entró en su casa, estaba alterado, le pegó una patada a la mesa y la volcó. –Dele fuerte que es madera provenzal –dijo Ramiro. La ira lo abordaba y ver a Pepa no le relajó, sintió ganas de atacarlos, de herirlos, un deseo imparable de hacer daño, y entonces se apagó todo y cayó al suelo…
7 años antes…
Era una playa algo escarpada, era un agosto horriblemente caluroso, sin un ápice de brisa. Dos adolescentes caminaban por la playa hablando, -¡Es cierto! ¡Lo vi con mis propios ojos! –Dijo uno de ellos, el más joven. -¿Cómo, no dijiste que lo habías oído? –Preguntó le otro. -¿Qué más da? –Contestó el chico joven, de no más de quince o catorce años. –Ahí hay un monstruo enorme, en serio –dijo de nuevo. –Bueno… -dijo el otro algo forzado –supongamos que hay un monstruo de verdad… ¿Crees que le venceremos nosotros solos Aarón? –Los dos chicos portaban espadas de madera. Llegaron hasta una cueva, y se quedaron en la entrada. El chico mayor tenía el cabello rubio, recogido en una coleta y los ojos aguamarina. –Escucha –dijo Aarón. Los dos pusieron la oreja en la entrada. Nada se oyó. Entraron dentro y vieron que había un agujero en el techo. –Es el viento, amigo lo has confundido -. Aarón se puso a la defensiva. –Ojalá fuera un monstruo -. Los dos se marchaban –oye lo de la hija de los Osorio –dijo el chico rubio… [/i]
Y Aarón abrió los ojos, estaba tumbado en su cama, se había desmayado.
#54

15/01/2012 23:21
Yo aún tengo que recuperarme del hecho de que Teófila y Leonor sean la misma persona.. Sigo en estado flipping
#55

15/01/2012 23:39
Vaya pieza el maestro... y Pepa q se ha encamado con él... ya debió ser rápido para no verle los lunares 
Teófila es Leonor, jajaja eso si que no me lo podía esperar. Y la Paca qué, canta o no canta?! jajaja Pobre capitán, ese a pan y agua por culpa de su madre.
Por cierto... me ha gustado cómo se ha columpiado Sole con el jardinero, si es q es tonta!!!

Teófila es Leonor, jajaja eso si que no me lo podía esperar. Y la Paca qué, canta o no canta?! jajaja Pobre capitán, ese a pan y agua por culpa de su madre.
Por cierto... me ha gustado cómo se ha columpiado Sole con el jardinero, si es q es tonta!!!
#56

15/01/2012 23:50
Jajajajajajajajajajaja!!!!!!!!!!! Flipo con 2 cosas:
1) el cadaver estaba con LA PACA, TRISTÁN Y SOLE, la pregunta es: qué pasó en esa habitación? Cuándo se dirá que Christian es un Castro?
2) Sabía, lo sabía, sabía que el maestro y Angustias tuvieron su propia historia en toda esta historia, jajajajajajaja!!! Se veía venir.
Chachy Alex!!!!
1) el cadaver estaba con LA PACA, TRISTÁN Y SOLE, la pregunta es: qué pasó en esa habitación? Cuándo se dirá que Christian es un Castro?
2) Sabía, lo sabía, sabía que el maestro y Angustias tuvieron su propia historia en toda esta historia, jajajajajajaja!!! Se veía venir.
Chachy Alex!!!!
#57

15/01/2012 23:58
¿Aquí se conoce a una tercera esposa de Salvador Castro y que Aarón es padre del hijo de la hermanísima de Calvario y nadie se extraña?

#58

16/01/2012 15:54
Joliin k Pepa le cuente a Tris k esta esperando un hijo suyoo!!! El capi y la partera 4ever
#59

16/01/2012 16:19
Capítulo IX, el duelo.
[url=]Música de la escena.[/url]
Aarón se levantó de la cama. –Señor tenga cuidado que se acaba de desmayar –dijo Ramiro corriendo tras el maestro. –No me llames de usted –se limitó a decir Aarón. –Pero Ramiro tiene razón Aarón –dijo Pepa, -te acabas de desmayar y… -la dejó con la palabra en la boca. Aarón salió a la plaza, necesitaba aire puro. Pero entonces alguien le dio un puñetazo. Levantó la cabeza y vio a Tristán. -¿¡Está usted loco!? –Le gritó al Montenegro. Agarró a Tristán de la camisa y los dos se miraron con profundo odio. Los pueblerinos los rodeaban observándolos y Pepa y Ramiro llegaron hasta los dos. -¿Sois adultos o niños chicos? –Preguntó Pepa. –No te metas en esto –le dijo Tristán. –Si me meto Tristán si me meto –respondió Pepa enfadada. Tristán se rió sarcásticamente, Raimundo asomaba la cabeza entre la multitud, Dolores y Salud comentaban algo en voz baja, Margarita al lado de Dolores apuntaba todo lo que decían en una hoja. –Ya, es que a ti todo lo que sea meter te encanta Pepa –dijo Tristán con burla –cuéntales a todos, venga, primero el señorito, luego el doctor y ahora el maestro ¿te vas a revolcar con todas las fuerzas vivas de Puente Viejo? -. La bofetada que recibió de Pepa resonó por toda la plaza. –Maestro, le reto a un duelo. Le veré mañana a las diez en punto en la llanura del camino –y dicho esto cogió camino. –Y ustedes que miran –gritó Aarón. -¿No tienen otra cosa mejor que hacer? ¿No tienen vida propia? –Los puentevejeros se dispersaron y el maestro, Pepa y Aarón entraron en casa.
Música de la escena.
En el colmado Dolores departía con Pedro sobre lo que acababa de ocurrir. –Un escándalo Pedro, ya verás cuando te pida explicaciones la de Montenegro -. Pedro se sentó en la silla. -¿Y yo qué culpa tengo de que la hija de la de Mesía sea ligera de cascos y se acueste con don Tristán y el maestro? -. Entra doña Águeda. –Buenos días señores -. Entra Salud. –Dolores que vengo a que comentemos lo de la pelea –dijo Salud. -¿Qué pelea? –Preguntó Águeda. –La que ha causado su hija señora, el maestro se ha peleado con don Tristán porque Pepa se ha revolcado con los dos -. Águeda abrió la boca como para decir algo, pero optó por callar y salir del colmado.
Pepa curaba la herida del labio de Aarón. –No te debiste pelear con Tristán -. Aarón sonrió. –Solo por este momento ha merecido la pena -. Y la besó, Pepa le abrazó pero se sentía culpable y entonces entró Águeda. La pareja se separó de inmediato. –De modo que lo que decían es cierto –dijo Águeda ofendida. –Pepa vámonos -. La partera se levantó. –Y en cuanto a usted maestro, no hace falta que vaya a darle más clases a Anelisa –y se fueron dando un portazo. Ramiro entró. -¿Y qué harás en el duelo? –Preguntó. –Ramiro por increíble que te parezca, yo ya participé en un duelo hace muchos años –respondió Aarón con tristeza. -¿Y cómo acabó? –Preguntó el Castañeda. –Maté a mi oponente, le clavé la espada en el corazón -. Ramiro abrió mucho los ojos. –Madre mía -. –Yo tenía quince años. Por cierto cambiando de tema ¿la hermana de Calvario vivió en Puente Viejo no? –Preguntó Aarón. -¿Eh? Ah si si si si, doña Angustias, una tragedia su final -. -Se suicidó tengo entendido –dijo el maestro. –Si, en el cuarto de Pepa… -Que mi muerte pese sobre tu conciencia Pepa Aguirre –dijo Angustias, y levantó el puñal para clavárselo en el estómago. -¡Angustias! –Gritó Pepa, mientras que la joven caía sobre los brazos de don Anselmo y Raimundo. -¿Pero qué has hecho criatura? –Le dijo el cura…
-Así que Pepa –musitó el maestro una vez Ramiro le relató la historia.
Música de la escena.
Águeda y Pepa discutían en el Jaral. –¡Pero cómo has podido acostarte con el maestro con la mala espina que me da! –Exclamó Águeda. –Madre por favor, Aarón es una buena persona, él… -Águeda la interrumpió. –Te prohíbo que te vuelvas a ver con él -. Pepa no sabía qué hacer. –Lo siento madre, pero no le voy a obedecer –y salió de la estancia. -¡Lucía! –Llamó Águeda a la doncella que entró rauda. –Si señora -. –Que preparen la calesa, voy a ver a doña Francisca Montenegro -. –Inmediatamente señora -.
[url=]Música de la escena.[/url]
Aarón se levantó de la cama. –Señor tenga cuidado que se acaba de desmayar –dijo Ramiro corriendo tras el maestro. –No me llames de usted –se limitó a decir Aarón. –Pero Ramiro tiene razón Aarón –dijo Pepa, -te acabas de desmayar y… -la dejó con la palabra en la boca. Aarón salió a la plaza, necesitaba aire puro. Pero entonces alguien le dio un puñetazo. Levantó la cabeza y vio a Tristán. -¿¡Está usted loco!? –Le gritó al Montenegro. Agarró a Tristán de la camisa y los dos se miraron con profundo odio. Los pueblerinos los rodeaban observándolos y Pepa y Ramiro llegaron hasta los dos. -¿Sois adultos o niños chicos? –Preguntó Pepa. –No te metas en esto –le dijo Tristán. –Si me meto Tristán si me meto –respondió Pepa enfadada. Tristán se rió sarcásticamente, Raimundo asomaba la cabeza entre la multitud, Dolores y Salud comentaban algo en voz baja, Margarita al lado de Dolores apuntaba todo lo que decían en una hoja. –Ya, es que a ti todo lo que sea meter te encanta Pepa –dijo Tristán con burla –cuéntales a todos, venga, primero el señorito, luego el doctor y ahora el maestro ¿te vas a revolcar con todas las fuerzas vivas de Puente Viejo? -. La bofetada que recibió de Pepa resonó por toda la plaza. –Maestro, le reto a un duelo. Le veré mañana a las diez en punto en la llanura del camino –y dicho esto cogió camino. –Y ustedes que miran –gritó Aarón. -¿No tienen otra cosa mejor que hacer? ¿No tienen vida propia? –Los puentevejeros se dispersaron y el maestro, Pepa y Aarón entraron en casa.
Música de la escena.
En el colmado Dolores departía con Pedro sobre lo que acababa de ocurrir. –Un escándalo Pedro, ya verás cuando te pida explicaciones la de Montenegro -. Pedro se sentó en la silla. -¿Y yo qué culpa tengo de que la hija de la de Mesía sea ligera de cascos y se acueste con don Tristán y el maestro? -. Entra doña Águeda. –Buenos días señores -. Entra Salud. –Dolores que vengo a que comentemos lo de la pelea –dijo Salud. -¿Qué pelea? –Preguntó Águeda. –La que ha causado su hija señora, el maestro se ha peleado con don Tristán porque Pepa se ha revolcado con los dos -. Águeda abrió la boca como para decir algo, pero optó por callar y salir del colmado.
Pepa curaba la herida del labio de Aarón. –No te debiste pelear con Tristán -. Aarón sonrió. –Solo por este momento ha merecido la pena -. Y la besó, Pepa le abrazó pero se sentía culpable y entonces entró Águeda. La pareja se separó de inmediato. –De modo que lo que decían es cierto –dijo Águeda ofendida. –Pepa vámonos -. La partera se levantó. –Y en cuanto a usted maestro, no hace falta que vaya a darle más clases a Anelisa –y se fueron dando un portazo. Ramiro entró. -¿Y qué harás en el duelo? –Preguntó. –Ramiro por increíble que te parezca, yo ya participé en un duelo hace muchos años –respondió Aarón con tristeza. -¿Y cómo acabó? –Preguntó el Castañeda. –Maté a mi oponente, le clavé la espada en el corazón -. Ramiro abrió mucho los ojos. –Madre mía -. –Yo tenía quince años. Por cierto cambiando de tema ¿la hermana de Calvario vivió en Puente Viejo no? –Preguntó Aarón. -¿Eh? Ah si si si si, doña Angustias, una tragedia su final -. -Se suicidó tengo entendido –dijo el maestro. –Si, en el cuarto de Pepa… -Que mi muerte pese sobre tu conciencia Pepa Aguirre –dijo Angustias, y levantó el puñal para clavárselo en el estómago. -¡Angustias! –Gritó Pepa, mientras que la joven caía sobre los brazos de don Anselmo y Raimundo. -¿Pero qué has hecho criatura? –Le dijo el cura…
-Así que Pepa –musitó el maestro una vez Ramiro le relató la historia.
Música de la escena.
Águeda y Pepa discutían en el Jaral. –¡Pero cómo has podido acostarte con el maestro con la mala espina que me da! –Exclamó Águeda. –Madre por favor, Aarón es una buena persona, él… -Águeda la interrumpió. –Te prohíbo que te vuelvas a ver con él -. Pepa no sabía qué hacer. –Lo siento madre, pero no le voy a obedecer –y salió de la estancia. -¡Lucía! –Llamó Águeda a la doncella que entró rauda. –Si señora -. –Que preparen la calesa, voy a ver a doña Francisca Montenegro -. –Inmediatamente señora -.
#60

16/01/2012 16:22
Música de la escena.
Francisca estaba llena de ira, Mauricio nunca la había visto tan enfadada. -¿Pero cómo pudiste ocultarme una cosa así Mauricio? -. –Señora si me lo permite, ahora… -Francisca lo interrumpió. –Ahora un desconocido puede embolsarse mi fortuna papanatas, no te das cuenta. Mataste a docenas de bastardos y, el único hijo legítimo que Salvador Castro tuvo en su perra vida sigue con vida idiota. Ese vástago si descubre sus orígenes podría tener una fortuna equiparable a la de Jacobo Fitz-James Stuart zopenco -. –Está siendo demasiado dura conmigo señora -. Entra Mariana. –Señora, doña Águeda de Mesía y la infanta Anelisa desean verla -. Francisca respiró hondo para contenerse. –Que pasen y tu Mauricio retírate -. Águeda dejó a Anelisa con Mariana y pasó. –Que sorpresa doña Águeda, ¿qué le trae por aquí? ¿Busca más tierra? Yo que usted iría a la playa -. –Sea seria Francisca es un tema importante –y se sentó, la Montenegro la imitó. –Es sobre el maestro, quiero que se marche del pueblo –dijo Águeda. Francisca sonrió. –Lo lamento doña Águeda pero según el alcalde todos están muy contentos con el maestro, sobre todo su hija de usted -. Francisca supo que había dado bien hondo a Águeda. –Muy bien –dijo Águeda dispuesta a irse –que sea feliz con su segundo Salvador Castro, porque el parecido es innegable -.
Música de la escena.
Cayó la noche, todos en la casona estaban vestidos con sus mejores galas. Tristán con el frac, Francisca había sacado su vestido verde botella y Soledad había decidido lucirse. Durante toda la cena, el rey Alfonso solo la atendió a ella. Más tarde a la hora de acostarse Soledad acompañó al rey. Estaban en la puerta de la alcoba de Soledad. –Verá majestad, me gustaría que su visita en este pueblo fuese placentera y disfrutara. Su majestad se acercó más a ella. -¿Seguro qué podrá complacerme en todo señorita Castro? -. Soledad sonrió y cogió las manos del monarca quien las empezó a pasar por debajo de sus enaguas ascendiendo peligrosamente. –Le aseguro que quedará complacido su majestad -. El rey sonrió más. –Averigüémoslo –respondió. Y comenzó a besarle el cuello y desabrocharle el vestido mientras ella abría la puerta de la alcoba, entraron dentro. El rey le quitó el vestido a Soledad y le desabrochó el corsé, mientras ella lo desnudaba. Alfonso llevó a Soledad a la cama y la joven se dispuso a complacer a su rey.
Música de la escena.
Pepa entraba en la casa de Aarón. Debido a su discusión con Águeda iba a pasar la noche allí. –No te preocupes de nada Pepa –le dijo Aarón acariciándole el rostro… Pepa le besó recordando la conversación con Emilia…
Estaban desnudos en la cama, otra vez se había acostado con él. –Pepa –le llamó él. –Quería hablarte de Christian. –Te escucho –dijo la partera. –Verás ¿recuerdas a la ladrona que encontraron muerta en la casona el día de Nochevieja? Pues era su madre -. -¿Qué? –Preguntó Pepa sorprendida. –Y espera que hay más, el padre no es otro que Alonso Castro el hermano de Salvador, vamos que Christian es tu primo -. Ahora debería darle más explicaciones. Christian quien había oído todo desde fuera se levantó llorando. Había perdido a su madre, la única persona que tenía en el mundo. Apretó la cabeza contra la almohada y se puso a llorar, quería morirse… Lloró toda la noche hasta que se hizo de día y se vio los ojos hinchadísimos.
Música de la escena.
Mariana entró en la alcoba de Soledad con la bandeja del desayuno. –Buenos días señ… -se arrodilló al ver sentado en la cama al rey y de la torpeza se le cayó la bandeja. El rey se levantó y por desgracia para Mariana, iba desnudo. –Su alteza mil perdones –susurró Mariana. Mariana recogía los trozos de porcelana mientras el rey Alfonso permanecía a su lado. Se levantó para irse pero éste la cogió del brazo. -¿Sabes? Eres una chica muy hermosa –dijo el rey. –Gra-gra-gracias su majestad –dijo la chica cohibida. El rey comenzó a oler su cuello. –Su majestad por favor –dijo Mariana, tenía miedo. –Cállate –ordenó el rey y agarró a Mariana y no la dejó marchar.
Aarón y Ramiro desayunaban -¿Y Christian? –Preguntó el maestro. –Se fue temprano al río –respondió Ramiro. –Oiga maestro, menuda fiesta montó anoche con la partera eh –la mirada que le echó Aarón bastó para que Ramiro comprendiera que había metido la pata. –Me voy al duelo –dijo Aarón. Ramiro trató de impedirlo. –Aarón o vayas, don Tristán es un militar te mata… -pero antes de terminar el otro ya se había marchado.
Música de la escena.
Aarón caminó hasta la llanura, allí le esperaba Tristán. Como testigos, Alfonso Castañeda y Mauricio. Tristán y Aarón se saludaron. -¡TRISTÁN! –Gritó Pepa que venía corriendo. –Tristán no lo hagas -. Aarón miró a Pepa con tristeza. –Vete de aquí Pepa –ordenó Tristán. –No no pienso dejar que os matéis –le gritó la partera al militar. Comenzó el duelo, Tristán y Aarón desenvainaron las espadas y comenzaron a luchar ante una angustiada Pepa, ambos lo daban todo en la disputa y se mantuvieron luchando bastante tiempo. Pepa les gritaba –vaya hombres que tienen que arreglar sus diferencias peleando – o -¿Por qué no pensáis un poco en mí? -. Hasta que en un descuido, Tristán miró a Pepa, descuido que Aarón aprovechó para arrebatar la espada a su adversario. Tristán desarmado caminó hacia atrás mientras el maestro le apuntaba. Aarón arañó le cuello del Montenegro con la espada y le hizo un tajo en el cuello. –El primero a sangre Tristán, con esto acaba nuestra disputa -. Y el militar no pudo hacer otra cosa que mirarlo con odio.
Francisca estaba llena de ira, Mauricio nunca la había visto tan enfadada. -¿Pero cómo pudiste ocultarme una cosa así Mauricio? -. –Señora si me lo permite, ahora… -Francisca lo interrumpió. –Ahora un desconocido puede embolsarse mi fortuna papanatas, no te das cuenta. Mataste a docenas de bastardos y, el único hijo legítimo que Salvador Castro tuvo en su perra vida sigue con vida idiota. Ese vástago si descubre sus orígenes podría tener una fortuna equiparable a la de Jacobo Fitz-James Stuart zopenco -. –Está siendo demasiado dura conmigo señora -. Entra Mariana. –Señora, doña Águeda de Mesía y la infanta Anelisa desean verla -. Francisca respiró hondo para contenerse. –Que pasen y tu Mauricio retírate -. Águeda dejó a Anelisa con Mariana y pasó. –Que sorpresa doña Águeda, ¿qué le trae por aquí? ¿Busca más tierra? Yo que usted iría a la playa -. –Sea seria Francisca es un tema importante –y se sentó, la Montenegro la imitó. –Es sobre el maestro, quiero que se marche del pueblo –dijo Águeda. Francisca sonrió. –Lo lamento doña Águeda pero según el alcalde todos están muy contentos con el maestro, sobre todo su hija de usted -. Francisca supo que había dado bien hondo a Águeda. –Muy bien –dijo Águeda dispuesta a irse –que sea feliz con su segundo Salvador Castro, porque el parecido es innegable -.
Música de la escena.
Cayó la noche, todos en la casona estaban vestidos con sus mejores galas. Tristán con el frac, Francisca había sacado su vestido verde botella y Soledad había decidido lucirse. Durante toda la cena, el rey Alfonso solo la atendió a ella. Más tarde a la hora de acostarse Soledad acompañó al rey. Estaban en la puerta de la alcoba de Soledad. –Verá majestad, me gustaría que su visita en este pueblo fuese placentera y disfrutara. Su majestad se acercó más a ella. -¿Seguro qué podrá complacerme en todo señorita Castro? -. Soledad sonrió y cogió las manos del monarca quien las empezó a pasar por debajo de sus enaguas ascendiendo peligrosamente. –Le aseguro que quedará complacido su majestad -. El rey sonrió más. –Averigüémoslo –respondió. Y comenzó a besarle el cuello y desabrocharle el vestido mientras ella abría la puerta de la alcoba, entraron dentro. El rey le quitó el vestido a Soledad y le desabrochó el corsé, mientras ella lo desnudaba. Alfonso llevó a Soledad a la cama y la joven se dispuso a complacer a su rey.
Música de la escena.
Pepa entraba en la casa de Aarón. Debido a su discusión con Águeda iba a pasar la noche allí. –No te preocupes de nada Pepa –le dijo Aarón acariciándole el rostro… Pepa le besó recordando la conversación con Emilia…
Estaban desnudos en la cama, otra vez se había acostado con él. –Pepa –le llamó él. –Quería hablarte de Christian. –Te escucho –dijo la partera. –Verás ¿recuerdas a la ladrona que encontraron muerta en la casona el día de Nochevieja? Pues era su madre -. -¿Qué? –Preguntó Pepa sorprendida. –Y espera que hay más, el padre no es otro que Alonso Castro el hermano de Salvador, vamos que Christian es tu primo -. Ahora debería darle más explicaciones. Christian quien había oído todo desde fuera se levantó llorando. Había perdido a su madre, la única persona que tenía en el mundo. Apretó la cabeza contra la almohada y se puso a llorar, quería morirse… Lloró toda la noche hasta que se hizo de día y se vio los ojos hinchadísimos.
Música de la escena.
Mariana entró en la alcoba de Soledad con la bandeja del desayuno. –Buenos días señ… -se arrodilló al ver sentado en la cama al rey y de la torpeza se le cayó la bandeja. El rey se levantó y por desgracia para Mariana, iba desnudo. –Su alteza mil perdones –susurró Mariana. Mariana recogía los trozos de porcelana mientras el rey Alfonso permanecía a su lado. Se levantó para irse pero éste la cogió del brazo. -¿Sabes? Eres una chica muy hermosa –dijo el rey. –Gra-gra-gracias su majestad –dijo la chica cohibida. El rey comenzó a oler su cuello. –Su majestad por favor –dijo Mariana, tenía miedo. –Cállate –ordenó el rey y agarró a Mariana y no la dejó marchar.
Aarón y Ramiro desayunaban -¿Y Christian? –Preguntó el maestro. –Se fue temprano al río –respondió Ramiro. –Oiga maestro, menuda fiesta montó anoche con la partera eh –la mirada que le echó Aarón bastó para que Ramiro comprendiera que había metido la pata. –Me voy al duelo –dijo Aarón. Ramiro trató de impedirlo. –Aarón o vayas, don Tristán es un militar te mata… -pero antes de terminar el otro ya se había marchado.
Música de la escena.
Aarón caminó hasta la llanura, allí le esperaba Tristán. Como testigos, Alfonso Castañeda y Mauricio. Tristán y Aarón se saludaron. -¡TRISTÁN! –Gritó Pepa que venía corriendo. –Tristán no lo hagas -. Aarón miró a Pepa con tristeza. –Vete de aquí Pepa –ordenó Tristán. –No no pienso dejar que os matéis –le gritó la partera al militar. Comenzó el duelo, Tristán y Aarón desenvainaron las espadas y comenzaron a luchar ante una angustiada Pepa, ambos lo daban todo en la disputa y se mantuvieron luchando bastante tiempo. Pepa les gritaba –vaya hombres que tienen que arreglar sus diferencias peleando – o -¿Por qué no pensáis un poco en mí? -. Hasta que en un descuido, Tristán miró a Pepa, descuido que Aarón aprovechó para arrebatar la espada a su adversario. Tristán desarmado caminó hacia atrás mientras el maestro le apuntaba. Aarón arañó le cuello del Montenegro con la espada y le hizo un tajo en el cuello. –El primero a sangre Tristán, con esto acaba nuestra disputa -. Y el militar no pudo hacer otra cosa que mirarlo con odio.