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Foro El secreto de Puente Viejo

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eiza
eiza
23/10/2011 12:32
labibliotecal-z

EL RINCÓN DE LADYG
labibliotecal-z
El único entre todos I, II, III, IV, V

EL RINCÓN DE LAPUEBLA
labibliotecal-z
Descubriendo al admirador secreto
Los Ulloa se preocupan por Alfonso
La vida sigue igual
Los consejos de Rosario
Al calor del fuego I, II, III
Llueve I, II
La voz que tanto echaba de menos
Para eso están las amigas
El último de los Castañeda
No sé
Pensamientos
La nueva vecina I - IV, V, VI - VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV
Sin rumbo I, II, III, IV
Un corazón demasiado grande
Soy una necia
Necedades y Cobardías
El amor es otra cosa
Derribando murallas
El nubarrón
Una petición sorprendente I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII , IX – XII
Deudas, cobardes y Victimas I (I) (II), II (I) (II), III, IV, V, VI,
El incendio
Con los cinco sentidos

EL RINCÓN DE LIBRITO
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Hermanos para siempre. Las acelgas. Noche de ronda
Tertulia literaria, La siembra
Cinco meses I-IV

EL RINCÓN DE LNAEOWYN
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Mi destino eres tú
Eres mi verdad
Raimundo al rescate
Rendición
Desmayo
Masaje
Qué borrachera, qué barbaridad...

EL RINCÓN DE MARTILEO
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Cuenta la leyenda
El amor de mi vida

EL RINCÓN DE MARY
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Cumpliendo un sueño I, II, III, IV

EL RINCÓN DE MIRI
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Recuperando la fe
La verdad
Una realidad dolorosa
Yo te entiendo
De adonis y besos

EL RINCÓN DE NHGSA
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Raimundo, Francisca y Carmen: un triángulo peligroso
Confesión I, II

EL RINCÓN DE OLSI
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Descubriendo el amor I, II
El amor todo lo puede
Bendita equivocación
Sentimientos encontrados I, II
Verdadero amor I, II, III, VI
El orgullo de Alfonso I, II, III, VI
Descubriendo la verdad I, II
Despidiendo a un crápula I, II
Siempre estaré contigo I, II
La ilusión del amor I, II
El desengaño I, II, III
Sola
Reproches I(I), I(II), II, III, IV
Tenías que ser tú I, II, III
Abre los ojos I, II, III, VI, V
Ilusiones rotas
El tiempo lo cura todo I, II
La despedida

EL RINCÓN DE RIONA
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Abrir los ojos
Su verdad
Si te vas
Y yo sin verte I, II, III, IV, V
Cobarde hasta el final
Un corazón que late por ti
Soy Emilia Ulloa Soy Alfonso Castañeda
La mano de un amigo I, II, III, IV, V

EL RINCÓN DE RISABELLA
labibliotecal-z
Como a un hermano
Disimulando
Alfonso se baña en el río
Noche de pasión

EL RINCÓN DE VERREGO
labibliotecal-z
Lo que tendría que ser...

EL RINCÓN DE VILIGA
labibliotecal-z
Tristán y Pepa: Mi historia

EL RINCÓN DE YOLANADA
labibliotecal-z
¡Cómo Duele! I, II, III, IV, V, VI, VII

EL RINCÓN DE ZIRTA
labibliotecal-z
El despertar de Emilia Ulloa
Atrapado en mis recuerdos
La última carta
Contigo o sin tí (With or without you)
Tiempo perdido (Wasted time)
Si te vas
El tiro de gracia
Perro traidor
#141
olsi
olsi
12/11/2011 15:36
MI VERDADERO AMOR - PARTE 1

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/660/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/

MI VERDADERO AMOR - PARTE 2

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/661/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#142
olsi
olsi
13/11/2011 11:32
MI VERDADERO AMOR PARTE 3

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/661/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/

Por cierto Lapuebla, precioso!!! como siempre! eres una artistaza!! guiño
#143
olsi
olsi
13/11/2011 21:35
EL REGRESO DEL ADMIRADOR SECRETO

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/663/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#144
eiza
eiza
14/11/2011 00:40
Olsi ¿Te he dicho ya que te adoro? Pues te lo digo ahora!!

Mil besos y Gracias, por traerme los links que ni te imaginas lo que lo agradezco, pero sobretodo por esas maravillas que creas!!
#145
yolanada
yolanada
14/11/2011 11:29
Buenas, os dejo los links de mi último Fic, que he escrito por episodios este fín de semana.
Eiza, gracias por estar pendiente. Pero ni tiempo me había quedado, que la última parte la terminé ayer , bastante tarde.
Besos a todas y felicidades a las demás escritoras.

EL SECRETO DE EMILIA

PARTES 1 Y 2
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/661/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/

PARTES 3 Y 4
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/662/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/

PARTES 5 y 6
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/663/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#146
Nhgsa
Nhgsa
15/11/2011 11:55
ESCENA ALTERNATIVA CAPÍTULO 148

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/147/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/

ESCENA ALTERNATIVA: "DEBERÍA MATAR MIS SENTIMIENTOS"

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/245/el-rincon-de-francisca-y-raimundo-porque-nosotras-si-creemos-en-su-historia-de-amor-asi-que-espabilen-los-que-escriben/

ESCENA ALTERNATIVA CAPÍTULO 184: "HACE TIEMPO QUE NO VIENES A TOCARME LAS NARICES"

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/242/el-rincon-de-francisca-y-raimundo-porque-nosotras-si-creemos-en-su-historia-de-amor-asi-que-espabilen-los-que-escriben/
#147
lapuebla
lapuebla
16/11/2011 16:19
Os dejo la primera parte de un fic. Se me ocurrió hace ya mucho tiempo y es mi peculiar homenaje a uno de mis personajes favoritos de Puenteviejo. Además, siempre he pensado que la doña tuvo que haber sido buena persona en algún momento de su vida........

-LA COCINERA Y ELSEGADOR-

Verano de 1873.
Apenas había amanecido y Rosario ya estaba en plena faena preparando los desayunos para los señores. Las jornadas de trabajo en la casona eran largas y duras, pues tenía que levantarse antes de las seis de la mañana y raro era el día en que podía irse a descansar antes de la medianoche. Pero aun así se sentía afortunada por tener un trabajo decente y que además le gustaba. Había heredado la buena mano para los pucheros de su madre, Carmen. Y a la prematura muerte de ésta heredó tambien el puesto de cocinera en la mansión de los Montenegro. Su salario era pequeño, pero al menos tenía un techo bajo el que dormir y el trato que le dispensaban sus amos era bastante correcto. Don César era un hombre serio, pero afable y educado. Sin embargo, a nadie se le escapaba que en los últimos años y tras la muerte de su esposa, se había vuelto mucho más reservado. Además, en los últimos tiempos su salud parecía resentirse y todo el mundo sabía en Puente Viejo que la familia atravesaba por problemas económicos graves tras las inundaciones que arrasaron parte de sus tierras durante el invierno. Su única luz era su hija, Francisca, una joven guapa y alegre que siempre andaba canturreando por la casona.

Francisca y Rosario tenían casi la misma edad y se habían criado juntas. Como la señorita era hija única creció jugando con la hija de la cocinera, quien se convitió en su amiga y confidente. Rosario fue quien la consoló cuando la mujer de don Cesar falleció de tuberculosis cuando la niña apenas había cumplido los doce años. Y ahora era quien la escuchaba pacientemete cuando se pasaba horas y horas hablando del amor que sentía por Raimundo, el heredero de los Ulloa, la familia más acaudalada de la comarca. Incluso en algunas ocasiones ejercía de correo trayendo y llevando notas que se escribían los enamorados. Tambien era la tapadera que utilizaba la joven Francisca para ocultar sus encuentros secretos con Raimundo. A veces, Rosario temía perder su trabajao si se descubría que ella ocultaba aquellas citas furtivas. Pero la señorita siempre le juraba que mientras ella viviera nunca la dejaría desamparada.

Faltaban apenas unos minutos para las siete y media, la hora a la que el señor acostumbraba a tomar el desayuno sentado en la mesa del jardín. Ese era su lugar preferido y quizás el único donde encontraba un poquito de paz. Allí se olvidaba de los acreedores, de las tensiones con jornaleros y de otras preocupaciones comunes a todos los terratenientes durante aquellos resvueltos días de la Primera República. El país pasaba por una situación de gran inestabilidad y todos temían que acabasen estallando revueltas, incluso entre el campesinado.

Rosario preparó una bandeja con café y un bizcocho recien horneado y se dispuso a abrir la puerta que comunicaba la cocina con el jardín trasero para llevarle el desayuno a don Cesar. Estuvo a punto de soltar una maldición cuando al tropezar casi se le cae la bandeja. Alguien había dejado un ramo de margaritas en el suelo. Lo apartó cuidadosamente con el pie, al mismo tiempo que intentaba mantener el equilibrio y no hacer añicos la porcelana. De regreso a la cocina se agachó a recoger el pequeño manojo de flores blancas. “¿Quién será el despistado?” se preguntó sin darle mayor importancia. Pero a la mañana siguiente se volvió a encontrar con un nuevo ramo en la puerta de cocina. Y lo mismo habría de ocurrir durante días sucesivos. Alguien estaba tratando de agasajarla, aunque fuese con aquellos humildes ramilletes de margaritas silvestres. Pero, ¿quién?. Nunca había recibido un piropo que no fuera destinado a sus guisos o sus tartas. Tambien era cierto que su contacto con los mozos era más bien escaso, pues apenas salía de la casona. Por eso no dejaba de sorprenderla que algún zagal pudiese estar interesado en una simple cocinera como ella. Ni siquiera era consciente de que se había convertido en una joven mujer de dieciocho años dotada de una belleza serena. Cualquiera que se fijara en ella podría apreciar sus grandes ojos castaños y la dulzura de su sonrisa. Pero su madre le había inculcado el valor de la humildad y jamás hubiera osado considerarse a si misma como una muchacha guapa.

Poco a poco se fue ilusionando y se despertaba todas las mañanas ansiosa por recoger su ragalo. Salía temprano a la puerta de la cocina y se agachaba a coger del suelo el ramillete de flores que luego colcaba con mimo en un pequeño jarrón en el centro de la mesa. Cada vez que lo miraba, sonreía y olvidaba los sinsabores de su dura vida de servidumbre. Aquel era su talismán, su pequeño secreto que no quería compartir nadie. Hasta que la señorita Francisca, que la conocía mucho mejor de lo que ella creía, se percató de que algo sucedía.
#148
lapuebla
lapuebla
16/11/2011 16:21
-Rosario, ¿por qué no me dices qué es los que te ocurre?-le preguntó con una sonrisa pícara mientras daba buena cuenta del desayuno sentada como todos los días en la mesa de la gran cocina.

-A mí no me pasa nada, señorita-contestó mientras sentía como sus mejillas ardían con la vergüenza.

-Anda pillina, que nos conocemos desde crías…-Francisca le dirigió una pícara sonrisa.-Además, yo te cuento todas mis cuitas. ¿Acaso no me tienes confianza?¿No andarás en amoríos?

-¡Pero que cosas tiene!-contestó mientras trataba de zafarse de la mirada inquisitiva de la joven Montenegro.

-Si, si, sí…..tú andas en amoríos y no me lo quieres contar-le decía su amiga mientras entre risas la perseguía por la cocina-. ¿O te crees que no me he dado cuenta que todos los días tienes un ramo de flores frescas en ese jarrón?.......Pero, anda se buena y dime quién es él.

-Es que no lo sé, señorita. Es cierto que todos los días aparece un ramo de margaritas en la puerta, pero no sé quien las deja.

-Pues eso tiene fácil solución.¡ Tendremos que cazar al pretendiente!.

La joven Francisca, tan alegre y tan lista como siempre, tardó menos de medio minuto en exponerle su plan para desenmascarar al autor de aquellos regalos. Era bien sencillo: entre las dos mantendrían vigilada la puerta de la cocina para ver quien era el culpable. Y así lo hicieron. Al día siguiente lograron descubrir quien era el misterioso muchacho del ramo de margaritas, aunque apenas lo conocían y ni siquiera sabían su nombre. Rosario creía haberlo visto formando parte de una de las cuadrillas de trabajadores temporeros que llegaban todos los años desde Galicia para trabajar en la siega. Su vida era aun más dura que la de los jornaleros de Puenteviejo, ya que les pagaban menos salario por más horas de trabajo. Ni siquiera tenían un alojamiento digno en el que resguardarse durante los cuatro meses que pasaban lejos de su tierra. Normalmente se hacinaban en los viejos chozos junto al río y no solían relacionarse mucho con los otros trabajadores de la finca. Sin embargo, Rosario hubiera jurado que había visto a aquel muchacho alto y moreno paseando cerca del jardín. Ahora entendía el porqué.

A partir de ese día la joven cocinera empezó a levantarsee aun más temprano, sólo por poder ver durante unos segundos a aquel muchacho tan escurridizo que le dejaba flores todas las mañanas. A veces estaba tentada de pillarlo in fraganti, pero pronto abandonaba la idea al darse cuenta que eso sólo lograría espantarlo. Lo que sí hizo fue empezar a dejarle tambien ella pequeños regalos para mostrarle su agradecimiento. Y así iniciaron un curioso intercambio de flores por dulces. Hasta que los ramilletes vinieron acompañados de pequeños objetos de madera, un cesto de mimbre o un colgante hecho con un trozo de cuarzo. Sin embargo, durante semanas no cruzaron una sola palabra, ni siquiera una mirada. Y el verano estaba tocando a su fin, del mismo modo que terminaba la faena para los trabajadores gallegos, que deberían emprender el retorno a casa en pocos días.

Rosario empezó a sentir un nudo en el estómago,pues se daba cuenta que pronto dejaría de recibir aquellos pequeños regalos que tanta alegría habían traído a su vida. Y lo peor, ya no podría ver todas las mañanas a aquel mozo tan tiímido pero que con su sola presencia conseguía alegrarle el corazón. La señorita Francisca no tardó en percatarse de la tristeza que se estaba apoderando de su amiga, aunque tratara de disimularla. La buena de Rosario siempre escuchaba y nunca se quejaba. Ya era hora de devolverle algo del cariño y el apoyo incondicional que le había brindado durante toda su vida. Tendría que urdir un buen plan, y ella era única maquinando estrategias.

-Rosario, ¿dónde estás?-preguntó la joven Montenegro al entrar en la cocina.

-Aquí señorita-contestó la cocinera mientras asomaba por la puerta de la bodega. Vengo de rellenar estas dos botellas de vino. ¿Necesita algo?

-Pues sí. Quiero que me acompañes al baile del pueblo.

-Pero señorita…..bien sabe usted que no puedo.

-¿Quién ha dicho semejante majadería?.-A la joven no le gustaba que nadie le llevara la contraria.

-Bien sabe usted que no puedo abandonar la casona, salvo las tardes de los domingos. Además, su padre seguro que prefiere que la acompañe alguna amiga.

-Rosario, mi única amiga eres tú-le dijo agarrandola de las manos. Así que no se me ocurre mejor compañía que la tuya. Además, ya he hablado con mi padre y está de acuerdo.

-¿Pero si no tengo un vestido decente que ponerme?-trató de zafarse Rosario.

-Pues te pones uno de los míos.

-Señorita,no se ofenda, pero ya saben lo que dicen, aunque la mona se vista de seda……..Estaría ridícula con un traje tan elegante.

-Bah, eso no son más que tonterías. Ahora sube comigo a la habitación y escoge el que más te guste. Y no hay peros que valgan.

Aquella joven siempre se salía con la suya. Al final,ambas muchachas asistieron al baile de la plaza vestidas con sus mejores galas. Rosario escogió el vestido más sencillo del armario de la señorita, pero aun así era la ropa más elegante que jamás se había puesto. Y la joven Francisca estrenó un nuevo traje, con la intención de deslumbrar de nuevo a Raimundo, aunque el Ulloa no necesitaba de adornos para sentirse atraído por la heredera de los Montenegro.
#149
lapuebla
lapuebla
16/11/2011 16:25
En la plaza había una gran algaravía. Habían colocado un montón de antorchas con el fin de iluminar el baile. Y un pequeño grupo de cuatro músicos no paraba de tocar canciones tradicionales de la comarca y alguna pieza que habían aprendido en Portugal. Los mozos rondaban a las mozas bajo la atenta mirada de las madres. Y los hombres charlaban animadamente tomando chatos de vino o copichuelas de aguardiente. Rosario escrutaba los rostros de la gente, con la esperanza de encontrarse con José. Al final había conseguido enterarse al menos de cómo se llamaba aquel bracero gallego que sin saberlo le estaba robando el corazón. Pero no había ni rastro de él por ningún lado. Quizás no fuera al baile, pues estaría agotado tras una dura jornada de faena. Sólo le quedaba disfrutar de la música mientras su joven ama se escabullía en compañía de Raimundo. Se sentó en uno de los bancos mientras oía la canción que estaba sonando.

“Ahí vienen los segadores
En busca de sus amores
Des pues de segar y llenar la era”.


Pero su segador no estaba. O eso al menos creía ella. Cuando la improvisada orquesta anunció que iban a tocar un baile de los llamados agarraos sintió una mano que le tocaba suavemente en el hombro.

-Señorita, disculpe el meu atrevemento......¿querría bailar comigo?-le preguntó al fin con aquella inconfundible mezcla de palabras en gallego y castellano.-Intentaría pisarla lo menos posible.

-Si, por supuesto- ni ella misma sabía de donde le había salido la voz ni el valor para contestarle.-Aunque le advierto que yo tampoco soy una gran bailarina.

Ambos sonrieron y empezaron a seguir el sonido de la música. Aquella era la primera vez que Rosario bailaba con un hombre. Procuraba no mirar a su acompañante, para que no viera sus mejillas rojas como tomates. Aunque él resultó ser aun más tímido y clavaba sus ojos en el suelo. De nada le habían servido los ensayos con el tunante de Paco, apodado el portugués, uno de sus compañeros de cuadrilla y, sobre todo, la única persona en el mundo a la que le había contado que bebía los vientos por cocinera de la casona de los Montenegro. Pacó fue quien lo convenció para asitir al baile. “No todo en esta vida va a ser trabajar de sol a sol. De vez en cuando hay que salír a tomar un chato de vino y mirar para las mozas, que a este paso te nos vas a meter cura”. Y tambien fue Paco quien lo animó a empujones a sacar a bailar a aquella muchacha morena a la que le llevaba ramos de flores todas las mañanas. “Anda espabila y sácala a bailar!!. No te va a comer……Y puestos, dile que eres tú quien le lleva las dichosas margaritas”.

Siguieron bailando hasta que la orquesta se tomó un descanso. José ya se disponía a despedirse y marcharse cabizbajo cuando la voz de Francisca Montenegro lo detuvo.

-¿Sabes una cosa muchaco?. A mi cocinera le encantan las margaritas. Son sus flores favoritas. ¿No conocerás a nadie dispuesto a llevarle un ramillete para que adorne su cocina?.

-Mañana mismo se las llevo-logró contestar con mucho esfuerzo. Antes de irse dirigió una tímida mirada Rosario, que le devolvió una sonrisa.

-Harás muy bien en hacerlo, que seguro que te lo agradece con uno de sus deliciosos platos-se rió Francisca mientras su amiga enrojecía con la vergüenza.
#150
CUQUINA37
CUQUINA37
16/11/2011 17:08
Ahora sabemos a quien se sale Alfonso...sigue Pepa...que bonito.
#151
martileo
martileo
16/11/2011 19:34
lapuebla, ya echaba de menos tus relatos, sigue cuando puedas y gracias.
#152
eiza
eiza
16/11/2011 22:05
Pepita!! Y yo a ti que te digo ya? SOLO UNA COSA MAS : GRACIAS y por cierto otro besote por cada uno de los muhcos km que nos separan para ti tambien preciosa ^^

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Nghsa y Yolanda, mil gracias por poner los links, actualizado el word con los datos, el dia que se arregle el post lo actualizaré pero ahora mismo no tengo tiempo ni de mirar la hora, menos aun para intentar solucionar esto, y dado las fechas que se me aproximan, y que es una de las campañas mas fuertes en mi curro dudo que pueda hacerlo hasta después de navidad, de todas formas, por fa seguid trayendo los links que yo los guardo todos!! y me es imposible guardar los que no se traen aqui, porque apensa si entro al foro ni al subforo!!!
#153
LadyG
LadyG
18/11/2011 23:03
****Infinito deseo****

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/673/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#154
olsi
olsi
19/11/2011 00:18
Irremediablemente enamorada

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/674/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/

Bona nit!!!
#155
lapuebla
lapuebla
19/11/2011 22:39
Tendría que dejar la continuación de La cocinera y el segador pero voy a tener que rehacerlo todo porque mi mente coincidió con la de los lionistas y me "chafaron" una escena fundamental del relato. Así que hoy en vez de traer la historia de los padres de Alfonso Castañeda me voy a saltar una generación y será uno de sus hijos el protagonista.

Se lo dedico a Rosa, por animarme a colgarlo y a Carol, Carmen, Belén y María por el rato tan estupendo que he pasado esta tarde.

-HISTORIAS QUE SE REPITEN-

A la puesta del sol Alfonso subía de la huerta, como casi todos los días. Pero hoy habia decidido cambiar su rutina, y en vez de ir directamente a la posada, que seguía regentando su mujer, se encaminó hacia la carpintería en la que trabajaba Ignacio, su primogénito. De sus cuatros hijos, el mayor era el que más se le parecía. Todos repetían que eran como dos gotas de agua. Y eso era motivo de orgullo para Alfonso, pues Ignacio era un buen muchacho que nunca le había ocasionado problemas, que se desvivía por cuidar de su madre y sus hermanos y además había resultado ser un trabajador infatigable. A sus poco más de venticinco años ya era el dueño de una carpintería, conocida en toda la comarca por la habilidad del ebanista para dar forma a la madera. Tambien en eso habia salido a su padre.

Pero Alfonso estaba preocupado por su hijo, al que veía más taciturno que de costumbre. Bien era cierto que era un muchacho tímido, pero en los últimos tiempos apenas hablaba con nadie y casi podía jurarse que rehuía la compañía de la gente. Algo le sucedía y tenía que averiguar lo que era. Aunque mucho se temía que era mal de amores, que hasta en eso su hijo había heredado su carácter. No había dicho nada, pero un día obervó como miraba a la maestra y pudo ver en los ojos de su hijo la misma expresión que tenían los suyos cuando se dio cuenta de que se había enamorado de Emilia Ulloa, hacía ya más de veiticinco años.

La maestra, una joven gallega llamada Carmen, le había encargado un par de pupitres nuevos para los chiquillos, puesto que los que había en la vieja escuela ya no eran suficientes para dar cabida a todos los críos de Puenteviejo. Las clases se habían llenado desde la llegada de la nueva profesora, porque entre otras cosas sus honorarios eran menores y siempre se mostraba dispuesta a yudar a los niños que iban más retrasados, sin importarle echar más horas de las debidas, trabajando incluso los sábados. Pertenecía a aquella generación de maestros vocacionales que estaban convencidos de que la educación era la única arma para sacar al país de la pobrez ancestral en la que estaba sumido. Alfonso había ayudado a Ignacio en la tarea, pues quería tener listos lo antes posible los pupitres. Trabajaron codo con codo durante varios días y cuando la faena estuvo rematada se dispusieron a llevarlos hasta la escuela y dejarlos colocados en su sitio. Los críos ya habían terminado las clases y la maestra estaba preparando las lecciones del día siguiente. Mientras padre e hijo daba los últimos toques a su trabajo entró don Jesús, el secretario del ayuntamiento. Era un hombre apuesto que rondaba la treintena. A nadie en el pueblo se le escapaba que andaba rondando a Carmen y que ambos hacían buena pareja. Charlaron durante un buen rato sin prestarles atención a los Castañeda. Cuando al final don Jesús se despidión besando con extrema cortesía la mano de la maestra, Alfonso pudo ver dolor en los ojos de su hijo, el mismo dolor que él había padecido cuando Emilia cayó en los brazos de aquel sinvergüenza de Severiano de Villalpanda.

Casi había oscurecido de todo cuando su padre entraba por la puerta del pequeño taller. Igancio estaba tan absorto lijando una mesita que ni escuchó la voz de Alfonso dándole las buenas tardes. Así que se sobresaltó cuando sintió una mano sobre su hombro.

-Padre, ¡qué susto me ha dado!-exclamó.

-No me extraña, estás tan ensimismado que ni me has oído llegar. ¿Qué es eso que te trae tan preocupado?

-Nada, padre-trató de evitar la mirada inquisitiva de Alfonso.-Es sólo que estaba concentrado en la madera.

-Mira hijo, ¿no has oído eso de que sabe más el diablo por viejo que por diablo?-le preguntó mientras lo miraba atentamente-.No me engañes, que se que algo te preocupa, pero nunca hay forma de saber lo que piensas.

-Le dijo la sarten al cazo-se burló cariñosamente Ignacio, que aunque algo incómodo por las preguntas de su padre le agradecía su preocupación.

-No te burles zagal-le dijo mientras le daba un suave cachete en la mejilla. Sabes, estoy muy orgulloso de que todo el mundo me diga que te pareces a mi, porque te miro y pienso que si mi hijo es un hombre tan decente, es que algo bueno he debido de hacer en la vida. Pero a veces me gustaría que no hubieras heredado mi timidez y que te abrieras más y así poder ayudarte cuando algo te está reconcomiendo de esta forma.

-No se preocupe, son sólo tonterías sin importancia-dijo tratando de tranquilizar a su padre con la mejor de sus sonrisas.

-No creo que sea una simple tontería cuando llevas semanas tan triste. ¿O te crees que no me dado cuenta de que casi no hablas, que te pasas más horas que nunca solo en el taller y que incluso has perdido el apetito?-Alfonso colocó con cariño su mano en el cuello de su hijo.-Anda, cuéntame qué es lo que te pasa. Hazlo por tu madre, que ella tambien está descalentada al verte así.
#156
lapuebla
lapuebla
19/11/2011 22:47
Si algo no soportaba Ignacio Castañeda era ver sufrir a su madre. Así que la sola mención de que estaba preocupada por él acabó por desarmarlo. Su padre se dió cuenta de que había dado en el clavo para vencer su resistencia.

-Venga, hoy ya has trabajado bastante y es hora de cerrar el taller. ¿Cuánto tiempo hace que no nos damos un paseo los dos solos?.

Al cabo de un rato, padre e hijo caminaban por la vereda del río, aprovechando que la luna llena iluminaba el camino. Hacía algo de fresco, pero aun así resultaba agradable pasear en el silencio de la noche. Al final Ignacio, venciendo la vergüenza, le contó a Alfonso lo que éste ya intuía: se había enamorado de Carmen, la maestra de Puenteviejo. Le relató como se había sentido atraído por ella en el mismo momento que la conoció. No era una muchacha que llamase la atención, siempre vestida de oscuro y con el pelo recogido en un moño. Pero él se quedó prendado de su voz, cuando la oyó comentar un libro con su madre y su abuelo en la casa de comidas. Y a medida que la iba conociendo, a medida que se daba cuenta de que era inteligente y tenaz, que era valiente y generosa, la iba queriendo más. Era distinta a todas las muchachas que había conocido y cuando se encontraba con ella en la taberna y podían charlar apenas unos minutos se sentía el hombre más afortunado del mundo.

-Hijo, me gusta ver que te has enamorado de un gran mujer-le dijo finalmente Alfonso cuando el muchacho acabó de hablar.

-Pero ella no me quiere-se quejó con la mirada fija en el suelo.

-¿Por qué dices eso? ¿Acaso le has dicho lo que sientes y te ha rechazado?

-No…..no le he dicho nada. Pero no hace falta. Usted mismo ha visto como tonteaba con el secretario y yo no tengo nada que ofrecerle.

-¡No puedo creerlo!-exclamó Alfonso.

-¿El qué, padre?-le pregunto extrañado.

-Pues que la historia se repita de nuevo. Te juro que hay veces que preferiría que no te parecieras tanto a mi.

-No entiendo lo que me quiere decir.

-Pues que estás repitiendo todos mis errores. Yo tambien fui un cobarde y esa cobardía casi me hace perder a tu madre.

-Pues yo pensaba que había sido usted el que tomó la iniciativa y que no paró de insistirle a madre hasta que la convenció de que se casaran.

-Sí, es cierto. Pero tú no sabes todo lo que pasó antes y todo lo que yo sufrí y lo que sin saber le hice sufrir a ella.

-Padre, dudo mucho que usted haya hecho sufrir a madre nunca.-Ignacio sabía que su padre adoraba a su mujer.

-Pues lo hice. ……-Alfonso dudó un instante antes de seguir.-Creo que va siendo hora de que te cuente como fueron las cosas. No sabría decirte en que momento de mi vida me enamoré de tu madre,a veces pienso que la quería desde que nació. Pero hubo un día en que sentía un vuelco en el corazón cuando la vi triste y en aquel instante comprendí que sólo podía pensar en hacerla feliz. Sin embargo era un cobarde incapaz de enfrentarla y no me atreví a confesarle que la amaba. Cometí el mismo error que tú estás cometiendo: permanecer callado. Y mientras tanto ella se ennovió con aquel sinvergúenza…..-por un momento el semblante de Alfonso pareció crisparse por el dolor de aquel recuerdo e Ignacio quiso ahorrarle el sufrimiento.

-Si, ya sé la historia del Severiano…..pero madre al final abrió los ojos.

-Pero sufrió mucho por su culpa y si yo hubiera hablado antes nunca se habría ennoviado con aquel hijo de mala madre-se lamentó

-Sigo sin entenderlo.

-Ella no quería casarse comigo porque consideraba que ya no era digna de mi amor y me rechazó varias veces.

-¿Y qué fue lo que le hizo cambiar de opinión?

-Tú tía Pepa. Siempre ha sido su mejor amiga y nunca ha podido engañarla. Tu tía estaba preocupada porque la veía triste y no paró hasta hacerla hablar. Al final tu madre le contó que me quería, que siempre me había considerado su mejor amigo y que sin darse cuenta había empezado a mirarme con otros ojos, a verme como un hombre. Pero siempre había pensado que yo la veía como una hermana y decidió alejar aquel sentimiento de su mente y buscar el amor en otros hombres. Ya ves, yo me callé por cobarde, pensando que me rechazaría y resulta que ella sentía lo mismo desde hacía años. Cuando Pepa me contó lo que pasaba me planté delante de tu madre y le dije que nunca me iba a resignar a perderla. Así que al final todo se arregló. Pero mi cobardía nos hizo sufrir durante mucho tiempo y jamás me podré perdonar todo lo que tuvo que pasar tu madre.

Ignacio sintió el impulso irrefrenable de abrazar a su padre. Lo quería , lo respetaba y lo admiraba más que a nadie en este mundo. Pero aquella noche, tras escuchar sus palabras y comprobar que su madre tenía razón cuando decía que se había casado con el mejor hombre del mundo, se sintió más orgulloso que nunca de ser hijo de Alfonso Castañeda. Así que lo abrazó con fuerza, diciéndole sin palabras lo mucho que lo quería.

-Bueno, y ahora harás caso de tu viejo padre y cogerás el toro por los cuernos. Olvídate del secretario y dile a la maestra que la quieres, mirándola a los ojos. Y si esa muchacha es tan lista como yo creo que es, no te dejará escapar.

-Gracias.

(Continuará)
#157
librito
librito
19/11/2011 23:27
Pepa... que lindo.. continua.. quiero conocer por tus letras a Ignacio.. y ver en su dia a dia.. a esos Alfonso y Emilia que peinan canas ...ainsss

Buenas noches "(^_^)"
#158
CUQUINA37
CUQUINA37
19/11/2011 23:49
Pepa..menos mal que las musas se quedan en Leon...alguna se me escapo a Galicia...es precioso..cuenta...de tal palo tal astilla.
#159
LadyG
LadyG
20/11/2011 15:24
Quiero más...que bonito Pepa. Deseando estoy de que cuentes con pelos y señales la declaración de Ignacio!!
#160
martileo
martileo
20/11/2011 19:21
Como ya te he dicho pepa en muchas ocasiones, me maravillan tus relatos. Gracias
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