SERIENUEVA-ALMAS ASESINAS/rondaba el año 2038.../serie de 5 temporadas

Manuela: nada, que duermas bien papá.
Manuela se fue del pasillo y Francisco cerró la puerta de su dormitorio.
Dentro del cuarto, Francisco y Flora se acostaron juntos en la cama para dormir.
Francisco: Flora ¿estás bien?
Flora: sí, claro, vamos a dormir estoy muy cansada.
Francisco: no quiero que te enfades conmigo porque me haya traído a esa otra mujer a mi cama, tú sabes que tú eres la única que me importa, la única a la que quiero.
Flora: todavía me sigues queriendo?
Francisco: sí claro, seguimos casados no? te he propuesto alguna vez que nos divorciemos en todos los años desde que te casaste conmigo?
Flora negó con la cabeza.
Francisco: pues ahí lo tienes, si ya no te quisiera ya habría hecho tiempo que me hubiera deshecho de ti.
Flora: y si eso es verdad por qué ya no me regalas flores como cuando nos conocimos? por qué pasas las noches con otras mujeres y me dices continuamente que ellas son más hermosas que yo burlándote de mí día tras día?


Francisco: no me burló de ti, solo te digo la verdad, el tiempo ha pasado y tú ahora estás más vieja, más gorda y más fea que cuando te conocí, yo soy un hombre y tengo derecho a estar con mujeres lozanas que todavía no han envejecido, pero eso es solo para satisfacer mis deseos carnales, pero interiormente a quién mi corazón quiere es a ti.
Flora: no sé, me cuesta mucho creer que sigas enamorado de mí viendo como me tratas, es más empiezo a dudar de si alguna vez lo estuviste.
Francisco: pues claro que lo estuve! lo estuve y estoy todavía enamorado de ti para mi desgracia, sino porque iba a impedir que mi padre te matara cuando nos conocimos?
Flora: no sé, no entiendo esta forma de amar tuya. Y que es eso de que yo ahora estoy más vieja y más fea que cuando nos conocimos? el tiempo ha pasado de acuerdo, pero ha pasado para todos! a ver si te crees tú ahora que eres un supermacho! para que lo sepas hay muchos hombres que todavía hoy en día me piropean, y son hombres de este internado muy cercanos a ti y a mí.
Francisco le pegó una bofetada a su esposa.
Francisco: ni se te ocurra engañarme con otro hombre, me oyes? tú eres mía y de nadie más!
Flora: qué te ha pasado? antes no eras así! si hubiera sabido que al casarte conmigo ibas a cambiar tanto nunca te hubiera aceptado como marido!
Francisco: ya si claro como si hubieses tenido otra opción, llevas secuestrada desde los 17 años encerrada en las mazmorras de la organización, o te casabas conmigo o te morías allí abajo, deberías saber que es gracias a mí por lo que sigues viva.
Flora: para vivir a tu lado de esta manera, hubiera preferido estar muerta. te odio y no sabes cuanto!
Flora se tumbó en la cama al lado de su marido y lloró en silencio de espaldas a él.
Francisco le acarició el cabello.
Francisco: yo sé que tú no me entiendes, pero yo te quiero, y no soportaría que nada malo te pasara.
Francisco le dio un beso en la mejilla y le susurró buenas noches al oído muy bajito, luego se dio media vuelta y se durmió.
Al día siguiente... Francisco salió del cuarto de baño vestido y ya arreglado, él estaba abrochándose los botones de la camisa mientras su esposa estaba haciendo la cama.
Francisco la cogió por la cintura acercándose por detrás a ella, y la besó en el cuello.
Flora: Francisco ahora no, estoy haciendo la cama.
Francisco: deja eso, ya la hará la señora de la limpieza.
Flora: no, quiero hacerla yo, me apetece hacerla vale? no tienes que irte a trabajar?
Francisco: que prisa tienes ¿no vas a dar ningún beso de los buenos días a tu maridito?
Flora: no sé que te pasa esta mañana, anoche no querías que te tocara y pagaste a esa fulana para que se acostase contigo ¿ y ahora te muestras cariñoso conmigo? pues ahora es a mí a la que no le apetece estar contigo ¡te aguantas!
Francisco: suerte tienes que no esté de humor para discutir contigo tan temprano, sino ya te hubiera cruzado la cara por lo que me acabas de decir, pero tengo mucho trabajo, será mejor que me vaya.
Flora: adiós.
Francisco salió de la habitación, cruzándose con su hija Manuela vestida con el uniforme verde fuerte y pistacho escolar de valle seco, que entraba en la habitación de su madre.
Flora: hola hija, buenos días.
Manuela: buenos días mamá ¿te ayudo a hacer la cama?
Flora: sí por favor.
Madre e hija comenzaron a ordenar la habitación y las colchas de la cama.
Flora: qué tal has dormido por la noche?
Manuela: bien ¿qué tal te va con papá?
Flora: como siempre.

Manuela: mamá, cuando yo era pequeña, o sea... cuando era un bebé, papá ya era así contigo? quiero decir, cuando empezó a cambiar y a dejarte de querer...
Flora: yo que sé, si quieres que te diga la verdad pienso que él siempre ha sido igual, solo que al principio tenía que fingir para engañarme y conseguir que me acercara a él, ojala me hubiese dado cuenta antes de su cambio de personalidad, tendría que haber sospechado desde el principio que no era trigo limpio, tendría que haber sabido que nadie es tan amable con nadie a cambio de nada.
Manuela: no todos son así, quiero decir que alguno habrá que tenga buenos sentimientos.
Flora: sí, muy pocos por desgracia. Tú todavía eres muy joven pero... muy pronto te convertirás en una mujer muy hermosa, y habrá algunos chicos que se sientan atraídos por ti, hazme un favor, intenta elegir bien a la persona que vaya a ser tu acompañante el resto de tu vida, no cometas el mismo error que yo casándote con un miserable que solo vive para hacerte infeliz.
Manuela: no te preocupes por eso mamá, sé muy bien con quién quiero casarme en un futuro, ahora solo falta que él también lo sepa.
Mientras... en otro cuarto del internado, en el pasillo de los cuartos para chicos. Habían dos chicos de 15 años en el interior de una habitación, vestidos con sus uniformes escolares verdes fuerte y pistacho, con el escudo del águila roja oficial del colegio. Uno de ellos era rubio y estaba ordenando los libros de su mochila y otro estaba copiando en su cuaderno a todo correr unos números.
Fabián: Enrique ¿quién te manda hacer los deberes a última hora? si vas a clase, te los corrigen y están mal, te encerraran en las mazmorras por 3 días y 3 noches, es la pena menor por suspender una asignatura.
Enrique: soy el mejor amigo del hijo del jefe de los científicos, si suspendo seguro que tú intercederás por mí ¿a que sí?
Fabián: mi padre ya hace demasiado salvándome el pellejo a mí, no puede también salvártelo a ti.
Enrique: lo siento, es que eran unos deberes muy difíciles, me distraje pensando en Sandra, no volverá a ocurrir te lo prometo.
Fabián: Sandra? claro, tenía que tratarse de ella ¿le has pedido ya para salir?
Enrique: sí, una docena de veces, y todas me ha dicho que no. Estoy desesperado, nunca ninguna chica se va a fijar en mí.
Fabián: anda, no digas disparates, alguna habrá que sea ciega, sorda y muda, para que no pueda ver lo feo que eres ni oír tus tonterías todo el santo día, y que no se tenga que ver obligada a decirte a la cara lo tonto que eres, durante todo el día.
Enrique: ja, ja, ja, ja, ja, ja, mira como me río. Como a ti te va todo a las mil maravillas desde que sales con Nidia.
Fabián: hombre, Nidia tampoco es la chica más fabulosa del mundo entero, pero puede servir como novia.
Enrique: cómo que puede servir? tú sabes cuantos chicos querrían que les hubiese tocado el nombre de Nidia en la rifa del baile de parejas del 4 de febrero?
Fabián: nunca hubiese metido mi papeleta con mi nombre en la urna si tú no me hubieses animado a ello, la asistencia a ese baile no es obligatoria, es tradicional pero se puede elegir, y a mí no me apetecía tener novia.
Enrique: estás seguro que no te apetecía? qué me dices de Flora, la esposa del profesor de manejo de armas?
Fabián: qué quieres que te diga de ella?
Enrique: ya lo sabes, estás loquito por ella, Nidia lo sabe?
Fabián: lo que yo siento por Flora es un secreto que nadie debe enterarse nunca, Nidia está muy contenta con nuestra relación, y yo quiero que siga así.
Enrique: ya lleváis más de 1 mes saliendo juntos, eres mi amigo y me debes a mí estar saliendo con ella así que supongo que no te importara si te lo preguntó. Vosotros dos... ¿ya os habéis acostado?
Fabián: no, todavía... no.
Enrique: y a qué esperas?
Fabián: no sé, supongo que a sentir algo más por ella, Nidia es muy guapa y me gusta estar a su lado, pero no consigo sacarme a Flora de la cabeza.
Enrique: todo el mundo dice que Nidia ha roto con todos los chicos con los que ha estado después de pasar la noche con ellos, y que casi nunca repite con ninguno.
Fabián: tal como están las cosas, si me deja después de acostarnos juntos, tampoco te creas que me importaría mucho, Nidia no es mala chica pero no me llama la atención para nada, si me acuesto con ella y luego ella me deja, mejor que mejor, así me quito un problema de encima.
Enrique cerró el cuaderno una vez terminados los deberes.
Enrique: los terminé!! vámonos a clase!!
Cuando Fabián y Enrique salían de la habitación, se cruzaron con Nidia vestida con su uniforme verde y faldita pistacho que pretendía entrar a la habitación.

Nidia: buenos días Enrique ¿me dejas hablar con mi novio unos minutos a solas?
Enrique: todo tuyo.
Enrique se marchó, Nidia cerró la puerta y Fabián y ella estuvieron a solas en la habitación.
Nidia se cruzó de brazos ante Fabián.
Nidia: tú dirás.
Fabián: yo diré el qué?
Nidia: que cuando me vas a acompañar al castillo en ruinas del final del camino del bosque para que nos acostemos juntos.
Fabián: no sé, mañana?
Nidia: estoy hablándote en serio Fabián, no me trates como si fuera tonta, nunca antes me había pasado nada igual con ninguno de los chicos con los que he estado.
Fabián: él que no te había pasado nunca antes? si con ninguno de los chicos que has estado hasta ahora habías cumplido un mes de noviazgo?
Nidia: pues precisamente por eso, llevo un mes esperándote, mírame estoy aquí, a tu lado, si he sido capaz de esperar un mes eso quiere decir que me importas más que los otros, no?
Fabián: no sé Nidia yo no tengo claro esta relación contigo. Me lo pasé bien bailando contigo hace un mes en el baile de parejas, pero no teníamos porque seguir juntos solo porque lo dijera una ridícula rifa.
Nidia: no sigo contigo por la rifa, sigo contigo porque te quiero, yo solo fui al baile por pura curiosidad, ¿crees que yo tengo algún problema a la hora de conseguir que un chico me vaya detrás? tengo admiradores a montones! si sigo contigo todavía es porque me interesas de verdad.
Fabián: antes del baile tú nunca habías mostrado interés por mí, decías que yo era un empollón por pasarme los días en los laboratorios con mi padre y que mi padre estaba loco por pasar más tiempo en los pasadizos subterráneos que en la superficie del colegio.
Nidia: si yo decía antes eso de ti era porque no te conocía, durante el baile cambié mi opinión sobre ti y ahora todo es diferente.
Fabián: de verdad estás tan enamorada de mí como dices?
Nidia: sí, en serio, es la primera vez en mi vida que me enamoró de alguien de verdad. Y no quiero que nada estropeé nuestra relación.
Nidia se acercó a Fabián y le besó en los labios.
Nidia: ven conmigo.
Nidia le guiaba hacia la cama mientras seguía besándole. Nidia le empujó sobre el colchón, pero Fabián se levantó apartándola.
Nidia: qué te pasa?
Fabián: nada, tenemos que hablar del tema, tú has estado con otros chicos, pero yo no soy tan lanzado como tú y... de verdad quieres ser mi novia?
Nidia: sí, ya te he dicho antes que sí, yo sé que tú no tienes la misma experiencia que yo en las relaciones amorosas, pero eso a mí no me importa, lo único que quiero es estar contigo.
Fabián: y lo vamos a estar, te juro que lo vamos a estar, pero ahora no.
Nidia: y por qué no?
Fabián: porque no, y no insistas más con el tema porque sino me acabaré enfadando y queriendo romper mi relación contigo ¿y no queremos que eso pasé, verdad?
Nidia negó con la cabeza.
Fabián: me voy a clase.
Nidia: hay otra verdad? sino quieres acostarte conmigo es porque hay otra mujer que te gusta más que yo...
Fabián: sí anda! que imaginación tienes! no digas disparates! estoy agobiado por tener que pensar cuando me acuesto contigo y solo me faltaría tener que sacar tiempo para estar con otra aparte de ti, anda, anda, acompáñame hasta clase y deja de pensar en bobadas!
Nidia: en serio no hay ninguna otra?
Fabián se acercó a Nidia y la besó.
Fabián: quieres seguir siendo mi novia sí o no?
Nidia asintió con la cabeza.
Fabián: pues entonces, no me hagas más preguntas estúpidas!
Fabián caminó rumbo hacia la clase y Nidia le siguió.
Más tarde, un grupo de 4 alumnos, 3 chicos y 1 chica se reunieron dentro del despacho del director.
José Luis habló con ellos tras cerrar la puerta con llave y éstos cambiarse el uniforme verde y pistacho por el uniforme negro y gris a una orden suya.
José Luis: vamos por orden de lista, de vuestro curso solo quedáis vosotros para pasar la prueba de prácticas de tiro, ayer a alguien se le olvidó después de matarle llevar al cadáver del conserje a los laboratorios de los pasadizos o en su defecto a la cámara frigorífica, esta mañana he tenido que matar a la doncella para que no nos denunciara cuando han reparado la avería eléctrica provocada por los mosquitos robotizados, que gracias a Dios ya están todos nuevamente cerrados en su bote de cristal.
Voy a hacer girar la ruleta que hay detrás de mí, con los nombres de todos los empleados del servicio que no saben nada sobre el verdadero fin de este colegio, cuando se os asigné un nombre a cada uno de vosotros, saldréis a matarlo, luego lo llevareis a los laboratorios, y aquel que llevé al muerto con más balas en el cuerpo, será recompensado con excelentes en las calificaciones y se le otorgaran medallas.
José Luis hizo girar la ruleta, señaló a cada alumno el nombre que le había tocado, les entregó el arma cargada, y los 4 alumnos corrieron por los pasillos, disparando a sirvientes, doncellas y empleados del hogar. Y cuando les apuntaban con la pistola, les decían minutos antes de matarlos.
"En nombre de la organización secreta del crimen, muere."

FIN DEL CAPITULO 46

CAPITULO 47
TERCERO DE LA QUINTA TEMPORADA
ATRACCIÓN

Un día más amanecía en el internado valle seco.
Flora, aquella mañana salió de su cuarto despidiéndose de su hija Manuela de 13 años y medio vestida con el uniforme escolar verde y faldita pistacho.
José Luis Puertas, el director, el padre viudo que tenía dos hijos, Germán (24 años) y Jorge de 20, ambos expertos en ingeniería informática como toda la familia Puertas.
Pues justo en ese instante, José Luis pasaba por el pasillo caminando cuando saludó a Flora al verla de frente.
José Luis: buenos días Flora.
Flora mirando hacia el suelo le devolvió el saludo.
Flora: buenos días.
José Luis: se puede saber qué te pasa que no me miras a la cara?
Flora: mi marido no me deja que mire a otros hombres aparte de él.
José Luis: muy obediente estás tú últimamente con tu marido no? de un tiempo a esta parte tú y yo casi ni hablamos, antes la relación entre nosotros era más cercana.
Flora: de eso hace ya muchos años, Francisco y yo cumplíamos 4 días de casados cuando tú empezaste a mirarme con otros ojos y a buscar excusas para acercarte a mí fuera de las horas de trabajo.
José Luis: si mal no recuerdo hace exactamente 14 años, y tu hija Manuela cumple esos años dentro de 1 semana y media no es así?
Flora: oh! que sorpresa! sabes sumar!
José Luis: no me gastes bromas! Contéstame Flora, Manuela es o no es hija mía?
Flora: y si lo fuera qué? yo estoy casada con Francisco, Manuela consta en el libro de familia como su hija, acaso te importa la verdad?
José Luis: no, la verdad es que no, a mí me has hecho un favor ocultando lo que hubo entre nosotros y haciendo pasar por hija de Francisco a Manuela, total, qué hago yo con una niña en mi descendencia familiar? Ya tengo a dos varones que serán los próximos directores de la organización cuando yo falte, un tercer hijo hembra lo estropearía todo.
Flora: oye, explícame la norma esa, a ver ¿por que no puede ninguna mujer ser directora de la organización?
José Luis: porque las mujeres lloráis cuando alguien derrama sangre frente a vosotras, y esta es una escuela de asesinos no una escuela de moda y costura.
Flora: claro, gracias por la aclaración, es que sabes como yo tengo cerebro de mujer como que no me llega el intelecto a los mismos niveles que a ti que eres un supermacho.
José Luis: bromas aparte, en realidad las mujeres si que pueden ser directoras de la organización, solo que lo son de incógnito, como colaboradoras y operando con un director que las guíe en sus pasos al frente de todo, no por si solas, pero eso solo es posible para las niñas de la leyenda.
Flora: hablas de la leyenda de las niñas nacidas en noches de lluvias de estrellas fugaces?
José Luis: sí, de esa misma leyenda, de tus dos hijas solo me interesa una, Azucena, la pequeña, es la última niña que nació en la última noche de lluvia de estrellas fugaces. Antes de ella hubo otra, pero no he conseguido saber nunca quién era.
Flora: así que de mis dos hijas solo te interesa Azucena?
José Luis: sí.
Flora: pues es una lástima, porque Azucena te puedo asegurar que si es hija de Francisco, tú y yo estuvimos juntos hace 14 años pero desde que nació Manuela que no ha vuelto a pasar nada entre nosotros dos, y si pudiera retroceder en el tiempo desearía no haberme acostado contigo nunca en la vida.
José Luis: tan mal recuerdo guardas de mí?
Flora: el peor, me dijiste que huiríamos juntos del internado, y que me defenderías ante Francisco ¿lo hiciste? no! lo único que haces es reírle todas las gracias a Francisco y tratarle como si fuera tu hermano menor.
José Luis: te propuse mandar a Francisco a trabajar en la mina de diamantes, para que estuviera recluido y alejado de ti ¿tú aceptaste? no, dijiste que querías que tu marido siguiera a tu lado.
Flora: porque sabía que no ibas a cumplir con tu pacto, y además yo soy miembro de la organización del crimen gracias a Francisco, si él ya no está aquí ¿seguiré viviendo en el internado?
José Luis: sí, como mi esposa.
Flora: entonces olvídalo, mejor malo conocido, que bueno por conocer.
José Luis: es tu vida, tú eliges.
Flora: eso es lo malo, que desgraciadamente hace mucho tiempo que me quedé sin el derecho a elegir libremente en la vida.
José Luis se marchó por el pasillo, alejándose de Flora.
Más tarde... en la cocina estaba Francisco tomándose una taza de café cuando Flora entró por la puerta.
Flora: hola mi amor.
Flora le dio un corto beso en los labios.
Flora: qué tal te va el día de hoy?
Francisco: aburrido, como de costumbre.
Flora vio en el brazo de Francisco dos moratones.
Flora: Dios! qué te ha pasado? con quién te has pegado?
Francisco: con tu hija Azucena, se puso como una fiera cuando me vio gritar a su hermana Manuela delante de ella, y como tiene superfuerza permanente por culpa de la sobredosis que se le inyectó en los laboratorios por error pues...
Flora: ah!! por qué hablas de Azucena como si solo fuera hija mía? te recuerdo que tú eres su padre.
Francisco: yo padre de ese monstruo? eso ni hablar! esa niña parece más hija del diablo que hija mía!
Flora: francamente si tengo que escoger entre el diablo y tú no sé quién es peor de los dos.
Francisco: cuando Manuela tuvo superfuerza de niña nunca la usó contra mí, Azucena sí lo ha hecho.
Flora: que esperabas? Azucena solo estaba protegiendo a su hermana mayor, y Manuela siempre ha sido la más sensata de las dos, sé que el objetivo de inyectar la fórmula de la superfuerza a los menores es hacerlos invencibles pero lo que los científicos no te explican es que no todos aprenden a controlar la superfuerza y los niños que crecen con superfuerza pero no saben como usarla les pesan más los brazos y las piernas que a los niños sin superfuerza, con lo que son como monigotes hinchables y más vulnerables, y es que lo que cuenta no es lo que tienes sino si sabes o no sabes usarlo.

Francisco: pues Azucena no ha demostrado tener ningún problema a la hora de utilizar su superfuerza, y eso que tiene más cantidad en su organismo que el resto de los niños del internado.
Flora: una pregunta, cuando Azucena te ha pegado para proteger a su hermana tú le has devuelto el golpe?
Francisco: qué clase de pregunta es esa? tú que crees? como sino me conocieras Flora...
Flora: te odio! eres un ser despreciable! Azucena solo tiene 4 años! cómo has podido...?
Flora se puso nerviosa, le dio un golpe a la mesa llena de rabia, sin querer volcó la taza de café y manchó la camisa de su marido.
Flora: lo siento, lo siento mucho de verdad.
Francisco: Dios! de verdad, que bajé Dios ahora mismo y me diga que mal he cometido yo en la vida para haberme tocado casarme con una mujer tan torpe como tú!
Francisco salió de la cocina y Flora se sentó sobre la mesa a llorar desconsoladamente.
Mientras... Fabián de 15 años estaba en los laboratorios de los pasadizos secretos con su padre, trabajando juntos en un experimento.
Segismundo: sabes hijo?, estoy muy contento de que trabajes conmigo, me hace muy feliz poder enseñarte toda mi sabiduría en los laboratorios.
Fabián: a mí también me gusta pasar tiempo contigo papá, hay chicos en el internado que se burlan de mí por trabajar en los laboratorios, pero yo sé que si lo hacen es porque en el fondo son unos completos inútiles incapaces de diferencia una probeta de un tubo de ensayo, a mí me encanta trabajar aquí abajo contigo, en serio.
Segismundo: cuanto mayor te haces, más orgulloso estoy de ti como padre, me recuerdas tanto a mí cuando tenía tu edad, no hay duda que eres hijo mío y de Nadia, tienes su mismo buen corazón y mi misma inteligencia para la ciencia y la química.
Fabián: ojala hubiera tenido la oportunidad de conocer y abrazar a mi madre.
Segismundo: créeme, nada me haría más feliz en este mundo si Nadia estuviera aquí con nosotros, pero gracias a su silencio la organización secreta del crimen, aún existe, ella se sacrificó por todos nosotros y huyó para que la policía no tuviera pruebas de la existencia de los delincuentes que viven en este colegio.
Fabián: y por suerte yo he crecido a tu lado y conozco toda la historia, la organización secreta del crimen no es solo el lugar donde vivo sino también el lugar al cuál pertenezco.
Segismundo: si señor, así habla un verdadero miembro de la organización del crimen. Y ahora cuéntame, como te va con tu novia Nidia?
Fabián: bien, nos besamos, nos peleamos, hablamos, pasamos ratos juntos, vamos, como cualquier pareja normal...
Segismundo: y eres feliz con ella?
Fabián: sí, se puede decir que sí, al principio no me gustaba mucho, bueno la verdad es que no me gustaba nada, pero ahora no sé... las cosas han cambiado, y tengo que reconocer que cada día que pasa me gusta más estar cerca de ella.
Segismundo: no sabes cuanto me alegró hijo, sé que esto solo empezó por una rifa, sé que yo no creo mucho en esas cosas del azar y las tradiciones, pero en este mundo que vivimos en que todo corre tan rápido hay que probarlo todo y a veces estas cosas salen bien ¿no?
Fabián: sí, la verdad es que sino hubiera sido gracias a la rifa yo nunca me hubiera acercado a Nidia, pero gracias a ese baile de parejas tuve la oportunidad de hablar con ella y conocerla mejor.
Segismundo: ves? yo sabía que esto tarde o temprano te pasaría, sabía que en cuanto te echaras novia te olvidarías de tus obsesiones con la esposa de Francisco Terrón.
Fabián: eh? un momento papá! que esté a gusto con Nidia no significa que me haya olvidado de Flora.
Segismundo: ah no?
Fabián: no, Flora me gusta desde que yo era un niño, incluso antes de crecer yo ya la admiraba como profesora, y ahora que soy casi un hombre puedo decir que cada día que pasa está más y más hermosa.
Segismundo: tienes que olvidarte de ella, nunca la vas a poder tener, todos sabemos que Flora es una mujer hermosísima, pero tú no eres el único que le va detrás, muchos hombres le han hecho proposiciones indecentes y ella los ha rechazado a todos por seguir siéndole fiel a su marido.
Fabián: lo sé, pero es que tiene unos ojos... y una cara, y una cintura, y unas piernas... no puedo, no puedo papá, cada día que pasa mis pensamientos hacia Flora son mayores.
Segismundo: y qué pasa? qué Nidia no te gusta como mujer?
Fabián: ese no es problema papá, claro que me gusta, cómo no me va a gustar si es una de la chicas más guapas de toda la clase? todos los chicos me tienen envidia desde que estoy con ella y yo estoy alucinando de saber que alguien como ella quiera estar conmigo. De verdad que no tengo ningún problema en mi relación con Nidia.
Segismundo: ya sabes lo que opino yo respecto a tus sentimientos con Flora, Flora es un amor imposible, y mientras Nidia se dejé querer tampoco te va hacer ningún daño estar con ella.
Fabián: tienes razón, lo mejor por ahora para todos, es que yo siga con Nidia.
Segismundo: hazme caso hijo, estoy seguro que cuando vayas madurando con el tiempo, Flora se te acabara yendo completamente de la cabeza.
Segismundo cambio un líquido rosa a un vaso distinto mezclándolo con un líquido rojo, miró a su hijo y le dijo.
Segismundo: voy a la otra sala a buscar más tubos de ensayo.
Fabián: de acuerdo papá, yo me quedo aquí vigilándolo todo.

En ese instante cuando Segismundo se fue, se acercó hacia Fabián una científica muy guapa de unos 30 y poco de años vestida con bata blanca, ella siguió trabajando en el experimento con Fabián.
Cuando al poco rato Segismundo volvió y los vio a los dos trabajar solos, se acercó a su hijo y le dijo.
Segismundo: vuelve a clase, por hoy ya has estado suficiente tiempo en los laboratorios.
Fabián: pero a mí me gusta estar aquí abajo contigo, ¿por qué no puedo quedarme más tiempo?
Segismundo: he dicho que vuelvas a clase, mañana puedes venir a seguir trabajando en el experimento.
Fabián: está bien, adiós papá.
Fabián le dio un beso en la mejilla a su padre, se desabrochó la bata blanca y se fue de los laboratorios, por una de las entradas secretas que comunicaba todos los armarios de las habitaciones privadas con los pasadizos.
Así Segismundo se quedó a solas con aquella científica, que respondía al nombre de Arantxa Analente.
Arantxa: tienes mucha suerte de tener un chico así como hijo.
Segismundo: lo sé, por cierto Arantxa ¿cuanto tiempo llevas trabajando conmigo en los laboratorios?
Arantxa: pues... faltan 2 semanas para que cumpla 6 meses ¿por qué?
Segismundo: porque es una lástima que no vayas a llegar al sexto mes.
Arantxa: qué? me vas a despedir? por qué? qué he hecho mal? trabajo muy duro todos los días!
Segismundo: lo sé, no tiene nada que ver con tu trabajo que es excelente, sino con tu actitud respecto a mi hijo.
Arantxa: no sé de que hablas.
Segismundo: no me tomes por idiota, qué te crees que no me he dado cuenta de como le miras? Mi hijo tiene solo 15 años y no se fija en estas cosas pero yo soy su padre y tengo que velar por él, no puedo prohibirle la entrada a los laboratorios a mi propio hijo, así que te despido a ti.
Arantxa: esto es injusto! y qué haré yo a partir de ahora?
Segismundo: puedes continuar trabajando como científica para los laboratorios de las alcantarillas que están asociados con la organización, pero no te quiero ni un minuto más cerca de mi hijo en este colegio.
Arantxa muy enfadada se quitó la bata blanca, se la dio a Segismundo, y se marchó llorando de los laboratorios. En ese instante Fabián volvió a entrar.
Fabián: papá... he estado pensándolo y... no me importa lo que digas, quiero quedarme un rato más trabajando en el experimento.
Segismundo: muy bien hijo, haz lo que quieras.
Fabián: en serio puedo quedarme?
Segismundo: claro, ya sabes que me encanta que me ayudes.
Fabián: por cierto ¿qué ha pasado con Arantxa? la he visto salir llorando de aquí...
Segismundo: nada, que la he despedido y si lo ha tomado a mal.
Fabián: has despedido a Arantxa? por qué? yo creo que Arantxa trabaja bastante bien ¿qué ha pasado?
Segismundo: que Arantxa ha traicionado mi confianza haciendo algo que no debería haber hecho, y yo he creído que era mejor despedirla, son cosas de los laboratorios en las que tú no te tienes que meter, eres mi hijo pero no olvides que aquí el jefe soy yo.
Fabián: que seas el jefe no significa que siempre tomes la decisión correcta en todo. Esto no es igual que cuando despediste a Sebastian por inyectarle una sobredosis de la fórmula de la superfuerza a Azucena hace 2 años. Ahí Sebastian fue el culpable de un error imperdonable, pero... Arantxa es una buena científica y no se merecía que la despidieras ¿qué va a ser ahora de ella?
Segismundo: te puedo asegurar que nunca he despedido a nadie sin motivos desde que fui nombrado jefe de científicos, y descuida, Arantxa sigue dentro de la organización, solo la he echado de los laboratorios del internado, pero hay más laboratorios, trabajara en las alcantarillas junto a otros compañeros.
Fabián: y puedo saber cuál ha sido el motivo por él que has despedido a Arantxa?
Segismundo: te he dicho antes y te vuelvo a repetir que no te metas en asuntos privados de los laboratorios.
Fabián sacó el móvil y llamo a un taxi.
Segismundo le habló cuando le vio colgar.
Segismundo: se puede saber qué haces?
Fabián: llamar a un taxi, hipnotizare al conductor para que no recuerde nada y no me cobré por el viaje, voy a ir a los laboratorios asociados a la organización a disculparme en tu nombre ante Arantxa por despido improcedente.
Segismundo: no sabes lo que haces, no tienes ni idea de porque he despedido a Arantxa, si la vas a ver te vas a acabar arrepintiendo de esto, lo único que quiero es protegerte.
Fabián: y yo te doy las gracias papá, pero no te necesito, sé cuidarme solo.
Fabián dio media vuelta y se marchó de los laboratorios, volviendo a la superficie del colegio, para salir a la calle y esperar al taxi que había llamado. En cuanto llegó a los laboratorios...
Fabián entró en una sala llena de ordenadores de último modelo donde Arantxa estaba trabajando.
Fabián: hola Arantxa ¿cómo te va?
Arantxa: Fabián ¿qué haces tú aquí?
Fabián: estaba preocupado por ti, te he visto llorar cuando mi padre te ha despedido, ha sido muy injusto contigo, de todos los científicos con los que he trabajado en los laboratorios tú eres la persona que más voy a echar de menos.
Arantxa: en serio?
Fabián: sí, mi padre dice que tiene motivos para despedirte, yo no sé cuales son pero... solo quería que supieras que yo no estoy de acuerdo con él en tu despido.
Arantxa: gracias Fabián, gracias por venir aquí a decírmelo, de verdad que ahora me siento mucho mejor.
Fabián: no hay de qué, y ahora no te distraigo más, sigue trabajando. Es una lástima que a partir de ahora no podamos seguir viéndonos.
Arantxa: espera Fabián, quieres que te diga por qué me ha despedido tu padre?
Fabián: pues la verdad es que me encantaría que me dijeras el motivo, porque por más que lo pienso no sé que razón puede tener él para haber actuado de ese modo.

Arantxa: tu padre me ha despedido para alejarme de ti, porque no quiere que yo trabajé a tu lado.
Fabián: que estupidez! y por qué razón iba a prohibirte mi padre que tú te acercarás a mí?
Arantxa: por esto.
Arantxa se acercó a Fabián y le besó en la boca. Fabián estaba tan sorprendido por el beso que no supo reaccionar y no le dio tiempo a evitarlo, Fabián se sujetó boquiabierto con las manos de espaldas a la encimera de mármol de los laboratorios, mientras Arantxa le seguía besando, para no caerse de la impresión por la sorpresa.
Arantxa se acercó a Fabián y le acarició la nuca con su mano...
Mientras seguían besándose una rata le subió por el brazo a Fabián, y éste al verla se asustó y pegó un grito separándose de Arantxa.
Arantxa cogió a la rata por el rabo y la depositó en el suelo con delicadeza.
Arantxa: todo bien?
Fabián: sí... digo no! cómo va a estar bien que me tú me beses a mí? no sé lo que te has imaginado pero... yo no siento nada por ti, por el amor de Dios tengo 15 años y además tengo una novia muy guapa de mi misma edad y... yo no he venido aquí buscando nada de ti ¡estás enferma! ¡yo solo tengo 15 años! ¿en donde tienes la cabeza para fijarte en alguien tan joven como yo?
Arantxa: oye, tampoco hay que exagerar tanto, tú nunca te has sentido atraído por nadie que fuera mayor que tú?
Fabián: sí, puede ser, no sé, perdona, igual te he insultado sin necesidad, pero en serio que yo no quiero que haya nada entre tú y yo, solo he venido a verte por lástima...
Arantxa al escucharlo le dio una bofetada.
Arantxa: vete! sal de mi vista!
Fabián: por qué? qué te he hecho yo?
Arantxa: escúchame, lo último que quiero que tú sientas por mí es lástima, así que te vas ahora mismo de aquí y te pido por favor que no te entrometas más en mi vida.
Fabián: claro, con mucho gusto me voy a ir, no tendría ni que haber venido.
Fabián dio media vuelta y se marchó, saliendo de las alcantarillas y volviendo al internado valle seco, cuando ya casi estaba anocheciendo.
Al día siguiente, en una de las aulas del internado, estaba a punto de comenzar la clase de manejo de armas, mientras todos los alumnos con sus uniformes negros y grises con el logo luminoso y tridimensional movible (OSC) esperaban al profesor. Mientras le esperaban, los alumnos jugaban con sus móviles y hablaban entre ellos con gran alboroto. Pasadas unas horas, alguien entró por la puerta, pero no era Francisco Terrón, el maestro que acostumbraba a dar esa clase, sino su esposa Flora.
Flora: hola, siento haber tardado tanto, es que no encontraba mi neceser del maquillaje y no podía venir a clase de cualquier forma. Empecemos la lección. Fabián sal a la pizarra y escribe lo que yo te lea.
Fabián la obedeció y se colocó de pie frente a la pizarra, en cuanto vio lo hermosa que estaba la profesora las manos le comenzaron a sudar y la tiza se le resbaló varias veces durante toda la escritura.
Flora: se puede saber qué te pasa? estás de un torpe hoy...
Fabián: lo siento, puedo sentarme?
Flora: sí será mejor.
Fabián se volvió a sentar en su pupitre.
Flora abrió el libro y leyó unas páginas en voz alta.
Flora: copiar en vuestros cuadernos lo que yo os dicté.
Flora comenzó a leer pero a media página le entraron ganas de llorar, cerró el libro y entre sollozos, murmuró.
Flora: se suspende la clase, marcharos.
Todos los alumnos se levantaron y salieron del aula, Fabián salió también pero más despacio que los demás ya que quería preguntarle a Flora la razón de sus lloros, pero no se atrevía a pronunciar palabra frente a ella.
Pero Flora observó que Fabián la miraba desde lejos y le dijo.
Flora: Fabián ¿te preocupa algo?
Fabián: no, estoy bien ¿por qué?
Flora: no sé, tú sueles ser un chico muy atento en clase, y hoy has estado como ausente, cuando has escrito en la pizarra, la tiza se te ha caído como unas 200 veces al suelo ¿estás nervioso por algo en particular?
Fabián: sí, por ti.

Flora: qué has dicho?
Fabián: perdona, es que... lo siento mucho de verdad pero... no puedo concentrarme si te tengo delante, hoy estás más hermosa que la mayoría de los días y eso teniendo en cuenta que tú siempre estás muy guapa.
Flora: ah! pues gracias, en serio crees que hoy estoy guapa?
Fabián: sí.
Flora: y no te parece que tengo arrugas considerando la edad que tengo?
Fabián: no, yo creo que estás perfecta tal y como eres y que muchas mujeres que son más jóvenes que tú envidiarían tu figura.
Flora: en serio piensas eso de mí?
Fabián: sí, te juró que cuando entró por esa puerta lo único que me llena de alegría es saber que voy a contemplar tu bello rostro durante toda una hora aproximadamente.
Flora: pues gracias por decirme esas cosas tan bonitas, es una lástima que mi marido no opiné lo mismo que tú de mí, él siempre me insulta diciéndome que he envejecido muy rápido y estoy más gorda, más vieja y más fea que cuando éramos jóvenes y nos conocimos.
Fabián: ah sí? pues dile a tu marido de mi parte que se gradué la vista, porque si ve fea a una de las mujeres más hermosas de toda la organización del crimen, es que directamente le falta un tornillo.
Flora sonrió.
Flora: no te preocupes, yo le doy el recado y ahora vete con tus compañeros, seguramente te estarán esperando.
Fabián: si ya me voy y... hazme un favor, no hagas caso de lo que te diga tu marido, ni hoy ni mañana, ni nunca, tú estás guapa siempre, aunque se te olvidé maquillarte, en serio... tú estás guapa hoy y todos los días del mes de cada año.
Fabián se dio la media vuelta marchándose del aula, antes de salir por la puerta miró a Flora y le guiñó un ojo.
Flora se sentó en la silla dejándose caer, mientras se oía sonar el timbre que anunciaba el final de la clase, Flora se abanicó con la mano y se la puso después sobre su pecho sobre la blusa, agitada por las palabras que le había oído decir a Fabián refiriéndose a ella.

FIN DEL CAPITULO 47


CAPITULO 48
CUARTO DE LA QUINTA TEMPORADA
EMOCIONES

Aquella mañana en las cercanías del bosque que rodeaba al internado valle seco... había una casita de madera construida en la copa de un árbol, dentro de la casita había alguien.
Una alumna de unos 13 años y medio vestida con su uniforme escolar vede y pistacho junto a otra alumna vestida igual que solo tenía 4 años. Eran Manuela y su hermana pequeña Azucena.
Manuela y Azucena estaban jugando a dar palmadas mientras cantaban una canción popular entre ellas, cuando fueron interrumpidas... otro alumno masculino, con el uniforme verde y pantalón pistacho y escudo del águila roja atravesada por dos espadas en forma de equis, subió por los tablones de madera clavados al tronco del árbol hacia la casita. Ese alumno tenía 15 años, dos cursos por encima de Manuela y era Fabián, uno de sus mejores amigos en el colegio.
Fabián pisó el suelo de madera, y en cuanto vio a Manuela jugar y sonreír con su hermana Azucena, se la quedó mirando en silencio.
Manuela al verle, le preguntó sin dejar de mover las manos para no interrumpir su juego con Azucena.
Manuela: Fabián, ¿por qué te quedas delante mío de pie sin decirme nada? ¿qué haces?
Fabián: nada, mirarte ¿o es que no puedo mirarte?
Fabián le sonrió y se apoyó contra la pared de madera, cruzando las piernas entre sí.
Manuela bajó la vista hacia el suelo sonrojándose, le susurró algo al oído a su hermana, la besó en la mejilla para despedirse de ella, y Azucena bajó por los tablones clavados al tronco, saliendo de la casita y volviendo al internado por su mismo pie.
En cuanto Azucena se hubo marchado Fabián y Manuela se quedaron a solas dentro de la casita...
Fabián: te estaba buscando, en cuanto no te he encontrado en tu habitación sabía que estarías aquí ¿recuerdas el día en que tú y yo construimos esta casa de madera, cuando éramos pequeños?
Manuela: sí, como iba a olvidarlo, fue el día de nuestro primer beso.
Fabián: nuestro primer beso? qué beso?
Manuela: no te acuerdas? cuando terminamos para celebrar que ya estaba terminada, me acerqué a ti y te besé.
Fabián: en serio te acuerdas todavía de ese beso? si no fue nada importante, tú y yo éramos dos niños, no teníamos ni idea del amor ni de las relaciones, solo éramos dos niños que se lo pasaban bien jugando juntos y ya está, ahora hemos crecido y es diferente.
Manuela: pues para mí sí que fue importante y como tú has dicho ahora yo ya no soy ninguna niña, y tú te estás convirtiendo en todo un hombre, y supongo que si nos besáramos ahora, si que sería como para tomarse ese beso más en serio ¿no?
Fabián: sí es posible, pero tú y yo no nos vamos a volver a besar.
Manuela: y por qué no?
Fabián: porque tú eres mi amiga, y yo me siento muy a gusto teniéndote solo como amiga, no quiero hacer nada que haga que te pierda como amiga. Además te estás olvidando de un pequeño detalle de mi vida, yo ahora tengo novia ¿te acuerdas de Nidia?
Manuela: sí, ha pasado más de 1 mes desde el baile de parejas del 4 de febrero y todavía seguís juntos. De todas las chicas que tenías del colegio para elegirla como novia, dime una cosa Fabián ¿por qué ha tenido que ser Nidia?
Fabián: no conoces a Nidia de nada ¿por qué hablas así de ella? es más buena chica de lo que muchos se piensan ¿sabes?
Manuela: ah sí? y no has pensado en la posibilidad de que a lo mejor Nidia solo se está portando bien contigo pero con el resto de los chicos no lo ha hecho?
Fabián: no sé que intentas decirme.
Manuela: qué no lo sabes? vamos Fabián, tú no eres tan tonto ¿no sabes la fama que tiene Nidia entre todos los chicos del internado?
Fabián: eso son solo rumores, si tenemos que hacer caso de todos los rumores que deambulan por allí...
Manuela: pues yo no creo que sean rumores falsos, yo me he cruzado varias veces con Nidia en el pasillo, he hablado con chicos de tu clase y...
Fabián: y qué Manuela? me da igual lo que digan de Nidia, a mí no me importan esas tonterías, Nidia ahora es mi novia y la voy a defender delante de quién sea, no voy a permitir nunca que mi relación con ella se rompa por motivos externos. A mí me gusta estar con ella, y cada día que pasa me gusta más, y no tengo ninguna razón para dejarla, quiero y necesito continuar con esta relación.
Manuela: vaya! yo no sabía que estuvieras tan enamorado de Nidia...
Fabián: enamorado, enamorado... no lo estoy, pero... la verdad es que Nidia me gusta más de lo que me hubiese podido imaginar antes de conocerla.
Manuela: ah! y hasta cuánto habéis llegado a conoceros Nidia y tú en todo el mes que lleváis saliendo juntos?
Fabián: no sé a donde quieres llegar con esa pregunta.
Manuela: cómo que no? lo sabes perfectamente. Nidia y tú ya... ¿ya os habéis acostado juntos?
Fabián se acercó a la puerta de la casita de madera en silencio, queriendo cambiar de tema.
Fabián: está empezando a nublarse el cielo, será mejor que volvamos al colegio.

Manuela se levantó de pie ante él, se cruzó de brazos y el dijo muy seria.
Manuela: no desvíes el tema Fabián, solo te estoy pidiendo una respuesta ¿sí o no?
Fabián: no voy a responderte a esa pregunta, lo que haga o no haga con Nidia en nuestros ratos libres solo nos importan a ella y a mí, ella es mi novia y tú eres mi amiga. Y tú no deberías preguntarme por estas cosas, es mi vida privada, y tú y yo no tendríamos que estar hablando de estos temas, porque ahora que tengo una novia ya tengo alguien con quién tratar ciertos temas.
Manuela: claro, y yo no soy tu novia ni nada que se le parezca ¿verdad?
Fabián: pues no, no lo eres! y mejor si me voy y no hablamos más del tema porque como te he dicho antes me gustaría que tú y yo seguiríamos siendo amigos, y quiero que nuestra amistad duré el máximo tiempo posible.
Fabián se fue de la casita de madera, bajando por los tablones clavados al tronco y pisando la hierba del bosque, Manuela mientras lo veía alejarse, le gritó sin salir ella de la casita...
Manuela: pues yo no quiero ser solo tu amiga, me oyes?! estoy harta de ser solo una amiga para ti...!
Y Manuela se apoyó contra el umbral de la puerta, con los brazos cruzados, refunfuñando.
Entre tanto... en el interior de una de las habitaciones del internado, en el pasillo de las chicas, estaban dos alumnas con el uniforme verde fuerte y pistacho escolar, de 15 años, hablando entre ellas.
Se trataba de Nidia y su amiga y compañera de habitación, Vanesa.
Vanesa: Nidia, date prisa, tienes que ayudarme a acabar los deberes, esta semana son muy difíciles y pueden encerrarme en las mazmorras sino los entrego a tiempo.
Nidia: todavía no los has terminado? yo hace días que los terminé, eran facilísimos!
Vanesa: en serio? todos? imposible, desde cuando eres tú tan aplicada en las clases?
Nidia: me ayudó Fabián a hacerlos, los hicimos juntos el otro día.
Vanesa: no me lo puedo creer ¿todavía sigues viéndote con ese pardillo?
Nidia: oye, más respeto que estás hablando de mi novio, Fabián es tan listo, tan estudioso, tan responsable y tan guapo, a su lado se me pasan las horas volando.
Vanesa: caray! nunca antes te había oído hablar así de ningún chico, y mira que tú has estado con un montón de chicos, Fabián debe ser un lince en la cama para tenerte a ti tan enamorada de él.
Nidia: Fabián y yo todavía no hemos hecho nada, y eso que yo lo estoy deseando.
Vanesa: en serio? si hace más de 1 mes ya desde el día 4 de febrero ¿no os habéis acostado juntos en todo ese tiempo?
Nidia: no, es que yo soy la primera novia que él tiene y quiere esperar y yo le he dicho que lo comprendía.
Vanesa: en serio le has dicho eso? tú nunca antes habías actuado así por un chico, de verdad que estás irreconocible desde que sales con él.
Nidia: es que Fabián es diferente, él me importa de verdad, y quiero hacer las cosas bien, no quiero que esta relación se terminé nunca.
Vanesa: perdona, no eras tú la que decías que enamorarse era cosa de tontos y que tú nunca te ibas a atar a ningún chico?
Nidia: sí, pero eso era antes de conocer a Fabián, cuando estoy con él es todo tan distinto, cuando estamos separados cuento los minutos que nos quedan para volver a vernos, y cuando estoy con él y me mira con esos ojos azules que tiene... y me coge de la mano... yo creo que me voy a desmayar... me pone a mil tan solo con una mirada, nunca me había sentido así antes con ningún chico de los que había estado hasta ahora.
Vanesa: pues que quieres que te diga amiga, que me alegró por ti, en serio. La verdad es que lo que menos me iba a imaginar yo de ti es que te acabaras enamorando de Fabián.
Nidia: ya, ni yo, pero la vida es tan maravillosa a su lado.
Y Nidia se dejó caer sobre la cama sonriendo, ante su amiga Vanesa que seguía preocupada por acabar los deberes de su cuaderno.
Mientras Fabián... había bajado a los pasadizos utilizando el armario de su habitación. Él había llegado hasta los laboratorios donde su padre estaba trabajando.
Fabián: hola papá.
Segismundo: hola hijo ¿cómo estás?
Fabián: bien ¿sabes si ha llegado alguna carta de mamá?
Segismundo: no, lo siento pero no.
Fabián: que raro, antes recibía por lo menos 4 todas las semanas, y ahora... ya no sé ni cuanto tiempo pasó desde su última carta ¿crees que ella seguirá viva?
Segismundo: si es lo suficientemente lista como para mantenerse alejada de las personas que quieren matarla por toda la información que sabe sobre esta organización, seguirá viva, no te preocupes más por ella.

Fabián: está bien papá, si tú lo dices será porque tienes razón, tú siempre tienes razón en todo.
Fabián le dio un abrazo a su padre y se marchó de los laboratorios.
En cuanto Segismundo se quedó a solas llamó a un científico compañero de trabajo suyo casi de su misma edad y entregándole unos sobres le dijo.
Segismundo: hazme un favor y quema toda esta correspondencia, no quiero que mi hijo terminé descubriéndola.
científico: son cartas de la madre de Fabián?
Segismundo: sí, al principio se las entregaba a Fabián para que las leyera, pero... nunca va a poder ver a su madre, es mejor que dejé de hacerse ilusiones leyendo estas cartas, cuando antes se olvidé de que tiene una madre fuera de las paredes de este internado, mejor para él.
científico: Fabián tiene ya 15 años, yo creo que él mismo ya es lo suficientemente mayor como para decidir ciertos temas de su vida y tiene todo el derecho del mundo a saber la verdad sobre su madre.
Segismundo: gracias por el consejo, pero Fabián es mi hijo y yo sé lo que le conviene, no quiero que él sufra innecesariamente, además es peligroso para todos que Nadia siga manteniendo el contacto con nosotros, cuanto antes se corté este hilo de comunicación, mejor para todos. Amó a Nadia pero la policía la persigue, ella se merece tener una vida lejos de este mundo, de mi mundo. Haz lo que te he dicho y quema esas cartas.
científico: sí claro, aquí tú eres el jefe.
Al cabo de unos minutos... Fabián llegó a su habitación entrando por la puerta del armario, recién llegado de los pasadizos. En la habitación estaba su compañero y amigo Enrique.
Enrique: qué tal Fabián? estabas en los laboratorios con tu padre?
Fabián: sí he bajado un rato a verle.
Enrique: y a tu novia Nidia ya la has visto hoy?
Fabián: no, pero eso no corre prisa, luego iré a verla.
Enrique: y que? tú y Nidia seguís andando entre algodones de azúcar en vuestra relación?
Fabián: sí, todo marcha bien ¿por qué?
Enrique: por nada, por saber, soy tu amigo, no puedo preocuparme por lo que le pasa a mi amigo?
Fabián: sí claro, es que hoy tengo la cabeza hecha un lío perdona, voy a tumbarme un rato en la cama a descansar.
Fabián se tumbó en la cama cuando de repente ellos dos oyeron como alguien picaba a la puerta desde afuera, y veían un sobre que se deslizó por la ranura.
Enrique se levantó, abrió la puerta, no vio a nadie, cogió el sobre y leyendo el nombre de Fabián en el dorso, se lo entregó a su amigo.
Enrique: es para ti.
Fabián lo cogió y sacando el papel del sobre, leyó en voz alta.
Fabián: cada día cuando te veo en clase y te sientas delante de mí, sueño con que en algún momento te gires y me dediques una de tus preciosas sonrisas, estoy loca por ti, si tú también sientes lo mismo por mí, ven dentro de una hora al castillo, te estaré esperando. Tu admiradora secreta.
Enrique: vaya! es la sexta carta que recibes de esa chica misteriosa, jo! que suerte tienes, tienes una novia hermosísima y a una admiradora secreta al mismo tiempo. No como yo que no me como ni un rosco. Piensas acudir a la cita?
Fabián: no sé, por una parte me gustaría ir para saber quién es la que me escribe las cartas, pero por otro lado si Nidia se entera de esto... se podía enfadar y mucho... yo no quiero serle infiel, estoy negándome todos los días a irme al castillo con ella ¿y ahora voy a aceptar una cita de una chica misteriosa al mismo sitio? eso sería muy poco ilógico por mi parte.
Enrique: no todo en esta vida tiene que ser lógico, somos jóvenes, de vez en cuando tenemos que cometer locuras, y sino vas a la cita nunca sabrás nada quién es tu admiradora secreta.
Fabián: tienes razón y Nidia no tiene porque enterarse de nada y que vaya a la cita, no significa que me vaya a acostar con ella, iré a hablar con ella y a decirle que tengo novia, que le agradezco mucho que se haya fijado en mí pero que lo nuestro no puede ser. Y le devolveré las cartas.
Enrique: qué? si hombre! no seas aguafiestas, por una vez que hay dos chicas que te persiguen podrías aprovecharte un poco de la situación, no?
Fabián: podría pero no lo haré, yo no soy de esa clase de chicos, tengo una relación seria con Nidia y no voy a ponerle los cuernos con alguien que ni siquiera sé quien es.
Enrique: y ni siquiera te lo vas a pensar mejor? todavía queda una hora para la cita...
Fabián: no ¡y no me líes! estoy pensando que voy a darme una ducha...
Enrique: si solo vas a hablar con esa chica y a devolverle las cartas no sé para que te tienes que arreglar tanto...
Fabián: no pienses mal, solo voy a ducharme para despejarme las ideas hasta que llegué la hora de la cita.
Enrique: ya, si claro, solo para despejarte las ideas...
Y así Fabián abrió el armario y cogió unas toallas saliendo de la habitación camino hacia las duchas del colegio, ya que las habitaciones de los alumnos no tenían baños propios como las de los profesores.
Pasada la hora... Fabián fue al castillo en ruinas que estaba al final del camino del bosque.
Fabián estaba en una habitación antigua del siglo XVIII.
Una chica con el uniforme escolar verde fuerte y faldita pistacho entró en esa misma habitación.
Emilia: hola Fabián, tenía mis dudas sobre si acudirías a la cita conmigo o no.
Fabián: hola Emilia, tú me has escrito todas estas cartas?-dijo Fabián mostrándole los sobres que sujetaba él con una mano.
Emilia asintió con la cabeza, se acercó y le dio un corto beso en los labios.
Fabián: he venido a devolvértelas.
Emilia: qué? cómo que has venido a devolvérmelas?

Fabián: sí, sabes que yo estoy saliendo con Nidia, verdad?
Emilia: sí, claro, toda la clase lo sabe.
Fabián: pues por eso, no puedo ponerle los cuernos a Nidia con nadie, ella es mi novia y se merece un respeto por mi parte. Toma, cógelas y hagamos como si nada de esto hubiese pasado.
Emilia dio un manotazo a las cartas tirándolas todas al suelo.
Emilia: si pensabas rechazarme no hacia falta ni que hubieses venido a la cita! tú sabes en donde estamos? aquí nadie del colegio viene a hablar! Vienen a revolcarse en esa cama, y a mí me ha costado mucho decidirme y pensar si quería dar ese paso contigo, tú me gustas desde hace mucho tiempo y creía que yo también te podía llegar a gustar a ti.
Fabián: pues lo siento, pero no es así. Y no sé como se te ha podido pasar por la cabeza que yo realmente iba a ser capaz de engañar a Nidia contigo.
Emilia: no sabía que ibas tan en serio con Nidia.
Fabián: pues ahora ya lo sabes y te pido por favor que no hables con nadie de lo que ha pasado aquí hoy, Nidia es la única chica que me interesa de toda la organización.
Emilia empujó a Fabián hacia la cama, para impedir que se fuera de ese cuarto, se sentó sobre sus rodillas, y le besó en los labios sensualmente.
Emilia: te prometo que si te quedas y haces el amor conmigo ahora mismo, nadie se enterara de lo que ha pasado entre tú y yo, ni siquiera Nidia.
Fabián: es una oferta muy tentadora pero... no, lo siento, pero yo ya tengo novia y es con ella con la que quiero y debo estar.
Emilia se levantó de las rodillas de Fabián disgustada por el rechazo.
Emilia: de acuerdo, vete, mejor que dejemos las cosas tal como están.
Fabián se levantó de la cama.
Fabián: no vuelvas a escribirme ni a mandarme ni una carta más de amor.
Y Fabián salió de aquel cuarto y del castillo, recorriendo el camino entre medio del bosque.
Más tarde... Fabián estaba en la biblioteca del internado. Sentado en una mesa mientras leía un libro, Nidia estaba sentada sobre sus rodillas, mientras le acariciaba el pelo y le besaba el cuello.
Fabián: Nidia por favor, estoy intentando estudiar.
Nidia: lo siento, es que cuando estoy cerca de ti, no puedo controlarme. Vamos después al castillo a estar a solas tú y yo?
Fabián: pensé que habíamos quedado en que me dejarías más tiempo para pensármelo mejor.
Nidia: sí, ya lo sé, pero es que no sé que tienes que pensar tanto, voy a empezar a creer que no te gustó.
Fabián: te he dicho mil veces que ese no es el problema, yo no soy como los otros chicos con los que has estado hasta ahora, ya sabías como era yo desde un principio, y siempre has sido tú la que has insistido en continuar la relación conmigo ¿o es que ahora has cambiado de opinión y quieres que cortemos?
Nidia: no, no quiero cortar contigo, tú eres muy especial para mí, y yo quiero que tú y yo sigamos siendo novios.
Fabián: pues entonces deja de agobiarme, porque sino me voy a enfadar, voy a cortar contigo y listo! Dios! todos los días con la misma preguntita, iremos al castillo cuando yo quiera y punto!
Nidia: vale, no te enfades, te prometí que esperaría y voy a esperar.
Fabián: pues a ver si es verdad...
Nidia se levantó de las rodillas de su novio, y se sentó al lado de él en otra silla, apoyó su mejilla en su mano, y el codo en la mesa y se le quedó mirando embobada, directamente a los ojos.
Fabián leyó unas cuantas páginas del libro, luego miró a Nidia y al libro de reojo, lo cerró, se levantó de la silla con el libro en su mano y dijo.
Fabián: mejor me voy a estudiar yo solo en la habitación, si me quedó aquí contigo y me sigues mirando de esa forma voy a acabar cometiendo una locura y ya te he dicho antes que no quiero apresurar las cosas en nuestra relación.
Nidia se levantó y se abrazó a Fabián.
Nidia: te quiero, en serio que te quiero, yo nunca creí que le iba a decir esto a alguien alguna vez en mi vida, pero a ti te quiero de verdad, y no tienes que temer por nada, no pienso cortar contigo nunca, de verdad que yo estoy muy contenta de tenerte como novio.
Fabián: Nidia, de verdad quieres que yo te acompañé al castillo...?
Nidia: me muero de ganas porque llegué ese momento.
Fabián: pues entonces espera a que hablé con mi padre y luego te voy a buscar.
Nidia: a qué hables con tu padre...?
Fabián: sí... mi padre y yo estamos muy unidos, él me ha criado solo desde niño sin la ayuda de mi madre, a la que nunca he conocido y quiero hablarlo con él antes ¿de acuerdo?
Nidia: vale, si es lo que tú necesitas para decidirte a estar conmigo...
Fabián besó en la boca a su novia a modo de despedida.
Fabián: nos vemos después.

Así Fabián salió de la biblioteca y volviendo a su habitación entró por el armario para volver a los laboratorios por el pasadizo secreto en busca de su padre.
En los laboratorios...
Fabián: hola papá.
Segismundo: hola hijo, ven acércate y ponte la bata blanca, quiero enseñarte mi último experimento en él que estoy trabajando.
Fabián: en otro momento papá, ahora necesito hablar contigo de algo.
Segismundo: de qué quieres que hablemos?
Fabián: de sexo, tú ya sabes que ahora tengo novia y...
Segismundo: qué quieres saber? ya sabes que yo estuve con mil mujeres en mi juventud, mucho antes de conocer a tu madre, pero de la única de la que me enamoré fue de ella... no sabes cuanto la quiero, no hay día que no la recuerde.
Fabián: hablas de mamá como si estuviera muerta, y no lo está ¿verdad?
Segismundo: no, pero es que hace muchos años que no la veo, pero no, ella sigue viva, por el momento.
Tú te pareces mucho a mí cuando yo era joven, eres igual de apuesto que yo, y seguro que vuelves locas a las chicas, la prueba de ello es la novia tan hermosa que te echaste hace un mes ¿no?
Fabián: yo no soy como tú en cuanto a las mujeres papá, a mí solo me interesa una y ya sabes quién es.
Segismundo: te he dicho mil veces que el amor con Flora es imposible.
Fabián: lo sé, por eso estoy intentando acercarme más a Nidia, pero es que tengo algunas dudas respecto a nuestra primera vez...
Segismundo: vuestra primera vez? es que tú y Nidia todavía no habéis estado juntos?
Fabián: no, yo quería hablar contigo antes, yo sé que Nidia ya ha estado con otros antes, pero yo no y... no sé ¿tú que piensas que debería hacer?
Segismundo: a ti te gusta Nidia?
Fabián: sí, mucho, no tanto como Flora, pero... sí.
Segismundo: pues entonces lánzate y ya está, cuanto antes hagas oficial la relación entre Nidia y tú antes te olvidaras de Flora.
Fabián: puede que tengas razón, pero... es que Flora es tan... y yo estoy tan... no me imagino estando con otra que no sea ella.
Segismundo: Flora no te va a hacer caso en la vida! cuanto antes te des cuenta de eso mejor, Flora es solo una fantasía, a Nidia la tienes delante de ti y más cerca, es una tontería que desaproveches esta oportunidad por culpa de alguien que nunca vas a poder tener. Flora está casada y es una mujer mayor de casi 40 años, Nidia te conviene más.
Fabián: tienes razón, yo estoy bien con Nidia, ella ha aceptado ser mi novia y yo no tengo ningún motivo de peso para rechazarla, lo de Flora solo es un sueño como dices tú, ella nunca me aceptaría como algo más que un alumno.
Segismundo: sabía que entrarías en razón, no te preocupes hijo, aunque tu madre no esté aquí con nosotros, yo te prometo que yo nunca te dejaré solo.
Fabián se abrazó a su padre.
Fabián salió de los laboratorios regresando a su dormitorio(por el armario), donde volvió a encontrarse con su amigo Enrique.
Enrique: qué? cómo fue tu cita con tu admiradora secreta?
Fabián: bien, ya le devolví las cartas.
Enrique: y le has contado algo a Nidia sobre el tema?
Fabián: no, ella no debe saberlo nunca, ya está todo solucionado y entre Emilia y yo no ocurrió nada, cosa que si va a ocurrir entre Nidia y yo.
Enrique: qué has dicho?
Fabián: lo que has oído, lo he hablado con mi padre y lo tengo decidido, esta tarde me acostaré con Nidia en el castillo.
Enrique: en serio? no me estás vacilando!?
Fabián: no, Nidia es mi novia, llevo 1 mes saliendo con ella y no tengo nada que esperar, ella me ha dicho muchas veces que me quiere y es la chica más guapa de toda la clase, la verdad es que no sé porque estoy dudando tanto.
Enrique: sí que lo sabes, porque a ti la que te gusta de verdad, es Flora.
Fabián: Flora es un amor imposible, lo mejor es que me olvidé de ella y me concentré en Nidia.
Enrique: claro y eso es lo que llevo diciéndote yo todo un mes, pero tú no me hacías caso, menos mal que al fin te has decidido.
Fabián: sabes qué? voy a buscar a Nidia, ahora mismo, ya estoy harto de perder el tiempo soñando despierto con cosas imposibles.
Fabián salió de su cuarto y caminó por el pasillo del colegio, al pasar cerca de una habitación, la habitación del matrimonio Terrón concretamente escuchó el sonido del agua, entró dentro y descubrió la puerta del baño entreabierta, la empujó movido por la curiosidad, en la ducha tras una cortina trasparente se podía distinguir el cuerpo desnudo de Flora mientras se duchaba, Fabián sin ser descubierto por ella, la contempló durante unos breves minutos, fascinado por su belleza.

Fabián salió del cuarto de Flora mucho antes de que ella tuviera tiempo de salir de la ducha, y siguió caminando hasta llegar al cuarto de Nidia, nada más verla, camino directo hacia ella y la besó con deseo.












Al cabo de unos minutos, Fabián estaba en la misma habitación donde había rechazado a Emilia horas antes, en el castillo, pero ésta vez estaba con su novia Nidia. Ellos dos se besaron y se tumbaron sobre la cama...
Nidia: estás seguro de que quieres hacer esto?
Fabián: sí, no tenías tantas ganas de estar conmigo?
Nidia: sí y las tengo, pero no quiero que te veas obligado a estar conmigo, sino estás seguro de que lo quieres hacer, lo entenderé.
Fabián recordó a Flora cuando minutos antes la había visto desnuda en la ducha y le dijo a Nidia...
Fabián: gracias por preguntar pero... no tengo ninguna duda, estoy segurísimo de estar en el sitio correcto.
Nidia le sonrió, le besó, y los dos hicieron el amor en la cama de ese cuarto, por primera vez.

FIN DEL CAPITULO 48

CAPITULO 49
QUINTO DE LA QUINTA TEMPORADA
ROMANCES

Aquella mañana en el internado valle seco, en el interior del cuarto de Nidia (una de las alumnas) Fabián había dormido esa noche con ella, se estaba vistiendo y despidiéndose de su novia, cuando la compañera de habitación de Nidia, entró.
Vanesa: lo siento, no sabía que Fabián todavía seguía aquí contigo.
Nidia: no pasa nada, Fabián ya se va.
Fabián: si ahora me voy, puedes quedarte Vanesa.
Nidia le dio un último beso para despedirse de él, antes de que Fabián desapareciera tras la puerta del armario utilizando el pasadizo secreto para bajar a los laboratorios.
Nidia: Vanesa, te acuerdas que querías ponerte mi jersey de topos y que yo no te lo quería prestar?
Vanesa: sí, claro que me acuerdo, me encanta ese jersey de topos.
Nidia: pues es tuyo, y toda la ropa que tú me pidas, en serio, estoy de tan buen humor que me apetece portarme bien contigo.
Vanesa: en serio? y a que se debe tanta alegría?
Nidia: a que mi relación con Fabián cada día es mejor, desde que estoy con él ya no le doy importancia a las cosas materiales, me he dado cuenta que la vida tiene otro sentido.
Vanesa: de verdad que estoy alucinada, me alegró mucho por ti, pensé que te ibas a acabar cansando de Fabián tarde o temprano, pero ya veo que me equivoqué.
Nidia: cansarme yo de Fabián? eso es imposible! y menos después del increíble momento que vivimos los dos juntos en el castillo, no te puedes ni imaginar lo extraordinario que fue, la mejor relación que he tenido con ningún chico en mucho, mucho tiempo, te lo aseguro. Estoy como si caminara encima de una nube desde que volvimos del castillo.
Vanesa: jo! que envidia me estás dando, de verdad que ni en un millón de años me podía haber imaginado verte de novia con alguien como Fabián, y viéndote a ti tan feliz, hasta me están cogiendo a mí ganas de acostarme yo con él también.
Nidia: eso no lo digas ni en broma, Fabián es solo mío, de nadie más.
Mientras... en los laboratorios de los pasadizos... Fabián estaba en compañía de su padre...
Segismundo: qué?
Fabián: qué de qué?
Segismundo: no me has contado nada de como fue tu primera experiencia con tu novia.
Fabián: ah! eso? no te preocupes, todo fue bien.
Segismundo: seguro?
Fabián: sí, Nidia y yo ahora estamos mejor que nunca.
Segismundo: ah! y ya no piensas en Flora?
Fabián: ojala fuera tan sencillo olvidarme de ella.
Segismundo: pero qué te pasa? si tienes una novia que es una belleza, y que le gusta estar contigo ¿por qué pierdes el tiempo pensando en una mujer mayor de 40 años que ya tiene su vida hecha al lado de su marido y de sus dos hijas?
Fabián suspiró ante la pregunta de su padre...
Fabián: papá, si te cuento un secreto me prometes no decírselo a nadie.
Segismundo: claro, soy tu padre no?
Fabián: de acuerdo, te lo explicaré, la tarde en que me acosté con Nidia en el castillo, fue un accidente pero, pasé por casualidad por delante de la habitación de Flora cuando ella se estaba duchando, me asomé, y la vi desnuda sin que ella lo supiera... y después cuando me acosté con Nidia en el castillo, yo... no podía dejar de pensar en ella, hice el amor con Nidia pero en mi cabeza estuvo en todo momento la imagen de Flora desnuda.
Segismundo: tienes que olvidarte de ella.
Fabián: no puedo, cada vez que estoy con Nidia pienso en ella, cuanto más tiempo pasó con Nidia más cuenta me doy de que con quién quiero compartir mi tiempo de verdad es con Flora, y no dejó de pensar que con Nidia me lo pasó bien cuando me acuesto con ella, pero que con Flora sería muchísimo mejor.
Segismundo: eres incorregible! a ver si ahora va a ser peor el remedio que la enfermedad... Nidia es la única chica en la que tienes que pensar, ella es tu novia y como el marido de Flora se enteré de lo que piensas de su mujer, te acabara mandando directo al cementerio.
Fabián: no puedo evitarlo papá, Flora es tan hermosa, pero... tú tienes razón, ella nunca se va a fijar en mí, y Nidia está a mi lado, es mejor que me haga a la idea de que Nidia es la única novia que debo tener.
Más tarde, en la superficie del internado valle seco, en el interior de la habitación del matrimonio Terrón.
Flora estaba maquillándose frente al espejo, mientras hablaba con su hija mayor de 13 años y medio, Manuela.
Flora: hija, falta muy poco para tu cumpleaños, ya cumples 14 años y serás toda una mujercita, qué quieres que te regalé?
Manuela: cualquier cosa, total cualquier regalo que me hagas va a ser robado, ya que nosotros somos ladrones profesionales.
Flora: pero alguna cosa habrá que te haga más ilusión que nada en este mundo de obtener, verdad?
Manuela: sí, hay una, pero no se puede comprar.
Flora: y qué es?
Manuela: el corazón de Fabián, lo único que quiero como regalo es tener su amor.
Flora: de quién hablas? de Fabián Amadeo el hijo del jefe de los científicos de los laboratorios?
Manuela: sí, somos amigos desde niños, pero yo quiero tenerle como algo más, pero él no se da por aludido y no se despega de su novia Nidia todo el santo día.
Flora: te gusta mucho ese chico, verdad?
Manuela: sueño con casarme con él cuando seamos mayores.
Flora: es un chico muy guapo, cuéntame cosas sobre él ¿es una buena persona?

Manuela: es el mejor, no es un prepotente egoísta y caradura como la gran mayoría de los chicos de este internado, siempre se preocupa por mí cuando me ve triste, y nos llevamos a las mil maravillas, solo que él no quiere que yo sea algo más que su amiga.
Flora: y sabes si le gusta alguien?
Manuela: sí, Nidia, su novia, ya te he dicho que no se despega nunca de ella, la odio a muerte.
Flora: y llevan mucho tiempo saliendo juntos?
Manuela: casi 2 meses, se conocieron en el baile de parejas antes del día de San Valentín y están juntos desde entonces.
Flora: y tú crees que Fabián y Nidia van en serio?
Manuela: eso parece, pero yo sé como es Nidia, siempre se acaba cansando de todos los chicos con los que ha salido, y Fabián es demasiado buen chico para estar con alguien como ella, terminaran cortando, tienen que hacerlo, un día de éstos Fabián va a ser mío, aunque para eso tenga que esperar 10 años, yo sé que algún día él será mi marido.
Flora: y sabes si a Fabián le interesa alguien más aparte de su novia Nidia?
Manuela: no creo, Fabián es un chico legal, no es de esa clase de chicos capaz de salir con una chica y tener a otra en la mente.
Flora: ojala yo hubiera conocido a alguien como Fabián cuando era más joven y todavía no estaba casada con tu padre, antes de que me secuestrarán con 17 años los hombres de la organización.
Manuela: todavía estás a tiempo mamá, todavía eres una mujer hermosa, todavía puedes encontrar a alguien que sepa como hacerte feliz.
Minutos después... Flora salió de su cuarto... por el pasillo ella vio acercarse a José Luis, el director del colegio. Ella al verle arrancó a correr, pero José Luis fue más rápido que ella y le acorraló contra la esquina de la pared, acercándose a ella y oliéndole el cuello.
José Luis: me vuelves loco, lo sabes, verdad?
Flora: déjame, déjame en paz ¡me das asco!
José Luis: eso no era lo que decías de mí hace 14 años, cuando tú y yo estuvimos juntos.
Flora: es el peor recuerdo que conservo de mi vida, ojala nunca hubiera aceptado acostarme contigo, te odio.
José Luis: eso es lo que dicen tus labios, pero no tus ojos, puedo sentir el deseo por mí en ellos.
Flora: estás delirando, hace 14 años que tú y yo rompimos nuestra relación y nunca, nunca más me vas a volver a tocar, eso te lo juró por lo más sagrado que tengo en este mundo, que son mis dos hijas Manuela y Azucena.
Flora le dio un rodillazo en la entrepierna y se escapó de allí corriendo.
Al rato... Flora una vez se hubo librado de José Luis, entró en el cuarto de Fabián.
Fabián ya había vuelto por el armario de los laboratorios tras haber estado con su padre...
Flora: hola, podemos hablar un momento tú y yo?
Fabián: sí claro-dijo él muy sorprendido- hoy no he visto a tu marido.
Flora: qué?
Fabián: que no sé porque has entrado en mi habitación, no sé si es porque te has perdido en este colegio con lo grande que es, a lo mejor estabas buscando a tu marido y... solo quería que supieras que yo no le he visto.
Flora: no estoy buscándole a él y tampoco me he perdido, estaba buscándote a ti, necesito hablar contigo de algo urgentemente.
Fabián: si es respecto a mi comportamiento en clase será mejor que hables con mi padre, yo aceptaré cualquier castigo que se me imponga, e intentaré ser más obediente y puntual a las lecciones.
Flora: no quiero hablar contigo sobre las clases, ni sobre ningún tema del colegio, quiero tratar contigo un asunto personal, algo sobre ti y sobre mí.
Fabián: algo sobre ti y sobre mí? si en algún momento te he dicho algo que te ha molestado te pido disculpas, tú eres una de mis profesoras favoritas, no querría que pensaras mal de mí por haber abierto la boca alguna vez inoportunamente delante de ti.
Flora: no, no se trata de nada de eso, solo quería que estuviéramos juntos, en un territorio neutral.
Fabián: Flora, ¿qué es lo que quieres exactamente de mí?
Flora sacó una baraja de cartas y empezó a mezclarlas.
Flora: juegas una partida conmigo? al número más alto, quién pierda se quita una prenda de ropa, te apetece?
Fabián: oye como broma para pasar el rato y reírnos está bien pero... eres muy graciosa en serio, voy a bajar a la cocina a comer algo.
Fabián empezó a caminar hacia la puerta de salida del cuarto, pero Flora se interpuso en su camino impidiéndole que llegara a ella y cerrándola ésta con llave, dijo.
Flora: no estoy bromeando Fabián, te apetece jugar conmigo, sí o no?
Fabián: vale, sí ¿por qué no?
Fabián y Flora se sentaron en el pupitre que utilizaba él siempre para hacer los deberes, mezclaron la baraja de cartas y las extendieron sobre la mesa para comenzar la partida.
Fabián sacó el 5 de oros y Flora el 7 de espadas.
Flora: lo siento.
Flora se cruzó de brazos.
Flora: a qué esperas?
Fabián la miró sonriendo y se quitó jersey verde fuerte del uniforme escolar, lo tiró sobre la cama y siguió jugando la partida con el pecho desnudo.
Fabián cogió las cartas.
Fabián: ahora barajo yo, no me fío de que hagas trampas para ganar siempre.
Flora: yo tampoco me fío de ti, pero sabes qué?
Flora se acercó al oído de Fabián y le susurró.
Flora: si pierdo en la próxima jugada te dejó que seas tú él que me quité la blusa.
Fabián sonrió, terminó de barajar, puso el montón de cartas sobre la mesa y le dijo a Flora.
Fabián: corta.

Flora sacó el 8 de bastos y Fabián el 9 de copas.
Fabián: si quieres dejar el juego aquí todavía estás a tiempo de plantarte.
Flora le cogió la mano a Fabián y con las cuatro manos, las dos de cada uno de ellos, desabrocharon los botones de la blusa de Flora, ella se la quitó por completo quedándose en sujetador frente a él y tirándola sobre la cama al lado del jersey del uniforme de alumno.
Flora cogió la baraja de cartas entre sus manos.
Flora: tú decides, te plantas o seguimos jugando?
Fabián: seguimos.
Flora: vamos a subir la apuesta, si pierdo yo te doy un beso y si pierdes tú, me lo das tú a mí ¿te parece bien?
Fabián: me parece que esto es una tontería, si lo que quieres hacer de verdad es besarme, puedes hacerlo sin usar ningún juego estúpido de cartas como excusa, yo... me muero porque tú me beses Flora.
Flora guardó las cartas en su cajita de cartón, se acercó a Fabián y cogiéndole del cuello, le beso en la boca, los dos se levantaron y caminaron hacia la cama, sin detener el beso en ningún momento.
Fabián: no puedo creerme que esto esté sucediendo de verdad, Flora.
Flora: ssssssssssssshhhhhhhhhhh! no hables, no estropees el momento.
Fabián cogió a Flora en brazos, la tumbó sobre la cama, se quitó los zapatos y los pantalones y en calzoncillos se colocó sobre ella, mientras le bajaba los tirantes del sujetador...
Al cabo de unas horas... Fabián estaba largo en su cama leyendo una revista. Cuando su amigo Enrique entró al dormitorio...
Enrique: oye tío, salimos a dar una vuelta por el bosque?
Fabián: no, no me apetece, quiero quedarme aquí tranquilo leyendo, gracias.
Enrique: jo tío, que aburrido que eres! qué has hecho hoy durante todo el día? cuantas horas llevas aquí encerrado sin salir de la habitación? venga vamos a divertirnos!
Fabián: Enrique, a veces no hace falta ir a buscar nada divertido fuera de la habitación, a veces se tiene dentro de la habitación todo lo que se necesita para pasárselo bien.
Enrique: de qué hablas? ha venido Nidia a visitarte antes? es eso?
Fabián: no.
Enrique: entonces a qué te refieres...?
Fabián: quieres que te cuente un secreto que no se lo he explicado ni se lo explicaré a nadie más que a ti, porque tú eres mi mejor amigo?
Enrique: claro, qué secreto es?
Fabián: le he sido infiel a Nidia.
Enrique: qué? no!
Fabián: sí!-dijo Fabián a la vez que asentía con la cabeza.
Enrique: te has acostado con otra? no me lo puedo creer? cuándo? y con quién?
Fabián: hace unas horas, en este mismo cuarto ¿y sabes con quién?
Enrique negó con la cabeza.
Fabián: con Flora.
Enrique: qué estás de guasa?
Fabián: no, es increíble lo sé, pero es la verdad, y escúchame bien Enrique, nadie, absolutamente nadie, tiene que saber nada sobre nuestro encuentro.

FIN DEL CAPITULO 49

CAPITULO 50
SEXTO DE LA QUINTA TEMPORADA
ANIVERSARIO

Aquel día en el internado valle seco dentro del despacho de dirección, estaba José Luis con sus dos hijos. El mayor, Germán de 24 años y el menor, Jorge de 20.
Toda la familia Puertas se había dedicado desde siempre a la ingeniería informática, adaptándola a los nuevos tiempos.
Germán y Jorge tenían cada uno un mini-cd en su poder, sujetándolo con su mano.
José Luis les ordenó a sus hijos que les mostraran los programas informáticos que ellos mismos habían creado para organizar los archivos de los alumnos.
Germán introdujo su mini-cd en el portátil y le mostró a su padre como funcionaba.
Germán: ves papá? si presionas esta tecla, pasa esto... y con ésta otra aparece en la pantalla las instrucciones así si tú no te acuerdas de como funciona el programa con leerlas y seguirlas tienes suficiente.
José Luis: está muy bien hijo. Ahora tú Jorge.
Jorge introdujo el mini-cd en el portátil, empezó a tocas teclas, al principio José Luis estaba muy contento con los resultados, pero al cabo de un rato...
Jorge: no sé lo que pasa, se ha bloqueado, antes lo he probado en el mío y funcionaba bien, no tengo ni idea que es lo que ha fallado.
Germán: déjame ayudarte hermano.
Germán tocó teclas a regañadientes de Jorge y consiguió arreglar el ordenador, pero la cajetilla del cd se abrió y por más que Jorge lo intentó, el portátil no aceptaba de ninguna de las maneras el disco.
Jorge: debe de tener polvo, lo limpiaré.
Jorge se sacó un pañuelo y lo frotó en el disco.
José Luis: hijo déjalo, tu programa es demasiado complicado incluso para mí que tengo una inteligencia superior, usaremos mejor el de tu hermano Germán, que se usa con más agilidad que el tuyo, pero felicidades, son muy buenos los dos. Y ahora marcharos y dejarme trabajar.
En cuanto Jorge y Germán salieron del despacho de su padre, en el pasillo... Jorge rompió su mini-cd con las manos muy cabreado.
Germán: por qué lo rompes? papá nos ha felicitado a los dos.
Jorge: sí claro, para quedar bien, pero tú siempre serás el preferido ¡y ya estoy harto!
Germán: si quieres te puedo ayudar a hacer un programa informático a medias o una página Web para el internado y luego le decimos a papá que el mérito es todo tuyo ¿te parece?
Jorge: que me dejes en paz! que no quiero tu ayuda! lo único que quiero es que todo el mundo sepa que yo soy mejor que tú y lo voy a demostrar! llegara un día en que todo lo tuyo, será mío!
Entre tanto... en otra parte del internado... en el segundo piso... dentro del dormitorio del matrimonio Terrón... era el día del cumpleaños de Manuela y cumplía 14 años.
Manuela picó con los nudillos tímidamente a la puerta de sus padres, entró dentro abriéndola sin esperar a que hubiera respuesta y al ver solo a su padre, dijo...
Manuela: mamá...? ah! perdón papá... creía que mamá estaba contigo, dónde está ella?
Francisco: ha bajado un momento a la cocina, pero no te quedes en la puerta, pasa, hoy es un día especial para ti, verdad?
Manuela: sí, hoy cumplo 14 años.
Francisco: es increíble lo mayor que te has hecho ya, te has convertido en una jovencita preciosa.
Francisco se acercó a Manuela y le acarició la mejilla.
Francisco: me dejas que te felicite con un beso?

Francisco se acercó a Manuela y le dio un beso en la mejilla, un segundo beso más cerca de la boca, y un tercer beso en medio de los labios, sujetándole el cabello muy fuerte con sus dos manos mientras le tenía retenido el cuello para que no pudiera girar la cabeza.
Manuela tras el beso, se dio media vuelta y quiso irse, pero su padre la cogió por el brazo y se lo impidió.
Francisco: por qué tienes tanta prisa? no quieres que tu padre te demuestre lo mucho que quiere a su niña del alma?
Francisco sentó a la fuerza a Manuela sobre la cama, le besó el cuello, acariciándole la cintura por encima de su faldita del uniforme.
Francisco se levantó y cogió de un cajón de la mesita de noche, un gran diamante reluciente blanco, y se lo entregó a su hija en mano.
Francisco: toma, lo he recogido de la recaudación de esta semana de los trabajadores de la mina de diamantes del bosque, se lo pensaba regalar a tu madre en el día de su cumpleaños, pero tú te lo mereces más que ella, tú me haces más feliz que tu madre.
Francisco después le puso la mano sobre la pierna a su hija y la paseó varias veces arriba y abajo subiéndole la falda, hasta que Manuela cogió el valor suficiente como para retírasela.
Francisco: no te preocupes, si ahora mismo no te apetece lo entiendo, tienes muchos amigos a los que visitar para celebrar tu cumpleaños, entiendo que yo deba ser el último de la lista y no te preocupes no me adelantare a ellos.
Francisco le dio un corto beso en los labios, se levantó de la cama y le dijo.
Francisco: vuelve a tu habitación y guarda el diamante, nadie debe saber que te lo he regalado.
Manuela se levantó de la cama y se marchó con los ojos llorosos del cuarto de sus padres.
Manuela caminó por el pasillo hasta llegar a su habitación... al entrar sus dos compañeras de habitación haciendo sonar ambos matasuegras y tirándole confeti por la cabeza le cantaron la canción de feliz cumpleaños. Una de ellas le dio un beso en la mejilla.
compañeradehabitacion1: felicidades Manuela!
Y la chica salió del cuarto.
compañeradehabitación2: voy a buscar tu regalo, enseguida te lo doy.
Manuela: no quiero regalos!
La alumna se asustó al oírla gritar, y Manuela se disculpó.
Manuela: lo siento, es que ahora no estoy de humor para regalos.
compañeradehabitación2: qué te ocurre? oye, no habrás hecho ninguna estupidez, verdad? la idea de dejar de ser virgen por compromiso antes del día de tu cumpleaños al final no la llevaste a cabo, no?
Manuela: no, tú tenías razón, es mejor que me lo piense mejor y piense en mí misma antes de decidirme a hacer algo.
compañeradehabitación2: me alegró que se te haya pasado la obsesión por ir demasiado deprisa ¿quieres que te de tu regalo ahora?-dijo encogiéndose de hombros.
Manuela: no, déjame un rato a solas ¿quieres? hace muy pocas horas que he cumplido los 14 y quiero anotar en mi diario los primeros sentimientos de las primeras horas de mi aniversario.
compañeradehabitación2:de acuerdo, feliz cumpleaños Manuela.
La chica le dio un beso en la mejilla y salió del cuarto.
Manuela al quedarse a solas, se limpió las lágrimas de los ojos, guardó el diamante en su joyero, y se alisó el cabello con un peine frente al espejo de cuerpo entero de la habitación.
En ese instante ella escuchó unos silbidos a sus espaldas.
Fabián acababa de entrar al dormitorio de su amiga Manuela llevando con él una pequeña tarta de chocolate cubierta con una tapa redonda de plástico.
Fabián: hoy estás guapísima Manuela!
Manuela: hola Fabián, en serio crees que hoy estoy guapa?
Fabián: sí, porque yo no soy tu novio que sino ahora mismo no podía resistirme las ganas de besarte.
Manuela al escucharlo, no se lo pensó dos veces y se lanzó directa a darle un beso en los labios.
Fabián se sorprendió.
Fabián: qué haces?
Manuela le cogió la tarta de las manos, con las mejillas coloradas a causa del beso y le dijo.
Manuela: lo siento, creía que tú querías... que yo... cómo me has dicho que estaba guapa...
Fabián: sí, porque lo estás, pero eso no significa que esté buscando nada contigo, solo pretendía ser amable en el día de tu cumpleaños, nada más, yo tengo novia ¿te acuerdas de Nidia?
Manuela: sí, sí me acuerdo de ella, sé perfectamente que tienes novia, no hace falta que lo me estés repitiendo cada dos por tres para atormentarme.
Fabián: por qué me dices esas cosas Manuela? tú eres mi amiga, lo último que yo quiero es hacerte daño.
Manuela: pues me haces daño, y mucho. Siento haberte besado, perdóname, he sido yo que soy tonta y no te entendí bien. Iré a guardar la tarta en el congelador ¿te has acordado de que la tarta de chocolate es mi favorita?
Fabián: cómo no iba a acordarme si es también la mía?
Manuela le sonrió.
Manuela se dirigió hacia la cocina, pero antes de salir de la habitación, Fabián le cogió del brazo y le dijo.
Fabián: cuando tenga un rato libre iré a buscarte, y los dos juntos comeremos un pedazo de tarta en la cocina mientras charlamos ¿te parece bien?
Manuela asintió con la cabeza y salió de la habitación, caminando por el pasillo.
Pasado un rato, Fabián ya no se encontraba en la habitación de Manuela, él estaba dormido, anestesiado, sobre una camilla en los laboratorios, frente a él estaba su padre, en bata blanca, él tenía una pequeña sierra metálica redonda que dirigía a su cabeza para operarle el cerebro internamente.
Segismundo: perdóname hijo, pero esto lo hago por tu bien, no es sano para ti tener recuerdos en tu mente del encuentro que tuviste con Flora el otro día en tu cuarto, entre Flora y tú no puede haber nada porque ella es una mujer casada, si olvidas todo lo que te une a ella, será lo mejor para todos.
Así Segismundo realizó una operación a su propio hijo de extracción y pérdida de memoria, igual como hacía con muchos de los alumnos que llegaban a la escuela después de ser picados por mosquitos robotizados, para obligarles a ser alumnos contra su voluntad, y tener así ese internado como su propio hogar en el mundo a causa de no recordar nada de su pasado anterior.
Fabián volvió así a la superficie del colegio sin recuerdos sobre la vez que se había acostado con Flora en su propia cama.
Fabián estaba en una clase, con todos sus compañeros, él estaba guardando los libros en el interior de su mochila, mientras miraba el reloj, el timbre del final de la clase sonó, todos salieron del aula, Fabián se colgó la mochila de un solo hombro y se disponía a salir del aula, cuando Flora, la profesora suplente en ausencia de su marido Francisco, mientras estaba terminando de pasar el borrador por la pizarra verde, le llamó y le dijo.

Flora: Fabián, luego cuando tenga tiempo me pasare por tu cuarto ¿te parece bien?
Fabián: y por qué tiene que parecerme bien o mal? si quieres decirme algo puedes decírmelo ahora aquí en el aula, no me parece correcto que los profesores entren en los cuartos de los alumnos en sus ratos libres.
Flora: es que yo soy mucho más que una profesora para ti ¿ya no te acuerdas?
Fabián: de que me tengo que acordar?
Flora: no te acuerdas de lo que pasó en tu cuarto entre tú y yo? no te acuerdas de cuando nos besamos?
Fabián: qué tú y yo nos hemos besado? y eso cuando sucedió? no quieras jugar conmigo! ya está bien no? yo sé muy bien que solo tengo 15 años y que no tengo ningún derecho a soñar con el amor de una mujer como tú, pero que yo a veces no sepa contener mis sentimientos eso no le da derecho a nadie para que se burlé!!
Flora: Fabián, estás hablando en serio? de verdad no te acuerdas de nada de lo que sucedió entre nosotros dos?
Fabián: entre nosotros nunca ha sucedido nada, fuera de mis sueños, claro está.
Y Fabián se marchó del aula.
Flora en el interior del aula, lloró.
Flora: no, no puede ser, por favor que Segismundo no haya sido capaz de operar a su propio hijo para que no se acuerde de que él y yo estuvimos juntos.
Pasados unos minutos... Flora salió del aula y vio a lo lejos a Segismundo salir de otra aula, ella se dirigió hacia él muy seria.
Flora: contigo quería hablar yo.
Segismundo: tengo mucha prisa, tengo que volver a los laboratorios.
Flora: necesito preguntarte algo urgentemente.
Segismundo: y qué es?
Flora: has operado a Fabián para que no se acuerde de nada, de que el otro día en su cuarto él y yo nos acostamos juntos?
Segismundo: es increíble el morro que tienes Flora, te acuestas con un chico de 15 años que es mi hijo, yo le operó en contra de su voluntad para alejarlo de ti y tú vas y me lo preguntas abiertamente sin ningún tipo de remordimiento...
Flora: o sea que si que le has operado ¿cómo has sido capaz...? vale que realices esas operaciones a gente desconocida para conseguir miembros para la organización, pero alguien que tiene tu propia sangre... y si Fabián hubiese muerto en la camilla?
Segismundo: llevo años realizando este tipo de operaciones, es cierto que son peligrosas pero eso es solo si no las realiza alguien con experiencia, te aseguro que mi hijo corre más peligro a tu lado que tumbado en una de esas camillas en mi sala clínica minutos antes de la operación.
Flora: sabes qué? me da igual que le hayas operado, llevo años viviendo en la organización y sé como funcionan las cosas aquí, las operaciones de memoria borran los recuerdos de la cabeza pero no del corazón, sé que Fabián a pesar de no recordar nada, siente cosas por mí, y si le convencí una vez para que se acostara conmigo, puedo volverle a convencer, todas las veces que yo quiera.
Segismundo: pues yo también puedo volver a operar a mi hijo, una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces y hasta una docena de veces si me apetece ¿por qué no piensas un poco con la cabeza antes de actuar? mi hijo solo tiene 15 años y tú eres una mujer casada, lo único que quiero es que Fabián no sufra con esta historia.
Segismundo se dio media vuelta, y se alejó de Flora, ella se quedó sola en el pasillo, lloró y dijo...
Flora: y yo lo único que quiero es tener derecho a ser feliz en la vida, aunque solo sea por unos miserables minutos...
Cuando Segismundo entró de nuevo en los laboratorios utilizando como entrada el código secreto de uno de los ordenadores de la biblioteca: *55555*, para que se abriera el tobogán metálico que deslizaba al abrirse el suelo bajo sus pies... él vio a Fabián dentro de la sala clínica.
Segismundo: hijo, qué haces aquí?
Fabián: ordenándote el laboratorio, me aburría y no sabía que hacer tras las clases, así que he pensado en bajar aquí y colocártelo un poco todo.
Segismundo: pues gracias, la verdad es que hacía falta un poco de limpieza, yo estoy tan ocupado en los experimentos de la organización que no tengo tiempo para nada.
Fabián: para eso me tienes a mí papá, para encargarme los trabajos sucios del laboratorio, sabes que para mí es un placer ayudarte en todo lo que necesites.
Segismundo: gracias Fabián, no sé que haría sino te tuviera.
Segismundo abrazó a su hijo Fabián.
Fabián: voy a volver arriba, estoy agotado, dormiré un poco antes de la próxima clase.
Fabián salió de la sala clínica, dejando a solas trabajar a su padre allí dentro.
Al salir de la sala clínica para poder subir por las escaleras de piedra que conducían a la entrada secreta del armario de su habitación, se tenía que pasar por delante del lago subterráneo, y al hacerlo vio a alguien bañarse en él, sin ropa.
Flora estaba completamente desnuda, buceando y nadando entre las aguas del lago, en cuanto Fabián pasó por allí cerca, Flora le salpicó agua adrede para llamar su atención hacia ella.
Fabián se acercó, se agachó a su altura y con Flora dentro del agua, le dijo.
Fabián: sabes? yo recuerdo haber tenido alguna vez un sueño parecido a este momento.
Flora sin salir del agua, alargó sus brazos y cogiendo la cabeza de Fabián le besó en los labios, con todo el rostro y las manos mojadas. Fabián se puso largo sobre la tierra de los pasadizos, Flora salió desnuda del lago y se colocó al lado de Fabián totalmente tendida sobre la tierra.
Flora: podías contarme como continuaba ese sueño tuyo?
Fabián: sí, pero mejor si te lo muestro.
Fabián besó a Flora, Flora le quitó el jersey verde fuerte del uniforme escolar y acarició su pecho, mientras le daba otro ardiente beso en la boca.
Al cabo de unas horas, Flora volvía a estar en su habitación, ella estaba muy alegre frente al espejo maquillándose cuando de pronto entró por la puerta su hija.
Manuela: hola mamá.
Flora: hola hija, ¿hoy todavía no te he felicitado, verdad?
Manuela: no, pero me tienes que felicitar doblemente mamá.
Flora: ah sí? y eso por qué?
Manuela: porque hoy además de ser mi cumpleaños me he atrevido a hacer algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo.
Flora: y que era?
Manuela: besar a Fabián. Él me ha rechazado tras el beso y me ha repetido que no podía ser por su novia y por no romper nuestra amistad, pero no me importa, porque pensaba que nunca iba a tener el valor para besarle y lo he hecho, y aunque me haya dicho que no buscaba ese beso de mi parte yo sé que en el fondo le ha gustado, aunque solo sea un poquito.
Flora: oye hija, no te estarás ilusionando demasiado con ese chico? es dos cursos mayor que tú, te ha dejado claro varias veces que solo te quiere como amiga, y además tiene ya su vida ocupada con una novia, ¿no te parece que todavía es muy pronto para que tú empieces a pensar en novios?
Manuela: la mayoría de mis compañeras no hacen otra cosa en todo el día que hablar de chicos y yo no soy tan cursi, repelente ni vomitiva como ellas, a mí solo me interesa mi futuro y sé que si es al lado de Fabián, no habrá espacio para la desdicha, ¿no fuiste tu mamá la que me dijiste que me asegurara de buscar un buen hombre para casarme el día de mañana con él?
Flora: Sí, pero...
Manuela: pero qué mamá...? Fabián es ese hombre, y voy a casarme con él pese a quién pese!!
Flora: yo solo te digo que todavía es demasiado pronto para pensar en esas cosas, no me gustaría que te llevaras una desilusión, por ir demasiado deprisa en la vida, yo soy tu madre y tengo más experiencia en estas cosas, prométeme que pensaras en lo que te digo.
Manuela: está bien, yo sé que tú eres buena conmigo, y que me dices esto porque te preocupas por mí y me quieres, no como papá que mucho hablar pero a la hora de la verdad, lo único que saber dar, son golpes, tortas y repartir dolor a su alrededor.
Manuela le dio un beso en la mejilla a su madre y salió de la habitación.
Pasados unos minutos... Flora y Fabián se estaban besando con locura y desenfreno, escondidos entre los estantes de libros en la biblioteca.
Flora: hoy he hablado con mi hija Manuela, hoy cumple 14 años ¿lo sabías?

Fabián: sí, le he regalado una tarta de chocolate, es su sabor favorito.
Flora: que raro, yo habría jurado que Manuela era alérgica al chocolate, y sé de lo que habló, soy su madre.
Fabián: ah! estás segura de eso?
Flora: completamente. Y tu sabor favorito cuál es?
Fabián: el mismo que Manuela, o sea, de verdad Manuela es alérgica al chocolate?
Flora: sí, pero como sabe que a ti te gusta pues te ha mentido para que creas que ella comparte tus mismos gustos.
Fabián: ah sí? en serio? y por qué haría ella algo así?
Flora: no sé... por qué está enamorada de ti...?
Fabián: hombre tanto como enamorada... yo sé que a Manuela le gustó un poco pero... ella y yo solo somos amigos...
Flora: pues Manuela está todo el santo día repitiéndome que de mayor quiere casarse contigo, y antes me ha confesado que estaba muy contenta porque se había atrevido a besarte por primera vez y estaba convencida de que a ti te había gustado su beso, aunque solo fuera un poquito.
Fabián: ah! sí bueno es cierto que ella me ha besado antes, pero... apenas ha durado 1 minuto y... a mí solo me gustan tus besos.
Flora: de verdad?
Fabián: sí, no siento nada por Manuela, ella es mi amiga, no hay deseo, ni hay química, ni hay nada, valoro mucho su amistad en mi vida, pero es solo eso, amistad.
Flora: ya, y Manuela y tú os veis mucho?
Fabián: qué quieres decir con que si nos vemos mucho? quedamos siempre para estudiar juntos en su cuarto o en el mío...
Flora: y pasáis mucho tiempo a solas...?
Fabián: no sé, puede que pasemos horas, pero lo único que hacemos es estudiar y hablar...
Flora: claro, eso y alimentar sus ilusiones de que algún día pueda tenerte como novio, lo mejor para todos es que dejes de ser amigo de Manuela.
Fabián: qué?
Flora: ya me has oído, es lo mejor para que nadie sufra.
Fabián: la amistad de Manuela es muy importante para mí, y no quiero dejar de ser su amigo, y me parece increíble que estés celosa de tu propia hija ¿ en serio crees que yo en algún momento me puedo llegar a enamorar de ella?
Flora: yo no estoy celosa de Manuela, es solo que ella es mi hija y me preocupo por ella, y no quiero que sufra por hacerse una idea equivocada contigo.
Fabián: no pienso aguantar que me montes ningún numerito de celos, yo hago lo que quiero con mi vida, y no intentes convencerme que no estás celosa porque sí que lo estás, hasta ahora me he comportado con Manuela solo como un amigo, pero como vea que intentas dirigir mi vida, igual me lo pienso mejor y me aprovechó de la situación. Estás avisada!!
Flora: un momento Fabián, qué intentas decirme?
Fabián se miró un reloj de pulsera que tenía puesto en la muñeca.
Fabián: dentro de hora y media he quedado con Manuela en su cuarto, y como sigas en este plan conmigo, te puedo asegurar que no va a ser solo para estudiar...
Y Fabián se marchó de la biblioteca muy enfadado.
Una hora y media después... Fabián y Manuela estaban en el cuarto de ella haciendo los deberes.
Estaban los dos sentados en el pupitre, Manuela pasaba las páginas del libro mientras bostezaba de aburrimiento, a cada página su bostezo era mayor, Fabián que la observaba de reojo, recogió los libros de encima de la mesa, los cerró y los guardó en la mochila y dentro del cajón del pupitre.
Manuela: qué haces? todavía no he terminado los ejercicios.
Fabián: es que... he notado que te estabas aburriendo y he pensado que quizás te gustaría que tú y yo hiciéramos algo más entretenido para divertirnos.
Manuela: ah sí?
Fabián asintió con la cabeza.
Manuela: algo más entretenido como qué?
Fabián: como esto...
Fabián se acercó a Manuela, le acarició la mejilla, le apartó el cabello y juntó sus labios con los de ella, besándola fervientemente.
Fabián le cogió de la mano y se la llevó a la cama, se sentó él sobre el colchón, y a Manuela sobre sus rodillas, la volvió a besar, mientras los dos se acomodaban sobre el colchón de la cama para ponerse largos sobre ella, Fabián tumbó a Manuela quitándole el jersey verde del uniforme, la faldita pistacho, acariciándole los brazos, besándole tras las orejas y desabrochándole el sujetador.
Luego Fabián apoyó la cabeza de Manuela en la almohada y le besó todo el cuerpo empezando por el cuello y bajando, muy despacio, hasta por debajo de sus caderas.
Cuando Manuela empezó a gemir de placer, Fabián paró en seco volviendo en sí, se sentó sobre la cama, cogió la ropa exterior e interior de Manuela y se la tiró sobre su cuerpo de mala gana.
Fabián: vístete, será mejor que me vuelva a mi cuarto.
Manuela: por qué? qué pasa?-preguntó Manuela a la vez que se vestía de nuevo.

Fabián: lo que pasa es que nunca sé como acertar con nadie, esto es un error, tú eres mi amiga del alma, yo no puedo hacer esto contigo.
Fabián cogió la mochila colgándosela del hombro.
Fabián: perdóname, no he debido besarte, lo mejor será que sigamos siendo amigos y olvidemos lo que ha pasado.
Y Fabián se marchó de la habitación sin añadir nada más.
Al cabo de un rato Fabián estaba muy pensativo por lo ocurrido sentado sobre las escaleras centrales del internado, cuado un chico bajó por los escalones se sentó a su lado y le preguntó:
alumno: hola, tú eres amigo de Manuela Terrón, verdad?
Fabián: sí, por qué?
alumno: porque la he estado observando desde lejos y me parece una chica muy guapa con la que me gustaría tener una cita ¿tú la conoces bastante?
Fabián: sí, es casi como mi hermana pequeña.
alumno: o sea que sueles hablar con ella varias veces al día?
Fabián: sí ¿quieres que le hablé de ti?
alumno: mejor aún, si pudieras organizarnos una cita para que me conociera...
Fabián: de acuerdo ¿por qué no? que decida ella cuando te vea si le gustas o no ¿cómo te llamas?
alumno: Eduardo ¿para cuando te parece que podía ser la cita con Manuela?
Fabián: para esta misma noche, hoy Manuela cumple 14 años, podemos organizar una cita doble en la cocina, yo con mi novia y tú con Manuela ¿de acuerdo?
Eduardo: genial! hasta la noche entonces.
Fabián: hasta la noche, iré a hablar con Nuria la cocinera, para que lo preparé todo.
Y así Eduardo se levantó del escalón subiendo hacia el segundo piso y hacia su cuarto y Fabián bajó los escalones y se dirigió hacia la cocina.
Fabián entró en la cocina...
Fabián: hola Nuria, tienes un rato libre esta noche? me gustaría que prepararas una cena intima para mí y mi novia Nidia aquí en la cocina.
Nuria: ay! picarón! que queréis cenar los dos solitos?
Fabián: no estaremos solos exactamente, será una cita doble, dos parejas, yo con mi novia, y mi amiga Manuela con otro chico ¿lo puedes preparar todo para dentro de 3 horas?
Nuria: por supuesto, adornaré la mesa con margaritas y claveles ¡quedará preciosa!
Fabián: muchas gracias, prepáranos algún plato bueno y exquisito para comer sé que eres una estupenda cocinera.
Nuria : estará todo listo no te preocupes.
Fabián: confío en ti Nuria para que la cena salga a pedir de boca, hasta dentro de 3 horas.
Nuria: hasta entonces, deseo que tú, tu novia y tus amigos cenéis a gusto.
Nuria se marchó a la despensa a coger los ingredientes para preparar la cena. Y Fabián mandó un sms a Manuela.

"Manuela, olvida lo ocurrido en tu habitación. Cena conmigo esta noche en la cocina para pedirte disculpas. Tu más querido amigo, Fabián".

Al cabo de un tiempo estaban los 4 en la cocina cenando, Manuela, Nidia, Fabián y Eduardo. Mientras ellos charlaban amigablemente, Nuria ponía los platos sobre la mesa sirviendo los diferentes manjares del menú.
Al acabarse la cena, Nuria les dio las buenas noches a todos y se marchó a su habitación del servicio.
Nidia y Eduardo se levantaron a fregar los platos, mientras Manuela y Fabián charlaron.
Fabián: qué te parece Eduardo?
Manuela: sap! no está mal, es bastante guapo.
Fabián: más que yo?
Manuela: qué es lo que intentas hacer Fabián? por qué quieres facilitarme una cita con Eduardo?
Fabián: porque soy tu amigo, y lo único que quiero es verte feliz, y si este chico y tú os lleváis bien ¿quién sabe? igual hasta consigues tener una bonita historia de amor.
Manuela: ah! así que ahora eres mi amigo y cuando hace cuatro horas y un cuarto me has desnudado en mi habitación y me has tumbado en la cama para besarme ¿qué eras entonces?
Fabián: olvídate de eso, nunca debió ocurrir, fue un error por mi parte. Eduardo parece un buen chico, si sales con él y te gusta a lo mejor...
Manuela: a lo mejor me olvidó de ti?
Fabián: sí, yo estoy con Nidia y nada ni nadie debe interponerse entre nosotros.
Manuela: por qué lo has hecho?
Fabián: él qué?
Manuela: por qué me has besado en mi cuarto, cuatro horas y un cuarto antes de esta cena?
Fabián: porque estaba confundido y necesitaba desahogarme, no tenía clara mi relación con Nidia y no pensé en lo que hacía, pero ahora todo ha cambiado, ahora estoy más seguro que nunca de que Nidia es la mujer de mi vida.