SERIENUEVA-ALMAS ASESINAS/rondaba el año 2038.../serie de 5 temporadas

En la época actual Segismundo de más de 70 años, abrió los ojos otra vez, muy nervioso, agitándose sobre su cama, dando golpes con el puño cerrado sobre la almohada, llevándose la mano al pecho por unos pinchazos que sintió y echando una última mirada triste a una cruz de Jesucristo que había colgada en la pared...

flash-back.

Segismundo de 30 años de edad estaba con Nadia en el bosque del internado valle seco, ellos dos estaban besándose de pie apoyados junto a un árbol, mientras por la ventana les observaba la científica Lola Polaca, la novia de Segismundo en el colegio.
Lola salió del internado a su encuentro, esperó pacientemente cerca de ellos a que Segismundo dejara a Nadia a solas, Segismundo se alejó de Nadia durante unos segundos, ella se sentó en la hierba a esperar su regreso, cuando se acercó Lola a hablar con ella.
Lola: hola, puedo sentarme?
Nadia: claro, quién te lo impide?
Lola: sabes quién soy yo? soy la novia de Segismundo, me llamo Lola.
Nadia: la novia?
Lola: sí, sé lo que piensas, pero Segismundo y yo tenemos un trato, él hace lo que quiere con las que quiere por ahí, y yo me callo y le guardó las espaldas en su trabajo en los laboratorios frente a sus jefes, sé que no es un trato justo, pero es la única forma de poder estar cerca de él.
Nadia: en los laboratorios?
Lola: este no es un colegio normal, hay pasadizos secretos, tus compañeras prostitutas están encerradas allá abajo en urnas de cristal bajo un sueño profundo para ser utilizadas como cobayas en los experimentos, el encargado de todos esos experimentos es Segismundo, tú eres su próxima victima, si sigues con él, arruinaras tu vida para siempre.
Nadia: por qué me cuentas esto?
Lola: porque tú me caes bien, no eres como las demás, huye de aquí, vete antes de acabar encerrada en los pasadizos junto a tus compañeras, vete antes de que sea demasiado tarde y te enamores de Segismundo.
Nadia: tú estás enamorada de él?
Lola: sí, pero ojala no lo estuviera, Segismundo es el único hombre por el cuál me metí en la organización, por el cuál estudié en la academia y abandoné todo lo que quería en este mundo, mi familia, mis amigos, tú aún estás a tiempo de escapar, vete, antes de que sea demasiado tarde.
Lola se alejó de Nadia.
Segismundo se acercó a Nadia, con tres margaritas en la mano.
Segismundo: qué hacías con Lola?
Nadia: me ha dicho que era tu novia.
Segismundo le acarició la mejilla.
Segismundo: ella no es importante para mí, tú sí.
Nadia le sonrió.
Nadia: las flores son para mí?
Segismundo le afirmó con la cabeza entregándoselas.
Nadia las cogió entre sus manos.
Segismundo: Lola seguramente te habrá hablado mal de mí, no quiero que pienses que soy un monstruo, tengo motivos para hacer lo que hago, tengo que responder frente a mucha gente que espera mucho de mí, no puedo decepcionarles, pero... cuando estoy contigo todo cambia, cuando estoy contigo siento que podría ser mejor persona, mejor persona con todo el mundo.
Nadia abrazó a Segismundo.
Nadia: no me importa tu pasado, te quiero.
Segismundo: y yo, yo también te quiero.
Y Segismundo y Nadia se besaron ante la mirada penetrante de Lola.

fin del flash-back.

En la época actual, Segismundo de más de 70 años seguía profundamente dormido en su cama, parecía que al fin había podido relajarse y dormir un poco sobre el colchón de su cama...

flash-back.

Lola vio desde la ventana del internado valle seco como Segismundo acompañaba a Nadia hasta su coche blanco, ella se subía a él y se marchaba.
Segismundo entró en el internado y se encontró con Lola.
Segismundo: no sé que haces espiándome Lola, en los pasadizos tenemos trabajo atrasado ¿por qué no te vas a terminarlo y me dejas en paz seguir con mi vida?

Lola: claro, eso es lo que tú querrías, ¿verdad? que te dejara en paz para poder seguir viéndote con esa Nadia ¿qué pretendes con ella? ya es la tercera vez que la veo por aquí y todavía con vida, ¿por qué dejas que se vaya de este colegio sin haber sufrido ningún daño? ¿por qué?
Segismundo: no es asunto tuyo, ¿desde cuando tengo yo que darte explicaciones de lo que hago o dejó de hacer con las chicas con las que salgo? tu sitio está en los laboratorios, no aquí viendo cosas que podían hacerte mucho daño, luego me dices que soy yo que te hago sufrir y eres tú la que abres los ojos frente a cosas que tendrías que ignorar.
Lola: para ya!! vale? tú sabes todo lo que he dejado atrás por ti? no tienes ni idea! ni siquiera te importa! estoy harta! harta de verte feliz con esa otra, Nadia o como se llamé! yo... creí que podía aguantar pero... no, me voy a ir de aquí.
Segismundo: no sé donde, ¿ya has olvidado en que sitio estás metida? solo te voy a dar un consejo Lola, si consigues escapar de aquí con vida, no cuentes nunca a nadie nada sobre la organización, porque si nuestros jefes saben que has hablado de ellos, te encontraran y te eliminaran, lo sabes.
Lola: tú puedes conseguir que me quede, si dejas a las demás, yo lo olvido todo y me quedó.
Segismundo: que dejé a quienes Lola? por sino te has dado cuenta, ya hace semanas que con la única que me veo fuera de aquí, es con Nadia.
Lola: sí, lo sé, y por eso estoy preocupada por ti, ¿por qué no vas a la esquina a recoger a una nueva prostituta como hacías antes? es que no entiendo porque sigues viendo a Nadia, día tras día, día tras día, día tras día...
Segismundo: me importa 3 cominos lo que pienses tú sobre Nadia y yo, voy a seguir viéndola, estés de acuerdo con eso o no.
Lola: de acuerdo, de momento no me iré de la organización, pero olvídate para siempre de nuestros planes de futuro, ya no voy a ser nada más para ti Segismundo que otra compañera de trabajo cualquiera, no voy a seguir saliendo contigo sabiendo que me engañas con otra, si de verdad quieres que siga habiendo algo entre nosotros, haz que Nadia desaparezca de tu vida para siempre.
Segismundo la miró partiéndose de risa.
Lola: qué? por qué te ríes ahora?
Segismundo: porque nunca creí que me lo pusieras tan fácil para romper contigo, ¿en serio ya no somos novios? no sabes la pena que tengo por dentro!!-dijo él con ironía.
Lola: qué pasa? me estás diciendo que esa Nadia te gusta más que yo, eh?
Segismundo: no, te estoy diciendo simplemente, que Nadia me gusta y tú no, si quieres romper conmigo te lo agradecería de mil amores, tú solo me haces falta en los laboratorios, mientras sigas trabajando tan bien como hasta ahora en los laboratorios, me da igual lo que hagas con tu vida.
Lola: qué te está pasando Segismundo? eh? tú nunca antes me habías hablado así, tú nunca antes habías puesto a ninguna de las demás prostitutas con las que habías estado por encima de mí.
Segismundo: Nadia no es como las otras, es diferente.
Lola: no vas a someter a Nadia al experimento? si sigues viéndola y no encierras a Nadia en una urna de cristal igual como has hecho con las demás, nuestros jefes te pedirán explicaciones, te pueden expulsar de la organización.
Segismundo: que se atrevan, Nadia se queda donde está, nadie va a llevarla a la urna.
Lola: estás enamorado de ella? es eso? tú no sabes nada de esa Nadia! cómo sabes que no te ha mentido sobre su vida? cómo? en esta organización trabaja muchísima gente, ¿le has contado a Nadia algo sobre los pasadizos? si sigues viéndote con ella puedes meternos en grandes problemas a todos!
Segismundo: cállate! cállate! ya pueden venir 100 hombres armados hasta los dientes a torturarme, no pienso dejar de ver a Nadia, ni por ti, ni por la organización, ni por nada en este mundo.
Lola: y qué hay de nosotros? nunca has sentido nada por mí? nunca he sido importante para ti?
Segismundo: no, nunca.
Lola comenzó a llorar sin poderlo evitar.
Lola: te odio! te odio!
Lola levantó la mano para pegarle una bofetada a Segismundo con rabia, pero antes de que le llegara a tocar la cara, él le cogió de la muñeca y le paró el golpe.
Segismundo: no te atrevas a pegarme!
Lola le miró a los ojos asustada, bajando su mano y pegándosela a su cintura.
Segismundo: nuestros jefes solo quieren a una cobaya más para una urna más, nunca me han especificado a que mujer quieren y van a tener a una victima para ocupar esa urna, vas a pagar muy caro haberte atrevido a levantarme la mano...
Segismundo miró a Lola a los ojos, ella quedó hipnotizada por él y se desmayó dormida en sus brazos, Segismundo cargando con ella fue hasta la biblioteca del colegio, tecleó en cualquier ordenador el código secreto: *55555*.
El tobogán metálico se abrió bajo sus pies, llegó a los pasadizos con Lola dormida, paseó con ellos hasta llegar a una sala donde había 12 urnas de cristal, con mujeres dentro dormidas, sostenidas en el aire mientras les proyectaba bajo sus pies y sobre su cabeza una especie de luz.
Segismundo abrió la urna nº 13, que estaba vacía y tenía una pegatina blanca a su lado donde ponía el nombre de: Nadia Bosque.
Segismundo encerró a Lola, dentro de esa urna, apretó unos cuantos botones y la luz se encendió sosteniéndola a ella flotando en su interior al igual que a las otras 12.
Segismundo cambió la pegatina de Nadia por una nueva en la que ponía: Lola Polaca.
Y él se fue de aquella sala y de los pasadizos, utilizando las escaleras de piedra hacia la entrada secreta del armario de su dormitorio en el colegio.

fin del flash-back.

En la época actual, Segismundo de más de 70 años se encontraba largo sobre la cama de su habitación del internado valle seco, había dormido durante toda la noche, y ahora se encontraba totalmente recuperado, él se despertó, se destapó, y sentado sobre su cama, sacó una fotografía vieja del cajón de su mesita, donde salía una mujer joven con una margarita en su cabellera y dos margaritas cogidas en su mano.
Segismundo mientras la miraba, pensó en voz alta.
Segismundo: Nadia, te echo tanto de menos ¿dónde estarás ahora? ¿dónde?

flash-back.

Segismundo de 30 años de edad estaba en el despacho del director del internado valle seco. José Luis Puertas.
Segismundo: para que me has hecho llamar?
José Luis: adelante, pasa, quiero hablar contigo.
José Luis abrió la pantalla de un viejo ordenador que tenía en su despacho.
José Luis: hay que ver lo increíbles que son estas máquinas, uno puede buscar información sorprendente con ellas, y pensar que todavía no son accesibles a todo el mundo, y menos la clase de ordenadores que usamos en la organización, son modelos únicos que no existen ni siquiera ni en el mercado ¿tú crees que habrá una época en la que todo se podrá hacer por ordenador?
Segismundo: si me has llamado para hablar obre tecnologías modernas, estás perdiendo el tiempo, en los laboratorios tengo cosas más importantes que atender.
José Luis: tus padres y los míos eran amigos de juventud, todos ellos son directivos de esta organización, tú y yo hemos sido educados bajo las influencias de la organización del crimen, hemos sido estudiantes y profesores, hemos visto alzarse al edificio cuando aún eran pedazos de ladrillos y ahora además yo soy el director y tú el jefe científico de los laboratorios, ¿qué nota sacaste en todas las asignaturas de la organización cuando fuiste estudiante? eh dime?
Segismundo: matricula de honor.
José Luis: exacto, matricula de honor en artes marciales, en seducción, en informática e ingeniería, en manejo de armas, en psicología e hipnosis, en creación de venenos, en mentira y engaño y dime Segismundo, después de tantos años ¿de qué te han servido tantas matriculas eh? yo saqué en todas suficiente, algún que otro bien y un notable por pura chiripa, y ya ves, soy el director de todo.
Segismundo: El puesto de director se obtiene por descendencia familiar no por notas altas, aunque hubieses suspendido todas, si hubieras podido sobrevivir al encierro de las mazmorras, aún así, serías director.
José Luis: lo sé, pero... en serio ¿tanta matricula de honor y no eres capaz de percibir cunado una mujer te enreda?
Segismundo: de qué estás hablando?
José Luis: de Nadia, acércate conmigo al ordenador, tengo algo que mostrarte.
José Luis tenía al lado del modelo antiguo de ordenador una especie de balanza, allí encima puso un pañuelo blanco de flores.
José Luis: es un programa nuevo diseñado por mí, ya sabes que la familia Puertas inventaron los ordenadores, bueno... casi. El programa es capaz de averiguar todo lo relacionado con una persona a través de su olor corporal, pongo este pañuelo de Nadia aquí en la balanza y el ordenador me dice todo sobre su vida, con fotos, cuestionarios, informes sobre sus enfermedades de niñez, sobre sus gustos personales, todo.
Segismundo: yo no necesito saber nada sobre el pasado de Nadia, no me importa, además sé quién es, es una simple prostituta que recogí en la calle y de la cuál me he enamorado.
José Luis: una simple prostituta, no, no lo es. Mira la pantalla. Este programa tiene una fiabilidad del 86%, veamos que pone, Nadia Bosque, agente de policía, recién salida de la academia, única hija del capitán de la comisaría de la ciudad, excelentes relaciones con sus compañeros de la academia de policía ¿qué, sigo leyendo o ya es suficiente?
Segismundo cogió la balanza desenchufándola, y la tiró al suelo haciendo que ésta sufriera un cortocircuito.
José Luis: vas a terminar con ella ahora que sabes quién es realmente?-le preguntó José Luis sin inmutarse ni lo más mínimo por la destrucción de la balanza.
Segismundo: Nadia no va a delatarme aunque sea policía, me quiere y yo a ella.
José Luis: no lo entiendes, verdad? en la organización somos todos criminales, no puedes mantener una relación con una policía, los policías son nuestros enemigos.
Segismundo: ella es diferente, déjame hablar con ella, dame tiempo para hablar con ella.
José Luis: si tú no matas a Nadia, lo hará otra persona de la organización, ¿de verdad quieres que la maté un desconocido que la torturé antes de la muerte?
Segismundo: por favor, en nombre de todos los años por los que hace que nos conocemos, dame tiempo para hablar con ella.
José Luis apagó la pantalla del ordenador.
José Luis: está bien, no diré nada a nuestros jefes, pero más te vale que soluciones este tema rápido, si la organización se ve descubierta por tu culpa, pagarás por ello, y te puedo asegurar que no daré la cara por ti.
Segismundo salió del despacho del director.
Nada más salir, él sacó el móvil de su bolsillo y llamó a Nadia.
Segismundo: Nadia, tenemos que vernos, es urgente, ven lo antes posible al colegio.

fin del flash-back.

En la época actual, Segismundo de más de 70 años acababa de entrar al cuarto de baño, se miró al espejo, abrió el armarito y tomó un par de vitaminas con el agua del grifo, se lavó la cara y se la secó varias veces con la toalla... y mientras una lágrima resbalaba por su mejilla viajó atrás en sus recuerdos.

flash-back

Segismundo vestido de paisano se acercó hasta la comisaría de la ciudad.
Él entró dentro del edificio y se paseó por allí como una persona cualquiera, al fondo de un pasillo, vio a Nadia, con su uniforme de policía, al lado de otra persona vestida también de uniforme, un hombre, algunos años mayor que ella. Segismundo a lo lejos vio como ellos dos se besaban en la boca.
Él al verlo, se sintió dolido y en silencio dio media vuelta para marcharse sin decir nada, pero Nadia lo vio y lo llamó, corriendo tras él.
Nadia: Segismundo!!
Segismundo se detuvo y se acercó a ella.
Nadia: hola.
Segismundo: quién era ese al que le acabas de dar un beso?
Nadia: mi novio, fue mi instructor cuando me saqué el titulo de policía en la academia, allí nos conocimos, nuestras familias son viejos conocidos y lo teníamos todo preparado para casarnos dentro de 5 meses.
Segismundo: vaya! parece ser que no soy el único de los dos que tiene secretos.
Nadia: acabamos de romper... no voy a casarme con él, yo te quiero a ti.
Segismundo se adelantó y le puso las manos delante a Nadia cerradas en dos puños, en posición para que ella le pusiera las esposas.
Nadia: qué haces?
Segismundo: eres policía y yo soy criminal, detenme.
Nadia: no digas chorradas!-dijo ella dándole un suave golpe en sus manos para bajárselas y cambiarle la posición de éstas.
Nadia y Segismundo se miraron a los ojos.
Nadia: cómo has descubierto que era policía?
Segismundo: soy miembro de la organización secreta del crimen, no te imaginas la de maquinaria moderna que utilizamos en el colegio, aparentemente tienen el aspecto de un ordenador de la época actual pero por dentro son super complicados de manejar. Claro que de eso no te das cuenta sino los enciendes y usas una contraseña secreta.

Nadia: desde cuando existe la organización esa? Cuando yo me metí en este caso y me hice pasar por prostituta para averiguar donde estaban las más de 10 chicas que habían desaparecido, me imaginaba que eras un asesino que las había descuartizado y había tirado sus restos a la basura o dado de comer a los perros de una perrera, pero esto es algo más gordo ¿dónde estás esas chicas? siguen vivas?
Segismundo: sí, aunque no sé por cuanto tiempo. Cuando hace unos días quedamos en el colegio, te entregué unos documentos impresos en papel supersecretos sobre todos los tejemanejes de la organización secreta del crimen, ¿qué has hecho con ellos?
Nadia: el único policía que los ha visto ha sido mi padre, pero fue por accidente, me registró el bolso al volver a casa, no se fía de ti y francamente no me extraña. ¿por qué me lo distes?
Segismundo: porque necesitaba saber si de verdad había algo de verdad en todo lo que ha pasado entre nosotros. Cuando el director de la organización me mostró en la pantalla del ordenador que eras policía, quería ponerte a prueba, por eso te cité en el colegio para contarte toda la verdad. Nadia, estoy en tus manos. Tienes en tu poder información ultrasecreta que yo mismo te he entregado, si pones al corriente a toda la comisaría puedes cerrar el colegio y eliminar la organización secreta del crimen.
Nadia: y qué pasara con nosotros si lo hago?
Segismundo: lo sabes perfectamente, acabaría encerrado tras las rejas y puede que nunca jamás fuera capaz de perdonarte tu traición. Claro que si tú en realidad no me quieres, eso no debería importarte.
Nadia: ya no tengo esos documentos, los quemé, aunque mi padre al verlos ha abierto un expediente en contra de ti, le he pasado el caso a él, esto ya no depende de mí Segismundo. Sino le cuento todo lo que sé a mi padre, me convertiré en cómplice de todos vuestros crímenes, tengo que huir de aquí, sino mi padre podía perder su trabajo por negarse a detenerme.
Segismundo: eso quiere decir que no vas a delatarme?
Nadia lloró.
Nadia: no, no puedo delatar al hombre que quiero, y menos aún al padre de mi futuro hijo.
Segismundo: cómo has dicho?
Nadia: estoy embarazada, voy a tener un hijo tuyo.
Nadia siguió llorando y Segismundo la abrazó para consolarla.

fin del flash-back.

En la época actual, ya se había hecho de día, la campana que anunciaba el principio de las clases sonó.
Diego estaba con su uniforme negro y gris de la organización dentro del aula con el resto de sus compañeros, en clases de manejo de armas (pretecnología).
El sustituto de Manuela, recién salido de la academia, estaba frente a la pizarra dando la clase, exponiendo algo sobre como utilizar un arma que tenía en sus manos, descargada.
Diego no dejaba de mirar hacia un pupitre vacío del aula, el sitio que normalmente solía ocupar Esmeralda, la hija de Fabián y Manuela (la difunta profesora de manejo de armas).
sustituto: Diego, Diego!!
Diego: sí, perdona?
sustituto: se puede saber en que año y siglo estás? porque desde luego en el 2038 y en siglo XXI, no!!
Diego: pues mira por donde se equivoca, si que tenía la cabeza en el año actual, solo había retrocedido a unos meses atrás, al momento en que estas clases tenían algún sentido y estaban al frente de Manuela Terrón.
sustituto: ya, todos sabemos de los hallazgos como profesora de Manuela Terrón.
Diego: no hablé así de ella como si hiciera 10 años que hubiese muerto, ni siquiera ha pasado un año de su muerte, nunca ha conocido a Manuela personalmente, yo sí y todos los que están ahora en esta clase, también.
sustituto: ya veo que Manuela era una profesora muy querida en este colegio.
Diego: Manuela era una profesora querida y respetada, cuando ella estaba viva todos los alumnos se sentaban en sus sillas en silencio a las 8 menos 1 minuto, y cuando sonaba la campana del final de la clase, nadie salía del aula si ella no salía antes, y si con la tontería pasaban 10 o 15 de minutos de más a nadie le importaba.
sustituto: Diego, soy consciente de lo mucho que echas de menos a Manuela, pero yo solo estoy haciendo mi trabajo e intentando dar una clase, no puedo hacer nada más, lo siento de verás.
Diego: por lo menos podía intentar dar una clase en condiciones, todo lo que ha dicho hasta el momento son datos erróneos.
sustituto: cómo lo sabes sino has prestado atención en nada de lo que he dicho desde que he entrado al aula?
Diego: si hubiera dicho algo interesante mi sexto sentido se hubiera afinado y espabilado a escuchar al segundo, eso lo puedo asegurar.
sustituto: no has dejado de mirar durante toda la hora a esa silla vacía. Quién se sentaba allí cuando Manuela estaba viva, tu novia?
Diego: mi novia? ¿qué clase de sustituto eres que no estás al corriente de los cotilleos de la organización? mi novia era entonces, es y será la hermana pequeña de Manuela, otra profesora, Azucena.
sustituto: tu novia es Azucena? tengo entendido que ella abandonó la organización hace 2 meses para casarse con el director del internado enemigo.
Diego: Azucena solo se ha casado con Germán por interés, en realidad me quiere a mí, y no ha abandonado nada, solo está en el internado enemigo luchando por su salud, en cuanto consiga un antídoto volverá.
sustituto: tú eres un alumno y tienes 16 años y Azucena es una profesora de 35 ¿a Manuela le parecía normal esta relación?
Diego: no, pero la consentía por amor a su hermana, y siempre me amenazaba de muerte si había problemas en nuestra relación porque no quería que Azucena sufriera por mi culpa, pero nunca me enfadé con ella por eso, al contrario, yo sabía que ella lo hacía pensando solo en nosotros. Desde que Manuela murió que Azucena no volvió a sonreír, no como lo hacía cuando ella estaba viva.
sustituto: veo que tenías una relación muy estrecha con Manuela, pero sigo teniendo curiosidad por saber quién se sentaba en esa silla que ahora está vacía y no dejas de mirar.
Diego: Esmeralda, Esmeralda Amadeo, la hija mayor de Manuela y su marido Fabián, no ha asistido a clase de manejo de armas desde la muerte de su madre.
sustituto: yo... lo siento por ella, si falta a una clase más puede perder todo el curso entero, incluso puede acabar encerrada en las mazmorras, aunque siendo su padre unos de los profesores que tiene las llaves...
Diego: yo debería hacer lo mismo que ella, esta clase no tiene ningún significado para mí si Manuela no está al frente de ella.
sustituto: no puedes hacer esto, no puedes abandonar esta clase, ¡eres el mejor disparador de todo tu curso!
Diego: cuando Manuela murió, quise seguir asistiendo a esta asignatura para brindarle un homenaje a ella, en cierta forma era una manera de seguir recordándola, pero... ahora me doy cuenta que no vale la pena, el sacrificio es demasiado grande como para seguir en el empeño.
Diego se levantó y salió del aula en silencio. Todos los demás alumnos en su interior abrieron los libros, marcaron en la rueda antigua que simulaba un teclado telefónico con letras y números el código secreto para que el contenido de sus páginas cambiara: OSC 666 OSC.
Al salir del aula, Diego fue directo hasta el despacho de dirección donde estaba Fabián.
Fabián: hola Diego ¿qué pasa? ya ni tocamos a la puerta ni saludamos al entrar a mi despacho? vale que tú y tengamos confianza pero aún así hay ciertas normas que debemos seguir, no?
Diego le miró sin responder.
Fabián: estaba bromeando ¿qué ha pasado Diego?

Diego: quería pedirte un favor, es algo muy importante para mí, para ti y para tu hija Esmeralda.
Fabián: qué es lo que quieres Diego?
Diego: quiero que me nombres como profesor oficial de manejo de armas de este colegio.
Fabián: qué? estás loco? las practicas como profesor en el colegio no se hacen hasta la mayoría de edad, algunos alumnos aventajados han empezado a ejercer como tal a los 17 años, pero tú todavía no los has cumplido.
Diego: por favor, sabes de sobras que tengo conocimientos y que estoy capacitado para dar las clases, déjame ser el profesor a mí.
Fabián: si te esperas 1 año y medio puedes ser el profesor con todas las de la ley.
Diego: es demasiado tiempo, no quiero aguantar otro año a más sustitutos de Manuela, ¡son insoportables!
Fabián: los sustitutos van cambiando actualmente porque no encuentro a ninguno que tenga el nivel suficiente como para ser permanente, pero... tú lo has dicho, 1 año es mucho tiempo, quizás en ese tiempo encontremos a alguien.
Diego: no vamos a encontrar a nadie con el nivel de Manuela y lo sabes, no pienso volver a clase sino es siendo yo el profesor y Esmeralda va a perder el curso entero como siga sin presentarse a la asignatura, por favor, haz una excepción conmigo y déjame ser el profesor.
Fabián: está bien, pero con una condición, si tú eres el profesor, tienes que convencer a mi hija para que vuelva a las clases.
Diego: claro, no hay problema, ya tenía intención de hacerlo incluso antes de que tú me lo propusieras...
Minutos después... Diego pasó por el cuarto de Esmeralda...
Esmeralda estaba sentada en su pupitre mientras escribía en su diario, cuando vio aparecer a Diego en la puerta, lo cerró de inmediato.
Esmeralda: qué haces aquí Diego? Diana te estaba buscando antes, la pobre está desesperada por ti, ¿no vas a ir a buscarla para consolarla?
Diego entró al cuarto y se sentó al lado de Esmeralda.
Diego: sabes perfectamente que yo de Diana, pasó.
Esmeralda: creía que también pasabas de mí.
Diego: según para que cosas.
Esmeralda: qué quieres Diego?
Diego: esta mañana no te he visto en clase de manejo de armas.
Esmeralda: he estado hablando con mamá, rezando en la capilla, ya sabes.
Diego: deberías ir a la próxima clase de manejo de armas que haya, hay novedades que te van a interesar.
Esmeralda: de qué hablas?
Diego: le he pedido permiso a tu padre, a partir de este mismo momento soy el nuevo profesor oficial de manejo de armas de la organización del crimen.
Esmeralda: me estás tomando el pelo? no se puede pasar de alumno a profesor hasta que no se cumple la mayoría de edad, y tú no tienes ni los 17.
Diego: y qué? el director de la organización y yo somos amigos y conmigo va a hacer una excepción.
Esmeralda: en serio mi padre va a dejar que tú des las clases como profesor?
Diego: en serio, y la clase no va a empezar hasta que no te vea entrar a ti en el aula, te lo prometo.
Esmeralda: no sé Diego, no me apetece ir a clase si sé que no va a estar mi madre, son demasiados recuerdos ¿lo entiendes, verdad?
Diego: sí, pero es una verdadera lástima que no vayas a clase, a mí me encantaría verte allí.
Diego se levantó de la silla, se acercó a Esmeralda, y la besó en la mejilla.
Diego: por favor ven a clase, voy a estar esperándote.
Y Diego salió del cuarto de Esmeralda sin añadir nada más.
Pasadas unas horas, Fabián salió de su despacho y entró al cuarto en donde estaba durmiendo su hija pequeña Flora, la bebé a la que había dado a luz Manuela antes de morir.
El se acercó a la cuna, pero al lado de ella, vio en el suelo tirado desmayado a su padre, Fabián se acercó a ayudarle a levantarse muy asustado por él.
Fabián: papá, papá ¿qué te pasa?
Segismundo abrió los ojos.
Segismundo: no es nada, tranquilo hijo, solo quería despedirme de mi nieta Flora, por eso he pasado por aquí para verla por última vez.
Fabián: por última vez? de qué hablas? papá, Flora es tu nieta, vas a poder seguir viéndola siempre que quieras, ella está viva gracias a ti, tú la sacaste con vida del vientre de Manuela.
Segismundo: no lo entiendes hijo, yo ya no aguanto más, siento que ya ha llegado mi hora, solo espero que cuando yo falté no olvides nunca que siempre hice todo para que tú tuvieras lo mejor de mí.
Fabián: papá no hables así, tú no vas a morir, no vas a morir ¿me oyes?
Segismundo: cumple lo que te dije hijo, busca a tu madre y háblale de mí y destruye la máquina del tiempo, y todo saldrá bien.
Fabián: qué busqué a mi madre? pero háblame de ella! las cartas que me escribió nunca tenían remitente, yo no sé nada de ella, te necesito papá, te necesito para poder encontrarla.
Segismundo: hijo estoy muy débil, yo sabía que este momento se acercaba, he buscado en internet información sobre tu madre, creo que puede encontrarse en la residencia "Corazón renovado", visítala, y háblale de mí.
Fabián: pero papá no te entiendo, mi madre no puede seguir viva, o sí... pero... ¿qué fue eso que me dijiste anoche sobre que ella tenía el don de la inmortalidad?
Segismundo: búscala y habla con ella, cuando la veas, lo entenderás.
Segismundo rozó la mano de su hijo, cerró los ojos y giró la cabeza para un lado.
Fabián lo abrazó llorando.
Fabián: papá, no, nooooooooooooo!! por favor, no te mueras, no me puedes dejar todavía, no te mueras, no te mueras papá...
Fabián siguió llorando unos cuantos minutos más, abrazado al cuerpo inmóvil de su padre, junto a la cuna de la bebé pequeña Flora, que no paraba de llorar.
Mientras... en el asilo "corazón renovado".

Una enfermera joven y rubia salía de la habitación después de visitar a una anciana que casi ni hablaba.
La enfermera terminó su jornada laboral, salió del asilo y se subió al coche conduciéndolo hasta su casa en un apartamento, entró dentro con las llaves, encendió las luces de todos sus cuartos, llegó hasta el dormitorio, vio a una mujer igual que ella durmiendo acostada en la cama, ella se sentó al lado de ella sobre las sábanas.
Miró a la cara a la mujer que era idéntica a ella y estaba durmiendo sobre la cama sin moverse.
La enfermera joven y rubia se deshizo el moño de su cabello y se quitó un alfiler dorado con trozos de purpurina verde, al final del alfiler había como un microchip informático pegado al hierro.
La enfermera tocando este alfiler entre sus manos, retrocedió en el tiempo, y recordó el momento de como había llegado ese alfiler a su vida.

flash-back.

En una sala de los pasadizos del internado valle seco, estaba Nadia pariendo con ayuda de Segismundo como médico.
Nadia empujaba para dar a luz a un niño, mientras Segismundo intentaba ver cuando asomaba la cabeza para traerlo al mundo.
El niño nació, Segismundo lo cogió en brazos y lo lavó, envolviéndolo en una toalla, después.
Segismundo dejó al niño en una cuna y se acercó a cogerle la mano a la madre.
Segismundo: tranquila, todo está bien, el niño ha nacido sano.
Nadia: gracias, gracias por cuidar de mí en estos 8 meses y medio, no sabía a quien acudir, y no quería que le pasara nada a mi hijo.
Segismundo: es lo menos que podía hacer por la madre de mi hijo.
Nadia: ahora que ha nacido nuestro hijo, no puedo seguir encerrada aquí abajo, y tampoco puedo volver a mi casa, nadie puede saber donde estoy, ni que sigo con vida, no puedo seguir trabajando como policía, ni siquiera puedo ser yo misma, tengo que cambiar de nombre, tengo que dejar mi vida atrás por completo, si me encuentran será mi fin.
Segismundo: lo siento, lo siento mucho Nadia, si te hubieras alejado de mí la primera vez que yo te devolví a la esquina en donde te conocí, ahora no serías una fugitiva de la ley, sin nombre, sin trabajo, sin casa, sin familia y sin vida.
Nadia: mi familia sois tú y mi hijo, todo lo demás no me importa, ni lo quiero ni lo necesito.
Segismundo: hay una manera de esconderte de todo el mundo cambiando no solo tu nombre, sino también tu apariencia externa, toma este alfiler, no lo pierdas, es muy importante.
Nadia: qué es?
Segismundo: es uno de mis inventos ¿conoces el cuento de la bella durmiente? durmió durante 100 años permaneciendo joven hasta la llegada del príncipe, este invento es una manipulador de identidades, si pinchas a alguien con este alfiler esa persona pasa a dormir durante 2 semanas, en esas dos semanas tú tomas la vida de esa persona, la persona en cuestión no sufre daño alguno y al despertar no recuerda nada, a las 2 semanas deberás apoderarte de la identidad de otra persona y así sucesivamente, puedes hacer tantos cambios como quieras, al tomar la vida de la otra persona lo adquieres todo sobre ella, su aspecto, sus recuerdos y sus estudios, todo. Nadie podrá encontrarte gracias a este alfiler porque tú ya no existirás en este mundo, por lo menos no como tú misma.
Nadia: de verdad? y me regalas el alfiler para mí?
Segismundo: sí, es tuyo.
Nadia abrazó a Segismundo.
Nadia: te quiero, mi padre nunca entendió porque dejé a Agustín mi novio por ti, por un asesino, pero yo sé que no me equivoqué en mi elección, no me importa a cuantas personas hayas matado hasta ahora, yo sé que puedes cambiar, y que lo vas a hacer por nuestro hijo, para ser un buen padre con él ¿lo harás, verdad?
Segismundo: qué?
Nadia: quiero que mi hijo se quedé contigo, no puedo llevármelo conmigo, si me lo llevo al utilizar el alfiler cada dos semanas tendría una madre diferente ¿no crees que sería muy confuso para él? sé que a tu lado estará a salvo. Dime que lo cuidarás.
Segismundo: Nadia, yo...
Nadia: prométemelo, tú eres su padre, prométeme que nunca dejaras que te separen de él.
Segismundo: lo prometo, a partir de ahora me encargaré de mi hijo.

fin del flash-back.

De vuelta a la época actual. La enfermera joven y rubia con el alfiler en sus manos, el manipulador de identidades, se volvió a hacer un moño con su cabello para ocultarlo, y miró a la mujer clavada a ella acostada en la cama durmiendo.
Nadia: solo faltan 3 días, 3 días, y me apoderaré de la identidad de otra persona.

FIN DEL CAPITULO 27

CAPITULO 28
SEXTO DE LA TERCERA TEMPORADA

CATÁSTROFE

Una semana y un día después de la muerte de Segismundo Amadeo.
Fabián, su hijo, estaba en el cementerio apartado del bosque del internado valle seco.
Fabián estaba arrodillado ante varias lápidas, con un ramo de rosas rojas entre sus manos, en una de ellas rezaba el nombre de su padre.
Fabián lloró discretamente, dejando que unas tímidas lágrimas mojaran sus ojos momentáneamente.
Fabián escuchó unos pasos tras de él, alguien se le acercó, Diego, que le puso la mano sobre el hombro en silencio al verle.
Fabián se giró hacia él y miro a Diego a los ojos, e intentando sonreír, dijo.
Fabián: voy a tener que hacer una parcela privada en el cementerio del internado solo para mi familia, primero mi hija Rubí, que se cortó las venas con unas tijeras por culpa de Jorge, al que no vale la pena ni que lo nombremos, después mi esposa Manuela y ahora mi padre ¿quién va a ser el siguiente?
Diego: no sé como vamos a sobrevivir en los laboratorios de los pasadizos secretos sin la supervisión de Segismundo, era el mejor científico de todos.
Fabián: voy a tener que cumplir las dos promesas que le hice a mi padre antes de su muerte, la de buscar a mi madre y encontrarla y la de destruir la máquina del tiempo para siempre.
Diego: ya fuiste hasta el asilo "corazón renovado"?
Fabián: sí, pero cualquiera de las ancianas que se alojan allí podría ser mi madre, ni siquiera sé si sigue llevando el mismo nombre, en todo el asilo no hay ninguna anciana que tenga los mismos rasgos físicos de mi madre, no sé, a lo mejor mi padre se equivocó al darme la dirección de ese asilo.
Diego: y de verdad vas a destruir la máquina del tiempo?
Fabián: sí, se lo prometí a mi padre, además él tenía razón, no puedo seguir toda la vida atado al pasado, tengo que afrontar el presente y el futuro, aunque éste ahora sea un asco vivirlo.
Diego: por lo menos todavía tienes un futuro, Segismundo siempre te decía que sino destruías la máquina del tiempo podía ocurrir una catástrofe y abrirse un agujero negro en el universo y destruirlo todo.
Fabián: si, si eso llegara a pasar sería el fin del mundo, claro que eso solo podía pasar si mi yo del pasado y mi yo del futuro se encerraran en una habitación y tuvieran contacto directo, o bien si alguien del pasado se colara en la máquina del tiempo y me lo trajera conmigo sin saberlo a la época actual.
Diego: tú eres muy cuidadoso cuando usas la máquina del tiempo, y con el traje espacial puesto nadie te oye ni te ve, pero... una vez destruida causara menos problemas.
Fabián: no debí fabricarla, a mi padre nunca le gustó la idea, yo quería saber la verdadera historia de mi pasado, pero ahora pienso que hay cosas que es mejor no saberlas.
Diego: cuando vas a destruir la máquina del tiempo?
Fabián: cuando vuelva de mi último viaje al pasado, viajare por última vez y me despediré de Manuela para siempre y luego la desmontaré.
Tras un corto viaje hacia el pasado...
Pasados unos minutos, Fabián estaba en su cuarto del internado besando a su esposa Manuela embarazada, cuando se separó de ella, le acarició el cabello y con ganas de llorar, le dijo.
Fabián: ven, tengo algo que decirte.
Fabián y Manuela se sentaron sobre la cama de matrimonio.
Manuela: qué te pasa? estás muy raro, te preocupa algo?
Fabián: no, solo quiero decirte que... tú has sido muy importante para mí en la vida, quería darte las gracias por haberte casado conmigo.
Manuela: no digas tonterías, después de todo lo que hemos pasado casi es un milagro que tú y yo nos hayamos casado, siempre quise casarme contigo pero como tú nunca diste importancia a lo que yo sentía por ti creía que nunca ib a conseguir tenerte como marido, y que al final me iba a tener que casar con cualquier otro, lo cuál hubiera sido una verdadera lástima porque aunque conocí a muchos otros mientras tú te divertías con tu novia Nidia, yo sabía que no quería formalizar una familia con ningún otro hombre que fuera menos que tú.
Fabián: Nidia, sí, cuando yo la dejé plantada en el altar al regresar una vez terminada mi carrera de psicología en el extranjero, me contaron que alguien, un miembro de esta misma organización hipnotizado porque si lo hubiera hecho consciente lo hubieran torturado, tuvo una pelea con ella y la estranguló con su propio velo de novia matándola, nunca me dijeron quién había sido, aunque seguramente fuera alguien con quién no tendría mucha relación.
Manuela: sí, seguramente.
Fabián: por suerte el destino acabó por juntarnos a nosotros dos, no quiero ni pensar como hubiera sido mi vida si me hubiese llegado a casar con Nidia.
Manuela: ni yo, sabes cuál fue la primera vez en la que me enamoré de ti?
Fabián: cuál?
Manuela: cuando yo tenía 7 años y tú 9, y me salvaste de esos 3 gamberros de 10 años que pretendían asustarme llevando máscaras de halloween puestas, tú te peleaste con ellos y me dijiste que desde entonces serías mi mejor amigo, desde ese momento supe que tú tenías que ser algo más que un amigo para mí cuando fuéramos mayores.
Fabián: todavía te acuerdas de ese día? tienes mejor memoria que yo, yo ni siquiera me acuerdo de las caras de los gamberros de 10 años que te molestaron ese día.
Manuela: no importa, yo sé que entonces solo era una amiga para ti, pero tenía la esperanza de que eso algún día cambiara.
Fabián: te quiero Manuela, toda la vida los dos en el internado estudiando juntos, y nunca pensé que llegara un día en que te mirara a la cara y te dijera esa frase, te quiero Manuela.
Fabián abrazó a Manuela.
Manuela: a lo mejor si mi madre no se hubiera cruzado antes en tu camino, tú y yo podíamos haber estado juntos desde el principio.
Fabián: a lo mejor... tu madre solo fue una ilusión para mí, yo tenía 15 años y ella casi 40, yo era un crío a su lado, que hubiera pasado algo entre nosotros era algo impensable.
Manuela: conozco a personas que han estado juntos a pesar de la diferencia de edad ¿nunca has pensado que hubiera pasado si le hubieras dicho alguna vez cuando tenías 15 años a mi madre lo que sentías por ella?
Fabián: alguna que otra vez.
Manuela: nunca ocurrió nada entre ella y tú, verdad?
Fabián: no, nunca.
Manuela: seguro?
Fabián: seguro, pero... no pensemos en eso ahora, lo importante ahora es que nada nos va a separar, tú siempre estarás conmigo en mi corazón y cuando nazca nuestra hija, porque sé que va a ser una niña, será un bebé precioso que me llenara de alegría.
Manuela le sonrió.
Fabián la besó y la abrazó con amor...
Fabián: voy a recordarte siempre Manuela, siempre, suceda lo que suceda.
Tras unos segundos... Fabián volvió del pasado a la época actual, con su máquina del tiempo, la imagen del ovni con lucecitas rojas, azules, rosas y verdes se distorsionó y volvió a hacerse nítida dentro de los pasadizos secretos del futuro, año 2038, frente a la mirada sorprendida y atónita de una adolescente de 16 años, Esmeralda.
Esmeralda: hala! que guay! Diego ya me había hablado de ella, pero nunca había tenido la oportunidad de ver una máquina del tiempo desde tan cerca.
Fabián salió de la máquina del tiempo y se quitó el traje espacial.
Fabián: hija, no deberías de estar aquí. Vete a clase, necesito estar solo para destruir la máquina del tiempo.
Esmeralda: destruirla? en serio vas a destruir la máquina del tiempo?
Fabián: sí, se lo prometí al abuelo antes de su muerte, tengo que cumplir la promesa.
Fabián cogió una llave inglesa para destornillar dicha máquina y se dirigió hacia ella, pero Esmeralda lo detuvo.

Esmeralda: espera papá, antes de destruir la máquina del tiempo quiero pedirte un favor.
Fabián: cuál?
Esmeralda: quiero hacer un viaje, los dos juntos, quiero que me acompañes 30 años atrás, a cuando tú tenías 15 años.
Fabián: yo ya he viajado a esa época, cuando tú me entregaste el diario de tu abuela materna ¿recuerdas? por esa razón construí la máquina, para saber realmente lo que había ocurrido entre Flora y yo durante mi juventud ¿para que quieres ir hasta allí?
Esmeralda: para lo mismo que tú, para volver a ver a Flora.
Fabián: qué?
Esmeralda: bueno en mi caso para verla por primera vez, mamá y tú siempre me habéis dicho que era una mujer muy guapa y nunca he sabido nada de ella porque murió años antes de que yo naciera, cuando mamá tan solo era una adolescente.
Fabián: puedo enseñarte fotos de ella, no hace falta el viaje.
Esmeralda: no es lo mismo! yo quiero verla en persona! por favor, aunque solo sea verla de lejos.



Fabián: de acuerdo, tengo otro traje espacial de reserva para ti, solo fabriqué dos. Cuando una persona lo lleva sobre su piel tanto el traje como la persona en cuestión son invisibles al oído y a la vista, aunque solo lo son cunado se encuentran fuera de época, y el traje sin que lo llevé puesto nadie, pierde su don mágico. Te lo puedo prestar si quieres.
Esmeralda: perfecto.
Fabián: pero va a ser un viaje rápido, nada de entretenernos por el camino, llegamos, la ves y nos vamos.
Esmeralda: claro, claro, como tú digas.
Fabián: bien, habrá que esperar unas horas antes de embarcarse de nuevo hacia el pasado, el spray pulverizador que utilizo para hacer el ovni invisible se me ha terminado, y tengo que fabricar más, me llevara un par de horas mezclar los ingredientes.
Esmeralda: jo! que fastidio! ¿por qué no hacemos el viaje sin el dichoso spray?
Fabián: porque alguien podría ver la máquina del tiempo en el futuro, subirse a ella y venir con nosotros de polizón, por eso.
Esmeralda: oh vamos! hay una posibilidad entre un millón de que ocurra eso, por favor, si va a ser el último viaje y luego diremos adiós al ovni para siempre, hazlo por mí papá.
Fabián: de... de acuerdo, el último viaje.
Fabián abrió un armario metálico y le entregó un traje espacial a su hija Esmeralda para que se lo pusiera sobre el uniforme escolar.
Esmeralda se abrochó la cremallera del traje, se colocó el casco sobre la cabeza, y se subió al ovni de copiloto con su padre.
Fabián apretó unos cuantos botones de la máquina para ponerla en funcionamiento, puso una fecha cualquiera al azar de 30 años atrás, y el ovni se distorsionó para volver a aparecer en el mismo lugar en el pasado.
Fabián y Esmeralda bajaron de la nave, y subieron por las escaleras de piedra hacia una habitación vacía pasando por el armario, después pasearon por todo el internado mezclándose con la gente sin ser vistos por nadie. Al pasar por un pasillo oyeron gritos y lamentos, llegaron a la habitación que compartían Francisco y Flora como matrimonio.
Fabián abrió la puerta, y padre e hija vieron dentro de ella como Flora estaba amoratada arrastrándose por el suelo mientras Francisco la perseguía para seguir pegándola brutalmente.
Flora: para! para! por favor, te prometo que no es verdad, yo solo te quiero a ti, para! déjame ya! no me he visto con ningún otro, yo sigo siendo tu esposa. No me hagas más daño! suéltame! te estoy diciendo la verdad, para ya!
Francisco: mientes! cállate! te voy a cerrar la boca de un guantazo! te estás burlando de mí, eh? soy tu marido, siempre te he dado la mitad de lo que consigo en todos mis negocios, y así me lo pagas? enrollándote con el primer desgraciado que se te cruza por el camino? quién es él, Flora? dímelo! quién es?
Flora: no sé de quién hablas! no hay ningún otro! tú eres el único! no te enfades conmigo, yo solo te quiero a ti.
Francisco: no te creo! eres una mala mujer! deberías encárgate más de tus hijas en vez de andar coqueteando por allí con todos! de mí no se ríe nadie! me oyes? nadie!
Fabián viéndolo, le ardió la sangre y dirigió sus manos hacia la cremallera del traje espacial para quitárselo, pero su hija Esmeralda que estaba a su lado, le detuvo cogiéndole el brazo y le dijo.
Esmeralda: habíamos dicho que sería un viaje rápido ¿verdad? sin entretenernos ni cambiar el pasado ¿recuerdas?
Fabián asintió con la cabeza, volviéndose a subir la cremallera del traje espacial.
Fabián cerró la puerta y se alejó con su hija de la habitación del matrimonio Terrón.
Mientras, en el interior de la habitación, en la época pasada.

Flora arrastrándose había entrado en el armario para escapar de la paliza de su marido.
Francisco: huye! cobarde que eres una cobarde! sucia y asquerosa mentirosa!
Así, Fabián y Esmeralda llegaron a los pasadizos por otro armario de otra habitación cualquiera.
Ellos dos se subieron al ovni, Fabián tenía los ojos llorosos cuando cogió el volante para conducirlo.
Esmeralda miró a su padre apenada.
Esmeralda: lo siento, no debí sugerirte la idea de regresar, tenía que haberme conformado con ver fotos de la abuela en mi época, tendrías que haber destruido la máquina del tiempo sin haberme escuchado.
Fabián: no importa hija, volvamos a casa.
El ovni desapareció del pasado, para volver a aparecer en el futuro.
En el año 2038, Fabián y su hija Esmeralda, salieron del ovni, y se quitaron los trajes espaciales, Fabián dio una última mirada a la máquina del tiempo, y cogió la llave inglesa para desmontarla, pero... unos golpes y unas voces en su interior le detuvieron en su propósito.
Fabián tiró la llave inglesa al suelo de la sorpresa en cuanto vio salir de la puerta trasera del ovni, de un compartimento secreto, a Flora de la época pasada.
Fabián: Flora! qué haces tú aquí?
Flora: dónde estoy? yo... estaba en mi habitación, bajé a los pasadizos y me escondí en el ovni para que mi marido no me encontrara, después esta cosa rara empezó a moverse y... qué es lo que ha pasado?
Fabián estaba mudo de la impresión.
Esmeralda se adelantó y la abrazó.
Esmeralda: bienvenida al futuro abuela, acabas de viajar en una máquina del tiempo, bienvenida al año 2038.
Flora: 2038? en serio estamos ya en el 38?
Fabián: tengo que regresarte a tu época.
Fabián la cogió del brazo.
Flora: espera, reconocería esa voz y esos ojos azules en cualquier parte, Fabián, ¿eres tú?
Fabián: sí, yo soy él que ha construido la máquina del tiempo y mi hija quería conocerte y... habido un error, tú no deberías estar aquí.
Flora: tu hija? espera, antes esta jovencita me ha llamado abuela, ella es tu hija Fabián? o sea, que al final te casaste con mi hija Manuela?
Fabián: sí, pero no debería revelarte ninguna información futura.
Flora: y dices que tú has construido la máquina del tiempo? por qué la construiste?
Fabián: porque soy inventor al igual que mi padre e inventar cosas es nuestro hobbie.
Flora: claro, lo entiendo. Pero... qué ha pasado conmigo? yo no he sobrevivido hasta el año 2038? porque si has dicho que tu hija quería conocerme...?
Esmeralda: no abuela, tú moriste cuando mi padre tenía 17 años y mi madre 15, después de tu intento fallido de fuga de la cárcel.
Flora: me van a encerrar en la cárcel? por qué?
Esmeralda: está todo escrito en este diario.
Esmeralda le entregó el diario a la abuela.
Flora lo hojeó.
Fabián: vale, basta ya! esto no está bien! Flora tiene que volver inmediatamente a su época, y sin saber nada del futuro a ser posible!
Esmeralda: por qué? no se puede quedar aunque sea un día?
Fabián: no! no sabemos cuales serían las consecuencias! Esmeralda, déjame a solas con ella.
Esmeralda les miró a los dos, bajó la cabeza y... se fue en silencio por la entrada secreta de la puerta del armario de su habitación.
Cuando Fabián y Flora estuvieron solos...
Fabián: voy a tener que hacer unas modificaciones a la máquina, le pondré un control automático, y un mecanismo de autodestrucción, así se destruirá minutos después de tu regreso y todo estará solucionado, tu vuelta y la destrucción de la máquina.
Flora estaba leyendo su diario.
Flora: leíste mi diario, verdad?
Fabián: qué?
Flora: que tú no construiste la máquina del tiempo solo por un hobbie, sino para recuperar tus recuerdos perdidos conmigo, porque tú no te acordabas de nada de lo que sucedió entre nosotros por culpa de la operación que te efectuó tu padre en contra de tu voluntad y querías saber la verdad.
Fabián: sí, puede que esa fuera la razón en un principio.
Flora: y ahora que sabes la verdad, dime Fabián ¿de verdad quieres que vuelva al pasado?
Fabián: sí, por qué no iba a querer? han pasado más de 30 años, yo me casé con Manuela, he tenido hijas con ella y tú no perteneces a esta época, no puedes quedarte.
Flora: y Manuela donde está?
Fabián: Manuela? ah no! no vas a conseguirlo, no voy a decirte nada del futuro.
Flora: ah! pues muy bien, no pienso volverme a subir al ovni hasta que no vea a mis dos hijas, a Manuela y a Azucena.
Fabián: a Manuela la puedes ver fácilmente si vas al cementerio del bosque, murió hace unos meses después de dar a luz a nuestra tercera hija, y Azucena está en la organización secreta de la justicia, casada con Germán.
Flora: espera, espera ¿que es la organización secreta de la justicia? y cómo que mi niña Azucena se ha casado con Germán? pero si Germán es muchísimo más mayor que ella!
Fabián: el amor no entiende de edades ni de razas, es una historia muy larga que contar... y respecto a la organización secreta de la justicia... es una organización rival a ésta, no te lo puedo contar todo con detalle pero básicamente es eso.
Flora: vale, de acuerdo, ya veo que han cambiado las cosas mucho en estos años. O sea que tú ahora eres viudo?
Fabián: sí.
Fabián cogió el destornillador y se acercó al ovni.
Flora se acercó a él.
Flora: qué haces?
Fabián: arreglar la máquina y... no me mires así Flora...
Flora: así cómo?
Fabián: conozco esa mirada, no vas a conseguir enredarme.
Flora: no voy a conseguir enredarte para qué Fabián?
Fabián: para nada! y devuélveme el diario, no sigas leyéndolo!
Flora se apartó sujetando el diario con sus manos.
Flora: si quieres el diario, ven a buscarlo.
Fabián se río.
Fabián: quédatelo, dentro de nada volverás a estar en tu época, y si eres tan inteligente como sé que eres, no utilizaras la información del futuro para nada en el pasado.

Flora escribió en una hoja en blanco del diario sin que Fabián lo viera, la siguiente frase.

"año 2038, si quieres que tu destino cambié y volver a ver a Fabián por última vez antes de tu muerte, construye una máquina del tiempo."

Yo misma desde el futuro.

Y Flora dejó el diario sobre una mesa de los pasadizos.
Flora se volvió acercar a Fabián.
Flora: vas a tardar mucho en arreglar la máquina?
Fabián. no lo sé, siéntate y déjame trabajar en silencio.
Flora: claro, claro, como quieras.
Y Flora se sentó en una silla, mientras Fabián seguía trabajando.

Mientras, 30 años atrás, en el pasado, ocurrían cosas debido a la falta de Flora en aquella época...

Nidia, la primera novia de Fabián de 15 años, estaba en la habitación de un alumno en su cama, él estaba desnudo acostado, tapado con las sábanas y ella estaba poniéndose la faldita gris del uniforme y subiéndose los calcetines.
chico: cuando nos vamos a volver a ver?
Nidia: qué es un chiste? yo soy la novia de Fabián, tú tendrías que pagarme para acostarte conmigo.
chico: qué? pero si acabamos de estar juntos gratis?
Nidia: lo sé, pero no va haber más veces.
chico: y eso por qué?
Nidia: porque tengo novio y estoy enamorada de él, y además hay otros, no tengo porque repetir, yo solo repito con mi novio.
chico: vale, ¿y si tienes novio y estás tan enamorada de él? ¿por qué te acuestas con otros? qué pasa? que Fabián es impotente o algo así?
Nidia: ya, eso te gustaría a ti, que lo fuera, pero no, da la casualidad que Fabián es el único que hasta ahora consigue hacerme vibrar en la cama, y por eso me voy con otros, porque yo merezco estar con el mejor, y tengo que asegurarme que Fabián lo es, y tengo que decir que hasta ahora no hay ninguno que le haya superado.
chico: ya, y tan buen novio es Fabián que te deja ir probando por ahí sin importarle?
Nidia: Fabián no sabe nada de mis pequeños juegos, y no tiene porque saberlo.
chico: y qué estarías dispuesta hacer porque yo mantuviera mi boca callada?
Nidia sacó su pistola reglamentaria como alumna de la organización del crimen, y le apuntó con ella.
Nidia: te mató, me oyes? te mató como se te ocurra decirle algo a Fabián.
chico: si tras mi muerte el director hace un interrogatorio a todos los alumnos y te descubren a ti estarás muerta, no se puede matar a un miembro de tu misma organización.
Nidia bajó el arma.
Nidia: no le cuentes nada a Fabián, por favor, le quiero, si se entera de esto y corta conmigo, me muero.
chico: entonces prométeme que habrá una segunda vez entre nosotros.
Nidia: de acuerdo, pero no me agobies! ya te llamaré!
Y Nidia se fue de la habitación dando un portazo enfadada.
Al irse, el chico joven se giró de lado para dormir.
En ese instante, sin que él lo viera, un pequeño agujero negro se abrió en el espacio y absorbió objetos no importantes de esa habitación, cerrándose después sin dejar señal alguna. Como por ejemplo cuadros colgados de la pared y un pedazo de las cortinas de la ventana.

De vuelta al futuro, Fabián seguía reparando la máquina del tiempo frente a la mirada inquietante de Flora, que no dejaba de mirarle mientras suspiraba sentada en una silla, y Fabián intentaba no distraerse para concentrarse en los mecanismos interiores del ovni.
Y de vuelta al pasado, un nuevo suceso ocurrió...

En el pasado, cuando Fabián tenía 15 años.
Estaba Fabián en la habitación de su novia Nidia, estaban los dos juntos en la cama haciendo el amor, cuando la puerta se abrió y la compañera de habitación de Nidia, Vanesa, entró.
Nidia se separó de Fabián dejándole de besar.
Nidia: Vanesa! a ti no te han enseñado a llamar a la puerta?
Vanesa: perdona, no miro nada, no miro nada-dijo ella tapándose con una mano sus ojos.
Fabián salió de la cama de Nidia y empezó a vestirse. Nidia lo miró...
Nidia: ah no! ni se te ocurra vestirte ahora, tú no te mueves de aquí-le dijo ella abrazándolo.
Fabián: Nidia da igual, ya nos veremos más tarde, está delante Vanesa y además he quedado con Manuela para estudiar.
Nidia: claro, y prefieres estar con esa criaja antes que con tu novia?
Fabián: Manuela es mi amiga, y necesita mi ayuda para hacer los deberes.
Nidia: no te pienso dejar marchar y Vanesa ahora se va ¿verdad que sí?
Vanesa: sí, sí, yo solo había venido para limpiar mi pistola, pero la puedo limpiar en el pasillo, así que no os preocupéis por mí.
Vanesa cogió la pistola del cajón, un trapo y se dispuso a andar hacia la puerta de salida.
Nidia seguía besando a Fabián, para convencerle que se quedara con ella.
Nidia: va, quédate! no me vas a dejar a medias ahora, que luego me paso todo el día pensando en ti y no me puedo concentrar en nada.
Fabián: Nidia, para, Manuela me estará esperando.
Nidia: pues que esperé.
Nidia besó a Fabián, y Fabián aunque con algunos reparos al principio, finalmente acabó por aceptar el beso y por volver a la cama con su novia.
Vanesa salió de la habitación, se sentó apoyada junto a la puerta a limpiar la pistola con el trapo, cuando Manuela de 13 años se acercó por la habitación... Vanesa se levantó al verla...
Vanesa: ah no! ni se te ocurra abrir está puerta, aún eres demasiado pequeña como para ver ciertas cosas...
Manuela: he quedado con Fabián para estudiar, solo iba a preguntarle a Nidia si sabe donde está ¿me dejas pasar?
Vanesa: no, y yo si fuera tú, dejaría de esperar a Fabián, algo me dice que hoy no va a acudir a vuestra cita.
Manuela: por qué? tú sabes donde está él?

Vanesa: está dentro, con Nidia. Me han echado de la habitación porque querían estar a solas ¿me entiendes, no?
Manuela: no me lo creo.
Vanesa: y eso por qué? tú ya sabes que Nidia es la novia de Fabián desde hace semanas, ahora que si tú crees que eres lo suficientemente mayorcita como para afrontar según que cosas, pues adelante, abre la puerta y míralo tú misma.
Manuela: da igual, mejor me voy a estudiar yo sola.
Vanesa: Manuela, qué te traes con Fabián?
Manuela: qué intentas decirme? él y yo solo somos amigos, él va dos cursos por delante de mí y me ayuda con los deberes y ya está.
Vanesa: no, si yo eso lo sé, la que parece que no se entera eres tú.
Manuela: cómo dices?
Vanesa: Fabián no te va a hacer nunca caso, ya tiene bastante con Nidia yo de ti intentaría conocer a más chicos, lo digo porque estando Nidia de por medio dudo mucho que él la dejé por alguien como tú y sino te das prisa, y dejas de esperarle, te vas a quedar sola para siempre. Así que más te vale que solo para irte preparando, pienses en renunciar a él.
Manuela: yo no voy a quedarme sola, puede que mientras espere que Fabián se decida conozca a otros que si quieran tener algo conmigo, y puede que yo me dejé querer por ellos mientras Fabián me siga viendo como una amiga, pero... lo de renunciar por siempre a él... eso está por verse.
Y Manuela se alejó definitivamente de la puerta.
Vanesa había dejado un momento para hablar con Manuela su pistola en el suelo tras limpiarla con el trapo, y cuando Manuela se fue y se agachó a recogerla, vio que ésta no estaba, ya que mientras ella había estado de espaldas, un agujero negro se había abierto absorbiéndola y volviéndose a cerrar después, sin dejar señales.
Vanesa: y ahora qué ha pasado con mi pistola?

De vuelta al futuro, en los pasadizos secretos del internado, Flora se acercó a Fabián y le preguntó.
Flora: puedo ayudarte en algo?
Fabián: déjame trabajar solo, esto es demasiado complicado y si cometo el más mínimo error todo se puede estropear.
Flora: que es complicado? quieres decir que es demasiado complicado para que yo pueda entenderlo?
Fabián: no, yo no he dicho eso, solo que...
Fabián notó cierta tristeza en la mirada de Flora...
Fabián: ven, acércate, que te explico como funciona la máquina.
Flora: en serio?
Fabián: si, veras este cable rojo va con el azul, el azul va con el amarillo, y el amarillo va con el violeta, pero no se te ocurra nunca juntar el amarillo con el verde, porque... en fin, tú no lo hagas nunca vale?
Flora: vale, tú crees que yo sería capaz de construir yo misma una máquina del tiempo igual que la tuya?
Fabián: no lo creo, estoy seguro de ello.
Fabián le sonrió a Flora.
Fabián le entregó la llave inglesa a Flora en mano.
Fabián: toma, ajusta tú los tornillos, yo vigilo para cerciorarme que lo haces correctamente.
Flora le sonrió a Fabián, y cogiendo la llave inglesa ajustó los tornillos que él le indicó.
Mientras, en el pasado, otro suceso acontecía...

En el pasado, en clase de manejo de armas, Francisco Terrón estaba al frente de la clase como profesor, Fabián estaba entre los alumnos con el uniforme negro y gris de la organización, al igual que todos.
Francisco llamaba a los alumnos por su nombre y apellidos y les entregaba un sobre con las notas finales de la asignatura.
Casi todos habían recibido ya dicho sobre de la mano del profesor menos Fabián, Fabián levantó la mano... el profesor lo distinguió a lo lejos...
Francisco: sí, Fabián?
Fabián: perdona, pero... que orden sigues para repartir los sobres? es que alfabético es imposible, y por número de la lista de la clase tampoco, así que...
Francisco: es según las calificaciones de las notas, el primero en recibirla es él que tiene la nota más alta de toda la clase y el último la más baja, y por si tenías dudas tú vas a ser el último.
Toda la clase comenzó a reírse al escucharlo.
Fabián avergonzado dijo.
Fabián: vale, gracias.
y murmurando por lo bajo dijo después...
Fabián: si lo sé me ahorro preguntar...
Francisco siguió repartiendo los sobres, todos los que recibían el sobre abandonaban el aula, cuando Fabián se quedó a solas con él para que le diera el sobre con las notas, Francisco recibió una llamada del móvil.
Y Francisco contestó al móvil.
Francisco: qué? cómo? estoy ocupado en clase con mis alumnos! aunque pensándolo mejor, solo me queda un alumno así que... ahora voy para allá, esperarme.
Francisco colgó el móvil y se dispuso a salir afuera por la puerta, cuando Fabián le llamó...
Fabián: oye espera! y yo qué? no piensas entregarme el sobre con las notas?
Francisco: si disculpa, es que me acaban de llamar y tengo que ir urgentemente al almacén de armas, por eso voy a entregarle el sobre a mi mujer, ella vendrá ahora y te lo dará en mano.
Fabián: cómo?
Francisco: verás, para mí sería muy simple entregarte el sobre y largarme al acto, pero le tengo mucho aprecio a tu padre y de verás me apena que suspendas la asignatura porque sé en el fondo que si asistieras más a clase la aprobarías sin problemas, por eso quiero que venga mi mujer a hablar contigo sobre el tema, para convencerte de tomarte las clases más en serio.
Fabián: qué me tome las clases en serio? cómo quieres que me tomé en serio una clase donde te enseñan a mirar a una persona fríamente y a apuntarle con un arma y dispararle sin compasión, eh?
Francisco: Fabián, eres el hijo de un asesino profesional y miembro de la organización secreta del crimen, deja ya de lloriquear y actúa como tal.
Fabián: vale, de acuerdo, pero la charla sobre las maravillas de matar y asesinar no podrías dármela tú?
Francisco: lo haría sino tuviera una urgencia con mi negocio de tráfico de armas ilegales en este mismo momento, pero... mi mujer está igual de capacitada, no sé que tienes contra ella, sino se come a nadie.
Fabián: no, sino es por ella, es por mí.
Francisco: perdona, pero no te entiendo.
Fabián: a ver si me ha quedado claro esto, tú te vas a ir, Flora va a venir, y yo se supone que me tengo que quedar a solas con ella en una clase sin vigilancia, los dos solos sin que haya nadie más?
Francisco: sí, solo es para hablar sobre la asignatura, tranquilo, que no creo que Flora te haga esperar mucho tiempo tú aquí solo.
Y Francisco se fue del aula.
Fabián se quedó a solas dentro, pensando.
"si me quedo a solas con Flora, soy capaz de cometer alguna locura, tengo que evitar esto como sea."
Fabián sacó su móvil, y envió un sms a su amigo Enrique.
Enrique que estaba por el pasillo caminando, le sonó el móvil, lo abrió, y leyó el sms de Fabián.

Kike amigo, te lo pido como favor personal, dile a mi padre que venga a clase de manejo de armas urgentemente. Dile que Francisco se ha ido, que estoy con Flora, por favor, avísale.

Mientras... dentro del aula.
Flora entró por la puerta, con el sobre de las notas en mano.
Flora: hola Fabián ¿ya te ha dicho mi marido que iba a venir yo a hablar contigo sobre la asignatura?
Fabián: sí, sí, pero es una estupidez, no hay nada, nada en este mundo, que me haga levantar un arma y disparar a alguien sin importarme lo que esa persona piense después. Y mi padre me está esperando en los laboratorios, me ha mandado un sms diciendo que si tardo en bajar vendrá él mismo a buscarme, así que como yo no pienso decir nada a nadie, ¿nos ahorramos la charla, me entregas el sobre y me voy?
Flora: por mí vale, yo tampoco tengo muchas ganas de estar aquí en este momento, no te creas.
Flora le dio el sobre y Fabián dándole las gracias, caminó hacia la puerta, pero detuvo su marcha...
cuando Flora habló tras él.
Flora: has dicho que no había nada en este mundo que te hiciera cambiar de opinión sobre las armas, cierto?
Fabián se giró hacia ella.
Fabián: cierto.
Flora: y si gracias a eso empezaras a tener éxito entre las mujeres, tampoco te importaría? lo digo porque el hecho de saber manejar un arma a veces puede crear cierto morbo.
Fabián: a mí solo me interesa una mujer.
Flora: ya, ¿tu novia Nidia, no?
Fabián: sí, mi novia Nidia.
Flora: Nidia tiene muchísima suerte de tener a un chico como tú enamorado de ella, se nota que la quieres de verdad, ojala mi marido me prestara tanta atención a mí como se la prestas tú a tu novia.
Fabián: hombre no te creas, tampoco es todo tan maravilloso entre Nidia y yo, es muy celosa, y nunca deja que me acerqué a ninguna chica ni siquiera para saludarla, me llama por lo menos 10 veces al día todos los días y yo... no es que esté mal con ella, pero a veces me desespera.
Flora: a mí me encantaría que mi marido pensara tanto en mí, no cuenta conmigo para nada, solo me llama para encomendarme trabajos fáciles como éste de entregarte las notas a ti, me cree una completa inútil, ya ni siquiera me encuentra atractiva, aunque esa parte yo la entiendo, ya no soy tan joven y guapa como antes.
Fabián: no, eso es cierto, eres más, eres la profesora más fabulosa y extraordinaria que ha habido nunca jamás en este internado, si fueras tú quien diera las clases de manejo de armas en vez de tu marido yo asistiría todos los días, pero no para aprender, sino para poder admirarte sin cansarme.
Flora: te agradezco que me digas esas palabras bonitas, pero... no tienes porque ser amable conmigo. Ya tienes las notas, ya puedes marcharte si quieres.
Fabián: no lo digo por amabilidad, es lo que pienso de verdad.
Flora: Fabián ¿no te estaba esperando tu padre en los laboratorios? supongo que querrás irte con él.
Fabián: sabes lo que quiero yo en este momento? que tu marido desaparezca de la faz de la tierra, para que tú seas toda mía de una vez por todas. Ojala me miraras a los ojos y me pudieras decir que me deseas igual como yo te deseo a ti, ojala pudiera tocarte sin tener miedo a que me rechazaras. Ojala me despertara a tu lado todas las mañanas pegado de tu piel, no sabes la envidia que siento de tu marido, al saber que él puede tocarte y yo no.
Flora: vale, en serio Fabián, todo esto qué me has dicho ahora, ¿que es? una apuesta qué habías hecho con tus amiguitos de clase o algo por el estilo?
Fabián: no, no se trata de ninguna apuesta, es lo que me haces sentir tú, lo que me haces sentir cuando te veo sonreír, cuando miró tus labios y ansío besarlos, cuando tu marido se te acerca y te coge la mano, entonces sería el único momento en que me gustaría poder levantar mi arma hacia él y dispararle para que tú solo me pertenecieras a mí.
Flora: Fabián, tú eres consciente de todo lo que me acabas de decir? hacia mucho tiempo que ningún hombre me decía nada, cuando estoy a solas con mi marido me trata como si fuera un mueble más de la habitación, ni siquiera se me acerca ni para sacar brillo.
Fabián: eso es porque tu marido está completamente ciego y no sabe ver lo hermosa que eres, ojala me vieras como algo más que un alumno entonces entenderías que yo soy capaz de darte más amor que cualquier otro.
Flora miró a Fabián ruborizada, no sabía muy bien como actuar ante las palabras de amor de ese chico tan joven ante ella, sin poderse contener le rozó la mano y acercó muy despacio su cabeza a la suya, cuando... de pronto... cuando parecía que el tiempo se había parado... alguien entró por la puerta dando los buenos días e interrumpiendo los pensamientos de Flora y Fabián. Segismundo Amadeo, el padre de Fabián.
Segismundo: buenos días.
Flora: Segismundo, no está bien entrar en una clase sin avisar antes, Fabián y yo estábamos hablando de cosas importantes.
Segismundo: sí claro lo siento mucho, pero es que mi hijo tiene que encargarse de asuntos importantes en los laboratorios ¿a que sí, hijo?
Fabián: sí, sí, por supuesto, después de todo ya tengo las notas y la conversación se puede seguir otro día ¿verdad Flora?
Flora: claro, supongo, tampoco era tan importante, total, para hablar de asuntos escolares siempre hay tiempo.
Segismundo: entonces... sino hay nada más que decir me llevo a mi hijo a los laboratorios.
Flora: claro y dile a tu hijo que la próxima vez intenté estudiar más para aprobar.
Segismundo: claro, yo soy el primer interesado en la educación de mi hijo como su padre que soy.
Segismundo estiró de la manga a su hijo Fabián, que mientras salía del aula con la mochila colgada de un solo hombro, no dejaba de mirar a Flora de reojo.
Cuando Segismundo y Fabián estuvieron fuera en el pasillo... Segismundo miró muy serio a su hijo y le dijo, apartándole hacia un rincón, susurrándole.
Segismundo: Enrique me ha dado el mensaje, mira que ha sido inoportuna la llamada de Francisco, he venido en cuanto he podido ¿ha pasado algo entre Flora y tú mientras estabais solos?
Fabián: no.
Segismundo: bien, entonces he llegado justo a tiempo
Fabián: no papá, has venido demasiado tarde.
Segismundo: qué? pero no me has dicho que no había pasado nada?
Fabián: y no ha pasado, o sí... según como se mire.
Segismundo: hijo, vamos a ver si nos aclaramos que me estás volviendo loco ¿qué ha pasado exactamente ahí dentro entre Flora y tú?
Fabián: nada, ella y yo estábamos hablando, y... no sé como salio el tema y yo he terminado por decirle a Flora algo que no tendría que haberle dicho.
Segismundo: me estás asustando ¿qué le has dicho a Flora?
Fabián: es que te vas a enfadar conmigo si te lo digo...
Segismundo: me voy a enfadar igual sino me lo dices así que...
Fabián: le he dicho que... que ella era la profesora más extraordinaria que había en este internado, que me encantaría despertarme a su lado todas las mañanas, que tenía envidia de su marido porque él la podía tocar y yo no, y que si supiera manejar mejor un arma mataría a su marido para que ella me perteneciera solo a mí.
Segismundo: qué? tú te has vuelto loco? en serio le has dicho todo eso a Flora?
Fabián: sssssssssssssssssssí, ya sé que he hecho mal pero...
Segismundo: pero tú te das cuenta del lío en que te puedes meter si Flora le comenta algo de esto a su marido? que esa mujer está casada Fabián! que tiene 38 años y tú 15! la verdad yo pensé que en cuanto tuvieras novia se te pasarían las tonterías, pero has ido a peor...

Fabián: lo siento papá, es que no puedo quedarme a solas con Flora en una habitación, es superior a mí, en cuanto la veo el corazón me va demasiado rápido y empiezo a soltar barbaridades y... que no puedo papá, sencillamente no puedo...
Segismundo: no, si ya lo veo. Tu novia Nidia no sabe nada de lo que sientes por Flora, verdad?
Fabián: no, vamos yo no le he dicho nada.
Segismundo: vale, y vuestra relación va bien? o sea estás a gusto con ella?
Fabián: sí, o sea ella está muy enamorada de mí, o eso creo porque no para de repetírmelo siempre que me ve, está las 24 horas del día haciendo planes sobre nuestra boda, ya conozco a sus padres y está todo organizado hasta el último detalle.
Segismundo: vale, pues entonces no sé porque tienes tantas dudas, si de verdad a Nidia le interesas tanto quédate con ella y punto.
Fabián: papá, si eso es lo que yo quiero, y de verdad que me gusta estar con Nidia, pero... en cuanto veo a Flora yo... no puedo evitarlo... no puedo hacer desaparecer lo que siento por ella de la noche a la mañana.
Segismundo: está bien, está bien, vamos a los laboratorios, vamos a olvidar lo ocurrido, ¿quién sabe? a lo mejor si tienes suerte Flora no le habrá dado importancia a tus frases dichas y ni siquiera se acordara de ellas pasadas unas horas.
Segismundo y su hijo Fabián caminaron hasta la biblioteca, y mientras ellos andaban, la mochila de él estaba un poco abierta, y en el espacio se abrió un agujero negro que se fue tragando poco a poco, sin que ellos se dieran cuenta, los libros y cuadernos de Fabián.

De vuelta al futuro, en el interior de los pasadizos secretos, Fabián y Flora seguían reparando la máquina del tiempo.
Flora: creo que ya está, si me meto ahora en el ovni sin el traje espacial porque yo si pertenezco a esa época y a mí no me serviría de nada, apareceré en el pasado de aquí 30 años, y todo volverá a estar en orden.
Fabián: si, métete en el ovni, nunca tendrías que haber llegado a esta época, pero en fin ahora volverás y nada habrá ocurrido.
Flora: si vuelvo a mi época Francisco me encontrara y volverá a pegarme.
Fabián: Flora yo lo siento mucho, pero no se puede cambiar el pasado de nadie, cada uno tiene que afrontar el destino que le ha tocado, ojala pudiera hacer algo por ayudarte, pero en serio sino regresas a tu época quien sabe cuales serían las consecuencias.
Flora: ojala no tuviera que regresar tan pronto al pasado.
Flora se acercó a Fabián con intenciones de besarle, pero él le giró la cara evitando dicho beso, se acercó a la portezuela del ovni y abriéndola le dijo a Flora sin mirarla a los ojos...
Fabián: entra, el tiempo corre.
Mientras, en el pasado...

En el pasado, Fabián de 15 años estaba hablando sentado en las escaleras centrales del hall del internado con su amigo Enrique.
Enrique: no veas el otro día el follón que tuve para avisar a tu padre para que fuera a la clase de manejo de armas, al leer tu mensaje del móvil, ¿por qué tenías tanta prisa porque tu padre fuera y no te quedaras a solas con Flora en el aula?
Fabián: por qué va a ser Enrique? es que pareces nuevo... no eres tú uno de mis mejores amigos?
Enrique: sí claro, ya lo sabes Fabián, pero... no sé, Flora no sabe nada sobre lo que sientes por ella, y solo es una profesora más, por hablar con ella un rato tampoco iba a pasar nada, vamos creo yo.
Fabián: pues crees mal, y sobre lo que yo siento por Flora, ella... no lo sabía, pero ahora o es muy tonta cosa que dudo mucho o ya lo sabe sin ninguna duda.
Enrique: ah sí? y eso por qué?
Fabián: porque el otro día en que nos quedemos ella y yo a solas en el aula, yo se lo dije.
Enrique: perdona ¿cómo qué se lo dijiste?
Fabián: es que... no me pude controlar... ella estaba muy triste, hablemos y me dijo que su marido no le hacía caso, que la trataba como si fuera un mueble y yo... me salieron las palabras solas, es que no lo entiendo, Francisco está pirado, tiene a una mujer como Flora a su lado y la desprecia por completo, es que no se entiende.

Enrique: pero Fabián se puede saber qué es exactamente lo que le dijiste a Flora? que la querías? que estabas enamorado de ella? él que? cuales fueron las palabras?
Fabián: Enrique no sé... ahora repetírtelo otra vez a ti como que no, ya sentí vergüenza suficiente al decírselo a mi padre.
Enrique: pero para tanto fue?
Fabián: hombre... es que le dije que quería levantarme a su lado todas las mañanas y matar a su marido para que ella fuera solo mía, no sé a ti lo que te parecerá eso...?
Enrique: Dios! que le dijiste qué? pero tú has pensado en como puede reaccionar Francisco si se entera?
Fabián: bueno, tampoco es tan grave, igual Flora no le dice nada a él, a lo mejor con un poco de suerte ni siquiera se acuerda.
Enrique: Francisco tiene muy mala uva, si se entera de algo de esto ya puedes darte por muerto. Y Flora? qué sucedió después de que tú le dijeras lo que le dijiste?
Fabián: nada, porque entró mi padre al aula y nos interrumpió.
Enrique: os interrumpió? es que había algo que interrumpir?
Fabián: no, o sea no creo, es que todo fue muy raro, primero Flora estaba muy triste y luego no dejaba de sonreír no sé porque, y yo no podía dejar de mirarla y...
Enrique: o sea que Flora se te lanzó a besarte?
Fabián: que no, que no, no digas chorradas! si Flora le es fiel a su marido, como va a querer ella besarme a mí, cómo eres capaz de creer eso?
Enrique: no sé, yo después de ver como te has ligado a la chica más popular de toda la clase en apenas un par de meses, yo ya me lo creo todo de ti.
Fabián: ya, qué hablas de Nidia no?
Enrique: sí, por qué seguís juntos no?
Fabián: sí, claro, desde el día 4 de febrero, desde el baile de parejas anual del internado.
Enrique: y cómo te va con ella?
Fabián: bien, es una plasta y me tiene harto, pero bien.
Enrique: cómo qué es una plasta? tú sabes la de chicos que le van detrás?
Fabián: si bueno, porque no han estado con ella más de una noche como yo, sino me acabarías dando la razón, es que a mí cuando se me empezó a pasar la idea por la cabeza de que ella fuera mi novia, después de que la suerte hiciera que bailáramos juntos en el baile de parejas porque nuestros nombres de la urna fueron elegidos al azar, hice preguntas por ahí y me informé de ella, y me enteré que ella había estado con un montón de chicos una sola noche y que los había dejado al día siguiente de estar con ellos...
Enrique: y?
Fabián: pues... que yo pensé que haría lo mismo conmigo, que después de pasar nuestra primera noche juntos me dejaría y la verdad es que no me hubiese importado si lo hubiese hecho, porque cuando yo la acepté como novia no pensé nunca en alargar tanto la relación, yo solo quería divertirme con ella una noche y ya está, y ahora... no sé como estoy con novia y la tengo todo el día colgada del brazo, y es muy pesada, yo ya no sé que hacer para deshacerme de ella.
Enrique: y si eso es verdad, por qué no cortas con ella?
Fabián: qué dices? si se pone a llorar cada vez que le sacó el tema, si está todo el día hablándome de nuestra boda...
Enrique: ah! en serio Nidia está tan pendiente de ti? pues a lo mejor es verdad que se ha enamorado de ti, no?
Fabián: a lo mejor, y en el fondo a mí me gusta ella que yo sé que dentro de lo que cabe he tenido mucha suerte, porque podría haberme tocado una novia peor, pero... que no consigo quitarme a Flora de la cabeza.
Enrique: y tú crees de verdad que Flora se va a olvidar de todo lo que le dijiste y que no va a hacer nada?
Fabián: pues eso espero, pero después del otro día, a mí me va a costar mucho mirarle a la cara, claro que tampoco me atrevía a mirarla antes, así que tampoco cambia mucho la situación...
En ese instante Flora bajó por las escaleras y Fabián y ella se miraron momentáneamente de reojo, Flora entró en la sala de conferencias, y Fabián se acercó a su amigo Enrique y le dijo...
Fabián: voy a hablar con ella.
Enrique: qué? después de lo que pasó? para qué? tú te das cuenta de lo que te arriesgas al volver a quedarte a solas con ella en una habitación?
Fabián: lo sé, lo sé. Pero tengo que disculparme por lo que le dije, no quiero que piense que soy ningún perturbado, espérame aquí afuera ¿de acuerdo?
Enrique: vale, pero no te vayas por las ramas, le pides perdón y te despides.
Fabián: sí, por supuesto, tú tranquilo.
Fabián se levantó de las escaleras y se dirigió hacia la sala de conferencias.
Él entró dentro.
Fabián: perdona ¿puedo pasar?
Flora: sí claro, todavía no ha llegado la gente para el discurso y esto está vacío.
Fabián: es que yo... quería hablar sobre lo que pasó el otro día en el aula de la clase de manejo de armas, antes de que viniera mi padre.
Flora: ah sí! pero es que pasó algo por lo que tuviéramos que hablar?
Fabián: no, si eso es lo que quería aclarar yo, creo que dije cosas sin pensar y no tendría que haberlas dicho, porque tu marido se puede sentir molesto si se entera de algo y... no me gustaría que tuvieras problemas en tu matrimonio por mi culpa.
Flora: no te preocupes por eso, mi matrimonio ya está en problemas sin que nadie tenga la culpa ni se metan de por medio, si es que todavía se le puede llamar a eso matrimonio.
Fabián: ya, de todas maneras quería pedirte perdón, porque estuvo mal lo que te dije, y tampoco lo pensaba de verdad así que...
Flora: qué? cómo qué no lo pensabas de verdad?
Fabián: o sea, si que lo pensaba pero... mejor si lo olvidamos, no?
Flora: sí claro, es mejor si lo olvidamos.
Fabián: pues gracias, solo quería decirte eso.
Fabián se disponía a marcharse cuando Flora le cerró la puerta en sus narices y le dijo...
Flora: mejor si lo olvidamos Fabián para quién? para quién va a ser mejor, eh? para mi marido al que ya no le importo en absoluto? para mí que estoy harta de decirle siempre que sí a todo fingiendo ser la esposa ideal para él? o para ti, que te mueres porque tú y yo tengamos algo más allá que una relación entre profesora y alumno? eh? para quién es mejor olvidarlo?

Flora se acercó a Fabián en silencio, se quitó la chaqueta a cámara lenta y la colgó sobre el pomo de la puerta, le pasó suavemente sus dedos por el pecho de Fabián, le miró a los ojos y... en ese instante fuera en el pasillo, Segismundo pasó caminando por ahí y vio a Enrique.
Segismundo: Enrique, sabes algo de mi hijo? le estaba buscando...
Enrique: si, estaba aquí hablando conmigo hace un rato cuando hemos visto a Flora bajar por las escaleras y se han metido los dos en la sala de conferencias.
Segismundo: qué? gracias por avisarme.
Segismundo entró dentro de la sala, y Flora al verle, volvió a ponerse la chaqueta y a separarse de Fabián.
Segismundo: hijo, estás bien?
Fabián: sí papá, por qué?
Segismundo: por nada, vete a los laboratorios y espérame allí.
Fabián: ahora?
Segismundo: sí y no me contradigas!!
Fabián: de acuerdo, pero no sé porque estás tan raro papá.
Fabián salió de la sala de conferencias y Segismundo se quedó a solas con Flora... ellos dos se miraron a los ojos...
Flora: qué? qué pasa? va a venir más gente para el discurso o no?
Segismundo: sí claro, pero todavía es muy temprano para la conferencia y lo sabes de sobras ¿qué haces aquí Flora?
Flora: no te entiendo, estoy esperando a los demás para el discurso, ya te lo he dicho.
Segismundo: claro, todavía falta más de 1 hora para eso, tú te has metido aquí intencionadamente para que Fabián te siguiera al verte bajar por las escaleras y quedarte a solas con él.
Flora: que yo qué? perdona, pero yo llevo muchos años casada con Francisco, tenemos dos hijas, una de 13 años y otra de 4 años y desde que conocí a Francisco, que no ha habido ningún hombre más en mi vida.
Segismundo: Flora, no me quieras hacer pasar por tonto, que sé lo que he visto, qué te propones con mi hijo?
Flora: nada, si tú nos interrumpes siempre, nada.
Segismundo: cómo te atreves a contestarme así? estás casada! tu marido es muy conocido en este internado, eres madre de dos hijas, no te parece que ya no tienes edad como para ir detrás de jovencitos de 15 años?
Flora: oye, yo no voy detrás de nadie, yo me he pasado muchos años a las órdenes de mi marido, consintiéndolo en todo lo que me pedía sin preguntas, y él? qué ha hecho él por mí? tratarme peor que un perro! eso ha hecho! no me deja hacer nada, y no me escucha ni me mira, y yo ya estoy harta, yo necesito que me quieran!
Segismundo: vale muy bien, y eso que tiene que ver con mi hijo? si tienes problemas con Francisco, lo hablas con él, pero no voy a consentir que metas a mi hijo en medio de esto.
Flora: que hablé con Francisco? sabes perfectamente que con Francisco no se puede hablar! no es que yo tenga problemas en mi matrimonio, es que Francisco es el problema.
Segismundo: Flora, sé lo que pasa, sé que Francisco no se comporta como un verdadero hombre contigo, pero los directivos de la organización hablaron hace un año contigo y te dijeron que si era verdad que si Francisco había cometido alguna agresión contigo, lo desterrarían a trabajar a la mina de diamantes del bosque ¿y qué hiciste tú entonces? te callaste y dijiste que era mentira.
Flora: y qué querías que hiciera? es mi marido y yo le quiero, él que no me quiere es él!
Segismundo: Flora, de verdad que lamento mucho que lo estés pasando mal con Francisco, pero eso no es excusa para meterte en la cama con un niño de 15 años porque buscas el cariño que tu marido no te da, no sé ni como no te avergüenzas de ti misma ¿qué diría tu hija Manuela de ti si supiera algo de esto?
Flora: qué tiene que ver Manuela ahora?
Segismundo: tiene que ver que a Manuela le gusta Fabián, ellos dos siempre estudian juntos por las tardes, y él podría ser tu hijo! no te das cuenta!?
Flora: cállate! cállate! basta! yo tampoco he elegido esto, y no me eches toda la culpa a mí, que tu hijo tampoco es ninguna hermanita de la caridad, deberías haber oído lo que me dijo el otro día en clase.
Segismundo: sé perfectamente lo que Fabián te dijo ese día en clase, y sé perfectamente como es mi hijo, no necesito que me lo digas tú, yo le he criado solo sin ayuda de su madre, y solo es un chico de 15 años que a veces puede perder un poco la cabeza por una mujer más o menos atractiva, pero solo tiene 15 años y ya tiene novia, eso no lo olvides.
Flora: por lo que me dijo el otro día en clase de la novia él pasa, y si tu hijo quiere y yo también, no sé que tendrías que decir tú al respecto.
Segismundo: no quiero que te acerques a mi hijo está claro, si alguna vez llegara a pasar algo entre vosotros dos, yo sería capaz de hacer lo que fuera por separarlo de ti, me oyes?? lo que fuera, por mi hijo, lo que sea.
Y Segismundo salió de la sala de conferencias, despidiéndose de Flora.
El agujero negro se abrió y a Flora se le desaparecieron los zapatos y ella sorprendida se vio de repente caminando con los pantys puestos.

De vuelta al futuro...
Flora caminó hacia la máquina del tiempo.
Flora: es una lástima que no recuerdes nada de lo que ocurrió entre nosotros, tu padre no debió operarte para arrancarte de la memoria esos recuerdos...
Fabián: mi padre solo me operó para protegerme, yo al principio se lo reproché pero ahora que yo también soy padre y ha pasado el tiempo, puedo entenderle algo. Y aunque no lo entendiera, sé que no puedo estar enfadado con él por lo que hizo, porque sé que me quería, cosa que tú nunca hiciste.
Flora: Fabián, si tan solo me dejarás cinco minutos para explicarte...
Fabián: entra en el ovni Flora!
Flora: por qué quieres destruir la máquina del tiempo?
Fabián: porque se lo prometí a mi padre antes de morir, murió hace una semana. Él nunca estuvo de acuerdo con la construcción de la máquina, siempre me decía que el pasado se tenía que quedar en el pasado, para siempre.
A Flora se le escaparon lagrimillas sin poderlo evitar, y finalmente a pasos lentos y cortos entró en el ovni... mientras, ocurrió otro suceso en el pasado, con Fabián de adolescente...

En el pasado, Fabián de 15 años estaba en la cama doble, en la habitación del matrimonio Terrón.
Francisco se encontraba fuera de viaje de negocios, comercializando con armas y explosivos.
Fabián y Flora estaban acostados en la cama, aprovechando la ausencia del marido para poder estar solos sin que nadie les molestara.
Los dos estaban desnudos, cubiertos por la colcha blanca de encajes, Fabián estaba sobre ella besándola mientras tenía sus manos entrelazadas con las de ella, Flora tenía las muñecas atadas a los barrotes de la cabecera de la cama con un pañuelo rojo. Al rato Fabián notó como Flora le tocaba a él la espalda, y sorprendido se separó de ella... mirándola a los ojos directamente...

Fabián: eh? cómo te has podido desatar?
Flora sonriendo: tranquilo, que no voy a escaparme, es que has hecho el nudo demasiado flojo.
Fabián le acarició los brazos, y le terminó de quitar el pañuelo rojo de sus muñecas con suavidad y le dijo con dulzura.
Fabián: es que... tenía miedo de apretártelo demasiado fuerte y hacerte daño.
Flora: Fabián, tú no podrías hace a daño a nadie ni queriendo, eres demasiado bueno.
Fabián besó a Flora, primero con besos cortos y después poco a poco fue alargando el beso, Flora se abrazó a su cuello acariciándole el cabello y dio la vuelta con él, cambiando la postura, y colocándose ella arriba y él abajo.
Flora se acercó al oído a Fabián y le susurró.
Flora: quieres que te enseñé a hacer un nudo en condiciones?
Y antes de darle tiempo a contestar, Flora besó a Fabián y mientras lo hacía le ató con el pañuelo rojo con dos nudos muy fuertes a los barrotes de la cama.
Mientras esto ocurría en el segundo piso del internado, en el primer piso sentada en las escaleras centrales del hall estaba una chica, de 13 años.
Cuando una chica de 15 años, bajó por los escalones y la vio.
Eran Manuela y Vanesa, la compañera de cuarto de Nidia.
Vanesa: Manuela, que raro, qué haces aquí tan sola a estas horas?
Manuela: nada, estaba pensando en mis cosas, por?
Vanesa: tus cosas? ya, un consejo, no pierdas el tiempo pensando en Fabián, no te va a hacer caso nunca, él y Nidia cada día están más unidos.
Manuela: pues yo no creo que eso sea así, Fabián y yo nos seguimos reuniendo para estudiar juntos.
Vanesa: y? tú misma has dicho que solo es para estudiar.
Manuela: pero él es muy atento y agradable conmigo.
Vanesa: y? tú has visto alguna vez a Fabián ser desagradable con alguien? para Fabián tú solo eres una amiga y punto, no te hagas ilusiones porque las cosas no van a cambiar ni aunque dejarais pasar 10 años de vuestra vida.
Manuela: pues yo no creo que tengas toda la razón, la vida es muy larga, y quién sabe? igual al crecer uno puede cambiar muchas cosas a su alrededor, además, a Fabián no le soy tan indiferente como a ti te parece... siempre que estamos solos me pregunta por la salud de mi madre y digo yo que si se preocupa tanto por mi situación familiar, será porque estará empezando a sentir algo por mí y como no sabe como acercarse saca el tema de mi madre...
Vanesa: ya, o es eso o es que la que le importa de verdad a Fabián no sois ni Nidia ni tú, sino tu madre.
Manuela: perdona, pero qué has dicho? mi madre es demasiado mayor para Fabián, por favor, pero si cuando estamos los 3 juntos, Fabián, mi hermanita Azucena y yo, parecemos hermanos!!
Vanesa: lo sé, pero es que hay habladurías por ahí y una escucha cosas y aquí es muy comentado que a Fabián le gusta cierta profesora desde hace tiempo, desde antes de salir con mi amiga Nidia, y todos dicen que él solo aceptó a mi amiga para olvidarse de ella.
Manuela: si lo que buscas es hacerme daño no lo vas a conseguir, no hay quién se crea una historia así.
Vanesa: yo ya te he avisado, si tú no quieres escucharme, no me eches la culpa a mí después...
Y Vanesa se fue subiendo las escaleras, en ese momento el agujero negro del espacio se abrió y una brisa de aire acarició el cabello de Manuela y Vanesa, llevándose unos pelos sueltos ligeros e insignificantes de cada una de las dos chicas, sin que ellas se percataran.

De vuelta al futuro... la portezuela del ovni se cerró.
El ovni desapareció, Fabián lo vio desaparecer ante sus mismas narices, con Flora dentro...
Mientras, en el pasado...

En la época pasada, hace 30 años, en el internado valle seco. En el interior de un aula, estaba Flora Seger escribiendo en la pizarra usando una tiza, con la clase vacía cuando vio pasar por el pasillo con la puerta entreabierta a su hija Manuela de 13 años, y llamándola, le dijo que entrara un momento.
Flora: Manuela, puedes pasar? me gustaría decirte algo.
Manuela: claro , qué quieres mamá? cómo es que estás tú hoy en la clase de manejo de armas? y papá?
Flora: arriba en la habitación durmiendo la mona, anoche vino borracho y oliendo a perfume barato de mujer, me ha mandado a mí que haga la clase por él, yo no es que tenga mucha experiencia en las armas pero... me defenderé.
Manuela: ah! y es eso sobre lo que quieres hablarme? sobre que arma quieres que te aclare dudas?
Flora: no, no, déjalo hija, sé que sabes sobre el tema pero no quiero hablar contigo sobre eso.
Manuela: y sobre qué quieres hablar, entonces?
Flora: no sé, estoy un poco nerviosa por dar clases a chicos de 15 años, quería hablar un rato contigo de madre a hija para ver si consigo tranquilizarme...
Manuela: ah vale! de acuerdo! de qué quieres hablar?
Flora: no sé, a ti por ejemplo te gusta algún chico?
Manuela: mamá, no seas pesada!
Flora: qué? soy tu madre, a mí me lo puedes contar...
Manuela: pues sí... hay uno que me gusta... pero es mayor que yo... y tiene novia... aunque con la novia siempre puede cortar...
Flora: ya, te gusta Fabián, verdad? el único hijo del jefe de todos los científicos de los laboratorios, no?
Manuela: cómo sabes que me gusta Fabián?
Flora: ay! si estas paredes hablaran, aquí se entera una de muchas cosas ¿y qué sabes sobre Fabián? quiero decir... no sé... yo puedo ayudarte con él... como lo voy a tener como alumno puedo hablar con él de ti... por intentarlo...
Manuela: gracias, pero... no creo que tengas oportunidad de hablar con Fabián ni aunque le hagas de profesora en clase de manejo de armas, él asiste muy poco a clase, tiene la nota más alta por falta de asistencia prácticamente de todo el colegio.
Flora: ah! y qué hace Fabián en todas esas horas muertas en las que tendría que estar en clase pero no está para pasar el rato?
Manuela: pues... antes estaba en los laboratorios adelantando los experimentos de su padre, a su padre le gusta tenerle ahí abajo con él porque así él mismo se encarga de hacerle de profesor particular aunque no vaya a clases, pero ahora que tiene novia... seguramente estará en el castillo abandonado y en ruinas que hay en el bosque una vez pasado el prado sin flores.
Flora: en el castillo? pero si ahí se supone que van las parejas para...
Manuela: sí mamá, ya sé para lo que van las parejas al castillo, a mí el otro día un chico de la clase de Fabián me quiso llevar al castillo... yo le pegué una bofetada y le dije que no pero...
Flora: cómo que un chico te quiso llevar al castillo? si tú todavía eres muy niña para eso...
Manuela: mamá si fue él quien tuvo la idea, y yo le dije que no en cuanto me di cuenta... y además yo a ese chico nunca le habló, no sé ni como se le ocurrió ese día a él acercarse a mí...
Flora: y Fabián pasa mucho tiempo en el castillo con su novia Nidia?
Manuela: yo que sé, pero a Nidia sus padres le han echado más de una bronca por fumarse las clases, luego acaban perdonándole porque en el fondo prefieren que Nidia, su hija, pierda las clases por culpa de Fabián a que sea por culpa de otros, por lo menos ahora saben que está segura y que no cambia de chico cada dos por tres.
Flora se miró el reloj.
Flora: uy! que tarde es, me ha gustado mucho hablar contigo hija, pero... ya sabes el deber me llama... otro día seguimos hablando.

Manuela: tarde? pero si todavía falta más de media hora para que suene la campana?
Flora: Manuela, yo necesito prepararme las clases, vete, otro día seguimos, en serio.
Manuela: de acuerdo.
Y Manuela salió del aula, su madre cerró la puerta tras ella, se apoyó en ella cogiendo el pomo de la puerta y respiró entrecortadamente con los ojos llorosos mientras pensaba en lo dicho sobre Fabián por boca de su hija Manuela.
Tras la clase de manejo de armas, a la que Fabián por supuesto no había asistido, Flora fue a la habitación de él en donde se encontró con Enrique, su amigo y compañero de cuarto.
Flora: hola Enrique ¿sabes donde está Fabián? quiero hablar con él de algo.
Enrique: no, bueno sí lo sé, pero es un lugar secreto.
Flora: tú sabes si tardara mucho en venir?
Enrique: no lo sé, no soy su niñera, pero si es algo sobre las clases me lo puedes decir a mí, yo le doy el recado.
Flora: no, prefiero decírselo a él en privado, y preferiría también que salieras del cuarto y me dejaras hablar con él a solas, sino te importa.
Enrique: no, no, claro, seguiré estudiando en la biblioteca.
Enrique cogió los libros y salió afuera a estudiar.
Enrique en cuanto salió vio a Fabián venir silbando y muy tranquilo por el pasillo...
Fabián: hola Enrique.
Enrique: ah hola! iba a estudiar a la biblioteca, y tú de donde vienes tan contento a estas horas?
Fabián: cómo qué de donde vengo? del castillo de estar con Nidia, ya lo sabes...
Enrique: ah! es que ha pasado algo mientras tú no estabas...
Fabián: él qué? si en este colegio nunca pasa nada, cómo es que no estudias en la habitación?
Enrique: a eso voy, es que Flora, la esposa de Francisco, está ahí dentro y me ha echado porque dice que quiere hablar contigo en privado.
Fabián: ah! en serio Flora te ha dicho eso?
Enrique: sí, qué has hecho? qué ha pasado entre Flora y tú?
Fabián: nada, querrá decirme algo de las clases, voy a hablar con ella.
Fabián se acercó al cuarto, antes de abrir la puerta le preguntó a su amigo Enrique...
Fabián: tú sabes si Flora tenía cara de estar muy enfadada?
Enrique: pues sí la verdad, qué pasa Fabián?
Fabián: nada, hablaré con ella, no te preocupes que está todo bien.
Fabián entró al cuarto despidiéndose de su amigo Enrique.
Fabián una vez dentro... vio a Flora.
Fabián: hola-le dijo él sonriendo.
Flora le miró en silencio.
Fabián se acercó a ella y la besó en los labios. Pero Flora lo empujó y le pegó una bofetada.
Fabián sorprendido le preguntó.
Fabián: qué te pasa Flora? ha ocurrido algo que deba saber?
Flora: qué si ha ocurrido algo? tú de qué vas?
Fabián: perdona, no sé de que me estás hablando.
Flora: dónde has estado hasta ahora?
Fabián: en clase de manejo de armas.
Flora: no me mientas! en clase he estado yo porque mi marido vino borracho anoche y tú no has aparecido por ahí!
Fabián: ah! pues en los laboratorios con mi padre...
Flora: que no me mientas! que sé donde has estado!!
Flora se cruzó de brazos.
Flora: en el castillo con tu novia Nidia, verdad?
Fabián: y si he estado con Nidia, que? es mi novia, hago lo que me da la gana con ella.
Flora: cómo qué haces lo que te da la gana con ella? tú que te estás burlando de mí?
Fabián: qué? que yo me estoy burlando de ti? perdona, pero quién es la que viene todos los días a mi habitación a buscarme solo llevando de ropa una gabardina pidiéndome que la consuele, quién? cuántas veces he ido yo a tu habitación a buscarte? ah! ahora te callas porque sabes que tengo razón, quién fue la que me dijo que era mejor para los dos, para los tres, incluyendo a tu marido que yo no cortara con mi novia para que nadie sospechara que tú y yo nos veíamos a escondidas? qué quieres? que dejé de ser cariñoso con Nidia y ella sospeché que puede haber otra mujer y le vaya con el cuento a tu marido, quieres eso?
Flora: no, pero tampoco quiero que tú te sigas viendo con Nidia como si todo marchará bien entre vosotros y tú estuvieras superenamorado de ella. Por qué no lo estás, verdad?
Fabián: Flora, estoy engañando a mi novia contigo, sino fuera porque sé que siento algo muy fuerte por ti, tú crees de verdad que sería capaz de engañar a alguien? tan poco me conoces?

Flora: perdona, es que no me gusta que Nidia te ande rondando tan cerca, es que te juro que cada vez que la veo me dan ganas de matarla, es qué no sé quién se cree ésa que es?
Fabián: perdona, pero te recuerdo que aquí mi novia es Nidia, y tú eres la otra. Y además, ¿esto qué es Flora? qué me estás formando una escena de celos? porque te recuerdo que cuando empezamos a vernos tú me dijiste que no querías que yo me entusiasmara contigo, que tú seguías siendo una mujer casada a pesar de nuestros encuentros y que no se me ocurriera por nada del mundo tomármelo en serio, porque para ti tu marido era el hombre más importante del mundo ¿ es así o no es así?
Flora: sí.
Fabián: entonces qué haces pidiéndome explicaciones sobre lo que hago o dejó de hacer con mi novia Nidia?
Flora: no te creas lo que no es Fabián, yo no estoy celosa, solo que... me preocupa que acabes encerrado en las mazmorras por falta de asistencia a tus clases, por qué no asistes a ellas?
Fabián: no sé... porque son clases sobre como matar a gente y se pasan la hora enseñándote diapositivas de gente muerta teniendo cosas punzantes clavadas, para crear ambiente? pues perdona, pero prefiero mil veces ver el cuerpo de mi novia antes que ver esas películas horrendas donde torturan a gente sin escrúpulos...
Flora: y tus notas? qué pasa si te encierran en las mazmorras por culpa de ellas?
Fabián: soy el único hijo del jefe de todos los científicos, mi padre entra en los archivos secretos de mis notas por el ordenador y me las cambia cada trimestre pactándolo con el director José Luis, no te preocupes, mi padre es demasiado protector conmigo como para permitir que pasé tan solo una noche encerrado en las mazmorras.
Flora: ah! entonces no hay ningún peligro.
Fabián: no, ninguno.
Flora: y qué tal van los estudios con mi hija Manuela?
Fabián: bien, por qué?
Flora: es que no sé si es bueno que te sigas viendo con ella, la pobre se puede hacer ilusiones contigo y no me gustaría que eso pasara.
Fabián: oye, que Manuela y yo solo somos amigos, qué pasa? ahora tienes celos hasta de tu propia hija?
Flora: que no estoy celosa!!
Fabián se acercó al oído de Flora, ignorando sus gritos y le susurró.
Fabián: Flora, no ha habido ni una sola vez en la que haya estado en la cama con Nidia, y no haya estado pensando en ti, ni una sola vez, te lo juro.
Flora se abrazó al cuello de Fabián al escucharle...
Flora: en serio?
Fabián: totalmente.
Y Fabián le abrazó por la cintura y comenzó a besarla, sin dejarle de acariciar el cabello... tras el beso... Fabián la miró a los ojos.
Fabián: qué? ahora vas a admitirme que estás celosa de Nidia si o no?
Flora: bueno, a lo mejor lo estoy un poco.
Fabián: solo un poco?
Flora: Está bien, lo estoy mucho, pero... es que yo no pensé nunca que las cosas fueran a cambiar tanto, cuando tú y yo empezamos a vernos pensé que controlaría la situación, que lo nuestro solo duraría un par de días, pero cada vez que estoy contigo... tengo más ganas de verte... me da miedo que acabes cansándote de mí y no quieras verme más...
Fabián: eso no va a pasar nunca.
Flora: cómo lo sabes? mi marido se cansó de mí.
Fabián: tu marido es un imbécil, él no te quiere tanto como yo.
Fabián comenzó a besar a Flora, pero ella le apartó la cara.
Fabián: y ahora qué pasa? por qué no quieres besarme?
Flora: no es que no quiera, es que... no me digas que me quieres, vale? no lo hagas Fabián, por favor. Dime que me deseas, pero no que me quieres, lo nuestro no puede ser, tú y yo no nos podemos enamorar porque yo ya le pertenezco a mi marido, no confundas lo que hay entre nosotros como una historia de amor porque no lo es.
Fabián al oírla, le lloraron los ojos, y se separó de ella soltándole la cintura...
Fabián: Flora me estás volviendo loco, ya no sé que pensar de ti, vienes a mi cuarto preguntándome sobre mi novia, te pones celosa al saber que he estado con ella, acabo confesándote que yo a la que quiero es a ti, y tú vas y tiras por los suelos todos mis sentimientos, yo no sé ya lo que quieres de mí. Estoy harto que solo acudas a mí cada vez que te peleas con tu marido, yo siempre tengo que estar para ti, pero tú nunca lo estás para mí, no como a mí me gustaría que lo estuvieras.
Flora: Fabián entiéndelo, a mí me gusta estar contigo pero... tú eres demasiado joven para mí, si tuvieras más de 15 años tal vez...
Fabián: si tuviera más de 15 años tú seguirías estando enamorada de tu marido, a ti él que importa de verdad es Francisco, siempre ha sido y siempre lo será.
Flora: Fabián, no me mires así, tú eres muy importante para mí en serio, yo no quiero que dejemos de vernos...

Fabián: y yo no quiero seguir contigo de este modo, no si el único que va a entregar amor en esta relación solo voy a ser yo.
Flora bajó la cabeza hacia el suelo.
Fabián: vete de mi cuarto!
Flora caminó hacia la puerta...
Flora se detuvo a medio camino y mirando a Fabián le dijo con voz lastimera...
Flora: y si volvemos a estar juntos solo una vez más, por última vez?
Fabián la miró a los ojos, se acercó a ella y le acarició la mejilla, la besó y le dijo...
Fabián: la última vez...
Y Fabián caminó hacia atrás con Flora mientras la besaba y la conducía a su cama para tumbarla en ella...
mientras... afuera de la habitación, mientras Flora y Fabián se seguían besando sobre las suaves sábanas azuladas de la cama, en el pasillo ocurrió algo escalofriante, un agujero negro se abrió en el suelo y empezó a tragarse enteros a todos los alumnos que pasaron por esa zona.

De vuelta al futuro... Fabián dijo apenado tras la desaparición de la máquina del tiempo.
Fabián: todo se ha terminado, tristemente llegó el fin.
Cuando, se oyó un ensordecedor ruido, se detectaron luces intermitentes de colores y la máquina del tiempo volvió a aparecer, la portezuela se abrió y Flora salió de su interior...
Fabián la miró sin podérselo creer.
Fabián: qué ha pasado? qué haces tú aquí? te acabo de enviar al pasado, no lo entiendo, la máquina del tiempo debería haberse destruido minutos después de tu llegada...
Fabián inspeccionó el ovni...
Fabián: un momento, está máquina del tiempo no la he construido yo, verdad? tiene el control automático, pero no tiene el mecanismo de autodestrucción... Flora tu...?
Flora: el cable rojo va con el azul, el azul va con el amarillo, y el amarillo va con el violeta, pero no se te ocurra nunca juntar el amarillo con el verde, lo recuerdas?
Flora levantó el diario con sus manos para entregárselo a Fabián.
Fabián miró hacia la mesa donde se suponía que tenía que estar el diario pero no estaba... lo cogió y leyó la página que le indicó Flora.

"año 2038, si quieres que tu destino cambié y volver a ver a Fabián por última vez antes de tu muerte, construye una máquina del tiempo."

Yo misma desde el futuro.

Fabián: tú has construido esta máquina del tiempo?
Flora: sí.
Fabián: desde que fecha has venido Flora?
Flora: desde unas horas antes del día de mi detención con la policía, desde el día 9 de enero.
Fabián: el día 9 de enero, o sea que todavía tú y yo no nos hemos visto minutos antes de subirte al camión y no nos hemos despedido dándonos nuestro último beso, después de que yo corriera tras el camión diciéndote que te quería?
Flora: qué? de qué hablas?
Fabián: de algo que todavía no ha ocurrido pero que tiene que ocurrir, en cuanto regreses a tu época. Por qué has vuelto?
Flora: lo pone en la nota de mi diario, quería verte, si regreso me encerraran en la cárcel, yo intentaré escaparme y moriré cuando los policías me disparen para evitar mi fuga, no quiero morir, quiero quedarme contigo.
Fabián: si te quedas en una época en la que no es la tuya moriremos todos ¡no lo entiendes! ya se ha abierto un agujero negro en el espacio, tienes que regresar.
Flora: tú quieres que yo muera?
Fabián: sino fueras tan impulsiva e impaciente no hubieras muerto aunque los policías descubrieran el armamento en tu camión y te detuvieran, tan solo si te hubieses esperado unos días encerrada en la cárcel, en vez de precipitarte y fugarte podrías haber sabido que tu hija Azucena con tan solo 6 años usando su superfuerza a puñetazos derribando los muros, construyó y canalizó un...
Flora: un qué Fabián?
Fabián: nada, no puedo decírtelo, todo el mundo tiene que morir cuando le llega la hora, a veces se tarda mucho en superar el dolor, pero es el curso de la vida, no se puede ignorar a la muerte.
Flora: no quiero regresar sin besarte por última vez.
Fabián: Flora, déjalo ya! entre tú y yo no hay nada! no puede haberlo! tienes que regresar al ovni, te ayudaré a instalar el mecanismo de autodestrucción y...
Flora: tú no lo entiendes! son muchos meses y años esperando a no sentirme culpable por querer estar contigo, ahora tú y yo tenemos una nueva oportunidad, ahora eres un hombre de 40 años y ya no existe diferencia de edad entre nosotros, no puedes hacerme regresar como si nada!!
Fabián: Flora no dramatices, que tú y yo solo estuvimos juntos 6 meses...
Flora: solo 6 meses?
Fabián: sí, he leído el diario, tras los 6 meses mi padre me operó y al no recordar yo nada de lo ocurrido te rechacé cuando volviste a buscarme...
Flora: no te has leído el diario hasta el final, verdad?
Fabián: he leído lo suficiente.
Flora: tu padre te operó más de una vez para que no recordaras ninguno de nuestros encuentros, seis meses después de nuestro primer beso fue la primera operación, y si es cierto que tú como al principio estabas desmemoriado cuando yo iba a buscarte tú me rechazabas pero... yo volvía a intentarlo, una vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez y otra... hasta que caías rendido a mis pies, y siempre, siempre acababas aceptando Fabián.
Flora le rozó la mano a Fabián, pero éste se la retiró...
Fabián: qué estás intentando decirme? que tú y yo tuvimos encuentros fortuitos de pasión durante los dos años en los que yo continué mi relación con Nidia y todavía seguía en el internado antes de tu detención con la policía y antes de mi marcha al extranjero para sacarme la carrera de psicología?
Flora: sí, exactamente eso Fabián.
Flora se acercó a besar a Fabián, el corazón le latía muy deprisa, las otras veces él le había rechazado, pero tenía que intentarlo una vez más, Flora besó a Fabián con los ojos abiertos temerosa de que él no le correspondiera, pero para su asombro ésta vez Fabián no la apartó, Flora puso sus manos en los hombros de él, cerró los ojos ya más tranquila y siguió besándole.
Fabián la cogió por la cintura, sin detener el beso en ningún momento y la llevó hasta la mesa de madera, la sentó sobre ella y siguió besándole el cuello sin dejar de masajeárselo al mismo tiempo, él la miró y le comenzó a desabrochar los botones de la blusa... luego acercó su cara a la suya y la siguió besando... pero de pronto ellos dos notaron un temblor en todo el internado, el techo comenzó a derrumbarse y cayeron piedrecillas, todo se movía a su alrededor, las estanterías se descolgaron de las paredes a causa de los movimientos sísmicos del terremoto... Fabián al notar aquello, dejó de besar a Flora y se apartó de ella...
Flora: no por favor Fabián, no te pares ahora, ahora no...!
Fabián: Flora, es que lo que no puede ser, no puede ser ¡¿no lo entiendes que si tú y yo nos acostamos ahora, vamos a destruir todo el mundo?!
Flora y Fabián se miraron a los ojos en silencio, mientras el movimiento del terremoto descendía...
Fabián se acercó al ovni, abrió una puerta metálica pequeña, arrancó unos cuantos cables, cogió el destornillador para hacer ajustes, y en cuanto terminó miró a Flora y le dijo.
Fabián: entra y no se te ocurra volver a regresar.
Flora se abrochó los botones de la blusa, se levantó de la mesa de madera y se dirigió hacia el ovni.
Flora: adiós Fabián.
Fabián: adiós Flora.
Flora entró dentro, el ovni volvió a desaparecer, apareció en los pasadizos secretos del interior del internado en la época del pasado, éstos estaban vacíos, sin Fabián cerca, Flora salió del ovni, y se agachó en cuanto éste comenzó a girar como una peonza fluorescente para terminar explotando sin quedar nada de él.
La autodestrucción de la máquina del tiempo se había hecho realidad y tras una mesa de madera, en el pasado, Flora se protegía de los posibles daños de esa explosión.

FIN DEL CAPITULO 28

CAPITULO 29
SEPTIMO DE LA TERCERA TEMPORADA

IRRESISTIBLE

Fabián estaba en su habitación del internado valle seco ese día.
Fabián quitó la rejilla de delante de la chimenea que había en el cuarto y le prendió fuego con una cerilla, cogió el diario de Flora de su cajón, y resbalándole una lágrima por su mejilla, lo lanzó al fuego para que éste lo consumiera para siempre.
En ese instante, la puerta del dormitorio se abrió y Esmeralda entró a él.
Esmeralda: buenos días papá.
Fabián: buenos días hija-dijo él sorbiéndose las lágrimas e intentando aparentar normalidad ante ella.
Esmeralda: la abuela ya ha regresado al pasado?
Fabián: sí y la máquina del tiempo está destruida, tal como debía de ser.
Esmeralda: jo! y eso por qué? yo quería que la abuela se quedara, tenía tantas cosas que preguntarle, tantas cosas que hablar con ella, por qué has dejado que se fuera papá, por qué?
Fabián: hija lo sabes perfectamente! ella no pertenecía a nuestra época y si se hubiera quedado permanentemente hubiera sido el fin del mundo, Flora tenía que regresar, y si tú fueras un poco más madura, lo entenderías y no me harías tantas preguntas.
Esmeralda: qué hace la chimenea encendida? qué has lanzado al fuego papá?
Fabián: nada importante, con el regreso de Flora al pasado todo vuelve a estar en orden, la vida debe continuar sin interrupciones ni alteraciones.
Tras unos minutos, Diego estaba con su uniforme negro y gris del internado dentro de la sala de tiro, disparando con su pistola a la diana, para entrenar su puntería.
Cuando Esmeralda entró silenciosa en la misma sala, se dirigió hacia Diego, y sin previo aviso le besó en los labios, Diego se apartó de ella en cuanto se dio cuenta.
Diego: qué haces?
Esmeralda: quería hablar contigo, tengo algo importante que decirte.
Diego: a ti que es lo que te pasa conmigo, eh? por qué me besas como si hubiera algo entre nosotros? que tú y yo no somos novios! que esto lo hemos hablado montones de veces, que yo quiero a tu tía y solo quiero estar con ella. ¿cuando te va a entrar en la cabeza que yo a la que quiero es a Azucena?
Esmeralda: quieres tranquilizarte??, solo ha sido un beso.
Diego: yo estoy muy tranquilo, y no vuelvas a hacerlo, tú y yo solo somos amigos y compañeros de clase, nada más.
Esmeralda: vale, puedes venir después a mi habitación para hablar contigo?
Diego: no, porque tú no quieres hablar conmigo, y no pienso ir a tu habitación para que te hagas una idea equivocada de lo que no es ¡que yo estoy con Azucena, a ver si te enteras!
Esmeralda: Azucena está con Germán, hace dos meses que ellos dos viven juntos, y estoy segurísima que también han dormido juntos muchísimas noches y mientras tanto tú que...? vas a seguir siéndole fiel? pues no me parece justo...
Diego sin pronunciar palabra levantó el arma hacia ella y le apuntó.
Diego: vete de aquí, antes de que se me pasé por la cabeza probar contigo mi puntería en lugar de con la diana de la pared.
Esmeralda: te estaré esperando en mi cuarto, ven por favor.
Y Esmeralda salió de la sala de tiro. Diego continuó disparando un poco más a la diana, a ver si conseguía quitarse el cabreo por la reciente conversación que había tenido con Esmeralda.
Minutos después, Diego se acercó por el cuarto de Esmeralda, abrió la puerta y vio algo...
Esmeralda no estaba sola en su cuarto, estaba junto a Rocío, otra alumna del internado, Diego vio al entrar como ellas dos se estaban besando en la boca sentadas sobre la cama, Esmeralda se separó de Rocío y mirando a Diego , le dijo.
Esmeralda: hola Diego, sabía que vendrías y que no resistirías la curiosidad.
Rocío: se lo dices tú, vale? yo me voy y en cuanto me llames, vengo-le dijo ella a Esmeralda, mirándola a los ojos tras el beso.
Rocío se levantó de la cama, se dirigió hacia la puerta de salida, pero antes le dirigió una mirada con una sonrisilla escondida en su rostro a Diego y se marchó, cerrando la puerta tras de sí.
Diego y Esmeralda se quedaron a solas...
Diego: por qué me ha mirado Rocío de esa forma? aquí hay algo que no me gusta, qué estáis tramando ya vosotras dos?
Esmeralda: ven, siéntate aquí a mi lado.
Diego se acercó a Esmeralda y se sentó a su lado sobre la cama.
Diego: qué ha pasado entre Rocío y tú?
Esmeralda: por qué lo preguntas?
Diego: porque o tengo la vista mal o os estabais besando cuando he entrado por la puerta.
Esmeralda: sí, de eso quería hablar contigo, entre Rocío y yo no ha pasado nada, todavía, pero va a pasar si tú nos ayudas.
Diego: ayudaros a qué? no te vendría mejor una ayuda de tu padre? lo digo porque además de tu padre es el psicólogo oficial del internado, y si estás teniendo dudas sobre tu orientación sexual pues deberías hablarlo con él, no?
Esmeralda: no, si yo no tengo dudas, yo tengo muy claro que a quién quiero es a ti.
Diego: y el beso con Rocío...?
Esmeralda: es que a Rocío le gustan las chicas y va detrás de mí, ella me lo confesó el otro día cuando nadamos juntas en la piscina, y desde entonces hemos estado hablando y yo le dije que yo estaba enamorada de ti, y ella me propuso una idea para que saliéramos ganando los tres, que a mí al principio me pareció una locura, pero después me dije... ¿y por qué no?
Diego: Esmeralda, de qué me estás hablando? a dónde quieres ir a parar?
Esmeralda: Rocío y yo hemos hablado y ella está de acuerdo, solo falta que lo sepas tú y todo irá genial.
Diego: sigo sin entenderte, que Rocío está de acuerdo con qué? qué es lo que tengo que saber yo? que es lo que tiene que ir genial?
Esmeralda: vamos Diego si lo estás deseando, tú, yo, Rocío, los 3 solos en esta habitación, cerramos la puerta con llave, nos tumbamos en la cama, ya sabes...
Esmeralda se acercó para besar a Diego, pero él se levantó de la cama empujándola y apartándola de él.
Diego: tú estás loca!? en serio me estás proponiendo lo que yo pienso que me estás proponiendo?
Esmeralda: no te pongas nervioso, si es muy fácil, es lo mejor para los tres, tú solo tienes que decir que sí.
Diego: y si te digo que no quiero, qué pasa?
Esmeralda se cruzó de brazos, de pie ante Diego.
Esmeralda: que no me lo creo ¿qué chico se negaría a la oportunidad de tener para él solo a dos chicas a su entera disposición?
Diego: pues yo! yo me niego! es que no sé ni como se te ha podido ocurrir que yo aceptaría semejante idea! que no, que no quiero y punto! que ni con Rocío ni sin Rocío, que yo estoy enamorado de tu tía y solo quiero estar con ella, y entre tú y yo no va a pasar nada, nunca, así que deja de intentarlo.
Diego se marchó de la habitación de Esmeralda, en cuanto ella se quedo a solas pensando en voz alta... dijo.
Esmeralda: que nunca va a pasar nada entre nosotros dos Diego? eso está por verse...
Mientras tanto, en el internado aureola, Azucena seguía hospitalizada en la sala clínica de los pasadizos secretos por la supuesta operación para extraerle un tumor de los ovarios efectuada por Sebastian.
Germán, estaba hablando con el científico Sebastian, en una de las numerosas salas que había repartidas por todos los pasadizos secretos.