Julia e Iván; SE ACABÓ, nuestros niños se van a viajar por el mundo, esperemos que se lo pasen ¡muy bien!
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02/01/2009 18:31
AUTÉNTICO E IRREMPLAZABLE

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#15901

24/02/2009 15:17
Aunque preveo que no hay mucha gente, subo dialoguito, capitulo final y algo largo. Aun queda el epilogo. A ver si os gusta.
CAPÍTULO X
-¡Vamos, Julia!.
Iván se apoyó contra el capo del coche y esperó a que Julia saliera por la puerta principal de la casa. Cruzado de brazos, repasó mentalmente cada una de las tareas que la noche anterior había tachado de la lista a medida que iban siendo cumplidas: la canastilla del bebé llevaba dos meses preparada y dispuesta dentro del meletero, los papeles del médico se encontraban en la guantera y tenía un plano con las tres rutas posibles para llegar al hospital, clasificadas según la distancia al mismo y el tiempo que conllevaba el trayecto. Si no había ningún percance de última hora, tardarían exactamente 8 minutos y 54 segundos en llegar, tal y cómo había ensayado durante los últimos tres días.
Aquella mañana de Septiembre, pasaría a la historia por ser el día previsto para que su primer hijo viniera al mundo. A Julia, aún le faltaban dos semanas para salir de cuentas, pero debido a las complicaciones que había presentado el embarazo durante el último trimestre, los médicos habían decidido adelantar el momento del parto: el bebé nacería mediante una cesaria programada a las doce menos cuarto de la mañana.
-Iván, ¿has cogido las llaves del coche?.
Alzando la cabeza, Iván comprobó con el ceño fruncido como Julia se asomaba por una de las ventanas de la planta superior mientras sostenía un par de libros en la mano.
-Sí.¿Quieres bajar ya?. Vamos a llegar tarde.
Julia hizo un mohín con la boca y sin decir nada, volvió a adentrarse en el dormitorio principal haciendo que Iván la perdiera de vista.
Iván sabía, que en ese momento, los sentimientos que asolaban a Julia eran, como mínimo, tan abrumadoramente confusos como los suyos propios. Estaba nerviosa, asustada, incluso decepcionada. Tenía miedo de que algo fuera mal, tanto como él temía que los designios del destino volvieran a poner en peligro a Julia o al bebé. Y saber que su deseo de dar a luz de forma natural se habían visto frustrados de manera tan repentina, tan sólo había logrado acentuar sus recelos.
Pero Iván sabía que todo iba a salir bien. Porque confiaba en los médicos, en la ciencia y en Julia. Y porque pensar que ese día, marcado desde hacía tiempo en sus agendas, iba a ser el día exacto del nacimiento de su bebé, el día elegido para cambiar sus vidas, daba vértigo, sí, pero era ese tipo de vértigo que te hace sonreir.
-Iván, ¿dónde has puesto mis gafas de sol?.
Julia volvió a aparecer por la puerta de entrada sosteniendo sobre su hombro una bolsa de color marrón. Dando un bufido, Iván se acercó hasta ella, y colgándose la bolsa a la espalda, cogió a Julia de la mano y pusó rumbo hacia el coche.
- Vamos a tener un hijo, Julia, no nos vamos a la playa.
- ¡Espera! - exclamó Julia, parándose en seco- La puerta. Nos la dejamos abierta.
Iván volvió a resoplar y retrocediendo sobre el camino de graba, corrió hasta la puerta de entrada y la cerró con un golpe brusco. Después cogió nuevamente a Julia de la mano y se dirigieron juntos hacia el coche.
- ¿Estás seguro que llevamos todo?.
- Sí.
-¿Has llamado a María y a Carlos?.
- Sí.
- ¿Y a mi madre?.
- También.
- Y supongo que habrás...
- ¡Julia! - la interrumpió el chico, impaciente, mientras ella se sentaba en el asiento del copiloto. Iván la miró detenidamente: su semblante inocente y reflexivo, la mano sobre su vientre y un esbozo de sonrisa en la cara. Estaba preciosa -Todo va a salir bien- susurró,más calmado, mirándola fijamente a los ojos.
Julia amplió su sonrisa.
- Lo sé.
Y por un momento, tan sólo unos segundos, ambos se miraron aténtamente, perdiéndose en la mirada del otro, sonriéndose. De repente, Julia frunció el ceño.
- ¿Pero habrás cerrado el gas?.
Iván cerró la puerta del copiloto y tomó asiento detrás del volante. 8 minutos y 54 segundos, se repitió. Podría soportarlo.
CAPÍTULO X
-¡Vamos, Julia!.
Iván se apoyó contra el capo del coche y esperó a que Julia saliera por la puerta principal de la casa. Cruzado de brazos, repasó mentalmente cada una de las tareas que la noche anterior había tachado de la lista a medida que iban siendo cumplidas: la canastilla del bebé llevaba dos meses preparada y dispuesta dentro del meletero, los papeles del médico se encontraban en la guantera y tenía un plano con las tres rutas posibles para llegar al hospital, clasificadas según la distancia al mismo y el tiempo que conllevaba el trayecto. Si no había ningún percance de última hora, tardarían exactamente 8 minutos y 54 segundos en llegar, tal y cómo había ensayado durante los últimos tres días.
Aquella mañana de Septiembre, pasaría a la historia por ser el día previsto para que su primer hijo viniera al mundo. A Julia, aún le faltaban dos semanas para salir de cuentas, pero debido a las complicaciones que había presentado el embarazo durante el último trimestre, los médicos habían decidido adelantar el momento del parto: el bebé nacería mediante una cesaria programada a las doce menos cuarto de la mañana.
-Iván, ¿has cogido las llaves del coche?.
Alzando la cabeza, Iván comprobó con el ceño fruncido como Julia se asomaba por una de las ventanas de la planta superior mientras sostenía un par de libros en la mano.
-Sí.¿Quieres bajar ya?. Vamos a llegar tarde.
Julia hizo un mohín con la boca y sin decir nada, volvió a adentrarse en el dormitorio principal haciendo que Iván la perdiera de vista.
Iván sabía, que en ese momento, los sentimientos que asolaban a Julia eran, como mínimo, tan abrumadoramente confusos como los suyos propios. Estaba nerviosa, asustada, incluso decepcionada. Tenía miedo de que algo fuera mal, tanto como él temía que los designios del destino volvieran a poner en peligro a Julia o al bebé. Y saber que su deseo de dar a luz de forma natural se habían visto frustrados de manera tan repentina, tan sólo había logrado acentuar sus recelos.
Pero Iván sabía que todo iba a salir bien. Porque confiaba en los médicos, en la ciencia y en Julia. Y porque pensar que ese día, marcado desde hacía tiempo en sus agendas, iba a ser el día exacto del nacimiento de su bebé, el día elegido para cambiar sus vidas, daba vértigo, sí, pero era ese tipo de vértigo que te hace sonreir.
-Iván, ¿dónde has puesto mis gafas de sol?.
Julia volvió a aparecer por la puerta de entrada sosteniendo sobre su hombro una bolsa de color marrón. Dando un bufido, Iván se acercó hasta ella, y colgándose la bolsa a la espalda, cogió a Julia de la mano y pusó rumbo hacia el coche.
- Vamos a tener un hijo, Julia, no nos vamos a la playa.
- ¡Espera! - exclamó Julia, parándose en seco- La puerta. Nos la dejamos abierta.
Iván volvió a resoplar y retrocediendo sobre el camino de graba, corrió hasta la puerta de entrada y la cerró con un golpe brusco. Después cogió nuevamente a Julia de la mano y se dirigieron juntos hacia el coche.
- ¿Estás seguro que llevamos todo?.
- Sí.
-¿Has llamado a María y a Carlos?.
- Sí.
- ¿Y a mi madre?.
- También.
- Y supongo que habrás...
- ¡Julia! - la interrumpió el chico, impaciente, mientras ella se sentaba en el asiento del copiloto. Iván la miró detenidamente: su semblante inocente y reflexivo, la mano sobre su vientre y un esbozo de sonrisa en la cara. Estaba preciosa -Todo va a salir bien- susurró,más calmado, mirándola fijamente a los ojos.
Julia amplió su sonrisa.
- Lo sé.
Y por un momento, tan sólo unos segundos, ambos se miraron aténtamente, perdiéndose en la mirada del otro, sonriéndose. De repente, Julia frunció el ceño.
- ¿Pero habrás cerrado el gas?.
Iván cerró la puerta del copiloto y tomó asiento detrás del volante. 8 minutos y 54 segundos, se repitió. Podría soportarlo.
#15902

24/02/2009 15:18
Cuando Iván estaba nervioso, solía contar. No contaba historias, ni vivencias pasadas; sino objetos, o personas, o pisadas. En resumen, números.
Lo hizo el día en el que tuvo que enfrentarse por primera vez a María sabiendo que María ya no era María, sino que María, su madre. Lo hizo cuando tuvo que declarar delante de un juez en contra de su padre, sabiendo, que por aquel entonces, Jaques Noiret ya no era su padre. Y lo hizo el día en el que nació su hijo, sabiendo que pasase lo que pasase, siempre iba a ser su hijo.
Contó las baldosas que habitaban el camino desde la puerta de la cafetería hasta la mesa de color gris situada en una de las esquinas de la estancia , 45; contó las sillas de color naranja, incómodamente plastificadas, empotradas contra la pared de la sala de espera, 32; contó las enfermeras con pijama azul, blanco y verde que pasarón delante suya durante las tres horas y cuarenta minutos que permaneció delante del quirófano, 4, 2 y 5 respectivamente. En definitiva, contó. Porque cuando Iván Noiret estaba nervioso, solía contar.
Iván iba por el fluorescente número 18 cuando María tocó suavemente su brazo.
- Iván, hijo, ¿por qué no sales junto a Carlos y estiras un rato las piernas?.
Iván declinó la oferta.
- No, gracias.
Y sin intercambiar más palabras con su madre, siguió contando.
Los médicos habían dicho que el parto sería rápido, era una cesaria y además programada, todo estaba medido y controlado milimétricamente. Aún así, las posibilidades de complicaciones eran mínimas, pero no nulas. Todo tiempo, por poco que fuera, sin tener noticias de Julia o de su hijo, siempre era demasiado. Y por mucho que había insistido, replicado y amenazado, Julia había tenido que enfrentarse al momento del parto sola.
- ¿Familiares de Julia Medina?.
Iván saltó de su asiento en cuanto escuchó el nombre de Julia y se acercó con pasos rápidos y torpes hasta el médico de pijama azul que esperaba delante de la puerta del quirófano.
- ¡Yo!. Soy su marido. Bueno, no estamo casdos, soy su novio. El padre del niño.
Iván se pasó una mano por la cara y tomando aire trato de calmarse.
- Soy el padre del niño - respondió con seguridad.
El médico sonrió y le dio una palmada en la espalda.
- ¡Enhorabuena!. Ha tenido una niña preciosa. 2 kilos 900 gramos de pura salud y vitalidad. Tendría que ver como llora.
Iván no sabía cómo responder, y se sintió estúpido al tartamuderar.
- Pero...Ella...¿Está bien?. ¿Y Julia?, ¿mi novia?.
- Las dos están estupéndamente, tanto la madre como la niña. Julia tardará en despertarse de la anestesia un par de horas. Terminaremos de coserla y la subiremos a planta. Y a la niña le están haciendo los controles rutinarios. En cuanto la limpien y la revisen, una enfermera la traerá para que la vea.
E Iván hizo "la danza del padre primerizo".
Porque durante los 9 minutos que tardó en ver a su hija, desde que el médico le anunció su nacimiento hasta que por fín pudo sostenerla en brazos, Iván no pensó, no habló, ni fue consciente de lo que hacía. Porque parecía vivir en un mundo particular e inexistente dentro del propio mundo real y abrumador que en ese momento no tenía importancia para él.
Se sentó, volvió a levantarse, dio una vuelta sobre si mismo, volvió a sentarse. Se levantó un par de veces más, recorrió el pasillo de 9 metros en tres ocasiones y finalmente decidió esperar a su hija apoyado contra la pared, con los brazos cruzados y ante la mirada aguada aunque divertida de María.
Y la espera mereció la pena. Porque la niña era realmente preciosa. Pequeña, arrugada, y de tez pálida, pero preciosa. Y era suya.
Iván se acercó hasta la enfermera que sostenía a su hija y se quedó comtemplándola fijamente en lo que parecieron minutos, tal vez horas. Tenía una notable mata de pelo negro sobre la cabeza, una especie de pelusa de color oscuro ligeramente ondulada. La nariz era de Julia, de eso no cabia duda, pero el resto...Iván nunca había sido demasiado bueno en buscar parecidos, sobretodo si se trataba de un bebé de pocos minutos, y la niña todavía no abría los ojos; pero joder, era una copia suya.
- Es es mi bebé - murmuró, con una sonrisa, sorprendido.
La enfermera rio y le entregó a la niña en brazos
- Sí, señor Noiret, es suyo. Cójala.
Iván sostuvo en brazos a la niña, colocando los brazos tal y cómo la enfermera le indicaba, con miedo al principio, con más miedo despúes. Porque era tan pequeña, parecía tan frágil, y él era tan grande...
- Eso es, la cabecita, tenga cuidado con la cabeza....
Iván pegó el cuerpo de su hija a su pecho y volvió a mirarla sin borrar la sonrisa de su rostro.
- ¿A visto que guapa es? - preguntó.
- Bueno, tiene a quién parecerse- bromeó la enfermera - Ahora tengo que llevármela- le anunció.
- ¿Por qué? -exclamó Iván, estrechando inconscientemente a la niña contra su cuerpo- ¿Le pasa algo?.
- No, no. Tranquilo. Pero no puede quedarse aquí, acaba de nacer -razonó la mujer- La llevaremos a que duerma un ratito con el resto de bebés.
- ¿Hay más?- la cuestinó Iván, y en seguida se arrepintió de haberlo hecho. Por supuesto que había más bebés. Pero en ese momento parecía que sólo ella, su hija, merecia acaparar toda la atención, porque para él no existía otro bebé.
La enfermera obvió el comentario con una sonrisa, estirando los brazos para coger a la niña.
- En cuanto Julia despierte, la subiremos a la habitación con ella para que esté con su mamá.
- Espere - murmuró Iván - ¿Puedo...puedo enseñársela a mi madre?.
La mujer asintió con la cabeza.
- Claro, hombre, adelante, pero dese prisa.
Iván miró hacia María, quien permanecía apartada, mirando por una ventana. Iván pudo notar, a medida que se acercaba, que varias lágrimas corrían por su mejilla y que María hacía intentos desesperados por limpiàrselas disimuládamente, todos ellos en vano.
Y lo sintió.
Sintió ese vínculo que nunca había sentido. Ese vínculo que le unía a ella, a su madre, y a esa otra ella, a su hija. Un nudo inquebrantable que le convertía al mismo tiempo en hijo y padre.
- María -susurró.
María se dio la vuelta y se sorprendió, impactada, ante la estampa que sus ojos le ofrecían. Su hijo, Iván, con un bebé en brazos, con su nieta.
- Iván...Es...es una niña -sonrió.
- Sí -corroboró Iván- Una niña.
-¿Cómo está Julia?.
- Bien, las dos están bien.
- Me alegro.
- ¿Quieres...- Iván carraspeó - ¿Quieres sostenerla?. La enfermera tiene que llevársela pero...¿Quieres... tenerla en brazos?.
María se abrazó a si misma, nunca había tenido a un bebé en brazos, ni si quiera cuando debería de haberlo hecho.
- Yo...No sé sí...
- Cógela -la animó, Iván- Vamos.
María sonrió nerviosa y acercó sus brazos a la pequeña para tomarla en brazos.
- Es...es preciosa -susurró emocionada, mientras mecía a la niña.
- Si, lo es.
- ¿Sabeís ya el nombre que le vaís a poner?. A Julia le gustaba el nombre de Blanca, pero no sé...
- María
-¿Qué? -preguntó la mujer, levantando la mirada de la pequeña.
Iván miró a su hija, despúes a su madre, y no tuvo dudas.
- Se llamará María, como su abuela.
Lo hizo el día en el que tuvo que enfrentarse por primera vez a María sabiendo que María ya no era María, sino que María, su madre. Lo hizo cuando tuvo que declarar delante de un juez en contra de su padre, sabiendo, que por aquel entonces, Jaques Noiret ya no era su padre. Y lo hizo el día en el que nació su hijo, sabiendo que pasase lo que pasase, siempre iba a ser su hijo.
Contó las baldosas que habitaban el camino desde la puerta de la cafetería hasta la mesa de color gris situada en una de las esquinas de la estancia , 45; contó las sillas de color naranja, incómodamente plastificadas, empotradas contra la pared de la sala de espera, 32; contó las enfermeras con pijama azul, blanco y verde que pasarón delante suya durante las tres horas y cuarenta minutos que permaneció delante del quirófano, 4, 2 y 5 respectivamente. En definitiva, contó. Porque cuando Iván Noiret estaba nervioso, solía contar.
Iván iba por el fluorescente número 18 cuando María tocó suavemente su brazo.
- Iván, hijo, ¿por qué no sales junto a Carlos y estiras un rato las piernas?.
Iván declinó la oferta.
- No, gracias.
Y sin intercambiar más palabras con su madre, siguió contando.
Los médicos habían dicho que el parto sería rápido, era una cesaria y además programada, todo estaba medido y controlado milimétricamente. Aún así, las posibilidades de complicaciones eran mínimas, pero no nulas. Todo tiempo, por poco que fuera, sin tener noticias de Julia o de su hijo, siempre era demasiado. Y por mucho que había insistido, replicado y amenazado, Julia había tenido que enfrentarse al momento del parto sola.
- ¿Familiares de Julia Medina?.
Iván saltó de su asiento en cuanto escuchó el nombre de Julia y se acercó con pasos rápidos y torpes hasta el médico de pijama azul que esperaba delante de la puerta del quirófano.
- ¡Yo!. Soy su marido. Bueno, no estamo casdos, soy su novio. El padre del niño.
Iván se pasó una mano por la cara y tomando aire trato de calmarse.
- Soy el padre del niño - respondió con seguridad.
El médico sonrió y le dio una palmada en la espalda.
- ¡Enhorabuena!. Ha tenido una niña preciosa. 2 kilos 900 gramos de pura salud y vitalidad. Tendría que ver como llora.
Iván no sabía cómo responder, y se sintió estúpido al tartamuderar.
- Pero...Ella...¿Está bien?. ¿Y Julia?, ¿mi novia?.
- Las dos están estupéndamente, tanto la madre como la niña. Julia tardará en despertarse de la anestesia un par de horas. Terminaremos de coserla y la subiremos a planta. Y a la niña le están haciendo los controles rutinarios. En cuanto la limpien y la revisen, una enfermera la traerá para que la vea.
E Iván hizo "la danza del padre primerizo".
Porque durante los 9 minutos que tardó en ver a su hija, desde que el médico le anunció su nacimiento hasta que por fín pudo sostenerla en brazos, Iván no pensó, no habló, ni fue consciente de lo que hacía. Porque parecía vivir en un mundo particular e inexistente dentro del propio mundo real y abrumador que en ese momento no tenía importancia para él.
Se sentó, volvió a levantarse, dio una vuelta sobre si mismo, volvió a sentarse. Se levantó un par de veces más, recorrió el pasillo de 9 metros en tres ocasiones y finalmente decidió esperar a su hija apoyado contra la pared, con los brazos cruzados y ante la mirada aguada aunque divertida de María.
Y la espera mereció la pena. Porque la niña era realmente preciosa. Pequeña, arrugada, y de tez pálida, pero preciosa. Y era suya.
Iván se acercó hasta la enfermera que sostenía a su hija y se quedó comtemplándola fijamente en lo que parecieron minutos, tal vez horas. Tenía una notable mata de pelo negro sobre la cabeza, una especie de pelusa de color oscuro ligeramente ondulada. La nariz era de Julia, de eso no cabia duda, pero el resto...Iván nunca había sido demasiado bueno en buscar parecidos, sobretodo si se trataba de un bebé de pocos minutos, y la niña todavía no abría los ojos; pero joder, era una copia suya.
- Es es mi bebé - murmuró, con una sonrisa, sorprendido.
La enfermera rio y le entregó a la niña en brazos
- Sí, señor Noiret, es suyo. Cójala.
Iván sostuvo en brazos a la niña, colocando los brazos tal y cómo la enfermera le indicaba, con miedo al principio, con más miedo despúes. Porque era tan pequeña, parecía tan frágil, y él era tan grande...
- Eso es, la cabecita, tenga cuidado con la cabeza....
Iván pegó el cuerpo de su hija a su pecho y volvió a mirarla sin borrar la sonrisa de su rostro.
- ¿A visto que guapa es? - preguntó.
- Bueno, tiene a quién parecerse- bromeó la enfermera - Ahora tengo que llevármela- le anunció.
- ¿Por qué? -exclamó Iván, estrechando inconscientemente a la niña contra su cuerpo- ¿Le pasa algo?.
- No, no. Tranquilo. Pero no puede quedarse aquí, acaba de nacer -razonó la mujer- La llevaremos a que duerma un ratito con el resto de bebés.
- ¿Hay más?- la cuestinó Iván, y en seguida se arrepintió de haberlo hecho. Por supuesto que había más bebés. Pero en ese momento parecía que sólo ella, su hija, merecia acaparar toda la atención, porque para él no existía otro bebé.
La enfermera obvió el comentario con una sonrisa, estirando los brazos para coger a la niña.
- En cuanto Julia despierte, la subiremos a la habitación con ella para que esté con su mamá.
- Espere - murmuró Iván - ¿Puedo...puedo enseñársela a mi madre?.
La mujer asintió con la cabeza.
- Claro, hombre, adelante, pero dese prisa.
Iván miró hacia María, quien permanecía apartada, mirando por una ventana. Iván pudo notar, a medida que se acercaba, que varias lágrimas corrían por su mejilla y que María hacía intentos desesperados por limpiàrselas disimuládamente, todos ellos en vano.
Y lo sintió.
Sintió ese vínculo que nunca había sentido. Ese vínculo que le unía a ella, a su madre, y a esa otra ella, a su hija. Un nudo inquebrantable que le convertía al mismo tiempo en hijo y padre.
- María -susurró.
María se dio la vuelta y se sorprendió, impactada, ante la estampa que sus ojos le ofrecían. Su hijo, Iván, con un bebé en brazos, con su nieta.
- Iván...Es...es una niña -sonrió.
- Sí -corroboró Iván- Una niña.
-¿Cómo está Julia?.
- Bien, las dos están bien.
- Me alegro.
- ¿Quieres...- Iván carraspeó - ¿Quieres sostenerla?. La enfermera tiene que llevársela pero...¿Quieres... tenerla en brazos?.
María se abrazó a si misma, nunca había tenido a un bebé en brazos, ni si quiera cuando debería de haberlo hecho.
- Yo...No sé sí...
- Cógela -la animó, Iván- Vamos.
María sonrió nerviosa y acercó sus brazos a la pequeña para tomarla en brazos.
- Es...es preciosa -susurró emocionada, mientras mecía a la niña.
- Si, lo es.
- ¿Sabeís ya el nombre que le vaís a poner?. A Julia le gustaba el nombre de Blanca, pero no sé...
- María
-¿Qué? -preguntó la mujer, levantando la mirada de la pequeña.
Iván miró a su hija, despúes a su madre, y no tuvo dudas.
- Se llamará María, como su abuela.
#15903

24/02/2009 15:19
Julia entreabrió los ojos y notó como poco a poco la pesadez que se adueñaba de su mente y de su cuerpo iba desapareciendo para dar paso al razocinio y a la memoria. Sintiendo cómo el mundo volvia a cobrar sentido a su alrededor, giró la cabeza en busca de algún rostro u objeto conocido que despejase su confuso recelo. La voz ronca y susurrante de Iván llamó su atención hacia la izquierda.
Iván estaba inclinado sobre una cuna de plástico, con las mangas de su camisa remangadas y una sonrisa en el rostro. Hablaba. Susurraba palabras repetitivas, en tono dulce y calmo, mientras una manta de color blanco, pequeña y arrugada, parecía moverse dentro del nido. Su bebe. Su hijo. No sabía cuanto tiempo había pasado ni lo que había sucedido en él, pero Julia sintió una punzada en el estomago cuando fue consciente de que ese pequeño que descansaba sobre la cuna, era el mismo que horas antes pateaba su vientre y había habitado en su interior durante casi nueves meses.
Era real, estaba allí, con ella, con Iván, un hijo de ambos.
Julia se llevó la mano hasta su tripa y la acarició suavemente rememorando los movimientos de su bebé, las mañanas en las que ambos se quedaban a solas, ella tumbada en la cama, él en el interior de su tripa, sintiéndose, amándose; comprobando cómo ese vientre redondeado, terso y suave, había dado paso a una tripa flacida aunque igualmente abultada y lo más importante, una explicación, un futo:su hijo.
LLoró.
- Julia, cariño, ya estás despierta.
Iván sintió como Julia se removía en su cama y se acercó hasta ella dándole un beso en los labios.
- Ey, ¿qué pasa?, ¿te ecuentras mal? -preguntó, asustado, cuando sintió sus lágrimas sobre su rostro.
Julia negó con la cabeza y señaló hacia la cuna situada a su lado.
- Sí- sonrió Iván- Es nuestra hija.
-¿Hija?.
- Una niña.
Julia se incorporó sobre la cama, dolorida, sin apartar la mirada de la niña.
- ¿Puedo...?- señaló.
Iván asintió con la cabeza.
- Claro que sí, espera.
Con cuidado, cogió a la niña en brazos, y la acercó hasta Julia asombrado por la facilidad con la que ésta parecía adaptar el cuepo de la pequeña al suyo. Nada que ver con sus movimientos amplios y torpes, se dijo.
- Se llama María, esperó que no te importe, pero...
- Es preciosa - le interrumpió Julia, mirando fijamente a la niña - Preciosa.
- Sí, lo es. Y lo importante es que está bien, las dos estaís bien.
Iván se sentó sobre la cama y miró atentamente a Julia con la pequeña en brazos. Comtempló su rostro, fascinado y sonriente, mientras acariciaba la cara de la niña; recorriendo con sus dedos su nariz, sus cejas, su boca; meciéndola contra su pecho.
- Julia -la llamó.
Julia alzó la cabeza y le miró sonriente.
- ¿Si?.
Iván le acaricio la mejilla.
- Te quiero.
E Iván Noiret volvió a contar, pero esta vez no fueron ni baldosas, ni sillas ni enfermeras. Esta vez fue una historia, la mejor experiencia de su vida, su mejor logro: su hija.
Porque aquel 17 de Septiembre, a las tres y media de la tarde, Maria Noiret Medina, le dio la bienvenida a su nuevo mundo.
Iván estaba inclinado sobre una cuna de plástico, con las mangas de su camisa remangadas y una sonrisa en el rostro. Hablaba. Susurraba palabras repetitivas, en tono dulce y calmo, mientras una manta de color blanco, pequeña y arrugada, parecía moverse dentro del nido. Su bebe. Su hijo. No sabía cuanto tiempo había pasado ni lo que había sucedido en él, pero Julia sintió una punzada en el estomago cuando fue consciente de que ese pequeño que descansaba sobre la cuna, era el mismo que horas antes pateaba su vientre y había habitado en su interior durante casi nueves meses.
Era real, estaba allí, con ella, con Iván, un hijo de ambos.
Julia se llevó la mano hasta su tripa y la acarició suavemente rememorando los movimientos de su bebé, las mañanas en las que ambos se quedaban a solas, ella tumbada en la cama, él en el interior de su tripa, sintiéndose, amándose; comprobando cómo ese vientre redondeado, terso y suave, había dado paso a una tripa flacida aunque igualmente abultada y lo más importante, una explicación, un futo:su hijo.
LLoró.
- Julia, cariño, ya estás despierta.
Iván sintió como Julia se removía en su cama y se acercó hasta ella dándole un beso en los labios.
- Ey, ¿qué pasa?, ¿te ecuentras mal? -preguntó, asustado, cuando sintió sus lágrimas sobre su rostro.
Julia negó con la cabeza y señaló hacia la cuna situada a su lado.
- Sí- sonrió Iván- Es nuestra hija.
-¿Hija?.
- Una niña.
Julia se incorporó sobre la cama, dolorida, sin apartar la mirada de la niña.
- ¿Puedo...?- señaló.
Iván asintió con la cabeza.
- Claro que sí, espera.
Con cuidado, cogió a la niña en brazos, y la acercó hasta Julia asombrado por la facilidad con la que ésta parecía adaptar el cuepo de la pequeña al suyo. Nada que ver con sus movimientos amplios y torpes, se dijo.
- Se llama María, esperó que no te importe, pero...
- Es preciosa - le interrumpió Julia, mirando fijamente a la niña - Preciosa.
- Sí, lo es. Y lo importante es que está bien, las dos estaís bien.
Iván se sentó sobre la cama y miró atentamente a Julia con la pequeña en brazos. Comtempló su rostro, fascinado y sonriente, mientras acariciaba la cara de la niña; recorriendo con sus dedos su nariz, sus cejas, su boca; meciéndola contra su pecho.
- Julia -la llamó.
Julia alzó la cabeza y le miró sonriente.
- ¿Si?.
Iván le acaricio la mejilla.
- Te quiero.
E Iván Noiret volvió a contar, pero esta vez no fueron ni baldosas, ni sillas ni enfermeras. Esta vez fue una historia, la mejor experiencia de su vida, su mejor logro: su hija.
Porque aquel 17 de Septiembre, a las tres y media de la tarde, Maria Noiret Medina, le dio la bienvenida a su nuevo mundo.
#15904

24/02/2009 15:24
uau que bonitooo!!!!
pro cierto e dia lo as elegido al azar??
esque justo es un dia antes que el mio=)
pro cierto e dia lo as elegido al azar??
esque justo es un dia antes que el mio=)
#15905

24/02/2009 15:26
CAPÍTULO 16
Nunca me he considerado alguien religioso, ni mucho menos devoto. Desde que Jacques me daba esas palizas no veía justo que Dios no interviniese por mí y por mi madre... Ahora mismo, espero que, esté donde esté, exista o no, escuche mis plegarias...
María, ¿has hecho ésto o algo parecido en tu vida???????- tengo que preguntárselo...
Sí, una vez...
Qué tal fue??????
Todo salió bien... ahora necesito que me traigais agua, gasas y unas pinzas.- parece segura de lo que hace
Carol, Vicky, buscad esas pinzas. Marcos, ve a por el agua y esas gasas. Yo tengo que ir a por Roque.
Bajo rápido...ah... me duele la muñeca... la tengo morada y muy, muy hinchada... Son las 8, los profes se va a levantar en breve... Aún no sé donde está mi abuelo... Y si ha matado a Camilo????????? O, peor aún, y si Camilo está con ellos???????? Ya he llegado, pero Roque no está!!!!!!!!!!!!! Qué ha pasado con él??????? Si sólo han transcurrido 5 minutos... Entro en el cuarto, Amelia tampoco está... Mierda!!!!!!!!!!!!! Las pistolas también se las han llevado... Tengo que volver a subir!!!!!!!!!!!!! Llego de nuevo a la cocina... están María y Julia. Le ha quitado el jersey y el polo. Están ambas llenas de sangre...
Has encontrado a Roque?????- dice, sin despegar la vista de Julia.
No... se lo han llevado. Temo que vayan a matarlo... María, cómo conseguiste los papeles de la moto???????????
Iván, ahora no hay tiempo para eso...Ven!!!!!! Presiona sobre la herida... Tenemos que cortar la hemorragia... Ha perdido mucha sangre... menos mal que es fuerte...- me muestra una sonrisa forzada, pero sincera...
María se alarma al fijarse en mí.
Iván, por Dios, has visto cómo tienes la muñeca??????? Debe de estar rota!!!!!!!- exagerada... además, eso ahora da igual...
Tranquila, si no me duele...
Sigue presionando, voy a ver donde están éstos, que ya se retrasan...
15 AÑOS DESPÚES
TOC, TOC...
Cielo, llaman a la puerta, puedes abrir?????????- la voz de mi mujer me sobresalta, debe de estar terminando de vestirse...
Voy -abro la puerta... es un hombre de Seur...
Buenos días.
Qué tal? La señora Sonia Noiret???????
Es mi esposa... Démelo a mí.
Firme aquí por favor.- el tío no parece demasiado simpático...
Me lo da y se marcha casi sin despedirse el hombre...
Es un sobre muy pequeño... A ver que es...
15 AÑOS ANTES
María vuelve con los demás.
Ya está todo listo. Chicos, marcharos. Poco más podeis hacer. Iván, quédate por si recupera la consciencia... Te necesita más que nunca...
CONTINUARÁ...
Nunca me he considerado alguien religioso, ni mucho menos devoto. Desde que Jacques me daba esas palizas no veía justo que Dios no interviniese por mí y por mi madre... Ahora mismo, espero que, esté donde esté, exista o no, escuche mis plegarias...
María, ¿has hecho ésto o algo parecido en tu vida???????- tengo que preguntárselo...
Sí, una vez...
Qué tal fue??????
Todo salió bien... ahora necesito que me traigais agua, gasas y unas pinzas.- parece segura de lo que hace
Carol, Vicky, buscad esas pinzas. Marcos, ve a por el agua y esas gasas. Yo tengo que ir a por Roque.
Bajo rápido...ah... me duele la muñeca... la tengo morada y muy, muy hinchada... Son las 8, los profes se va a levantar en breve... Aún no sé donde está mi abuelo... Y si ha matado a Camilo????????? O, peor aún, y si Camilo está con ellos???????? Ya he llegado, pero Roque no está!!!!!!!!!!!!! Qué ha pasado con él??????? Si sólo han transcurrido 5 minutos... Entro en el cuarto, Amelia tampoco está... Mierda!!!!!!!!!!!!! Las pistolas también se las han llevado... Tengo que volver a subir!!!!!!!!!!!!! Llego de nuevo a la cocina... están María y Julia. Le ha quitado el jersey y el polo. Están ambas llenas de sangre...
Has encontrado a Roque?????- dice, sin despegar la vista de Julia.
No... se lo han llevado. Temo que vayan a matarlo... María, cómo conseguiste los papeles de la moto???????????
Iván, ahora no hay tiempo para eso...Ven!!!!!! Presiona sobre la herida... Tenemos que cortar la hemorragia... Ha perdido mucha sangre... menos mal que es fuerte...- me muestra una sonrisa forzada, pero sincera...
María se alarma al fijarse en mí.
Iván, por Dios, has visto cómo tienes la muñeca??????? Debe de estar rota!!!!!!!- exagerada... además, eso ahora da igual...
Tranquila, si no me duele...
Sigue presionando, voy a ver donde están éstos, que ya se retrasan...
15 AÑOS DESPÚES
TOC, TOC...
Cielo, llaman a la puerta, puedes abrir?????????- la voz de mi mujer me sobresalta, debe de estar terminando de vestirse...
Voy -abro la puerta... es un hombre de Seur...
Buenos días.
Qué tal? La señora Sonia Noiret???????
Es mi esposa... Démelo a mí.
Firme aquí por favor.- el tío no parece demasiado simpático...
Me lo da y se marcha casi sin despedirse el hombre...
Es un sobre muy pequeño... A ver que es...
15 AÑOS ANTES
María vuelve con los demás.
Ya está todo listo. Chicos, marcharos. Poco más podeis hacer. Iván, quédate por si recupera la consciencia... Te necesita más que nunca...
CONTINUARÁ...
#15906

24/02/2009 15:30
SONIA¿
como que soniaaa? sera unbroma verdad.... se ahbran confindodo sonia no juliia
como que soniaaa? sera unbroma verdad.... se ahbran confindodo sonia no juliia
#15907

24/02/2009 15:36
aaaayyy dios Sandra! dios mio!
buff me emocionas con todos tus dialogos, es precioso, perfecto!
como los adoro y como los echare de menos! no se si sera por mi "gran día" (notese la ironia) pero con el "Te quiero" me he emocionado y todo!!
esta historia es preciosa, conmovedora al ver a Ivan asi, con un hijo de los dos, con ese amor que tanto tienen, y tu lo sabes transmitir tan bien!!
gracias por tus dialogos Sandra! :)
buff me emocionas con todos tus dialogos, es precioso, perfecto!
como los adoro y como los echare de menos! no se si sera por mi "gran día" (notese la ironia) pero con el "Te quiero" me he emocionado y todo!!
esta historia es preciosa, conmovedora al ver a Ivan asi, con un hijo de los dos, con ese amor que tanto tienen, y tu lo sabes transmitir tan bien!!
gracias por tus dialogos Sandra! :)
#15908

24/02/2009 15:48
Sandra, impresionante tu diálogo!!!!!!!!!!!!!! En serio, espectacular. Mi más sincera felicitación.
#15909

24/02/2009 15:52
Sandraaaaaa por diooooooooooosss me encanta. esta preciosisisisimo que bonitooooooo. Como Ivan coje a la nena y se queda ensimismado porque se adapata perfectamente a Julia. es precioso. y la nena se llama como la abuela. En serio fascinante.
#15910

24/02/2009 16:25
Muchas gracias chicos, me alegro que os guste, de verdad.
Sergio, increible, cada dia mas interesante, pero como que Sonia????? No esta casado con Julia??? Mira que me lo veia venir. Y el de Seur no era de Seur no??? No se.....sospechoso, sospechoso, que habra dentro del sobre? Donde esta Julia??? Sonia es Julia??? Ivan tiene amnesia??? jajajaja. No se, es que Ivan estaba enamorado de Julia, y ahora esta enamorado de Sonia, y en el capitulo anterior dijistes que habia estado a punto de perderla varias veces....mmm.....sabes que vas a tenerte toda la tarde dandole vueltas verdad????
Bequi, para emocionarse el tuyo, cielo, el capitulo en el que Ivan llama a Julia, cuando le dice: Casper. Basto esa palabra, solo esa, para que salieran lagrimones, te lo juro.
Sergio, increible, cada dia mas interesante, pero como que Sonia????? No esta casado con Julia??? Mira que me lo veia venir. Y el de Seur no era de Seur no??? No se.....sospechoso, sospechoso, que habra dentro del sobre? Donde esta Julia??? Sonia es Julia??? Ivan tiene amnesia??? jajajaja. No se, es que Ivan estaba enamorado de Julia, y ahora esta enamorado de Sonia, y en el capitulo anterior dijistes que habia estado a punto de perderla varias veces....mmm.....sabes que vas a tenerte toda la tarde dandole vueltas verdad????
Bequi, para emocionarse el tuyo, cielo, el capitulo en el que Ivan llama a Julia, cuando le dice: Casper. Basto esa palabra, solo esa, para que salieran lagrimones, te lo juro.
#15911

24/02/2009 16:39
ohhh x dios niñas como me haceis esto un dia de resaca en la q estoy pero no estoy!! os juro q tengo la sensibilidad a flor de piel!! tanto q a lo mejor me animo y os pongo un relatito!!
pff sin palabra en serio... bequi tu escenon en la cocina me emociono tanto q casi me caigo de la silla, en serio.... ademas segun iba leyendo q nuestro Ivan se desmoronaba 9 años antes es una escena super fuerteee
y Sandyta, tu relato de infarto, me encanto!!!!! sobran las palabras, tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan bonitooooo
ayss tendrian q aprender los guionistass, si no sabeis a q dedicaros ya lo sabeis no?? escritoras, guionistas, etc etc
y lagunerooooo!!!!!!!! sonia??????????????????????????????????????????? dime q Julia se ha cambiado de nombre x su seguridad, xq al leer Sonia me vino a la mente la novia de Yon!! y nononononononononono no kiero ni imaginarmelaaaaaaaa jaja q loca estoy x dios....... pero q sea nuestra Julia!!!!! de quien va a estar enamorado si no nuestro Ivan???????????
pff sin palabra en serio... bequi tu escenon en la cocina me emociono tanto q casi me caigo de la silla, en serio.... ademas segun iba leyendo q nuestro Ivan se desmoronaba 9 años antes es una escena super fuerteee
y Sandyta, tu relato de infarto, me encanto!!!!! sobran las palabras, tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan bonitooooo
ayss tendrian q aprender los guionistass, si no sabeis a q dedicaros ya lo sabeis no?? escritoras, guionistas, etc etc
y lagunerooooo!!!!!!!! sonia??????????????????????????????????????????? dime q Julia se ha cambiado de nombre x su seguridad, xq al leer Sonia me vino a la mente la novia de Yon!! y nononononononononono no kiero ni imaginarmelaaaaaaaa jaja q loca estoy x dios....... pero q sea nuestra Julia!!!!! de quien va a estar enamorado si no nuestro Ivan???????????
#15912

24/02/2009 16:40
con casper lloraste?? xd
tengo pensado el final final, es dramatico, pero a la vez precioso xd
aun nose si sera ese, creo que me he inspirado en eso por mi dia gris :S
xd
Sergio... SONIA???? :O
es Julia pero cambiado el nombre! verdad??? xd
tengo pensado el final final, es dramatico, pero a la vez precioso xd
aun nose si sera ese, creo que me he inspirado en eso por mi dia gris :S
xd
Sergio... SONIA???? :O
es Julia pero cambiado el nombre! verdad??? xd
#15913

24/02/2009 16:45
Uy, miedo me das, por tu bien que acaben juntos o iras derechita a la hoguera!!!! Na, seguro que es precioso, estoy desenado leer el siguiente capi
#15914

24/02/2009 16:50
si eligo ese final, ten por seguro que dramatico es un rato xd
pues el capi no podre escribirlo hasta ni se sabe =(
pues el capi no podre escribirlo hasta ni se sabe =(
#15915

24/02/2009 16:58
Sandy joder estoy llorando¡¡¡¡ vale ¿como me haceis esto?? es precioso sin duda magnifico ayyy que llorera jaja parezco tonta. ese momento en que la coje a la bebita, sus nervios esperando a que le digan algo, ayyy madre mia que emocion todo en serio en serio magnifico eres grande nena¡¡¡
Sergio espero que te hayas equivocado jajaja
edito: Bequi ¿final tragico??? ayy no no me lo hagais pasar mal xfiii
Sergio espero que te hayas equivocado jajaja
edito: Bequi ¿final tragico??? ayy no no me lo hagais pasar mal xfiii
#15916

24/02/2009 17:01
Ey, que ha dicho dramatico pero bonito, solo dramatico, no tragico. Tengamos fe en Bequi y seamos postivos.
Bequi, sin prisas, lo buendo se hace esperar XD
Bequi, sin prisas, lo buendo se hace esperar XD
#15917

24/02/2009 17:02
Que pasa aqui que veo muchos animos grises. demasiados diria yo. y ni un solo silvido
#15918

24/02/2009 17:05
Sandy gracias por la aclaracion me pongo negativa, perdoneme usted
#15919

24/02/2009 17:05
para vosotras que es tragico??
esq estoy intentando desacerme de esa idea.. pero no se xd
esq estoy intentando desacerme de esa idea.. pero no se xd
#15920

24/02/2009 17:07
Aver que pasa aqui con lo trajico. de trajico nada. aque todo finales felices
Edito:Sandra tienes un privado
Edito:Sandra tienes un privado