Julia e Iván; SE ACABÓ, nuestros niños se van a viajar por el mundo, esperemos que se lo pasen ¡muy bien!
#0

02/01/2009 18:31
AUTÉNTICO E IRREMPLAZABLE

Vídeos FormulaTV
#14961

20/02/2009 22:14
Parte 17 (la primera de dos ;D)
Lejos de la pista de baile, Eli estaba intentando resistirse a Martín, quien hacía tiempo había caído rendido a los encantos de aquella rubia angelical y estaba empleando todas sus armas para conquistarla.
Ambos estaban sentados en una de las mesas bajas, cerca del bar, y tenían delante varios cócteles. Eli, que normalmente no solía beber mucho, ya llevaba tres de aquellos y comenzaba a bajar la guardia y a relajarse, riéndose de las gracias de Martín.
Martín la encontraba encantadora, los ojos le brillaban y se la veía menos defensiva que las otras veces que la había visto. Se reclinó para observarla mejor, mientras el camarero le sirvió una ronda de tequila para él. Eli miró curiosa los vasitos.
- ¿Para mí no hay?
Martín la miró sonriente, y negó con la cabeza.
- No es una bebida de niñas buenas como tú. - Y se bebió uno de golpe.
Eli frunció el ceño, y le contestó retadora.
- No soy tan buena como crees. - Cambió la expresión seria por una sonrisa traviesa, de aquellas que a Martín le producían escalofríos. - Además seguro que aguanto más que tú.
La primera intención de Martín fue negarse, él también había bebido más de lo normal, y aunque no estaba tan bebido como su adorable pareja, si estaba lo suficiente como para no querer más.
Eli que debió intuir sus pensamientos se rió.
- ¡Cobarde! ¿No era que no tenías miedo a nada?
Martín se lo pensó un segundo y llamó al camarero, y con un gesto le indicó los tequilas, para pedir más.
- Un reto es un reto. Atente a las consecuencias.
El camarero apareció con rondas, la primera de las cuales se bebieron de golpe y a la vez. Y Elisa aguantó muy bien. Aunque no lo suficiente ya que no pudo beberse la quinta. Martín arrastró su silla hasta situarse al lado de Eli, y se bebió su sexto mirándola fijamente.
- ¿Hay premio por haber ganado? - dijo con toda intención.
Elisa, que estaba absorta mirando los labios de Martín moverse desde tan cerca, se encogió de hombros.
- ¿Quieres una medalla?
Martín, que ya estaba borracho del todo pero aún distinguía lo que quería, negó con la cabeza, y se acercó más a Eli y habló con los labios rozando los de la chica.
- No me interesan las medallas, pero sí las chicas que las entregan.
Y la besó. La boca de Eli sabía todavía al tequila que acababa de beber, y sus labios eran suaves e invitadores. Se sorprendió cuando ella le echó los brazos al cuello y lo besó también, lo que hizo que soltara un gruñido bajo que hizo reír a Eli, y ella jugando le mordió un labio. Lo que hizo que a Martín la cabeza le diera vueltas.
- ¿Así que el angelito quiere guerra? - le preguntó con voz ronca, mientras le besaba el cuello.
Eli, que estaba flotando, asintió sin hablar. Martín abandonó un lugar tan hermoso para mirarla.
- Guerra tendrá entonces.
Y la volvió a besar, con más intensidad y dejando que ella le devolviera los besos con igual interés.
En otro lugar no muy lejos de allí…
Julia todavía seguía en brazos de Iván cuando la canción terminó y empezó otra. Pero Iván la apartó de la pista para llevarla hacia uno de los laterales de la sala.
Ella no sabía lo que le había pasado, no tenía ni idea de qué le había pasado por la mente para atreverse a besarlo.
Comenzaba a sentirse incómoda, pero no fue capaz de pensar en nada coherente que decir.
- ¿Por qué? - preguntó Iván con amabilidad y pasándole una mano por la mejilla.
Ella debió de poner una expresión rara y, de hecho, Iván la vio mirar a ambos lados como buscando una salida. De modo que para prevenir fugas la arrinconó contra la pared, poniendo una mano a cada lado de la cabeza de Julia.
- ¿Te arrepientes?- preguntó Iván en voz baja.- Porque si es así yo…
Ella negó con la cabeza. No lo sentía y era cierto. De hecho ese beso la hacía sentir viva, asustada, eufórica, emocionada y con ganas de más. Pero no podía explicárselo.
- Es complicado.
Iván sonrió perezosamente, por un segundo había sentido pánico al pensar que ella se largaría o algo peor, le diría que no quería verlo más. Y la observó con intensidad, desde los ojos almendrados y oscuros en las sombras del local, hasta los labios rosados. Apoyó la yema de un dedo en el labio inferior de Julia, que aún estaba hinchado por sus besos.
- No es complicado Julia, es todo lo simple que quieras hacerlo.
Y la besó, con suavidad, la boca de ella era cálida y su aliento dulce. Se oyó jadear a sí mismo cuando el beso se hizo más intenso. La besó abriendo sus labios y empujándola hasta que su espalda tocó la pared. Ella tenía una mano apoyada en su pecho e Iván podía sentir las caricias suaves de la otra en su nuca. Estaba en el cielo.
Lejos de la pista de baile, Eli estaba intentando resistirse a Martín, quien hacía tiempo había caído rendido a los encantos de aquella rubia angelical y estaba empleando todas sus armas para conquistarla.
Ambos estaban sentados en una de las mesas bajas, cerca del bar, y tenían delante varios cócteles. Eli, que normalmente no solía beber mucho, ya llevaba tres de aquellos y comenzaba a bajar la guardia y a relajarse, riéndose de las gracias de Martín.
Martín la encontraba encantadora, los ojos le brillaban y se la veía menos defensiva que las otras veces que la había visto. Se reclinó para observarla mejor, mientras el camarero le sirvió una ronda de tequila para él. Eli miró curiosa los vasitos.
- ¿Para mí no hay?
Martín la miró sonriente, y negó con la cabeza.
- No es una bebida de niñas buenas como tú. - Y se bebió uno de golpe.
Eli frunció el ceño, y le contestó retadora.
- No soy tan buena como crees. - Cambió la expresión seria por una sonrisa traviesa, de aquellas que a Martín le producían escalofríos. - Además seguro que aguanto más que tú.
La primera intención de Martín fue negarse, él también había bebido más de lo normal, y aunque no estaba tan bebido como su adorable pareja, si estaba lo suficiente como para no querer más.
Eli que debió intuir sus pensamientos se rió.
- ¡Cobarde! ¿No era que no tenías miedo a nada?
Martín se lo pensó un segundo y llamó al camarero, y con un gesto le indicó los tequilas, para pedir más.
- Un reto es un reto. Atente a las consecuencias.
El camarero apareció con rondas, la primera de las cuales se bebieron de golpe y a la vez. Y Elisa aguantó muy bien. Aunque no lo suficiente ya que no pudo beberse la quinta. Martín arrastró su silla hasta situarse al lado de Eli, y se bebió su sexto mirándola fijamente.
- ¿Hay premio por haber ganado? - dijo con toda intención.
Elisa, que estaba absorta mirando los labios de Martín moverse desde tan cerca, se encogió de hombros.
- ¿Quieres una medalla?
Martín, que ya estaba borracho del todo pero aún distinguía lo que quería, negó con la cabeza, y se acercó más a Eli y habló con los labios rozando los de la chica.
- No me interesan las medallas, pero sí las chicas que las entregan.
Y la besó. La boca de Eli sabía todavía al tequila que acababa de beber, y sus labios eran suaves e invitadores. Se sorprendió cuando ella le echó los brazos al cuello y lo besó también, lo que hizo que soltara un gruñido bajo que hizo reír a Eli, y ella jugando le mordió un labio. Lo que hizo que a Martín la cabeza le diera vueltas.
- ¿Así que el angelito quiere guerra? - le preguntó con voz ronca, mientras le besaba el cuello.
Eli, que estaba flotando, asintió sin hablar. Martín abandonó un lugar tan hermoso para mirarla.
- Guerra tendrá entonces.
Y la volvió a besar, con más intensidad y dejando que ella le devolviera los besos con igual interés.
En otro lugar no muy lejos de allí…
Julia todavía seguía en brazos de Iván cuando la canción terminó y empezó otra. Pero Iván la apartó de la pista para llevarla hacia uno de los laterales de la sala.
Ella no sabía lo que le había pasado, no tenía ni idea de qué le había pasado por la mente para atreverse a besarlo.
Comenzaba a sentirse incómoda, pero no fue capaz de pensar en nada coherente que decir.
- ¿Por qué? - preguntó Iván con amabilidad y pasándole una mano por la mejilla.
Ella debió de poner una expresión rara y, de hecho, Iván la vio mirar a ambos lados como buscando una salida. De modo que para prevenir fugas la arrinconó contra la pared, poniendo una mano a cada lado de la cabeza de Julia.
- ¿Te arrepientes?- preguntó Iván en voz baja.- Porque si es así yo…
Ella negó con la cabeza. No lo sentía y era cierto. De hecho ese beso la hacía sentir viva, asustada, eufórica, emocionada y con ganas de más. Pero no podía explicárselo.
- Es complicado.
Iván sonrió perezosamente, por un segundo había sentido pánico al pensar que ella se largaría o algo peor, le diría que no quería verlo más. Y la observó con intensidad, desde los ojos almendrados y oscuros en las sombras del local, hasta los labios rosados. Apoyó la yema de un dedo en el labio inferior de Julia, que aún estaba hinchado por sus besos.
- No es complicado Julia, es todo lo simple que quieras hacerlo.
Y la besó, con suavidad, la boca de ella era cálida y su aliento dulce. Se oyó jadear a sí mismo cuando el beso se hizo más intenso. La besó abriendo sus labios y empujándola hasta que su espalda tocó la pared. Ella tenía una mano apoyada en su pecho e Iván podía sentir las caricias suaves de la otra en su nuca. Estaba en el cielo.
#14962

20/02/2009 22:15
no hayas respuesta no Alex????? jeje
es verdad tiene cara de ole que alegria pa el cuerpo que me acabo de dar
edito: Sergio ten cuidadín que mas de una vez casi llamamos a la ambulancia xd
es verdad tiene cara de ole que alegria pa el cuerpo que me acabo de dar
edito: Sergio ten cuidadín que mas de una vez casi llamamos a la ambulancia xd
#14963

20/02/2009 22:16
Estoy escribiendo el final de esta parte ^^
Como sieeeeeeeeempre... ¡Espero que os guste! ;D
Como sieeeeeeeeempre... ¡Espero que os guste! ;D
#14964

20/02/2009 22:17
Olaa !
#14965

20/02/2009 22:19
anacleta que no vuelva a ocurrir ee xD
ya me a queddo claro los del ´´sable` esto es lo ultimo basato que vamos a decir oi verdad?
ya me a queddo claro los del ´´sable` esto es lo ultimo basato que vamos a decir oi verdad?
#14966

20/02/2009 22:23
por mi si tia.....que parezco un camionero cuando hablo asinnnn.....aqui puede entrar un niño y con las cosas que pongo....no esta bien no.....
#14967

20/02/2009 22:25
si pues juliaa tambien va cansadilla a la habitacion ...
#14968

20/02/2009 22:25
luego vengooooo, aver si tengo suerte y hay dialogos nuevos, por cierto Ruben que veo que estás por aqui ¿el tuyo para cuando???
besazos a todos
besazos a todos
#14969

20/02/2009 22:26
ay¡¡¡ cosmopolitannnn......si la Julia va mas cansada que Ivan la verdad....jejejejeje.....adivinar quien trabajo mas? jejejejejeje....adivinar que es lo que mejor se le da a Julia segun Ivan.....jejejejeje
#14970

20/02/2009 22:31
--- EL INTERNADO: nueve años después ---
Nueve años antes:
Permanecía sentada en la silla del escritorio, embargada en sus pensamientos, sin siquiera pensar en que estaba dando clase. Todo se le venia encima. Su hermano seguía enfermo y no estaba segura de que se pondría bien, estaba actuando como una persona que no era y que no había querido ser nunca. Estaba traicionando la confianza de Marcos y con ello su amor. Si, todo le daba vueltas y ella no era capaz de dormir una noche entera sin despertarse o tener pesadillas, de la misma manera que no era capaz de respirar tranquila y segura.
-¿esta así bien? – oyó la dulce voz de Paula.
-haber – dijo ella cogiendo el dibujo – si, es precioso ¿Quién es esta mujer?
-Es mi mamá – respondió la niña volviendo a coger el papel.
Amelia solo pudo emitir una sonrisa falsa y triste. Si supieran. Si supieran todo lo que giraba en torno a ellos y entorno a su propia madre… quizás así todo fuera distinto, quizás así ella podría vivir tranquila. Pero no, había arriesgado demasiado para mantener a su hermano con vida y aunque hacia semanas que pasaba por su cabeza la idea de ayudar a Marcos respecto a ese tema, de hacerle saber que su madre no estaba muerta, ella no iba a tirar todo por la borda. No podía hacerlo y no quería. La vida de su propio hermano estaba en sus manos y aunque le doliera más que nada, ella haría lo posible por salvarle, de la misma manera que intentaría hacer lo posible para mantener a Marcos lejos de Noiret y sus secuaces. Si algo le pasaría, cualquier cosa por pequeña que fuese… ella no se lo perdonaría nunca. De repente el sonido del móvil hizo que se sobresaltara y saliera de su ensimismamiento. Era un mensaje de Marcos. Quería hablar con ella y aunque no era el momento algo le decía que debía ir.
- chicos, ahora vuelvo – dijo a los niños - ¡no os mováis eh!
Salio de la clase y se dirigió por el pasillo hacia la habitación de Marcos, donde supuso que estaría. Entonces, noto que alguien le agarraba con firmeza y tiraba de ella.
- ¡Marcos! – dijo sorprendida e intentando soltarse.
Se dio cuenta de que él parecía enfadado, que estaba mal, y se espero lo peor.
- me haces daño – dijo Amelia con firmeza.
Pero él no la soltó y mirando a ambos lados fueron a la habitación de ella. En cuanto entraron Marcos la soltó y cerró la puerta.
- ¿Qué pasa? – preguntó alejándose de él.
- ¿Qué que pasa Amelia? – respondió él con frialdad.
Entonces se callo un instante y dirigió su vista hacia ella. De tal manera a Amelia que le costaba aguantarla, pero no lo hizo. Miro a los ojos de Marcos con preocupación.
-me pasa que todo se esta jodiendo – dijo él – me pasa que todo lo que quiero es una simple mentira, que las personas me traicionan como si eso no importara.
Se dio cuenta. Lo sabía, él lo sabia. Y sintió como todo se derrumbaba, de repente sintió que le había perdido, que él, lo que más quería, ya no estaba.
-¿no vas a decir nada? – dijo acercándose hacia ella.
Amelia le aguanto la mirada, ambos estaban de una vez frente a frente. No existía esa dura mentira entre los dos. Aunque por esa misma razón todo se había acabado, lo sabía.
-Marcos… - empezó ella, notando como poco a poco se le quebraba la voz.
-¿verdad que esta mal que te engañen y manipulen? – siguió el con una dureza sorprendente.
-No se a que estas jugando… - intento decir con firmeza.
Pero Marcos se acercó más a ella y la cogio del brazo.
-lo se todo Amelia.
-Marcos, no lo entiendes… - dijo ella con lágrimas en los ojos.
-Me das asco – siguió él – no se como has podido, no se como has sido capaz de estar a mi lado con esa frialdad… y como yo estaba contigo sin darme apenas cuenta.
-Marcos déjame por favor – dijo ella notando como las manos de él apretaban más su antebrazo.
-No voy a soltarte hasta que no me lo expliques – dijo él – hasta que no entienda porque lo has hecho, porque estabas conmigo solo por información.
PARTE 15:
-ven aquí corazón – dijo acercándose a una niña que estaba jugando con la tierra.
Se acerco hacia ella y cogio sus pequeñas manitas, haciéndola ver que no se jugaba con eso. Ella solo río y se dirigió hacia el pequeño parque con sus amigos de preescolar. Amelia simplemente sonrío. Sintió el cálido sol en su piel y se recogió el pelo en una coleta antes de fijarse de nuevo en los niños. Le encantaba ese trabajo, cuidarles y estar con ellos todo el día. Al menos, después de todo lo que había pasado en aquel internado, parecía que algo no había cambiado. Ella y su amor por los niños.
- Mónica – dijo entonces su compañera.
-¡dime! – dijo girándose hacia ella.
-hay alguien esperándote en la entrada.
Miro a su compañera extrañada. Había hecho amigos, tenía a su hermano… pero nunca nadie había ido a buscarla a su propio trabajo. Llevaba una vida un tanto apartada del mundo, algo que no había podido evitar después de lo que pasó. Haciendo un gesto con la mano a su amiga se fue del patio donde estaban y se dirigió a la salida. Entonces, sintiendo el cálido sol en su piel, el suave olor de las lilas a su alrededor y la suave brisa en su rostro… se fijo en la figura de aquella persona que tanto había querido y seguía queriendo.
- Marcos – dijo sorprendida, casi en un susurro.
Se quedo helado nada más ver la imagen de Fabio delante de él. Desde luego que eso no se lo esperaba, ni siquiera había pensado en encontrárselo. Aunque verle allí seria de lo más lógico ¿no? Al parecer llevaba con Julia una relación seria, y eso hizo que se instalara en él una sensación que intento esconder y no dar nombre. Había ido allí por Miguel, solo eso.
Nueve años antes:
Permanecía sentada en la silla del escritorio, embargada en sus pensamientos, sin siquiera pensar en que estaba dando clase. Todo se le venia encima. Su hermano seguía enfermo y no estaba segura de que se pondría bien, estaba actuando como una persona que no era y que no había querido ser nunca. Estaba traicionando la confianza de Marcos y con ello su amor. Si, todo le daba vueltas y ella no era capaz de dormir una noche entera sin despertarse o tener pesadillas, de la misma manera que no era capaz de respirar tranquila y segura.
-¿esta así bien? – oyó la dulce voz de Paula.
-haber – dijo ella cogiendo el dibujo – si, es precioso ¿Quién es esta mujer?
-Es mi mamá – respondió la niña volviendo a coger el papel.
Amelia solo pudo emitir una sonrisa falsa y triste. Si supieran. Si supieran todo lo que giraba en torno a ellos y entorno a su propia madre… quizás así todo fuera distinto, quizás así ella podría vivir tranquila. Pero no, había arriesgado demasiado para mantener a su hermano con vida y aunque hacia semanas que pasaba por su cabeza la idea de ayudar a Marcos respecto a ese tema, de hacerle saber que su madre no estaba muerta, ella no iba a tirar todo por la borda. No podía hacerlo y no quería. La vida de su propio hermano estaba en sus manos y aunque le doliera más que nada, ella haría lo posible por salvarle, de la misma manera que intentaría hacer lo posible para mantener a Marcos lejos de Noiret y sus secuaces. Si algo le pasaría, cualquier cosa por pequeña que fuese… ella no se lo perdonaría nunca. De repente el sonido del móvil hizo que se sobresaltara y saliera de su ensimismamiento. Era un mensaje de Marcos. Quería hablar con ella y aunque no era el momento algo le decía que debía ir.
- chicos, ahora vuelvo – dijo a los niños - ¡no os mováis eh!
Salio de la clase y se dirigió por el pasillo hacia la habitación de Marcos, donde supuso que estaría. Entonces, noto que alguien le agarraba con firmeza y tiraba de ella.
- ¡Marcos! – dijo sorprendida e intentando soltarse.
Se dio cuenta de que él parecía enfadado, que estaba mal, y se espero lo peor.
- me haces daño – dijo Amelia con firmeza.
Pero él no la soltó y mirando a ambos lados fueron a la habitación de ella. En cuanto entraron Marcos la soltó y cerró la puerta.
- ¿Qué pasa? – preguntó alejándose de él.
- ¿Qué que pasa Amelia? – respondió él con frialdad.
Entonces se callo un instante y dirigió su vista hacia ella. De tal manera a Amelia que le costaba aguantarla, pero no lo hizo. Miro a los ojos de Marcos con preocupación.
-me pasa que todo se esta jodiendo – dijo él – me pasa que todo lo que quiero es una simple mentira, que las personas me traicionan como si eso no importara.
Se dio cuenta. Lo sabía, él lo sabia. Y sintió como todo se derrumbaba, de repente sintió que le había perdido, que él, lo que más quería, ya no estaba.
-¿no vas a decir nada? – dijo acercándose hacia ella.
Amelia le aguanto la mirada, ambos estaban de una vez frente a frente. No existía esa dura mentira entre los dos. Aunque por esa misma razón todo se había acabado, lo sabía.
-Marcos… - empezó ella, notando como poco a poco se le quebraba la voz.
-¿verdad que esta mal que te engañen y manipulen? – siguió el con una dureza sorprendente.
-No se a que estas jugando… - intento decir con firmeza.
Pero Marcos se acercó más a ella y la cogio del brazo.
-lo se todo Amelia.
-Marcos, no lo entiendes… - dijo ella con lágrimas en los ojos.
-Me das asco – siguió él – no se como has podido, no se como has sido capaz de estar a mi lado con esa frialdad… y como yo estaba contigo sin darme apenas cuenta.
-Marcos déjame por favor – dijo ella notando como las manos de él apretaban más su antebrazo.
-No voy a soltarte hasta que no me lo expliques – dijo él – hasta que no entienda porque lo has hecho, porque estabas conmigo solo por información.
PARTE 15:
-ven aquí corazón – dijo acercándose a una niña que estaba jugando con la tierra.
Se acerco hacia ella y cogio sus pequeñas manitas, haciéndola ver que no se jugaba con eso. Ella solo río y se dirigió hacia el pequeño parque con sus amigos de preescolar. Amelia simplemente sonrío. Sintió el cálido sol en su piel y se recogió el pelo en una coleta antes de fijarse de nuevo en los niños. Le encantaba ese trabajo, cuidarles y estar con ellos todo el día. Al menos, después de todo lo que había pasado en aquel internado, parecía que algo no había cambiado. Ella y su amor por los niños.
- Mónica – dijo entonces su compañera.
-¡dime! – dijo girándose hacia ella.
-hay alguien esperándote en la entrada.
Miro a su compañera extrañada. Había hecho amigos, tenía a su hermano… pero nunca nadie había ido a buscarla a su propio trabajo. Llevaba una vida un tanto apartada del mundo, algo que no había podido evitar después de lo que pasó. Haciendo un gesto con la mano a su amiga se fue del patio donde estaban y se dirigió a la salida. Entonces, sintiendo el cálido sol en su piel, el suave olor de las lilas a su alrededor y la suave brisa en su rostro… se fijo en la figura de aquella persona que tanto había querido y seguía queriendo.
- Marcos – dijo sorprendida, casi en un susurro.
Se quedo helado nada más ver la imagen de Fabio delante de él. Desde luego que eso no se lo esperaba, ni siquiera había pensado en encontrárselo. Aunque verle allí seria de lo más lógico ¿no? Al parecer llevaba con Julia una relación seria, y eso hizo que se instalara en él una sensación que intento esconder y no dar nombre. Había ido allí por Miguel, solo eso.
#14971

20/02/2009 22:31
Miriam mañana x fin xD
#14972

20/02/2009 22:31
anacleta julia se debio de mover mas...
que es lo que se le dara tambien a juliaa?
que es lo que se le dara tambien a juliaa?
#14973

20/02/2009 22:31
-¿esta Julia? – preguntó dudando.
-No, aun no ha vuelto.
-¿Quién es? – oyó que decía Miguel desde dentro.
-Un amigo de tu madre – respondió Fabio – ¿quieres pasar?
-Bueno… yo tengo…
Pero Fabio abrió más la puerta invitándole a pasar y él entro en el loft. La verdad es que era un lugar acogedor y bonito. No se imaginaba la casa de Julia de ese estilo y le gustó. Paredes llenas de estanterías y libros, desorden propio de tener un niño en casa, cuadros de ciudades en las paredes además de múltiples fotografías que rodeaban cada hueco de esa entrada. Se fijo en ellas. Algunas eran de viajes, atardeceres, cosas sin importancia plasmadas en una imagen… y otras eran de ella y de Miguel. Se pregunto si aquellas fotografías serian hechas por ella, si era así, era muy buena con la cámara. Acababa de entrar en aquella casa y ya sentía el olor cálido de un hogar clavado en él, aquella sensación incluso le gustaba. Siguió fijándose en cada hueco que rodeaba la vida de Julia, de las cosas que colgaba encima de una mesa o estantería, de los libros que apilaba desordenados en una mesa de la esquina. Era amplio y abierto, estilo americano, unas escaleras comunicaban a la parte de arriba y se imagino que seria un ático. Siguió a Fabio hasta la cocina y entraron por un salón que se comunicaba con ella y el comedor por un gran arco. Aquella estancia era luminosa y unos grandes ventanales daban al exterior, desde luego que aquel loft era amplio y bonito. Mirando aquellos ventanales y las paredes de esa casa se fijo en que Miguel estaba en el salón.
-¡hola! – saludo el niño.
Se quedo parado mirando la imagen del crío por encima del sofá y se sintió extraño al tener frente a él a su propio hijo.
-hola enano ¿Qué tal? – saludo con la mano.
-Bien, me abrieron un boquete enorme en el cuello ¿lo viste?
-Si…bueno.
Pero el crío se dio la vuelta y se puso a jugar con algo, posiblemente un videojuego, pensó Iván. Sonrío para él y se alegro de que estuviera bien, había estado preocupado desde lo que paso y era un alivio verle tan tranquilo en su propia rutina.
-pasa, estoy haciendo espaguetis – dijo Fabio adentrándose a la cocina.
Él se apoyo en la encimera y pensó que estaba haciendo allí, tenia cosas que hacer, Vicky le estaba esperando…
-lo que se les da bien a los italianos ¿no?
Pero decidió no irse. Le había costado mucho convencerse de llegar hasta allí y sabia que era ese día o nunca.
-Si, eso y otras cosas… - dijo él guiñándole un ojo.
Lo decía de broma, dándole a entender algo que los dos sabían. Pero Iván ni siquiera emitió una sonrisa, porque no le hacia ninguna gracia. Aquel hombre no le gustaba en absoluto y no sabia como Julia se había podido fijar en él. Pero bueno, esas cosas ya no importaban, o al menos, no debían hacerlo.
-Julia… ¿va a tardar mucho? – preguntó.
-bueno, no se sabe – dijo Fabio mientras sacaba los espaguetis de la cazuela – se fue esta mañana a no se donde, quizás se haya ido a hacer fotos, como cuando quiere pensar.
Él se quedo callado, estupendo, no sabia ni cuando iba a volver.
-¿pensar?
-si, pensar – respondió sin parar de cocinar – ¿tu que haces aquí? ¿Por qué la buscas?
Entonces Fabio se dio la vuelta y quedo frente a él.
-es… es por Miguel – respondió Iván dudando.
Se pregunto si Julia le había contado algo sobre él. Sobre todo lo que había pasado. Aun así prefirió no decir nada sobre Miguel, aquel era un tema que solo incumbía a él y a Julia, no a ese italiano. Se dio cuenta de que Fabio dirigió su vista al niño y él hizo lo mismo.
-esta bien – respondió sonriendo al ver como Miguel jugaba con la play - ¿de que conoces a Julia?
-una antigua compañera de instituto.
-¿el instituto eh? – dijo Fabio girándose y sacando los espaguetis de la cazuela - ¿y como era ella en el instituto?
-Ya sabes… la típica chica que le gustan los fantasmas.
Noto que Fabio se quedo parado un instante, sorprendido por esa respuesta. Pero él no siguió el tema, le había salido solo y ni siquiera tenía la certeza de si aquel italiano sabía sobre ese “don”. De repente le dio la sensación de que Fabio apenas sabia algo de Julia y aquella situación incluso le hacia gracia.
-¿vas a quedarte a comer? – preguntó de repente Miguel desde el salón.
-no, yo… creo que debo irme, Julia tarda demasiado.
-y mas que va tardar… – dijo Fabio sacando los platos – quédate a comer si quieres, si hay para dos hay para tres.
Podía haber rechazado la propuesta e irse. Había quedado con Vicky para comer, pero decidió desechar ese primer plan y quedarse a comer con ellos. Sabía perfectamente que si se iba de esa casa no volvería nunca. Debía terminar lo que había venido a hacer, hablar con Julia.
-bueno, esta bien.
Y dicho y hecho. Los tres se sentaron en la mesa del salón y pusieron un antiguo partido de futbol grabado. Se hacia ameno y durante el poco tiempo que llevaban comiendo Miguel había relatado a la perfección todo lo que le habían hecho en el hospital. Parecía incluso fascinado por aquello y le sorprendió viniendo de un niño que había pasado tanto tiempo en hospitales… pero claro, no todos los días te hacen una traqueotomía.
Involucrados en la conversación, en los espaguetis y en la televisión, no se dio cuenta de que la llave de la puerta sonó, de que alguien dejo con fuerza algo en el suelo y de que una mujer se adentraba en el salón y se quedaba a cuadros con la estampa.
- ¡¿Qué haces tú aquí?! – preguntó Julia.
-No, aun no ha vuelto.
-¿Quién es? – oyó que decía Miguel desde dentro.
-Un amigo de tu madre – respondió Fabio – ¿quieres pasar?
-Bueno… yo tengo…
Pero Fabio abrió más la puerta invitándole a pasar y él entro en el loft. La verdad es que era un lugar acogedor y bonito. No se imaginaba la casa de Julia de ese estilo y le gustó. Paredes llenas de estanterías y libros, desorden propio de tener un niño en casa, cuadros de ciudades en las paredes además de múltiples fotografías que rodeaban cada hueco de esa entrada. Se fijo en ellas. Algunas eran de viajes, atardeceres, cosas sin importancia plasmadas en una imagen… y otras eran de ella y de Miguel. Se pregunto si aquellas fotografías serian hechas por ella, si era así, era muy buena con la cámara. Acababa de entrar en aquella casa y ya sentía el olor cálido de un hogar clavado en él, aquella sensación incluso le gustaba. Siguió fijándose en cada hueco que rodeaba la vida de Julia, de las cosas que colgaba encima de una mesa o estantería, de los libros que apilaba desordenados en una mesa de la esquina. Era amplio y abierto, estilo americano, unas escaleras comunicaban a la parte de arriba y se imagino que seria un ático. Siguió a Fabio hasta la cocina y entraron por un salón que se comunicaba con ella y el comedor por un gran arco. Aquella estancia era luminosa y unos grandes ventanales daban al exterior, desde luego que aquel loft era amplio y bonito. Mirando aquellos ventanales y las paredes de esa casa se fijo en que Miguel estaba en el salón.
-¡hola! – saludo el niño.
Se quedo parado mirando la imagen del crío por encima del sofá y se sintió extraño al tener frente a él a su propio hijo.
-hola enano ¿Qué tal? – saludo con la mano.
-Bien, me abrieron un boquete enorme en el cuello ¿lo viste?
-Si…bueno.
Pero el crío se dio la vuelta y se puso a jugar con algo, posiblemente un videojuego, pensó Iván. Sonrío para él y se alegro de que estuviera bien, había estado preocupado desde lo que paso y era un alivio verle tan tranquilo en su propia rutina.
-pasa, estoy haciendo espaguetis – dijo Fabio adentrándose a la cocina.
Él se apoyo en la encimera y pensó que estaba haciendo allí, tenia cosas que hacer, Vicky le estaba esperando…
-lo que se les da bien a los italianos ¿no?
Pero decidió no irse. Le había costado mucho convencerse de llegar hasta allí y sabia que era ese día o nunca.
-Si, eso y otras cosas… - dijo él guiñándole un ojo.
Lo decía de broma, dándole a entender algo que los dos sabían. Pero Iván ni siquiera emitió una sonrisa, porque no le hacia ninguna gracia. Aquel hombre no le gustaba en absoluto y no sabia como Julia se había podido fijar en él. Pero bueno, esas cosas ya no importaban, o al menos, no debían hacerlo.
-Julia… ¿va a tardar mucho? – preguntó.
-bueno, no se sabe – dijo Fabio mientras sacaba los espaguetis de la cazuela – se fue esta mañana a no se donde, quizás se haya ido a hacer fotos, como cuando quiere pensar.
Él se quedo callado, estupendo, no sabia ni cuando iba a volver.
-¿pensar?
-si, pensar – respondió sin parar de cocinar – ¿tu que haces aquí? ¿Por qué la buscas?
Entonces Fabio se dio la vuelta y quedo frente a él.
-es… es por Miguel – respondió Iván dudando.
Se pregunto si Julia le había contado algo sobre él. Sobre todo lo que había pasado. Aun así prefirió no decir nada sobre Miguel, aquel era un tema que solo incumbía a él y a Julia, no a ese italiano. Se dio cuenta de que Fabio dirigió su vista al niño y él hizo lo mismo.
-esta bien – respondió sonriendo al ver como Miguel jugaba con la play - ¿de que conoces a Julia?
-una antigua compañera de instituto.
-¿el instituto eh? – dijo Fabio girándose y sacando los espaguetis de la cazuela - ¿y como era ella en el instituto?
-Ya sabes… la típica chica que le gustan los fantasmas.
Noto que Fabio se quedo parado un instante, sorprendido por esa respuesta. Pero él no siguió el tema, le había salido solo y ni siquiera tenía la certeza de si aquel italiano sabía sobre ese “don”. De repente le dio la sensación de que Fabio apenas sabia algo de Julia y aquella situación incluso le hacia gracia.
-¿vas a quedarte a comer? – preguntó de repente Miguel desde el salón.
-no, yo… creo que debo irme, Julia tarda demasiado.
-y mas que va tardar… – dijo Fabio sacando los platos – quédate a comer si quieres, si hay para dos hay para tres.
Podía haber rechazado la propuesta e irse. Había quedado con Vicky para comer, pero decidió desechar ese primer plan y quedarse a comer con ellos. Sabía perfectamente que si se iba de esa casa no volvería nunca. Debía terminar lo que había venido a hacer, hablar con Julia.
-bueno, esta bien.
Y dicho y hecho. Los tres se sentaron en la mesa del salón y pusieron un antiguo partido de futbol grabado. Se hacia ameno y durante el poco tiempo que llevaban comiendo Miguel había relatado a la perfección todo lo que le habían hecho en el hospital. Parecía incluso fascinado por aquello y le sorprendió viniendo de un niño que había pasado tanto tiempo en hospitales… pero claro, no todos los días te hacen una traqueotomía.
Involucrados en la conversación, en los espaguetis y en la televisión, no se dio cuenta de que la llave de la puerta sonó, de que alguien dejo con fuerza algo en el suelo y de que una mujer se adentraba en el salón y se quedaba a cuadros con la estampa.
- ¡¿Qué haces tú aquí?! – preguntó Julia.
#14974

20/02/2009 22:36
Ay creo que me he saltado un capi de tu serie Bequi...voy a buscarlo xD
#14975

20/02/2009 22:37
cosmopolitan estas preguntando ironicamente pq lo sabes o lo estas preguntando pq no lo sabes.....y lo quieres saber......?
#14976

20/02/2009 22:41
pukes anacleta no se... aunquee creoo que podria imagiarmlo
#14977

20/02/2009 22:42
¡Me encanta Bequi! ^^ Pero ¿Como lo dejas así?? xD
Bueno, será difícil superarte... pero aquí os traigo la ultima parte del capítulo 17 ;D
Bueno, será difícil superarte... pero aquí os traigo la ultima parte del capítulo 17 ;D
#14978

20/02/2009 22:42
Parte 17 (Final)
Y entonces alguien quiso sacarle del paraíso zarandeándole del hombro.
Aunque Iván se resistió, el tirón siguió en el hombro. Cuando ya no podía ignorarlo más, con un esfuerzo sobrehumano se separó de Julia, para encontrarse cara a cara con alguien a quién no conocía, fijándose mejor se dio cuenta que era un camarero. Leyó el nombre en la placa que llevaba prendida de la camisa.
- Mira Antonio… que sea la última vez. ¿Podrías dejarnos solos?
El camarero lo miró incómodo y se frotó las manos, nervioso.
- Este… señor, verá… Su amigo lo llama. Parece ser que él y su acompañante necesitan ayuda.
Julia al oír el nombre de Eli salió por debajo de los brazos de Iván y se dirigió disparada a las mesas del bar.
Iván soltó un bufido de frustración y apoyó la frente en la pared, en el mismo lugar donde instantes antes había estado Julia. Sin despegarse de allí le dijo al camarero:
- ¿Te he hecho algo malo en esta vida, Antonio? - Se dio la vuelta al tiempo que el camarero negaba con la cabeza.
- ¿Y en otra vida? - volvió a preguntar, a lo que Antonio volvió a negar con la cabeza.
- ¿Alguien te ha dicho alguna vez que tienes el don de la oportunidad? - Dijo Iván ya exasperado.
Antonio incómodo por la situación le respondió que no. E Iván con una sonrisa amarga, rebuscó en sus bolsillos y le alcanzó un billete de 20 €.
- Pues mira oportunista, has sido tan oportuno que te voy a dar una propina. Para que al menos uno de los dos salga contento de aquí.
Dicho esto, se dirigió a la mesa con paso resignado, “Vete a saber en qué lío se habría metido ahora Martín”. Esperaba que fuera algo importante porque si no, lo iba a matar.
Pero no estaba preparado para lo que vio. Martín sentado en una de las sillas, con Elisa en brazos, aparentemente dormida o desmayada; y a su lado Julia echándole a todas luces una bronca enorme.
- ¿Pero se puede saber qué demonios ha pasado?- Dijo Iván sorprendido.
Julia miró a Martín acusadora y señaló la mesa donde estaban las pruebas de la juerga particular que había tenido lugar.
- Parece que estos dos han querido acabar con la bodega.
Iván sonrió por lo bajo, lo que le ganó una mirada enfadada de Julia. Por lo que pudo entender, Eli se había quedado inconsciente del alcohol que había bebido, mientras besaba a Martín.
El conquistador de la noche, que parecía ajeno tanto a Julia como a Iván, acunaba a Elisa canturreando por lo bajo y parecía más preocupado en acomodar la rubia cabeza en su hombro. Mientras Eli, en su sueño etílico, le pasaba los brazos detrás del cuello y dormía plácidamente.
Iván se rió por la estampa y llamó al camarero, Antonio, para que se acercase.
- Antonio amigo, te importaría quedarte aquí vigilando al rey de la noche. - Dijo señalando a Martín con la cabeza.
Antonio asintió y, aunque Iván tuvo problemas en cargar a Eli en brazos -porque Martín se resistía a dejarla ir-, al final pudo meterla en el asiento de detrás de su coche.
Julia la miró dormir, y sonrió.
- Parece que se lo ha pasado bien.
Iván asintió y se rió.
- Van a tener una resaca de campeonato mañana.
Entre ambos decidieron llevarla casa de Julia, porque no querían dejarla sola en el estado en que estaba. Ya estaba casi sentado al volante cuando Julia habló.
- ¿Y con Martín? Su hermana lo matará si llega hecho una destilería.
Iván se golpeó la frente, saltó del coche y salió corriendo del parking, ¡Dios! Se acababa de olvidar de Martín. Éste seguía aún sentado en la mesa hablando animadamente con Antonio y otro camarero. Desde la distancia Iván aún lo pudo ver palmeando la el hombro de Antonio -que tenía una cara de fastidio inmensa- mientras hablaba al camarero.
- Es mía, es mía… Y ella me besó también…
Iván lo cargó en un hombro y juntos caminaron hasta el parking. Martín, borracho como una cuba y sin parar de hablar. -“la besé hermano, la besé”-. E Iván pensando en lo mismo.
Le hubiera gustado volver a casa sólo con Julia, y enseñarle que si bien era bueno besando era aún mejor en otras situaciones. Pero por lo que parecía, esta noche se la pasaría ayudando a Tequila-man y Lady Vodka.
Martín nada más sentarse en el asiento de atrás se quedó dormido al lado de Eli, y ella apoyó su cabeza en el hombro de él. Iván intentó hablar con Julia pero ella, silenciosa, se dedicaba a vigilar a los dos de atrás y no quería hablar.
Subieron en silencio cargando con los dos bellos durmientes.
- Tenemos que hablar Julia. - le dijo Iván antes de meterse en la habitación.
- ¿Lo podemos dejar para mañana?, ahora estoy cansada. - Le dijo Julia, y él asintió.
Antes de despedirse con un breve beso en los labios, dulce como una nube, él le recordó.
- Tenemos una charla pendiente.
Aunque Iván no lo sabía, Julia no durmió en toda la noche, tumbada al lado de Eli, dando vueltas y pensando en él. Julia tampoco sospechaba que Iván permaneció despierto gran parte de la noche, mirando por la ventana y evitando las patadas de Martín, que ni dormido callaba.
Y ambos sin saberlo, recordaban los labios del otro.
Continuará... ^^
Y entonces alguien quiso sacarle del paraíso zarandeándole del hombro.
Aunque Iván se resistió, el tirón siguió en el hombro. Cuando ya no podía ignorarlo más, con un esfuerzo sobrehumano se separó de Julia, para encontrarse cara a cara con alguien a quién no conocía, fijándose mejor se dio cuenta que era un camarero. Leyó el nombre en la placa que llevaba prendida de la camisa.
- Mira Antonio… que sea la última vez. ¿Podrías dejarnos solos?
El camarero lo miró incómodo y se frotó las manos, nervioso.
- Este… señor, verá… Su amigo lo llama. Parece ser que él y su acompañante necesitan ayuda.
Julia al oír el nombre de Eli salió por debajo de los brazos de Iván y se dirigió disparada a las mesas del bar.
Iván soltó un bufido de frustración y apoyó la frente en la pared, en el mismo lugar donde instantes antes había estado Julia. Sin despegarse de allí le dijo al camarero:
- ¿Te he hecho algo malo en esta vida, Antonio? - Se dio la vuelta al tiempo que el camarero negaba con la cabeza.
- ¿Y en otra vida? - volvió a preguntar, a lo que Antonio volvió a negar con la cabeza.
- ¿Alguien te ha dicho alguna vez que tienes el don de la oportunidad? - Dijo Iván ya exasperado.
Antonio incómodo por la situación le respondió que no. E Iván con una sonrisa amarga, rebuscó en sus bolsillos y le alcanzó un billete de 20 €.
- Pues mira oportunista, has sido tan oportuno que te voy a dar una propina. Para que al menos uno de los dos salga contento de aquí.
Dicho esto, se dirigió a la mesa con paso resignado, “Vete a saber en qué lío se habría metido ahora Martín”. Esperaba que fuera algo importante porque si no, lo iba a matar.
Pero no estaba preparado para lo que vio. Martín sentado en una de las sillas, con Elisa en brazos, aparentemente dormida o desmayada; y a su lado Julia echándole a todas luces una bronca enorme.
- ¿Pero se puede saber qué demonios ha pasado?- Dijo Iván sorprendido.
Julia miró a Martín acusadora y señaló la mesa donde estaban las pruebas de la juerga particular que había tenido lugar.
- Parece que estos dos han querido acabar con la bodega.
Iván sonrió por lo bajo, lo que le ganó una mirada enfadada de Julia. Por lo que pudo entender, Eli se había quedado inconsciente del alcohol que había bebido, mientras besaba a Martín.
El conquistador de la noche, que parecía ajeno tanto a Julia como a Iván, acunaba a Elisa canturreando por lo bajo y parecía más preocupado en acomodar la rubia cabeza en su hombro. Mientras Eli, en su sueño etílico, le pasaba los brazos detrás del cuello y dormía plácidamente.
Iván se rió por la estampa y llamó al camarero, Antonio, para que se acercase.
- Antonio amigo, te importaría quedarte aquí vigilando al rey de la noche. - Dijo señalando a Martín con la cabeza.
Antonio asintió y, aunque Iván tuvo problemas en cargar a Eli en brazos -porque Martín se resistía a dejarla ir-, al final pudo meterla en el asiento de detrás de su coche.
Julia la miró dormir, y sonrió.
- Parece que se lo ha pasado bien.
Iván asintió y se rió.
- Van a tener una resaca de campeonato mañana.
Entre ambos decidieron llevarla casa de Julia, porque no querían dejarla sola en el estado en que estaba. Ya estaba casi sentado al volante cuando Julia habló.
- ¿Y con Martín? Su hermana lo matará si llega hecho una destilería.
Iván se golpeó la frente, saltó del coche y salió corriendo del parking, ¡Dios! Se acababa de olvidar de Martín. Éste seguía aún sentado en la mesa hablando animadamente con Antonio y otro camarero. Desde la distancia Iván aún lo pudo ver palmeando la el hombro de Antonio -que tenía una cara de fastidio inmensa- mientras hablaba al camarero.
- Es mía, es mía… Y ella me besó también…
Iván lo cargó en un hombro y juntos caminaron hasta el parking. Martín, borracho como una cuba y sin parar de hablar. -“la besé hermano, la besé”-. E Iván pensando en lo mismo.
Le hubiera gustado volver a casa sólo con Julia, y enseñarle que si bien era bueno besando era aún mejor en otras situaciones. Pero por lo que parecía, esta noche se la pasaría ayudando a Tequila-man y Lady Vodka.
Martín nada más sentarse en el asiento de atrás se quedó dormido al lado de Eli, y ella apoyó su cabeza en el hombro de él. Iván intentó hablar con Julia pero ella, silenciosa, se dedicaba a vigilar a los dos de atrás y no quería hablar.
Subieron en silencio cargando con los dos bellos durmientes.
- Tenemos que hablar Julia. - le dijo Iván antes de meterse en la habitación.
- ¿Lo podemos dejar para mañana?, ahora estoy cansada. - Le dijo Julia, y él asintió.
Antes de despedirse con un breve beso en los labios, dulce como una nube, él le recordó.
- Tenemos una charla pendiente.
Aunque Iván no lo sabía, Julia no durmió en toda la noche, tumbada al lado de Eli, dando vueltas y pensando en él. Julia tampoco sospechaba que Iván permaneció despierto gran parte de la noche, mirando por la ventana y evitando las patadas de Martín, que ni dormido callaba.
Y ambos sin saberlo, recordaban los labios del otro.
Continuará... ^^
#14979

20/02/2009 22:44
ohh esto me huuele a discusiion,becky como siempre magnifico,estas eca toda una escritora y no se como lo aces pero lo dejs en lo mas interesantee
me aencantado lo deya sabes la tipica chica qe le gustan los fntasmas
a estado geniil y el nano hay diciendo lo qe le salia por el tuboo
me aencantado lo deya sabes la tipica chica qe le gustan los fntasmas
a estado geniil y el nano hay diciendo lo qe le salia por el tuboo
#14980

20/02/2009 22:49
Los diálogos son geniales... De verdad, aquí hay guionistas de la serie infiltrados...jejejeje