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Foro El barco

Subforo La cocina de Salomé

El Barco - Aqui todo es posible

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#0
Adrian1797
Adrian1797
02/04/2012 21:45
Vivir en el fin del mundo es algo que ninguno de los tripulantes del Estrella Polar se esperaba. ¿Como pensar que acabarian asi? ¿Como imaginarse que acabarian siendo los unicos supervivientes de una catástrofe que acabaría con toda la existencia en la Tierra? Solo quedaban ellos, o eso creian. Las aventuras que se pueden vivir en el Estrella Polar son infinitas, desde cada punto de vista, desde cada personaje, desde cada mente, mirada y pensamiento, infinititas. Los amores, desamores, aventuras, misterios, tramas, locuras, romances, pérdidas... todo lo que puedas imaginar, sirve de inspiracion para crear historias increibles, capaces de cautivar la atencion de cualquier persona. Te invito a imaginar una historia inventada por la mente de un barquero. Déjate llevar guiño
#41
EresBeatles
EresBeatles
20/06/2012 14:39
Necesito una actualizacion YA
#42
Adrian1797
Adrian1797
26/06/2012 21:58
10º PARTE - Una nueva vida

Nueve meses pasaron desde que llegaron a esa nueva tierra, nueve meses en un nuevo hogar. Apenas hubo problemas; salvo alguna que otra tormenta de las que nada puede parar, y una oleada de calor insufrible (arreglada con largos baños en la playa), todo fue perfecto. Noviembre, las hojas de algunos árboles caían, pero la mayoría seguían intactas. El Estrella Polar estaba como nuevo, aunque algún que otro arañazo invadía el casco; casi ni había salido de un pequeño puerto que los alumnos construyeron con maderas del bosque meses atrás. Habían sacado algunas de las mesas del comedor a la playa, mientras que las otras se quedaron dentro, por si a caso.
Julia se encontraba en la cocina con Salomé y Vilma. Una barriga muy notable le invadía el cuerpo, pronto daría a luz. Salomé se encontraba con una niña bastante pequeña, con apenas unos meses; piel un poco morena, ojos marrones y pelo castaño (se daba un aire a Julián y Ulises a la vez, pero en chica). El niño de Vilma tenía la piel bastante morena, pelo negro oscuro, y ojos verdes; era un poco más grande que la de Salomé.
-Julia, ya te queda poco, ¿eh? -dijo Salomé.- ¿Estás preparada?
-Claro que sí, ¿y vosotras? -dijo con una mano en su barriga.
-Por supuesto, nos has enseñado bien, a nosotras y a Ainhoa y Sol. Irá todo bien, ya hemos pasado por esto dos veces. -Vilma tranquilizaba a la doctora.
-Estoy muy impaciente, dentro de poco… -sonrió mirándose su figura.
-Estarás como nosotras, muy felices.
-Claro que sí -dijo Salomé- tener un hijo es de lo mejor que hay.
-Pero supongo que aún quedará una o dos semanas, mientras tanto… -se levantó de la silla como pudo- Venga, vamos a ver que hacen los demás.

Las tres salieron del buque, y por el puerto, llegaron a la playa. Todos los alumnos se encontraban en fila mirando hacia el mar, con ropa deportiva y una vara de madera en la mano; practicaban defensa y ataques con el arma. Se encontraban bastante cansados, la clase había durado varias horas, fueron bastante intensas. Gamboa se encontraba frente a todos.
-Recordad que nunca debéis perder la concentración, un solo movimiento en falso y podéis estar muertos. -se dio cuenta de que Piti estaba distraído, y sin que se diese cuenta, le inmovilizó con una llave- Siempre firmes, acechando. -Le soltó y le dio un capón en la cabeza; volvió a su sitio.- Aún no ha llegado el día en que tengáis que usar estas técnicas, pero cuando llegue, seguid todos los consejos que os he dado, y saldréis vivos. Podéis iros.
Los alumnos se fueron dispersando, todos fueron hacia los vestuarios del Estrella a ducharse.
-¿Qué tal van las clases? -dijo Julia acercándose a Gamboa.
-Bastante bien, les veo preparados, a la mayoría.
-¿Crees que sabrán que estamos aquí?
-Llevamos meses aquí, nunca nos hemos encontrado nada extraño. No te preocupes.
-Está bien.

Los alumnos se encontraban en los vestuarios, arreglándose después de una clase bastante dura.
-Gamboa se está pasando estos días con las clases, acabamos siempre reventados… -dijo Piti mientras se duchaba.
-Es normal, Piti, quiere que estemos preparados. -Ramiro salía de la ducha con una toalla atada a la cintura.
-Sí, lo sé, pero tampoco tiene que ser tan duro…
-A lo mejor es porque eres un poco vago -insinuó Sol.
-Que va, eso no es.
-Claro, claro. -rió mientras se vestía.
Ramiro estaba a punto de ponerse la camiseta cuando alguien le abrazó por detrás.
-Hola Dulce -dijo el chico sin ni siquiera girarse.
-Cada día me conoces mejor -le besó en el hombro.
-Con lo que llevamos ya juntos, como para no conocerte -le guiñó un ojo y se puso la camiseta, dejando las manos de Dulce rozando el cuerpo del chico por dentro de esta.- Venga, suelta, que me tengo que poner aún las zapatillas…
-Mm… -dijo pensativa- ¿Y si no quiero?
-Pues… -le comenzó a hacer cosquillas hasta que le soltó.
-Eso no vale -cruzó los brazos y frunció el ceño, pero con una sonrisa que no podía evitar.
-Tú lo habías querido -sonrió pillamente mientras se sentaba y se ponía las zapatillas.
-En parte, sí. -sonrió tímidamente.
-¿Ves? Si ya lo sabía yo… -se volvió a levantar y le besó en la mejilla.

Ulises se encontraba tumbado sobre una rama de un árbol, no muy lejos de la orilla de la playa. Miraba al cielo, oculto tras las frondosas copas de los árboles; con las manos tras la cabeza, relajándose. Cerró los ojos un instante. Al abrirlos, vio un objeto nada natural junto al tronco de uno de los árboles. Un objeto pequeño, pero destacaba por su color negro y por un destello que tenía al reflejarse la luz del sol. Se levantó, y anduvo rama a rama hasta llegar allí. Se acercó minuciosamente por el lateral, y lo observó. Era una cámara, una cámara de vigilancia. Apuntaba a la zona opuesta a donde estaba Ulises, como si estuviese esperando algo. El joven se alejó rápidamente y corrió hacia el Estrella. Se dirigió al puente de mando, donde estaban Ricardo y Julián.
-Capitán, tenemos un problema. -se apoyó en la mesa debido al cansancio.
-¿Qué ocurre?
-Tiene que venir, ya. Acabo de encontrar algo… Será mejor que lo vea.
Los dos salieron en dirección a donde había hecho el descubrimiento, mientras que Julián se quedó en su puesto. Al llegar, Ulises señaló en dirección a la cámara; Ricardo se quedó boquiabierto.
-No puede ser…
-¿Qué hacemos?
-Llama a Ramiro, él sabe de tecnología.
Ulises se fue del lugar y volvió a los pocos minutos con Ramiro.
-¿Me buscaba?
-¿Sabrías decirme que es eso? -señaló el lugar.
-Pues…
-Espera, te puedo ayudar a subir para inspeccionarlo. -Ricardo juntó las manos, Ramiro apoyó el pie y subió a la rama, sin que la cojera que lo impidiese. La inspeccionó durante unos minutos.
-Una cámara de vigilancia, sin micrófono, por lo que solo graba imágenes. No tiene cables, así que o tiene una cinta dentro, o es inalámbrica.
-¿Nada más?
-Pues no se puede mover, es fija, así que no descartaría que hubiesen más… ¿Alguien nos vigila?
-No lo sé… No lo descartaría, estad atentos, los dos, y ni una sola palabra a los demás.
-De acuerdo -finalizaron Ramiro y Ulises.

Ainhoa y Julia conversaban en cubierta bajo las luces del sol de un noviembre ya bastante avanzado. Hacía bastante calor, parecía que el verano quisiese quedarse siempre con ellos.
-¿Qué tal te va con Ulises?
-Oh, bastante bien, como siempre.
-Os veo un poco distantes…
-No, que va, serán cosas tuyas…
Se desconcentró al ver un charco de líquido sobre la madera del suelo de cubierta. Levantó la mirada un poco, la ropa de Julia estaba bastante mojada. Rápidamente le miró a la cara; estaba bastante sorprendida. La doctora miró a Ainhoa.
-Julia, has…
-Ya viene. -se levantó sin vacilar; sus manos temblaban.
-Tranquilízate, va a ir bien. -cogió el walkie que llevaba enganchado en el pantalón- “Salomé, ¿Salomé me escuchas?”
-Aquí Salomé -se escuchó por el aparato.
-Ya viene, llama a Vilma.
-De acuerdo.
Ainhoa miró a Julia; tenía una cara de felicidad y preocupación a la vez. Le cogió del brazo y entraron al buque; lentamente bajaron las escaleras y recorrieron los pasillos, hasta llegar a la enfermería. Allí esperaban Vilma y Salomé. Le pusieron un batín a Julia y la tumbaron en la camilla, con las piernas en alto.
-¿Llamo a mi padre? -insinuó Ainhoa.
-No, ya hay demasiada gente aquí… -le cogió la mano y la apretó- Solo llámale si hay algún problema.

(continuará...)
#43
leo10
leo10
27/06/2012 23:54
No lo dejes así, con Ricky de camino! Siguelo pronto!
#44
Adrian1797
Adrian1797
02/07/2012 19:29
Ya pasaron dos horas desde que Julia rompió aguas, y Ricardo no la había visto en todo el día. La buscó por la zona cercana a la playa y no estaba; se adentró un poco en el bosque, tampoco. Se acercó a Julián, que estaba vigilando el mar desde la orilla.
-¿Has visto a Julia?
-Hace unas horas estaba con Salomé, pero ya no lo sé.
-Que raro…
Ricardo escuchó un grito y corrió hacia el interior del Estrella. Se dirigió hacia la enfermería; desde dentro, Ainhoa vio como su padre se acercaba a la puerta, y fue a impedirle el paso.
-¿Qué pasa Ainhoa? -estaba muy alterado al ver a Julia tumbada en la camilla.
-Se ha puesto de parto…
-Déjame entrar, venga. -Ainhoa apoyó el brazo en el marco para que no pasase.
-Hay mucha gente, y Julia está bien.
-Ainhoa, por favor. -Miró a los ojos de su hija- por favor…
La joven captó el gesto de su padre y cedió, haciendo que Ricardo entrase y se dirigiese a la camilla.
-Julia, ya estoy aquí -le cogió fuertemente la mano. La doctora tenía la cara llena de sudor y estaba muy agotada, con la respiración acelerada.- Tranquilízate, va a ir bien. -Le apartó el pelo a un lado. Julia le sonrió.
-Ya está casi -Salomé atendía a Julia- un empujón más.
-Tú puedes. -Ricardo le cogió la mano con las dos manos. Julia empujó con todas sus fuerzas, y cuando no pudo más, se apoyó nuevamente en el respaldo de la camilla.
Un chillido agudo se comenzó a escuchar, Ricardo dirigió su mirada a Salomé, a los pies de la camilla. Sostenía sonriente un bebé envuelto en una toalla. Se acercó y lo vio, dejando que una lágrima de felicidad le cayese por la mejilla. Salomé se lo dio, y el bebé dejó de llorar poco a poco. De mientras, la cocinera cortó el cordón umbilical.
-Es un niño -el capitán mecía esa nueva vida, y se acercó a Julia. Ella ya se había calmado un poco, extendió los brazos y lo cogió. Los dos lloraban de felicidad mientras su hijo dormía plácidamente.
-Un niño -Ricardo le secó las lágrimas a Julia y le besó en la mejilla.
-¿Has pensado un nombre?
-Te dije que era una sorpresa. Pues… Ricardo.
-¿Qué quieres?
-No, no… -Julia rió mientras se ponía recta sobre la camilla- Ricardo es el nombre.
-Vaya… -sonrió y abrazó a Julia y al pequeño Ricardo.
Ainhoa estaba asomada para ver si ya había acabado todo.
-Pasa, Ainhoa. -la joven le hizo caso a su padre.
-Madre mía, que guapo… -sonrió al ver a su nuevo hermano, puso su dedo sobre su nariz y el pequeño lo cogió.- ¿Qué tal estás, Julia?
-Cansada, muy cansada. -se quitó una gota de sudor que le caía por la frente.
-Te dejamos descansar -Ricardo abrazó a Ainhoa y le dio un beso en la frente a Julia y otro al pequeño, y salió de la enfermería junto a Ainhoa.

Palomares y Vilma se encontraban con Valeria y Burbuja en el camarote del capitán, junto a los dos pequeños, Lena y Javi, los hijos de Salomé y Vilma respectivamente, los dos durmiendo en la cama.
-¿Por… por qué estamos aquí todos? -Burbuja jugaba con Valeria y sus peluches.
-Pues… Es una sorpresa -respondió Vilma.
-¿Una sorpresa? -Valeria miró a los dos- ¿Qué sorpresa?
-Ya la veréis.
Media hora más tarde entró Ainhoa muy feliz.
-¿Y bien? -preguntaron Vilma y Palomares.
-Ya está.
-¿Qué tal ha ido?
-Muy bien. -miró a Valeria- dentro de un rato te enseño la sorpresa.
-Vale -continuó jugando con Burbuja.

-Dicen que el bebé de Julia ya ha nacido. -Dulce y Ramiro estaban sentados en la arena de la playa.
-Lo sé, todos están pasando la noticia.
-Vaya, cada vez hay más niños.
-Lo normal cuando se vive en el fin del mundo, ¿no? A repoblar la humanidad -dijo cómico.
-¿Te imaginas que dentro de unos años nosotros estamos igual? -Ramiro quedó pensativo ante las palabras de Dulce.
-Estaría bien, eso de ser padres.
-Con un pequeño Ramiro corriendo por la playa…
-O una pequeña Dulce, ¿no?
-Claro -le besó en la mejilla- Pero hay tiempo, aún nos quedan años y años.
-Por supuesto -le abrazó y quedaron mirando el suave movimiento del agua.
#45
Adrian1797
Adrian1797
16/07/2012 19:39
11º PARTE - Adiós a la tranquilidad

Días después del parto de Julia, las cosas entre los tripulantes cada vez fueron a mejor, o eso creían. Durante uno de los turnos de vigilancia nocturnos, Julián andaba por la playa, más vacía de lo habitual, ya que los tripulantes fueron a dormir a sus camarotes por las noches frías del otoño, y las mesas las volvieron a meter en el buque. Pasaban las horas, no ocurría nada interesante. Se sentó sobre la arena, encendió el último puro que le quedaba y se lo metió en la boca. Cerró los ojos y dio una calada. Soltó el humo de su boca, y al abrir los ojos vio una sombra moviéndose entre los árboles.”Qué cojones…” pensó levantándose rápidamente y acercándose a la vegetación.

Ricardo y Julia se encontraban durmiendo en el camarote, los dos sobre la cama, y entre ellos el pequeño Ricardo chupándose un dedo mientras dormía plácidamente.
“Ricardo, Ricardo contesta” El capitán se despertó, cogió el walkie rápidamente para que no se despertase el pequeño y salió de la habitación.
-Ricardo al habla.
-Sal corriendo, he visto a alguien.
Sin pensarlo dos veces corrió por los pasillos y salió del Estrella, hasta llegar a donde estaba Julián.
-¿Cómo que has visto a alguien?
-Que sí, he visto una sombra…
-Sería un animal -cogió la linterna de la mano de su compañero e inspeccionó la zona.
-No, era alto, no era un animal.
-Bueno, mañana investigamos.
-Ya está amaneciendo, son casi las siete…
-Pues entonces después del desayuno, ¿vale?
-Vale… pero aún así no estoy seguro. ¿No podemos alejar el Estrella de la orilla, por si las moscas?
-No le veo utilidad pero… Vale, está bien. -volvieron al Estrella y entraron al puente de mando- Veamos si después de tanto tiempo funciona… Sí, menos mal.

“¿Nos movemos?” Se preguntó Salomé al despertar por el movimiento del buque. Se levantó de la cama, se puso un batín y salió hacia el puente de mando.
-¿Y eso que nos movemos? -Julián y Ricardo intercambiaron miradas.
-Nada, es para… Para ver si funcionaba el motor. -Ricardo mintió para que nadie se alarmara.
-Ah, vale. -miró el reloj que había sobre la mesa- Voy a ir preparando el desayuno, id despertando a los chavales.
-Vale -dijeron los dos con una sonrisa forzada. Ricardo se acercó a megafonía- “Chicos, chicos despertaos, que ya es de día. El desayuno estará en media hora. Ah, y cuidado al salir, hemos alejado el Estrella de la playa. Si necesitáis ir a la playa coged las lanchas, y no os alejéis mucho.”

Dulce despertó en su cama; había dormido abrazada a Ramiro, pero ya no estaba. Su mano se encontraba donde él debería estar.
-¿Ramiro?
Se desperezó extrañada al ver que no estaba junto a ella. Se levantó y se vistió; se acercó a la cama en la que estaba Nora durmiendo.
-Eh, Nora -le daba toques en el brazo.
-Que quieres… -se tapó con la sábana para intentar dormir un poco más.
-¿Has visto a Ramiro?
-Se fue al baño cuando era de noche, no le he vuelto a ver… -se cubrió la cabeza con la almohada.
-Vale…
La joven se alejó del camarote hacia los vestuarios, donde se duchó y se arregló, como los demás alumnos. En el desayuno tampoco vio a Ramiro. Se comenzó a preocupar verdaderamente. Cogió su desayuno y se sentó junto a los otros.
-Eh… ¿Habéis visto a Ramiro?
-¿No estaba contigo? -preguntó Palomares.
-Cuando desperté no estaba, y aún no le he visto…
-Qué raro… -dijo Piti- ¿Quieres que vayamos a buscarle?
-Vale…
Los dos se levantaron de sus asientos y se recorrieron todo el Estrella, desde la sala de máquinas hasta cubierta; no estaba en ningún lado.
-Esto ya empieza a ser raro…
Dulce salió corriendo hacia el puente de mando.
-Capitán.
-Dime Dulce.
-Ramiro no está.
-¿Qué?

Ramiro despertó en una habitación con las paredes blancas, los muebles blancos… Muy similar a la habitación en la que estuvieron secuestrados Julián y Burbuja.
-Qué es esto…
La puerta se abrió y apareció una figura de la nada. Ramiro le reconoció nada más verle. Se quedó callado.
-Buenas, ya veo que no te has olvidado de mí.
-Hola… Leonor…
-Ya veo que la memoria la llevas bien. -Se sentó junto a él en la cama.- Te hemos traído aquí por un motivo, ¿sabes cuál? -Ramiro no dijo nada- Necesitamos que nos repares algún que otro aparato, y a ver si nos mejoras otros. ¿Podrías?
-No lo sé…
-Son cosas sencillas, sabrás.
Le cogió bruscamente del brazo y fueron los dos a una sala llena de aparatos tecnológicos que parecían bastante caros, ya que algunos incluso eran únicos.
-Venga, ya tienes trabajo.
Leonor cerró la puerta bruscamente, y no se escuchó nada más. Ramiro quedó mirando un momento la salida con auténtico asco; investigó si había algo fuera de lo normal en la sala, solo una cámara de vigilancia en una de las esquinas del techo; finalmente se puso a trabajar.

-¿Cómo que Ramiro no está?
-Piti y yo le hemos buscado por todo el Estrella y nada… Y cuando he despertado no estaba…
-Estará en la playa…
-No -Piti se apartó los prismáticos de los ojos- En la playa no hay nadie.
-…o en el bosque, estará bien.
-Ricardo…-Julia entró al puente de mando lentamente con un papel arrugado en la mano, y con el otro brazo sujetaba al pequeño Ricardo.
-¿Qué ocurre? -se acercó a ella. Julia le puso el papel en la mano; Ricardo lo miró. Era el dibujo de la estrella del Proyecto Alejandría.
-Han estado aquí…
-Y creo que se han llevado a Ramiro… -rompió con rabia el papel.
-¿Qué hacemos?
-Habrá que inspeccionar la isla, por si a caso está Ramiro por aquí. -Se dirigió a megafonía- “Que ningún alumno salga del barco hasta nuevo aviso. Es una orden” Julián, Piti, llamad a Gamboa y Ulises.
-Voy con vosotros -se presentó Julia como voluntaria.
-No, tú te quedas, ya somos cinco.
-Me da igual, yo voy. Y si no me dejas ir, me escaparé.
Ricardo mandó una mirada de preocupación, pero finalmente aceptó.

(continuará...)
#46
Adrian1797
Adrian1797
26/07/2012 23:48
-Esta es la idea, hay que inspeccionar la mayor parte de isla que podamos, no dejéis ningún detalle a un lado, y si veis algo fuera de lo normal, avisáis.
-De acuerdo -contestaron Julia, Gamboa, Julián, Piti y Ulises a la vez, mientras llegaban a la isla con la lancha.
Julia y Ricardo se encargaban de rodear la isla por la playa; Gamboa y Julián de la zona de bosque cercana a la playa y más a dentro; y Piti y Ulises de la zona cercana a la montaña que invadía el centro de la isla. El único contacto que había entre los 6 eran los walkies.

-Estará bien, ya verás.
-¿Y si no es así, Nora? -Dulce estaba tumbada sobre su cama oliendo las sábanas, ya que según ella, olían a él.
-Ramiro es muy listo, les servirá de mucho, no serán tan tontos como para matarle. -Alex estaba sentado junto a Nora, cogido de su mano.
Dulce no dijo nada más. Miró triste la escotilla; Nora se fue junto a ella y le abrazó.

Ramiro llevaba ya unas horas en esa sala solo, reparando los diferentes artilugios que le dejaban. Apareció un guarda de seguridad por la puerta, bastante alto y grande. Le cogió bruscamente, llevándole por los pasillos.
-Héctor, más cuidado. -Leonor apareció por detrás- Es muy útil para nosotros.
-Vale. -La mujer se alejó y los dos chicos siguieron su camino.
Ramiro se fijó en las llaves que Héctor llevaba colgadas en el cinturón. Al ver que estaba centrado en su trabajo, las cogió y se las guardó en el pantalón.
-Ya hemos llegado. Te hemos metido compañía. -Le empujó bruscamente, haciendo que cayera al suelo. Cerró la puerta y se fue, sin darse cuenta de que no llevaba las llaves.
-¿Compañía?
Dirigió su mirada a una de las esquinas. Ahí se encontraba un chico encogido, de unos 11 años, estaba bastante delgaducho. Se acercó lentamente a él; le cogió un poco el brazo y el chico pegó un salto del susto.
-Tranquilo, tranquilo. Me llamo Ramiro.
El chico le miró un instante, parecía bastante desconfiado.
-¿Cómo te llamas?
-Leo…
-Muy bien, Leo. -Se sentó junto a él.- ¿Y cómo has llegado hasta aquí?
-No lo sé… Estábamos en un barco, de vacaciones, y hace cosa de… un año o así, hubo una tormenta…
-Ya, lo de la tormenta lo sé, solo que, ¿cómo has llegado hasta aquí?
-Ellos vinieron…
-¿Quiénes?
-La gente que nos tiene aquí. -Callaron un momento, y siguieron hablando un rato más.
-¿Había mas gente contigo?
-Sí, pero creo que soy el único que queda… -comenzó a soltar lágrimas, y Ramiro le abrazó- Quiero salir ya de aquí…
-Y saldremos. Te lo prometo.

Ricardo y Julia iban por la playa con los arpones levantados, por si sucedía cualquier improvisto. Ricardo notó algo entre la vegetación.
-¿Qué pasa?
-Nada, creo que nada. -decía con el arma apuntando al bosque. Se giró- Parece que de momento estamos solos.
Alguien golpeó a Ricardo por la nuca, haciendo que perdiese el conocimiento y cayese a la arena. Julia quedó impresionada al verlo y se tiró sobre él para atenderle.
-¡Ricardo despierta! -le decía dándole palmadas en la cara.
Tardó un minuto en darse cuenta de que alguien había hecho eso, y que seguía con ellos; la figura se distorsionaba debido a la luz del sol, aun estando a medio metro. Subió poco a poco la mirada, hasta verle la cara. Algo dentro de Julia explotó al verle.
-Hola, Julia.
-Phi… Phi… Philippe… ¿Eres tú?
-Claro que sí.
-Pero… Si estabas muerto, es imposible…
-Con todo lo que ha pasado, nada es imposible. -le cogió de la mano- Julia, mi amada Julia, te sigo queriendo… -se acercó para besarle y ella se apartó.
-Philippe… Esto… Me he vuelto a enamorar… Y no de ti…
-¡¿De quién?! ¡¿De quién?!
Julia calló y miró a Ricardo.
-Ah, ya veo que te olvidaste de mí…
-Estabas muerto, tú y yo sabíamos lo que podía pasar si fallaba el acelerador de partículas… Además, es un plan de supervivencia.
-Ya lo sé, pero no esperaba que me olvidases tan rápido… -miró el mar un momento- Te vienes conmigo.
-¿Qué?
-Pues eso. No estás segura.
Le cogió del brazo y comenzó a estirar, parado únicamente por Ricardo que le agarró la pierna desde el suelo.
-Suéltame.
-Ni muerto la pienso dejar ir.
#47
Adrian1797
Adrian1797
31/07/2012 12:12
PARTE 12 - Reencuentro

-He dicho que me sueltes.
-Que no -Ricardo se puso en pie- Déjala.
-Yo estaba mucho antes con ella que tú, me quiere más a mí. ¿A que sí? -Philippe miró a Julia, y esta apartó la mirada.
-Da igual lo que estuviese contigo, me quiere más a mí. Hasta hemos tenido un hijo. -Las palabras de Ricardo fueron una puñalada en el interior de Philippe, haciendo que soltase a la doctora.
-No es verdad… -Philippe miró a Julia, que había ido a abrazar a Ricardo- Julia yo te quiero…
-Si me hubieses querido tanto, habrías venido conmigo al Estrella, y me habrías contado lo del fallo en el arranque del acelerador…
-No te lo podía contar… Habría puesto en peligro todo el Proyecto…
-Da igual Philippe… Pero yo ya he rehecho mi vida, y tú no estás en ella… -miró con emoción a Ricardo.
-Está bien, Julia, está bien… -Philippe sacó una pistola y apuntó a Ricardo- Y tú… -Ricardo apuntó con el arpón. Philippe le lanzó la pistola y el capitán la cogió como pudo.- Cuida de ella, hazla feliz…
-Lo haré. -sonrió ante la extraña reacción del ex de Julia.
-Llevad cuidado, más os vale esperar unos días a realizar el plan que tengáis en mente, han dado la alarma y si os encuentran os matarán. -comenzó a alejarse hacia el bosque.
-¡Philippe! -Julia corrió hacia él- ¿Y Ramiro?
-¿El cojo? Está vivo. Lo están utilizando para reparaciones de informática. No creo que le maten.
-Gracias… -un impulso hizo que Julia abrazase a Philippe.
-Cuídate… -se soltó y su figura se fundió entre las sombras de la vegetación.

“Chicos, abortamos la misión, todos a la lancha” -se escuchó la voz de Ricardo a través del walkie.
-Ya has oído Piti, volvamos. ¿Piti? -Ulises buscaba a su compañero por todos lados pero no le veía- ¡¿Piti?!
-Joder que estoy aquí -se escuchó detrás de un árbol.
-¿Qué haces?
-Meando, que no me aguantaba.
-Joder que susto… -se reía sin poder evitarlo.
--Piti vio a alguien detrás de su compañero- ¡Cuidado! -disparó, haciendo que una figura se alejara del lugar donde estaban- vámonos cagando leches.

Gamboa y Julián esperaban ya en la lancha a que llegaran los demás compañeros. Ricardo y Julia aparecieron por su izquierda, agarrados de la mano y los dos sonrientes. Minutos más tarde aparecieron Piti y Ulises corriendo desde el bosque, y al ver que los cuatro compañeros les esperaban, frenaron y disimularon como si no hubiese pasado nada.
-¿Buena noche? -Gamboa tenía una sonrisa torcida.
-Sí, sí, muy buena -dijeron los dos a la vez, subiéndose a la lancha.- Podemos irnos.
Los demás subieron a la lancha y pusieron rumbo al Estrella. Al llegar todo seguía normal, ya estaba atardeciendo y los alumnos habían estado descansando.

Por la puerta apareció Héctor con dos bandejas con comida; las tiró sobre la mesa haciendo que algunos restos cayesen al suelo.
-La cena. -Salió de la habitación de un portazo.
Ramiro se levantó y cogió las dos bandejas, y las acercó a donde antes estaban él y Leo sentados en el suelo. Ramiro olió la comida y apartó su nariz rápidamente ante el asqueroso olor que desprendía.
-Dios qué asco…
-Al final te acostumbras -Leo se acercó una de las bandejas- Lo mejor es la fruta, es bastante fresca.
--Ramiro probó un poco de su comida- Está malísimo…
-¿Vosotros qué comíais?
-Pues lo que pillábamos… Fruta, plantas, pescado, algo de carne… No esto.
-Venga, cómetelo, no está tan mal. -sonrió y siguieron con su cena.

-A ver, informe. -Dijo Ricardo junto a los demás en el puente de mando- Piti y Ulises, ¿qué habéis encontrado?
-Hemos visto algo pero le hemos disparado y se ha ido…
-Sería un mono, habrá tenido curiosidad por unos individuos parecidos a los de su especie. -Gamboa rió solo.
-¿Y vosotros? -Julia se dirigió a Gamboa y Julián.
-Nada de nada. Vacío.
-¿Vosotros qué? -Gamboa se apoyó sobre la mesa.
-Nosotros… Hemos visto…
-A Philippe. -Julia no vaciló con su respuesta- Nos hemos encontrado a Philippe. Ha dicho que debemos esperar, sospechan que estamos intentando ir a por ellos.
-¿Y Ramiro?
-Está vivo.
--Ricardo miró el reloj- Ya es tarde, mañana seguimos.
Se alejaron todos hacia sus camarotes. Cuando Ricardo y Julia iban a entrar al suyo, vieron a Dulce sentada junto a su puerta, se había quedado dormida.
-Dulce, eh… -Julia despertaba a la alumna- ¿Qué haces aquí?
-Estaba esperando a que llegaseis…
-Ramiro está vivo, tranquila. Muy pronto le volverás a ver.
-…vale…
-Venga, a dormir. -las dos se levantaron. Ricardo le cogió la mano a Julia y con la otra acarició el brazo de Dulce hasta que se fue.
La pareja entró al camarote y los dos vieron a Ainhoa, Valeria y el pequeño Ricardo durmiendo en la cama de la hija menor. Ambos con una sonrisa se metieron en su cama y abrazados se quedaron dormidos.

Ramiro y Leo habían pasado horas hablando en la cama del mayor, hasta que el pequeño se había quedado dormido. Ramiro le cogió en brazos y le dejó sobre su cama, frente a la suya, y tapándole con la sábana. Después apagó la luz y se metió en la suya. Cogió las llaves que le había robado al vigilante de su pantalón y las escondió dentro del colchón. Apoyó su cabeza en la almohada y soltó una lágrima al pensar en Dulce, y en lo mucho que echaba de menos. Dulce en su cama estaba igual; olía las sábanas que poco a poco perdían el aroma de Ramiro, hasta que finalmente se quedaba dormida.

(Continuará...)
#48
Adrian1797
Adrian1797
01/08/2012 16:51
Ramiro corría entre la vegetación, entre árbol y árbol, perseguido por Leonor, Tom y Víctor. Tropezó y cayó al suelo, haciendo que rodase cuesta abajo, llegando a la playa y dejando a sus acosadores detrás, perdiendo su pista. Se levantó y se espolsó sus ropas. Dirigió su mirada a la playa; el Estrella Polar ya no estaba, solo había una figura tumbada sobre la arena. La reconoció nada más verla.
-¿Dulce? -comenzó a correr- ¡Dulce!
Se tiró sobre el cuerpo inmóvil de la chica y comenzó a darle palmadas en la cara para que despertase, pero no lo hacía.
-Despierta por favor, por favor…
Suplicaba con una lágrima en la mejilla, pero no reaccionaba, el cuerpo seguía igual. Aparecieron Leonor, Tom y Víctor por delante. Leonor apuntó con la pistola hacia la frente de Ramiro, tan cerca que el arma rozaba su piel. La mujer sonrió, y finalmente apretó el gatillo.

-¡Ah! -Ramiro despertó entre gritos, con gotas de sudor por toda la cara. Se sentó sobre la cama y pasó sus manos por la cara, y al quitárselas vio a Leo a los pies de su cama.- ¿Qué pasa?
-Eso digo yo. -el chico se puso a su lado- Estabas gritando en sueños.
-He tenido una pesadilla, solo eso…
-La echas de menos. A Dulce. -Ramiro le miró extrañado, al ver que nunca le había hablado de ella- Estabas gritando su nombre.
-Pues sí, bastante…
--Leo abrazó a Ramiro sin que se lo esperase- Volverás con ella.
-Lo sé -sonrió- Venga, a tu cama.
-Es que… No puedo, no quiero dormir solo…
--Ramiro hizo un hueco- Venga, ven. -Leo se tumbó a su lado.
-Gracias.
-De nada, y duérmete -sonrió y quedó mirando el techo.

-Tenemos que hacer algo, creo que van a venir.
-No vamos a hacer nada. -Dijo Leonor- Tardarán mucho en saber dónde estamos exactamente, no hay por qué preocuparse.
-¿Y si lo hacen? -preguntó Tom.
-Actuaremos. -Leonor rozó su mano con la pistola que llevaba en su cinturón.

Dulce se despertó de madrugada, cogió una chaqueta y salió del camarote. Llegó a cubierta y se sentó en el suelo a observar el amanecer. Sintió una mano posada sobre su hombro y se giró rápidamente.
-¿Ramiro? -vio a Julia.
-Te había escuchado salir de tu camarote. -se sentó en el suelo junto a ella- ¿Cómo estás?
-Pues igual…
-Alégrate, piensa que está vivo.
-Ya, pero no está conmigo…
-Lo estará, muy pronto -pasó su brazo por el hombro de Dulce y la abrazó.
Desde atrás Ricardo observaba la escena sonriente. Julia se giró y le vio, haciendo que sonriese.
-Venga Dulce, piensa positivo, y ve dentro que te vas a constipar. Las dos se levantaron y Dulce entró; Julia se dirigió a Ricardo y le abrazó.
-Si eres así con los alumnos, ni me imagino con nuestros hijos.
-Pues mejor -sonrió mirando sus ojos.
-Seguro que sí -le besó tiernamente.- Vamos dentro. -se cogieron de la mano y fueron a desayunar a la cocina.

Dulce tras su visita a cubierta, se dirigió al camarote de los chicos, el 19, y se tumbó sobre la cama de Ramiro para intentar dormir un poco más. Horas después Sol entró en el mismo camarote, se acercó a la cama de Piti, se puso sobre él y comenzó a hacerle cosquillas.
-Despierta.
Del susto, Piti pegó un bote y se dio en la cabeza con el estante que había sobre él.
-¿Estás bien?
-Sí, sí, ya estoy acostumbrado -decía entre risas. Sol le dio un beso en la frente y se tumbó con él.
--Miró la cama de Ramiro y vio a Dulce- Oye, al final Ramiro…
-Está vivo, lo tienen haciendo reparaciones.
-Menos mal… -Le besó en la mejilla.

Alex despertó en la cama de Nora como ya era costumbre; ella todavía estaba dormida. Se quedó observando a “su chica” sonriente; sin que Nora se diese cuenta, se levantó y fue a la cocina a preparar un desayuno. Minutos después volvió, dejó la bandeja en el suelo, se puso sobre Nora y comenzó a darle besos en los labios. Nora poco a poco abrió los ojos.
-Mira quien está aquí -dijo sonriente.
-Buenos días -dijo entre besos- Me apetecía desayunar en la cama -dirigió la mirada a la bandeja.
--Nora se revolcó cuando Alex estaba distraído y quedó sobre él- ¿Te puedo desayunar a ti? -le besó en el cuello.
-¿Seguro? -rió pillamente.
-Sí, seguro que estás delicioso. -Le mordió suavemente la nariz.
-No sé, no sé…
-Porfa -le puso ojitos.
-Vale -sonrió ante el gesto de la chica.
Nora comenzó a besarle por el cuello; se volvieron a revolcar haciendo que Alex quedara sobre la chica. Los besos llevaron a abrazos, y los abrazos a algo más, a los suspiros y caricias que invadieron la cama de la joven durante un tiempo que se hizo eterno y breve a la vez, dejando de recuerdo una sonrisa en los dos al ver su amor demostrado.
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leo10
leo10
04/08/2012 16:22
Siguelo pronto, está muy interesante!
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