FormulaTV Foros

Foro El barco

Subforo La cocina de Salomé

El Barco - Aqui todo es posible

Anterior 1 2 3 Siguiente
#0
Adrian1797
Adrian1797
02/04/2012 21:45
Vivir en el fin del mundo es algo que ninguno de los tripulantes del Estrella Polar se esperaba. ¿Como pensar que acabarian asi? ¿Como imaginarse que acabarian siendo los unicos supervivientes de una catástrofe que acabaría con toda la existencia en la Tierra? Solo quedaban ellos, o eso creian. Las aventuras que se pueden vivir en el Estrella Polar son infinitas, desde cada punto de vista, desde cada personaje, desde cada mente, mirada y pensamiento, infinititas. Los amores, desamores, aventuras, misterios, tramas, locuras, romances, pérdidas... todo lo que puedas imaginar, sirve de inspiracion para crear historias increibles, capaces de cautivar la atencion de cualquier persona. Te invito a imaginar una historia inventada por la mente de un barquero. Déjate llevar guiño
#21
Adrian1797
Adrian1797
12/05/2012 19:04
Inesperadamente, un temblor se notó por todo el barco. Las paredes vibraron fuertemente, objetos que se hallaban en estanterías y mesas cayeron al suelo, algunos rompiéndose en mil pedazos.
-¿Qué ha sido eso? -decía Ricardo mirando las pantallas de los monitores.
-Una maldita montaña submarina, ha rozado el casco del barco por la zona de estribor.
-Vamos, tenemos que ir a ver si ha habido daños. -Salieron a cubierta y se asomaron por el extremo de estribor. Miró el casco del Estrella; tenía un rasguño que le había quitado la pintura en una zona no muy grande- Solo un rasguño, ningún daño grave. -Se apartó y se quitó el sudor de la frente.
-Si que ha habido daños, mira. -Giró el cuerpo de Ricardo en dirección al palo mayor. Junto a él se encontraba el cuerpo inconsciente de Piti, tirado en el suelo, rodeado de un pequeño charco de sangre por la cabeza. Capitán y oficial corrieron hacia el joven, que permanecía inmóvil.
-¡Piti! -Ricardo comenzó a darle palmadas sobre la mejilla, intentando que despertase, pero no lo hizo.
-Ricardo, vamos a llevarlo a que lo vea la doctora, venga. -Sin pararse a pensarlo dos veces, cada uno le cogió de un lado y lo llevaron rápidamente a la enfermería.
-¡Julia! -Ricardo dejó el cuerpo sobre la camilla. La doctora apareció de pronto por la puerta, ya que había seguido el rastro de sangre que el alumno iba dejando.
-¿Qué ha pasado? -Se puso las gafas para ver mejor.- Tapónale la herida de la cabeza.
-No lo sabemos -el capitán presionó sobre el cráneo del alumno con un paño, haciendo que la sangre dejase de salir- lo hemos encontrado junto al palo mayor, justo después del temblor. Supongo que se habrá caído.
Mientras los dos atendían al alumno, Julián salió a cubierta a inspeccionar e intentar saber lo que ocurrió. Un charco de sangre, ninguna pista más. O eso creía. Dirigió la mirada a la parte alta del palo mayor. El sol impedía ver con claridad lo que había, pero algo colgaba en lo alto. Una racha de viento hizo que ese objeto cayera. Era una fina cuerda, con la que Piti se agarró al palo mayor para no caer. No sirvió de mucho.
Julia comenzó a hacerle las revisiones a Piti: pulsaciones normales, un moratón en el brazo, y el golpe de la cabeza. Le puso la mascarilla en la boca para que pudiese respirar mejor, pero aun así no despertaba.
-¿Y bien? -Ricardo observaba cómo Julia realizaba su trabajo.
-Está vivo, pero…
-¿Pero? -Julián apareció por la puerta con la cuerda.
-No despierta. El golpe habrá sido muy fuerte… Está en coma. -cogió la cuerda de las manos del oficial- Hoy no fue a clase, seguramente estuviese ahí arriba.
-¿Y qué motivos podía tener para no acudir a clase y quedarse ahí arriba, solo?
-Solo… -Ricardo pensaba qué podía hacer- Julián, trae a Ramiro y Palomares.
El oficial se dirigió al comedor, donde estaban todos los alumnos comiendo. Se dirigió a la mesa donde comían Ramiro, Sol, Vilma y Palomares.
-Chicos, venid un momento. -Ramiro y Palomares se levantaron.
-¿Qué pasa?
-Tenéis que venir a la enfermería, los dos. -Anduvieron por los pasillos del Estrella sin esperar ni un segundo. Sol les siguió sin que se diesen cuenta. Justo antes de entrar a la enfermería, se dirigió a los alumnos- Antes de entrar, tengo que haceros una pregunta. ¿Sabéis que le pasaba a Piti estos días?
-No. -Palomares respondió rápidamente.
-Eh… No… -Ramiro se pensó un poco más la respuesta.
-Podéis entrar. -informó Julia desde dentro de la estancia. Nada más entrar, Palomares y Ramiro corrieron hacia la camilla donde se encontraba Piti.
-¿Qué ha pasado?
-Ha caído del palo mayor. -Contestó la doctora- Está en coma… -los dos compañeros se quedaron quietos mirando el cuerpo de Piti, con tristeza- ¿Sabéis por qué pudo subir allí? ¿Le notabais raro?
-Solamente que esta mañana no quería ir a clase. Nada más. -Palomares no sabía más del asunto, y se dirigió a la puerta.- Si mejora, avisadme…
-¿Y tú, Ramiro? -Julia se dirigió al joven.- ¿Sabes qué le podía pasar?
-Llevaba unos días raro, bastante raro… -el alumno miraba la cara de su amigo- Y últimamente estaba mucho tiempo junto a Sol.
-¿Sol? -quedó pensativa un minuto- ¿Crees que estaban juntos?
-No, no lo estaban -se sentó en una silla junto a la camilla- pero yo creo que a él le gusta. Y si subió allí arriba, a lo mejor era para estar solo, para dejarse las ideas un poco más claras.
-Claro…
Ricardo escuchaba la conversación entre Julia y Ramiro, y se fijó en una sombra que asomaba por el pasillo. Era la sombra de Sol, que había escuchado todo desde un rincón. El capitán salió y se acercó a ella. Una lágrima caía por la mejilla de la chica. Una lágrima llena de amor y desesperación, al ver que podía haber perdido a Piti. Abrió sus azules ojos, intentaba hablar, pero las palabras no le salían. Ricardo le abrazó para calmarle.
-Está bien. -las palabras de Ricardo intentaban que se tranquilizase un poco.
-No, no lo está, está en coma…
-Pero no muerto, pronto despertará. Entra, venga.
Sol entró a la enfermería. Ramiro y Julia dejaron de conversar cuando vieron que la joven entró tímidamente. Ramiro se levantó para cederle el sitio a Sol, pero ella antes de sentarse abrazó al chico.
-Te dejamos a solas con Piti -dijo Ramiro- si necesitas algo, nos lo dices, a cualquiera de los tres.
-Gracias…
Ricardo, Julia y Ramiro salieron de la enfermería. Sol se sentó sobre la silla y secó las lágrimas de su cara, dejando húmedas sus mejillas. A solas, Piti y Sol, en la enfermería; y Piti no podía escucharle. Era la situación perfecta para expresarse.
-Piti… -Sol miró la cara de su compañero- No podía decirte esto, no me atrevía. Las situaciones no me dejaban, siempre había una excusa para no poder decírtelo. Cada vez que te veo, algo dentro de mí se mueve. Pienso en ti la mayoría del tiempo… -bajó la cabeza- No estaba segura de lo que me pasaba, hasta que tú y Vilma rompisteis. Siempre te apoyé, siempre. Daba igual como estuviese yo, siempre me hacías sonreír. La noche de la fiesta me invitaste a bailar; como amigos, pero yo quería que fuese más… -cogió la mano inmóvil de Piti y le miró a la cara, derramando una lágrima- Te quiero. Me da igual que haya veces que te vuelvas un poco loco, un salido, o lo que sea. Eso mismo te hace una persona única y especial. Ahora no puedes oírme, pero espero que estas palabras se queden en tu mente, de recuerdo o como un simple sueño que nunca ha ocurrido, pero sí lo ha hecho. Y nunca olvides que… -apartó el pelo de la frente del joven- que eres el mejor, nunca, repito, nunca dejes de ser como eres.
Sol besó la mejilla de Piti, y se fue de la enfermería. Por fin lo dijo, aun no habiéndole escuchado, pero lo dijo. Se secó las lágrimas que le quedaron, salió a cubierta y se acercó a Julia y Ricardo, que estaban mirando el mar tranquilamente. La doctora notó la presencia de Sol.
-¿Ya está?
-Si, -cerró los ojos para relajarse- ya. -Notó un cálido abrazo que Julia le dio.
-No te preocupes por Piti, pronto estará como siempre.
-Eso espero…
-Ya verás como sí.
Julia separó los brazos del cuerpo de la alumna, y le cogió la mano a Ricardo. Los dos se dirigían juntos a la enfermería, cuando Julia soltó la mano de Ricardo y se quedó parada.
-¿Pasa algo?
Julia se quedó parada unos segundos, se llevó la mano a la boca, y salió corriendo hacia el baño. Ricardo siguió sus pasos, y se quedó esperando en la puerta, impaciente.
-Julia, cielo, ¿estás bien?
No contestó. Tras unos minutos, salió del baño y se lavó la cara.
-Ha sido un mareo tonto, nada más.
Se secó las manos y la cara, y agarró otra vez la mano del capitán. Regresaron a la enfermería, donde solamente estaba el cuerpo de Piti. Solo se escuchaba el pitido del monitor que marcaba las pulsaciones de su corazón.
-¿Qué crees que le habrá dicho Sol? -preguntó Ricardo.
-No lo sé, pero seguro que algo bueno, seguro.
#22
ricarjulista14
ricarjulista14
12/05/2012 20:15
Que bonito! Esta genial, dios que ilusión me ha hecho cuando le a pasado a Julia lo del "mareo" ojalá pronto tengamos un hermanito para Valeria que se pase el día correteando por todo el barco, espero que lo de Piti no sea nada, bueno que me enrollo que me encanta y que lo continúes cuando puedas.

Besos a todos y cuidaros mucho
#23
leo10
leo10
14/05/2012 09:37
Tu fic es precioso, me encanta! Es genial, porque trata de todos los personajes y no se centra solo en unos. Y me encanta que Gamboa no sea solo el malo y que también reciba un poquito de amor. Siguelo pronto!
#24
Adrian1797
Adrian1797
16/05/2012 17:11
-Alex, quieres… Quieres… ¿Quieres salir conmigo?
-Nora, si eres así de cortada, te vas a quedar sin palabras cuando se lo vayas a decir. -Dulce se encontraba tumbada en su cama, mirando como su amiga le hablaba al espejo.
-Pero no todas somos capaces decírselo directamente a la cara…
-A mí también me costó -se sentó sobre la cama, con las piernas cruzadas- Fácil no es, eso seguro. Lo que necesitas es un poquito de tiempo, hace poco que llegó aquí.
-¿Y Ramiro? -Nora se sentó junto a ella- ¿Cómo se lo dijiste?
-¿Te acuerdas la noche de la fiesta? ¿Cuando vino Alex?
-Por supuesto.
-Le besé bajo la lluvia. -Una sonrisa invadió la boca de Dulce al recordar esa noche.
-Madre mía. ¿Cómo? ¿Cómo pudiste lanzarte así?
-Simplemente, sé que él es mi persona especial. Te voy a decir una cosa: Si de verdad has encontrado a esa persona tan especial, no tienes por qué perder tiempo. A ver, piensa en Alex. -Nora cerró los ojos, pensativa, y apareció una sonrisa espontánea.- Venga, abre los ojos. -Nora seguía con los ojos cerrados, sonriendo. Dulce cogió un cojín y le golpeó en el brazo, haciendo que volviese a abrir los ojos.
-Oye. -cogió el cojín y le devolvió el golpe, haciendo que Dulce riese.
-Perdón, pero te habías perdido. Si hubieses visto la sonrisa que te ha salido…
-No podía evitarlo…
-Exacto. Eso mismo. No puedes evitar pensar en él, cuando piensas en él, sonríes… Te gusta Alex. No, miento, Alex es tu media naranja -le guiñó un ojo- Lo dicho, deberías decírselo.
-Ya veremos… Y bueno, cambiando de tema. ¿Qué tiene Ramiro que no tenga otro chico?
-Uf… Todo. Lo tiene todo.
-Explícate.
-Lo primero, su forma de ser. Es muy amable, cariñoso, tierno, gracioso… Y además es guapísimo. Esa piel, tan morena, y su sonrisa. Y sus ojos, esos ojos marrones… -Dulce se quedó perdida en sus pensamientos y Nora le volvió a golpear con el cojín.
-Ahora has sido tú la que se ha perdido en tus pensamientos. -Dirigió su mirada a la puerta- Tienes visita.
Dulce se giró y vio a Ramiro apoyado en el marco de la puerta, sonriendo, intentando hacerse el indiferente para llamar la atención a las chicas.
-Os dejo solos. -Nora se levantó de la cama.
-Nora -dijo Dulce antes de que se fuese- haz lo que te he dicho. -Le envió una sonrisa.
-De acuerdo -salió del camarote pasando por el lado de Ramiro, que se había desconcentrado.
-¿Y tú? -Dulce se dirigió a Ramiro sonriendo.
-¿Yo? -sonrió y comenzó a acercarse a Dulce- Pasaba por aquí y me apetecía verte…
-Vaya -la joven se levantó de la cama y se acercó a Ramiro- ¿así que te apetecía verme?
-Sí. -observaba cómo los ojos de la chica se acercaban poco a poco a él, y sus labios a los suyos. Cuando estaban a punto de juntarse sus labios, cerró los ojos.
-¿Quieres que te bese? -susurró con una voz suave.
-Así que la señorita Dulce quiere un beso… -dijo con tono burlón.
-Pues si tú no quieres un beso, yo tampoco.
-Yo en ningún momento he dicho que no quiera un beso…
Ramiro notó los cálidos labios de Dulce en los suyos propios. La chica empujó a Ramiro e hizo que se tumbase sobre la cama, y continuaron besándose durante unos minutos más.

Julia se disponía a ir a la cocina para hablar con Salomé cuando se cruzó con Ainhoa por el pasillo.
-Ainhoa, ven conmigo. -La doctora le agarró del brazo, nerviosa.
-¿Ocurre algo? -la alumna le siguió el paso.
-Tengo que contarte una cosa, a ti y a Salo. -llegaron a la cocina. Julián hablaba con la cocinera.- Julián, necesito hablar con ella, ¿puedes irte un momento? No tardaré mucho. -El oficial asintió y se fue.
-¿De qué querías hablar? -Salome y Ainhoa se sentaron, mirando atentamente a Julia.
Julia andaba de un lado a otro inquietamente, sus nervios indicaban una gran preocupación.
-¿Nos lo vas a decir? -A Ainhoa se le contagiaban los nervios de la doctora, queriendo saber lo que les iba a contar.
Un minuto después, Julia se llevó la mano al bolsillo del pantalón y rápidamente dejó un objeto envuelto en papel higiénico encima de la mesa. Se llevó las manos a la cabeza, se quitó el sudor y se giró. Ainhoa y Salomé casi se tiran encima de la mesa para coger el objeto que había dejado.
-¿Qué es? -Ainhoa cogió el objeto, alargado y pequeño, pero no lo abrió esperando una respuesta. Julia se giró, intentó responder, pero la voz no le salía, se quedó callada con cara de sorpresa.
-A ver -Salomé cogió el objeto de las manos de Ainhoa y le quitó el papel que lo envolvía- Esto es… -Lo miró minuciosamente. Una cara con una mezcla de sorpresa y felicidad invadió a Salomé- Dime que no es verdad. -Julia asintió con una lágrima cayendo por su mejilla, llegando a sus labios que solamente expresaban alegría. Salomé se levantó rápidamente y abrazó con fuerza a Julia.- Enhorabuena cariño -La cocinera besaba repetidamente la mejilla de la doctora.
Ainhoa se quedó intrigada con lo que podía ser ese objeto, y con la reacción de Salomé. Cogió el objeto que Salomé previamente había tirado sobre la mesa: un test de embarazo, que había salido positivo. También se levantó impulsivamente y se unió al abrazo.
-Enhorabuena Julia, ya tenemos otro marinerito en espera.
-Y hermanito, o hermanita, recuerda que está con tu padre.
-¡Es verdad! ¿Se lo has dicho ya?
-¡No! -Julia cortó la sonrisa y se secó las lágrimas- No…
-¿Por qué te pones así? ¡Deberías estar feliz!
-Y lo estoy… -se apartó el pelo de la cara- Pero… ¿No es muy temprano?
-Nada de eso -Ainhoa le cogió la mano- Estáis muy preparados.
-¿Y que pasará cuando llegue?
-Nosotras estaremos aquí, recuerda que para cuando llegue el tuyo, ya habrán venido dos. Ya sabremos lo que hacer, tranquila.
-Gracias chicas -las tres volvieron a abrazarse.
-Ahora tienes que preocuparte en decírselo a Ricardo y en atenderle cuando se desmaye al recibir la noticia -Salomé hizo que Julia sonriese- Que una noticia tan buena no se puede guardar.
-Eso es lo que me preocupa, cómo se lo voy a decir…
-Yo había pensado -interrumpió Ainhoa- en que preparases una merienda en cubierta, y decírselo.
-¡Que buena idea! -Salomé se remangó y se limpió las manos en el delantal- Yo os preparo la merienda, tú dile lo de esta tarde. En una hora más o menos lo tendré todo preparado.
-Que no, que no hace falta… Se lo diré directamente.
-¡Nada de eso! -Ainhoa se puso delante de Julia- Va a ser un momento que tiene que recordar siempre, será mejor que hagas lo de la merienda.
-¿Segura?
-Conozco a mi padre, será lo mejor que puedes hacer. Ánimo.
Ainhoa se apartó y dejó paso a Julia. La doctora buscó a Ricardo en el puente de mando, pero no estaba. Recordó que se había quedado en la enfermería junto a Piti, así que se dirigió a donde estaban.
-¿Alguna novedad? -preguntó Julia mientras entraba y cerraba la puerta.
-Todo normal. Mejora, pero no despierta.
-Ya me ocupo yo, puedes irte. -la doctora se puso las gafas y la bata blanca.
-Bien, luego nos vemos. -Le dio un beso corto y se acercó a la puerta.
-Cielo, ¿te apetece merendar esta tarde?
-¿Merendar? -Preguntó extrañado- Claro que sí -sonrió.
-Luego te aviso y vamos a cubierta, estate atento. -Le guiñó un ojo.
-Lo estaré. -Le devolvió el guiño, salió y cerró la puerta.
Julia se quedó sentada en una silla junto a la camilla. Puso su mano sobre su tripa y sonrió.
#25
leo10
leo10
19/05/2012 15:36
Te ha quedado genial, Adri!!! (puedo llamarte así?) Me he reído mucho con Nora delante del espejo practicando. Y Julia está embarazada! Siguelo pronto, que se me ha hecho muy corto!
#26
Adrian1797
Adrian1797
19/05/2012 19:58
7º PARTE

Un brillante Sol anaranjado descendía del cielo lentamente, transformando el azul del cielo en amarillo, y abriendo paso a las estrellas que ya comenzaban a brillar poco a poco en el infinito. Julia y Ricardo se encontraban sentados sobre una toalla, observando el paisaje. Sobre la toalla había además unas copas con vino, unos aperitivos y un plato con fruta. Ricardo bebió de su copa, pero Julia ni la había tocado, ni tampoco había comido apenas, solamente un poco de fruta.
-¿No bebes? -Ricardo le ofreció el vaso con vino.
-No, gracias. -Julia apartó el vaso y le cogió la mano- Te he traído aquí para darte una noticia.
-¿Noticia? -quedó pensativo.
-Sí. Tú sabes que llevamos ya unos meses juntos, nuestra relación va bastante bien, somos muy felices juntos…
-Exacto. -“Madre mía -pensó Ricardo- que Julián tiene razón y al final va a haber boda…”
-Y también sabes que tenemos esas noches…
-¿Y no te gustan?
-¡Claro que me gustan! -la doctora sonrió- Me gustan muchísimo. Y también, a lo mejor, en una de esas noches, puede pasar algo…
Julia cogió la mano de Ricardo y la puso sobre su camiseta, en su tripa. Bajó la mirada, mirando la zona donde había puesto la mano, y nueva mente subió la mirada, con una sonrisa alegre. Ricardo quedó pensativo unos minutos intentando adivinar que pasaba.
-Ricardo, estoy embarazada.
El capitán soltó un gesto de sorpresa, y sin saber que decir abrazó fuertemente a la doctora. Una lágrima caía desde el ojo de Ricardo.
-¿Va en serio?
-Claro que si, mira. -Julia sacó el test de embarazo que había cogido antes de la cita.- ¿Ves? Positivo. -Ricardo observó el test durante unos minutos, paralizado. Besó inesperadamente a Julia.
-Me alegro mucho cielo -continuó el beso que le había dado.
-Y yo -abrazó fuertemente a su amado- Espero que sea niño…
-¿Niño?
-Sí. Así Ainhoa y Valeria tienen un hermanito al que cuidar, además, me gustaría mucho que se pareciese a ti.
-Hablando de las chicas, ¿lo saben ya?
-Ainhoa sí, se lo he dicho junto a Salomé; a Valeria no se lo he dicho porque aún es muy pequeña, creo que deberíamos esperar a que pasen unos meses…
-Tienes razón, esperaremos para decírselo -Ricardo le besó en la frente- Estos nueve meses se me van a hacer eternos, pero contigo a mi lado, me da igual. -Sus palabras provocaron una sonrisa a Julia.- Te quiero.
-Yo te quiero más -Julia le besó apasionadamente, cerraron los ojos y continuaron el beso, con el Sol crepuscular como único testigo.

Por otra parte, Dulce y Ramiro seguían tumbados en el camarote. Ya hacía horas que estaban allí, sin parar de besarse, como si no existiese un mañana.
-Me encantan tus besos -susurró Dulce mientras acariciaba la mejilla del chico con la yema de sus dedos.
-No me había fijado -Ramiro le guiñó un ojo y cogió su mano.- ¿Es verdad todo lo que has dicho sobre mi cuando hablabas con Nora?
-Así que me has escuchado… Si, es verdad. Todo. Me encanta todo de ti.
-Y lo de la pierna… ¿Te importa?
-Ramiro, a mi no me importa lo de la pierna. Nunca me fijo en ese tipo de cosas.
-Pero una cojera no es algo que se pueda ocultar…
-Yo no quiero que lo ocultes. -Pasó su mano por el pelo del chico- Cada uno nace como nace, si esperas que te quiera menos solamente por el echo de que seas cojo, vas mal encaminado en cuanto se refiere a mi forma de pensar, y de querer. -Dulce besó a Ramiro durante unos minutos, sin decir ni una sola palabra- Yo quiero que seas tú mismo. Este chico cariñoso, amable, tierno… -miró sus marrones ojos, metió sus manos por dentro de la camiseta del chico y abrazó su cuerpo- Este chico del que me he enamorado.
Ramiro se fijó en la dulce voz de la chica y en la expresión de ternura que tenía, le apartó el pelo de la cara para verle mejor. Acercó lentamente sus labios a los de Dulce, y suavemente le besó.
-Te quiero. -susurró tiernamente.
Dulce sonrió ante las palabras de Ramiro, rozó su nariz junto a la del chico, y le besó en la mejilla. Apoyó la cabeza en su hombro, y puso un brazo sobre su cuerpo, sintiendo su calor. La chica poco a poco se quedó dormida, con una de sus manos acariciando la mejilla de Ramiro. El chico seguía despierto, observando la expresión de Dulce. Acarició su mano, causando que ella sonriese.
Nora entró por la puerta sin hacer ruido, observando la escena entre sus compañeros. “Que monos son…” pensó. Se acercó a ellos lentamente, dio un toque a Ramiro en el brazo.
-Se ha hecho tarde. -susurró intentando que Dulce no despertase.
-Tienes razón. -Apartó el cuerpo de la chica poco a poco, dejó su mano sobre la almohada, y se levantó de la cama.- Gracias por habernos dejados solos estas horas.
-De nada, pero espero que no hayáis hecho nada… privado -Una sonrisa pícara invadía la cara de Nora.
-No hemos hecho nada -Sonrió ruborizado- Solo hemos estado hablando.
-Claro, “hablando”.
-Que si, hablando. Y besándonos, nada más. ¿Y tú?
-¿Yo? Básicamente, estar por ahí, hablando con Alex. -sonrió espontáneamente.
-Si, si, “hablando” -contestó con un tono burlón.
-Que si, solo hemos hablado -le dio un golpe en el brazo- Venga, a tu cuarto.
-Vale, vale, no me mates -finalizó con un tono irónico. Se acercó a la cama de Dulce, se agachó y le dio un beso en la mejilla- Buenas noches -susurró acariciándole la frente. Se volvió a levantar y se acercó a la puerta. Antes de salir se giró- Buenas noches Nora.
-Buenas noches -respondió tumbada desde su cama, con un libro en la mano.
Ramiro salió de la habitación, cerró la puerta sin hacer ni un ruido. Se dirigió a su camarote. De las cuatro camas, solo una estaba ocupada, la de Ulises. Piti aún se encontraba en enfermería, y Palomares estaba haciéndole compañía. Se tumbó sobre su cama y quedó rendido ante el sueño.
#27
Adrian1797
Adrian1797
19/05/2012 19:59
-Palomares -se escuchó la voz de Vilma a través del walkie- Palomares, ¿estás ahí?
-Si, -se acercó el aparato a la boca- dime Vilma.
-¿Dónde estás? Llevo toda la tarde buscándote.
-En la enfermería, haciéndole compañía a Piti…
-¿Cómo? ¿Piti está en la enfermería?
-Sí… -se escuchó cómo el walkie cayó al suelo. A los dos minutos apareció Vilma por la puerta de la enfermería.
-¿Qué le ha pasado? -se acercó a la camilla sin pensarlo dos veces- Piti, despierta -Le golpeó varias veces la mejilla.
-Vilma, no lo intentes… -cogió la mano de la chica- No va a despertar, aún…
-¿Está…? -tragó saliva- ¿Está en coma…?
-Sí, Vilma. Si. -La chica abrazó a Palomares cariñosamente- No te preocupes, seguro que va a despertar.
-Seguro que sí…
-Venga, vete a dormir, mañana nos vemos -le besó en la mejilla- Buenas noches.
-Buenas noches. -Vilma se alejó de la enfermería, andaba por los pasillos hacia su camarote, pasando la mano por la pared, pensativa.

Nuevo día en el Estrella Polar, pero a diferencia de los otros, el Sol no relucía. Un día gris, las nubes ocultaban el cielo, y las aguas estaban bastante removidas. Salomé y Burbuja se encontraban en la cocina preparando el desayuno. Apareció Julia sonriente, resplandeciente de felicidad.
-Bue… Buenos días -Tartamudeó Burbuja dirigiéndose a la doctora.
-Buenos días a los dos. -bostezó y se desperezó sonriente.
-Ya veo que estás bastante feliz con lo del tema. -La cocinera se secó las manos mojadas en el delantal.
-Si, muchísimo. -Se puso el pelo a un lado. Salomé se acercó a ella y comenzó a darle besos en la mejilla.
-Ay, nuestra doctora, ¡que nos va a dar una alegría más muy prontito! -siguió besándole la mejilla.
-¿Qué…? ¿Qué pasa? -Burbuja observó la escena entre cocinera y doctora.
-Pues que aquí, la señorita Julia Wilson, nos va a traer un bebé muy prontito.
-Eso… ¡Es muy buena noticia! -Burbuja se levantó y abrazó a las dos chicas.
-Sí, muy buena. -Dijo Julia sonriente- Muy pronto tú y Valeria tendréis otro amiguito o amiguita más para jugar, junto a los de Vilma y Salo.
-Al final esto va a parece una guardería, que ya vienen tres.
-Quien sabe, a lo mejor cuando hayan venido, ya estaremos en tierra…
-Es… Esperemos que sí…
Tras acabar de preparar el desayuno, comenzaron a colocarlo sobre las bandejas en el comedor.
-¿Y Ricardo? -preguntó Salomé- ¿Qué tal se lo ha tomado?
-Pues muy bien, la verdad. Se alegró.
-Normal, como para no alegrarse. -Volvieron a la cocina y cogieron los platos que quedaban, y una jarra con leche y otra con zumo de naranja.- ¿Y has pensado ya nombres?
-¿Nombres? -caminaron hacia el comedor- ¿no es temprano aún?
-Sí, un poco, pero mejor ir pensándolo ya… ¿Qué nombres te gustan?
-De chica… -pensó un buen rato- Aroa, me gusta mucho.
-Es muy bonito -dijo mientras cogía una magdalena y se la comía- ¿Y de chico?
-De chico… Ricardo. -contestó sonriendo.
-Co…Como el capitán -respondió Burbuja.
-Sí, como el capitán. -Sonrió Julia.

(Continuará…)
#28
EresBeatles
EresBeatles
20/05/2012 02:18
Oish me encanta Julia embarazada *_* Que ganas de verle la carita a ese niño, siguelo prontisimo por favor
#29
Adrian1797
Adrian1797
21/05/2012 11:30
-Eh, Dulce, despierta. -Ramiro, agachado, daba pequeños toques en el brazo a Dulce para que despertase.
-¿Qué pasa? -despertaba entre bostezos.
-Tenemos que ir a desayunar, vamos. -dijo con voz tranquila, acariciándole la frente. Dulce se había quedado embobada mirando a Ramiro. El chico llevaba una sudadera oscura con capucha y unos pantalones cortos, lo normal; pero Dulce notó algo diferente en él, algo que hacía que no dejase de mirarlo.
-¿Qué has dicho? -recobró su razón otra vez.
-Venga, a desayunar. -le besó en la mejilla- ¿estás bien? Te noto rara…
-No, estoy bien, solo que me había quedado empanada…
-¿Empanada? -sonrió- ¿Empanada con qué?
-Con… -se volvió a descentrar mirando su sonrisa- Nada, con nada. -Sonrió y se levantó de su cama. Miró la cama vacía frente a la suya- ¿Y Nora?
-Ya está en el comedor, me ha dicho que fuese a levantarte.
-Vale, en un minuto salgo, voy a vestirme. -Dulce llevaba un pantalón corto y una camiseta de manga corta, un pijama de verano.
-¿No te apetece ir a desayunar en pijama? -dijo Ramiro con tono burlón- Vas muy guapa, eh. -Le guiñó un ojo.
-Anda, cállate -reía ruborizada mientras echaba al chico de su habitación- Salgo en nada.
Dulce cerró la puerta del camarote. Los alumnos iban pasando por el pasillo, y Ramiro se encontraba apoyado en la pared, con los ojos cerrados, sonriendo. De pronto, notó como alguien le besaba. Era Dulce, el chico reconocía perfectamente esos labios a los que había besado antes. Abrió los ojos y allí estaba, vestida con una sudadera y unos pantalones cortos, más o menos igual que él.
-Que guapa te has puesto -sonrió mirándola de arriba abajo.
-Que cosas dices -le abrazó, se soltó y le cogió de la mano- Venga, a desayunar.
Fueron al comedor, donde estaban ya casi todos los tripulantes del Estrella desayunando. Julia se encontraba en la parte alta, mirando como llegaban poco a poco. Ricardo apareció detrás suya, sonriente, cogiéndole la mano. Cuando vio que ya estaban todos, habló.
-Chicos, escuchad un momento. Durante esta semana, y seguramente la que viene, no habrá clase, tendréis el día libre. Disfrutad.
Los alumnos comenzaron a aplaudir y agradecérselo a Julia. Julián sobresaltó al escuchar la noticia.
-¿Qué dice doctora? ¿Cómo que no va a haber clase?
-Pues eso, que tendrán el día libre. Ya hemos acabado el temario, necesito tiempo para preparar nuevos temas… Y además a lo mejor no estoy disponible para dar las clases.
-¿Y qué es tan importante que no le dejará dar clases?-arqueó una ceja.
-Pues… -miró a Ricardo, y pusieron sus manos sobre la tripa de la doctora.
-Me cago en la leche… -abrazó a la pareja- Felicidades, otro marinero más.
-Exacto -Ricardo abrazó fuertemente a su amigo.
Los alumnos vieron y escucharon la escena entre los tres adultos, y en el momento de los abrazos, aplaudieron y felicitaron a la feliz pareja desde sus sitios.
-Gracias chicos -se dirigió Ricardo a todos- Venga, desayunad, y disfrutad de estos días. -Tras sus palabras, los aplausos se escuchaban cada vez menos, y continuaron desayunando.

-Chicos, ¿y qué podemos hacer? -Preguntó Ainhoa a los demás amigos después del desayuno.
-Bañarnos no, las aguas no están como para eso… -decía Ulises mirando por una de las escotillas.
-Y por qué no… -dijo Ramiro con tono bajo.
-¿Se te ocurre algo? -Dulce le cogió la mano.
-No, nada, era una tontería, nada más… -sonreía, pero con un tono de tristeza un poco notable.
-¿Te ocurre algo? -preguntó Vilma fijándose en el gesto de Ramiro.
-No, no me ocurre nada… ¿Se os ocurre algo?
-Chicos, yo no estoy para planes… -informó Sol cabizbaja- Me quedaré con Piti en la enfermería.
-¿Estás segura? -Ainhoa le cogió suavemente del brazo.
-Si, segura.
-Pues, si se nos ocurre algo, te avisamos…
-Gracias -se alejó hacia la enfermería.
-Esta tarde miramos qué hacemos, de momento no hacemos nada. -Ainhoa finalizó.
-De acuerdo -soltaron los demás compañeros, dispersándose cada uno por un sitio.

Sol se encontraba en la enfermería. Solamente se escuchaba el monitor que marcaba los latidos del corazón de Piti. Se sentó en la silla de siempre, junto a la camilla.
-Buenos días Piti. -le habló intentando que despertase- Tengo noticias. Julia está embarazada, y seguramente nos perdamos unas semanas de clase… -le cogió la mano inmóvil- Pero yo pienso quedarme aquí lo que haga falta -le revolvió un poco el pelo sonriendo.
Estuvo media hora hablándole, como si él le escuchase. La mano de Sol se encontraba sobre la de Piti, y sin esperárselo, la mano del chico se cerró lentamente. Sol quedó sorprendida ante el movimiento. El pitido del monitor se aceleró un poco, la mano temblaba. Y, sin esperárselo, Piti abrió los ojos.
-¿Sol? -su voz era baja, casi ni se escuchaba.
-¡Piti! -la chica abrazó fuertemente al chico, sus ojos estaban llorosos.
-¿Qué ha pasado?
-Caíste del palo mayor, estabas en coma. -las lágrimas de Sol caían sobre la espalda de Piti. Cogió el walkie rápidamente- “Julia, ven corriendo, Piti ha despertado”
-“Ya voy” -se escuchó al otro lado del aparato.
Sol sonreía como nunca antes lo había hecho. Observó la cara de Piti, sonriente, con las manos cogidas. En un momento en el que Piti se había distraído, Sol se acercó al chico y le besó. Piti no se opuso, disfrutó del beso, cortado por el ruido de la puerta de la enfermería al abrirse. Por fin, el rayo de sol salió entre las oscuras nubes.
#30
Adrian1797
Adrian1797
21/05/2012 11:31
-Ramiro, ¿te pasa algo? -Dulce y Ramiro se encontraban tumbados sobre la cama del chico.
-Que no, no te preocupes… -abrazó a la chica, tumbada sobre su cuerpo.
-Puedes decírmelo, venga… -acarició su mejilla lentamente.
-No es nada malo, de verdad… No te preocupes, ¿vale? -sonrió ante un gesto triste que ella hizo.- Solamente es que estoy con un poco de bajón, nada más.
-Anímate, venga -frotó su nariz cariñosamente con la del chico.
-Lo intentaré. -sonrió un poco más.
-No, quiero verte reír ya -comenzó a hacerle cosquillas.
-¡Para! -soltó entre carcajadas.
-Mm… No sabía esto de ti, ¿tienes cosquillas? -soltó con un tono burlón.
-¡No, no tengo! -intentó mentir.
-¿Qué no? -siguió con las cosquillas- ¡Si que tienes!
-Que no, ¡Que no! -no paraba de reír. Se revolcó sobre la cama, quedando sobre Dulce.- Ahora no te escaparás.
-¿Me vas a hacer cosquillas?
-No, te voy a comer a besos -comenzó a besarle.
-Entonces no me quejo -le guiñó un ojo y le abrazó por dentro de la sudadera.
-Te gusta mucho abrazarme -dijo entre besos.
-Mucho, me gusta tenerte cerca, me siento más segura.
-O que eres muy cariñosa -le besó en la mejilla.
-También. -sonrió y continuaron besándose.
Por la puerta había una silueta, apoyada en el marco de la puerta.
-Vaya tortolitos estáis hechos… -dijo una voz.
Ramiro dejó de besar unos segundos a Dulce, reconocía esa voz.
-¿Piti? -miró hacia la puerta. La silueta se acercó un poco más, era él- ¡Piti! -Ramiro se revolcó para salir de la cama, pero al estar en el extremo, cayó al suelo.
-Chaval, lleva cuidado. -Piti rió.
-¡Ya has despertado! -se levantó rápidamente y le dio un abrazo fuerte.
-No, soy un fantasma. ¡Buh! -burló con una sonrisa.
-Cállate -rió mientras le abrazaba.
-Ay, Ramiro, al final se van a pensar que estamos liados -le revolvió el pelo.
-Pues será por ti, porque por mi no.
-No, si os he visto ya dándoos el lote, al final le vas a quitar la carne de los labios.
-Me da igual -Dulce bajó de la cama y se unió al abrazo.- Me gusta tenerle a mi lado.
-Y a mí también -Miró sonriente a la chica y volvió a dirigir la mirada a su compañero- Para mí, Piti, eres como un hermano.
-Y tú para mí, Ramiro. Me alegro de veros tan felices. Yo a lo mejor…
-¿A lo mejor, qué? -miró hacia la puerta, y vio la figura de Sol, sonriente- No me dirás que estáis juntos.
Sol se acercó a Piti, y él se separó del abrazo y le cogió de la mano.
-Sí -Los dos sonrieron.
-Ya me contarás -dijo Ramiro, acercándose a Dulce- me alegro mucho por vosotros.
-Yo también. -respondió Dulce, pasando un brazo por detrás de Ramiro.
-Y yo por vosotros -sonrió- Luego nos vemos -dijo alejándose del camarote, con Sol cogida de la mano.
Dulce se giró tras mirar la escena.
-¿Ya estás más animado? -abrazó nuevamente a Ramiro.
-Si, algo si.
-Me alegro. -le dio un beso tierno en la mejilla.- ¿Salimos a cubierta? -Dulce tiraba del brazo de Ramiro, llevándole por los pasillos.
-Hace mal día…
-Da igual, creo que ya ha despejado, los demás estarán por allí.
Salieron por la puerta hacia cubierta. Las nubes poco a poco se iban dispersando, y unos rayos de sol amarillentos aparecían. Casi todos estaban sentados en el suelo, mirando el mar, con ropa de invierno, ya que últimamente hacía bastante frío. Dulce y Ramiro se incorporaron al grupo. Durante unos minutos solamente se escuchaba el siseo del viento.
-Chicos -Vilma interrumpió el silencio- ¿Cómo creéis que será esa tierra que buscamos?
-Yo creo que será una isla. -Contestó Ramiro- La típica isla que aparece en muchas historias, con un bosque tropical, pero creo que habrá algún edificio…
-Para mí -dijo Ainhoa- que será como un edificio muy grande, en medio del mar…
-¿Y si es otro barco? -interrumpió Ulises.
-¿Cómo el ruso? ¿Sin gente? -dijo Estela.
-No, como un portaaviones, un barco muy, muy grande, con algún edificio, personas…
-Personas… -contestó Palomares- ¿Y si están Leonor, Tom y Víctor? La última vez que les vimos iban con armas…
-Pues nos tocará darles su merecido -dijo una voz detrás de los alumnos. Todos se giraron, viendo a Piti y Sol cogidos de la mano. Se levantaron y le dieron un abrazo colectivo, excepto Ramiro y Dulce, que ya le habían visto antes.- Vale, basta ya, que me vais a aplastar.
-Ya se te echaba de menos por aquí, a ti y a tus tonterías -dijo Ulises burlón.
-Si ya veo que os aburríais mucho, para estar hablando de los otros…
Ramiro y Dulce estaban sentados, mirando a sus compañeros. La chica dirigió la mirada al chico. Sacó unas gafas de sol del bolsillo de la sudadera de Ramiro. Las cogió y se las puso al joven.
-Te quedan muy bien. -sonrió mientras le pellizcaba suavemente una mejilla.
-¿Ah, si? -se las quitó y se las puso a Dulce- A ti te quedan mejor.
-¿Si?-puso cara divertida.
-Vale, ahora sí que estás guapa. -sonrió con un tono burlón y le besó. Dirigió su mirada al mar, su cara tenía una expresión de sorpresa y preocupación a la vez.
-Ramiro, ¿qué ocurre? -se puso las gafas de sol en la cabeza.
-Mira. -Señaló el horizonte. Una silueta grande y oscura se veía a lo lejos.- Chicos, tenéis que ver eso. -los demás dejaron su conversación y quedaron boquiabiertos al ver lo mismo que Ramiro.
-Chicos… ¿Eso es…? -dijo Vilma
-“Papá” -dijo Ainhoa a través del walkie.
-“Dime hija” -se escuchó a través del altavoz.
-“Tienes que salir, ya.” -dijo con preocupación
-“¿Algún motivo en especial?”
-“Hemos encontrado tierra”.
#31
Adrian1797
Adrian1797
29/05/2012 20:12
8º PARTE - Nuestro nuevo hogar

Ricardo tiró el walkie al suelo, y salió corriendo hacia cubierta. Allí estaban todos, mirando el horizonte. A lo lejos se veía una forma triangular, como si de una pirámide se tratase.
-¿Crees que es tierra? -dijo Ainhoa acercándose a su padre.
-No lo sé… -se colocó los prismáticos en los ojos- Parece… Parece una…
-¿Una qué? -dijeron todos.
-Una isla.
-¿Cómo que una isla? -preguntó Ulises. Ricardo le dejó los prismáticos.- Es como una playa…
-¿Y esa silueta tan grande? -cuestionó Piti.
-Eh… -Ulises se acercó al extremo de cubierta- Parece como una montaña…
Los alumnos se fueron pasando los prismáticos de uno en uno, observando esa supuesta tierra. Ricardo fue al puente de mando, donde estaba Julián.
-Julián, da la orden de ir a toda vela, hay que coger velocidad. -Su compañero realizó la orden.
-¿A qué viene todo esto?
-Ya verás… -El Estrella comenzó a coger velocidad, y en el radar apareció una figura bastante grande.
-¿Qué cojones es eso? -dijo realmente sorprendido.
-Tierra, Julián. Hemos encontrado tierra. -Ricardo sonrió y abrazó a su amigo.
-¡No jodas!
-Sí, por fin. -se acercó a megafonía.- “Atención tripulantes del Estrella, al fin hemos encontrado tierra”
Un barullo se escuchó por todo el buque. Julia salió corriendo hacia el puente de mando.
-¿Cómo que tierra? -se puso a observar el horizonte, viendo ese pedazo de tierra a lo lejos.
-Que sí, que sí.
Julia se apartó, se lanzó a los brazos de Ricardo y apasionadamente le besó.
-Ya veo que estás contenta.
-¡Mucho!
-Pero vamos a tener que esperar a acercarnos lo suficiente, por si tenemos compañía.
Pasaron unos minutos, el Estrella se encontraba a pocas millas de tierra. No se veía ningún edificio, ni se detectaba con el radar. Solamente se veía una playa, un bosque bastante lleno de árboles, y la montaña que habían avistado a lo lejos. Echaron el ancla y salieron a cubierta con los alumnos.
-Chicos, vamos a hacer esto. -Ricardo habló- Vamos unos cuantos en una lancha, inspeccionamos el lugar, y si no hay ningún problema, van los demás. A ver, Ulises, Piti, Julián, Gamboa y yo iremos en la lancha.
Subieron a la lancha los cinco. Ricardo le dio un walkie a Julia por si había algún problema. Salieron hacia la isla; desde el Estrella se veían las siluetas dispersándose por el terreno. A los pocos minutos aparecieron otra vez.
-“Julia -dijo Ricardo- Está vacio, no hay nadie, podéis venir”
-“Está bien”
Julia, Ramiro, Palomares, Ainhoa, Dulce, y los que faltaban, subieron en distintas lanchas. A los pocos minutos llegaron a tierra, las lanchas se posaron sobre la arena, llevadas por las olas. Poco a poco fueron bajando, descalzos, sintiendo la arena en los pies, después de mucho tiempo.
-Que gusto, por fin. -Dijo Ramiro extendiendo los brazos. Se giró, y Dulce se lanzó, dándole un beso lleno de pasión. Los dos cayeron al suelo.- Acabaremos llenitos de arena.
-Me da igual, esto hay que disfrutarlo. -le dio otro beso largo.
-Me ha encantado este regalo. -sonrió, poniendo su mano en el pelo de la chica.
-¿Regalo? -miró extrañada al chico
-Nada, no me hagas caso. -continuó el beso interrumpido.

Comenzaron las inspecciones por todo el terreno. Un bosque muy verde, lleno de árboles frondosos y alguna flor; una montaña, bastante alta, con un tono verde debido a la vegetación y marrón, por la tierra; una playa, con amarillenta arena, y el agua, cristalina y tranquila; y la imagen del Estrella a lo lejos.
-No hay nadie en toda esta zona, podemos estar algo tranquilos. -aseguró Ricardo- Tenemos dos opciones: dormir en los camarotes en el Estrella, o hacer una hoguera, y dormir bajo las estrellas.
-¡Lo segundo! -dijeron todos.
-Bien, id unos a por vuestras cosas al Estrella, y que otros recojan madera.
Los alumnos se dividieron en dos grupos. Unos subieron a las lanchas, y en el Estrella, fueron por los camarotes recogiendo edredones y almohadas, y algo de comer. Los otros, se adentraron en el bosque, sin perder de vista la playa, y comenzaron a recoger troncos y trozos de madera. A las horas, todos se volvieron a reunir. El sol se escondía, dejando la silueta del Estrella como único impedimento a su luz. Dejaron provisiones en una cesta sobre la arena; juntaron la madera y encendieron un fuego; pusieron los troncos alrededor de la hoguera para poder sentarse; y los edredones sobre el suelo, extendidos. Comenzaron a sentarse sobre los troncos, sintiendo el calor del fuego.
-Chicos, hoy deberíamos estar felices -dijo Ricardo dirigiéndose a todos, sentados.- Después de este viaje, al fin hemos encontrado tierra. Lo mejor es que esta isla tiene arboles frutales, y algún animal habrá, por lo que podremos estar aquí muchísimo tiempo. Ahora, un brindis -levantó su vaso con bebida, los demás le imitaron- por, que esta tierra, sea nuestra, nuestro nuevo hogar, y consigamos estar aquí, por siempre.
-¡Por siempre! -repitieron los demás, y bebieron.
Tras esto, pusieron música con el reproductor a pilas del Estrella. Se fueron tumbando por grupos y parejas en los edredones y sábanas, y quedaron mirando las estrellas, conversando, con la música de fondo.
-Este está siendo un día perfecto. -dijo Dulce, abrazada a Ramiro.
-Mucho. -le besó en la mejilla- Y contigo, más aún.
-Lo que digo, perfecto. -Rozó su nariz con la de Ramiro- Ahora, ¿a qué venía eso del regalo?
-¿Qué regalo? -hizo como si no supiese nada.
-Antes has dicho “me ha encantado este regalo”. ¿A qué venía?
-Ah, eso, a nada…
-Venga, dímelo. -insistió.
-Que no, Dulce, que no es nada…
-Me estás ocultando algo… ¿Tendré que recurrir a las cosquillas?
-No, cosquillas no. -Miró burlón a la chica.
-Pues… -comenzó a hacerle cosquillas, produciendo una carcajada en el chico- Me lo vas a decir, sí o sí.
-No, no, ¡No! -dijo entre carcajadas- ¡Para, para! -las risas no cesaban- Está bien, está bien. Te lo digo. Hoy es mi cumpleaños.
-¿Y no me lo dices? -le pellizcó la mejilla.
-Es que no me gusta que llegue este día, nunca lo celebro.
-Mm… Me da igual, pero eso se dice antes. -Le besó tiernamente- Felicidades, amor.
-Gracias, cielo. -sonrió ampliamente, y le besó.
-Y ya que no me has dicho nada, mi regalo va a ser que durmamos juntos, abrazaditos. -le guiñó un ojo.
-Me gusta ese regalo -le besó bajo los labios- a ti también te va a gustar, eh, que lo de dormir juntos ya lo querías.
-Me has pillado -sacó la lengua cómicamente. Apoyó su cabeza sobre el cuerpo de Ramiro, escuchando latir su corazón al otro lado de la camiseta del chico.- Me gusta tenerte cerca.
-Lo sé. -Sonrió, acariciando la frente de la chica.
-No quiero que estos momentos acaben nunca… -miró los ojos de Ramiro, que reflejaban la luz de la luna.
-Y nunca se van a acabar. -acercó sus labios a los de la chica, y se besaron románticamente, abrazados, quedando dormidos los dos.

-Ricardo… ¿Crees que están aquí? -preguntó Julia, sentada en el suelo, mirando el mar.
-¿Quiénes?
-Ya sabes… Los del Proyecto.
-No lo se… Pero espero que no. Para mí, que no. Sino, ya les habríamos visto. Supongo que ellos estarán en otro lugar…
-Pero pueden estar escondidos, tal vez…
-Estaremos preparados. -le apartó el pelo hacia un lado- Estaremos bien, tranquila. -le besó cerca de los labios como pudo, ya que Valeria se encontraba durmiendo entre ellos dos.
-Será mejor que nos vayamos a dormir, mañana va a ser un día movidito.
-Tienes razón. -se giró en dirección a los alumnos que quedaban despiertos- Chicos, a dormir ya. -se dirigieron cada uno a su sitio. Ricardo le cogió la mano a Julia y la besó- Buenas noches.
-Buenas noches.
La doctora sonrió y se tumbó. Ricardo le imitó, quedaron los dos mirándose mutuamente, hasta que cayeron rendidos por el sueño.
#32
Adrian1797
Adrian1797
29/05/2012 20:14
Un nuevo día resplandeciente comenzaba en el nuevo hogar de los tripulantes del Estrella Polar. Poco a poco iban despertando en sus camas improvisadas, entre largos bostezos. Desayunaron y planearon el día.
-¿Qué podemos hacer? -preguntó Julián a Ricardo.
-Lo primero, traer el Estrella un poco más cerca, por si ocurriese algo.
Cogieron una de las lanchas y se dirigieron al buque. Recogieron el ancla, y a toda vela, el Estrella se dirigió a la playa. Poco a poco, la tierra fue frenando suavemente el Estrella, haciendo que quedase a pocos metros de la zona seca.
-Así está bien.
El ancla volvió a descender, quedando sobre tierra. Parte del casco del Estrella quedó enterrada. ¿Sería esa la última vez que el Estrella se moviese por el mar? Quién sabe…

Los tripulantes disfrutaban de su primera mañana en la playa, la que sería, por un tiempo, su nuevo hogar. Parte de ellos estaban en el agua, pero la mayoría estaba tomando el sol, tumbados en la arena.
-¿Se lo has dicho ya? -Dulce y Nora se encontraban tumbadas sobre sus toallas.
-No, aún no. -contestó Nora- Pronto, tranquila.
-Está bien… Pero cuando lo hayas hecho, avisa, ¿eh? -se puso las gafas de sol de Ramiro.- Que quiero estar informada.
-Que sí, que sí… -comenzó a ponerse crema solar sobre el cuerpo.
-Oye… Esta noche… ¿Dónde vas a dormir, en tu camarote o aquí?
-Pues ya que estamos aquí, habrá que disfrutarlo… ¿Por?
-Por si me podías dejar el camarote esta noche…
-Mm… ¿Para qué?
-Voy a prepararle algo a Ramiro, ayer fue su cumpleaños…
-¿Y no hace fiesta con los chicos ni nada?
-No, no le gustan ese tipo de cosas… -quedó mirando a Ramiro, que estaba saliendo del agua.- Entonces, ¿me lo dejas?
-Claro, pero a ver que haces, eh… -Nora sonrió pícaramente.
-Anda, calla. -rió ruborizada.
-Hola chicas -Ramiro se acercó y se secó con la toalla que estaba junto a Dulce.
-Hola guapo -Dijo Dulce sonriendo.
-Estás muy guapa -miró interesante a la chica- pero me gustas de todas formas. -Le besó en la mejilla y se tumbó sobre una toalla.
-Felicidades, Ramiro, que ya me he enterado -interrumpió Nora- ¿Cuántos son?
-Se lo has dicho, ¿eh? -le dijo a Dulce. Se dirigió a su compañera- Gracias, son veintiuno.
-De nada, y disfruta, aunque fuese ayer.
-No me gusta celebrarlo, así que como que no me importó mucho. De todos modos, disfrutaré, con todo esto que está pasando.
-Vas a tener regalo, lo sabes, ¿no? -dijo Dulce, poniéndose de rodillas, sobre el chico- Te guste o no. -puso el dedo en su nariz cariñosamente.
-¿Y no me puedo librar?
-No, nada, no puedes elegir. -Comenzó a ponerle crema solar- Lo vas a tener sí o sí.
-Está bien, mientras no sean más cosquillas, que ya tuve bastante con las de anoche…
-Venga, si sé que te gustan, tonto. -dijo burlona.
-A lo mejor -Le guiñó un ojo- Y a ti te gusta mucho hacerme cosquillas, por que será… -dijo sarcástico.
-Ah, pues no sé. -sonrió tímidamente- porque me gusta verte reír, ¿tal vez?
-Seguro, seguro -miró divertido a la chica.

Sol se adentró en el bosque en busca de Piti, ya que hacía un buen rato que no le veía. Anduvo entre los frondosos árboles, el ruido de las olas ya ni se escuchaba, solamente el movimiento de las hojas de los árboles, movidas por el viento. Disfrutó del silencio, del viento acariciando su pelo suavemente. Sonó un ruido por lo alto, la joven alzó su mirada. Los rayos de sol traspasaban las hojas, dejando manchas amarillentas en el verde suelo.
Sin esperárselo, apareció Piti boca abajo, colgado de una rama. Sol estuvo a punto de gritar del susto, pero Piti le tapó la boca antes de hacerlo.
-Joder Piti que susto me has dado.
El chico sonrió ante las palabras de Sol. Con la otra mano, le dio una flor azul que había encontrado minutos atrás.
-Que bonita. -la cogió y sonrió.
-¿Te enseño un secreto? -dijo mientras se descolgaba de la rama.
-¿Cómo qué?
-Ven. -cogió de la mano a la chica y anduvieron durante unos minutos.
-Piti, nos vamos a perder…
-Que va, me sé el camino. -Paró un momento y se giró- Cierra los ojos. -Sol realizó la orden. El chico le empujó un poco, atravesando un seto- A la de tres, los abres. Uno… Dos… Tres.
Sol abrió los ojos. Ante ella, se encontraba el paisaje más bonito que había visto nunca: Un gran lago de agua cristalina estaba frente a ella, con una pequeña cascada en uno de los lados; y rodeado por todos lados por árboles, de distintos tipos, alturas y tonalidades verdes.
-Es precioso -al fin soltó Sol- ¿Cómo lo has encontrado?
-Esta mañana salí a inspeccionar un poco, y sin quererlo, lo encontré.
-¿Y para qué me has traído?
-Quiero que este sea nuestro pequeño secreto… Nuestro lugar donde poder escapar un poco.
-Es una gran idea -abrazó a Piti- Pero ahora tenemos que irnos, los demás se extrañarán si no nos ven…
-Vale, vámonos. -Se alejaron del lugar secreto cogidos de la mano; poco a poco se escuchaban las olas en la playa, y a los compañeros disfrutando de la mañana.
-Que, ¿Habéis encontrado algo interesante? -Preguntó Palomares al ver llegar a sus compañeros. Piti y Sol intercambiaron miradas.
-No, nada, todo bosque. -contestó Piti.

-¿Te gusta este sitio?
-Mucho, me recuerda a donde íbamos de vacaciones con mamá. -contestó Valeria a su hermana.
-Es verdad, y tenemos esta playa, podremos hacer castillos, como hacíamos antes.
-Pero sin mamá, no va a ser igual… -sentada, dibujaba figuras en la mojada arena con uno de sus piececillos.
-Tenemos a Julia. Con Julia te lo pasas muy bien.
-¿Y haremos meriendas, como con mamá?
-Claro que sí, lo pasaremos bien aquí. -abrazó finalmente a su hermana pequeña. Valeria se fue con Burbuja y Julia a darse un baño.

-No sé, sigo viendo algo raro en todo esto…
-¿Qué va a ser? -preguntó Salomé- Julián, esto ha sido un golpecito de suerte, es lo mejor que nos podría haber pasado.
-Pero no sé… Mucha casualidad, veo yo… Primero lo de encontrar el náufrago, y luego esto…
-Alex es un buen chico, de eso no hay que preocuparse. Y lo de encontrar este sitio, casualidad, al fin la suerte está de nuestra parte. Venga, alégrate un poco.
-Si alegre estoy, mujer, pero no dejaría todo esto a un lado, hay que estar atentos.
#33
Adrian1797
Adrian1797
29/05/2012 20:15
Nora se encontraba tumbada en la rama de un árbol no muy alto, leyendo un libro, dejándose llevar por su imaginación.
-Eh… Nora… -una voz de chico se escuchó al pié del árbol.
-Ah, hola Alex. -marcó la página por la que se había quedado y cerró el libro.
-Me preguntaba si… -observaba como bajaba por el tronco.
-¿Si qué?
-Si… -quedó indeciso un par de segundos.
-“Venga Nora, hazlo”-pensó la chica con los ojos cerrados. Sin pensarlo dos veces, se acercó al chico y le besó. Abrió los ojos, y observó los del chico, marrones y brillantes. Se echó atrás y carraspeó un poco.- Perdón, tenía que hacerlo. -Se ruborizó y su cara cogió un tono rojizo. Alex suspiró brevemente, y sin vacilar, le volvió a besar.
-También tenía que hacerlo.
-Está todo dicho. -rieron los dos. Alex intentó decir algo, pero se quedó callado.
-Luego nos vemos -dijo al fin.
Se alejó hacia la playa, con un ritmo más alegre de lo normal. Nora se llevó su dedo índice a la boca y comenzó a morderse la uña de los nervios, riendo como una adolescente. Siguió unos minutos después el camino que Alex había tomado, desviándose un poco.
-¿Y bien? -Dulce miraba a su compañera.
-Eh… -se sentó junto a ella y le comentó todo lo que había pasado.
-Vaya vaya, así que Nora está coladita por Alex y Alex por Nora, ¿eh? -dijo irónicamente.
-No, me besó porque le picaban los labios, anda que…
-Oye, que era broma. Al menos ya sabemos lo que siente por ti… ¿Estáis saliendo?
-Aquí nadie ha dicho nada de salir, que yo sepa…
-No, que va -interrumpió su risa ante el gesto amenazador de Nora- Vale, vale, me callo.
-Tu chitón, eh, que como se entere todo el mundo…
-Nora, todo el mundo está con alguien, ya es normal aquí, no tienes por qué avergonzarte.
-Tú de todos modos cállatelo.
-Vale, pero aquí es imposible guardarse algo…

El sol comenzó a descender, posándose sobre el reflejo del agua. En la playa ya había objetos que antes estaban en el Estrella; comenzaron a crear un nuevo lugar donde pasar todo el día. Cogieron unas mesas del comedor y las colocaron sobre la arena, así podrían comer más cómodamente. Ramiro, Piti, Ulises y Palomares se bañaban bajo las últimas luces del día en el mar.
-No nos habías dicho nada de que ayer fue tu cumpleaños. -Dijo Ulises.
-Porque no quiero molestaros…
-¡Que dices! Es una buena excusa para montar una fiesta.
-No, nada de fiestas. Hace nada ya tuvimos una; además, no me gustan esas fiestas de cumpleaños.
-¿Y no lo piensas celebrar? ¿Ni quieres regalos? -preguntó Palomares.
-No, nada. Con haber encontrado tierra, me conformo.
-¿Y la churri? -dijo Piti cómico- ¿Dulce no te va a hacer un regalo?
-Si, me ha dicho que sí, y no me puedo librar. -Los tres compañeros intercambiaron miradas.
-Ya sabemos a que te refieres. -dijo Ulises sonriendo, al igual que los otros dos.
-Pues yo no…
-Le iré diciendo al capitán que mañana te dé el día libre…
-¿Qué dices, Piti?
-Que más te vale que cambies las sábanas mañana… -Ulises le golpeó la espalda a Ramiro, mientras él pensaba. A los pocos segundos reaccionó
-No estaréis diciendo que…
-Que Dulce quiere dar un paso más. -Informó Palomares.
-No creo…
-Ya verás como sí. Cuando una chica dice que tiene un regalo y que no te puedes librar de él, siempre es lo mismo. -Piti se hizo el experto.
-Eso es mentira. -Dijeron los otros tres.
-Vale, si, es mentira. Pero lo otro es verdad.
-Eso sí -dijeron a la vez Ulises y Palomares.
-Ya veremos…
Salieron los cuatro del agua, cada uno hacia su toalla. Encima de la toalla de Ramiro había una nota. <<Te espero en mi camarote. Dulce>>. El chico miró extrañado a sus compañeros, y los tres sonrieron al ver la nota. Se dirigió al Estrella, anduvo disimulando un poco la cojera por los pasillos. Entró al camarote de Dulce, la puerta estaba abierta.
-¿Dulce?
Nadie contestó. Entró un poco más, mayormente la habitación estaba oscura, solamente entraba luz por la pequeña ventana. La puerta se cerró, y Ramiro se giró. Alguien le besó, los mismos labios de siempre, los de Dulce.
-Ya pensaba que no venías… -dijo la fina voz de la chica.
-Estaba dándome un baño -abrazó a la chica.
-Lo sé, estás aún un poco mojado.
-Bueno, pues me voy un momento y vuelvo… -Dulce le puso un dedo en la boca para que callase, comenzó a besarle, y le empujó hacia la cama. Los dos se tumbaron sin separar sus labios.- Estas segura de que quieres…
-Segura, lo estoy. -le besó apasionadamente- te quiero
Dulce comenzó a besarle por el cuello, bajando, besándole por el torso y por los abdominales. Poco a poco se fueron desprendiendo de sus ropas, quedando sus pieles rozando las sábanas. La chica acarició el cuerpo de Ramiro, le cogió de la mano, y siguió besándole. El tiempo se paró, por primera vez, sus cuerpos se unieron por una noche, una noche llena de pasión.
#34
ricarjulista14
ricarjulista14
29/05/2012 21:27
Yujuuuu! Pron fin han encontrado tierra yupy! Que monos todos, esta genial, siguelo pronto Plis
Besitos
#35
leo10
leo10
31/05/2012 22:41
Al fin tierra!!! Ya me moría de ganas de que la encontraran... Es perfecto! Siguelo pronto, por favor!
#36
Adrian1797
Adrian1797
05/06/2012 19:21
9º PARTE

Ricardo se encontraba sentado en uno de los extremos de la playa, con una caña de pescar lavada en tierra. No había cogido ningún pez, nada, parecía que estuviese vacío, pero no lo estaba. O los peces eran demasiado listos como para no caer en la trampa, o el capitán tenía una mala racha.
-¿Pican? -Julia se acercó por detrás.
-No, nada. A lo mejor se fueron cuando llegamos nosotros…
-Que va, no creo que sea eso.
-Pues entonces es que no se me da bien últimamente…
-¿Tan difícil es? -se llevó la mano a la frente para ver más claramente el agua.
-No, pero lo que cuenta es la suerte y la paciencia.
-Mm… ¿Quieres enseñar a pescar a esta doctora? -dijo divertida- así se hará más entretenido.
-Claro que sí. -se levantó y se puso detrás de Julia- coge la caña y recoge el sedal -ella realizó la orden- ahora… -Ricardo ayudó a Julia a coger la caña de una manera adecuada, y lanzaron el sedal.
-¿Así?
-Sí, ahora solo falta esperar a que pique.
La cuerda de la caña comenzó a moverse a los lados a los pocos segundos de que el sedal alcanzara el agua. Julia y Ricardo comenzaron a recogerla, y juntos tiraron hacia atrás, haciendo que el pez saliese del agua. Se tambaleaba de un lado a otro, y segundos después, se quedó quieto.
-Bien hecho. -felicitó Ricardo.
-Ha sido gracias a mi maestro. -sonrió.
-Vamos a llevárselo a Salomé. -cogió el pez y se alejaron del lugar.
-Esto hay que repetirlo. -apoyó la caña en su hombro mientras andaba.
-Cuando quieras. -Le puso su gorra de capitán.
Julia soltó la caña, se acercó a Ricardo y le besó bajo las luces del crepúsculo, haciendo que soltase el pez inmóvil para disfrutar mejor del momento.

Dulce abrió sus ojos lentamente, ya se había hecho de día. Se encontraba tumbada sobre Ramiro, con una de sus manos sobre el pecho del chico y la otra sobre la mejilla; él estaba aún durmiendo. Sus pieles se rozaban entre ellas, uno de los brazos del chico abrazaba el cuerpo de la chica; ella acarició suavemente el cuerpo del joven con su dedo índice, causando una sonrisa en su sueño plácido. Acercó su nariz a la mejilla de Ramiro, y cariñosamente la acarició; le dio un beso largo y tierno cerca de los labios, sin interrumpir su descanso. “Te quiero” le susurró al oído; le besó en la frente, y le arregló un poco el pelo. Poco a poco se levantó de la cama, sonriente, y se fue poniendo una camiseta y unos pantalones cortos. Salió del camarote en dirección al vestuario, donde se duchó y se arregló el pelo. Se dirigió a la playa, los tripulantes todavía dormían. Las ascuas de una hoguera ya consumida brillaban, dejando un rastro de humo poco notable. Dulce se sentó al lado de Nora, todavía descansando. Aún sonreía al pensar en la noche anterior, esa noche llena de caricias y pasión.
-Vaya -dijo Nora con la voz un poco ronca, mientras despertaba- Mira quien ha vuelto.
-Buenos días -soltó una sonrisa amplia.
-Ya veo que anoche lo pasaste bien, eh. -se fue desperezando, y se sentó al lado suya.
-La mejor noche de mi vida. -se apartó el pelo hacia un lado.
-Venga, cuenta, cuenta.
Dulce comenzó a contarle todas las sensaciones, momentos y pensamientos de esa noche, sin que se fuse esa sonrisa. Antes de poder acabar, los demás tripulantes comenzaron a despertar, y tuvieron que dejar la conversación.
-Ve a levantar a tu chico, si es capaz de levantarse -Nora soltó una carcajada.
-Vale, pero tú calladita, eh. Tú te callas esto y yo me callo lo de tu chico.
-Chantajista.
-Nada, nada, ni una sola palabra a nadie.
-Vale, bien, de acuerdo. Ve a despertarle que en nada vamos a desayunar.
Dulce se volvió a dirigir al Estrella. Anduvo alegremente por los pasillos, abrió la puerta del camarote lentamente, sin hacer ni un ruido. Ramiro seguía durmiendo, tumbado boca abajo sobre las sábanas. Dulce se acercó sigilosamente a él, se sentó sobre su cuerpo, y comenzó a besarle por la nuca para que despertase.
-Despierta, dormilón. -le besó por el cuello mientras le acariciaba la espalda.
-Buenos días -abrió los ojos plácidamente.
-Ya veo que dormiste bien, eh, a saber lo que hiciste anoche. -bromeó.
-Estar contigo, preciosa.
-No, que va, yo estuve toda la noche en la playa.
-¿Qué? -se sobresaltó.
-Que es broma, Ramiro. -soltó una carcajada alegre y le besó en la mejilla- Me encantó lo de anoche.
-A mi no.
-¿No? -se asustó.
-No, -negó con la cabeza- no me gustó, me encantó -sonrió pillamente. Ella le miró interesante.
-Venga, vístete, a desayunar. -se quitó de encima del chico, y se giró para no verle.
-Después de lo de anoche, y no puedes verme así -arqueó una ceja cómicamente mientras se vestía.
-Es por educación. -Dulce miraba el cuerpo del chico a través del espejo que tenía delante, se quedó embobada mirándolo. Ramiro abrazó a la chica por detrás, y los dos se miraron en el espejo.
-Que preciosa eres -apoyó la barbilla en el hombro de Dulce sin dejar de mirarse.
-Tú más. -le besó, y cogidos de la mano salieron del camarote.
Al salir, cada uno se dirigió a una de las mesas, Ramiro con los chicos y Dulce con las chicas, pero sin dejar de mirarse mutuamente.
-Bueno, bueno -dijo Piti refiriéndose a Ramiro- aquí tenemos a nuestro chico.
-Qué gracioso eres. -contestó irónicamente mientras se sentaba.
-¿Qué tal la noche, galán? -preguntó Ulises.
-Bien, -miró a Dulce en la otra mesa- bastante bien. -Sonrió.
-Venga, queremos detalles. -dijeron las chicas desde la otra mesa dirigiéndose a Dulce.
-No pienso decir nada. -se ruborizó.
-¿Por qué? -preguntó Ainhoa- Eres la primera chica que está con Ramiro desde que estamos aquí, queremos saber cosas.
-Pues… Es bastante especial, la verdad. Es de esos chicos con los que estas y no quieres irte nunca de su lado.
-Ya, eso lo sabemos -interrumpió Vilma- le conocemos bastante.
-Nos referíamos a que cómo es en… -insinuó Estela.
-Ah no, de eso si que no hablo -rió Dulce.
-Venga -dijeron todas a la vez.
-Que no, que no, que no puedo… -se puso más roja todavía.
-Al menos dinos que tal estuvo; mal, regular, bien, muy bien…
-Muy bien no, lo siguiente. -interrumpió con una sonrisa.
-Si vieseis la cara con la que ha venido antes… -dijo Nora, interrumpida por una patada que Dulce le dio por debajo de la mesa.
-Ya le preguntaremos a Ramiro que tal estuvo -dijo Sol pillamente.
-No creo que os cuente nada, ¿no?
-Ramiro es muy cerrado -dijo Ainhoa- pero nosotras sabemos sacarle información.
#37
Adrian1797
Adrian1797
05/06/2012 19:22
-Parece que los chicos se están acostumbrando al nuevo sitio. -Ricardo se encontraba en el puente de mando del Estrella con unos mapas.
-Sí, y nosotros también. -dijo Julia abrazándole por detrás.
-Lo que no sé es dónde estamos exactamente…
-Eso da igual, Ricardo. Lo que importa es que es nuestro hogar, nuestra isla, y de nadie más.
-¿Por cuánto tiempo? Recuerda que no estamos solos…
-Si ni tú has sido capaz de saber donde estamos con claridad, puedes estar tranquilo. Tardarán mucho en venir. Lo que tenemos que hacer, es disfrutar ese tiempo, ya sean días, semanas, meses o años, pero disfrutando.
-Tienes razón -sonrió mientras se quitaba la gorra de capitán- ¿Qué tal llevas lo de las clases?
-Bien, este lugar tiene bastantes variedades de vegetación, tendrán cosas nuevas que estudiar.
-Había pensado… Podrías incluir a Valeria en tus clases, ¿no? La veo un poco aburrida, y es para que aproveche un poco su tiempo, aprenda algo más…
-Claro que sí, le daré clases de lo que haga falta.
-Gracias, Julia. -le miró sonriente.
-De nada -le devolvió la sonrisa y salió del puente del mando.

-Gamboa, tenemos que hablar.
-Dime, Julia. -los dos se encontraban en la enfermería.
-¿Tú sabes exactamente donde estamos? -preguntó mientras revisaba unos informes.
-Si te digo la verdad, no…
-¿Cómo es posible? -se quitó las gafas y le miró- Es imposible que hayamos encontrado una parte de tierra que ellos no conozcan…
-Las cosas imposibles ya no existen desde que ocurrió lo del acelerador de partículas, Julia.
-¿Y crees que están aquí?
-No, Julia, no. Les habríamos visto, ya lo sabes. Estamos solos, seguramente. Pero algún día nos descubrirán.
-Tienes que darles clases de lucha a los alumnos, prepáralos para que sepan defenderse, por si nos atacan, o algo peor…
-Eso haré, Julia.

(Perdón que este capítulo sea tan corto, os lo compensaré lengua)
#38
ricarjulista14
ricarjulista14
05/06/2012 20:58
Es precioso como siempre!
Siguelo pronto q me ha sabido a poco...
Besitos
#39
rosita24
rosita24
05/06/2012 21:32
Me encanta tu fic!!!
Síguelo prontito :D
#40
leo10
leo10
06/06/2012 13:53
Espero que, como dices, lo compenses. Siguelo pronto, porfa!!!
Anterior 1 2 3 Siguiente