Fanfic Tiburones y Delfines; amor y sangre. Ricardo/Julia - Piti/Vilma/Palomares - Ainhoa/Ulises - Epílogo
#0

27/10/2011 07:07

Hola a todos, Me llamo Roberto, soy un aprendiz de escritor que intenta aprender algo nuevo día con día; un amante de la vida, jardinero del amor y agricultor de la amistad, que intentará con esta historia manteneros entretenidos si me hacéis el honor de acompañarme en el camino.
Los Tiburones y los Delfines, son por excelencia criaturas emblemáticas del mar, el mar es parte esencial de la vida y en cualquier momento, en cualquier lugar, podemos encontrarnos con tiburones y con delfines. Tan distintos pero tan iguales, luchando por sobrevivir en un mundo hostil y lleno de pasiones, de traiciones, de amor...
Nosotros mismos podemos ser tiburones o podemos ser delfines, es nuestra la decisión y de esa decisión dependerá en buena medida nuestro destino. Tal vez a veces seamos uno y a veces seamos el otro, tal vez la vida nos condiciona a formar parte de las dos especies. ¿Quién puede saberlo?
Os invito a descubrir a los tiburones y a los delfines de este barco y a conocer las razones que los han llevado a serlo.
Personajes Principales
En el Barco:
Ricardo Montero: Viudo, 42 años. Capitán del Crucero Estrella Polar.
Ainhoa Montero: Soltera, 20 años. Hija mayor de Ricardo Montero.
Valeria Montero: 5 años. Hija menor del Capitán y hermana de Ainhoa.
Julián de la Cuadra: Soltero, 47 años. Primer Oficial del Estrella Polar.
Roberto de la Cuadra (Burbuja): Soltero, 27 años. Miembro de la Tripulación del Estrella Polar.
Salomé Palacios: Viuda, 40 años. Jefa de Cocina del Estrella Polar y madre de Pedro.
Pedro Gironés: Soltero, 21 años. Encargado del Bar Principal del Estrella Polar.
Ramiro Medina: Soltero, 20 años. Miembro de la Tripulación del Barco.
Leonor Rueda: Soltera, 36 años. Cantante en el Estrella Polar y Encargada de la Contratación de artistas para el entretenimiento en el Barco.
Dulce Rueda: Soltera, 23 años. Cantante en el Barco Estrella Polar.
Hermanastra de Leonor.
Entre los pasajeros:
Julia Wilson: Soltera, 35 años. Doctora, novia de Philippe Miraval.
Philippe Miraval: Divorciado, 38 años. Hombre de negocios que decide pasar un mes de crucero con su novia Julia.
Ernesto Gamboa: Soltero, 39 años. Socio de Philippe que decide viajar con éste para aprovechar y cimentar nuevos negocios.
Ulises Garmendia: Soltero, 25 años. Se cuela de Polizón en el Estrella Polar.
Vilma Llorente: Soltera, 20 años. La mejor amiga de Ainhoa y su compañera de estudios, la hija del Capitán la ha invitado a un crucero de verano junto con algunos otros compañeros.
Andrés Palomares: Soltero, 21 años. Novio de Vilma y compañero de Universidad de Ainhoa.
Estela Montes: Soltera, 20 años, compañera y amiga de Ainhoa.
Algunos otros personajes secundarios irán incorporándose a la historia.
Vídeos FormulaTV
#41

08/11/2011 15:32
Sigue asi :)
#42

08/11/2011 18:09
Oish, oish, oish. M´a encantao. 
Mira que a mí me gusta escribir, pero comparada contigo... ai que me deprimo
jajaja!!
Quiero leer el segundo capítulo!! :)

Mira que a mí me gusta escribir, pero comparada contigo... ai que me deprimo

Quiero leer el segundo capítulo!! :)
#43

08/11/2011 23:44
Para cuando la siguiente parte??




#44

09/11/2011 15:55
Cuando podremos disfrutar de la 2º parte!
PELEA POR LO QUE QUIERES. Vota PSOE.Pelea por una educación pública de calidad.
Aquí también sale Rubalcaba!
PELEA POR LO QUE QUIERES. Vota PSOE.Pelea por una educación pública de calidad.
Aquí también sale Rubalcaba!
#45

15/11/2011 08:43
Bueno, gracias por leerme, os dejo el capítulo dos, espero que os guste.
Ricardo y Julián salieron del bar, no sin antes dirigir una mirada asesina a Piti, quien agachó la cabeza y se puso a recoger y limpiar lo que faltaba.
-¿A qué vino todo esto, Ricardo?- preguntó Julián con curiosidad. Ricardo le miró consternado mientras metía sus manos en el bolsillo del pantalón.
-Ha sido todo una bobada- respondió el capitán- Una tontería sin importancia
-¿Una tontería?- cuestionó Julián mirando irónico a su amigo – ¡Pues vaya tontería!
Julián miró fijamente a Ricardo y éste empezó a sonrojarse levemente
-¡Venga, suéltalo!- urgió De La Cuadra.
-Nada hombre, que ha sido todo un malentendido – dijo el capitán – Ella me ha confundido con un camarero, y se ha comportado de una manera bastante arrogante…
-¿Y por eso le has hecho creer que yo soy el capitán? – interrumpió De La Cuadra.
-No, eso ya lo tenía ella asumido – contestó Ricardo – No sé porqué, pero ella ya pensaba que tú eras el capitán
De La Cuadra se quedó pensativo durante unos segundos y lentamente esbozó una gran sonrisa.
-Vale, supongamos, solo supongamos, que ella piensa que yo soy el capitán del barco. – Julián miró al suelo tratando de contener la risa – Ella se dará cuenta esta noche de que el capitán eres tú
-Ya lo sé, precisamente por eso la invité a la cena – una sonrisa maliciosa se dibujo en el rostro de Ricardo – quiero ver su cara cuando se dé cuenta de que ha metido la pata hasta el fondo – añadió Ricardo riéndose burlonamente.
-El que ha metido la pata has sido tú – corrigió De La Cuadra – Ella viene acompañada, no sé si está casada o no, pero comparte el camarote con un tío.
-¿Con un tío suyo? – preguntó Ricardo inocentemente. De La Cuadra entrecerró los ojos con seriedad.
-No me seas gilipollas Ricardo, ni te quieras hacer el gracioso – respondió Julián bufando – En el camarote solo hay una cama, y el tío no es precisamente un anciano – añadió De La Cuadra con tono molesto.
El semblante de Ricardo se volvió serio
-No quiero ligar con ella, Julián. Me da igual si viene con un tío, con una tía, con su primo o con su abuelo – respondió el capitán en tono cortante – lo único que quiero es bajarle los humos y darle una lección.
-¡Mira hombre! – exclamó Julián – Que te ha dado a ti ahora por ser profesor y repartir lecciones, como si no tuvieras nada mejor que hacer. ¡Anda ya hombre, no me vengas con cuentos! – Agregó Julián – lo que pasa es que te ha molado la doctora Wilson y te has quedado frito cuando te he dicho que viene acompañada
-¡Que no, joer! – Rezongó Ricardo – ni siquiera me parece atractiva
-Vale, vale. Marinerito, que te lo voy a creer – respondió Julián – si la tía está que se cae de buena – se burló Julián
-Mira, dejemos el tema de una vez – cortó Ricardo, que ya empezaba a sentirse fastidiado. – Tenemos muchas cosas que hacer
Ambos hombres se quedaron en silencio, ensimismados en sus propios pensamientos mientras caminaban hacia el puente de mando.
Minutos después, el crucero “Estrella Polar” zarpaba de puerto llevando a los ilusionados pasajeros a un viaje que resultaría inolvidable.
El crucero empezó a romper olas mientras avanzaba hacia mar abierto. En ese momento el mar tenía un intenso color azul resaltado por el sol de media tarde; la línea del horizonte se abría para el “Estrella Polar”.
Vilma Llorente entró en el bar principal para pedir un vaso de agua, se sentía un poco mareada ya que era la primera vez que iba en barco.
Una leve sensación de malestar revoloteaba dentro de su estomago. Se acercó a la barra y pudo ver que detrás de ella se encontraba el chico que había estado haciendo piruetas con las botellas unas horas antes. A pesar de su indisposición, una leve sonrisa cubrió la boca de Vilma al recordar cómo había terminado el fallido intento del barman.
-¿Me puedes dar un vaso con agua? – preguntó Vilma con voz suave. Piti la miró con cara de fascinación. Su mirada recorrió a la joven con la mirada con claro gesto de admiración. Le parecía una joven muy atractiva. -¿Oye?- preguntó Vilma - ¿Si me puedes dar un vaso con agua? – solicitó la joven.
-Ah sí- respondió Piti – Claro que te doy un vaso con agua – acto seguido el joven sirvió un vaso con agua y un par de hielos que enseguida colocó sobre la barra enfrente de Vilma.- Aquí tienes guapa – dijo Piti – Todo para ti
Vilma le miró con seriedad.
-Muchas gracias –respondió mientras se llevaba el vaso a los labios para tomar un pequeño sorbo del transparente liquido. El agua refresco la boca y la garganta seca que Vilma tenía en ese momento. Esto la hizo sentirse mucho mejor.
La joven se giró levemente para observar como algunos pasajeros paseaban por el barco admirando el paisaje.
CAPÍTULO 2
:La cena
:Ricardo y Julián salieron del bar, no sin antes dirigir una mirada asesina a Piti, quien agachó la cabeza y se puso a recoger y limpiar lo que faltaba.
-¿A qué vino todo esto, Ricardo?- preguntó Julián con curiosidad. Ricardo le miró consternado mientras metía sus manos en el bolsillo del pantalón.
-Ha sido todo una bobada- respondió el capitán- Una tontería sin importancia
-¿Una tontería?- cuestionó Julián mirando irónico a su amigo – ¡Pues vaya tontería!
Julián miró fijamente a Ricardo y éste empezó a sonrojarse levemente
-¡Venga, suéltalo!- urgió De La Cuadra.
-Nada hombre, que ha sido todo un malentendido – dijo el capitán – Ella me ha confundido con un camarero, y se ha comportado de una manera bastante arrogante…
-¿Y por eso le has hecho creer que yo soy el capitán? – interrumpió De La Cuadra.
-No, eso ya lo tenía ella asumido – contestó Ricardo – No sé porqué, pero ella ya pensaba que tú eras el capitán
De La Cuadra se quedó pensativo durante unos segundos y lentamente esbozó una gran sonrisa.
-Vale, supongamos, solo supongamos, que ella piensa que yo soy el capitán del barco. – Julián miró al suelo tratando de contener la risa – Ella se dará cuenta esta noche de que el capitán eres tú
-Ya lo sé, precisamente por eso la invité a la cena – una sonrisa maliciosa se dibujo en el rostro de Ricardo – quiero ver su cara cuando se dé cuenta de que ha metido la pata hasta el fondo – añadió Ricardo riéndose burlonamente.
-El que ha metido la pata has sido tú – corrigió De La Cuadra – Ella viene acompañada, no sé si está casada o no, pero comparte el camarote con un tío.
-¿Con un tío suyo? – preguntó Ricardo inocentemente. De La Cuadra entrecerró los ojos con seriedad.
-No me seas gilipollas Ricardo, ni te quieras hacer el gracioso – respondió Julián bufando – En el camarote solo hay una cama, y el tío no es precisamente un anciano – añadió De La Cuadra con tono molesto.
El semblante de Ricardo se volvió serio
-No quiero ligar con ella, Julián. Me da igual si viene con un tío, con una tía, con su primo o con su abuelo – respondió el capitán en tono cortante – lo único que quiero es bajarle los humos y darle una lección.
-¡Mira hombre! – exclamó Julián – Que te ha dado a ti ahora por ser profesor y repartir lecciones, como si no tuvieras nada mejor que hacer. ¡Anda ya hombre, no me vengas con cuentos! – Agregó Julián – lo que pasa es que te ha molado la doctora Wilson y te has quedado frito cuando te he dicho que viene acompañada
-¡Que no, joer! – Rezongó Ricardo – ni siquiera me parece atractiva
-Vale, vale. Marinerito, que te lo voy a creer – respondió Julián – si la tía está que se cae de buena – se burló Julián
-Mira, dejemos el tema de una vez – cortó Ricardo, que ya empezaba a sentirse fastidiado. – Tenemos muchas cosas que hacer
Ambos hombres se quedaron en silencio, ensimismados en sus propios pensamientos mientras caminaban hacia el puente de mando.
Minutos después, el crucero “Estrella Polar” zarpaba de puerto llevando a los ilusionados pasajeros a un viaje que resultaría inolvidable.
El crucero empezó a romper olas mientras avanzaba hacia mar abierto. En ese momento el mar tenía un intenso color azul resaltado por el sol de media tarde; la línea del horizonte se abría para el “Estrella Polar”.
Vilma Llorente entró en el bar principal para pedir un vaso de agua, se sentía un poco mareada ya que era la primera vez que iba en barco.
Una leve sensación de malestar revoloteaba dentro de su estomago. Se acercó a la barra y pudo ver que detrás de ella se encontraba el chico que había estado haciendo piruetas con las botellas unas horas antes. A pesar de su indisposición, una leve sonrisa cubrió la boca de Vilma al recordar cómo había terminado el fallido intento del barman.
-¿Me puedes dar un vaso con agua? – preguntó Vilma con voz suave. Piti la miró con cara de fascinación. Su mirada recorrió a la joven con la mirada con claro gesto de admiración. Le parecía una joven muy atractiva. -¿Oye?- preguntó Vilma - ¿Si me puedes dar un vaso con agua? – solicitó la joven.
-Ah sí- respondió Piti – Claro que te doy un vaso con agua – acto seguido el joven sirvió un vaso con agua y un par de hielos que enseguida colocó sobre la barra enfrente de Vilma.- Aquí tienes guapa – dijo Piti – Todo para ti
Vilma le miró con seriedad.
-Muchas gracias –respondió mientras se llevaba el vaso a los labios para tomar un pequeño sorbo del transparente liquido. El agua refresco la boca y la garganta seca que Vilma tenía en ese momento. Esto la hizo sentirse mucho mejor.
La joven se giró levemente para observar como algunos pasajeros paseaban por el barco admirando el paisaje.
#46

15/11/2011 08:55
Piti miraba a la joven desde el otro extremo de la barra de manera nerviosa.
-¡Eh tú, gilipollas:! – Le decía una voz en su cabeza- ¿Qué no ves que la chica es preciosa: – Continuaba el murmullo- Anímate hombre, dile algo.:
Esa chillona vocecilla continuaba hablándole.
- Dile que tiene los ojos más bonitos que has visto en tu vida y que su sonrisa es como un rayo de sol de alba
-¡Joer! ¿Y de dónde te has sacado tú eso? – Preguntó Piti- Parece sacado de un libro de poesía barata
En ese momento Piti se dio cuenta de que su voz había sonado demasiado fuerte y que Vilma le estaba observando.
-Anda mira, acércate a ella, que te está mirando…:Anda mira, acércate a ella, que te está mirando…
-¡Shh!, ¡Calla!, ¡Deja de decir tonterías! – Vilma frunció el ceño. No alcanzaba a escuchar claramente lo que el camarero había dicho, pero estaba segura de haber escuchado su voz. Lo que más la sorprendía era que no había nadie más.
Piti la miró fijamente dando un par de pasos hacia donde la joven se encontraba, recargada en la barra. Caminó lentamente hacia ella, con toda la intención de hablarle y decirle algo bonito.
-Vilma, ¿Qué haces aquí? – preguntó Palomares, que acababa de entrar en el bar, se acercó a Vilma y la abrazó por la cintura. Piti se paró en seco al ver la acción del recién llegado.
-¿Le sirvo algo? – preguntó Piti mirando al muchacho, que seguía abrazando a Vilma.
Palomares levantó la mirada y vio al camarero.
-No, muchas gracias – respondió con voz seca al darse cuenta del brillo de admiración que tenían los ojos del camarero - ¿Te encuentras bien cariño?-se dirigió a Vilma con cara de preocupación.
-Sí, sí, solo me he sentido un poco mareada –respondió Vilma, que empezaba a ponerse un poco pálida.
-Señorita, ¿Quiere que le dé una pastilla para el mareo?- ofreció Piti amablemente. Vilma volteó su cabeza hacia donde se encontraba Piti.
-¿Crees que eso me pueda servir? – preguntó la joven
-Por supuesto, seguramente hará que te sientas mejor – respondió Piti tuteando a Vilma después de que ella también lo hiciera.
-Pues vale- aceptó Vilma el ofrecimiento – Con tal de dejar de sentir este malestar en el estomago, me tomo lo que sea.
Piti abrió un cajón que se encontraba en la contra barra y sacó un paquete que contenía tres diminutas pastillas. Se las extendió a Vilma, que las cogió rozando sin querer los dedos del camarero.
-Gracias, con una será suficiente- comentó Vilma mientras sacaba una pastilla del paquete.
-No, no – dijo Piti – Quédate con las tres, por si te hacen falta.
-Muchas gracias joven – intervino Palomares – Este barco tiene un gran servicio – añadió mirando con frialdad a Piti. – le agradezco mucho todas sus atenciones para con mi novia.
Palomares recalcó la última parte de su frase, ante la mirada fija de Piti, que ni siquiera parpadeó.
-De nada hombre- contestó Piti – Para eso estamos, para sentir a las chicas guapas que viajan en el barco.
Palomares cerró la mandíbula con fuerza ante la clara provocación del camarero, pero se limitó a abrazar más fuerte a Vilma mientras devolvía a Piti una mirada burlona.
-¿Nos vamos? – preguntó Vilma, que ya se había tomado una de las pastillas.
-Por supuesto querida – respondió Palomares - ¿Cuánto le debo, joven? – inquirió mirando al caballero.
-Nada - Piti sonrió- esto es por cuenta… de la casa
Palomares y Vilma salieron abrazados del bar mientras Palomares miraba nuevamente de reojo a Piti, quien continuaba sonriendo burlonamente.
Leonor Rueda entró en el puente de mando, en donde se encontraba el capitán con el primer oficial.
-Pasa Leonor – dijo el capitán - ¿Qué se te ofrece?
-Hola Ricardo – respondió Leonor con una sonrisa seductora – solo venía a informarte que está todo listo para la cena de gala.
-Muchas gracias Leonor – comentó Ricardo – tú siempre tan eficiente.- el capitán bajó la mirada a los papeles que tenía sobre su mesa de trabajo.- Mira Julián, el primer punto donde pararemos está aquí –añadió señalando mirando el mapa – es decir que estamos a 6 días de llegar si todo marcha normal.
-Está bien, el clima parece que nos ayudará bastante – respondió Julián – Después de los fiordos noruegos, los demás puntos ya son más cercanos y podremos hacer varias paradas para que los pasajeros puedan bajar a conocer un poco y a adquirir los recuerdos del viaje.
Mientras Ricardo y Julián charlaban sobre los pormenores de la travesía, Leonor observaba el mar a través de la ventana.
-¿Ya has pensado lo que vas a hacer esta noche en la cena? – preguntó Julián cambiando el tema.
-No empieces Julián, ya te dije que solo quiero darle una lección – los ojos de Ricardo se fijaron en ese momento sobre la esbelta figura de Leonor- es más – dijo Ricardo, que acababa de tener una idea – será una gran lección
-¡Eh tú, gilipollas:! – Le decía una voz en su cabeza- ¿Qué no ves que la chica es preciosa: – Continuaba el murmullo- Anímate hombre, dile algo.:
Esa chillona vocecilla continuaba hablándole.
- Dile que tiene los ojos más bonitos que has visto en tu vida y que su sonrisa es como un rayo de sol de alba
-¡Joer! ¿Y de dónde te has sacado tú eso? – Preguntó Piti- Parece sacado de un libro de poesía barata
En ese momento Piti se dio cuenta de que su voz había sonado demasiado fuerte y que Vilma le estaba observando.
-Anda mira, acércate a ella, que te está mirando…:Anda mira, acércate a ella, que te está mirando…
-¡Shh!, ¡Calla!, ¡Deja de decir tonterías! – Vilma frunció el ceño. No alcanzaba a escuchar claramente lo que el camarero había dicho, pero estaba segura de haber escuchado su voz. Lo que más la sorprendía era que no había nadie más.
Piti la miró fijamente dando un par de pasos hacia donde la joven se encontraba, recargada en la barra. Caminó lentamente hacia ella, con toda la intención de hablarle y decirle algo bonito.
-Vilma, ¿Qué haces aquí? – preguntó Palomares, que acababa de entrar en el bar, se acercó a Vilma y la abrazó por la cintura. Piti se paró en seco al ver la acción del recién llegado.
-¿Le sirvo algo? – preguntó Piti mirando al muchacho, que seguía abrazando a Vilma.
Palomares levantó la mirada y vio al camarero.
-No, muchas gracias – respondió con voz seca al darse cuenta del brillo de admiración que tenían los ojos del camarero - ¿Te encuentras bien cariño?-se dirigió a Vilma con cara de preocupación.
-Sí, sí, solo me he sentido un poco mareada –respondió Vilma, que empezaba a ponerse un poco pálida.
-Señorita, ¿Quiere que le dé una pastilla para el mareo?- ofreció Piti amablemente. Vilma volteó su cabeza hacia donde se encontraba Piti.
-¿Crees que eso me pueda servir? – preguntó la joven
-Por supuesto, seguramente hará que te sientas mejor – respondió Piti tuteando a Vilma después de que ella también lo hiciera.
-Pues vale- aceptó Vilma el ofrecimiento – Con tal de dejar de sentir este malestar en el estomago, me tomo lo que sea.
Piti abrió un cajón que se encontraba en la contra barra y sacó un paquete que contenía tres diminutas pastillas. Se las extendió a Vilma, que las cogió rozando sin querer los dedos del camarero.
-Gracias, con una será suficiente- comentó Vilma mientras sacaba una pastilla del paquete.
-No, no – dijo Piti – Quédate con las tres, por si te hacen falta.
-Muchas gracias joven – intervino Palomares – Este barco tiene un gran servicio – añadió mirando con frialdad a Piti. – le agradezco mucho todas sus atenciones para con mi novia.
Palomares recalcó la última parte de su frase, ante la mirada fija de Piti, que ni siquiera parpadeó.
-De nada hombre- contestó Piti – Para eso estamos, para sentir a las chicas guapas que viajan en el barco.
Palomares cerró la mandíbula con fuerza ante la clara provocación del camarero, pero se limitó a abrazar más fuerte a Vilma mientras devolvía a Piti una mirada burlona.
-¿Nos vamos? – preguntó Vilma, que ya se había tomado una de las pastillas.
-Por supuesto querida – respondió Palomares - ¿Cuánto le debo, joven? – inquirió mirando al caballero.
-Nada - Piti sonrió- esto es por cuenta… de la casa
Palomares y Vilma salieron abrazados del bar mientras Palomares miraba nuevamente de reojo a Piti, quien continuaba sonriendo burlonamente.
Leonor Rueda entró en el puente de mando, en donde se encontraba el capitán con el primer oficial.
-Pasa Leonor – dijo el capitán - ¿Qué se te ofrece?
-Hola Ricardo – respondió Leonor con una sonrisa seductora – solo venía a informarte que está todo listo para la cena de gala.
-Muchas gracias Leonor – comentó Ricardo – tú siempre tan eficiente.- el capitán bajó la mirada a los papeles que tenía sobre su mesa de trabajo.- Mira Julián, el primer punto donde pararemos está aquí –añadió señalando mirando el mapa – es decir que estamos a 6 días de llegar si todo marcha normal.
-Está bien, el clima parece que nos ayudará bastante – respondió Julián – Después de los fiordos noruegos, los demás puntos ya son más cercanos y podremos hacer varias paradas para que los pasajeros puedan bajar a conocer un poco y a adquirir los recuerdos del viaje.
Mientras Ricardo y Julián charlaban sobre los pormenores de la travesía, Leonor observaba el mar a través de la ventana.
-¿Ya has pensado lo que vas a hacer esta noche en la cena? – preguntó Julián cambiando el tema.
-No empieces Julián, ya te dije que solo quiero darle una lección – los ojos de Ricardo se fijaron en ese momento sobre la esbelta figura de Leonor- es más – dijo Ricardo, que acababa de tener una idea – será una gran lección
#47

15/11/2011 08:58
Una hermosa joven de cabello castaño y estilizada figura caminaba despreocupadamente por uno de los pasillos del barco mientras su clara mirada iba leyendo los párrafos de un conocido libro de Pablo Neruda, cuando de repente sintió un fuerte golpe que casi la hace perder el equilibrio; sin embargo el interesante libro que llevaba entre las manos terminó en el suelo después del lamentable choque.
La joven levantó la mirada y se encontró con unos ojos que la observaban fijamente.
El hombre que había chocado con ella la miraba con la boca semi abierta.
-Peperdon seño señorita – se disculpó el joven tartamudeando. Marimar frunció el ceño. – No sese preocupe, yoyo lo recojo del suelo – dijo el joven agachándose para recoger el libro que se le había caído.
El hombre observó el libro detenidamente mientras se erguía de nuevo ante la mujer.
-¿PaPablo Neruda? – preguntó Burbuja – Es mi mí, autor fafavorito
La joven lo miró un poco fastidiada mientras cogía el libro que Burbuja le daba.
-Gracias- respondió Marimar regalándole a Burbuja una sonrisa de agradecimiento.- seguidamente, la joven continuó su camino a través del pasillo dejando a Burbuja parado en la mitad de éste mientras observaba como la joven se alejaba.
Cuando Marimar desapareció de su vista, Burbuja recordó que él se dirigía al camarote de Valeria. Había escuchado en cubierta que la niña se encontraba pachucha porque se había mareado y no había podido salir a ver como el barco se alejaba del puerto.
Se dirigió hacia el camarote y cuando se encontró frente a la puerta, entró sin llamar.
-Hohola Valeria- saludó a la niña que se encontraba sentada sobre la cama.
-Hola Burbuja – respondió Valeria con carita triste.
-¿Popor qué estás tritriste Valeria? – preguntó Burbuja
-Es que me sentí mal y no pude ver cuando el barco zarpó- respondió Valeria con un brillo húmedo en sus azules ojos.
-Bububueno- comentó Burbuja- No papasa nada. Si tú quieres, popodemos ir a cucubierta y ver el paisaje.
Una sonrisa iluminó la preciosa carita de Valeria.
-¿Me llevarías a cubierta? – preguntó la niña, ahora con gran alegría.
-Claro- dijo Burbuja- Vavamos
Valeria saltó de la cama de inmediato para coger con su mano la mano que le extendía Burbuja. Ambos salieron del camarote para dirigirse a cubierta y observar el precioso paisaje marino que había a su alrededor.
En el momento de salir a cubierta se encontraron con el capitán que iba rumbo a su camarote para prepararse para la cena.
- Valeria cariño ¿te sientes mejor? – preguntó el capitán abrazando cariñosamente a su hija pequeña
- Si papi, Burbuja va a llevarme a cubierta a ver el mar – respondió la niña con una gran sonrisa – Ya no me duele nada
- Genial corazón – sonrió Ricardo al ver que su hija ya estaba respuesta de sus mareos – no tardéis mucho, tienes que ponerte muy guapa para la cena.
- Pero ¿qué dices? Si yo siempre estoy guapa – replicó Valeria con cara ofendida, Ricardo emitió una carcajada al escuchar a su hija y ver el gesto de suficiencia que cubría su rostro.
- Tienes razón – dijo el capitán ladeando la cabeza levemente – tu siempre estás muy guapa – le dijo dándole un tierno beso en la mejilla izquierda – pero aún te pondrás más, hoy es la cena de gala.
- Bien – asintió la niña – no tardaremos. Valeria dio un beso a su padre y cogió la mano de Burbuja para subir a cubierta.
Leonor tarareaba una canción alegremente mientras decidía lo que se pondría esa noche para la cena. Dulce entró en su camarote después de tocar suavemente en la puerta y recibir la indicación de su hermana de que entrara.
La joven observó a su hermana, su semblante era risueño, pocas veces lo veía de ese modo, Dulce se preguntó cuál sería la razón de que su hermana estuviera tan contenta, pero se abstuvo de preguntar.
- Pasa mujer, no te quedes ahí parada – dijo Leonor - ¿qué crees que debo ponerme esta noche para la cena? –preguntó con una sonrisa maliciosa
- Bueno, tú con cualquier cosa que te pongas siempre luces fantástica – respondió Dulce que con el paso del tiempo había aprendido las frases que a su hermana le gustaba escuchar y que la mantenían de buen humor.
- Muy lista Dulce – rió Leonor con un chispeante brillo en los ojos - ¿No vas a preguntarme por qué estoy arreglándome tanto? – retó la hermana mayor.
- Estoy segura de que tú me lo dirás – Ahora la risa de Leonor fue aún más abierta.
- Ricardo me ha invitado a cenar en su mesa – informó triunfalmente. Dulce arqueó una ceja sorprendida, en ningún momento se le había pasado por la cabeza que Leonor consiguiera su propósito.
- Ahora entiendo que estés tan contenta – dijo Dulce – Te felicito – añadió dubitativa, no estaba muy segura de lo bueno que podía resultar esa acción por parte del capitán Montero.
- Fue tan lindo al hacerlo – suspiró Leonor evocando las imágenes del momento en el que Ricardo se le había acercado y le había preguntado si quería acompañarlo a cenar.
Hubiera preferido que ambos estuvieran solos pero le daba igual que Julián de la Cuadra hubiera puesto aquella estúpida cara de sorpresa al escuchar la propuesta de Ricardo. Ya se encargaría de ajustar cuentas con el oficial del barco
La joven levantó la mirada y se encontró con unos ojos que la observaban fijamente.
El hombre que había chocado con ella la miraba con la boca semi abierta.
-Peperdon seño señorita – se disculpó el joven tartamudeando. Marimar frunció el ceño. – No sese preocupe, yoyo lo recojo del suelo – dijo el joven agachándose para recoger el libro que se le había caído.
El hombre observó el libro detenidamente mientras se erguía de nuevo ante la mujer.
-¿PaPablo Neruda? – preguntó Burbuja – Es mi mí, autor fafavorito
La joven lo miró un poco fastidiada mientras cogía el libro que Burbuja le daba.
-Gracias- respondió Marimar regalándole a Burbuja una sonrisa de agradecimiento.- seguidamente, la joven continuó su camino a través del pasillo dejando a Burbuja parado en la mitad de éste mientras observaba como la joven se alejaba.
Cuando Marimar desapareció de su vista, Burbuja recordó que él se dirigía al camarote de Valeria. Había escuchado en cubierta que la niña se encontraba pachucha porque se había mareado y no había podido salir a ver como el barco se alejaba del puerto.
Se dirigió hacia el camarote y cuando se encontró frente a la puerta, entró sin llamar.
-Hohola Valeria- saludó a la niña que se encontraba sentada sobre la cama.
-Hola Burbuja – respondió Valeria con carita triste.
-¿Popor qué estás tritriste Valeria? – preguntó Burbuja
-Es que me sentí mal y no pude ver cuando el barco zarpó- respondió Valeria con un brillo húmedo en sus azules ojos.
-Bububueno- comentó Burbuja- No papasa nada. Si tú quieres, popodemos ir a cucubierta y ver el paisaje.
Una sonrisa iluminó la preciosa carita de Valeria.
-¿Me llevarías a cubierta? – preguntó la niña, ahora con gran alegría.
-Claro- dijo Burbuja- Vavamos
Valeria saltó de la cama de inmediato para coger con su mano la mano que le extendía Burbuja. Ambos salieron del camarote para dirigirse a cubierta y observar el precioso paisaje marino que había a su alrededor.
En el momento de salir a cubierta se encontraron con el capitán que iba rumbo a su camarote para prepararse para la cena.
- Valeria cariño ¿te sientes mejor? – preguntó el capitán abrazando cariñosamente a su hija pequeña
- Si papi, Burbuja va a llevarme a cubierta a ver el mar – respondió la niña con una gran sonrisa – Ya no me duele nada
- Genial corazón – sonrió Ricardo al ver que su hija ya estaba respuesta de sus mareos – no tardéis mucho, tienes que ponerte muy guapa para la cena.
- Pero ¿qué dices? Si yo siempre estoy guapa – replicó Valeria con cara ofendida, Ricardo emitió una carcajada al escuchar a su hija y ver el gesto de suficiencia que cubría su rostro.
- Tienes razón – dijo el capitán ladeando la cabeza levemente – tu siempre estás muy guapa – le dijo dándole un tierno beso en la mejilla izquierda – pero aún te pondrás más, hoy es la cena de gala.
- Bien – asintió la niña – no tardaremos. Valeria dio un beso a su padre y cogió la mano de Burbuja para subir a cubierta.
Leonor tarareaba una canción alegremente mientras decidía lo que se pondría esa noche para la cena. Dulce entró en su camarote después de tocar suavemente en la puerta y recibir la indicación de su hermana de que entrara.
La joven observó a su hermana, su semblante era risueño, pocas veces lo veía de ese modo, Dulce se preguntó cuál sería la razón de que su hermana estuviera tan contenta, pero se abstuvo de preguntar.
- Pasa mujer, no te quedes ahí parada – dijo Leonor - ¿qué crees que debo ponerme esta noche para la cena? –preguntó con una sonrisa maliciosa
- Bueno, tú con cualquier cosa que te pongas siempre luces fantástica – respondió Dulce que con el paso del tiempo había aprendido las frases que a su hermana le gustaba escuchar y que la mantenían de buen humor.
- Muy lista Dulce – rió Leonor con un chispeante brillo en los ojos - ¿No vas a preguntarme por qué estoy arreglándome tanto? – retó la hermana mayor.
- Estoy segura de que tú me lo dirás – Ahora la risa de Leonor fue aún más abierta.
- Ricardo me ha invitado a cenar en su mesa – informó triunfalmente. Dulce arqueó una ceja sorprendida, en ningún momento se le había pasado por la cabeza que Leonor consiguiera su propósito.
- Ahora entiendo que estés tan contenta – dijo Dulce – Te felicito – añadió dubitativa, no estaba muy segura de lo bueno que podía resultar esa acción por parte del capitán Montero.
- Fue tan lindo al hacerlo – suspiró Leonor evocando las imágenes del momento en el que Ricardo se le había acercado y le había preguntado si quería acompañarlo a cenar.
Hubiera preferido que ambos estuvieran solos pero le daba igual que Julián de la Cuadra hubiera puesto aquella estúpida cara de sorpresa al escuchar la propuesta de Ricardo. Ya se encargaría de ajustar cuentas con el oficial del barco
#48

15/11/2011 08:59
Andrés Palomares se encontraba con su novia Vilma en cubierta, la noche comenzaba a caer lentamente sobre las tranquilas aguas del Océano Atlántico, el sol se escondía lentamente para dar paso a una luna brillante rodeada de cientos de estrellas que se reflejaban en el mar. El joven rodeaba con su brazo la cintura de la chica mientras ella apoyaba su cabeza en el hombro masculino y juntos disfrutaban del ensoñador paisaje.
Un suave suspiro salió de los labios de Palomares cuando colocó su cabeza sobre la cabeza de Vilma, aspiró el dulce y refrescante aroma del pelo de ella y depositó un tierno beso sobre él. La chica sonrió sin moverse, había sentido ambas cosas, el leve suspiro acompañado del contacto de los labios masculinos. Un airecillo cálido hizo bailar lentamente el pelo de la joven mientras acariciaba su rostro, ella cerró los ojos, estaba tan bien así, junto a él. Vilma estaba enamorada de Palomares desde hacía un par de años. Él nunca se había atrevido a decirle nada por su exagerada timidez, pero ella percibió que los sentimientos del joven iban más allá de una simple amistad, exactamente igual que los de ella. Hacía dos meses Palomares por fin se había decidido a dejar a un lado su falta de decisión y le había declarado sus sentimientos. Ambos se sentían muy felices con su incipiente relación. Vilma se dio la vuelta y quedó frente al joven, él la miró sonriente mientras inclinaba su cabeza sobre la de ella para buscar dulcemente los labios femeninos. Ambos se unieron en un beso tierno que poco a poco se fue haciendo más profundo, se abrazaron juntando sus cuerpos y sintiendo la calidez que solo el amor puede regalar.
Después de unos minutos de entregarse a la pasión de ese beso entrelazaron sus manos y se fueron caminando hacia el camarote de Palomares.
El comedor del barco estaba repleto de pasajeros, todos sabían que el capitán hacía la cena gala esa noche y nadie quería perdérsela, era una tradición naval que los pasajeros aprovechaban para degustar una exquisita cena por cuenta del barco y conocer a la tripulación y a los demás pasajeros. A partir de ahí solían hacerse amistades durante el trayecto que permitían a los vacacionistas pasarlo bien.
Grandes candelabros de araña en tonos bronce colgaban del techo del lugar, en las paredes pintadas en color beige se podrían apreciar cuadros con motivos marinos. Los grandes ventanales estaban cubiertos por preciosas cortinas de color beige almendrado que en ese momento, estaban descorridas para dejar entrar la luz de una inmensa luna que parecía estar besando al mar.
La mesa principal en la que el capitán se sentaba con los miembros más allegados de su tripulación y con algún afortunado pasajero que era el invitado de honor en la cena, estaba en el centro de la estancia. En esta ocasión Julia Wilson y un satisfecho Phillípe habían sido los elegidos. En la misma mesa se encontraba ya sentado Julián de la Cuadra, acompañado de Valeria, Ainhoa y Burbuja. Salomé se incorporaría un rato después de que se sirviera el primer plato de la noche. Piti lo haría cuando terminara de verificar que la distribución de bebida estaba realizándose de manera correcta.
A los costados de la mesa del capitán y colocadas de manera estratégica y elegante, se encontraban varias mesas adornadas con impolutas mantelerías blancas y con la vajilla especial para esa noche, platos blancos que llevaban un filo de oro en la orilla y el escudo del Estrella Polar; la cubertería de plata completaba los utensilios junto con las copas de cristal de bohemia.
Las mesas estaban adornadas con preciosos centros florales de tulipanes y rosas, en su parte inferior pequeñas velas de aroma suave depositadas sobre un lento oleaje de pétalos blancos, daban un agradable ambiente a cada servicio.
Suaves melodías brotaban del teclado de un imponente piano de cola blanco y armonizaban con la sensual voz de Dulce que amenizaría la velada, una pequeña orquesta intercalaría su actuación con la joven para deleitar a los pasajeros con diversos ritmos durante el baile que habría después de la cena.
El capitán Montero aún no se encontraba en el comedor cuando Julia, cogida del brazo de su novio apareció vestida con un impactante vestido Channel de un color rojo intenso, que le dejaba parte de la espalda al descubierto y resaltaba la envidiable silueta de Julia. Leonor fijó su mirada en la mujer que acababa de ingresar al comedor, vio como con pasos suaves y movimientos cadenciosos se acercaba a la mesa principal. Julia y Philippe se sentaron en los lugares que les tenían designados en la mesa del capitán, no sin antes saludar a los presentes de manera cordial.
-Buenas noches capitán – saludó Julia a de la Cuadra que la miró risueño.
- Buenas noches señorita Wilson – respondió Julián al saludo – Por favor tomen asiento.
Belén se encontraba casi en el centro de la mesa, sentada al lado de una silla vacía, Julia la observó detenidamente, le gustó su vestido negro aunque no pudo verlo completo ya que la mujer no estaba de pie; pero si pudo percatarse de que la prenda tenía un generoso escote. Los ojos de Julia se cruzaron por un momento con la mirada fría y arrogante de Leonor, un escalofrío recorrió la espalda de la doctora Wilson, sin saber exactamente por qué, esa mujer le provocaba temor.
Diez minutos después, Ricardo Montero hizo su aparición en el comedor, vestido con un elegante traje negro con insignias doradas se fue deteniendo por varias mesas para saludar cortésmente a de Ricardo los comensales. Caminando con pasos firmes y seguros, Ricardo se acercó a su mesa y burlonamente posó sus claros ojos en el rostro de Julia que charlaba animadamente con Philippe y no se había dado cuenta de la presencia de Ricardo en el comedor hasta que lo tuvo frente a sí.
- Buenas noches a… todos – saludó Ricardo sin dejar de mirar a Julia, la mujer lucía hermosa, pensó el capitán. Ricardo se acercó y saludó a Philippe presentándose – Soy Ricardo Montero, capitán del Estrella Polar – Ricardo miró a Julia de reojo, la mujer se puso pálida como la cera – es un honor que hayan aceptado compartir mi mesa esta noche – Ricardo sonrió levemente a Julia.
- El honor es nuestro capitán – respondió Philippe – Ella es mi novia, Julia Wilson –añadió presentando a Julia, el capitán extendió su mano hacia la joven doctora
- Un placer señorita Wilson, espero que se encuentre a gusto con el barco y con los miembros de la tripulación – dijo Ricardo en tono irónico, pero sin mencionar su anterior y desafortunado encuentro.
- Gracias capitán – respondió Julia devolviendo la sonrisa y usando el mismo tono irónico. Leonor observó la escena en silencio, después de un breve instante se levantó y se acercó a ellos.
- Ricardo – susurró melosamente mientras pasaba su brazo alrededor el brazo del capitán – es tarde, debemos empezar con la cena.
Un suave suspiro salió de los labios de Palomares cuando colocó su cabeza sobre la cabeza de Vilma, aspiró el dulce y refrescante aroma del pelo de ella y depositó un tierno beso sobre él. La chica sonrió sin moverse, había sentido ambas cosas, el leve suspiro acompañado del contacto de los labios masculinos. Un airecillo cálido hizo bailar lentamente el pelo de la joven mientras acariciaba su rostro, ella cerró los ojos, estaba tan bien así, junto a él. Vilma estaba enamorada de Palomares desde hacía un par de años. Él nunca se había atrevido a decirle nada por su exagerada timidez, pero ella percibió que los sentimientos del joven iban más allá de una simple amistad, exactamente igual que los de ella. Hacía dos meses Palomares por fin se había decidido a dejar a un lado su falta de decisión y le había declarado sus sentimientos. Ambos se sentían muy felices con su incipiente relación. Vilma se dio la vuelta y quedó frente al joven, él la miró sonriente mientras inclinaba su cabeza sobre la de ella para buscar dulcemente los labios femeninos. Ambos se unieron en un beso tierno que poco a poco se fue haciendo más profundo, se abrazaron juntando sus cuerpos y sintiendo la calidez que solo el amor puede regalar.
Después de unos minutos de entregarse a la pasión de ese beso entrelazaron sus manos y se fueron caminando hacia el camarote de Palomares.
El comedor del barco estaba repleto de pasajeros, todos sabían que el capitán hacía la cena gala esa noche y nadie quería perdérsela, era una tradición naval que los pasajeros aprovechaban para degustar una exquisita cena por cuenta del barco y conocer a la tripulación y a los demás pasajeros. A partir de ahí solían hacerse amistades durante el trayecto que permitían a los vacacionistas pasarlo bien.
Grandes candelabros de araña en tonos bronce colgaban del techo del lugar, en las paredes pintadas en color beige se podrían apreciar cuadros con motivos marinos. Los grandes ventanales estaban cubiertos por preciosas cortinas de color beige almendrado que en ese momento, estaban descorridas para dejar entrar la luz de una inmensa luna que parecía estar besando al mar.
La mesa principal en la que el capitán se sentaba con los miembros más allegados de su tripulación y con algún afortunado pasajero que era el invitado de honor en la cena, estaba en el centro de la estancia. En esta ocasión Julia Wilson y un satisfecho Phillípe habían sido los elegidos. En la misma mesa se encontraba ya sentado Julián de la Cuadra, acompañado de Valeria, Ainhoa y Burbuja. Salomé se incorporaría un rato después de que se sirviera el primer plato de la noche. Piti lo haría cuando terminara de verificar que la distribución de bebida estaba realizándose de manera correcta.
A los costados de la mesa del capitán y colocadas de manera estratégica y elegante, se encontraban varias mesas adornadas con impolutas mantelerías blancas y con la vajilla especial para esa noche, platos blancos que llevaban un filo de oro en la orilla y el escudo del Estrella Polar; la cubertería de plata completaba los utensilios junto con las copas de cristal de bohemia.
Las mesas estaban adornadas con preciosos centros florales de tulipanes y rosas, en su parte inferior pequeñas velas de aroma suave depositadas sobre un lento oleaje de pétalos blancos, daban un agradable ambiente a cada servicio.
Suaves melodías brotaban del teclado de un imponente piano de cola blanco y armonizaban con la sensual voz de Dulce que amenizaría la velada, una pequeña orquesta intercalaría su actuación con la joven para deleitar a los pasajeros con diversos ritmos durante el baile que habría después de la cena.
El capitán Montero aún no se encontraba en el comedor cuando Julia, cogida del brazo de su novio apareció vestida con un impactante vestido Channel de un color rojo intenso, que le dejaba parte de la espalda al descubierto y resaltaba la envidiable silueta de Julia. Leonor fijó su mirada en la mujer que acababa de ingresar al comedor, vio como con pasos suaves y movimientos cadenciosos se acercaba a la mesa principal. Julia y Philippe se sentaron en los lugares que les tenían designados en la mesa del capitán, no sin antes saludar a los presentes de manera cordial.
-Buenas noches capitán – saludó Julia a de la Cuadra que la miró risueño.
- Buenas noches señorita Wilson – respondió Julián al saludo – Por favor tomen asiento.
Belén se encontraba casi en el centro de la mesa, sentada al lado de una silla vacía, Julia la observó detenidamente, le gustó su vestido negro aunque no pudo verlo completo ya que la mujer no estaba de pie; pero si pudo percatarse de que la prenda tenía un generoso escote. Los ojos de Julia se cruzaron por un momento con la mirada fría y arrogante de Leonor, un escalofrío recorrió la espalda de la doctora Wilson, sin saber exactamente por qué, esa mujer le provocaba temor.
Diez minutos después, Ricardo Montero hizo su aparición en el comedor, vestido con un elegante traje negro con insignias doradas se fue deteniendo por varias mesas para saludar cortésmente a de Ricardo los comensales. Caminando con pasos firmes y seguros, Ricardo se acercó a su mesa y burlonamente posó sus claros ojos en el rostro de Julia que charlaba animadamente con Philippe y no se había dado cuenta de la presencia de Ricardo en el comedor hasta que lo tuvo frente a sí.
- Buenas noches a… todos – saludó Ricardo sin dejar de mirar a Julia, la mujer lucía hermosa, pensó el capitán. Ricardo se acercó y saludó a Philippe presentándose – Soy Ricardo Montero, capitán del Estrella Polar – Ricardo miró a Julia de reojo, la mujer se puso pálida como la cera – es un honor que hayan aceptado compartir mi mesa esta noche – Ricardo sonrió levemente a Julia.
- El honor es nuestro capitán – respondió Philippe – Ella es mi novia, Julia Wilson –añadió presentando a Julia, el capitán extendió su mano hacia la joven doctora
- Un placer señorita Wilson, espero que se encuentre a gusto con el barco y con los miembros de la tripulación – dijo Ricardo en tono irónico, pero sin mencionar su anterior y desafortunado encuentro.
- Gracias capitán – respondió Julia devolviendo la sonrisa y usando el mismo tono irónico. Leonor observó la escena en silencio, después de un breve instante se levantó y se acercó a ellos.
- Ricardo – susurró melosamente mientras pasaba su brazo alrededor el brazo del capitán – es tarde, debemos empezar con la cena.
#49

15/11/2011 09:01
Leonor le regaló una sonrisa encantadora a Ricardo y después giró su rostro hacia Julia, la doctora Wilson pudo comprobar que la sonrisa de Leonor había desaparecido y en su lugar una mueca de disgusto y una mirada de advertencia le habían cambiado el semblante.
- Sí, tienes razón - comentó el capitán. Ricardo caminó hacia su silla y retiró la silla de Leonor para que ésta se sentará.
Tan pronto como el capitán se sentó, los camareros comenzaron a desfilar con fuentes llenas de un delicioso entrante de diversos mariscos. Phillipe comenzó a charlar con el capitán a pesar de los vanos esfuerzos de Leonor por acaparar la atención del hombre que le gustaba. Julia guardaba silencio y miraba de reojo a Ricardo, sabía que le debía una disculpa, pero por otra parte se sentía humillada por haber hecho el ridículo ante él.
- La velada fue transcurriendo tranquila, Salomé se incorporó en la mesa del capitán junto con Piti que fue el último en sentarse. Julia comenzó a charlar con la cocinera del barco de una forma amena, ambas mujeres sintieron empatía mutua.
Diferentes platillos salieron de la cocina del barco hacia las mesas de los pasajeros, la mayor parte de corte marinero.
Ainhoa había salido a cubierta para dirigirse a su camarote, la noche había refrescado bastante y ella acababa de salir de una gripe, así que decidió ir a buscar la chaqueta que se le había olvidado por las prisas. Se detuvo un momento para contemplar las estrellas y el profundo color oscuro que tenía ahora el mar. De pronto un extraño ruido detrás de ella la sobresaltó, la joven volteó rápidamente pero solo alcanzó a ver una sombra que se escabullía apresuradamente hacia las bodegas del barco. Intrigada Ainhoa la siguió pero no pudo ver de quién se trataba, bajó las escaleras para intentar darle alcance pero no vio nada, estaba a punto de entrar en una de las bodegas cuando sintió que una mano le tapaba la boca. Intentó gritar pero fue en vano; unos fuertes dedos la atenazaban evitando que pudiera emitir sonido alguno. El extraño tiró de ella hacia el interior de la bodega.
- Sí, tienes razón - comentó el capitán. Ricardo caminó hacia su silla y retiró la silla de Leonor para que ésta se sentará.
Tan pronto como el capitán se sentó, los camareros comenzaron a desfilar con fuentes llenas de un delicioso entrante de diversos mariscos. Phillipe comenzó a charlar con el capitán a pesar de los vanos esfuerzos de Leonor por acaparar la atención del hombre que le gustaba. Julia guardaba silencio y miraba de reojo a Ricardo, sabía que le debía una disculpa, pero por otra parte se sentía humillada por haber hecho el ridículo ante él.
- La velada fue transcurriendo tranquila, Salomé se incorporó en la mesa del capitán junto con Piti que fue el último en sentarse. Julia comenzó a charlar con la cocinera del barco de una forma amena, ambas mujeres sintieron empatía mutua.
Diferentes platillos salieron de la cocina del barco hacia las mesas de los pasajeros, la mayor parte de corte marinero.
Ainhoa había salido a cubierta para dirigirse a su camarote, la noche había refrescado bastante y ella acababa de salir de una gripe, así que decidió ir a buscar la chaqueta que se le había olvidado por las prisas. Se detuvo un momento para contemplar las estrellas y el profundo color oscuro que tenía ahora el mar. De pronto un extraño ruido detrás de ella la sobresaltó, la joven volteó rápidamente pero solo alcanzó a ver una sombra que se escabullía apresuradamente hacia las bodegas del barco. Intrigada Ainhoa la siguió pero no pudo ver de quién se trataba, bajó las escaleras para intentar darle alcance pero no vio nada, estaba a punto de entrar en una de las bodegas cuando sintió que una mano le tapaba la boca. Intentó gritar pero fue en vano; unos fuertes dedos la atenazaban evitando que pudiera emitir sonido alguno. El extraño tiró de ella hacia el interior de la bodega.
#50

15/11/2011 13:49
Por fin!!!!! Ya pensaba que te habías olvidado de tus fieles lectores 
Muy corto, pero ya me estoy acostumbrando a la extensión de tus capítulos xDD. Me ha gustado aunque me esperaba mas cosas de esa cena, ejjemm. Quién será el que ha cogido a Ainhoa?? jajajaj Será Ulises??
.
En algún sitio has puesto Rebeca en lugar de Julia, por qué será??

Muy corto, pero ya me estoy acostumbrando a la extensión de tus capítulos xDD. Me ha gustado aunque me esperaba mas cosas de esa cena, ejjemm. Quién será el que ha cogido a Ainhoa?? jajajaj Será Ulises??

En algún sitio has puesto Rebeca en lugar de Julia, por qué será??

#51

15/11/2011 14:45
Jajajajaj, cierto, corregido. ¿Cortos? jo. XDDD Bueno la cena no ha terminado :P
#52

15/11/2011 15:02
Me encanta ^^
A ver si vemosya acercamiento entre Piti y Vilma =)
A ver si vemosya acercamiento entre Piti y Vilma =)
#53

15/11/2011 15:25
Roberto a mí me ha parecido cortísimo!!! Haber cuando tienes el 3º capítulo.
#54

15/11/2011 18:05
Genial, Roberto, la verdad es que es un gusto leerte,resulta tan interesante que los capítulos se hacen cortos.
#55

15/11/2011 18:17
chulisimo!! ya tengo ganas de leer el tercero!! ^^
#56

15/11/2011 20:28
Muy bueno, Robert! Al entrar veo el segunto capitulo y pienso: "vaya parrafada, que largo". En canvio, al leerlo, se me ha hecho cortísimo!!! Ay, que verguenza debe pasar Julia
Muy chulo!

#57

15/11/2011 20:37
Fuas chaval que pasadaaaaaaaaa Jajajajajajajajjajajaj me encanta se me hac3e tmb muy breve leerlo. Me encanta!! Ja que guay, me encanta uqe allas dejado a Julia en ridi Jajajjajaja me encanta me encanta ME ENCANTAAA!!! JAjA porfavoooro siguelo rapidoo xd
#58

15/11/2011 21:42
me a encantado!!!cuelga pronto el tercero por favor!!!
#59

15/11/2011 21:50
DIOS MIO!!!! Acabo de entrar por primera vez en este post y he leido todo y me he quedado alucinando!!! Si digo que me ha encantado me he quedado corto! Escribes DE PUTA MADRE!!
#60

16/11/2011 15:37
Bien escrito y facil de leer. Espero la siguiente parte :)