Gonzalo de Castro: "Espero que no me despierten de este sueño"

Fuente: Reportaje de la revista Semana
Gonzalo de Castro dejó la carrera de Derecho en quinto para perseguir un sueño: la interpretación. La televisión le ha dado la fama después de un largo camino recorrido. Su personaje del doctor San Cristóbal, el médico gruñón de Doctor Mateo, ha logrado en poco tiempo un enorme reconocimiento y le ha dado el premio Ondas, que se suma a otros con los que ya cuenta Gonzalo, entre ellos el otorgado por la Unión de Actores al Mejor Actor de televisión en 2005 por su personaje en 7 Vidas.
¿Cómo te ha sentado conseguir el Ondas?
Estoy encantado de que hayan visto algo particular en mi trabajo que me haya hecho merecedor del premio. Esto para mi ego, para mi profesión y mi persona está estupendamente. Cuando me lo comunicaron sentí sobre todo sorpresa, lo vi todo con cierta incredulidad, alegría e ilusión.
Doctor Mateo está teniendo un gran éxito de audiencia, ¿cómo lo valoras?
Creo que es muy merecido, aunque no quiero que se me llame pedante. Esta serie es muy digna, ofrece calidad y un punto de vista que hasta ahora no se le había ocurrido a nadie.
¿Es el papel de tu carrera?
Es el que más me gusta hacer y el que más defiendo. De todas formas tampoco he hecho tantos. Siempre tuve ganas de demostrar que era capaz de hacer más cosas que aquellas que me pusieron en un lugar determinado. Con Doctor Mateo volamos en primera.
¿Te ha llegado a cansar interpretar al doctor?
De momento no, pero si esta pregunta me la haces dentro de 3 años... seguramente esté ya hasta arriba. Ahora mismo estoy en el mejor lugar que puedo estar y creo que me queda mucho por disfrutar y por hacer. Si te soy honesto, me gustaría que la serie tuviese un tiempo, un ritmo y algo que contar, de forma que cuando la cerráramos lo pudiéramos hacer tranquilamente. A Mateo le quedan temporadas, pero espero que sean dignas, dejar una serie buena hecha y... a otra cosa. A veces las series se desvirtúan e infravaloran porque llega un momento en el que no se tiene mucho que contar.
Estás preparando una función para el Teatro Español de Madrid, cuéntanos algo.
Es maravillosa, la obra es de David Mamet y se llama Glengarry Glen Ross y estoy absolutamente encantado, porque ya se sabe que lo que a mi más me gusta es el teatro.
¿No te cansa tener tanto trabajo de golpe?
¡No! Vivo de lo que me gusta, soy consciente de que la mitad de mi vida la tengo resuelta. Ahora encima tengo la fortuna de que me acompaña el éxito y que estoy pasando por una buena etapa profesional... espero que no me despierten de este sueño. Soy un privilegiado y lo digo con la boca bien abierta, porque sé que ahora para la mayoría de la gente esto no es así.
¿Tienes miedo de que con el reconocimiento popular y el de la crítica se te suba el éxito a la cabeza?
No, porque tengo 46 años y estas cosas ya no me pueden pasar a mi edad. Si recibo un premio merecido lo coloco en el lugar donde debe estar y procuro no creérmelo demasiado. El que se lo cree demasiado es un idiota, y ése es su problema, no el mío –dice Gonzalo, quien al principio de su carrera trabajó como ayudante de dirección y figurante.
¿Qué esperas del futuro?
Que sea benevolente conmigo, que tenga trabajo y salud, y que no me falte de nada. Trabajo, sobre todo trabajo, porque confío mucho en mí mismo. El futuro es uno mismo tirando hacia delante. Estoy donde estoy gracias a una apuesta seria y comprometida con la profesión.