El fenómeno social del último capítulo

Lo han conseguido. Han vuelto a poner en el candelero y en la opinión pública una serie que, aunque siempre ha cosechado datos de audiencia muy aceptables, por épocas, parecía apagada, monótona, como insípidos coletazos de una vieja gloria
Yo, que desde siempre he adorado a la familia Alcántara, me sorprendía, a veces a mí misma mirándolos en la televisión sin incentivo, como un trámite rutinario derivado del cariño a una familia televisiva que forma parte de tu propia vida. Sólo por cariño, y nada más.
Y de pronto llega esta trama y este capítulo en una temporada que comenzó demasiado digamos cómica casi rayando el ridículo y carente de sentido, por momentos.
Y vuelven las emociones, y los grandes momentos y las grandes escenas, y vuelve el Cuéntame que todos queremos , que deseamos, que vivimos y que amamos.
El capítulo fue un portento de buenas interpretaciones, de emoción y emociones, de ternura y de valores. De amigos de verdad, y de la palabra AMISTAD, LEALTAD, FIDELIDAD con mayúsculas. Del amor inmenso, de la lucha y el sacrificio de unos padres para con un hijo. Ese padre removiendo cielo y tierra (brutal la escena de Antonio Alcántara con Carlos ya de vuelta en el coche, fumándose un cigarrillo como diciendo "misión cumplida, he cumplido con mi deber como padre, he hecho lo que tenía que hacer" )y el dolor inenarrable de esa madre. La injusticia de la vida, donde demasiado a menudo paga el que menos culpa tiene y pagan los inocentes mientras los culpables se van de rositas. El valor y la unión de la familia, como pilar básico y fundamental , el pilar que nos sostiene y que está ahí cuando algo va mal. Los que están ahí cuando lo necesitamos, y los traidores, y las consecuencias de las malas compañías, y los que no merecen la pena y sobran en nuestra vida. Todo profundamente humano, real y hermoso.
Y la unión de ese matrimonio Alcántara, que con todos los altibajos que han tenido (como no podría ser de otra manera) ahí están, en las duras y en las maduras , más fuertes cuando más adversas las condiciones con un lazo de unión indestructible. Pongo la mano en el fuego de que cualquiera de sus hijos mataría y cambiaría sus "aventuras" por tener un matrimonio con la solidez y el amor de sus padres.
Y esa escena del final con la melodía de los secretos de fondo, y esos ojos acristalados y empañados de Karina, que ya forma parte de mi particular memoria cinematográfica y televisiva y que no olvidaré jamás.
Quizás la ausencia de Felipe y Pituca y la declaración de Arantxa no era necesaria; añadía un cierto morbo, y lo más importante era Carlos y su familia, en ese momento.
Y claro, cuando una cosa se hace bien , el público lo reconoce. Me emocionó la reacción en mi facebook, redes sociales, conversaciones con amigos (ojo! y gente joven ) , de cena, en la academia, familiares y conocidos; todo el mundo comentando, recomendando el último capítulo, poniendo otra vez en la calle, en lo más alto, ensalzando una serie que a veces parecía ya la sombra de lo que un día fue.
Creo que los guionistas lo han bordado. Carlos ha "resucitado" y con él la serie. Y espero que la nueva temporada aproveche el tirón, la popularidad, los seguidores encantados y la remesa de nuevos espectadores jóvenes.
Que siga dando en el clavo, con tramas sorprendentes, humanas, emotivas, sustanciosas, hermosas, con valores, a la altura de las circunstancias, del plantel de actores y lo que demandan los seguidores. Y que si se tiene que acabar, lo haga con un broche de oro, por todo lo alto, desbordando emociones , coherente , con un final que guardemos para siempre en nuestras retinas.
Si se quiere, se puede. Temporada 15 . Estaremos esperando.