Una de mis Historias!

En Brazos De Un Magnate Griego.
CAPITULO 1.

Mal, el día había empezado mal-pensaba Megan mientras se metía en la ducha a toda carrera, si no se daba prisa llegaría a tarde a su primer día de trabajo y eso no era bueno.

Megan era una mujer de 28 años que acaba de terminar su carrera como administrativa para grandes empresas. Es una mujer alta, preciosa, y tiene unos ojos verdes que resaltaban muy bien con su pelo castaño y ondulado. Había estado estudiando y trabajando por las noches como camarera para poder sacarse la carrera, cuando termino había echado el curriculum en varias empresas y por fin la llamaron de una empresa que necesita a una secretaria muy eficaz y urgentemente, ya que estaba en pleno proceso de una gran inversión. Pero no se trataba de cualquier empresa, era la empresa más importante de Atenas, y su jefe era el señor Alexander de Lucas, el hombre mas codiciado de todo el país. Ella no lo había visto nunca en persona, pero en la revista que salía era todo un dios, moreno, alto, atlético y unos ojos verdes que quitaba el sentido, cualquier mujer soñaría con tenerlo aunque fuera una noche. Pero eso a ella le tendría que dar igual estaba allí para cumplir con su trabajo no tiene tiempo para pensar en una aventura y menos con su jefe. Salió de la ducha se peino su revuelta melena, se puso un poco de maquillaje y un conjunto de pantalón y chaqueta color negro, pero elegante. Se dirigió a la parada del metro, pero si no llegaba a tiempo estaría despedida el primer día, así que mejor cogería un taxi.

Había tardado un poco más de lo que pensaba en llegar, pero había sido mejor que el metro. El taxi paro justo delante del inmenso edificio, arriba de todo unas inmensas letras que decía de Lucas Enterprise. Entro en el edificio y se dirigió al ascensor, la oficina esta en la última planta, cuando las puerta se abrieron vio la oficina mas grande del mundo, estaba decorada muy sutilmente pero elegante, había un pequeño despacho y detrás un despacho con cristalera, supuso que ese seria el de señor de Lucas. Estaba nerviosa era su primer trabajo y a pesar de la falta de experiencia, era muy buena había sacado matricular de honor y era la mejor de su curso, aun así le sorprendió cuando el mismo señor de Lucas la llamo para hacerle una entrevista, todo fue bien y le dijo que se presentara el lunes a primera hora de la mañana en su despacho, y ahí estaba Megan a punto de ver a su jefe por primera vez.

No sabia si tenia que esperar a que el saliera o llamar, no quería tampoco llamar por si acaso él estaba reunido, pero decidió hacerlo, pero en ese momento la puerta se abrió y de allí salía una mujer de mediana edad, que se imagino que seria la secretaria que había contratado temporalmente.

- El señor de Lucas le esta esperando-dijo la secretaria

- Muchas gracias- añadió Megan.

Cuando Megan entro en el despacho y vio a Alexander, ella creyó que estaba viendo a un dios griego. Lo había visto en revista pero no tenia nada que ver, era un hombre, moreno, alto, con unas facciones marcadas, unos ojos verdes penetrante y un cuerpo que quitaba el sentido. No podía dejar de mirarlo, pero si no lo hacia él se daría cuenta y eso no era nada bueno. Es verdad que era un dios, de lo hermoso que era, pero iba a ser su jefe, aunque le va a costar tiempo centrase en su trabajo y no en ese hombre.

CAPITULO 2.

Tampoco Alexander se quedo atrás, cuando Megan entro por la puerta el tampoco puedo resistirse a echarle un vistazo a la que seria su secretaria, mientras duraba el proceso. El no pudo evitar a Megan como su amante, pero ella era todo lo opuesto a las mujeres que él había tenido. Ella era grande…todo ella. Sus ojos se posaron en los generosos senos bajo la camisa de seda. A pesar de todo, parecía firme y suculenta como un melocotón. En cuanto a su rostro… no podía dejar de mirarla y recrearse en la grácil curva de su mejilla.

Megan no era la mujer que Alexander, pensaba, él se imaginaba a la típica chica, recién salida de la universidad, pero no era así, tenia delante de el a una gran mujer. Esperaba que mientras duraba la inversión que tenia con la otra empresa, ella fuera una secretaria eficaz.


- Buenos días señorita Megan, soy Alexander de Lucas, encantada de conocerte- dijo, y extendiéndole la mano a la vez.
- Buenos días, mi nombre es Megan proctor, encantada de conocerle –y le estrecho su mano.

Cuando ambos se rozaron las manos, sintieron una energía, un calor y rápidamente separaron las manos.

Los dos se quedaron unos minutos mirándose, sabían que algo extraño habían sentido cuando sus manos se rozaron. Él no podía pensar en ella como un amante, estaba inmerso en unas de las operaciones mas importantes de Atenas y solo tendría que esperar varios meses para que la transacción se hiciera y el no volvería a verla. Megan sintió un escalofrió cuando Alexander le rozo la mano, sus inquietantes ojos verdes la ponían nerviosa ,pero tenia que centrarse estaba allí para ser su secretaria, mientras duraba la firma de las empresa, luego se marcharía y buscaría otro empleo. Unos de los dos tenia que romper el hielo, y decidió ser el.

- Hola señorita Megan, como sabrás estamos en proceso de una importante transacción, el puesto que va a ocupar durante estos meses será de mi secretaria personal, eso significa que tendrás que acudir conmigo a todas las reuniones, tanto en Atenas como fueras de ella ah y también habrá fines de semanas que tendremos que trabajar. Espero que no suponga un problema para usted, es una operación importante y no quiero fallos.

- No se preocupe señor, trabajare todos los días que sea necesario, no supone un problema para mí, será una secretaria muy eficaz y al terminar el proceso estará orgulloso de haberme contratado.

- Eso espero señorita Megan sé que será una buena inversión haberla contratado, y por cierto hablando de contrato, le dejo el contrato para que lo lea y lo firme. Como puedes ver no quiero correr ningún riesgo, tendrá que firma una clausula de con fidelidad, no podrás hablarle a nadie de esto, y no podrá abandonar la empresa hasta que todo esto finalice. Dicho esto Lucy, le enseñare su labor y espero que se sienta cómoda trabajando aquí, y si necesita cualquier cosa o tiene alguna duda no dude en preguntarme.

Megan cogió el contrato y se fue del despacho y se dirigió hacia el escritorio donde trabajaría el resto de los meses, Lucy estaba ahí esperándole para ponerla al día lo antes posible. Tenia ganas de empezar ya y demostrarle al Alexander que no se había equivocado con ella. Mientras revisaba el contrato, pensó en lo que Alexander le había dicho antes, tendría que trabajara incluso algunos fines de semana, eso no importaba, pero lo que no se había imaginado es que tendría que viajar con el, por motivos de negocios. Estar con su jefe varios días fueras de Atenas, no iba a hacerle tarea fácil, resistirse a ese hombre era una misión imposible.

GENIAL!!!
esta super bien, rocio. sigue escribiendo porfaaa

Gracias , la verdad es que la tengo escrita entera, solo tengo que ponerla poquito a poco en el foro , pero tranquila que lo hare, Gracia spor leerla

Me gusta, me gusta....me gusta mucho.....

Bravooooo Rocío, muy buena, genial, ya espero ver lo que sigue.

Me alegro que os guste ahi voi a poner otro dos capitulos.

Capitulo 3

Cuando Megan abandono su despacho, Alexander no podía dejar de pensar en la mujer que acababa de entrar en su despacho, la joven Megan no era lo que él se esperaba. A pesar de la falta de experiencia, parecía una mujer segura y con confianza. En otra circunstancia hubiera contratado a alguien con mas experiencia, pero no tenia tiempo ni ganas, había elegido a Megan por que a pesar de su edad, había sido la mejor del curso y sus profesores habían hablado muy bien de ella. Esperaba que mientras que durase al operación su cuerpo dejaría de reaccionar como lo había echo antes cuando la vio por primera vez y sus manos se rozaron, hacia tiempo que no estaba con una mujer, la empresa apenas le dejaba tiempo, quien sabe alomejor mientras duraba el proceso podía divertirse un poco con Megan, sin ningún tipo de atadura, solo una aventura, aunque tenia la sensación de que Megan no era de ese tipo de mujer.

Estaba tan metida en la operación que apenas se dio cuenta de que ya lleva trabajando más de una semana en aquella empresa. Todo estaba saliendo bastante bien, apenas se había tenido que reunir con Alexander cosa que en parte agradecía, no quería tener esas reacciones cada vez que se encontraba con su jefe. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se percato de que Alexander estaba ahí y le estaba hablando.


- Megan , me estas escuchando –dijo el
- Lo siento, perdona que decía. Asintió Megan
- Te estaba diciendo que hace una semana que estas trabajando aquí y quiero felicitarte por que te has adaptado muy bien y estas haciendo un gran trabajo.
- Gracias Alexander, para eso se me contrato. Pero me alegra mucho oírlo.
- Quisiera invitarle a almorzar, sé que desde que ha estado aquí apenas a tenido tiempo para comer ni tener un poco de tiempo libre, además creo que es hora de que los dos nos demos un descanso , así mientras comemos hablaremos de trabajo.
- Se lo agradezco, pero no se preocupes, ya es viernes y hasta el lunes no podremos seguir avanzando-dijo Megan, pensando que comer a sola con ese hombre un restaurante Iba a ser una labor difícil.
- Lo siento pero no hay escusas, hay dos o tres detalles que necesito concretar contigo y no puede esperar al lunes.

Dicho esto Megan apago el ordenador y se fueron a almorzar al mejor restaurante de todo Atenas, a pesar de ser viernes el restaurante no estaba bastante lleno, pero claro siendo el quien era conseguir una mesa era pan comido. Se sentaron en la mejor mesa y el camarero le trajo las carta de comida, y para beber pidieron una botella de vino blanco, con el calor que hacia apetecía algo fresquito. Mientras esperaban a que le trajeran el plato principal, tomaron una ensalada fresca con aguacate y langostino, así mientras podrían hablar de los negocios.

- Esta semana se ha pasado muy rápido verdad- decía Alex mientras cogía un poco de ensalada.

CAPITULO 4

- Pues si, con todos los asuntos y preparativos que hemos tenido que hacer apenas me había percatado de como trascurría el tiempo – añadió Megan, mostrándole a su jefe una bonita sonrisa.

Cuando Alex vio la sonrisa de Megan, no pudo imaginarse como seria besar eso labios tan carnosos y meter su lengua y saborear su boca. Llevaba una semana trabajando para el, y no había podido quitársela de la cabeza desde que apareció por su oficina, incluso su empresa había pasado a segundo lugar. Tenia que hacer que Megan fuera suya en los próximos meses o se volvería loco de deseo.

Megan también se había percatado de que su jefe tenía una sonrisa muy bonita, que dejaría a cualquier mujer con la boca abierta. Los ojos de Alex reflejaron entonces un intenso brillo y Megan no pudo evitar preguntarse qué aspecto tendrían éstos cuando él hacía el amor. Pero nada más pensar aquello, apartó aquel pensamiento de su cabeza. Sintió cómo se ruborizó y se percató de que Alexander de Lucas no era un hombre al que se pudiera ignorar. Era muy sexy y se advirtió a sí misma que tenía que tener cuidado sino quería caer en sus redes.

Las palabras de Alex la sacaron de sus pensamientos:


- Megan tengo que decirte que mañana tendremos que trabajar, siento no haberte avisado con más tiempo, pero la semana que vienes tendremos que viajar a Palermo para ultimar unos detalles de última hora, espero que puedas acompañarme.
- Claro, como bien ponía en el contrato, tendríamos que hacer viajes por motivos de negocios, no tengo nada que hacer este fin de semana y a nadie que pueda visitar.

Dicho eso el rostro de Megan cambio y se puso triste, Alex pensaba que algo malo le habría pasado en la infancia, la verdad es que no sabia mucho de ella, solo le importaba si era eficaz, ni siquiera sabia si tenia familia, así que decido preguntar de pues de todos estarían viéndose el rostro todos los días durante varios meses

- Te puedo hacer una pregunta personal, pero si no quieres contestarle no lo hagas vale?- Megan asintió
- Nunca has hablado de tu familia, bueno tampoco te he preguntado, pero tienes padres o familiares?
- Bueno veras… me quede huérfana a los 8 años, mis padres murieron en un accidente de trafico, mientras íbamos de vacaciones.
- Íbamos? Digo Alex muy sorprendido, pensando que si ella iba dentro del coche tuve buena suerte por no morir, pero por otra parte pensó que seria muy duro a esa edad quedarte sola y ver a tus padres morir.
- Si , yo iba dentro del coche, por suerte no me hice más que algunos rasguños, pero mis padres no tuvieron esa misma suerte. Ver como tus padres mueren con 8 años no es algo que se pueda superar. A partir de ahí pasa a forma parte del estado, ósea en casa de acogidas, estuve en varias antes de quedarme ya en una definitiva, pero cuando eso sucedió yo ya tenia 16 años. Así que me puse a estudiar y a trabajar en cuanto pude y abandonar esa casa y empezar con mi vida.

Genial, más historia, muy bien Rocío, muy buena.

me alegro que guste , espero que se anime mas gente, me encantaría

Bonita historia rocio, te quedo muy bonisssss.

Hola Rocío, me encanta la historia!!!...y además está muy bien estructurada, tanto la parte narrativa-descriptiva como los diálogos...sigue así, vas muy bien.

Pues aki dejo dos capitulo mas, me alegro que os guste.

CAPITULO 5

Alex pensó que tal ve no debería de seguir preguntándole cosa, se le veía en el rostro que recordar todo aquello era doloroso para ella , a pesar de que había pasado muchos años, pero tenia curiosidad por saber mas acerca de ella, no lo entendía, pero ni el mismo sabia la respuesta.


- Y por que pasaste por tanta casas de acogida, seguro que era una cría muy adorable y buena
- Pues por que acaba de perder a mis padres, así que era una niña seria, apenas quería salir a jugar y estaba casi todo el día triste y las familias no querían a un fantasma andante como decía algunas familias y después estaban las otras que no quería adoptar a una chica huérfana que había visto como morían sus padres, por si tenia un trastorno o algo – la verdad Megan no sabia muy bien por que le estaba contando aquellas cosas a su jefe, cierto era que nunca había hablado con nadie, y hablar con el la consolaba en cierta forma.
- Pero eso es muy cruel, para una niña, la verdad es que lo siento mucho, pero tal vez eso te halla ayudado a ser la mujer que eres ahora, fuerte y segura de ti misma, y sé que algún día llegaras muy lejos.
- Gracias por las palabras, pero si, me imagino que cuando la vida te da un golpe tan fuerte, no te queda otra que salir adelante o hundirte con ella.

Alexander pensó que tenia que haber sido muy duro pasar por ellos, la verdad no se lo imaginaba él había nacido en un humilde familia, que lo querían mucho. Todo lo que el tenia ahora se lo debía al esfuerzo que habían echo sus padres por sacarlo adelante y también todo el esfuerzo que había echo el, para poder ser lo que era un hoy, el hombre mas rico de Atenas y el mas codiciado por las mujeres. Casarse no estaba en sus planes, por lo menos no de momento, tendría algún día que buscar una esposa para que le diera un heredero, pero el amor tampoco entraba en sus planes, estaba envuelto en una gran operación y esa era su prioridad, o por lo menos antes de conocer a Megan.

Ella se había pedido un pescado a la plancha con verduras y el un filete con patatas, y después de aquella conversación los dos disfrutaron de la comida y la bebida, mientras llagaba el postre, los dos no podían dejar de mirarse, era una atracción física imposible de intentar no notarlo.

Al la mañana siguiente los estaban reunidos en la oficina para dejar todo listo, para poder hacer el viaje. Habían empezado a trabajar muy temprano y sin darse cuenta ya era lo hora de comer.

Trabajaron duro hasta las dos de la tarde. Cuando Alex terminó de leer los últimos informes, se echó para atrás en la silla y se pasó la mano por el pelo.-No sé tú, pero yo me estoy muriendo de hambre –declaró-. Y, como recompensa por haber trabajado hoy, vas a acompañarme a comer.

CAPITULO 6


- Pero...
- -Me niego a aceptar un no por respuesta –interrumpió él, mirándola a los ojos-.Trabajas duro, Megan. Eres eficiente. Casi sabes lo que quiero a cada momento y no puedo dejarte escapar. Vas a comer conmigo –declaró, levantándose de la silla-.Vamos

Los dos fueron juntos a almorzar a un restaurante y allí planificaron el viaje hacia Palermo, tendría que salir el lunes a primero hora, cogerían el avión.

El lunes por la mañana Megan se levanto temprano para tenerlo todo listo, un chofer pasaría a recogerle a las nueve en punto. Ella esa mañana se levanto mas inquieta y nerviosa, algo que no era habitual. El viaje a Palermo la tenia bastante distraída, tendría que pasa unos días en hotel con su jefe a escasos metros de su habitación, no podía parar de repetirse que estaba allí por asunto de negocios, pero es que cada vez que esta cerca de ese hombre todo sus cuerpo se encendía, estaba claro que no podía negar que ese hombre le gustaba mucho y mas de una vez se había imaginado como seria hacer el amor con el.

Megan supo que no debía sorprenderle el hecho de que Alex tuviera su propio avión privado, pero aun así le impresiono mucho, pero pronto se adapto al lujo y quien no pensó ella, el avión parecía la habitación del hotel más lujoso del mundo. El vuelo lo hicieron tranquilo, Alex prácticamente había estado todo el vuelo analizando unos documentos, por lo que ella pudo relajarse y descansar y sobre todo poner su mente en orden. Cuando llegaron a Palermo un coche lo estaba esperando para llevarlo al hotel, donde pasarían los días, hasta que todo estuviera solucionado.

Ya en el hotel, Alex le dijo que a las nueve estaría en el vestíbulo para poder cenar en el restaurante del mismo hotel, ya que habían llegado muy cansado cenarían y luego se irían al dormir.

Alex bajo un poco antes para esperar a Megan, y así poder verla cuando bajaba la escalera, se vería como una diosa. En ese momento apareció Megan, llevaba un vestido de color crema con unas flores, que hacia que su esbelta figura resaltase aun mas, el pelo lo llevaba recogido con moño y algunos mechones suelto. Llevaba un sutil maquillaje, le haría sombra a la misma venus. Alex tendría que controlarse o la tomaría allí mismo en el vestíbulo, pero sabia que no era el lugar para eso, tendría que esperar a después de la cena para cortejarla y llevarla a la cama, así saciaría su deseo y se la quitaría de la cabeza.

Megan vio a Alex que la estaba esperando, se había puesto ese traje por que lo veía elegante para cenar dentro del restaurante. No pudo evitar mirar a Alex de arriba a bajo por dios ese hombre todo un dios, llevaba puesto unos simples pantalones vaqueros que marcaba su cintura y su culo como si fuera un bollito y arriba se había puesto una camisa que resaltaba su torso y sus hombros. Ese hombre era el mas guapo que había visto, era tan difícil dejar de mirarlo, que cuando lo hacia se ruborizada. Quien sabe pensó Megan, alomejor mientras trabaja se podía tomar un descanso y tener alguna que otra noche de locura con el. Al fin al cabo después de que terminara todo no lo volvería a ver, sabia que él no era hombre de un matrimonio por amor, solo tenia aventura para no atarse a nadie, pero ella algún día querría llegar a casarse por amor y tener una gran familia. Cuando llego al final de la escalera, Alex le tendió la mano y no pudo resistirse a besarla.

Sííííííííííííí.

Extraordinaria historia, geniaaaal, qué buena se está poniendo, muy buena.

CAPITULO 6

Cuando Megan vio que Alex iba a besarla no pudo resistirse, llevaba tanto tiempo esperando ese momento que no lo iba a dejar pasar. Su boca sabia a miel, tenia unos labios tan carnosos y tan aditivos que Alex no podía parar de besarla, pero tendría que hacerlo o lamentaría lo que pudiera suceder allí mismo, pero no era el sitio, todo el mundo los estaban mirando.


- Lo siento Megan no debería haberte besado, pero es que esta noches esta guapísima , y no he podido resistirme
- No te preocupes al fin y al cabo yo no he puesto resistencia que digamos – dijo todavía nerviosa por el beso.

A Alex le sorprendió la respuesta de Megan, eso significaría que ella también sentía y notaba esa química que había entre ellos. De lo que Alex estaba seguro era que antes de irse de Palermo Megan tenia que ser suya, y llevarla a su cama. Seria su amante durante el contrato, luego buscaría a una esposa para poder casarse, solo esperaba que Megan no se enamorara del el, por que él no podía darle algo mas.

Y pasaron los días en Palermo, ya llevaban 4 días, habían estado muy ocupados entre reuniones, cenas benéficas, ectt. Apenas se habían percatado que en un día tendría que volver a Atenas para poder cerrar por fin el trato con la otra empresa, todo debería de salir bien en menos de una semana. Era viernes por las noches y los dos habían decidido salir a cenar fuera, mañana tendría que coger el avión de vuelta a Atenas. Ella se puso un traje negro, escotado pero muy elegante y unos zapatos de tacón que resaltaba sus piernas y él se había puesto un esmoquin negro, y estaba de lo más elegante.

Cuando llegaron al restaurante todo el mundo los miraban sobre todo a ella, cosa que a Alex no le gusto mucho, esa noche iba a ser que Megan fuera suya y no soportaba que otro hombre la mirara. Se sentaron en la mesa, el camarero fue para preguntarle que querían beber.

- Tráigame una botella de champan, del mas bueno que tenga, y no importa el dinero esta noche celebramos algo.

Dicho esto el camarero se fue, y Megan se quedo pensando que seria lo que celebraban así que decidió preguntar.

- Que es lo que celebramos esta noche, si se puede saber- dijo Megan con una sonrisa
- Pues celebramos el negocio que tu y yo sabemos. Que todo esta saliendo a pedir de boca y que tú eres una secretaria excelente, además de guapa. Que por cierto esta noche estas radiante y hermosa
- Gracias, me lo puse por que pensé que saldríamos a cenar a un restaurante elegante, lo que no estoy muy segura es si era demasiado atrevido.


Alex quería decirle a Megan que quería devorarla allí mismo, quitarle el vestido de un tirón y que se quedara en ropa interior.

- Tranquila Megan esta muy bien, y si no mira a tu alrededor no soy el único hombre que no puede parar de mirarte.

CAPITULO 7

Megan miro y efectivamente había algún que otro hombre que la estaba mirando, pero a ella solo le interesaba uno y estaba enfrente de ella.

Cenaron muy ajusto, y luego decidieron tomarse la ultima copa en la habitación de Alex, el tenia una de las mejores vista de todo Palermo, a ella al principio no le pareció una buena idea, estar a sola con su jefe no era lo planeado, pero luego pensó que no podía pasar nada que ella no quisiese.

Enseguida llegaron al hotel. Megan se bajó poco elegantemente del coche antes de que le abrieran la puerta, pero su intento fue inútil: Aristóteles la alcanzó fácilmente y la agarró del brazo, llevándola así hacia los relucientes ascensores. Y luego se dirigieron hacia la habitación de él, estuvieron hablando un rato y tomando algunas copas. Megan se acercó a la boca de Alex y le dio un beso, Alex pensó que ella también quería lo mismo que el, esa noche harían el amor.

Inmediatamente, sintió un ardiente anillo rodeando su muñeca y, al bajar la vista, vio la bronceada mano de él sujetándola. Le miró y tragó saliva.


–Megan, ¿estás segura de que quieres hacer esto? Porque si te quedas, no habrá vuelta atrás.

Negó con la cabeza y sintió el cabello acariciándole los hombros.

–No me voy.

Él la atrajo hacia sí y la besó en la muñeca, con los labios y la lengua. Ella ahogó un grito y sintió como si él acabara de marcarla.

Entonces él la soltó y se incorporó sobre un codo.

–Quítate la ropa.


Sólo con oírle, Megan sintió una ardiente explosión en su pelvis. Estaba más allá de sorprenderse. Sin dejar de mirarle a los ojos, se desató la bata y la dejó caer al suelo. Todavía llevaba el vestido y los zapatos. Se descalzó y se agachó para dejarlos bajo una silla. Luego se irguió y volvió a mirar a Alexander

Él no se había movido, pero el deseo encendía sus ojos verdes casi negros.

Con manos temblorosas, Megan se bajó la cremallera y comenzó a desprenderse lentamente del vestido, primero por el hombro y luego por los senos confinados por un sujetador de encaje sin tirantes. Sus complejos parecían haberse esfumado. Le parecía como si ella fuera otra persona.

Al llegar a las caderas, las meneó suavemente para poder seguir quitándose el vestido. Las ráfagas de calor que le llegaban de Alexander conforme contemplaba la bajada del vestido casi la derritieron. La seda se amontonó a sus pies y ella la hizo a un lado con una gracia innata y desconocida hasta entonces.

Chicas decirme la verdad , vale que si no os gusta o no queries seguri leyendo me lo decis vale, aun queda muchos capitulos, pero decirmelo vale un beso