Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0
01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
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#121
09/05/2011 23:46
digo yo fandemi que sarita se pondrá de parto ya mismo no??????
#122
10/05/2011 00:16
Gracias pero nos teneis en ascuas x todos los frentes esto es un sin vivir pero emocionante.
#123
10/05/2011 06:51
gracias que emocionante ya nos queda poco para el desenlace nos tienes atacas
#124
10/05/2011 17:43
dentro de mas o menos una hora pondre un trozo nuevo y despues otro
quiero poner esta tarde 2 trozos minimo
besoss y gracias
quiero poner esta tarde 2 trozos minimo
besoss y gracias
#125
10/05/2011 19:34
acabo de terminar de estudiar asiq aqui otro trocito espero que os guste y gracias.
21.
Pasaron dos semanas y llego el día de la boda de Flor y Marcial. A Sara solo le quedaba un mes para dar a luz a si que su vestido tuvo que ser de tipo premamá.
Sara se puso un vestido azul cortado por debajo del pecho dejando notar su barriga de futura mama.
Miguel que había terminado de vestirse antes que ella, había bajado para decirle a Susana que tenia el día libre ya que ellos estarían en la boda.
Miguel estaba al pie de la escalara esperando a que Sara bajara.
-¿Cariño te falta mucho?
-Ya estoy.
Sara apareció en lo alto de la escalera. Iba guapísima y Miguel se quedo boquiabierto el embarazo le favorecía y la veía mas guapa de lo normal.
Sara al verlo con la boca abierta no pudo evitar reír.
Cuando estaba en el último escalón extendió una mano y Miguel se la cogio.
-Estas guapísima.
Sara se sonrojo Miguel era tan caballero con ella. Nunca hubiera imaginado tener un marido así, tan maravilloso. Sara lo besó en los labios.
Miguel le dio un paraguas que tenia en la mano, ella se agarró a su brazo y ambos salieron.
Hacia un día de sol radiante Sara tuvo que abrir el paraguas para resguardarse del sol.
-¿De verdad que no quieres ir en diligencia?
-Miguel, no estamos lejos del pueblo además me viene bien andar.
Miguel se quedo pensativo.
-Tienes razón, pero aun así como volveremos tarde he mandado que nos recoja la diligencia.
-Como tú quieras cariño.
Ambos se besaron a Sara le entró la risa ahora con la gran barriga que tenia cuando Miguel la abrazaba parecía que hacia maniobras ya que no quería apretarle mucho por si les hacia daño.
21.
Pasaron dos semanas y llego el día de la boda de Flor y Marcial. A Sara solo le quedaba un mes para dar a luz a si que su vestido tuvo que ser de tipo premamá.
Sara se puso un vestido azul cortado por debajo del pecho dejando notar su barriga de futura mama.
Miguel que había terminado de vestirse antes que ella, había bajado para decirle a Susana que tenia el día libre ya que ellos estarían en la boda.
Miguel estaba al pie de la escalara esperando a que Sara bajara.
-¿Cariño te falta mucho?
-Ya estoy.
Sara apareció en lo alto de la escalera. Iba guapísima y Miguel se quedo boquiabierto el embarazo le favorecía y la veía mas guapa de lo normal.
Sara al verlo con la boca abierta no pudo evitar reír.
Cuando estaba en el último escalón extendió una mano y Miguel se la cogio.
-Estas guapísima.
Sara se sonrojo Miguel era tan caballero con ella. Nunca hubiera imaginado tener un marido así, tan maravilloso. Sara lo besó en los labios.
Miguel le dio un paraguas que tenia en la mano, ella se agarró a su brazo y ambos salieron.
Hacia un día de sol radiante Sara tuvo que abrir el paraguas para resguardarse del sol.
-¿De verdad que no quieres ir en diligencia?
-Miguel, no estamos lejos del pueblo además me viene bien andar.
Miguel se quedo pensativo.
-Tienes razón, pero aun así como volveremos tarde he mandado que nos recoja la diligencia.
-Como tú quieras cariño.
Ambos se besaron a Sara le entró la risa ahora con la gran barriga que tenia cuando Miguel la abrazaba parecía que hacia maniobras ya que no quería apretarle mucho por si les hacia daño.
#126
10/05/2011 19:55
aqui otro trozo
22.
Sara y Miguel al llegar saludaron al resto de invitados y entraron en la iglesia con el resto de invitados.
Al salir comieron en la plaza esta estaba arreglada como el día de la boda de Sara y Miguel cosa que a ambos les trajo buenos recuerdos.
Era ya por la tarde los novios y muchos invitados bailaban, al terminar la canción Sara y Miguel en vez de quedarse en la pista se fueron a sentarse en la mesa Roberto y Julieta, los imitaron y se sentaron junto a ellos.
-La boda esta siendo encantadora ¿Verdad?
Dijo cariñosamente Julieta a todos y en especial a Roberto que le puso la mano en el brazo.
-La verdad es que si.
Roberto le sonrió lo que hizo que Sara y Miguel se miraran y sonrieran ya que ambos veían la conexión de Roberto con Julieta.
-Hacen una gran pareja.
Dijo animadamente Julieta.
-Y vosotros también.
Comento Sara. Lo que hizo que Julieta se sonrojara y Roberto la mirara con cariño.
-¿Como llevas el embarazo Sara?
Comento Roberto mientras le cogia la mano a Julieta.
-La verdad es que no tengo casi molestias.
-Se esta portando genial no me esta dando dolores de cabeza con caprichos de embarazada, pero no me importaría yo por mi esposa lo que haga falta.
Al oír a Miguel Sara sonrió y le acarició la cara.
-Gracias.
La música sonaba y ellos hablaban amistosamente.
-Ha esta boda no han venido los Montoro.
Comentó Miguel.
-No me hables de ellos por favor Miguel, que no quiero ni verlos.
Gruño Roberto.
-No me extraña que no aparezcan nadie del pueblo los puede ver.
Corroboró Julieta.
-¿Porque?
Sara pregunto intrigada.
-Resulta que Alvarito piensa traer pasado mañana un cargamento con un material muy caro e importante.
-¿Y por eso esta molesto el pueblo?
Pregunto Miguel con gran incertidumbre.
-No es lo que traen Miguel sino la finalidad de ese material, quieren intentar construir una máquina para recoger la oliva y si funciona seguro que echaran a lo jornaleros del cortijo ya que no les servirán para nada.
Contó Roberto con amargura.
-Pero a lo mejor el proyecto no funciona.
-¿Y si funciona Sara que harán entonces todos los trabajadores? ¡Muchas familias se quedaran sin trabajo!
-Eso sería terrible.
Se lamentó Miguel. Sara se abrazó a Miguel.
-No lo podemos permitir.
-Olmedo esta confabulado con Álvaro así que no se hará nada y seguro que si los jornaleros intentan detener el cargamento Olmedo mandara pegarles tiros.
Sentenció Julieta.
Se hizo un silencio por lo que acababan de hablar. Sara no podía permitirlo iría a ver los bandoleros a la mañana siguiente, para ver que podían hacer al respecto.
Siguieron hablando un rato más hasta que se hizo tarde así que Sara y Miguel decidieron irse. Se levantaron de la mesa despidiéndose de Julieta y Roberto y se dirigieron a los novios.
-Estamos muy contentos por vosotros.
Les dijo Sara a ambos.
-Muchas gracias y gracias por venir.
Marcial y Miguel se abrazaron y, Sara y Flor hicieron lo mismo.
Sara y Miguel montaron en la diligencia para volver a casa una vez allí subieron a la habitación. Todo el camino Sara estuvo pensando el lo que les había dicho Roberto y lo tenia decidido seria el último golpe que darían hasta que ella diera a luz y se recuperara.
Ambos se quitaron la ropa quedándose en ropa interior, ambos se tumbaron en la cama mirándose muy pegados sus narices casi se rozaban ambos hablaban en susurros. Se miraban a los ojos.
-Miguel el bebe.
Miguel se incorporó de golpe nervioso y emocionado.
-Ya, tan pronto, respira Sara voy a llamar al doctor.
Pero Sara le agarró el brazo para que no se fueran.
-Cariño tranquilo son solo unas pataditas.
Miguel se relajó, sonrió y apoyo su cabeza en la barriga de Sara para notarlo.
-Que susto le as dado a papa cariño. Le susurraba Miguel al bebe mientras besaba la barriga de Sara.
Sara no pudo evitar sonreír al oírlo hablar al bebe y se le escapó una lágrima. Una vez tranquilo Miguel se volvió a recostar en la posición de antes.
-Lo he oído.
Sonrió Miguel mientras Sara acercaba su cara para besarlo suavemente en los labios.
-¿Que te gustaría que fuera?
Pregunto Miguel.
-Me da igual lo voy a querer igual. ¿Y tú?
-Me da igual pero no te niego que me encantaría tener una niñita tan guapa como tu.
Ambos sonrieron.
Ninguno de los dos cambiaba esos momentos por nada del mundo, eran tan felices, estaban tan enamorados y tan ilusionados con su futuro hijo.
Sara se dio la vuelta y Miguel se pego a ella rodeando con sus brazos su cintura y poniendo las manos en la barriguita de ella se quedaron durmiendo. Sara se quedo con un pensamiento en la cabeza iba a detener ese carro y ayudaría en los jornaleros gracias a los bandoleros.
22.
Sara y Miguel al llegar saludaron al resto de invitados y entraron en la iglesia con el resto de invitados.
Al salir comieron en la plaza esta estaba arreglada como el día de la boda de Sara y Miguel cosa que a ambos les trajo buenos recuerdos.
Era ya por la tarde los novios y muchos invitados bailaban, al terminar la canción Sara y Miguel en vez de quedarse en la pista se fueron a sentarse en la mesa Roberto y Julieta, los imitaron y se sentaron junto a ellos.
-La boda esta siendo encantadora ¿Verdad?
Dijo cariñosamente Julieta a todos y en especial a Roberto que le puso la mano en el brazo.
-La verdad es que si.
Roberto le sonrió lo que hizo que Sara y Miguel se miraran y sonrieran ya que ambos veían la conexión de Roberto con Julieta.
-Hacen una gran pareja.
Dijo animadamente Julieta.
-Y vosotros también.
Comento Sara. Lo que hizo que Julieta se sonrojara y Roberto la mirara con cariño.
-¿Como llevas el embarazo Sara?
Comento Roberto mientras le cogia la mano a Julieta.
-La verdad es que no tengo casi molestias.
-Se esta portando genial no me esta dando dolores de cabeza con caprichos de embarazada, pero no me importaría yo por mi esposa lo que haga falta.
Al oír a Miguel Sara sonrió y le acarició la cara.
-Gracias.
La música sonaba y ellos hablaban amistosamente.
-Ha esta boda no han venido los Montoro.
Comentó Miguel.
-No me hables de ellos por favor Miguel, que no quiero ni verlos.
Gruño Roberto.
-No me extraña que no aparezcan nadie del pueblo los puede ver.
Corroboró Julieta.
-¿Porque?
Sara pregunto intrigada.
-Resulta que Alvarito piensa traer pasado mañana un cargamento con un material muy caro e importante.
-¿Y por eso esta molesto el pueblo?
Pregunto Miguel con gran incertidumbre.
-No es lo que traen Miguel sino la finalidad de ese material, quieren intentar construir una máquina para recoger la oliva y si funciona seguro que echaran a lo jornaleros del cortijo ya que no les servirán para nada.
Contó Roberto con amargura.
-Pero a lo mejor el proyecto no funciona.
-¿Y si funciona Sara que harán entonces todos los trabajadores? ¡Muchas familias se quedaran sin trabajo!
-Eso sería terrible.
Se lamentó Miguel. Sara se abrazó a Miguel.
-No lo podemos permitir.
-Olmedo esta confabulado con Álvaro así que no se hará nada y seguro que si los jornaleros intentan detener el cargamento Olmedo mandara pegarles tiros.
Sentenció Julieta.
Se hizo un silencio por lo que acababan de hablar. Sara no podía permitirlo iría a ver los bandoleros a la mañana siguiente, para ver que podían hacer al respecto.
Siguieron hablando un rato más hasta que se hizo tarde así que Sara y Miguel decidieron irse. Se levantaron de la mesa despidiéndose de Julieta y Roberto y se dirigieron a los novios.
-Estamos muy contentos por vosotros.
Les dijo Sara a ambos.
-Muchas gracias y gracias por venir.
Marcial y Miguel se abrazaron y, Sara y Flor hicieron lo mismo.
Sara y Miguel montaron en la diligencia para volver a casa una vez allí subieron a la habitación. Todo el camino Sara estuvo pensando el lo que les había dicho Roberto y lo tenia decidido seria el último golpe que darían hasta que ella diera a luz y se recuperara.
Ambos se quitaron la ropa quedándose en ropa interior, ambos se tumbaron en la cama mirándose muy pegados sus narices casi se rozaban ambos hablaban en susurros. Se miraban a los ojos.
-Miguel el bebe.
Miguel se incorporó de golpe nervioso y emocionado.
-Ya, tan pronto, respira Sara voy a llamar al doctor.
Pero Sara le agarró el brazo para que no se fueran.
-Cariño tranquilo son solo unas pataditas.
Miguel se relajó, sonrió y apoyo su cabeza en la barriga de Sara para notarlo.
-Que susto le as dado a papa cariño. Le susurraba Miguel al bebe mientras besaba la barriga de Sara.
Sara no pudo evitar sonreír al oírlo hablar al bebe y se le escapó una lágrima. Una vez tranquilo Miguel se volvió a recostar en la posición de antes.
-Lo he oído.
Sonrió Miguel mientras Sara acercaba su cara para besarlo suavemente en los labios.
-¿Que te gustaría que fuera?
Pregunto Miguel.
-Me da igual lo voy a querer igual. ¿Y tú?
-Me da igual pero no te niego que me encantaría tener una niñita tan guapa como tu.
Ambos sonrieron.
Ninguno de los dos cambiaba esos momentos por nada del mundo, eran tan felices, estaban tan enamorados y tan ilusionados con su futuro hijo.
Sara se dio la vuelta y Miguel se pego a ella rodeando con sus brazos su cintura y poniendo las manos en la barriguita de ella se quedaron durmiendo. Sara se quedo con un pensamiento en la cabeza iba a detener ese carro y ayudaría en los jornaleros gracias a los bandoleros.
#127
10/05/2011 20:07
No Sara, no se te ocurra que con la suerte que tienes seguro que vas sola a atacar el cargamento y vienes con compañía.
Maravillosa historia, sigue cuando puedas que nos tienes a todas enganchadísimas
Maravillosa historia, sigue cuando puedas que nos tienes a todas enganchadísimas
#128
10/05/2011 20:22
Fandemi, me encanta tu historia.
no tardes mucho en poner la continuación, y gracias
no tardes mucho en poner la continuación, y gracias
#129
10/05/2011 20:31
gracias a ambas
a mi tambien me gusta mucho la tuya campanilla jeje
roberta te gusta con quien he dejado a roberto??????
a mi tambien me gusta mucho la tuya campanilla jeje
roberta te gusta con quien he dejado a roberto??????
#130
10/05/2011 20:39
Buenooooo, que ya lo creo que la Sara va a aligerar cargamento, pero no precisamente el que ella se cree ;-)
#131
10/05/2011 21:04
aprovecho para escribir ahora ya que hasta el viernes no podre volver a escribir.
23.
Sara se despertó por la mañana era muy tarde se dio la vuelta en la cama y vio una nota con una rosa roja.
Era de Miguel y decía:
Buenos días amor, no quería despertarte me gusta tanto verte dormida que no quería molestar tus sueños. Espero que hayas soñado conmigo.
Nos vemos a la hora de comer, te quiero mucho.
Miguel
Sara sonrió al leerla cuando Miguel se marchaba al cuartel antes de que ella despertara le dejaba una notita cariñosa.
Cogio la rosa y la olió, le encantaba su olor.
Se vistió y salió de la habitación hacia la cocina donde estaba Susana preparando el desayuno.
-Buenos días, señora.
-Buenos días.
-Enseguida le sirvo el desayuna en la terraza como tanto le gusta.
-No no te molestes desayuno aquí contigo además es un poco tarde y tengo que salir.
-Lo que diga.
Susana sirvió dos tazas de café en una mesita que tenían en la cocina, Sara y ella se sentaron en dos sillas alrededor de la mesa.
-Le llevaste ayer la comida a los chicos.
-Si y también les lleve la ropa limpia que me había bajado para limpiarles.
Sara estaba muy contenta Susana le ayudaba cuando ella no podía ir a llevarles comida Susana lo hacia y cuando venia de los atracos le ayudaba a entrar en la casa lo que Sara agradecía porque con el embarazo avanzado no podía trepar por la enredadera de su habitación.
Susana les había cogido cariño a los bandoleros y le lavaba la ropa y se la cosía.
-Nunca te podré agradecer todo lo que haces por ellos y por mí al no delatarme. Gracias.
Sara le cogio la mano.
-Me cuesta no hacerlo por respeto a su marido, pero no hacen nada malo solo ayudan a la gente.
-Me alegro que veas las cosas como son, otros los creen despreciables y los juzgan sin conocer lo que hacen por el hecho de ser bandoleros.
-Pues a mi me caen bien incluso el Chato, antes me aterraba porque es bruto pero con el tiempo descubres que es…
Susana rió. Sara vió un brillo en sus ojos y esta al darse cuenta en la atención de Sara se sonrojó.
-¿Que es?
-Buena persona.
Sara sabia que esa no era la respuesta pero no quiso presionarla.
Sara vio la hora que era y se levantó de la silla.
-Es tarde debo irme ya.
-¿Necesita que la acompañe?
-Voy a la cueva es una reunión de la banda, pero tu ya eres como parte de ella así que si deseas venir estaré encantada de que asistas.
Sonrió Sara, ambas se prepararon y se fueron hacia la cueva con una bolsa llena de comida para los bandoleros.
23.
Sara se despertó por la mañana era muy tarde se dio la vuelta en la cama y vio una nota con una rosa roja.
Era de Miguel y decía:
Buenos días amor, no quería despertarte me gusta tanto verte dormida que no quería molestar tus sueños. Espero que hayas soñado conmigo.
Nos vemos a la hora de comer, te quiero mucho.
Miguel
Sara sonrió al leerla cuando Miguel se marchaba al cuartel antes de que ella despertara le dejaba una notita cariñosa.
Cogio la rosa y la olió, le encantaba su olor.
Se vistió y salió de la habitación hacia la cocina donde estaba Susana preparando el desayuno.
-Buenos días, señora.
-Buenos días.
-Enseguida le sirvo el desayuna en la terraza como tanto le gusta.
-No no te molestes desayuno aquí contigo además es un poco tarde y tengo que salir.
-Lo que diga.
Susana sirvió dos tazas de café en una mesita que tenían en la cocina, Sara y ella se sentaron en dos sillas alrededor de la mesa.
-Le llevaste ayer la comida a los chicos.
-Si y también les lleve la ropa limpia que me había bajado para limpiarles.
Sara estaba muy contenta Susana le ayudaba cuando ella no podía ir a llevarles comida Susana lo hacia y cuando venia de los atracos le ayudaba a entrar en la casa lo que Sara agradecía porque con el embarazo avanzado no podía trepar por la enredadera de su habitación.
Susana les había cogido cariño a los bandoleros y le lavaba la ropa y se la cosía.
-Nunca te podré agradecer todo lo que haces por ellos y por mí al no delatarme. Gracias.
Sara le cogio la mano.
-Me cuesta no hacerlo por respeto a su marido, pero no hacen nada malo solo ayudan a la gente.
-Me alegro que veas las cosas como son, otros los creen despreciables y los juzgan sin conocer lo que hacen por el hecho de ser bandoleros.
-Pues a mi me caen bien incluso el Chato, antes me aterraba porque es bruto pero con el tiempo descubres que es…
Susana rió. Sara vió un brillo en sus ojos y esta al darse cuenta en la atención de Sara se sonrojó.
-¿Que es?
-Buena persona.
Sara sabia que esa no era la respuesta pero no quiso presionarla.
Sara vio la hora que era y se levantó de la silla.
-Es tarde debo irme ya.
-¿Necesita que la acompañe?
-Voy a la cueva es una reunión de la banda, pero tu ya eres como parte de ella así que si deseas venir estaré encantada de que asistas.
Sonrió Sara, ambas se prepararon y se fueron hacia la cueva con una bolsa llena de comida para los bandoleros.
#132
10/05/2011 22:12
dentro de un rato el último trozo de la noche q me voy a ver hispania.
#133
10/05/2011 22:14
yo tambien voy a ver hispania , me encanta un beso volvere de aqui un ratitoo espero tu historia
#134
10/05/2011 22:27
el ultimo trozo de la noche tendreis que esperar hasta el viernes para el proximo trozo
24.
Sara y Susana entraron en la cueva allí estaban Rafalin, Juan y el Chato que puso una sonrisa de oreja a oreja cosa que Sara se sorprendió nunca lo había visto tan contento y creyó que sabia a quien se debía, miró a Susana que roja entregaba la comida a los bandoleros, Sara espero a que todos estuvieran sentados comiendo y empezó hablar.
-Señores ya tengo pensado nuestro nuevo atraco.
-Querrás decir el nuestro tu dijiste que a partir de ahora por tu embarazo no irías.
Corrigió Juan.
-No Juan he hablado correctamente.
-Sita Sara no debería.
-Gracias por la preocupación pero este golpe es importante, con este golpe no conseguiremos ni dinero ni joyas, conseguiremos que los jornaleros de la hacienda Montoro no se queden sin empleo.
-¿Y que hay que hacer, jefa?
Pregunto el Chato que estaba sentado al lado de Susana.
-Veréis los Montoro quieren construir unas máquinas para mecanizar el trabajo dejando a los jornaleros sin trabajo, nosotros no dejaremos que eso ocurra.
-Pero eso estará lleno de escopeteros.
-Seguro que son novatos ya que mi marido no tenia ni idea del tema. ¿Que opináis?
-Descabellada. Sara me parece bien ayudarlos pro tu no deberías venir.
-Juan, yo me quedare escondida no me va a pasar nada porque no me voy a exponer yo solo os cubriré las espaldas.
Los bandoleros no estaban del todo de acuerdo de que Sara participara pero al ser la jefa no podían. Sara tendría que ocultar la barriga con una gran capa para que no se le notara el embarazo.
Finalmente Sara explico con seria el atraco, cuando todo estaba aclarado Sara y Susana volvieron a casa.
Iban de camino cuando decidieron parar descansar.
-Señora…
-No crees que con todo lo vivido es mejor que me llames Sara.
Susana sonrío.
-¿Que opinas de esto?
-Que te arriesgas demasiado.
-Hay una cosa que no les he dicho, cuando pase este atraco voy a dejar la banda.
-¿De verdad?
A Susana le costaba creérselo.
-Si no he dicho nada porque no quería que se revolucionaran, quiero que estén confiados y unidos antes del atraco de mañana. Este será mi último atraco después de hacerlo abandonare la banda para vivir tranquila con Miguel y mi bebe. Seguiré ayudándoles con comida y escribiendo en el periódico. Quiero ser feliz con ellos y estoy harta de engañar a mi marido.
-Eso es genial.
Ambas se abrazaron y continuaron el camino a casa.
Al rato llego Miguel a casa. Ambos se sentaron en el comedor a comer.
-Miguel estas muy callado. ¿Que te ocurre?
Sara le agarró la mano.
-La culpa la tiene Olmedo, he intentado razonar con él y no hay manera.
Miguel estaba muy enfadado.
-¿Has hablado con el sobre lo de la maquinaria?
-Si y eso no es lo peor como Olmedo sabe que me opongo me ha mandado de escolta del carro que transporta los materiales.
Sara se quedo petrificada. Ahora el asalto si que iba a ser complicado.
24.
Sara y Susana entraron en la cueva allí estaban Rafalin, Juan y el Chato que puso una sonrisa de oreja a oreja cosa que Sara se sorprendió nunca lo había visto tan contento y creyó que sabia a quien se debía, miró a Susana que roja entregaba la comida a los bandoleros, Sara espero a que todos estuvieran sentados comiendo y empezó hablar.
-Señores ya tengo pensado nuestro nuevo atraco.
-Querrás decir el nuestro tu dijiste que a partir de ahora por tu embarazo no irías.
Corrigió Juan.
-No Juan he hablado correctamente.
-Sita Sara no debería.
-Gracias por la preocupación pero este golpe es importante, con este golpe no conseguiremos ni dinero ni joyas, conseguiremos que los jornaleros de la hacienda Montoro no se queden sin empleo.
-¿Y que hay que hacer, jefa?
Pregunto el Chato que estaba sentado al lado de Susana.
-Veréis los Montoro quieren construir unas máquinas para mecanizar el trabajo dejando a los jornaleros sin trabajo, nosotros no dejaremos que eso ocurra.
-Pero eso estará lleno de escopeteros.
-Seguro que son novatos ya que mi marido no tenia ni idea del tema. ¿Que opináis?
-Descabellada. Sara me parece bien ayudarlos pro tu no deberías venir.
-Juan, yo me quedare escondida no me va a pasar nada porque no me voy a exponer yo solo os cubriré las espaldas.
Los bandoleros no estaban del todo de acuerdo de que Sara participara pero al ser la jefa no podían. Sara tendría que ocultar la barriga con una gran capa para que no se le notara el embarazo.
Finalmente Sara explico con seria el atraco, cuando todo estaba aclarado Sara y Susana volvieron a casa.
Iban de camino cuando decidieron parar descansar.
-Señora…
-No crees que con todo lo vivido es mejor que me llames Sara.
Susana sonrío.
-¿Que opinas de esto?
-Que te arriesgas demasiado.
-Hay una cosa que no les he dicho, cuando pase este atraco voy a dejar la banda.
-¿De verdad?
A Susana le costaba creérselo.
-Si no he dicho nada porque no quería que se revolucionaran, quiero que estén confiados y unidos antes del atraco de mañana. Este será mi último atraco después de hacerlo abandonare la banda para vivir tranquila con Miguel y mi bebe. Seguiré ayudándoles con comida y escribiendo en el periódico. Quiero ser feliz con ellos y estoy harta de engañar a mi marido.
-Eso es genial.
Ambas se abrazaron y continuaron el camino a casa.
Al rato llego Miguel a casa. Ambos se sentaron en el comedor a comer.
-Miguel estas muy callado. ¿Que te ocurre?
Sara le agarró la mano.
-La culpa la tiene Olmedo, he intentado razonar con él y no hay manera.
Miguel estaba muy enfadado.
-¿Has hablado con el sobre lo de la maquinaria?
-Si y eso no es lo peor como Olmedo sabe que me opongo me ha mandado de escolta del carro que transporta los materiales.
Sara se quedo petrificada. Ahora el asalto si que iba a ser complicado.
#135
10/05/2011 22:47
No me mates fandemi!!!! Tenemos que esperar hasta el viernes??????
No way!!!!!!!!!!
No way!!!!!!!!!!
#136
10/05/2011 22:58
es que tengo examenes ya me gustaria a mi poder escribir todos los dias.
veo q tu impaciencia es xq os gusta jeje muchas gracias x leer
veo q tu impaciencia es xq os gusta jeje muchas gracias x leer
#137
10/05/2011 23:08
por casualidad mañana es viernes SIIIIIIIIIIIIIIIIIII nena me vas a matar a mi y a mis compis porque como tu la historia ya te la sabes pues nosotras a llorar de la intriga y la espera lo siento no me mates jajajaja
#138
10/05/2011 23:12
El viernes empieza un segundo después de que acabe el jueves, ¿no?
No puedes dejarnos asínnnnnnnnn.
No te preocupes que aguantaremos el tirón, lo primero tus examenes
Buena pareja para Roberto.
No puedes dejarnos asínnnnnnnnn.
No te preocupes que aguantaremos el tirón, lo primero tus examenes
Buena pareja para Roberto.
#139
10/05/2011 23:17
Ai k nervios vaya ultimo golpe
#140
11/05/2011 00:07
Muchas gracias fandemi, por tu historia, pero lo primero es lo primero. Estudia mucho y bien y que tengas mucha suerte.