Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0
01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
Vídeos FormulaTV
-
'Traitors: El debate' Programa 2
-
Tu Cara Me Suena El Debate! Analizamos la gala 6
-
Nos colamos en la grabación de Cifras y Letras
-
Tu Cara Me Suena El Debate! Analizamos la gala 2
-
María Bernardeau y Biel Anton nos hablan de FoQ La nueva generación
-
Promo de La familia de la tele
-
La revuelta salta al prime time
-
Velvet: Yon González protagoniza el remake de Telemundo
#81
05/05/2011 23:59
Es verdad, sois unas artistas. Muchas gracias!!!
#82
06/05/2011 01:05
Ración doble x todos lados, gracias.
#83
06/05/2011 01:18
Te has echo esperar pero a merecido la pena
esta muy bien felicidades
esta muy bien felicidades
#84
06/05/2011 01:38
Muy bonito, fandemi. Enhorabuena
Por fin el Chato se ha dado cuenta de que no es el ombligo del mundo. Bien por ti
Por fin el Chato se ha dado cuenta de que no es el ombligo del mundo. Bien por ti
#85
06/05/2011 15:43
muxas gracias me alegro q os guste luego mas tarde escribo un trozo mas
#86
06/05/2011 21:53
16.
Hacia un día precioso no había ninguna nube en el cielo y por este motivo Miguel y Sara desayunaban en jardín, ambos tomaban un café y tostadas.
Miguel leía el artículo de Sara en el periódico mientras esta leía un libro.
Ella estaba en bata y él en camisa con los primeros botones desabrochados y un pantalón gris.
-Cariño te felicito cada día escribes mejor.
-Me alegro que te guste. Pero se a alguien que no le va hacer ni pizca de gracia.
Sonrió Sara.
-Te refieres a Olmedo ¿Verdad?
-Si.
En estos meses que llevaban casados en Arazana las cosas seguían igual Olmedo seguía con su mal humor esta cabreado ya que la banda de bandoleros seguía haciendo de las suyas y su última fechoría era encarcelar a un jornalero porque lo había mirado mal.
Sara seguía denunciándolo gracias al periódico.
Miguel cuando termino de leer doblo el periódico y lo dejo en la mesa.
Le cogio una mano de Sara para que esta le hiciera caso.
-¿Te apetece que demos un paseo a caballo?
Sara miró al cielo.
-Si, la verdad me apetece bastante.
Miguel le beso la mano, Sara cerró el libro le cogio la cara acercándose a el y le beso los labios.
Miguel se levantó y fue llamar a Susana.
-¡Susana!
Susana salió al encuentro de el y acudió el salón.
-¿Qué desea el señor?
-Puedes prepararnos las botas de montar.
Susana agachó la cabeza.
-Es que las de la señora están estropeadas y todavía no las he arreglado.
Dijo en tono de disculpa.
-No te preocupes le puedes dejar las que le dejaste cuando estuvisteis en el jardín transplantando las flores.
-¿Las cuales señor?
Miguel y Susana estaban extrañados una no entendía la petición y el otro la respuesta.
Sara al oírlos entró rápidamente en la estancia.
-Susana mi marido se refieres a las botas que te di anoche para que las guardaras.
Sara agitaba la cabeza diciendo si. Sara se estaba dando cuenta que Miguel tenia la mosca detrás de la oreja.
-Ah…perdone el señor enseguida se las preparo.
-Gracias y ya puedes retirarte si lo deseas.
Susana sonrió y se fue a su dormitorio.
-¿Por qué no sabia a que botas me refería Sara?
Sara no sabia que contestarle.
-Ni idea.
Pero vio que a Miguel no le había gustado la respuesta no se la había creído.
Al rato los dos paseaban a caballo por la Alameda.
-Que tranquilidad ¿Verdad Miguel?
Sara respiró hondo, pero Miguel no le hizo caso seguía dudando sobre las botas al verlas de nuevo le habían vuelto a recordar a unas pero de quien eran. Empezaban a haber nubes grises en el cielo.
Sara al verlo distraído se acerco a el con el caballo y le tocó un brazo y con el contacto el reaccionó.
-Perdona ¿Decías?
-¿Miguel te encuentras bien?
-La verdad es que no, esas botas me recuerdan a las botas de alguien ¿pero de quien?
-Miguel no te obsesiones con las botas, por favor.
-Tienes razón, ya me acordare.
-Para que te animes tengo una sorpresa para ti, En la cesta llevó comida.
¿Te apetece un picnic?
A Miguel no se le había ocurrido comer fuera pero le pareció buena idea.
-¿Y donde quieres que paremos?
-Que te parece si vamos donde me pediste matrimonio, me encanta ese sitio y su significado para nosotros.
- No podías haber elegido un sitio mejor.
Miguel sonrió a Sara y ambos se fueron allí a comer.
Se sentaron en la hierba a comer, el tiempo estaba empeorando.
Cuando terminaron de comer Sara se acerco a su esposo con mirada pícara este no pudo resistirse y se tumbo encima de ella ambos encima del mantel y empezaron a besarse con pasión pero empezó a llover fuertemente.
-Tenia que llover justo ahora.
Renegó Sara. Miguel no pudo evitar reír por la expresión de Sara.
La ayudo a subir al caballo y marcharon a casa una vez allí Susana encendió la chimenea mientras Sara y Miguel se ponían ropa seca, luego estos se acurrucaron en el sofá, ella apoyaba su cabeza en su pecho y leía un libro mientras el le acariciaba el pelo.
Gracias
Hacia un día precioso no había ninguna nube en el cielo y por este motivo Miguel y Sara desayunaban en jardín, ambos tomaban un café y tostadas.
Miguel leía el artículo de Sara en el periódico mientras esta leía un libro.
Ella estaba en bata y él en camisa con los primeros botones desabrochados y un pantalón gris.
-Cariño te felicito cada día escribes mejor.
-Me alegro que te guste. Pero se a alguien que no le va hacer ni pizca de gracia.
Sonrió Sara.
-Te refieres a Olmedo ¿Verdad?
-Si.
En estos meses que llevaban casados en Arazana las cosas seguían igual Olmedo seguía con su mal humor esta cabreado ya que la banda de bandoleros seguía haciendo de las suyas y su última fechoría era encarcelar a un jornalero porque lo había mirado mal.
Sara seguía denunciándolo gracias al periódico.
Miguel cuando termino de leer doblo el periódico y lo dejo en la mesa.
Le cogio una mano de Sara para que esta le hiciera caso.
-¿Te apetece que demos un paseo a caballo?
Sara miró al cielo.
-Si, la verdad me apetece bastante.
Miguel le beso la mano, Sara cerró el libro le cogio la cara acercándose a el y le beso los labios.
Miguel se levantó y fue llamar a Susana.
-¡Susana!
Susana salió al encuentro de el y acudió el salón.
-¿Qué desea el señor?
-Puedes prepararnos las botas de montar.
Susana agachó la cabeza.
-Es que las de la señora están estropeadas y todavía no las he arreglado.
Dijo en tono de disculpa.
-No te preocupes le puedes dejar las que le dejaste cuando estuvisteis en el jardín transplantando las flores.
-¿Las cuales señor?
Miguel y Susana estaban extrañados una no entendía la petición y el otro la respuesta.
Sara al oírlos entró rápidamente en la estancia.
-Susana mi marido se refieres a las botas que te di anoche para que las guardaras.
Sara agitaba la cabeza diciendo si. Sara se estaba dando cuenta que Miguel tenia la mosca detrás de la oreja.
-Ah…perdone el señor enseguida se las preparo.
-Gracias y ya puedes retirarte si lo deseas.
Susana sonrió y se fue a su dormitorio.
-¿Por qué no sabia a que botas me refería Sara?
Sara no sabia que contestarle.
-Ni idea.
Pero vio que a Miguel no le había gustado la respuesta no se la había creído.
Al rato los dos paseaban a caballo por la Alameda.
-Que tranquilidad ¿Verdad Miguel?
Sara respiró hondo, pero Miguel no le hizo caso seguía dudando sobre las botas al verlas de nuevo le habían vuelto a recordar a unas pero de quien eran. Empezaban a haber nubes grises en el cielo.
Sara al verlo distraído se acerco a el con el caballo y le tocó un brazo y con el contacto el reaccionó.
-Perdona ¿Decías?
-¿Miguel te encuentras bien?
-La verdad es que no, esas botas me recuerdan a las botas de alguien ¿pero de quien?
-Miguel no te obsesiones con las botas, por favor.
-Tienes razón, ya me acordare.
-Para que te animes tengo una sorpresa para ti, En la cesta llevó comida.
¿Te apetece un picnic?
A Miguel no se le había ocurrido comer fuera pero le pareció buena idea.
-¿Y donde quieres que paremos?
-Que te parece si vamos donde me pediste matrimonio, me encanta ese sitio y su significado para nosotros.
- No podías haber elegido un sitio mejor.
Miguel sonrió a Sara y ambos se fueron allí a comer.
Se sentaron en la hierba a comer, el tiempo estaba empeorando.
Cuando terminaron de comer Sara se acerco a su esposo con mirada pícara este no pudo resistirse y se tumbo encima de ella ambos encima del mantel y empezaron a besarse con pasión pero empezó a llover fuertemente.
-Tenia que llover justo ahora.
Renegó Sara. Miguel no pudo evitar reír por la expresión de Sara.
La ayudo a subir al caballo y marcharon a casa una vez allí Susana encendió la chimenea mientras Sara y Miguel se ponían ropa seca, luego estos se acurrucaron en el sofá, ella apoyaba su cabeza en su pecho y leía un libro mientras el le acariciaba el pelo.
Gracias
#87
06/05/2011 22:23
Que chulo, Fandemi!!! Qué remanso de paz tiene Miguel en su vida de casado, sino fuera por esas botassssssss. El CSI de Arazana vuelve a la carga.
Gracias por seguir tu relato!
Gracias por seguir tu relato!
#88
06/05/2011 22:25
Fandemi...que bonito...que conste aque también tengo tu relato todo junto en un word..y asi leido todo de corrido..es precioso....
Gracias...artistaza....oleeeeeeeee....y sigue..que me has enganchado a ka historia...
Gracias...artistaza....oleeeeeeeee....y sigue..que me has enganchado a ka historia...
#89
07/05/2011 09:52
chicas si veis algun error o fallo a la hora de escribir, falte una letra, un palabra mal escrita me lo decis y lo modifico
esta noche intentare escribir uno o dos trozos segun a la hora que acabe de estudiar besosss
esta noche intentare escribir uno o dos trozos segun a la hora que acabe de estudiar besosss
#90
07/05/2011 10:05
Mu chulo fandemi....
#91
07/05/2011 17:56
Cuando a ti te vaya bien EHHHH pero date prisa jejeje
#92
07/05/2011 18:13
muy bien fandimi
esperaremos con paciencia
esperaremos con paciencia
#93
07/05/2011 18:56
Muy bonito, Fandemi. Tengo muchas ganas de ver si Miguel se acuerda de donde y a quien le ha visto las botas, va a ser una caña.
Gracias, guapa.
Gracias, guapa.
#94
07/05/2011 20:03
lo prometido he terminado de estudiar y aqui teneis un trozo y mu pronto pero mu pronto pongo otro trozo
espero que os guste y espero vuestros comentarios.
17.
Sara se encontraba durmiendo en su cama era un poco tarde pero Miguel no había querido molestarla y tenia prisa así que el estaba desayunando solo en el jardín. Sara se había desvelado por la noche con dolor de cabeza y congestionada y por culpa de esto había pasado mal noche.
Miguel entró al dormitorio para coger la guerrera y llevarle el desayuno en una bandeja con una rosa roja que había cogido para ella del jardín, dejó la bandeja encima de la cómoda, después se acerco a ella con mucho cuidado para no levantarla y le beso la frente suavemente.
-¿Ya te vas al cuartel?
-Si, se me esta haciendo tarde ya.
-Yo también debería ir ya a la imprenta.
Se incorporo apoyándose en el cabecero.
-Sara ¿No crees que debería quedarte descansando? No has dormido casi nada, necesitas descansar recuerda que ahora con el embarazo estas más fatigada. Además he mandado a Susana decirle a Marcial que abra sin ti que tú no vas.
Sonrió a Sara.
-Ya veo que no me vas a dejar salir. Pero no lo vas a tener tan fácil primero tienes que convencerme.
Miguel se acercó y empezó a besarla.
-¿Ya te he convencido?
Y la besó en el cuello
-No aun no.
La beso en los labios.
-¿Y ahora?
La beso en los labios de nuevo.
-Ya te falta menos.
Ambos sonreían pícaramente, Miguel se le hacia tarde pero no podía quedarse sino Olmedo se enfadaría y no le convenía que eso sucediera.
La besó en la mejilla con suavidad, se levantó de la cama y le dejó la bandeja a su lado. Ya se iba.
-Que tengas buena mañana, nos vemos a la hora. Te quiero.
Le sonrió Sara.
Miguel se acercó de nuevo a ella la besó en los labios.
-Y yo a ti, cuídate.
Miguel salio de la habitación cuando bajaba las escaleras vio a Susana entrar en la casa.
-Señor ya he avisado al doctor de que la señora no va a ir a la imprenta y me ha dicho que luego vendrá a verla para asegurarse que no le pasa nada.
Que amable es Marcial pensó para si Miguel.
-Susana tengo que pedirte un favor.
-Lo que quiera, el señor.
-Como sabes Sara no se encuentra bien te pido que si saliera de casa la acompañaras en todo momento, se que si se cansa de estar encerrada saldrá a pasear, es una persona muy inquieta y activa, y no quiero que le pase nada.
-No se preocupe yo la vigilare señor.
-Muchas gracias Susana.
-Que pase buendía señor.
-Lo mismo te deseo a ti.
Miguel se coloco la capa y el tricornio y salio disparado para el cuartel se le había hecho tarde.
espero que os guste y espero vuestros comentarios.
17.
Sara se encontraba durmiendo en su cama era un poco tarde pero Miguel no había querido molestarla y tenia prisa así que el estaba desayunando solo en el jardín. Sara se había desvelado por la noche con dolor de cabeza y congestionada y por culpa de esto había pasado mal noche.
Miguel entró al dormitorio para coger la guerrera y llevarle el desayuno en una bandeja con una rosa roja que había cogido para ella del jardín, dejó la bandeja encima de la cómoda, después se acerco a ella con mucho cuidado para no levantarla y le beso la frente suavemente.
-¿Ya te vas al cuartel?
-Si, se me esta haciendo tarde ya.
-Yo también debería ir ya a la imprenta.
Se incorporo apoyándose en el cabecero.
-Sara ¿No crees que debería quedarte descansando? No has dormido casi nada, necesitas descansar recuerda que ahora con el embarazo estas más fatigada. Además he mandado a Susana decirle a Marcial que abra sin ti que tú no vas.
Sonrió a Sara.
-Ya veo que no me vas a dejar salir. Pero no lo vas a tener tan fácil primero tienes que convencerme.
Miguel se acercó y empezó a besarla.
-¿Ya te he convencido?
Y la besó en el cuello
-No aun no.
La beso en los labios.
-¿Y ahora?
La beso en los labios de nuevo.
-Ya te falta menos.
Ambos sonreían pícaramente, Miguel se le hacia tarde pero no podía quedarse sino Olmedo se enfadaría y no le convenía que eso sucediera.
La besó en la mejilla con suavidad, se levantó de la cama y le dejó la bandeja a su lado. Ya se iba.
-Que tengas buena mañana, nos vemos a la hora. Te quiero.
Le sonrió Sara.
Miguel se acercó de nuevo a ella la besó en los labios.
-Y yo a ti, cuídate.
Miguel salio de la habitación cuando bajaba las escaleras vio a Susana entrar en la casa.
-Señor ya he avisado al doctor de que la señora no va a ir a la imprenta y me ha dicho que luego vendrá a verla para asegurarse que no le pasa nada.
Que amable es Marcial pensó para si Miguel.
-Susana tengo que pedirte un favor.
-Lo que quiera, el señor.
-Como sabes Sara no se encuentra bien te pido que si saliera de casa la acompañaras en todo momento, se que si se cansa de estar encerrada saldrá a pasear, es una persona muy inquieta y activa, y no quiero que le pase nada.
-No se preocupe yo la vigilare señor.
-Muchas gracias Susana.
-Que pase buendía señor.
-Lo mismo te deseo a ti.
Miguel se coloco la capa y el tricornio y salio disparado para el cuartel se le había hecho tarde.
#95
07/05/2011 20:06
UYYYYYYYY, CSI Arazana está con la mosca detrás de la oreja.
Muchas gracias por el trocito
Muchas gracias por el trocito
#96
07/05/2011 20:32
Me encanta tu historia fandemi93!!!
Continua cunado puedas!!!
Gracias!!
Continua cunado puedas!!!
Gracias!!
#97
07/05/2011 21:02
18.
Al mediodía Sara ya estaba vestida en su balcón mirando las montañas, tenía pensado ir a la cueva a llevar comida a los bandoleros.
Cuando Susana llamo a la puerta. Esta entró en la habitación.
-Pasa.
-Señora, La Maña ha venido a verla.
A Sara se le dibujo la sonrisa en la cara, hacia un par de días que no la veía y tenia ganas de verla.
-Ya bajo.
Sara cerró la puerta del balcón y bajo con Susana al salón allí la esperaba La Maña con los brazos abiertos para abrazarla. Ambas se abrazaron y Susana se retiró dejándolas solas.
-Sara ¿Cómo te encuentras?
-Muy enamorada y feliz.
-Eso ya lo veo. Es que estaba en la plaza cuando he visto a Susana y le he preguntado por ti me ha dicho que estabas enferma y me he preocupado por ti.
-Estoy bien es un simple resfriado, pero ven sentémonos en el jardín y hablamos un rato.
Ambas se sentaron fuera.
-Entonces el bebe va bien ¿No?
-Si hace unos días me examinó Marcial en la consulta y me dijo que todo esta perfectamente.
-Cuanto me alegro.
La Maña le acaricio la barriguita.
-¿Notas ya algo? ¿Lo notas?
-Hace poco note como se movía y Miguel se puso loco de felicidad.
Rió Sara.
-No me extraña, Miguel es muy feliz contigo y esta deseando ver nacer a su primer hijo.
-Y yo también, Marcial dice que pronto empezare a notar sus pataditas.
Ambas con una sonrisa y risas estuvieron charlando un rato acerca del bebe y otras cosas.
Más tarde La Maña se despidió de ella diciéndole que pronto volvería a visitarla.
Sara miró el reloj y decidió que ya era hora de ir a la cueva.
Entró en la cocina buscando a Susana esta estaba sentada en una silla cosiendo unos pantalones.
-Susana ¿Sabes donde esta mi capa?
-Si señora esta aquí la acabo de planchar.
Susana le entregó la capa. Sara se la puso rápidamente.
-Voy a salir a dar un paseo pronto regreso.
-Esta bien señora pero espere un momento.
Susana salio de la cocina y volvió con su toquilla ya puesta, cosa que a Sara le llamó la atención.
-Cuando desee la señora podemos salir.
Sara enseguida lo entendió, Miguel estaba preocupado por ella y como sabia que no se estaría quieta le había pedido a Susana que la acompañara si salía.
-No Susana no hace falta que me acompañes.
-Pero señora, el señor…
Susana le habló con dulzura lo que Sara le respondió de la misma forma.
-Se que mi marido te ha pedido que me acompañes pero no hace falta. Necesito salir yo sola, voy a estar cerca no te preocupes por mi, necesito que te quedes aquí, por favor.
-Señora me lo ha mandado el señor y no debo desobedecer.
Sara se sentó en una silla.
-Escúchame te lo agradezco pero déjame que te diga que desde pequeña me e cuidado sola y además no es para tanto porque vuelvo enseguida
A Susana le costo convencerse pero finalmente desistió.
-Lo que mande la señora.
Susana se quito la toquilla y doblándola la dejo encima de una silla.
-Gracias y no te preocupes.
Sara salio de casa a paso ligero, después de 15 minutos caminado llegó a la cueva. Silbo y El Chato le respondió. Entro encontrándose con el Chato y Juan ambos estaban muertos de hambre.
-Ya era hora. Me comería un jabalí.
-Menos guasa Chato.
-¿Sara has mirado antes de entrar?
-Pues se me ha olvidado Juan, con las prisas.
-Pero Sara..!
Recrimino Sara
-Que jefa más despistada.
El Chato salió refunfuñando a mirar mientras Sara sacaba la comida del bolso y entró con alguien en la cueva.
-Mirar quien husmeaba por aquí fuera, seguro que te ha seguido.
Gruño el Chato.
Sara no se lo podía creer.
bueno os dejo con la intriga espero que os guste y comentar y si os portais bien escribo luego mas
Al mediodía Sara ya estaba vestida en su balcón mirando las montañas, tenía pensado ir a la cueva a llevar comida a los bandoleros.
Cuando Susana llamo a la puerta. Esta entró en la habitación.
-Pasa.
-Señora, La Maña ha venido a verla.
A Sara se le dibujo la sonrisa en la cara, hacia un par de días que no la veía y tenia ganas de verla.
-Ya bajo.
Sara cerró la puerta del balcón y bajo con Susana al salón allí la esperaba La Maña con los brazos abiertos para abrazarla. Ambas se abrazaron y Susana se retiró dejándolas solas.
-Sara ¿Cómo te encuentras?
-Muy enamorada y feliz.
-Eso ya lo veo. Es que estaba en la plaza cuando he visto a Susana y le he preguntado por ti me ha dicho que estabas enferma y me he preocupado por ti.
-Estoy bien es un simple resfriado, pero ven sentémonos en el jardín y hablamos un rato.
Ambas se sentaron fuera.
-Entonces el bebe va bien ¿No?
-Si hace unos días me examinó Marcial en la consulta y me dijo que todo esta perfectamente.
-Cuanto me alegro.
La Maña le acaricio la barriguita.
-¿Notas ya algo? ¿Lo notas?
-Hace poco note como se movía y Miguel se puso loco de felicidad.
Rió Sara.
-No me extraña, Miguel es muy feliz contigo y esta deseando ver nacer a su primer hijo.
-Y yo también, Marcial dice que pronto empezare a notar sus pataditas.
Ambas con una sonrisa y risas estuvieron charlando un rato acerca del bebe y otras cosas.
Más tarde La Maña se despidió de ella diciéndole que pronto volvería a visitarla.
Sara miró el reloj y decidió que ya era hora de ir a la cueva.
Entró en la cocina buscando a Susana esta estaba sentada en una silla cosiendo unos pantalones.
-Susana ¿Sabes donde esta mi capa?
-Si señora esta aquí la acabo de planchar.
Susana le entregó la capa. Sara se la puso rápidamente.
-Voy a salir a dar un paseo pronto regreso.
-Esta bien señora pero espere un momento.
Susana salio de la cocina y volvió con su toquilla ya puesta, cosa que a Sara le llamó la atención.
-Cuando desee la señora podemos salir.
Sara enseguida lo entendió, Miguel estaba preocupado por ella y como sabia que no se estaría quieta le había pedido a Susana que la acompañara si salía.
-No Susana no hace falta que me acompañes.
-Pero señora, el señor…
Susana le habló con dulzura lo que Sara le respondió de la misma forma.
-Se que mi marido te ha pedido que me acompañes pero no hace falta. Necesito salir yo sola, voy a estar cerca no te preocupes por mi, necesito que te quedes aquí, por favor.
-Señora me lo ha mandado el señor y no debo desobedecer.
Sara se sentó en una silla.
-Escúchame te lo agradezco pero déjame que te diga que desde pequeña me e cuidado sola y además no es para tanto porque vuelvo enseguida
A Susana le costo convencerse pero finalmente desistió.
-Lo que mande la señora.
Susana se quito la toquilla y doblándola la dejo encima de una silla.
-Gracias y no te preocupes.
Sara salio de casa a paso ligero, después de 15 minutos caminado llegó a la cueva. Silbo y El Chato le respondió. Entro encontrándose con el Chato y Juan ambos estaban muertos de hambre.
-Ya era hora. Me comería un jabalí.
-Menos guasa Chato.
-¿Sara has mirado antes de entrar?
-Pues se me ha olvidado Juan, con las prisas.
-Pero Sara..!
Recrimino Sara
-Que jefa más despistada.
El Chato salió refunfuñando a mirar mientras Sara sacaba la comida del bolso y entró con alguien en la cueva.
-Mirar quien husmeaba por aquí fuera, seguro que te ha seguido.
Gruño el Chato.
Sara no se lo podía creer.
bueno os dejo con la intriga espero que os guste y comentar y si os portais bien escribo luego mas
#98
07/05/2011 21:15
dios mio!!!!! q hara sara ahora????
#99
07/05/2011 21:34
mypi99 bienvenida
#100
07/05/2011 21:37
quien és , susana???? dios mio!!!!!!!!!!!!! que interessante!