Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0

01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
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#581

13/06/2011 21:18
no meterle preción que haga la historia a su ritmo yo como ustedes entiendo que querais leerla rápido pero hacer la historia tiene su tienpo fandemi tomate el tiempo que necesites
#582

13/06/2011 22:48
gracias por la espera mañana más, gracias por leer y espero vuestros comentarios...
63.
Miguel se despertó sobre saltado al oír a alguien llamar a la puerta principal de la casa. Salió de cama con cuidado para no despertar a Sara ni a Maria, estaba contrariado ya que se quejaba de la mala suerte que tenía, acababa de dormirse por fin cuando ya estaban llamando. Se colocó el batín mientras bajaba por las escaleras.
Abel esta al otro lado y le sonrió al ver a Miguel abrir la puerta.
Ambos se saludaron pero Miguel se puso nervioso por la hora y rebusco en los bolsillos para mirar la hora.
-Tranquilo Miguel, no te has quedado durmiendo. La reunión en el cuartel es dentro de una hora. Pero antes quiero hablar contigo.
Miguel suspiro aliviado dejando de buscar el reloj y ofreciéndole con el brazo entrar.
-Vayamos al jardín.
Indico Miguel mientras seguido por Abel de dirigieron al jardín.
Una ver fuera ambos se sentaron en los sillones exteriores.
-¿Y mi hija y mi nieta?
-Durmiendo.
-Veo que tú también estabas durmiendo. Siento haberte despertado.
-No te preocupes. ¿Que me quieres contar?
-Me puedes explicar que ha pasado con mi nieta.
Miguel le relato lo sucedido con Olmedo, se lo contó todo de cabo a rabo, de cómo se había enterado que habían raptado a la niña, como habían trazado y pensado el rescate, sin omitir detalles estaba cansado de las mentiras, ya no podía mentir más.
Cuando Miguel termino con su relato, Abel tenía la boca abierta de par en par.
-Esto ha sido una fechoría más de las muchas como Olmedo, pero esta me ha tocado.
Dijo Abel con rabia.
-No debería alegrarme por la muerte de Olmedo pero…
- Miguel serias un estupido si no te alegraras en el fondo, ese ser te a martirizado en el cuartel, secuestro a tu hija y si no es por tu compañero Morales tu y mi hija ahora estaríais muertos.
-Nunca nadie debe alegrarse por la muerte de otro pero este caso es diferente, Abel, Olmedo cometió muchas injusticias en este pueblo. ¿Que va a pasar con Morales ahora?
-Pues la verdad es que me ha resultado muy difícil, pero he convencido a capitanía superior a que no le hagan nada, continuará en su puesto.
-No sabes cuanto me alegro.
-Lo se, veo el gran cariño que os tenéis.
-Tenía miedo que…
-Miguel, Morales mató a una persona pero fue para defender a otra, es como si en una guerra un compañero matara a uno del bando contrario para salvar a su compañero por eso esa persona no es condenada. Ya se que no es lo mismo pero sino fuera por Morales tu y mi hija no estaríais aquí y eso es lo más importante y entre tu y yo….
Abel se acerco a Miguel para no gritar.
-En el fondo nadie lo echara de menos soy un poco hipócrita para decir esto pero Morales no ha hecho una favor a todos.
Miguel movió la cabeza en forma de afirmación.
Miguel se puso más serio ya que se le vino a la cabeza la imagen de Sara.
-¿Y con Sara ahora que va a pasar?
63.
Miguel se despertó sobre saltado al oír a alguien llamar a la puerta principal de la casa. Salió de cama con cuidado para no despertar a Sara ni a Maria, estaba contrariado ya que se quejaba de la mala suerte que tenía, acababa de dormirse por fin cuando ya estaban llamando. Se colocó el batín mientras bajaba por las escaleras.
Abel esta al otro lado y le sonrió al ver a Miguel abrir la puerta.
Ambos se saludaron pero Miguel se puso nervioso por la hora y rebusco en los bolsillos para mirar la hora.
-Tranquilo Miguel, no te has quedado durmiendo. La reunión en el cuartel es dentro de una hora. Pero antes quiero hablar contigo.
Miguel suspiro aliviado dejando de buscar el reloj y ofreciéndole con el brazo entrar.
-Vayamos al jardín.
Indico Miguel mientras seguido por Abel de dirigieron al jardín.
Una ver fuera ambos se sentaron en los sillones exteriores.
-¿Y mi hija y mi nieta?
-Durmiendo.
-Veo que tú también estabas durmiendo. Siento haberte despertado.
-No te preocupes. ¿Que me quieres contar?
-Me puedes explicar que ha pasado con mi nieta.
Miguel le relato lo sucedido con Olmedo, se lo contó todo de cabo a rabo, de cómo se había enterado que habían raptado a la niña, como habían trazado y pensado el rescate, sin omitir detalles estaba cansado de las mentiras, ya no podía mentir más.
Cuando Miguel termino con su relato, Abel tenía la boca abierta de par en par.
-Esto ha sido una fechoría más de las muchas como Olmedo, pero esta me ha tocado.
Dijo Abel con rabia.
-No debería alegrarme por la muerte de Olmedo pero…
- Miguel serias un estupido si no te alegraras en el fondo, ese ser te a martirizado en el cuartel, secuestro a tu hija y si no es por tu compañero Morales tu y mi hija ahora estaríais muertos.
-Nunca nadie debe alegrarse por la muerte de otro pero este caso es diferente, Abel, Olmedo cometió muchas injusticias en este pueblo. ¿Que va a pasar con Morales ahora?
-Pues la verdad es que me ha resultado muy difícil, pero he convencido a capitanía superior a que no le hagan nada, continuará en su puesto.
-No sabes cuanto me alegro.
-Lo se, veo el gran cariño que os tenéis.
-Tenía miedo que…
-Miguel, Morales mató a una persona pero fue para defender a otra, es como si en una guerra un compañero matara a uno del bando contrario para salvar a su compañero por eso esa persona no es condenada. Ya se que no es lo mismo pero sino fuera por Morales tu y mi hija no estaríais aquí y eso es lo más importante y entre tu y yo….
Abel se acerco a Miguel para no gritar.
-En el fondo nadie lo echara de menos soy un poco hipócrita para decir esto pero Morales no ha hecho una favor a todos.
Miguel movió la cabeza en forma de afirmación.
Miguel se puso más serio ya que se le vino a la cabeza la imagen de Sara.
-¿Y con Sara ahora que va a pasar?
#583

13/06/2011 23:02
Hay otra historia q. me va dejar en vilo, ains,aguantaré, q. remedio.
#584

13/06/2011 23:57
Fandemi a morales una medalla y un ascenso
y a sara...............

y a sara...............
#585

14/06/2011 00:15
Eso, eso, ¿que va a pasar con Sara?
#586

14/06/2011 12:30
nos tienes to nervioso me conecto para ver tu historia en vede hacer la mia
#587

14/06/2011 13:48
Venga, va... que le va ha pasar a la sita? que a la cárcel no puede ir, q a Miguelito le da un soponcio! tantos meses a pan y agua, que no, que no...

#588

14/06/2011 14:05
jajaja me estoy imaginando a estos dos en el vis a vis
#589

14/06/2011 14:07
Merry, ya sé !!!!! le muerde un ratón, seguro.
#590

14/06/2011 14:13











y menos mal que olmedo está muerto que si no cuando estuviesen en lo mejor los interrumpia
#591

14/06/2011 14:40
Tranquila merry que aparece Morales! de eso no tengo duda....






#592

14/06/2011 15:27
jajaja
#593

14/06/2011 18:37
muy buenos chicas
luego la noche sigo
un beso


luego la noche sigo
un beso
#594

15/06/2011 13:18
ayer por la noche no puede escribir, aqui otro espero q os guste
64.
-Eso, que va a suceder conmigo, papa.
Sara que se había despertado y al no ver a Miguel había bajado a buscarlo mientras dejaba a la niña seguir durmiendo en su cuna.
Iba en bata con el pelo suelto y alborotado.
Sara fue hasta su padre y le dio un beso.
-Siento no haberte dicho nada.
Suspiró mientras se ponía de rodillas al lado de su padre y se agarraban de las manos.
-Se que no has hecho nada para hacer daño solo querías ayudar al pueblo con Olmedo. Reconozco que me sorprendió por la manera que me lo dijiste pero no te guardo rencor.
-No estas…
-No, no estoy enfadado mi niña.
Sonrió Abel mientras le acariciaba la cara a su hija.
-Te quiero mucho papa.
-Y yo a ti.
Sara abrazo a su padre con cariño mientras se le escapaba una lágrima.
Miguel en silencio observaba la escena.
-¿Pero que pasara con ella a partir de ahora?
Miguel estaba preocupado como el resto por lo que le podía suceder a Sara.
Sara se separó de su padre y acercándose a él lo abrazó mientras lo besaba en la frente y se sentaba en sus rodillas. Necesitaba sentir a Miguel cerca, tenia miedo.
Abel puso el semblante serio se levantó de la silla y empezó a caminar en círculos cosa que puso mas nerviosos a Sara y Miguel.
-Pues he hablado con jueces y comandancia, y te van a juzgar, mañana se celebrara un juicio.
Miguel abrazo fuertemente sabia que esta estaba aterrada por lo que podía pasar y así era Sara tenia mucho miedo.
-¿Y que me puede pasar? ¿Me condenaran?
Dijo Sara con un nudo en la garganta. Abel se sentó de nuevo en la silla.
-Sara no debes pensar en eso lo que tienes que hacer con ayuda de tu esposo sacar las pruebas que demuestren que no tienes delitos de sangre y que tu solo ayudaste al pueblo.
-¿Pero que le puede pasar?
Miguel se estaba desesperando.
-Lo mejor es que la indulten y lo peor…
Abel cayo no podía decirlo estaba nervioso.
-Que me condenen.
Sara termino la frase de su padre.
-Tranquila mi amor, no te va a pasar nada. Y creo que se como solucionarlo.
Sara abrazada a Miguel temblaba, ahora no podía perderse el resto de su vida con Miguel, su hija, su padre. Se negaba aceptar que podía acabar presa o pero en la horca.
-Abel voy a necesitar sacar unos papeles del cuartel y como tú ahora eres la autoridad en Arazana necesito tu aprobación.
-Por supuesto, haz todo lo que haga falta para salvar a Sara.
-Papa ¿y con los bandoleros? ¿Que va a pasar?
Sara también estaba preocupada por sus compañeros.
-Pues ellos no tienen solución, si los atrapan serán condenados ya que ellos si tienen delitos de sangre. Si de verdad los aprecias deberías advertirles de que se marchen de Arazana, ya que en el juicio para comprobar tu fiabilidad te pedirán el lugar donde se esconden y si te niegas te puede perjudicar más por encubrirlos.
Abel miró su reloj se acercaba la hora de ir al cuartel.
-Miguel debemos irnos tengo que hablar con tus compañeros y tu deberías estar delante, teniente.
Abel beso a su hija y se alejo un poco pero paro esperando a Miguel.
-Sara ¿te puedes quedar solas o me quedo contigo mi amor? Además necesito coger las pruebas para mañana.
Miguel le besaba las manos con cariño y Sara le miraba con una media sonrisa.
-Tranquilo, vete con mi padre, yo me quedo con la niña. Además tengo que ir a la cueva a advertirles del peligro que correrán.
-Sara te prometo que no te va a pasar nada malo. Te quiero.
Miguel besó la frente de Sara y con delicadeza la bajo de sus rodillas, para marcharse con Abel.
64.
-Eso, que va a suceder conmigo, papa.
Sara que se había despertado y al no ver a Miguel había bajado a buscarlo mientras dejaba a la niña seguir durmiendo en su cuna.
Iba en bata con el pelo suelto y alborotado.
Sara fue hasta su padre y le dio un beso.
-Siento no haberte dicho nada.
Suspiró mientras se ponía de rodillas al lado de su padre y se agarraban de las manos.
-Se que no has hecho nada para hacer daño solo querías ayudar al pueblo con Olmedo. Reconozco que me sorprendió por la manera que me lo dijiste pero no te guardo rencor.
-No estas…
-No, no estoy enfadado mi niña.
Sonrió Abel mientras le acariciaba la cara a su hija.
-Te quiero mucho papa.
-Y yo a ti.
Sara abrazo a su padre con cariño mientras se le escapaba una lágrima.
Miguel en silencio observaba la escena.
-¿Pero que pasara con ella a partir de ahora?
Miguel estaba preocupado como el resto por lo que le podía suceder a Sara.
Sara se separó de su padre y acercándose a él lo abrazó mientras lo besaba en la frente y se sentaba en sus rodillas. Necesitaba sentir a Miguel cerca, tenia miedo.
Abel puso el semblante serio se levantó de la silla y empezó a caminar en círculos cosa que puso mas nerviosos a Sara y Miguel.
-Pues he hablado con jueces y comandancia, y te van a juzgar, mañana se celebrara un juicio.
Miguel abrazo fuertemente sabia que esta estaba aterrada por lo que podía pasar y así era Sara tenia mucho miedo.
-¿Y que me puede pasar? ¿Me condenaran?
Dijo Sara con un nudo en la garganta. Abel se sentó de nuevo en la silla.
-Sara no debes pensar en eso lo que tienes que hacer con ayuda de tu esposo sacar las pruebas que demuestren que no tienes delitos de sangre y que tu solo ayudaste al pueblo.
-¿Pero que le puede pasar?
Miguel se estaba desesperando.
-Lo mejor es que la indulten y lo peor…
Abel cayo no podía decirlo estaba nervioso.
-Que me condenen.
Sara termino la frase de su padre.
-Tranquila mi amor, no te va a pasar nada. Y creo que se como solucionarlo.
Sara abrazada a Miguel temblaba, ahora no podía perderse el resto de su vida con Miguel, su hija, su padre. Se negaba aceptar que podía acabar presa o pero en la horca.
-Abel voy a necesitar sacar unos papeles del cuartel y como tú ahora eres la autoridad en Arazana necesito tu aprobación.
-Por supuesto, haz todo lo que haga falta para salvar a Sara.
-Papa ¿y con los bandoleros? ¿Que va a pasar?
Sara también estaba preocupada por sus compañeros.
-Pues ellos no tienen solución, si los atrapan serán condenados ya que ellos si tienen delitos de sangre. Si de verdad los aprecias deberías advertirles de que se marchen de Arazana, ya que en el juicio para comprobar tu fiabilidad te pedirán el lugar donde se esconden y si te niegas te puede perjudicar más por encubrirlos.
Abel miró su reloj se acercaba la hora de ir al cuartel.
-Miguel debemos irnos tengo que hablar con tus compañeros y tu deberías estar delante, teniente.
Abel beso a su hija y se alejo un poco pero paro esperando a Miguel.
-Sara ¿te puedes quedar solas o me quedo contigo mi amor? Además necesito coger las pruebas para mañana.
Miguel le besaba las manos con cariño y Sara le miraba con una media sonrisa.
-Tranquilo, vete con mi padre, yo me quedo con la niña. Además tengo que ir a la cueva a advertirles del peligro que correrán.
-Sara te prometo que no te va a pasar nada malo. Te quiero.
Miguel besó la frente de Sara y con delicadeza la bajo de sus rodillas, para marcharse con Abel.
#595

15/06/2011 13:47
Muy bonito fandemi..... pero hazme el favor y dale el indulto, que ya tenemos bastantes disgustos...

#596

15/06/2011 14:06
fandemi, a mi no me importa, q. tardes en indultarla, aquí , no hay reptiles, ni rón q. pueda hacerle daño, sólo Jerez y queso Rondeño.
Continua xfavor, me encanta. Garacias.
Continua xfavor, me encanta. Garacias.
#597

15/06/2011 14:23
fandemi por favor te lo pido por lo mas sagrado de tu corazon, indulto YAAAAAA, y fiesta por todo lo alto, que estamos mas quemadas, QUE EL PALO UN CHURRERO
#598

15/06/2011 15:33
tranquilas q todo llega jeje
esta noche mass
esta noche mass
#599

15/06/2011 16:04
Fandemi que angustia 
el indulto por unanimidad

el indulto por unanimidad

#600

15/06/2011 23:33
un mini-trocito si puedo continuo esta noche o sino mañana seguro
besoss
65.
Sara volvió a su cuarto mientras se terminaba de vestir oyó como su niña empezaba a llorar reclamando su atención.
Sara la cogio con mucho cariño y mientras le daba el biberón se sentó en la mecedora.
Sara tenía el semblante triste, Maria con los ojos bien abiertos miraba a su madre mientras se tomaba el biberón.
-Mi niña no te preocupes que mami siempre te va a proteger este donde este, y papa siempre te apoyara y cuidara, y te dara amor por los dos.
A Sara se le resbalaban un par de lágrimas mientras le besaba la frente, no quería separarse nunca de su hija, ella, Miguel y su padre eran su familia.
-¿Hay alguien en casa?
Susana entró en el cuarto de Sara.
-Si, Maria y yo estamos en su cuarto.
Al oírla Susana cruzo el cuarto de Sara y apareció en el marco de la puerta.
-Hola Sara, hola peque.
Susana abrazo a Sara y besó en la frente a Maria.
-Hey ¿que te ocurre Sara?
Susana al acercarse a ambas vio las lágrimas de Sara.
-Prefiero decíroslo a todos en la cueva.
Sara se secó rápidamente las lágrimas.
-Como quieras, Sara.
Cuando Maria había echado los gases salieron de camino hacia la cueva.
besoss
65.
Sara volvió a su cuarto mientras se terminaba de vestir oyó como su niña empezaba a llorar reclamando su atención.
Sara la cogio con mucho cariño y mientras le daba el biberón se sentó en la mecedora.
Sara tenía el semblante triste, Maria con los ojos bien abiertos miraba a su madre mientras se tomaba el biberón.
-Mi niña no te preocupes que mami siempre te va a proteger este donde este, y papa siempre te apoyara y cuidara, y te dara amor por los dos.
A Sara se le resbalaban un par de lágrimas mientras le besaba la frente, no quería separarse nunca de su hija, ella, Miguel y su padre eran su familia.
-¿Hay alguien en casa?
Susana entró en el cuarto de Sara.
-Si, Maria y yo estamos en su cuarto.
Al oírla Susana cruzo el cuarto de Sara y apareció en el marco de la puerta.
-Hola Sara, hola peque.
Susana abrazo a Sara y besó en la frente a Maria.
-Hey ¿que te ocurre Sara?
Susana al acercarse a ambas vio las lágrimas de Sara.
-Prefiero decíroslo a todos en la cueva.
Sara se secó rápidamente las lágrimas.
-Como quieras, Sara.
Cuando Maria había echado los gases salieron de camino hacia la cueva.