Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0

01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
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#341

22/05/2011 19:26
Fandemi: tu historia es preciosa, gracias por el esfuerzo de escribirla en época de examenes. Aquí tienes a otra seguidora.

#342

22/05/2011 19:36
que bonitoo... hay yo me imagino a Sara dandole de mamar , me encanta , sige cuando puedas , yo tambien estoy de estudios y algunos dias me los salto , me encanta el tuyo..
#343

22/05/2011 22:37
Muy bonito fandemi
#344

22/05/2011 22:38
el ultimo trozo de la noche, mañana mas
41.
Sara ya había terminado de comprar y se iba para casa, estaba cansada entre la canastilla con la niña y que cada vez que veía un vecino se tenia que para a saludar ya que estos le daba la enhorabuena, todos decían que tenían una niña preciosa, por suerte Pepe le había dicho que el se encargaba de llevar las cosas cuando el y Julieta fueran a su casa par que no tuviera que ir cargada con todo. Sara quería pasar a saludar a Miguel pero no quería ver a Olmedo.
Paso por al lado del cuartel de el no salían gritos por lo que dedujo que Olmedo no se encontraba allí por eso se decidió a entrar. Se asomo a la puerta Miguel se encontraba revisando unos papeles. A Miguel se le ilumino la cara al ver a su mujer y a su hija.
-Mira quien ha venido a verte.
Sonrió Sara, mientras se acercaba a su marido.
-Hola cariño, como esta mi princesita.
Miguel saco a la niña de la canastilla y la estrecho contra el, beso a su mujer en los labios.
-¿Y esta agradable sorpresa?
-Es que tenia que comprar unas cosas para la comida y me apetecía verte y como he visto que Olmedo que Olmedo no estaba.
Miguel volvió a besar a su mujer en los labios.
-Yo también tenia ganas de veros. Pero mejor iros que no quiero que te encuentres con Olmedo que hoy esta de mal humor y no quiero que la paguéis vosotras.
-¿Es que esta alguna vez de esta de buen humor?
Ambos rieron.
-No, siempre esta igual.
-Pero si, nos vamos ya que tengo que ayudar a Susana en la cocina que no va a dar abasto con lo que tiene que preparar.
Miguel beso en la frente a su hija y la metió en la canastilla.
-Nos vemos en 2 horas mi amor.
Miguel agarró a Sara por la cintura acercándola a el y besando la con amor en los labios.
-Te quiero.
Y mientras se lo decía Sara salía del cuartel de camino a casa cuando ya llego a casa se puso la ropa mas vieja dejo a Maria, en la cuna una vez que le había dado de mamar, durmiendo y se puso en la cocina ayudar a Susana.
Cuando ya estaban terminando llamaron a la puerta.
Sara se acerco a abrir detrás de ella estaban Flor y Julieta ambas al verla sonrieron. Julieta llevaba una garrafa de vino mientras que Flor una capaza con el embutido.
-Sara es que mi padre me ha dicho que te traiga lo que has comprado por si lo necesitabas antes.
-Muchas gracias, pasar.
Sara se aparto para que entraran.
-Estábamos terminando de cocinar Susana y yo por eso estoy así.
Sara mostró el delantal lleno de manchas.
-Si quieres nosotras le terminamos de ayudar a Susana mientras tu arreglas.
-Muchísimas gracias chicas, voy a cambiarme y a poner guapa a Maria.
Sara le dio un beso de agradecimiento a cada una, estaba agobiada por si no le daba tiempo, y subió a su habitación mientras Julieta y Flor iban a la cocina a ayudar a Susana.
Sara se bañaba y se cambiaba de ropa, Susana y Flor terminaban de cocinar y cortar el embutido mientras Julieta preparaba la mesa.
41.
Sara ya había terminado de comprar y se iba para casa, estaba cansada entre la canastilla con la niña y que cada vez que veía un vecino se tenia que para a saludar ya que estos le daba la enhorabuena, todos decían que tenían una niña preciosa, por suerte Pepe le había dicho que el se encargaba de llevar las cosas cuando el y Julieta fueran a su casa par que no tuviera que ir cargada con todo. Sara quería pasar a saludar a Miguel pero no quería ver a Olmedo.
Paso por al lado del cuartel de el no salían gritos por lo que dedujo que Olmedo no se encontraba allí por eso se decidió a entrar. Se asomo a la puerta Miguel se encontraba revisando unos papeles. A Miguel se le ilumino la cara al ver a su mujer y a su hija.
-Mira quien ha venido a verte.
Sonrió Sara, mientras se acercaba a su marido.
-Hola cariño, como esta mi princesita.
Miguel saco a la niña de la canastilla y la estrecho contra el, beso a su mujer en los labios.
-¿Y esta agradable sorpresa?
-Es que tenia que comprar unas cosas para la comida y me apetecía verte y como he visto que Olmedo que Olmedo no estaba.
Miguel volvió a besar a su mujer en los labios.
-Yo también tenia ganas de veros. Pero mejor iros que no quiero que te encuentres con Olmedo que hoy esta de mal humor y no quiero que la paguéis vosotras.
-¿Es que esta alguna vez de esta de buen humor?
Ambos rieron.
-No, siempre esta igual.
-Pero si, nos vamos ya que tengo que ayudar a Susana en la cocina que no va a dar abasto con lo que tiene que preparar.
Miguel beso en la frente a su hija y la metió en la canastilla.
-Nos vemos en 2 horas mi amor.
Miguel agarró a Sara por la cintura acercándola a el y besando la con amor en los labios.
-Te quiero.
Y mientras se lo decía Sara salía del cuartel de camino a casa cuando ya llego a casa se puso la ropa mas vieja dejo a Maria, en la cuna una vez que le había dado de mamar, durmiendo y se puso en la cocina ayudar a Susana.
Cuando ya estaban terminando llamaron a la puerta.
Sara se acerco a abrir detrás de ella estaban Flor y Julieta ambas al verla sonrieron. Julieta llevaba una garrafa de vino mientras que Flor una capaza con el embutido.
-Sara es que mi padre me ha dicho que te traiga lo que has comprado por si lo necesitabas antes.
-Muchas gracias, pasar.
Sara se aparto para que entraran.
-Estábamos terminando de cocinar Susana y yo por eso estoy así.
Sara mostró el delantal lleno de manchas.
-Si quieres nosotras le terminamos de ayudar a Susana mientras tu arreglas.
-Muchísimas gracias chicas, voy a cambiarme y a poner guapa a Maria.
Sara le dio un beso de agradecimiento a cada una, estaba agobiada por si no le daba tiempo, y subió a su habitación mientras Julieta y Flor iban a la cocina a ayudar a Susana.
Sara se bañaba y se cambiaba de ropa, Susana y Flor terminaban de cocinar y cortar el embutido mientras Julieta preparaba la mesa.
#345

22/05/2011 22:44
precioso ;)
#346

22/05/2011 22:44
Fiesta....
#347

22/05/2011 22:47
qué dulce, Fandemi, tanto el trocito anterior como este. Me encanta esa Sara mamá, que tan presente tenemos en el foro este fin de semana, jjajajja. ¿a ver si te van a estar copiando a ti los guionistas? Harían bien, la verdad.
#348

22/05/2011 23:33
muchas gracias
#349

23/05/2011 00:02
Que aprendan los guionistas, precioso y enternecedor. Gracias y continua dándonos, estos buenos momentos.
#350

23/05/2011 00:06
va a pasar algo gordo dentro de unos cuantos trozos
para darle mas vidilla jejje
para darle mas vidilla jejje
#351

23/05/2011 00:15
Ay madrecita !
Que no fandemi. Que esto huele a secuestro. Y lo peor, me temo que de la niña. No hagas eso que nos da un telele. Que sea otra cosa. Espero estar equivocándome.
Enhorabuena por tu relato. Es tan enternecedor. ME imagino a Miguel con la niña y se me cae la baba
Que no fandemi. Que esto huele a secuestro. Y lo peor, me temo que de la niña. No hagas eso que nos da un telele. Que sea otra cosa. Espero estar equivocándome.
Enhorabuena por tu relato. Es tan enternecedor. ME imagino a Miguel con la niña y se me cae la baba
#352

23/05/2011 00:16
Precioso tu relato fandemi... qué ternura y dulzura desprende la familia RR jejej me encanta!
ainssssssss ¿algo gordo?... Bueno un poco de suspense está bien para dar otro tipo de vidilal como tu dices... pero cuidadín con la "gordura" eh! jajaja
Gracias por escribir esta historia...... Así dá gusto! tenemos surtido en el foro para dar y regalar... Ya podían esmerarse así los guionistas de la serie!
ainssssssss ¿algo gordo?... Bueno un poco de suspense está bien para dar otro tipo de vidilal como tu dices... pero cuidadín con la "gordura" eh! jajaja
Gracias por escribir esta historia...... Así dá gusto! tenemos surtido en el foro para dar y regalar... Ya podían esmerarse así los guionistas de la serie!
#353

23/05/2011 21:05
otro trocito espero que os guste
42.a)
Cuando Sara terminó de arreglarse, arreglo a Maria para que todos la vieran le puso un vestido de azul cielo sin manga y de hilo con un chaquetilla blanca, al terminar ambas bajaron al piso de abajo mientras bajaba algo llamó su atención, se oía música detrás de la puerta, cuando llego al pasillo de abajo se encontró con Flor, Susana y Julieta mirando a la puerta igual de sorprendidas que ella. Sara fue a abrir y se sonrojo al ver un grupo de músicos cantando en su puerta, llevaban guitarras y castañuelas.
-¿Y esto?
No puedo evitar decir Sara mientras giraba a ver si las chicas sabían algo pero ellas estaban igual de sorprendidas y todas subieron los hombros, ninguna sabia lo que pasaba pero Sara se enteró enseguida a que se debía Miguel apareció entre ellos con un gran ramo de rosas rojas y con una sonrisa radiante se acercó a su esposa e hija.
-¿Y estas rosas?
-Son para la mujer de mi vida.
-No crees que Maria es un poco pequeña para rosas.
-No, estas flores no son para mi princesa son para mi reina o sea, para ti mi amor.
Sara sonrió de oreja a oreja creía estar soñando, Miguel estaba enfrente de ella seguido de cuatro músicos con un ramo precioso y guapísimo con su uniforme, y con su maravillosa sonrisa dibujada en su cara.
-Te amo.
Sara rodeó con el brazo que no cogia a su hija y le rodeó el cuello a Miguel y besó con suavidad en los labios.
-Yo también te amo Sara.
Julieta, Susana y Flor estaban en el pasillo con la boca abierta todas pensaban que Miguel era un encanto, maravilloso y amoroso a todas les daba ganas de abrazarle.
Sara y Miguel entraban en la casa Sara con las rosas y Miguel abrazado a su hija mientras le mostraba un osito de peluche que le había comprado. Miguel saludo a las chicas mientras Sara colocaba las rosas en un jarrón.
-Susana le podías indicar a estos señores el jardín.
-Por supuesto, si son tan amables.
Susana salio al jardín seguida de los músicos.
-¿Son para esta tarde?
-No eran para ti solamente mi amor pero al llegar he pensado que ya que teníamos invitados podían quedarse y amenizar la velada.
-Eso es una gran idea, amor.
-Si me disculpáis voy a cambiarme de ropa.
Miguel entregó la niña y el peluche a su esposa, la beso en los labios y subió derecho a su a habitación a cambiarse.
-Que detallazo Sara.
Se apresuro a decir Julieta cuando Miguel ya estaba en el cuarto.
-Es un amor con vosotras.
-Si debo reconocer que es el mejor marido y padre.
Sara besó en la frente mientras se dirigía a ella.
-A que si mi amor, tienes un papa increíble.
Y volvía besarla en la frente.
Al rato ya estaban todos en el jardín ya habían llegado los demás invitados y la música sonaba Miguel tenia en brazos a la niña mientras Sara abría los regalos que les habían traído, eran muchas cosas ropa, juguetes, Carmen había bordado unas sabanitas para la cuna y la canastilla finísimas y muy bonitas. Lo que llamó la atención de todos los invitados fue el regalo de Juanito era un móvil de madera para la cuna con música.
Todos comían y disfrutaban de la fiesta. Miguel estaba hablando con Morales, Paca y La Maña sobre la niña.
Sara estaba sentada en una silla con Maria en brazos. Susana sacaba más comida y bebida ayudada por Marcial y Flor.
Roberto estaba con su familia y Julieta pero fue a hablar con Sara.
-Tenéis una hija preciosa. Miguel esta como loco con ella.
Le dijo Roberto mientras le acariciaba la cabeza.
-Si yo también la adoro.
-Me alegro muchísimo que os reconciliaríais nos podéis estar el uno sin el otro mucho tiempo y menos estar peleados
-¿Roberto de que pelea hablas?
Sara no sabía que decía Roberto pero este arqueó las cejas.
-Sara hable con Miguel cuando no estabas, tenias que haberle dicho la verdad antes no sabes lo mal que lo ha pasado sin ti.
Sara enseguida entendió la conversación y bajo el tono.
-Entonces sabes…
-Se que eres bandolera, bueno mejor dicho eras.
Sara se sorprendió no se había dado cuenta de amistad que mantenían Roberto y Miguel.
-Roberto no…
-Eso no hace falta ni que me lo digas, nunca le diré nada a nadie. Me parece genial lo que has hecho por el pueblo y no pienso juzgarte.
-Gracias.
Roberto le guiñó un ojo y se fue a bailar con Julieta.
Miguel se acercó a Sara.
-¿Cuanto tiempo hace que no bailamos juntos?
Sara hizo memoria.
-Creo que desde la boda de Flor y Marcial.
-Pues a que esperamos para bailar.
-¡Miguel, la niña!
En ese momento La Maña paso por su lado.
-Maña ¿te importaría tener a la niña un ratito?
La Maña sonrió por la petición, adoraba la niña al igual que a su madre.
-Claro que no me importa Miguel.
Miguel le entregó la niña y agarró a Sara de la mano hasta donde estaban Flor-Marcial y Julieta-Roberto bailando y empezaron ellos también a bailar.
42.a)
Cuando Sara terminó de arreglarse, arreglo a Maria para que todos la vieran le puso un vestido de azul cielo sin manga y de hilo con un chaquetilla blanca, al terminar ambas bajaron al piso de abajo mientras bajaba algo llamó su atención, se oía música detrás de la puerta, cuando llego al pasillo de abajo se encontró con Flor, Susana y Julieta mirando a la puerta igual de sorprendidas que ella. Sara fue a abrir y se sonrojo al ver un grupo de músicos cantando en su puerta, llevaban guitarras y castañuelas.
-¿Y esto?
No puedo evitar decir Sara mientras giraba a ver si las chicas sabían algo pero ellas estaban igual de sorprendidas y todas subieron los hombros, ninguna sabia lo que pasaba pero Sara se enteró enseguida a que se debía Miguel apareció entre ellos con un gran ramo de rosas rojas y con una sonrisa radiante se acercó a su esposa e hija.
-¿Y estas rosas?
-Son para la mujer de mi vida.
-No crees que Maria es un poco pequeña para rosas.
-No, estas flores no son para mi princesa son para mi reina o sea, para ti mi amor.
Sara sonrió de oreja a oreja creía estar soñando, Miguel estaba enfrente de ella seguido de cuatro músicos con un ramo precioso y guapísimo con su uniforme, y con su maravillosa sonrisa dibujada en su cara.
-Te amo.
Sara rodeó con el brazo que no cogia a su hija y le rodeó el cuello a Miguel y besó con suavidad en los labios.
-Yo también te amo Sara.
Julieta, Susana y Flor estaban en el pasillo con la boca abierta todas pensaban que Miguel era un encanto, maravilloso y amoroso a todas les daba ganas de abrazarle.
Sara y Miguel entraban en la casa Sara con las rosas y Miguel abrazado a su hija mientras le mostraba un osito de peluche que le había comprado. Miguel saludo a las chicas mientras Sara colocaba las rosas en un jarrón.
-Susana le podías indicar a estos señores el jardín.
-Por supuesto, si son tan amables.
Susana salio al jardín seguida de los músicos.
-¿Son para esta tarde?
-No eran para ti solamente mi amor pero al llegar he pensado que ya que teníamos invitados podían quedarse y amenizar la velada.
-Eso es una gran idea, amor.
-Si me disculpáis voy a cambiarme de ropa.
Miguel entregó la niña y el peluche a su esposa, la beso en los labios y subió derecho a su a habitación a cambiarse.
-Que detallazo Sara.
Se apresuro a decir Julieta cuando Miguel ya estaba en el cuarto.
-Es un amor con vosotras.
-Si debo reconocer que es el mejor marido y padre.
Sara besó en la frente mientras se dirigía a ella.
-A que si mi amor, tienes un papa increíble.
Y volvía besarla en la frente.
Al rato ya estaban todos en el jardín ya habían llegado los demás invitados y la música sonaba Miguel tenia en brazos a la niña mientras Sara abría los regalos que les habían traído, eran muchas cosas ropa, juguetes, Carmen había bordado unas sabanitas para la cuna y la canastilla finísimas y muy bonitas. Lo que llamó la atención de todos los invitados fue el regalo de Juanito era un móvil de madera para la cuna con música.
Todos comían y disfrutaban de la fiesta. Miguel estaba hablando con Morales, Paca y La Maña sobre la niña.
Sara estaba sentada en una silla con Maria en brazos. Susana sacaba más comida y bebida ayudada por Marcial y Flor.
Roberto estaba con su familia y Julieta pero fue a hablar con Sara.
-Tenéis una hija preciosa. Miguel esta como loco con ella.
Le dijo Roberto mientras le acariciaba la cabeza.
-Si yo también la adoro.
-Me alegro muchísimo que os reconciliaríais nos podéis estar el uno sin el otro mucho tiempo y menos estar peleados
-¿Roberto de que pelea hablas?
Sara no sabía que decía Roberto pero este arqueó las cejas.
-Sara hable con Miguel cuando no estabas, tenias que haberle dicho la verdad antes no sabes lo mal que lo ha pasado sin ti.
Sara enseguida entendió la conversación y bajo el tono.
-Entonces sabes…
-Se que eres bandolera, bueno mejor dicho eras.
Sara se sorprendió no se había dado cuenta de amistad que mantenían Roberto y Miguel.
-Roberto no…
-Eso no hace falta ni que me lo digas, nunca le diré nada a nadie. Me parece genial lo que has hecho por el pueblo y no pienso juzgarte.
-Gracias.
Roberto le guiñó un ojo y se fue a bailar con Julieta.
Miguel se acercó a Sara.
-¿Cuanto tiempo hace que no bailamos juntos?
Sara hizo memoria.
-Creo que desde la boda de Flor y Marcial.
-Pues a que esperamos para bailar.
-¡Miguel, la niña!
En ese momento La Maña paso por su lado.
-Maña ¿te importaría tener a la niña un ratito?
La Maña sonrió por la petición, adoraba la niña al igual que a su madre.
-Claro que no me importa Miguel.
Miguel le entregó la niña y agarró a Sara de la mano hasta donde estaban Flor-Marcial y Julieta-Roberto bailando y empezaron ellos también a bailar.
#354

23/05/2011 21:29
Ay que dulzura de hombre,Yo quiero uno asi igualito, pero no acepto imitaciones, fandemi eres un hacha
#355

23/05/2011 21:57
pondria otro trocito pero mi madre me ha dicho si le dejaba ponerse a ver el puente viejo en el modo salon y como para decirle q no jeje pero tranquilas q mañana por la tarde mas
tengo que engancharla a bandolera pa que no pase esto y asi si no ve los capi yo se los cuento con lujos de detalles
tengo que engancharla a bandolera pa que no pase esto y asi si no ve los capi yo se los cuento con lujos de detalles
#356

23/05/2011 22:14
Que chulo, Fandemi! Te digo lo mismo que faraona, quiero un Miguel igualito que el de tu relato. No tiene ningun defecto este hombre!
#357

23/05/2011 23:44
Es el teniente más cuki te toda la Guardia Civil, que amor...
#358

23/05/2011 23:50
Que bonitooooooooooo
fandemi el teniente nos tiene locas
fandemi el teniente nos tiene locas
#359

23/05/2011 23:51
Ay, Fandemi, que amor de hombre, si es qe está en todo...
Cheche, por favor, necesitamos clones ya, que los queriamos para antes de ayer.
Cheche, por favor, necesitamos clones ya, que los queriamos para antes de ayer.
#360

24/05/2011 01:17
Me pongo a ello...jajajaja