Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
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01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
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#241

15/05/2011 18:19
y yo, me chifla tu historia
#242

15/05/2011 18:54
ola chicas hoy he terminado antes de estudiar q cabreo tengo con el profe de filosofia
acabo de terminar de estudiar lo que tenia preparado y tenia que mirar en el correo para hacer la contextualizacion de Sartre y el profe no nos ha enviado nada ni a mi ni a nadie asiq ya he terminado de estudiar este finde por fin que llevo desde las 10 parando una hora para comer al igual que ayer que empeze a las 10 y acabe a las 8 y pico
voy a empezar a escribir y enseguida lo pongo
y lo de la fuerza de volunta me cuesta pero es que no tengo mas remedio q aguantarme ya me gustaria estar todo el dia metida en el foro y escribiendo.
acabo de terminar de estudiar lo que tenia preparado y tenia que mirar en el correo para hacer la contextualizacion de Sartre y el profe no nos ha enviado nada ni a mi ni a nadie asiq ya he terminado de estudiar este finde por fin que llevo desde las 10 parando una hora para comer al igual que ayer que empeze a las 10 y acabe a las 8 y pico
voy a empezar a escribir y enseguida lo pongo
y lo de la fuerza de volunta me cuesta pero es que no tengo mas remedio q aguantarme ya me gustaria estar todo el dia metida en el foro y escribiendo.
#243

15/05/2011 19:06
fandemi, te leo y me recuerdo a mis misma con 20 años menos los meses previos a examenes.
Seguro que te saldrán genial y además imagino que el parar y escribir "episodios" te ayudará además para desconectar y relajarte. Eso a tí, pq yo con gana capítulo me engancho más y me pongo más ansiosa ;-)
Seguro que te saldrán genial y además imagino que el parar y escribir "episodios" te ayudará además para desconectar y relajarte. Eso a tí, pq yo con gana capítulo me engancho más y me pongo más ansiosa ;-)
#244

15/05/2011 19:09
lo que todas esperabais, espero que os guste, besosss
33.
Sara y Diego estaban llegando a la hacienda, por eso Sara detuvo su caballo.
-Aquí te espero. Lleva cuidado y vuelve pronto que nos pueden descubrir.
-No te preocupes preciosa vuelvo enseguida.
Diego salio cabalgando con el caballo hacia la hacienda.
Sara estaba muy cabreada con el y más por esas palabras. Será estupido y baboso.- pensó Sara mientras bajaba del caballo hacia un sol radiante. Sara se quito el poncho y el sombrero quedándose con una camisa y los pantalones ambas cosas estaban cosidas por ella misma por el embarazo su ropa normal no le venia.
Se sentó suavemente en la hierba miró al cielo y terminó tumbada en la hierba estaba tan cansada por el embarazo así que cerró los ojos y se tapo la cara con el sombrero para que el sol no le molestara.
De lejos se acercaban Miguel y Morales a caballo Miguel se percato de que estaba Sara la euforia por verla después de tantos días le corrió por el cuerpo, parecía que Morales no la había visto.
-Morales pare un momento.
Morales le hizo caso y ninguno avanzo más.
-¿Que ocurre teniente?
-Es que he pensado que es mejor que nos separemos para buscar al ladrón antes de que se vaya lejos.
-Bien pensado teniente.
Miguel señalado al lado opuesto de Sara.
-Usted vaya por haya y yo iré por otro lado dentro de media hora nos vemos en casa de los López.
Morales obedeció y se marcho, Miguel avanzó un poco y cuando estaba más cerca se bajo del caballo para no hacer ruido y dejando el caballo se acerco a ella con cuidado.
Miguel no le vio la cara pero sabia que era ella y no solo por la barriga sino porque su precioso pelo rubio se veía por los lados del sombrero.
Miguel se arrodillo a su lado no lo pudo evitar y le acarició el vientre, en ese instante Sara se incorporó por el roce sin saber quien era anunció.
-No nos vas a hacer nada ni a mí ni a mi bebe.
Sara apuntaba con el revolver el estómago de Miguel, Sara y Miguel estaban pegados.
Sara se dio cuenta de que era el.
-Tranquila no voy a haceros nada.
A Miguel se le aceleró el corazón al notar el revolver en el estómago.
-¡Miguel eres tú!
Sara lanzó el arma y se agarró del cuello de Miguel y este la rodeó con sus brazos.
-Te he echado mucho de menos, Sara.
A Sara se le saltaron las lágrimas no podía creer que Miguel estuviera allí con ella después de todo, pensaba que era un sueño, el mejor sueño.
-Miguel te quiero. Lo siento nunca debí mentirte tenía miedo a perderte.
-Miguel le cogio la cara.
Parecía que Miguel también iba a llorar.
-No me vuelvas a mentir.
-Te juro que nunca más lo haré.
Ambos se volvieron abrazar.
Miguel no pensaba ser tan cariñoso hasta haber hablado antes pero no lo podía evitar se le había borrado todo lo que le iba a decir solo tenia ganas de abrazarla y no dejarla ir a ningún sitio. Sara lloraba tenia tantas ganas de verlo desde que se había ido.
Miguel le cogio de nuevo la cara y le beso los labios. Sara sintió que volvía a vivir que esa semana que había sido una tortura para ambos llegaba a su fin. A Miguel se le borraba la tristeza, necesitaba tanto besarla.
Al separarse Miguel le secó las lágrimas de ambos con los dedos.
Se levantaron del suelo.
-Lo siento, lo siento mucho. Te quiero.
Decía Sara mientras las lágrimas le volvían a brotar en los ojos Miguel la estrecho contra el.
-No te vuelva a ir, por favor.
-Sabia que no querrías verme después de eso y luego tuve miedo a que me odiaras por eso y eso si que no lo podría soportar. Te quiero.
-Sara volvamos a casa y acabemos con esta pesadilla. Hablaremos allí con más tranquilidad.
Dijo Miguel mientras le recogía la ropa que tenia en el suelo pero en ese momento apareció Diego y al ver a Miguel se asustó pensando que estaba allí para detenerle así que agarró el trabucó y disparo, Sara al verlo apuntando se tiró encima de Miguel para que no le pasara nada. Ambos cayeron al suelo y Miguel se quedo inconsciente.
En ese momento apareció Juan que al verlos tirados en el suelo corrió hasta ellos.
Sara estaba encima de Miguel mientras lo llamaba angustiada, este no reaccionaba.
Juan le tocó el cuello a Miguel este tenia pulso.
-Sara vamonos o nos meteremos en un lio.
-Como quieres que lo deje es mi marido.
Gritó Sara desesperada.
También apareció Morales que al ver al teniente en el suelo se asustó y empezó a gritar a pleno pulmón.
-¡Bandoleros! Ayuda compañeros. Estoy aquí.
Morales que al ver que Miguel no llegaba a donde habían que dado había salido a buscarlo con compañeros del cuerpo.
-Sara van a venir más guardias, ven vamonos.
Y a regañadientes y llorando, agarrada por Juan se marcharon del lugar.
Mientras Morales atendía a Miguel y esperaba a los otros guardias.
33.
Sara y Diego estaban llegando a la hacienda, por eso Sara detuvo su caballo.
-Aquí te espero. Lleva cuidado y vuelve pronto que nos pueden descubrir.
-No te preocupes preciosa vuelvo enseguida.
Diego salio cabalgando con el caballo hacia la hacienda.
Sara estaba muy cabreada con el y más por esas palabras. Será estupido y baboso.- pensó Sara mientras bajaba del caballo hacia un sol radiante. Sara se quito el poncho y el sombrero quedándose con una camisa y los pantalones ambas cosas estaban cosidas por ella misma por el embarazo su ropa normal no le venia.
Se sentó suavemente en la hierba miró al cielo y terminó tumbada en la hierba estaba tan cansada por el embarazo así que cerró los ojos y se tapo la cara con el sombrero para que el sol no le molestara.
De lejos se acercaban Miguel y Morales a caballo Miguel se percato de que estaba Sara la euforia por verla después de tantos días le corrió por el cuerpo, parecía que Morales no la había visto.
-Morales pare un momento.
Morales le hizo caso y ninguno avanzo más.
-¿Que ocurre teniente?
-Es que he pensado que es mejor que nos separemos para buscar al ladrón antes de que se vaya lejos.
-Bien pensado teniente.
Miguel señalado al lado opuesto de Sara.
-Usted vaya por haya y yo iré por otro lado dentro de media hora nos vemos en casa de los López.
Morales obedeció y se marcho, Miguel avanzó un poco y cuando estaba más cerca se bajo del caballo para no hacer ruido y dejando el caballo se acerco a ella con cuidado.
Miguel no le vio la cara pero sabia que era ella y no solo por la barriga sino porque su precioso pelo rubio se veía por los lados del sombrero.
Miguel se arrodillo a su lado no lo pudo evitar y le acarició el vientre, en ese instante Sara se incorporó por el roce sin saber quien era anunció.
-No nos vas a hacer nada ni a mí ni a mi bebe.
Sara apuntaba con el revolver el estómago de Miguel, Sara y Miguel estaban pegados.
Sara se dio cuenta de que era el.
-Tranquila no voy a haceros nada.
A Miguel se le aceleró el corazón al notar el revolver en el estómago.
-¡Miguel eres tú!
Sara lanzó el arma y se agarró del cuello de Miguel y este la rodeó con sus brazos.
-Te he echado mucho de menos, Sara.
A Sara se le saltaron las lágrimas no podía creer que Miguel estuviera allí con ella después de todo, pensaba que era un sueño, el mejor sueño.
-Miguel te quiero. Lo siento nunca debí mentirte tenía miedo a perderte.
-Miguel le cogio la cara.
Parecía que Miguel también iba a llorar.
-No me vuelvas a mentir.
-Te juro que nunca más lo haré.
Ambos se volvieron abrazar.
Miguel no pensaba ser tan cariñoso hasta haber hablado antes pero no lo podía evitar se le había borrado todo lo que le iba a decir solo tenia ganas de abrazarla y no dejarla ir a ningún sitio. Sara lloraba tenia tantas ganas de verlo desde que se había ido.
Miguel le cogio de nuevo la cara y le beso los labios. Sara sintió que volvía a vivir que esa semana que había sido una tortura para ambos llegaba a su fin. A Miguel se le borraba la tristeza, necesitaba tanto besarla.
Al separarse Miguel le secó las lágrimas de ambos con los dedos.
Se levantaron del suelo.
-Lo siento, lo siento mucho. Te quiero.
Decía Sara mientras las lágrimas le volvían a brotar en los ojos Miguel la estrecho contra el.
-No te vuelva a ir, por favor.
-Sabia que no querrías verme después de eso y luego tuve miedo a que me odiaras por eso y eso si que no lo podría soportar. Te quiero.
-Sara volvamos a casa y acabemos con esta pesadilla. Hablaremos allí con más tranquilidad.
Dijo Miguel mientras le recogía la ropa que tenia en el suelo pero en ese momento apareció Diego y al ver a Miguel se asustó pensando que estaba allí para detenerle así que agarró el trabucó y disparo, Sara al verlo apuntando se tiró encima de Miguel para que no le pasara nada. Ambos cayeron al suelo y Miguel se quedo inconsciente.
En ese momento apareció Juan que al verlos tirados en el suelo corrió hasta ellos.
Sara estaba encima de Miguel mientras lo llamaba angustiada, este no reaccionaba.
Juan le tocó el cuello a Miguel este tenia pulso.
-Sara vamonos o nos meteremos en un lio.
-Como quieres que lo deje es mi marido.
Gritó Sara desesperada.
También apareció Morales que al ver al teniente en el suelo se asustó y empezó a gritar a pleno pulmón.
-¡Bandoleros! Ayuda compañeros. Estoy aquí.
Morales que al ver que Miguel no llegaba a donde habían que dado había salido a buscarlo con compañeros del cuerpo.
-Sara van a venir más guardias, ven vamonos.
Y a regañadientes y llorando, agarrada por Juan se marcharon del lugar.
Mientras Morales atendía a Miguel y esperaba a los otros guardias.
#245

15/05/2011 19:15
Te cuelgo fandemi. Eliges la mejor escena para acabar el capítulo. Que pasa ahora?????
#246

15/05/2011 19:16
OMMMMMMMMMM
Solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón
solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón
solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón....
Solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón
solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón
solo ha sido un golpe en la cabeza y un chichón....
#247

15/05/2011 19:17
porfaaaa sigue pork esto es lo mejor !!!
i espero k te vaya muubien cn los estudios :)
i espero k te vaya muubien cn los estudios :)
#248

15/05/2011 19:23
tranquilas que estoy escribiendo la siguente parte y seguro q os gusta.
#249

15/05/2011 19:27
bien!!
#250

15/05/2011 19:47
aqui otro trozo pero creo que este termina de manera mas interesante
y si quereis mas solo teneis que pedirlo y yo encantada empiezo otro trozo.
34.
Miguel se despertó en su cama le dolía terriblemente la cabeza.
Morales que estaba sentado en el sillón al verlo despertar se levanto.
-Morales ¿que ha pasado?
-Teniente se ha golpeado la cabeza.
-¿Y Sara? ¿Donde esta Sara?
-¿Sara? Supongo que en Málaga.
Miguel recordó que Morales no sabia nada, Miguel estaba nervioso Sara no estaba con él y antes de caer al suelo había oído un disparo.
-¿Morales cuando me encotro estaba solo?
-No estaba con dos bandoleros que al verme llegar se fueron.
-Sabes si alguno estaba herido.
-No pero uno chillaba desesperado, me va a tomar por loco pero juraría que quien chillaba era una mujer. Pero eso es imposible una mujer en la banda.
Morales rió por su loca idea, pero Miguel no, sabia que Morales no se equivocaba era Sara la que chillaba y si le había pasado el no podría vivir, esa semana sin ella había sido una tortura como para vivir toda su vida sin Sara. No iba a perderla. La amaba y ya estaba seguro después de haberla visto que ese sentimiento era recíproco.
Como he podido ser tan tonto y pensar que no me amaba.-se repetía.
Miguel saltó de la cama pero Morales se puso delante de la puerta.
-Teniente no puedo permitirlo, el doctor le ha mandado reposo.
-Morales necesito salir por favor.
Aparto a Morales y salio corriendo por las escaleras mientras se abrochaba la camisa.
-Tenga cuidado teniente, por favor.
Le gritaba Morales desde la planta de arriba.
En ese momento Susana salió de la cocina con una bandeja hacia las escaleras. Miguel chocó y tiro la bandeja Susana asustada se puso a recogerlo pero Miguel le agarró las manos y la incorporó.
-Espera luego lo recoges. Necesito tu ayuda.
Dijo jadeante.
-¿Señor que le ocurre?
-Alguna vez Sara te llevó a la cueva de los bandoleros.
-Si y otras veces he subido a llevarles comida cuando la señora no podía llevársela.
Dijo agachando la cabeza por miedo de reproches pero Miguel no tenia tiempo para nada.
-Necesito que me lleves, necesito ver a Sara.
Y Miguel no espero respuesta la agarró de la muñeca y la llevo hasta el establo donde cogieron el caballo de él y fueron rápidamente a la cueva.
y si quereis mas solo teneis que pedirlo y yo encantada empiezo otro trozo.
34.
Miguel se despertó en su cama le dolía terriblemente la cabeza.
Morales que estaba sentado en el sillón al verlo despertar se levanto.
-Morales ¿que ha pasado?
-Teniente se ha golpeado la cabeza.
-¿Y Sara? ¿Donde esta Sara?
-¿Sara? Supongo que en Málaga.
Miguel recordó que Morales no sabia nada, Miguel estaba nervioso Sara no estaba con él y antes de caer al suelo había oído un disparo.
-¿Morales cuando me encotro estaba solo?
-No estaba con dos bandoleros que al verme llegar se fueron.
-Sabes si alguno estaba herido.
-No pero uno chillaba desesperado, me va a tomar por loco pero juraría que quien chillaba era una mujer. Pero eso es imposible una mujer en la banda.
Morales rió por su loca idea, pero Miguel no, sabia que Morales no se equivocaba era Sara la que chillaba y si le había pasado el no podría vivir, esa semana sin ella había sido una tortura como para vivir toda su vida sin Sara. No iba a perderla. La amaba y ya estaba seguro después de haberla visto que ese sentimiento era recíproco.
Como he podido ser tan tonto y pensar que no me amaba.-se repetía.
Miguel saltó de la cama pero Morales se puso delante de la puerta.
-Teniente no puedo permitirlo, el doctor le ha mandado reposo.
-Morales necesito salir por favor.
Aparto a Morales y salio corriendo por las escaleras mientras se abrochaba la camisa.
-Tenga cuidado teniente, por favor.
Le gritaba Morales desde la planta de arriba.
En ese momento Susana salió de la cocina con una bandeja hacia las escaleras. Miguel chocó y tiro la bandeja Susana asustada se puso a recogerlo pero Miguel le agarró las manos y la incorporó.
-Espera luego lo recoges. Necesito tu ayuda.
Dijo jadeante.
-¿Señor que le ocurre?
-Alguna vez Sara te llevó a la cueva de los bandoleros.
-Si y otras veces he subido a llevarles comida cuando la señora no podía llevársela.
Dijo agachando la cabeza por miedo de reproches pero Miguel no tenia tiempo para nada.
-Necesito que me lleves, necesito ver a Sara.
Y Miguel no espero respuesta la agarró de la muñeca y la llevo hasta el establo donde cogieron el caballo de él y fueron rápidamente a la cueva.
#251

15/05/2011 19:51
Fandemiiiii, como puedes hacerle eso a Miguelicol, por Dios!
Edito: ay, menos mal que no ha sido ná.
Edito: ay, menos mal que no ha sido ná.
#252

15/05/2011 19:53
jajajaja Fandemi, eso no se pregunta, digo, lo de si queremos más que solo tenemos que pedirlo, pues claro que queremos másssssssssssssssssssss.
Por cierto, he visto con total claridad en mi cabeza la escena en la que Miguel se abrochaba la camisa, ufff, y me he visto yo como Susana con la bandeja que se me caía directamente al suelo al ver el torso del teniente y como se abrochaba
Por cierto, he visto con total claridad en mi cabeza la escena en la que Miguel se abrochaba la camisa, ufff, y me he visto yo como Susana con la bandeja que se me caía directamente al suelo al ver el torso del teniente y como se abrochaba



#253

15/05/2011 19:55
Me encanta q se estan poniendo las cosas!!!! Si no te importa xfi continua!!
#254

15/05/2011 19:56
cerecilla si yo quiero mucho al teniente y ahora se lleva una alegria
allana me alegro de haberte dado una alegria
allana me alegro de haberte dado una alegria
#255

15/05/2011 19:57
La alegría se la diste a mis ojos, que me parecían verle, ahí delante bien cerquita jajajajajajaja
#256

15/05/2011 19:59
bueno voy a seguir escribiendo jejej
#257

15/05/2011 20:44
enseguida lo pongo tengo muchas ganas de ver que os parece
#258

15/05/2011 20:51
Me tienes en ascuas, Fandemi, ........ Estoy deseando ver qué pasa en la cueva.
#259

15/05/2011 20:53
El momento mas esperado después del reencuentro de estos dos cabezones jejeje... si es que a rafalin le toque la loteria que no que es broma pues si quereis saberlo leerlo. besoss
35.a)
Sara estaba más relajada Marcial acababa de llegar de atender a Miguel y le había dicho que estaba bien que enseguida se recuperaría.
A Sara le dolía la barriga pero no dijo nada para no preocupar a nadie lo que más le importaba era la salud de Miguel y le había pedido que volviera para cuidarle ella pensaba ir con el, ahora que Miguel y ella habían hablado sabia que era el momento de volver a casa.
Marcial se estaba despidiendo del resto mientras Sara recogía las cosas, rabiaba de dolor pero pensaba que cuando llegara a casa se encontraría mejor y ya se lo diría a Marcial.
Sara soltó las cosas de golpe.
-Bueno Sara nos vamos ya.
-Vamos a tener que esperar.
Sara tenia un charco en sus pies había roto aguas.
Marcial y el resto de los bandoleros le ayudaron a recostarse en unas mantas.
-Se puede saber porque no has dicho que habías roto aguas.
Le riñó Juan.
-No lo sabia, pensé que era un simple dolor de embarazada.
-Bueno, necesitare ayuda quien me ayuda.
Los bandoleros se miraron entre ellos y dieron un paso atrás.
-Yo me mareo con la sangre, sita.
Se disculpó Rafalin.
-Yo le ayudaré doctor.
Dijo Susana que entraba en la cueva seguida de Miguel.
-¡Miguel!
Miguel corrió, se arrodilló a su lado y cariñosamente beso las manos de Sara.
Los bandoleros no tuvieron tiempo de reaccionar, Miguel sabía que se metía en la boca del lobo pero le daba igual.
-Tranquila mi amor estoy aquí contigo y siempre lo estaré.
Miguel agarraba sus manos y le besaba la frente.
Sara tenía los ojos inundados en lágrimas.
Fue un tiempo largo en la cueva Juan, Chato y Rafalin estaban en una esquina, sentados y callados. Susana le pasaba el instrumentar a Marcial, ambos atendían a Sara mientras que Miguel y Sara se agarraban las manos.
En la cueva solo se oían los gritos de Sara, a Marcial, Susana y Miguel diciéndole que empuje y Miguel también animándole y recordándole lo mucho que la quería y lo feliz que serian con el bebe.
-Sara un poco más ya esta empezando a salir solo unos empujoncitos más.
La animó Marcial.
-No puedo.
Se quejó Sara.
A Sara le caían las gotas de sudor por la frente, estaba empapada en sudor.
-Sara hazlo por mi y por el bebe, tu puedes eres muy fuerte.
Miguel no paraba de animarla y besarle las manos.
Miguel temblaba, estaba muy nervioso y a la vez feliz al igual que Sara.
Se oyó el grito desgarrador de Sara por el último empujón y seguidamente en la cueva se oía el llanto de un bebe.
-Muy bien Sara.
Decía Susana feliz.
-Estoy orgulloso de ti.
Miguel la besó en los labios y la abrazó. Sara estaba como extasiada el dolor que sentía se había mitigado por la felicidad que le inundaba.
Marcial tenia al bebe en brazos liado con una sábana limpia.
Los bandoleros se acercaron a verlo.
-Sara es una niña preciosa.
Marcial le entregó la niña a Sara.
Sara no paraba de llorar.
-Es perfecta al igual que tu.
Decía Miguel mientras le acariciaba la cabecita. Sara sonrió a Miguel.
-Es una niña como tú querías, mi amor.
Sara beso con suavidad la frente del pequeño milagro.
El resto contemplaba maravillado la estampa familiar, formaban una familia perfecta.
espero que os guste y si os gusta escribo otro trocito
35.a)
Sara estaba más relajada Marcial acababa de llegar de atender a Miguel y le había dicho que estaba bien que enseguida se recuperaría.
A Sara le dolía la barriga pero no dijo nada para no preocupar a nadie lo que más le importaba era la salud de Miguel y le había pedido que volviera para cuidarle ella pensaba ir con el, ahora que Miguel y ella habían hablado sabia que era el momento de volver a casa.
Marcial se estaba despidiendo del resto mientras Sara recogía las cosas, rabiaba de dolor pero pensaba que cuando llegara a casa se encontraría mejor y ya se lo diría a Marcial.
Sara soltó las cosas de golpe.
-Bueno Sara nos vamos ya.
-Vamos a tener que esperar.
Sara tenia un charco en sus pies había roto aguas.
Marcial y el resto de los bandoleros le ayudaron a recostarse en unas mantas.
-Se puede saber porque no has dicho que habías roto aguas.
Le riñó Juan.
-No lo sabia, pensé que era un simple dolor de embarazada.
-Bueno, necesitare ayuda quien me ayuda.
Los bandoleros se miraron entre ellos y dieron un paso atrás.
-Yo me mareo con la sangre, sita.
Se disculpó Rafalin.
-Yo le ayudaré doctor.
Dijo Susana que entraba en la cueva seguida de Miguel.
-¡Miguel!
Miguel corrió, se arrodilló a su lado y cariñosamente beso las manos de Sara.
Los bandoleros no tuvieron tiempo de reaccionar, Miguel sabía que se metía en la boca del lobo pero le daba igual.
-Tranquila mi amor estoy aquí contigo y siempre lo estaré.
Miguel agarraba sus manos y le besaba la frente.
Sara tenía los ojos inundados en lágrimas.
Fue un tiempo largo en la cueva Juan, Chato y Rafalin estaban en una esquina, sentados y callados. Susana le pasaba el instrumentar a Marcial, ambos atendían a Sara mientras que Miguel y Sara se agarraban las manos.
En la cueva solo se oían los gritos de Sara, a Marcial, Susana y Miguel diciéndole que empuje y Miguel también animándole y recordándole lo mucho que la quería y lo feliz que serian con el bebe.
-Sara un poco más ya esta empezando a salir solo unos empujoncitos más.
La animó Marcial.
-No puedo.
Se quejó Sara.
A Sara le caían las gotas de sudor por la frente, estaba empapada en sudor.
-Sara hazlo por mi y por el bebe, tu puedes eres muy fuerte.
Miguel no paraba de animarla y besarle las manos.
Miguel temblaba, estaba muy nervioso y a la vez feliz al igual que Sara.
Se oyó el grito desgarrador de Sara por el último empujón y seguidamente en la cueva se oía el llanto de un bebe.
-Muy bien Sara.
Decía Susana feliz.
-Estoy orgulloso de ti.
Miguel la besó en los labios y la abrazó. Sara estaba como extasiada el dolor que sentía se había mitigado por la felicidad que le inundaba.
Marcial tenia al bebe en brazos liado con una sábana limpia.
Los bandoleros se acercaron a verlo.
-Sara es una niña preciosa.
Marcial le entregó la niña a Sara.
Sara no paraba de llorar.
-Es perfecta al igual que tu.
Decía Miguel mientras le acariciaba la cabecita. Sara sonrió a Miguel.
-Es una niña como tú querías, mi amor.
Sara beso con suavidad la frente del pequeño milagro.
El resto contemplaba maravillado la estampa familiar, formaban una familia perfecta.
espero que os guste y si os gusta escribo otro trocito
#260

15/05/2011 21:00
mencantaaa porfa sigue esk solo de imaginarmelo me emociono porfa otro trozo ++++
es lo mejor sigue sigue !!!
es lo mejor sigue sigue !!!