Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0

01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
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#201

14/05/2011 15:45
bueno chicas he tenido un ratito de descanso por acabar de comer y me ha dado para escribir un ratito
aqui os dejo la primera parte del trozo 30 y luego la noche cuando deje de estudir escribo la segunda parte del trozo 30
30.a)
Ya al mediodía, Miguel estaba en camisa y pantalones sentado en el césped de su jardín mirando a las montañas no paraba de pensar en Sara ni en su hijo. Roberto se acercaba a el por detrás.
-Hola Miguel, acabo de terminar hoy con el terruño y me iba para casa a comer y he pensado en pasar a visitaros.
-Hola Roberto.
Comento Miguel triste. Roberto noto raro a Miguel sabia que no eran los mejores amigos pero nunca le saludaba tan sosamente.
- Por cierto, ¿Donde esta Sara?
-Con una amigas de Oxford en Málaga. Han venido a visitar la ciudad y Sara tenia ganas de verlas y ha decidido ir con ellas porque las echaba de menos.
Roberto no se creía ni una palabra conocía Miguel y había visto que al preguntarle por Sara se había puesto tenso y sus palabras sonaban a un discurso que llevaba horas enseñando.
-¿Ah si? ¿Y cuanto tiempo estará fuera?
Roberto preguntaba con sarcasmo.
-Un par de días supongo.
-Eso no te lo crees ni tu. Sara no esta en Málaga.
-¿Y tu como lo sabes?
-Porque se nota que estas mintiendo. Además no podéis estar 5 minutos el uno sin el otro es imposible que se haya ido sin ti.
Roberto se sentó al lado de Miguel y este lo miro de reojo con recelo pensaba que era muy oportuno.
-¿Que quieres Roberto?
-Bueno pues quiero la igualdad de las personas, que nadie pase hambre, que mi terruño me de algo mas que dolores de cabeza.
Miguel se estaba cabreando por la broma de Roberto.
-Bueno basta ya.
Gritó mientras se ponía de pie. Roberto se sorprendió, sabia que Miguel no era tan antipático. Se puso de pie a su altura.
Miguel sabia que Roberto ni nadie tenia la culpa de lo que le estaba pasando se intento tranquilizar.
-Lo siento Roberto.
Y se sentó de nuevo en el suelo.
-No discúlpame tu a mi se ve que estar mal y yo gastando bromitas.
-Es que…
-Es por Sara ¿verdad?
-Si.
-¿Miguel que os ha pasado?
Miguel necesitaba desahogarse con alguien y sabia que lo que le dijera a Roberto no lo iba a contar y menos decir algo para dañar a Sara.
-Veo que no tenemos mucha confianza así que.
Roberto se puso de pie pero antes de que diera un paso Miguel habló.
-Si es por Sara he descubierto algo de ella que no esperaba.
Roberto se volvió a sentar junto a el para escucharlo.
y yo me voy otra vez a estudiar hasta luego
aqui os dejo la primera parte del trozo 30 y luego la noche cuando deje de estudir escribo la segunda parte del trozo 30
30.a)
Ya al mediodía, Miguel estaba en camisa y pantalones sentado en el césped de su jardín mirando a las montañas no paraba de pensar en Sara ni en su hijo. Roberto se acercaba a el por detrás.
-Hola Miguel, acabo de terminar hoy con el terruño y me iba para casa a comer y he pensado en pasar a visitaros.
-Hola Roberto.
Comento Miguel triste. Roberto noto raro a Miguel sabia que no eran los mejores amigos pero nunca le saludaba tan sosamente.
- Por cierto, ¿Donde esta Sara?
-Con una amigas de Oxford en Málaga. Han venido a visitar la ciudad y Sara tenia ganas de verlas y ha decidido ir con ellas porque las echaba de menos.
Roberto no se creía ni una palabra conocía Miguel y había visto que al preguntarle por Sara se había puesto tenso y sus palabras sonaban a un discurso que llevaba horas enseñando.
-¿Ah si? ¿Y cuanto tiempo estará fuera?
Roberto preguntaba con sarcasmo.
-Un par de días supongo.
-Eso no te lo crees ni tu. Sara no esta en Málaga.
-¿Y tu como lo sabes?
-Porque se nota que estas mintiendo. Además no podéis estar 5 minutos el uno sin el otro es imposible que se haya ido sin ti.
Roberto se sentó al lado de Miguel y este lo miro de reojo con recelo pensaba que era muy oportuno.
-¿Que quieres Roberto?
-Bueno pues quiero la igualdad de las personas, que nadie pase hambre, que mi terruño me de algo mas que dolores de cabeza.
Miguel se estaba cabreando por la broma de Roberto.
-Bueno basta ya.
Gritó mientras se ponía de pie. Roberto se sorprendió, sabia que Miguel no era tan antipático. Se puso de pie a su altura.
Miguel sabia que Roberto ni nadie tenia la culpa de lo que le estaba pasando se intento tranquilizar.
-Lo siento Roberto.
Y se sentó de nuevo en el suelo.
-No discúlpame tu a mi se ve que estar mal y yo gastando bromitas.
-Es que…
-Es por Sara ¿verdad?
-Si.
-¿Miguel que os ha pasado?
Miguel necesitaba desahogarse con alguien y sabia que lo que le dijera a Roberto no lo iba a contar y menos decir algo para dañar a Sara.
-Veo que no tenemos mucha confianza así que.
Roberto se puso de pie pero antes de que diera un paso Miguel habló.
-Si es por Sara he descubierto algo de ella que no esperaba.
Roberto se volvió a sentar junto a el para escucharlo.
y yo me voy otra vez a estudiar hasta luego
#202

14/05/2011 15:53
NO vale, eso es hacer trampa...
Para una conversación seria que tenemos entre estos dos y nos dejas a medias????
hasta la noche
Para una conversación seria que tenemos entre estos dos y nos dejas a medias????
hasta la noche
#203

14/05/2011 15:53
muy, muy bien fandemi ahora estudia que nosotras esperamos ese encuentro tan esperado ains
#204

14/05/2011 15:54
Jooooo, bueno, sí estudia, pero no nos dejes mucho tiempo con la intriga, porfa
#205

14/05/2011 16:11
Que emocionante fandemi.....
Hasta lueguito...
Hasta lueguito...
#206

14/05/2011 16:35
Esta bien pero no m hace gracia q Rober meta sus narices!!!!
#207

14/05/2011 18:20
muchas gracias por el avance, estudia mucho en cuanto puedas otro poquito...
#208

14/05/2011 18:25
Espero ansiosa la siguiente entrega.....Gracias Fandemi.....
#209

14/05/2011 22:03
acabo de aterrizar en el foro hace unos 15 min vengo del planeta libros de clase
y os digo que voy a ponerme a escribir y enseguida cuando este lo copio
gracias por los comentarios.
besoss
y os digo que voy a ponerme a escribir y enseguida cuando este lo copio
gracias por los comentarios.
besoss
#210

14/05/2011 22:59
Gracias fandemi.
#211

14/05/2011 23:32
aqui el otro trozo
30.b)
Roberto estaba impaciente se moría de curiosidad, que habría pasado para que Sara y Miguel se pelearan, cuando estaba enamorado de Sara le habría encantado ese momento e incluso se hubiera puesto feliz pero ahora todo era distinto conocía a Miguel y sabia que Sara era muy feliz con el y el con ella además el estaba enamorado de Julieta por eso se preocupo por ambos.
-Lo primero Roberto me tienes que prometer que no le dirás nada a nadie.
-Te lo prometo.
-Sara es…
-Por favor Miguel no le des más vueltas.
Roberto se impacientaba por momentos mientras que Miguel se tocaba la ceja por lo nervioso que estaba.
-Sara es bandolera, bueno ya lo he dicho.
Roberto se quedo con la boca abierta.
Miguel le contó como se había enterado de que Sara era el bandolero misterioso y sus averiguaciones.
-Según tu Sara debe estar en la banda desde poco después de que llegara a Arazana.
-Si creo que si.
-Eso es maravilloso.
-¿Estas loco?
-No me refiero a que desde que ella esta en la banda los bandoleros solo han hecho cosas buenas para el pueblo y eso es maravilloso.
-Pero Roberto eso es delito.
-Es delito impedir que Olmedo mate a Dionisio, impedir que los jornaleros se queden sin trabajo.
-Eso no pero las formas de conseguirlo si.
-Miguel es que no había otra manera de solucionarlo no creo a que a Sara le guste eso de andar robando.
Miguel sabía que Roberto tenía razón pero eso chocaba con su forma de ser.
-Miguel no puedes ser tan rígido en la justicia, como puedes ver Sara y los bandoleros han hecho más cosas buenas por el pueblo que un capitán de la guardia civil, Olmedo y lo sabes.
-Puede que tengas razón. Pero eso no borra que me haya engañado.
Te ha engañado porque no te lo podía decir la verdad pero seguro que ella no lo ha hecho para hacerte daño.
-No, me ha mentido y utilizado por que le daba igual y no me quiere.
Roberto se volvió a quedar otra vez con la boca abierta y le puso la mano sobre el hombro a Miguel.
-Como que no te quiere, si Sara esta loca por ti.
-No, ella no me quiere.
-Miguel, Sara te adora sino no se habría casado contigo no se como puedes pensar en eso.
-¿Y como estas tan seguro?
-Porque te eligió a ti.
-Y eso que tiene que ver.
-Tiene que ver mucho. Sara sabe que yo antes estaba enamorado de ella…
-¿Y ahora?
Interrumpió Miguel.
-Miguel, Sara es tu mujer y yo estoy enamorado de Julieta. Bueno a lo que iba, Sara siempre supo mis sentimientos hacia ella y se quedo contigo.
Si Sara me hubiera elegido a mi habría sido mas fácil para ella porque a mi no me importaría lo de que fuera bandolera pero te eligió a ti, sabiendo que tendría que pasar varios obstáculos, ella no se fue por el camino fácil y eso es amor de verdad, le daba igual superar cualquier cosa con tal de estar contigo y estoy seguro que ella a sufrido por no poder decirte. Te ama sino te amara no te hubiera elegido, ella te quiere de verdad.
Miguel escuchaba atento a Roberto sabia que todo era verdad y gracias a las reflexiones de este ya no se encontraba tan mal.
-Muchas gracias Roberto.
-Tenéis que arreglarlo. Os queréis mucho, os amáis y eso es lo único importante.
Ambos se levantaron y se abrazaron.
-Además quiero tener unos padrinos unidos para cuando me case con Julieta.
Susana salía de la casa hacia ellos.
-¿Señor va a comer ya? ¿Quiere que ponga ya la mesa?
-No Susana no tengo apetito, y no quiero comer.
Roberto no pensaba dejar las cosas así.
-¿Cómo? ¿No me piensas invitar a comer?
Roberto no quería auto-invitarse pero sabia que así Miguel como un caballero que era le invitaría a comer y el tendría que comer algo.
-Si quieres ¿pero tu familia no te espera?
-Si, pero seguro que Susana me hace el favor y les avisa.
-Claro que si con mucho gusto yo les aviso.
Susana había entendido el plan de Roberto y como estaba preocupada por Miguel así que accedió encantada a seguirle la corriente.
-Bueno pues si no hay pegas, ven vamos a comer y me cuentas de tu relación con Julieta.
Todos entraron en la casa.
30.b)
Roberto estaba impaciente se moría de curiosidad, que habría pasado para que Sara y Miguel se pelearan, cuando estaba enamorado de Sara le habría encantado ese momento e incluso se hubiera puesto feliz pero ahora todo era distinto conocía a Miguel y sabia que Sara era muy feliz con el y el con ella además el estaba enamorado de Julieta por eso se preocupo por ambos.
-Lo primero Roberto me tienes que prometer que no le dirás nada a nadie.
-Te lo prometo.
-Sara es…
-Por favor Miguel no le des más vueltas.
Roberto se impacientaba por momentos mientras que Miguel se tocaba la ceja por lo nervioso que estaba.
-Sara es bandolera, bueno ya lo he dicho.
Roberto se quedo con la boca abierta.
Miguel le contó como se había enterado de que Sara era el bandolero misterioso y sus averiguaciones.
-Según tu Sara debe estar en la banda desde poco después de que llegara a Arazana.
-Si creo que si.
-Eso es maravilloso.
-¿Estas loco?
-No me refiero a que desde que ella esta en la banda los bandoleros solo han hecho cosas buenas para el pueblo y eso es maravilloso.
-Pero Roberto eso es delito.
-Es delito impedir que Olmedo mate a Dionisio, impedir que los jornaleros se queden sin trabajo.
-Eso no pero las formas de conseguirlo si.
-Miguel es que no había otra manera de solucionarlo no creo a que a Sara le guste eso de andar robando.
Miguel sabía que Roberto tenía razón pero eso chocaba con su forma de ser.
-Miguel no puedes ser tan rígido en la justicia, como puedes ver Sara y los bandoleros han hecho más cosas buenas por el pueblo que un capitán de la guardia civil, Olmedo y lo sabes.
-Puede que tengas razón. Pero eso no borra que me haya engañado.
Te ha engañado porque no te lo podía decir la verdad pero seguro que ella no lo ha hecho para hacerte daño.
-No, me ha mentido y utilizado por que le daba igual y no me quiere.
Roberto se volvió a quedar otra vez con la boca abierta y le puso la mano sobre el hombro a Miguel.
-Como que no te quiere, si Sara esta loca por ti.
-No, ella no me quiere.
-Miguel, Sara te adora sino no se habría casado contigo no se como puedes pensar en eso.
-¿Y como estas tan seguro?
-Porque te eligió a ti.
-Y eso que tiene que ver.
-Tiene que ver mucho. Sara sabe que yo antes estaba enamorado de ella…
-¿Y ahora?
Interrumpió Miguel.
-Miguel, Sara es tu mujer y yo estoy enamorado de Julieta. Bueno a lo que iba, Sara siempre supo mis sentimientos hacia ella y se quedo contigo.
Si Sara me hubiera elegido a mi habría sido mas fácil para ella porque a mi no me importaría lo de que fuera bandolera pero te eligió a ti, sabiendo que tendría que pasar varios obstáculos, ella no se fue por el camino fácil y eso es amor de verdad, le daba igual superar cualquier cosa con tal de estar contigo y estoy seguro que ella a sufrido por no poder decirte. Te ama sino te amara no te hubiera elegido, ella te quiere de verdad.
Miguel escuchaba atento a Roberto sabia que todo era verdad y gracias a las reflexiones de este ya no se encontraba tan mal.
-Muchas gracias Roberto.
-Tenéis que arreglarlo. Os queréis mucho, os amáis y eso es lo único importante.
Ambos se levantaron y se abrazaron.
-Además quiero tener unos padrinos unidos para cuando me case con Julieta.
Susana salía de la casa hacia ellos.
-¿Señor va a comer ya? ¿Quiere que ponga ya la mesa?
-No Susana no tengo apetito, y no quiero comer.
Roberto no pensaba dejar las cosas así.
-¿Cómo? ¿No me piensas invitar a comer?
Roberto no quería auto-invitarse pero sabia que así Miguel como un caballero que era le invitaría a comer y el tendría que comer algo.
-Si quieres ¿pero tu familia no te espera?
-Si, pero seguro que Susana me hace el favor y les avisa.
-Claro que si con mucho gusto yo les aviso.
Susana había entendido el plan de Roberto y como estaba preocupada por Miguel así que accedió encantada a seguirle la corriente.
-Bueno pues si no hay pegas, ven vamos a comer y me cuentas de tu relación con Julieta.
Todos entraron en la casa.
#212

14/05/2011 23:37
Ay, fandemi ¡que ganas que se vuelvan a encontrar juntos! Esperemos que Sara no se ponga de parto en la cueva XDDDD.
#213

14/05/2011 23:45
ay fandemi que bonito roberto total ojala pasara eso en la telenovela y espero impaciente el reencuentro
#214

14/05/2011 23:48
genial fandemi!! en cuanto el internet a vuelto a funcionar me he puesto a leer tu historia..
#215

14/05/2011 23:50
pues para vuestra alegria he empezado a escribir otro trocito asiq si me da tiempo a terminarlo antes de que se me empiecen a cerrar los ojos lo cuelgo
gracias
gracias
#216

14/05/2011 23:51
Muchas x tu esfuerzo fandemi!!!!
#217

14/05/2011 23:56
Fandemi, me ha encantado. Roberto, un amor, si siempre fuera así....
Espero que continúes, pero ya sabes, lo primero es estudiar.
Espero que continúes, pero ya sabes, lo primero es estudiar.
#218

15/05/2011 00:22
nena no cierres los ojos ponte dos pinzas que mala que soy
#219

15/05/2011 00:51
jeje
aqui el ultimo trozo de la noche.
31.
Habían pasado dos días de la visita de Roberto este le había prometido que no diría nada del secreto de Sara y que afirmaría su cuartada para que pareciera mas creíble.
Miguel se encontraba mas tranquilo pero no lo estaría del todo hasta hablar con Sara pero como no sabia donde estaba la cueva cada vez que el trabajo se lo permitía paseaba por el monte por si se la encontraba.
Estaba recién levantado se encontraba en el balcón de su habitación mirando a las montañas desde que Sara se había ido Miguel miraba a las montañas ya que sabia que ella estaba allí, en algún lugar de ese monte.
Llamo Susana a la puerta.
-Pasa Susana.
Miguel entro en la habitación.
-¿Señor quiere ya el desayuno?
-Cuando puedas me lo sirves.
-Ahora mismo se lo sirvo.
-Espera un momento Susana, tengo algo que aclararte.
Susana volvió sobre sus pasos.
-Susana te tengo que explicar porque te pedí que mintieras al capitán.
-No hace falta que me de explicaciones.
-Pero no me parece justo, que no te de ninguna explicación.
-Espere un momento le quiero ahorrar el trabajo de las explicaciones.
Miguel no entendía que quería decir con eso.
-Señor yo se el secreto de la señora.
Miguel se sorprendió.
-¿Tu lo sabias?
-Si y antes de que me diga nada déjeme decirle que la señora siempre estaba mal y preocupada por traicionarle, le ama de verdad. Y ahora si me disculpa iré a hacer la maleta.
-¿Porque?
-Seguro que querrá despedirme por haberle engañado.
-No, tu no vas a ninguna parte además mi esposa nunca debió irse de casa.
Susana sonrió.
-Le quiere de verdad.
Susana salió a prepararle el desayuno mientras Miguel se aseaba para empezar otro día más en su vida.
Mientras:
Sara estaba en la entrada de la cueva, al igual que Miguel se encontraba mejor ella recibía mucho apoyo de los bandoleros y eso le alegraba la tristeza.
En ese momento Juan salía de la cueva.
-¿No ha vuelto todavía el Chato?
-No, todavía no.
-Esta tardando mucho.
En ese momento apareció el Chato con un hombre, un hombre de unos treinta y pico años el pelo negro grasiento y enredado, a Sara no le gusto nada que la mirara de arriba abajo con cara de baboso.
-¿Y este quien es?
-Soy Diego señorita y le beso la mano.
A Sara no le hizo ni chispa de gracia el gesto parecia una persona calculadora, ruin y babosa.
-¿Y que buscas aquí?
- Me lo he encontrado cuando cazaba y es bandolero.
Se adelanto Chato.
-Me gustaría pertenecer a su banda, señorita.
-No creo que necesitemos a nadie más.
-Pero Sara si tú misma dices que somos pocos.
Sara le entró ganas de cerrarle la boca al Chato de un tortazo.
Pedazo bocazas.-Pensó ella cabreada.
Juan le miraba receloso.
-Esta bien pero estarás a prueba unos días.
-Muchas gracias, señorita.
-Por cierto, no soy señorita soy señora.
-No sabía que estaba casada, disculpe.
-Ven, yo te enseño las cosas.
El Chato entró con Diego en la cueva.
Sara y Juan se quedaron solos.
-Este tío no me huele a trigo limpio, Juan.
-Yo pienso lo mismo Sara, seguro queda problemas.
-Cuando haga la más mínima lo echo.
besoss y gracias por leer
aqui el ultimo trozo de la noche.
31.
Habían pasado dos días de la visita de Roberto este le había prometido que no diría nada del secreto de Sara y que afirmaría su cuartada para que pareciera mas creíble.
Miguel se encontraba mas tranquilo pero no lo estaría del todo hasta hablar con Sara pero como no sabia donde estaba la cueva cada vez que el trabajo se lo permitía paseaba por el monte por si se la encontraba.
Estaba recién levantado se encontraba en el balcón de su habitación mirando a las montañas desde que Sara se había ido Miguel miraba a las montañas ya que sabia que ella estaba allí, en algún lugar de ese monte.
Llamo Susana a la puerta.
-Pasa Susana.
Miguel entro en la habitación.
-¿Señor quiere ya el desayuno?
-Cuando puedas me lo sirves.
-Ahora mismo se lo sirvo.
-Espera un momento Susana, tengo algo que aclararte.
Susana volvió sobre sus pasos.
-Susana te tengo que explicar porque te pedí que mintieras al capitán.
-No hace falta que me de explicaciones.
-Pero no me parece justo, que no te de ninguna explicación.
-Espere un momento le quiero ahorrar el trabajo de las explicaciones.
Miguel no entendía que quería decir con eso.
-Señor yo se el secreto de la señora.
Miguel se sorprendió.
-¿Tu lo sabias?
-Si y antes de que me diga nada déjeme decirle que la señora siempre estaba mal y preocupada por traicionarle, le ama de verdad. Y ahora si me disculpa iré a hacer la maleta.
-¿Porque?
-Seguro que querrá despedirme por haberle engañado.
-No, tu no vas a ninguna parte además mi esposa nunca debió irse de casa.
Susana sonrió.
-Le quiere de verdad.
Susana salió a prepararle el desayuno mientras Miguel se aseaba para empezar otro día más en su vida.
Mientras:
Sara estaba en la entrada de la cueva, al igual que Miguel se encontraba mejor ella recibía mucho apoyo de los bandoleros y eso le alegraba la tristeza.
En ese momento Juan salía de la cueva.
-¿No ha vuelto todavía el Chato?
-No, todavía no.
-Esta tardando mucho.
En ese momento apareció el Chato con un hombre, un hombre de unos treinta y pico años el pelo negro grasiento y enredado, a Sara no le gusto nada que la mirara de arriba abajo con cara de baboso.
-¿Y este quien es?
-Soy Diego señorita y le beso la mano.
A Sara no le hizo ni chispa de gracia el gesto parecia una persona calculadora, ruin y babosa.
-¿Y que buscas aquí?
- Me lo he encontrado cuando cazaba y es bandolero.
Se adelanto Chato.
-Me gustaría pertenecer a su banda, señorita.
-No creo que necesitemos a nadie más.
-Pero Sara si tú misma dices que somos pocos.
Sara le entró ganas de cerrarle la boca al Chato de un tortazo.
Pedazo bocazas.-Pensó ella cabreada.
Juan le miraba receloso.
-Esta bien pero estarás a prueba unos días.
-Muchas gracias, señorita.
-Por cierto, no soy señorita soy señora.
-No sabía que estaba casada, disculpe.
-Ven, yo te enseño las cosas.
El Chato entró con Diego en la cueva.
Sara y Juan se quedaron solos.
-Este tío no me huele a trigo limpio, Juan.
-Yo pienso lo mismo Sara, seguro queda problemas.
-Cuando haga la más mínima lo echo.
besoss y gracias por leer
#220

15/05/2011 00:55
mañana volvere a escribir cuando tenga mi ratito de descanso entre libros