Avances de los próximos capítulos de septiembre de Amar...

Armenteros salva del incendio del laboratorio a Alberto. Este despierta y no entiende en principio lo que le ha pasado. Se siente aterrorizado al recordar que se dejó la pistola de su padre en el laboratorio y piensa que pronto será descubierto. El coronel no da crédito a que el gobierno militar pueda desconfiar de la inocencia de Alberto y le pide a Olavide que lo defienda si se abre una investigación, ya que está seguro que éste ha sido una victima. Comenta con Rocio sus dudas y esta le resta importancia al asunto y le hace ver que Clint está muerto y que no es posible que tenga nada que ver con esto. Sigue confiando en Alberto.
Vallejo sigue empeñado en demostrar la culpabilidad de Angélica ha pesar de que ésta ha hablado con él y le hace ver que amaba demasiado a su marido para tener que ver con su muerte, que fue un suicidio. El inspector llama a declarar a Felix, el actor amante de la viuda de Ambrus, y éste le dice que ní él ní Angélica han tenido nada que ver con la muerte del anticuario. Acude preocupado a contarle a su amiga el interrogatorio del inspector y ésta preocupada se lo cuenta a Julio. El inspector le comunica que ha llegado su visado para Argentina, pero que debe acudir a Comisaria para entregar su pasaporte, pues continúa bajo sospecha. Ella le visita nuevamente en su despacho y le entrega la carta que Victor le escribió antes de morir y Julio se presenta por sorpresa para corroborar lo que dice la actriz. A pesar de esto, Vallejo sigue desconfiando.
Manolita por su parte recrimina a su suegro su irresponsabilidad al viajar a Rumanía. Éste avergonzado se encierra en su cuarto, causando preocupación a sus hijos, que solo quisieron hacerle ver lo peligroso que pudo resultar su aventura para toda la familia. Finalmente Pelayo habla con Estrella y ésta le hace comprender que si habla con Manolita y con su hijo le entenderán. Estos también vienen dispuestos a pedirle perdón por la dureza de sus reproches. Se perdonan mutuamente.
En casa de Asunción Felisa sigue indagando en el problema de Asunción a la que sigue viendo cabizbaja y aprovechando la inocencia de Miguel lo interroga y éste le cuenta quien es el hombre del que su hermana está enamorada. Felisa se hace la encontradiza con Hector, que se ofrece a ayudarla con la compra y le dice que no permitirá que haga daño a su hija porque él no podrá nunca casarse con ella. El pobre Hector regresa a su despacho hecho polvo y le dice a Bonilla que tiene dolor por lo de Teresa, pero aún más dolor por lo de Asunción. Hector va al asturiano y ve que Leonor colecciona postales de otros países, le regala la que Teresa le envió desde Portugal.
Narciso llama a Santander y le dan una noticia que le hace enfadar muchisimo porque su negocio con Ana ha terminado. Se dirige al Café del Teatro y allí se encuentra con Bonilla diciéndole que nadie quiere jugar con él por Hector ha propagado que es un tramposo. Le dice que le diga a su jefe que pronto va a sufrir mucho. Aurelia entrega a Asunción un teletipo que la deja estupefacta: Ana y Teresa han tenido un acccidente mortal cuando transitaban por una carretera de Portugal en dirección a Estoril. No puede dar crédito. Bonilla se lo comunica a Hector, que se hunde en la desesperación. En la redacción Narciso empieza a comentar que va a escribir un artículo donde sacará a la luz todos los trapos sucios de la familia Rivas insinuando lo de Ana y Teresa, sin que Asunción llegué a oirlo, cuando llega se ensarzan en una discusión en la que ella le dice que no le permitirá que hable mal de esta familia. El reacciona diciéndole que lo hará porque contará con el apoyo de Doña Rocio. Asunción va a ver a Hector, pero Bonilla le dice que ha llamado a Vallejo porque está muy preocupado por él, no aparece. Ella le dice que estará ahí, pero que no le diga que ha estado en el despacho. Vallejo lo encuentra en un parque y le ofrece escucharlo, éste se desahoga contandole sus inicios con Teresa. Cuando regresa al despacho le muestra su preocupación a Bonilla por el hijo de Ana, dice que si su abuela no se hacer cargo, tendrá que hacerlo él. En la redacción dejan caer que aún no se sabe si han encontrado los cadaveres, pues al parecer el coche se despeñó por un acantilado.
Armenteros recibe un informe en el que le notifican que han encontrado una pistola en el laboratorio, reacciona extrañado y le comenta a Olavide que ha denunciado la desaparición de su ayudante, ya que no puede esperar más. Luego no sabe si ha hecho bien, ya que no quiere perjudicar al chico, ya que Cecilia le cuenta que Alberto vivía en una pensión, no con sus tíos como había dicho. Olavide y el Coronel piensan que puede haber huido por miedo. Estando en casa de Rocio, que después de haberle visto hablar con Angélica muy cariñosamente y presa de un ataque de celos le hace una serie de reflexiones en la que le quiere hacer ver que quizás Angélica y su marido sean agentes de espionaje hungáros para descubrir su experimento. Cuando ya ha sembrado la duda en él llama Amina y le comunica que han encontrado a Alberto y que lo llevan hacia su casa. El Coronel espera a Alberto en compañía de Olavide, haciéndose los dos muchas preguntas acerca de este chico. Llaman a la puerta y ¡sorpresa!, traen a Alberto Cepeda, pero no es el Alberto que esperaban. Olavide le dice a su futuro suegro que le parece que su ayudante ocultaba más de lo en principio sospechaban...