David Janer "No tengo madera de héroe"

Después de mil y un duelos de capa y espada, David Janer pone fin a su guerra contra la injusticia. Pero sólo de momento, pues se ha asegurado dos temporadas más gracias a una audiencia de 4 millones y medio de espectadores.


-¿Te imaginabas tanto éxito?
-Sabía que iba a gustar pero me ha sorprendido mantener ese 25% de share; un dato fantástico tal y como está el panorama televisivo actual.

-¿Qué engancha de Águila Roja?
-Su mezcla de aventura, drama, humor, romance, acción… Además, al estar ambientada en el Siglo XVII estéticamente es bonita. Y las historias que trata son trasladables a nuestros días.


-¿Qué tienes en común con él?
-Como Gonzalo, peco de exceso de responsabilidad y me como el coco con cosas que debería relativizar. Pero soy un tipo prudente y no tengo madera de héroe. Por eso admiro su valentía y arrojo.

-¿Quién ha sido tu héroe?
-Ha sido y es Indiana Jones, y por extensión Harrison Ford. Cuando estoy triste o mosqueado, una película suya me llena de positividad.


-¿A que has renunciado por culpa de Montalvo?
-A mi tranquila y planificada vida en Granollers. También he tenido que dejar el buen comer, porque tengo una dieta rica en proteínas para no engordar.

-¿Cómo llevas la fama?
-Bien. Me dosifico y evito las multitudes. Pero la gente es amable conmigo. Acabo de estar en Venecia y allí también me han reconocido unos españoles, incluso sin barba. Me hice unas fotos con ellos.


-¿Cómo te has preparado para ser Gonzalo Montalvo?
-Ha sido un trabajo conjunto con los guionistas, los directores, y un maestro de armas, con el que he estudiado las coreografías de acción.

-¿Lo más duro del rodaje?
-Las temperaturas extremas con las que he grabado en exteriores; los saltos, las caídas… y la incomodidad del traje de Águila Roja. La capa da un calor…

-¿Alguna herida de guerra?
-Me he llevado algunos golpes en la rodilla, la espalda, en la cabeza por alguna caída… Pero nada grave.


-¿Tu mayor heroicidad?
-El no cejar en mi empeño de ser actor, a pesar de los momentos duros que he vivido por falta de trabajo.

-¿Qué otro papel de la serie te hubiera gustado?
-El comisario. Me encantaría hacer un personaje tan malo. Pero como tengo cara de bueno, nunca me los dan esos papeles.


-¿Ha evolucionado mucho Gonzalo desde el principio de la serie?
-En algunos aspectos sí pero en otros no. No puede olvidar a su mujer, es una carga emocional que lleva siempre consigo. Lo va dejando poco a poco atrás gracias a Margarita.

-¿Cuándo dejará el luto?
-Lo intenta. Pero su relación con Margarita seguirá siendo ambigua: hay una atracción, claro, pero también cierta repulsión. Son unos sentimientos brutalmente encontrados. No puede consumar esa entrega porque no se siente limpio.

-¿Cómo será la parte del acercamiento?
-En el último capítulo darán un paso más en su relación... Y se clarificarán algunos claroscuros.


-¿Sentirás celos del médico?
-Se interpondrá en el amor entre Gonzalo y Margarita, pero a la vez sirve de acicate a mi personaje. El médico tendrá mucho que decir en esta relación. Será el nuevo triángulo.


-El 5 de mayo fue tu 36 cumpleaños. ¿Qué tal te llevas con la edad?
-Siento que tengo una edad indefinida, como nunca aciertan con mis años…. No me preocupa.

-¿Pero te ves maduro?
-Me siento más tranquilo, más reposado. Intento tomarme la vida con otra filosofía.


-¿Qué se esconde detrás de la capa de David Janer?
-Intento no esconder nada. Soy un tío normal y corriente, tranquilo, muy casero, siempre que puedo vuelvo a Granollers con mis amigos de la brigada del ayuntamiento y mi familia. No soy de fiestas ni aglomeraciones. Me sirve para mantener los pies en la tierra.

-¿Eres muy niñero?
-No tengo hijos, pero sí me veo en la faceta de padre. Sería de esos que se asustan por cualquier cosa. Tengo un animal de compañía y asumo la responsabilidad absolutamente. Sufro un montón si lo veo malo, a veces es un sinvivir…

-¿Quiénes son para ti los héroes del siglo XXI?
-Todo aquel que sacrifica su tiempo y salud por ayudar a otra gente, y lo hace por vocación y nada más, no buscando una cuota de poder o popularidad, que eso lo odio.

-Muchos actores se implican con causas solidarias…
-Soy socio desde hace años de Médicos sin Fronteras, aporto lo que puedo. Lo importante es actuar. En ese aspecto envidio a Gonzalo: tiene unos ideales contra la injusticia y actúa.


-Las estrellas de la televisión ahora saltan al cine y al teatro con éxito. ¿Seguirás ese camino?
-Esto es un negocio y funciona así, por ingresos de publicidad, popularidad… Si yo hago un papel como este puedo optar más fácilmente que otro actor a hacer cine o teatro. Esta es la rueda. Años atrás me quejaba de ver siempre a los mismos, aunque por otra parte, mi cerebro pensaba: a ver si llego a ser uno de los que están ahí, que incluso lleguen a decir de mí "qué pesado este que está en todas partes".

-¿Te gustaría entrar en esa rueda?
-Sobre todo para que mis padres se quedaran tranquilos.

-¿Aún no lo están?
-Esta es una profesión muy de espejo: hoy me hacen 40 entrevistas pero mañana nadie se acuerda de mí. Mis padres han pasado por mucho y ahora están que se les cae la baba: me piden fotos, me preguntan qué va a pasar en la serie… Mi máximo sueño sería poder elegir entre varios proyectos y no estar esperando a que el teléfono suene.