Y el cuarto era semejante a un águila volando (Spoilers)

No he podido contenerme y he decidido verla en la web de TVE. PEnsé en no hacerlo, pero la ausencia de pausas publicitarias compensa un poco el no verla en un pantallón de 30 pulgadas.



A partir de aquí no leas si no quieres enterarte de nada del capítulo, aunque no diré nada importante o relevante.

El capítulo cobra fuerza a medida que va avanzando, lo mismo que los personajes. Es prácticamente intachable salvo por dos razones: La primera es que a mi juicio este primer capítulo debería haber introducido a un adolescente o joven Gonzalo de Montalbo en su periplo por Oriente, en el momento en que aprendió artes marciales. Lo segundo que creo que le falta al capítulo es el momento en que Gonzalo decide desempolvar sus katanas y kunais y emprender de nuevo el camino de la violencia; lametablemente, tras la muerte de su esposa y la aparición del águila roja dibujada con sangre en el suelo hay un salto de tres meses apareciendo ya el héroe y como todos sabemos, antes de que se quite el antifaz, que Gonzalo es el Águila Roja, no tiene sentido el hacer como si fuera una sorpresa para el espectador el hallar a David Janer bajo la capucha del héroe y habría sido más interesante ver a Gonzalo hundido retomando las armas en busca de venganza por su mujer y de justicia para el pueblo.


Por lo demás, la serie es espectacular, nunca he visto algo así en series españolas. Globomedia ya tiene experiencia con El Internado en cómo hacer una serie compartimentada en temporadas de pocos capítulos pero mucho nivel. Los personajes son formidables, el que más, el fiel criado de Águila Roja, Satur. El niño que vimos hacer de Samuel Espí infante en El Internado ya nos sorprendió entonces y vuelve hacerlo ahora, está acompañado por otro par de críos que tampoco desentonan. Los cuatro de la posada están muy bien retratados, las mujeres no son mujeres supeditadas a sus hombres tal y como cabría esperarse de aquella época sino que incluso una de ellas lleva los pantalones en casa. Ellos dos, barbero y posadero, forman un buen tandem que supongo que dará para tramas propias.
La ambientación, las calles de la villa, los tejados, la coreografía de las numerosas luchas que salen en la serie son muy buenas.
A ver qué tal se le da a la serie, porque contando con lo básico: actores y equipo, más atrezzo, más peluquería (caso de Catalina y Lucrecia), animales, coreógrafos, especialistas, escenarios... debe de ser una serie muy cara, y aquí no pueden anunciarnos seguros de coche, encimeras, aguas, marcas de leche o de cualquier otra cosa de forma intencionada dentro del capítulo.
Se merece triunfar!