torres mas altas han caido

Ese programa de Salváme lleva muchos años y es denigrante. Aparte de los colaboradores el presentador JJV, tiene un problema grande y ese deseo casi incontrolable de hablar de sexo es lo que mas le gusta y además darse paseítos frente a las Cámaras diciendo lo guapo guapísimo que es, menos mal que él se ve así como los Narcisos que se miran al espejo solo se ven lo divinos que están. Con el sexo se pasa, especialmente en el Deluxe y permite muchas cosas que no tienen ningún fundamento. El día del Deluxe de Vivi la chica esa de Honduras, le permitio a Jimmy Jimenez Arnau una pregunta que aquí no me atrevo a referir, la muchacha no se merecia eso y además ellos quienes son para erigirse en jueces de la vida de otros. Ojala se acabe Salváme y le den a JJV un programa de madrugada como HABLEMOS DE SEXO, para que se tranquilice y deje de estar tan tan reeprimido, el que tanto alardea de esas batallitas anda en el dique seco, son sus inseguridades que tiene muchas, además de régimen y retoques con el bisturí o lo que sea necesita un psiquiatra que le ayude.

El hecho de que cada tarde varios cientos de miles de personas se peguen a la pantalla de TV para ver Sálvame es indicativo del bajo nivel cultural de nuestro pobre país. Cada día nos indignamos con la corrupción, el mal gobierno, el desempleo o la pobreza. ¿Y no es Sálvame reflejo de todo ello? Un programa cutre, barato, hecho con cuatro tablones en un pabellón ruinoso, donde cada día se representa un teatro abyecto de insultos y vejaciones, de psicopatía y ambiciones extremas, un teatro de la indignidad y la bellaquería, atrae a millones de personas. Un habitat del duro contra el débil, del falso contra el honrado, del mentiroso contra el sincero. Del arrastrado que se pierde por no enfadar a la reina del lugar mientras destroza a quien le conviene. De la señora que se muestra muy digna y rabiosa contra los corruptos pèro se entrega a la misma corrupción que la mantiene. Es asqueroso. Es repugnante.

Personas que en vez de pasear, leer, pensar, charlar o hacer cualquier otra cosa se entregan a esto. A tirar su vida por el retrete. A formar parte de la masa aborregada y dócil.

Imagino que producir series como las de A3 o programas de actualidad es mucho más caro y, en consecuencia, mucho menos beneficioso. Si como pueblo no somos capaces de echar a los políticos corruptos de sus puestos, ¿cómo podemos pretender que seamos capaces de echar la abyección absoluta que representa este despiezadero de la humanidad que es Sálvame y los programas que lo rodean? Lo uno lleva a lo otro; lo uno es reflejo de lo otro.

Me da auténtica pena. Auténtica pena por el país y por quienes pierden su tiempo observando este esperpento infititamente peor que el de Valle Inclán.

Sálvame acabará algún día. Espero que un día no muy lejano. Quizá cuando la crisis remita y baje el consumo de TV en nuestro país. Ese día, ¿habrá ganado la dignidad? Lo dudo... Ese día se pondrá la primera piedra del siguiente estercolero de la vida nacional. Ojalá la gente apagara el televisor y se encontrara consimo misma para reflexionar sobre cómo somos y cómo podemos mejorar. Como individuos y como sociedad.