¿Hay vida después de Fama?

Terminó Fama
Fama ha llegado a su final mucho antes de que nos diésemos cuenta de cuánto nos gustaba el concurso. Como bien decía alguien en uno de los comentarios que me dejasteis ayer, es lo que suele pasar con las primeras ediciones de estos concursos de talentos: que son las más memorables y las que vives con mayor fervor. Y muchos recordaremos siempre el momento en que Miguel y Patricia desplegaron esa especie de pergamino y vimos el rostro de Vicky, la ganadora de Fama ¡A bailar! tras cuatro meses de concursos. Y parece que fue ayer.

No voy a ponerme a hablar de lo que ha sucedido en estos meses dentro del programa, porque eso ya lo sabéis de sobras: habéis sido seguidores de Fama y sois conscientes de todos los bailes, las nominaciones, las galas, las expulsiones y todo lo relacionado con los concursantes dentro de la escuela de baile. Lo que sí que quiero contar es lo que echaré de menos de Fama, tanto yo como mis compañeros de trabajo en Portalmix (y sin embargo amigos) cada tarde a eso de las 15.30h.

Después de la hora de comer y el sopor que ello comporta, Fama era un aliciente para ayudar a hacer más llevadera la tarde (y para mí, además, una obligación, porque casi todo lo que hay en portalmix.com/fama lo ha hecho un servidor). Todos teníamos a nuestro favorito, aunque hay que decir que, por mayoría, nuestra ganadora era Vicky seguida de cerca por Jacob.

Veíamos los bailes con ganas, escuchábamos atentos a lo que decía Paula, nos indignábamos cuando la audiencia o los profesores echaban a alguien que no considerábamos pertinente, pegábamos gritos cuando algo nos parecía absolutamente ridículo/divertido/vergonzoso/humillante, aplaudíamos tras la actuación de nuestros preferidos, comentábamos lo cambiada que está Paula Vázquez tras sus múltiples operaciones de estética…

Fama nos ha marcado a todos nosotros, y a las 15.30 de la tarde comenzaba una bella rutina en la que yo ponía Fama y llamaba a grito pelado a todo aquél que estuviese interesado en ver qué sucedía. Además, hemos podido conocer personalmente a gran parte de los expulsados lo que, sin duda, hace que te sientas más cercano al programa y no lo sientas como algo que hacen otros, sino también como algo tuyo.

Es por eso por lo que la final de anoche fue particularmente emotiva: la victoria de Vicky (valga la redundancia), mi favorita, me hizo levantarme del sofá y aplaudir, como si el premio lo hubiese ganado yo o mi propia hermana (que, por cierto, no tengo). Y estoy seguro de que otros tantos, como yo, también habréis soltado alguna que otra lagrimilla en algún momento de la gala de anoche. Hasta la próxima, Fama. Te echaremos de menos.

- La noticia del día: Cuatro anuncia ya la segunda edición de Fama ¡A bailar